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UNIVERSIDAD DE CHILE

Facultad de Derecho
Departamento de Ciencias del Derecho
Cátedra de Historia Social de Chile, siglo XIX

HABILITACIÓN Y CASAS COMERCIALES EN


CHILE

Nombre Alumno: Pablo Viollier

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Profesor: Gabriel Salazar

La Habilitación como mecanismo de acumulación de la oligarquía mercantil


chilena y su impacto social.

La institución de habilitación puede ser definida como el mecanismo mediante


la cual se constituye una interrelación entre el capitalista y el peón, en donde el
capitalista invierte dinero en el negocio del peón. Esta inversión consiste en que el
capitalista le facilita (o habilita) herramientas e insumos al peón (usualmente campesino
o minero) a cambio de que éste le retribuya parte o la totalidad de su producción. El
otro aspecto de la habilitación es el de los préstamos dados por el capitalista al peón
para que éste expandiera o mantuviera a flote su negocio, muchas veces estos créditos
se daban a tasas de interés usureras por lo que no siempre fueron positivas para el peón.

Antes de referirme al sistema de la habilitación como mecanismo de


acumulación en Chile, considero importante hacer la diferenciación con como se utilizó
positivamente en Inglaterra, donde permitió un integro desarrollo de la economía y una
sinergia entre los entes económicos y productivos. Por lo que comenzaré por ese punto
para luego describir el funcionamiento espurio que se le dio en Chile y así hacer un
paralelo en el funcionamiento de ambos modelos de habilitación y sus consecuencias.
Como es sabido Inglaterra era por el siglo XIX la principal potencia económica,
impulsada por su avanzada industrialización, su dominio sobre el mar y una
predominante flota mercante. Lo que le permitió lanzarse al mercado mundial a ofrecer
sus productos, no en una actitud militar-imperialista sino meramente mercantil que la
transformó en la principal potencia mundial, en parte debido al sistema de habilitación
que utilizó.

En el contexto de la revolución industrial y la apertura comercial inglesa hacia


los nuevos mercados mundial es posible afirmar que se dio lo que podría denominarse

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una “habilitación positiva”. Como ya hemos mencionado Inglaterra fue la primera
potencia industrial, esta característica le permitió ser manufacturera de una inmensa
cantidad de bienes intercambiables que debía comerciar. Esta ansia desesperada por
mercados para sus productos se dio en un momento histórico en que justamente los
principales mercados para la isla estaban cerrados, los Estados Unidos habían ganado
recientemente su independencia y los mercados europeos estaban bloqueados debido a
las guerras napoleónicas. Es por ello que Inglaterra debe lanzarse al mundo,
básicamente a abrir mercados que antes no existían, fue así que abrieron mercados a
cañonazos en Asia y que vinieron a la recientemente emancipada América a comerciar
este potencialmente enorme mercado antes cerrado por el bloqueo imperial español. Es
aquí donde hace su entrada la habilitación positiva, como es de esperarse en capital
productivo industrial (KPI) no poseía los medios para vender sus productos al otro lado
del mundo ya que solo eran productores, por lo que se asoció con el capital mercantil
financiero (KMF) para que le diera salida a sus productos. Era así como el KMF le
compraba los productos de forma adelantada al KPI a un precio justo que le garantizara
las ganancias necesarias y luego era él el que se lanzaba realmente a la aventura a
vender los productos por el mundo. Debido a que los productores tenían asegurada las
ganancias y que la mayoría de las veces el negocio resultaba lucrativo para los
comerciantes que cobraban básicamente el “flete”, se creo una sinergia o una
retroalimentación entre ambos factores. Lo que propició fuertemente el desarrollo
industrial y comercial de Inglaterra.

Nada más distinto podría haber sucedido en Chile donde el KMF asfixió
completamente al KPI hasta el punto que prácticamente lo sepultó y lucró a costas
suyas por razones explicaré más adelante. Ahora para referirme a la habilitación en
Chile mostraré las dos instancias en donde su participación histórica es más evidente, la
hacienda y la minera y explicar el impacto social en ambas.

La hacienda es la principal institución agrícola-productiva del siglo XVIII y jugó


un rol esencial en la historia económica de nuestro país. El funcionamiento de la
hacienda tenía como piedra angular un acuerdo, generalmente verbal, entre el patrón o
hacendado y el peón o inquilino. En este acuerdo el patrón arrendaba tierras al peón
para que éste las trabajara a cambio de una suma de los bienes producidos. Es
importante aclarar que en este sentido los hacendados no eran productores agrícolas y

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los peones sus trabajadores asalariados, sino que por el contrario son los peones los
productores y los hacendados son meros comerciantes-habilitadores. Por lo que no
corresponde hablar de un proceso de explotación (en donde el capitalista se apropia de
la plusvalía de la fuerza de trabajo) sino que se da un proceso de expoliación, en donde
el capitalista se apropia de parte de los bienes producidos por otro. A medida que la
demanda internacional por trigo mundial crece, al punto que la hacienda reemplaza a la
estancia, debido a la constante demanda peruana y la apertura de los mercados de
Australia y California, la habilitación se transformó en una de las principales formas de
acumulación para la oligarquía mercantil financiera chilena, esto se debe a que ellos
eran el único canalizador de los productores para exportar sus productos a los mercados
externos.

La resistencia de la oligarquía de cambiar el sistema proto esclavista de


producción colonial (no cabe hablar de procesos capitalistas-agrícolas hasta mucho
tiempo después) a pesar de la sostenida alza de demanda por parte de Perú, Australia y
California llevaron a la oligarquía a concebir mecanismos de habilitación “negativa”
que como anteriormente habíamos mencionado además de expoliar de manera
descarada a los productores terminaran por asfixiarlos y prácticamente enterrarlos.
Muestra de estos mecanismos era el cambio arbitral de cláusulas del contrato en donde
el patrón unilateralmente aumentaba las obligaciones del peón pero no las suyas
mismas, era capaz de hacer esto debido a que el peón ya estaba arranchado en la tierra
con su familia y no le era posible cambiarse de lugar, por lo que no existía igualdad de
condiciones para negociar el contrato. “Pues fue un sistema de arraigamiento forzoso
dado que el canon de arrendamiento por el retazo de tierra aumento siempre mucho mas
de los que valía el trabajo e los peones de haciendo. De modo que el salario de redujo a
un factor de descuento de una deuda, no en un factor de acumulación campesina. En ese
contexto. La deuda era impagable. Y el pago en trabajo por ella, por tanto, era infinito.
No solo el inquilino, sino toda su familia y descendencia quedaba así aherrojadas a la
tierra hacendal, de por vida. El inquilinaje no fue en este sentido una institución feudal,
sino una proto-esclavización propia de la fase primitiva de acumulación capitalista. 1.
Otro método para maximizar la expoliación de parte de la oligarquía a los peones
productores fue que el patrón le pagaba un precio desvalorizado del trigo comparado al
precio de cambio de los mismos granos al momento de intercambiarlos en el mercado
1
SALAZAR, Gabriel. Historia de la acumulación capitalista en Chile, LOM Ediciones 2003. p. 69.

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mundial. Debido a que el patrón el era el único capaz de llevar los granos al puerto para
que estos fueran exportados, los peones tuvieron que depender también de él en esta
habilitación ya que sino no tendrían la posibilidad de exportar sus granos. Finalmente la
desmonetización del pago dado por el patrón al peón, como era el pago de fichas que
nuevamente le permitían a la oligarquía maximizar su acumulación a expensas de la
clase productora, era muy común que la pulpería del patrón funcionara a bases de
fichas, y los precios dentro de esa pulpería subían al antojo del patrón.

Existe una razón, aunque no del todo justificable, del porque los oligarcas
tuvieron que cargarle todo el peso a la clase productiva, lo que no permitió una
habilitación positiva como en Inglaterra. Ello debido a que parte esencial del capital
comercial es controlar el transporte, y la realidad es que Chile no contaba con una flota
mercante para exportar trigo hacia el Perú por lo que eran los barcos peruanos los que
venían a buscar el trigo, esto hizo que el KMF perdiera el monopolio del precio del trigo
ante los peruanos y no pudiera maximizar sus ganancias. En cierto sentido se vio
truncada su máxima de “comprar barato y vender caro”, la verdad es que estaban
comprando barato y vendiendo barato, la única posibilidad ante este panorama para la
oligarquía fue parasitar de la clase productora y extraerle a través de la expoliación y la
habilitación la mayor cantidad posible, lo que tendría largas consecuencias para el
desarrollo económico y social para nuestro país en el resto de su historia.

Existen muchas consecuencias sociales que se derivan del mecanismo de


habilitación en la hacienda por lo que me referiré a los que encuentro más interesantes.
La primera es que impidió cualquier posibilidad de asomo de una clase media
productiva en Chile, de hecho cuando tardíamente surgió una clase media no productiva
sino que burocrática, también la negación de la oligarquía en crear medios de
producción en nuestro país sino que solamente importarlos (llámese tractores, máquinas
etcétera) transformó nuestro desarrollo en un desarrollo “cojo” en el sentido que la idea
de desarrollo capitalista es invertir las ganancias en nuevos medios de producción para
así aumentar la producción formando lo que se podría denominar un “circulo virtuoso”,
lo que en Chile no sucedió ya que todo medio de producción era importado. A mi
parecer esto retrasó monumentalmente la industrialización en Chile y sus efectos se
dejan ver incluso en nuestra economía actual, en donde aun estamos estancados
exportando materias primas, e importando los medios de producción lo que no permite

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el círculo virtuoso que si se dio en las naciones industrializadas. Es por ello que
seguimos esperando el ansiado “lift off” que parece nunca llegar.

La habilitación en la minería es en concepto bastante parecida pero con sutiles


cambios que pueden llegar a ser significativos. A diferencia de hoy en día en los siglos
XVI y XVII era básicamente una actividad popular en donde buscones o pirquineros se
dedicaban a buscar y explotar esporádicos yacimientos de alta ley. La oligarquía no
participó en un comienzo en la minería ya que las mayores ganancias en ese momento
se daban en la estancia y la hacienda.

La institución de habilitación surge en este contexto por la necesidad del


pirquinero de conseguir insumos básicos en lugares cerca de donde se encontraba
trabajando, necesidad que fue cubierta por el mercader, aunque lejos de un mercado
justo, así como en la haciendo fue utilizado el sistema de habilitación o aviación. “Por el
contrato de habilitación el mercader se obligaba a suministrar al minero, periódicamente,
un paquete que incluía alimentos, pólvora, herramientas, madera, leña, tabaco, yerba
mate y otros. Eventualmente, tomaba a su cargo todo el pasivo de la actividad minera:
pago de jornales, el transporte, de trapiches, de fundición y, en ciertos casos, de
embarque y exportación. El minero cubría el debe de semejante cuenta corriente
enviando al mercader periódicas remesas de mineral, conforme a un precio previamente
acordado, pero que el receptor solía subir.”2. Como había ocurrido en la hacienda tarea
habilitadora no se limitó a una facilitadota de insumos sino que logró nuevamente a
través de prestamos usureros, pago en fichas y arbítrales cambios en las obligaciones por
parte del pirquinero, transformar a los pirquineros de productores dueños de minas y
poseedores de un método de acumulación en prácticamente esclavos que nuevamente
ante la infinita deuda debían pagar con su trabajo. Nuevamente la habilidad de la
oligarquía mercantil de parasitar de los pequeños productores ahora mineros creo una
nueva ola de oligarcas que se hicieron ricos mediante el método de habilitación como lo
son José Tomas Urmeneta3 y Agustín Edwards.

Salazar, Gabriel. Labradores, peones y proletarios. 2000. LOM. P.189.


2

NAZER, Ricardo. José Tomás Urmeneta. un empresario del siglo XIX.


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Poder económico y presencia pública de las casas comerciales extranjeras en la
segunda mitad del s. XIX.

El tema de las casas comerciales y su poder económico tiene estrecha relación


con el tema tratado anteriormente, es decir con la habilitación. Como expuse
anteriormente en Inglaterra se dio lo que denominé una habitación positiva lo que le
permitió exportar toda clase de productos a todas partes del mundo. Siendo Inglaterra la
principal potencia mundial era por consiguiente la principal productora de maquinaria
industrial (máquinas a vapor, locomotoras, motores etc) y fueron estos bienes una de las
principales importaciones que hicieron las casas comerciales a Chile, los que le permitió
a Inglaterra transformarse en algo muy particular: ella era una habilitadora de
habilitadores. En otras palabras ella habilitaba de insumos a la oligarquía chilena que
permitía habilitar a la clase productora. En otras palabras su ciclo positivo de
habilitación se aprovechaba de nuestro ciclo negativo de habilitación. Es esto lo que
intentaré desarrollar.

Luego del levantamiento del monopolio comercial de América Latina con


España llegan a la costa de Valparaíso una avalancha de barcos, en gran medida ingleses
y franceses, cargados con mercancías para vender. Luego de que el mercado se saturara
y los precios cayeran, fue necesario que los consignees o sobrecargos se quedaran en
Chile para poder vender toda la mercancía y esperar a que los chilenos les pagaran (en
esa época el ritmo era distinto y el chileno se demoraba pero pagaba) fue así como los
consignatarios aprovechando la oportunidad invirtieron el dinero que tenían y lo
multiplicaron asentándose definitivamente en Chile y rompiendo relaciones con la casa
central. Más adelante en la segunda mitad del siglo XIX los consignatarios fueron
reemplazados por casas comercial, que si mantenían una relación cercana con la casa
matriz en Inglaterra.

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Las casas comerciales no solo reemplazan a los consignatarios y se dedican a la
importación y exportación sino que se transforman en verdaderos holdings que
controlan varias áreas de la producción. Es posible entonces afirmar que en la segunda
mitad del siglo XIX el capital extranjero desplaza a la oligarquía mercantil criolla como
la depositaria del poder económico ya que pierde a manos extranjeras la creciente
industria minera y la agricultura ha perdido terreno por las caídas del precio del trigo y
la intromisión de California como productora de trigo. Las principales casas comerciales
que se asentaron en Chile y especialmente Valparaíso fueron Gibbs y Cía, Sewell
Patrickson y Cía, Alsop y Cía y Lebris Bertheaume y Cía además de varias más de
origen extranjero.

Como mencionamos un aspecto importante de la tarea de las casas comerciales


era la de importar maquinaria e insumo como petroleo, debido a la reticencia de la
oligarquía de crear los medios de producción en Chile y simplemente importarlos, la
importación de maquinaria e insumo se transformó en un gran negocio para las casas
comerciales inglesas que encontraron un gran mercado para exportar bienes de gran
calibre como son las maquinarias. Esto de la mano con lo que se denominó la
“mecanización de la hacienda” que mantenía un flujo constante por demanda de
maquinaria les permitió convertirse en habilitadores de habilitadores, en cierto sentido
ponerlos en el tope de la cadena alimenticia

La presencia pública de las casas comerciales en Chile es evidenciable de varias


formas, la principal es la promulgación de varias leyes que facilitan su funcionamiento y
les son favorables. Seguramente facilitadas por la oligarquía chilena con la que las casas
comerciales tenía fuertes lazos políticos y económicos. Una de las primeras leyes fue la
ley de 1824 que beneficiaba a los extranjeros que quisieran establecerse en Chile con
algún tipo de industria utilizando mano de obra nacional mediante diversas garantías
especiales, tierras y protección oficial4, otra ley emitida el mismo año permitía la
instauración de de almacenes en Valparaíso sin hacer diferencia entre chilenos y
extranjeros con el propósito de promover el tráfico internacional. Otra forma de
demostrar la injerencia pública de las casas comeciales extranjeras es la empírica, es
notoria la instalación de una colonia inglesa en Valparaíso, especialmente en cerro

4
CAVIERES, Eduardo. Comercio chileno y comerciantes ingleses, 1820-1880. Instituto de Historia.
UCV, 1988. p 120

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alegre en donde incluso la arquitectura es notablemente bretona. A nivel social es cosa
de revisar los diarios donde la oligarquía se mofaba de la clase “siutica” la cual trataba
de imitar los modos ingleses de comportarse, incluso el nombre siutico proviene del la
palabra inglesa “suit” o traje, es decir un siutico era un chileno que intentaba verse como
un inglés, a tal nivel la presencia inglesa en el colectivo nacional. Cabe notar también
que como forma de proteger sus intereses comerciales, la Royal Navy estuvo apostada
frente a Valparaíso más de cien años, no de modo amenazante sino que para proteger los
buques mercantes de piratas, ya que los ingleses no venían con ansias de conquista sino
que con intereses meramente comerciales.

Es interesante notar el casi inexistente análisis de la historiografía conservadora y


escolar sobre el fenómeno de la ingerencia de las casas comerciales inglesas en nuestro
país, que por decir lo menos aminorar su impacto, tanto económico como social. Creo
que su profundo análisis nos permite explicar cuales fueron las razones de fondo de
sucesos históricos que antes habían sido explicados por situaciones coyunturales, y aun
más explicar muchas cosas de nuestra sociedad actual por esta verdadera colonización
económica sucedida en el siglo XIX

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