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Hemorragia posparto.
Las causas frecuentes son la atonía uterina con hemorragia en el sitio
placentario, traumatismo del tracto genital o ambos. La atonía se identifica
por un útero blando y mullido durante el examen manual.
Las excepciones importantes son la acumulación de sangre intrauterina e
intravaginal no reconocida y la rotura uterina con hemorragia
intraperitoneal o retroperitoneal.
Aspecto para considerar: ampliación de la vulva o hematoma vaginal.
El sangrado persistente a pesar de un útero firme y bien contraído sugiere
que la hemorragia probablemente se debe a laceraciones.
La hemorragia posparto tardía describe el sangrado después de las
primeras 24 horas. Esta hemorragia encontrada en 1% de las mujeres.
Si la atonía persiste, el sangrado puede parecer moderado en un momento
dado, pero puede continuar hasta que se desarrolle una hipovolemia
grave.
Una característica engañosa de la hemorragia posparto es el hecho de que
el pulso y la presión arterial no sufran alteraciones más que moderadas
hasta que se pierden grandes cantidades de sangre.
Las mujeres con preeclampsia grave o eclampsia, también son más
vulnerables a la hemorragia porque con frecuencia no tienen una
acumulación normal de volumen de sangre.
Cuando se presume una hemorragia excesiva en estas mujeres de alto
riesgo, se administran rápidamente cristaloides y sangre por sospecha de
hipovolemia.
Inversión uterina.
Los factores de riesgo incluyen solo o en combinación: 1) implantación
fúndica de la placenta, 2) atonía uterina, 3) tracción del cordón aplicada
antes de la separación de la placenta y 4) placenta adherida
anormalmente, como en los síndromes de acretismo.
Hematomas puerperales:
Clasificandose anatómicamente como:
Hematomas vulvares; pueden afectar el bulbo vestibular o las ramas de la
arteria pudenda, que son las arterias rectales inferiores, perineales y del
clítoris.
Hematomas paravaginales: afectan la rama descendente de la arteria
uterina.
Hematomas vulvovaginales:
Hematomas retroperitoneales.
Ruptura uterina.
Puede ser primaria: definida como aquella que ocurre en un útero intacto o
sin cicatrices previas.
Secundaria: asociada con una incisión, lesión o anomalía preexistente del
miometrio.
Los riesgos adicionales para la ruptura incluyen otras operaciones o
manipulaciones previas que traumatizan el miometrio. Algunos ejemplos
son el legrado o perforación uterina, la ablación endometrial, la
miomectomía o la histeroscopia quirúrgica.
Desprendimiento de la placenta.
El desprendimiento de la placenta se inicia por una hemorragia en la
decidua basal.
el proceso comienza como un hematoma decidual y se expande para
causar la separación y la compresión de la placenta adyacente.
La inflamación o infección puede contribuir al desprendimiento de la
placenta.
el sangrado generalmente se insinúa entre las membranas y el útero, y
finalmente se escapa por el cuello uterino para causar una hemorragia
externa. Con menos frecuencia, la sangre se retiene entre la placenta
desprendida y el útero, lo que lleva a hemorragia oculta y retraso en el
diagnóstico
desprendimiento traumático: El trauma externo, generalmente por
accidentes automovilísticos o asalto agravado, puede causar la separación
de la placenta.
Hallazgos clínicos: tienen dolor abdominal repentino, sangrado vaginal y
sensibilidad uterina o dolor de espalda, contracciones frecuentes e
hipertonía persistente.
Choque hipovolémico: es causado por la pérdida de sangre materna.
Desprendimiento de placenta y embolia de líquido amniótico, llevaron al
reconocimiento inicial del síndrome de desfibrinación. Este síndrome
actualmente se conoce como coagulopatía de consumo o coagulación
intravascular diseminada. Con desprendimiento de la placenta lo
suficientemente grave como para matar al feto, siempre hay niveles
patológicos de productos de degradación de fibrinógeno-fibrina y dímeros
D en suero materno.
Útero de couvelaire: cuando se encuentra extravasación generalizada de
sangre en la musculatura uterina y debajo de la serosa. Son una indicación
de histerectomía.
Lesión del órgano terminal: describe la disfunción renal por muchas
causas:
1-El tratamiento tardío o incompleto de la hipovolemia con
desprendimiento placentario severo puede ser uno. El riesgo de lesión
renal con desprendimiento se magnifica cuando coexiste la preeclampsia.
Raras ocasiones: la insuficiencia hipofisaria (síndrome de Sheehan) sigue
a una hemorragia intraparto severa o temprana.
Placenta previa:
la placenta va antes que el feto hacia el canal de parto. El orificio cervical
interno está cubierto parcial o completamente por la placenta.
Placenta baja: la implantación en el segmento uterino inferior es tal que el
borde de la placenta no cubre el orificio interno, sino que se encuentra
dentro de un perímetro de 2 cm de ancho alrededor del orificio.
La edad materna, multiparidad, fumar cigarrillos y leiomiomas aumenta la
frecuencia de la placenta previa. Los niveles de alfa-fetoproteína en suero
materno, si se elevan de manera anormal por otras razones inexplicables
durante el cribado prenatal, aumentan el riesgo de tener una enfermedad
previa y muchas otras anomalías.
Características clínicas:
Sangrado indoloro.
Las placentas adherentes mórbidas son una complicación frecuente y
grave asociada con la placenta previa.
Las mujeres con placenta previa se manejan en función de sus
circunstancias clínicas individuales. Tres factores prominentes incluyen la
edad y madurez fetal, el parto y la severidad del sangrado.
Si estos métodos más conservadores fallan y el sangrado es enérgico, es
necesaria la histerectomía
Placenta de adherencia mórbida: describe placentación aberrante
caracterizada por una placenta anormalmente implantada, invasiva o
adherida
La placenta acreta: indica que las vellosidades están unidas al miometrio.
Placenta increta, las vellosidades en realidad invaden el miometrio.
la placenta percreta determina vellosidades que penetran a través del
miometrio y hacia la serosa.
En las tres variedades, la adherencia anormal puede involucrar a todos los
lóbulos, placenta total acreta.
Si todo o parte de un solo lóbulo está anormalmente unido, se describe
como una placenta acreta focal
Coagulopatías obstétricas.
Un evento relacionado con el consumo real de procoagulantes dentro del
árbol intravascular da lugar a una coagulopatía de consumo.
La pérdida masiva de procoagulantes por hemorragia resulta en una
coagulopatía dilucional.
El bioensayo es un método excelente para detectar o sospechar
coagulopatía clínicamente significativa.
Cierto grado de coagulopatía significativa se encuentra en prácticamente
todos los casos de desprendimiento de placenta y embolia de líquido
amniótico.
Durante el embarazo normal, se desarrollan cambios extensos en la
coagulación y la fibrinólisis para crear un estado procoagulante. Algunos
de éstos incluyen aumentos apreciables en las concentraciones
plasmáticas de los factores I (fibrinógeno), VII, VIII, IX.
Varias infecciones que están acompañadas por la liberación de endotoxina
o exotoxina pueden conducir al síndrome de sepsis. Aunque una
característica de este síndrome incluye la activación de la coagulación,
rara vez la sepsis sola causa un consumo masivo de procoagulante.
La bacteriemia por Escherichia coli se observa con frecuencia con la
pielonefritis anteparto y las infecciones puerperales; sin embargo, la
coagulopatía de consumo no suele ser grave.
El aborto séptico, especialmente asociado con los organismos que se
acaban de discutir, puede incitar a la coagulación y empeorar la
hemorragia, especialmente con los abortos del segundo trimestre.