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COLEGIO SAN IGNACIO DE LOYOLA

PERÍODO II

Estudiante: ___________________________________ Grado: 9º


Proyecto: Humanismo Ignaciano Fecha: mayo de 2022
Asignaturas: Ética y ERE Guía conceptual
Profesores: Julián Bustos S.J. y Mauricio Amézquita Duración: 1 unidad

ÉTICA ANTIGUA Y CRISTIANA, ¿VÁLIDAS


HOY?
ESTÁNDARES DE DESEMPEÑO
ÉTICA
1. Explica el fundamento de propuestas éticas de la
2. Aplica propuestas éticas de la tradición filosófica
tradición filosófica antigua relacionadas con la buen
antigua al mejoramiento de la vida individual y social.
vivir, en función del bienestar individual y social.
ERE
1. Define la experiencia sacramental como proceso de configuración del creyente con Jesucristo.

INTRODUCCIÓN:

La ética llamada también ciencia de la moral es una parte de la filosofía que estudia los principios por
los que se rige la conducta de un ser humano en sociedad. Ésta busca sustentar propuestas de vida
que aplicables a distintos ámbitos de la vida personal y social, ajustándose a las condiciones y
necesidades de personas que puedan convivir pacíficamente. En este sentido, existen distintas éticas.
Ahora bien, el hecho de que sean propuestas formuladas en otras épocas no significa que estén en
desuso. Algunas o muchas de ellas pueden ayudarnos a conducir mejor nuestras vidas porque todo
parece indicar que el desarrollo económico, tecnológico y científico no nos están llevando a un mundo
mejor. La deshumanización, la pobreza, la intolerancia, la contaminación ambiental, la discriminación y
la desigualdad social, solo por citar algunos ejemplos, son una prueba de ello.

 LA ÉTICA DE LOS CLÁSICOS GRIEGOS (Éticas de la Eudaimonia)

Entre los siglos V y IV a.C., Sócrates, Platón y Aristóteles se arriesgaron a sugerir modelos de vida o
pautas de comportamiento que consideraban podrían ayudar a las personas a vivir mejor en armonía
consigo mismas y con su comunidad. Miremos los aportes más significativos de cada uno de ellos.

SÓCRATES (470 – 399 a.C. Filósofo griego)


La ética de Sócrates se centra en la relación entre la virtud y el saber. Esto quiere
decir que quien sepa qué es lo bueno o correcto también actuará bien y, en
consecuencia, será virtuoso. Así que la virtud, entendida como un modo de ser, se
centra en el conocimiento ya que gracias a él podemos determinar lo que se debe
hacer en una situación determinada. Sócrates entiende que un buen zapatero, un
buen cocinero o un buen albañil es aquel que conoce muy bien su oficio. De ahí que
un zapatero que hace mal los zapatos es porque ignora su oficio, pues no sabe hacer
buenos zapatos.
En este sentido, desde el punto de vista ético, el que actúa mal es por ignorancia. “Nadie –dice
Sócrates- hace el mal a sabiendas”, es decir, todo lo que se hace sin el conocimiento se hace
involuntariamente, sin conciencia. Ahora, si alguien no hiciera lo que le indica su conocimiento, no
podría decirse que sabía lo que debía hacer. El problema radica entonces en la ignorancia, en la falta
de conocimiento. El mal es fruto de la ignorancia. Para Sócrates no tiene ningún sentido que una
persona conociendo el bien no lo realice, sabiendo que este le da felicidad.

Además, Sócrates piensa que es imposible ser feliz si uno actúa en contra de sus convicciones. Por
ello, quien sabe lo que está bien, también hará el bien, pues ninguna persona querrá ser infeliz. En
conclusión: “cuanto más razonable es una persona, más virtuosa y, por tanto, más feliz será”.

PLATÓN (427 – 347 a.C. Filósofo griego, alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles)

Platón rechaza la teoría de su maestro donde se establece la relación virtud –


saber. Hace ver que, desde esa perspectiva, puede llegar a ser bueno un ladrón o
un asesino porque conocen muy bien su oficio o bien de robar o de matar.
Además, hace notar que, aunque sepamos qué es el bien, si no tenemos la
intención de actuar bien, no lo haríamos.

Así que para Platón el saber no es suficiente para obrar bien, se requiere de algo
más y ese algo es la voluntad, la intención de actuar correctamente, conforme a
nuestro conocimiento del bien. Las personas pueden conocer muy bien las leyes o
normas que regulan la vida en sociedad, pero eso no quiere decir que actúen con
base en ellas por más justas que sean.

ARISTÓTELES (Estagira, Macedonia 384 a.C – Calcis Eubea, Grecia 322 a.C)

Para Aristóteles todo lo que hacemos está dirigido a la búsqueda de la felicidad


(Eudaimonia). Sin embargo, la felicidad no debe enfocarse en la satisfacción de
nuestros instintos o deseos, tampoco en la riqueza material ni en el
reconocimiento social. Aunque todo esto es importante, la verdadera felicidad no
puede depender de factores externos. Considera que la clave de la felicidad está
en nosotros mismos, en el cultivo de la inteligencia y en la rectitud o entereza
moral. “Cuanto más inteligentes, cultos y éticos seamos –escribe-, más intensa y
plena será nuestra felicidad”.

Cuando obramos de esta manera, cultivamos un hábito de vida que nos permite encontrar un término
medio de las cosas, evitando el exceso y el defecto. Y es ese término o punto medio que nos lleva a
alcanzar la felicidad, alcanzado por el uso de la razón. En este sentido, la felicidad no es un estado ni
un concepto, sino el resultado de vivir la vida de la mejor manera posible, evitando caer en los
extremos. Por ello, Aristóteles propone tres valores: la prudencia, la moderación y la justicia.

En cuanto a lo que pensaban sus antecesores, Aristóteles sostiene que para actuar bien además de
poseer el conocimiento (Sócrates) y de tener la voluntad de hacerlo (Platón), se requiere la práctica;
obrar, actuar.

 LA ÉTICA CRISTIANA.

Las religiones, promueven también una ética, una manera de vivir en comunidad o sociedad, inspirada
en principios y creencias. En el caso del cristianismo, fue Jesús de Nazaret quien promovió a través de
sus parábolas, enseñanzas y de su propia vida una determinada ética. Sus palabras y obras se
orientaron hacia un determinado proyecto de vida, válido para toda persona que pretende ser cristiana,
esto, en consonancia con la voluntad de Dios.
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Una voluntad que busca la salvación y la felicidad de todos y cada uno de los
seres humanos. El valor fundamental que inspira toda la vida de Jesús y que él
pretende inculcar a sus seguidores es el del amor. Un amor universal, sin
fronteras ni discriminaciones, que cobija incluso al enemigo. Desde esta
perspectiva, actuar bien significa convertir el amor en un imperativo de vida.
Ahora, el bien o el buen obrar está presente de modo intrínseco en cada
persona porque según el cristianismo fuimos hechos a imagen y semejanza de
Dios.

Gracias al amor logramos superar las diferencias entre los seres humanos y se constituye en un arma
contra cualquier tipo de discriminación o violencia que atente contra la dignidad humana. Por si fuera
poco, el amor cuestiona toda actuación y todo sistema que produce pobres y que sólo busca el
bienestar de unos pocos a costa de la explotación de muchos. Por esta razón, la ética cristiana es una
propuesta crítica y revolucionaria.

Se trata, en últimas, de un amor universal que tiene un cuidado especial por aquellos más
abandonados y necesitados, por los más pobres y marginados. Y Con todo, lo más característico de la
ética de Jesús con la lógica del amor es la gratuidad. Pues va más allá de lo que razonablemente se
puede esperar. Desborda la justicia (dar a cada uno lo suyo) para entrar en el terreno del perdón y de
la misericordia. Y todo esto porque Dios es así: ama a sus enemigos, da al que no lo merece, devuelve
bien por mal.

Fuente: http://nihilobstat.dominicos.org/articulos/la-etica-de-jesus/

ACTIVIDAD. Para desarrollar en tu cuaderno.

1. Investiga quiénes fueron LOS CÍNICOS, LOS ESTOICOS, LOS EPICÚREOS Y LOS HEDONISTAS
y en qué consistió la propuesta ética de cada uno para el buen vivir.

2. De todas las propuestas éticas (8), selecciona 2 que consideres útiles para estos tiempos. Explica
por qué podrían resultar útiles ahora y da 3 ejemplos de acciones que se podrían poner en práctica en
la cotidianidad con cada propuesta que escogiste.

“Lo importante no es vivir, sino vivir correctamente”


SÓCRATES

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