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Autos: Compulsas del Expediente: "M. L., N. R.

c/Rápido Iguazú SA
s/Interdicto de Obra Nueva"

País: Paraguay

Tribunal de Apelación en lo Civil, Comercial, Laboral, Criminal, Tutelar y Correccional del


Tribunal:
Menor de Encarnación - Sala 2

Fecha: 05-06-2017

Cita: IJ-CCCLXXXVIII-195 N° de Resolución: 138

1. Corresponde declarar desierto el recurso de nulidad y declarar procedente el


curso de apelación y en su mérito revocar la apelada disponiendo admitir
la prueba pericial topográfica ofrecida por la parte actora -que había sido
rechazado por cuestiones de econ
2.
3. omía procesal-, en tanto en el marco de un proceso de interposición de interdicto
de obra nueva resulta que la prueba pericial ofrecida en autos no aparece,
cuando menos, como manifiestamente inconducente, superflua o carente de
utilidad, ya que se advierte que existe cierta adecuación entre los datos que
la prueba tiende a proporcionar y los hechos sobre los cuales versa su objeto,
máxime cuando aún cuando en este tipo de juicio existan limitaciones probatorias
como se sostiene en la recurrida la negativa a dicha prueba podría,
eventualmente, vulnerar derechos constitucionales y legales.

4. El art. 653 del C.P.C. establece que cuando se hubiera comenzado una obra
nueva que afectare a un inmueble, su poseedor podrá promover el interdicto de
obra nueva; la acción se dirigirá contra el dueño de la obra y, si fuere
desconocido, contra el director o encargado de ella; en base a este dispositivo se
constituye una tutela específica contra la turbación o el despojo producidos a raíz
de la realización de una obra nueva; su finalidad consiste en la suspensión de la
obra durante el juicio para concluir con una sentencia que desestime la
pretensión o mande destruir o reparar lo hecho.

5. En el marco de los interdictos no pueden debatirse cuestiones vinculadas con el


derecho de propiedad o dominio, ni siquiera cuestiones relacionadas con el mejor
derecho a la posesión, pues son juicios sumarios en los que se permite juzgar
únicamente el derecho de poseer derivado del hecho de poseer (ius possessionis).
6. A los efectos de resolver la procedencia del interdicto posesorio de obra nueva, el
interesado debe acreditar los siguientes extremos fundamentales: 1) en primer
lugar, la identificación del inmueble que es objeto de protección posesoria, y la
determinación de las dimensiones y linderos de la posesión real y efectiva; 2)
acreditar la posesión del citado inmueble, condición que se vincula con la
legitimación activa; 3) acreditar que se ha efectuado efectivamente una obra
nueva; 4) acreditar que el demandado es el autor, responsable o encargado de la
obra en cuestión, extremo relacionado con la legitimación pasiva; 5) Por último,
acreditar que la obra nueva efectuada, ya sea en el inmueble del poseedor
(concretamente dentro de los límites de su posesión) o de un tercero, afecta a la
posesión del demandante.

7. La pertinencia o no de la prueba ofrecida debe ser examinada, preferentemente,


al dictar sentencia, y que en caso de duda acerca de su pertinencia debe estarse
por su admisión y producción, sin perjuicio, desde luego, de ser desechadas por el
Juez al dictar sentencia si las juzgare inconducentes; su razón, es que habría
mayor peligro, dentro de nuestro régimen procesal, en limitar la producción de
la prueba, que facilitarla dejando para más tarde su apreciación.
8. La inadmisión de pruebas en función de su impertinencia debe circunscribirse a
los supuestos en que ésta fuese manifiesta; de ahí que en caso de razonable duda
la solución es inclinarse por la admisibilidad, sin perjuicio de lo que el Juez pueda
apreciar en definitiva en oportunidad de la sentencia; en caso de duda sobre la
pertinencia, debe estarse por la producción de la prueba, juzgándose en
definitiva en la sentencia.

9. El proceso civil no puede ser conducido en términos estrictamente formales,


como si se tratara de cumplir ritos caprichosos o arbitrarios, aislándose de la
evidencia que surge de los mismos elementos del proceso, porque en tal caso se
viola la defensa en juicio.

10. El derecho a la prueba constituye en Paraguay un derecho de primer rango, pues


se halla consagrado en el art. 17, ordinal 8 de la Const. Política, donde se
establece que toda persona tiene derecho a que ofrezca, practique, controle e
impune  pruebas. 

11. El agravio al derecho de la defensa se produce cuando se entorpezca o


imposibilite a una persona ejercer cualquiera de los atributos que les son
comunes a dicha consagratoria fundamental, es decir, que se impida el ocurrir,
alegar, demostrar, conocer y formular oposición en un proceso concreto; el
derecho a la realización de un proceso sin vulneración de la defensa, se lesiona
en los siguientes casos: a) si se le niega a una de las partes de manera real, el
adquirir conocimiento de algunos de los materiales de hecho o de derecho con
capacidad de influir en los fundamentos de la decisión que eventualmente
adoptará el Tribunal y; b) cuando se impida alegar lo que se considera necesario
para la defensa y ofrecer la fórmula probática, tanto aquellos que de modo
positivo se relacionan con las afirmaciones de hecho, como los negativos, es
decir, los dirigidos a enervar las defensas del contrario.

Tribunal de Apelación en lo Civil, Comercial, Laboral, Criminal, Tutelar y


Correccional del Menor de Encarnación - Sala 2

Encarnación, 5 de Junio de 2017.-

Vistos: Los recursos de apelación y nulidad interpuestos en audiencia por N. R. M.


L. contra la resolución adoptada por el Juez de Primera Instancia en lo Civil y
Comercial, del primer turno, Abog. Fabián Iglesias, y,

Considerando

Antecedentes.

El 21 de diciembre de 2016 se presentó N. R. M. L. promoviendo interdicto de obra


nueva y recobrar la posesión contra Rápido Yguazú S.A. manifestando, entre otras
cosas, que es propietaria de la Finca N° 9624, de Encarnación. Sostuvo que desde
el momento que adquirió la propiedad, viene ejerciendo sobre la misma la
posesión continua e ininterrumpida, y que el 12 de diciembre de 2016, en horas de
la mañana, fue avisada que dentro del resto de su propiedad ingresó maquinaria
pesada, con el propósito de realizar nivelación de suelo y extracción de tierra en
camiones de gran porte. Añadió que ante tal circunstancia se apersonó en el lugar
a fin de verificar la situación siendo atendida por unos obreros que no se
identificaron, solicitándoles que se abstengan a continuar con los trabajos y que
desalojen su propiedad, a lo que estos le manifestaron que cumplían órdenes
laborales y que la empresa Rápido Yguazú S.A. es la que está mandando construir
un tinglado que será utilizado para el servicio de encomiendas.

Sustanciado el juicio en audiencia, la parte actora ofreció sus pruebas, entre ellas


la pericial topográfica, proponiendo como perito al Lic. C. B. Corrido el traslado
respectivo el apoderado de la parte demandada se opuso a su producción,
alegando: “...vengo a oponerme expresamente a que se admita la prueba pericial
ofrecida por la adversa en los términos de su presentación en razón de que no es
pertinente ni admisible en razón de la naturaleza jurídica del proceso especial y
sumario del interdicto de recobrar y obra nueva que nos ocupa habida cuenta que
se ha citado varias veces que en este tipo de juicio especiales y de conocimiento
sumario este tipo de pruebas por el objeto en sí mismo no puede ser diligenciado
porque necesita de plazos ordinarios de cómo mínimo 20 días procesales (días
hábiles), así también atendiendo a que no se necesita de una prueba en donde se
requiere conocimientos especiales para la apreciación de los hechos controvertidos
tal como conocimientos especiales, de una ciencia, arte, industria o actividad
técnica no se halla en discusión que es justamente el objeto de
una pruebapericial, y atendiendo a que se halla vedada a dos requisitos esenciales
el debate de pruebas art. 646, 653, 642, 636 del CPC, limita también así la
universalidad de pruebas por lo que debe de declarar inamisible e impertinente
debiéndose rechazar dicho ofrecimiento con condenación de costas”.

Corrido el traslado respectivo la parte actora refirió expresamente: “...con esta


oposición se está cercenando el derecho de mi parte para demostrar el despojo
que ha sufrido mi mandante en su posesión y que es necesario para demostrar
dichos extremos que demás nuestro CPC, articula que se puede aceptar todos los
medios de prueba, para demostrar los extremos de la demanda y que no se puede
cercenar un derecho de mi parte como también su derecho a la defensa con
garantías constitucionales tanto el art. 644, 648 y demás artículos concordantes,
específicamente el 648, que las pruebas tienen por objeto demostrar la posesión
como el despojo realizado a mi mandante, con lo brevemente se tenga por
contestado en traslado corridome, solicitando sea admitida esta prueba pericial
topográfica ofrecida en esta audiencia, en la que demostrara fehacientemente que
el despojo de la posesión que sufriera mi mandante con la turbación con la
construcción de la obra e invasión de su propiedad”.

El Juez de la instancia anterior resolvió: “Hacer lugar, con costas, al incidente


incoado y en consecuencia rechazar la prueba pericial topográfica ofrecida por la
parte actora”. Para así decidir sostuvo que el art. 648 del CPC, “...limita la
producción de las pruebas en el juicio interdictal que nos ocupa, habida cuenta
que nos encontramos en presencia de un juicio de naturaleza especial y sumario,
en el que por economía procesal la ley establece que solo serán admitidas
aquellas pruebas aptas para demostrar la posesión y su despojo; en ese contexto,
la prueba pericial ofrecida por la demandante a criterio del juzgado no es la
apropiada para demostrar los derechos del actor, pues en el interdicto no se
discute el dominio ni tampoco dimensiones u otras cuestiones referentes al
inmueble que requieran un perito geógrafo, sino que gira única y exclusivamente
en torno a la posesión”.

Contra lo así decidido la parte actora interpuso recurso de apelación y nulidad, los
que fueron concedidos en relación y sin efecto suspensivo (cfr. fs. 29). Recibidos
los autos en esta alzada se ordenó expresar agravios el 24 de abril del año en
curso. La Apelante lo hizo por medio del escrito de fs. 31/34, el que fue
contestado oportunamente (cfr. fs. 36/39).

Recurso de Nulidad. La recurrente desistió expresamente de este recurso, y como


no se observan vicios o errores formales en la resolución en revisión, que ameriten
su tratamiento de oficio en esta alzada, corresponde tenerlo por desistido.

Recurso de Apelación. Agravios. Se agravia el recurrente contra lo resuelto en


dicha audiencia en la que el Juez a quo hizo lugar, con costas, a la oposición
formulada por la parte demandada y rechazó la prueba pericial topográfica
ofrecida por su parte. Sostuvo que el a quo alegó, de forma desacertada y
caprichosa, que el art. 648 del CPC limita la producción de pruebas, ya que en
ningún momento se puede observar en la norma procesal que esté vedado la
realización de la prueba pericial topográfica u otras pruebas. Añadió, que el a quo
no quiso o no se dio cuenta que en el presente juicio se dirimen dos interdictos, el
de obra nueva y recobrar la posesión y siguió indicando que solo serán admitidas
las pruebas para demostrar la posesión y su despojo, obviando pronunciarse sobre
el estudio y admisión de pruebas del interdicto de obra nueva, lo que le llevó a
sostener que la prueba ofrecida por su parte no es apropiada.

Añade que el Juez de grado anterior solamente ha puesto sus ojos en el interdicto
de recuperar la posesión y que el art. 653 habilita la posibilidad de promover el
interdicto de obra nueva interpuesta. Termina solicitando que se revoque la
resolución recurrida y se ordene la admisión y el practicamiento de
la prueba pericial topográfica ofrecida por su parte.

Contestación. La parte apelada solicita la confirmación del fallo, refiriendo que


“...en puridad, no estamos ante un debate sobre los límites o dimensiones del
objeto en litigio para lo cual sí, se podría recurrir a los servicios de un profesional
con conocimientos especiales, porque no se discute ninguna medición o límite
entre las heredades colindantes en razón a que la obra se halla sobre la Finca N°
11.132, con padrón N° 10319 del distrito de Encarnación, que es propiedad de la
hoy demandada, mientras que la actora demandó sobre otro inmueble que es la
Finca N° 9624, con padrón 9211, del distrito de Encarnación, y al ser fincas
totalmente diferentes, tenemos que de los testimonios rendidos en autos
oportunamente se discernirá, cual es la posesión antigua y la actual, que hoy se
halla en discusión, debiendo desestimarse el recurso de apelación por su notoria
improcedente, con costas”.

Análisis. Como punto de partida corresponde señalar que el art. 653 del CPC,
establece que “Cuando se hubiera comenzado una obra nueva que afectare a un
inmueble, su poseedor podrá promover el interdicto de obra nueva. La acción se
dirigirá contra el dueño de la obra y, si fuere desconocido, contra el director o
encargado de ella”. En base a este dispositivo se constituye una tutela específica
contra la turbación o el despojo producidos a raíz de la realización de una obra
nueva. Su finalidad consiste en la suspensión de la obra durante el juicio para
concluir con una sentencia que desestime la pretensión o mande destruir o reparar
lo hecho.

Es muy cierto, y no se discute, que en el marco de los interdictos no pueden


debatirse cuestiones vinculadas con el derecho de propiedad o dominio, ni siquiera
cuestiones relacionadas con el mejor derecho a la posesión, pues son juicios
sumarios en los que se permite juzgar únicamente el derecho de poseer derivado
del hecho de poseer (ius possessionis).

Ahora bien, no por ello debe perderse de vista que la jurisprudencia de los
tribunales ha señalado que “a los efectos de resolver la procedencia del interdicto
posesorio de obra nueva, el interesado debe acreditar los siguientes extremos
fundamentales: 1) en primer lugar, la identificación del inmueble que es objeto de
protección posesoria, y la determinación de las dimensiones y linderos de la
posesión real y efectiva; 2) acreditar la posesión del citado inmueble, condición
que se vincula con la legitimación activa; 3) acreditar que se ha efectuado
efectivamente una obra nueva; 4) acreditar que el demandado es el autor,
responsable o encargado de la obra en cuestión, extremo relacionado con la
legitimación pasiva; 5) Por último, acreditar que la obra nueva efectuada, ya sea
en el inmueble del poseedor (concretamente dentro de los límites de su posesión)
o de un tercero, afecta a la posesión del demandante” (1). Asimismo se ha dicho:
“Para que proceda la acción de interdicto de obra nueva, debe acreditarse la
identificación del inmueble, la determinación de las dimensiones y linderos de la
posesión real y efectiva, y que se ha realizado una obra nueva, que el demandado
es el autor o responsable de la obra en cuestión y que la misma afecta a la
posesión del demandante...”.

Poniendo en perspectiva la cuestión traída a decisión, debemos poner de resalto


dos circunstancias: i) que el demandado dedujo un incidente de nulidad de
actuaciones respecto de un reconocimiento judicial efectuado en autos por el a
quo, señalando: “...más aún que el inmueble denunciado por la actora es la Finca
Nº 9624 con padrón Nº 9211 del Distrito de Encarnación, en contra partida la
comitiva se constituyó en la Finca Nº 11.132 con padrón Nº 10.319 del Distrito de
Encarnación...” (sic. cfr. fs. 23 vlto. de estas compulsas); y ii) que la actora
sostiene que la obra nueva se encuentra ubicada en la Finca N° 9624 (cfr. fs. 19),
mientras que la parte demandada se defendió diciendo que ejerce la posesión
pública y pacífica, por más de veintiséis años, sobre la Finca N° 11.132 (cfr. fs.
23).

Entonces, si tomamos en cuenta los requisitos exigidos por la jurisprudencia y los


hechos sobre los cuales versa este juicio, la prueba pericial ofrecida en autos no
aparece, cuando menos, como manifiestamente inconducente, superflua o carente
de utilidad, pues, prima facie, se advierte que existe cierta adecuación entre los
datos que la prueba tiende a proporcionar y los hechos sobre los cuales versa su
objeto. En efecto, la misma no tiene por finalidad establecer las medidas del
inmueble de la demandante, sino la finca sobre la cual se halla la obra
cuestionada.

En este sentido, los tribunales de la República, han señalado frecuentemente que


la pertinencia o no de la pruebaofrecida debe ser examinada, preferentemente, al
dictar sentencia, y que en caso de duda acerca de su pertinencia debe estarse por
su admisión y producción, sin perjuicio, desde luego, de ser desechadas por el Juez
al dictar sentencia si las juzgare inconducentes. Su razón, es que habría mayor
peligro, dentro de nuestro régimen procesal, en limitar la producción de la prueba,
que facilitarla dejando para más tarde su apreciación.

La jurisprudencia extranjera también se ha pronunciado en ese sentido, diciendo:


“La inadmisión de pruebas en función de su impertinencia debe circunscribirse a
los supuestos en que ésta fuese manifiesta; de ahí que en caso de razonable duda
la solución es inclinarse por la admisibilidad, sin perjuicio de lo que el Juez pueda
apreciar en definitiva en oportunidad de la sentencia” (3);... “En caso de duda
sobre la pertinencia, debe estarse por la producción de la prueba, juzgándose en
definitiva en la sentencia”.

Morello, en su trabajo titulado “La Prueba Científica” nos dice que: “El acceso a la


verdad posible y a la finalidad de ser ella alcanzada en el proceso civil, el norte
tan marcadamente señalado por la Corte Suprema, en pos de bregar por la verdad
jurídica objetiva, a cuyos logros no caben levantar obstáculos procesales ni
criterios de hermenéutica rígidos o matizados por el exceso ritual, ni clausurar
medios que eventualmente resultan útiles para ese propósito, cuando el objeto de
la pretensión y, al cabo, el contenido del proceso se viste de notas agudas de
complejidad, o que se cubren de excluyente cientificidad”. Además, como
repetidas veces se ha dicho, el proceso civil no puede ser conducido en términos
estrictamente formales, como si se tratara de cumplir ritos caprichosos o
arbitrarios, aislándose de la evidencia que surge de los mismos elementos del
proceso, porque en tal caso se viola la defensa en juicio (5).

A estas consideraciones debe sumarse aspectos aún más trascendentes, que son los
efectos que sobre el régimen de la prueba se ha producido como consecuencia de
constitucionalización de los derechos procesales en la Constitución de 1992. En
efecto, el derecho a la prueba constituye en nuestro país un derecho de primer
rango, pues se halla consagrado en el art. 17, ordinal 8 de la CN de la República,
donde se establece que toda persona tiene derecho a que “ofrezca, practique,
controle e impune pruebas”. Cabe aquí acotar que, según una autorizada doctrina,
ello equivale a decir que toda persona ejerce sus derechos probando.

Montero Aroca y Flors, exponen que el agravio al derecho de la defensa se produce


cuando se entorpezca o imposibilite a una persona ejercer cualquiera de los
atributos que les son comunes a dicha consagratoria fundamental, es decir, que se
impida el ocurrir, alegar, demostrar, conocer y formular oposición en un proceso
concreto (6). Dichos autores se apoyan en una sentencia del Tribunal
Constitucional español, donde se establece que el derecho a la realización de un
proceso sin vulneración de la defensa, se lesiona en los siguientes casos: a) si se le
niega a una de las partes de manera real, el adquirir conocimiento de algunos de
los materiales de hecho o de derecho con capacidad de influir en los fundamentos
de la decisión que eventualmente adoptará el Tribunal y; b) cuando se impida
alegar lo que se considera necesario para la defensa y ofrecer la fórmula
probática, tanto aquellos que de modo positivo se relacionan con las afirmaciones
de hecho, como los negativos, es decir, los dirigidos a enervar las defensas del
contrario.

Por ende, aun cuando en este tipo de juicio existan limitaciones probatorias como
lo sostiene el Juez a quo, la prueba pericial ofrecida prima facie no resulta
manifiestamente inconducente, meramente dilatorias o carentes de utilidad, y por
lo tanto su negativa podría, eventualmente, vulnerar derechos constitucionales y
legales del demandante lo que nos hace inclinar su admisión y producción.

Atento al resultado obtenido en el tratamiento de las cuestiones anteriores,


corresponde declarar procedente el recurso de apelación y, en consecuencia,
revocar el fallo apelado, disponiendo en su lugar, admitir la prueba pericial
ofrecida por la parte actora y de la misma correr traslado al demandado para que
lo conteste dentro del plazo de ley, el que será computado a partir de la
notificación de la resolución que tienen por devuelto los autos.

Con relación a las costas, ellas deben ser impuestas en el orden causado, en ambas
instancias, en virtud de que las circunstancias particulares de la cuestión traída a
decisión creerse con derecho a ello.

Por tanto, en consecuencia de la motivación anterior y con fundamento en las


disposiciones legales citadas, este Tribunal. Resuelve: Declarar desierto el recurso
de nulidad. Declarar procedente el recurso de apelación y, en consecuencia,
revocar el fallo apelado, disponiendo en su lugar, admitir la prueba pericial
ofrecida por la parte actora y de la misma correr traslado al demandado para que
lo conteste dentro del plazo de ley, el que será computado a partir de la
notificación de la resolución que tienen por devuelto los autos a la instancia
anterior, por los fundamentos expuestos. Imponer las costas en el orden causado,
por los fundamentos expuestos. Anotar, registrar, notificar y remitir un ejemplar a
Estadísticas.

Miguel A. Vargas Díaz - Luis F. Royg Benítez - César Cáceres Benítez

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