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DERECHO PROCESAL I1

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE CHILE

2010

PRIMERA PARTE.

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Manual preparado por los profesores Rodrigo Cerda San Martín y Mauricio González Morales.

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CONCEPTOS BASICOS DE DERECHO PROCESAL, LA JURISDICCION Y SUS


ORGANOS.

CAPITULO I: CONCEPTOS BASICOS DE DERECHO PROCESAL.

1.- Cuestiones Previas.


Como tendremos oportunidad de verificar más adelante, el Derecho procesal se
encuentra íntimamente relacionado a la noción de “conflicto” y más específicamente al
concepto de “litigio”.
La conflictividad de la vida en comunidad es un rasgo distintivo de la sociedad
organizada, sin embargo no todo conflicto entre personas es regulado por el Derecho, sólo
lo serán aquellos que presenten relevancia jurídica, esto es, que incida en prerrogativas u
obligaciones contempladas en el ordenamiento jurídico.
Veremos a continuación el tipo de conflictos de que se ocupa el Derecho Procesal y
las vías de solución que se han utilizado por la sociedad.

1.1.- Los conflictos jurídicos de intereses, una realidad social.


Como decíamos, es difícil, por no decir imposible, concebir la existencia de una
sociedad humana sin que en ella se den conflictos jurídicos de intereses entre las
personas que la componen.

La vida social actual es compleja y genera problemas de convivencia entre sus


habitantes por el solo hecho de compartir espacios comunes. Cómo compatibilizar tantas
y diversas formas de vivir y ver la vida, distintas culturas, religiones e intereses. Si a ello
agregamos la constante económico-social de que no todas las necesidades pueden ser
satisfechas cabalmente por el individuo, y el Estado, normalmente, tampoco puede
colaborar eficientemente en la completa satisfacción de esos requerimientos (salud,
educación, vivienda, recreación, etc.), nos lleva a concluir que resulta imposible concebir
un ser social sin conflictos.2

2
Entenderemos por conflicto aquella lucha que se manifiesta entre al menos dos partes interdependientes, que
persiguen objetivos incompatibles, frente a recursos escasos, interfiriéndose en la consecución de tales
objetivos.

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Ahora bien, dentro de estos conflictos interpersonales existen algunos que revisten
una relevancia jurídica especial, razón por la cual el sistema normativo opta por
regularlos formalmente.

En razón de lo anterior, las normas jurídicas que regulan al conglomerado social


pueden ser infringidas, afectando uno de los interesados los derechos sustantivos del otro
u otros. Frente a tal infracción, se pueden plantear dos posibilidades: a) Permitir que cada
cual asuma su propia defensa y busque aplicar lo que él entiende por justicia; y b)
Atribuir al Estado la facultad de dirimir esos conflictos de intereses, esas controversias.

De lo que se trata, entonces, es de analizar las distintas formas de solución de


conflictos jurídicos de interés y, dentro de ellos, estudiar con especial profundidad el
proceso y la actividad que involucra, a saber: la jurisdicción.

1.2.- Mecanismos de solución de conflictos.


Son instrumentos formales e informales a través de los cuales las personas
procuran solucionar sus controversias de relevancia social.

Los principales mecanismos de solución de conflictos son: la autodefensa o


autotutela, la autocomposición y la heterocomposición.

1.2.1.- La autotutela o autodefensa.

Es la reacción directa y personal de quien pretende hacerse justicia por sí mismo.


Esto provoca una solución violenta y se caracteriza porque uno de los sujetos en conflicto
y a veces las dos partes resuelven o intentan resolver la controversia mediante su acción
directa, sin intervención de la autoridad o de un tercero imparcial.

En este caso, la solución del conflicto se realiza unilateralmente por una de las
partes que impone su decisión a la otra. Por ello brinda sólo una solución parcial y
egoísta a la controversia.3

3
En el ámbito penal la autotutela nos conduce a una etapa previa llamada de venganza privada, violenta e
ilimitada, atemperada con posterioridad con la Ley del Talión, donde la reacción vengativa se reducía a un
mal equivalente al sufrido, simbolizado con la frase “ojo por ojo”; si bien puede parecernos primitiva,
significó un avance, pues implicaba una renuncia al mal desproporcionado.

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Como se trata de una vía de hecho, que se impone por la fuerza y no


racionalmente, se encuentra prohibida por lo general en el Derecho, incluso puede llegar
a constituir la comisión de un delito. En forma excepcional se permite la autotutela con
cierta restricción, así sucede con la huelga legal, en materia laboral; también en el
llamado derecho legal de retención, de índole civil; o con la legítima defensa y el estado de
necesidad en materia criminal.

1.2.2.- La autocomposición.

Consiste en la sumisión o en la renuncia total o parcial del derecho de una parte


en favor de la otra.
Propicia la solución del conflicto por los propios interesados e implica una actitud
de reconocimiento parcial o total o de anuencia de una de las partes en favor de la otra.
Así sucede en la Transacción, Conciliación, Renuncia y Avenimiento.4
La autocomposición puede ser unilateral o bilateral. Es unilateral cuando las
concesiones provienen de una sola de las partes en conflicto. Así ocurre en el
desistimiento, en el allanamiento y en la renuncia. Es bilateral cuando las concesiones
provienen de ambas partes, como sucede con la transacción, el avenimiento y la
conciliación. Es posible que intervenga un tercero, pero el conflicto se resuelve por obra
de las partes, no por obra del tercero.

En la nomenclatura utilizada por Niceto Alcalá-Zamora y Castillo, la solución es


“parcial” si proviene de las “partes” e “imparcial” si proviene de la decisión imperativa de
un tercero.5

Señala el mismo autor, que mirada desde afuera la autocomposición aparece como
una expresión altruista, por lo mismo que se traduce en actitudes de renuncia o
reconocimiento a favor del adversario. Pero, mirada desde dentro, o sea atendiendo el
estado de ánimo determinante en concreto de la renuncia o del reconocimiento, los

4
Los conceptos de autocomposición y de equivalentes jurisdiccionales, ampliamente utilizados por la ciencia
procesal actual tienen su origen en el maestro Franceso Carnelutti. Ver “Instituciones del Proceso Civil”,
Volumen I, Librería “El Foro” Buenos Aires 1997, páginas 109 y siguientes.
5
En su obra “Proceso, Autocomposición y Autodefensa”, Textos Universitarios UNAM México, segunda
edición 1970, páginas 12 y 13.

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móviles pueden variar sobremanera e incluso faltar por completo la espontaneidad, que
debiera ser requisito esencial de toda modalidad autocompositiva.6

En razón de lo anterior, la solución autocompositiva si bien aparece como un


mecanismo eficiente y económico, debe ser analizado con mucho cuidado, pues, con
frecuencia la espontaneidad del sacrificio de los intereses es sólo aparente y, en realidad,
envuelve la capitulación de la parte más débil (con menor posibilidad de resistir
económicamente el litigio); también puede obedecer a una errónea representación del
interés propio (por engaño o mera ignorancia), u otra razón diversa (desacertada
conducción del pleito por parte del mandatario judicial).

Como sea, la autocomposición requiere que él o los litigantes, según sea uni o
bilateral, posean la facultad de disposición sobre el derecho material involucrado, y en
algún caso, procesal, mediante cuyo sacrificio se obtenga la solución del conflicto
pendiente. De ahí que cuando se trate de derechos indisponibles o de hipótesis en que el
legislador imponga la vía procesal, la autocomposición se halle excluida.

1.2.3.- La heterocomposición.

En esta hipótesis la solución del conflicto se impone a las partes por un tercero. El
litigio no se resuelve por obra de las partes, quienes quedan judicialmente obligadas ante
la decisión del tercero. En consecuencia, podemos decir que este tercero se posiciona
suprapartes.

La intervención de los terceros puede realizarse o a título de árbitro o de un juez,


de ahí que la heterocomposición revista dos formas: arbitraje o jurisdicción propiamente
dicha.

La naturaleza de ambas formas es la misma, aun cuando en el arbitraje


intervienen uno o más terceros nombrados por las partes para la resolución de un
conflicto determinado, mientras que en el otro caso, este tercero imparcial está
establecido por el propio Estado para resolver todos los conflictos que surjan, siempre a
través del proceso.

6
Ob cit., pág. 78.

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Como ya anunciamos, centraremos el análisis en este último mecanismo


heterocompositivo, llamado proceso, pues su regulación jurídica es el objeto fundamental
de estudio del Derecho Procesal.

1.3.- El proceso.

1.3.1.- Concepto.

Como punto de partida podemos afirmar que el proceso es el medio idóneo


para decidir imparcialmente, por acto de juicio de la autoridad, un conflicto de
intereses con relevancia jurídica.

Ese acto de juicio se denomina técnicamente sentencia definitiva y una vez firme
produce cosa juzgada, lo que significa, por una parte, que no puede ser modificada por
otro acto jurisdiccional y, por la otra, que es susceptible de ejecución forzada.

También se ha dicho que el proceso es el instrumento que el Estado


proporciona a los particulares, destinado a satisfacer pretensiones procesales y que
se desarrolla a través de una serie de actos jurídicos de carácter procesal que se
desenvuelven concadenada y sucesivamente en el tiempo culminando con la
decisión del juez que dirime el correspondiente conflicto de interés.

1.3.2.- Importancia del proceso.

Radica en que es la única forma esencialmente jurídica de resolución de conflictos


jurídicos de interés y no sólo sirve a las partes para determinar o precisar sus derechos
discutidos, sino que también sirve al Estado para el mantenimiento del orden jurídico y,
consecuencialmente, la conservación de la paz social. Finalmente, es el medio que ofrece
las mayores posibilidades de aportar una solución justa y pacífica al conflicto toda vez
que sus decisiones se le entregan a un tercero imparcial en el contexto de un escenario
con todas las garantías procesales.

En la autotutela y autocomposición la solución del conflicto de interés se produce


por iniciativa directa de los afectados, en cambio en el proceso, se excluye la posibilidad

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de solución por los interesados y se entrega al Estado a través del juez la misión de
solucionar los conflictos de interés.

1.3.3.- Fines del proceso.

Tradicionalmente se afirma que los fines primordiales del proceso son tres, a
saber:

a).- Desde la perspectiva subjetiva, que mira el interés individual de los litigantes,
es un fin del proceso la solución del conflicto jurídico de interés específico, con
autoridad de cosa juzgada;

b).- Desde una perspectiva objetiva, de interés general, la solución de los conflictos
jurídicos de interés por parte de los tribunales de justicia contribuye a la consecución de
la paz social, fin del Estado, y

c).- Para la obtención de una sentencia justa se requiere que, a través de un


proceso con todas las garantías, se esclarezcan los hechos (búsqueda de la verdad) y se
aplique a ellos el mejor derecho sustantivo (correcta calificación jurídica). Es por ello que
se dice que el Derecho Procesal es un derecho instrumental o adjetivo, pues permite la
aplicación del Derecho Sustantivo (Civil, Laboral, Comercial, Penal, Tributario, etc).

1.3.4.- Distinción con otras instituciones.

Para los efectos de utilizar adecuadamente el lenguaje técnico de la disciplina, es


preciso distinguir el proceso de otros conceptos similares con los cuales se suele
confundir en la práctica judicial, a saber:

* Procedimiento, esto es, el conjunto de formalidades específicas y actuaciones


concadenadas, desde la demanda a la sentencia definitiva, establecidas por la ley a las
cuales deben someterse tanto los tribunales como las partes que concurren ante ellos
planteando pretensiones procesales.

* Expediente, que es la materialidad del proceso, compuesto por el conjunto de


escritos, documentos y actuaciones de toda clase que se presentan o verifican en el
proceso y que se ordenan cronológicamente.

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Como tendremos oportunidad de desarrollar más adelante, la noción de proceso se


halla encuadrada por la de acción, que viene a ser su punto de partida, y por la de
jurisdicción, que representa su meta o, mejor dicho, su culminación, desde la cual
eventualmente desciende aquél hacia la ejecución. Por lo tanto, mientras no se dilucide
esos conceptos situados a los extremos no se sabrá con exactitud el camino que los une.
Creemos oportuno advertir que, si bien el proceso se presenta como un
mecanismo jurídico y racional de solución de conflictos, en la práctica su uso excesivo y
la anacrónica ritualidad de los procedimientos (especialmente civiles) ha llevado a su
descrédito por ineficiente. La mirada, entonces, se vuelca hacia mecanismos alternativos
menos formales, más rápidos y de menor costo.
El sistema adversarial, inserto en una especie de cultura del litigio, ha demostrado
ser ineficaz de la manera que se ha aplicado. En efecto, a tribunales entran más causas
de las que salen, la duración de los procesos excede el tiempo razonable, a lo que debe
sumarse la demora en la ejecución de los fallos y el costo económico y anímico de litigar.
Es por ello que las reformas procesales buscan un eficiente sistema de solución de
conflictos, sin concentrar la mirada o el análisis sólo al proceso; se exploran instituciones
y procedimientos encaminados a prevenir las controversias y resolverlas efectivamente,
con el menor costo posible, partiendo de las necesidades e intereses de las partes. 7 Los
tribunales no deben ser el lugar donde las disputas comienzan, sino que deben recibir el
conflicto después de haber intentado otros métodos de solución; salvo, claro está, que la
especial naturaleza del tema o las partes involucradas hagan necesaria la intervención de
la autoridad judicial.
Se trata de los llamados mecanismos alternativos de resolución de conflictos
(MARC), esto es, instrumentos autocompositivos, voluntarios, flexibles e informales -
donde las partes deciden ingresar, continuar o retirarse – que, eventualmente,
contemplan la participación de un tercero (mediador, facilitador, negociador y/o
conciliador) que actúa para ayudarlos a alcanzar un acuerdo, respetando sus códigos
comunicacionales. Los más importantes son la mediación, la conciliación y el arbitraje.
En contraste con los sistemas convencionales de solución de conflictos, estos
mecanismos alternativos proponen el uso de enfoques no adversariales y no violentos;
buscan soluciones donde no haya ni ganadores ni perdedores, así como modos de

7
Pactum vincit legem et amor judicium (el acuerdo prevalece sobre el derecho y el amor sobre la sentencia).

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entender el conflicto donde se tomen en cuenta las necesidades de ambas partes de


manera holística.8
En las últimas dos décadas conceptos como autodeterminación y usos
participativos en la toma de decisiones comienzan a permear los ámbitos del Derecho y de
la Administración de Justicia, así ocurre, por ejemplo, en la mediación donde el eje
central es el otorgar un espacio donde sean las mismas partes quienes discutan los temas
que les atañen y quienes decidan qué solución darles.

8
Doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que lo
componen.

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CAPITULO II: EL DERECHO PROCESAL.

2.- Concepto, contenido y características del Derecho Procesal.

2.1.- Concepto.

Tradicionalmente se afirma que el Derecho Procesal es aquella rama del derecho


que estudia la organización de los tribunales de justicia, señala sus atribuciones y
competencias y determina las normas de procedimiento a que deben someterse tanto los
tribunales como las personas que concurren ante ellos planteando pretensiones y
contrapretensiones procesales.9

En función de este concepto se suele clasificar el Derecho Procesal en dos grandes


grupos:

El Derecho Procesal Orgánico, esto es, aquella rama del Derecho Procesal que
comprende el estudio de la organización de los tribunales de justicia y de sus
atribuciones y competencias, y

El Derecho Procesal Funcional, que es aquella rama del Derecho Procesal que
estudia las normas de procedimiento a que deben someterse tanto los tribunales como las
personas que concurren ante ellos planteando pretensiones procesales.

Este último, a su vez, se subdivide en diversos grupos, siendo los más importantes
el Derecho Procesal Constitucional, que estudia las normas de procedimiento que
regulan las acciones constitucionales cautelares de derechos fundamentales y los demás
mecanismos que inciden en la vigencia y respeto de tales prerrogativas; Derecho
Procesal Civil, que estudia las normas de procedimiento que deben aplicarse cuando el
respectivo conflicto es de naturaleza civil y el Derecho Procesal Penal, que estudia las
normas de procedimiento que deben aplicarse cuando el correspondiente conflicto es de

9
Otros conceptos doctrinales de Derecho Procesal pueden encontrarse en el “Manual de Derecho Procesal.
Derecho Procesal Orgánico”, escrito por el profesor Fernando Orellana Torres, Editorial Librotecnia, primera
edición septiembre de 2005, páginas 22 y 23. Además, en sus páginas 27 y siguientes se contiene una relación
de la historia del Derecho Procesal Chileno. Ver también “Iniciación al Nuevo Derecho Procesal Chileno”,
cuyo autor es el profesor Jaime Salas Astrain, Alfakira Ediciones, primera edición noviembre de 2006,
páginas 15 y siguientes.

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naturaleza criminal. Además podemos encontrar en otras ramas del Derecho aspectos de
orden procesal, así hay un Derecho Procesal Laboral, Derecho Procesal Administrativo y
Derecho Procesal Tributario.

2.2.- Contenido del Derecho Procesal.

En una sociedad organizada no basta con reconocer a las personas derechos


subjetivos, de contenido sustantivo, sino que es necesario, además, estructurar
mecanismos jurídicos eficientes para obtener la real vigencia, respeto y salvaguardia de
los mismos, propendiendo el Estado, de ese modo, a la consecución del bien común.

Desde esta perspectiva, se afirma que el Derecho Procesal es supletorio, en el


sentido de que entra a actuar cuando el entendimiento directo entre los hombres se hace
imposible y se vulnera o conculca algún derecho de carácter sustantivo. Frente a esta
incapacidad de los particulares, el Estado les entrega “el proceso”, en cuanto mecanismo
de solución de conflictos civilizado, donde el órgano jurisdiccional, por decisión de
autoridad o a través de sustitutos jurisdiccionales, obtendrá la solución del conflicto.

La actividad jurisdiccional que se describe se lleva a efecto ante tribunales


imparciales y se desenvuelve a través de un conjunto de actuaciones reguladas
normativamente para otorgar a los contendientes las garantías de un juicio racional y
justo (debido proceso).

En consecuencia, en cuanto a su contenido el Derecho Procesal regula,


fundamentalmente:

 La estructura, organización y funcionamiento de los Tribunales.

 El ámbito de actividad y funciones de los mismos (competencias).

 Los procedimientos que se siguen ante los tribunales en procura de la solución de los
conflictos de interés.

De este modo, su estudio comprende, básicamente, el examen de tres grupos de


normas:

a).- leyes orgánicas, relativas a la organización y estructura de los tribunales.

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b).- leyes de competencia, referentes a sus atribuciones para conocer, juzgar y


ejecutar lo decidido en los procesos.

c).- leyes de procedimiento, que inciden en la tramitación a que deben sujetarse


los asuntos, de toda índole, que se someten a los tribunales de justicia.

2.3.- Características del Derecho Procesal.

Para fines didácticos se suelen señalar como elementos distintivos de la disciplina


que nos ocupa los siguientes:

a).- Es una rama autónoma de las ciencias jurídicas, pues forma parte de un
todo que es el Derecho. Es un subsistema jurídico especializado.

b).- Se inserta en el ámbito del Derecho Público, porque regula relaciones entre
un órgano del Estado, que se haya en una situación de supremacía respecto de los
litigantes, que está investido de una potestad jurídica pública, y otras personas que se
hayan sujetos a una potestad en una relación de subordinación.

De lo dicho se siguen importantes consecuencias:

i).- Las normas procesales en general son de orden público porque las partes no
pueden derogarlas por un simple acuerdo de voluntades. Así acontece con las normas
relativas a la organización y atribuciones de los tribunales, especialmente en cuanto a
normas sobre competencia absoluta se refiere. Las normas de competencia relativa en
cambio y por regla general (artículo 181 COT) sí pueden ser renunciadas por las partes.
Las normas de procedimiento, por regla general serán de orden público, aún cuando hay
casos en que carecen de tal calidad, como acontece por ejemplo con la renuncia de
recursos y plazos.

ii).- Las normas de índole procesal prevalecen en cada país sobre el derecho de un
país extranjero.

Debemos advertir, sin embargo, que esta caracterización – que el Derecho Procesal
sea de derecho público - es sumamente combatida en doctrina. Primero, porque se dice
que la clasificación entre derecho público y derecho privado sólo tendría un valor

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histórico, pues el derecho es un solo fenómeno; y segundo, porque el Derecho Procesal


participaría de ambas calidades – público y privado – y por ende estaría en una posición
central y privilegiada frente a las demás ramas del derecho.

c).- Es un Derecho Adjetivo o secundario, en cuanto no existe por sí solo sino


que necesita de la presencia de otro derecho (sustantivo) para ponerlo en movimiento.

Las normas sustantivas, materiales o primarias son aquellas que resuelven el


conflicto de intereses reconociendo derechos subjetivos y estableciendo obligaciones de
las personas.

Las normas adjetivas o instrumentales, en cambio, establecen el mecanismo


concreto para la alegación, reconocimiento y acatamiento de un derecho subjetivo.

No obstante lo anterior, el Derecho Procesal en la actualidad es concebido como


un rama autónoma del Derecho, con instituciones y doctrinas propias.

d).- En este mismo orden de ideas se dice que el Derecho Procesal es un Derecho
Formal, porque regula la forma, la manera, el modo de realizar la actividad jurisdiccional,
en contraposición al Derecho sustancial o material que determina el contenido y la
materia.

e).- El Derecho Procesal es instrumental, ya que sus normas constituyen el medio


para la realización del derecho material o sustantivo. Este último se realiza a través del
Derecho Procesal, que nos muestra el camino para ejercer eficientemente nuestros
derechos, o sea concede al poseedor de un derecho los medios necesarios para reclamarlo
en juicio, en el evento que haya sido desconocido o atropellado por otra persona.

En todo caso debemos advertir que no es la ubicación de una norma en un


determinado Código la que le atribuye su naturaleza, así en los Códigos Procesales
pueden encontrarse normas materiales-sustantivas como también es posible encontrar
normas procesales en los Códigos de fondo, por ejemplo en el Código Civil todo lo relativo
al pago por consignación o lo relativo a la muerte presunta.

f).- El Derecho Procesal es unitario, es decir sería uno solo, careciendo de sentido
distinguir entre Derecho Procesal Civil y Penal, ello por cuanto ambas ramas comparten
instituciones comunes de tal envergadura (tribunales, jurisdicción y competencia) que

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necesariamente deben considerarse como uno solo. Cosa distinta es que por una cuestión
metodológica y sistemática se le divida en ambas ramas.

3.- Relaciones del derecho procesal con otras ramas del derecho.
Al igual como sucede con la gran mayoría de las diversas ramas del derecho, por
no decir todas, el Derecho Procesal se vincula con ellas de distintas formas:
a) Con el Derecho Constitucional: La vinculación es evidente toda vez que la
Constitución Política de la República – en cuanto piedra angular de nuestra
institucionalidad jurídica – sienta las bases fundamentales de todos los poderes del
Estado, el Poder Judicial entre ellos. Es así como la CPR – en el Capítulo VI, artículos 76
a 82 – contiene normas esenciales sobre jurisdicción, organización, atribuciones y
nombramiento de los miembros del poder judicial. Junto a ello, en la CPR también
encontramos normas de procedimiento (derecho procesal funcional) en los artículos 20
(recurso de protección) y 21 (recurso de amparo), entre otros.
b) Con el Derecho Civil, comercial, laboral y minero, entre otros, se vinculan
con el Derecho Procesal ya que éste es el instrumento necesario para el reconocimiento
efectivo de los derechos sustantivos que aquellas ramas establecen, cuando son
desconocidos.
c) Con el Derecho Penal también se vincula pues el Derecho Procesal aporta el
procedimiento necesario para el establecimiento del hecho punible, la participación
criminal y la aplicación de la sanción penal, si procediere.
d) Con el Derecho Internacional: también se relaciona con el Derecho Procesal a
través de diversas instituciones como la jurisdicción de los tribunales frente a los
extranjeros; cumplimiento de las resoluciones judiciales pronunciadas por tribunales
extranjeros, extradición activa y pasiva.
e) Con el Derecho Administrativo, pues la gran mayoría de personas que labora
en el poder judicial detenta la calidad de servidores públicos y por lo tanto, le son
aplicables, además de las normas de su estatuto propio (COT), aquellas que el Derecho
Administrativo contempla para los funcionarios del Estado en general.
f) Con el Derecho Tributario, pues se establecen reglas de procedimiento para por
ejemplo la reclamación de ciertas actuaciones del SII y Tesorería General de la República.
También existen delitos tributarios (Derecho sustantivo) a los cuales se les aplican las
normas del proceso penal.

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4.- Fuentes del Derecho Procesal.


Etimológicamente la palabra fuente significa origen, inicio. Desde un punto de
vista jurídico, se entiende por fuentes del derecho aquellas bases sobre las cuales el
Derecho se sustenta para demarcar su contenido y extensión.
Siguiendo al profesor Jaime Salas Astrain entenderemos por fuente del Derecho
Procesal todo medio que sirva para establecer, interpretar o aplicar la norma procesal. 10
Los autores clásicos acostumbran a clasificar las fuentes del Derecho Procesal en:
a) Históricas,
b) Constitucionales,
c) Legales y
d) Subsidiarias.
a).- Entre las fuentes históricas sobresalen el procedimiento romano y germánico,
que han servido de antecedentes a la mayoría de los procedimientos actuales o modernos.
También es posible mencionar al derecho canónico y la legislación colonial (ej. de órganos
jurisdiccionales: gobernadores, cabildos, intendentes y real audiencia).
b).- Las fuentes constitucionales – inmediatas o directas - están representadas
por los preceptos que encontramos en las Cartas Fundamentales (por ejemplo, los
artículos 5° inciso 2º, 6, 7, 19 Nº 3, 20, 21, 76 y siguientes, de la CPR) y también los
Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos, especialmente en lo que dice relación
con los temas de debido proceso de ley,11 organización e independencia del Poder Judicial.
Si bien desde un punto de vista cuantitativo la fuente principal del Derecho
Procesal es la ley, ésta debe siempre ajustarse estrictamente a ciertos parámetros
generales de rango jurídico superior contenidos en la Constitución Política de la
República, de suerte tal que, si ello no sucede, podrá pedirse la declaración de
inconstitucionalidad por parte del Tribunal Constitucional (artículo 93 CPR).
Así las cosas, el Derecho Procesal encuentra en la CPR y en la normativa
constitucional anexa una fuente importantísima, cuyo estudio resulta imprescindible,
llegando incluso a afirmar que vivimos un proceso de constitucionalización, pues en la
resolución de casos difíciles se busca directamente en normas de origen constitucional y
no legal, al estimarse que aquéllas priman sobre éstas.12
10
Ob cit., pág. 52.
11
En especial el PIDCP y la CADH.
12
En este sentido, Jaime Salas Astrain, ob cit, pág. 53.

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c).- Las fuentes legales – inmediatas o directas - están constituidas por el derecho
positivo y vigente en determinada época y país.13
En cuanto al Código Orgánico de Tribunales, que es el cuerpo legal que con
mayor frecuencia ocuparemos durante el curso de Derecho Procesal I, es preciso indicar
que data del 09 de julio de 1943, fecha en que fue publicada en el Diario Oficial bajo la
ley Nº 7.421, correspondiendo ella al texto refundido de la “Ley de Organización y
Atribuciones de los Tribunales”, de 15 de octubre de 1875 y todas las leyes que a
aquella fecha la habían modificado y/o complementado. En el curso de sus más de 60
años de vigencia ha sido modificado por numerosos cuerpos legales.
En cuanto a la estructura del COT, este se compone de 602 artículos, distribuidos
en 17 títulos, más un título final y 16 disposiciones transitorias.
d).- Por último, dentro de las fuentes subsidiarias o indirectas encontramos la
jurisprudencia y la doctrina.
Tradicionalmente se ha afirmado que la jurisprudencia está constituida por el
conjunto de sentencias de carácter uniforme y constante dictadas por los tribunales
superiores de justicia y que dicen relación sobre una materia determinada, ya sea de
forma o fondo, a partir de las cuales se desprende una interpretación que se mantiene
más o menos invariable en el tiempo.
Sobre el particular debemos tener en cuenta el efecto relativo de las resoluciones
judiciales, consagrado en el artículo 3º del CC, sin perjuicio de lo dispuesto por los
artículos 376, inciso 3º, del CPP, 780 del CPC y 483 del Código del Trabajo.
No obstante no existir en Chile un efecto legal vinculante de las sentencias
judiciales, debemos reconocer la adhesión que los tribunales inferiores manifiestan
respecto de los criterios jurisprudenciales consistentes y uniformes de sus superiores, al
constatar en ellos una decisión racional y fundada para el conflicto de que se trata, razón
jurídica que puede extrapolarse a otras controversias. Es por ello que se habla de una
fuente subsidiaria e indirecta.14
La doctrina, por su parte, entendida como la opinión de los autores y estudiosos
del Derecho Procesal, resulta relevante en razón de tratarse de un derecho relativamente

13
COT, CPC, CPP, CJM y otras leyes especiales con normas de carácter procesal, como el artículo 3° del CC.
.
14
Cosa distinta ocurre en el sistema procesal anglosajón, donde rige el derecho consuetudinario (Common
Law), basado principalmente en los precedentes judiciales.

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nuevo, en plena formación y evolución, que lucha por destacarse de las ramas jurídicas
más afines y por establecerse sobre bases científicas propias.15
En el desarrollo de la doctrina procesal podemos distinguir cuatro períodos o fases
perfectamente definidas y con características propias:
1°.- El de la escuela exegética,
2°.- El de las teorías particulares,
3°.- El de la teoría general del proceso de cognición o del juicio declarativo, y
4°.- El de la teoría general del proceso.
El período de la escuela exegética se caracteriza por el predominio del sistema de
los comentarios de los textos legales en el mismo orden de las materias que en ellos se
contienen, sin entrar al estudio propiamente tal de las instituciones procesales. Se inspira
en las directivas exegéticas de la escuela procesal francesa.
El período de las teorías particulares representa una transición entre el período
anterior y el siguiente, dentro de las diversas fases de evolución de la doctrina procesal.
Se caracteriza porque ya aparecen las primeras tendencias sobre la investigación de los
principios que informan cada institución procesal en particular.
En el período de la teoría general del proceso de cognición o del juicio
declarativo la directiva exegética cede completamente el campo a la directiva doctrinaria;
y la influencia de la escuela procesal francesa es reemplazada y supeditada, primero, por
la germana, y luego, por la italiana. Se distingue por el vigoroso impulso alcanzado dentro
del estudio de los principios que informan el derecho procesal y, en particular, del juicio
de cognición o declarativo.
Por último, el período de la teoría general del proceso representa una ulterior
evolución de la fase precedente. Se caracteriza por la tendencia a obtener una verdadera
síntesis de los principios del derecho procesal, comprensiva no sólo de las instituciones
del proceso de cognición o juicio declarativo, sino, además, de los procesos ejecutivos,
cautelares, penales y demás especiales.
Dentro de este tema de las fuentes del Derecho Procesal, también son dignos de
mención los Autos Acordados, dictados por los Tribunales Superiores de Justicia (Corte
Suprema y Cortes de Apelaciones) en uso de sus facultades directivas y económicas, en
procura de un mejor funcionamiento o servicio judicial. Su contenido normativo
15
Sobre la influencia de la doctrina procesal ver la obra “Los protagonistas del Derecho Procesal. Desde
Chiovenda a nuestros días”, cuyo autor es Osvaldo Alfredo Gonzaíni, Rubinzal-Culzoni Editores, Buenos
Aires – 2005. En Chile, ver a Fernando Orellana Torres, ob. Cit, pág.91 a 93.

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reglamenta en forma permanente y general determinadas materias para complementar


una ley.16

5.- La Ley Procesal.


Como ya señalamos, la Constitución y la ley procesal constituyen en nuestro
ordenamiento jurídico la fuente principal del Derecho Procesal y son, por ende, el objeto
primordial de estudio de nuestros dogmáticos.
Específicamente, la ley procesal es aquella que se encuentra contenida en diversos
cuerpos normativos, regulando los diferentes aspectos que constituyen el contenido del
Derecho Procesal.

5.1.- Clasificación.
Para fines didácticos podemos dividir la ley procesal desde distintos puntos de
vista, a saber:
a).- Según su objeto puede ser orgánica o funcional. Distinción que ya fue
explicada precedentemente.
b).- Según el derecho material que tutela puede ser: procesal civil, procesal penal,
procesal laboral, procesal de familia, etc.
c).- Según su extensión puede ser común y especial. La primera, es la que
comprende un extenso grupo de relaciones jurídicas y, la segunda, la que se refiere a
relaciones determinadas y precisas.
La ley procesal civil es común no sólo porque abarca relaciones materiales civiles y
comerciales, sino porque es norma supletoria de todos los demás ordenamientos jurídicos
procesales. Especiales, en cambio, son entre otras las leyes procesales penales, laboral,
de familia, tributarias o de justicia militar.

5.2.- Interpretación de la Ley Procesal.


Con ello nos referimos a la necesidad de determinar y establecer el real sentido,
alcance y contenido de la norma procesal, es decir cual fue la intención del legislador al
dictarla.
Según su fuente, la interpretación de la ley procesal (como de la ley en general) se
puede clasificar en tres formas:
16
Profundiza en el tema el profesor Fernando Orellana Torres, ob cit, páginas 84 y siguientes. Ver, además,
apéndice del COT.

18
19

a).- Interpretación privada o doctrinal: es aquella que realizan los autores y


estudiosos del derecho, recurriendo por regla general a la historia fidedigna de la ley y a
los principios formativos del proceso.
b).- Interpretación auténtica o legislativa: es aquella que realiza el legislador
mediante la dictación de una segunda ley “explicativa” o “interpretativa” de una anterior.
(Ver inciso 1º del artículo 3° del CC.: sólo toca al legislador explicar o interpretar la ley de
un modo generalmente obligatorio).
En este caso se dicta un texto legal que tiene por objeto aclarar los términos de
una ley procesal anterior que, al aplicarse, resultó oscura o contradictoria. La primera ley
se denomina ley interpretada y, la segunda, ley interpretativa.
La ley interpretativa tiene un carácter retroactivo, rigiendo a partir de la fecha de
la ley interpretada, ello pues ambas se consideran una sola, se debe entender que ese es
el sentido que siempre debió dársele a la ley original. Hace excepción a esta regla la
existencia de una sentencia ejecutoriada o una transacción que no haga suya la
interpretación legal (artículos 9° y 2.460 del CC).
c).- Interpretación judicial: es la interpretación que realizan los tribunales de
justicia en cada caso concreto que se les presenta y consiste en la labor de éstos en orden
a aplicar la norma general y abstracta a la situación particular de que se trata.
Tradicionalmente se enseña que las reglas de interpretación de la ley procesal se
encuentran establecidas en el Código Civil, artículos 19 a 24. Sin embargo, en la
actualidad a ello debe agregarse la doctrina relativa a la interpretación constitucional.
De un modo sintético podemos señalar que las reglas o mecanismos de
interpretación clásicos son los siguientes: medio literal o gramatical, en cuya virtud si el
sentido y alcance de la ley es claro no puede desatenderse su tenor literal como excusa
para consultar su espíritu; medio teleológico que indaga la intención o espíritu de la ley;
medio histórico, que considera la historia fidedigna del establecimiento de la ley y los
antecedentes de su formación; medio sistemático, que permite buscar el sentido de una
norma a la luz de las reglas jurídicas contenidas en la misma ley o en el ordenamiento
jurídico en general, concebido como un sistema unitario y coherente; y el medio de la
equidad natural, cuya verificación se entrega al juez de la causa.

5.3.- Efectos de la ley procesal.

5.3.1.- Efectos del Derecho Procesal en el tiempo.

19
20

Los procedimientos, por su propia naturaleza, son esencialmente complejos: se


componen de una serie de actos, encadenados los unos a los otros, que se suceden en el
tiempo, ocupando espacios más o menos largos. Ocurre que en el intertanto, puede
dictarse una ley que introduzca modificaciones a la normativa procesal, ya en la
organización y en las atribuciones de los tribunales, ya en el procedimiento mismo; y se
suscita de inmediato la cuestión de saber si esa nueva ley va a producir efectos en los
juicios futuros a que puede dar origen una relación jurídica material ya formada, o bien,
en los juicios actualmente pendientes al momento de dictarse la referida ley y, aún, en los
juicios afinados.
Si la nueva ley afecta situaciones de hecho anteriores a su dictación se habla de
retroactividad; en caso contrario, se dice que la nueva ley es irretroactiva.
En materia procesal civil la regla general es la irretroactividad, pues se estima que
en principio las normas procesales rigen in actum, esto es, desde el momento de su
entrada en vigencia y sólo para el futuro. Sin embargo, para entender a cabalidad la
aplicación de le ley en el proceso es necesario distinguir entre juicios terminados, no
iniciados y pendientes:
Si el juicio se encuentra terminado y se dicta una nueva ley procesal, no se
puede pretender que se afecte al titular el derecho reconocido en la sentencia firme, ello
en protección al derecho de propiedad reconocido en nuestra carta fundamental (artículo
19 N° 24 CPR). Excepción: artículo 18 del CP.
Si la relación material se hubiere formado y con posterioridad se da origen a
un pleito, sin embargo antes de su iniciación se dicta una nueva ley procesal, el juicio
debe regirse por la ley nueva, pues “las leyes concernientes a la sustanciación y
ritualidad de los juicios prevalecen sobre las anteriores desde el momento en que deban
empezar a regir”.17
Hace excepción a este principio lo relativo a los medios probatorios, en cuanto
“Los actos o contratos válidamente celebrados bajo el imperio de una ley podrán probarse
bajo el imperio de otra por los medios que aquélla establecía para su justificación, pero la
forma en que deba rendirse la prueba estará subordinada a la ley vigente al tiempo en
que se rindiere”.18 Distingue así nuestro legislador, entre los medios probatorios mismos y
la forma o manera de rendirlos. Los primeros se rigen siempre por la ley antigua, pues

17
Artículo 24 inciso 1° de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes (LER), de 7 de octubre de 1861.
18
Artículo 23 de la misma Ley.

20
21

dicen relación con la existencia del acto o contrato; la segunda, por versar sobre un
aspecto formal de la cuestión, se ajusta a la nueva ley.
Por último, si se trata de un juicio pendiente, y en el intertanto se dicta una
nueva ley procesal, será necesario subdistinguir si estamos en presencia de una nueva
ley, que diga relación con la organización o las atribuciones de los tribunales, o de una
nueva ley que se refiera estrictamente al procedimiento.
Sobre el particular se afirma que si la nueva ley procesal se refiere a la
organización o a las atribuciones de los tribunales, entrará a regir de inmediato, “in
actum”, por cuanto se trata de leyes pertenecientes al Derecho Público, en cuya rama no
hay derechos adquiridos. En contrario se ha dicho que ello atentaría con lo dispuesto en
el artículo 19 N° 3, inciso 4°, de la CPR y 109 del COT.
En fin, si la nueva ley procesal dice relación con el procedimiento mismo, entrará a
regir de inmediato, a menos que estemos en presencia de un plazo que hubiera empezado
a correr o de una actuación o diligencia ya comenzadas, las cuales se ajustan a la ley
procesal vigente al tiempo de su iniciación.19
En materia procesal penal, el artículo 11 del Código del ramo señala que las leyes
procesales penales serán aplicables a los procedimientos ya iniciados, salvo cuando, a
juicio del tribunal, la ley anterior contuviere disposiciones más favorables al imputado. Se
consagra entonces la irretroactividad de la ley procesal penal perjudicial al imputado y la
ultractividad de la favorable. 20
En atención a las dificultades que pueden generarse en la interpretación de la
vigencia de la nueva ley, el legislador suele utilizar el sistema de las disposiciones
transitorias, donde se contemplan normas expresas que solucionan el paso de la nueva
ley procesal respecto a la antigua.

5.3.2.- Efectos del Derecho Procesal en cuanto al territorio.


El principio nos señala que la ley es una declaración o emanación del poder de
soberanía de cada Estado; luego, debe únicamente regir y producir efectos dentro del país
en el cual ha sido dictada y solamente afectar a las personas que se encuentren en ese
territorio (principio de territorialidad).
Aplicando el principio anterior al Derecho Procesal, la doctrina enseña que todo lo
relativo a las formas o solemnidades del proceso debe ser regulado por las normas
19
Artículos 4, inciso 1°, y 24, inciso 2°, de la precitada LER.
20
La ultractividad de la ley consiste en la aplicación actual de una ley ya derogada.

21
22

legales vigentes en el lugar en el cual actúa el órgano judicial que está conociendo de
dicho proceso; y que la sumisión al órgano judicial afecta por igual a todos los individuos
residentes en ese lugar, sin distinción de nacionalidad.
Sin embargo, en atención a las continuas relaciones internacionales y a razones de
alta conveniencia pública, la rigidez de los principios anteriores sufre diversas
excepciones; así por ejemplo:
1º Se atribuye competencia a los tribunales chilenos para juzgar hechos acaecidos
fuera del territorio nacional (artículo 6° COT);
2º Se dispone que ciertas personas, en razón del cargo o función que desempeñan,
deban ser juzgadas por determinados tribunales especiales, distintos de aquellos a que se
encuentran sometidos la generalidad de las personas (artículos 45 y 50 COT);
3º Se libera de la obligación de comparecer ante los tribunales a declarar a esas
mismas personas por la misma razón anterior (artículos 361 N° 2 del CPC y 300 del CPP);
4º Se les reconoce, por último, validez y fuerza ejecutiva, dentro de nuestro país, a
las resoluciones judiciales pronunciadas por tribunales extranjeros siempre que
concurran determinadas condiciones legales (artículos 242 y siguientes del CPC).
De otro lado, para la solución de los conflictos internacionales que pueden
suscitarse entre los diversos Estados americanos con motivo de la aplicación de leyes
procesales, es necesario tener en consideración el Código de Derecho Internacional
Privado o Código de Bustamante, sin perjuicio de la siguiente reserva: “Ante el Derecho
Chileno y con relación a los conflictos que se produzcan entre la legislación chilena y
alguna extranjera, los preceptos de la legislación actual o futura de Chile prevalecerán
sobre dicho Código, en caso de desacuerdo entre unos y otros”.
El Código mencionado contiene un libro entero – el libro cuarto – sobre Derecho
Procesal Internacional, destinado a legislar materias de tanta importancia como son las
siguientes: competencia, extradición, exhortos internacionales, pruebas, casación,
quiebra, ejecución de sentencias, etc (artículos 423 y siguientes del CDIP); y, en especial,
excluye de las jurisdicciones nacionales a los jefes de Estado extranjeros y a los
agentes diplomáticos extranjeros.
La inmunidad de jurisdicción de que gozan las personas antes nombradas,
también había sido reconocida, con anterioridad, en la Convención sobre funcionarios
diplomáticos, suscrita el 10 de febrero de 1928 en la Habana y ratificada posteriormente
por Chile, el 31 de diciembre de 1936.

22
23

Pero aun más amplias son las disposiciones que se contienen, acerca de
inmunidad de jurisdicción de los agentes diplomáticos y de los cónsules e inviolabilidad
de sus respectivas sedes, en los siguientes textos internacionales: a) Convención de
Viena, sobre relaciones diplomáticas, firmada el 18 de abril de 1961, ratificada por Chile
mediante Decreto Supremo N° 666, de 9 de noviembre de 1967, y publicada en el Diario
Oficial de 4 de marzo de 1968; y b) Convención de Viena, sobre relaciones consulares,
firmada el 24 de abril de 1963, ratificada por Chile por Decreto Supremo N° 709, de 28 de
noviembre de 1967, y publicados en el Diario Oficial de 5 de marzo de 1968.

23
24

CAPITULO III: LA JURISDICCION Y SUS ORGANOS.

7. La jurisdicción.

7.1.- Cuestiones previas.


Por definición constitucional al Poder Judicial le corresponde la actividad
jurisdiccional, esto es, solucionar los conflictos jurídicos de interés que se promuevan en
el territorio de la República (artículos 76, inciso 1°, CPR y 1° del COT). Entonces la
función esencial y misión de ese órgano estatal es precisamente la jurisdicción.
La función jurisdiccional es la “facultad – deber” que compete a los tribunales
de justicia de resolver tales controversias y así otorgar a los justiciables el bien jurídico de
la paz social, componente del fin primordial del Estado, el bien común.
Además, al Poder Judicial se le ha encomendado por ley la tramitación de
algunas gestiones no contenciosas y le corresponde el ejercicio de las facultades
conservadora, disciplinaria y económica, llamadas a mantener en términos generales
la organización constitucional del Estado y la pronta y cumplida administración de
justicia en el país.
De lo expuesto se desprende que el Poder judicial desempeña una misión de la
más alta importancia, puesto que resuelve, en forma constante y diaria, sobre la vida y el
patrimonio de los ciudadanos, manteniendo el Estado de Derecho.
Según el profesor Mario Casarino la palabra jurisdicción viene de las voces latinas
“juris” y “dictio”, que significan “declarar el derecho”.21 En consecuencia en sentido
etimológico, jurisdicción es sinónima de declarar el derecho, y en este aspecto sería una
facultad o atribución perteneciente tanto al Poder Judicial como al Legislativo. El primero
declararía el derecho en los casos particulares o concretos que se le presenten; y el
segundo, en términos generales, sin relación a determinadas personas o cosas.
En este mismo orden de ideas, es menester hacer dos aclaraciones:

a) No toda función jurisdiccional corresponde al Poder Judicial, ya que existen


autoridades que son también llamadas por el legislador a resolver ciertas situaciones y los
otros poderes en estas actuaciones también realizan funciones jurisdiccionales, claro está
que normalmente la función jurisdiccional le va a corresponder al Poder Judicial. Por eso

21
Según el Diccionario de la Real Academia Española, en su segunda acepción, jurisdicción es el poder que
tienen los jueces y tribunales para juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.

24
25

doctrinariamente se habla de la jurisdicción judicial para separarla de aquellas otras que


pueden ejercer otros poderes del estado;

b) No toda actividad del Poder Judicial es jurisdiccional, normalmente si lo será,


porque es de su esencia ejercerla.

De lo dicho podemos afirmar que la jurisdicción, más que una facultad, es un


verdadero deber que pesa sobre uno de los órganos del Estado, esto es, el Poder Judicial,
y constituye su misión principal. Es la función característica e indispensable de dicho
poder, al extremo de constituir su verdadera existencia o razón de ser.

7.2.- Concepto de jurisdicción.


Ni la Constitución ni la ley nos otorgan un concepto de jurisdicción, sin embargo,
los tratadistas se han encargado de ilustrarnos al respecto, pudiendo mencionar – entre
los más destacados – a los siguientes:

Para Fernando Alessandri, jurisdicción es simplemente la facultad de administrar


justicia;

Para Mario Casarino, en un sentido científico y restringido, la jurisdicción es la


facultad que tiene el poder judicial de administrar justicia.

Sin embargo y según veremos, tales conceptos son restringidos y/o incorrectos.

Para Carnelutti la jurisdicción es la actividad destinada a obtener el arreglo de un


conflicto de intereses mediante la justa composición de la litis contenida en una
sentencia.

Por su parte Calamandrei ha dicho que es la potestad o función que el Estado,


cuando administra justicia, ejerce en el proceso por medio de sus órganos judiciales.

Para Evelyn Nuñez, la jurisdicción es la facultad otorgada por la Constitución a


los tribunales de justicia para conocer, juzgar y hacer cumplir lo juzgado; para intervenir
en los actos no contenciosos en que una ley expresa requiere su intervención y para
ejercer las atribuciones conservadoras, disciplinarias y económicas que les atribuye la ley.

25
26

El profesor Mario Mosquera enseñaba que la jurisdicción es el poder-deber del


Estado, que se radica preferentemente en los tribunales de justicia, para que éstos como
órganos imparciales e independientes, resuelvan de manera definitiva e inalterable, con
posibilidad de ejecución, los conflictos de relevancia jurídica, que se susciten entre
partes, en el orden temporal y dentro del territorio nacional, y con efecto de cosa juzgada.

Eduardo Couture, en cambio, define la jurisdicción como "la función pública


realizada por órganos competentes del Estado con las formas requeridas por la ley
(debido proceso),22 en virtud de la cual, por acto de juicio, se determina el derecho de las
partes, con el objeto de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia jurídica
mediante decisiones con autoridad de cosa juzgada, eventualmente factibles de
ejecución".

De la definición de Couture y del análisis que él hace de la institución se


desprende lo siguiente:

1) Es una función o potestad pública, que involucra la facultad de declarar el


derecho de las partes y de hacer cumplir lo juzgado.

2) Se realiza a través de órganos competentes y por medio de un proceso; para


garantizar su efectividad existe la ley de procedimiento.

3) El objetivo de la jurisdicción es la resolución de un conflicto y controversia de


relevancia jurídica con autoridad de cosa juzgada.

4) Su finalidad es asegurar la vigencia del Derecho.

De lo anterior surge la necesidad de distinguir el vocablo “jurisdicción” en el


sentido anterior (como facultad de administrar justicia) de otras acepciones que tiene
en nuestro ordenamiento jurídico:

a) Jurisdicción como ámbito territorial: Se refiere a una perspectiva espacial


(territorio jurisdiccional o aguas jurisdiccionales), que se vincula al territorio dentro del
22
Si bien el debido proceso, en cuanto derecho fundamental de todo justiciable, no se encuentra definido
expresamente en nuestro ordenamiento jurídico, podemos avanzar que procura garantizar a las partes un justo
y racional procedimiento, lo que involucra asegurarles el acceso a un tribunal imparcial, un diálogo efectivo
con énfasis en el derecho de defensa, permitiendo la contradicción y actividad probatoria, para llegar a una
decisión fundada del conflicto, con posibilidades de revisión de la sentencia.

26
27

cual un tribunal o autoridad ejercen su mando. Pero tal concepción no cumple con la
función de conceptualizar cabalmente a la jurisdicción como objeto de nuestro estudio. 23
b) Jurisdicción como competencia: En muchas oportunidades se han
confundido dos conceptos, el de jurisdicción y el de competencia, aunque cabe destacar
que entre ambos existe una relación del todo a parte, de genero a especie, es decir, la
competencia es una parte de la jurisdicción con la que cuenta un tribunal
determinado, pero no son sinónimos, de tal forma, todo juez tiene jurisdicción, pero no
todo juez tiene competencia para conocer de un caso determinado, así, un juez de familia
no puede dictar condena en materia penal.24
En síntesis, la competencia material o absoluta nos indica cuales son las materias
o asuntos específicos que va a conocer cada tribunal.
c) Jurisdicción como poder: Ello se refiere al conjunto de atribuciones que tienen
los órganos del Estado y particularmente los tribunales de justicia; pero la jurisdicción
además del poder es un deber por ello se conceptualiza como “el poder-deber” que
expresa de manera evidente y sustantiva “el principio de la inexcusabilidad” contemplado
en el artículo 76 inciso 2º de la CPR “reclamada su intervención en forma legal y en
negocios de su competencia no podrán excusarse de ejercer su autoridad, ni aún por falta
de ley que resuelva la contienda o asunto sometido a su decisión”.25
d) Jurisdicción como función: Se trata de una función pública ejercida,
primordialmente, por los tribunales de justicia orientada a la resolución de litigios.
La importancia de entender la jurisdicción como función radica en que la función
caracteriza al órgano y no al revés. Por ello se habla de una función típica, mas no sólo
los tribunales de justicia ejercen actividad jurisdiccional, por ejemplo los artículos 52 Nº 2
y 53 Nº 1 de la constitución entregan al parlamento y especialmente al Senado la facultad
jurisdiccional de la acusación constitucional. De otro lado, los tribunales de justicia no
23
En este sentido se utiliza, por ejemplo, en el art. 55 del COT aludiendo al territorio jurisdiccional de las
Cortes de Apelaciones.
24
En la misma confusión cayó nuestro legislador, así en los artículos 433 Nº 1 y 440 del Código de
Procedimiento Penal y artículos 181 a 187 del COT, antes de la dictación de la ley 18.969, que modificó el
COT (10.03.1990), se aludía a la declinatoria de jurisdicción y a la prorroga de jurisdicción, en circunstancias
que claramente se aludía a la declinatoria y prorroga de competencia.
25
Ver arts. 224 Nº 3 y 225 Nº 3 del Código Penal, que tipifican como prevaricación la actitud de un juez,
maliciosa o negligente, al negar o retardar la administración de justicia y la protección que legalmente se les
pida.

27
28

sólo ejercen jurisdicción, sino también facultades económicas y disciplinarias mediante la


dictación de decretos económicos y autos acordados.
e) Jurisdicción como facultad de administrar justicia: El concepto de
jurisdicción para administrar justicia tiene un origen histórico, con inicio del Estado
moderno se concebían dos poderes estatales a través de los cuales se manifestaba
(legislativo y ejecutivo), y consideraba la intervención en la ley para resolver un conflicto
era una derivación de la administración del Estado por lo tanto del ejecutivo.
Este concepto de administrar justicia de la jurisdicción mantuvo nivel
constitucional hasta la dictación de la constitución de 1833 al regular los órganos
encargados de la función jurisdiccional como de “la administración de justicia”,
situación que cambia en la Constitución de 1925 que regula los mismos aspectos bajo la
nomenclatura “Poder Judicial”, y en normativa de rango legal la perspectiva de
jurisdicción en tal sentido se mantiene hasta hoy en el COT en el título de “los auxiliares
de la administración de justicia”.
Conceptualizar a la jurisdicción como administración de justicia es objeto de
críticas:
1.- No corresponde porque los tribunales en la jurisdicción tiene un “poder deber”,
que significa que esta potestad no se ejerce discrecionalmente, sino que se está obligado a
ejercerla en virtud del principio de inexcusabilidad.
2.- Otra crítica es que la justicia no es administrable, entendido ello como
dosificación de la cosa, la justicia se hace o no.

7.3.- Elementos de la jurisdicción.


Doctrinalmente se mencionan como elementos de la jurisdicción la forma, el
contenido y la función.
A continuación nos referiremos a cada uno de ellos.

7.3.1.- Forma.
La jurisdicción, en cuanto facultad estatal destinada a resolver conflictos de
relevancia jurídica precisa, en primer lugar, la existencia de aspectos de forma
necesarios para su ejercicio.
Estos elementos formales son: a) la existencia de partes; b) la existencia de un
tribunal, y c) la existencia de un procedimiento.

28
29

a).- Las partes son las personas que litigan ante un tribunal para dirimir la
controversia que existe entre ellos. Pueden ser personas naturales o jurídicas que piden
algo en contra de alguien o que resisten pretensiones de la otra.
Se trata del demandante y demandado en el proceso civil y de los intervinientes en
el proceso penal.
El concepto de parte se contrapone con el de tercero, o sea sujetos que no tienen
pretensiones o contrapretensiones directas que plantear en el proceso, pero que de algún
modo se pueden ver afectados por los resultados del mismo (tercero relativo), razón por la
cual se ven obligados a participar en la relación jurídico procesal, como ocurre con el
tercerista de posesión en el juicio ejecutivo. También existen terceros absolutos, que no se
ven afectados por los resultados del juicio.

b).- El tribunal, ya sea miembro del Poder Judicial o de naturaleza arbitral


(particulares que cumplen la función jurisdiccional en determinados conflictos).
Constituye uno de los sujetos del proceso, pero no es parte ni tercero, por eso se
dice que se ubica en la relación procesal extrapartes.

c).- El procedimiento está constituido por el conjunto de actos que deben


desarrollarse para llevar adelante el debate que implica el proceso hasta llegar a la
sentencia definitiva.
La labor del juez en la sentencia definitiva consiste en subsumir una situación de
hecho a la norma sustantiva que resuelve el conflicto, para llegar a este momento
jurisdiccional se requiere de un ordenamiento causal en que todos los actos aislados que
componen el proceso se ligan entre sí, de manera que el último acto tiene como causa al
que lo precede y es causa del que lo sigue en la respectiva cadena, conformando un todo
coherente.

7.3.2.- Contenido.
Siguiendo a Couture entenderemos por contenido de la jurisdicción la existencia
de un conflicto de relevancia jurídica que es necesario decidir mediante resoluciones
judiciales susceptibles de adquirir autoridad de cosa juzgada.
Sin conflicto el Derecho Procesal no tiene justificación, el fin de la jurisdicción es
precisamente la resolución de la controversia, del litigio.

29
30

7.3.3.- Función.
La actividad jurisdiccional procura una convivencia pacífica en sociedad, a través
de la solución jurídica por acto de autoridad de los conflictos interpersonales. Por ello se
afirma que el instrumento que permite acceder a esta finalidad es la cosa juzgada, a
través de la cual se obtiene el aseguramiento del orden jurídico.

7.4.- Regulación de la Jurisdicción en la legislación chilena.

Desde luego podemos decir que la noción de jurisdicción se encuentra


reglamentada tanto en la Constitución Política de la República (CPR) como en el Código
Orgánico de Tribunales (COT), que dentro de la estructura normativa de nuestro
ordenamiento jurídico tiene el rango de Ley Orgánica Constitucional.

Efectivamente el artículo 76 de la Constitución indica que "la facultad de


conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo
juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley".

Por su parte, el COT en su artículo 1º señala que "la facultad de conocer las
causas civiles y criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado pertenece
exclusivamente a los tribunales que establece la ley".

Además, la función jurisdiccional se encuentra regulada en los respectivos Códigos


de procedimiento y en las leyes especiales que contienen normas procesales. Entre otros
podemos resaltar especialmente por su aplicación práctica el Código de Procedimiento
Civil (CPC), el Código Procesal Penal (CPP), el Código de Justicia Militar (CJM), la Ley que
crea los Tribunales de Familia y la legislación laboral respectiva.

7.5.- Características de la jurisdicción.

a).- Tiene un origen constitucional (artículos 5° y 76 CPR). La jurisdicción


constituye un reflejo de la soberanía, que radica en la nación toda, y es delegada en las
autoridades establecidas por la constitución y las leyes.

30
31

En consecuencia, constituye una función pública entregada privativamente a los


órganos jurisdiccionales, preponderantemente a los tribunales de justicia que forman el
Poder Judicial.

b).- Tiene unidad conceptual, vale decir, la jurisdicción es una sola cualquiera
que fueren sus distintas manifestaciones o las ramas que se atribuyen a ella. En concreto
la jurisdicción no acepta clasificaciones o divisiones, pues de hacerse perdería su carácter
de tal para transformarse en competencia.

Recordemos que entre la jurisdicción y la competencia existe una relación de


género a especie. La competencia es una medida de esta función pública denominada
jurisdicción.

c).- Es inderogable, en cuanto es una emanación de la soberanía. De ahí que sea


nulo por ilicitud de objeto el hecho de que alguien decida someter un determinado litigio a
la jurisdicción de tribunales extranjeros.

d).- Es eventual en su ejercicio. En materia civil, cuando la ley es cumplida no es


necesaria la actividad jurisdiccional; solo lo será en la medida que se desconozca o
quebrante un derecho y que además no funcionen los mecanismos autocomopositivos. En
materia penal en cambio, la jurisdicción si bien es eventual, desde el punto de vista que
se requiere que alguien “cumpla” la norma penal, el órgano investigador tiene facultades
para terminar anticipadamente las causas, sin que el órgano jurisdiccional llegue a
intervenir.26 A ello debe agregarse que si bien la mayoría de los delitos son de acción penal
pública, existen algunos que requieren previa denuncia particular y otros que son de
acción penal privada.27

e).- Es indelegable, como lo señalábamos, la soberanía radica en la nación, que


delega su ejercicio en las autoridades establecidas por la constitución y las leyes. Se trata
de materias de derecho público y de orden público, en las cuales sólo puede hacerse
aquello que está expresamente permitido. Entonces, no existiendo norma expresa en
nuestro sistema jurídico que permita delegar el ejercicio de la soberanía, no cabe sino
concluir que ésta es indelegable.

26
Artículos 167 y 168 del CPP que regulan los mecanismos de descongestión o salidas tempranas
denominadas archivo provisional y facultad de no iniciar investigación.
27
Artículos 54 y 55 CPP.

31
32

f).- Es irrenunciable, se es juez porque se tiene jurisdicción y se tiene jurisdicción


porque se es juez. En consecuencia, renunciar a la jurisdicción importaría renunciar a ser
juez, para abstenerse de juzgar un caso concreto. Ello no es posible e importaría incurrir
en el delito de denegación de administrar justicia.

g).- Es improrrogable. Prorrogar la jurisdicción significaría transferir ser juez a


otro, no ya la posibilidad de juzgar sino su calidad de tal, la condición de órgano del
Estado a cargo de la solución de conflictos, lo que no puede hacerse, de ahí que nunca
nadie haya discutido esta característica. No hay que confundir esta característica, con la
prórroga de competencia relativa, que sí es admisible.

h).- La territorialidad. El ejercicio de ella está íntimamente ligado a la idea de


territorio del Estado, toda vez que la jurisdicción es atributo de la soberanía, su ejercicio
sólo es posible dentro de los límites del territorio nacional. Sin embargo, como tendremos
ocasión de señalar, en materias penales existen algunas contadas excepciones.

i).- Se ejerce mediante actos procesales. La actividad jurisdiccional se


manifiesta en un proceso, el cual se materializa en el conocimiento, juzgamiento y
ejecución de lo juzgado. Pues bien, estas facultades se ejercen mediante actos procesales,
como son la demanda y las llamadas resoluciones judiciales.

j).- Efecto de cosa juzgada. Las sentencias que emitan los tribunales de justicia,
ya sea porque son inimpugnables o porque ya se resolvieron los recursos respecto de la
decisión, producen el efecto de verdad indiscutible e inamovible, adquiriendo la condición
de firme o ejecutoriada (artículo 174 CPC). Este efecto denominado cosa juzgada, permite
al vencedor obtener el cumplimiento de lo resuelto a través de la acción de cosa juzgada, y
permite al vencido evitar que de nuevo se le enjuicie, lo que logra a través de la llamada
excepción de cosa juzgada. Es un reflejo del principio de certeza jurídica.

j).- El Imperio, esto es la facultad de los tribunales para hacer ejecutar ellos
mismos lo juzgado, pudiendo requerir incluso el auxilio de la fuerza pública para su
cumplimiento, para el evento de que el vencido no acceda a la ejecución voluntaria de lo
ordenado por el tribunal (artículos 76 CPR, 11 del COT y 34 del CPP).

7.6.- Momentos jurisdiccionales.

32
33

La función jurisdiccional del Estado se manifiesta en el proceso por medio de tres


fases, enunciadas en el artículo 76 inciso 1º de la Constitución y reiterados en el artículo
1º del COT, conocer, juzgar y ejecutar lo juzgado, y que denominaremos a) Fase del
conocimiento; b) Fase del juzgamiento y c) Fase de la ejecución.
a).- Fase del conocimiento: En ella el tribunal recibe los antecedentes que le
otorgan las partes y que le permitirán la resolución de la contienda sometida a su
conocimiento. En el proceso civil, por un lado, comprende la pretensión del demandante –
expresada en la demanda - y por el otro las excepciones, alegaciones o defensas del
demandado (podrá contestar la demanda manifestando, por ejemplo, que no debe o que
debía pero pagó, podrá no hacer nada, podrá reconocer y pagar), como asimismo incluye
la actividad probatoria orientada a acreditar los hechos alegados.
En todo proceso la fase de conocimiento comprende, a su vez, dos etapas bien
definidas, a saber: la discusión y la prueba.
Sin conocimiento no puede haber decisión fundada del conflicto, no se puede
juzgar sin conocer.
b).- Fase del juzgamiento: En ella corresponde que el tribunal estudie y analice
los antecedentes de hecho y de derecho para adoptar una decisión que se manifestará en
una declaración de voluntad llamada sentencia.
En este momento jurisdiccional el tribunal resuelve el conflicto aplicando el
derecho o la equidad a los hechos probados en la etapa de conocimiento, mediante un
procedimiento intelectual de interpretación y razonamiento que se manifiesta en una
resolución judicial denominada sentencia definitiva.
En esta etapa los jueces pueden hacer uso de la llamada jurisdicción de derecho o
jurisdicción de equidad, según corresponda.
Cuando un juez dicta sentencia en un sistema de jurisdicción de equidad, extrae
la norma decisoria litis de su conciencia y experiencia, tal como sucede en los juicios con
jurado. En el sistema de jurisdicción de derecho, en cambio, el juez falla de acuerdo a lo
que indica la legislación vigente (principio de legalidad), debiendo limitarse en su
sentencia a expresar las consideraciones de derecho en que fundamenta el fallo (artículos
160 y 170 del CPC).
El sistema procesal chileno es de jurisdicción de derecho, salvo los casos de
excepción en que la propia ley autoriza al juez para resolver en equidad, tales como:
1.- Los árbitros arbitradores, que fallan de acuerdo a la prudencia y a la equidad
(artículos 223, inciso 3°, del COT y 640 N° 4 del CPC).

33
34

2.- La Corte Suprema, cuando conoce como jurado el recurso de reclamación por
pérdida de nacionalidad (artículo 12 CPR).
3.- El Senado, cuando resuelve como jurado las acusaciones que la Cámara de
Diputados presente en conformidad al artículo 52 (artículo 53 N° 1, inciso 2°, CPR).
4.- El Tribunal Calificador de Elecciones al conocer de los escrutinios y
calificaciones de las elecciones, procederá como jurado en la apreciación de los hechos
(artículo 95 CPR).

c).- Fase de ejecución: De carácter eventual, que comprende la posibilidad de


ejecutar – por medios coercitivos – lo resuelto, si el perdedor no lo hace voluntariamente.
La ejecución de la sentencia equivale a la transformación de ésta en actos precisos
tendientes al cumplimiento de lo que ella ordena. El derecho sustantivo existe, pero sólo
se transforma en realidad mediante el mandato contenido en la sentencia que debe
llevarse a efecto para que no sea ilusoria o meramente teórica.
En razón de lo anterior, resulta inherente a la jurisdicción el poder de coerción
(imperio). En efecto, mediante la fuerza estatal se impone la reposición del precepto
jurídico quebrantado por el condenado.

7.7.- Límites a la jurisdicción.


Por límites a la jurisdicción entenderemos todos aquellos factores que delimitan el
ejercicio de la función jurisdiccional y que determinan hasta donde puede intervenir el
Estado en sus actuaciones.
Al efecto distinguiremos: los límites internos (referentes a la materia, persona,
tiempo y competencia) y los límites externos (relativos al Estado o territorio y a los
poderes o facultades de otros organismos del estado).

7.7.1.- Límites internos.


a).- En cuanto a la materia, la jurisdicción sólo puede ejercerse respecto de
conflictos de relevancia jurídica, que ocurran en el orden temporal dentro del territorio de
la república, quedando excluidas, por ende, todas las cuestiones filosóficas, doctrinarias o
religiosas.
b).- Respecto a las personas, la jurisdicción sólo puede ser ejercida por los
órganos establecidos por la ley (regularmente los tribunales de justicia, sean
unipersonales o colegiados), quienes tiene prohibido delegar o prorrogar su jurisdicción.

34
35

c).- En relación con el tiempo, si bien es cierto, en términos generales, la función


jurisdiccional es permanente, ya que no se extingue por el transcurso del tiempo, este
factor temporal puede poner término a la facultad jurisdiccional de un juez. Así ocurre
con el límite establecido en el artículo 80 inciso 2° de la CPR, de 75 años de edad, o
respecto de los tribunales arbitrales, que tienen como plazo 2 años para desempeñar su
función.
d).- La competencia. Todos los tribunales del país tienen jurisdicción por expresa
disposición constitucional; no obstante ello, existen divisiones entre los jueces para el
solo efecto de la competencia (distribución del trabajo judicial por materias y territorios):
se habla de jueces, civiles, de familia, laborales, de garantía, de tribunal de juicio oral en
lo penal, tributarios, etc. La competencia es un límite pues los jueces solo pueden conocer
las materias que la ley expresamente dispone y por regla general, solo podrán actuar en
sus respectivos territorios jurisdiccionales.

7.7.2.- Límites externos.


a) El territorio. La jurisdicción comienza donde principia la soberanía del Estado
y termina donde finaliza aquella. La regla general es la territorialidad: un tribunal chileno
sólo puede conocer conflictos suscitados en el territorio nacional y, al revés, un tribunal
extranjero no tiene competencia respecto de controversias ocurridas en Chile.
Teóricamente el género de conflictos que pueden plantearse en este sentido se
conocen bajo la denominación de la competencia judicial internacional, que en palabras
del profesor Alejandro ROMERO abarca los temas que surgen en los procesos civiles con
elementos extranjeros, junto al de la determinación de la ley aplicable (conocido también
como el de los conflictos de leyes), y al del valor que debe reconocerse a los actos
procesales realizados en otro país, en especial, el de la ejecución de la sentencia
extranjera.28
El CPC no se ocupó directamente de la competencia judicial internacional, sin
embargo este vacío se ha podido llenar aplicando una serie de normas y principios de
derecho internacional, que por razón de la materia, del cargo que detentan ciertas
personas o por razón del territorio limitan o extienden la actuación de nuestros tribunales
para conocer de las acciones civiles (en sentido amplio).

28
ROMERO, Alejandro “Curso de Derecho Procesal Civil. Los Presupuestos Procesales Relativos al Órgano
Jurisdiccional. Tomo II”, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2009, pp. 9-20.

35
36

En un plano general, los límites en la actuación de la jurisdicción chilena


provienen básicamente: i).- de los supuestos de inmunidad de jurisdicción y ejecución
previstos en normas de derecho internacional público; ii).- de la regulación contenida en
tratados internacionales ratificados por Chile, aplicables a los conflictos que surjan entre
nacionales y extranjeros; iii).- de una serie de normas de derecho interno que
circunscriben la actuación de los tribunales nacionales o le confieren competencia para
conocer de conflictos con elementos extranjeros.
La normativa nacional entiende que los tribunales chilenos serían competentes
para juzgar todos los asuntos que se presenten a su conocimiento. En efecto el artículo 5°
del COT dispone que “a los tribunales mencionados en este artículo corresponderá el
conocimiento de todos los asuntos judiciales que se promuevan dentro del territorio de la
República, cualquiera que sea su naturaleza o la calidad de las personas que en ellos
intervengan, sin perjuicio de las excepciones que establecen la Constitución y las leyes”.
No obstante la amplitud de la norma la jurisprudencia ha procedido en varias
ocasiones a restringir la extensión de la competencia judicial internacional de los
tribunales chilenos en materia civil. 29 Así en la causa “Holzmann con Gainsborg” de
mediados del siglo XX, seguida ante el Cuarto Juzgado Civil de Santiago, reclamándose la
responsabilidad contractual de un extranjero no domiciliado en Chile, por actos
ejecutados fuera del territorio nacional. El tribunal de primera instancia acogió la
excepción opuesta a la demanda y la Corte Suprema resolvió que faltaba la competencia
judicial internacional por la ausencia de un tratado bilateral con Bolivia, que permitiera
que este asunto fuera juzgado en Chile, agregando, además, que tratándose del ejercicio
de una acción personal, tanto en el Código Bustamante como en nuestro Derecho rige el
principio actor sequitur forum rei, o sea, el tribunal del domicilio del demandado es el que
tiene la competencia para conocer del asunto (artículo 134 del COT). La misma Corte
Suprema, el año 2007, en la causa laboral “Cortés Delgado y otros con Maruha
Corporación”, demanda presentada en Punta Arenas por trabajadores chilenos que
reclamaban prestaciones como tripulantes de un barco factoría que operaba con pabellón
japonés en aguas internacionales, reconoció que el ejercicio de la función jurisdiccional se
encuentra circunscrita al territorio nacional, declarando inadmisible reconocer a los
tribunales chilenos competencia judicial internacional, por no tratarse de las situaciones
excepcionales admitidas por la legislación chilena (falta de jurisdicción).
29
El proceso penal cuenta con varias normas legales que de un modo más directo regulan la extensión y
límites de la jurisdicción chilena: artículos 6° del COT; 3° del CJM y 13 CPP.

36
37

Los problemas de la extensión y límites de la jurisdicción nacional se resuelven


examinando los efectos que tiene un determinado factor de conexión en un proceso civil
con extranjeros, para atribuir o negar la competencia al órgano jurisdiccional local. Los
aludidos factores de conexión pueden provenir de la nacionalidad de una o ambas partes,
de su domicilio o residencia en el extranjero, del lugar de celebración del acto o contrato o
del lugar que fue previsto para el cumplimiento de las obligaciones, de la existencia de
una convención de prórroga de la competencia nacional, del lugar de comisión de un
hecho ilícito, entre otros.
Cuando en un proceso surge algún elemento que puede incidir en la competencia
judicial internacional, lo primero que se debe hacer es verificar si éste produce algún
límite en la actuación de la jurisdicción nacional.
El Derecho Internacional puede limitar la competencia judicial internacional de los
tribunales chilenos en virtud de una ley, de un tratado o de un convenio internacional.
b) Facultades de otros órganos del Estado. En virtud del principio de separación
de las funciones de los poderes estatales, los tribunales no pueden ejercer más funciones
que las expresamente encomendadas por la ley (artículos 6° y 7° CPR y 4° del COT).

7.8.- Conflictos de jurisdicción.


En relación a los límites externos de la jurisdicción y más precisamente con las
facultades de otros órganos, pueden presentarse conflictos cuando un tribunal se
atribuye la facultad de conocer un determinado asunto, que al mismo tiempo otro órgano
afirma corresponderle. Al respecto es necesario distinguir entre:
El conflicto de jurisdicción internacional, donde hay dos tribunales (uno
chileno y uno extranjero) que se atribuyen competencia para conocer de un asunto. El
conflicto se soluciona a través del derecho internacional público y privado, es decir a
través de los tratados multi o bilaterales y Código de Bustamante.
El conflicto de jurisdicción nacional, en cuyo caso hay que subdistinguir:
* Si es entre un tribunal superior de justicia (Corte Suprema y Cortes de
Apelaciones) y una autoridad política o administrativa, que corresponde sea resuelto por
el Senado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 53 N° 3 de la CPR.

37
38

* Si el conflicto es entre una autoridad política o administrativa y otro tipo de


tribunales, éste será resuelto por el Tribunal Constitucional, de conformidad con lo
previsto en el artículo 93 Nº 12 de la CPR.30

7.9.- Distinción entre la actividad jurisdiccional y las actividades legislativa y


administrativa.
Como sabemos, el Estado cumple tres funciones fundamentales, esto es, gobernar
(administrar), legislar y juzgar, existiendo notorias diferencias entre unas y otras:
En primer lugar, en relación a la función legislativa:
a) La función legislativa implica declarar el derecho en términos generales, por su
parte, la función jurisdiccional implica declarar el derecho en un caso particular.
b) La función legislativa sirve a los intereses generales de los ciudadanos, en tanto
la jurisdicción sirve a los intereses particulares, de las partes o interesados.
c) La función legislativa actúa espontáneamente, en cambio la jurisdicción es a
instancia de parte o interviniente.
d) Los actos legislativos obligan a todos los ciudadanos, en tanto los actos
jurisdiccionales solo a los litigantes.
e) Los actos legislativos son derogables o modificables por otro acto legislativo; por
su parte, los actos jurisdiccionales – una vez firmes o ejecutoriados – son inamovibles,
inderogables e inmodificables (efecto de cosa juzgada).
En segundo lugar, respecto a la función administrativa, que es espontánea, está
organizada en virtud del principio de unidad (no jerarquizada), sus actos afectan a todas
las personas; son esencialmente revocables y reclamables, ante el mismo órgano y ante el
superior.

7.10.- Los equivalentes jurisdiccionales.


La sentencia definitiva dictada por un tribunal de la República constituye la forma
jurisdiccional de poner término a un conflicto. Supone la existencia de un proceso que se
ha desenvuelto a través del procedimiento legal.

30
Debemos advertir que no se ha modificado el artículo 96 Nº 1 del COT, que entregaba el conocimiento de
estos asuntos a la Corte Suprema; sin embargo, creemos que debe entenderse tácitamente derogado, por
norma posterior.

38
39

Sin embargo, ella no es la única forma de solucionar una controversia, con efectos
jurídicos vinculantes, pues existen además los llamados equivalentes o sustitutos
jurisdiccionales, esto es, aquellos actos que sin haber emanado de un órgano
jurisdiccional nacional producen el mismo efecto que ella en relación a la solución de un
conflicto.
Entre otros es posible mencionar:
a).- La transacción, es un contrato en virtud del cual las partes terminan
extrajudicialmente un litigio pendiente o precaven un litigio eventual (artículo 2446 del
CC). Constituye un mecanismo autocompositivo que produce el efecto de cosa juzgada
(artículo 2460 del CC).
b).- La conciliación, es un acuerdo judicial que se produce entre las partes con el
fin de poner término al litigio, a iniciativa del juez (artículos 262 y siguientes del CPC).
c).- El avenimiento, también es un acuerdo judicial entre las partes litigantes,
pero en este caso surge espontáneo y no por un llamado del tribunal.
Estos sustitutos jurisdiccionales tienen además un carácter alternativo en relación
al proceso, que constituye un método adversarial y jurisdiccional de solución del
conflicto, a través de una decisión de autoridad llamada sentencia.
Como ya indicamos precedentemente, la determinación de la verdad judicial no
siempre soluciona el problema y el proceso no es un mecanismo rápido ni económico,
como lo requiere el hombre común, quien desea dejar el conflicto atrás y continuar con su
vida normal. El sistema adversarial ha resultado ineficaz, ingresando más causas que las
que salen, con una duración excesiva de los procesos, incluida la ejecución y mayores
costos económicos y anímicos.
d).- Finalmente, también produce el efecto de cosa juzgada la sentencia
pronunciada por tribunal extranjero, una vez tramitado el exequátur o autorización
ante la Corte Suprema.

7.11.- La inmunidad jurisdiccional.


A los tribunales de justicia, sean ordinarios o especiales corresponde el
conocimiento de todos los asuntos judiciales que se promuevan dentro del territorio de la
república, cualquiera sea la naturaleza o calidad de las personas que en ellos
intervengan, ello como una manifestación del principio de territorialidad, sin perjuicio de
las excepciones que establezcan la constitución y las leyes (artículo 5° del COT).

39
40

Dentro de las excepciones relativas a la calidad de las personas se incluyen las


llamadas “inmunidades de jurisdicción”, mediante las cuales se sustrae el conocimiento
de un asunto del tribunal al que naturalmente le correspondería juzgar, entregándoselo a
otro tribunal diverso, regularmente de la misma nacionalidad del inmune. Por ejemplo:
Jefes de Estados extranjeros, agentes diplomáticos y consulares extranjeros, también
algunos funcionarios de organismos internacionales.
Como se puede ver, en estos casos, no opera excepcionalmente el principio de
igualdad entre chilenos y extranjeros (artículo 57 del CC), resultando relevante esta
última condición para determinar el tribunal competente.
En general, en un proceso civil promovido ante nuestros tribunales no se puede
esgrimir la condición de extranjero para excluir, por esa sola circunstancia, la actuación
del órgano jurisdiccional en la decisión de un conflicto civil, laboral o administrativo, a
menos que ese extranjero esté amparado por una inmunidad de jurisdicción.

7.12.- Contenido de la Jurisdicción.


Aun cuando el concepto de la jurisdicción es, a primera vista, muy simple, en el
hecho tiene, sin embargo un contenido vasto y complejo. En efecto, ella comprende
diversas facultades o atribuciones, según pasamos a analizar.

7.12.1.- Jurisdicción contenciosa.

Está reglamentada en el artículo 76 de la CPR y artículo 1º del COT.

En ella existe una oposición de intereses, ya que hay partes en debate, existen
también pretensiones que son resistidas y finalmente se da en esta jurisdicción
contenciosa la cosa juzgada.

La jurisdicción contenciosa es aquella que se ejerce cuando hay juicio, contienda o


controversia.

El juicio es la controversia jurídica actual entre partes sometida al conocimiento de


un tribunal de justicia. Supone, por ende, la existencia de un litigio o controversia, que es
el contenido del proceso, y el proceso a su vez es el medio a través del cual se resuelve el
litigio.

Los Elementos del juicio son:

40
41

a) La existencia de una controversia de orden jurídico.

b) que la controversia jurídica sea actual.

c) que la controversia jurídica actual se produzca entre partes; y

d) que la controversia jurídica actual entre partes, sea conocida y resuelta por un
tribunal de justicia.

Como ya tuvimos oportunidad de señalar, “conocer” implica tramitar de acuerdo


con los procedimientos que la ley señala adquiriendo la información necesaria para
resolver; “juzgar” implica decidir la controversia declarando el derecho de las partes, y
“ejecutar” es hacer cumplir lo juzgado.

El juez al fallar debe hacerlo dentro de los límites puestos por las partes en los
escritos de la etapa de discusión, estos es, fundamentalmente en la demanda y en la
contestación. Si el juez falla más allá de estos límites, incurre en un vicio susceptible de
anular el fallo que ha dictado y se llama "ultra petita”. Si el Juez, omite pronunciarse
acerca de puntos litigiosos, comete el vicio de "infra petita". Y si decide sobre una cosa
distinta de la pedida por las partes, incurre en el vicio de "extra petita".

Dentro de los conflictos, puestos en la esfera de conocimiento de los tribunales,


encontramos los llamados asuntos contencioso administrativos, vale decir, conflictos
de relevancia jurídica que se producen entre un particular y la administración del Estado,
en cuanto ésta ejerce actos de imperio (no como Fisco o sujeto patrimonial, pues en ese
caso se rige por las normas del “Juicio de Hacienda” normado en los artículos 748 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil).

Para que estemos en presencia de un asunto contencioso administrativo es


necesario que concurran los siguientes elementos:
i).- Conflicto entre un particular y una autoridad de la administración del Estado.
Este último será generalmente la parte demandada.
ii).- El conflicto se origina en un acto de la autoridad administrativa (el acto
administrativo está definido en el artículo 3º de la ley 19.880) que regularmente se
concretarán en un decreto supremo y/o resolución.
iii).- Debe ejercerse una ulterior actividad jurisdiccional que resuelva el conflicto,
que regularmente serán los tribunales ordinarios, a través del juez de letras del domicilio

41
42

del órgano de la administración requerido. Excepcionalmente corresponde su


conocimiento a un órgano diverso.

7.12.2.- Jurisdicción no contenciosa o voluntaria.

Hablar de jurisdicción no contenciosa es adentrarse en un tema ampliamente


debatido en el campo del derecho procesal. Se discute si realmente ella importa una
actividad jurisdiccional, o si por el contrario, reviste simplemente la naturaleza de una
actividad administrativa. De ahí que nuestra ley orgánica, para evitarse problemas, habla
exclusivamente de los actos no contenciosos (artículo 2° del COT).

Los actos o asuntos judiciales no contenciosos, “son aquellos que según la ley
requieren de la intervención del juez y en que no se promueve contienda alguna entre
partes” (artículo 817 del CPC). Están establecidos por el legislador con distintas
finalidades, ya sea para proteger los derechos de los incapaces (gestiones sobre
nombramiento de tutores y curadores), para servir de solemnidad a ciertos actos jurídicos
(posesión efectiva de la herencia, declaración de herencia yacente, declaración de muerte
presunta, derecho al goce de censos) o para la comprobación del cumplimiento de los
requisitos que la ley impone para determinados actos (apertura y protocolización de
testamentos).

En un asunto voluntario no se promueve contienda entre partes, de allí que en


una gestión no contenciosa no se habla de demandante sino de interesado, empero, un
acto judicial voluntario puede devenir en contencioso, si es que se formula oposición por
legítimo contradictor.

El conocimiento de estas materias ha sido entregado a los tribunales ordinarios de


justicia por el artículo 2° del COT. Sin embargo, como veremos en su oportunidad, la idea
de sustraer estos temas del conocimiento de la judicatura ordinaria, por no corresponder
a su esencia, ya se ha plasmado legislativamente respecto del trámite de la posesión
efectiva de la herencia y se estudia seriamente respecto de otros.

Nos parece adecuado descargar en este sentido a los tribunales ordinarios,


privilegiando cada vez más el ejercicio de la actividad jurisdiccional contenciosa. Incluso

42
43

la doctrina procesal mayoritaria se refiere a ella como una función impropia de la


judicatura.

Se ha dicho que la razón histórica de porqué la actividad voluntaria es realizada


por el juez, aun cuando esencialmente no le corresponde, la encontramos en el Derecho
Romano.31 En Roma no había distinción de funciones de Estado ni separación de poderes
y el pretor era un magistrado que no sólo tenía que ver con las cuestiones judiciales, sino
que con muchas otras; por ello, cuando se encontraba ante necesidades de hecho, como
la de proteger incapaces, autorizar ciertos actos, etc., los satisfacía por medio de la
“cognitio extraordinaria”.

Entonces, la atribución de la jurisdicción voluntaria a los jueces no tiene sino


valor histórico. En Roma se reconocía la conveniencia de rodear de autenticidad ciertas
manifestaciones de la actividad individual, para lo cual hacían intervenir a los
magistrados judiciales en la constitución de muchas relaciones jurídicas de carácter
privado. Con el andar del tiempo algunas de esas atribuciones pasaron a los notarios o a
otros oficiales públicos. Los actos de jurisdicción voluntaria que aun hoy se atribuyen a
los jueces son residuos de aquella antigua organización administrativa.

Por consiguiente, teóricamente cabe afirmar que la jurisdicción voluntaria no tiene


razón de ser, en cuanto tal y, prácticamente, podría ser eliminada en cuanto función
judicial, apareciendo como totalmente factible su desplazamiento, ya hacia el sector
público - administrativo, ya hacia la actividad notarial.

7.12.3.- Facultades conservadoras, disciplinarias y económicas.

Los tribunales de justicia, además de la actividad propiamente jurisdiccional que


en esencia les corresponde desarrollar y de su intervención en los asuntos judiciales no
contenciosos, también efectúan ciertas actividades vinculadas a aquella función y

31
En este sentido Alex Avsolomovich y otros, en “Nociones de Derecho Procesal”, Editorial Jurídica de
Chile, 1969, página 73.

43
44

complementarias a ella, que dicen relación con los siguientes aspectos: a) El respeto de la
Constitución Política y la tutela de las garantías constitucionales; b) La disciplina de los
funcionarios judiciales y abogados, y c) La organización y funcionamiento interno de los
tribunales.

Estas facultades se entregan a los tribunales por el artículo 3º del COT y se


denominan facultades conservadoras, disciplinarias y económicas, respectivamente.

a).- Facultades Conservadoras.

Son de naturaleza jurisdiccional y tienen por objeto velar por el respeto de la


Constitución y las leyes, y de velar por el respeto de las garantías individuales
consagradas en la Constitución.

Según el profesor Raúl TAVOLARI la expresión “conservadora” en el sentido


técnico-jurídico de las leyes importa, precisamente, una referencia al atributo de velar por
las garantías individuales.32

Tradicionalmente se suele afirmar que quedan comprendidas dentro de estas


facultades conservadoras, las siguientes:

i).- Conocer y resolver acerca de la inaplicabilidad de una ley por


inconstitucionalidad, que en la actualidad es facultad privativa del Tribunal
Constitucional (artículo 93 N° 6 y 7 CPR);

ii).- Conocer y resolver la acción constitucional de amparo o habeas corpus


(artículo 21 CPR);

iii).- Conocer y resolver la acción constitucional de protección (artículo 20 CPR);

iv).- Las visitas semanales que los jueces garantía deben practicar a los
establecimientos penitenciarios, a fin de indagar si a los detenidos o presos se les coarta
su derecho a defensa o si se prolonga ilegalmente la tramitación de su proceso (artículos
567 y siguientes del COT);

32
En su libro “Tribunales, Jurisdicción y Proceso”, Editorial Jurídica de Chile, primera edición, septiembre de
1994, página 171.

44
45

v).- Conocer y resolver el recurso de reclamación por pérdida de la nacionalidad,


por acto o resolución de autoridad administrativa (artículo 12 CPR);

vi).- El amparo ante el juez de garantía (artículo 95 CPP), y

vii).- El privilegio de pobreza, que procura asegurar la garantía constitucional del


artículo 19 N° 3 de la CPR, de igualdad ante la ley y de tutela judicial efectiva, cuyo
mecanismo de concesión se regula en los artículo 129 y siguientes del CPC.

Además, en el ámbito del nuevo proceso penal se han señalado a los jueces
expresas facultades conservadoras en cautela de garantías.33 Otro tanto sucede con los
jueces laborales y tributarios en el contexto del llamado proceso tutelar.

b.- Facultades Disciplinarias.

Están constituidas por el conjunto de atribuciones que la Constitución y las leyes


entregan a los tribunales de justicia, con el fin de mantener y guardar la disciplina dentro
de la organización judicial.

En virtud de estas facultades los tribunales pueden aplicar determinadas sanciones


o adoptar determinadas medidas, a fin de que los debates judiciales se desenvuelvan con
la compostura debida, o para que los funcionarios judiciales cumplan con las normas
legales que regulan su conducta ministerial.

Su fuente legal fundamental es el artículo 3° del COT y una serie de preceptos


contenidos en el Título XVI del COT, artículos 530 y siguientes.

Se vigila y sanciona la conducta ministerial de los jueces, en el desempeño de sus


funciones y también se vigila y sanciona la conducta de las partes y de los profesionales
que ante esos tribunales comparecen, en la medida en que esa conducta irregular no
llegue a constituir una infracción tipificada como delito. Estas facultades disciplinarias se
hacen efectivas ya sea de oficio 34 o bien a petición de parte (recurso de queja y queja
propiamente tal).

33
Ver artículos 10, 105, 278 y 286 del CPP.
34
Artículos 292 del CPP, 90 N° 5, 530 y siguientes del COT.

45
46

En términos generales, la jurisdicción disciplinaria reside, principalmente, y en


primer lugar, en la Corte Suprema, a quien se ha entregado la superintendencia directiva,
correccional y económica sobre todos los tribunales de la República. 35 En segundo
término, esta jurisdicción recae en las Cortes de Apelaciones, quienes tienen las
atribuciones necesarias para ejercer la disciplina judicial dentro de su respectivo territorio
jurisdiccional.36 Por último, la atribución en análisis les corresponde también a los jueces
de letras dentro de su respectivo territorio.37

Respecto de los Juzgados de Garantía y de los Tribunales de Juicio Oral en lo


Penal se aplica el inciso final del artículo 532 del COT, y los artículos 71, 292 y 294 del
CPP.

También existen medios indirectos de ejercer estas facultades disciplinarias, como


ocurre con las visitas, los estados y las publicaciones.

Las visitas son las actividades que se encomiendan a los Ministros de las Cortes
de Apelaciones con el objeto de inspeccionar y vigilar de cerca la marcha de la
administración de justicia en cada uno de los juzgados o tribunales de su jurisdicción. Se
distinguen entre ellas: 1) Las visitas ordinarias, reguladas en el artículo 553 del COT; b)
Las visitas especiales del artículo 555 del COT, y 3) Las visitas extraordinarias del artículo
559 del COT.

Por su parte, los estados y publicaciones, son aquellos informes periódicos que
deben evacuar los tribunales a sus superiores jerárquicos acerca de las visitas que
practican, el estado de los procesos y la nómina de las sentencias dictadas o en estado de
serlo (artículos 586 a 590 del COT).

c.- Facultades económicas.

Son aquellas que permiten o autorizan a los tribunales administrar correctamente


los bienes de que disponen para su función, para regular y mejorar la economía judicial,
el rendimiento del trabajo y en general, todas aquellas que tienden a una mejor y racional
administración de justicia, evitando el desgaste de la actividad jurisdiccional. 38
35
Artículos 82 CPR y 540 COT.
36
Artículos 535,536,537, 538 y 539 COT
37
530,531,532,533
38
En este sentido Fernando Orellana Torres, ob cit, páginas 131 y 132.

46
47

Para hacer efectiva esta facultad, estos pueden dictar Autos Acordados que son
actos que emanan de los tribunales superiores de justicia, vale decir, Corte Suprema y
Cortes de Apelaciones. Estos autos acordados pueden ser de general aplicación y en ellos
no se resuelven litigios, sino que se reglan situaciones que permitan una mejor y más
expedita administración de justicia, con ellos a veces se suele llenar vacíos de orden
procedimental o bien completar lo que establece la ley, debiendo claro está subordinarse a
la ley y a la Constitución.

Podemos además mencionar dentro de estas facultades aquellas que se refieren a


la concesión de licencias, de permisos de los jueces, lo relativo a las normas que regulan
la intervención del poder judicial en el nombramiento de sus jueces y la cuenta pública
del presidente de la Excma. Corte Suprema.

47
48

CAPITULO IV: LOS ORGANOS DE LA JURISDICCION.

8.- Los Tribunales de Justicia.

8.1.- Concepto.

Podemos definir los tribunales de justicia como aquellos órganos públicos a


quienes corresponde el ejercicio de la función jurisdiccional del Estado y cuya actividad
esencial consiste en la resolución de conflictos de relevancia jurídica, con eficacia de cosa
juzgada y eventual posibilidad de ejecución. Además, les corresponde intervenir en todos
aquellos actos no contenciosos en que una ley expresa así lo requiera y ejercer las
facultades conservadoras, disciplinarias y económicas, de conformidad con la ley.

8.2.- Clasificación.

Los tribunales de justicia pueden ser clasificados desde diversos puntos de vista:

a).- Según su naturaleza y conforme el artículo 5º del COT, podemos distinguir


entre: tribunales ordinarios, especiales y arbitrales.

a.1).- Los tribunales ordinarios son aquellos que se encuentran establecidos en el


COT y que llevan consigo la idea de subordinación del inferior con respecto al superior,
para los efectos disciplinarios. Están constituidos u organizados a base de jerarquías y
categorías y se encuentran dotados de una aptitud potencial y actual para conocer, juzgar
y hacer ejecutar lo resuelto, independientemente de las materias y de las personas que en
ellos intervienen, en todos los asuntos del orden temporal que ocurran en Chile.

Conforme al artículo 5º del COT integran el poder judicial, como tribunales


ordinarios de justicia, los siguientes:

 La Corte Suprema.

 Las Cortes de Apelaciones.

 Los Presidentes de Corte.

 Los Ministros de Corte.

48
49

 Los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal.

 Los Juzgados de Garantía.

 Los Juzgados de Letras.

a.2).- Los tribunales especiales son aquellos establecidos por la ley para juzgar a
determinadas personas, las que, por circunstancias particulares, gozan de este privilegio
(fuero), o para resolver determinadas materias.

La doctrina estima que lo ideal es que todas las personas y todas las cosas sean
juzgadas o resueltas por una misma clase de tribunales (ordinarios). La unidad en la
administración de justicia da la sensación de una mayor igualdad ante la ley.

Sin embargo, en la práctica, lo mismo que acontece con las demás actividades
humanas, se ha producido la especialización en determinadas materias. De ahí también
han surgido por la fuerza de las cosas los tribunales especiales.

Conforme al inciso 2º del artículo 5º del COT forman parte del Poder Judicial como
tribunales especiales:

 Los Juzgados de Familia;

 Los Juzgados del Trabajo, y

 Los Tribunales Militares en Tiempo de Paz.

Estos tribunales, en cuanto a su organización y atribuciones se rigen por las


disposiciones orgánicas constitucionales y por las normas contenidas en la Ley 19.968,
en el Código del Trabajo, y en el Código de Justicia Militar y sus leyes complementarias,
respectivamente, sin perjuicio de aplicarse las normas del COT cuando así se disponga
expresamente.

Además de estos tribunales, el propio artículo 5º, en su inciso penúltimo, plantea la


posibilidad de que existan otros tribunales especiales, los que en estricto derecho no
pertenecen al Poder Judicial propiamente tal, como son los Juzgados de Policía Local, los
Tribunales Militares en Tiempo de Guerra, el Tribunal de Propiedad Industrial y el
Subcontralor de la República, entre otros.

49
50

No deben confundirse los tribunales especiales con los tribunales de excepción o


accidentales, que son ordinarios (Ministros de Corte de Apelaciones y Corte Suprema).

a.3).- Los tribunales arbitrales son aquellos constituidos por los jueces árbitros, o
sea, por jueces nombrados por las partes o por la autoridad judicial en subsidio, para la
resolución de un asunto litigioso (artículo 222 del COT). A diferencia de los anteriores no
son permanentes sino transitorios.

Además, los jueces árbitros pueden ser designados por la ley y por la voluntad
unilateral del testador.

Existen diversas clases de árbitros, a saber: el árbitro de derecho, que tramita y


falla al igual que los tribunales ordinarios, o sea, con sujeción estricta a la ley; el árbitro
arbitrador o amigable componedor, que tramita en conformidad a las reglas de
procedimiento convenidas por las partes o, en subsidio, en conformidad a las reglas
mínimas de procedimiento establecidas en la legislación procesal civil, y falla de acuerdo
con las reglas de prudencia o equidad que crea convenientes, o sea, en conciencia; y el
árbitro mixto, que participa de los caracteres de los árbitros de derecho y de los árbitros
arbitradores, o sea, tramita como estos últimos y falla como los primeros.

Existen asuntos de arbitraje prohibido, esto es, materias que la ley, por razones de
conveniencia pública, impide someter a la decisión de jueces árbitros, como ocurre con
los asuntos de estado civil; otros de arbitraje forzoso en virtud de la ley, como la partición
de bienes; y finalmente asuntos de arbitraje voluntario.

Los Jueces Árbitros, cualquiera que sea su calidad, no son funcionarios públicos,
no están sujetos a través de ningún vínculo con el Estado, pero están investidos del
ejercicio de la jurisdicción. Su calidad de jueces emana de la ley.

b).- Según su composición o número de jueces se dividen en: tribunales


unipersonales y tribunales colegiados.

b.1).- Los tribunales unipersonales son aquellos constituidos por un solo


magistrado.

b.2).- Los tribunales colegiados, en cambio, son aquellos formados por varios
jueces.

50
51

Mucho se ha discutido acerca de cuál sistema de tribunales es preferible,


llegándose a la conclusión de que ambas clases de tribunales presentan ventajas e
inconvenientes.

Los tribunales unipersonales presentan como ventajas que el juez tiene en ellos
una mayor responsabilidad; que el juez toma conocimiento personal del proceso,
interviniendo en la formación íntegra del mismo, incluso en la dictación de la sentencia;
que resalta de inmediato, y con mayor facilidad, la ignorancia o negligencia del juez, lo
que permite su pronta eliminación; y que la administración de justicia tiene que ser más
rápida, puesto que es una sola la persona que dicta las resoluciones.

Los inconvenientes que se anotan a los tribunales unipersonales son, en cambio,


que en ellos se disminuye la posibilidad del acierto; que la falta de discusión impide
también llegar con facilidad al descubrimiento de la verdad; y que es más fácil que en
ellos florezca el arbitrio judicial.

Los tribunales colegiados, por su parte, presentan como ventajas asegurar una
mayor posibilidad de acierto; promueven entre los juzgadores la discusión, que es un
poderoso instrumento para llegar a determinar la verdad; y ayudan, en fin, a contener el
arbitrio judicial (la decisión sin razón).

Se señalan, en cambio, entre sus inconvenientes, que la responsabilidad de los


jueces se diluye, pues ésta pierde en intensidad según lo que gana en extensión; que los
jueces no toman conocimiento personal del asunto sometido a su decisión sino por
intermedio de otros funcionarios; que la ignorancia o negligencia de los magistrados no
resalta con tanta facilidad; y por último, que la administración de justicia ante esos
tribunales tiene que ser más lenta.

En nuestro país existe un sistema mixto, donde son colegiados los tribunales
superiores, vale decir Corte Suprema, Cortes de Apelaciones, Corte Marcial y la Corte
Naval. Además lo son los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal, no obstante ser inferiores.
El resto de los tribunales son unipersonales.

c).- Según si el fallo que ellos emiten debe ajustarse a Derecho o a la equidad,
se distingue entre: Tribunales de Derecho o Tribunales de Equidad.

51
52

El juez de Derecho presupone un legislador que ha determinado previamente las


reglas generales conforme a las cuales debe resolverse el conflicto, debiendo el órgano
jurisdiccional someterse a ellas al momento de decidir. El juez de equidad, en cambio,
oficia de legislador y de juez al mismo tiempo en el caso particular que debe resolver,
pues resuelve conforme a lo que su prudencia y equidad le dictaren, son de esta clase los
árbitros arbitradores.

d) Considerando su jerarquía, se distinguen: Tribunales Superiores, y


Tribunales Inferiores. A la primera clase corresponde la Corte Suprema y las Cortes de
Apelaciones, todos los demás son inferiores.

e) Tribunales permanentes y tribunales de excepción o accidentales. Son


tribunales de excepción aquellos que se constituyen para conocer causas en razón de la
materia o del fuero de las personas, constituidos por jueces que pertenecen a ciertos
tribunales colegiados. Estos tribunales están reglamentados en los artículos 50 y
siguientes del COT. Todos los demás son permanentes.

Son tribunales de excepción: Un ministro de Corte de Apelaciones; El Presidente


de la Corte de Apelaciones de Santiago; Un ministro de la Corte Suprema; y El Presidente
de la Corte Suprema.

Hay que tener en cuenta que por el hecho de investir este carácter no pierden la
titularidad que ellos poseen en los cargos de sus respectivos tribunales.

Estos tribunales no son especiales, sino que son tribunales ordinarios, aun
cuando hayan sido establecidos para juzgar ciertas materias y a ciertas personas. Son
regidos por el COT y forman parte del Poder Judicial. No funcionan permanentemente
sino en el momento en que se produce el hecho que requiere de su intervención.

f) Según la calidad del juez se distinguen entre tribunales legos y tribunales


letrados. Son tribunales legos aquellos formados por jueces que no son abogados. Por
ejemplo, un árbitro arbitrador y los Alcaldes cuando actúan como jueces de Policía Local.
En cambio, los tribunales letrados son servidos por un abogado.

En nuestro país, la regla general está constituida por los jueces letrados.

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53

g) Según la duración de los jueces en sus funciones se distingue entre


tribunales perpetuos y tribunales temporales.

Son tribunales perpetuos aquellos formados por jueces que han sido designados
indefinidamente en el cargo y permanecen mientras observen buen comportamiento
ministerial y no alcancen los 75 años de edad.

Los tribunales temporales, en cambio, son aquellos que por disposición de la ley o
por acuerdo de las partes solo pueden ejercer su ministerio por un periodo determinado
de tiempo. Por ejemplo, los jueces árbitros, que tienen una vigencia máxima de 2 años
(artículo 235 del COT).

8.3.- Los tribunales ordinarios.

8.3.1.- La jerarquía.

Los tribunales ordinarios de justicia están constituidos u organizados a base de


jerarquías, es decir de relación de dependencia o subordinación de unos respecto de
los otros que mira más bien a las facultades disciplinarias y económicas. Dentro de
esta estructura jerárquica piramidal la Excelentísima Corte Suprema de Justicia es el
máximo tribunal, a continuación se encuentran las diecisiete Cortes de Apelaciones y en
la base del Poder Judicial encontramos a los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal, los
Jueces de Garantía y los Juzgados de Letras.
Ahora bien, dentro de cada jerarquía encontramos diversas categorías,
entendiendo por tales los tribunales ordinarios de igual jerarquía, pero con diversas
atribuciones o competencia. Así, dentro de los Juzgados de Letras encontramos las
categorías de tribunal letrado asiento de Corte de Apelaciones, de capital de Provincia y
de simple Comuna o agrupación de Comunas.
Los magistrados que sirven cada uno de estos tribunales se denominan Jueces de
Letras, Ministros de Corte de Apelaciones y Ministros de Corte Suprema.

53
54

8.3.2.-- La Corte Suprema.

Concepto.
Es un tribunal colegiado, ordinario, permanente y de derecho compuesto por 21
miembros, que ejerce jurisdicción sobre todo el territorio de la República y cuya función
específica es velar por la correcta y uniforme aplicación de la CPR y de las leyes, así como
también le corresponde la superintendencia directiva, correccional y económica de todos
los tribunales de la nación, con excepción del Tribunal Constitucional, el Tribunal
Calificador de Elecciones, los tribunales electorales regionales y los tribunales militares
en tiempo de guerra.
Tiene su sede en la capital de la República (artículo 94 del COT), específicamente
en el Palacio de Tribunales ubicado en calle Compañía Nº 1140, Santiago.

Antecedentes históricos.
La Corte Suprema aparece, por primera vez, en nuestra vida institucional
independiente en el Reglamento de Administración de Justicia de 1811, bajo el nombre de
Tribunal Supremo Judiciario, con una variada y compleja jurisdicción. En el texto
constitucional de 1823 se le llama Suprema Corte de Justicia y se la designa como
primera magistratura judicial del Estado; pero es en el texto constitucional siguiente, o
sea, en el de 1828 que se le dio la denominación actual de Corte Suprema. En todos los
textos constitucionales posteriores, en especial en los de los años 1833, 1925 y 1980
continúa apareciendo con esta misma denominación.

Composición.
El Presidente, tiene como misión regir la Corte Suprema, es elegido por sus
propios miembros, dura dos años en el cargo y no puede ser reelegido (artículo 93, incisos
1° y 2°, del COT). Su integración en las salas es facultativa y si opta por integrar podrá
hacerlo en cualquiera de ellas (artículo 95, inciso 6°, del COT). En la actualidad tal cargo
es ejercido por el Ministro don Milton Juica Arancibia.
Los Ministros, son veintiuno incluyendo al Presidente, gozan de precedencia los
unos respecto de los otros por el orden de su antigüedad (artículo 93, inciso 3°, del COT).
Cinco de sus miembros deben ser abogados extraños a la administración de
justicia, los demás deben provenir del Poder Judicial.

54
55

El Fiscal Judicial, es el representante del Ministerio Público Judicial ante la


Corte Suprema y el jefe superior de este servicio.
El Secretario, es el ministro de fe pública que ejerce todas las funciones que la
ley asigna a esta clase de funcionarios auxiliares de la administración de justicia.
Existe además un Prosecretario, Relatores (8), Personal de Secretaría, el
Secretario del Presidente y el Bibliotecario Estadístico.
Para ser Ministro de la Corte Suprema se requiere:
a) Ser chileno.
b) Tener título de abogado.
c) Cumplir con los requisitos del artículo 283 del COT
d) Si se trata de abogados extraños a la administración de justicia, estos deben haber
ejercido a lo menos 15 años el título de abogado y destacarse en la actividad
profesional o universitaria.
El nombramiento de un Ministro de la Corte Suprema lo efectúa el Presidente de la
República, conforme a una quina que le es enviada por la misma Corte. Este
nombramiento debe contar con la aprobación del Senado (2/3) y en caso de rechazo la
Corte debe elaborar una nueva nómina, excluyendo al rechazado (artículo 78, inciso 3°,
CPR).

Funcionamiento.
Conforme al artículo 102 del COT el primer día hábil de marzo la Corte Suprema
iniciará sus funciones en audiencia pública, a la cual deberán concurrir su Fiscal
Judicial y los miembros y fiscales judiciales de la Corte de Apelaciones de Santiago. En
esa audiencia el Presidente dará cuenta del trabajo efectuado por el tribunal en el año
judicial anterior; del que haya quedado pendiente para el año que se inicia; de los datos
estadísticos remitidos por las Cortes de Apelaciones; de la apreciación que le mereciere la
labor de esos tribunales; y de las medidas que a su juicio o a juicio del tribunal fuere
necesario adoptar para mejorar la administración de justicia; y de las dudas y dificultades
que hayan ocurrido a la Corte Suprema y a las Cortes de Apelaciones en la inteligencia y
aplicación de las leyes y de los vacíos que se noten en ellas y de que se haya dado cuenta
al Presidente de la República.
La Corte Suprema, cada dos años, mediante un auto acordado debe establecer las
materias de que conocerá cada una de las salas en que ésta se divida, tanto en
funcionamiento ordinario como extraordinario. Al efecto debe especificar la o las salas que

55
56

conocerán de materias civiles, penales, constitucionales, contencioso administrativas,


laborales, de menores, tributarias u otras que el propio tribunal determine. 39 No obstante,
de la misma forma, podrá modificar la distribución de las materias de que conoce cada
una de las salas cuando una repartición más equitativa de las mismas así lo requiera.
En caso que ante la Corte Suprema se encuentren pendientes distintos recursos
de carácter jurisdiccional que incidan en una misma causa, cualesquiera sea su
naturaleza, éstos deberán acumularse y verse conjunta y simultáneamente en una misma
sala. La acumulación deberá hacerse de oficio, sin perjuicio del derecho de las partes a
requerir el cumplimiento de esta norma (artículo 99, inciso final, del COT).
La Corte Suprema funcionará ordinariamente dividida en salas especializadas
o en pleno (artículo 95, inciso 1°, del COT).
Para el conocimiento de los asuntos a que se refiere el artículo 98 del COT, la
Corte funcionará ordinariamente dividida en tres salas o extraordinariamente en
cuatro, correspondiéndole a la propia Corte determinar uno u otro modo de
funcionamiento.
Durante el funcionamiento extraordinario el tribunal designará los relatores
interinos que estime necesarios (actualmente 13).
En cualquier caso, las salas deberán funcionar con no menos de cinco jueces cada
una y el pleno con la concurrencia de once de sus miembros a lo menos.
Corresponde a la propia Corte, mediante auto acordado, establecer la forma de
distribución de sus ministros entre las diversas salas de su funcionamiento ordinario o
extraordinario. La distribución de ministros que se efectúe permanecerá invariable por un
período de, a lo menos, dos años.
Cada sala será presidida por el Ministro más antiguo, cuando no esté presente el
Presidente de la Corte.

Los acuerdos.
Es aplicable a la Corte Suprema lo dispuesto para los acuerdos de los tribunales
de juicio oral en lo penal en los artículos 19 y 20 del COT, y de las Cortes de Apelaciones
en los artículos 72, 74 y siguientes, hasta el 89 inclusive (artículo 103 del COT).
Competencia.

39
Artículo 99 del COT. Ver, además, el auto acordado de la Corte Suprema, de 31 de marzo de 2006, que
distribuye las materias que conocen sus salas.

56
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Los asuntos que debe conocer la Corte Suprema están indicados en los artículos
96 y 98 del COT, sin perjuicio de otras normas especiales. En síntesis podemos
mencionar las siguientes:

En Tribunal Pleno:
a) Otorgar el título de abogado en audiencia pública (artículo 521 del COT);
b) Conocer de la apelación en causas por desafuero;
c) Conocer en segunda instancia de los juicios de amovilidad fallados en primera
instancia por las Cortes de Apelaciones o por el Presidente de la Corte Suprema,
seguidos contra jueces de letras o Ministros de Cortes de Apelaciones,
respectivamente;
d) Ejercer las facultades administrativas, disciplinarias y económicas que las leyes le
asignan;
e) Informar al Presidente de la República, cuando se solicite su dictamen, sobre
cualquier punto relativo a la administración de justicia y sobre la cual no exista
cuestión de que deba conocer;
f) Informar las modificaciones que se propongan al Código Orgánico de Tribunales;
g) Conocer y resolver la concesión o revocación de la libertad condicional, en los casos
en que se hubiere impuesto el presidio perpetuo calificado;
h) Dictar autoacordados en conformidad a la Constitución, a la ley o en virtud de las sus
facultades discrecionales;
i) Conocer de la reclamación por pérdida de la nacionalidad (artículo 12 CPR), y
j) Los demás asuntos que leyes especiales le encomiendan expresamente. Así por
ejemplo: Designar 4 ministros de la Corte Suprema para integrar el Tribunal
Calificador de Elecciones (artículo 95 letra a) CPR) o autorizar u ordenar,
fundadamente, el traslado de los jueces y demás funcionarios y empleados del
poder judicial a otro cargo de igual categoría (artículo 80, inciso 4º, CPR).

En Sala conocerá, especialmente conforme al artículo 98 del COT:

57
58

a) De los recursos de casación en el fondo;40


b) De los recursos de casación en la forma interpuestos contra las sentencias dictadas
por las Cortes de Apelaciones o por un tribunal arbitral de segunda instancia
constituidos por árbitros de derecho en los casos en que éstos árbitros hayan
conocido de negocios de la competencia de dichas Cortes;41
c) De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas
dictadas por los tribunales con competencia en lo criminal, cuando corresponda de
acuerdo a la ley procesal penal (artículos 373 y siguientes del CPP);
d) De las apelaciones deducidas contra las sentencias dictadas por las Cortes de
Apelaciones en los recursos de amparo, de protección y amparo económico.
e) Del recurso o acción de revisión (artículos 818 y siguientes del CPC; 473 y
siguientes del CPP);
f) En segunda instancia, de las causas a que se refieren los números 2° y 3° del
artículo 53 del COT y resoluciones que recaigan sobre las querellas de capítulos;
g) De los recursos de queja (artículo 545 del COT), pero la aplicación de las medidas
disciplinarias serán de competencia del tribunal pleno;
h) De los recursos de queja en juicio de cuentas contra las sentencias de segunda
instancia dictadas con falta o abuso, con el solo objeto de poner pronto remedio al mal
que lo motiva;
i) De las solicitudes que se formulen de conformidad a la ley procesal, para declarar si
concurren las circunstancias que habilitan a la autoridad requerida para negarse a
proporcionar determinada información (artículo 19, inciso 4°, del CPP) o para
oponerse a la entrada y registro de lugares religiosos, edificios en que funcione una
autoridad pública o recintos militares o policiales (artículo 209, inciso 3°, del CPP), y
j) De los demás negocios judiciales de que corresponda conocer a la Corte Suprema y
que no estén entregados expresamente al conocimiento del pleno. Por ejemplo: el
procedimiento para obtener la declaración de que una resolución es
injustificadamente errónea o arbitraria, para los efectos del ejercicio de la acción
indemnizatoria que otorga la CPR en el artículo 19 nº 7 letra i), o el recurso de
40
Aquel que conforme al artículo 764 del CPC se concede para invalidar o anular una sentencia en los casos
expresamente señalados en la ley (767), que hayan sido pronunciadas con infracción de ley que haya influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
41
Aquel que conforme al artículo 764 del CPC se concede para invalidar o anular una sentencia en los casos
expresamente señalados en la ley (768).

58
59

apelación deducido en contra de la resolución que se pronuncia sobre la extradición


pasiva, según lo dispone el artículo 450 del CPP.
Asimismo deberá cumplir con otras obligaciones como son las de dar cuenta
anualmente al Presidente de la República de las dudas y dificultades que le hayan
ocurrido, como igualmente a las Cortes de Apelaciones, en la inteligencia y aplicación de
las leyes y de los vacíos que se noten en ellas, intervenir en las diversas actuaciones sobre
formación del escalafón judicial y calificación del personal; y confeccionar cada cinco años
la tabla de emplazamiento.

8.3.3.- Las Cortes de Apelaciones.

Concepto.
Las Cortes de Apelaciones son tribunales ordinarios, colegiados, permanentes y de
derecho, compuestos por un número variable de miembros llamados Ministros (de 4 a
31), que ejercen normalmente jurisdicción de segunda instancia como superiores
jerárquicos de los jueces de letras, y cuyo territorio jurisdiccional, por regla general, es
una región o agrupación de provincias.
Dichas cortes tienen el tratamiento de Ilustrísima y los ministros de señoría
(artículo 306 del COT).

Antecedentes históricos.
Las Cortes de Apelaciones actuales, como tribunales ordinarios colegiados, y
normalmente de alzada, son una supervivencia del antiguo tribunal español llamado la
Real Audiencia.
La Real Audiencia en Chile fue creada por primera vez en el año 1565, con asiento
en la ciudad de Concepción, pero sólo funcionó durante diez años. Fue restablecida el año
1606, con asiento en la ciudad de Santiago, funcionando ininterrumpidamente hasta la
independencia nacional.
Uno de los primeros actos del Gobierno Nacional recién constituido fue suprimir la
Real Audiencia (año 1811) y reemplazarla por otro denominado Tribunal de Apelaciones,
que sólo duró hasta el año 1814, en que se produjo la Reconquista.

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60

La Constitución Política de 1818 restableció el Tribunal de Apelaciones, pero con


el nuevo nombre de Cámara de Apelaciones. Fue la Constitución Política de 1823 la que
dio a este tribunal su actual denominación, o sea, de Cortes de Apelaciones.
El Reglamento de Administración de Justicia de 1824 mantuvo la Corte de
Apelaciones y la Corte Suprema, ambas con asiento en la ciudad de Santiago, creándose
más tarde, por Ley de 26 de noviembre de 1845, las Cortes de Apelaciones de La Serena y
de Concepción.
El año 1875 se dictó la Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales, y en
su artículo 55 reconoció la existencia de tres Cortes de Apelaciones: Santiago, La Serena y
Concepción, fijando, al mismo tiempo, el territorio jurisdiccional de cada una de ellas.
Pero con el correr de los años se fueron creando paulatinamente nuevos tribunales
de alzada: Iquique en 1884; Talca en 1888; Valparaíso en 1892; Valdivia en 1906;
Temuco en 1925; Chillán en 1936; Punta Arenas en 1960; Antofagasta en 1966;
Rancagua en 1968; Copiapó en 1973; Puerto Montt en 1973; Coyhaique en 1976;
Presidente Aguirre Cerda, hoy San Miguel en 1978; y Arica en 1981.
Hoy existen diecisiete Cortes de Apelaciones (artículo 54 del COT), a cargo de los
siguientes territorios jurisdiccionales y la dotación que a continuación se indican
(artículos 55, 56 y 57 del COT):
1.- Arica: XV Región de Arica y Parinacota. 7 Ministros, 1 Fiscal Judicial, 4
Relatores y 1 Secretario.
2.- Iquique: de la I Región de Tarapacá. 4 Ministros, 1 Fiscal Judicial, 2 Relatores
y 1 Secretario.
3.- Antofagasta: a cargo de la II Región de Antofagasta. 7 Ministros, 2 Fiscales
Judiciales, 4 Relatores y 1 Secretario.
4.- Copiapó: a cargo de la III Región de Atacama. 4 Ministros, 1 Fiscal Judicial, 2
Relatores y 1 Secretario.
5.- La Serena: a cargo de la IV Región de Coquimbo. 7 Ministros, 2 Fiscales
Judiciales, 4 Relatores y 1 Secretario.
6.- Valparaíso: a cargo de la V Región de Valparaíso. 16 Ministros, 3 Fiscales
Judiciales, 10 Relatores y 1 Secretario.
7.- Santiago: a cargo de la parte de la Región Metropolitana de Santiago
correspondiente a las provincias de Chacabuco y Santiago, con exclusión de las comunas
de Lo Espejo, San Miguel, San Joaquín, La Cisterna, San Ramón, La Granja, El Bosque,

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61

La Pintana y Pedro Aguirre Cerda. 31 Ministros, 6 Fiscales Judiciales, 22 Relatores y 3


Secretarios.
8.- San Miguel: Región Metropolitana de Santiago correspondiente a las provincias
de Cordillera, Maipú y Talagante; a la provincia de Melipilla; y a las comunas de Lo
Espejo, San Miguel, San Joaquín, La Cisterna, San Ramón, La Granja, El Bosque, La
Pintana y Pedro Aguirre Cerda, de la provincia de Santiago. 19 Ministros, 4 Fiscales
Judiciales, 12 Relatores y 2 Secretarios.
9.- Rancagua: a cargo de la VI Región del Libertador General Bernardo O’Higgins.
7 Ministros, 2 Fiscales Judiciales, 4 Relatores y 1 Secretario.
10.- Talca: a cargo de la VII Región del Maule. 7 Ministros, 2 Fiscales Judiciales, 4
Relatores y 1 Secretario.
11.- Chillán: a cargo de la provincia de Ñuble y la comuna de Tucapel, de la
provincia del Biobío de la VIII Región del Biobío. 4 Ministros, 1 Fiscal Judicial, 2 Relatores
y 1 Secretario.
12.- Concepción: a cargo de las provincias de Concepción, Arauco y Biobío, de la
Región del Biobío, con excepción de la comuna de Tucapel. 16 Ministros, 3 Fiscales
Judiciales, 10 Relatores y 1 Secretario.
13.- Temuco: a cargo de la IX Región de la Araucanía. 7 Ministros, 2 Fiscales
Judiciales, 4 Relatores y 1 Secretario.
14.- Valdivia: a cargo de las provincias de Valdivia y Osorno, de la Región de Los
Ríos. 7 Ministros, 2 Fiscales Judiciales, 4 Relatores y 1 Secretario.
15.- Puerto Montt: a cargo de las provincias de Llanquihue, Chiloé y Palena, de la
X Región de Los Lagos. 4 Ministros, 1 Fiscal Judicial, 2 Relatores y 1 Secretario.
16.- Coyhaique: a cargo de la XI Región de Aisén, del General Carlos Ibáñez del
Campo. 4 Ministros, 1 Fiscal Judicial, 2 Relatores y 1 Secretario.
17.- Punta Arenas: a cargo de la XII Región de Magallanes y de la Antártica
Chilena. 4 Ministros, 1 Fiscal Judicial, 2 Relatores y 1 Secretario.

Composición.
El Presidente, que tiene como misión regir la Corte. Es elegido dentro de los
mismos miembros del tribunal, turnándose cada uno por orden de antigüedad en la
categoría correspondiente del escalafón y dura un año en sus funciones, contado desde el
1° de marzo (artículo 57, inciso 1°, del COT).

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Dentro de las funciones que la ley asigna al Presidente de la Corte de Apelaciones


podemos destacar las siguientes (artículo 90 del COT):
a.- Presidir al tribunal en todas sus reuniones públicas.
b.- Instalar diariamente la sala o salas para su funcionamiento, haciendo llamar,
si fuere necesario, a los funcionarios que deben integrarlas.
c.- Formar el último día hábil de cada semana las tablas de las causas que verá el
tribunal o sus salas en la semana siguiente.
d.- Abrir y cerrar las sesiones del tribunal, anticipar o prorrogar las horas del
despacho en caso que así lo requiera algún asunto urgente y grave y convocar
extraordinariamente al tribunal cuando fuere necesario.
e.- Mantener el orden dentro de la sala del tribunal, amonestando a cualquiera
persona que lo perturbe y aun haciéndole salir de la sala en caso necesario.
f.- Dirigir los debates del tribunal, concediendo la palabra a los miembros que la
pidieren.
g.- Fijar las cuestiones que hayan de debatirse y las proposiciones sobre las cuales
haya de recaer la votación.
h.- Poner a votación las materias discutidas cuando el tribunal haya declarado
concluido el debate.
i.- Enviar al Presidente de la Corte Suprema, antes del 15 de febrero de cada año,
la estadística a que se refiere el artículo 589.
j.- Dar cuenta al Presidente de la Corte Suprema de las causas en que no se haya
dictado sentencia en el plazo de treinta días, contados desde el término de la vista, y de
los motivos del retardo.
En ausencia del Presidente hará sus veces el Ministro más antiguo de los que se
encontraren actualmente reunidos en la sala del tribunal (artículo 91 del COT).
No debe confundirse la figura del Presidente de la Corte de Apelaciones con el del
Presidente de Sala, que corresponde al Ministro más antiguo de ella y quien dispone, en
todo caso, de las facultades señaladas en los N° 1, 4, 5, 6, 7 y 8 del artículo 90 del COT,
para la dirección de las audiencias (artículo 92 del COT).
Los Ministros, son los demás miembros que componen este tribunal colegiado, de
número variable y que tienen el rango y precedencia correspondientes a su antigüedad
(artículo 57, inciso 2°, del COT).

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Los Fiscales Judiciales, que son los representantes del Ministerio Público
Judicial ante los tribunales de alzada y auxilian a éstos en el ejercicio de sus funciones
(artículos 350 y siguientes del COT).
Los Relatores, son auxiliares de la administración de justicia que tienen como
misión fundamental hacer la relación de los negocios entregados a la competencia de las
Cortes, o sea, efectuar una exposición razonada y metódica al tribunal de dichos asuntos
sometidos a su decisión (artículos 372 y siguientes del COT).
Los Secretarios, son auxiliares de la administración de justicia que, en su
condición de ministros de fe, autorizan las resoluciones que dicte el tribunal, custodian
los procesos y papeles, dan cuenta diaria al mismo de las solicitudes que presenten las
partes y autorizan los poderes judiciales que puedan otorgarse ante ellos (artículos 379 y
siguientes del COT).
El personal de secretaría, compuesto por funcionarios del escalafón de
empleados que colaboran en el funcionamiento administrativo y jurisdiccional del
tribunal.
Competencia.
Como se trata de un tribunal de jurisdicción común, las Cortes de Apelaciones
conocen de toda clase de materias, sean estas civiles, contenciosas y voluntarias, también
materias laborales, de menores y otras que detallaremos a continuación, normalmente
conociendo de ellas como tribunal de segunda instancia.
Conforme al artículo 63 del COT, las Cortes de Apelaciones conocerán:
En única instancia:
a.- De los recursos de casación en la forma que se interpongan en contra de las
sentencias dictadas por los jueces de letras de su territorio jurisdiccional o por uno de
sus ministros, y de las sentencias definitivas de primera instancia dictadas por jueces
árbitros.
b.- De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias
definitivas dictadas por un tribunal con competencia en lo criminal, cuando corresponda
de acuerdo a la ley procesal penal.
c.- De los recursos de queja que se deduzcan en contra de jueces de letras, jueces
de policía local, jueces árbitros y órganos que ejerzan jurisdicción, dentro de su territorio
jurisdiccional.
d.- De la extradición activa (artículo 431 del CPP), y

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e.- De las solicitudes que se formulen, de conformidad a la ley procesal, para


declarar si concurren las circunstancias que habilitan a la autoridad requerida para
negarse a proporcionar determinada información, siempre que la razón invocada no fuere
que la publicidad pudiere afectar la seguridad nacional, pues en tal caso conoce la Corte
Suprema.
En primera instancia:
a.- De los desafueros de diputados y senadores, conforme a lo previsto en el
artículo 61 de la CPR.
b.- De las acciones constitucionales de amparo y protección, incluyendo el recurso
de amparo económico.
c.- De los procesos por amovilidad que se entablen en contra de los jueces de
letras.
d.- De las querellas de capítulos.

En segunda instancia:
a.- De las causas civiles, de familia y del trabajo y de los actos no contenciosos de
que hayan conocido en primera los jueces de letras de su territorio jurisdiccional o uno
de sus ministros.
b.- De las apelaciones interpuestas en contra de las resoluciones dictadas por un
juez de garantía.
Además conocen:
* De las consultas de las sentencias civiles dictadas por los jueces de letras.
* De los demás asuntos que otras leyes les encomienden.
* En el caso de la Corte de Apelaciones de Santiago, conoce, además, de los
recursos de apelación y de casación en la forma que incidan en las causas de que haya
conocido en primera instancia su Presidente.

Funcionamiento.
Al igual que la Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones pueden funcionar en
Salas o en Pleno.
La ley señala el número de salas en que funciona ordinariamente cada Corte
(artículo 61 del COT) y a cada una de ellas corresponde el conocimiento de todos los
asuntos de su competencia, excepcionalmente la ley señala cuáles deben ser conocidos en
pleno (artículo 66 del COT).

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En tal sentido, desde ya corresponde al pleno:


a.- El ejercicio de las facultades disciplinarias, administrativas y económicas, sin
perjuicio de que las salas puedan ejercer las primeras en los casos de los artículos 542 y
543 en los asuntos que estén conociendo.
b.- También corresponderá a todo el tribunal el conocimiento de los desafueros de
los Diputados y de los Senadores
c.- Los juicios de amovilidad en contra de los jueces de letras (artículo 66, inciso
3°, del COT).

No obstante lo señalado precedentemente, los recursos de queja serán conocidos y


fallados por las salas del tribunal, según la distribución que de ellos haga el Presidente;
pero la aplicación de las medidas disciplinarias corresponderá al Tribunal Pleno.
La Corte de Apelaciones de Santiago conocerá en pleno de los recursos de
apelación y casación en la forma, en su caso, que incidan en los juicios de amovilidad y
en las demandas civiles contra los Ministros y el Fiscal Judicial de la Corte Suprema
(artículo 66, inciso final, del COT).
Para el funcionamiento del Tribunal Pleno se requiere, a lo menos, la concurrencia
de la mayoría absoluta de los miembros de que se compone la Corte (artículo 67, inciso
1°, del COT).
Cada sala representa a la Corte en los asuntos de que conoce (artículo 66, inciso
2°, del COT) y no pueden funcionar sin la concurrencia de tres jueces como mínimum
(artículo 67, inciso 2°, del COT). El Ministro más antiguo será su Presidente y la sala no
podrá funcionar con mayoría de abogados integrantes tanto en su funcionamiento
ordinario como extraordinario (artículo 215, inciso 3°, del COT).
El funcionamiento extraordinario opera en caso de retardo, esto es, cuando
dividido el total de causas en estado de tabla y de las apelaciones que deban conocerse en
cuenta, inclusive las criminales, por el número de salas, el cuociente fuere superior a ciento
(artículo 62, inciso 2°, del COT). Este tipo de funcionamiento permite dividir la Corte en
un mayor número de salas, para lo cual se llama a integrar a los Fiscales judiciales y
abogados integrantes; además, si no son suficientes los relatores en propiedad, el tribunal
puede designar por mayoría de votos los relatores interinos que estime conveniente,
quienes gozarán durante el tiempo en que sirvieren de igual remuneración que los
propietarios (artículo 62, inciso final, del COT).

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Tramitación.
Para decidir un determinado asunto judicial es previo tramitarlo y en el caso de las
Cortes de Apelaciones es la naturaleza de la materia a resolver la que determina su
tramitación.
El primer trámite consiste en el certificado o constancia de ingreso del asunto a
cargo del Secretario del tribunal. Enseguida, se dictará la primera resolución.
Las Cortes de Apelaciones pueden conocer de los asuntos sometidos a su
competencia en cuenta o previa vista de la causa, según corresponda (artículo 68 del
COT).
La vista y conocimiento en cuenta de las causas y asuntos incidentales se rige por
las reglas de los Códigos de procedimiento (artículo 71 del COT) y serán estudiadas más
adelante con ocasión de los recursos. De un modo preliminar podemos señalar que el
conocimiento de una causa previa vista supone la realización de un conjunto de actos
formales que van desde la inclusión de la causa en la tabla de asuntos que serán
juzgados en un determinado día por la o las distintas salas de la respectiva Corte, hasta
la vista propiamente tal, que implica el anuncio de la causa, relación pública de los
antecedentes por el Relator (que es un abogado con la calidad de auxiliar de la
administración de justicia) y los alegatos de los abogados de las partes ante la sala; en
tanto, el conocimiento de la causa en cuenta es informal, no requiere el señalamiento de
un día y horas específicos para su realización, la relación es privada y no hay alegatos.
La tramitación de las causas está a cargo de la primera sala (sala tramitadora) y
si se trata de providencias de mera sustanciación – que tienen por objeto dar curso
progresivo a los autos, sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre partes -
bastará un solo ministro (artículo 70 del COT). Sin embargo, deberán dictarse por la sala
respectiva las resoluciones de tramitación que procedan cuando ya estén conociendo de
un asunto.
Como materialmente es imposible que en un tribunal colegiado sus miembros se
impongan personal y simultáneamente del asunto sometido a su decisión, la ley ha
ideado que este conocimiento se lo proporcionen a los Ministros otros funcionarios, ya sea
su Secretario o el Relator, sin perjuicio del examen que los miembros del tribunal crean
necesario hacer por sí mismos (artículo 161 del COT).
Dentro de las funciones del Relator se encuentran el deber de dar cuenta diaria de
las solicitudes que se presenten en calidad de urgentes, de las que no pudieren ser
despachadas por la sola indicación de la suma y de los negocios que la Corte mandare

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pasar a ellos (artículo 372 N° 1 del COT). Por su parte, el Secretario debe dar cuenta
diariamente a la Corte de las solicitudes que presentan las partes (artículo 380 N° 1 del
COT).
En consecuencia, de acuerdo a las obligaciones legales, es al Secretario a quien le
corresponde, por regla general, dar cuenta de los asuntos sometidos a la decisión de la
Corte. Excepcionalmente esta cuenta corresponde a los Relatores en los siguientes tres
casos:
1.- Si la solicitud se presenta con el carácter de urgente (ej: orden de no innovar);
2.- Si la solicitud no puede resolverse con la lectura de la sola suma, y
3.- Si la propia Corte ordena que de una determinada solicitud de cuenta el
Relator.
Sin embargo, en la práctica son los Relatores quienes se hacen cargo de la cuenta
de la gran mayoría de las solicitudes.
Una vez agotada la tramitación del asunto sometido a la decisión de la Corte, el
tribunal puede adoptar dos actitudes: o lo resuelve con la sola cuenta o dispone resolver
previa relación y vista de la causa. En este último caso se deben cumplir las formalidades
legales de la notificación del decreto “en relación”, la inclusión de la causa en la tabla, la
relación solemne y pública y, eventualmente, los alegatos de los abogados.

Los acuerdos.
Según el profesor Mario Casarino se entiende por acuerdo el estudio, la discusión
y la adopción del fallo por parte de un tribunal colegiado.
Las resoluciones en los tribunales colegiados se adoptan por mayoría absoluta de
votos conformes (artículo 72 del COT).
Las Cortes de Apelaciones celebrarán sus acuerdos privadamente; pero podrán
llamar a ellos a los relatores u otros empleados cuando lo estimen necesario (artículo 81
del COT).
No pueden tomar parte en los acuerdos los miembros del tribunal que no hubieren
concurrido como jueces (investidos de la calidad de tales) a la vista de la causa (artículo
75 del COT). A su vez, ningún acuerdo podrá efectuarse sin que tomen parte todos los
que como jueces hubieren concurrido a la vista, teniendo en cuenta las siguientes
situaciones especiales (artículo 76 del COT):

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1.- Si antes del acuerdo fallece, es destituido o suspendido de sus funciones,


trasladado o jubilado, alguno de los jueces que concurrieron a la vista, se procederá a ver
de nuevo el negocio (artículo 77 del COT).
2.- Si antes del acuerdo se imposibilitare por enfermedad alguno de los jueces que
concurrieron a la vista, se esperará hasta por treinta días su comparecencia al tribunal; y
si, transcurrido este término, no pudiere comparecer, se hará nueva vista. Podrá también
verse de nuevo el asunto si, antes del plazo señalado, las partes convienen en ello
(artículo 78 del COT).
Si perjuicio de lo señalado en los casos precedentes, todos los jueces que hubieren
asistido a la vista de una causa quedan obligados a concurrir al fallo de la misma,
aunque hayan cesado en sus funciones, salvo que, a juicio del tribunal, se encuentren
imposibilitados física o moralmente para intervenir en ella (artículo 79, inciso 1°, del
COT).
Aun en las situaciones antes relatadas no se verá de nuevo la causa aunque deje
de tomar parte en el acuerdo alguno o algunos de los que concurrieron a la vista,
siempre que el fallo sea acordado por el voto conforme de la mayoría del total de jueces
que haya intervenido en la vista de la causa (artículo 80 del COT).
Si en el conocimiento de una causa criminal se produce dispersión de votos entre
los miembros del tribunal, se seguirán las reglas señaladas para los tribunales de juicio
oral en lo penal (artículos 74 y 19 del COT).
Cuando alguno de los miembros del tribunal necesite estudiar con más
detenimiento el asunto que va a fallarse, se suspenderá el debate y se señalará, para
volver a la discusión y el acuerdo, un plazo que no exceda de treinta días, si varios
Ministros hicieren la petición, y de quince días cuando la hiciere uno solo (artículo 82 del
COT).
Después de debatida suficientemente la cuestión o cuestiones promovidas, el
tribunal deberá observar las reglas que siguen para formular la resolución (artículo 83 del
COT):
1°.- Se establecerán primeramente con precisión los hechos sobre que versa la
cuestión que debe fallarse, sin entrar en apreciaciones ni observaciones que no tengan
por exclusivo objeto el esclarecimiento de los hechos;
2°.- Si en el debate se hubiere suscitado cuestión sobre la exactitud o falsedad de
uno o más hechos controvertidos entre las partes, cada una de las cuestiones suscitadas
será resuelta por separado;

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3°.- La cuestión que ya hubiere sido resuelta servirá de base, en cuanto la relación
o encadenamiento de los hechos lo exigiere, para la decisión de las demás cuestiones que
en el debate se hubieren suscitado;
4°.- Establecidos los hechos en la forma prevenida por las reglas anteriores, se
procederá a aplicar las leyes que fueren del caso, si el tribunal estuviere de acuerdo en
este punto;
5°.- Si en el debate se hubieren suscitado cuestiones de derecho, cada una de ellas
será resuelta por separado, y las cuestiones resueltas servirán de base para la resolución
de las demás, y
6°.- Resueltas todas las cuestiones de hecho y de derecho que se hubieren
suscitado, las resoluciones parciales del tribunal se tomarán por base para dictar la
resolución final del asunto.
Al momento de votar para llegar al acuerdo, dará primero su voto el Ministro
menos antiguo, y continuarán los demás en orden inverso al de antigüedad. El último
voto será el del Presidente (artículo 84 del COT).
Se entenderá terminado el acuerdo cuando se obtenga mayoría legal sobre la parte
resolutiva del fallo y sobre un fundamento, a lo menos, en apoyo de cada uno de los
puntos que dicho fallo comprenda (artículo 85, inciso 1°, del COT).
Obtenido este resultado, se redactará la resolución por el Ministro que el tribunal
señalare, el cual se ceñirá estrictamente a lo aceptado por la mayoría. Si se suscitare
dificultad acerca de la redacción, será decidida por el tribunal (artículo 85, incisos 2° y 3°,
del COT).
Aprobada la redacción, se firmará la sentencia por todos los miembros del tribunal
que hayan concurrido al acuerdo, a más tardar en el término de tercero día; y en ella se
expresará, al final el nombre del Ministro que la hubiere redactado. De la designación del
Ministro redactor se dejará constancia en el proceso en un decreto firmado por todos los
Ministros que concurrieron al acuerdo. Este decreto será puesto en conocimiento de las
partes el día de su fecha (artículo 85, incisos 4° y 5° del COT).
El Secretario certificará en los autos la fecha en que el Ministro entregue
redactado el proyecto de sentencia (artículo 85, inciso final, COT).
Cuando en los acuerdos resultare discordia de votos, cada opinión particular será
sometida separadamente a votación y si ninguna de ellas obtuviere mayoría absoluta, se
excluirá la opinión que reúna menor número de sufragios en su favor, repitiéndose la
votación entre las restantes. Si la exclusión pudiere corresponder a más de una opinión

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por tener igual número de votos, decidirá el tribunal cuál de ellas debe ser excluida; y si
tampoco resultare mayoría para decidir la exclusión, se llamarán tantos jueces cuantos
sean necesarios para que cualquiera de las opiniones pueda formar sentencia, debiendo,
en todo caso, quedar constituido el tribunal con un número impar de miembros. Los
jueces que hubieren sostenido una opinión excluida, deberán optar por alguna de las
otras sometidas a votación (artículo 86 del COT).
Cuando se llame a otros jueces para dirimir una discordia, se verá la causa por los
mismos miembros que hubieren asistido a la primera vista y los nuevamente llamados.
Antes de comenzar el acto podrán los jueces discordantes aceptar por sí solos una
opinión que reúna la mayoría necesaria para formar sentencia, quedando sin lugar la
nueva vista, la cual se efectuará únicamente en el caso de mantenerse la discordia
(artículo 87, incisos 1° y 2°, del COT).
Si, vista de nuevo la causa, ninguna opinión obtuviere mayoría legal, se limitará la
votación a las que hubieren quedado pendientes al tiempo de llamarse a los nuevos
jueces. En caso de nueva vista de una causa por discordia ocurrida en la primera, el
Presidente del tribunal podrá indicar a los abogados de las partes el punto materia del
empate para que limiten a él sus alegaciones (artículo 87, incisos 3° y 4°, del COT).
En los autos y sentencias definitivas e interlocutorias de los tribunales colegiados,
se expresará nominalmente qué miembros han concurrido con su voto a formar sentencia
y qué miembros han sostenido opinión contraria (voto en contra o disidente, artículo 89,
inciso 1°, del COT). Podrán también consignar las razones especiales que algún miembro
de la mayoría haya tenido para formar sentencia y que no se hubieren insertado en ella
(prevención).

8.3.4.- Los Tribunales Unipersonales de excepción.

Concepto.
Son aquellos tribunales ordinarios, unipersonales, letrados, de derecho y
accidentales no permanentes, que ejercen su competencia en primera instancia, respecto
de aquellos asuntos que la ley expresamente les ha encomendado, en razón de la calidad
de las partes que en ellos intervienen o la naturaleza de la materia de que se trata.
A estos tribunales alude el inciso 1º del artículo 5º del COT, cuando se refiere a los
Presidentes y Ministros de Corte, es decir estos tribunales forman parte de la Corte

70
71

respectiva, pero se van a constituir en la medida que exista una causa de aquellas que la
ley ha entregado a su conocimiento.
Están tratados en el COT, artículos 5, 50, 51, 52 y 53.

Son:
a) Un Ministro de Corte de Apelaciones.
b) El Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago.
c) Un Ministro de Corte Suprema.
d) El Presidente de la Corte Suprema.

a).- Competencia de un Ministro de Corte de Apelaciones.


Conforme al artículo 50 del COT, un Ministro de la Corte de Apelaciones
respectiva, según el turno que ella fije, conocerá en primera instancia de los siguientes
asuntos:
1º De las causas civiles en que sean parte o tengan interés el Presidente de la
República, los ex Presidentes de la República, los Ministros de Estado, Senadores,
Diputados, miembros de los Tribunales Superiores de Justicia, Contralor General de la
República, Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, General Director de
Carabineros de Chile, Director General de la Policía de Investigaciones de Chile, los
Intendentes y Gobernadores, los Agentes Diplomáticos acreditados con el Gobierno de la
República o en tránsito por su territorio, los Arzobispos, los Obispos, los Vicarios
Generales, los Provisores y los Vicarios Capitulares (artículo 50 N° 2 del COT).
La sola circunstancia de ser accionista de una sociedad anónima no es causal
suficiente para que conozca un Ministro de Corte.
2º De las demandas civiles que se entablen en contra de los jueces de letras,
para hacer efectiva la responsabilidad civil resultante del ejercicio de sus funciones
ministeriales (artículo 50 N° 4 del COT).
3º De los demás asuntos que las leyes les encomienden (artículo 50 N° 5 del COT).

b.- Competencia del Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago.


Conforme al artículo 51 del COT, el Presidente de la Corte de Apelaciones de
Santiago, conocerá en primera instancia de los siguientes asuntos:
1º De las causas sobre amovilidad de los ministros de la Corte Suprema, y

71
72

2º De las demandas civiles que se entablen en contra de uno o más miembros de


la Corte Suprema o contra su fiscal judicial para hacer efectiva su responsabilidad por
actos cometidos en el desempeño de sus funciones.

c.- Competencia de un Ministro de la Corte Suprema.


Conforme al artículo 52 del COT, un Ministro de la Corte Suprema, designado por
el tribunal, conocerá en primera instancia de los siguientes asuntos:
1º De las causas a que se refiere el artículo 23 de la Ley 12.033 (relativas a la
Corporación de Ventas de Salitre y Yodo de Chile).
2º De los delitos de jurisdicción de los tribunales chilenos, cuando puedan afectar
las relaciones internacionales de la República con otro Estado.
3º De la extradición pasiva.
4º De los demás asuntos que otras leyes le encomienden.

d.- Competencia del Presidente de la Corte Suprema.


Conforme al artículo 53 del COT, el Presidente de la Corte Suprema conocerá en
primera instancia de los siguientes asuntos:
1º De las causas sobre amovilidad de los ministros de las Cortes de Apelaciones;
2º De las demandas civiles que se entablen contra uno o más miembros o
fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones para hacer efectiva su responsabilidad por
actos cometidos en el desempeño de sus funciones;
3º De las causas de presas y demás que deban juzgarse con arreglo al Derecho
Internacional,42 y
4º De los demás asuntos que otras leyes entreguen a su conocimiento.

8.3.5.- Los Juzgados de Letras.

42
Causas de presas son aquellas en que se ventila la legitimidad o ilegitimidad del apresamiento de naves y
mercaderías, enemigas o neutrales, en caso de guerra, y además el derecho a posible indemnización por los
perjuicios sufridos con motivo de ese apresamiento

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Concepto.
Son tribunales inferiores de justicia, de carácter ordinario, unipersonales,
letrados, de derecho, servidos por un juez de letras, que ejerce jurisdicción en asuntos
civiles y comerciales, en una comuna o agrupación de comunas. En aquellos lugares
donde no existen tribunales especiales conocerán además de los asuntos laborales, de
familia y excepcionalmente tendrán competencia penal. Su superior jerárquico es la Corte
de Apelaciones respectiva.

Organización.
El COT en los artículos 28 a 40 determina los juzgados de letras existentes en
cada región.
En cada Juzgado de Letras habrá un juez abogado y un secretario que, en su
calidad de ministro de fe pública, autorice sus actuaciones y resoluciones.
Además, cuentan con el personal de secretaría que la tipología 43 respectiva
amerite.

Competencia.
Los jueces de letras conocen en única instancia (artículo 45 N° 1 del COT):
a).- De las causas civiles cuya cuantía no exceda de 10 UTM.
b).- De las causas de comercio cuya cuantía no exceda de 10 UTM.
c).- De la recusación de un juez arbitro.
d).- De la acción de reclamación en contra del Director Nacional del SAG (Art.17
Ley 18.755)
e).- Demanda en contra de resolución del superintendente de casinos de juego,
conforme a la ley 19.995.-
Conocen en primera instancia (artículo 45 N° 2 del COT):
a).- De las causas civiles y de comercio cuya cuantía exceda de 10 UTM.
b).- De las causas de minas, cualquiera sea su cuantía.
c).- De los actos judiciales no contenciosos, cualquiera sea su cuantía, salvo lo
dispuesto en el artículo 494 del CC (curador ad litem).
d).- De las causas civiles y de comercio cuya cuantía sea inferior a 10 UTM, en que
sean parte o tengan interés los Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada y de la
43
La CAPJ ha dividido los distintos tribunales del Poder Judicial en diversas tipologías, de acuerdo a su
jerarquía, categoría, clase y competencia específica.

73
74

Fuerza Aérea, el General Director de Carabineros, los Ministros de la Corte Suprema o de


alguna Corte de Apelaciones, los fiscales de estos tribunales, los jueces letrados, los
párrocos y vicepárrocos, los cónsules generales, cónsules o vicecónsules de las naciones
extranjeras reconocidas por el Presidente de la República, las corporaciones y
fundaciones de derecho público o de los establecimientos públicos de beneficencia.
e).- De las causas del trabajo y de familia cuyo conocimiento no corresponda a los
juzgados de letras del trabajo, de cobranza laboral y previsional o de familia
respectivamente.
f).- De los demás asuntos que otras leyes les encomienden. Como por ej. asuntos
de aguas, conforme al Código de Aguas; de las causas penales por hechos acaecidos con
antelación a la entrada de la reforma procesal penal; de la demanda o acción de amparo
establecida en el artículo 14 de la Ley sobre Bases Generales de la Administración del
estado (Ley 18.575); de las infracciones a la ley de pesca (salvo las infracciones a la pesca
deportiva cometidas en aguas dulces, que son de competencia del juez de policía local); de
los procedimientos en que se vea afectado el interés colectivo o difuso de los
consumidores (artículo 51 de la ley 19.496); de las reclamaciones a la determinación de
impuestos a las asignaciones por causa de muerte (ley de timbres y estampillas); de las
contravenciones a los derechos de autor o conexos, según la ley 17336 sobre propiedad
intelectual; ejercer funciones de juez de garantía, en aquellas comunas en donde no existe
juez de garantía (artículo 46 del COT).
Junto a lo anterior, es necesario tener presente además que los Juzgados de
Letras de comunas asiento de Corte conocerán en primera instancia de las causas de
hacienda, cualquiera sea su cuantía, cuando el Fisco sea demandado.
Cuando en estas causas el Fisco actúe como demandante podrá ocurrir ante dicho
tribunal – de comuna asiento de Corte – o al tribunal del domicilio del demandado.
Finalmente, el territorio jurisdiccional de los Juzgados de letras normalmente
corresponde a una comuna o agrupación de comunas (competencia relativa: territorial,
artículo 27 del COT).

8.3.6.- Los Jueces Penales.

a).- Los Jueces de Garantía.

74
75

Concepto.
Son tribunales inferiores de justicia, de carácter ordinario, unipersonales (de
eventual composición múltiple), permanentes, letrados, de derecho, servidos por un
número variable de jueces de Garantía (de 1 a 17 jueces), con asiento en una comuna
determinada, pero que ejerce competencia en asuntos criminales por lo general sobre una
agrupación de comunas. Su superior jerárquico es la Corte de Apelaciones respectiva.
Son unipersonales, pues en el ámbito jurisdiccional resuelven en forma individual,
mas su composición administrativa puede ser múltiple, esto es, puede haber más de un
juez en un Juzgado de Garantía.

Organización.
Conforme lo disponen los artículos 14 y 16 del COT los Juzgados de Garantía
están conformados por uno o más jueces con competencia sobre un mismo territorio
jurisdiccional, que generalmente corresponde a una agrupación de comunas (Ej. Juzgado
de Garantía de Valparaíso, con 9 jueces, ejerce competencia sobre las comunas de
Valparaíso y Juan Fernández).
De acuerdo al artículo 25 del COT, los Juzgados de Garantía, al igual que los
Tribunales de Juicio Oral en lo Penal, se organizan en diversas unidades administrativas
como son la Unidad de Sala, la Unidad de Atención de Público, la Unidad de Servicios y la
Unidad de Administración de Causas, cada una con el personal de apoyo administrativo
para hacer más eficaz y eficiente sus respectivas labores. En los Juzgados de Garantía
que cuentan con 3 ó más jueces habrá, además, un “Comité de Jueces” que contará con
las atribuciones y facultades que le otorga el artículo 23 del COT.

Funciones del Juzgado de Garantía.


Atentos a lo señalado en el artículo 14 del COT, los jueces de garantía actuarán y
resolverán unipersonalmente los siguientes asuntos sometidos a su conocimiento:
1º Asegurar los derechos del imputado y demás intervinientes en el proceso
penal, de acuerdo a la ley procesal penal.
Conforme al artículo 12 del CPP se considerarán intervinientes, además del
imputado, al fiscal, al defensor, a la víctima y al querellante, si lo hubiere, desde que
realizaren cualquier actuación procesal o desde el momento en que la ley les permite
ejercer facultades determinadas.

75
76

Para entender esta facultad – que más bien es un deber de los jueces de garantía –
debe tenerse presente que el objetivo del sistema procesal penal es obtener eficacia en la
persecución criminal, pero con estricta observancia de los derechos de las personas,
hecho este que convierte al Juez de Garantía en un custodio de tales derechos.
En lo que respecta al imputado, el Juez de Garantía está obligado a proteger sus
derechos que se traducen en una justa y racional investigación y un justo y racional
procedimiento. Se trata de garantías judiciales consagradas en los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos, en la Constitución Política de la República y en
las leyes, debiendo actuar de oficio o a petición de parte en cautela de tales derechos
(artículos 10, 93, 94 y 98 del CPP).
En lo que dice relación con la víctima, debe garantizar la vigencia de sus derechos
durante el procedimiento (artículos 6°, 78 y 83 letra a) del CPP). También debe cautelar
los derechos de los demás intervinientes e incluso los derechos de terceros afectados
por la investigación (artículos 9 y 186 del CPP; 14 letra a) del COT).
En su papel autorizante de actuaciones investigadoras, a través de las cuales
dispensa las garantías (artículos 9° y 236 del CPP), debe comportarse con juicio,
prudencia e intenso conocimiento de sus deberes y potestades.
De otro lado, la actividad conservadora del Juez de Garantía debe verificarse tanto
antes como después de la formalización de la investigación, incluso permanece vigente
durante la etapa intermedia, donde debe igualmente cautelar los derechos de defensa del
acusado; depurar la acusación que llegará a juicio oral, salvando los vicios formales,
fiscalizando la congruencia entre formalización y acusación y excluyendo la prueba
impertinente, innecesaria, superabundante, ilícita y nula.
2º Dirigir personalmente las audiencias que procedan, de acuerdo con la ley
procesal penal. La actuación del juez es indelegable, bajo sanción de nulidad absoluta de
la respectiva actuación, así se desprende de las normas contenidas en los artículos 6 y 7
de la CPR y 35 del CPP.
En la dirección de las audiencias cuenta con las mismas atribuciones del Juez
Presidente del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal (artículos 71, 292, 293 y 204 del CPP).
3º Dictar sentencia, cuando corresponda, en el procedimiento abreviado que
contempla la ley procesal penal (artículos 406 y siguientes del CPP).
4º Conocer y fallar las faltas penales de conformidad con el procedimiento
contenido en la ley procesal penal.44
44
Simplificado y monitorio, según los artículos 388 y 392 CPP.

76
77

5º Conocer y fallar, conforme a los procedimientos regulados en el Título I del


Libro IV del Código Procesal Penal (simplificado), las faltas e infracciones contempladas
en la Ley de Alcoholes, cualquiera sea la pena que ella les asigne.
6º Hacer ejecutar las condenas criminales y las medidas de seguridad, y
resolver las solicitudes y reclamos relativos a dicha ejecución, de conformidad a la ley
procesal penal, y
7º Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que el COT y la ley
procesal penal les encomienden.
Entre ellas, podemos mencionar:
a.- Autorización judicial previa de aquellas actuaciones que priven, perturben o
restrinjan al imputado o a un tercero, el ejercicio de los derechos que la Constitución
asegura (artículo 9º del CPP).
b.- Cautela de garantías. (artículo 10 del CPP).
c.- Conocer del amparo del artículo 95 del CPP.
d.- Recibir la declaración del imputado, cuando éste así lo solicitare (artículo 98
del CPP).
e.- Pronunciarse sobre la admisibilidad de la querella (artículo 114 del CPP).
f.- Conocer de la solicitud de prisión preventiva y demás medidas cautelares
personales y reales, como asimismo de su revisión y ejecución.
g.- Pronunciarse sobre la decisión del Fiscal de ejercer la faculta de no iniciar
investigación (artículo 168 del CPP).
h.- Pronunciarse sobre la decisión del Fiscal de aplicar el principio de oportunidad
(artículo 170 del CPP).
i.- Efectuar control judicial antes de la formalización (artículo 186 del CPP).
j.- Intervenir en la audiencia de formalización (artículo 229 del CPP).
k.- Intervenir en la audiencia de prueba anticipada (artículo191 del CPP).
l.- Fijar un plazo de investigación, inferior al máximo legal (artículo 234 del CPP).
m.- Decretar la suspensión condicional del procedimiento (artículo 237 del CPP).
n.- Aprobar o rechazar acuerdos reparatorios. (artículo 241 del CPP).
ñ.- Decretar el sobreseimiento definitivo de la causa (artículo 250 del CPP).
o.- Decretar el sobreseimiento temporal de la causa (artículo 252 del CPP).
p.- Conocer de la audiencia de preparación de juicio oral (artículo 266 del CPP).
q.- Practicar la visita semanal de cárcel (artículo 567 del COT).

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En nuestro sistema procesal penal y de conformidad con lo previsto en el artículo


83 de la CPR, el Ministerio Público dirige en forma exclusiva la investigación de los
hechos constitutivos de delito y los jueces penales no tienen ninguna facultad en tal
sentido. Sin perjuicio de ello, hay oportunidades en que el Juez de Garantía le puede
“recomendar” al Fiscal la práctica de ciertas diligencias de investigación, cuando lo
considerare necesario para el ejercicio de la defensa y el respeto del principio de
objetividad (artículo 98 del COT). En el mismo orden de ideas, el Juez de Garantía podrá
ordenar al Ministerio Público la realización de diligencias precisas de investigación que
hubieren sido antes rechazadas por el Fiscal durante la investigación, ello de conformidad
al artículo 257 del CPP.

b).- Los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal.


Concepto.
Se trata de un tribunal colegiado que trabaja por salas, integradas por tres de sus
jueces y, eventualmente, con la presencia de un cuarto juez alterno.
El rol esencial asignado por la ley al Tribunal Oral en lo Penal es resolver el
conflicto sometido a su decisión a través de un método cognoscitivo como es el juicio oral
y público, máximo derecho del imputado.
Funciones.
De acuerdo al artículo 18 del COT, corresponde a los tribunales de juicio oral en lo
penal:
a).- Conocer y juzgar las causas por crimen o simple delito, salvo aquellas relativas
a simples delitos cuyo conocimiento y fallo corresponda a un juez de garantía;
b).- Resolver, en su caso, sobre la libertad o prisión preventiva de los acusados
puestos a su disposición;
c).- Resolver todos los incidentes que se promuevan durante el juicio oral;
d).- Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de
responsabilidad juvenil les encomiende, y
e).- Conocer y resolver los demás asuntos que la ley procesal penal les
encomiende.

c).- Organización administrativa de los tribunales penales.


Ningún sistema procesal penal es capaz de sostenerse en las complejas sociedades
contemporáneas sin una adecuada y eficiente organización administrativa.

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En nuestro país, con la puesta en marcha del sistema penal acusatorio se modificó
la estructura orgánica y administrativa de los antiguos tribunales, que no era compatible
con los nuevos desafíos, por un diseño más moderno y funcional.
Las ideas centrales de esta nueva organización se pueden resumir del siguiente
modo:
1.- Liberar al Juez o jueces de las tareas de gestión y administración de los
Tribunales en que ejercen sus funciones. Se decidió entregar estas funciones a
profesionales expertos en la materia, para así obtener un mejor rendimiento de los
recursos humanos y materiales y, además, liberar el tiempo del juez para dedicarlo al
ejercicio de sus labores jurisdiccionales.
En todo caso, se establecieron las necesarias vinculaciones entre la función
jurisdiccional y la administrativa a través de los Administradores de Tribunales, por una
parte y del Juez Presidente del Comité de Jueces y de dicho Comité, por la otra.
2.- Crear despachos administrativos comunes. Atendiendo a principios de
optimización de recursos, se decidió que resultaba más conveniente crear unidades
judiciales con despachos administrativos comunes, lo que significaba una importante
economía de personas y recursos materiales al evitar la duplicidad de servicios.
En este esquema, las personas que trabajan en esta organización administrativa
común lo hacen para todos los jueces que ejercen sus funciones en dicho lugar, pero bajo
las órdenes e instrucciones directas de un administrador, no de dichos jueces.
Desaparece la figura del Secretario del Tribunal. En cambio, se crean los cargos de
administrador de tribunal y los Jefes de Unidad, profesionales del área administrativa
(ingeniero civil industrial, ingeniero comercial, ingeniero de ejecución con mención en
gestión, administrador público o contador auditor) quienes actuarán en base a criterios
técnicos en busca de una óptima atención de público y un eficiente apoyo a la actividad
jurisdiccional.
3.- Relación entre jueces y número de empleados. Para evitar la delegación
de funciones por parte de los jueces, hasta donde fuera posible, se buscó reducir la
proporción del número de empleados por juez, privilegiando la función personal de este
último.
La proporción antedicha se bajó en los nuevos Juzgados a menos de la mitad de la
existente en los Juzgados del Crimen actuales, principalmente en virtud de la creación de
los despachos comunes, medida que, además, produjo el efecto de aumentar el tiempo de
trabajo útil del juez con respecto a sus funciones jurisdiccionales.

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4.- Racionalización y optimización de los recursos. Al profesionalizarse la labor


administrativa de un tribunal, atendido lo anteriormente expresado, se optó por exigir
estudios especializados a quienes fueran designados administradores de los mismos. Al
efecto, la ley exigió un título obtenido por alguna Universidad o por algún Instituto
Profesional, en carreras de Gestión o Administración, buscando con ello una mejor
racionalización de los recursos entregados a los tribunales, siempre escasos, y una
optimización de su uso.
Cabe señalar que el nuevo sistema administrativo contempla también la
incorporación de profesionales en el área de la computación, indispensables para apoyar
la labor administrativa, la contabilidad, efectuar la distribución de causas y formar la
agenda del movimiento de los distintos juzgados de garantía y tribunales de juicio oral en
lo penal.
Por otra parte, el nuevo sistema, hará posible efectuar una descripción de las
labores propias de cada cargo, tomando en cuenta la Unidad en que éste se encuentre
ubicado.
5.- Descentralización Administrativa. En el nuevo esquema administrativo
serán los propios tribunales, con el apoyo de sus unidades administrativas, los que, en
alguna medida, definirán sus políticas de gestión y de ejecución, adquiriendo los
materiales e insumos necesarios y contratando incluso al personal de apoyo. Existirá
poder de decisión en el manejo del presupuesto, dentro de ciertas orientaciones centrales
básicas.
Lo anterior no significa que los tribunales puedan decidir políticas generales
contrarias a las adoptadas por la Corporación Administrativa del Poder Judicial, las que
deben respetar. Se trata, en realidad, de dos niveles distintos, pero conciliables.

El Comité de Jueces.
Para desarrollar una política de gestión y administración en los nuevos tribunales
y para obtener una coordinación entre las líneas administrativa y jurisdiccional, dado que
los administradores de tribunales no son dependientes de ningún juez en particular, se
creó el Comité de Jueces.
El artículo 22 del Código Orgánico de Tribunales, dispone que en todos los
juzgados de garantía en los que sirvan tres o más jueces y en cada tribunal de juicio oral
en lo penal, habrá un Comité de Jueces, integrado en la siguiente forma:

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* En aquellos juzgados o tribunales compuestos por cinco jueces o menos, el


comité de jueces se formará con todos ellos.
* En aquellos juzgados o tribunales conformados por más de cinco jueces, el
Comité lo compondrán los cinco jueces que sean elegidos por la mayoría del tribunal,
cada dos años.
Si se ausentare alguno de los miembros del Comité de Jueces o vacare el cargo por
cualquier causa, será reemplazado, provisoria o definitivamente según el caso, por el juez
que hubiere obtenido la más alta votación después de los que hubieren resultado electos
y, en su defecto, por el juez más antiguo de los que no integraren el Comité.
Los acuerdos del Comité de Jueces se adoptarán por mayoría de votos; en caso de
empate decidirá el voto del juez presidente.

Funciones del Comité de Jueces.


Dispone el artículo 23 del COT que al Comité de Jueces corresponderá:
a).- Aprobar anualmente el procedimiento objetivo y general de distribución del
trabajo;
b).- Designar al administrador del tribunal de una terna que deberá proponerles el
juez presidente del comité;
c).- Calificar anualmente a dicho administrador;
d).- Resolver acerca de su remoción;
e).- Designar al personal del tribunal o juzgado, a propuesta en terna del
administrador;
f).- Conocer de la apelación que se interpusiere en contra de la resolución del
administrador que remueva al subadministrador, a los jefes de unidades o a los
empleados del juzgado o tribunal;
g).- Decidir el proyecto de plan presupuestario anual que le presente el juez
presidente de dicho comité, para ser propuesto a la Corporación Administrativa del Poder
Judicial, y
h).- Conocer de todas las demás materias que señale la ley.
En los juzgados de garantía en que se desempeñen uno o dos jueces, las
atribuciones indicadas en las letras b), c), d) y f) corresponderán al Presidente de la Corte
de Apelaciones respectiva, y las restantes atribuciones quedarán radicadas en el juez que
cumpla la función de juez presidente.

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El Juez Presidente del Comité de Jueces.


De entre los miembros del Comité se elegirá al Juez Presidente, quien durará dos
años en el cargo y podrá ser reelegido hasta por un nuevo período. En caso de ausencia o
imposibilidad del Juez Presidente, será suplido en el cargo por el juez más antiguo del
Comité, si ella no superare los tres meses, o se procederá a una nueva elección para ese
cargo si el impedimento excediere de ese plazo (artículo 22 del COT).
Al Juez Presidente corresponderá velar por el adecuado funcionamiento del
juzgado de garantía o tribunal de juicio oral en lo penal, respectivamente. En el
cumplimiento de esta función tendrá los siguientes deberes y atribuciones (artículo
24 del COT):
a).- Presidir el comité de jueces;
b).- Relacionarse con la Corporación Administrativa del Poder Judicial en todas las
materias relativas a la competencia de ésta;
c).- Proponer al comité de jueces el procedimiento objetivo y general para la
distribución de causas en los juzgados y tribunales;
d).- Elaborar anualmente una cuenta de la gestión jurisdiccional del juzgado;
e).- Aprobar los criterios de gestión administrativa que le proponga el
administrador del tribunal y supervisar su ejecución;
f).- Aprobar la distribución del personal que le presente el administrador;
g).- Calificar al personal, teniendo a la vista la evaluación que le presente el
administrador;
h).- Presentar al comité de jueces una terna para la designación de administrador
del tribunal;
i).- Evaluar anualmente la gestión de dicho administrador; y
j).- Proponer al comité de jueces la remoción del administrador.

El desempeño de la función de juez presidente del comité de jueces del juzgado o


tribunal podrá significar una reducción proporcional de su trabajo jurisdiccional, según lo
determine el comité.
En los juzgados de garantía en los que se desempeñe un solo juez, éste tendrá las
atribuciones del Juez Presidente, con excepción de aquellas facultades señaladas en el
inciso 4° del artículo 24 del COT. Cuando existan dos jueces, las atribuciones del juez
presidente se radicarán anualmente en uno de ellos, empezando por el más antiguo.

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El Administrador de Tribunales.
Se trata de una nueva clase de funcionarios sobre los cuales descansa la gestión y
administración de los nuevos tribunales con competencia criminal.
Como hemos expresado, requieren de título profesional en las áreas de
administración y gestión, obtenido en alguna Universidad o Instituto Profesional después
de ocho semestres de estudios, a lo menos. Excepcionalmente, en los juzgados de
garantía de asiento de comuna o agrupación de comunas, la Corte de Apelaciones
respectiva podrá autorizar el nombramiento de un administrador con un título técnico de
nivel superior o título profesional de las mismas áreas, de una carrera con una duración
menor a la señalada (artículo 389 C del COT).
Son funcionarios auxiliares de la administración de justicia, de modo que en su
oportunidad profundizaremos a su respecto.

División del Trabajo Administrativo y Técnico.


Como se ha expresado, cada uno de estos tribunales, en lo Administrativo y
Técnico, se encuentran a cargo de un administrador y la ejecución del trabajo se realiza a
través de los jefes de unidad y empleados.
En conformidad con lo dispuesto en el actual artículo 25 del Código Orgánico de
Tribunales, los juzgados de garantía contarán con las siguientes UNIDADES
ADMINISTRATIVAS, cada una a cargo de un Jefe de Unidad:
1.- UNIDAD DE SALA, encargada de la organización y asistencia a la realización
de las audiencias;
2.- UNIDAD DE ATENCIÓN AL PÚBLICO, encargada de otorgar una adecuada
atención, orientación e información al público que concurra al juzgado o tribunal,
especialmente a la víctima, defensor y al imputado. Además debe recibir la información
que éstos entreguen y manejar la correspondencia;
3.- UNIDAD DE SERVICIOS, encargada de las labores de soporte técnico de la red
computacional del juzgado o tribunal, de la contabilidad, del apoyo a la actividad
administrativa; y de la coordinación y abastecimiento de todas las necesidades físicas y
materiales para la realización de las audiencias;
4.- UNIDAD DE ADMINISTRACIÓN DE CAUSAS, encargada de desarrollar toda la
labor relativa al manejo de causas y registros del proceso penal, incluidas las
relacionadas con el manejo de las fechas y Salas para la celebración de las audiencias; del
Archivo judicial básico; del Ingreso y número de rol de las causas nuevas; de la primera

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audiencia judicial de los detenidos; de la actualización diaria de la base de datos que debe
contener las causas del juzgado o tribunal; y de las Estadísticas Básicas;
Los tribunales de juicio oral en lo penal contarán con estas mismas Unidades
pero además tendrán una quinta denominada UNIDAD DE APOYO A TESTIGOS Y
PERITOS, destinada a prestar una adecuada y rápida atención, información y orientación
a testigos y peritos citados a declarar en el transcurso del juicio oral.

9.-Requisitos para ser Juez en el Poder Judicial.


Las normas relativas al nombramiento de los jueces las encontramos, en primer
lugar, en la CPR desde el momento que se trata de proveer cargos de un poder del Estado.
Así el artículo 77 inciso 1° de la Carta Fundamental dispone una ley orgánica
constitucional señalará las calidades que respectivamente deban tener los jueces y el
número de años que deban haber ejercido la profesión de abogado las personas que
fueren nombradas ministros de Corte o jueces letrados; y el artículo 78 establece las
reglas generales relativas al nombramiento de Ministros de Corte, Fiscales Judiciales y
Jueces de Letras.
La ley orgánica constitucional a que se ha hecho referencia es el COT, cuyos
preceptos analizaremos a continuación.
Los jueces, en general,45 también llamados magistrados, cualquiera sea su
jerarquía, pueden ser nombrados con calidad de propietarios, de interinos o suplentes. Es
propietario el que es nombrado para ocupar perpetuamente o por el período legal una
plaza vacante. Es interino el que es nombrado simplemente para que sirva una plaza
vacante mientras se procede a nombrar el propietario. Es suplente el que es nombrado
para que desempeñe una plaza que no ha vacado, pero que no puede ser servida por el
propietario en razón de hallarse suspenso o impedido (artículo 244 del COT).
Nombrado un Juez en la forma prescrita por la ley para ocupar una plaza vacante,
y no expresándose en su título con qué calidad es nombrado, se entiende que lo es con la
de propietario.
Para ser Juez deberán cumplirse las condiciones prescritas en al párrafo tercero
del Título X del COT, los requisitos que se exigen en los artículos 252 y siguientes del

45
Se comprende aquí tanto a los Jueces de Letras unipersonales, incluidos los de Garantía, como a los Jueces
miembros de Tribunales colegiados, o sea Jueces del Tribunales de Juicio Oral en lo Penal y Ministros de
Corte.

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mismo cuerpo legal, y los señalados en el párrafo 2° del Título I del Estatuto
Administrativo, cuando se tratare del ingreso a la carrera (artículo 250 del COT).
Para el caso de los Jueces de Letras en especial se exige (artículo 252 del COT):
1.- Ser chileno.
2.- Tener el título de abogado.
3.- Haber cumplido satisfactoriamente con el programa de formación de la
Academia Judicial (artículo 284 bis del COT).
Tratándose de abogados ajenos al Poder Judicial que postulen directamente al
cargo de Juez de Letras de comuna o agrupación de comunas, se requiere, además, que
hayan ejercido la profesión de abogado por un año, a lo menos.
Para ser Juez de Letras de capital de provincia o de asiento de Corte de
Apelaciones, se requerirá, además, reunir los requisitos que se establecen en la letra b)
del artículo 284 del COT (calificación funcionaria y oposición al cargo).
Para ser Ministro o Fiscal Judicial de Corte de Apelaciones y Secretario de la
Corte Suprema se requiere (artículo 253 del COT):
1.- Ser chileno.
2.- Tener título de abogado.
3.- Cumplir con las condiciones establecidas en la letra a) del artículo 284 del
COT.
4.- Haber aprobado el curso de habilitación respectivo en la Academia Judicial.
5.- Haber desempeñado, efectiva y continuadamente, la función de juez letrado,
por un año a lo menos.
Lo anterior es sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 280 del COT.
Para ser Ministro de Corte Suprema se exige (artículo 254 del COT):
1.- Ser chileno.
2.- Tener título de abogado.
3.- Cumplir con los requisitos que establece el artículo 283 del COT.
4.- Haber ejercido, tratándose de abogados ajenos al Poder Judicial, por a lo
menos quince años la profesión de abogado.
En caso de tratarse de abogados que se hubieren retirado del Poder Judicial,
deberán haberlo hecho voluntariamente y con calificaciones para ser considerado en lista
de méritos.

9.1.- Nombramientos en el escalafón primario.

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9.1.1.- El Escalafón general de antigüedad.


De acuerdo a la estructura jerárquica del Poder Judicial existe un Escalafón
General de antigüedad compuesto de dos ramas, una de las cuales se denomina
“Escalafón Primario” y la otra “Escalafón Secundario”. También existe un Escalafón del
Personal de Empleados (artículo 264 del COT).
En el escalafón primario figuran los ministros y fiscales judiciales de la Corte
Suprema y de las Cortes de Apelaciones, los jueces letrados, los relatores, los secretarios
de Corte y de juzgados de letras, el prosecretario de la Corte Suprema y el secretario
abogado del fiscal judicial de ese mismo tribunal (artículo 265, inciso 1°, del COT).
Las categorías de este Escalafón son las que siguen (artículo 267 del COT):
Primera Categoría: Presidente, ministros y fiscal judicial de la Corte Suprema.
Segunda Categoría: Presidente, ministros y fiscales judiciales de las Cortes de
Apelaciones; relatores y secretario de la Corte Suprema.
Tercera Categoría: Jueces de tribunales de juicio oral en lo penal, jueces letrados y
jueces de garantía de ciudad asiento de Corte de Apelaciones, relatores y secretarios de
las mismas Cortes.
Cuarta Categoría: Jueces de tribunal de juicio oral en lo penal, jueces letrados y
jueces de garantía de ciudad asiento de capital de provincia.
Quinta Categoría: Jueces de tribunal de juicio oral en lo penal, jueces letrados y
jueces de garantía de comuna o agrupación de comunas, y secretarios de juzgados de
letras de ciudad asiento de Cortes de Apelaciones.
Sexta Categoría: Secretarios de juzgados de letras de capital de provincia,
prosecretario de la Corte Suprema y secretario abogado del fiscal de ese mismo tribunal.
Séptima Categoría: Secretarios de juzgados de letras de comuna o agrupación de
comunas.
Los relatores se incorporarán a las categorías que respectivamente se les asignan
en los términos del artículo 285 del COT.
El escalafón Judicial de antigüedad es confeccionado por la Corte Suprema y se
publica en el Diario Oficial, dentro de los quince primeros días del mes de marzo de cada
año (artículo 270 del COT).
Los errores u omisiones en que se incurra podrán ser reclamados dentro de los
sesenta días siguientes a su publicación. Estas reclamaciones deben presentarse ante el
secretario de la Corte Suprema y serán resueltas en la segunda quincena de mayo. Si la

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reclamación afectare a otros funcionarios, se oirá a éstos en la forma y dentro del plazo
que la Corte determine. El Escalafón de antigüedad con las reformas que se le hagan
después de las reclamaciones se publicará dentro de la primera quincena de junio
(artículo 271 del COT).

9.1.2.- Sistema de nombramientos.


Es un sistema mixto, ya que intervienen tanto el Poder Judicial como el Presidente
de la República (artículo 263 del COT).
En el caso de los Ministros y Fiscal Judicial de la Corte Suprema de Justicia,
serán nombrados por el Presidente de la República, eligiéndolos de una nómina de cinco
personas que, en cada caso, propondrá la misma Corte Suprema y con acuerdo del
Senado. Este adoptará los respectivos acuerdos por los dos tercios de sus miembros en
ejercicio, en sesión especialmente convocada al efecto. Si el Senado no aprobare la
proposición del Presidente de la República, la Corte Suprema deberá completar la quina
proponiendo un nuevo nombre en sustitución del rechazado, repitiéndose el
procedimiento hasta que se apruebe un nombramiento (artículo 78 CPR).
En esa lista de cinco nombres deberá estar el Ministro de Corte de Apelaciones
más antiguo que figure en lista de méritos. Los otros cuatro lugares se llenarán en
atención a los merecimientos de los candidatos (artículo 283 del COT).
Si se trata de proveer una vacante correspondiente a abogados extraños a la
administración de justicia (5), la nómina se formará exclusivamente, previo concurso
público de antecedentes, con abogados que cumplan los requisitos señalados en el inciso
cuarto del artículo 78 de la CPR (15 años de abogado y haberse destacado en la actividad
profesional y universitaria).
En el caso de los Ministros y Fiscales Judiciales de las Cortes de Apelaciones,
los cargos serán llenados por nombramiento hecho por el Presidente de la República a
propuesta en terna de la Corte Suprema (artículo 78, inciso 6°, del COT). Deberá figurar
el Juez letrado en lo civil o criminal más antiguo en lista de mérito de asiento de Corte
(artículo 78, inciso 8°, del COT); condición que es especificada por el artículo 284 letra a)
del COT, al indicar que deberá formarse la terna con el juez de tribunal de juicio oral en
lo penal, el juez de letras o el juez de juzgado de garantía más antiguo de asiento de
Corte, calificado en lista de mérito y que exprese su interés por el cargo y con dos
ministros de Corte de Apelaciones o integrantes de la segunda o tercera categoría que se
hayan opuesto al concurso, de acuerdo a sus calificaciones anuales.

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Los Jueces letrados serán designados por el Presidente de la República a


propuesta en terna de la Corte de Apelaciones de la jurisdicción respectiva donde existe la
vacante. En ella debe figurar el Juez letrado civil o criminal más antiguo inmediatamente
inferior al que se trata de proveer la vacante, que figure en lista de méritos y exprese
interés en el cargo.
La Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones, en su caso, formarán las quinas o
las ternas en pleno especialmente convocado al efecto, en una misma y única votación,
donde cada uno de sus integrantes tendrá derecho a votar por tres o dos personas,
respectivamente. Resultarán elegidos quienes obtengan las cinco o las tres primeras
mayorías, según corresponda. El empate se resolverá mediante sorteo.
Sin embargo, cuando se trate del nombramiento de Ministros de Corte suplentes,
la designación podrá hacerse por la Corte Suprema y, en el caso de jueces, por la Corte de
Apelaciones respectiva. Estas designaciones no podrán durar más de sesenta días y no
serán prorrogables. Si los tribunales superiores mencionados no hacen uso de la facultad,
o venciendo el plazo de la suplencia, se debe proceder a proveer las vacantes en la forma
ordinaria (artículo 78, inciso final, CPR).

9.1.3.- Los concursos.


Para proceder al nombramiento en propiedad de un cargo del escalafón primario
(Ministros, Jueces, Relatores y Secretarios) que se encuentre vacante, el tribunal
respectivo llamará a concurso, por el lapso de diez días, el que podrá prorrogar por
términos iguales si no se presentan oponentes en número suficiente para formar las listas
que deben ser enviadas al Presidente de la República. Hacen excepción a esta regla la
provisión de los cargos de Ministro o Fiscal Judicial de la Corte Suprema, en cuyo caso se
procede sin previo concurso (artículo 279, inciso 1°, del COT).
El secretario o el administrador del tribunal que llame a concurso comunicará su
apertura por télex, fax o telégrafo a todas las Cortes de Apelaciones del país, las que
deberán ponerlo en conocimiento de los tribunales de su territorio jurisdiccional por
medios idóneos. La omisión de esta última comunicación no invalidará el concurso.
Además, deberá insertarse un aviso de la apertura del concurso en el Diario Oficial. A
partir de la fecha de publicación del aviso se contará el plazo de diez días (artículo 279,
inciso 2°, del COT).

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Los interesados que reúnan los requisitos que la ley exige para optar al cargo
deberán acompañar su currículum vital y demás antecedentes justificativos de sus
méritos (artículo 279, inciso 3°, del COT).
Para efectuar la selección de los concursantes se debe tener presente las
siguientes reglas:
a).- No puede ser promovido a una categoría superior el funcionario que tenga
menos de tres años de servicios en su categoría, salvo que en la inmediatamente inferior
hubiere servido más de cinco años, en cuyo caso necesitará sólo uno. Podrá, no obstante,
ser ascendido si no se interesase por el cargo ningún funcionario que desempeñe un
cargo de la misma categoría del que se trata de proveer o que tenga tres años o más de
servicios en la categoría inmediatamente inferior (artículo 280 del COT).
b).- Los funcionarios que por su calificación anual sean incluidos en lista
Sobresaliente tendrán derecho preferente para figurar en quina o en terna frente a
aquellos que se encuentren incorporados en lista Muy Buena; éstos preferirán a los
incluidos en lista Satisfactoria, y éstos a los incorporados a la lista Regular. Los incluidos
en las otras listas no podrán figurar en quina o en terna. A igualdad de lista calificatoria,
preferirán los oponentes por orden de su categoría y, a igualdad en ésta, deberá
considerarse el puntaje de la última calificación y la antigüedad en el cargo, entre sus
otros antecedentes (artículo 281, inciso 1°, del COT).
c).- En caso que algún ministro de Corte de Apelaciones o juez letrado deba figurar
por antigüedad en las propuestas a que se refiere el artículo 78 de la CPR y hubiese sido
objeto de cualquier medida disciplinaria con posterioridad a su calificación anual, en la
respectiva propuesta se dejará constancia de ello y de la circunstancia de estar o no
ejecutoriada la resolución respectiva (artículo 281, inciso 2°, del COT).
d).- En las propuestas deberá dejarse constancia del número de votos obtenidos
por los oponentes en cada una de las votaciones que han debido efectuarse para la
confección de la quina o de la terna (artículo 281, inciso final, del COT).
e).- La formación de las listas, ternas o propuestas, deberá hacerse por el tribunal
respectivo con asistencia de la mayoría absoluta de los miembros de que se componga.
Las elecciones se harán en votación secreta y por mayoría absoluta de los presentes. En
caso de empate por dos veces, decidirá el voto del que presida (artículo 282, inciso 1°, del
COT).

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El fiscal judicial de la Corte Suprema integrará el tribunal pleno de esa Corte para
los efectos del quórum cuando se trate de formar ternas para la provisión de cargos de
fiscales de Corte de Apelaciones (artículo 282, inciso 2°, del COT).
Para proveer el cargo de ministro o fiscal judicial de la Corte Suprema, este
tribunal enviará al Presidente de la República una lista de cinco personas, en la que
deberá figurar el ministro más antiguo de Corte de Apelaciones que esté en lista de
méritos. Los otros cuatro lugares se llenarán de acuerdo a sus calificaciones y
antigüedad. Ello no obstante, podrán integrar la quina abogados extraños a la
Administración de Justicia, elegidos por méritos (artículo 283 del COT).
Para proveer los demás cargos del Escalafón Primario, se formarán las ternas del
modo siguiente (artículo 284 del COT):
1.- Para ministros y fiscales judiciales de Cortes de Apelaciones y secretario
de la Corte Suprema, con el juez de tribunal de juicio oral en lo penal, el juez de letras o
el juez de garantía más antiguo de asiento de Corte calificado en lista de méritos y que
exprese su interés por el cargo y con dos ministros de Cortes de Apelaciones o integrantes
de la segunda o tercera categoría que se hayan opuesto al concurso, elegidos según su
calificación y antigüedad.
2.- Para integrantes de las categorías tercera y cuarta, con excepción de los
relatores de las Cortes de Apelaciones, con el juez de tribunal de juicio oral en lo penal,
el juez de letras o el juez de garantía más antiguo de la categoría inferior calificado en
lista de méritos y que exprese su interés en el cargo y con dos integrantes de la misma
categoría del cargo que se trata de proveer o de la inmediatamente inferior, que se hayan
opuesto al concurso, elegidos según su calificación y antigüedad.
3.- Para integrantes de la quinta categoría, con el funcionario más antiguo de la
categoría inferior que se encuentre calificado en lista de méritos y exprese su interés en el
cargo y con uno o dos integrantes de la misma categoría del cargo que se trata de proveer
o de la inmediatamente inferior, elegidos según su calificación y antigüedad, o con uno o
dos abogados extraños al Poder Judicial que se hayan opuesto al concurso, elegidos en
conformidad con lo dispuesto en el artículo 284 bis del COT.
4.- Para integrantes de la sexta categoría, con excepción del prosecretario de
la Corte Suprema y del secretario abogado del fiscal judicial de ese mismo tribunal ,
con el funcionario más antiguo de la séptima categoría que figure en lista de méritos y
que exprese su interés en el cargo que se trata de proveer y con uno o dos integrantes de
la misma categoría o de la inmediatamente inferior, o con uno o dos abogados extraños al

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Poder Judicial que se hubiesen opuesto al concurso, elegidos de conformidad con lo


dispuesto en el artículo 284 bis del COT, y
5.- Para integrantes de la séptima categoría, con funcionarios de la misma
categoría o con abogados extraños al Poder Judicial que se hayan opuesto al concurso,
elegidos en conformidad a lo dispuesto en el artículo 284 bis del COT.
A falta de postulantes a las categorías tercera, cuarta y quinta, podrán ocupar
uno o dos lugares de libre elección, los funcionarios que se encuentran incorporados en la
categoría inferior subsiguiente a la del cargo que se trata de proveer.
El artículo 284 bis del COT señala que en las ternas para cargos de jueces o
secretarios de juzgados de letras no podrán figurar abogados extraños al Poder Judicial
que no hubieren aprobado el programa de formación para postulantes al Escalafón
Primario. Con todo, si al concurso respectivo no se presentaren postulantes que hubieren
cumplido dicho requisito o que ya pertenecieron al Escalafón Primario, se llamará a un
segundo concurso y en él se admitirá la postulación de abogados que no hubiesen
aprobado dicho programa.
Entre los postulantes que hubieren aprobado el programa referido se preferirá a
aquellos que hubiesen obtenido mejores calificaciones. De existir postulantes en igualdad
de calificaciones, preferirán aquellos que hubiesen servido en el Escalafón del Personal de
Empleados por más de cinco años, siempre que hubiesen sido considerados
permanentemente en lista de mérito y no hubiesen sido objeto de sanción alguna luego de
su última calificación.
Tratándose de proveer cargos para la quinta o sexta categoría, en caso de que no
todos los postulantes hubiesen hecho el programa respectivo en la Academia Judicial, la
Corte de Apelaciones deberá someter a estos últimos o al grupo de oponentes que
preseleccione, a un examen de oposición que será preparado y controlado por la
Academia Judicial. El resultado de este examen será considerado, con los restantes
antecedentes, al confeccionar la terna.
Para proveer los cargos de relatores se seguirá el procedimiento señalado en el
artículo 285 del COT. Por su parte, el artículo 285 bis del mismo cuerpo legal describe la
forma de hacer las propuestas para los cargos de prosecretario de la Corte Suprema y
secretario abogado del fiscal judicial de la misma Corte.

9.1.4.- Reclamaciones por ternas o propuestas ilegales.46


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Artículo 551 incisos 4°, 5° y 6° del COT.

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Puede suceder que el tribunal llamado a confeccionar una propuesta, lista o terna
para proveer un determinado cargo judicial no haya observado estrictamente las normas
sobre formación de las mismas, o no haya colocado en ellas a los funcionarios llamados
por la ley a figurar en tales propuestas, listas o ternas.
En tales casos, por tratarse de resoluciones pronunciadas en ejercicio de
facultades económicas, el afectado podrá reclamar ante el tribunal que haya dictado la
resolución para ante el superior jerárquico. Su reclamación deberá interponerse dentro
del plazo de tres días ante el tribunal que haya dictado la resolución. Este la elevará con
todos los antecedentes dentro de las 48 horas siguientes a su presentación.
El superior jerárquico deberá resolverla de plano, y si fuere un tribunal colegiado,
en cuenta.
Si la reclamación versa sobre la formación de una terna y el tribunal superior la
desechare, éste, junto con devolver los antecedentes al inferior, remitirá la terna al
Ministerio de Justicia.

10.- Incapacidad, inhabilidades, instalación, honores y deberes de los Jueces.

10.1.- Las incapacidades.


Se trata de verdaderos impedimentos establecidos por la ley para que una persona
pueda ser designada Juez.
Incapacidades Generales. No pueden ser Jueces (artículo 256 del COT):
1.- Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia o prodigalidad;
2.- Los sordos, los mudos, los ciegos;
3.- Los que de conformidad a la ley procesal penal, se hallaren acusados por
crimen o simple delito o estuvieren acogidos a la suspensión condicional del
procedimiento;
4.- Los que hubieren sido condenados por crimen o simple delito. Incapacidad que
no comprende a los condenados por delito contra la seguridad interior del Estado;
5.- Los fallidos, al menos que hayan sido rehabilitados en conformidad a la ley, y
6.- Los que hayan recibido órdenes eclesiásticas mayores.
Incapacidades especiales.
1.- A modo de incapacidad especial temporal, los que hubieren desempeñado los
cargos de Presidente de la República, Ministros de Estado, Intendentes, Gobernadores o
Secretarios de Intendencia, no podrán ser nombrados miembros de los Tribunales

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Superiores de Justicia, jueces letrados, fiscales judiciales, ni relatores, ya sea en


propiedad, ya interinamente o como suplentes, sino un año después de haber cesado en
el desempeño de sus funciones administrativas (artículo 257 del COT).
2.- En razón del parentesco, no pueden ser simultáneamente jueces de una misma
Corte de Apelaciones, los parientes consanguíneos o fines en la línea recta, ni los
colaterales que se hallen dentro del segundo grado de consanguinidad o afinidad (artículo
258 del COT).
3.- Tampoco podrá ser nombrado Ministro de Corte de Apelaciones ni ser incluido
en la terna correspondiente quien esté ligado con algún ministro o fiscal judicial de la
Corte Suprema por matrimonio, por parentesco de consanguinidad hasta el tercer grado
inclusive, por afinidad hasta el segundo grado, o por adopción. A su vez, quien sea
cónyuge o tenga alguno de los parentescos o vínculos recién indicados con un Ministro de
Corte de Apelaciones no podrá figurar en ternas o ser nombrado en cargo alguno del
Escalafón Primario que deba desempeñarse dentro del territorio jurisdiccional de la Corte
de Apelaciones donde aquél ejerce su ministerio (artículo 259, incisos 1° y 2° del COT).
En caso de producirse el nombramiento de un Ministro en una Corte en cuyo
territorio jurisdiccional se desempeñen en el escalafón primario su cónyuge o alguno de
los parientes indicados en el párrafo anterior, estos últimos deberán ser trasladados de
inmediato al territorio jurisdiccional de otra Corte. Del mismo modo, si se produce el
nombramiento de un Juez o Ministro de Corte de Apelaciones que quede en situación de
participar en la calificación de un receptor, procurador del número o miembro del
escalafón de empleados y que se vincule con él por matrimonio o por alguno de los
parentescos ya señalados, se deberá proceder al traslado de este último (artículo 259,
incisos 3° y 4°, del COT).
Si dos miembros de un mismo tribunal, estando ya en funciones, contrajeren
matrimonio o alguno de los parentescos referidos, uno de ellos será trasladado a un cargo
de igual jerarquía. El traslado afectará a aquel cuyo acto haya generado el parentesco y,
en caso de matrimonio, a aquel que determinen los cónyuges de común acuerdo o, a falta
de ascenso, la Corte Suprema (artículo 259, inciso 5°, del COT.
Por último, el Ministro de la Corte Suprema que sea cónyuge o tenga alguno de los
parentescos o vínculos indicados con un miembro del Poder Judicial, no podrá tomar
parte alguna en asuntos en que éste pueda tener interés.

10.2.- Incompatibilidades de los Jueces.

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Se trata de prohibiciones establecidas por la ley para que una misma persona
pueda desempeñar a la vez dos o más cargos.
Las funciones judiciales son incompatibles con toda otra remunerada con fondos
fiscales o municipales, con excepción de los cargos docentes hasta un límite máximo de
doce horas semanales (artículo 261 del COT).

10.3.- Instalación de los Jueces.


Una vez nombrado el Juez será necesario que se le transcriba el decreto de su
nombramiento, pero aún no está en situación legal de poder ejercer sus funciones. Es
preciso que previamente cumpla con las formalidades de su instalación, esto es, con las
solemnidades legales que lo habilitan para quedar investido de las funciones de su cargo.
Todo Juez se considera legalmente instalado desde que presta el juramento
prescrito por la ley (artículo 299 del COT).
Los miembros de la Corte Suprema juran ante el Presidente de ese tribunal; los de
las Cortes de Apelaciones ante el Presidente del respectivo tribunal; y los Jueces de Letras
juran ante el Presidente de la Corte de Apelaciones respectiva (artículo 300 del COT).
Sin embargo, hay casos en que el juramento puede prestarse ante otras
autoridades gubernativas o judiciales, lo que acontecerá cuando el propio Presidente de la
República en el propio decreto de nombramiento así lo ordene, por razones de economía o
de conveniencia para la más pronta administración de justicia (artículo 301 del COT).
La fórmula sacramental del juramento es la siguiente: “¿Juráis por Dios Nuestro
Señor y por estos Santos Evangelios que, en el ejercicio de vuestro ministerio, guardaréis
la Constitución y las Leyes de la República?”. El interrogado responderá: “Sí juro”; y el
magistrado que le toma el juramento añadirá: “Si así lo hiciereis, Dios os ayude, y si no,
os lo demande”.
Hay casos en que los funcionarios nombrados, por disposición legal, están exentos
de la formalidad del juramento, así ocurre con los jueces que han prestado juramento
para un puesto análogo al que van a desempeñar; los Fiscales cuando son llamados a
integrar; y los abogados integrantes quienes sólo prestarán juramento la primera vez que
desempeñen el cargo (artículos 302 y 303 del COT).
Una vez prestado el juramento se debe dejar constancia de la diligencia en el libro
respectivo y dar testimonio de ella al nombrado, quien desde ese momento queda
legalmente habilitado para entrar al ejercicio de sus funciones (artículo 305 del COT).

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10.4.- Honores y privilegios de los Jueces.


Se refiere al tratamiento que debe dárseles por las partes que concurren a su
despacho, como también al orden de precedencia que debe asignárseles en las ceremonias
públicas.
La Corte Suprema tiene el tratamiento de Excelencia, las Cortes de Apelaciones de
Señoría Ilustrísima, cada uno de los miembros de estos mismos tribunales y los jueces de
letras tendrán el tratamiento de Señoría (artículo 306 del COT).
Los jueces que integran el Poder Judicial y los fiscales judiciales no podrán ser
aprehendidos sin orden del tribunal competente, salvo el caso de crimen o simple delito
flagrante y sólo para ponerlos inmediatamente a disposición del tribunal que debe
conocer del asunto en conformidad a la ley (artículo 78 CPR).
Los jueces ocuparán en las ceremonias públicas el lugar que les asigne, según su
rango, el reglamento de ceremonial público y protocolo del Ministerio de Relaciones
Exteriores (artículo 307 del COT).
Los jueces están exentos de toda obligación de servicio personal que las leyes
impongan a los ciudadanos chilenos (artículo 308 del COT).
Los jueces jubilados gozarán de los mismos honores y prerrogativas que los que se
hallen en actual servicio (artículo 309 del COT).

10.5.- Deberes y prohibiciones de los Jueces.


Sobre los jueces pesan los siguientes deberes:
a) Deber de residencia constante en la ciudad o población donde tenga asiento el
tribunal en que deba prestar sus servicios. Sin embargo, las Cortes de Apelaciones
podrán, en casos calificados, autorizar transitoriamente a los jueces de su territorio
jurisdiccional para que residan en un lugar distinto al del asiento del tribunal
(artículo 311 del COT).
b) Deber de asistencia. Estando obligados a concurrir todos los días a la sala de su
despacho, y a permanecer en ella desempeñando sus funciones durante 4 horas como
mínimo cuando el despacho de causas estuviere al corriente, y de 5 horas, a lo menos,
cuando se hallare atrasado, sin perjuicio de lo que en virtud del N° 4 del artículo 96
del COT, establezca la Corte Suprema (artículo 312 del COT).
Respecto de los jueces de tribunal de juicio oral en lo penal y de garantía existen
reglas especiales. En efecto, el artículo 312 bis del COT impone a los primeros la
obligación de asistir a su despacho por 44 horas semanales y, respecto de los segundos,

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esa misma cantidad de horas, debiendo establecerse un sistema o turno que permita la
disponibilidad de un juez de garantía en la jurisdicción fuera del horario normal de
atención de los tribunales.
De otro lado, el artículo 313 del COT dispone que las obligaciones de residencia y
asistencia diaria al despacho cesan durante los días feriados, esto es, los que la ley
determine y los comprendidos en el tiempo de vacaciones de cada año (feriado judicial de
febrero, que no rige respecto de jueces criminales, laborales y de familia)
c) Deber de observancia de buena conducta moral (artículos 273 y 544 del COT).
d) Deber se abstenerse de expresar y aun de insinuar privadamente su juicio
respecto de los negocios que por la ley son llamados a fallar. Igualmente, deben
abstenerse de dar oído a toda alegación que las partes, o terceras personas a nombre
o por influencia de ellas, intenten hacerles fuera del tribunal (artículo 320 del COT).
e) Deber de efectuar una declaración jurada de intereses ante Notario, dentro del plazo
de treinta días desde que hubieren asumido su cargo (artículo 323 bis del COT).
f) Deber de efectuar una declaración jurada de patrimonio (artículo 323 bis A del
COT).
g) Cumplimiento de las funciones y obligaciones que la ley les asigna. Por ejemplo,
despachar los asuntos sometidos a su conocimiento en los plazos que fija la ley,
guardando en este despacho el orden de la antigüedad de los asuntos (artículo 319 del
COT).
Prohibiciones de los Jueces:
a) Prohibición de ejercer la abogacía y representar en juicio a otros. Sólo pueden
defender causas personales o de sus cónyuges, ascendientes, descendientes,
hermanos o pupilos (artículo 316 del COT).
b) Prohibición de aceptar compromisos, salvo cuando el nombrado tuviere con alguna de
las partes originariamente interesadas en el litigio, algún vínculo de parentesco que
autorice su implicancia o recusación (artículo 317 del COT).
c) Prohibición de adquirir cosas o derechos a cualquier título, que se litiguen en los
juicios de que ellos conozcan (artículo 321 del COT).
d) Prohibición de adquirir pertenencias mineras o una cuota de ellas (artículo 322 del
COT).
e) Otras como las que señala el 323 del COT.

11.- Permutas, traslados y licencias de los jueces.

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11.1.- Traslados y permutas.


El artículo 80 inciso final de la CPR señala al efecto que la Corte Suprema, en
pleno especialmente convocado al efecto y por mayoría absoluta de sus miembros en
ejercicio, podrá autorizar u ordenar, fundadamente, el traslado de los jueces y demás
funcionarios y empleados del Poder Judicial a otro cargo de igual categoría.
Por su parte el artículo 310 del COT señala que el Presidente de la República, a
propuesta o con el acuerdo de la Corte Suprema, podrá ordenar el traslado de los
funcionarios o empleados judiciales comprendidos en el COT a otro cargo de igual
categoría. En la misma forma podrá autorizar las permutas que soliciten funcionarios de
igual categoría.

11.2.- Licencias.
Las licencias son permisos temporales que se conceden a los jueces por la
autoridad correspondiente, y que tienen la virtud de hacerlos cesar momentáneamente en
sus funciones. Se trata, más bien, de una causal de suspensión de funciones (artículo
335 N° 4 del COT).
Las licencias y permisos deben solicitarse por conducto y con informe del superior
respectivo (artículo 346 del COT).
No tienen derecho a permiso los funcionarios suplentes que entren a subrogar a
los propietarios o interinos en los casos de licencia ni los auxiliares que fueren llamados a
prestar sus servicios accidentalmente y por tiempo limitado (artículo 342 del COT).
Según el motivo que las origina las licencias se pueden clasificar de la siguiente
manera:
1.- Por feriado. Tienen derecho a licencia por feriado los funcionarios judiciales a
quienes la ley no les acuerda feriado durante el período de vacaciones (artículo 343 del
COT).
Pueden obtenerlo cada año por el término de un mes, siempre que no hayan usado
permiso por motivos particulares durante los once últimos meses. Si el funcionario
hubiere obtenido esta clase de permiso, por un lapso inferior a su feriado, tendrá derecho
a él por el tiempo necesario para enterarlo.
No podrán hacer uso de este feriado, simultáneamente, dos o más miembros de un
tribunal colegiado, ni tampoco dos o más jueces de letras de una misma comuna o

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agrupación de comunas cuando ello perjudique al servicio, a juicio de la autoridad que


debe conceder el feriado.
No podrán acumularse más de dos períodos de feriado, pudiendo la autoridad
referida autorizar el fraccionamiento en dos partes iguales del total acumulado, pero en
todo caso dentro de un mismo año calendario.
2.- Por enfermedad. El Presidente de la Corte Suprema podrá conceder a los
jueces licencias por enfermedad, de acuerdo con las disposiciones generales que rijan
sobre la materia para el personal de la administración civil del Estado (artículo 340,
inciso 1°, del COT).
Ahora bien, el artículo 106 del Estatuto Administrativo 47 señala los casos en que
un funcionario público, y, en este caso, los jueces, tienen derecho a impetrar licencias por
enfermedad con goce total de sus remuneraciones.
3.- Por asuntos particulares. La Corte Suprema puede conceder permisos hasta
por seis meses cada año, por asuntos particulares y hasta por dos años para trasladarse
al extranjero a actividades de perfeccionamiento, en ambos casos sin goce de
remuneración y siempre que no se entorpezca el servicio. El límite de dos años no será
aplicable a los funcionarios a los funcionarios que obtengan becas otorgadas de acuerdo a
la legislación vigente. 48
4.- Sin expresión de causa. El Presidente de la Corte Suprema y los Presidentes
de las Cortes de Apelaciones podrán autorizar hasta por tres días la inasistencia de los
ministros de los tribunales respectivos. Si ésta debiere prolongarse por más de ese plazo,
sólo podrá ser autorizada por el Presidente de la República (artículo 347 del COT).
Además, los Presidentes de Cortes de Apelaciones podrán conceder permisos hasta
por tres días en cada bimestre a los jueces de su territorio jurisdiccional.
Los Presidentes de las Cortes de Apelaciones darán cuenta al Presidente de la
Corte Suprema, en el último día de cada mes, de las licencias que hubieren concedido en
conformidad a este artículo.

Si transcurrido el plazo por el cual se concedió la licencia no se presentare el


funcionario a servir su destino, se tendrá esta inasistencia como causal bastante para
que la autoridad competente, siguiendo los trámites legales, pueda declarar vacante el
empleo (artículo 348 del COT).
47
Contenido en la Ley N° 18.834, de 23 de septiembre de 1989.
48
Artículos 340 inciso 2° del COT y 105 del Estatuto Administrativo.

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Ejecutoriada la declaración de vacancia, el funcionario cesante tendrá el plazo de


tres meses para iniciar su expediente de jubilación, la cual se le concederá siempre que
reúna los requisitos exigidos por la ley sin que obste para ello el ser empleado cesante
(artículo 349 del COT).

12.- El Personal de Secretaría.


El personal de empleados u oficiales de Secretaría dentro del Poder Judicial
forman un escalafón especial que, según el artículo 292 del COT, se compone de diversas
categorías allí señaladas, así la primera categoría se compone de los oficiales segundo de
la Corte Suprema, oficiales primeros de las Cortes de Apelaciones y Secretario del
Presidente de la Corte Suprema y la séptima categoría se compone por los oficiales de sala
y demás personal auxiliar de aseo o de servicio que se desempeñe en los tribunales de
justicia.
Para ingresar a este escalafón del Poder Judicial se requiere ser chileno, haber
cumplido con la ley de reclutamiento y movilización, cuando procediere, tener salud
compatible con el desempeño del cargo, haber aprobado el nivel de educación media o
equivalente, no haber cesado en un cargo en el Poder Judicial o en la administración del
Estado por calificación deficiente o medida disciplinaria, no estar inhabilitado para el
ejercicio de funciones o cargos públicos, ni hallarse condenado o acusado por crimen o
simple delito (artículo 295 del COT).
El nombramiento en propiedad se hará a propuesta en terna que formará, previo
concurso, el tribunal en que se deban prestar los servicios. Para la confección de la terna
el tribunal tendrá en cuenta las condiciones objetivas que la ley señala, privilegiando
aquellos postulantes que posean títulos profesionales o técnicos o conocimientos
adecuados para el desempeño del cargo, además, en su caso se preferirán aquellos que
por carrera funcionaria les corresponda ascender (artículos 279 y 294 del COT). Resolverá
la terna el Presidente de la Corte respectiva.
Cuando se trate de nombramientos en calidad de interinos o suplentes, la
designación podrá hacerse por el respectivo tribunal o Corte.
Sea que se trate de un nombramiento en calidad de titular, interino o suplente, el
funcionario designado no podrá desempeñar el cargo mientras no se le transcriba el
decreto respectivo totalmente tramitado, salvo que en el decreto se disponga que asuma
de inmediato.

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CAPITULO V: BASES FUNDAMENTALES DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRIBUNALES

13.- Concepto.

El artículo 76 de la CPR y el 1º del COT entregan a los tribunales de justicia el


ejercicio de la función jurisdiccional del Estado, para lo cual se han establecido diversos
principios fundamentales, esenciales, sobre los cuales descansa toda la organización
judicial chilena, directrices sin las cuales no puede existir una correcta y eficiente
administración de justicia y que le dan una individualidad propia al Poder Judicial.

Estas bases fundamentales determinan la estructura del Poder Judicial, reglan el


ejercicio de la jurisdicción y les señalan a los magistrados las normas de acuerdo a las
cuales deben actuar ministerialmente.

14.- Enunciación.

Algunos de estos principios se encuentran en la Constitución Política de la


República, y otros en el Código Orgánico de Tribunales, pudiendo mencionarse los
siguientes: independencia, inamovilidad, responsabilidad, legalidad, territorialidad,
pasividad, sedentariedad, inavocabilidad, publicidad, gratuidad, gradualidad e
inexcusabilidad.

14.1.- La independencia.

Tiene su fundamento jurídico en los artículos 7 y 76 de la CPR.; en el artículo 12


del COT; y artículo 222 CP (delito de usurpación de atribuciones).

Puede decirse que la independencia es el principio máximo de la organización


judicial, en virtud del cual el ejercicio de la jurisdicción compete exclusiva y
privativamente a los tribunales establecidos en la ley. A éstos a su vez no les es lícito
mezclarse en las atribuciones conferidas a los demás poderes públicos.

Esta base puede mirarse desde una doble perspectiva:

a) Desde un aspecto positivo, en cuya virtud los tribunales gozan de absoluta


soberanía e independencia en relación con los demás poderes públicos; y

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b) Desde un aspecto negativo, en virtud del cual se le prohíbe al Poder Judicial


intervenir o mezclarse en las atribuciones de los demás poderes públicos.

En razón del principio de la independencia, los tribunales pueden aplicar e


interpretar la ley, sin intervención de los otros poderes. Significa también que ningún acto
jurisdiccional del Poder Judicial puede ser revisado por los otros Poderes del Estado.

No obstante lo dicho, puede afirmarse que la independencia entre los distintos


poderes del Estado no es absoluta, ya que existe entre ellos una interdependencia,
debiendo existir la debida concordancia y armonía entre ellos para el logro de los fines
perseguidos por el Estado (ej: los actos de los órganos administrativos podrían ser
revisados por los tribunales a través de un recurso de protección, o la reclamación por
privación de la nacionalidad por acto o resolución administrativa).

Respecto de esta base fundamental opinaba el profesor Carlos ANABALÓN


SANDERSON que en nuestro país, la autonomía del Poder Judicial no es absoluta puesto
que su generación depende del Poder Ejecutivo; en cambio, los otros poderes han
obtenido su autoridad directamente del pueblo, en quien reside la soberanía. Sin
embargo, agregaba, que los funcionarios judiciales, aunque nombrados por el Poder
Ejecutivo, no representan a éste en ningún momento y deben actuar con entera
independencia de él, y es en este sentido que el principio tiene perfecta aplicación.

Por su parte, el profesor Manuel DE RIVACOBA Y RIVACOBA señalaba que esta


independencia significaba que el órgano judicial, cualquiera que sea su jerarquía, ejerce o
realiza por igual, en la órbita o esfera de su competencia, la soberanía del Estado y ha de
ser, por ende, idénticamente independiente. Lo mismo ejerce la soberanía y tiene que ser
independiente, cada uno en el conocimiento y la resolución de los asuntos que les
correspondan, el Tribunal Supremo que el último juez lego de un país. 49
Añadía el insigne penalista que la independencia judicial presenta dos sentidos o
manifestaciones: una de naturaleza política, que denomina “ad extra”, es decir,
independencia de los demás poderes del Estado; y otra, de naturaleza funcional, “ad
intra”, o sea independencia del órgano judicial, cualquiera que sea, su composición o su
categoría y dentro de las materias que le competen, respecto a los restantes órganos del
propio poder.
49
En artículo denominado “Independencia del Poder Judicial: Trascendencia e implicaciones éticas”,
publicado en la Gaceta Jurídica N° 134, agosto de 1991, páginas 16 y siguientes.

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La independencia “ad extra” es la que tiene mayor significación política, y, por tanto,
la más ostensible, aquella en que primero se ha reparado y la que principalmente suscitó en
el pensamiento y en los cambios políticos la doctrina de la separación de los poderes. En
consecuencia, los atentados contra ella sólo suelen darse en momentos altamente
conflictivos de la vida pública, en que el Estado se debate en serias convulsiones, y poseen,
así, un carácter excepcional y menos frecuente que los que se originan dentro del propio
Poder Judicial. Por lo común, los peligros para la independencia de éste provenientes de los
otros poderes, más que de abierta oposición e injerencia en el ejercicio de sus atribuciones,
revisten la forma de presiones subrepticias, no por disimuladas u ocultas menos temibles; al
contrario, son tanto más de temer, cuanto el primero dependa de los segundos para la
selección y la promoción de los jueces, la asignación de sus recursos económicos y el auxilio
que deba el ejecutivo prestarle en su funcionamiento y en la ejecución de sus resoluciones.
La independencia “ad intra”, sin carecer de significación política, la tiene
preponderantemente funcional y está relacionada de modo muy estrecho con la organización
del propio Poder Judicial. Menos perceptible en sí misma, y también menos dramática en los
ataques que sufre, que la relativa a los otros poderes del Estado, es la que con mayor
frecuencia está expuesta a ser desconocida y avasallada, con interferencias que casi se
podrían llamar cotidianas en el quehacer habitual de los jueces.
Señala el citado autor que hay que empezar por instituir una forma de acceso al
Poder Judicial que lo haga inmune a los intereses y las pretensiones, no sólo de los restantes
poderes, sino asimismo de sus propios integrantes, y que no puede consistir sino en un
concurso público de méritos y capacidad. El concurso es el medio más objetivo e imparcial
para la selección y para la promoción, esto es, los ascensos y traslados, de los miembros del
Poder Judicial.
En lo tocante a su gobierno y administración, el profesor RIVACOBA recomendaba la
institución de los Consejos Superiores o Generales de la Magistratura, de modo que los
órganos judiciales se ciñan a la labor que les es propia y privativa, la de ejercer jurisdicción,
sin perder su tiempo en gobernar y administrar el poder, ni que tampoco, por las
consecuencias que de tal gobierno y administración por los jueces superiores pueden
derivarse para sus subordinados, se vean o sientan éstos temerosos o coartados por aquéllos
en el desempeño de sus funciones.
Añade que puede completar la espontaneidad, flexibilidad y, en último término,
independencia judicial, la libertad de asociación entre los jueces, y la existencia de varias

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entidades de esta índole, no sólo con finalidades de socorro o ayuda mutua y de recreación,
sino con otras miras y por afinidades de otro tipo.
En cuanto a la independencia interna, estimamos que se ha visto fortalecida en el
nuevo sistema procesal penal, adoptado por nuestro país, por la disminución del régimen de
recursos y la eliminación del trámite de la consulta; y en lo administrativo, se sientan bases
para un sistema que separa con claridad el ejercicio de la jurisdicción con la administración
de los órganos jurisdiccionales (otro tanto ha sucedido en materia de Familia y de los
Tribunales del Trabajo).

10.2.- La Inamovilidad.

Se encuentra consagrada en el artículo 80 inciso 1° de la CPR y consiste en el


derecho que asiste a los jueces para permanecer en sus cargos, mientras tengan el buen
comportamiento exigido por la Constitución y las leyes.

El Fundamento de este principio es garantizar la independencia del juez en el


ejercicio de sus funciones. Así, se pretende evitar persecuciones, presiones e influencias.
Se trata de evitar el temor que puede asistir a un juez si falla con apego de la ley.

El profesor Mario CASARINO sostenía que si los jueces no fueran inamovibles, su


independencia sería completamente ilusoria.

El principio de la inamovilidad corresponde a los jueces letrados propietarios,


interinos y suplentes por el tiempo que han sido designados, como también a los Fiscales
Judiciales según el artículo 352 del COT.

Excepciones.

No obstante que los jueces gozan de esta inamovilidad hay ciertos casos en que los
jueces pueden ser destituidos de sus cargos o cesan en ellos: a) por delitos cometidos por
el juez; b) por mal comportamiento del juez, y c) por causales de orden constitucional.

a.- Delitos cometidos por el juez.

Debemos distinguir los delitos comunes de los ministeriales.

104
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Si se trata de delitos comunes, esto es, hechos delictuales cometidos por jueces,
de aquellos que puede perpetrar cualquier particular (homicidio, robo y violación, por
ejemplo), la ley los persigue y sanciona en los mismos términos que a cualquier
ciudadano.

En cambio, si se trata de delitos ministeriales, vale decir de aquellos cometidos


por el juez en el ejercicio de sus funciones, y que reciben el nombre genérico de
prevaricación,50 la responsabilidad penal se persigue a través de un procedimiento
especial llamado querella de capítulos, reglamentado en los artículos 424 y siguientes
del CPP. Se trata de una especie de ante-juicio donde se busca establecer previamente si
la acusación entablada en contra del juez es o no admisible, para asegurar la seriedad de
la acusación. Es competente para conocer de la querella de capítulos la Corte de
Apelaciones correspondiente y su decisión es apelable para ante la Corte Suprema.

Si se declaran admisibles todos o algunos de los capítulos de la acusación por


sentencia firme, el funcionario capitulado quedará suspendido del ejercicio de sus
funciones y el procedimiento penal continuará de acuerdo a las reglas generales.

Por el contrario, si se declaran inadmisibles todos los capítulos de la acusación


comprendidos en la querella, tal resolución producirá los efectos del sobreseimiento
definitivo respecto del juez favorecido con aquella declaración.

Si en el proceso penal respectivo el juez es condenado, por sentencia firme, expira


definitivamente en el cargo de juez.51

b.- Mal Comportamiento de los jueces.

En este caso lo que se persigue es la responsabilidad administrativa del juez por


faltas o abusos que no tienen una sanción penal, sino que implican un mal
comportamiento como juez.

El artículo 337 del COT señala casos en que se presume de derecho que un juez
no ha tenido un buen comportamiento, a saber:

50
Artículos 223 y siguientes del CP y 79 de la CPR.
51
Artículo 332 N° 9 del COT.

105
106

1.- Si fuere suspendido dos veces dentro de un período de tres años o tres veces en
cualquier espacio de tiempo;

2.- Si se dictaren en su contra medidas disciplinarias más de tres veces en el


período de tres años,

3.- Si fuere corregido disciplinariamente más de dos veces en cualquier espacio de


tiempo, por observar una conducta viciosa, por comportamiento poco honroso o por
negligencia habitual en el desempeño de su oficio, y

4.- Si fuere mal calificado por la Corte Suprema de acuerdo con las disposiciones
contenidas en el párrafo tercero del Título X del COT.

Hay distintos Procedimientos para hacer cesar esta inamovilidad por mal
comportamiento del juez, a saber: el procedimiento constitucional; el juicio político; el
juicio de amovilidad, y mala calificación realizada por la Corte Suprema.

b.1).- Procedimiento Constitucional.

De acuerdo a lo previsto en los artículos 80, inciso 3°, de la CPR y 332 N° 3 del
COT, los jueces cesan en sus funciones cuando la Corte Suprema, por requerimiento del
Presidente de la República o a solicitud de parte o de oficio, declara que el juez no ha
tenido el buen comportamiento requerido por la ley. Para hacer tal declaración, la Corte
Suprema precisa un informe previo del inculpado y de la Corte de Apelaciones
respectiva.

Para la remoción se requiere la mayoría del total de los componentes del Máximo
Tribunal. Adoptado el acuerdo éste se comunica al Presidente de la República para su
cumplimiento.

b.2). Juicio Político.

Regulado en los artículos 52 N° 2, letra c), y 53 N° 1 de la CPR, sólo se refiere a los


Magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia por la causal de notable abandono
de sus deberes. El funcionario queda suspendido en sus funciones desde el momento
que la Cámara de Diputados declara que ha lugar a la acusación (artículo 336 del COT), y
una vez declarada la culpabilidad por el Senado, cesa en sus funciones (artículo 333 del
COT).

106
107

b.3).- Juicio de amovilidad.

De conformidad a lo previsto en los artículos 338 y 339 del COT, en caso de mal
comportamiento funcionario de un Juez, los tribunales superiores deben instruir el
respectivo proceso de amovilidad, procediendo de oficio o por requerimiento del Fiscal
Judicial del mismo tribunal.

La parte agraviada puede requerir al tribunal o al Fiscal Judicial para que instaure
el juicio e instaurado, podrá suministrar elementos de prueba al referido Fiscal.

Los tribunales procederán en estas causas sumariamente, oyendo al Juez


imputado y al Fiscal Judicial; las fallarán apreciando la prueba con libertad, pero sin
contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados (sana crítica), y se harán cargo en la fundamentación de la
sentencia de toda la prueba rendida.

Las Cortes de Apelaciones que conozcan de los juicios de amovilidad en contra de


los jueces de letras, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 63 del COT, designarán
en cada caso a uno de sus ministros para que forme proceso y lo tramite hasta dejarlo en
estado de sentencia.

Toda sentencia absolutoria en los juicios de amovilidad debe ser notificada al


Fiscal Judicial de la Corte Suprema, a fin de que, si lo estima procedente, entable ante el
Tribunal Supremo, el o los recursos correspondientes.

Una vez que el juez es notificado de la sentencia de primera instancia que lo


condena a destitución, queda suspendido en sus funciones (artículo 335 N° 2 del COT); y
cesa en su cargo una vez ejecutoriada esa sentencia (artículo 332 N° 4 del COT).

b.4).- Mala calificación del funcionario realizada por la Corte Suprema.

Situación reglamentada en los artículos 273 a 278 del COT. En cuya virtud la
Corte Suprema debe calificar anualmente a todos los funcionarios del Poder Judicial,
atendiendo a la conducta funcionaria y desempeño observados en el período que va desde
el 1° de noviembre al 31 de octubre del año siguiente.

El proceso de calificaciones deberá iniciarse el 1° de noviembre y quedar


terminado, a más tardar, el 31 de enero de cada año.

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Los funcionarios judiciales serán calificados por el superior jerárquico que la ley
designe (artículo 273 inciso 4° del COT), en base a un puntaje que va de 1 a 7, así
quedarán incluidos en Lista Sobresaliente quienes obtengan entre 6,5 a 7 puntos, Lista
Muy Buena de 6 a 6,49, Lista Satisfactoria de 5 a 5,99 puntos, Lista Regular de 4 a 4,99
puntos, Lista Condicional de 3 a 3,99 puntos y Lista Deficiente menos de 3 puntos. El
funcionario que figure en lista Deficiente o por segundo año en Lista Condicional quedará
removido de su cargo por el solo ministerio de la ley.

c).- Formas, motivos, causales de orden constitucional.

La CPR en su artículo 80 inciso final y el artículo 310 del COT, autorizan al


Presidente de la República para que, a propuesta o con acuerdo de la Corte Suprema,
pueda ordenar el traslado de los funcionarios judiciales a otro cargo de igual categoría.
Asimismo, puede autorizar permutas. Con estos traslados o permutas se llega a la
amovilidad relativa de los jueces.

Además, el ya citado artículo 80, en su inciso 2°, señala los motivos o causales de
orden constitucional, en virtud de las cuales, el juez cesa en el ejercicio de sus funciones,
a saber:

i).- Por edad, al cumplir 75 años de edad;

ii).- Por renuncia;

iii).- Por incapacidad legal sobreviniente o

iv).- En caso de ser depuestos de sus destinos, por causa legalmente sentenciada.

14.3.- La responsabilidad.

Regulada en los artículos 79 de la CPR, 13 y 324 del COT, constituye una


aplicación del principio de responsabilidad general que afecta a los funcionarios públicos
por los actos abusivos que cometen en el ejercicio de su autoridad. Este principio
constituye una norma básica del Derecho Público.

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La responsabilidad judicial es aquella que nace con ocasión o motivo del


desempeño de las funciones de los jueces, sea por omisión de lo que deben hacer o por
hacer lo que deben omitir, transgrediendo con ello sus deberes ministeriales. En lo
sustancial, sus bases se establecen en los artículos 79 de la CPR y 13 del COT. En virtud
de la primera, los jueces son personalmente responsables por los delitos de cohecho, falta
de observancia en materia sustancial de las leyes que reglan el procedimiento, denegación
y torcida administración de justicia y, en general, de toda prevaricación en que incurran
en el desempeño de sus funciones. La segunda en tanto, dispone que las decisiones o
decretos que los jueces expidan en los negocios de que conozcan no les impondrá
responsabilidad sino en los casos expresamente determinados por la ley.

Se dice que esta base es una de las mejores garantías de las que puede gozar una
sociedad, porque contribuye a evitar abusos y arbitrariedades en que pudiere incurrir un
juez que se sabe poseedor de inamovilidad en su cargo. Se garantiza así, la rectitud,
decoro y ecuanimidad de la justicia.

La manera de hacer efectiva esta responsabilidad depende de la naturaleza de la


falta o abuso que cometa el juez. Se distinguen así, distintos tipos de responsabilidad:

a).- responsabilidad disciplinaria o administrativa.

Esta responsabilidad se hace efectiva cuando el juez comete una falta o abuso en
el ejercicio de sus funciones. Esta falta o abuso no alcanza a constituir delito, no hay falta
en el sentido penal.

Se hace efectiva de dos formas: a.1).- de oficio, a través de la jurisdicción


disciplinaria, que corresponde ejercer a los Tribunales Superiores de Justicia que deben
vigilar en su conducta ministerial a sus inferiores jerárquicos (artículos 535, 540 y 541
del COT); y a.2).- A petición de parte, por medio del llamado Recurso de Queja (artículo
545 del COT) o la Queja propiamente tal (artículo 536 del COT).

b).- Responsabilidad criminal.

Como ya vimos, un juez puede cometer delitos comunes o ministeriales. Al


estudiar esta responsabilidad criminal de los jueces hay que descartar la responsabilidad
criminal de los jueces que les corresponde por la comisión de delitos comunes, la base en
estudio sólo alude a la responsabilidad por los delitos ministeriales que también reciben

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la denominación genérica de prevaricación (artículos 79 de la CPR y 324 del COT), como


son: el cohecho, la falta de observancia en materia sustancial de las leyes que reglan el
procedimiento, la denegación y torcida administración de justicia y, en general, toda
prevaricación o grave infracción de cualquiera de los deberes que las leyes imponen a los
jueces.

Para proceder criminalmente en su contra se requiere previamente del antejuicio


llamado querella de capítulos.

Tratándose de los miembros de la Corte Suprema, la ley determinará los casos y el


modo de hacer efectiva esta responsabilidad (artículo 79, inciso 2°, de la CPR). Además, a
ellos no les es aplicable en lo relativo a la falta de observancia de las leyes que reglan el
procedimiento ni en cuanto a la denegación ni a la torcida administración de justicia
(artículo 324, inciso 2°, del COT).

Se ha sostenido que esto último se explica y justifica por la necesidad de que el


Tribunal Supremo cuente con absoluta libertad para interpretar la ley y sentar una
jurisprudencia que sirva de norma a los tribunales inferiores y se parte de la ficción de
que la interpretación legal hecha por aquél Tribunal es la única verdadera, dado el
carácter que inviste como tribunal de casación. Muestra de ello es el hecho de que la ley
no autoriza recurso alguno, salvo el de reposición, contra las resoluciones de la Corte
Suprema (artículo 97 del COT), como tampoco ha señalado ningún tribunal superior que
pudiera conocer del pretendido recurso, amén de que este nuevo tribunal podría
asimismo incurrir en una responsabilidad análoga a la que se trataba de hacer efectiva
ante él, con lo cual el problema persistiría siempre.

La Corte Suprema ha señalado, además, que, por no existir tribunal que pudiera
resolver sobre la posible infracción de ley por parte de sus miembros, hay que reconocer
una “necesaria infalibilidad convencional”, reputándose de derecho que las resoluciones
de la Corte Suprema son conformes a la ley.

El profesor y ex Ministro de la Excma. Corte Suprema don Enrique CURY ha


señalado que esto equivale a establecer para dichos magistrados una auténtica
inmunidad en relación con los delitos aludidos, que son prácticamente todos los
mencionados por la disposición constitucional, con excepción del cohecho.

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Con todo, como observa el profesor Alfredo ETCHEBERRY, subsiste la duda de que
el encargo constitucional para que la ley determine los casos y el modo de hacer efectiva
una responsabilidad se cumpla determinando que dicha responsabilidad no existe.

c).- Responsabilidad civil.

Regulada en los artículos 325, 326 y 327 del COT, tiene por objeto obtener la
indemnización de los daños y perjuicios causados por el delito o cuasidelito ministerial
cometido por el juez, y que en el evento de tratarse de un tribunal colegiado afecta
solidariamente a todos los jueces que lo hubieran cometido.

d).- Responsabilidad política.

Es aquella que afecta a los tribunales superiores de justicia, cuando sus miembros
incurren en la causal de "notable abandono de sus deberes", llamada así no sólo por la
seria trascendencia que ella reviste sino, además, por la alta condición de funcionarios
públicos a quienes se le impone (artículos 52 N° 2, letra c), y 53 N° 1 de la CPR).

Este tipo de responsabilidad se ejercita a través del juicio político que se inicia por
acusación que no menos de diez ni más de veinte de los diputados formulen. Acto seguido
la Cámara declara si ha o no lugar a la acusación, requiriéndose para la afirmativa del
voto de la mayoría de los diputados presentes.

Si la Cámara de Diputados hace lugar a la acusación, conoce de ella el Senado,


quien resolverá como jurado limitándose a declarar si el acusado es o no culpable de la
imputación, pronunciamiento que deberá efectuarse por la mayoría de los senadores en
ejercicio.

Limitaciones al ejercicio de la responsabilidad civil y penal de los Jueces.

Para hacer efectiva las responsabilidades penal y civil derivadas de delitos


ministeriales, la ley ha colocado limitaciones en su ejercicio, restricciones que tienden a
evitar que los jueces puedan ser víctimas de mala fe, de la torpeza, venganza o enemistad
de los litigantes. Son las siguientes:

a).- Artículo 329 del COT, que indica que no puede hacerse efectiva este tipo de
responsabilidad mientras no haya terminado por sentencia firme la causa por la que se
supone causado el agravio.

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b).- Artículo 330, inciso 1°, del COT. La persona perjudicada debe haber reclamado
del agravio interponiendo oportunamente todos los recursos que la ley franquea.

c).- La acción para perseguir la responsabilidad penal o civil proveniente de delitos


ministeriales prescribe en el plazo de 6 meses, que se cuentan desde la notificación al
reclamante de la sentencia firme, en la que se supone ha influido el agravio (artículo 330
del COT).

d).- Artículo 328 del COT. No puede hacerse efectiva esta responsabilidad sin que
previamente sea calificada de admisible por el juez o tribunal que es llamado a conocer de
ella. El permiso previo se obtiene mediante la querella de capítulos.

Hay que tener presente que en todo caso, la sentencia que recaiga en el respectivo
juicio de responsabilidad no tiene ninguna influencia en aquel fallo en que haya podido
cometerse el delito o cuasidelito ministerial del que se está reclamando (artículo 331 del
COT). La causa queda inalterable, aun cuando se acoja la querella de capítulos y se
persiga la responsabilidad del juez.

Finalmente y en relación a la norma consagrada en el artículo 13 del COT, es


preciso añadir que la regla general será que las resoluciones judiciales dictadas en un
procedimiento determinado no generen responsabilidad alguna para el tribunal.
Excepcionalmente ello ocurrirá cuando la ley expresamente lo disponga.

14.4.- La legalidad.

Reglamentado en los artículos 19 N° 3, incisos 4° y 5°, 76, inciso 1°, y 77 CPR, y 1°


del COT, el principio de la legalidad en la organización de los tribunales consiste en que
los jueces sólo existen en virtud de un texto legal y, además, deben, tanto en la
tramitación de los procesos como en la dictación de los fallos, proceder con estricta
sujeción a la ley.

Consecuente con lo anterior y en resguardo del principio en análisis, el legislador


estableció responsabilidad penal para los jueces que, en el ejercicio de su ministerio,
violan las leyes (artículo 223 N° 1 del CP).

Este principio tiene varias manifestaciones:

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a).- La organización y atribuciones de los tribunales deben fijarse por ley, nadie
puede ser juzgado por comisiones especiales (Juez natural).

b).- Los tribunales deben tramitar y fallar conforme a derecho con pleno respeto de
la garantía constitucional "del debido proceso" (artículo 19 N° 3, inciso 5°, CPR).

c).- Los tribunales de justicia aprecian la prueba aportada por las partes de
acuerdo a las normas legales que se emitan sobre la materia, y que fijan el valor
probatorio del modo que la ley señala.

Es preciso advertir que, en las últimas modificaciones legales a los


procedimientos, la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica ha
prevalecido, de modo que los sistemas de prueba legal y de apreciación en conciencia han
devenido excepcionales.

d).- Los tribunales deben fallar la controversia, aún cuando no exista ley que
resuelva el conflicto (principio de inexcusabilidad: artículos 76 de la CPR y 10, inciso 2°,
del COT).

14.5.- La territorialidad.

La regla general es que los tribunales sólo pueden ejercer su potestad dentro del
territorio que la ley les hubiere respectivamente asignado (artículo 7° del COT).

Por razones de orden y de buena marcha en la administración de la justicia, la ley


distribuye la jurisdicción entre los diversos tribunales, asignándole a cada uno el
conocimiento de determinados negocios; como igualmente para que actúen en un
territorio determinado. Esta facultad de los tribunales de conocer de los negocios que la
ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones, y de actuar dentro de un territorio
jurisdiccional, recibe el nombre de competencia. La competencia, a su vez, se la divide en
absoluta y relativa, según diga relación con los negocios o materias que la ley asigna a
cada tribunal, o con el territorio en el cual deben ejercer su potestad.

La territorialidad procura el respeto de las normas de competencia y, en especial,


las normas de competencia relativa; es decir, aquellas relacionadas con la porción de
territorio que la ley ha señalado como campo de sus atribuciones o funciones.

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Las actuaciones judiciales de los tribunales fuera de sus respectivos territorios


jurisdiccionales son anulables en virtud de lo dispuesto en el artículo 7°, inciso 3°, de la
CPR y 7° del COT, sin perjuicio de que pueda operar la institución de la prórroga de la
competencia (artículo 182 del COT).

Excepcionalmente un tribunal va a poder ejercer sus atribuciones más allá del


territorio que le está asignado, como ocurre con los exhortos (artículos 71 y siguientes del
CPC) y la Inspección Personal del Tribunal (artículo 403, inciso 2°, CPC).

14.6.- La pasividad.

De acuerdo con este principio los tribunales no pueden ejercer su ministerio, sino
a petición de parte, salvo los casos en que la ley los faculta para proceder de oficio, esto
es, de propia iniciativa sin necesidad de requerimiento (artículo 10, inciso 1°, COT).

Tradicionalmente este principio constituía la regla general sólo en materia procesal


civil, en cambio en materia procesal penal regía la atribución oficiosa del tribunal. Sin
embargo, con ocasión de la reforma procesal penal el principio de pasividad también es
aplicable a los tribunales penales quienes, por regla general, no tienen ingerencia en la
iniciativa y curso de los procedimientos, entregándose a una de las partes, esto es al
Ministerio Público, órgano persecutor por excelencia, el deber se hacer avanzar y concluir
los procedimientos en los delitos de acción pública.

En un contexto contradictorio el tribunal es un ente imparcial, extrapartes, que se


limita a decidir las solicitudes y cuestiones que le plantean los litigantes.

En materia civil podemos citar algunos casos excepcionales en que el tribunal


actúa de oficio: la declaración de nulidad absoluta de los actos o contratos cuando ella
aparece de manifiesto (artículo 1683 del CC); las medidas para mejor resolver que pueden
decretar los tribunales, puesto el proceso en estado de sentencia (artículo 159 del CPC); la
declaración de inadmisibilidad de los recursos de apelación y de casación (artículos 213 y
781 del CPC); la casación formal de oficio (artículo 775 del CPC).

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Este Principio de pasividad se refiere también a aquella limitación que afecta a los
jueces en cuanto ellos deben fallar conforme al mérito del proceso y no extender su fallo a
los puntos que no le han sido expresamente sometidos por las partes (artículo 160 CPC).

La sanción asignada por nuestra legislación al acto ejecutado por el juez de oficio,
en circunstancias que ha debido sólo actuar a petición de parte, es la nulidad en virtud
de lo prescrito en los artículos 7°, inciso 3°, de la CPR y 10, inciso 1°, del COT.

Si la extralimitación de funciones recae en la dictación de la sentencia definitiva,


incurre en el vicio procesal de ultrapetita que autoriza la casación formal (artículo 768 N°
4 del CPC).

14.7.- La inexcusabilidad.

Así como la ley ha prohibido, por regla general, a los jueces actuar de oficio, les ha
impuesto, al mismo tiempo la obligación de ejercer su ministerio cada vez que son
requeridos en la forma legal.

Este principio tiene fundamento constitucional en el inciso 2º del artículo 76 de la


CPR y legal en el inciso 2º del artículo 10 del COT. En virtud de ambas normas reclamada
la intervención del tribunal en forma legal y en negocios de su competencia, este no puede
excusarse de ejercer su autoridad, ni aun por falta de ley que resuelva la contienda o
asunto sometidos a su decisión.

Para que esta obligación pese sobre un juez es menester que concurran dos
requisitos: a) Reclamo de la intervención del juez en forma legal, esto es, de la manera o
forma como los Códigos de Procedimientos se encargan de señalar en cada caso
particular; y b) Que el reclamo incida en negocios de su competencia, o sea, en asuntos o
materias de aquellas que la ley ha entregado a su conocimiento.

El principio exige, además, que el juez resuelva la contienda aun cuando no exista
ley que se aplique al conflicto. En ese caso, corresponde que el juez efectúe una labor de
integración haciendo uso de las otras fuentes del Derecho.

El tribunal debe conocer hasta llegar a la dictación de la sentencia definitiva, no


obstante que hay algunos casos en que, por expresa disposición legal, dicho tribunal

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puede perder su competencia. (Ej. En caso de implicancia y recusación, acumulación de


autos, declaración de incompetencia).

14.8.- La sedentariedad.

Este principio, contenido especialmente en los artículos 311 y siguientes del COT,
establece la obligación de los jueces de residir constantemente en la ciudad o población
donde tenga asiento el tribunal en que deban prestar sus servicios. De ahí que a este
deber se le conozca también con el nombre de obligación de residencia.

Implica la idea de fijeza, o sea, que los jueces deben administrar justicia en
lugares y horas determinados.

No obstante lo señalado, las Cortes de Apelaciones podrán, en casos calificados,


autorizar transitoriamente a los jueces de su territorio jurisdiccional para que residan en
un lugar distinto al de asiento del tribunal (artículo 311, inciso 2°, del COT).

Como excepciones a esta directriz podemos mencionar: la facultad de los


tribunales para constituirse una vez a la semana, a lo menos, en poblados que estén
fuera de los límites urbanos de la ciudad en que tengan su asiento, cuando las
necesidades del servicio lo aconsejen (artículo 312, inciso 2°, del COT), y en materia
penal, la posibilidad que tienen los tribunales de juicio oral de constituirse y funcionar en
localidades situadas fuera de su lugar de asiento, cuando sea necesario para facilitar la
aplicación oportuna de la justicia penal, de conformidad a criterios de distancia, acceso
físico y dificultades de traslado de quienes intervienen en el proceso (artículo 21 A del
COT).

También incide este principio en la obligación de los jueces de asistir todos los
días a su despacho y permanecer en él, desempeñando su cometido, durante cuatro
horas como mínimo si el despacho de las causas se encuentra al día, o cinco horas, a lo
menos, si ese despacho está atrasado, sin perjuicio de las facultades de la Corte Suprema
para la fijación de la jornada (artículos 96 N° 4 y 312 del COT).

Respecto de los jueces penales existen normas especiales, así los jueces de
tribunales de juicio oral y jueces de garantía tienen la obligación de asistir a su despacho

116
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por 44 horas semanales, debiendo estos últimos establecer un sistema de turno que
permita la disponibilidad de un juez fuera del horario normal de atención de los
tribunales (artículo 312 bis del COT).

Esta obligación de residencia y de asistencia diaria cesa durante los días feriados,
esto es, los días que la ley determina como tales y el período de vacaciones que se
extiende desde el 1 de Febrero hasta el 1er día hábil de Marzo. Esta obligación de
asistencia y residencia subsiste durante estos días festivos y durante el feriado judicial
respecto de los jueces con "jurisdicción criminal, laboral y de familia" (artículo 313 del
COT).

Durante el llamado feriado judicial deben, en todo caso, funcionar los jueces en lo
civil para conocer de ciertos asuntos civiles respecto de los cuales no operó este feriado o
que sólo opera parcialmente (artículo 314 del COT).

14.9.- La Inavocabilidad.

Conforme lo dispuesto por los artículos 76 de la CPR y 8 del COT los tribunales
tienen prohibición de avocarse al conocimiento de un asunto pendiente ante otro tribunal.

Avocarse, significa llamar hacia sí o traer a su conocimiento un negocio por propia


iniciativa sin que las partes ejerciten ningún recurso en ese sentido.

La prohibición que contiene la inavocabilidad no sólo incide en las relaciones entre


tribunales, sino que también alcanza a los otros poderes del Estado. Por ello el Presidente
de la República, como el Congreso Nacional, frente al Poder Judicial deben abstenerse de
entrar a conocer procesos radicados en algún tribunal.

De no existir este principio reinaría el caos en la administración de justicia.

Por excepción, la ley puede conferir en determinadas situaciones la facultad que


un tribunal entre a conocer, es decir se avoque al conocimiento de un asunto pendiente
ante otro tribunal. Así, los artículos 560 y 561 COT contemplan que los tribunales
superiores pueden decretar visitas extraordinarias a los juzgados y pueden facultar al
Ministro visitador para que se avoque al conocimiento de las causas que allí se
encuentren pendientes.

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14.10.- La Publicidad.

El principio de publicidad está consagrado en el artículo 9 del COT, en virtud del


cual los actos de los tribunales son públicos, salvo las excepciones expresamente
establecidas en la ley.

En razón de este principio, toda persona tiene la facultad de imponerse de las


actuaciones judiciales, aun cuando no sea litigante interesado en ello, a través de los
medios que la misma ley franquea (artículo 380 N° 3 del COT).

Hablamos de publicidad activa cuando los actos procesales se realizan ante el


público; y de publicidad pasiva, cuando simplemente de los actos procesales se da cuenta
al público.

El Fundamento de este principio radica en el deseo del legislador de


transparentar la administración de justicia. Si el tribunal actúa en forma eficiente y
honorable, no tiene porqué temer a la publicidad; al contrario, debe ser su más grande
aspiración. Cualquiera persona puede, pues, imponerse de los procesos judiciales,
tradicionalmente materializados en los expedientes, de las actuaciones que los componen
y de los demás actos emanados de los propios tribunales.

La Publicidad adquiere relevancia en relación a los terceros ajenos al juicio que no


tienen interés en este conflicto y no respecto de los litigantes, ya que éstos
necesariamente deben imponerse de las actuaciones y resoluciones que dicta el tribunal
en la causa en que figuran como parte.

Excepciones a la publicidad.

Por consideraciones de interés público o por la necesidad de mantener la reserva


sobre algún litigio, habida su consideración de naturaleza especial, el legislador ha
consagrado ciertas excepciones a esta base fundamental de la publicidad:

a).- Las actuaciones de la investigación realizadas por el Ministerio Público y por la


policía serán secretas para los terceros ajenos al procedimiento (artículo 182 CPP).

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b).- Restricción al acceso de los antecedentes de la investigación del Fiscal


decretada por el tribunal respecto de terceros para evitar que se afecte su normal
substanciación o el principio de inocencia (artículo 44, inciso 2°, CPP).

c) Los acuerdos de los tribunales colegiados (artículo 81 del COT).

d) Juicios de nulidades de matrimonio o de divorcio, siempre que el tribunal lo


estime conveniente (artículo 86 de la Ley de Matrimonio Civil).

e) Piezas del proceso que por motivo fundado se mandaron reservar fuera de él
(artículo 34 del CPC).

f).- Pliego de posiciones antes de que se preste la confesión (absolución de


posiciones), de conformidad al artículo 387 del CPC.

g).- Los jueces de familia deben velar durante todo el proceso por el respeto al
derecho a la intimidad de las partes y especialmente de los niños, niñas y adolescentes.
Con ese objetivo está facultado para prohibir la difusión de datos o imágenes referidos al
proceso o a las partes; o disponer, mediante resolución fundada, que todas o algunas de
las actuaciones del procedimiento se realicen en forma reservada (artículo 15 de la Ley N°
19.968).

14.11.- La Gratuidad.

La administración de justicia es gratuita, en el sentido de que los litigantes no


tienen que remunerar al juez que va a decidir su conflicto. En efecto, los jueces son
funcionarios públicos pagados por el Estado.

Este principio procura asegurar el efectivo acceso a la justicia de todos los


ciudadanos y, por lo mismo, hacer realidad la garantía constitucional de la igualdad ante
la ley contenida en el artículo 19 N° 2 de la CPR.

Esta gratuidad hay que entenderla referida a los jueces que conforman el Poder
Judicial, pues hay jueces árbitros a quienes las partes deben pagar sus honorarios una
vez cumplido su cometido.

De otro lado, las partes litigantes deben solucionar, deben pagar los derechos que
correspondan a los auxiliares de la administración de justicia, que por uno u otro motivo

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tengan injerencia en el litigio o gestión voluntaria. Así por ejemplo, si interviene un


Receptor la parte que lo ha requerido deberá pagarle los derechos que correspondan;
igual ocurre con el Conservador de Bienes Raíces, Notario, etc.

No obstante, es posible que en ciertas situaciones la parte o interesado goce de


absoluta gratuidad en todas las tramitaciones del litigio, ello tendrá lugar cuando ese
litigante interesado goza del privilegio de pobreza (artículo 19 N° 3 de la CPR y 591 del
COT). Este privilegio está orientado a socorrer al litigante menesteroso y puede ser legal
(artículos 593 y 600 del COT), en cuyo caso opera de pleno derecho, o judicial, cuando el
tribunal, previo incidente promovido al efecto, así lo declara (artículos 129 y siguientes
del CPC).

Para Susana ALBANESE esta materia se vincula con el deber estatal de la tutela
judicial y como la eliminación del beneficio de litigar sin gastos por parte de las
autoridades puede tender a la denegación de justicia, teniendo en cuenta, entre otras
razones, que el rechazo a otorgar el beneficio se puede transformar en una medida
disuasiva por una parte, para no continuar con la acción ya comenzada porque los costos
pueden llegar a paralizar el procedimiento, principalmente, cuando el accionante no tiene
los medios necesarios para hacer frente a los gastos que son propios de la actividad
jurisdiccional; por otra parte, porque el temor a perder algún bien patrimonial puede
prevalecer en perjuicio del ejercicio del derecho a la jurisdicción. 52
Germán BIDART sostiene sobre el particular que cuando con carácter previo a la
iniciación del proceso el justiciable debe abonar la tasa de justicia dicho pago se vuelve
inconstitucional si por su monto es desproporcionado con la capacidad del obligado, o si
por cualquier otra causa le cierra el acceso a la justicia. De igual manera, el pago
posterior por parte de quien ha visto denegada su pretensión también puede resultar
inconstitucional según el monto y la proporción razonable del mismo con la situación
económica o financiera del justiciable.53

14.12.- La Gradualidad.

52
En este sentido Susana ALBANESE, ob cit., pp. 42 y 43.
53
BIDART, Germán Manual de la Constitución Reformada, Tomo II, Ediar, Buenos Aires 1997, p. 289.

120
121

Implica que la justicia siempre debe administrarse a través de diversos tribunales,


entre los cuales debe existir una verdadera gradación o jerarquía.

Se persigue, entonces, que los juicios, en lo posible, sean fallados, a lo menos, por
dos tribunales con igualdad de atribuciones y poderes (doble instancia), pudiendo el
segundo revisar lo actuado y decidido por aquél que pronunció el fallo. De esta forma, se
sostiene, existe un menor riesgo de error en la resolución.

En materia penal el principio de la doble instancia prácticamente no existe, pues


por regla general los litigios conocidos en juicios orales son de única instancia y la única
sentencia definitiva apelable es la del procedimiento abreviado.

En materia civil la aplicación de la doble instancia está condicionada a la


importancia pecuniaria del asunto o negocio.

Para lograr hacer efectivo este principio existe en Chile una organización
jerárquica de los tribunales de justicia. Así, existen tribunales de primera instancia y de
segunda instancia, siendo las Cortes de Apelaciones los tribunales de segunda instancia
por excelencia.

El fundamento de esta base se encuentra en el deseo de la ley de evitar


resoluciones injustas o arbitrarias, a la vez de satisfacer el anhelo de todo litigante de
poder hacer revisar las resoluciones que le causen un agravio.

Dentro de nuestra organización judicial, la doble instancia constituye la regla


general. Excepcionalmente, los asuntos se conocen y fallan en única instancia (artículo
188 del COT). Por instancia entendemos el grado jurisdiccional que comprende el estudio
de los puntos de hecho y de derecho de un conflicto debatido ante un determinado
tribunal.

Luego, la instancia constituye un grado jurisdiccional, y el tribunal de segunda


instancia conociendo del asunto fallado en primera instancia puede confirmar, revocar o
modificar ese fallo de primera instancia. Esta segunda instancia se genera por el Recurso
de Apelación e importa la continuación del pleito ya iniciado.

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122

Los recursos extraordinarios de casación (en la forma o en el fondo) no son


instancia pues en ellos sólo se examina el Derecho y no los hechos sobre los cuales verse
el pleito.
Finalmente, es preciso indicar que hay algunos autores (los menos) que dentro de
los principios básicos o fundamentales de la administración de justicia incorporan o
mencionan otros principios tales como el principio de la continuatividad, el de la
autogeneración incompleta o el de la competencia común. Sin embargo ellos no serán
aquí tratados, por razones de orden metodológico o simplemente porque a nuestro juicio
ellos no constituyen bases propiamente tales, sino que son una consecuencia de otros
principios que si detentan la calidad de tales.
Así por ejemplo el principio de la continuatividad o continuidad en el ejercicio de
la función jurisdiccional consiste en que el Estado debe asegurarle a sus ciudadanos el
permanente acceso a la justicia; por tal razón se establecen mecanismos como la
subrogación e integración que pretenden asegurar que los tribunales siempre cuenten
con jueces que ejerzan la facultad-deber de la jurisdicción.
En otro sentido, algunos – los menos - estiman que la autogeneración
incompleta de los miembros del poder judicial constituye un principio propiamente tal,
nosotros estimamos que no detenta tal carácter sino que se trata de una de las
excepciones al principio de independencia. Sin perjuicio de ello es preciso indicar que en
doctrina se distinguen diversos sistemas de nombramiento de los jueces, según la mayor
o menor ingerencia asignada al poder judicial: Autogeneración completa, incompleta
(Chile), elección popular (USA), compra del cargo (Francia hasta la revolución francesa),
elección parlamentaria de los jueces (URSS, algunos cantones suizos).
Finalmente en cuanto al supuesto principio de la competencia común (que
todos los tribunales están facultados para conocer indistintamente las causas civiles y
criminales) estimamos que en la actualidad él no constituye un principio propiamente
tal, si consideramos particularmente la especialización de los tribunales. (ej. TOP y
Juzgados de Garantía, Juzgados de Familia, Juzgados del Trabajo; Salas especializadas
de la Corte Suprema, etc).

SEGUNDA PARTE: LA COMPETENCIA.

15.- Cuestiones previas.

122
123

Cuando nos enfrentamos con un asunto de relevancia jurídica que requiere la


intervención del órgano jurisdiccional, es posible plantearse dos preguntas
fundamentales: ¿Cuál es el tribunal que va a conocer del asunto litigioso? y ¿Cómo o de
qué forma el tribunal va a conocer el negocio para finalmente resolverlo?
La primera interrogante se relaciona fundamentalmente con las normas sobre
competencia y la segunda, con las normas de procedimiento.
A continuación estudiaremos las normas procesales relativas a la competencia de
los tribunales de justicia.

16.- Concepto.
El artículo 108 del COT dispone que " la competencia es la facultad que tiene
cada juez o tribunal para conocer de los negocios que la ley ha colocado dentro de la esfera
de sus atribuciones".

Los mayoría de los tratadistas y catedráticos critican esta definición por estimarla
"incompleta" y porque además, es casi idéntica a la definición de “jurisdicción” que se
contiene en el artículo 1º del COT, en circunstancias que son dos conceptos diversos, aún
cuando entre ambos existe una relación de género a especie.

Al efecto se dice que:

a).- La competencia no es solo una facultad que tienen los tribunales, sino que es
un poder-deber;

b).- Las atribuciones entregadas a los jueces no solo les permiten “conocer” los
negocios, sino que además juzgarlos o resolverlos y hacer ejecutar lo resuelto.

c).- No sólo la ley coloca un asunto dentro de la esfera de atribuciones de un


tribunal, sino que también pueden hacerlo las partes interesadas, a través de la prórroga
de competencia. Además, la competencia puede ser entregada por otro tribunal, a través
de la competencia delegada (exhortos).

Entonces, podemos completar la noción legal o concepto de competencia diciendo


que ésta es "el poder-deber que tiene cada juez o tribunal para conocer, juzgar y
hacer ejecutar lo resuelto en los negocios que la ley, las partes u otro tribunal han
colocado dentro de la esfera de sus atribuciones".

123
124

Recordemos que la jurisdicción es el género y la competencia la especie. Todo


tribunal tiene jurisdicción, o sea, atribución para administrar justicia; pero no todo
tribunal tiene competencia, o sea, facultad para conocer de un determinado asunto
judicial.

De ahí que se diga que la competencia es la parte de jurisdicción que se da a cada


tribunal; es una medida de jurisdicción o esfera u órbita de atribuciones. Por ello el
profesor Couture enseñaba que todos los jueces tienen jurisdicción, pero no todos tienen
competencia para conocer de un determinado asunto; un juez competente es a su vez un
juez con jurisdicción, pero un juez incompetente es un juez con jurisdicción y sin
competencia. Acto seguido concluía que la competencia es el fragmento de jurisdicción
atribuido a un juez.

La competencia nos indica cuáles son los asuntos específicos, particulares de que
va a conocer cada tribunal.

La jurisdicción señala la esfera de acción del Poder Judicial frente a los demás
poderes del Estado, en cambio la competencia señala la esfera de acción de los diversos
tribunales entre sí.

17.- Factores de la Competencia.

El legislador ha considerado ciertos y determinados factores, conforme a los cuales


distribuye el trabajo judicial entre los distintos tribunales, a saber: a) la cuantía, b) la
materia, c) el fuero personal, y d) el territorio.

Como veremos en detalle más adelante, los tres primeros factores inciden en la
llamada competencia absoluta, que permite determinar la jerarquía y naturaleza de
tribunales que conocerá de un determinado asunto litigioso; el último factor, por su parte,
fija la competencia relativa, es decir qué tribunal específico dentro de esa jerarquía o
naturaleza va a conocer de ese asunto concreto.

17.1.- La Cuantía o valor de lo disputado.

124
125

Conforme lo dispuesto en el artículo 115 del COT en los asuntos civiles la cuantía
se determina por el valor de la cosa disputada; y en los asuntos criminales se determina
por la pena que el delito lleva consigo.

Esta determinación de la cuantía se hace de acuerdo a los artículos 116 y


siguientes del COT, según veremos.

17.2.- La materia.

Se puede definir la materia o fuero real diciendo que es la naturaleza del negocio
sometido a la decisión de un tribunal.

Estos asuntos judiciales son de naturaleza civil, penal, comercial, tributaria,


administrativa, etc., se considera más bien la cosa litigiosa, que a la persona misma.

Si se quisiera buscar un fundamento para la existencia de este factor, habría que


decir que él radica en la variedad y complejidad de los asuntos, los que requieren de
tribunales especializados para obtener un resultado más eficiente.

17.3.- El fuero personal.

Es la calidad o dignidad que tienen ciertas personas, y en cuya virtud los asuntos
en que ellos sean partes o tengan interés, no serán conocidos por los tribunales que
naturalmente les correspondería conocer, sino que por otro tribunal de superior
jerarquía.

Se va a considerar este elemento cuando intervienen como litigantes en un juicio


personas que tengan un alto cargo o investidura. En este factor se considera
primordialmente a la persona de los litigantes y no a la cosa litigiosa.

17.4.- El territorio.

A este elemento alude el artículo 7° del COT, según el cual los tribunales sólo
pueden ejercer su potestad en los negocios y dentro del territorio que la ley les hubiere
respectivamente asignado.

125
126

Todo tribunal tiene una extensión territorial determinada, dentro de la cual debe
ejercer sus funciones. De aquí que la competencia del juez está limitada por el territorio.
Lo normal es que ese territorio asignado a un juez, esté constituido por una comuna o
agrupación de comunas. Puede ser una provincia o agrupación de provincias o una
región. También puede ser todo el territorio nacional en el caso de la Corte Suprema.

17.5.- Orden de aplicación de estos factores de la competencia.

El primero que se examina es la cuantía, pero ella puede estar modificada por la
materia, y ésta puede ser alterada por el fuero. Luego de la aplicación de estos tres
factores se aplica el factor territorio que va a señalar qué tribunal dentro de una
determinada jerarquía o clase va a conocer el asunto.

18.- Clasificación de la competencia.

Al estudiar la jurisdicción indicamos que es un concepto unitario, que no puede


dividirse, advirtiendo que no debe confundirse con la competencia, que sí admite diversas
clasificaciones, desde variados puntos de vista, a saber:

a) Atendiendo a la fuente, se habla de competencia natural o propia;


competencia prorrogada y competencia delegada.

Competencia natural o propia es la que determina la ley de acuerdo a los


factores antes analizados, fijando a través de su aplicación el tribunal absoluta y
relativamente competente.

Competencia prorrogada es aquella que las partes expresa o tácitamente le


confieren a un tribunal que no es naturalmente competente (competencia relativa) para
conocer de un negocio (artículos 182 del COT y 74 CPP).

Competencia delegada es aquella que un tribunal posee, para la realización de


diligencias específicas, por habérsela delegado – para ese solo efecto - otro tribunal
naturalmente competente. El medio a través del cual se verifica esta delegación es el
exhorto (artículo 71 del CPC), esto es, actos jurídicos procesales mediante los cuales un
tribunal que conoce de una causa envía una comunicación a otro tribunal, nacional o

126
127

extranjero, para que practique u ordene practicar determinadas actuaciones judiciales


dentro de su territorio jurisdiccional.

b) Atendiendo a la extensión de materias de que conocen, se habla de


competencia común y de competencia especial.

La competencia común es la que tienen aquellos tribunales capacitados para


conocer de toda clase de asuntos, cualquiera que sea su naturaleza, civil o penal,
contenciosa o voluntaria, por ejemplo: Cortes de Apelaciones y Corte Suprema.

La Competencia especial es aquella que faculta al tribunal para conocer sólo de


ciertos y determinados asuntos, sean civiles, criminales, laborales, de familia, etc.

c) Atendiendo al contenido, se habla de competencia contenciosa y competencia


voluntaria, según exista o no contienda entre partes. Esta clasificación aún se enseña
por “inercia pedagógica”, toda vez que si en los asuntos judiciales no contenciosos no
puede hablarse propiamente de jurisdicción, menos podrá haber competencia.

d) Atendiendo al número de tribunales que pueden conocer del asunto, se


habla de competencia privativa o exclusiva y competencia acumulativa o preventiva.

Competencia privativa o exclusiva es la que habilita a un tribunal para conocer


de un determinado asunto con exclusión de los otros (ej. La competencia que tiene la
Corte Suprema para conocer de los recursos de casación en el fondo, recurso de revisión
y reclamación por pérdida de la nacionalidad).

Competencia acumulativa o preventiva es aquella de que están dotados


potencialmente dos o más tribunales, pero previniendo cualquiera de ellos en el
conocimiento de un asunto, cesan los demás en su competencia por el solo ministerio de
la ley (ej: Juicios de Hacienda, acciones inmuebles del artículo 135 COT, artículo 147
inciso final del mismo texto legal, donde es juez competente para conocer de la acción de
reclamación de filiación el del domicilio del demandado o el del demandante, a elección de
este.)

e) Atendiendo al grado o instancia en que un asunto puede ser conocido por un


tribunal, se habla de competencia de única, de primera y de segunda instancia (artículos
188 y 189 del COT).

127
128

Competencia de única instancia que no faculta a las partes para deducir recurso
de apelación respecto de la decisión del tribunal (por ej: artículo 45 N°1 COT).

Competencia de primera instancia que sí faculta a las partes apelar de la decisión


del tribunal y es ejercida por el tribunal inferior (artículo 45 N° 2 COT).

Competencia de segunda instancia otorgada al tribunal de alzada para conocer de


un recurso de apelación deducido en contra de una decisión pronunciada por un tribunal
inferior en primera instancia.

La regla general es que la competencia sea de primera instancia.

f) Puede clasificarse la competencia atendiendo a la generalidad o precisión con


que se determina el tribunal competente. Así se habla de competencia absoluta y
competencia relativa.

Competencia absoluta es aquella que determina la jerarquía o clase del tribunal


que es llamado por la ley para conocer de un negocio determinado.

También se ha dicho que es el conjunto de reglas que determina el tipo y jerarquía


de tribunal que, según la ley, debe conocer de un determinado asunto. Conforme a ellas
se podrá determinar si el tribunal que debe conocer es uno constitucional, ordinario,
especial o arbitral y si entre estos existen tribunales de diversa graduación o jerarquía,
también se podrá precisar cuál de ellos habrá de conocer el asunto.54

Competencia relativa es aquella que permite precisar qué tribunal dentro de una
determinada jerarquía o tipo es el llamado por la ley a conocer de un asunto específico.

La existencia de la competencia relativa supone, pues, la determinación previa de


la competencia absoluta.

Sucede que muchas veces con la sola aplicación de las reglas de competencia
absoluta no basta para determinar el tribunal competente, ya que pueden existir varios
que reúnen los requisitos legales. Para resolver este inconveniente y distribuir
adecuadamente el trabajo judicial deben aplicarse, además, las reglas de la competencia
relativa que, como ya señalamos, tiene como factor determinante el territorio.

54
En este sentido Jaime Salas Astrain, ob cit, página 163.

128
129

Entre ambos tipos de competencia existen diferencias sustanciales:

1.- La competencia absoluta nos determina el género, en tanto, que la


competencia relativa nos determina la especie. De la aplicación conjunta de estas
competencias resulta el tribunal competente para conocer ese negocio.

2.- Las normas de competencia absoluta son de orden público, o sea, han sido
establecidas por razones de alta conveniencia pública, como lo es todo lo relativo a la
organización y buena marcha de los tribunales. En cambio, las de competencia relativa
han sido establecidas en el sólo interés particular de los litigantes.

3.- Las normas de competencia absoluta no pueden ser objeto de convenio por los
litigantes; en otros términos, ellas no pueden ser renunciadas por las partes. En
cambio, las de competencia relativa pueden ser objeto de convenios por los litigantes, o
sea, son esencialmente renunciables.

4.- Las normas de competencia absoluta deben ser respetadas por el juez, sin
necesidad de requerimiento de parte interesada y, por consiguiente, la incompetencia
absoluta del tribunal debe ser declarada de oficio. En cambio, las de competencia
relativa deben ser respetadas por los litigantes y, por consiguiente, la incompetencia
relativa del tribunal sólo puede ser declarada a petición de parte, y, en caso alguno,
de oficio.

5.- La violación de las normas de competencia absoluta puede ser advertida por el
juez o reclamada por las partes en cualquier estado del juicio, y declararse la
incompetencia absoluta del tribunal en cualquier estado del mismo, es decir no hay
plazo para así declararlo. En cambio la violación de las normas de competencia relativa
debe ser reclamada por las partes antes de hacer cualquier gestión en el juicio que no
implique la formulación de tal reclamo, pues, en caso contrario se produce la prórroga de
la competencia, que será estudiada más adelante.

19.- Reglas generales de competencia.

Las reglas de competencia se clasifican en generales y especiales. En el primer


caso, más que de reglas de la competencia se trata de principios orgánicos fundamentales

129
130

para la certeza jurídica y se aplican cualquiera sea la naturaleza del negocio de que se
traten, llámese contencioso o voluntario, civil o penal.

Al respecto, Mario CASARINO dice que estas reglas no son de competencia absoluta
ni relativa, sino que por su carácter general se encuentran sobre ellas. Lo que si está
claro – señala el autor – es que estas normas se aplican una vez radicado el asunto ante
un tribunal competente preciso y determinado en virtud de las normas de competencia
absoluta y relativa.55

Por su parte, el profesor Juan COLOMBO sostiene que para la aplicación de tales
reglas no importa el tipo de competencia, ni la materia, cuantía persona o territorio,
jerarquía, grado o calidad que tenga el órgano que la ejerza; sólo interesa que exista un
tribunal de justicia.56

Estas reglas son: la radicación o fijeza, el grado o jerarquía, la extensión, la


prevención o inexcusabilidad, y la ejecución.

19.1.- Regla de la radicación o fijeza.

De acuerdo a lo prevenido en el artículo 109 del COT: “radicado con arreglo a la


ley el conocimiento de un negocio ante tribunal competente, no se alterará esta
competencia por causa sobreviniente”.

La radicación, entonces, conduce a fijar irrevocablemente la competencia del


tribunal que ha de conocer un asunto, cualquiera sean los hechos que acontezcan con
posterioridad, aunque modifiquen los elementos que se tuvieron en cuenta para
determinar la competencia absoluta y relativa.

En consecuencia, constituye una garantía procesal relevante para las partes en


litigio, pues por su intermedio tendrán plena certeza en cuanto al tribunal que conocerá
de su caso, concretándose, asimismo, el principio de seguridad jurídica.

Así por ejemplo, si en la etapa probatoria de un procedimiento ordinario, el


demandado cambia su domicilio, no por ello se altera la competencia del tribunal que

55
Derecho Procesal Orgánico. Tomo I, pág.257.
56
Citado por Jaime Salas Astrain, ob cit, página 169.

130
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previno en el conocimiento del negocio, el que continuará conociendo hasta la ejecución


del fallo.

Del mismo modo, si en el curso de una causa civil ordinaria que es conocida por
un juez de letras, una de las partes es nombrada Ministro de Estado, no por ello va a
continuar conociendo un Ministro de Corte.

Los requisitos para que opere la radicación son:

a).- Existencia de una actividad jurisdiccional. Es preciso, entonces, que el


tribunal haya intervenido en el conocimiento del asunto a petición de parte;

b).- Que el tribunal sea competente, a lo menos absolutamente (competencia


natural o propia), y

c) Que la intervención del tribunal se verifique con arreglo a Derecho, puesto que
si las actuaciones realizadas por el tribunal y las partes son irregulares podrán ser
anuladas y, en consecuencia, no producirán efecto alguno.

¿En qué momento y con sujeción a qué normas se produce la radicación?

Hay que distinguir entre materia civil y materia penal.

En materia civil, se ha discutido en doctrina sobre el momento en que un negocio


estaría radicado ante un tribunal determinado:

* Para algunos bastaría la interposición de la demanda,

* Para otros, sería necesario y bastante que esa demanda se haya notificado
válidamente al demandado, instante a partir del cual se entiende constituida la
relación jurídica procesal, toda vez que el asunto se radicará a lo menos para resolver
una eventual excepción de incompetencia.57

* Para nosotros, es necesario esperar que transcurra el término de emplazamiento


para ver la reacción del demandado ante la notificación de la demanda, pues
eventualmente podría oponer una excepción de incompetencia, ya que en caso de
prosperar ciertamente sería otro el tribunal que continuará conociendo del negocio de
que se trate.

57
En este sentido se pronuncia el profesor Fernando Orellana Torres, ob cit, páginas 294 y 295.

131
132

En materia penal es preciso distinguir la situación de los Jueces de Garantía


respecto de los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal.

Durante la etapa de investigación y hasta la audiencia de preparación de juicio


oral (etapa intermedia) la ley procesal permite oponer la excepción de incompetencia del
Juzgado de Garantía (la que deberá ser resuelta en forma previa a la dictación del auto de
apertura de juicio oral, conforme al artículo 74, inciso 2°, del CPP).

Por ello podemos sostener que no existe radicación ante el Juez de Garantía
durante la etapa de investigación, en cambio, en la etapa intermedia, esta se producirá
con la dictación del auto de apertura del juicio oral.

Respecto del Tribunal Oral Penal la situación es diversa, pues se produce una
especie de prórroga de la competencia relativa transcurridos que sean tres días desde la
notificación de la resolución que fija fecha para la realización de la audiencia de juicio
oral (artículo 74, inciso 1°, del CPP).

¿Qué entendemos por causa sobreviniente?

Es aquella que se produce después que el asunto ha quedado radicado ante un


tribunal competente y que dice relación con alguno de los cuatro factores que determinan
la competencia (cuantía, materia, fuero y territorio). Cualquier modificación posterior a
estos factores no van a alterar la competencia del tribunal llamado a conocer del asunto.

Sin embargo, toda regla general tiene sus excepciones y en este caso son:

a).- La acumulación de autos: esta es una institución procesal – regulada en los


artículos 92 y siguientes del CPC – que tiene por objeto evitar la dictación de sentencias
contradictorias. Se produce – en términos simples – cuando dos o más causas que son
conocidas por diferentes tribunales se van a reunir en un solo proceso y van a terminar
en una sola sentencia, en los casos previstos por la ley.

b).- El compromiso: en este caso y no obstante haberse radicado el asunto ante


tribunal competente, las partes deciden sustraerlo del conocimiento de ese tribunal y lo
entregan a un juez árbitro, siempre y cuando no se trate de un asunto de arbitraje
prohibido.

132
133

c).- Las visitas: este caso se refiere a las visitas extraordinarias, relacionadas con
las atribuciones conexas de los tribunales (económicas y disciplinarias). Se dice por
algunos autores, que esta no constituye propiamente una excepción al principio de
radicación, porque en este caso lo que se reemplaza es la “persona” del juez, pero no es
que el asunto se sustraiga de la esfera de competencia del tribunal.

19.2.- Regla del Grado o jerarquía.

Conforme al artículo 110 del COT, “una vez fijada con arreglo a la ley la
competencia de un juez inferior para conocer en primer instancia de un
determinado asunto, queda igualmente fijada la del tribunal superior que debe
conocer del mismo asunto en segunda instancia”.

Esta regla se funda en la idea de la gradualidad y en la existencia del recurso de


apelación, de modo que para que opere será necesaria la concurrencia de los siguientes
elementos:

a).- Que el negocio esté legalmente radicado ante un juez de primera instancia, y

b).- Que sea procedente el recurso de apelación en contra de las resoluciones


pronunciadas por el tribunal de primera instancia.

Persigue la determinación, desde el inicio del procedimiento, de un tribunal de


segunda instancia que conozca del asunto en caso de impetrarse algún recurso de
apelación o el trámite de la consulta, cuando ella sea procedente.

De acuerdo con lo anterior, de la apelación de las resoluciones dictadas en primera


instancia por un juez de letras específico conoce la Corte de Apelaciones respectiva; y de
la apelación de las resoluciones pronunciadas en primera instancia por las Cortes de
Apelaciones conoce la Corte Suprema como tribunal de segunda instancia.

De otro lado, resulta importante este principio en cuanto demuestra que la ley
sólo permite la competencia prorrogada en los tribunales de primera instancia, más
no en los de segunda, siendo todas las reglas de competencia de estos últimos de orden
público y, por consiguiente, irrenunciables por las partes.

133
134

19.3.- Regla de la Extensión.

Conforme al artículo 111 del COT: “el tribunal que es competente para conocer
de un asunto lo es igualmente para conocer de todas las incidencias que en él se
promuevan. Lo es también para conocer de las cuestiones que se susciten por vía
de reconvención o compensación, aunque el conocimiento de estas cuestiones,
atendida su cuantía, hubiere correspondido a un juez inferior si se entablaren por
separado”.

Esta regla nos permite determinar hasta dónde llega el ámbito del ejercicio de la
jurisdicción por parte del tribunal competente para conocer de un asunto judicial.

Así, la ley dispone que el tribunal no sólo es competente para conocer de la


cuestión principal, sino que también lo es para conocer de los incidentes que se
promuevan durante el juicio y de las cuestiones que se susciten por vía de reconvención
o de compensación. Quien puede lo más, puede lo menos.

La cuestión principal está constituida por el fondo del asunto controvertido, el


objeto de la discusión que en materia civil quedará planteado en la demanda del actor y
en la contestación del demandado, a través de alegaciones, defensas y excepciones que en
ella formule. Sin embargo durante la tramitación de un proceso se pueden suscitar,
también, cuestiones accesorias a lo principal que requieran de un pronunciamiento
especial de parte del tribunal, a esas cuestiones la ley llama incidentes (ejemplo:
incompetencia, costas, implicancias y recusaciones, abandono del procedimiento,
desistimiento de la demanda, etc.).

La reconvención es la “contrademanda” que deduce el demandado en contra del


demandante original, utilizando el mismo proceso, en razón del principio de economía
procesal.

La compensación, por su parte, es un modo de extinguir las obligaciones cuando


demandante y demandado son acreedores y deudores a la vez, se opone en juicio como
excepción perentoria. En razón de lo anterior, nos parece que su inclusión en el precepto
transcrito es redundante, pues forma parte del asunto controvertido o cuestión principal.

134
135

Tenemos, entonces, que el objetivo de la regla en estudio es proporcionar a las


partes un procedimiento integral, permitiendo al juez avocarse al conocimiento de otros
asuntos, principales o accesorios, que complementan o adicionan el planteamiento de la
pretensión principal.

La determinación de las materias a las cuales se extiende la competencia del


tribunal para su conocimiento y fallo tiene gran trascendencia, puesto que su infracción
puede llegar a configurar el vicio de ultrapetita que da lugar a la interposición de un
recurso de casación en la forma en contra de la sentencia que se dicte para la resolución
del asunto (artículo 768 N° 4 CPC).

19.4.- Regla de la prevención o inexcusabilidad.

El artículo 112 del COT dispone: “siempre que según la ley fueren competentes
para conocer de un mismo asunto dos o más tribunales, ninguno de ellos podrá
excusarse del conocimiento bajo el pretexto de haber otros tribunales que puedan
conocer del mismo asunto; pero el que haya prevenido en el conocimiento excluye
a los demás, los cuales cesan desde entonces de ser competentes”.

La regla de la inexcusabilidad está también contenida en el inciso segundo del


artículo 10 del COT, al prescribir: “Reclamada su intervención en forma legal y en
negocios de su competencia, no podrán excusarse de ejercer su autoridad ni aun por
falta de ley que resuelva la contienda sometida a su decisión”, y elevada a rango
constitucional por el artículo 76 inciso 2° de la CPR.

La competencia acumulativa o preventiva es excepcional y de escasa aplicación


práctica. Pero el hecho es que si hay dos o más tribunales igualmente competentes para
conocer de un asunto, el que primero entra a conocer de él (previene) excluye a los
demás; y en caso que se negare a intervenir, alegando que hay otros tribunales que
pueden conocer el asunto, incurre en el delito de denegación de justicia (artículos 224 y
225 del CP).

En cuanto al nombre de la regla (prevención e inexcusabilidad), lo cierto es que el


artículo 112 precitado contiene dos reglas distintas, pero estrechamente vinculadas: la
primera parte se refiere a la inexcusabilidad y la segunda a la prevención.

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136

La prevención se produce al momento de ingresar la demanda o solicitud al


tribunal respectivo, esto es, alguno de aquellos que gozan de competencia acumulativa;
sin embargo, ello no debe tomarse como un absoluto, pues podría ocurrir que la demanda
sea declarada inadmisible, por no cumplir con los requisitos legales, en cuyo caso el resto
de los tribunales competentes vuelven a estar obligados a proveer la demanda que ante
ellos se presente.

19.5.- Regla de la Ejecución.

Al efecto, el inciso 1º del artículo 113 del COT dispone que “la ejecución de las
resoluciones corresponde a los tribunales que las hubieren pronunciado en
primera o única instancia”.

Los tribunales sean ordinarios o especiales poseen "imperio", es decir gozan de la


facultad de hacer cumplir forzadamente lo resuelto por ellos.

La regla general en esta materia indica que la ejecución de las resoluciones


corresponde a los tribunales que las hubieran pronunciado en primera o única instancia
(artículos 113 del COT y 231 CPC). Ello, pues parecen mejor dotados para la ejecución,
por su mejor conocimiento de los antecedentes y desde el punto de vista de los medios
físicos de coacción.

Como toda regla general existen excepciones, a saber:

i).- La ejecución de las sentencias penales y de las medidas de seguridad previstas


en la ley procesal penal será de competencia del Juzgado de Garantía que hubiere
intervenido en el respectivo procedimiento penal (artículo 113, inciso 2°, del COT).

ii).- Los tribunales que conozcan de la revisión de las sentencias firmes o de los
recursos de apelación, de casación o de nulidad contra sentencias definitivas penales,
ejecutarán los fallos que dicten para su substanciación. También podrán decretar el pago
de las costas de los funcionarios que han intervenido en ellos, reservando el de las demás
costas para que sea decretado por el tribunal de primera instancia (artículo 113, incisos
3° y 4°, del COT). Esta regla se relaciona íntimamente con la regla de la extensión e
incluso algunos autores la incluyen dentro de ella.

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iii).- La ejecución de la faceta civil de un fallo dictado por un tribunal penal es de


competencia de los tribunales civiles conforme a las reglas generales (artículo 171, inciso
final, del COT).

Ahora y conforme al artículo 114 del COT si la ejecución de una sentencia


definitiva hiciere necesaria la iniciación de un nuevo juicio, este nuevo juicio puede
deducirse ante el tribunal de primera instancia o de única instancia, o bien, ante el que
sea competente de acuerdo a las reglas generales a elección de la parte que ha ganado en
el pleito (artículos 114 del COT y 232 del CPC).

La norma precedente constituye otro ejemplo de competencia acumulativa o


preventiva.

20.- Reglas especiales de la competencia absoluta.

Son aquel conjunto de normas jurídicas que permiten determinar la jerarquía o


tipo de tribunal que es llamado a conocer de un determinado asunto judicial. Se trata de
reglas de orden público, irrenunciables e improrrogables por las partes, no tienen plazo
para ser alegadas y el juez puede y debe declarar de oficio su incompetencia absoluta.

En el caso de la Corte Suprema, estas reglas son suficientes para determinar su


competencia, tanto absoluta como relativa, pues ejerce su actividad jurisdiccional sobre
todo el territorio de la República.

Ahora bien, este conjunto de preceptos está contenido en los artículos 115 a 133
del COT y para su elaboración el legislador ha tomado en consideración los factores de la
cuantía, la materia y el fuero, que pasaremos a estudiar.

20.1.- La cuantía.

Conforme al artículo 115 del COT, hay que distinguir entre asuntos civiles y
asuntos penales. En los primeros la cuantía de la materia se determina por el valor de la
cosa disputada y en los segundos por la pena que el delito lleva consigo.

137
138

Considerando las normas de competencia que en la actualidad establece el COT, lo


cierto es que la cuantía en materia civil ha perdido la importancia que antaño tenía,
cuando existían los Juzgados de Letras de Mayor Cuantía, de Menor Cuantía, de
Subdelegación y de Distrito, pues conforme al artículo 45 del COT hoy todos los asuntos
desde $1 en adelante van a ser conocidos por un Juez de Letras, sin perjuicio de que la
aplicación de los demás factores (materia y fuero especialmente) modifique dicha
competencia absoluta.

Sin embargo, este elemento será importante para establecer si el juez de letras
conocerá del asunto en única o primera instancia (artículo 45 Nº 1 y 2 COT), como
asimismo para determinar el procedimiento aplicable (ordinario, artículos 253 y
siguientes del CPC; de menor cuantía, más de 10 UTM y hasta 500 UTM o el de mínima
cuantía, menos de 10 UTM).

20.1.1.- Determinación de la cuantía en los asuntos criminales.

En materia penal, como ya indicamos, la cuantía se determina por la pena que el


delito lleva consigo, esto es, la sanción que en abstracto prescribe el Código Penal para el
autor de delito consumado.

Desde esta perspectiva los ilícitos se dividen en crímenes, simples delitos y faltas.

Los crímenes y simples delitos pueden ser conocidos por un Juez de Garantía, en
el contexto de un procedimiento especial simplificado o abreviado, o por un Tribunal de
Juicio Oral en lo Penal.

Las faltas penales (del Código Penal) y aquellas contempladas en la Ley de


Alcoholes son de conocimiento de los Jueces de Garantía, el resto de las faltas son de
competencia de los Juzgados de Policía Local.

20.1.2.- Determinación de la cuantía en los asuntos civiles

138
139

Como la cuantía se determina por el valor de la cosa disputada, debemos


distinguir aquellos casos en que es posible determinar ese monto de aquellos otros en que
eso no posible.

a).- Asuntos civiles susceptibles de apreciación pecuniaria

En ellos opera la regla básica antes enunciada, en el sentido que la cuantía se


determina por el valor de la cosa disputada. Sin embargo, para ciertas situaciones
particulares se han establecido normas de carácter complementario, a saber:

1).- En los juicios de desahucio o de restitución derivados del contrato de


arrendamiento el valor de lo disputado se determinará por el monto de la renta o del
salario convenido para cada período de pago; y en los de reconvenciones, por el monto
de las rentas insolutas (artículo 125 del COT).

2).- Si existen muchos demandados en un mismo juicio, el total de la cantidad


debida va a fijar la cuantía del asunto. No importa para estos efectos que la obligación no
sea solidaria. Se suman los valores que individualmente puedan determinarse (artículo
122 del COT).

3).- Si en una misma demanda se entablaren a la vez varias acciones


(pretensiones), se determinará la cuantía del juicio por el monto a que ascendieren todas
las acciones entabladas (artículo 121 del COT).

4).- Si el demandado deduce reconvención, la cuantía se determina por el monto


a que ascienden la acción principal y la reconvención reunidas (artículo 124 del COT).

5).- Si lo que se demanda es el resto insoluto de una cantidad mayor que ha


sido antes pagada parcialmente, se atenderá únicamente al valor del resto insoluto
(artículo 126 del COT).

6).- Si se trata del pago de pensiones periódicas futuras que no abracen un


tiempo determinado, se fijará la cuantía por la suma a que ascendieren dichas pensiones
en un año. Si tienen tiempo determinado, se atenderá al monto de todas ellas. Pero si se
tratare del cobro de pensiones periódicas devengadas, la determinación se hará por el
monto a que todas ellas ascendieren (artículo 127 del COT).

139
140

7).- Si el valor de la cosa disputada se aumentare o disminuyere durante la


instancia, no sufrirá alteración alguna la determinación que antes se hubiere hecho con
arreglo a la ley (artículo 128 del COT). Luego, la cuantía del litigio se determina por el
valor de la cosa disputada al momento de interponer la demanda.

Tampoco sufrirá la determinación alteración alguna en razón de lo que se deba por


intereses o frutos devengados después de la fecha de la demanda, ni de lo que se deba por
costas o daños causados durante el juicio. Pero los intereses, frutos o daños debidos
antes de la demanda se agregarán al capital demandado, y se tomarán en cuenta para
determinar la cuantía (artículo 129 del COT).

b).- Asuntos civiles no susceptibles de apreciación pecuniaria o de cuantía


indeterminada.

Se trata de negocios en que la materia del juicio, por su naturaleza, hace imposible
atribuirles un determinado valor. La ley considera a estos asuntos como de mayor cuantía
(artículos 130 y 131 del COT).

A modo de ejemplo se señalan los negocios que versan sobre las siguientes
materias:

1).- Las cuestiones relativas al estado civil de las personas;

2).- Las cuestiones relacionadas con la separación judicial o de bienes entre


marido y mujer, o a la crianza y cuidado de los hijos;

3).- Las que versen sobre validez o nulidad de disposiciones testamentarias, sobre
petición de herencia, o sobre apertura y protocolización de un testamento y demás
relacionadas con la apertura de la sucesión;

4).- Las relativas al nombramiento de tutores y curadores, a la administración de


estos funcionarios, a su responsabilidad, a sus excusas y a su remoción;

5).- El derecho a goce de los réditos de un capital acensuado, y

6).- Todas las cuestiones relativas a quiebras y a convenios entre el deudor y los
acreedores.

140
141

20.1.3.- Manera de acreditar la cuantía en el proceso.

Al efecto y conforme al artículo 116 del COT, debemos distinguir si el demandante


acompaña o no documentos que sirvan de apoyo a su acción:

a).- Si el demandante acompaña documentos y en ellos aparece determinado el


valor de la cosa disputada, se estará a ellos (artículo 116, inciso 1°, del COT).

b).- Si el demandante no acompaña documentos o en ellos no aparece


esclarecido el valor de la cosa disputada, debemos subdistinguir si la acción deducida
es personal o real:

b.1).- Si la acción entablada es personal, la cuantía se determinará por la


apreciación que el demandante haga en su demanda (artículo 117 del COT); y

b.2).- Si la acción entablada fuere real, se estará a la apreciación que las partes
hicieren de común acuerdo (artículo 118, inciso 1°, del COT).

El hecho de comparecer ante el Juez para cualquier diligencia o trámite del juicio
todas las partes juntas o cada una de ellas separadamente, sin haber reclamado del valor
de la cosa disputada, hace presumir de derecho el acuerdo indicado (artículo 118, inciso
2°, del COT).

Si el valor de la cosa demandada por acción real permaneciere indeterminado por


no haber acuerdo entre las partes, el Juez ante quien se hubiere entablado la demanda
nombrará un perito para que evalúe la cosa y se reputará por verdadero valor de ella el
que fije el perito (artículo 119 del COT).

Puede también acontecer que la obligación cuya declaración o pago se persiga


aparezca expresada en moneda extranjera, en este caso el actor podrá acompañar junto
a la demanda un certificado expedido por un banco, que exprese en moneda nacional la
equivalencia de la moneda extranjera demandada. Dicho certificado no podrá ser
anteriores más de quince días a la fecha de la presentación de la demanda (artículo 116,
inciso 2°, del COT).

141
142

Por último, si cualquiera de las partes tiene dudas acerca de la cuantía del pleito y
esta no aparece determinada por alguno de los medios señalados, podrá hacer las
gestiones convenientes para que dicho valor sea fijado antes de que se pronuncie la
sentencia, y aun el tribunal de oficio puede dictar las órdenes convenientes para el mismo
efecto (artículo 120 del COT).

20.2.- La materia.

La materia se define como “la naturaleza del asunto controvertido y sometido


al conocimiento del órgano jurisdiccional”.

Así, los negocios entregados al conocimiento de un determinado tribunal serán de


naturaleza civil, penal, comercial, de minas, etc.; y además, dentro de cada una de estas
diversas naturalezas, podrá haber diferentes clases o versar sobre diversos objetos, todo
lo cual también sirve para determinar la competencia del tribunal.

En la actualidad, la materia juega un doble rol, pues sirve tanto para el


establecimiento de tribunales especiales, cuanto para determinar la jerarquía del
tribunal que conocerá del asunto. En efecto, conocida la materia, lo primero que deberá
analizarse es si existe un tribunal especial competente; y si no lo hay, recién ahí veremos
a cual de los tribunales ordinarios le corresponde el conocimiento del asunto.
Por regla general, el factor materia opera mediante la sustracción de un asunto de
un determinado tribunal, y su radicación en otro de mayor jerarquía. A continuación
analizaremos algunos de los distintos casos expresamente regulados:
a).- Juicios de Hacienda: Son aquellos procesos en los que el Fisco es parte. Será
competente para conocer de ellos un Juez de Letras de comuna asiento de Corte cuando
el fisco es demandado. Si es demandante, puede elegir entre éste y el juez de Letras del
domicilio del demandado. La misma regla se aplica respecto de los asuntos no
contenciosos en que el Fisco tenga interés. (Artículo 48 COT)
b).- Causas de minas: Son de competencia de los Jueces de Letras (artículo 45 N°
2 letra b) COT).
c).- Asuntos No Contenciosos: Jueces de Letras. (Artículo 45 N° 2 letra c) COT).
d).- Causas laborales o de familia: son de competencia del juez de letras en
aquellas comunas donde no hay tribunal especial (Artículo 45 N° 2 letra h) COT).

142
143

e).- Extradición Pasiva: Un Ministro de la Corte Suprema (Artículo 52 Nº 3 COT).


f).- Responsabilidad Civil Ministerial de Jueces de Letras: Un Ministro de Corte
de Apelaciones (artículo 50 N° 4 COT).
g).- Amovilidad de Ministros de Corte Suprema: Presidente Corte Apelaciones
Santiago (Artículo 51 N°1 COT).
h).- Amovilidad de Ministros de Corte de Apelaciones: Presidente Corte
Suprema (artículo 53 N° 1 COT).
i)- Delitos que puedan afectar las relaciones internacionales: Un Ministro de
Corte Suprema. (artículo 52 N° 2 COT).

20.3.- El Fuero Personal.

“Es la calidad o dignidad que tienen ciertas personas, en cuya virtud los
asuntos en que son parte o tienen interés no son conocidos por los tribunales que
ordinariamente le corresponde conocer, sino por uno superior”.

Sólo tiene aplicación efectiva en materia civil, pues en materia penal 58 la calidad de
ciertos funcionarios exige una autorización previa (desafuero) o un antejuicio (querella de
capítulos), pero en definitiva, desaforado el imputado o acogida la querella de capítulos,
serán juzgados por los mismos tribunales penales.

Debemos tener presente, además, que el fuero personal de que gozan las partes no
se considera en:

a).- Los juicios de minas;

b).- Los juicios posesorios;

c).- Los juicios sobre distribución de aguas;

d).- Las particiones;

e).- Aquellos juicios que se tramiten breve y sumariamente, y

f).- Los demás que determinen las leyes.

g).- Tampoco se tomará en cuenta el fuero de los acreedores en el juicio de


quiebra;

58
Derogación de los artículos 168 y 170 del COT, en virtud de la Ley N° 19.665, de 9 de marzo de 2000.

143
144

h).- Ni el de los interesados en los asuntos voluntarios (artículo 133 del COT y 827
del CPC).

Si en un juicio civil intervienen personas que gozan de fuero y otras que no,
el juicio será siempre de competencia del tribunal que deba conocer en razón del
fuero.

A continuación analizaremos las distintas hipótesis de fuero y los tribunales


competentes.

Artículo 45 Nº 2 letra g) del COT.

Se trata de las causas civiles o de comercio de cuantía inferior a 10 UTM, que


naturalmente le corresponde conocer a un juez de letras en única instancia, pero en
razón del fuero va a conocer en primera instancia.

Se le llama fuero menor o fuero chico y opera cuando sean parte o tengan
interés los Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea, el
General Director de Carabineros, los Ministros de la Corte Suprema o de alguna de las
Cortes de Apelaciones, los Fiscales Judiciales de estos tribunales, los jueces letrados, los
párrocos y vicepárrocos, los cónsules generales y vicecónsules de las naciones
extranjeras reconocidas por el Presidente de la República, las corporaciones y
fundaciones de derecho público o de los establecimientos públicos de beneficencia.

Artículo 50 N° 2 del COT.

Constituye el fuero mayor o fuero grande, que opera cuando en una causa civil
sean parte o tengan interés el Presidente de la República, los ex Presidentes de la
República, los Ministros de Estado, Senadores, Diputados, miembros de los Tribunales
Superiores de Justicia, Contralor General de la República, Comandantes en Jefe de las
Fuerzas Armadas, General Director de Carabineros de Chile, Director General de la
Policía de Investigaciones de Chile, los Intendentes y Gobernadores, los Agentes
Diplomáticos Chilenos, los Embajadores y los Ministros Diplomáticos acreditados con el
gobierno de la República o en tránsito por su territorio, los Arzobispos, los Obispos, los
Vicarios Generales, los Provisores y los Vicarios Capitulares.

144
145

Conoce de ellos un Ministro de la Corte de Apelaciones respectiva, en primera


instancia.

21.- Reglas especiales de Competencia Relativa.

Recordemos que la competencia relativa sirve para precisar al tribunal


determinado a quien le corresponde conocer de un negocio, dentro de la jerarquía o tipo
de tribunales que se ha fijado a través de las reglas de competencia absoluta.

Las reglas de competencia relativa, por consiguiente, se aplican posteriormente a


las de competencia absoluta y buscan determinar la competencia entre tribunales de la
misma jerarquía o tipo.

El Factor determinante de la competencia relativa es el territorio, esto es, el lugar


geográfico donde sucede el evento que la ley considera para determinar la competencia. El
territorio puede adoptar o revestir diversas formas: a veces será el lugar designado en la
convención; en otras, el lugar donde está situada la especie que se reclama; en otras, el
lugar donde debe efectuarse el pago; y en otras, en fin, será el domicilio del demandado.

Cualquiera persona donde quiera que se encuentre puede verse en la necesidad de


recurrir a los tribunales de justicia. La ley para satisfacer ese requerimiento ha colocado
tribunales en diversos territorios y distribuye entre ellos la jurisdicción, de tal modo que
todos y cada uno tenga su territorio, y la suma de todos ellos comprende la totalidad del
país.

Las reglas de competencia relativa son de orden privado, puesto que sólo miran al
interés de las partes, y como invisten ese carácter ellas pueden ser renunciadas. Esto se
hace a través de la "prórroga de competencia."

La incompetencia relativa debe alegarse oportunamente para que no opere la


prórroga, y debe hacerse antes de contestar la demanda como excepción dilatoria.

Para estudiar con precisión las reglas de competencia relativa es previo determinar
la naturaleza de los negocios o asuntos en que dichas reglas van a aplicarse.

145
146

Será necesario, en consecuencia, distinguir las reglas de competencia relativa en


los asuntos contencioso civiles, en los asuntos voluntarios y en los asuntos penales.

21.1.- Competencia relativa en los asuntos contencioso civiles.

21.1.1.- Regla general.

Está contenida en el artículo 134 del COT, en cuya virtud el juez competente para
conocer de una demanda civil es el del domicilio del demandado.

Ahora bien, si el demandado tuviere su domicilio en dos o más lugares, podrá el


demandante entablar su acción ante el juez de cualquiera de ellos (artículo 140 del COT).

También puede ocurrir que siendo varios los demandados, tengan domicilio en
diferentes lugares, en este evento puede el demandante entablar su acción ante el juez de
cualquier lugar donde esté domiciliado uno de los demandados, y en tal caso quedarán
los demás sujetos a la jurisdicción del mismo juez (artículo 141 del COT).

Por último, la ley se encarga de la situación de la persona jurídica demandada,


reputando por domicilio, para el objeto de fijar la competencia del juez, el lugar donde
tenga su asiento la respectiva corporación o fundación. Además, si tuviere
establecimientos, comisiones u oficinas que la representen en diversos lugares, deberá ser
demandada ante el juez del lugar donde exista el establecimiento, comisión u oficina que
celebró el contrato o intervino en el hecho que da origen al juicio (artículo 142 del COT).

Esta regla general es sin perjuicio de las reglas especiales establecidas en el propio
COT y las demás excepciones legales. Estas excepciones son, en definitiva, tan numerosas
que esta regla general del artículo 134 pasa a constituir una excepción.

21.1.2.- Excepciones.

a).- Es juez competente para conocer de un juicio el indicado en la convención o


contrato celebrado entre las partes (artículos135, inciso 1°, y 138, inciso 1°, del COT).

146
147

b).- Si no hay convención entre partes acerca de cuál tribunal es competente


para conocer de determinado asunto, habrá que atenerse a la naturaleza de la acción
deducida, esto es, debemos distinguir si es mueble o inmueble.

b.1).- Si la acción es mueble es competente el juez del domicilio del demandado


(artículo 138, inciso 2°, del COT). Es posible que en una misma demanda se comprendan
obligaciones que deben cumplirse en diversos territorios jurisdiccionales, será competente
para conocer el juicio, el juez del lugar en que se reclame el cumplimiento de cualquiera
de ellas (artículo 139 del COT).

b.2).- Si la acción entablada fuera inmueble será competente a elección del


demandante (artículo 135 del COT):

* El juez del lugar donde se contrajo la obligación; o

* El del lugar donde se encontrare la especie que se reclama.

Si el inmueble por su ubicación está situado en diversos territorios


jurisdiccionales será competente cualquiera de los jueces en cuya comuna o agrupación
de comunas estuvieren situados.

En una misma demanda es posible entablar acciones muebles e inmuebles


conjuntamente, en cuyo caso será competente el juez del lugar en que estuvieren situados
los inmuebles (artículo 137 del COT).

c).- La tercera excepción, se refiere a que existen ciertas normas especiales de


competencia relativa en determinados juicios.

Es competente para conocer de los interdictos posesorios el juez de letras del


territorio jurisdiccional en que estuvieren situados los bienes a que se refieren (artículo
143 del COT).

Es competente para conocer de los juicios de distribución de aguas el de la


comuna o agrupación de comunas en que se encuentre el predio del demandado (artículo
144 del COT).

La justificación, regulación y repartimiento de la avería común se harán ante el


tribunal que designe el Código de Comercio (artículos 1104 y 1106; 145 del COT).

147
148

Es competente para conocer de todos los asuntos a que se refiere el Código de


Minas, el juez letrado que tenga jurisdicción en la comuna o agrupación de comunas en
que esté ubicada la pertenencia minera (artículo 146 del COT).

Es competente para conocer de las demandas de alimentos el del domicilio del


alimentante o alimentario, a elección de éste último. De las solicitudes de cese, aumento o
rebaja de la pensión decretada, conocerá el juez que decretó la pensión.59

Es competente para conocer del juicio de petición de herencia, del de


desheredamiento y del de validez o nulidad de disposiciones testamentarias, el del lugar
donde se hubiere abierto la sucesión del difunto con arreglo a lo dispuesto en el artículo
955 del Código Civil, esto es en su último domicilio (artículo 148, inciso 1°, del COT).

21.2.- Competencia relativa en los asuntos no contenciosos.

Al igual que en los asuntos contenciosos existe la regla general, que nos dice que
es juez competente el del domicilio del interesado (artículo 134 del COT).

Excepciones:

1).- Apertura de la Sucesión, formación de inventarios, tasación y partición de los


bienes que el difunto hubiere dejado. Es competente el juez del lugar donde se abrió la
sucesión, esto es, en el del último domicilio del causante (artículo 148, inciso 2°, del
COT).

Si la sucesión se abrió en el extranjero y comprende bienes situados en el


territorio chileno, la posesión efectiva de la herencia deberá pedirse en el lugar en que
tuvo el causante su último domicilio en Chile, o en el domicilio del que la pida si aquél no
lo hubiere tenido (artículo 149 del COT).

2).- Nombramiento de un tutor o curador y de todas las diligencias que, según la


ley, deben preceder a la administración de estos cargos. Es competente el juez del lugar
donde tuviere su domicilio el pupilo, aunque el tutor o curador nombrado tenga el suyo
en lugar diferente. El mismo juez es competente para conocer de todas las incidencias

59
Artículo 147 del COT, modificado por el artículo 3° de la Ley N° 19.741, de 24 de julio de 2001.

148
149

relativas a la administración de la tutela o curaduría, de las incapacidades o excusas de


los guardadores y de su remoción (artículo 150 del COT).

3).- En los casos de presunción de muerte por desaparecimiento, será competente


el juez del lugar en que el desaparecido hubiere tenido su último domicilio (artículo 151
del COT).

4).- Para el nombramiento de un curador de bienes de ausentes o a una herencia


yacente es competente el juez del lugar en que el ausente o el difunto hubiere tenido su
último domicilio (artículo152, inciso 1°, del COT).

5).- Para nombrarle curador a los derechos eventuales del que está por nacer es
competente el juez del lugar en que la madre tuviere su domicilio (artículo 152, inciso 2°,
del COT).

6).- Para aprobar o autorizar la enajenación o gravamen de inmuebles es


competente el juez del lugar donde éstos estuvieren situados (artículo 153 del COT).

7).- Para conocer de la petición para entrar en el goce de un censo de transmisión


forzosa es competente el juez del territorio jurisdiccional en donde se hubiere inscrito el
censo. Si el censo se hubiere redimido, será competente el juez del territorio donde se
hubiere inscrito la redención. Si el censo no estuviere inscrito ni se hubiere redimido, será
competente el juez del territorio donde se hubiere declarado el derecho del último
censualista (artículos 155 del COT).

21.3.- Competencia relativa en los asuntos penales.

A través de estas reglas se pretende determinar qué tribunal preciso dentro de la


jerarquía y clase va a conocer de un asunto penal.

A partir de la reforma procesal penal la labor de investigar pertenece en forma


exclusiva y excluyente a un organismo autónomo denominado Ministerio Público y los
tribunales con jurisdicción en lo penal, a cargo de la función fundamental de decidir, son
de dos clases, a saber: 1) Los Jueces de Garantía (unipersonales); y 2) Los Tribunales de
Juicio Oral en lo Penal (colegiados).

149
150

El factor a utilizar para esta determinación es el mismo que en materia civil, esto
es, el territorio.

Para facilitar el estudio de las reglas de competencia relativa en materia penal se


suele distinguir, según se trate de delitos cometidos dentro o fuera del territorio de la
República. Seguiremos a continuación ese orden.

21.3.1.- Delitos cometidos dentro del territorio de la República.

La regla general aplicable a todo tribunal penal nos indica que es competente para
conocer de un delito el tribunal en cuyo territorio se hubiere cometido el hecho que da
motivo al juicio. Además, la ley precisa que el delito se considerará cometido en el lugar
donde se hubiere dado comienzo a su ejecución (artículo 157, incisos 1° y 3°, del COT).

La competencia así determinada no se alterará por haber sido comprometidos por


el hecho intereses fiscales (artículo 157, inciso final, COT).

A modo de regla especial podemos citar los delitos tipificados en la Ley sobre
Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, en cuyo caso es juez competente el del
domicilio que el librador del cheque tenga registrado en el Banco.60

Jueces de Garantía.

El Juzgado de Garantía del lugar de comisión del hecho investigado conocerá de


las gestiones a que diere lugar el procedimiento previo al juicio oral y se pronunciará
sobre las autorizaciones judiciales que solicitare el Ministerio Público para realizar
actuaciones que priven, restrinjan o perturben el ejercicio de derechos asegurados por la
Constitución. Sin perjuicio de ello, cuando las gestiones debieren efectuarse fuera del
territorio jurisdiccional del Juzgado de Garantía y se tratare de diligencias urgentes, la
autorización judicial previa podrá ser concedida por el juez de garantía del lugar donde
deban realizarse. En ese evento, una vez realizada la diligencia, el Ministerio Público dará
cuenta a la brevedad al juez de garantía del procedimiento. Asimismo, si se suscitare
conflicto de competencia entre jueces de varios juzgados de garantía, cada uno de ellos
estará facultado para otorgar las autorizaciones o realizar las actuaciones urgentes,

60
Artículo 22 inciso 7° de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques.

150
151

mientras no se dirimiere la competencia. De los jueces entre quienes se hubiere suscitado


la contienda, aquél en cuyo territorio jurisdiccional se encontraren quienes estuvieren
privados de libertad en la causa resolverá sobre su libertad.61

Dirimida la competencia, serán puestas inmediatamente a disposición del juez


competente las personas que se encontraren privadas de libertad, así como los
antecedentes que obraren en poder de los demás jueces que hubieren intervenido. Con
todo, las actuaciones practicadas ante los jueces que resultaren incompetentes serán
válidas, sin necesidad de ratificación por el juez que fuere declarado competente (artículo
73 del CPP).

Si durante la audiencia de preparación del juicio oral se planteare un conflicto de


competencia, no se suspenderá la tramitación de dicha audiencia, pero no se pronunciará
la sentencia interlocutoria de apertura de juicio oral mientras no se resuelva el conflicto
(artículo 74, inciso 2°, del COT).

El territorio jurisdiccional de los Juzgados de Garantía se encuentra señalado en


el artículo 16 del COT.

Si el Ministerio Público, en uso de sus facultades, decide investigar en forma


conjunta hechos constitutivos de delito en los cuales correspondiere intervenir a más de
un Juez de Garantía, continuará conociendo de las gestiones relativas a dichos
procedimientos el Juez de Garantía del lugar de comisión del primero de los hechos
investigados. En dicho evento, el Ministerio Público comunicará su decisión en cada uno
de los procedimientos que se seguirán en forma conjunta, para lo cual solicitará la
citación a una audiencia judicial de todos los intervinientes en ellos. El o los Jueces de
Garantía inhibidos harán llegar copias de los registros que obraren en su poder al Juez de
Garantía a la sazón competente (artículo 159 del COT).

Tribunal de Juicio Oral en lo Penal.

La regla general es plenamente aplicable, por lo tanto es relativamente competente


para conocer de un crimen o simple delito el tribunal oral en cuyo territorio jurisdiccional
se cometió el hecho punible.

61
Artículos 157 incisos 2° y 4° del COT; 70 y 72 del CPP.

151
152

El territorio jurisdiccional de los tribunales orales se encuentra señalado en el


artículo 21 del COT.

De otro lado, la ley contempla la preclusión de los conflictos de competencia


relativa, lo que sucede transcurridos que sean tres días desde la notificación de la
resolución que fija fecha para la realización de la audiencia del juicio oral (artículo 74,
inciso 1°, del COT).

21.3.2.- Delitos cometidos fuera del territorio de la República.

Excepcionalmente pueden juzgarse en Chile, delitos cometidos en el extranjero.


Son aquéllos que indica el artículo 6° del COT y conforme lo indica el artículo 167 del
mismo cuerpo legal de esos delitos deben conocer – de acuerdo a sus respectivas
competencias - los jueces de garantía y tribunales “orales” en lo penal de la jurisdicción
de la Corte de Apelaciones de Santiago, conforme al turno que esta fije a través de un
autoacordado.

Al efecto debe tenerse presente el artículo 55 letra g) del COT que fija el territorio
jurisdiccional de la Corte de Apelaciones de Santiago, incluyendo a las provincias de
Chacabuco y Santiago, con exclusión de las comunas de Lo Espejo, San Miguel, San
Joaquín, La Cisterna, San Ramón, La Granja, El Bosque, La Pintana y Pedro Aguirre
Cerda, que corresponde a la Corte de San Miguel.

21.3.3.- Competencia civil de los tribunales criminales.

Considerando que los tribunales pueden clasificarse según la materia de que ellos
conozcan en civiles y penales, lógico es también que cada uno conozca de los asuntos que
le son propios. Sin embargo, es posible que un tribunal penal llegue a conocer de
materias civiles que naturalmente no le corresponden, y que en general se refieren a la
acción civil que puede nacer de un ilícito penal, o con las llamadas cuestiones
prejudiciales civiles.

Al respecto debemos tener presente que la acción civil que eventualmente puede
derivar de un delito penal puede ser: a) Restitutoria; o b) Indemnizatoria. La

152
153

“restitutoria” a su vez, puede ser a.1) Meramente restitutoria, o a.2) Reparatoria. La


primera, es la que pretende solamente la restitución o devolución de la cosa objeto del
delito; la segunda en cambio, persigue obtener “el valor” de la cosa, cuando no es posible
su devolución en especie.

La “acción indemnizatoria” por su lado, es la que persigue el resarcimiento de los


demás daños y perjuicios causados con el delito.

Precisado lo anterior, debemos tener presente que esta materia se regula – entre
otros – en los artículos 59 y siguientes del CPP y 171 del COT, otorgando las siguientes
reglas:

1°.- Conforme al 171 inciso 1º del COT y 59 inciso 1º del CPP la acción civil que
tiene por objeto únicamente la restitución de la cosa materia del delito debe
interponerse siempre ante el tribunal que conozca de las gestiones relacionadas con el
respectivo procedimiento penal, de conformidad a lo previsto en el artículo 189 del CPP.

En el contexto del procedimiento ordinario, la ley señala que las reclamaciones o


tercerías que los intervinientes o terceros entablaren durante la investigación con el fin de
obtener la restitución de objetos recogidos o incautados se tramitarán ante el Juez de
Garantía. La resolución que recayere en el artículo así tramitado se limitará a declarar el
derecho del reclamante sobre dichos objetos, pero no se efectuará la devolución de éstos
sino hasta después de concluido el procedimiento, a menos que el tribunal considerare
innecesaria su conservación. Esto último no se extenderá a las cosas hurtadas, robadas o
estafadas, las cuales se entregarán al dueño en cualquier estado del procedimiento, una
vez comprobado su dominio por cualquier medio y establecido su valor (artículo 189 del
CPP).

En el procedimiento simplificado sólo procede la interposición de la demanda


civil que tiene por objeto la restitución de la cosa o su valor (artículo 393 inciso 3° del
CPP).

En el procedimiento abreviado la sentencia no se pronunciará sobre la demanda


civil que hubiere sido interpuesta (artículos 412, inciso final, y 68 del CPP).

153
154

2°.- La acción que tiene por objeto perseguir las responsabilidades civiles
derivadas del hecho punible. En este caso sólo es competente el tribunal de juicio oral
en lo penal cuando la deduce la víctima respecto del acusado.62

Las demás acciones civiles deducidas por la víctima en contra de otras personas,
por ejemplo el tercero civilmente responsable, o por afectados distintos a la víctima deben
plantearse ante el tribunal civil correspondiente.63

3°.- Será competente para conocer de la ejecución de la decisión civil de las


sentencias definitivas dictadas por los jueces penales el tribunal civil competente de
acuerdo a las reglas generales (artículo 171, inciso final, del COT).

De otro lado, en el cumplimiento de la decisión civil de la sentencia regirán las


disposiciones sobre ejecución de las resoluciones judiciales que establece el CPC.

21.3.4.- Cuestiones prejudiciales civiles.

Son aquéllas que se refieren a un hecho de carácter civil que es uno de los
elementos que la ley penal estima para definir el delito que se persigue o para agravar o
disminuir la pena; o bien para no estimar culpable al autor.

La regla general en materia de cuestiones prejudiciales civiles, es que sean de


competencia del tribunal con competencia en lo criminal (artículo 173, inciso 1°, del
COT).

Excepciones:64

1°.- Las cuestiones que versen sobre la validez del matrimonio.

2°.- Las cuestiones sobre cuentas fiscales.

62
Artículos 171 inciso 2° del COT y 59 inciso 2° del CPP. En cuanto al concepto de víctima ver artículo 108
CPP.
63
Artículos 171 inciso 3° del COT y 59 inciso final del CPP.
64
Artículos 173, incisos 2° y 3°, y 174 del COT.

154
155

3°.- Las cuestiones sobre estado civil cuya resolución deba servir de antecedente
necesario para el fallo de la acción penal persecutoria de los delitos de usurpación,
ocultación o supresión de estado civil.

En los tres casos que preceden será competente el tribunal que la ley señale, vale
decir el tribunal civil correspondiente o la Contraloría General de la República, de
acuerdo a lo señalado en el artículo 117 de la Ley Orgánica de ese servicio, en los juicios
de cuentas fiscales.

4°.- El conocimiento de las excepciones de carácter civil que se oponen a la acción


penal, que se refieren al dominio o a otro derecho real sobre inmuebles, son de
competencia de los tribunales en lo civil. Si tales excepciones aparecen revestidas de
fundamente plausible y de su aceptación, por la sentencia que sobre ellas recaiga hubiere
de desaparecer el delito se puede suspender el juicio criminal.

22.- Reglas del turno y de la distribución de causas.

Estas disposiciones tratan de solucionar el problema que se plantea cuando en


una comuna o agrupación de comunas existen varios jueces de la misma jerarquía y de la
misma competencia. Frente a esa posibilidad el legislador recurre a las reglas del turno y
a las de distribución de causas.

En efecto, puede acontecer que aplicando las reglas de la competencia absoluta y


la competencia relativa, se llegue a determinar que debe conocer de un asunto civil el
Juez de Letras de una comuna y en ella existan dos o más jueces de la misma jerarquía y
de la misma competencia.

El problema radica en saber cuál de los jueces debe conocer del juicio. Para
determinarlo debemos hacer una serie de distinciones.

22.1.- Si en el lugar de que se trata no hay Corte de Apelaciones.

155
156

En este caso los asuntos civiles contenciosos y los no contenciosos los conoce
el juez de turno en lo civil, salvo que la ley hubiere cometido a uno de ellos el
conocimiento de determinadas especies de causas (artículo 175 del COT).

Este turno se ejerce "por semanas" y comienza a desempeñarlo el tribunal "más


antiguo", le siguen los demás según el orden de antigüedad. El turno comienza a las 24
horas del día domingo (en realidad, 0:01 del día Lunes) en cada semana.

Durante el turno cada tribunal deberá conocer de todos los asuntos que se
promuevan durante ese período y seguirá conociendo de ellos hasta su conclusión.

Lo anterior no es aplicable a los asuntos penales, pues los Juzgados de Garantía


ni a los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal se regirán por las normas especiales que los
regulan, conforme a las cuales las causas se distribuyen entre sus respectivas salas,
conforme al procedimiento general y objetivo, aprobado por el Comité de Jueces, a
propuesta del juez Presidente.

22.2.- Si en el lugar de que se trata hay Corte de Apelaciones.

En esta hipótesis debemos subdistinguir (artículo 176 del COT):

a.- En los asuntos civiles contenciosos.

En cuyo caso las causas se distribuirán entre los distintos juzgados que existen
por el Presidente de la Corte respectiva, previa "Cuenta" dada por el Secretario y
asignando a cada una "un número de orden" según su naturaleza y de lo cual se deja
constancia al efecto y que no puede ser examinado sin orden del tribunal.

A este mecanismo de designación de tribunal se denomina “Distribución de


Causas”.

Será menester que se presente en la Secretaría de la Corte toda demanda o gestión


judicial que deba conocer alguno de los jueces letrados.

Excepciones. No es necesaria la distribución y serán de competencia del juez que


hubiere sido designado anteriormente (artículo 178 del COT):

 las demandas en Juicios que se hayan iniciado por medidas prejudiciales,

156
157

 medidas preparatorias de la vía ejecutiva o mediante la notificación previa,


ordenada por el artículo 758 del CPC;

 todas las gestiones que se susciten con motivo de un juicio ya iniciado, y

 aquéllas a que dé lugar el cumplimiento de una sentencia, fuera del caso previsto
en la parte final del artículo 114 del COT.

 Tampoco es necesaria la distribución cuando los tribunales ejercen las facultades


para dar cumplimiento a resoluciones o decretos de otros tribunales. En estos
casos conoce el juez de turno. Además existen normas especiales en el territorio
jurisdiccional de la Corte de Apelaciones de Santiago (artículo 179 del COT).

b.- En los asuntos civiles no contenciosos.

Las solicitudes deben presentarse al Juez de Turno.65

No obstante lo señalado por la ley, en la práctica en la mayoría de las Cortes de


Apelaciones de nuestro país se ha implementado un sistema de distribución a través de la
informática que implica presentar toda gestión voluntaria a la Corte para su distribución
al tribunal de turno y asignación de rol de ingreso.

23.- La Prórroga de competencia.

Teniendo a la vista el artículo 181 del COT se acostumbra definir esta institución
procesal diciendo que es “el acto por el cual las partes litigantes, en forma expresa o
tácita, le otorgan competencia a un tribunal para conocer de un determinado
asunto judicial, en circunstancias de que naturalmente no la tiene.

65
Artículo 179 inciso 1° del COT.

157
158

Esta prórroga se da únicamente respecto de la competencia relativa, que está


determinada por el factor territorio. Los elementos de la competencia absoluta tienen el
carácter de orden público y son, por ende, irrenunciables. Las partes no pueden
alterarlos.

El tribunal a quien se vaya a prorrogar la competencia, debe ser absolutamente


competente y relativamente incompetente en razón del territorio.

23.1.- Personas facultadas para prorrogar la competencia relativa.

Pueden prorrogar la competencia todas las personas que según la ley son hábiles
para comparecer en juicio por sí mismas, y por las que no son hábiles pueden prorrogar
sus representantes legales (artículo 184 del COT).

Como veremos más adelante, son hábiles aquellas personas que disponen de
capacidad de ejercicio e inhábiles aquellos que, excepcionalmente, la ley declara tales.

23.2.- Requisitos para que opere la prórroga.

Para que se verifique válidamente la prórroga de competencia, deben cumplirse


una serie de requisitos copulativos, ellos son:

1.- Debe mediar un acuerdo de voluntades entre las partes en orden a atribuirle
competencia a un tribunal para que conozca de un determinado asunto, el cual sin este
acuerdo carecería legalmente de atribuciones para intervenir en él. Este convenio puede
ser expreso o tácito (artículo 181 del COT).

Se prorroga expresamente la competencia cuando en el contrato mismo o en un


acto posterior han convenido en ello las partes, designando con toda precisión el juez a
quien se someten (artículo 186 del COT).

Se prorroga tácitamente la competencia, respecto del demandante por el hecho


de ocurrir ante el juez interponiendo su demanda, y respecto del demandado, por hacer,
después de personado en el juicio, cualquiera gestión que no sea la de reclamar la
incompetencia del juez (artículo 187 del COT).

158
159

En esta segunda hipótesis ¿qué ocurre si el juicio se ha seguido en rebeldía del


demandado? ¿Opera la prórroga? La jurisprudencia de nuestros tribunales no ha sido
unánime.
2.- Debe tratarse de un asunto contencioso civil (artículo 182 del COT). En
consecuencia, no procede la prórroga en los asuntos criminales, ni en los negocios
voluntarios.
Sin embargo, en materia penal, tratándose del tribunal oral el artículo 74 inciso 1°
del CPP, al consagrar la institución de la preclusión de los conflictos de competencia
relativa reconoce una especie de prórroga tácita.
3.- La prórroga opera sólo si se trata de tribunales de primera instancia. Por
ende, no procede la prórroga de competencia entre tribunales de segunda instancia
(artículos 182 y 110 del COT).
4.- Sólo procede respecto de tribunales ordinarios de igual jerarquía,
incompetentes sólo por el factor territorio.

23.3.- Efectos de la prórroga de competencia.

En primer lugar debemos señalar que la prórroga de competencia sólo surte


efectos entre las personas que han concurrido a otorgarla, más no respecto de otras
personas como los fiadores o codeudores (artículo 185 del COT).

Se trata de la aplicación del principio general en cuya virtud una persona sólo se
obliga para con otra mediante un acto o declaración de voluntad.

En consecuencia, el efecto relativo que produce la prórroga es el de hacer


competente (otorga competencia relativa) a un tribunal que no lo era naturalmente, pues
la ley había entregado el conocimiento de ese conflicto a otro de igual jerarquía, haciendo
primar, de este modo, el acuerdo expreso o tácito de las partes sobre el particular.

23.4.- Formas de impedir la prórroga cuando no se ajusta a derecho.

159
160

Las partes evitarán la prórroga de la competencia cuando el tribunal sea


absolutamente incompetente, formulando el correspondiente incidente de incompetencia
absoluta y nulidad de todo lo obrado, lo que podrán hacer en cualquier estado del juicio,
por tratarse de un vicio que anula el proceso (artículo 84, inciso 3°, del CPC). El
demandado evitará también la prórroga de la competencia formulando el respectivo
incidente de incompetencia relativa, como excepción dilatoria previa a la contestación. 66

24.- Los Conflictos de Competencia.

Una vez aplicadas las reglas de competencia absoluta y relativa, y las reglas del
turno o distribución de causas en su caso, debiéramos tener determinado qué tribunal -
dentro de cierta jerarquía – es el llamado a conocer de un asunto específico. Sin embargo,
puede suceder que ese tribunal o las partes estimen que carece de competencia para
conocer de dicho negocio. Cuando ello sucede se plantea un “conflicto” de competencia,
que tomará el nombre de “cuestión de competencia” si es planteado por las partes y se
llamará “contienda de competencia” cuando es planteado por los propios tribunales.
24.1.- La cuestión de competencia.

Es el incidente promovido por las partes acerca de la falta de atribución del


tribunal requerido para conocer de un determinado asunto judicial.

Se rigen fundamentalmente por el CPC y se pueden reclamar de dos maneras


(artículo 193 del COT):

a) Por declinatoria. Es aquella cuestión de competencia que la parte plantea ante


el tribunal a quien se cree incompetente para conocer de un negocio que le está sometido,
indicándole cuál es el que se estima competente, pidiéndole se abstenga de dicho
conocimiento (artículo 111 del CPC); y

b) Por inhibitoria. Es aquella cuestión de competencia que se intenta ante el


tribunal a quien se cree competente, pidiéndole que se dirija al que está conociendo del
negocio para que se inhiba y le remita los antecedentes (artículo 102, inciso 1°, del CPC).

66
Artículos 303 N° 1 y 305 del CPC.

160
161

Los que optan por una de estas vías no pueden posteriormente abandonarlas ni
tampoco ocurrir al otro medio. No pueden tampoco usarse estos medios en forma
simultánea ni sucesiva (artículo 101, inciso 2°, del CPC).

La cuestión de competencia por inhibitoria tiene una tramitación especial


señalada por la ley procesal civil; y la cuestión de competencia por declinatoria se sujeta a
las reglas establecidas para los incidentes en general.

Mientras se halle pendiente el incidente de competencia, se suspenderá el curso de


la causa principal; pero el tribunal que esté conociendo de ella podrá librar aquellas
providencias que tengan el carácter de urgentes (artículo 112, inciso 1°, del CPC).

La apelación de la resolución que desecha la declinatoria se concederá en el sólo


efecto devolutivo (artículo 112, inciso 2°, del CPC).

Tramitación especial de la inhibitoria.

Comienza el incidente con la solicitud de la parte, presentada ante el tribunal a


quien estima competente pidiéndole que se dirija al que está conociendo del negocio para
que se inhiba y remita los antecedentes. Junto a la solicitud la parte acompañará los
documentos que acrediten su posición o solicitará los testimonios correspondientes
(artículo 102 del CPC).

El tribunal (que se estima competente) se pronunciará, por regla general, con el


sólo mérito de lo expuesto por la parte requirente y de los documentos presentados, en su
caso. Excepcionalmente, si el tribunal lo estima necesario, puede de oficio mandar
agregar documentos. El tribunal puede acceder o denegar la solicitud (artículo 103 del
CPC).

Si el tribunal accede debe dirigir la correspondiente comunicación al que está


conociendo el negocio, con inserción de la solicitud y los documentos que fundan su
competencia (artículo 104 del CPC).

Recibida la comunicación, el tribunal requerido oirá a la parte que ante él litigue, y


con lo que ella exponga y el mérito que arrojen los documentos que presente o que el

161
162

tribunal mande agregar de oficio, accederá a la inhibición o negará lugar a ella (artículo
105 del CPC).

Si el tribunal requerido accede a la inhibición y esta sentencia queda ejecutoriada,


remitirá los antecedentes al requirente. Si la deniega, se pondrá lo resuelto en
conocimiento del otro tribunal, y cada uno, con citación de la parte que gestione ante él,
remitirá los autos al tribunal a quien corresponda resolver la contienda (artículo 106 del
CPC).

Denegada la solicitud por el tribunal requerido la tramitación de la causa


continuará después de notificada dicha resolución, sin perjuicio de que esas gestiones
queden sin valor si el tribunal correspondiente declara que el que está conociendo del
juicio es incompetente para ello (artículo 112, inciso final, del CPC).

Sólo son apelables la resolución que niega lugar a la solicitud de inhibición a que
se refiere el artículo 102 del CPC (efectuada por el tribunal que la parte estima
competente) y la que pronuncia el tribunal requerido accediendo la inhibición (artículo
107 del CPC). Tales apelaciones se elevarán ante el tribunal que deba conocer de la
contienda de competencia; pero cuando los tribunales dependan de diversos superiores,
iguales en jerarquía, conocerá de la apelación el superior del tribunal que haya dictado la
sentencia apelada (artículo 108 del CPC).

El superior que conozca de la apelación o que resuelva la contienda de


competencia declarará cuál de los tribunales inferiores es competente o que ninguno de
ellos lo es. Para pronunciar resolución, citará a uno y otro litigante, pudiendo pedir los
informes que estime necesarios, y aun recibir a prueba el incidente. Si los tribunales de
cuya competencia se trate ejercen jurisdicción de diferente clase, se oirá también al
Ministerio Público Judicial (artículo 109 del CPC).

Expedida la resolución, el mismo tribunal que la dictó remitirá los autos que ante
él obren al tribunal declarado competente, para que este comience o siga conociendo del
negocio, y comunicará lo resuelto al otro tribunal (artículo 110 del CPC).

24.2.- La contienda de competencia.

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163

Es aquél conflicto suscitado entre dos o más tribunales, o entre dos o más
autoridades políticas o administrativas relacionadas con su competencia para el
conocimiento de un determinado asunto.

Esta contienda de competencia puede revestir dos formas, sea que se consideren
competentes o incompetentes para conocer de esa gestión o asunto.

Tiene un sentido positivo, cuando ambos tribunales se estiman competentes


para conocer el negocio que se trate. Tiene un sentido negativo cuando ambos
tribunales se estiman incompetentes para conocer una determinada gestión.

Estas Contiendas de Competencia son de diversas clases y pueden producirse


entre: Tribunales ordinarios; Tribunales ordinarios y Tribunales especiales; entre
Tribunales especiales; entre Tribunales de Justicia y las Autoridades Políticas o
Administrativas; entre Tribunales arbitrales entre sí; y entre Tribunales arbitrales y
Tribunales ordinarios o especiales.

Cualquiera sea el órgano competente para conocer de la contienda, éstas serán


falladas en única instancia (artículo 192 del COT).

24.3.- Órgano o institución que dirime estas contiendas.

Para determinar el órgano o institución que conocerá y dirimirá las contiendas de


competencia debemos distinguir entre quienes se suscita el conflicto:

1°).- Si se trata de Tribunales Ordinarios, hay que distinguir si son de igual o


distinta jerarquía.

Si son de igual jerarquía, es competente para dirimir esta contienda el tribunal


que sea superior común de los que están en conflicto (artículo 190, inciso 1°, del COT). Si
estos tribunales tienen un superior diferente, es juez competente para dirimir la
contienda el juez superior del que previno en el conocimiento del asunto (artículo 190,
inciso 3°, del COT).

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164

Si se trata de tribunales de diversa jerarquía, es tribunal competente para dirimir


la contienda el superior de aquél que tenga la jerarquía más alta (artículo 190, inciso 2°,
del COT).

2°).- Entre tribunales ordinarios y especiales o entre tribunales especiales,


debemos distinguir (artículo 191 del COT):

Si dependen de una misma Corte de Apelaciones es competente ésta.

Si dependen de distintas Cortes de Apelaciones resolverá la contienda la que sea


superior jerárquico del tribunal que haya prevenido en el conocimiento del asunto.

Si no pudieren aplicarse las reglas anteriores resolverá la contienda la Corte


Suprema.

3°).- Entre autoridades políticas o administrativas y tribunales inferiores de


justicia, en cuyo caso resuelve la contienda el Tribunal Constitucional.67

4°).- Entre autoridades políticas o administrativas y Tribunales Superiores de


Justicia es competente para conocer de esta contienda el Senado.68

5°).- Entre árbitros. Para estos efectos los árbitros de cualquier clase o categoría
tienen como superior jerárquico la Corte de Apelaciones respectiva y será ésta quién deba
resolver la contienda que se promueva entre ellos (artículo 190, inciso final, del COT).

6°.- Entre tribunales ordinarios y tribunales arbitrales y entre éstos y


tribunales especiales hay que considerar para la resolución del conflicto que el superior
jerárquico del árbitro es la Corte de Apelaciones respectiva, y que en consecuencia si se
suscita una contienda entre un tribunal ordinario y un arbitral deberán aplicarse las
reglas generales.

25.- Las inhabilidades de los Jueces. Incompetencia personal.

25.1.- Concepto.

67
Artículos 93 Nº 12 de la CPR; 96 N° 1 y 191 inciso final del COT.
68
Artículos 191 inciso final del COT y 53 N° 3 de la CPR.

164
165

Son causas legales que, una vez constatadas y declaradas, hacen que un Juez con
competencia suficiente para conocer de un determinado negocio judicial deje de tenerla,
en razón de carecer de la imparcialidad necesaria para intervenir en él.
Las implicancias y recusaciones han sido establecidas por el legislador con el
objeto de mantener entre las partes litigantes una perfecta y completa igualdad frente al
Juez llamado a juzgarlas. Si el Juez no mantiene esta igualdad, significa que carece de la
correspondiente y necesaria imparcialidad; esto es, en sus decisiones se inclina a favor de
una parte y en desmedro de la otra, por razones ajenas a las disposiciones legales
llamadas a resolver el conflicto jurídico ante él planteado.
También se afirma que existen razones de decoro y de prestigio para la
magistratura que aconsejan separar a ese Juez del conocimiento de un asunto judicial, a
pesar de ser absoluta y relativamente competente.
La ley no desea que ese Juez carente de imparcialidad conozca de un determinado
asunto judicial, y la manera de obtener esta finalidad es haciéndolo perder su
competencia para conocer de dicho asunto por causal de implicancia o recusación
declaradas (artículo 194 del COT).
Pero como la administración de justicia no puede paralizarse, declarada la
incompetencia por implicancia o recusación legalmente comprobadas, y como éstas sólo
afectan a la persona del Juez, más no al órgano jurisdiccional llamado a conocer del
asunto (principio de continuidad del servicio), se produce el reemplazo de ese Juez por
otro a quien no le afecten estas causales de inhabilidad; reemplazo que se efectúa de
acuerdo a las reglas de subrogación e integración; que son el complemento indispensable
de las normas de implicancia y de recusación.

25.2.- La imparcialidad como derecho fundamental componente del debido


proceso.
En el ámbito procesal es derecho de toda persona ser juzgada por un tribunal
previamente establecido por la ley, independiente e imparcial, dentro del contexto de un
debido proceso.69
De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española la imparcialidad es la falta de
designio anticipado o de prevención a favor o en contra de alguien o algo, que permite
juzgar o proceder con rectitud.
69
Artículos 10 de la DUDH; 14.1 del PIDCP; 8.1. de la CADH; 5 inciso 2° y 19 N° 3 inciso 5° de la CPR; y
1 del CPP.

165
166

De la misma fuente (significado 5) se entiende por parcialidad el designio


anticipado o prevención a favor o en contra de alguien, que da como resultado la falta de
neutralidad o insegura rectitud en el modo de juzgar o de proceder.
Tradicionalmente se ha sostenido en el ámbito jurídico que juez imparcial es aquel
que no tiene interés en los resultados del juicio, independiente de las partes, que no se ve
constreñido por ningún tipo de consideraciones a favorecer a una en desmedro de la otra.
Además, se requiere que el tribunal no albergue ningún tipo de prejuicio en
cuanto al fondo del asunto sometido a su decisión. Existe prejuzgamiento cuando un
juez es llamado a juzgar nuevamente acerca de un asunto, sobre la cual ya haya juzgado.
El profesor Alberto BINDER comenta que, con relación a las causales de
inhabilidad, existen dos sistemas que hoy son adoptados indistintamente por los
diferentes códigos procesales. Por una parte, los sistemas llamados de numerus clausus o
sistemas cerrados, que enumeran taxativamente los casos en los que el juez puede
excusarse. Por otra parte, existen sistemas abiertos, donde no hay una enumeración
precisa y cerrada de los casos que generan este impedimento, sino que se establece una
única causal que recibe el nombre genérico de “temor de parcialidad”. Existen también
sistemas mixtos que incluyen una enumeración – que pasa de ser taxativa a
ejemplificativa, y que responde a los casos más comunes de parcialidad de acuerdo con
la tradición histórica (amistad, interés, enemistad manifiesta, etc.) – pero, por otra parte,
deja abierta la posibilidad de alegar en forma genérica el temor de parcialidad. 70
Agrega que modernamente se tiende a abrir los sistemas, puesto que los de
numerus clausus resultan muy estrechos. En lo que respecta a la prueba de la causal,
señala que el temor de parcialidad debe ser justificado con pruebas, no basta con su
simple alegación.
Si nuestro análisis se reduce al COT, no podemos sino concluir que nuestro
tradicional sistema de inhabilidades es cerrado, con una enumeración taxativa de
causales de implicancia y recusación.
Sobre el particular y en el contexto del nuevo proceso penal el profesor Julián
LOPEZ ha dicho que “tradicionalmente el derecho a un juez imparcial había sido
estudiado en relación con los instrumentos procesales que tenían por objeto impedir que
un juez comprometido de alguna manera con las partes o el conflicto pudiera conocer
válidamente de ella. En nuestro medio esto se traducía en el estudio de las implicancias y
recusaciones”. Propone ampliar el nivel de análisis a la luz del derecho a un juez
70
En “Introducción al Derecho Procesal Penal”, página 320.

166
167

imparcial y las desviaciones del principio acusatorio, que determinan la división de las
funciones de investigar y decidir, acusar y decidir.
Consideramos que el principio de imparcialidad y el derecho de los litigantes a la
imparcialidad del tribunal, deben ser analizados desde la perspectiva de sus titulares y no
sólo de los órganos obligados a su respeto y vigencia.
Para determinar el contenido del principio y derecho en análisis, se distingue entre
la imparcialidad objetiva y la imparcialidad subjetiva.
La imparcialidad subjetiva garantiza que el juez no ha mantenido relaciones
indebidas con las partes.
La imparcialidad objetiva, por su parte, se refiere al objeto del proceso y
mediante ella se asegura que el juez o el tribunal no ha tenido un contacto previo con el
“thema decidendi” y, por tanto, que se acerca al objeto del mismo sin prevenciones en su
ánimo. Supone la ausencia de un contacto permanente y continuado con el acervo
probatorio o la emisión anticipada de un veredicto de culpabilidad, o de un juicio de
imputación.
También se ha señalado, para los tribunales colegiados, que la garantía de
imparcialidad del juzgador ha de vincularse necesariamente a la intervención del mismo
en la causa, con independencia de la influencia que su voto pueda tener en el resultado
final de la votación, ya que es precisamente la participación en el conocimiento,
deliberación y votación del litigio de aquél en quien concurra o pueda concurrir alguna de
las causales de inhabilidad legal lo que se intenta salvaguardar a través de aquella
garantía, todo ello con total independencia de su eventual influencia en la deliberación de
la resolución de que se trata.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha resuelto que la imparcialidad del
juez tiene un aspecto subjetivo que trata de averiguar la convicción personal de un juez
determinado en un caso concreto y un aspecto objetivo que se refiere a si éste ofrece las
garantías suficientes para excluir cualquier duda razonable al respecto. Sobre la base de
esta distinción, el tribunal considera que el evento de acumulación de funciones
instructora y juzgadora por un mismo juez dice relación con el aspecto objetivo, en el que
hasta las apariencias son importantes, porque lo que está en juego es la confianza que los
tribunales deben inspirar a los ciudadanos en una sociedad democrática.
Esta doctrina fue luego adoptada por el Tribunal Constitucional Español en
sentencia 145/1988, de 12 de julio de 1988.

167
168

25.3.- Clasificación de las inhabilidades.


a).- Según si requieren o no de expresión de causa legal, las inhabilidades pueden
ser motivadas y perentorias. Ejemplo de las primeras son las inhabilidades hechas
valer contra un Juez Letrado; y de las segundas, las hechas valer en contra de un
abogado integrante (artículo 198, inciso 2°, del COT) o en contra de un receptor (artículo
489 del COT).
b).- Según si la inhabilidad es renunciable o no, se clasifican precisamente en
renunciables e irrenunciables. Son renunciables, por ejemplo, las causales de
recusación hechas valer en contra de un Juez.- Son irrenunciables en cambio, las
causales de implicancia.
c).- Según si el fallo que las acoge es o no susceptible de apelación, las
inhabilidades se clasifican en apelables e inapelables. Ejemplo de las primeras, la
implicancia rechazada por el Juez ante quien se hizo valer; y de las segundas, esa misma
implicancia en caso de que el Juez la acepte (artículo 205, inciso 1°, del COT).
d).- Según si la inhabilidad debe declararse de oficio o no, se clasifican en
declarables de oficio y declarables a petición de parte. Las causales de implicancia
deben ser declaradas de oficio por el juez, en tanto las causales de recusación deben ser
pedidas por la parte.
e).- Según las causales que las motivan, se dividen en implicancias y
recusaciones.
Las causales constitutivas de implicancia describen situaciones de mayor
gravedad, esto es, que afectan con mayor intensidad la imparcialidad del tribunal, por
ello si un Juez legalmente implicado falla un juicio civil o penal a sabiendas comete delito
de prevaricación (artículo 224 N° 7 del CP).
En el mismo orden de ideas, todo Juez que se considere afectado por una causal
de implicancia puede y debe declararse de oficio inhabilitado para continuar conociendo
del negocio; en cambio, el Juez que se considera afectado por una causal de recusación
puede declararse inhabilitado. Hace excepción a esta última regla, en el sentido que
requieren de solicitud previa de parte, la inhabilidad de los Jueces de la Corte Suprema y
de las Cortes de Apelaciones, fundada en cualquiera de las causales de recusación y la de
los demás Jueces producida por el hecho de ser parte o tener interés en el pleito una
sociedad anónima de que éstos sean accionistas, sin perjuicio en uno y otro caso de que
se haga constar en el proceso la existencia de la causal (artículos 199 y 200 del COT).

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La implicancia puede provocarse por cualquier litigante, en cualquier momento,


sin que pueda renunciarse, y en caso de ser admitida, anula todo lo obrado por el Juez
implicado; la recusación, en cambio, sólo la puede hacer valer la parte litigante en cuyo
favor la ha establecido el legislador (artículo 200, inciso 2°, del COT), tan pronto llegue a
su conocimiento, y, en caso de ser acogida, sólo produce efectos para lo futuro.

25.4.- Funcionarios que pueden ser inhabilitados.


En primer lugar los jueces de los tribunales unipersonales, también pueden serlo
los jueces de los tribunales colegiados inferiores (Tribunales Orales en lo Penal), los
Ministros de Cortes de Apelaciones y de la Corte Suprema, los abogados integrantes de
las Cortes, los funcionarios auxiliares de la administración de justicia (artículos 483 a
491 del COT), los jueces Árbitros (artículo 243 del COT) y los peritos, salvo en las causas
penales (artículos 113, inciso 2°, del CPC y 318 del CPP).

25.5.- Estudio particular de las causales de inhabilidad.

25.5.1.- Causales de implicancia.


Se encuentran enumeradas en el artículo 195 del COT y son las que siguen:
1° Ser el Juez parte en el pleito o tener en él interés personal, salvo lo
dispuesto en el N° 18 del artículo 196 del COT.
Esta primera causal se funda en el principio universal de justicia que nadie puede
ser juez y parte a la vez en un conflicto jurídico. Contempla dos aspectos subjetivos: ser el
Juez parte en el juicio o tener en él interés personal.
La calidad de parte se determina de acuerdo a los principios generales del derecho
procesal; y el interés, o sea, el posible beneficio que el Juez va a obtener del pleito que
está conociendo debe ser personal y no de un tercero.
El N° 18 del artículo 196 del COT se refiere a un interés más remoto y por ello
menos intenso, y que consiste en ser parte o tener interés en el pleito una sociedad
anónima de la cual el Juez es socio.
2° Ser el Juez consorte o pariente consanguíneo legítimo en cualquiera de
los grados de la línea recta y en la colateral hasta el segundo grado inclusive, o

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170

ser padre o hijo natural71 o adoptivo de alguna de las partes o de sus


representantes legales.
Esta causal se funda en la natural afección que el Juez experimentará por las
personas que se señalan y que, evidentemente, lo hará perder la debida imparcialidad
para dictar con acierto las resoluciones respectivas. La ley habla de consorte como
sinónimo de cónyuge, y la vinculación del Juez debe ser con la parte misma o con sus
representantes legales.
3° Ser el Juez tutor o curador, o ser albacea de alguna sucesión, o síndico
de alguna quiebra, o administrador de algún establecimiento, o representante de
una persona jurídica que figure como parte en el juicio.
Esta causal tiene un doble fundamento. Por un lado, el hecho de desempeñar el
Juez alguno de los cargos antes señalados le atribuye, en cierto sentido, calidad de Juez y
parte; y, por otro lado, este mismo hecho hace temer que el Juez se incline a favor de la
parte cuyos intereses legalmente representa.
4° Ser el Juez ascendiente o descendiente legítimo, padre o hijo natural o
adoptivo del abogado de alguna de las partes.
En este caso se teme que el Juez se vea influenciado por la tesis o defensa que
sustente aquel abogado en el pleito, al cual se halla ligado por estrechos vínculos de
sangre o de familia.
No se alude aquí al cónyuge abogado, mandatario o apoderado.
5° Haber sido el Juez abogado o apoderado de alguna de las partes en la
causa actualmente sometida a su conocimiento.
Evidentemente quien ha defendido una causa o ha representado en ella a alguna
de las partes se ve fuertemente influenciado por el sentido de la tesis de esa parte que le
afecta su condición de imparcialidad.
6° Tener el Juez, su consorte, ascendientes o descendientes legítimos,
padres o hijos naturales o adoptivos, causa pendiente en que deba fallar como
Juez alguna de las partes.

71
En lo sucesivo observaremos en varias de las causales de inhabilidad que el COT continúa utilizando la
nomenclatura de hijos y padres legítimos, naturales e ilegítimos, no obstante haber sido suprimidas por la Ley
N° 19.585, texto que en su artículo 8° delegó en el Presidente de la República la facultad de realizar las
modificaciones formales que sean necesarias, sin alterar el sentido de la ley, en los textos legales no
modificados expresamente. Respecto del parentesco ver, además, los artículos 28, 180 y 181 del CC.

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Se pretende evitar que el Juez se incline a favor de aquella parte, la cual a su vez,
es Juez en otra causa, en la que es parte el Juez primitivo o alguna persona
estrechamente vinculada a él, eliminándose de este modo posibles componendas o
reciprocidades entre los magistrados.
7° Tener el Juez, su consorte, ascendientes o descendientes legítimos,
padres o hijos naturales o adoptivos, causa pendiente en que se ventile la misma
cuestión que el Juez debe fallar.
Se busca con ella evitar que el Juez falle la causa sometida a su conocimiento
teniendo en vista el precedente que con su sentencia pueda establecer, a objeto de
hacerla valer en el pleito de que es parte o lo son sus parientes cercanos.
8° Haber el Juez manifestado su dictamen sobre la cuestión pendiente con
conocimiento de los antecedentes necesarios para pronunciar sentencia.
Manifestar dictamen significa que el Juez expresa opinión y juicio ya formado
sobre el asunto sometido a su decisión.
Se ha sostenido que dicha opinión o juicio puede manifestarse de cualquier
manera, en forma verbal o por escrito, en una resolución judicial o en otro acto que no la
constituya, ello en razón que la ley no hace ningún distingo sobre el particular; pero
tendrá, naturalmente, que haberse expresado en términos tales que pueda probarse en
forma indubitada.
Ejemplos típicos de esta causal son aquellos en que el Juez dicta sentencia y,
posteriormente, es anulada vía casación en la forma o recurso de nulidad en materia
penal; o en que un Juez dicta sentencia de primera instancia, la que es apelada, y dicho
Juez pasa a formar parte del tribunal de apelación.
9° Ser el Juez, su consorte, o alguno de sus ascendientes o descendientes
legítimos, padres o hijos naturales o adoptivos, heredero instituido en testamento
por alguna de las partes.
Se funda en el natural sentido de agradecimiento que experimentará el Juez frente
al que lo ha instituido heredero, o a alguna de aquellas personas vinculadas a él.
La ley habla de haber sido instituido heredero, luego no comprende al legatario o
donatario. Tampoco nos dice en cuanto a la oportunidad en que debe haberse otorgado el
testamento, o sea, si antes o después de haberse iniciado el juicio. A falta de tal
distinción, creemos que la causa en estudio comprende las dos situaciones antes
expresadas.

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Algunas dudas nos plantea el eventual uso malicioso de esta causal y el grave
efecto de la implicancia declarada, esto es, la nulidad de las actuaciones efectuadas por el
Juez inhabilitado. Pensamos que un papel importante en este sentido lo juega el
conocimiento efectivo y demostrable que el Juez tenía del testamento respectivo.
Respecto de los Jueces con competencia criminal el artículo 1°, N° 22, de la Ley N°
19.708, de 5 de enero de 2001, agregó tres causales de implicancia especiales, a saber:
9° Haber intervenido con anterioridad en el procedimiento como fiscal o
defensor.
10° Haber formulado acusación como fiscal, o haber asumido la defensa, en
otro procedimiento seguido contra el mismo imputado, y
11° Haber actuado el miembro del tribunal de juicio oral en lo penal como
juez de garantía en el mismo procedimiento.
El fundamento de estas causales dice relación con el conocimiento previo que los
Jueces han adquirido respecto del tema a decidir y el respeto de la división de funciones
que impone el principio acusatorio.
También por la incompatibilidad psicológica que se genera al haber sido acusador
o defensor del mismo imputado en otro juicio.
25.5.2.- Causales de recusación.
Se encuentran enunciadas en el artículo 196 del COT y son las siguientes:
1° Ser el Juez pariente consanguíneo simplemente ilegítimo en toda la línea
recta y en la colateral hasta el cuarto grado inclusive, o consanguíneo legítimo en
la línea colateral desde el tercero hasta el cuarto grado inclusive, o afín hasta el
segundo grado también inclusive, de alguna de las partes o de sus representantes
legales.
Como podemos ver se trata de una causal similar a la segunda de implicancia, la
diferencia radica en el parentesco ilegítimo y el legítimo abarca grados más lejanos, en los
cuales no predominan tanto los vínculos de la sangre y del afecto.
En esta causal y en todas las que se refieran a un parentesco ilegítimo que no esté
de antemano reconocido o establecido por los medios legales, no se admitirá otra prueba
que la confesión espontánea del Juez (artículo 197 del COT).
2° Ser el Juez ascendiente o descendiente ilegítimo, hermano o cuñado
legítimo o natural del abogado de alguna de las partes.
Es similar a la cuarta causal de implicancia y difiere únicamente en el menor
grado de parentesco.

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3° Tener el Juez superior alguno de los parentescos designados en el inciso


precedente o en el N° 4 del artículo 195, con el Juez inferior que hubiere
pronunciado la sentencia que se trata de confirmar o revocar.
Se teme que el Juez superior se sentirá inclinado a mantener la opinión del Juez
inferior, al que se halla ligado por estrechos vínculos de parentesco.
Nada dice la causal respecto del vínculo matrimonial, tampoco respecto del
conocimiento a través de un recurso diverso a la apelación.
En razón de lo señalado en los artículos 259 y 260 del COT va a ser difícil que se
plantee una situación como la prevista en este número, más podría suceder que el
tribunal inferior no pertenezca al territorio jurisdiccional del tribunal superior.
4° Ser alguna de las partes sirviente, paniaguado o dependiente asalariado
del Juez o viceversa.
Sirviente está tomado en el sentido de empleado doméstico; paniaguado se llama
a aquella persona que recibe de otra pan, alojamiento, vestuario, etc. Gratuitamente; y
dependiente asalariado es aquel que desempeña funciones de trabajador dependiente bajo
vínculo laboral.
5° Ser el Juez deudor o acreedor de alguna de las partes o de su abogado; o
serlo su consorte o alguno de sus ascendientes, descendientes o parientes
colaterales dentro del segundo grado.
La causal no se aplica si alguna de las partes fuere alguna de las instituciones de
previsión fiscalizadas por la Superintendencia de Seguridad Social, la Asociación Nacional
de Ahorro y Préstamo, o uno de los Servicios de Vivienda y Urbanización, a menos que
estas instituciones u organismos ejerciten actualmente cualquier acción judicial contra el
Juez o contra alguna otra de las personas señaladas o viceversa.
No señala la causal el monto de la deuda o del crédito, de suerte que, cualquiera
que éstos sean, tendrá aplicación.
6° Tener alguno de los ascendientes o descendientes simplemente ilegítimos
del Juez o los parientes colaterales del mismo dentro del segundo grado, causa
pendiente que deba fallar como Juez alguna de las partes.
Es similar a la sexta causa de implicancia con menor intensidad en el parentesco.
7° Tener alguno de los ascendientes o descendientes simplemente ilegítimos
del Juez o los parientes colaterales del mismo dentro del segundo grado, causa
pendiente en que se ventile la misma cuestión que el Juez deba fallar.
Similar a la causal 7ª de implicancia, salvo por la intensidad del parentesco.

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8° Tener pendientes alguna de las partes pleito civil o criminal con el Juez,
con su consorte, o con alguno de sus ascendientes, descendientes o parientes
colaterales dentro del segundo grado.
Cuando el pleito haya sido promovido por alguna de las partes, deberá haberlo
sido antes de la instancia en que se intenta la recusación.
Se teme a la animosidad que puede generar en el Juez el pleito pendiente con
alguna de las partes del juicio sometido a su conocimiento.
9° Haber el Juez declarado como testigo en la cuestión actualmente
sometida a su conocimiento.
Se teme que el Juez se pueda ver inclinado a favorecer en su sentencia a la parte
que lo presentó como testigo, además, para no contradecir los hechos por él aseverados.
Esta causa de recusación debe relacionarse con lo establecido en el artículo 362
del CPC que prohíbe a los jueces letrados, miembros de Cortes de Apelaciones y de la
Corte Suprema y los fiscales judiciales de las respectivas Cortes deponer en juicio sin
permiso previo de las autoridades que allí se señalan.
10° Haber el Juez manifestado de cualquier modo su dictamen sobre la
cuestión pendiente, siempre que lo hubiere hecho con conocimiento de ella.
Íntimamente ligada con la causal 8ª de implicancia. Manifestar dictamen implica
expresar opinión sobre la cuestión pendiente, o sea, sobre el juicio o pleito sometido a la
decisión del Juez. Este dictamen debe haberse manifestado de cualquier modo, sin los
antecedentes necesarios para dictar sentencia, pero con conocimiento de la cuestión.
11° Ser alguno de los ascendientes o descendientes ilegítimos del Juez o
alguno de sus parientes colaterales dentro del segundo grado, instituido heredero
en testamento por alguna de las partes.
Se asemeja a la causal 9ª de implicancia, con la diferencia que aquí el instituido
heredero no es el Juez, sino un pariente menos cercano.
12° Ser alguna de las partes heredero instituido en testamento por el Juez.
Se presume que si la parte ha sido instituida heredero es porque se le aprecia y no
podrá fallar el juicio con la debida imparcialidad.
13° Ser el Juez socio colectivo, comanditario o de hecho de alguna de las
partes, serlo su consorte o alguno de los ascendientes o descendientes del mismo
Juez, o alguno de sus parientes colaterales dentro del segundo grado.

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Los lazos que unen a los socios suponen conocimiento y confianza, por ello se
estima que un Juez no tiene imparcialidad para fallar un pleito en que sea parte alguno
de sus socios o algún socio de su consorte o de sus parientes.
14° Haber el Juez recibido de alguna de las partes un beneficio de
importancia, que haga presumir empeñada su gratitud.
Se trata de una causal amplia y relativa, ello hace necesario resolverla a la luz de
las circunstancias que rodean a cada caso particular. La ley no señala la oportunidad en
que el Juez debe haber recibido el beneficio, de suerte que puede haberlo recibido antes o
después de iniciado el juicio.
15° Tener el Juez con alguna de las partes amistad que se manifieste por
actos de estrecha familiaridad.
16° Tener el Juez con alguna de las partes enemistad, odio o resentimiento
que haga presumir que no se halla revestido de la debida imparcialidad.
La enemistad, el odio o el resentimiento deben ser experimentados por el Juez y no
por alguna de las partes.
17° Haber el Juez recibido, después de comenzado el pleito, dádivas o
servicios de alguna de las partes, cualquiera que sea su valor o importancia.
Como puede observarse el legislador quiere que el Juez una vez iniciado el pleito
no sólo sea imparcial, sino además que aparente serlo. Esta causal está relacionada con
la 14ª precedente. De este modo, si la dádiva o el servicio recibido lo ha sido antes de
iniciarse el juicio, tendrá que ser de tal importancia que haga presumir empeñada su
gratitud, y estaremos entonces dentro de la causal 14ª. En cambio, si esa dádiva o
servicio lo ha recibido una vez iniciado el juicio, cualquiera sea su valor o importancia, lo
hace recusable por la presente causal.
18° Ser parte o tener interés en el pleito una sociedad anónima de que el
Juez sea accionista.
No obstante lo anterior, no constituye causal de recusación la circunstancia de
que una de las partes fuere una sociedad anónima abierta. La excepción no regirá cuando
concurra la causal 8ª, tampoco cuando el Juez, por sí solo o en conjunto con alguna de
las personas indicadas en el N° 8, fuere dueño de más del 10% del capital social. En estos
dos casos existirá causal de recusación.

25.5.3.- Constancia de inhabilidad efectuada por un Juez.

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Los jueces que se consideren comprendidos en alguna de las causas legales de


implicancia o recusación, deberán tan pronto como tengan noticia de ello, hacerlo constar
en el proceso, declarándose inhabilitados para continuar funcionando, o pidiendo se haga
esta declaración por el tribunal de que formen parte (artículo 199, inciso 1°, del COT).
No obstante, se necesitará de solicitud previa para declarar la inhabilidad de los
Jueces de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones, fundada en cualquiera de las
causales de recusación (artículo 199, inciso 2°, del COT).
De este modo, si un Ministro de Corte deja la constancia respectiva respecto de las
causales de recusación, la parte perjudicada por la falta de imparcialidad del juez debe
alegar la inhabilidad correspondiente dentro del plazo de cinco días contados desde que
se le notifique la declaración respectiva. Si así no lo hiciere, se considerará renunciada la
causal. Durante ese plazo, el juez se considerará inhabilitado para conocer de la causa
(artículo 125 del CPC).

25.5.4.- Inhabilidad de los abogados integrantes.


Además de las causales de implicancia o recusación de los jueces, que son
aplicables a los abogados llamados a integrar la Corte Suprema y las Cortes de
Apelaciones, será causal de recusación respecto de ellos la circunstancia de patrocinar
negocios en que se ventile la misma cuestión que debe resolver el tribunal (artículo 198
del COT).
Los abogados o procuradores de las partes podrán, por medio del relator de la
causa , recusar sin expresión de causa a uno de los abogados de la lista, no pudiendo
ejercer este derecho sino respecto de dos miembros aunque sea mayor el número de
partes litigantes. Esta recusación deberá hacerse antes de comenzar la audiencia en que
va a verse la causa, cuando se trate de abogados que hayan figurado en el acta de
instalación del respectivo tribunal, o en el momento de la notificación a que se refiere el
artículo 166 del CPC en los demás casos.
Para recusar a un abogado integrante debe pagarse en estampillas el impuesto
que determina la Corte Suprema mediante Auto Acordado.

25.5.5.- La recusación amistosa.


Antes de pedir la recusación de un Juez al tribunal que deba conocer del
incidente, podrá el recusante ocurrir al mismo recusado, si funciona solo, o al tribunal de

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que forme parte, exponiéndole la causa en que la recusación se funda y pidiéndole la


declare sin más trámite (artículo 124 del CPC).
Rechazada la solicitud, podrá deducirse la recusación ante el tribunal
correspondiente.

25.5.6.- Tramitación de las Inhabilidades.


Desde el punto de vista procesal las inhabilidades son verdaderos incidentes
especiales que se suscitan en el curso del pleito, esto es, cuestiones accesorias que
requieren especial pronunciamiento.

Oportunidad para plantear el incidente.


Para estudiar este tema es necesario efectuar algunas distinciones:

a.- Declaración de implicancia que requiere fundarse en causa legal.


Como ocurre siempre con la declaración de implicancia de los Jueces, debe
pedirse antes de toda gestión que ataña al fondo del negocio, o antes que comience a
actuar la persona contra quien se dirige, siempre que la causa alegada exista ya y sea
conocida de la parte (artículo 114, inciso 1°, del CPC).
Esta regla no hace sino confirmar el principio general de que los incidentes deben
formularse tan pronto el hecho que les sirve de fundamento ha llegado a conocimiento de
la parte que lo promueve. En este caso la parte interesada conocerá la existencia de la
causa legal en razón de la constancia dejada por el propio funcionario, pudiendo también
enterarse por otro conducto.
Si la causa es posterior o no ha llegado a conocimiento de la parte, debe
proponerla tan pronto como tenga noticia de ella. Todavía más, puede pedirse la
declaración de implicancia después de haberse tenido noticia de ella; pero, en este caso,
puede el tribunal imponer una multa a la parte que maliciosamente haya retardado el
reclamo. En otras palabras, la implicancia hecha valer extemporáneamente siempre será
admitida a tramitación, por constituir un incidente que se funda en un hecho que anula
el proceso (artículo 114, inciso 2°, del CPC).
Similar reglamentación existe en materia penal, donde las solicitudes de
inhabilitación de los jueces del tribunal de juicio oral deben plantearse, a más tardar,
dentro de los tres días siguientes a la notificación de la resolución que fija la fecha del
juicio y deberán ser resueltas con anterioridad al inicio de la respectiva audiencia. Sin

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embargo, cuando los hechos que constituyen la causal de inhabilidad llegaren a


conocimiento de la parte con posterioridad al vencimiento de ese plazo y antes del inicio
del juicio oral, el incidente respectivo deberá ser promovido al iniciarse la audiencia del
juicio oral; con posterioridad, declarado ya el inicio del juicio, no podrán deducirse
incidentes relativos a la inhabilitación de los jueces, sin perjuicio de que uno de estos
advierta un hecho nuevo constitutivo de causal de inhabilidad, en cuyo caso el tribunal
podrá declararla de oficio. En este último caso, el tribunal continuará funcionando con
exclusión del o los miembros inhabilitados, si éstos pudieren ser reemplazados de
inmediato, o si continuare integrado por, a lo menos, dos jueces que hubieren concurrido
a toda la audiencia (artículo 76 del CPP).
En razón de la naturaleza de la prohibición si aun con todos estos recaudos la
sentencia penal hubiere sido pronunciada con la concurrencia de un Juez implicado, el
juicio y el fallo pueden ser anulados (artículo 374 letra a) del PP).

b.- Declaración de recusación que necesita fundarse en causa legal.


Debe también pedirse antes de toda gestión que ataña al fondo del negocio, o
antes de que comience a actuar el funcionario contra quien se dirige, siempre que la
causa alegada exista ya y sea conocida de la parte.
Puede, asimismo, acontecer que la causa legal de recusación sea posterior o no
haya llegado a conocimiento de la parte: en tales casos debe promover la recusación tan
pronto como tenga noticia de ella, pues si no justifica esta última circunstancia, será
sencillamente desechada la solicitud.
También puede ocurrir que la parte conozca de la causa legal de recusación, más
no quiere asilarse en ella por confiar en la imparcialidad del tribunal, en este caso se
produce la renuncia de la recusación.

c.- Declaración de implicancia o recusación que no necesite fundarse en


causa legal.
Esta situación puede darse respecto de un abogado integrante72 o de un receptor.73
Interpretando el artículo 114 del CPC a contrario sensu, el incidente respectivo se
puede hacer valer en el momento en que se estime conveniente.

72
Artículo 198 inciso 2° del COT.
73
Artículo 489 del COT.

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25.5.7.- Tribunal que conoce de las inhabilidades.


La implicancia de un Juez unipersonal es conocida y resuelta por el propio Juez,
la solicitud debe expresar la causa legal en que se apoya y los hechos en que se funda,
acompañando u ofreciendo presentar las pruebas necesarias y pidiéndole se inhiba del
conocimiento del negocio (artículos 202 del COT y 115 del CPC).
La implicancia de los Jueces que sirven en tribunales colegiados es conocida y
resuelta por el mismo tribunal con exclusión del miembro o miembros de cuya
implicancia se trata (artículos 203 del COT y 116 del CPC).
La recusación de un Juez de letras será conocida por la respectiva Corte de
Apelaciones (artículo 204, inciso 1°, del COT).
Se ha discutido acerca de la competencia para conocer de la recusación de un
Juez del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal. Hay quienes sostienen que este incidente
debe ser conocido por la respectiva Corte de Apelaciones, en razón de la norma recién
comentada. Sin embargo, otros afirman que el incidente debe ser conocido por el mismo
tribunal colegiado, fundan su posición en lo establecido en los incisos 1° y 3° del artículo
76 del CPP, que así lo dan a entender, y se hacen cargo de la cita legal en que se funda la
primera posición señalando que dicho precepto se refiere a los Jueces de Letras que
constituyen un tribunal unipersonal y no alcanza a los Jueces letrados de un tribunal
colegiado.
La recusación de uno o más miembros de una Corte de Apelaciones será conocida
por la Corte Suprema (artículo 204, inciso 2°, del COT).
La recusación de uno o más miembros de la Corte Suprema será conocida por la
Corte de Apelaciones de Santiago (artículo 204, inciso 3°, del COT).
La recusación de los jueces árbitros que es conocida por el juez ordinario del lugar
donde se sigue el juicio (artículo 204, inciso final, del COT).
La implicancia y la recusación de los funcionarios subalternos debe reclamarse
ante el Tribunal que conozca del negocio en que aquellos deban intervenir (artículo 117
del CPC).

25.5.8.- Procedimiento.
La solicitud de implicancia o recusación será presentada ante el tribunal
correspondiente; y, para los efectos de su tramitación distinguiremos nuevamente si el
articulista debe o no expresar causa legal.

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Si la implicancia o recusación es de aquellas que no necesitan expresar causa, se


admitirá sin más trámite (artículo 117, parte final, CPC).
En cambio, si la implicancia o recusación deben fundarse en causa legal, para que
se le de curso, debe el ocurrente acompañar testimonio de haber efectuado un depósito
en la cuenta corriente del tribunal de una suma de dinero equivalente a una unidad
tributaria mensual (UTM), si el funcionario de que se trata es el Presidente, Ministro o
Fiscal Judicial de la Corte Suprema; media UTM si se trata del Presidente, Ministros o
Fiscales Judiciales de una Corte de Apelaciones; y un cuarto de UTM respecto de un Juez
de Letras, un subrogante legal, juez árbitro, defensor público, relator, perito, secretario o
receptor. Esta consignación se elevará al doble cuando se trate de la segunda solicitud de
inhabilitación deducida por la misma parte, al triple en la tercera y así sucesivamente
(artículo 118 del CPC).
Recibida la solicitud el tribunal deberá examinarla, pudiendo asumir tres
actitudes diversas:
a).- Si estima que la causa alegada no es legal, o no la constituyen los hechos en
que se funda, o éstos no aparecen debidamente especificados, desechará desde luego la
solicitud (artículo 119, inciso 1°, CPC).
b).- Si estima que la causa alegada es legal, que la constituyen los hechos en que
se funda y que éstos aparecen debidamente especificados, pero no consta al tribunal o no
aparece de manifiesto, declarará bastante la causal y le dará tramitación incidental de
conformidad a las reglas generales, formándose pieza separada (artículo 119, inciso 3°,
del CPC). El resultado final dependerá del mérito de las pruebas que se rindan.
c).- Si estima que la causa alegada es legal, que la constituyen los hechos en que
se funda, que éstos aparecen debidamente especificados y le constan al tribunal o
resultan de los antecedentes acompañados o que el mismo tribunal de oficio mande
agregar, se declarará, sin más trámite, la implicancia o recusación (artículo 119, inciso
2°, del CPC).
Una vez aceptada como bastante la causal de inhabilitación, se pondrá dicha
declaración en conocimiento del funcionario cuya implicancia o recusación se haya
pedido, para que se abstenga de intervenir en el asunto de que se trata mientras no se
resuelva el incidente (artículo 120 del CPC).
Si la inhabilitación se refiere a un juez de tribunal unipersonal el subrogante legal
continuará conociendo en todos los trámites anteriores a la citación para sentencia, y en

180
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este estado se suspenderá el curso del juicio hasta que se declare si ha lugar o no a la
inhabilitación.74
Si la inhabilitación se pide para un juez de tribunal colegiado, continuará
funcionando el mismo tribunal, constituido legalmente, con exclusión del miembro o
miembros que se intente inhibir, y se suspenderá el juicio como en el caso anterior. 75
Cuando se trate de otros funcionarios, serán reemplazados, mientras dure el
incidente, por los que deban subrogarlos según la ley; y si se rechaza la inhibición, el que
la haya solicitado pagará al funcionario subrogado los derechos correspondientes a las
actuaciones practicadas por el subrogante, sin perjuicio de que éste también los perciba
(artículo 121, inciso final, del CPC).
Paralizado el incidente de implicancia o recusación por más de diez días, sin que
la parte que lo haya promovido haga gestiones conducentes para ponerlo en estado de
que sea resuelto, el tribunal lo declarará de oficio abandonado, con citación del recusante
(artículo 123 del CPC).

25.5.9.- Efectos de la decisión.


Si la implicancia o la recusación es desechada, se condenará en costas al que la
haya reclamado, y se le impondrá una multa que no baje de la mitad ni exceda del doble
de la suma consignada previamente. Esta multa se elevará al doble cuando se trate de la
segunda solicitud de inhabilitación deducida por la misma parte, al triple en la tercera y
así sucesivamente. El tribunal fijará la cuantía de la multa, tomando en cuenta la
categoría del funcionario contra quien se haya reclamado, la importancia del juicio, la
fortuna del litigante y la circunstancia de haberse procedido o no con malicia (artículo
122, incisos 1°, 2° y 3°, del CPC).
Sin perjuicio de lo anterior, podrán los tribunales, a petición de parte o de oficio,
después de haberse rechazado en la causa dos o más recusaciones interpuestas por un
mismo litigante, fijarle a éste y a su comparte un plazo razonable para que deduzcan
todas las causales que conceptúen procedentes a su derecho, bajo apercibimiento de no
ser oídos después respecto de aquellas causales que se funden en hechos o
circunstancias que hayan acaecido con anterioridad al decreto que fijó dicho plazo. Las
recusaciones que se interpongan por causas sobrevinientes a la fecha de este decreto
serán admitidas previa consignación de la multa, y, en caso de ser desestimadas, pueden
74
Artículo 121 inciso 1° del CPC. Ver en el mismo sentido el artículo 75 del CPP.
75
Artículo 121 inciso 2° del CPC. Ver artículo 76 del CPP.

181
182

también las Cortes imponer al recurrente, a más de la multa establecida, otra que no
deberá exceder de un sueldo vital por cada instancia de recusación (artículo 122, incisos
4° y final del CPC).
Si la sentencia acoge la causal de implicancia o recusación, debe ser transcrita
de oficio al juez o tribunal a quien afecte (artículo 126, inciso final, del CPC) e implica que
el magistrado (o funcionario respectivo en su caso) quedan inhibidos del conocimiento del
negocio principal de que se trata y entrará a reemplazarlo el correspondiente subrogante
legal, con todas las facultades y atribuciones del subrogado.76

25.5.10.- Impugnación de estas decisiones.77


La regla general nos dice que las sentencias que se dicten en los incidentes sobre
implicancia o recusación son inapelables.
Hacen excepción a dicha regla y, por ende, son apelables:
1).- La decisión del juez de un tribunal unipersonal que desecha la implicancia
deducida ante él.
2).- La decisión de un juez unipersonal de aceptar la recusación amistosa
planteada de acuerdo al artículo 124 del CPC.
3).- La decisión en que un Juez unipersonal se declara de oficio inhabilitado por
alguna causal de recusación.
Conocerá de estas apelaciones el tribunal a quien corresponde o correspondería la
segunda instancia del negocio en que la implicancia o recusación inciden.
En el caso de un juez árbitro de única o segunda instancia se entiende, para el
efecto de la apelación de la inhabilidad, como tribunal de alzada la Corte de Apelaciones
respectiva.

25.5.11.- Reglas especiales sobre pluralidad de juicios y de partes.


La recusación y la implicancia que deban surtir efecto en diversos juicios de las
mismas partes, podrán hacerse valer en una sola gestión (artículo 127 del CPC).
Cuando sean varios los demandantes o los demandados, la implicancia o
recusación deducida por alguno de ellos, no podrá renovarse por los otros, a menos de
fundarse en alguna causal personal del recusante (artículo 128 del CPC).

76
Artículos 120 del CPC y 214 inciso 4° del COT.
77
Artículos 126 inciso 1° del CPC y 205 del COT.

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26.- Subrogación e integración de los tribunales.

26.1.- Nociones generales.

26.1.1.- Fundamento.
Las reglas de subrogación e integración tienen por objeto conseguir que en la
práctica la administración de justicia sea ejercida en forma continua y permanente, en
términos tales que cualquier impedimento de orden físico o moral que afecte a un juez
para cumplir sus funciones no recaiga en perjuicio de los propios litigantes.

26.1.2.- Concepto.
La subrogación es el reemplazo que se hace, por el solo ministerio de la ley, de un
juez por otro, dado que, por cualquier causa, no puede ejercer sus funciones.
La integración, en cambio, es el llamamiento que también se hace, por el solo
ministerio de la ley, de una persona que no forma parte ordinariamente de un tribunal
colegiado, con el objeto de que desempeñe funciones judiciales dentro de ese tribunal,
cuando alguno de sus miembros ordinarios, por cualquier causa, no puede ejercerlas.
Ambas instituciones tienen como elemento común el impedimento en que se halla
un juez, sea de tribunal unipersonal, sea de tribunal colegiado, para ejercer sus
funciones; de suerte que no hay otra manera para que el respectivo tribunal funcione,
que reemplazar al juez impedido por otro que esté libre de tal circunstancia.
Ahora bien, este impedimento puede obedecer a cualquier causa, y puede tener su
origen en dificultades de orden material o físico y de orden legal o moral. Por ejemplo:
ausencia accidental, licencias médicas, fallecimiento, inhabilidad, etc.

26.2.- La subrogación.
Como dijimos opera en caso de impedimento de un juez por cualquier motivo, pero
para los efectos de la subrogación se entiende también que falta el juez (impedimento
accidental) si no hubiere llegado a la hora ordinaria de despacho, o si no estuviere
presente para evacuar aquellas diligencias que requieran su intervención personal, como
son las audiencias de prueba, los remates, los comparendos u otras semejantes, de todo
lo cual dejará constancia, en los autos, el Secretario que actúe en ellos. En tales casos la
subrogación sólo durará el tiempo de la ausencia (artículo 214, incisos 1° y 2° del COT).

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184

Para estudiar la institución de la subrogación debemos distinguir diversas


situaciones, según cuál sea el tribunal en que incide el impedimento del juez.

26.2.1.- Subrogación del Juez de Garantía.


Antes de señalar las reglas específicas aplicables a estos jueces debemos advertir
que la normativa obedece a la especial organización que puede adoptar un juzgado de
garantía, esto es, a veces un juzgado de composición múltiple y otras de composición
simple.
En lo administrativo un juzgado de garantía constituye una unidad judicial, más
en lo jurisdiccional se compone de jueces unipersonales. En Talca, por ejemplo, el
juzgado de garantía es uno, con un administrador y personal administrativo de apoyo,
pero se compone de cuatro jueces de garantía, quienes ejercen jurisdicción en forma
individual. En cambio, en San Javier sólo existe un juez de garantía.
Efectuada la prevención estudiemos, pues, las normas de subrogación que sobre
el particular nos señala la ley, debiendo hacer una primera distinción según si el juzgado
de garantía respectivo es de composición múltiple o no:
a) En el primer caso (composición múltiple), cuando falte un juez de garantía o no
pueda intervenir en determinadas causas será subrogado por otro juez del mismo
juzgado (artículo 206, inciso 1°, del COT).
b) Si el juzgado de garantía contare con un solo juez, éste será subrogado por el
juez del juzgado con competencia común de la misma comuna o agrupación de
comunas y, a falta de éste, por el secretario letrado de este último (artículo 206, inciso
2°, del COT).
c) Cuando no pueda tener lugar lo anterior (206 incisos1º y 2º COT), la
subrogación se hará por un juez del juzgado de garantía de la comuna más cercana
perteneciente a la jurisdicción de la misma Corte de Apelaciones.
d) A falta de éste subrogará el juez del juzgado con competencia común de la
comuna o agrupación de comunas más cercana y, en su defecto, el secretario letrado
de este último juzgado (artículo 207, incisos 1° y 2°, del COT).
e) En defecto a todos los designados en las reglas anteriores, la subrogación se
hará por los jueces de garantía de las restantes comunas de la misma jurisdicción,
en orden de cercanía. Para estos efectos, las Cortes de Apelaciones fijarán cada dos años
el orden de cercanía territorial de los distintos juzgados de garantía, considerando la

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facilidad y rapidez de las comunicaciones entre sus lugares de asiento (artículo 207,
incisos 3° y 4°, del COT).
f) Cuando no resulte aplicable ninguna de las reglas anteriores, actuará como
subrogante un juez de garantía, a falta de éste un juez de letras con competencia común
o, en defecto de ambos, el secretario letrado de este último que dependan de la Corte de
Apelaciones más cercana (artículo 208 del COT).
Los jueces de un juzgado de garantía sólo pueden subrogar a otros jueces de
garantía, en las situaciones ya señaladas, y a jueces de tribunales de juicio oral en lo
penal (artículo 209 del COT) Si hubiere más de un juez de garantía en condiciones de
subrogar, la subrogación se hará por orden de antigüedad, comenzando por el menos
antiguo (artículo 210 B del COT).

26.2.2.- Subrogación de un juez de tribunal de juicio oral en lo penal.


A diferencia del juzgado de garantía el tribunal oral es un tribunal colegiado que,
por ende, actúa en sala.
Al igual que en el caso anterior la subrogación se hace por orden de antigüedad,
comenzando por el juez menos antiguo (artículo 210 B del COT); sin embargo, los jueces
pertenecientes a estos tribunales sólo pueden subrogar a otros jueces orales en lo
penal (artículo 210 A del COT).
Las reglas a seguir son las siguientes:
a) En todos los casos en que una sala de un tribunal de juicio oral en lo penal no
pudiere constituirse conforme a la ley por falta de jueces que la integren, subrogará un
juez perteneciente al mismo tribunal oral y,
b) A falta de éste, un juez de otro tribunal de juicio oral en lo penal de la
jurisdicción de la misma Corte, para lo cual se aplicarán análogamente los criterios de
cercanía territorial fijados para los jueces de garantía. Para estos fines, se considerará el
lugar en el que deba realizarse el juicio oral de que se trate (artículo 210, inciso 1°, del
COT).
Para entender adecuadamente la última frase de la norma precedente debemos
señalar que los juicios orales penales se realizan normalmente en la sede permanente del
tribunal; sin embargo, pueden también ser realizados en localidades situadas fuera del
lugar de asiento del tribunal, siempre que ello sea necesario para facilitar la aplicación
oportuna de la justicia, de conformidad a criterios de distancia, acceso físico y
dificultades de traslado de quienes intervienen en el proceso (artículo 21 A del COT).

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c) A falta de un juez de un tribunal de juicio oral en lo penal de la misma


jurisdicción, lo subrogará un juez de garantía de la misma comuna o agrupación de
comunas, que no hubiere intervenido en la fase de investigación (artículo 210, inciso
2° y 195, inciso 2° N° 3, del COT).
d) Si no fuere posible aplicar ninguna de las reglas anteriores, sea porque los
jueces pertenecientes a otros tribunales de juicio oral en lo penal o a los juzgados de
garantía no pudieren conocer de la causa respectiva o por razones de funcionamiento de
unos y otros, actuará como subrogante un juez perteneciente a algún tribunal oral
penal que dependa de la Corte de Apelaciones más cercana o, a falta de éste, un juez
de un juzgado de garantía de esa otra jurisdicción (artículo 210, inciso 3°, del COT).
e) En defecto de las reglas precedentes, resultará aplicable lo dispuesto en el
artículo 213 del COT (defensor público o terna de abogados) o, si ello no resultare
posible, se postergará la realización del juicio oral hasta la oportunidad más próxima
en que alguna de las reglas precedentes resulte aplicable (artículo 210, inciso final, del
COT).

26.2.3.- Subrogación de un Juez de Letras.


La regla de oro es que en todos los casos en que el juez de letras falte o no pueda
conocer de determinados negocios, será subrogado por el Secretario abogado del
mismo tribunal (artículo 211 del COT).
Sólo si falta dicho secretario la subrogación se efectuará en la forma que indican
los artículos 212 y siguientes del COT, esto es:
a) Si en la comuna o agrupación de comunas hay dos jueces de letras, aunque
sean de distinta jurisdicción, la falta de uno de ellos será suplida por el secretario del
otro, que sea abogado, y a falta de éste, por el juez de este otro juzgado.
b) Si hay más de dos jueces de letras de una misma jurisdicción, la
subrogación de cada uno se hará en la forma señalada en el párrafo anterior por el que le
siga en el orden numérico de los juzgados y el del primero reemplazará al del último.
c) En caso de haber más de dos jueces de letras de distinta jurisdicción, la
subrogación corresponderá a los otros de la misma jurisdicción, conforme a la regla
precedente, y si ello no es posible, la subrogación se hará por el secretario que sea
abogado y a falta de éste por el juez de la otra jurisdicción a quien corresponda el turno
siguiente.

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d) En las comunas o agrupaciones de comunas en que haya un solo juez de letras


y siempre que el secretario no pueda reemplazarlo, o no pueda tener lugar lo dispuesto en
los párrafos que anteceden, el juez de letras será subrogado por el defensor público o por
el más antiguo de ellos, cuando haya más de uno (artículo 213, inciso 1°, del COT).
Si por inhabilidad, implicancia o recusación, el defensor público no puede ejercer
las funciones que le encomienda la ley, ellas serán desempeñadas por alguno de los
abogados de la terna que anualmente formará la Corte de Apelaciones respectiva,
debiendo respetar el orden de designación (artículo 213, incisos 2° y 4°, del COT).
e) En defecto de todos lo anteriores, subrogará el secretario abogado del juzgado
del territorio jurisdiccional más inmediato, o sea, el de aquel con cuya ciudad
cabecera sean más fáciles y rápidas las comunicaciones, aunque dependan de distintas
Cortes de Apelaciones, pero sin alterarse la jurisdicción de la primitiva Corte. A falta o
impedimento de éste, la subrogación la hará el juez de dicho tribunal, pudiendo el uno o
el otro, según corresponda, constituirse en el juzgado que se subroga (artículo 213, inciso
3°, del COT).

26.2.4.- Facultades de los jueces subrogantes.


Para definir esta materia es preciso distinguir la función que normalmente
desempeña el juez subrogante.
Si el juez subrogante es juez de letras, defensor público o secretario abogado
del respectivo juzgado, tienen la plenitud de la jurisdicción, al igual que el juez
subrogado, esto es, conoce, falla y hace ejecutar lo juzgado, como si fuera el titular
(artículo 214, inciso 4°, del COT). La única limitación que tienen estos subrogantes dice
relación con la circunstancia de encontrarse pendiente la inhabilitación del titular, en
cuyo caso conocerá en todos los trámites anteriores a la citación para oír sentencia, y en
este estado se suspenderá el curso del juicio hasta que se declare si ha o no lugar a la
inhabilitación (artículo 121, inciso 1°, del CPC). En el mismo sentido, en materia penal,
pendiente la inhabilitación de un juez de garantía, el subrogante continuará conociendo
de todos los trámites anteriores a la audiencia de preparación del juicio oral, la que no se
realizará hasta que se resuelva la inhabilitación (artículo 75 del CPP).
Si el juez subrogante es un abogado de la terna (abogado subrogante), por regla
general, sólo tiene facultad para tramitar las causas hasta dejarlas en estado de dictar
sentencia definitiva, sin poder pronunciar esta última resolución; salvo el caso en que la
subrogación se haya producido por inhabilidad, implicancia o recusación del juez titular,

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pues aquí sí tiene la plenitud de la jurisdicción, pudiendo incluso dictar sentencias


definitivas (artículo 214, inciso 4°, del COT).
El secretario no abogado del juzgado subrogará al juez para el solo efecto de
dictar las providencias de mera sustanciación, esto es, aquellas que tienen por objeto dar
curso progresivo a los autos, sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre
partes (artículos 70, inciso 3°, y 214, inciso 5°, del COT).
Los jueces o secretarios que subroguen al tribunal podrán girar contra la cuenta
corriente del mismo, debiendo expresar esta circunstancia en la antefirma. No podrán
girar los demás subrogantes legales de los jueces (artículo 516, inciso 3°, del COT).

26.2.5.- Subrogación de las Cortes de Apelaciones.


Si en una sala de las Cortes de Apelaciones no queda ningún miembro hábil se
deferirá el conocimiento del negocio a otra de las salas de que se componga el tribunal y
si la inhabilidad o impedimento afecta a la totalidad de los miembros, pasará el asunto a
la Corte de Apelaciones que deba subrogarla de acuerdo al siguiente orden (artículo 216
del COT):
Se subrogarán recíprocamente las Cortes de Apelaciones de Arica con la de
Iquique; la de Antofagasta con la de Copiapó; la de la Serena con la de Valparaíso; la de
Santiago con la de San Miguel; la de Rancagua con la de Talca; la de Chillán con la de
Concepción y la de Temuco con la de Valdivia.
La Corte de Apelaciones de Puerto Montt será subrogada por la de Valdivia.
La Corte de Apelaciones de Punta Arenas lo será por la de Puerto Montt.
La Corte de Apelaciones de Coyhaique será subrogada por la de Puerto Montt.
En los casos en que no puedan aplicarse las reglas precedentes conocerá la Corte
de Apelaciones cuya sede esté más próxima a la de la que debe ser subrogada.

26.3.- La integración.

26.3.1.- Integración de las Cortes de Apelaciones.


Si por falta o inhabilidad de alguno de sus miembros quedare una Corte de
Apelaciones o cualquiera de sus salas sin el número de jueces necesario para el
conocimiento y resolución de las causas que estuvieren sometidas a su conocimiento, se

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integrarán con los miembros no inhabilitados del mismo tribunal, con sus fiscales
judiciales y con los abogados integrantes (artículo 215 del COT).
El llamamiento de los integrantes se hará en el orden indicado y los abogados se
llamarán por el orden de su designación en la lista de su nombramiento.
Las salas de las Cortes de Apelaciones no podrán funcionar con mayoría de
abogados integrantes tanto en su funcionamiento ordinario como en el extraordinario
(artículo 215, inciso 3°, del COT).
La integración de las salas de la Corte de Apelaciones de Santiago se hará
preferentemente con los miembros de aquellas que se compongan de cuatro, según el
orden de antigüedad.

26.3.2.- Integración de la Corte Suprema.


Se hará con sus miembros no inhabilitados, con su Fiscal Judicial o con los
abogados integrantes, en ese orden.78
Para determinar el llamamiento de los abogados integrantes se aplicarán las reglas
que siguen:
a).- Cada vez que se regulen por auto acordado las materias que conocerá cada
una de las salas en el funcionamiento ordinario o extraordinario y cada vez que se
produzcan nombramientos de abogados integrantes, la Corte, atendiendo a las
especialidades de aquéllos, determinará la o las salas a que ellos se integrarán de
preferencia (artículo 217, inciso 3°, del COT).
b.- El llamamiento de los abogados asignados preferentemente a una misma sala
se hará respetando el orden de su designación en la lista de su nombramiento. Igual
orden se respetará para llamar a los demás abogados integrantes cuando no sea posible
hacerlo con los que hubieren sido asignados preferentemente a la sala de que se trate
(artículo 217, inciso 4°, del COT).
En los casos en que no pudiere funcionar la Corte Suprema por inhabilidad de la
mayoría o de la totalidad de sus miembros, será integrada por Ministros de la Corte de
Apelaciones de Santiago, llamados por orden de su antigüedad (artículo 218, inciso 1°, del
COT).

78
Artículo 217 inciso 1° del COT. Para el nombramiento de los abogados integrantes de la Corte Suprema y
de las Cortes de Apelaciones ver artículo 219 del COT, en cuanto a su remuneración artículo 221 del mismo
Código.

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Las salas de la Corte Suprema no podrán funcionar con mayoría de abogados


integrantes, tanto en su funcionamiento ordinario como en el extraordinario (artículo 218,
inciso 2°, del COT).

26.3.3.- Disposiciones comunes.


Los secretarios de las respectivas Cortes llevarán un libro público de integraciones
y de asistencia al tribunal, en el que anotarán diariamente los nombres de los miembros
que no hayan asistido, con expresión de la causa de esta inasistencia, y de los
funcionarios o abogados que hayan sido llamados a integrar. De la integración deberá
dejarse testimonio en el respectivo proceso (artículo 220 del COT).

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TERCERA PARTE: ORGANISMOS AUXILIARES DE LA ADMINISTRACIÓN DE


JUSTICIA.

27.- La Fiscalía Judicial.

27.1.- Naturaleza y composición.

También llamado Ministerio Público Judicial, constituye un órgano auxiliar de la


administración de justicia que tiene por misión primordial representar ante los tribunales
de justicia los intereses generales de la sociedad, en determinados asuntos.

La fiscalía judicial es ejercida por el Fiscal Judicial de la Corte Suprema, 79 que es


el jefe del servicio, y por los fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones (artículo 350,
inciso 1°, del COT.

Los fiscales judiciales gozan de la misma inamovilidad que los jueces, tienen el
tratamiento de Señoría y les es aplicable todo lo prevenido respecto de los honores y
prerrogativas de los jueces (artículo 352 del COT).

La fiscalía judicial es, en lo tocante al ejercicio de sus funciones, independiente de


los tribunales de justicia, cerca de los cuales es llamado a ejercerlas. Puede, en
consecuencia, defender los intereses que le están encomendados en la forma que sus
convicciones se lo dicten, estableciendo las conclusiones que crea arregladas a la ley
(artículo 360 del COT).

Hasta la puesta en marcha de la reforma procesal penal, a los fiscales judiciales


les correspondía asegurar el interés de la sociedad en la persecución de actos punibles.
Sin embargo, desde diciembre del año 2000 dicha función corresponde al Ministerio
Público un nuevo organismo reconocido constitucionalmente como autónomo (artículo 83
de la CPR).

En consecuencia, sus funciones han quedado restringidas a emitir dictámenes


sobre puntos de derecho en causas civiles y en otras materias cuando así lo disponga la
ley.

79
En la actualidad el cargo lo ejerce doña Mónica Eugenia Maldonado Croquevielle.

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27.2.- Funcionamiento.

Los fiscales judiciales están sujetos a las instrucciones que les imparta el jefe del
servicio, verbalmente o por escrito, en los casos que este funcionario considere necesario
seguir un procedimiento especial tendiente a uniformar la acción del referido ministerio
(artículo 350, inciso 2°, del COT).

Las funciones de la fiscalía judicial se limitarán a los negocios judiciales y a los de


carácter administrativo del Estado en que una ley requiera especialmente su intervención
(artículo 350, inciso 3°, del COT).

27.2.1.- El Fiscal Judicial de la Corte Suprema.

Como ya señalamos es el jefe del servicio y tiene las siguientes funciones (artículo
353 del COT):

1° Vigilar, por sí, a los ministros y fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones,
y por sí o por medio de cualesquiera de los fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones
la conducta funcionaria de los demás tribunales y empleados del orden judicial,
exceptuados los miembros de la Corte Suprema, y para el solo efecto de dar cuenta a este
tribunal de las faltas o abusos o incorrecciones que notare, a fin de que la referida Corte,
si lo estima procedente, haga uso de las facultades correccionales, disciplinarias y
económicas que la Constitución y las leyes le confieren.

2° Transmitir y hacer cumplir al fiscal judicial que corresponda los requerimientos


que el Presidente de la República tenga a bien hacer con respecto a la conducta
ministerial de los jueces y demás empleados del Poder Judicial, para que reclame las
medidas disciplinarias que correspondan, del tribunal competente, o para que, si hubiere
mérito bastante, entable la correspondiente acusación.

Las funciones que corresponden al Ministerio Público Judicial para los efectos del
N° 13, del artículo 32 de la CPR serán ejercidas, por lo que hace a medidas de carácter
general, por el Fiscal de la Corte Suprema, y por lo que hace a medidas que afecten a
funcionarios determinados del orden judicial, por el Fiscal de la respectiva Corte de
Apelaciones.

27.2.2.- Los Fiscales Judiciales.

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Los fiscales judiciales obran, según la naturaleza de los negocios, o como parte
principal, o como terceros o como auxiliares del juez (artículo 354 del COT).

Cuando alguno de los fiscales judiciales obra como parte principal, figurará en
todos los trámites del juicio. En los demás casos bastará que antes de la sentencia o
decreto definitivo del juez o cuando éste lo estime conveniente, examine el proceso y
exponga las conclusiones que crea procedentes (artículo 355 del COT).

La Fiscalía Judicial debe ser oída en los casos que siguen (artículo 357 del
COT):

1° En las contiendas de competencia suscitadas por razón de la materia de la cosa


litigiosa o entre tribunales que ejerzan jurisdicción de diferente clase.

2° En los juicios sobre responsabilidad civil de los jueces o de cualesquiera


empleados públicos, por sus actos ministeriales.

3° En los juicios sobre estado civil de alguna persona.

4° En los negocios que afecten los bienes de las corporaciones o fundaciones de


derecho público, siempre que el interés de las mismas conste del proceso o resulte de la
naturaleza del negocio y cuyo conocimiento corresponda a un Ministro de Corte de
Apelaciones.

5° En general, en todo negocio respecto del cual las leyes prescriban expresamente
la audiencia o intervención del ministerio público judicial.

En cambio, no se oirá en segunda instancia a la fiscalía judicial en los negocios


que afecten los bienes de las corporaciones o fundaciones de derecho público, en los
juicios de hacienda y en los asuntos de jurisdicción voluntaria (artículo 358 del COT).

También puede intervenir como auxiliar del Juez. En efecto, pueden los
tribunales pedir el dictamen del respectivo fiscal judicial en todos los casos en que lo
estimen conveniente a excepción de la competencia en lo criminal (artículo 359 del COT).
Esta es una intervención voluntaria y queda entregada al criterio exclusivo del tribunal.

Finalmente, los fiscales judiciales pueden hacerse dar conocimiento de


cualesquiera asuntos en que crea se hallan comprometidos los intereses cuya defensa les

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ha confiado la ley. Requeridos los jueces por los fiscales judiciales, deberán hacerles
pasar inmediatamente el respectivo proceso, sin perjuicio del derecho de los interesados
para reclamar, si lo estimaren conveniente, contra la intervención de aquéllos. Podrán,
sin embargo, denegar esta remisión, cuando creyeren comprometer con ella el sigilo de
negocios que deben ser secretos (artículo 361 del COT).

Los fiscales judiciales provocarán la acción de la justicia siempre que en negocios


de su incumbencia fueren requeridos por el gobierno; pero deberán hacerlo en la forma
establecida en el inciso 2° del artículo 360 del COT (artículo 362 del mismo texto legal).

27.3.- Subrogación de los fiscales judiciales.

La falta de un fiscal judicial será suplida por otro del mismo tribunal cuando
hubiere más de uno; por el secretario de la Corte, empezando por el más antiguo cuando
hubiere dos o más, y a falta de éstos por el abogado que designe el tribunal respectivo y
que reúna los requisitos indispensables para desempeñar el cargo, los que no percibirán
remuneración alguna por este concepto (artículo 363 del COT).

27.4.- Responsabilidad de los fiscales judiciales.

La responsabilidad criminal y civil de los fiscales judiciales se regirá por las reglas
establecidas en el párrafo 8 del Título X del COT, en cuanto atendida la naturaleza de las
funciones de estos funcionarios, dichas reglas les sean aplicables (artículo 364 del COT).

De las acusaciones o demandas que se entablaren contra los fiscales judiciales


para hacer efectiva su responsabilidad conocerán los mismos tribunales designados por
la ley para conocer de las que se entablen contra los jueces.

Para determinar la competencia de los funcionarios de que se trata se considerará


como miembros de las Cortes de Apelaciones o suprema a los respectivos fiscales
judiciales.

28.- Los Defensores Públicos.

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195

28.1.- Concepto.

Son funcionarios auxiliares de la administración de justicia encargados de velar,


ante los tribunales, por los derechos e intereses de determinadas personas, las cuales en
razón de su capacidad imperfecta o situación material, no pueden hacerlo por sí mismas.

28.2.- Diferencias con la fiscalía judicial.

La fiscalía judicial vela por los intereses generales de la sociedad; en cambio, los
defensores públicos velan por los intereses de determinadas personas, como los menores,
los incapaces, los ausentes.

La fiscalía judicial es un servicio que está constituido jerárquicamente; en cambio,


los defensores públicos no están constituidos a base de jerarquía, no existe entre ellos
subordinación o dependencia.

Los fiscales judiciales son remunerados con fondos fiscales; en cambio, los
defensores públicos, por regla general, son remunerados por los propios interesados
mediante el sistema de “derechos”, señalados de antemano en los respectivos aranceles
judiciales.

28.3.- Constitución y remuneración de los defensores públicos.

Habrá por lo menos un defensor público en el territorio jurisdiccional de cada


juzgado de letras. En ciertas comunas de Santiago existen dos defensores que se
turnarán mensualmente en el ejercicio de sus funciones y se contarán como uno sólo en
los meses de enero y febrero (artículo 365 del COT).

En lo que respecta a su remuneración se distingue entre los defensores públicos


de Santiago y Valparaíso, que reciben sueldo del Estado, y el resto de los defensores del
país que reciben derechos por parte de los interesados, de acuerdo a un arancel (artículo
492, inciso 1°, del COT).

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28.4.- Funciones de los defensores públicos.

Por regla general, los defensores públicos desempeñan sus funciones


manifestando su opinión al tribunal que conoce de un negocio en que ellos deban
intervenir mediante informes o “vistas”, pero también les corresponde ejercer funciones de
representación y cautelares o velatorias.

28.4.1.- Facultades de representación de los defensores públicos.

Excepcionalmente pueden tomar la representación de determinadas personas,


asumiendo el rol de demandantes o demandados, y, aun, asistir a comparendo,
manifestando en ellos su opinión verbal. Por ejemplo: artículo 839 del CPC.

En el mismo sentido el artículo 367 del COT dispone que pueden los defensores
públicos representar en asuntos judiciales a los incapaces, a los ausentes y a las
fundaciones de beneficencia u obras pías, que no tengan guardador, procurador o
representante legal. Además, siempre que el mandatario de un ausente, cuyo paradero se
ignore, careciere de facultades para contestar nuevas demandas, asumirá la
representación del ausente el defensor respectivo, mientras el mandatario nombrado
obtiene la habilitación de su propia personería o el nombramiento de un apoderado
especial para este efecto, conforme a lo previsto en el artículo 11 del CPC.

28.4.2.- Facultades cautelares.

También les corresponde velar por el recto desempeño de las funciones de los
guardadores de incapaces, de los curadores de bienes, de los representantes legales de las
fundaciones de beneficencia y de los encargados de la ejecución de obras pías; y pueden
provocar la acción de la justicia en beneficio de estas personas y de estas obras, siempre
que lo estimen conveniente al exacto desempeño de dichas funciones (artículo 368 del
COT).

28.4.3.-Facultades dictaminadoras.

Esta función dictaminadora puede tener el carácter de obligatoria o facultativa.

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a).- Dictámenes obligatorios (artículo 366 del COT):

1° En los juicios que se susciten entre un representante legal y su representado;

2° En los actos de los incapaces o de sus representantes legales, de los curadores


de bienes, de los menores habilitados de edad, para los cuales actos exija la ley
autorización o aprobación judicial,80 y

3° En general, en todo negocio respecto del cual las leyes prescriban expresamente
la audiencia o intervención del ministerio de los defensores públicos o de los parientes de
los interesados.

Estos dictámenes o vistas se les solicitan por el tribunal antes de pronunciar


sentencia definitiva.

b).- Dictámenes facultativos:

Pueden los jueces oír al ministerio de los defensores públicos en los negocios que
interesen a los incapaces, a los ausentes, a las herencias yacentes, a los derechos de los
que están por nacer, a las personas jurídicas o a las obras pías, siempre que lo estimen
conveniente (artículo 369 del COT).

28.5.- Subrogación de los defensores públicos.

De acuerdo a los artículos 370 y 371 del COT, en los casos en que se hallare
accidentalmente impedido para desempeñar sus funciones algún defensor, incluso por
inhabilidad peculiar de determinados negocios e incompatibilidad de intereses o derechos,
será reemplazado por el otro si lo hubiere en la comuna o agrupación de comunas, en
caso contrario por un abogado que reúna los requisitos legales para desempeñar el cargo.

Si no pudiere tener aplicación la regla precedente, será reemplazado por una


persona entendida en la tramitación de los juicios y que no tenga incapacidad legal para
desempeñar el encargo.

La designación del reemplazante corresponderá al juez de la causa.

80
La calidad de menores habilitados de edad desapareció en virtud de lo dispuesto en la Ley N° 7.612, de 21
de octubre de 1943.

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No operará la subrogación en caso de licencia del defensor ni al de vacante de la


plaza por muerte, destitución o renuncia del que la servía.

29.- Los Relatores.

29.1.- Concepto.

Los relatores son funcionarios auxiliares de la administración de justicia que


tienen como función fundamental imponer a los tribunales colegiados acerca del
contenido de los negocios que ante ellos se ventilan.

En los tribunales unipersonales, el juez examina por si mismo los autos para
dictar resolución. En los tribunales colegiados, en cambio, sus miembros toman
conocimiento del proceso por medio del relator o del secretario, sin perjuicio del examen
que ellos crean necesario hacer por sí mismos (artículo 161 del CPC).

Si bien se trata de un auxiliar de la administración de justicia, los relatores son


abogados que preceden a los secretarios en las ceremonias públicas (artículo 376 del
COT).

29.2.- Funciones de los relatores:

Los relatores de las Cortes tendrán las siguientes funciones (artículo 372 del COT):

1° Dar cuenta diaria de las solicitudes que se presenten en calidad de urgentes, de


las que no pudieren ser despachadas por la sola indicación de la suma y de los negocios
que la Corte mandare pasar a ellos;

2° Poner en conocimiento de las partes o sus abogados el nombre de las personas


que integran el tribunal, en el caso a que se refiere el artículo 166 del CPC;

Se trata del caso en que una sala de la Corte se integra con personal que no sea el
ordinario, ya sea con un fiscal o con un abogado integrante.

3° Revisar los expedientes que se les entreguen y certificar que están en estado de
relación. En caso que sea necesario traer a la vista los documentos, cuadernos separados
y expedientes no acompañados o realizar trámites procesales previos a la vista de la

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causa, informará de ello al Presidente de la Corte, el cual decretará las providencias que
correspondan;

4° Hacer relación de los procesos;

Esta es la función básica de todo relator. Sus relaciones deben ser efectuadas de
una manera metódica y sistemática, dando fielmente razón de todos los documentos y
circunstancias que pueden contribuir a la decisión, de modo de dejar a los miembros del
tribunal en condiciones de resolver informadamente el negocio de que se trata. La Corte
debe quedar enteramente instruida del asunto (artículo 374 del COT).

Antes de hacer la relación los relatores deben dar cuenta a la Corte de todo vicio u
omisión substancial que notaren en los procesos; de los abusos que pudieren dar mérito
a que la Corte ejerza las atribuciones que le confieren los artículos 539 y 540 del COT y
de todas aquellas faltas o abusos que las leyes castigan con multas determinadas
(artículos 373, inciso 1°, del COT y 222 del CPC).

Las causas que se ordene tramitar, las suspendidas y las que por cualquier motivo
no hayan de verse, serán anunciadas en la tabla antes de comenzar la relación de las
demás. Asimismo, en esa oportunidad deberán señalarse aquellas causas que no se verán
durante la audiencia, por falta de tiempo (artículo 373, inciso 2°, del COT).

La relación es un acto público que se efectúa en presencia de los abogados de las


partes que hayan asistido y se hubieren anunciado para alegar. Constituye el inicio de la
vista de la causa y durante ella los Ministros pueden formular preguntas o hacer
observaciones al relator. Concluida la relación, se procede a escuchar, en audiencia
pública, los alegatos de los abogados (artículos 9° del COT y 223 del CPC).

El relator debe, además, dar cuenta a la sala de los abogados que hubiesen
solicitado alegatos o se hubiesen anunciado para alegar y no concurrieren a la audiencia
respectiva. El Presidente de la sala oirá al interesado, y, si encontrare mérito para
sancionarlo, le aplicará una multa. El sancionado no podrá alegar en esa misma Corte
mientras no pague la multa (artículo 223, inciso final, del CPC).

5° Anotar el día de la vista de cada causa los nombres de los jueces que hubieren
concurrido a ella, si no fuere despachada inmediatamente.

199
200

La causa no se despacha de inmediato cuando queda “en acuerdo”; y queda en


este estado, sea porque se ha decretado una medida para mejor resolver, sea porque se
ha estimado por los jueces que requiere de un mayor estudio la adopción del fallo.

En la nota de acuerdo que el relator estampa en el expediente, destacará el


nombre del miembro del tribunal a quien corresponde la redacción de la sentencia.

6° Cotejar con los procesos los informes en derecho, y anotar bajo su firma la
conformidad o disconformidad que notaren entre el mérito de éstos y los hechos
expuestos en aquéllos.

29.3.- Carácter de las funciones de los relatores.

Examinadas con detención las funciones de los relatores se puede apreciar que, en
ciertos casos intervienen como informantes del tribunal colegiado y, en otros, como
verdaderos ministros de fe.

Actúan como ministros de fe cuando comunican la composición del tribunal en la


respectiva “acta de instalación”; cuando dejan constancia de los nombres de los jueces
que intervinieron en la vista de la causa y no es despachada de inmediato, a través de la
nota de acuerdo; cuando efectúan la operación del cotejo de los informes en derecho,
certificando la conformidad o disconformidad de ellos con los hechos expuestos en el
proceso; y cuando dejan la constancia de la recusación de los abogados integrantes, de
conformidad a lo establecido en el artículo 198 del COT.

29.4.- El deber de reserva.

Se prohíbe a los relatores revelar las sentencias y acuerdos del tribunal antes de
estar firmados y publicados (artículo 375 del COT).

Recordemos que, de acuerdo al artículo 81 del COT, las Cortes celebran sus
acuerdos privadamente.

29.5.- Subrogación de los relatores.

De conformidad a lo establecido en el artículo 377 del COT, cuando algún relator


estuviere implicado, fuere recusado o de cualquiera otra manera se imposibilitare para el
ejercicio de sus funciones, será reemplazado por alguno de los otros relatores, si los

200
201

hubiere, y, en caso contrario, por un abogado designado por la respectiva Corte. No


obstante puede el Secretario de una Corte dar la cuenta diaria (artículo 378 del COT).

Si el impedimento durare o hubiere de durar más de quince días, y no fuere


peculiar de determinados negocios, pasará la Corte al Presidente de la República la
respectiva propuesta a fin de que nombre a un suplente.

Igual propuesta se efectuará para el nombramiento de interino, en el caso de


vacancia del empleo.

29.6.- Remuneración de los relatores.

Los relatores tienen sueldos fiscales, los que se encuentran señalados en las leyes
especiales respectivas. En su carácter de tales no pueden cobrar emolumentos de
ninguna clase.

30.- Los Secretarios.

30.1.- Concepto.

Los secretarios de las Cortes y juzgados, 81 son ministros de fe pública encargados


de autorizar, salvo las excepciones legales, todas las providencias, despachos y actos
emanados de aquellas autoridades, y de custodiar los procesos y todos los documentos y
papeles que sean presentados al tribunal (artículo 379 del COT).

Las descritas precedentemente son las funciones fundamentales de los secretarios,


sin embargo, como veremos a continuación, tienen muchas otras.

30.2.- Funciones de los secretarios:

Estos ministros de fe tienen, además, las siguientes funciones (artículo 380 del
COT):

1° Dar cuenta diariamente a la Corte o juzgado de las solicitudes que presentaren


las partes;

81
En los nuevos tribunales penales no existe la figura del secretario.

201
202

2° Autorizar las providencias o resoluciones que sobre dichas solicitudes


recayeren, y hacerlas saber a los interesados que acudieren a la oficina para tomar
conocimiento de ellas, anotando en el proceso las notificaciones que hicieren, y practicar
las notificaciones por el estado diario;

Autorizar las resoluciones equivale a dar fe de la autenticidad de la firma del juez o


jueces que las suscriben.

3° Dar conocimiento a cualquiera persona que lo solicitare de los procesos que


tengan archivados en sus oficinas, y de todos los actos emanados de la Corte o juzgado,
salvo los casos en que el procedimiento deba ser secreto en virtud de una disposición
expresa de la ley;

4° Guardar con el conveniente arreglo los procesos y los demás papeles de su


oficina, sujetándose a las órdenes e instrucciones que la Corte o juzgado respectivo les
diere sobre el particular;

Dentro de los seis meses de estar practicada la visita de que trata el artículo 564
del COT, enviarán lo procesos iniciados en su oficina y que estuvieren en estado, al
archivo correspondiente.

5° Autorizar los poderes judiciales que puedan otorgarse ante ellos, y

6° Las demás que les impongan las leyes.

En realidad estas funciones son variadísimas y se encuentran esparcidas en los


diversos Códigos y numerosas leyes, por ejemplo:

En los tribunales unipersonales:

a.- La subrogación del juez titular (artículos 211 y 214 del COT).

b.- Hacer al juez la relación de los incidentes y el despacho diario de mero trámite,
el que será revisado y firmado por el juez (artículo 381 del COT).

En materia civil, todo escrito debe presentarse al tribunal por conducto del
secretario y éste a su vez debe presentarlo al tribunal para su despacho el mismo día o al
día siguiente hábil. Los secretarios letrados de los juzgados civiles deben dictar por sí
solos los decretos, providencias o proveídos, resoluciones que serán autorizadas por el

202
203

oficial primero. La reposición en su caso será resuelta por el juez (artículos 31 y 33 del
CPC).

En materia laboral, además, corresponde al secretario abogado de los Juzgados


del Trabajo tramitar los juicios ejecutivos y los procedimientos incidentales de
cumplimiento del fallo. Al efecto deben dictar todas las resoluciones que procedan hasta
que la causa quede en estado de fallo, incluyendo las sentencias interlocutorias que no
pongan término al juicio ni hagan imposible su continuación. Corresponde al juez dictar
las sentencias definitivas y las sentencias interlocutorias que pongan término al juicio o
hagan imposible su continuación. Las resoluciones que dicte el secretario serán
autorizadas por el oficial primero (artículo 428 del COT).

c.- La redacción de los avisos de remate de los bienes inmuebles en el juicio


ejecutivo (artículo 489 inciso final del CPC).

d.- Confeccionar el acta del remate y llevar el registro de los mismos (artículo 495
del CPC).

En los tribunales colegiados:

a.- En las Cortes de Apelaciones que consten de una sala, los secretarios estarán
obligados hacer la relación de la tabla ordinaria durante los días de la semana que
acuerde el tribunal (artículo 383 del COT).

b.- Fijar en la puerta de la secretaría una nómina de las causas que queden en
estado de acuerdo y una estadística completa del movimiento de causas y demás negocios
de que conozca el tribunal (artículos 587 y 588 del COT).

c.- Confeccionar eventualmente el acta de instalación de la sala (artículo 166 del


CPC).

d.- Anotar en las solicitudes de adhesión a la apelación y desistimiento del recurso


la hora en que se entreguen (artículo 217 inciso final del CPC).

Los secretarios de ambos tipos de tribunales pueden, además, intervenir como


ministros de fe en los juicios arbitrales y especialmente en los de partición (artículo 632 y
648 del CPC).

203
204

30.3.- Obligaciones de los secretarios.

Obligaciones generales (artículo 384 del COT):

1° Llevar un registro foliado compuesto por copias escritas a máquina, autorizadas


por el secretario, de las sentencias definitivas que se dicten en los asuntos civiles
contenciosos o voluntarios (artículo 826 del CPC).

También se copiarán en dicho libro las sentencias interlocutorias que pongan


término al juicio o hagan imposible su continuación.

En los tribunales colegiados se formará el mismo registro y cada registro con más
de quinientas páginas se empastará anualmente.

2° Llevar el registro de los depósitos a que se refiere el artículo 517 del COT.

3° Llevar los demás registros que ordenen las leyes o el tribunal.

Obligaciones especiales de los secretarios de juzgados de letras:

Quienes deben llevar también un libro donde se estampen, con la firma del juez,
las resoluciones que miren al régimen económico y disciplinario del juzgado (libro de
decretos económicos; artículo 384, inciso final, del COT).

Obligaciones especiales de los secretarios de los tribunales colegiados:

Estos secretarios deben llevar también los siguientes libros (artículo 386 del COT):

a.- El de acuerdos que el tribunal celebre en asuntos administrativos.

b.- El de juramentos, en el cual deberán insertarse las diligencias de los


juramentos que tome el Presidente.

c.- El libro público de integraciones y asistencia al tribunal (artículo 220 del COT).

d.- El libro de acuerdos y votos disidentes en lo jurisdiccional a que se refiere el


artículo 89 del COT.

30.4.- Subrogación de los secretarios.

204
205

Cuando algún secretario se enfermare, o falleciere, o estuviere implicado, o fuere


recusado, o faltare por cualquiera otra causa será subrogado de la forma que sigue
(artículo 388 del COT):

El secretario de la Corte Suprema, por el prosecretario, y el de una Corte de


Apelaciones, por el otro si lo hubiere.

El de un juzgado de letras, por el oficial primero de la secretaría.

Cuando no puedan observarse las reglas precedentes, la subrogación se hará por


el oficial primero de la Corte o por el ministro de fe que respectivamente designen los
Presidentes de las referidas Cortes o el Juez en su caso.

30.5.- Remuneración de los secretarios.

Los secretarios tienen sueldos fiscales, los que se encuentran señalados en las
leyes especiales respectivas. En su carácter de tales no pueden cobrar emolumentos de
ninguna clase, salvo los que puedan corresponderles cuando desempeñen los cargos de
actuarios en juicios arbitrales o de ministros de fe en la facción de inventarios (artículo
492 del COT).

También tienen derecho a honorario por su desempeño como peritos tasadores en


las gestiones de posesión efectiva de la herencia.82

31.- Los administradores de tribunales penales.

31.1.- Concepto.

Son funcionarios auxiliares de la administración de justicia encargados de


organizar y controlar la gestión administrativa de los tribunales de juicio oral en lo penal
y de los juzgados de garantía (artículo 389 A del COT).

82
Artículo 46 letra c) de la Ley N° 16.271 de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y Donaciones.

205
206

Les son aplicables las disposiciones generales establecidas para los auxiliares de
la administración de justicia, en cuanto no se opongan ala naturaleza de sus funciones
(artículo 389 E del COT).

Es la figura fundamental del área administrativa, que responde ante el Comité de


Jueces por el adecuado funcionamiento del tribunal, en lo que dice relación con los
objetivos trazados, el cumplimiento de las metas y a la calidad del servicio.
Requiere de título profesional en las áreas de administración y gestión, obtenido
en alguna Universidad o Instituto Profesional después de ocho semestres de estudios, a lo
menos. Excepcionalmente, en los juzgados de garantía de asiento de comuna o
agrupación de comunas, la Corte de Apelaciones respectiva podrá autorizar el
nombramiento de un administrador con un título técnico de nivel superior o título
profesional de las mismas áreas, de una carrera con una duración menor a la señalada. 83
Es el responsable de administrar eficaz y eficientemente los recursos humanos,
materiales y financieros asignados.

31.2.- Constitución del cargo.


Son designados por el comité de jueces, previo concurso público de antecedentes a
que debe llamar el juez presidente, el cual deberá elaborar una terna al efecto (artículo
389 D del COT). Su remoción puede ser solicitada por el juez presidente y será resuelta
por el comité de jueces, con apelación ante el presidente de la Corte de Apelaciones
respectiva.
De la esencia de una buena relación entre Administrador y Comité de Jueces es el
respeto profesional mutuo. Hemos sabido que algunos Jueces aún tienen muy presente el
control que ejercían sobre la función administrativa dentro del tribunal tradicional y
tratan de mantenerlo dentro del nuevo esquema, estimando que el Administrador, más
que un profesional responsable de su propia gestión, es un subordinado que debe
responder a todas sus necesidades.

31.3.- Funciones del Administrador (artículo 389 B del COT).


a).- Dirigir las labores administrativas propias del funcionamiento del tribunal o
juzgado, bajo la supervisión del juez presidente del comité de jueces;

83
Art. 389 C del COT.

206
207

b).- Proponer al comité de jueces la designación del subadministrador, de los jefes


de unidades y de los empleados del tribunal;
c).- Proponer al juez presidente la distribución del personal;
d).- Evaluar al personal a su cargo;
e).- Distribuir las causas a los jueces o a las salas del respectivo tribunal,
conforme al procedimiento objetivo y general aprobado;
f).- Remover al subadministrador, a los jefes de unidad y a los empleados de
conformidad con lo dispuesto en el Art.389 F;
g).- Llevar la contabilidad y administrar la cuenta corriente del tribunal de acuerdo
con las instrucciones del juez presidente;
h).- Dar cuenta al juez presidente acerca de la gestión administrativa del tribunal
o juzgado;
i).- Elaborar el presupuesto anual, que deberá ser presentado al juez presidente a
más tardar en el mes de Mayo del año anterior al ejercicio correspondiente. El
presupuesto deberá contener una propuesta detallada de la inversión de los recursos que
requerirá el tribunal en el ejercicio siguiente;
j).- Adquirir y abastecer de materiales de trabajo al tribunal, en conformidad con el
plan presupuestario aprobado para el año respectivo, y
k).- Ejercer las demás tareas que le sean asignadas por el comité de jueces o el
juez presidente o que determinen las leyes.
Para el cumplimiento de sus funciones, el administrador del tribunal se atendrá a
las políticas generales de selección de personal, de evaluación, de administración de
recursos materiales y de personal, de diseño y análisis de la información estadística y
demás que dicte el Consejo de la Corporación Administrativa del Poder Judicial.

Como en los nuevos tribunales penales no existe secretario, corresponde al jefe de


la unidad de administración de causas autorizar el mandato judicial y efectuar las
certificaciones que la ley señale expresamente (artículo 389 G del COT).

31.4.- Remuneración.

El administrador de tribunal penal percibe un sueldo fijo con cargo a las arcas
fiscales.

207
208

32.- Los Receptores.

32.1.- Concepto.

Son Ministros de fe pública encargados de hacer saber a las partes, fuera de las
oficinas de los secretarios, los decretos y resoluciones de los tribunales de justicia, y de
evacuar todas aquellas diligencias que los mismos tribunales les cometieren (artículo 390,
inciso 1°, del COT).

32.2.- Tribunales ante los cuales ejercen sus funciones.

Los receptores estarán al servicio de la Corte Suprema, de las Cortes de


Apelaciones y de los juzgados de letras del territorio jurisdiccional al que estén adscritos
(artículo 391 del COT).

Ejercerán sus funciones en todo el territorio jurisdiccional del respectivo tribunal.


Sin embargo, también podrán practicar las actuaciones ordenadas por éste, en otra
comuna comprendida dentro del territorio jurisdiccional de la misma Corte de
Apelaciones.

32.3.- Constitución de los receptores.

Para cada comuna o agrupación de comunas que constituye el territorio


jurisdiccional de juzgados de letras, habrá el número de receptores que determine el
Presidente de la República, previo informe favorable de la respectiva Corte de Apelaciones
(artículo 392 del COT).

Sin perjuicio de lo anterior, podrá el tribunal de la causa designar receptor a un


empleado de secretaría para el solo efecto de que practique una diligencia determinada
que no pueda realizarse por ausencia, inhabilidad u otro motivo calificado, por los
receptores judiciales. Esta designación deberá hacerse mediante resolución fundada,
escrita en el libro de decretos económicos, dejándose constancia en el respectivo
expediente. La persona designada prestará juramento ante el mismo tribunal; practicará
la diligencia encomendada ciñéndose a las obligaciones impuestas por el artículo 393 del
COT, y quedará facultada para cobrar los derechos que correspondan de acuerdo con el
arancel de receptores judiciales.

208
209

La designación mencionada se transcribirá, en cada caso, al respectivo ministro


visitador del tribunal.

Las reglas precedentes de designación de empleados no tienen aplicación en los


juzgados de letras dependientes de la Corte de Apelaciones de Santiago.

32.4.- Funciones de los receptores:

1° Notificar a las partes las resoluciones de los tribunales de justicia, fuera de las
oficinas de los secretarios (artículo 390, inciso 1°, del COT). Se trata de las notificaciones
personales y por cédula, reglamentadas en el CPC.

2° Evacuar todas aquellas diligencias que los tribunales de justicia les cometieren
(artículo 390, inciso 1°, del COT).

El encargo se hace a través de una resolución judicial, de modo que los receptores
no pueden efectuar diligencias no contempladas por la ley, sin previo decreto del tribunal.

3° Recibir las informaciones sumarias de testigos en actos de jurisdicción


voluntaria o en juicios civiles (artículo 390, inciso 2°, del COT). Se entiende por
información sumaria la prueba de cualquier especie, rendida sin notificación ni
intervención de contradictor y sin previo señalamiento de término probatorio (artículo 818
del CPC).

4° Actuar en los juicios civiles como ministros de fe en la recepción de la prueba


testimonial y en la diligencia de absolución de posiciones (artículos 30, inciso 2°, del COT;
370, 388 y 395 del CPC.

5° Cumplir las demás funciones que otras leyes les asignan.

Por ejemplo: hacer la oferta en el pago por consignación (artículo 1600 N° 5 del
CC), expresar al ejecutado, en el acto de requerimiento de pago, el plazo que tiene para
oponer excepciones (artículo 462 del CPC); desempeñarse como actuarios en los juicios
arbitrales (artículo 632 del CPC); actuar de ministros de fe en la confección de inventarios
solemnes (artículo 859 N° 1 del CPC), etc.

9.6.5.- Obligaciones de los receptores.

Estos ministros de fe deben (artículo 393 del COT):

209
210

a).- Cumplir con prontitud, diligencia y fidelidad las notificaciones y demás


diligencias que se le encomienden, ciñéndose en todo a la legislación vigente.

Los receptores sólo podrán retirar de la secretaría del tribunal las piezas del
expediente que sean estrictamente necesarias para la realización de la diligencia que
deban efectuar. El expediente o el respectivo cuaderno, en su caso deberán devolverse a
la secretaría del tribunal dentro de los dos días hábiles siguientes a la fecha en que se
practicó la diligencia, con la debida constancia de todo lo obrado. Todo incumplimiento a
esta norma constituirá falta grave a las funciones y será sancionado por el tribunal,
previa audiencia del afectado, con alguna de las medidas contempladas en los números 2,
3 y 4 del artículo 532 del COT. En caso de reincidencia, el juez deberá aplicar la medida
de suspensión de funciones por un mes.

b).- Deben dejar testimonio íntegro de las actuaciones que realicen en los autos
respectivos.

Toda falsedad en un testimonio castigada por la ley llevará consigo la pena


accesoria de inhabilitación especial perpetua para desempeñar funciones en la
Administración de Justicia, sin perjuicio de las otras penas accesorias que procedan en
conformidad a la ley.

c).- Deben también, obligatoriamente, anotar bajo su firma y al margen de la


diligencia los derechos que perciban de las partes.

Los receptores no pueden cobrar derechos superiores a los que establezca el


arancel fijado anualmente por el Presidente de la República, previo informe de la Corte
Suprema.

El cobro indebido de derechos o de monto superior al fijado en el arancel será


castigado con el máximo de la pena que establece el artículo 241 del Código Penal y con la
suspensión del cargo por dos meses.

d).- Deben emitir al interesado la respectiva boleta de honorarios.

e).- Deben servir gratuitamente a quienes gocen del privilegio de pobreza, de


conformidad a lo establecido en el artículo 595 del COT.

210
211

Los receptores sólo podrán hacer uso del auxilio de la fuerza pública que decrete
un tribunal para la realización de determinada diligencia respecto de la cual fue
autorizado. El uso no autorizado o la amenaza de uso del auxilio de la fuerza pública sin
estar decretado, será sancionado en la forma prevista en el N° 4 del artículo 532 del COT.

32.6.- Remuneración de los receptores.

Estos Ministros de Fe no tienen una remuneración del Estado, sino que perciben
derechos por las actuaciones que realizan y que deben ser pagados por los litigantes o por
el interesado que le encomiende la práctica de esa diligencia. Estos derechos están
determinados por un arancel que dicta el Presidente de la República a través del
Ministerio de Justicia.

33.- Los Procuradores del Número.

33.1.- Nociones generales.

En general procurador es toda persona que representa a otra, ante los tribunales
de justicia, por encargo de ella. La palabra procurador es sinónima de mandatario y de
apoderado.

33.2.- Clases de procuradores.

En nuestra legislación existen diversas clases de procuradores o mandatarios


judiciales; los procuradores del número, los procuradores comunes u ordinarios y los
abogados patrocinantes.

El acto por el cual una parte encomienda a un procurador la representación de


sus derechos en juicio, es un mandato y se rige por las reglas establecidas en el CC para
los contratos de esta clase y por las normas especiales del COT (artículo 395 del COT).

No obstante lo señalado, existen diferencias notables entre el mandato civil y el


mandato judicial. Así, mientras el mandato civil es, por regla general, consensual, el

211
212

judicial se constituye siempre en forma solemne (artículo 6° del CPC); y mientras el


mandato civil termina por la muerte del mandante, el judicial no termina por este suceso
y dura en tanto no se extinga por los demás medios de extinción contemplados en la ley
(artículo 396 del COT).

33.3.- Concepto.

Los procuradores del número son oficiales de la administración de justicia,


encargados de representar en juicio a las partes (artículo 394, inciso 1°, del COT).

En consecuencia, lo que caracteriza a los procuradores del número y los diferencia


de los otros tipos de procuradores es su condición de funcionarios auxiliares de la
administración de justicia, o sea, que para desempeñar sus funciones requieren de un
título especial otorgado por la autoridad pública competente.

La designación de procurador del número no exime a la parte de la obligación


general de designar abogado patrocinante en la causa (artículo 1° de la Ley N° 18.120).

33.4.- Constitución.

Habrá para cada comuna o agrupación de comunas los procuradores del número
que el Presidente de la República determine, previo informe de la Corte de Apelaciones
respectiva (artículo 394, inciso 2°, del COT).

33.5.- Funciones:

a.- Representar a las partes en juicio. Comprendiendo también la representación


en los asuntos voluntarios.

b.- Representar a las partes ante la Corte Suprema. En efecto, ante nuestro
máximo tribunal sólo se puede comparecer por abogado habilitado o por procurador del
número (artículo 398 del COT).

212
213

c.- Representar a las partes ante las Cortes de Apelaciones. No se trata de una
función exclusiva de los procuradores del número, toda vez que las partes pueden
comparecer personalmente o por abogado.

d.- Servir de procurador judicial a las partes en juicio, cuando sean varias y
deduzcan idénticas pretensiones u opongan idénticas excepciones y la contraparte exija la
designación de procurador común y esto no se obtenga por la unanimidad de dichas
partes, debiendo hacer el nombramiento el propio juez (artículos 13 y 19 del CPC).

33.6.- Obligaciones:

Los procuradores del número deben (artículo 397 del COT):

a.- Ejecutar rectamente el mandato.

b.- Dar los avisos convenientes sobre el estado de los asuntos que tuvieren a su
cargo, o sobre las providencias y resoluciones que en ellos se libraren, a los abogados a
quienes estuviere encomendada la defensa de los mismos asuntos.

c.- Servir gratuitamente a aquellos que gozan del privilegio de pobreza.

d.- Asistir a la secretaría de los tribunales e instruirse de lo que les concierne en el


despacho de los negocios (artículo 476, inciso 2°, del COT).

e.- Los procuradores del número deben limitarse estrictamente a los términos de
su mandato y no les es lícito hacer acto alguno de abogado, salvo que posean este título y
se encuentren habilitados. No obstante, los procuradores del número no podrán ejercer la
profesión de abogado ante las Cortes de Apelaciones en que actúan. La contravención
será castigada con multa, y remoción en caso de reincidencia, que acordará el pleno de la
respectiva Corte de Apelaciones (artículo 5° Ley 18.120).

33.7.- Remuneración.

Los procuradores del número no tienen remuneración del Estado, sólo perciben
derechos de las propias partes que le confieren su representación (artículo 492, inciso 1°,
COT).

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34.- Los Notarios.

34.1.- Concepto.

Son ministros de fe pública encargados de autorizar y guardar en su archivo los


instrumentos que ante ellos se otorgaren, de dar a las partes interesadas los testimonios
que pidieren, y de practicar las demás diligencias que la ley les encomiende (artículo 399
del COT).

34.2.- Constitución.

En cada comuna o agrupación de comunas que constituya territorio jurisdiccional


de jueces de letras, habrá a lo menos un notario (artículo 400 del COT).

En aquellos territorios jurisdiccionales formados por una agrupación de comunas,


el Presidente de la República, previo informe favorable de la Corte de Apelaciones
respectiva, podrá crear nuevas notarías disponiendo que los titulares establezcan sus
oficios dentro del territorio de una comuna determinada. Estos notarios podrán ejercer
sus funciones dentro de todo el territorio del juzgado de letras en lo civil que corresponda.

En aquellas comunas en que exista más de una notaría, el Presidente de la


República asignará a cada una de ellas una numeración correlativa, independientemente
del nombre de quienes las sirvan.

Ningún notario podrá ejercer sus funciones fuera de su respectivo territorio.

34.3.- Funciones de los Notarios.

Son funciones de los notarios (artículo 401 del COT):

1.- Extender los instrumentos públicos con arreglo a las instrucciones que, de
palabra o por escrito, les dieren las partes otorgantes.

2.- Levantar inventarios solemnes.

3.- Efectuar protestos de letras de cambio y demás documentos mercantiles.

4.- Notificar los traspasos de acciones y constituciones y notificaciones que se les


solicitaren.

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215

5.- Asistir a las juntas generales de accionistas de sociedades anónimas, para los
efectos que la ley o reglamento de ellas lo exigieren.

6.- En general dar fe de los hechos para que fueren requeridos y que no estuvieren
encomendados a otros funcionarios.

7.- Guardar y conservar en riguroso orden cronológico los instrumentos que ante
ellos se otorguen, en forma de precaver todo extravío y hacer fácil y expedito su examen.

8.- Otorgar certificados o testimonios de los actos celebrados ante ellos o


protocolizados en sus registros.

9.- Facilitar, a cualquiera persona que o solicite, el examen de los instrumentos


públicos que ante ellos se otorguen y documentos que protocolicen.

10.- Autorizar las firmas que se estampen en documentos privados, sea en su


presencia o cuya autenticidad les conste.

11.- Las demás que les encomienden las leyes.

34.4.- Subrogación de los notarios.

Cuando un notario se ausentare o inhabilitare para el ejercicio de sus funciones,


el juez de letras respectivo de turno, designará al abogado que haya de reemplazarle,
mientras dure el impedimento o estuviere sin proveerse el cargo (artículo 402 del COT).

En los lugares de asiento de Corte de Apelaciones la designación de reemplazante


corresponderá al Presidente de ella.

En ambos casos y siempre que no se trate de la aplicación de medidas


disciplinarias que provoquen la inhabilidad del notario, éste podrá proponer al juez, el
abogado que deba reemplazarlo bajo su responsabilidad.

Durante el tiempo que durare la ausencia o inhabilidad del notario, el


reemplazante designado podrá autorizar las escrituras públicas y dar término a aquellas
actuaciones iniciadas por el titular que hayan quedado pendientes debiendo dejar
constancia de tal circunstancia en el respectivo instrumento. Del mismo modo podrá

215
216

proceder el titular respecto de las escrituras públicas y actuaciones iniciadas por el


reemplazante.

34.5.- Análisis de algunas actuaciones relevantes del notario.

34.5.1.- Las escrituras públicas.

La escritura pública es el instrumento público o auténtico otorgado con las


solemnidades que fija la ley, por el competente notario e incorporado en su protocolo o
registro público (artículo 403 del COT).

Se trata de una especie de instrumento público, esto es, aquél autorizado con las
solemnidades legales por el competente funcionario (artículo 1699, inciso 1°, del CC).

La importancia de los instrumentos públicos y, por ende, de la escritura pública,


radica en el rol y fuerza probatoria que les asigna la ley sustantiva civil. En efecto, en
ciertos casos, el otorgamiento de la escritura pública es una solemnidad generadora del
acto o contrato mismo y, en otro casos, es una solemnidad destinada exclusivamente a
servir de prueba preconstituida y auténtica del acto o contrato a que ella se refiere.

En cuanto a su otorgamiento, deben escribirse en idioma castellano y estilo claro y


preciso, no pueden emplearse abreviaturas, cifras ni otros signos que los caracteres de
uso corriente, ni contener espacios en blanco. Pueden emplearse palabras de otro idioma
siempre que sean generalmente usadas o como término de una determinada ciencia o
arte. El notario debe inutilizar con su firma y sello, el reverso no escrito de las hojas de la
escritura o de sus copias (artículo 404 del COT).

Las escrituras públicas deben otorgarse ante notario y pueden ser manuscritas,
mecanografiadas o en otra forma que leyes especiales autoricen; deben indicar el lugar y
fecha de su otorgamiento, la individualización del notario autorizante y el nombre de los
comparecientes, con expresión de su nacionalidad, estado civil, profesión, domicilio y
cédula de identidad, o en su caso, pasaporte o documento de identificación idóneo
(artículo 405, inciso 1°, del COT).

Al autorizar la escritura el notario indicará el número de anotación que tenga en el


repertorio, la que se hará el día en que sea firmada por el primero de los otorgantes. El

216
217

reglamento fijará la forma y demás características que deben tener los originales de la
escritura pública y sus copias (artículo 405, incisos 2° y 3°, del COT).

Las escrituras deben ser rubricadas y selladas en todas sus fojas por el notario
(artículo 406, inciso 1°, del COT).

Antes de firmar los otorgantes debe procederse a la lectura de la escritura, ya sea


por el notario a viva voz o por cada parte (artículo 407 del COT). Si alguno de los
comparecientes o todos ellos no supieren o no pudieren firmar, lo hará a su ruego uno de
los otorgantes que no tenga interés contrario o una tercera persona, debiendo los que no
firmen estampar la impresión de su digito pulgar derecho, o en su defecto izquierdo
(artículo 408 del COT).

En principio la inserción de documentos es facultativa, sin embargo, en ciertos


casos la ley lo exige. En estos casos se debe exhibir el documento al notario, quien dejará
constancia de este hecho antes o después de la firma de los otorgantes identificándolo y
agregando el documento al final del protocolo (artículo 410 del COT).

Se tendrán por no escritas las adiciones, apostillas, entrerrenglonaduras,


raspaduras o enmendaturas u otra alteración en las escrituras originales que no
aparezcan salvadas al final y antes de las firmas de los que las suscriban. Es deber del
notario salvar dichas alteraciones (artículo 411 del COT).

El notario autorizará las escrituras una vez que éstas estén completas y hayan
sido firmadas por todos los comparecientes (artículo 413, inciso final, del COT). Además,
debe velar por el cumplimiento de las obligaciones de orden tributario que imponen
numerosas leyes especiales.

Finalmente, las escrituras de constitución, modificación, resciliación o liquidación


de sociedades, de liquidación de sociedades conyugales, de partición de bienes, escrituras
constitutivas de personalidad jurídica, de asociaciones de canalistas, cooperativas,
contratos de transacciones y contratos de emisión de bonos de sociedades anónimas, sólo
podrán ser extendidas sobre la base de minutas firmadas por abogado. En este caso
deberá dejarse constancia del nombre del abogado redactor. Esta obligación no regirá en
los lugares donde no hubiere abogados en un número superior a tres (artículo 413 del
COT).

217
218

34.5.2.- Las protocolizaciones.

Protocolización es el hecho de agregar un documento al final del registro de un


notario, a pedido de quien lo solicita, dejando constancia de ello en el libro repertorio el
día en que se presente el documento (artículo 415 del COT).

El documento protocolizado sólo podrá ser desglosado del protocolo en virtud de


decreto judicial (artículo 418 del COT).

No pueden protocolizarse, ni su protocolización producirá efecto alguno, los


documentos en que se consignen actos o contratos con causa u objeto ilícitos, salvo que
lo pidan personas distintas de los otorgantes o beneficiarios de ellos (artículo 416 del
COT).

La protocolización de testamentos cerrados, orales o privilegiados, ordenada por


los jueces y la de los otorgados fuera del registro del notario, deberán hacerse agregando
su original al protocolo con los antecedentes que lo acompañen. Para protocolizar los
testamentos será suficiente la sola firma del notario en el libro repertorio (artículo 417 del
COT).

34.5.3.- Copias de escrituras públicas y documentos protocolizados.

Sólo podrán dar copias autorizadas de escrituras públicas o documentos


protocolizados el notario autorizante, el que lo subroga o suceda legalmente o el archivero
a cuyo cargo esté el protocolo respectivo (artículo 421 del COT).

Las copias podrán ser manuscritas, dactilografiadas, impresas, fotocopiadas,


litografiadas o fotograbadas. En ellas deberá expresarse que son testimonio fiel de su
original y llevarán la fecha, la firma y sello del funcionario autorizante. El notario otorgará
tantas copias cuantas se soliciten (artículo 422 del COT).

Los notarios no podrán otorgar copia de una escritura pública o de un documento


protocolizado mientras no se hayan pagado los impuestos que correspondan (artículo 423
del COT).

34.5.5.- Autorización de firmas en documentos privados.

218
219

Los notarios podrán autorizar las firmas que se estampen en documentos


privados, siempre que den fe del conocimiento o de la identidad de los firmantes y dejen
constancia de la fecha en que se firman (artículo 425 del COT).

Los testimonios autorizados por el notario, como copias, fotocopias o


reproducciones fieles de documentos públicos o privados, tendrán valor en conformidad a
las reglas generales.

34.6.- Libros que deben llevar los notarios.

Los notarios deben llevar cuatro clases de libros, a saber: el protocolo, un libro
repertorio de escrituras públicas y documentos protocolizados, un libro índice público y
un libro índice privado.

El protocolo, es aquel libro en el cual se van insertando las escrituras en el orden


numérico que les haya correspondido en el repertorio, agregándose a continuación de
éstas los documentos a que se refiere el artículo 415 del COT – documentos
protocolizados – en el orden numérico que les haya correspondido en el repertorio. Los
protocolos deben empastarse periódicamente y llevarán, además, un índice de las
escrituras y documentos protocolizados que contenga (artículo 429 del COT).

El libro repertorio de escrituras públicas y documentos protocolizados, en el que


se dará un número a cada uno de ellos por riguroso orden de presentación (artículo 430
del COT). Señala la ley las menciones que debe contener este libro y obliga a cerrarlo
diariamente, indicando el número de la última anotación, la fecha y firma del notario.

En el libro índice público se anotarán las escrituras por orden alfabético de los
otorgantes y debe estar a disposición del público, debiendo el notario exhibirlo a quien lo
solicite (artículo 431, incisos 1° y 2°, del COT).

En el libro índice privado se anotará por orden alfabético de los otorgantes los
testamentos cerrados con indicación del lugar de su otorgamiento y del nombre y
domicilio de sus testigos. Este libro debe mantenerse en reserva y sólo podrá ser exhibido
en virtud de decreto de juez competente o solicitud de particular que acompañe el
certificado de defunción del otorgante.

219
220

El notario es responsable de los libros y documentos bajo su custodia, sin


embargo, debe entregar al archivero judicial que corresponda, los protocolos a su cargo,
que tengan más de un año desde la fecha de cierre, y los índices de escrituras públicas
que tengan más de diez años (artículos 432 a 435 del COT).

En los casos de pérdida, robo o inutilización de los protocolos o documentos


pertenecientes a la notaría, el notario dará cuenta inmediatamente al ministerio público
para que inicie la correspondiente investigación. Los protocolos o documentos perdidos o
inutilizados deberán reponerse por orden del visitador de la notaría, con citación de los
interesados (artículos 436 y 437 del COT).

34.7.- Infracciones y sanciones.

El notario que faltare a sus obligaciones podrá ser sancionado disciplinariamente


con amonestación, censura o suspensión, según sea la gravedad del hecho. Sin embargo,
podrá aplicarse la sanción de exoneración del cargo al notario que fuere reincidente en el
período de dos años en los hechos contemplados en el artículo 440 inciso 2° del COT.
Incluso ciertos comportamientos ilícitos pueden originar responsabilidad penal del notario
(artículos 441 a 443 del COT).

34.8.- Eliminación de las facultades de los Oficiales de Registro Civil.

El antiguo artículo 86 de la Ley N° 4.808 sobre Registro Civil señalaba que los
Oficiales del Registro Civil de las comunas que no sean asiento de un notario, debían,
además, llevar registros públicos para los efectos de autorizar testamentos abiertos,
poderes judiciales, inventarios solemnes, escrituras de reconocimiento o de legitimación
de hijos y demás instrumentos que las leyes les encomendaban.

Posteriormente, en virtud de lo establecido en el artículo 46 de la Ley N° 19.477


Orgánica del Servicio de Registro Civil e Identificación, de 19 de octubre de 1996, se
derogó íntegramente el título VI que contenía la norma antes transcrita, quitándoles a los
Oficiales de Registro Civil dichas atribuciones notariales.

Sin perjuicio de ello, el artículo 35 de la Ley Orgánica aludida establece que los
Oficiales Civiles titulares de oficinas ubicadas en circunscripciones en que no exista
Notario, estarán facultados para intervenir como ministros de fe en la autorización de

220
221

firmas que se estampen en su presencia, en documentos privados, siempre que conste en


ellos la identidad de los comparecientes y la fecha en que se firman.

35.- Los Conservadores.

35.1.- Concepto.

Son ministros de fe encargados de los registros conservatorios de bienes raíces, de


comercio, de minas, de accionistas de sociedades propiamente mineras, de asociaciones
de canalistas, de prenda agraria, de prenda industrial, de especial de prenda y demás que
les encomienden las leyes (artículo 446 del COT).

A estos funcionarios les va a corresponder practicar las inscripciones que ordenan


las leyes en sus respectivos registros y dar las copias y certificados que se soliciten. Los
registros que ellos llevan han sido creados por distintas leyes y reglamentos.

35.2.- Constitución.

Habrá un conservador en cada comuna o agrupación de comunas que constituya


el territorio jurisdiccional de un juzgado de letras. En Valparaíso habrá un conservador
para las comunas de Valparaíso y Juan Fernández y un conservador para la comuna de
Viña del Mar (artículos 447 a 450 del COT).

En aquellos territorios jurisdiccionales en que sólo hubiere un notario, el


Presidente de la República podrá disponer que éste también ejerza el cargo de
conservador. En tal caso se entenderá el cargo de notario conservador como un solo oficio
judicial para todos los efectos legales.

Si hubiere dos o más notarios, uno de ellos llevará el registro de comercio y otro el
registro de bienes raíces, según la distribución que efectúe el Presidente de la República.
Asimismo le corresponderá designar el que deberá tener a su cargo el registro de minas y
el de accionistas de las sociedades propiamente mineras.

El notario que lleve el registro de bienes raíces llevará, además, los registros de
asociaciones de canalistas, de prenda agraria, de prenda industrial y especial de prenda.

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222

La constitución y distribución de los conservadores de Santiago se encuentra


contemplada en el artículo 449 del COT.

Finalmente, el Presidente de la República, previo informe favorable de la Corte de


Apelaciones, podrá determinar la separación de los cargos de notario y conservador,
servidos por una misma persona, la que podrá optar a uno u otro cargo. Del mismo modo
podrá disponer la división del territorio jurisdiccional servido por un conservador cuando
él esté constituido por una agrupación de comunas, creando al efecto los oficios
conservatorios que estimare convenientes para el mejor servicio público (artículo 450
COT).

35.3.- Libros que llevan los Conservadores.

El Registro de Bienes Raíces, creado por el CC y su reglamento es de fecha 24 de


junio de 1857, se compone de cuatro libros: el repertorio, el registro de propiedades, el
registro de hipotecas y gravámenes, y el registro de interdicciones y prohibiciones.

El Registro de Comercio, creado por el Código de Comercio y su reglamento es de


fecha 1° de agosto de 1866, donde se inscriben los principales actos o contratos que
interesan a los comerciantes, entre los que sobresalen los contratos de sociedad y los
mandatos comerciales.

El Registro de Minas, creado por el Código de Minería y comprende todas las


materias que abarca dicho cuerpo de leyes.

El Registro de Accionistas de Sociedades propiamente Mineras, creado también


por el Código de Minería.

El Registro de Aguas, reglamentado actualmente por el Código del ramo.

El Registro de Prenda Agraria, creado por el artículo 5° de la Ley N° 4.097, de 24


de septiembre de 1926, donde se inscriben, especialmente, los contratos de prenda
agraria.

El Registro de Prenda Industrial, creado por el artículo 27 de la Ley N° 5.687, de


16 de septiembre de 1935, destinado a la inscripción de los contratos de constitución de
prenda industrial.

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223

El Registro de Prenda Especial, creado por el artículo 40 de la Ley N° 4.702, de 3


de diciembre de 1929, destinado a inscribir los contratos de compraventa de cosas
muebles a plazo con garantía prendaria sobre la misma especie vendida.

35.4.- Subrogación de los conservadores.

Los conservadores son subrogados del mismo modo que los notarios (artículos 402
y 452 del COT).

35.5.- Remuneración.

Los conservadores no tienen asignada una remuneración fija, sino que perciben
derechos de los interesados, conforme al respectivo arancel (artículo 492 del COT).

36.- Los Archiveros.

36.1.- Concepto.

Son ministros de fe pública encargados de la custodia de los documentos


expresados en el artículo 455 del COT y de dar a las partes interesadas los testimonios
que de ellos pidieren (artículo 453 del COT).

36.2.- Constitución.

Habrá archivero en las comunas asiento de Corte de Apelaciones y en las demás


comunas que determine el Presidente de la República, con previo informe de la Corte de
Apelaciones (artículo 454, incisos 1° y 2°, del COT).

Los archiveros judiciales tendrán por territorio jurisdiccional el que corresponda a


los juzgados de letras de la respectiva comuna.

36.3.- Funciones:

Son funciones de los Archiveros (artículo 455 del COT):

1° La custodia de los siguientes documentos:

a).- Los procesos afinados de los jueces de letras de la comuna o agrupación de


comunas, de la Corte de Apelaciones o de la Corte Suprema, en su caso.

223
224

b).- Los procesos afinados de los jueces árbitros seguidos dentro del territorio
jurisdiccional respectivo.

c).- Los libros copiadores de sentencias de los jueces de letras y Cortes.

d).- Los protocolos de escrituras públicas otorgadas en el territorio jurisdiccional


respectivo.

2° Guardar con el conveniente arreglo los procesos, libros de sentencias,


protocolos y demás papeles de su oficina, sujetándose a las órdenes e instrucciones que
la Corte o juzgado respectivo les diere sobre el particular.

3° Facilitar, a cualquier persona que lo solicite, el examen de los documentos a su


cargo.

4° Dar a las partes interesadas, con arreglo a la ley, los testimonios que pidieren
de los documentos que existieren en su archivo.

5° Formar y publicar, dentro del término que el Presidente de la República señale


en cada caso, los índices de los procesos y escrituras con que se instale la oficina; y en los
meses de marzo y abril, después de instalada, los correspondientes al último año. Estos
índices serán formados con arreglo a las instrucciones que den las respectivas Cortes de
Apelaciones.

6° Ejercer las mismas funciones señaladas precedentemente respecto de los


registros de las actuaciones efectuadas ante los jueces de garantía y los tribunales de
juicio oral en lo penal.

Las funciones de los archiveros, en cuanto ministros de fe se limitan a dar


conforme a derecho, los testimonios y certificados que se les pidan; y a poner, a petición
de parte, las respectivas notas marginales en las escrituras públicas. Podrán dar copias
autorizadas de las escrituras contenidas en los protocolos de su archivo, en todos
aquellos casos en que el notario que haya intervenido en su otorgamiento habría podido
darlas (artículo 456 del COT).

36.4.- Subrogación.

224
225

Cuando el archivero estuviere implicado o se imposibilitare por cualquier causa


para el ejercicio de sus funciones, será reemplazado por los notarios de la comuna de su
asiento, conforme al orden de su antigüedad (artículo 454, inciso final, del COT).

36.5.- Remuneración.

Los archiveros no reciben remuneración del Estado, sólo derechos de los


interesados conforme al respectivo arancel.

37.- Los Consejos Técnicos.

37.1.- Concepto.

Son organismos auxiliares de la administración de justicia, compuestos por


profesionales en el número y con los requisitos que establece la ley, cuya función es
asesorar individual o colectivamente a los jueces con competencia en asuntos de familia,
en el análisis y mayor comprensión de los asuntos sometidos a su conocimiento en el
ámbito de su especialidad (artículo 457, inciso 1°, del COT).

37.2.- Constitución.

En cada tribunal de familia existirá un Consejo Técnico compuesto por


profesionales especialistas en las materias de su competencia, en el número que establece
la ley.

37.3.- Subrogación.

Cuando por implicancia o recusación un miembro del consejo técnico no pudiere


intervenir en una determinada causa, o se imposibilitare para el ejercicio de su cargo,
será subrogado por los demás miembros del consejo técnico del tribunal a que
perteneciere, según el orden de sus nombramientos y la especialidad requerida.

Si todos los miembros del consejo técnico de un tribunal estuvieren afectados por
una implicancia o recusación, el juez designará un profesional que cumpla con los
requisitos para integrar un consejo técnico de cualquier servicio público, el que estará
obligado a desempeñar el encargo (artículo 457, incisos 2° y 3°, del COT).

225
226

37.4.- Remuneración.

Los miembros del consejo técnico reciben emolumentos fijos y periódicos con cargo
a las arcas fiscales. Además, estarán sometidos al régimen de previsión que determinen
las leyes (artículo 492 del COT).

38.- Los bibliotecarios judiciales.84

Son auxiliares de la administración de justicia cuya función es la custodia,


mantenimiento y atención de la Biblioteca de la Corte en que desempeñen sus funciones,
así como las que el tribunal o su Presidente le encomienden en relación a las estadísticas
del tribunal.

El bibliotecario de la Corte Suprema tendrá  a su cargo la custodia de todos los


documentos originales de calificación de los funcionarios y empleados del Poder Judicial,
los que le deberán ser remitidos una vez ejecutoriado el proceso anual de calificación.
Estará  facultado para dar a las partes interesadas los testimonios que de ellos pidieren.

Este bibliotecario desempeñará, además, las funciones que la Corte Suprema le


encomiende respecto a la formación del Escalafón Judicial.

Habrá  un bibliotecario en la Corte Suprema y en aquellas Cortes de Apelaciones


que determine el Presidente de la República, con previo informe de la misma.

39.- Disposiciones generales aplicables a los auxiliares de la Administración


de Justicia.

39.1.- Nombramientos.
Los funcionarios auxiliares de la administración de justicia, al igual que los jueces,
son designados en calidad de propietarios, suplentes e interinos. Si en el nombramiento
no se especifica la calidad se entiende que lo es como propietario (artículos 458, inciso 1°,
244 y 245 del COT).

84
Artículo 457 bis del COT.

226
227

Ningún cargo de fiscal judicial, de defensor público o de relator podrá permanecer


vacante, ni aun en el caso de estar servido interinamente, por más de cuatro meses si se
trata de los dos primeros y de tres meses, si del último. Vencidos estos términos el
funcionario interino cesará de hecho en el ejercicio de sus funciones, y el Presidente de la
República proveerá la plaza en propiedad (artículo 458, inciso final COT). Estos
funcionarios auxiliares son nombrados por el Presidente de la República previa propuesta
de la Corte Suprema o de la Corte de Apelaciones respectiva, en conformidad a las
disposiciones contenidas en el párrafo tercero del Título X del COT (artículo 459, inciso
1°, del COT).
Por regla general, estas propuestas son confeccionadas a base de ternas, salvo la
destinada a designar al Fiscal Judicial de la Corte Suprema, en cuyo caso se confecciona
una lista de cinco personas (artículo 283 del COT), y la destinada a designar relator, que
puede consistir en una propuesta uninominal (artículo 285 inciso 1° del COT).
Las Cortes examinarán las aptitudes de los opositores que no sean abogados
mediante un examen de competencia cuando se trate de proveer algún cargo para el cual
no se requiera esa calidad; y podrán, asimismo, si lo estiman conveniente, abrir concurso
y recibir exámenes cuando se trata de proveer el cargo de relator (artículo 460 del COT).
39.2.- Requisitos.
Fuera del requisito general de figurar en el Escalafón Judicial respectivo, salvo en
los casos en que ello no es preciso, y de los requisitos establecidos en los incisos 4° y 5°
del artículo 294 del COT, toda persona que desee optar a alguno de estos cargos debe
reunir los siguientes requisitos específicos:
a.- Para ser Fiscal Judicial de la Corte Suprema o de una Corte de Apelaciones se
requieren las mismas condiciones que para ser miembro del respectivo tribunal (artículo
461 COT).
b.- Para ser defensor público se requieren las mismas condiciones que para ser
juez letrado del respectivo territorio jurisdiccional (artículo 462 COT).
c.- Para ser relator, secretario de la Corte Suprema o de las Cortes de Apelaciones
y notario se requieren las mismas condiciones que para ser juez de letras de comuna o
agrupación de comunas (artículo 463 COT).
d.- Para ser secretario de un juzgado de letras, archivero y conservador se requiere
ser abogado (artículo 466 COT).
e.- Para ser receptor judicial y procurador del número es preciso tener veinticinco
años de edad, las cualidades requeridas para poder ejercer el derecho de sufragio en las

227
228

elecciones populares y acreditar la aptitud necesaria para desempeñar el cargo (artículo


467 inciso 1° COT).
f.- Para ser asistente social judicial se requiere tener más de veintiún años de
edad, encontrarse en posesión del título de asistente social otorgado por alguna
universidad del Estado o reconocida por éste (artículo 467 inciso final COT).
39.3.- Inhabilidades.
No pueden ser fiscales judiciales, defensores ni relatores los que no pueden ser
jueces de letras (artículo 464 COT).
No pueden ser notarios (artículo 465 COT):
1° Los que se hallaren en interdicción por causas de demencia o prodigalidad.
2° Los sordos, los ciegos y los mudos.
3° Los que se hallaren procesados por crimen o simple delito, y
4° Los que estuvieren sufriendo la pena de inhabilitación para cargos y oficios
públicos.

39.4.- Incapacidades.85
Las incapacidades en razón de parentesco establecidas en el artículo 258 del COT,
rigen para todos los funcionarios del Escalafón Primario dependientes de una Corte de
Apelaciones en su respectivo territorio jurisdiccional (artículo 469 del COT).
No podrán ser fiscales judiciales, administradores, sub-administradores, jefes de
unidades de tribunales con competencia en lo criminal o asistentes sociales judiciales en
un tribunal las personas que tengan con uno o más jueces de él alguno de los
parentescos indicados en el artículo antes citado.
No pueden ser defensores públicos los que tengan con alguno de los jueces de
letras propietarios del respectivo territorio jurisdiccional cualquiera de los parentescos
indicados en dicho artículo.
Tampoco podrán desempeñar ante ningún juez funciones accidentales de
defensores los que tengan con él cualquiera de los indicados parentescos.

39.5.- Incompatibilidades.86

85
Artículo 469 del COT.
86
Artículo 470 del COT.

228
229

Las funciones de los auxiliares de la Administración de Justicia son incompatibles


con toda otra remunerada con fondos fiscales o municipales, con excepción de los cargos
docentes hasta un límite de doce horas semanales.
No obstante, los cargos de secretario, receptor y notario podrán ser desempeñados
por una misma persona en aquellas comunas o agrupaciones de comunas en que, a juicio
del Presidente de la República, no sea posible o conveniente hacerlos recaer en personas
distintas por no permitirlo la exigüidad de los emolumentos correspondientes a cada uno
de dichos cargos.
Las funciones de los fiscales judiciales son, además, incompatibles con las
eclesiásticas y las de los defensores públicos con las eclesiásticas que tengan cura de
almas.

39.6.- Juramento e instalación.


Estos auxiliares antes de desempeñar sus cargos prestarán juramento al tenor de
la fórmula señalada en el artículo 471 del COT.
Los fiscales judiciales, relatores y secretarios de Corte, prestaran juramento ante
el presidente del tribunal del que formen parte. Los otros funcionarios auxiliares lo harán
ante el juez respectivo. Si el tribunal estuviere acéfalo lo prestarán ante el intendente o
gobernador.
Cuando un fiscal judicial de las Cortes de Apelaciones que hubiere prestado el
juramento correspondiente fuere nombrado para un puesto análogo al que desempeñaba
no será obligado a prestar nuevo juramento.87
Fianza.88
Los notarios, conservadores, archiveros, secretarios y receptores, que no sean los
especiales a que se refiere el artículo 391 inciso 2° del COT, así como los administradores
de tribunales penales, para quedar instalados deberán, además, rendir una fianza para
responder de las multas, costas e indemnizaciones de perjuicios a que puedan ser
condenados en razón de los actos concernientes al desempeño de su ministerio, dentro de
30 días después de haber asumido el cargo.
Esta fianza será para los secretarios y administradores de tribunales el equivalente
a un año de sueldo asignado al cargo y para los demás funcionarios igual al monto del
sueldo anual que la ley le fije para los efectos de su jubilación.
87
Artículo 472 del COT.
88
Artículo 473 del COT.

229
230

La fianza será calificada y aprobada por el funcionario a quien corresponda recibir


el juramento.

39.7.- Obligaciones y prohibiciones.

Obligación de residencia.89
Los auxiliares de la Administración de Justicia, salvo los relatores, estarán
obligados a residir constantemente en la ciudad o población donde tenga asiento el
tribunal en que deban prestar sus servicios.
No obstante, las Cortes de Apelaciones podrán, en casos calificados, autorizar
transitoriamente a los auxiliares de su territorio jurisdiccional para que residan en un
lugar diverso.
Obligación de asistencia.
Los secretarios deben asistir todos los días a la sala de su despacho durante las
horas de funcionamiento de los tribunales. Además, deben mantener abierta su oficina al
público desde una hora antes de la designada para que tenga principio el despacho y
hasta una hora después de terminado (artículo 475 incisos 1° y 2° COT).
Los receptores deben permanecer diariamente en sus oficinas durante las dos
primeras horas de audiencia de los tribunales, a disposición de éstos y de los litigantes.
Sin embargo, el juez de la causa podrá autorizar su ausencia para el cumplimiento de
diligencias urgentes (artículo 475 incisos 3° y 4° COT).
Los notarios, los conservadores y los archiveros deberán mantener abierta su
oficina al público en las horas que señalan las leyes y los reglamentos respectivos
(artículo 475 inciso 5° del COT).
Los asistentes sociales judiciales deben atender en el recinto del tribunal los días y
horas que señale el juez respectivo (artículo 475 inciso final COT).
Los relatores deben asistir a la Corte diariamente con la anticipación necesaria
para instruirse de los negocios de que deban dar cuenta (artículo 476 inciso 1° del COT).
Los procuradores del número deben asistir a la secretaría de los tribunales a
instruirse de lo que les concierne en el despacho de los negocios (artículo 476 inciso final
COT).
Nada dice el COT respecto de los fiscales judiciales, defensores públicos y
bibliotecario judicial.
89
Artículo 474 del COT.

230
231

Excepción.90
Las obligaciones de residencia y asistencia cesan durante los días feriados. Regla
que no regirá en el feriado de vacaciones con los notarios, conservadores y archiveros, con
los juzgados que queden de turno, ni con los auxiliares que determinen las Cortes para el
funcionamiento de sus respectivas salas de verano.
Permisos.91
Ningún notario, conservador, archivero, secretario, administrador de tribunal,
procurador o receptor podrá ausentarse del lugar de su residencia ni dejar de asistir
diariamente a su oficina sin permiso del Presidente de la Corte si ejerciere sus funciones
en el lugar de asiento de este tribunal, o del juez de letras respectivo o de turno, en los
demás casos.
Este permiso podrá otorgarse como máximo, en cada año calendario, por una sola
vez o fraccionado, por 8 días a los secretarios y administradores de tribunales, 2 meses a
los notarios, conservadores y archiveros y un mes a los otros funcionarios. Si el permiso
solicitado excediere a los aludidos plazos y no pasare de un año, deberá pedirse por
escrito ante el Presidente de la República. Si transcurrido un año no se presentare el
funcionario a servir su destino, se tendrá esta inasistencia como causal bastante para
que la autoridad competente declare vacante el empleo.
En los permisos hasta por dos meses el notario, conservador y archivero podrá
proponer al juez el abogado que deba subrogarlo bajo su responsabilidad, propuesta que
en el caso de los notarios y conservadores de cuarta categoría podrá recaer en el oficial 1°
de la oficina respectiva.
Prohibición de ejercer la abogacía y representar en juicio.92
Se prohíbe a los auxiliares de la administración de justicia ejercer la abogacía y
sólo podrán defender causas personales o de sus cónyuges, ascendientes, descendientes,
hermanos o pupilos.
Tampoco pueden representar en juicio a otras personas que las mencionadas.
No rigen las reglas anteriores respecto de los defensores públicos y procuradores
del número. No obstante, estos últimos no pueden ejercer la profesión de abogado ante
las Cortes de Apelaciones en que actúan.

90
Artículo 477 del COT.
91
Artículo 478 del COT.
92
Artículo 479 del COT.

231
232

Prohibición de aceptar compromisos.93


Los fiscales judiciales no pueden aceptar compromisos, salvo que el nombrado
tuviere con alguna de las partes originariamente interesadas en el litigio algún vínculo de
parentesco que autorice su implicancia o recusación.
Los notarios, por su parte, no pueden aceptar y desempeñarse en arbitrajes y
particiones.
Otras prohibiciones.
La prohibición del artículo 321 del COT regirá también con los fiscales judiciales,
defensores públicos, relatores, secretarios, receptores y asistentes sociales judiciales. Los
notarios y procuradores del número no podrán comprar los bienes en cuyo litigio han
intervenido y que se vendan a consecuencia del litigio, aunque la venta se haga en
pública subasta (artículos 481, incisos 1° y 2°, del COT).
La prohibición del artículo 322 rige respecto de los secretarios de los juzgados de
letras en lo civil y de los conservadores de minas (artículo 481, inciso final, del COT).
Por último, son aplicables a todos los auxiliares las prohibiciones contenidas en el
artículo 323 del COT (artículo 482).
39.8.- Implicancias y recusaciones.
Para analizar este tema es preciso distinguir el tipo de funcionario de que se trata.
Los fiscales judiciales.
Implicancia (artículo 483 del COT):
1.- Se prohíbe su intervención en los negocios en que sean parte o tengan interés
personal ellos mismos o alguna de las personas expresadas en el artículo 195 del COT.
2.- También en aquellos asuntos en que, antes de entrar en el ejercicio de sus
funciones, hayan ellos intervenido como abogados o representantes de cualquiera de las
partes.
A menos que su interés o el interés de las personas a que el citado artículo se
refiere o a quienes dichos funcionarios hubieren defendido o representado no esté en
oposición con el que les corresponde defender en razón de su ministerio.
Recusación (artículo 484 del COT):
En los negocios en que los fiscales judiciales intervienen como terceros
coadyuvantes, pueden ser recusados con expresión de causa por las personas naturales o
jurídicas cuyos intereses y derechos son llamados a proteger y defender.

93
Artículo 480 del COT.

232
233

La recusación se puede fundar en las causales del artículo 196 del COT, con
exclusión de las comprendidas en los números 2° y 10. Y no puede entablarse la
recusación sino cuando según la presunción de la ley, la falta de imparcialidad que se
supone en el recusado pueda perjudicar al recusante.

Los defensores públicos.


Implicancia (artículo 485 del COT).
Se les prohíbe intervenir en los negocios en que sean parte o tengan interés
personal ellos mismos o alguna de las personas expresadas en el artículo 195 o en que,
antes de entrar en el ejercicio de sus funciones, hayan ellos intervenido como abogados o
representantes de cualquiera de las partes.
Recusación (artículo 486 del COT).
Se aplican las mismas normas que para los fiscales judiciales.

Relatores, secretarios, receptores y asistentes sociales judiciales.


Implicancia (artículo 487 del COT).
Rigen plenamente las causales de implicancia del artículo 195 del COT, de modo
que les es prohibido intervenir en esos casos.
Recusación (artículos 488 y 489 del COT).
Para recusar a los relatores, secretarios y asistentes sociales judiciales es
menester expresar y probar causa legal. No ocurre lo mismo con los Relatores y
funcionarios llamados a subrogarlos, quienes pueden ser inhabilitados sin expresión de
causa por una vez, por cada parte, en un mismo juicio. Pasado este número se deberá
expresar y probar alguna de las causas de implicancia o recusación.
A los secretarios y asistentes sociales judiciales les son aplicables todas las
causales de recusación del artículo 196del COT. Para los relatores sólo son causas legales
las de los números 1, 2, 4, 5, 6, 7, 8, 11, 12, 13 y 16 del precitado artículo.
Sólo puede recusarlos la parte a quien, según al presunción de la ley, perjudique
la falta de imparcialidad que estas causas inducen.

Pesa también sobre los auxiliares la obligación de hacer constar en el proceso las
causas legales de implicancia o de recusación que, a su juicio, los inhabilitan para
intervenir en el negocio respectivo. Sin embargo, se necesitará de solicitud previa para
declarar la inhabilidad de cualquier funcionario auxiliar, producida por el hecho de ser

233
234

parte o tener interés en el pleito una sociedad anónima de que aquél sea accionista, sin
perjuicio de que dicho funcionario haga constar en el proceso la existencia de la causal
(artículo 490 del COT).
Conoce de la implicancia o recusación de un auxiliar de la administración de
justicia el tribunal que conozca del negocio en que aquéllos deban intervenir, y se
admiten sin más trámite cuando no requieren de expresión de causa legal. En cambio,
será necesario probar la causa cuando la inhabilidad se funda en disposición legal
expresa (artículo 491 del COT).

39.9.- Remuneración y previsión.


La regla general es que los funcionarios auxiliares de la administración de justicia
perciban los sueldos que les fijen las leyes, esto es, emolumentos pagados con fondos
fiscales. Así sucede con los fiscales judiciales, relatores, secretarios, bibliotecarios
judiciales, asistentes sociales judiciales, administradores de tribunales penales y
defensores públicos de Santiago y Valparaíso (artículo 492 inciso 1° COT).
Los receptores, procuradores del número, notarios, conservadores, archiveros y el
resto de los defensores públicos perciben derechos que son pagados por las partes de
acuerdo a los respectivos aranceles.
Los aranceles son fijados por el Presidente de la República, previo informe de la
Corte Suprema y, del mismo modo, puede modificarlos anualmente teniendo en
consideración las variaciones del valor adquisitivo de la moneda.94
Los auxiliares de la administración de justicia estarán, además, sometidos al
régimen de previsión que determinen las leyes (artículo 494 inciso final COT).

39.10.- Suspensión de funciones.95


Rigen para los auxiliares de la administración de justicia las causas de suspensión
del cargo de juez señaladas en el artículo 335 del COT en cuanto puedan serles
aplicables.

94
Artículo 54 de la Ley N° 16.250, de 21 de abril de 1965, modificado por las leyes N° 17.570, de 12 de
diciembre de 1971, y 18.018, de 14 de agosto de 1981.
95
Artículo 496 del COT.

234
235

Las funciones de los secretarios, receptores, procuradores, notarios, conservadores


y archiveros, se suspenderán, además, por sentencia judicial que les imponga la pena de
suspensión.

39.11.- Cesación de funciones.


Los funcionarios que no gocen de inamovilidad serán removidos por el Presidente
de la República con el solo acuerdo de la mayoría de los miembros en ejercicio de la Corte
respectiva (artículo 493 inciso 1° COT).
Gozan de inamovilidad los fiscales judiciales (artículo 352 COT), por ello, para ser
removidos se requiere causa legalmente sentenciada, en la que se declare su mal
comportamiento, al igual que los jueces.
De otro lado, el funcionario que figure en lista deficiente o, por segundo año
consecutivo en lista condicional, una vez firme la calificación respectiva, quedará
removido de su cargo por el solo ministerio de la ley. Esta circunstancia debe ser
comunicada de inmediato por el órgano calificador respectivo al Ministerio de Justicia,
con el objeto de que éste, para los efectos administrativos correspondientes, curse a la
brevedad el debido decreto supremo (artículo 493 incisos 2° y 3° COT).
También expiran los cargos de estos auxiliares (artículos 494, 495 y 495 bis del
COT):
1.- Por incurrir en alguna de las incapacidades establecidas por la ley para
ejercerlos o por las causas indicadas en los números 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 11 del artículo 332
del COT, en cuanto se les puedan aplicar. A los fiscales judiciales y relatores se le aplica,
además, lo prescrito en el N° 9 de la disposición antes citada.
2.- Por la aceptación de todo cargo o empleo remunerado con fondos fiscales,
semifiscales o municipales.
3.- Cuando sobrevienen algunas de las inhabilidades indicadas en los cuatro
primeros números del artículo 256 del COT.
4.- Los fiscales judiciales y defensores públicos si se produce la situación prevista
en el inciso final del artículo 470 del COT.
5.- Los secretarios, notarios, conservadores, archiveros, receptores y procuradores
si fueren condenados a la pena de inhabilitación para cargos y oficios públicos.
6.- Si el funcionario auxiliar de aquellos indicados en el artículo 469 del COT
contrae con un Ministro de la Corte de la cual dependan alguno de los parentescos
designados en el artículo 258, aquél por cuyo matrimonio se haya contraído el

235
236

parentesco, cesará inmediatamente en el ejercicio de sus funciones y deberá ser separado


de su destino. Esto es aplicable al Fiscal Judicial de la Corte Suprema con respecto a los
miembros de dicho tribunal.
7.- Por cumplir 75 años de edad (artículo 495 bis COT).96

39.12.- Licencias y feriados.97


Son aplicables a los auxiliares de la administración de justicia las disposiciones
relativas a las licencias, permisos y feriados de los jueces contenidas en el Párrafo 9 del
Título X del COT.
Las disposiciones del artículo 343 del COT regirá con los secretarios de los
tribunales que no tienen derecho al feriado indicado en el artículo 313.
Los Presidentes de las Cortes de Apelaciones fijarán un turno entre sus secretarios
en forma que el feriado no perjudique las labores del tribunal.

39.13.- Funciones de algunos auxiliares en el sistema electoral público.

Las leyes políticas de nuestro país, entendiendo por tales aquellas que regulan los
aspectos esenciales de los derechos políticos, como las que se refieren al sufragio, al
sistema electoral público de que habla el artículo 18 de la CPR, a las elecciones de
Presidente de la República, de Senadores y Diputados, al sistema de inscripciones
electorales, entre otras, señalan una serie de cargas públicas 98 a ciertos auxiliares de la
administración de justicia.

La Ley N° 18.556, de 1° de octubre de 1986, orgánica constitucional sobre


Sistema de Inscripciones Electorales y Servicio Electoral, dispone que los fiscales
judiciales deben integrar y presidir las Juntas Electorales, las que en provincias cuya
capital sea asiento de Corte de Apelaciones, se integran además por el defensor público de
la capital de la provincia y el Conservador de Bienes Raíces de la misma, quien actuará
96
La ley 19.390, de 30 de mayo de 1995, que agregó el artículo 495 bis, en su artículo 3º transitorio señala
que esa norma no se aplicará  a los auxiliares de la Administración de Justicia que se encuentren en servicio a
la fecha de su vigencia.
97
Artículo 497 del COT.
98
Carga pública es aquella que el Estado impone unilateralmente, sin que medie el consentimiento de aquellos
a quienes se les asigna el cumplimiento de una función pública. Es circunstancial, gratuita, impuesta por la ley
en razón de un interés público, de carácter personal y no sustituible.

236
237

como secretario de la misma. En las demás capitales de provincia estas Juntas se


integran con el defensor público, que las preside, el notario y el Conservador de Bienes
Raíces, que es su secretario.
Los secretarios de juzgados de letras integrarán las Juntas Electorales si en el
lugar no existiere defensor público o conservador.
Al secretario de la Corte de Apelaciones le corresponde notificar la designación de
los miembros de la Junta a requerimiento del Director del Servicio Electoral.
Por su parte, la Ley N° 18.700, orgánica constitucional, sobre Votaciones
Populares y Escrutinios, en su artículo 54 dispone que si en el lugar no hubiera notario o
éste no pudiere desempeñar el cargo de delegado de la Junta Electoral ( a cargo de recinto
electoral), se designará preferentemente a un secretario de juzgado de letras. La secuencia
en la designación es la siguiente: notario, secretario de juzgado de letras o de policía local,
receptor judicial y miembro de la junta inscriptora.
Además, señala como carga para los notarios y secretarios de juzgado de letras el
de desempeñar el cargo de secretario de los Colegios Escrutadores (artículo 84)

40.- La Corporación Administrativa del Poder Judicial.99

40.1.- Concepto y reglamentación.


Es un organismo con personalidad jurídica que depende exclusivamente de la
Corte Suprema y que tiene como misión fundamental la administración de los recursos
humanos, financieros, tecnológicos y materiales destinados al funcionamiento de los
tribunales (artículo 506, incisos 1° y 2°, del COT).
Tiene su domicilio en la ciudad donde funciona la Corte Suprema.
Se rige por las disposiciones del COT, por los autos acordados que al efecto dicte
la Corte Suprema y les son también aplicables las normas sobre administración
financiera del Estado.

40.2.- Funciones.
Le corresponde especialmente (artículo 506, inciso 3°, del COT):

99
En lo sucesivo se abreviará CAPJ.

237
238

1° La elaboración de los presupuestos y la administración, inversión y control de


los fondos que la Ley de Presupuestos asigne al Poder Judicial.
2° La administración, adquisición, construcción, acondicionamiento, mantención y
reparación de los bienes muebles e inmuebles destinados al funcionamiento de los
tribunales y de los servicios judiciales o a viviendas fiscales para los jueces.
3° Asesorar técnicamente a la Corte Suprema en el diseño y análisis de la
información estadística, en el desarrollo y aplicación de sistemas computacionales y, en
general, respecto de la asignación, incremento y administración de todos los recursos del
Poder Judicial, para obtener su aprovechamiento o rendimiento óptimo.
4° La organización de cursos y conferencias destinados al perfeccionamiento del
personal judicial.
5° La creación, implementación y mantención de salas cunas en aquellos lugares
en que sean necesarias en conformidad a la ley, para los hijos del personal del Poder
Judicial.
6° Dictar, conforme a las directrices generales que le imparta la Corte Suprema,
políticas de selección de personal, de evaluación, de administración de recursos
materiales y de personal, de indicadores de gestión, de diseño y análisis de la información
estadística, y la aprobación de los presupuestos que le presenten los tribunales.
7° Remitir, previa autorización del Consejo Superior, los informes y estudios que
haya elaborado o encargado a terceros y obren en su poder a los Ministerios de Justicia y
Hacienda y a los órganos y autoridades del Estado, cuando los soliciten para materias
relacionadas con su competencia.

40.3.- Composición y funcionamiento.


La CAPJ tendrá un Consejo Superior, un director, un subdirector, un jefe de
finanzas y presupuestos, un jefe de adquisiciones y mantenimiento, un jefe de informática
y computación, un jefe de recursos humanos y un contralor interno. Su estructura
orgánica funcional básica estará constituida por un departamento de finanzas y
presupuestos, un departamento de adquisiciones y mantenimiento, un departamento de
informática y computación, un departamento de recursos humanos y una contraloría
interna (artículo 507 del COT).

El Consejo Superior.

238
239

La dirección de la CAPJ corresponde al Consejo Superior, integrado por el


Presidente de la Corte Suprema, que lo presidirá, y por cuatro ministros del mismo
tribunal elegidos por éste en votaciones sucesivas y secretas, por un período de dos años,
pudiendo ser reelegidos. Del mismo modo deben elegirse dos consejeros suplentes, que
subrogarán según el orden de su elección e indistintamente a cualquiera de los titulares
en caso de ausencia (artículo 508, incisos 1° y 2°, del COT).
El Consejo Superior no podrá sesionar con menos de tres miembros y sus
acuerdos se adoptarán por mayoría de votos. En caso de empate, se repetirá la votación
en la misma sesión y si aquél perseverare, decidirá el que presida. En caso de ausencia
del Presidente titular de la Corte Suprema o de su subrogante legal, la sesión será
presidida por un consejero titular, de acuerdo al orden de su elección (artículo 508, inciso
3° y 4°, del COT).
La representación legal de la CAPJ corresponde al Presidente del Consejo Superior.
Sin perjuicio de ello, el Consejo está investido de todas las facultades de administración y
disposición que sean necesarias para el cumplimiento de los fines de la Corporación,
incluso para acordar la celebración de aquellos actos o contratos que según las leyes
requieren del otorgamiento de un poder especial. Con todo, puede el Consejo delegar
parte de sus facultades en un consejero, comisión de consejeros, en el director, en el
subdirector, en los jefes de departamentos y en los delegados zonales de la Corporación
(artículo 509 del COT).
El Director de la CAPJ.
El director – al igual que el subdirector, los jefes de departamentos y el contralor –
debe tener título profesional universitario (de a lo menos 8 semestres académicos) de la
especialidad que determine la Corte Suprema (artículo 513, inciso 1°, del COT).
Su nombramiento se hace directamente por la Corte Suprema previo concurso de
antecedentes y examen de oposición, en su caso, a que llamará el Consejo Superior.
Serán de la exclusiva confianza de la Corte Suprema y ésta podrá removerlos a su arbitrio
(artículo 513, inciso 3° del COT).
El director se desempeñará como secretario del Consejo Superior y tendrá derecho
a voz en sus reuniones. Además de las atribuciones y deberes que le fije el Consejo, al
director le corresponde organizar y determinar las diversas tareas y responsabilidades
específicas tanto del personal y de las unidades, como de las oficinas de la CAPJ que el
Consejo Superior estime necesario establecer en las Cortes de Apelaciones, debiendo velar
por su debida coordinación para una administración eficiente de los recursos. La

239
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compete, también, impartir instrucciones al subdirector y demás personal de la


Corporación, supervigilar y fiscalizar el cumplimiento de las mismas y, en general,
realizar todos los actos y gestiones necesarias para dar cumplimiento y eficacia a los
acuerdos del Consejo Superior (artículo 510 del COT).
En caso de ausencia o impedimento el director será subrogado por el subdirector;
y a falta de éste, por el jefe de finanzas y presupuestos (artículo 512 del COT).
40.4.- Patrimonio de la Corporación.
La CAPJ tendrá un patrimonio propio formado por (artículo 514 del COT):
a.- Los fondos que se consulten anualmente en la Ley de Presupuestos de la
Nación para su funcionamiento.
b.- Los valores y bienes raíces o muebles que la Corporación adquiera a cualquier
título.
c.- Los frutos y rentas que produzcan tanto sus bienes como los fondos
depositados en las cuentas corrientes de los tribunales de justicia.
d.- El producto de las multas y consignaciones que las leyes establezcan a
beneficio de la CAPJ.
e.- Los depósitos judiciales cuya restitución no fuere solicitada por los interesados
dentro del plazo de cinco años, contado desde que exista resolución firme que declare el
abandono del procedimiento (artículo 515 del COT).
Los depósitos judiciales que tengan más de diez años y que incidan en juicios o
gestiones cuyos expedientes no se encuentren o no puedan determinarse, figurarán en
listas que el secretario o administrador del tribunal colocará durante treinta días en un
lugar visible del tribunal. Transcurrido este último plazo sin que se pidiere la restitución,
o desechada esta solicitud, que se tramitará en forma incidental, el tribunal decretará el
ingreso del depósito a favor de la Corporación.
Las cantidades que deban aplicarse a beneficio fiscal en los casos en que se exige
consignación previa de dinero para recurrir de apelación, casación, revisión o queja, se
destinarán a la CAPJ.
En los casos señalados precedentemente, el traspaso de los fondos lo ordenará
cada tribunal en el mes de enero de cada año, mediante decreto económico, en el cual se
indicarán los procesos a que correspondan, el monto y fecha de cada depósito y el motivo
de su ingreso a la orden de la Corporación.

240
241

41.- Los Abogados.

41.1.- Concepto.
Los abogados son personas revestidas por la autoridad competente de la facultad
de defender ante los tribunales de justicia los derechos de las partes litigantes (artículo
520 COT).
Los abogados también actúan fuera de los tribunales, informando a las personas
que requieran sus servicios profesionales acerca de cualquier punto legal y que sea de su
interés.
Si bien el abogado no es un funcionario auxiliar de la administración de justicia,
es un poderoso colaborador.

41.2.- Misión e importancia de los abogados.


La misión de los abogados, o sea, la variedad enorme de funciones que las leyes
les reconocen, demuestra por sí sola la importancia de esta profesión.
A continuación señalaremos algunas de las funciones que se les reconocen a los
abogados:
a.- Desempeñar el cargo de jueces árbitros de derecho (artículo 225 inciso 2° del
COT).
b.- Desempeñar los cargos de jueces letrados, ministros de corte, fiscal judicial,
defensor público, relator, notario, secretario de tribunales, conservador, archivero,
defensor penal público, fiscal del Ministerio Público, entre otros.
c.- Comparecer a nombre de su patrocinado o representado ante la Corte suprema
y Cortes de Apelaciones.
d.- Defender ante los tribunales de justicia los derechos de las partes litigantes o
interesados.
e.- Hacer defensas orales ante cualquier tribunal de la República. Estas sólo
pueden realizarse por un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión (artículo 527
del COT).
f.- Firmar los escritos en que se formalicen los recursos de casación en la forma y
de casación en el fondo (artículo 772 inciso final del CPC).
g.- Patrocinar y representar a cada parte o interesado la primera presentación en
asuntos contenciosos o no contenciosos ante cualquier tribunal de la República (artículos
1° y 2° de la Ley N° 18.120).

241
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h.- Firmar las minutas que deban presentarse a los notarios para el otorgamiento
de determinadas escrituras.
i.- Intervenir como patrocinante o mandatario en los asuntos que se tramitan ante
los servicios de la administración del Estado y las entidades privadas en que el Estado
tenga aporte o participación (artículo 7° de la Ley N° 18.120).

41.3.- Adquisición del título de abogado.


Al concluir la carrera de Derecho en alguna universidad estatal o reconocida por el
Estado sólo se adquiere el grado académico de licenciado en ciencias jurídicas, entonces
para ser abogado es preciso cumplir algunas condiciones adicionales. En efecto, de
acuerdo a lo establecido en el artículo 523 del COT, para poder ser abogado se requiere:
1° Tener veinte años de edad.
2° Tener el grado de licenciado en Ciencias Jurídicas otorgado por una
Universidad.
3° No haber sido condenado ni estar actualmente acusado por crimen o simple
delito que merezca pena aflictiva.
4° Antecedentes de conducta.
5° Haber cumplido satisfactoriamente una práctica profesional por seis meses en
las corporaciones de asistencia judicial. Esta obligación se entiende cumplida tratándose
de funcionarios o empleados del Poder Judicial o de los tribunales del trabajo, por el
hecho de haber desempeñado sus funciones durante cinco años, en las primeras cinco
categorías del escalafón del personal de empleados u oficiales de secretaría.
De otro lado, sólo los chilenos podrán ejercer la profesión de abogado, lo que debe
entenderse sin perjuicio de lo que disponen los tratados internacionales vigentes (artículo
526 del COT).
Reunidas las condiciones precedentes el título de abogado será otorgado en
audiencia pública por la Corte Suprema reunida en tribunal pleno. Efectuado el
juramento de desempeñar leal y honradamente la profesión, el Presidente del tribunal, de
viva voz, lo declarará legalmente investido del título de abogado (artículos 521 y 522 del
COT).
De lo actuado se levantará acta autorizada por el secretario en un libro que se
llevará especialmente con este objeto. Enseguida se entregará al abogado el título o
diploma que acredite su calidad de tal, firmado por el Presidente del tribunal, por los
ministros asistentes a la audiencia y por el secretario.

242
243

Ahora, para ejercer la profesión, además de ser chileno, se requiere haber pagado
la patente municipal respectiva. Esta última condición fluye de lo dispuesto en el artículo
3° del D.L. N° 3.637, de 10 de marzo de 1981, a saber: “El ejercicio de la profesión de
abogado estará sujeto a una contribución de patente municipal, que se cancelará
semestralmente y cuyo monto anual será equivalente al valor de una unidad tributaria”.
El ejercicio ilegal de la profesión de abogado se encuentra específicamente
castigado en el artículo 3° de la Ley N° 18.120, antes ya existía un tipo genérico en el
artículo 213 del Código Penal.

41.4.- Relaciones entre el abogado y el cliente.

41.4.1.- Naturaleza jurídica.


El acto por el cual una persona encomienda a un abogado la defensa de sus
derechos en juicio, es un mandato, que se halla sujeto a las reglas establecidas en el CC,
sobre los contratos de esta clase, salvo que este mandato no termina por la muerte del
mandante (artículos 528 y 529 del COT).
Por su parte el artículo 2118 del CC había dispuesto, con anterioridad, que los
servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estudios, o a que está unida la
facultad de representar y obligar a otra persona respecto de terceros, se sujetan a las
reglas del mandato.
Por consiguiente, por expresa disposición del legislador, las relaciones entre el
abogado y el cliente constituyen un mandato en el cual el primero es el mandatario y el
segundo el mandante.

41.4.2.- Diferencias entre el mandato civil y el mandato de los abogados.


Tradicionalmente se señalan dos grandes diferencias:
a).- El mandato civil termina por la muerte del mandante (artículo 2163, N° 5, CC);
en cambio, el mandato de los abogados no termina por la muerte del mandante; y
b).- El mandatario civil, por regla general, tiene derecho a remuneración llamada
honorario, la cual es determinada por convención de las partes, antes o después del
contrato, por la ley, la costumbre, o el juez (artículo 2117 CC), y su cobro se hace efectivo

243
244

ante los tribunales de justicia; en cambio, el abogado, aun cuando también tiene derecho
a remuneración llamada honorario, es regulada por la convención de las partes y, a falta
de ésta, por el juez.

41.5.- Responsabilidad del abogado.


La responsabilidad del abogado puede ser de tres clases: civil, penal y ético
profesional. Cada una de ellas tiene diferente fuente u origen, se hace efectiva ante
diversos organismos y también distintas son las sanciones que pueden recaer.
a).- Responsabilidad civil.
Como entre el abogado y su cliente existe un contrato de mandato, el abogado,
como cualquier mandatario, puede incurrir en responsabilidad civil.
Se trata de una responsabilidad contractual, y nacerá cuando el abogado no
cumpla con las obligaciones que el contrato de mandato profesional le impone. Se hace
efectiva ante los tribunales ordinarios de justicia, mediante el procedimiento también
ordinario y se traducirá en el pago de la correspondiente indemnización por los perjuicios
ocasionados.
b).- Responsabilidad penal.
En ella pueden incurrir los abogados con motivo de la comisión de delitos
relacionados con el ejercicio de su profesión.
Así, el abogado o procurador que con abuso malicioso de su oficio, perjudicare a
su cliente o descubriere sus secretos, será castigado según la gravedad del perjuicio que
causare, con la pena de suspensión en su grado mínimo a inhabilitación especial
perpetua para el cargo o profesión y multa de 11 a 20 UTM (artículo 231 del CP).
Además, el abogado que, teniendo la defensa actual de un pleito, patrocinare a la
vez a la parte contraria en el mismo negocio, sufrirá las penas de inhabilitación especial
perpetua para el ejercicio de la profesión y multa de 11 a 20 UTM (artículo 232 del CP).
También se sanciona de un modo genérico al que a sabiendas presentare en juicio
criminal o civil testigos o documentos falsos (artículo 212 del CP).
c).- Responsabilidad ético-profesional.
Toda persona que fuere afectada por un acto desdoroso, abusivo o contrario a la
ética cometido por un abogado en el ejercicio de la profesión puede reclamar de tal
conducta ante el Colegio de Abogados al cual pertenezca (Asociación Gremial), organismo
que procederá de acuerdo a las facultades disciplinarias contenidas en su estatuto
corporativo.

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CUARTA PARTE: TRIBUNALES ARBITRALES Y ESPECIALES.

42.- Tribunales arbitrales


Al estudiar las diversas clasificaciones de los tribunales de justicia, mencionamos
que de acuerdo a su naturaleza y conforme lo dispuesto en el artículo 5º del COT ellos se
clasificaban en ordinarios, especiales y arbitrales, correspondiéndonos estudiar estos
últimos, para lo cual debemos tener presente que en la parte orgánica ellos se
reglamentan en el título IX del COT, artículos 222 a 243, y en cuanto al procedimiento
en el Título VIII del Libro III del Código de Procedimiento Civil, artículos 628 a 644.
En lo que a bibliografía se refiere, se sugiere apoyarse en el Tomo II del Manual de
Derecho Procesal Orgánico, de Mario Casarino Viterbo y también en el Tomo I del Manual
de Derecho Procesal, de Fernando Orellana Torres.

42.1.- Orígenes de los jueces árbitros.


El origen de estos tribunales es de antigua data, pues ya en la Biblia y en las
legislaciones de los pueblos antiguos se mencionaban a los jueces árbitros, es decir un
tercero imparcial que dirimía una contienda o diferencia jurídica que surgía entre dos
personas. La misma idea encontramos en las Doce Tablas de los Romanos; sin embargo,
es solo en el derecho del bajo imperio, principalmente en la época de Justiniano, que a las
sentencias dictadas por los jueces árbitros se les otorga acción para exigir su
cumplimiento, institución que algunas variantes ha llegado hasta nuestros días.

42.2.- Concepto
Conforme al artículo 222 del COT “se llaman árbitros los jueces nombrados por
las partes, o por la autoridad judicial en subsidio, para la resolución de un asunto
litigioso”.
En cuanto a las ventajas de esta definición se menciona el hecho que asimila los
árbitros a los jueces ordinarios, como también que indica la finalidad u objeto de su
nombramiento, esto es la resolución de un asunto litigioso; como críticas, se indica que
ella es insuficiente en cuanto a las fuentes del arbitraje, pues solo menciona a las partes
o a la autoridad judicial, y no al testador (artículo1324 del CC) y a la ley, que según
algunos también es fuente de arbitraje.

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42.3.- Características:
1.- Son tribunales temporales;
2.- Letrados (por regla general);
3.- Transitorios;
4.- Unipersonales, por regla general;
5.- De derecho, salvo el arbitrador o amigable componedor, pues fallan con estricta
sujeción a la ley;
6.- Accidentales, pues se constituyen una vez que se ha suscitado el litigio en el
que deban intervenir;
7.- No tienen imperio, esto es, para la ejecución de sus resoluciones no pueden
requerir el auxilio de la fuerza pública.

42.4.- Clases de árbitros.


Sin duda alguna, la clasificación más importante, es aquella que atiende al
procedimiento o tramitación y a la dictación del fallo. Conforme con tales criterios,
nuestra ley procesal reconoce tres clases de árbitros: de derecho, arbitradores o
amigables componedores y mixtos (artículo 223, inciso 1° y final, del COT).
El árbitro de derecho es aquel que falla con arreglo a la ley y se somete, tanto en
la tramitación como en el pronunciamiento de la sentencia definitiva, a las reglas
establecidas para los jueces ordinarios, según la naturaleza de la acción deducida
(artículo 223 inciso 2° COT).
El árbitro arbitrador es aquel que falla obedeciendo a lo que su prudencia y
equidad le dictaren, y no está obligado a guardar en sus procedimientos y en su fallo
otras reglas que las que las partes hayan expresado en el acto constitutivo del
compromiso, y si éstas nada hubieren expresado, a las que se establecen para este caso
en el CPC (artículo 223 inciso 3° COT).
El árbitro mixto es aquel que tiene facultades de arbitrador en cuanto al
procedimiento y se limita a la aplicación estricta de la ley en el pronunciamiento de la
sentencia definitiva (artículo 223 inciso final COT).

42.5.- Capacidad de las partes en relación con el nombramiento de árbitro.


La clasificación analizada en el número precedente también es importante en
cuanto a la facultad de las partes, en relación con su capacidad, para atribuirle una
determinada calidad al árbitro.

247
248

Así, para designar árbitros arbitradores es indispensable que todas las partes
sean mayores de edad y libres administradoras de sus bienes (artículo 224, inciso 1°, del
COT).
Para nombrar árbitros mixtos también se requiere plena capacidad de las partes
que concurren a su nombramiento; pero, por motivos de manifiesta conveniencia, pueden
los tribunales autorizar la concesión al árbitro de derecho de las facultades de arbitrador
en cuanto al procedimiento, aun cuando uno o más de los interesados en el juicio sean
incapaces (artículo 224, inciso 2°, del COT).
Por último, la designación de árbitro de derecho no está ligada en absoluto, en
cuanto a su validez, a la capacidad de las partes. Desde el momento en que el árbitro de
derecho tramita y falla lo mismo que un tribunal ordinario, ofrece idénticas condiciones
de seguridad que éste.

42.6.- Requisitos para ser árbitro.


La ley exige ciertos requisitos, que son aplicables a toda clase de árbitros,
pudiendo distinguirse entre positivos y negativos (artículo 225, inciso 1°, del COT):
Requisitos Positivos:
a.- Ser mayor de edad, a menos que sea abogado.100
b.- Tener la libre disposición de los bienes, y
c.- Saber leer y escribir.
Requisitos Negativos: Esto es, no pueden ser nombrados árbitros:
a.- Las personas que litigan como partes en el asunto (artículo 226, inciso 1°, del
COT).
b.- El juez que actualmente conocía del asunto (artículo 226, inciso 2°, del COT).
c.- Los jueces letrados ni los miembros de los tribunales superiores de justicia
(artículo 317 del COT).
d.- Los fiscales judiciales ni los notarios (artículo 480 del COT).
No obstante lo anterior, los jueces letrados, los miembros de los tribunales
superiores de justicia y los fiscales judiciales pueden ser árbitros si, en el litigio cuya
decisión se pretende someterles, figura alguna parte originariamente interesada en él con
el cual se hallan ligados por vínculo de parentesco que autorizare su implicancia o
recusación.
100
Situación que en la actualidad parece imposible. En efecto la mayor edad se adquiere a los 18 años y para
ser abogado se requiere tener 20 años de edad.

248
249

Para ser árbitro de derecho se requiere ser abogado (artículo 225, inciso 2°, del
COT).
En cuanto a los árbitros partidores de bienes, rigen las normas especiales
contenidas en los artículos 1323, 1324 y 1325 del CC (artículo 225, inciso 3°, del COT).

42.7.- Inhabilitación de los árbitros.


En este punto debemos distinguir según si los árbitros son designados por las
partes o por la justicia.
Los árbitros nombrados por las partes no pueden ser inhabilitados sino por
causas de implicancia o recusación que hayan sobrevenido a su nombramiento, o que se
ignoraban al pactar el compromiso (artículo 243 del COT).
Por la forma en que se ha gestado su nombramiento la ley considera que las
partes han renunciado a las posibles causas de inhabilidad que pudieren afectar al
árbitro, las que, naturalmente, han debido ser conocidas por aquéllas.
En cuanto a las inhabilidades de los árbitros nombrados por la justicia
ordinaria, ellas se hacen valer lo mismo que si se tratare de un juez ordinario, ya que no
existe regla legal especial en contrario. Refuerza esta interpretación la norma expresa
contenida para los árbitros partidores en el artículo 1323 inciso 2° del CC.

42.8.- Fuentes de la justicia arbitral.


Al efecto, es preciso hacer presente que por “fuentes” del arbitraje algunos autores
se refieren a cual es el origen de la obligación de someter un asunto a arbitraje; para otros
en cambio, se refiere a quién es el que efectúa el nombramiento del árbitro. En este
último sentido se mencionan como fuentes la voluntad de las partes, la autoridad judicial,
el testador y la ley.

42.8.1.- La voluntad de las partes.


Es la manera más corriente de efectuar el nombramiento del árbitro para la
solución de un asunto litigioso. Se manifiesta en un contrato que recibe el nombre de
contrato de compromiso, el cual siempre debe constar por escrito (artículo 234 inciso 1°
del COT), sea un instrumento público o privado, y debe contener:
1° El nombre y apellido de las partes litigantes;
2° El nombre y apellido del árbitro nombrado;
3° El asunto sometido al juicio arbitral;

249
250

4° Las facultades que se confieren al árbitro, y el lugar y tiempo en que deba


desempeñar sus funciones.
Faltando la expresión de cualquiera de los puntos indicados en los números 1°, 2°
y 3°, no valdrá el nombramiento.
En cambio, si las partes omiten la expresión del contenido 4°, la ley suple esta
omisión de la siguiente manera (artículo 235, incisos 1°, 2° y 3°, del COT):
* Si no expresan la calidad del árbitro, se entiende que lo es con la de árbitro de
derecho.
* Si no se expresa el lugar en que deba seguirse el juicio, se entenderá que lo es
aquel en que se ha celebrado el compromiso, y
* Si faltare la designación del tiempo, se entenderá que el árbitro debe evacuar su
encargo en el término de dos años contados desde su aceptación.
Desde el momento que el compromiso es un contrato requiere el consentimiento
unánime de todas las partes interesadas en el litigio sometido a su decisión (artículo 232,
inciso 1°, del COT).
Las partes pueden nombrar a dos o más árbitros (artículo 231 del COT), pudiendo
también nombrar un tercero que dirima las discordias que entre ellos puedan ocurrir, o
bien autorizar a los mismos árbitros para que nombren, en caso necesario, el tercero en
discordia (artículo 233 del COT).
También existe la llamada cláusula compromisoria, esto es, una estipulación en
cuya virtud las partes sustraen determinado asunto litigioso del conocimiento de la
justicia ordinaria y lo someten a juicio arbitral, pero reservándose el derecho de designar
árbitro en acto posterior.
Se ha discutido su validez y naturaleza jurídica. Según el profesor Mario Casarino
la cláusula en cuestión es válida, ateniéndose al principio de autonomía de la voluntad y
no se trataría de un contrato de promesa de celebrar un compromiso, sino de un contrato
innominado, con características propias.
Si el contratante que se ha obligado a someter un determinado asunto litigioso a
arbitraje y a designar la persona del árbitro llamado a resolverlo se resiste a cumplir estas
obligaciones (de hacer), la otra parte tiene el derecho de exigir su cumplimiento, ya por vía
declarativa, ya por vía ejecutiva, según la naturaleza del título, y si aun se resiste a
efectuar el nombramiento, la justicia ordinaria puede hacerlo en subsidio, de acuerdo con
lo preceptuado en los artículos 222 y 232 del COT.

250
251

42.8.2.- La autoridad judicial.


Se trata de la segunda fuente de la justicia arbitral, también con amplia aplicación
práctica. Tiene lugar cada vez que se está en presencia de un compromiso forzado u
obligatorio y no se logra el común acuerdo de las partes; o bien, cada vez que estemos en
presencia de una cláusula compromisoria y tampoco se logre este común acuerdo de las
partes en cuanto a la persona del árbitro.
Al efecto, el inciso 2° del artículo 232 del COT dispone que en los casos en que no
hubiere avenimiento respecto de la persona en quien haya de recaer el encargo, el
nombramiento se hará por la justicia ordinaria, debiendo en tal caso recaer dicho
nombramiento en un solo individuo y diverso de los dos primeros indicados por cada
parte; en lo demás se procederá en la forma establecida por el CPC para el nombramiento
de peritos.
En consecuencia, cualquiera de los interesados se puede presentar ante la justicia
ordinaria pidiendo que todos ellos sean citados a un comparendo, a objeto de proceder al
nombramiento de un árbitro. Si las partes no se ponen de acuerdo, la designación la hace
el juez, con las limitaciones ya indicadas. Si no comparecen todos los interesados, se
presume que tampoco hay acuerdo y la designación la hace, del mismo modo, el tribunal
(artículos 414 y 415 del CPC).
Notificadas las partes de la resolución que contiene el nombramiento del árbitro,
tienen un plazo de tres días para hacer valer las causales de inhabilidad; y, si dentro de
dicho plazo nada dicen, el nombramiento queda a firme, y el árbitro designado puede
aceptar el cargo y jurar (artículos 416 y 417 del CPC).

42.8.3.- La ley.
Efectivamente existen numerosos textos legales que establecen la obligación de
someter determinados asuntos litigiosos a la resolución de un tribunal arbitral, incluso
algunos señalan el organismo llamado a actuar en calidad de árbitro.
Así por ejemplo, el artículo 244 inciso 1° del Código de Aguas señala que el
directorio de las organizaciones de usuarios resolverá como árbitro arbitrador, en cuanto
al procedimiento y al fallo, todas las cuestiones que se susciten entre los comuneros
sobre repartición de aguas o ejercicio de los derechos que tengan como miembros de la
comunidad y las que surjan sobre la misma materia entre los comuneros y la comunidad.

251
252

Otro ejemplo lo encontramos en el artículo 8°, inciso 1°, de la Ley Orgánica de la


Superintendencia de Salud, Ley N° 19.937, de 24 de febrero de 2004 101, al disponer que la
Superintendencia, a través del Intendente de Fondos y Seguros Provisionales de Salud,
quien actuará en calidad de árbitro arbitrador, resolverá las controversias que surjan
entre las instituciones de salud provisional o el Fondo Nacional de Salud y sus cotizantes
o beneficiarios, siempre que queden dentro de la esfera de supervigilancia y control que le
compete a la Superintendencia, y sin perjuicio de que el afiliado pueda optar por recurrir
a la instancia a que se refiere el artículo 11 o a la justicia ordinaria. El intendente no
tendrá derecho a remuneración por el desempeño de esta función y las partes podrán
actuar por sí o por mandatario.
El artículo 3° del DFL N° 251, de 22 de mayo de 1931, al consignar las
atribuciones y obligaciones de la Superintendencia de Valores y Seguros, en su letra i)
establece: “Resolver, en casos a su juicio calificados, en el carácter de árbitro arbitrador
sin ulterior recurso, las dificultades que se susciten entre compañía y compañía, entre
éstas y sus intermediarios o entre éstas o el asegurado o beneficiario en su caso, cuando
los interesados de común acuerdo lo soliciten. Sin embargo, el asegurado o el beneficiario
podrán por sí solos solicitar al árbitro arbitrador la resolución de las dificultades que se
produzcan, cuando el monto de la indemnización reclamada no sea superior a 120
unidades de fomento”.
Sin embargo, examinados estos casos con mayor detención se puede apreciar que
estamos más bien en presencia de tribunales especiales, con carácter de permanentes y
no de tribunales arbitrales propiamente dichos. Aquí la voluntad de las partes juega
normalmente un rol secundario, y estos organismos tienen jurisdicción para conocer de
todos los asuntos que las mismas leyes se encargan de señalar.

42.8.4.- El testador.
Finalmente, el cuarto origen de la justicia arbitral es la voluntad unilateral del
causante o testador. Ella se manifiesta en el derecho que la ley le asigna al testador para
que, por acto entre vivos o por testamento, proceda a designar el partidor de sus bienes
(artículo 1324 del CC).

42.9.- Diversas clases de arbitraje.

101
De acuerdo al artículo decimoctavo transitorio entrará a regir el 1 de enero de 2005.

252
253

42.9.1.- Materias de arbitraje forzoso.


Se trata de asuntos litigiosos que atendida su naturaleza la ley obliga ser resueltos
mediante la intervención de un árbitro, a saber (artículo 227 del COT):
1° La liquidación de una sociedad conyugal o de una sociedad colectiva o en
comandita civil, y de las comunidades.
Las sociedades anónimas civiles y las comerciales de toda clase se liquidan de
común acuerdo por los socios, o bien mediante un liquidador, que es un mandatario de
los interesados, más no un árbitro.
2° La partición de bienes.
3° Las cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del gerente o del
liquidador de las sociedades comerciales y los demás juicios sobre cuentas.
4° Las diferencias que ocurrieren entre los socios de una sociedad anónima, o de
una sociedad colectiva o en comandita comercial, o entre los asociados de una
participación, en el caso del artículo 415 del Código de Comercio, y
5° Los demás que determinen las leyes.
Sin embargo, la ley no tiene inconvenientes en que estas materias de arbitraje
forzoso sean resueltas de común acuerdo por los propios interesados, siempre y cuando:
a) Todos ellos tengan la libre disposición de sus bienes; y b) Concurran todos al acto.
Tratándose de la partición de bienes, a pesar de que entre los interesados existan
personas incapaces, pueden efectuarla de común acuerdo, siempre que no se presenten
cuestiones que resolver y todos estén de acuerdo sobre la manera de hacer la división
(artículo 1325 del CC).

42.9.2.- Materias de arbitraje prohibido.


Se trata de negocios que, generalmente, versan sobre derechos irrenunciables; o
bien, de litigios en que pueden estar comprometidos derechos de terceros o intereses de la
sociedad toda y que, de permitirse resolverlos mediante árbitro o de común acuerdo,
pudieran ventilarse en la penumbra sin la garantía del juicio contradictorio.
Así, no pueden ser sometidas a la resolución de árbitros las cuestiones que versen
sobre alimentos o sobre derecho de pedir separación de bienes entre marido y mujer
(artículo 229 del COT).
Tampoco pueden serlo las causas criminales, las de policía local, las que se
susciten entre un representante legal y su representado, y aquellas en que debe ser oído
el fiscal judicial (artículo 230, inciso 1°, del COT).

253
254

Por su naturaleza los asuntos voluntarios no pueden ser decididos a través de la


justicia arbitral que, en esencia, existe para los negocios contenciosos.
En caso de conflicto entre materias de arbitraje prohibido y de arbitraje forzoso,
prima este último (artículo 230, inciso final, del COT). Por ejemplo, la partición de una
herencia en la que son interesados el padre y el hijo, siendo el primero el representante
del segundo.

42.9.3.- Materias de arbitraje voluntario.


Si no estamos en presencia de materias de arbitraje forzoso ni de arbitraje
prohibido, las partes gozan de la más completa libertad para someter sus litigios, ya a la
justicia ordinaria, ya a la justicia arbitral.
Este principio está consagrado en el artículo 228 del COT.

43.- Funcionamiento del arbitraje.

43.1.- Aceptación del cargo y juramento.


El árbitro que acepta el encargo debe declararlo así y jurar desempeñarlo con la
debida fidelidad y en el menor tiempo posible (artículo 236 del COT).
La decisión de la persona nombrada como árbitro en orden a si acepta o no el
cargo es libre, más en el evento que acepte dicha voluntad debe ser manifestada en forma
explícita.
Esta declaración de voluntad se provoca de diversas maneras, según cuál haya
sido la fuente de su nombramiento. Así, si el nombramiento es efectuado de común
acuerdo por los interesados, puede concurrir el árbitro al otorgamiento de la escritura en
la que se celebra el compromiso y allí manifestar su aceptación; o bien se presentan los
interesados a la justicia ordinaria y, acompañando el escrito donde consta el
nombramiento del árbitro, solicitan que se ponga en su conocimiento para que manifieste
si acepta o no el encargo. Si el nombramiento, en cambio, consta de un testamento o de
una resolución judicial, se pide que estos actos se pongan en su conocimiento para que
manifieste si acepta o no.
Pero, para entrar a desempeñar legalmente el encargo es preciso, además, el
juramento que puede ser realizado ante el ministro de fe que notifica.

43.2.- Obligación de desempeñar el cargo.

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255

Nadie está obligado a aceptar el cargo de árbitro, pero una vez aceptado y prestado
el juramento de rigor, nace para éste la obligación de desempeñar el encargo que se le ha
confiado (artículo 240 del COT).
Sin embargo, esta obligación legal cesa:
1° Si las partes ocurren de común acuerdo a la justicia ordinaria o a otros árbitros
solicitando la resolución del negocio;
2° Si fueren maltratados o injuriados por alguna de las partes;
3° Si contrajeren enfermedad que les impida seguir ejerciendo sus funciones; y
4° Si por cualquiera causa tuvieren que ausentarse del lugar donde se sigue el
juicio.

44.- Procedimiento de los árbitros.


Es necesario distinguir según sea la calidad del árbitro.
El árbitro de derecho tramitará el juicio, al igual que un tribunal ordinario, de
acuerdo a la naturaleza de la acción entablada. Así, si ésta no tiene señalado un
procedimiento especial en la ley, se ajustará a los trámites del juicio ordinario; si, por el
contrario, tiene señalado un procedimiento especial, le aplicará éste. Las únicas
diferencias que podemos advertir entre el procedimiento que observan los tribunales
ordinarios y el arbitro de derecho son: que éste debe proceder asesorado por un ministro
de fe o actuario, que nombrará él mismo (artículo 632 del CPC); que las notificaciones se
practicarán personalmente, por cédula o en la forma que las partes unánimemente
acuerden (artículo 629 del CPC); que los testigos prestarán declaración si
voluntariamente desean hacerlo, pudiendo sólo compelerlos a través de un tribunal
ordinario (artículo 633 del CPC); y que las sentencias que impongan medidas de apremio
o compulsivas deberán ser ejecutadas ante la justicia ordinaria, por carecer los árbitros
de imperio (artículo 635 del CPC).
El árbitro arbitrador tramitará el juicio, en primer término, de acuerdo con las
propias normas señaladas por las partes en el acto constitutivo del compromiso (artículo
636 del CPC); y, a falta de éstas, de acuerdo con las normas señaladas por el CPC,
artículos 636 a 643, las cuales, en líneas generales, se reducen a: oír a las partes; recibir
y agregar al proceso los instrumentos que le presenten; practicar las diligencias que
estime necesarias para el esclarecimiento de los hechos, y dictar sentencia (artículo 637
CPC). Si es necesario recibirá la causa a prueba (artículo 638 inciso 1° CPC). Si lo estima

255
256

necesario se asesorará por un ministro de fe o actuario (artículo 639 CPC). También


carece de imperio.

45.- Pluralidad de árbitros sin mayoría para dictar sentencia.


Si los árbitros son dos o más, todos ellos deben concurrir a la dictación de la
sentencia definitiva y a cualquier acto de sustanciación del juicio, a menos que las partes
acuerden otra cosa (artículos 630, inciso 1°, y 641, inciso 1°, del CPC).
Si los árbitros no se pusieren de acuerdo, será llamado el tercero en discordia, si
lo hubiere. Los árbitros y el tercero acordarán la sentencia en la forma señalada para los
acuerdos de las Cortes de Apelaciones (artículos 237 del COT; 630, inciso 2°, y 641, inciso
2°, del CPC).
Si no hay acuerdo el procedimiento varía según el tipo de árbitros y atendiendo a
la posibilidad de apelación de la resolución.
En el caso de los árbitros de derecho, si las resoluciones no son apelables queda
sin efecto el compromiso, si es voluntario, o se procederá a nombrar nuevos árbitros, si es
forzoso. Cuando pueda deducirse el recurso de apelación, cada opinión se estimará como
resolución distinta, y se elevarán los antecedentes al tribunal de alzada, para que
resuelva en derecho sobre el punto que haya motivado el desacuerdo de los árbitros
(artículo 631 del CPC).
Tratándose de árbitros arbitradores, no pudiendo obtenerse mayoría en el
pronunciamiento de la resolución, si no puede deducirse apelación queda sin efecto el
compromiso; en cambio, habiendo lugar a este recurso, se elevarán los antecedentes a los
árbitros arbitradores de segunda instancia, para que resuelvan como estimen conveniente
sobre la cuestión que motiva el desacuerdo (artículo 641, inciso final, del CPC).

46.- Recursos en contra de las sentencias arbitrales.

46.1.- Árbitros de derecho.


Sus fallos son susceptibles de los mismos recursos que pueden deducirse en
contra de las sentencias pronunciadas por los tribunales ordinarios. Así la sentencia

256
257

definitiva de primera instancia será susceptible de los recursos de casación en la forma y


de apelación; y la definitiva de segunda, de los recursos de casación en la forma y en el
fondo (artículo 239, inciso 1°, del COT).
Conocerán de estos recursos los tribunales que hubieran conocido de ellos si se
hubieran interpuesto en juicio ordinario; a menos que las partes, siendo mayores de edad
y libres administradoras de sus bienes, hayan renunciado dichos recursos, o sometídolos
también a arbitraje en el instrumento del compromiso o en un acto posterior.

46.2.- Árbitros arbitradores.102


El recurso de casación en la forma procederá siempre y por regla general, salvo el
caso de renuncia.
El recurso de apelación sólo procederá cuando las partes, en el instrumento en
que constituyen el compromiso, expresaren que se reservan dicho recurso para ante otros
árbitros del mismo carácter y designaren las personas que han de desempeñar este cargo.
El recurso de casación en el fondo no procederá en caso alguno contra las
sentencias de los arbitradores.

47.- Conclusión del compromiso.


Normalmente el compromiso termina por la dictación de la sentencia definitiva,
que resuelve el litigio sometido a la decisión del árbitro.
El compromiso puede también terminar por revocación hecha por las partes de
común acuerdo de la jurisdicción otorgada al compromisario.103
También vimos que el compromiso termina cuando no se produce mayoría y la
resolución es inapelable, y se está en presencia de un arbitraje voluntario.
El compromiso no cesa por la muerte de una o más de las partes, y el juicio
seguirá su marcha con citación e intervención de los herederos del difunto (artículo 242
del COT).

48.- Los Juzgados de Familia:

48.1.- Concepto.

102
Artículos 239 inciso 2° del COT y 642 del CPC.
103
Artículo 241 del COT.

257
258

Son tribunales inferiores de justicia, de carácter especial, unipersonales (de


eventual composición múltiple, en lo administrativo), permanentes, letrados, de derecho,
servidos por un número variable de jueces de familia (de 1 a 12 jueces), con asiento en
una comuna determinada, pero que ejerce competencia en asuntos de familia por lo
general sobre una agrupación de comunas. Su superior jerárquico es la Corte de
Apelaciones respectiva.
El juez de familia es un juez unipersonal, a veces inserto en un Juzgado
compuesto por otros jueces de familia, pero que siempre en el ámbito jurisdiccional
resuelve en forma individual, por ello se habla de un tribunal unipersonal de composición
múltiple (artículo 3º Lel N°19.968).

48.2.- Organización.
Conforme lo dispuesto en el artículo 4° de la Ley N° 19.968 (D.O. de 30-8-2004),
los Juzgados de Familia están conformados por uno o más jueces con competencia sobre
un mismo territorio jurisdiccional, que generalmente corresponde a una agrupación de
comunas. Ej. Juzgado de Familia de Talca, con 5 jueces, ejerce competencia sobre las
comunas de Talca, Pelarco, Río Claro, San Clemente, Maule, Pencahue y San Rafael.
Además, en la región existen Juzgados de Familia en Curicó (3 jueces), Constitución (1
juez)), Linares (3 jueces) y Parral (2 jueces).
Conforme lo dispone el artículo 2° de la citada ley y al igual como sucede con los
Juzgados de Garantía, los Juzgados de Familia se organizan en diversas unidades
administrativas, cuales son: la Unidad de Sala, la Unidad de Atención de Público, la
Unidad de Servicios y la Unidad de Administración de Causas, cada una con el
personal o planta de empleados administrativo que contribuyen a hacer mas eficiente la
labor del tribunal. Estos tribunales cuentan además, con un Consejo Técnico y un
Administrador.-
48.3.- Competencia del Juzgado de Familia.
Conforme lo dispuesto en el artículo 8° de la ley, a los jueces de familia
corresponderá conocer y resolver unipersonalmente las siguientes materias:

1.- Las causas relativas al derecho de cuidado personal de los niños, niñas o
adolescentes;

2.- Las causas relativas al derecho y el deber del padre o de la madre que no tenga
el cuidado personal del hijo, a mantener con éste una relación directa y regular;

258
259

3.- Las causas relativas al ejercicio, suspensión o pérdida de la patria potestad; a


la emancipación y a las autorizaciones a que se refieren los Párrafos 2º y 3º del Título X
del Libro I del Código Civil;

4.- Las causas relativas al derecho de alimentos;

5.- Los disensos para contraer matrimonio;

6.- Las guardas, con excepción de los asuntos que digan relación con la curaduría
de la herencia yacente y sin perjuicio de lo establecido en el inciso segundo del artículo
494 del Código Civil;

7.- La vida futura del niño, niña o adolescente, en el caso del inciso tercero del
artículo 234 del Código Civil;

8.- Todos los asuntos en que aparezcan niños, niñas o adolescentes gravemente
vulnerados o amenazados en sus derechos, respecto de los cuales se requiera adoptar
una medida de protección conforme al artículo 30 de la Ley de Menores;

9.- Las acciones de filiación y todas aquellas que digan relación con la constitución
o modificación del estado civil de las personas, incluyendo la citación a confesar
paternidad o maternidad a que se refiere el artículo 188 del Código Civil;

10.-Todos los asuntos en que se impute un hecho punible a niños, niñas o


adolescentes exentos de responsabilidad penal, y aplicar, cuando corresponda, las
medidas contempladas en el artículo 29 de la Ley de Menores;

11.- La autorización para la salida de niños, niñas o adolescentes del país, en los
casos en que corresponda de acuerdo con la ley;

12.- Las causas relativas al maltrato de niños, niñas o adolescentes de acuerdo a


lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 62 de la ley Nº 16.618;

13.- Los procedimientos previos a la adopción, de que trata el Título II de la ley Nº


19.620;

14.- El procedimiento de adopción a que se refiere el Título III de la ley Nº 19.620;

259
260

15.- Los siguientes asuntos que se susciten entre cónyuges, relativos al régimen
patrimonial del matrimonio y los bienes familiares:

a).- Separación judicial de bienes;

b).- Autorizaciones judiciales comprendidas en los Párrafos 1° y 2° del Título VI del


Libro I; y en los Párrafos 1º, 3º y 4º del Título XXII y en el Título XXII-A, del Libro IV,
todos del Código Civil;

c).- Las causas sobre declaración y desafectación de bienes familiares y la


constitución de derechos de usufructo, uso o habitación sobre los mismos.

16.- Las acciones de separación, nulidad y divorcio reguladas en la Ley de


Matrimonio Civil;

17.- Las declaraciones de interdicción;

18.- Los actos de violencia intrafamiliar;

19.- Toda otra cuestión personal derivada de las relaciones de familia.

48.4.- El Consejo Técnico


El Consejo Técnico es un órgano interdisciplinario y colegiado, integrado por un
número variable de profesionales especializados en asuntos de familia e infancia, que son
auxiliares de la administración de justicia y que tienen por función esencial asesorar –
individual o colectivamente – a los jueces de familia en el análisis y mejor comprensión de
los asuntos sometidos a su conocimiento, en el ámbito de su especialidad.104
Para ser miembro del consejo técnico se requiere cumplir los requisitos a que se
refiere el artículo 7° de la ley, a saber:
1º Poseer título profesional de una carrera que tenga al menos ocho semestres de
duración, otorgado por alguna universidad o instituto profesional del Estado o reconocido
por éste.
2º Se deberá acreditar experiencia profesional idónea y formación especializada en
materia de familia o de infancia de a lo menos dos semestres de duración, impartida por

104
Artículos 5° y 6° de la Ley N° 19.968.

260
261

alguna universidad o instituto de reconocido prestigio que desarrollen docencia,


capacitación o investigación en dichas materias. (Inciso modificado por ley 20.066)

En cuanto a las atribuciones del Consejo Técnico o sus miembros, estos podrán:     

a).- Asistir a las audiencias de juicio a que sean citados con el objetivo de emitir
las opiniones técnicas que le sean solicitadas;

b).- Asesorar al juez para la adecuada comparecencia y declaración del niño, niña
o adolescente;

c).- Evaluar la pertinencia de derivar a mediación o aconsejar conciliación entre


las partes, y sugerir los términos en que esta última pudiere llevarse a cabo, y

d).- Asesorar al juez en todas las materias relacionadas con su especialidad.

El artículo 118 de la ley hace aplicable a los Juzgados de Familia todas aquellas
normas que para los Juzgados de Garantía y Tribunales de Juicio Oral en lo Penal
establece el COT, en materia de Comité de Jueces, Juez Presidente, Administradores de
tribunales y organización administrativa. De hecho y tal como se indicara, el juzgado de
familia tiene las mismas unidades administrativas que el juzgado de garantía,
distinguiéndose solamente en la unidad de atención de público, pues en este caso la
atención no es para fiscales, defensores o imputados, sino especialmente para los niños,
niñas y adolescentes.
La misma norma dispone que en materia de subrogación de los jueces de
familia se aplican las normas de los juzgados de garantía.

49.- Los Juzgados de Letras del Trabajo.


49.1.- Concepto.
Son tribunales inferiores de justicia, de carácter especial, unipersonales (de
eventual composición múltiple), permanentes, letrados, de derecho, servidos por un
número variable de jueces de letras del trabajo (de 1 a 6 jueces), con asiento en una
comuna determinada, pero que ejerce competencia en asuntos laborales por lo general

261
262

sobre una agrupación de comunas. Su superior jerárquico es la Corte de Apelaciones


respectiva.
El juez de letras del trabajo es un juez unipersonal, a veces inserto en un Juzgado
compuesto por otros jueces de letras del trabajo, pero que siempre en el ámbito
jurisdiccional resuelve en forma individual, por ello se habla de un tribunal unipersonal
de composición múltiple.105

49.2.- Organización.
Conforme lo dispuesto en el artículo 415 del Código del Trabajo (con vigencia
diferida al 01 de marzo de 2007) los Juzgados de Letras del Trabajo están conformados
por uno (regla general) o más jueces con competencia sobre un mismo territorio
jurisdiccional, que generalmente corresponde a una agrupación de comunas. Ej. Juzgado
de Letras del Trabajo de Talca, tiene 1 juez que ejerce competencia sobre las comunas de
Talca, Pelarco, Río Claro, San Clemente, Maule, Pencahue y San Rafael. Además, en la
región existe otro Juzgado de Letras del Trabajo en Curicó, también con un juez.
En aquellas comunas en donde no existan estos juzgados especiales, los asuntos
laborales serán conocidos por el juez civil común (artículo 422 CT).
Junto con estos tribunales e inserto dentro de la misma reforma laboral, nuestro
legislador ha introducido los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional, con asiento
en las comunas de Valparaiso (1), Concepción (1), San Miguel (1) y Santiago (6), cuya
función será ejercida por los Juzgados de Letras del Trabajo, en aquellas comunas donde
no existan aquellos.
Conforme lo dispone el artículo 6º de la citada ley 20.022 y al igual como sucede
con los Juzgados de Garantía y Juzgados de Familia, en su caso, los Juzgados de Letras
del Trabajo se organizan en diversas unidades administrativas como son la Unidad de
Sala, la Unidad de Atención de Público, la Unidad de Servicios y la Unidad de
Administración de Causas, cada una con el personal o planta de empleados
administrativo que contribuyen a hacer mas eficiente y eficiente la labor del tribunal.
Estos tribunales contarán eventualmente con un Comité de Jueces, además de un
Administrador.-

49.3.- Competencia del Juzgado de Letras del Trabajo.

105
Artículo 419 del CT, modificado por ley 20.022.

262
263

Conforme lo dispuesto en el artículo 420 del CT, a los jueces de letras del trabajo
corresponderá conocer y resolver unipersonalmente las siguientes materias:
1.- De las cuestiones suscitadas entre el empleador y el trabajador por la
aplicación de las normas laborales.
2.- De las cuestiones suscitadas entre el empleador y el trabajador que deriven de
la interpretación y aplicación de los contratos individuales o colectivos de trabajo.
3.- De cuestiones suscitadas entre empleador y trabajador derivadas de la
interpretación y aplicación de las convenciones y fallos arbítrales en materia laboral.
4.- De las cuestiones derivadas de la aplicación de normas sobre organización
sindical y negociación colectiva, que la ley entrega a estos tribunales.
5.- De las cuestiones derivadas de la aplicación de las normas de previsión o de
seguridad social, planteadas por pensionados, trabajadores activos o empleadores, salvo
aquello que se refiere a la revisión de las resoluciones sobre declaración de invalidez o del
pronunciamiento sobre otorgamiento de licencias médicas (inciso modificado por ley
20.087, de 03-01-2006)
6.- De las reclamaciones que procedan en contra de aquellas resoluciones dictadas
por autoridades administrativas en materia laboral, previsional o de seguridad social.
7.- De los juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del
empleador derivada de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales, con
excepción de la responsabilidad extracontractual.
8.- Todas aquellas materias que las leyes entreguen a juzgados de letras con
competencia en lo laboral.

El artículo 418 del Código hace aplicable a los Juzgados de Letras del Trabajo, en
cuanto resulten compatibles, todas aquellas normas que para los Juzgados de Garantía y
Tribunales de Juicio Oral en lo Penal establece el COT, en materia de Comité de Jueces,
Juez Presidente, Administradores de tribunales y organización administrativa.
La misma norma dispone que en materia de subrogación de los jueces de familia
se aplican las normas de los juzgados de garantía.

50.- Los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional.


Junto a los Juzgados de Letras del Trabajo e inserto dentro de la misma reforma
laboral, nuestro legislador ha introducido los Juzgados de Cobranza Laboral y
Previsional, cuya función es conocer de aquellos juicios en que se demande el

263
264

cumplimiento de obligaciones que emanen de títulos a los cuales las leyes laborales y de
previsión o seguridad social otorguen mérito ejecutivo; y especialmente, la ejecución de
todos los títulos ejecutivos regidos por la ley 17.322, relativa a la cobranza judicial de
imposiciones, aportes y multas en los institutos de previsión.
Al efecto y de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 416 del código, en Chile
existirán 4 de estos juzgados con asiento en las comunas de Valparaíso (1), Concepción
(1), San Miguel (1) y Santiago (6). En aquellas comunas donde no ejerzan jurisdicción
estos tribunales, las respectivas materias serán conocidas por el juez de letras del trabajo
respectivo y si no lo hubiere, por el juez civil.
El artículo 418 del código hace aplicable a los Juzgados de Letras del Trabajo
todas aquellas normas que para los Juzgados de Garantía y Tribunales de Juicio Oral en
lo Penal establece el COT, en materia de Comité de Jueces, Juez Presidente,
Administradores de tribunales y organización administrativa, en cuanto resulten
compatibles a aquellos tribunales.
La misma norma dispone que en materia de subrogación de los jueces de
familia se aplican las normas de los juzgados de garantía.
En cuanto a las unidades administrativas, los Juzgados de Cobranza Laboral y
Previsional se distinguen de los Juzgados Laborales en que aquellos no tienen Unidad de
Sala, ya que la naturaleza de sus procedimientos no lo requiere; pero en cambio, cuenta
con una unidad nueva que se llama de “Unidad de Liquidación”, cuya tarea fundamental
consiste en consiste en efectuar los cálculos, con especial mención del monto de la deuda,
reajustes e intereses y eventualmente las multas que determine la sentencia, ello de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley N°20.022.

51.- Los Juzgados de Policía Local.

51.1.- Composición.106
En las ciudades cabeceras de provincias y en las comunas que tengan una
entrada anual superior a treinta sueldos vitales anuales de la provincia de Santiago, la

106
Artículo 2° de la Ley N° 15.231, de 3 de marzo de 1978.

264
265

administración de justicia, en las materias de policía local será ejercida por funcionarios
que se denominarán jueces de policía local.
Con ratificación de la Asamblea Provincial, podrá nombrarse juez de policía local
en comunas de ingreso menor que el indicado en el párrafo anterior.
En las demás comunas dichas funciones serán desempeñadas por los Alcaldes.

51.2.- Nombramiento y requisitos de los jueces.


Para ser designado juez de policía local, se exigirá estar en posesión de las
calidades y requisitos necesarios para ser juez de letras.107
Son designados por la Municipalidad que corresponda, a propuesta en terna de la
Corte de Apelaciones respectiva, la cual abrirá un concurso por un plazo no inferior a diez
días. Los interesados deben hacer valer los antecedentes justificativos de sus méritos y
poseer los requisitos que se exigen para optar al cargo.108
La designación debe ser hecha por la respectiva Municipalidad dentro de los
treinta días siguientes a la fecha de recepción de la terna. Si transcurre ese plazo sin que
el juez haya sido designado, se entenderá nombrada la persona que ocupe el primer lugar
de la terna de que se trate, y en este caso el Alcalde estará obligado a recibir de inmediato
el juramento.109
El cargo de juez de policía local es incompatible con cualquier otro de la
Municipalidad donde desempeña sus funciones y con el de juez de otra comuna. Deberán
tener el grado máximo del escalafón municipal respectivo.110
Los jueces de policía local y secretarios de estos tribunales no podrán intervenir
como abogados patrocinantes, apoderados o peritos en los asuntos en que conozcan tales
tribunales.111
Los jueces de policía local deben tener su domicilio dentro de la provincia a que
corresponde la comuna donde presten sus servicios.112

107
Artículo 3° de la Ley N° 15.231.
108
Artículo 4° inciso 1° de la Ley N° 15.231.
109
Artículo 4° incisos 4° y 5° de la Ley N° 15.231.
110
Artículo 5° incisos 1° y 5° de la Ley N° 15.231.
111
Artículo 5° inciso 4° de la Ley N° 15.231.
112
Artículo 5° inciso final de la Ley N° 15231.

265
266

El juramento de rigor lo prestarán ante el Alcalde, además deberán efectuar la


declaración jurada de intereses a que se refiere el artículo 323 bis del COT. 113
Los jueces de policía local son independientes de toda autoridad municipal en el
desempeño de sus funciones, durarán indefinidamente en sus cargos y no podrán ser
removidos ni separados por la Municipalidad. Están directamente sujetos a la
supervigilancia directiva, correccional y económica de la respectiva Corte de
Apelaciones.114

51.3.- Subrogación.
En caso de impedimento o inhabilidad del juez de policía local, será subrogado por
el secretario del mismo tribunal, siempre que sea abogado. A falta de dicho secretario, la
subrogación se efectuará de la siguiente manera:115
1° En las comunas en que hubiere dos juzgados los jueces se subrogarán
recíprocamente. Si en la comuna hubiere más de dos juzgados, la subrogación se
efectuará según el orden numérico de los tribunales y reemplazará al último el primero de
ellos, y
2° En las comunas en que hubiere un solo juzgado, el juez será subrogado por
alguno de los abogados que figuren en la terna que formará anualmente el Alcalde, dentro
de los primeros quince días de cada año y que será sometida a la consideración de la
Corte de Apelaciones respectiva, la que podrá aprobarla, rechazarla o enmendarla sin
ulterior recurso. En la terna figurarán solamente abogados que tengan su domicilio en la
provincia respectiva.
No se podrá ocurrir al segundo abogado designado en la terna, sino en el caso de
falta o estar inhabilitado el primero, ni al tercero, sino cuando falten o estén inhabilitados
los dos anteriores.
En caso de no poder formarse la terna, por no haber abogados en número
suficiente, el Alcalde hará la propuesta con dos nombres o con uno según el caso.
A falta de abogado, la subrogación corresponderá al juzgado de policía local más
inmediato, entendiéndose que lo es aquél con el cual sean más fáciles y rápidas las
comunicaciones, pero ello, en ningún caso, alterará la primitiva jurisdicción de la
respectiva Corte.
113
Artículo 7° de la Ley N° 15.231.
114
Artículo 8° de la Ley N° 15.231.
115
Artículo 6° de la Ley N° 15.231.

266
267

51.4.- Competencia.
Los jueces de policía local conocerán en primera instancia:116
a.- De las infracciones de los preceptos que reglamentan el transporte por calles y
caminos y el tránsito público.
b.- De las infracciones a las ordenanzas, reglamentos, acuerdos municipales y
decretos de la alcaldía, y
c.- De las infracciones a ciertas leyes especiales.

116
Artículo 13 de la Ley N° 15.231.

267
268

BIBLIOGRAFIA.
1.- Tratado Práctico de Derecho Procesal Civil Chileno, Carlos Anabalón Sanderson, Tomo
I, Volumen I, Ediciones Seminario año 1970.
2.- Manual de Derecho Procesal. Derecho Procesal Orgánico, Mario Casarino Viterbo,
Tomos I y II, Colección de Manuales Jurídicos, Editorial Jurídica de Chile.
3.- Iuris Dictio, Carlos Cerda Fernández, Editorial Jurídica de Chile, primera edición,
agosto de 1992.
4.- Manual de Derecho Procesal. Derecho Procesal Orgánico, Fernando Orellana Torres,
Editorial Librotecnia, primera edición septiembre de 2005.
5.- Iniciación al Nuevo Derecho Procesal Chileno, Jaime Iván Salas Astrain, Alfakira
Ediciones, primera edición noviembre de 2006.
6.- Instituciones del Proceso Civil. Francesco Carnelutti, Volumen I, Librería El Foro
Buenos Aires, 1997.
7.- Los Protagonistas del Derecho Procesal, Osvaldo Alfredo Gozaíni, Rubinzal-Culzoni
Editores, primera edición 2005.

268
269

INDICE.
PRIMERA PARTE: CONCEPTOS BASICOS DE DERECHO PROCESAL, LA JURISDICCION Y SUS ORGANOS.
CAPITULO I: CONCEPTOS BASICOS DE DERECHO PROCESAL
1.- Cuestiones previas 2
1.1.- Los conflictos jurídicos de intereses, una realidad social 2
1.2.- Mecanismos de solución de los conflictos 3
1.2.1.- La autotutela o autodefensa 3
1.2.2.- La autocomposición 4
1.2.3.- La heterocomposición 5
1.3.- El proceso 6
1.3.1.- Concepto 6
1.3.2.- Importancia del Proceso 7
1.3.3.- Fines del Proceso 7
1.3.4.- Distinción con otras instituciones 7
CAPITULO II: EL DERECHO PROCESAL
2.- Concepto, contenido y características del Derecho Procesal 10
2.1.- Concepto. 10
2.2.- Contenido del Derecho Procesal 11
2.3.- Características del Derecho Procesal 12
3.- Relaciones del Derecho Procesal con otras ramas del Derecho 14
4.- Fuentes del Derecho Procesal 15
5.- La Ley Procesal 18
5.1.- Clasificación 18
5.2.- Interpretación de la ley procesal 19
5.3.- Efectos de la ley procesal 20
5.3.1.- Efectos del Derecho Procesal en el tiempo 20
5.3.2.- Efectos del Derecho Procesal en cuanto al territorio 22
CAPITULO III: LA JURISDICCION Y SUS ORGANOS
7.- La jurisdicción 24
7.1.- Cuestiones previas 24
7.2.- Concepto de jurisdicción 25
7.3.- Elementos de la jurisdicción 28
7.3.1.- Forma 28
7.3.2.- Contenido 29
7.3.3.- Función 30
7.4.- Regulación de la jurisdicción en la legislación chilena 30
7.5.- Características de la jurisdicción 30
7.6.- Momentos jurisdiccionales 33
7.7.- Límites a la jurisdicción 34
7.7.1.- Límites internos 34
7.7.2.- Límites externos 35
7.8.- Conflictos de jurisdicción 37

269
270

7.9.- Distinción entre la actividad jurisdiccional y las actividades legislativa y administrativa 38


7.10.- Los equivalentes jurisdiccionales 39
7.11.- La inmunidad jurisdiccional 39
7.12.- Contenido de la jurisdicción 40
7.12.1.- Jurisdicción contenciosa 40
7.12.2.- Jurisdicción no contenciosa o voluntaria 42
7.12.3.- Facultades conservadoras, disciplinarias y económicas 44
CAPITULO IV: LOS ORGANOS DE LA JURISDICCION
8.- Los tribunales de justicia 48
8.1.- Concepto 48
8.2.- Clasificación 48
8.3.- Tribunales ordinarios 53
8.3.1.- La jerarquía 53
8.3.2.- La Corte Suprema 54
8.3.3.- Las Cortes de Apelaciones 59
8.3.4.- Los Tribunales Unipersonales de excepción 70
8.3.5.- Los Juzgados de Letras 73
8.3.6.- Los Juzgados Penales 75
a).- Los Jueces de Garantía 75
b).- Los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal 78
c).- Organización administrativa de los tribunales penales 79
9.- Requisitos para ser Juez en el Poder Judicial 84
9.1.- Nombramientos en el escalafón primario 86
9.1.1.- El escalafón general de antigüedad 86
9.1.2.- Sistema de nombramientos 87
9.1.3.- Concursos 88
9.1.4.- Reclamaciones por ternas o propuestas ilegales 92
10.- Incapacidades, incompatibilidades, instalación, honores, deberes y prohibiciones de los jueces 92
10.1.- Las incapacidades 92
10.2.- Incompatibilidades de los Jueces 94
10.3.- Instalación de los jueces 94
10.4.- Honores y privilegios de los jueces 95
10.5.- Deberes y prohibiciones de los jueces 95
11.- Permutas, traslados y licencias de los jueces 97
11.1.- Traslados y permutas 97
11.2.- Licencias 97
12.- El personal de secretaría 99
CAPITULO V: BASES FUNDAMENTALES DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRIBUNALES.
13.- Concepto 101
14. Enunciación 101
14.1.- La independencia 101
14.2.- La inamovilidad 104

270
271

14.3.- La responsabilidad 108


14.4.- La legalidad 112
14.5.- La territorialidad 113
14.6.- La pasividad 114
14.7.- La inexcusabilidad 115
14.8.- La sedentariedad 116
14.9.- La inavocabilidad 117
14.10.- La publicidad 118
14.11.- La gratuidad 119
14.12.- La gradualidad 121
SEGUNDA PARTE: LA COMPETENCIA.
15.- Cuestiones previas 123
16.- Concepto 123
17.- Factores de competencia 124
17.1.-La Cuantía o valor de lo disputado 125
17.2.- La materia 125
17.3.- El fuero personal 125
17.4.- El territorio 126
17.5.- Orden de aplicación de estos factores de la competencia 126
18.- Clasificación de la competencia 126
19.- Reglas generales de la competencia 130
19.1.- Regla de la radicación o fijeza 130
19.2.- Regla del grado o jerarquía 133
19.3.- Regla de la extensión 134
19.4.- Regla de la prevención o inexcusabilidad 135
19.5.- Regla de la ejecución 136
20.- Reglas especiales de la competencia absoluta 137
20.1.- La cuantía 138
20.1.1.- Determinación de la cuantía en los asuntos criminales 138
20.1.2.- Determinación de la cuantía en los asuntos civiles 139
20.1.3.- Manera de acreditar la cuantía en el proceso 141
20.2.- La materia 142
20.3.- El fuero personal 143
21.- Reglas especiales de la competencia relativa 145
21.1.- Competencia relativa en los asuntos contencioso civiles 146
21.1.1.- Regla general 146
21.1.2.- Excepciones 147
21.2.- Competencia relativa en los asuntos no contenciosos 148
21.3.- Competencia relativa en los asuntos penales 150
21.3.1.- Delitos cometidos dentro del territorio de la República 150
21.3.2.- Delitos cometidos fuera del territorio de la República 152
21.3.3.- Competencia civil de los tribunales criminales 153

271
272

21.3.4.- Cuestiones prejudiciales civiles 155


22.- Reglas del turno y de la distribución de causas 156
22.1.- Si en el lugar de que se trata no hay Corte de Apelaciones 156
22.2.- Si en el lugar de que se trata hay Cortes de Apelaciones 157
23.- La prórroga de la competencia 158
23.1.- Personas facultadas para prorrogar la competencia relativa 158
23.2.- Requisitos para que opere la prórroga 159
23.3.- Efectos de la prórroga de la competencia 160
23.4.- Formas de impedir la prórroga cuando no se ajusta a derecho 160
24.- Los conflictos de competencia 160
24.1.- La cuestión de competencia 161
24.2.- La contienda de competencia 163
24.3.- Órgano o institución que dirime estas contiendas 164
25.- Las inhabilidades de los jueces. Incompetencia personal 165
25.1.- Concepto 165
25.2.- La imparcialidad como derecho fundamental componente del debido proceso 166
25.3.- Clasificación de las inhabilidades 168
25.4.- Funcionarios que pueden ser inhabilitados 169
25.5.- Estudio particular de las causales de inhabilidad 170
25.5.1.- Causales de implicancia 170
25.5.2.- Causales de recusación 173
25.5.3.- Constancia de inhabilidad efectuada por un juez 176
25.5.4.- Inhabilidad de los abogados integrantes 176
25.5.5.- La recusación amistosa 177
25.5.6.- Tramitación de las inhabilidades 177
25.5.7.- Tribunal que conoce de las inhabilidades 179
25.5.8.- Procedimiento 180
25.5.9.- Efectos de la decisión 182
25.5.10.- Impugnación de estas decisiones 183
25.5.11.- Reglas especiales sobre pluralidad de juicios y de partes 183
26.- Subrogación e integración de los tribunales 183
26.1.- Nociones generales 183
26.1.1.- Fundamento 183
26.1.2.- Concepto 184
26.2.- La subrogación 184
26.2.1.- Subrogación del juez de garantía 184
26.2.2.- Subrogación de un juez del tribunal de juicio oral en lo penal 186
26.2.3.- Subrogación de un juez de letras 187
26.2.4.- Facultades de los jueces subrogantes 188
26.2.5.- Subrogación de las Cortes de Apelaciones 189
26.3.- La integración 189
26.3.1.- Integración de las Cortes de Apelaciones 189

272
273

26.3.2.- Integración de la Corte Suprema 190


26.3.3.- Disposiciones comunes 191
TERCERA PARTE: ORGANISMOS AUXILIARES DE LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA.
27.- La fiscalía judicial 192
27.1.- Naturaleza y composición 192
27.2.- Funcionamiento 193
27.2.1.- El Fiscal Judicial de la Corte Suprema 193
27.2.2.- Los Fiscales Judiciales 194
27.3.- Subrogación de los fiscales judiciales 195
27.4.- Responsabilidad de los fiscales judiciales 195
28.- Los defensores públicos 196
28.1.- Concepto 196
28.2.- Diferencias con la fiscalía judicial 196
28.3.-Constitución y remuneración de los defensores públicos 196
28.4.- Funciones de los defensores públicos 197
28.4.1.- Facultades de representación de los defensores públicos 197
28.4.2.- Facultades cautelares 197
28.4.3.- Facultades dictaminadoras 198
28.5.- Subrogación de los defensores públicos 198
29.- Los relatores 199
29.1.- Concepto 199
29.2.- Funciones de los relatores 199
29.3.-Carácter de las funciones de los relatores 201
29.4.- El deber de reserva 201
29-5.- Subrogación de los relatores 202
29.6.- Remuneración de los relatores 202
30.- Los secretarios 202
30.1.- Concepto 202
30.2.- Funciones de los secretarios 203
30.3.- Obligaciones de los secretarios 205
30.4.- Subrogación de los secretarios 206
30.5.- Remuneración de los secretarios 206
31.- Los administradores de los tribunales penales 207
31.1.- Concepto 207
31.2.- Constitución del cargo 207
31.3.- Funciones del administrador (Artículo 389 B del COT) 208
31.4.- Remuneración 209
32.- Los receptores 209
32.1.- Concepto 209
32.2.- Tribunales ante los cuales ejercen sus funciones 209
32.3.- Constitución de los receptores 209
32.4.- Funciones de los receptores 210

273
274

32.5.- Obligaciones de los receptores 211


32.6.- Remuneración de los receptores 212
33.- Los procuradores del número 212
33.1.- Nociones generales 212
33.2.- Clases de procuradores 213
33.3.- Concepto 213
33.4.- Constitución 213
33.5.- Funciones 214
33.6.- Obligaciones 214
33.7.- Remuneración 215
34.- Los notarios 215
34.1.- Concepto 215
34.2.- Constitución 215
34.3.- Funciones de los Notarios 215
34.4.- Subrogación de los notarios 216
34.5.- Análisis de algunas actuaciones relevantes del notario 217
34.5.1.- Las escrituras públicas 217
34.5.2.- Las protocolizaciones 219
34.5.3.- Copias de escrituras públicas y documentos protocolizados 219
34.5.4.- Autorización de firmas en documentos privados 220
34.6.- Libros que deben llevar los notarios 220
34.7.- Infracciones y sanciones 221
34.8.- Eliminación de las facultades de los Oficiales de Registro Civil 221
35.- Los conservadores 222
35.1.- Concepto 222
35.2.- Constitución 222
35.3.- Libros que llevan los Conservadores 223
35.4.- Subrogación de los conservadores 224
35.5.- Remuneración 224
36.- Los archiveros 224
36.1.- Concepto 224
36.2.- Constitución 224
36.3.- Funciones 225
36.4.- Subrogación 226
36.5.- Remuneración 226
37.- Los consejos técnicos 226
37.1.- Concepto 226
37.2.- Constitución 226
37.3.- Subrogación 226
37.4.- Remuneración 227
38.- Los bibliotecarios judiciales 227
39.- Disposiciones generales aplicables a los auxiliares de la administración de justicia 228

274
275

39.1.- Nombramientos 228


39.2.- Requisitos 228
39.3.- Inhabilidades 229
39.4.- Incapacidades 229
39.5.- Incompatibilidades 230
39.6.- Juramento e instalación 230
39.7.- Obligaciones y prohibiciones 231
39.8.- Implicancias y recusaciones 234
39.9.- Remuneración y previsión 235
39.10.- Suspensión de funciones 236
39.11.- Cesación de funciones 236
39.12.- Licencias y feriados 237
39.13.- Funciones de algunos auxiliares en el sistema electoral público 238
40.- La corporación administrativa del poder judicial 239
40.1.- Concepto y reglamentación 239
40.2.- Funciones 239
40.3.- Composición y funcionamiento 240
40.4.- Patrimonio de la Corporación 241
41.- Los abogados 242
41.1.- Concepto 242
41.2.- Misión e importancia de los abogados 243
41.3.- Adquisición del título de abogado 243
41.4.- Relaciones entre el abogado y el cliente 245
41.4.1.- Naturaleza jurídica 245
41.4.2.- Diferencias entre el mandato civil y el mandato de los abogados 245
41.5.- Responsabilidad del abogado 245
CUARTA PARTE: TRIBUNALES ARBITRALES Y ESPECIALES
42.- Tribunales arbitrales 247
42.1.- Origenes de los jueces árbitros 247
42.2.- Concepto 247
42.3.- Características 248
42.4.- Clases de árbitros 248
42.5.- Capacidad de las partes en relación al nombramiento del árbitro 248
42.6.- Requisitos para ser árbitro 249
42.7.- Inhabilitación de los árbitros 250
42.8.- Fuentes de la justicia arbitral 250
42.8.1.- La voluntad de las partes 250
42.8.2.- La autoridad judicial 252
42.8.3.- La ley 252
42.8.4.- El testador 253
42.9.- Diversas clases de arbitraje 254

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42.9.1.- Materias de arbitraje forzoso 254


42.9.2.- Materias de arbitraje prohibido 254
42.9.3.- Materias de arbitraje voluntario 255
43.- Funcionamiento del arbitraje 255
43.1.- Aceptación del cargo y juramento 255
43.2.- Obligación de desempeñar el cargo 256
44.- Procedimiento de los árbitros 256
45.- Pluralidad de árbitros sin mayoría para dictar sentencia 257
46.- Recursos en contra de las sentencias arbitrales 258
46.1.- Árbitros de derecho 258
46.2.- Árbitros Arbitradores 258
47.- Conclusión del compromiso 258
48.- Los juzgados de familia 259
48.1.- Concepto 259
48.2.- Organización 259
48.3.- Competencia del Juzgado de Familia 260
48.4.- El consejo técnico 261
49.- Los juzgados de letras del trabajo 263
49.1.- Concepto 263
49.2.- Organización 263
49.3.- Competencia del Juzgado de Letras del Trabajo 264
50.- Los juzgados de cobranza laboral y previsional 265
51.- Los juzgados de policía local 266
51.1.- Composición 266
51.2.- nombramiento y requisitos de los jueces 266
51.3.- Subrogación 267
51.4.- Competencia 268

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