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que dan cabida a este escrito, a su vez podremos dar una posición critico jurídica acerca del caso
Es por ello que dentro de la sentencia se enmarca una tutela por parte de la señora Mabel de
Jesús Mesa Patiño, madre del niño Mariano de Jesús Gutiérrez Mesa el cual fue la persona
contemplante de este proceso. Ya que El tres de noviembre de 2010, mientras Gabriel Aristizabal
Díaz conducía el camión con placas TTG 689, se detuvo a recoger a algunos niños y niñas que se
encontraban en la zona rural que atraviesa la vía Santa Rosa de Osos- Carolina del Príncipe,
sobre las 8:45 am. Las niñas viajaron al interior del vehículo y los niños en el exterior, a poca
fortuna el menor no se mantuvo en la camioneta cayendo así al suelo y perdiendo su vida de tal
pública del 22 de junio de 2016, el Juzgado Promiscuo del Circuito de Santa Rosa de Osos
(Antioquia) dio por probado que se estaba ante un hecho que genera responsabilidad
cuanto a el momento del trasporte de los niños, condenadose a Leasing Bancolombia S.A, al
pago de perjuicios morales en favor de la madre, el padre y los hermanos del menor fallecido.
interpone apelación puesto a la inconformidad que este tiene hacia la condena, llegando a una
segunda instancia donde la esencialidad de la prueba cambia por completo el rumbo ya que dicha
empresa es absuelta ( En fallo del 17 de mayo de 2018, la Sala Civil-Familia del Tribunal
oficio del contrato de leasing, concluyó que la entidad financiera se había desprendido de la
Es aquí donde se cuestiona si la idea de la prueba de oficio decretada fue la opción más
viable, y aunque Tanto en primera como en segunda instancia, el juez puede decretar pruebas de
oficio durante las oportunidades probatorias, y en todo caso, antes de fallar, cuando sean
necesarias para esclarecer los hechos objeto de la controversia. Existe un problema en que el
magistrado decretó de oficio y no dio traslado a las partes en la audiencia en este caso la parte
demandante.
Es decir, el decreto de las pruebas de oficio rompió con el principio de la carga dinámica de la
este orden de ideas, no corrió traslado a la parte demandante, no dio oportunidad para tacharla o
reprochar que la prueba de oficio fue irregular, pues en el recurso de apelación, el apoderado
solicitó el decreto y práctica de la misma, con base en lo previsto en el artículo 327 del C.G.P.
Pero, en atención a que no concurría ninguna de las causales previstas para dicho trámite en
segunda instancia, optó por hacerlo de oficio. La Corte insiste en que, allegar al proceso civil, el
contrato de leasing era fundamental en la estrategia de defensa de la entidad financiera, por ello
era parte de su carga procesal, y le era exigible hacerlo en primera instancia, con lo cual, la
cuentas para la señora Mabel de Jesús Mesa Patiño (parte demandante) gracias a la acción de
tutela emitida para con el fallo de segunda instancia: ya que a pesar de llevar un buen proceder
en las instancias, la segunda le marcó un hito imprescindible para su debido proceso al momento
de que el juez encargado del caso decretará pruebas de oficio y dejará argumentar a la parte
demandada pero no permitir a la parte demandante es decir no correr el proceso para que la
señora Mabel conociera que está figura estaba siendo ejecutada y que podía refutar en cuanto a
la señora sustentado en el artículo 15 del código de procedimiento penal) y así la Sala Novena
Por regla general, la carga de la prueba le corresponde a las partes, quienes deben
acreditar los hechos que invocan a su favor y que sirven de base para sus pretensiones.
Este deber, conocido bajo el aforismo “onus probandi”, exige la realización de ciertas