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Facultad de Derecho
Departamento de Ciencias del Derecho
Cátedra de Historia Social de Chile s.XIX
3
Íbid. Pp. 60
de los pagos de dinero. En quinto lugar, los puertos chilenos se convirtieron en la base de
operaciones del comercio europeo impidiendo el desarrollo en los demás mercados del
comercio chileno. Es así como el mercado interno se orientó hacia el mercado peruano y no
al mundial. Lo que conlleva a confundir, a mediados de siglo, el interés de lo nacional con
el mundial lo que permitió tanto la expansión hacia el exterior como también permitió la
introducción del capitalismo mundial. Es por esta expansión comercial que en otros países
latinoamericanos se tuvo que empezar a implementar la educación. No así en Chile, al
menos en esta época, puesto que el mantener la misma base de economía, puesto que solo
se extraían recursos sin ningún tipo de producción por ello es que no se requerían más
conocimientos que los ya empleados tradicionalmente en el desarrollo económico de la
conquista.
A su vez el Estado capitalista se formulaba como un Estado supuestamente libre e
igualitaria El capitalismo tiene que generar el sujeto libre e igual ante el derecho, el
contrato y el dinero sin el que podría existir su acto seminal: la compraventa de su fuerza
de trabajo y la apropiación del valor 4. Es así como esta supuesta necesidad de un
ciudadano informado es solo aparente puesto que más que esto se requiere un sujeto
dispuesto y capacitado para ingresar al juego del mercado. Esto en la realidad no ocurre
puesto a que, más que la existencia de una persona capacitada para la compra-venta, solo
se dispone de un sujeto subyugado y disminuido frente a las devoradoras e ilimitadas ansias
de acumulación del capital foráneo, cuestión ocurrida al menos en lo países
latinoamericanos. En países desarrollados como los europeos, la formación del sujeto
productivo derivó en la formación del sujeto político, la reforma educacional aquí se
comprende producto de que estos sujetos comprenden la necesidad de formación
educacional para la construcción de sujetos políticos. Debido a que estos sujetos, entendían,
supuestamente, al Estado como un todo, por esto su intento de incorporar con la educación
a las masas populares, debido a que buscan la legitimación a través de la incorporación. Un
elemento de esta integración es El proceso de representación ideológica que se expresa en
la elaboración cultural de todo aquel conjunto de experiencias nacionales 5. Lo cual se
traduce en los valores de la clase dominante, puesto que ella es la que impone lo que
considera como correcto, dentro de lo que se encuentra la educación. Lo cual se deriva en el
4
O’ DONNELL, Guillermo. Apuntes para una teoría del Estado pag 1188
5
TORRES, Enrique. La nación: problemas teóricos y políticos. Pag 105
establecimiento del lenguaje común, por ejemplo, dentro del sistema educacional que se
quería imponer, lo que incluso ocasionó el acoplamiento regional facilitando el desarrollo
del sentimiento nacional. Junto a estas, actúan diversas iniciativas privadas, lo que en su
conjunto conforman el aparato de hegemonía política y cultural de las clases dominantes.
Esto adquiere una connotación especial en lo referido a Latinoamérica debido a que el
Estado luego de la independencia se conformó por las clases dominantes en las que
predominó el elemento agrario y mercantil. Su ubicación en el poder y la necesidad de
afianzarlo y conservarlo, se traduce en la conformación de Estados que posibilitaran el
ejercicio de la hegemonía política y económica sobre la sociedad. Es así como esta
hegemonía junto a la centralización del aparato estatal conformaron los elementos de la
formación del Estado nacional unitario. Los que les hizo, en particular, crear el sistema
educacional abierto hacia las masas era la necesidad de las elites de contar con estados
políticamente más consolidados apoyándose de esta manera en esta forma de
institucionalización. Pero cabe hacer hincapié en el hecho de que estas iniciativas privadas
como la misma iniciativa estatal, solo esta referida a la acumulación de capitales, y por
tanto se refiere a las ganancias que de esta educación pueden extraer.
Como se ha ido viendo las relaciones entre la oligarquía chilena (la elite criolla),
con el pueblo fue variando a lo largo del tiempo. A medida que se empezó a integrar un
mercado mucho más complejo que con el que ya se habían trazado lazos (el español), se
empezó a definir un debilitamiento del dominio, tal como lo dice el profesor Gabriel
Salazar Paradójicamente, para la vieja oligarquía colonial, la transición al capitalismo
industrial no fortalecía su sistema de dominación 6. Es por esto, que en un principio la
actitud paternalista de la clase oligarca frente al pueblo se desarrollo de una manera mucho
más fuerte y dura, sometiéndolos a tratos crueles y subyugándolos para poder obtener
ganancias a un costo mínimo. Lo cual fue cambiando a medida que la clase popular fue
reaccionando a las fuertes presiones de las que eran parte. Pero siempre lo ha hecho en el
intento de “civilizar” al pueblo, lo cual en resumidas cuentas lo llevaría a subsumirse ante
la clase dominante. Las elites decimonónicas expresaron esta intención definiendo al
pueblo como inmoral e ignorante y en declarar que su tarea como clase hegemónica era
“enseñarle a vivir humanamente”. La caridad decimonónica y sus “señoras” manifestaron
6
SALAZAR, Gabriel. Historia de la acumulación capitalista en Chile pp. 99
esa actitud: el horror ante su brutalidad, y la necesidad de construir casas de huérfanos,
de poner a las “chinas” a trabajar en casas respetables, de sacar a los vagos de las
calles7. Entrada ya la etapa modernizadora con la expansión hacia dentro del capital
foráneo, la actitud paternalista cambió complejizándose. Debido a los cambios que
ocurrieron en esta población, puesto que se hizo más rebelde y organizada sin poder decirle
adjetivos como bárbaro o cosas por el estilo, que antiguamente era utilizado y que traía
resultados. Por esto es que las estrategias de dominación paternalista debieron efectuarse de
manera más sutil, conforme al sujeto más conciente al cual se enfrentaba. La primera tarea
en esto era alejarlo del marxismo, del anarquismo, de la creencia de que podían determinar
su propio camino y de la concepción de la tarea inútil que cumplía la oligarquía, puesto que
es el pueblo quien obtiene mediante su trabajo los productos para poder sobrevivir, y no así
la oligarquía que solo se aprovechaba de la dominación obteniendo sus riquezas del trabajo
de las masas. Para poder alejarlas de estos pensamientos tuvieron que mejorar sus horribles
condiciones de vida, dándoles leyes sociales por ejemplo. El otorgarle leyes también
implicaba, junto al hecho de continuar con la dominación, que se comportaran de manera
respetuosa y responsable, de aquí deriva la importancia atribuida a la educación, como
política pública.
Entonces, la educación como un instrumento de política pública actúa como un
método más de subyugación que durante el siglo XIX se instauró conforme al dominio que
se quería obtener por parte de la oligarquía chilena en la búsqueda de la acumulación de su
riqueza.
7
SALAZAR, Gabriel. Historia contemporánea de Chile Tomo II. pp. 55
La evolución de la educación convencional, o estatal paternalista, en Chile tuvo sus
inicios en la segunda mitad del siglo XIX, a la par con otros países latinoamericanos luego
de su independencia. Rasgo común de todos estos procesos educacionales fue ser resultado
del predominio de las elites metropolitanas y centralistas en el control del aparato estatal;
los poderes regionales y locales en los diferentes países fueron finalmente sometidos, al
estructurarse los modernos estados nacionales. 8 Es decir, el estado modernizador y
educador se transformó en un instrumento homogeneizador que sirviese para construir un
sentimiento de nación en la población y finalmente ayudar en la construcción de un estado
nacional totalmente consolidado. La principal razón declarada para la implementación de
una educación popular primaria, era elevar el nivel educacional y cultural de las masas
marginadas y menos favorecidas hasta al menos la educación primaria. La educación
secundaria y superior quedaba reservada para los sectores medios y acomodados. Siendo
esta educación un mecanismo de ascenso social para la clase media, mientras que la
educación primaria mantuvo su carácter masivo y de instrucción básica y elemental. A
continuación nos proponemos analizar la evolución de la educación tradicional brindada
por el estado a través del siglo XIX y comienzos del siglo XX.
Si bien existía un cierto grado de voluntad política por parte de la autoridad que se
vio reflejada en la promulgación de reglamentos como el de 1812 bajo el gobierno de José
Miguel Carrera, dos reglamentos en 1813 bajo el gobierno de Bernardo O’Higgins y el
carácter constitucional que le dan a estos reglamentos las constituciones de 1822, 1823,
1828 y 1833, ésta última establecía que “La educación pública es una atención
preferentemente del Estado”9. El desarrollo de la educación primaria fue asumido en la
parte operativa por el Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública y en los aspectos
pedagógicos por la Universidad de Chile, fundada en 1842. El primero se encargó de la
fundación y la dotación de las escuelas, la segunda de la revisión de testos y reglamentos,
asignación de premios a preceptores y supervisión de la marcha de las escuelas 10. La
principal falencia de estos avances fue siempre la cobertura, si bien los pensadores de la
época tuvieron en mente la creación de los ciudadanos de la nueva república, la idea de una
8
EGAÑA, María Loreto Educación primaria popular en el siglo XIX en Chile, pág 19
9
Constitución Política de 1833, artículo 144, pág 38
10
EGAÑA, María Loreto Educación primaria popular en el siglo XIX en Chile, pág 49
educación popular masificada no se vislumbró como viable hasta la década de 1850 y solo
fue consolidada con la promulgación de la Ley de Instrucción Primaria Gratuita en 1860.
14
Congreso Nacional Pedagógico, Resumen de las discusiones, actas y memorias.
adecuado para la instrucción de la escritura y la lectura. También se le otorgó énfasis a la
inculcación de la higiene calificándosele como “producto de la ignorancia” Hubo consenso
en que la enseñanza primaria debía transformarse en obligatoria lo antes posible, pero en la
práctica no era posible implementarla por el momento, entre las razones estaban la falta de
infraestructura, recursos y profesores. Dicho objetivo solo se alcanzaría con la
promulgación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria en el año 1920.
Podría decirse que el siglo XIX fue también el siglo de las grandes decisiones en
materia educacional, ya que fue en el cuando el Estado se embarcó en la tarea y asumió, por
distintas razones, la responsabilidad de esta monumental tarea. Así la ley adquiere el
carácter de hito en la pavimentación del Estado como ente modernizador y educador, tarea
que si bien puede atribuírsele al año 1920 con la promulgación de la Ley de Instrucción
Primaria Obligatoria, tuvo su inició en el siglo XIX. La toma de dicha decisión tendrá
largas consecuencias en la construcción de Chile como estado nacional y en su
desenvolvimiento como sociedad.
17
BENGOA, José. (artículo de) Educación popular y movimientos sociales (Reimpresión). [Revista].
Proposiciones. Santiago de Chile : Ediciones SUR, Vol.15, enero, 1988, Pp. 7 y 8.
18
SALAZAR, Gabriel. Las avenidas del espacio público y la educación ciudadana. Centro de investigaciones
Sociales, Universidad ARCIS. Pp. 6
19
EGAÑA, María Loreto - NÚÑEZ, Iván – SALINAS, Cecilia. La educación primaria en Chile: 1860-1930.
LOM Ediciones. 2003, Pp. 9.
20
ILLANES, María Angélica. La revolución solidaria: Historia de las sociedades obreras de socorros
mutuos. Chile 1840-1920. Imprenta Prisma Santiago, Chile, 1990. Pp. 54.
estructuraron prácticas de autoeducación popular al alero de escuelas nocturnas destinadas
a las educación de sus miembros y sus hijos. Hay que destacar que en estas escuelas
nocturnas si bien uno de los objetivos principales era que los miembros socios aprendieran
a leer y a escribir, junto con historia universal y de Chile, más aritmética y música, partían
de prácticas pedagógicas tendientes a homogeneizarlos con la población letrada, pero no
buscando su dilución en el panorama social, sino que a partir de esa igualación de
condiciones se obtuviera la diferenciación, de ahí entonces que sólo se admitieran a los
afiliados a las mutuales.
De todos modos, muchas de estas iniciativas fracasaron al poco tiempo o no vieron
la luz, debido principalmente a problemas económicos que hicieron imposible su
perduración en el tiempo, como la Escuela Nocturna fundada por la Sociedad de Artesanos
de Valparaíso, aún así, para suplir la falta de instrucción, la Sociedad hizo un Taller de
Herrería21 al que luego se le suma uno de Carrocería y a pesar de todo ello, se les hacía
todavía necesaria una escuela para los hijos de los miembros de la asociación, proyecto que
realizan debido al aporte (no sabemos cuan desinteresado) de un senador el 18 de junio de
1884. Otro ejemplo de cómo las mutuales desarrollaron autónomamente proyectos
educativos para paliar la carencia que tenían en este aspecto, son los casos de la Sociedad
de Artesanos de Vallenar que funda una escuela nocturna en 1870, tres años después de su
creación y la Sociedad de Artesanos de Talca que hace de las misma en 1871 22. Estos dos
ejemplos son representativos de muchos casos que florecieron a lo largo del país y
demuestran como la insuficiencia del Estado para terminar con ciertas deficiencias deja un
intersticio que es aprovechado por el mundo popular para recrearse a si mismo partiendo
desde su propia realidad.
Tal situación, la de iniciar sus prácticas educativas desde la matriz de la experiencia
y de la necesidad común, demuestra la autonomía del mundo popular frente a la
civilización, pues al estar en boga en aquel tiempo el iluminismo ilustrado francés, se
escindía a los sujetos entre barbarie y civilización; por supuesto, el mundo popular quedaba
en la vereda salvaje, pero no se quedaba esperando ser integrado a la sociedad civilizada,
sino que construye su propio proyecto histórico, y son los ilustres quienes desean quitar el
GODOY, Milton. Mutualismo y Educación: Las escuelas nocturnas de artesanos, 1860-1880. Extraido de
22
www.cidpa.org
tizne autónomo de la clase popular chilena mediante una educación popular que moralizara
y cambiara los hábitos de los iletrados.
La importancia de este primer experimento de autoeducación popular en Chile
radica en como se supera la distinción de quienes son los cultos y quienes incultos, pues
eran los mismos miembros de las mutuales quienes hicieron los proyectos educativos para
educarse a si mismos y a sus compañeros, por lo que una vez superada esta barrera se
adquiere autonomismo práctico; y si bien puede que no se hayan inspirado en ninguna
teoría gramsciana o freireana, la práctica educativa se vuelve una práctica político
educativa, ya que el tener la gallardía de asumir la construcción de un proyecto histórico a
través de la educación dota a este movimiento genético de muchísimo valor. A pesar de los
halagos que hemos invertido en tales acontecimientos, hay que destacar que estas prácticas
sí fueron autónomas, mas no se registra organización tendiente a crear un movimiento
popular23 como es posible ver décadas más tarde, por lo que no había homogeneidad en la
aplicación de las referidas práctica y resulta complicado armar un panorama general de la
situación nacional en este aspecto. El que no haya existido una coordinación factual de las
iniciativas de autoeducación popular no significa que las prácticas fueran inconexas,
demuestra más bien como la barbarie chilena actuaba con conciencia de clase de forma
orgánica y descentralizada, prescindiendo absolutamente (al menos en este periodo) del
adoctrinamiento político de vanguardia que luego se mezcla con los talleres de
autoeducación, de ilustrados iluminados por las letras europeas y de financiamiento o
asesoría estatal. Por lo cual se configura absolutamente autónomo.
Dado a los antecedentes antes expuestos podemos señalar a la segunda mitad del
siglo XIX como la fecha de inicio, al menos para Chile, de la autoeducación popular como
forma exclusiva de los sujetos reales los que, para recuperar su proyección trascendente
en la historia, necesitan activar prácticas auto-educativas 24 que reafirmen su cultura, su
tradición y su realidad social sin tener que soportar una imposición instructiva tendiente a
destruir la conciencia de clase, a desarraigarlos y a cambiar sus valores bajo la falacia de la
superación de la pobreza a través del aprendizaje de contenidos prefijados por un Estado
asistencialista influido por una elite capitalista. De este modo vemos a la autoeducación
23
SALAZAR, Gabriel. Del proyecto autónomo de los pobres: Autonomía relativa y autoeducación.
24
SALAZAR, Gabriel. Las avenidas del espacio público y la educación ciudadana. Centro de investigaciones
Sociales, Universidad ARCIS. Pp. 8.
como un mecanismo de defensa y conservación que nace atada dialécticamente a los
avatares de ese capitalismo. No se explica (ni se agota), pues, por referencia a una
coyuntura determinada o a explosiones puntuales de activismo solidario, sino por
referencia a un complejo conjunto de situaciones históricas de larga duración 25, y por esta
razón es que hoy también vemos prácticas autoeducativas en muchas partes del país, no son
pocos quienes siguen sembrando en el surco cavado por los artesanos chilenos del siglo
XIX ahora con muchas semillas, muchas experiencias, con agua de todas partes y con las
manos de todos los hombres.
Bibliografía
25
Ibidem. Pp. 5.
Salazar, Gabriel.
Las avenidas del espacio público y la educación ciudadana.
Centro de investigaciones Sociales, Universidad ARCIS.
Freire, Paulo.
La educación como práctica de la libertad.
Siglo XXI Editores. Cuadragésima versión, 1996
Godoy, Milton.
Mutualismo y Educación: Las escuelas nocturnas de artesanos, 1860-1880.
Extraido de www.cidpa.org
O’Donnell, Guillermo.
Apuntes para una teoría del Estado.
Torres, Enrique.
La nación: problemas teóricos y políticos.
Revista Proposiciones.
Educación popular y movimientos sociales (Reimpresión).
Santiago de Chile: Ediciones SUR, Vol.15, enero, 1988.
Extraido de www.sitiosur.cl