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Para Raz, hay razones completas (aunque casi nunca, las usemos en la
vida cotidiana).
Estas razones son un conjunto de premisas, que implican una razón para realizar
una cierta acción. Estas premisas son aquellas que pueden referirse a la acción
que se realiza.
Estas razones, a su vez, se componen de múltiples razones, que, en
determinadas razones, pueden ser complementarias, diversas o contrarias.
El problema es que las razones pueden entrar en conflicto y para determinar, cuál
puede prevalecer, debe atenderse a la FUERZA DE CADA UNA DE ELLAS.
CÓMO DETERMINAR LA FUERZA DE LAS RAZONES
RAZÓN CONCLUYENTE: No ha sido cancelada y no hay nada que la pueda
superar.
RAZÓN ABSOLUTA: No hay nada que la supere, pero puede ser cancelada. (no
superaría una determinada razón posible).
CÓMO SE EXPRESAN ÉSTAS RAZONES:
Pueden ser expresadas a manera de silogismo.
Una razón, puede contener valores, y los valores pueden subsumirse en razones.
Así, los valores, se convierten en normativos. Es la búsqueda de terminados fines
del sistema (razón operativa). Así, todos los intereses, valores y deseos se
convierten en razones normativas. De las razones operativas, a las normas hay
solamente, un paso.
Las razones se pueden clasificar de primero y segundo grado. Los conflictos se
resuelven debido a su fuerza y peso. Se someten a un BALANCE de razones,
hasta llegar a la RAZÓN CONCLUYENTE
En caso de conflicto entre razones de primer orden, se trata de un balance
personal. Pero cuando son razones de segundo orden, o una de primer orden y
una de segundo orden, el balance es realizado por una AUTORIDAD, mediante la
aplicación o creación de normas.
Las razones de primer orden resultan del balance de razones que el sujeto realiza
para determinar su propia conducta.
Las razones de segundo orden son excluyentes, autoritativas y legales. (dadas por
las autoridades).
Razones de segundo grado excluyentes: sujetarse a decisiones ya elaboradas con
anterioridad. (utilitarismo y pragmatismo).
Las razones en su mayoría tienen un uso INSTRUMENTAL, que la aleja de su
condición moral (cumplir lo ordenado por sí mismo).
Así, la razón moral puede ser de primer grado y no cumplirse o no imponerse. En
tanto que la razón excluyente de segundo grado, puede imponerse como la que
debe cumplirse.
En cualquier conflicto entre las razones de primer orden y las de segundo grado
excluyentes, prevalece siempre la excluyente, aun cuando lo que ésta ordena,
prohíbe, o faculta… pueda ser realizado mediante una acción distinta superada
por una de segundo orden.
Las razones para la acción en su carácter de excluyentes sean de primer o
segundo orden nos permiten explicar la mayor parte de los casos de razón
práctica de quienes realizan las conductas. Tanto razón práctica (creencias,
convicciones éticas, morales, gustos…) como razón para la acción pueden
coincidir, pero en muchos casos puede ocurrir que quien deba cumplir con la
razón para la acción desconozca la norma en la que se encuentra constreñida y a
pesar de ello la cumpla por razones de pura conveniencia, a esto se le denomina
sensibilidad
Las razones pueden estar en conflicto y pueden manifestarse por el conflicto entre
normas. En una norma puede subyacer una razón completa o varias razones
parciales que en relación con otras normas forman la razón completa sea como
norma de mandato, permisiva o que confiera deberes.
Los conflictos de razones pueden ser parciales o generales, una razón puede
cancelar a otra, pero no anularla, cuando los conflictos son parciales, la razón que
resulta del balance de razones queda como razón de primer orden y la otra de
segundo, siendo la de primer orden la adecuada para conseguir el propósito y la
segunda como una alternativa para su logro.
Esta postura epistemológica del derecho elimina gran parte de los problemas
tratados por otros autores a nivel del derecho como un fenómeno social, y desde
la perspectiva analítica nos colocan en la estructura desde la que se da cuenta de
todas las formas de ser del derecho, y sus relaciones y distinciones con otros
sistemas normativos.
Esta postura epistemológica del derecho elimina gran parte de los problemas
tratados por otros autores a nivel del derecho como un fenómeno social, y desde
la perspectiva analítica nos colocan en la estructura desde la que se da cuenta de
todas las formas de ser del derecho, y sus relaciones y distinciones con otros
sistemas normativos.
i) Operador deóntico.
ii) Sujeto normativo.
iii) Acto normativo.
iv) Condiciones de aplicación.
Las reglas tienen justificación social, entre las que se deben considerar
están las de:
NO MANDATO:
Las normas permisivas cumplen una función en sentido inverso, pues las
razones excluyentes imponen restricciones a la acción, en tanto que las
permisiones son la ausencia de estas restricciones en sentido general.
las permisiones fuertes nos permiten decir que existen normas permisivas
con estructura análoga a las normas de mandato, tanto en sus elementos,
justificación, previsibilidad, balance de razones y dimensiones.
2. sistemas jurídicos
Existen 3 enfoques:
Por fuentes hay que entender los “hechos y actos jurídicos” creadores/generadores de
normas jurídicas generales. El Derecho está compuesto por normas generales y
abstractas que son el resultado de ciertos “hechos y actos jurídicos”.
Esta noción de fuente del Derecho se corresponde con la noción de fuentes formales
del Derecho (conjunto de factores jurídicos de los que depende la creación de
normas jurídicas) y proyecta una imagen sistemática del Derecho. (Kelsen).
Todas las normas jurídicas tienen su origen en una fuente, es decir, en un hecho o
un acto jurídico.
La ley
Cuando el Derecho se nos presenta bajo la forma de ley (Derecho legal), la dimensión
ontológica predominante es la «legalidad» (validez dogmática). A ella sigue la
«legitimidad». La norma jurídica es «precepto» y ello supone la existencia de un momento
de racionalidad o «verdad práctica» en la constitución de la norma.
Toda norma, en cuanto precepto, implica siempre, en un primer momento, un juicio de la
razón acerca de lo justo o de lo injusto (vis directiva). Esa verdad práctica es la que
fundamenta y legitima el acto de voluntad, que dota de validez dogmática a la proposición
normativa transformándola en norma. En un tercer momento o plano aparece la
dimensión ontológica de la «eficacia» o «efectividad», la cual es necesaria para la
realización del Derecho en su plenitud ontológica, pero no para su existencia como orden,
normativo.
La costumbre
Cuando el Derecho se manifiesta bajo la forma de costumbre (Derecho consuetudinario),
la dimensión ontológica que predomina es la «eficacia» (validez sociológica). En segundo
lugar, aparece la «legitimidad», la opinio iuris seu necessitaris—en cuanto elemento
constitutivo de la costumbre— que está referida a un principio o valor que postula su
realización. En último lugar surge el momento de la «legalidad» (fuentes de recepción),
mediante el cual el poder público, de modo expreso o tácito, reconoce obligatoriedad
formal a la costumbre, la cual —en cuanto norma de conducta de origen extraestatal—
deja de ser un mero hábito o regla de trato social para constituirse en auténtica norma
jurídica.
LECCIÓN SEXTA
RONALD DWORKIN
Una teoría del Derecho debe ser:
Pero, una teoría del Derecho comprenderá temas que no entran en ninguna
categoría, y un problema que cae dentro de ellas, puede caer dentro de otras.
LA DISCRECIÓN
El concepto de discreción solo es adecuado en un único tipo de CONTEXTO:
cuando alguien está encargado de tomar decisiones, sujetas a normas
establecidas por una autoridad competente.
Discreción en un sentido débil: las normas que debe aplicar un funcionario, no se
pueden aplicar mecánicamente, sino que exigen discernimiento. (cuando no se
tiene suficiente información).
Discreción en sentido fuerte: En lo que respecta a un problema, simplemente,
quien decide no está vinculado por estándares impuestos por la autoridad en
cuestión. Este sentido no equivale a la libertad casi sin límites y no excluye la
crítica.
Los principios no tienen una relación directa con una regla de reconocimiento.
Los principios entonces, son decisivos y ellos mismos forman una regla de
reconocimiento. Pero no podemos tener un conjunto completo de principios.
Los principios son discutibles, son innumerables y cambian.
Si tratamos a los principios como Derecho, rechazamos el primer dogma del
positivismo: que el derecho de una comunidad se distingue de otros estándares
sociales mediante algún criterio que asume la forma de una REGLA MAESTRA.
Pero también debemos abandonar el segundo dogma del positivismo: La
discrecionalidad.
Una obligación jurídica, a diferencia del positivismo, debe ser impuesta, tanto por
una constelación de principios, como por las normas.
LECCIÓN QUINTA
El CONCEPTO DE DERECHO
H.L.A. HART
¿Qué es el Derecho?
Para Hart, a primera vista, el enunciado de que un sistema jurídico consiste, por lo
menos en general, en reglas, no podría haber sido puesto en duda ni considerado
difícil de entender. Tanto para aquellos que ven el Derecho, como órdenes
respaldadas por amenazas, como aquellos que la ven en su relación con la moral
o la justicia, hablan del derecho como algo que contiene REGLAS, si no está
compuesto principalmente de ellas.
Pero este concepto es confuso: ¿qué son las reglas? ¿qué significa decir que una
regla existe?
Una vez, que la teoría es cuestionada, parecen las mayores divergencias
conceptuales.
Es verdad que existen muchos tipos de reglas menciona, Hart, hay reglas de
etiqueta y lenguaje, reglas de juegos y reglamentos de club, y aún dentro de
cualquiera de estas esferas, las reglas pueden surgir de maneras diferentes.
Dentro del derecho, algunas reglas son creadas por vía legislativa, otras no son
creadas mediante ningún acto deliberado. Otras son obligatorias en el sentido de
que exigen que la gente se comporte de ciertas maneras, por ejemplo,
absteniéndose de la violencia, o pagando impuestos, lo desee o no.
Otras reglas tales como las que prescriben el procedimiento, las formalidades y la
condiciones para la celebración de matrimonios, otorgamiento de testamentos o
realización de contratos, indican lo que la gente debe hacer para llevar a la
práctica sus deseos.
Conclusión: continúa persistiendo, el problema de cuándo una regla es
obligatoria.
¿Cuál es la diferencia entre la mera conducta convergente habitual en un
grupo y la existencia de una regla, de la que a menudo son signo las
palabras “tener que” y “deber”?
En el caso de las reglas jurídicas se ha sostenido a menudo que la diferencia
crucial (el elemento tener que o deber) consiste en el hecho de que las
desviaciones de ciertos tipos de conducta probablemente suscitarán una reacción
hostil y serán castigadas por funcionarios.
En el caso de los meros hábitos, las desviaciones no dan lugar a castigo, ni aun a
reproche. Pero cuando hay reglas que exigen cierta conducta, incluso reglas no
jurídicas como la que prescribe que los hombres se descubran en la iglesia, es
probable que la desviación produzca una reacción de este tipo.
Qué sucede en el campo del Derecho: En este campo, esta consecuencia
predecible es precisa y está oficialmente organizada, mientras que, en el caso NO
JURÍDICO, aunque es probable una similar reacción hostil frente a la desviación,
ella no está organizada ni tiene carácter preciso.
Clases de leyes:
Las leyes que prohíben o prescriben ciertas acciones bajo castigo.
Aquellas que confieren potestades jurídicas para decidir litigios o legislar.
Hay reglas jurídicas que difieren de las órdenes en su forma de origen,
porque ellas no son creadas por nada análogo a un a prescripción explícita.
Pero, para Hart, en esta división debe ser incluida una regla que define lo que
hay que hacer para legislar. Solo conformándose con tal regla los legisladores
tienen una capacidad oficial y una personalidad separada, que puede
distinguirse de la que posee en cuanto individuos particulares.
Tipo básico o primario: prescribe que los seres humanos hagan u omitan
ciertas acciones, lo quieran o no. Imponen deberes e implican movimientos o
cambios físicos.
Las reglas secundarias: dependen de las primarias. Establece que los seres
humanos pueden, haciendo o diciendo ciertas cosas, introducir nuevas reglas
de tipo primario, extinguir o modificar reglas anteriores, o determinar de
diversas maneras el efecto de ellas, o controlar su actuación. Confieren
potestades públicas o privadas. Prevén actos que conducen no simplemente a
movimientos o cambios físico, sino a la creación o modificación de deberes u
obligaciones.
La segunda condición tiene que ser satisfecha por los funcionarios del
sistema. Ellos tienen que ver en las reglas pautas o criterios comunes de
conducta oficial y apreciar críticamente como fallas las desviaciones propias
y las ajenas.
LECCIÓN QUINTA
La Teoría de Hans Kelsen
1
asienta la distinta perspectiva de consideración sobre el fenómeno, jurídico,
dejando bien claro, que el Deber ser tiene aquí un estricto carácter formal, de la
misma manera a como puede ser considerado el deber ser en otros ámbitos del
pensamiento categorial humano. Ser y deber ser, pueden coincidir en la realidad;
esto es, lo que la norma prescribe puede ser exactamente lo que en realidad
sucede, y viceversa : lo que acontece en la facticidad (hechos) puede coincidir con
lo, ordenado en la norma; pero, no, siempre sucede así, ya que ambas categorías
se sitúan en dos nivelen diferente
Para Kelsen, el ser de las normas, su forma lógica, es un ser irreal, es decir, que
no, es observable ni perceptible sensorialmente, sino tan sólo, lógica,
formalmente.
”2. Para Kelsen, “el Derecho no es identificable con la economía ni con el orden
social, sino forma de las mismas; y tan sólo las relaciones económicas y sociales
se transforman en Derecho a través de las normas jurídicas que las conforman. Lo
misma sucede con los contratos, cuya obligatoriedad jurídica no proviene del
hecho de la realización de simples acuerdos sino del respaldo de la norma de
Derecho que autoriza u obliga a determinados comportamientos que se han
querido en virtud del acuerdo”
2
Ídem.
3
Ídem.