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*CARLOS DANIEL GOMEZ BENITEZ.

ENSAYO SENTENCIA T-615-2019.

¿ES ESENCIAL LA PRUEBA DE OFICIO DECRETADA EN ESTE CASO?

Dentro de esta sentencia de carácter tutelar, encontraremos los principales acontecimientos

que dan cabida a este escrito, a su vez podremos dar una posición critico jurídica acerca del caso

en concreto y el fallo del mismo.

Es por ello que dentro de la sentencia se enmarca una tutela por parte de la señora Mabel de

Jesús Mesa Patiño, madre del niño Mariano de Jesús Gutiérrez Mesa el cual fue la persona

contemplante de este proceso. Ya que El tres de noviembre de 2010, mientras Gabriel Aristizabal

Díaz conducía el camión con placas TTG 689, se detuvo a recoger a algunos niños y niñas que se

encontraban en la zona rural que atraviesa la vía Santa Rosa de Osos- Carolina del Príncipe,

sobre las 8:45 am. Las niñas viajaron al interior del vehículo y los niños en el exterior, a poca

fortuna el menor no se mantuvo en la camioneta cayendo así al suelo y perdiendo su vida de tal

forma que fue arroyado.

Durante el proceso y acreditación de la prueba yace agotada la etapa probatoria, en audiencia

pública del 22 de junio de 2016, el Juzgado Promiscuo del Circuito de Santa Rosa de Osos

(Antioquia) dio por probado que se estaba ante un hecho que genera responsabilidad

extracontractual, en sentido concurrente ya que se generó una negligencia bastante notoria en

cuanto a el momento del trasporte de los niños, condenadose a Leasing Bancolombia S.A, al

pago de perjuicios morales en favor de la madre, el padre y los hermanos del menor fallecido.

Es entonces que al momento de realizar la dicha condena hacia leasing Bancolombia se

interpone apelación puesto a la inconformidad que este tiene hacia la condena, llegando a una
segunda instancia donde la esencialidad de la prueba cambia por completo el rumbo ya que dicha

empresa es absuelta ( En fallo del 17 de mayo de 2018, la Sala Civil-Familia del Tribunal

Superior de Antioquia revocó la determinación de primer grado, absolvió a la condenada Leasing

Bancolombia S.A. y a la llamada en garantía.  A partir del decreto y práctica de la prueba de

oficio del contrato de leasing, concluyó que la entidad financiera se había desprendido de la

guarda del vehículo y el magistrado director de la audiencia decreto prueba de oficio).

Es aquí donde se cuestiona si la idea de la prueba de oficio decretada fue la opción más

viable, y aunque Tanto en primera como en segunda instancia, el juez puede decretar pruebas de

oficio durante las oportunidades probatorias, y en todo caso, antes de fallar, cuando sean

necesarias para esclarecer los hechos objeto de la controversia. Existe un problema en que el

magistrado decretó de oficio y no dio traslado a las partes en la audiencia en este caso la parte

demandante.

Es decir, el decreto de las pruebas de oficio rompió con el principio de la carga dinámica de la

prueba y además violentó el derecho de contradicción porque no corrió traslado de la misma En

este orden de ideas, no corrió traslado a la parte demandante, no dio oportunidad para tacharla o

reprochar que la prueba de oficio fue irregular, pues en el recurso de apelación, el apoderado

solicitó el decreto y práctica de la misma, con base en lo previsto en el artículo 327 del C.G.P.

Pero, en atención a que no concurría ninguna de las causales previstas para dicho trámite en

segunda instancia, optó por hacerlo de oficio. La Corte insiste en que, allegar al proceso civil, el

contrato de leasing era fundamental en la estrategia de defensa de la entidad financiera, por ello

era parte de su carga procesal, y le era exigible hacerlo en primera instancia, con lo cual, la

conclusión que se impone es que, en segunda instancia.


En síntesis, puedo determinar que está decisión fue tomada de una forma justa a fin de

cuentas para la señora Mabel de Jesús Mesa Patiño (parte demandante) gracias a la acción de

tutela emitida para con el fallo de segunda instancia: ya que a pesar de llevar un buen proceder

en las instancias, la segunda le marcó un hito imprescindible para su debido proceso al momento

de que el juez encargado del caso decretará pruebas de oficio y dejará argumentar a la parte

demandada pero no permitir a la parte demandante es decir no correr el proceso para que la

señora Mabel conociera que está figura estaba siendo ejecutada y que podía refutar en cuanto a

las presunciones de la otra parte irrumpiendo en el debido proceso (derecho de contradiccion de

la señora sustentado en el artículo 15 del código de procedimiento penal) y así la Sala Novena

tutelo el derecho al debido proceso de la accionante, pues la providencia atacada incurrió en un

defecto procedimental absoluto.

Bajo sentencia T 704/18 podemos corroborar el desequilibrio ocurrido en la prueba de oficio

impartida por el juez

 El traslado de la carga de la prueba es una facultad de la autoridad judicial, siempre que

la carga procesal no resulte irracional o desproporcionada

 Por regla general, la carga de la prueba le corresponde a las partes, quienes deben

acreditar los hechos que invocan a su favor y que sirven de base para sus pretensiones.

Este deber, conocido bajo el aforismo “onus probandi”, exige la realización de ciertas

actuaciones procesales en interés propio, como la demostración de la ocurrencia de un

hecho o el suministro de los medios de pruebas que respalden suficientemente la

hipótesis jurídica defendida. De ahí que, de no realizarse tales actuaciones, según la

jurisprudencia reiterada de esta Corporación, el resultado evidente sea la denegación de

las pretensiones, la preclusión de las oportunidades y la pérdida de los derechos

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