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911
INTRODUCCION
En este sentido ha considerado la Cátedra realizar una sistemática de estudio en el análisis del
referido Decreto. Comenzando en consecuencia por la precisión sobre la naturaleza del acto y
su posible control; recorrer los antecedentes constitucionales nacionales, con especial énfasis
en la situación que se presentó con la Comisión redactora de la Constitución vigente y hasta la
actual propuesta de modificación; la revisión de la solución colombiana con aportes diversos en
doctrina; llegando al análisis de las disposiciones que se denuncian como violadas por el
Decreto, todo con la finalidad de fijar posición.
En modo alguno estamos en presencia de un trabajo concluido o que expresa un criterio final.
Si hemos querido colaborar con el estudio de esta materia de tanta trascendencia para el país
nacional e incentivar las distintas opiniones que hacia ella convergen.
La primera visión de todo acto del poder público debe centrarse en la consideración de su
verdadera naturaleza. Esto conlleva al planteamiento que involucra la pregunta formulada,
pues como todos sabemos calificar al citado Decreto como "un acto de gobierno", estaríamos
aceptando que se trata de un acto de alta política estatal, desvinculado de la Ley o, para decirlo
en términos doctrinarios franceses "Libre de todo gravamen legal". Al contrario de calificar al
Decreto como "un acto administrativo" estaríamos aceptando su sujeción a la Ley en primer
grado e indirectamente a la Constitución, pero advirtiendo que el acto rebasaría entonces la
tradicional potestad reglamentaria en materia de policía y seguridad.
Pues bien, la doctrina del "acto de gobierno" en Venezuela, es muy incipiente, hay que
reconocer que no están clarificados estos actos como ocurre con la doctrina francesa, la cual
realiza un señalamiento bastante preciso de los mismos, también la Argentina y la colombiana.
Esta situación ya significa una dificultad para la calificación que se busca del Decreto, toda vez
que si tomamos incluso en cuenta que el tantas veces referido Decreto 1.911 encabeza la
actuación del Presidente de la República, con sometimiento a dos disposiciones, una
constitucional y otra legal, cuando expresa: "En ejercicio de la atribución que le confiere el
Artículo 190, ordinal lro. de la Constitución en concordancia con la Ley Orgánica de
Identificación", creando en consecuencia serias dudas sobre su naturaleza. De ésta Manera el
argumento de que los actos de gobierno son tales por constituir una ejecución directa de la
constitución, en el presente caso no es claro, por cuanto se invoca como fundamento del
Decreto no sólo la Constitución Nacional (Ord. 1ro. Art. 190), sino que se buscará concordancia
con una ley orgánica como lo es la Ley Orgánica de Identificación. Y, por otra parte, pensamos
que los actos que se ejecutan con fundamento al referido ordinal primero del Artículo 190
constitucional, no necesariamente han de ser calificados como "actos de gobierno" aun cuando
exista el criterio mayoritario en la doctrina en tomo a la materia internacional como auténtica
función de gobierno, lo cual sería aplicable al tópico de "la nacionalidad".
Ahora bien, aun cuando consideramos de peso el argumento de la materia a la cual se refiere,
señalada en la doctrina, la Cátedra en su mayoría considera que estamos en presencia de un
"acto administrativo", por las siguientes razones: En primer lugar hay un fundamento
doctrinario bastante claro y es que se considera a todo decreto como un "acto administrativo
del Organo Ejecutivo" dictado en carácter de ejecución de la ley y en ejercicio de la potestad
reglamentaria. De este criterio participa Rafael Bielsa en su obra DERECHO CONSTITUCIONAL"
(pág. 669). Esto podría complementarse en cuanto a los efectos, con la opinión de Brewer
Carías, para quien clasificándose los actos administrativos en Generales V Particulares, por sus
efectos, no cabría la menor duda de que el Decreto 1911 es un acto administrativo de efectos
generales. En segundo encontramos un fundamento que podemos calificar de definición legal,
y en efecto la L.O.P.A. en su Artículo 15 define al Decreto como "Las decisiones de mayor
jerarquía del Presidente de la República y refrendados por el Consejo de Ministros".
De aceptar el anterior criterio, existiría una consecuencia muy grave que es la extralimitaci6n
de la potestad reglamentaria, ya que entendemos que no hay un acto de ejecución,- pues el
Decreto realmente no ejecuta disposición legal alguna, sino que plantea modificaciones en
materia de tratamiento legal. Esto ha llevado a muchos a pensar en una auténtica invasión en
la llamada "reserva legal" y otros a expresar que se "ha invadido la esfera del órgano legislativo
cuando a través de normas de rango inferior (Decreto) se derogan normas de rango legal,
violentando por exceso el principio general de que una Ley sólo es derogada por otra ley, basta
con inteligenciar las disposiciones contenidas en los artículos constitucionales 117 y 177; así
como violentando las disposiciones legales contenidas en los artículos 13 y 18 numeral 5to,
relativos al principio de la jerarquía de los actos y a los requisitos mismos, que sirven de
fundamento al acto administrativo considerados en el presente Decreto, en forma genérica.
II
En efecto, desde el punto de vista formal, calificado como ha sido el acto en su naturaleza
administrativa, está claro que como tal ejecuta una norma legal y constitucional. Esta es la
razón por la cual debemos vincular la especialidad de la materia desarrollada en la Ley Orgánica
de Identificación con las atribuciones del Presidente de la' República, concretamente en el
ordinal 1ro. del Artículo 190 de la Constitución Nacional; además, observar como de sumo
interés las disposiciones contenidas en los artículos 35 numeral 1 y 45 constitucionales, toda
vez que de la redacción de estas disposiciones se desprenden elementos que a nuestro modo
de ver resultan contradictorios del espíritu mismo del decreto.
En este sentido, si bien el referido Decreto no estaría violando la disposición constitucional del
mencionado artículo 35, numeral 1, cuando establece: ... Son venezolanos por nacimiento: 1º
los nacidos en el territorio de la República..., no obstante analizando la disposición
constitucional del artículo 45, enclavado en el Título relativo a Deberes, Derechos y Garantías,
observamos que en su texto expresa: ...Los extranjeros tienen los mismos deberes A derechos
que los venezolanos con las limitaciones establecidas por esta Constitución y las leyes..., quiere
decir que existen dos disposiciones constitucionales que deben armonizarse en obsequio al
principio de la igualdad de todos ante la Ley, y él Decreto 1.911, choca con el anterior principio,
creando una actitud discriminatoria para con los venezolanos por nacimiento a los cuales se les
exige mayores requisitos para la obtención de la constancia de nacimiento y la partida de
nacimiento, de conformidad con las normas del Código Civil, y nos preguntamos ¿Puede el
Decreto como acto administrativo derogar lo previsto en la Ley?
...En esta época se iniciaba en Venezuela, con una amplitud sin precedentes, una considerable
corriente inmigratoria, que entre 1946 y 1947 representó 20.000 personas y que iba a
aumentar en forma considerable en los años siguientes, por lo que el problema de la
inmigración, de los derechos y obligaciones de los extranjeros, es ampliamente regulado por
esta Constitución Nacional..., (Las constituciones de Venezuela, pág. 92, Luis Mariñas Otero).
"Son venezolanos por nacimiento: Ord. 12 los nacidos en Venezuela, con excepción de los hijos
de extranjeros no domiciliados ni residenciados en la República o que estuvieran en el país al
servicio oficial de otro Estado..." Esta disposición obedecía a la realidad imperante entonces y a
la necesidad de fijar una política en esta materia.
La anterior norma fue modificada posteriormente y en la Constitución Nacional de 1953
observamos que se considerará de nuevo como venezolano los nacidos en la República, sin
excepción alguna; así mismo la Constitución Nacional vigente establece el principio de la
nacionalidad sin restricción alguna (para todo nacido en nuestro territorio).
Habida cuenta de la información antes reseñada, que en nuestro criterio evidencia la voluntad
de solucionar el conflicto creado en el Decreto 1.911, mediante la observación de soluciones
que parecían ya superadas y que correspondieron al texto fundamental de 1947, fiemos creído
de extraordinaria importancia revelar una vez más el criterio de este doctrinario, Ernesto Wolf,
vertido en la también extraordinaria obra Derecho Constitucional Venezolano (Tomo 1),
mediante la extracción de un párrafo, que se explica por sí solo. até párrafo expresa lo
siguiente:
:..Venezuela, como país de inmigración ha defendido con gran celo y adoptado en todas sus
Constituciones el Ius Soli. En la Constitución actual este principio se expresa en el artículo 28,
ordinal 1ro, sin limitación alguna: "Son venezolanos por nacimiento todos los nacidos en el
territorio de la República". En Colombia, según el artículo 7 de la Constitución, el Incido en
aquel país no siempre tiene la nacionalidad colombiana; el que nace en Colombia de padres
extranjeros solamente se beneficia de Ius Solis bajo la condición de que el recién nacido se
halle domiciliado en el país. Este principio impide atribuir la nacionalidad colombiana a hijos de
padres extranjeros transeúntes % llevan al niño fuera del país, caso en el cual el nacimiento en
'Colombia viene a ser un mero accidente. Esta disposición sensata taita conflictos de
nacionalidad; con el mismo fin algunas constituciones latinoamericanas excluyen de la
aplicación del ius solis a los hijos de padres extranjeros que se encuentren desempeñando
cargos diplomáticos en el país, la de Chile con el derecho de optar...".
A fin de dar fuerza al anterior criterio, hemos de observar que la inconveniencia del Decreto
1.911 parte de la calificación de éste como Acto Administrativo, toda vez que de acuerdo al
orden jerárquico debía sujetarse como tal a las normas legales sobre la materia, siendo que
para el caso contrario, debía contar entonces con la superior jerarquía para modificar las
disposiciones legales, y esto en nuestro criterio no ha sucedido porque el referido Decreto no
tiene la fuerza modificatoria de las disposiciones que sobre la materia encontramos tanto en el
Código Civil como en la Ley Orgánica de Identificación.
Conclusiones
Por otra parte, hemos de pensar que pudiera suceder una declaratoria de nulidad del Decreto
1.911, por la Corte Suprema de Justicia, con vista a la demanda que existe y con fundamento,
entre otras normas, a las atribuciones de este máximo tribunal de acuerdo al Ordinal 7mo,
artículo 215 de la Constitución Nacional vigente.
La otra posibilidad hubiere sido la de la reforma constitucional, tal como lo hemos recogido,
dejando prácticamente sin efecto el Decreto 1.911, tomando en cuenta factores como, la
realidad social y la situación internacional. En cuanto al primero, por cuanto existe en nuestro
país una inmigración indiscriminada, situación que podríamos asimilar a la que teníamos en
1947, con la desventaja que en los actuales momentos la inmigración no es selectiva, como
entonces, ni con mano de obra calificada. Hoy por hoy nuestras fronteras son invadidas sin
control alguno por parte de las autoridades. Desde el punto de vista internacional estamos
actualmente en una situación de serios conflictos sobre delimitación territorial con Colombia,
Brasil, lo cual hace necesario e inminente que se fije la disposición constitucional al respecto
con mayor restricción y tomando en cuenta no sólo el punto de solidaridad entre los países,
sino también el de reciprocidad en esta materia de nacionalidad, tan importante y de múltiples
y riesgosas consecuencias para nuestro país.
En base a todas estas razones, consideramos que nuestro texto Constitucional debería ser más
restrictivo. Este criterio encuentra fundamento suficiente, no sólo en el más importante
antecedente histórico - constitucional que tenemos, como es la solución de 1947, sino en las
propias propuestas de modificación, tal como la hemos conocido, tanto de la Comisión
Bicameral especial, de Revisión Constitucional, como del documento emanado de la Cámara de
Diputados, en relación a la tan criticad a Reforma a la Constitución de 1961.