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MÚSICA: VIBRACIÓN QUE ARMONIZA

La música , vista desde el enfoque del autoconocimiento, no es sólo estimada como una
expresión artística más, sino que es considerada como la vibrante armonía, que nos
permite equilibrar, cuerpo ,mente y emoción. Por esto decimos que la música es vibración
que armoniza.
Toda nuestra vida tiene una banda sonora, que nos acompaña desde que estábamos en el
útero materno: el sonido del líquido amniótico, la voz de nuestra madre, las canciones de
cuna, las melodías de nuestra infancia, la música de moda en la adolescencia, las
preferencias de estilos musicales que acompañan nuestros estados anímicos... la filosofía
gnóstica nos invita a reflexionar sobre la importancia del sonido y en especial de la música
en el trabajo de autoconocimiento.
“Hay música en el suspiro de una caña; Hay música brotando de los surcos; Hay música en
todas las cosas, si el hombre tenía las orejas; La tierra no es más que la música de las
esferas.”Lord Byron
La música como necesidad innata de la humanidad
A lo largo de la historia de la humanidad, la música nace como la necesidad de transmitir
ideas y sentimientos, que no podían manifestarse de otra forma, a tal punto, que la mayoría
de los pueblos antiguos de distintas latitudes del planeta han considerado a la música con
un regalo de los dioses. Como todas las manifestaciones artísticas de la humanidad, la
música surge en todos los pueblos ancestrales como la necesidad cultural de manifestar su
sentir, idiosincrasia y espiritualidad característicos. Con el paso del tiempo, se fue dando a
la música, distintas finalidades hasta hoy, como puede ser fe, entretenimiento, patriotismo,
política, terapia,etc. Sin embargo, para la sabiduría gnóstica la buena música lleva en su
esencia la capacidad de fortalecer el alma de quien la escucha ya que al igual que cualquier
mensaje comunicacional, en el que intervienen un emisor, un mensaje y un receptor, la
buena música nos brinda un modo particular de reencuentro con nosotros mismos. Cuando
la música es instrumental, la sensibilidad de quien la escucha se acrecienta de manera
notable, pues al prescindir de la palabra, el lenguaje de los sonidos habla a través de tonos,
ritmos, melodías; que son mucho más sutiles que el lenguaje hablado; lo que permite al
oyente volverse más perceptivo al resto de los estímulos sensoriales.Podemos decir que
para apreciar la música verdaderamente debemos aprender a oírla conscientemente. De
este modo, percibimos si una composición musical posee verdadera esencia,( ya sea una
canción con una letra sentida, o una melodía instrumental) entonces nos moviliza de un
modo profundo, llevándonos a una introspección. Sin embargo el mensaje de la música, nos
puede invitar a estados internos de encuentro o de desencuentro, de esperanza o
desesperanza, de comprensión o de furia, de melancolía o euforia; la sabiduría gnóstica
nos sugiere que seamos nosotros mismos quienes elijamos esos estados y no lo dejemos
librado al capricho de las modas o las tendencias.
Movimiento, sonido y música
“Todo movimiento es coesencial al sonido. Donde quiera que exista el movimiento, existe el
sonido. El oído humano sólo logra percibir un limitado número de vibraciones sonoras.
Empero, por encima y por debajo de estas vibraciones que el oído registra, existen múltiples
ondas sonoras que nadie alcanza a percibir. Los peces del mar, producen sus sonidos
peculiares. Las hormigas se comunican entre sí por sonidos inaudibles para nuestra
percepción física. Las ondas sonoras, al actuar sobre las aguas, producen movimientos de
elevación y de presión de las aguas. Las ondas sonoras al actuar sobre el aire producen
movimientos concéntricos... Los átomos, al girar alrededor de sus centros nucleares
producen ciertos sonidos imperceptibles para el hombre. El fuego, el aire, el agua y la tierra,
tienen sus notas sonoras particulares.” Samael Aum Weor, Logos, mantram y teurgia .
Cada movimiento tiene su vibración, su sonido su nota clave, en la cual se manifiesta. Está
comprobado que en general los acordes menores en la música, generan melodías
melancólicas que producen estados de tristeza y los acordes mayores, producen estados
de alegría. Los efectos de la musicoterapia han sido ampliamente estudiados. El reflexionar
sobre estos temas nos llevan a preguntarnos:¿En qué nota vibramos? ¿nuestra vibración es
igual cuando estamos alegres, que cuando estamos tristes?
Existen estudios y comprobaciones de sonido ( que mediante amplificadores de vibración)
han demostrado la armonía musical del “canto” de los árboles y las plantas.
Recientemente, se hizo viral un video sobre la melodía que emiten los girasoles, similar al
solo de un violín. Del mismo modo, se han hecho ,experimentos sobre las ondas sonoras
que emiten los grillos al cantar, donde al descender la frecuencia de onda de las
vibraciones emitidas , se podía percibir su similitud con el canto de un coro angelical de
niños.

En conclusión, la música se relaciona con el principio universal de vibración que explica


que todo vibra, todo está en movimento, lo percibamos o no.Así , la vibración produce
sonido, pero el ser humano sólo percibe una parte de los sonidos generados a su
alrededor; dentro de ese espectro de sonido hay una cantidad de frecuencias específicas
con las que se fabrica la música.
La música nunca se aleja de su propia naturaleza , que es el movimiento, por eso ,sea cual
sea la música que estemos escuchando, algo se estará movilizando.
A través del autoconocimiento aprendemos a beneficiarnos del movimiento, el sonido y la
música.
Es importante que la música nos movilice de forma beneficiosa y armoniosa, por esto,
resulta fundamental que la música que escuchemos nos genere alegría, que nos coloque
en sintonía con la vida en los niveles de materia , energía y conciencia, pues toda la
naturaleza emite su melodía, como parte de esa misma naturaleza, precisamos hallar
nuestra nota clave que nos ponga a vibrar en armonía con el universo…

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