Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MARTA DE LA VEGA
Departamento de Ciencias Sociales
Universidad Simón Bolívar, Caracas, Venezuela.
martade_la_vega@yahoo.es
Resumen
Este artículo analiza el concepto de "nihilismo" desde la perspectiva de Nietzsche,
como fenómeno propiamente contemporáneo y característico de la cultura europea.
Con este propósito, se distingue entre el nihilismo activo y el pasivo realizando una
proyección de éstos hacia el ámbito político. Se ve cómo esto prepara el terreno para
que la transmutación de los valores pueda al fin realizarse y tenga lugar el advenimiento
del último hombre. Finalmente, se muestra que Nietzsche toma el instinto metafórico
fundamental que caracteriza al hombre como el punto de partida para construir una
verdadera civilización.
Palabras clave: Nietzsche, nihilismo, valores, superhombre, voluntad de poder.
Abstract
This article analyses the concept of "nihilism " from Nietzsche's perspective, as a typi-
cal contemporaneous phenomenon and characteristic of European culture. With this
purpose, the active nihilism is distinguished from the passive, making a projection of
these into the political field. This prepares the ground for the transmutation of values
and the advent of the last man. Finally, it shows that Nietzsche takes the metaphorical
fundamental instinct typical of man as the starting point to build a true civilisation.
Keywords: Nietzsche, nihilism, values, superman, will to power.
1
rebajamiento y de la fuerza". Dice:
1
Jean Granier ha analizado muy bien el problema de la distinción entre el fenómeno
de la decadencia y el nihilismo. El propio Nietzsche había subrayado netamente
esta diferencia al precisar el tipo de relación que mantiene el nihilismo con la deca-
dencia. Cfr. NIETZSCHE, Der Wille zur Machí, Sämtliche Werke in Zwölf Bänden.
Stuttgart: Alfred Kröner Verlag, 1964, Band IX, L. I, § 43 : "El nihilismo no es una
causa sino una consecuencia lógica de la decadencia". Y Granier dice: "El desfase
entre el fenómeno de la Decadencia y el Nihilismo es tanto más neto cuanto que en
su estado primitivo la Decadencia es para Nietzsche un fenómeno que pertenece
a la normalidad de la vida". Cfr. GRANIER, J., Le problème de la verité dans la
philosophie de Nietzsche. Paris : Le Seuil, 1966, p. 246. Por lo tanto, "no es que la
decadencia, el declive, la degeneración sean condenables en sí mismos; hay en ellos
una consecuencia necesaria de la vida, del crecimiento de la vida. El fenómeno de la
decadencia es tan necesario como cualquier otro fenómeno de ascensión y de avance
de la vida; no tenemos el poder de suprimirlo". NIETZSCHE, Der Wille zur Macht,
Ed. cit., § 40 y 4 1 . Ibid., § 70, p. 108.
2
NIETZSCHE, Der Wille zur Macht, Ed. cit., § 71, p. 108; en adelante WM. En espa-
ñol sólo estaba disponible la edición, ahora mejorada con una nueva edición titulada
La voluntad de poder, que corrige algunos de los contrasentidos que se produjeron
desafortunadamente por errores de traducción, en la versión que hemos utilizado,
titulada La voluntad de poderío. Prólogo de Dolores Castrillo, traducción de Aníbal
Troufe. Madrid: ediciones EDAF, 1981, § 594. En adelante, los aforismos citados de
esta obra, postuma (que no fue armada por Nietzsche, aunque sean suyos los textos
y el Esquema de la obra), tendrán K después del número para indicar la edición de
Kröner, y cuando sea el caso, su correspondiente numeración en español, seguida
de E para indicar EDAF, pues los números de los aforismos no son coincidentes. La
edición definitiva de Colli y Montinari, que dejó establecidos los textos de Nietzsche,
devolvió los aforismos ordenados en la Voluntad de Poder al estado en que los dejó
Nietzsche, de Fragmentos Póstumos, T.XII. Por razones prácticas, hemos adoptado
las referencias arriba señaladas. Sin embargo, ha sido fundamental para nosotros la
edición establecida por G. Colli y M. Montinari de los textos de Nietzsche en Werke.
Kritische Gesamtausgabe, Berlin-New York: Walter de Gruyter, 1967 sq. traducido
al francés bajo el título Oeuvres philosophiques complètes. 18 volumes. Paris: Ga-
llimard, 1968-1997, a la que también recurrimos cuando fue necesario, señalándolo
como FP (fragmentos póstumos), tomados de Oeuvres philosophiques.
REVISTA P H I L O S O P H I C A V O L . 30 [ S E M E S T R E II / 2 0 0 6 ] 53
"La Europa de hoy es rica sobre todo en excitantes; parece que nada le
fuera más indispensable que los estimulantes y los aguardientes: de ahí
también esa basta falsificación del ideal, ese aguardiente del espíritu: de
ahí también esa atmósfera repugnante, corrompida, cargada de falsedad
3
Ibid.,p. 31.
4
NIETZSCHE, Ainsi parlait Zarathoustra. Trad. Maurice Betz, Paris : N.R.F. 1947,
p. 325. F. Nietzsche, Also sprach Zarathustra, en adelante Za/ZA., en: NIETZSCHE,
Werke. Kritische Gesamtausgabe, Berlin-New York: Walter de Gruyter, 1967 sq.
traducido al francés bajo el título Oeuvres philosophiques complètes. 18 volumes.
París: Gallimard, 1968-1997.
5
NIETZSCHE, Ecce Homo. Sämtliche Werke, Ed. cit., pp.168-150.
54 MARTA DE LA V E G A / PARADOJAS DEL NIHILISMO Y LA VOLUNTAD DE PODER
6
y de pseudo-alcohol que se respira en todas partes".
6
NIETZSCHE, Genealogía de la moral, Sämtliche Werke, Ed. cit. III, § 26, p. 277.
7
NIETZSCHE, Ecce Homo, Ed. cit.
8
NIETZSCHE, La voluntad de poder, WM/VP, I, § 74, y en trad. Henri Albert,
Mercure de France, Paris, 1903, p. 113. También, I, § 43.
REVISTA P H I L O S O P H I C A V O L . 30 [ S E M E S T R E II / 2 0 0 6 ] 55
habría que romper, por tanto, toda interpretación moral del Ser y repensar
9
la esencia de la verdad, como bien lo ha señalado Jean Granier . Pero el
nihilismo es también la consecuencia de una degeneración de la vida, de
un debilitamiento, es decir, un estado patológico. Más precisamente aún, la
decadencia llevada al límite se transforma al punto en nihilismo.
El nihilismo resulta, por consiguiente, cuando "los valores superiores
se deprecian", cuando "falta la meta", porque a decir verdad, "la síntesis
de los valores y de los fines (sobre los cuales reposa toda cultura sólida) se
10
descompone..." . Ahora bien, el nihilismo debe ser tomado como un estado
patológico intermediario. Por eso el "último hombre" es también necesario:
sin esta degeneración no habría progreso de la especie humana. Es por eso
que el nihilismo se presenta igualmente escalonado en varios grados.
Tenemos, por una parte, el nihilismo pasivo del "último hombre",
sometido ciegamente al engranaje de una sociedad progresivamente "uni-
formada" y por eso más fácilmente controlable y controlada por el Estado.
Ahora bien, la mecánica del poder así ejercida acompaña a la inmovilidad
de estas "sociedades perfeccionadas", y a la agonía de la libertad, en el
gregarismo sin salida de los "hombres-rebaño", en el conformismo organi-
zado de las "ciudades perfectas". El nihilismo pasivo expresa los "valores
de los extenuados", de los hombres "domesticados". Es el hombre incapaz
de soportar su dolor ante el deterioro de los valores, y a la vez incapaz de
crear valores nuevos.
Por otra parte está, según Nietzsche, el nihilismo activo, como el que
proviene de los movimientos de la social-democracia que pretenden ser
revolucionarios. Ahora bien, en realidad, no son sino los últimos destellos
de una moral de débiles ya degenerada por veleidades políticas. El nihilis-
mo alcanza aquí su máximo de fuerza relativa bajo un aspecto violento y
destructivo, porque se trata de la fuerza de los "desheredados" y los deca-
dentes; el nihilismo de aquéllos que no tienen nada que esperar puesto que
con la muerte de Dios les quitan también su último consuelo. Dicho de otro
modo, el nihilismo activo es el de los rebeldes sin esperanza, de los hom-
bres "condenados" por la vida. Sus reacciones no son más que la agitación
desesperada de los moribundos antes de que todo se extinga para ellos. Pero
esto es necesario para despejar el terreno donde Zaratustra llevará a cabo
su tarea, "una vez que la lucha de clases termine" dice Nietzsche. Él tiene
presente aquí su imagen del "socialismo" como un extremo nihilismo, un
humanitarismo decadente de raíz cristiana. En efecto, la tiranía de las masas
se impone con su "injusta justicia", porque esos débiles son incapaces de
reaccionar fuera de todo finalismo, desde el momento en que "la especie
9
GRANIER, Jean, op. cit., pp. 279 y ss.
10
NIETZSCHE, La voluntad de poder, WM/VP, I, § 36 y trad. H. Albert, I, p. 34.
56 MARTA DE LA VEGA / PARADOJAS DEL NIHILISMO Y LA VOLUNTAD DE PODER
11
Ibid., I, § 12, y p. 55.
12
NIETZSCHE, Ibid., t. II, 1, § 10, p. 34.
13
Ibid.
REVISTA P H I L O S O P H I C A V O L . 30 [ S E M E S T R E II / 20061 57
allá del bien y del mal, es decir, más allá de la clásica tradición humanista.
En efecto, toda "transcendencia moral" implica una "depreciación de la
naturaleza". Para Nietzsche un fin moral supone una imagen general que
nos hacemos del hombre; debemos descubrir los "individuos" poderosos y
encontrar en un nuevo orden social una jerarquía determinada por la fuerza
14
esencial de los instintos propios de los hombres superiores, a saber, los
"genios", llamados más tarde los "espíritus libres", capaces de realizar el
querer colectivo de los pueblos.
De manera que parece cierto que Nietzsche interpreta históricamente
al hombre moderno como un fin, como el fin de la metafísica y del cristia-
nismo, como el fin de un movimiento filosófico, moral y espiritual de más
de dos mil años, como el fin de una valoración y de un cierto tipo. En este
sentido, el nihilismo marca el fin de un mundo, pero es también precursor
de una nueva época. De hecho, se trata únicamente del fin de una historia:
la del domino ejercido por la "moral contra-natura" y por la metafísica
"supra-natural", instauradas en el mundo occidental a partir de Platón.
Desde el punto de vista de la "voluntad de poder", este tipo de valoración
expresa un desprecio de la vida y, por consiguiente, un estado patológico
de la Voluntad de Poder. En efecto, hasta ahora los hombres habían basado
sus juicios de valor en una moral del resentimiento. Ahora bien, esa volun-
tad de venganza representa el reverso del Ser como voluntad de poder, es
decir, la negación de la vida. El carácter sintomático de los juicios de valor
responde pues a una actitud moral, en la medida en que todos los valores
son reacciones simbólicas de la vida, según sea ascendente o descendente.
He ahí por qué, según Nietzsche:
"En verdad, los hombres se han dado a ellos mismos su regla del bien y
del mal. En verdad, no la han ni recibido ni encontrado, no les ha llegado
15
como una voz del cielo".
"Nuestros juicios de valor determinan cuáles son las cosas que acepta-
14
Aquí se podría pensar que toda la construcción nietzscheana reposa en un cierto
"biologismo" en el cual se inspiró Spengler para analizar el fenómeno de la "deca-
dencia de Occidente". Por ejemplo, el "gigantismo" como un signo de degeneración
en cuanto "crecimiento hipertrofiado". Y sin embargo, Nietzsche está muy lejos
de esta actitud en extremo fatalista y pesimista, hasta tal punto que anuncia una
catástrofe insuperable para la civilización occidental. Nietzsche utiliza, desde luego,
la terminología "biologista", en boga en esa época, pero para plantear la cuestión
fundamentalmente filosófica de una nueva ontología.
15
NIETZSCHE, Así habló Zaratustra, trad. G. Bianquis, P a r i s Aubier, 1968,I, p. 139.
Za/ZA, I.
58 M A R T A DE LA V E G A / P A R A D O J A S D E L N I H I L I S M O Y LA V O L U N T A D DE PODER
mos y cómo las aceptamos. Pero esos juicios de valor están inspirados
16
y reglamentados por nuestra voluntad de poder".
16
NIETZSCHE, La voluntad de poder, WM/VP, I, § 34,1, II, § 30. F. Nietzsche, Werke.
Kritische Gesamtausgabe. Berlin-New York, Walter de Gruyter, 1967. En francés:
Oeuvres philosophiques completes, Fragments Posthumes. Édition établie par G.
Colli et M. Montinari. Paris, Gallimard, 1968-1997, 18 volumes. XII.
17
NIETZSCHE, Ecce Homo, Ed. cit., "Por qué escribo tan buenos libros", 1, 6, p.
53.
REVISTA P H I L O S O P H I C A V O L . 30 ( S E M E S T R E II / 2 0 0 6 ] 59
18
ra, constructiva, inventiva..." , dice Nietzsche. El arte busca la apariencia
simplemente como una "apariencia" donde solamente de forma estética la
existencia del mundo está justificada y, por ende, estamos liberados de ella.
En cambio, la moral y el optimismo de la ciencia son igualmente falaces
porque quieren la "verdad", mientras que el arte busca la ficción en cuanto
tal, más allá de la "verdad". Nos permite modificar nuestra mirada sobre
la vida y nos ofrece la ilusión de creer posible la salvación hasta que po-
damos aprobar la vida. Éste es el sentido de lo "sobrehumano". De modo
que el arte cumple la inmensa tarea de crear la humanidad venidera. Desde
ese momento, lo imaginario se muestra "realizable" y por eso enriquece lo
real. Lo utópico deja de ser fantasmagórico para transformarse en fuerza
actuante frente al futuro, y en fuerza dinámica respecto a la práctica. Lo
"sobrehumano" aparece, a su turno, como un "correctivo del hombre" por
cuanto se sitúa más allá de la humanidad actual, que debe ser superada y
transfigurada.
Para descubrir la explicación de esta transmutación de los valores de-
bemos referirnos a la parábola de las "tres metamorfosis", expuesta en Así
]9
habló Zaratustra. El espíritu fue primero camello, luego se volvió león y
finalmente accede a la inocencia cósmica del niño. En efecto, el camello es
el hombre de la metafísica, después el león destroza esos valores estable-
cidos y aprende finalmente del niño el significado de la libertad creadora,
cuya esencia es el juego. El devenir recupera así su inocencia en el sentido
de que no hay meta, puesto que responde simplemente al juego cósmico
de la voluntad de poder en cuanto ser de la vida, siendo ésta, a su turno,
fundamento de la realidad trágica del mundo.
El "sobrehumano" es el que realiza la sabiduría trágica y hace visible los
límites de una cultura verdadera, es decir, la presencia de una "civilización
artista". Ésta estará formada "de hombres que tendrán todas las cualidades
20
del alma moderna, pero que tendrán la fuerza de transformarlas en salud".
Para Nietzsche, en efecto, las antiguas valoraciones mostraban una hosti-
lidad innata respecto a la vida. Sin embargo, no se trata de destronar los
principios del pensamiento metafísico tradicional como si fueran extraños
18
NIETZSCHE, La voluntad de poder WM/VP, II, 1, III, § 108, p. 45. F. Nietzsche,
Der Wille zur Macht, "Versuch einer Umwertung aller Werte", § 602. in: Sämtliche
Werke, Band IX, Stuttgart, Alfred Kröner Verlag, 1964, p. 413: "Este mundo perspec-
tivístico, creado para los ojos, para el tacto y para el oído, es muy falso, comparado
con un aparato sensorial aún más fino (...) ¡Somos nosotros mismos los que hemos
creado el mundo que valoriza! Reconocemos también que mensurar la verdad es ya la
consecuencia de una ilusión, y que más que la verdad, deberíamos apreciar la fuerza
que forma (constituye), simplifica, configura e inventa (imagina)...".
19
Cf. sobre este tema, el análisis realizado por GRANIER, J., Le problème de la vérité
dans la philosophie de Nietzsche, Ed. cit., pp. 287 y ss.
20
NIETZSCHE, La voluntad de poder, Ed. cit., II, 1, IV, § 573, p. 377.
60 M A R T A D E L A V E G A / P A R A D O J A S D E L N I H I L I S M O Y L A V O L U N T A D D E PODER
a la vida, sino más bien de demostrar que detrás de ese dogmatismo axio-
lógico existe ya la vida, pero una vida impotente y decadente que imponía
sus valores por el rodeo de un sistema de ficciones protectoras. En adelante,
habrá que reconocer, al contrario, que la vida requiere la ilusión y el error
para conservarse y para crecer. En este sentido, habrá que proteger la vida
contra una voluntad de conocimiento y de "verdad a cualquier precio"
obstinadas en combatir la ilusión y el error, porque responden en realidad
a una voluntad de nada.
Por consiguiente, tanto la "verdad" como la "mentira" deben ser vis-
tas bajo la óptica de la vida; el mito de la "verdad" metafísica debe ser
comprendido como una exigencia original de la vida. Al mismo tiempo,
esto significa reconocer que detrás del valor de las cosas no hay ninguna
realidad que corresponda o que haya jamás correspondido a esos valores,
sino que son, al contrario, un síntoma de fuerza en el creador de valores,
21
una simplificación útil a la vida . La "verdad" busca sin cesar "certezas"
y pretende develar detrás de las apariencias una realidad profunda. Pero lo
verdadero no podrá jamás ser demostrado. Ilusión deliberada. Error nece-
22
sario . Antropomorfismo ético. Significa ser como interpretación, como
ficción, como ilusión. No hay verdad ninguna, sino perspectivas de verdad,
valores. Condiciones para la vida.
La estética es base de la ética. Para Nietzsche: "la verdad y la mentira
23
son de orden fisiológico" . O incluso:
"...en otros términos: lo decisivo no es el puro instinto de conocimiento,
sino el instinto estético; la filosofía poco demostrada de Heráclito tiene
24
un valor artístico superior a todas las proposiciones de Aristóteles" .
21
Cf. GRANIER, Jean, op. cit., p. 299.
22
NIETZSCHE, Werke. Kritische Gesamtausgabe, Berlin-New York, Walter de Gru-
yter, 1967 sq. traducido al francés bajo el título Oeuvres philosophiques completes.
18 volumes. Paris, Gallimard, 1968-1997, FP Automne 1884-automne 1885 (frag-
mentos póstumos), tomados de Oeuvres philosophiques, frag. 34 (253). "La 'verdad'
es aquella clase de error , sin el que no puede vivir cierto tipo de ser viviente de
determinada especie. El valor para la vida es lo que decide en último término". O
en la edición de Kröner: NIETZSCHE, La voluntad de poder. Der Wille zur Macht,
Sämtliche Werke in Zwölf Bänden. Band IX, WM, § 493, 488E.
23
NIETZSCHE, Das Philosophen-Buch. Le livre du philosophe. Edición bilingüe
alemán-francés. (El libro del filósofo: Estudios teóricos). Trad. Angèle K. Ma-
rietti, París, Aubier-Flammarion, 1969, § 7 1 , p. 87.
24
NIETZSCHE, Ibid., § 6 1 .
REVISTA P H I L O S O P H I C A V O L . 30 [ S E M E S T R E II / 2006] 61
25
de verdadero, la mentira está permitida" . El arte, que busca la apariencia
en cuanto apariencia, es por eso más poderoso que la "verdad". El instinto
de conocimiento está por tanto dominado por la imaginación, por el arte
que ejerce una función unificadora en la civilización de un pueblo: fuerza
26
mítica. No hay una verdad única . "Todo está en devenir", repite Nietzsche
27
con Heráclito: no hay "verdades eternas" , sino perspectivas de verdad
orientadas según una valoración vital, la cual no agota, sin embargo, lo real,
es decir, el devenir expresándose incesantemente de manera metafórica. La
ratio en cuanto actividad niveladora y normativa de todos los seres es una
"fuerza de superficie", dice Nietzsche; y una exigencia antropomórfica de
la existencia:
25
NIETZSCHE, Ibid., § 70.
26
"Todo lo que es simple, es puramente imaginario, y, claro, no es 'verdadero'. Pero
lo que es real, lo que es verdadero, no es ni uno, ni reductible a la unidad". NIETZS-
CHE, La voluntad de poder, WM, § 536K, 530E.
NIETZSCHE- Menschliches Allzumenschliches. I. MAI/HHI. Humano, demasiado
humano, trad. A. M. Desrousseaux, París, Denoël-Gonthier, Col. Médiations, 1973,
a
t.I, l p a r t e , § 2 , p. 19.
27
NIETZSCHE, Das Philosophen-Buch. Le livre du philosophe, Op. cit., § 54.
28
Ibid., § 6 1 .
29
Ibid., § 73. Ibid., § 6 1 .
30
Cfr. FINK, Eugen, La filosofía de Nietzsche. Versión española de A. Sánchez Pascual.
Madrid: Alianza Editorial, 1976, p. 163 y ss.
62 MARTA DE LA V E G A / P A R A D O J A S D E L N I H I L I S M O Y LA V O L U N T A D DE PODER
Esta es la tarea gigantesca que desde sus primeros escritos hasta sus
fragmentos postumos, persiguió Nietzsche, sin tregua y sin piedad, "a gol-
pes de martillo" sobre el conjunto de valores dominantes en Occidente, para
demostrar su fracaso y su pretensión. En síntesis, no hay dimensión supra-
sensible para la metafísica. En el fondo, esta última hace el papel "de una
gigantesca ficción, de una construcción soñada que el hombre se fabrica,
de una mentira vital de la que se vale para superar su naturaleza perecedera
32
y dar a su existencia una significación infinita" . La actividad metafísica
del hombre ya no consiste en captar el ser en un "más allá" celeste, como
lo uno, fijo, inmutable y absoluto, en oposición a lo aparente, cambiante
del "más acá"; es decir, la "verdad" no puede oponerse ya al "aparecer"; lo
"supra-sensible" a lo "sensible"; el "ser" al "no ser". Porque, para Nietzs-
che, esta ruptura ontológica determinada por el dualismo metafísico no es
más que una ficción: "no hay otro ser que el devenir". Nietzsche substituye
la noción del ser por el valor: la esencia, por la interpretación; la noción
clásica de "verdad", por la perspectiva. Contra el "moralismo" cristiano,
propone una moral "natural" apta para superar las antinomias de los valores
33
que hemos puesto sobre las cosas, porque incluso la moral es "inmoral" .
Responde a ciertas perspectivas de "utilidad" impuestas por la Vida. Dado
que la actividad del hombre son sus proyectos sobre el futuro del mundo,
Nietzsche se pregunta: "...¿qué debe hacer el filósofo?", pues éste se revela
a fin de cuentas como "el médico de la civilización", y añade: "...el filósofo
34
debe reconocer lo que hace falta, y el artista debe crearlo" . Otro saber
más rico, la sabiduría trágica debe, por tanto, oponerse al impulso desen-
frenado de conocimiento para superar el nihilismo y, al hacerlo, superar
también el pensamiento metafísico. En consecuencia, dice:
Con este objetivo afirmador, Nietzsche propone "la superación del sa-
36
ber por medio de las fuerzas formadoras del mito" . En efecto, Nietzsche
31
NIETZSCHE, Das Philosophen-Buch. Le livre du philosophe, Ed. cit., § 27.
32
Ibid., § 43.
33
Cfr. NIETZSCHE, Götzen-Ddmmerung, Crepúsculo de los ídolos. GD/CI, Ed. cit.,
"La moral en cuanto manifestación contra naturaleza", § 4.
34
NIETZSCHE, Das Philosophen-Buch. Le livre du philosophe, Ed. cit., § 124.
35
Ibid., § 6 1 .
36
Ibid., § 43.
REVISTA P H I L O S O P H I C A V O L . 30 [ S E M E S T R E II / 2006] 63