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Una crítica de la educación compensatoria (Bernstein).

Desde algunos programas educativos se han elaborado planes para ofrecer una
educació n compensatoria a los niñ os que pertenecen a clases má s desfavorecidas, pues las
familias con menos capital cultural tienen menos capacidad para transmitir conocimientos
culturales y lingü ísticos a los niñ os, y porque éstos acuden a colegios en los que la formació n es
de má s bajo nivel. Se han calificado a estos jó venes como aquellos que tienen deficiencias
lingü ísticas, culturales. A ese problema, Bernstein, sugiere que la educació n compensatoria no
es una solució n. Cuando esos niñ os no tienen siquiera medios materiales para aprender
correctamente, cuando los colegios a los que acuden no está n preparados para ofrecer una
educació n que garantice los niveles esperados, el problema no reside en que estos niñ os
necesiten una educació n compensatoria. Los profesores esperan poco de los niñ os que
pertenecen a las culturas má s desfavorecidas, y éstos responden a las expectativas. El problema
no está en que estos niñ os no dispongan de capacidades suficientes para alcanzar los niveles
esperados de formació n, sino que la formació n que se les ofrece no es tan provechosa como la
que se imparte en otros colegios a los que acuden niñ os má s privilegiados.

El autor también explica que existen dos formas en las que los niñ os crean enunciados,
las universalistas y las particularistas. Las primeras se refieren a aquellas que dan significado al
objeto que se quiere describir, son explícitas, y son comprensibles por el que las escucha. Las
segundas, al contrario, requieren de la informació n del contexto para ser comprendidas. No
quiere decir que las segundas sean ininteligibles, sino que no expresan en sí mismas un
contenido que pueda comprenderse universalmente. El problema de esto también radica en la
familia y en la escuela. Las familias con menos capital cultural y lingü ístico tienen má s
dificultades para orientar a los niñ os a desarrollar el lenguaje, mientras que las má s
privilegiadas, por estar má s formadas, tienen má s facilidades para transmitir un correcto uso
del lenguaje. Así mismo, las escuelas, que tratan de introducir a los niñ os en un mundo de
significaciones y entramados simbó licos, se diferencian entre unas y otras en la manera en la
que predominan unos asuntos u otros. Algunas escuelas está n má s enfocadas en la importancia
de la creació n de sentidos, en el desarrollo de la imaginació n de los niñ os, en el desarrollo de las
emociones y la percepció n de las mismas, etcétera, mientras que otras encuentran má s
dificultades para orientar a los niñ os a que se desarrollen de forma ó ptima.

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