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CENTRO DE ESTUDIOS MAYAS

CUADITRNO 11

MERCEDITS DE LA GARZA

I,A CONCIE,I\CIA HISTÓRICA


DE, tOS ANTIGTIOS MAYAS

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICü


'LY
UNAM
CENTRO DE ESTUDIOS lvfAYAS
..'r¡i

kriet Cuademos
".;-r l
3&i-
CoonplNaclóN or HuMlNrolnss
;$e
#*
Director: Albe¡n kuz Lhuilliu Ti MÉxrco, 1975
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ÉH.
sft:
PRESENTACTi¡II

Hasla hace ritúi?te añ,o.r se cott'si'cleraba collNo Nt?l tlogwa la


afirmaci.ón di los grandes macslrits de la ittztestigcción' rxayista'
iprndrn, L'Ioiley, Thontpson, en' el sentido de que los rnayt:'''r
nunca r.cgistrcrrm en sus inscri¡ciones hecl'to.r histéricos
a

nornbres ic ind.iairtuos que reolntente lu'tbieran existido'


Tal afí.nrmció* co'ntrailecía' '';íit emltargo la inlorrn'ación' dc
Land,atler¡rteconsttslctrasyctn'o'cicresescrt'bieron'losrela'
tos de s¡t, hístoria. Tampoco corrc:;pondía la sapuesta
talta de
ínterés dc los atttirtuos nxayas por rec¡i'strar su' historiao con lo
ocurrirJo a roís d,e la con'quísrá e'rpañola' cxrafida en Vu'catátt

coimo efi, Gtntenwla, lrts frimeros doutt¡tentos que e'scriben


en ,i;l
letrq,.¡ clel alfabeto castellano recien'tcmente altrendiclo' lucron fi,'l
precisatnctttc los datos i'tnportanlcs de 'rrt ltosado' basánd'ose no li!, ¡

en' libros es-


sélo en la trodición ora!, sino cotilo se cort'signa' i,,

critos o fitttcttlo.t \¡ rlxtc fara etttlnces ya hobían desafatecido'


i"
st
I-Iubicra ,tido atlet¡¡,ó,.r ertraño que el fuelllo \fi,aya !1,o.
'!
lq
preocttparttf0rco?tscrv(trsulústoria,rcqi:;trtitttluladcbi-d-a-
nrente en, t,'.rto.t sobre pafet o fieclra' ctnn'do otros f'weblo:
mesoattttricallos, qtte po.sibtemente no alcansaron 'su' alto
nioel
cultural --trtirtecus, astecas entre otros* 'ri deiaroru en ius
córlice.s constancia de los hechos de su
pasado'

Dc tto ser hi.storia, ¿t1ué escribi'rian erltotxccs kts m'ayas


en

cent;enares dc ln.rrri¡'ilines ieroglificas?


Dad'o qtte sólo se
relerencias a
forlían rlescilrar fcci,,a', cálculos matentáti'cos'
'd,iorx
y nrtlro.r, la resfnesta taiante, al parecer definitiau' tue
que írni'ror,rrnte tlato.r rilacionados con el calendari'o' o
i.ilsÜFtA weior
r Lf,fÉñf¡ com'pleio sistenta'
dirho, ,u,, los calendario.r qne inteqran Jut'
Prinrera edición:
asociado con la s^¡lronontía y la reli'gión'
1975

DR @ 1975, Universidad Nacional Autónoma de México Parecía entottces que los ffiayas lrubieran tenido tal obsesión
CiuCad Univeisiiaria. México 20, D. F. por el paso d'cl tioi¡to qae se ded'icaron a esculpir cientx de
que con'
D¡nrccróx GeNen¡r DE PuBLrcAcroNEs estelas, tableros, ahares y dinteles, sin más Pro\ósito
/
Itnpreso y hecho e¡ México
.fr3t"f/
'" ., I .
''',;
rrrr--r-rrrr Ü.T-I=ÜII IIT ITI ÜTÜEE T TYUI Ü

,flanwrff eee Jltrjr t.'ltn¡o ¡lcl tictttpo' ): uue.ttro.s ntaestros, y


,to§oltot tlctrú¡ le dl'ns, fu,ünos rc¡titiendo utt ilog¡ma basadn
¡ob¡e ¡wc.¡lro i¡¡norancia tlc qu,e algo má.r que alusiones al
tiomlto fturlicrwr, conlcn¡r los tc.rtos nla\(Lt;: los nmyas nunca
cscribieron su histcn'ia, pero obsesiaamentc leaantaron (nortü-
mentos dedicados a recortlar el curso del tiew.po; el ti'en+pa
INTRODUCCIÓN
constiluío para ellos utta aerdadero filosafía.
Trabajos realirurlos .desde 1958 (tserlín', Pro.rhowrialeott, la. de un
K'clley y Rus) pcrini.ten ahara cormprender uueslra error: los La imagen habitual que tettemos de lc¡s mayas es
srl arquitectura'
referencias al tient.po e¡i las inscripciones mqyos sélo lorman el ;;*. ixtraordinario, que se distingue-.por por sus
nulrco cror.olt5gico tlc los datcs hi.rtór;,cos ahí consignad'os. il"n" d. dinanrismo, libertad e imaginación creadora;
relieves en piedra y en estuco, que expresan
un predominante
La preoc'r,tltacr.ón por lt.reci.sar 1n forn,"a púra rlosatros e*age- y astro-
rada el ásfecto cron.oiógtcc de la i,ttfornracíón ltistórica, el a!án interés por io hu*ano, y por sus cálculos crouológicos
antiguas' que
d,e situar los hecit,t:; ticl.rrid,o.r con ubscluta e:¡actitud d'entro nómicos, los más avanzados entre las culturas
parecen reflejar una actiiud que rebasa
las meras finalidades
del tiempo, abetlece* *,1cot'tcrfto ctclico qtte íos nwya.s tenían d'el
d'ez'eri,r histórico, i.erir:ad¡¡ iol concepto de su. conocitni'ento prácticas que mueven a otros pueblos'
Asi, los mayas' en sus altas jerarquías' se han
presentado
d,el ritn'ro rccturente t!¿! m,o¡,ttttiento de los astrcs en el cosmos'
ante nosotros como artistas y sacerdotes-astrónomos entregados
.Deiar a lols generaciane.r tuiurcs el rela.ta de las coso's que
y' como algo
sucedieron, fi!ánd.olas perfectamente en x{,n si-ctev$a calend'ó'rico al conocimiento de 1o divino y clel devenir cósmico
rie los factores que afectaban la i.,
<!e asat'ttbrosa preci.si,ón, era flo sólo udaertiries de lo que ocurri' ."*rr¿"rio, al conocimiento t.

ría siglos rttas tard.e , 'ti,no ?'roltorcion«rles la posibilidad de tro' vida humana material' Según tat moCo <1e valoración de la i1
t'
de las 'fechas y
furJe conjru'or la reltetición de las desgracias pasadas. realidad cultural *oy", to'ibase en la lectura q'.

los glifos identificadás de las inscripciones,


no hay en este pue- ,}
Ln, iicencíada l,f ercedes de la Garm, bri,ll'ante atumna de la l¡
:l
ni por la comu-
cct!"vcra d.e h,istoria, su.¡tentó coyt,o tesís eí trobaio que aqu[ blo un interés por el hombre, como individuo'
en el devcnir'
pui;licanr,os. Crectnos que dar a conocerl'c es importante y o|or- nirlad históricd, o sea, por ios hechos humanos
interpreÍao como
itt¡tt¡. Los d,ogwa,r sttelen oponer üna tewtg resistencia a las Las representaciones irunianas en el arte se
itleas que en, mltne¡'tio datio resultan heterad,osas. La tesis de deidades antropomorfizadas o como prototipos del .sacerdote'
a la conquiso' 3tt11-
Merced,es d.e la Garza, construi'da sobre firmes 'fundamen'tos, e incluso, los textos it'díget'as posteriáres
que lnenclonan
i.nt elig ent entente or g anizada, y er enarnent e qu'i'li.brada, ap oya
s e tos en lenguas mayances y caracteres latinos'
como meras
lo que la inaesti¡1aci.ón d,e los últünos üempos ln cstablecido: acontecimientos del pasado, han sido
considerados
cl
el lrecho i.¡tdt¿tlable il,e que los noayas, como los rJcm,ás pueblos ffiilil;'"t,trr"git" y to*o trn afán de conservar
"o
r¡lzs ownericano s, tuaier an plena c onciencta, his t óri.ca. recuerdo del Pasado'
que ignora la im-
Sin embargo, esta imagen de una sabiduría
Arsnnro Ruz L¡¡ulr,uan p"ri"""i" de-lo lru,nano i't'ponde a una visión parcial' no sólo
mayas'
porqr" se desconoce el sentido total de la.s inscripciones
," qt" no se ha encontrado la clave del desciframiento detes:'
la
'ar.ti,ut"
jeroglífica, sinotarnbién porque hay numerosos
,i*oiio, á. qu. los mayas sí se preocuparon pcr conservar t1
invcstigaciones epi-
memoria del acontecer pretérito: recientes

-,i ,
gráficas han mostrado que en los textos mayas hay tarnbiérr a una íorma de ver ei pasado. Por ello creeÍnos que es neces¿l'
no¡nbres de personajes y de dinastías; nombres de lugares, r-. rio cletenerse primero eu rlna brevc consicleración rlel signific:rclo
¡;lifos de acción que indican nacimiento, muerte y conquista. de este concepto y, sobre esta base, analizar el interés por el
al lado de fechas cui<iadosamente registradas v de representa- pasa.<jo cntre los ¡nayas, para sabcr si se trata realuretttc tlt
cic¡nes humanas individualizadas. Además, i;rs fuentes españolas historia.
de los siglos inmediatos a la conquista coinciden en afirmar l.a palabra historia viene del verbo grrego ltistoreo, clue sig'
qrre los mayas cultivaron el recuerdo del pasado de diversa".
nifica investigar, irrqr.ririr, ex;.irnirtar, oi-isct'r,;u-. irreguntar, tlar
¡naneras, desde la simple tradición oral hasta la elaboració¡¡
cticn'¡a cle aquello (lr1c se h¡i escrrcl¡a,lo. v fuc ;,iiic;r,.la ¡or T'Tcrri-
<ie códices e inscripciones dotrcle asentaron los hechos sobre-
rloto, con el scniirlo de "narración escrita ace¡ca dc 1r: incltri-
saiientes de su comunidad y de sus gratiies hornbres; estar
afirmaciones se corroboran con ios textos inriígenas posteriores
rido", a su propia actitrrrl hacia el pasado. 1 Destle crtonces,
a la conqrrista que habian dei pasa_clo, los cuales ¡ro tiener¡ sólo la l¡istoria se ha deÍiuido como dcscripción o investigacirirr del
un significado astrológico, sino que constituven tarnbi4;r un in- pasado del hornbre. Pero tambión se habla de historia cotro el
tento de ma¡rtener viva la memoria de ios grandes linajes m?]yas, corjunto rle los hechos pretéritos, por 1o (ti:c es inlport:rirtc:
nutriéndose en los antiguos relatos sobre el pasaclo, y scn here- recr:rtlai' la elemental e inrlispensable dislincit';n entre "iristoiir"
deros de Ia forrna cle concebiric c¡-rc tuviercrn los antiguos ma- ccrmo historiografia o investigación <iel acont:cer pa-sado del
yas, según 1o ina:riíiis+.¿tn sris propios autores. hol¡bre e historia como el acontecer mismo, que sería ia mani-
festación de la libertacl crcarlora clel i.ronrbre en su c:rmlrir¡
. Todo esto significa que los sacer¡lotes-astrórro¡nos mayas¡
tenrporal. 2 Lo c¡ue aquí nos intcresa señ;rl;rr es el significado
lejos de ignorar su 1:r.opio pasado con-rc comunidad, se pr"ó.r-
paron simultáneamenf.e del devenir cósrnict¡ y del devenir hu- qtle se ha d;rtlo al térr¡ino "historia" en el primer senticlo, o sea,
rnano, dentro .Je un contexto peculiar de creencias tlue los clis- como investigación del pasado, para poder distinguiria riel mero
ting,¡g corno una clrltura original. recuerdo tk:i pasarlo, clnc no inrplica una actitLld cs1>er:iril antc
Pero tan¡bié¡r encontramos que estc interés por el pasado é1, sino que sc rlcbe a la función natural rle la rne¡noria, con lzr
no fue exclusivo de los mayas, sino que es nrrc rle los rasgr:s finaliclarl cie sli.rcr crirrio llanrar ,-1 recucrdo rlcl pasaclo entrc
más notables de las principales i:trlturas mt:st::rrnericarrr. los mayas.
necesario no olviclar clue la cultura maya participa cou ellas
/a,
\rarios pcnsarlores contemltorhneos hzn dicho r¡ue la historia
de uira nrisma de situarse ante ei mundo, á se,, de una ha de parrir dc una previa cr:nciencia del hombre coil1o scr
ideoiogía comír'',lanera
qrle iros pern:itc har¡,lar ,.re rma curtura mesn- comu¡ritario, de una idcnticlail'conrunal, y que srlrge cuando
americana, integrarJa por diversos núcleos con sL¡ propia identi-
ulra mcnte consciente comprende la coherencia de los aconte-
dad, que responde a los co¡rclicionamientos ¿e ."¿" región y
cin¡ientc.¡s htimanos en conexión y les da un significado. 3 Por
al ciesenvolvimiento libre de cacla comuniclad.
Así pues, estamcs ante el hecho de rlue los mayas, en su t l-i<lrlle-& Scolt, Greel¡-Lngli.rlt I-eticr,tn, 9rt ed., Clarendr.rn Prcss,
contexto culturai mesoamericano, tuvieron un marcado interés 0xfo«I, Londres, 1968.
I Cfr. Eduardo Nicol, La idea del hon¡bre, Centro dc E,stud'os
por avivar el recuerdo del pasado de su comunidad; pero nos Filosóficos de la Universirlarl Nacional rlc Ir{i.xico, Erlit. Stylo, \{óxico,
falta saber el porrlué de ese interés, qué significaba para ellos 1946. Malafi.tico rle la arl,rc.tión, Fonrlo de Cultura liconrirrrica, Móxi-
el pasado, pues aunque nosotros, como rrriembros de la tracli cq 1957. l-listoriri.sn,o y eri.rtcnriali.stno. l.n'lcml,orolidu¡l dal Sr y la
ción cultural q*e se irrició e. Grecia, espo,táneamente lo rarón, 2? erl. corregida, Iidit. Tecnos, Madrirl, l9ó0. los princiltio.r ile
ila- la cíeycia, Fondo rle Cultura Econ<inrica, Il'Iéxico, l9ó5 (Sec. Obras
mamos historia, sabemos que estamos ante una realidad de Filosofía).
distinta sErich K:rhler, iQué c.s la h.i.ttoria?, trad. Juan Aln:ela, F,nrlo
de la nucstra, de aqrella que inventó el término para referirse rte
Cultura Económica, México, 19óó (Col, Breviarios, 187).
I
r'l.]rr:

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r-r r r*r r I U=T T T T I I I T T_-T*U I T I I T I rrrrrr
tilnto, "e$ un tipo «le irrvcstigaciórr o inquisiciórr"; I "es cl vida co¡nunitaria, ni en señalar la {echa en quc ocurrió, Porque
rrl¡u¡cirrritnto «Jci pasarJo humano"; ü es la narracirin o exllli- sólo ven en é1 la rnanifestación dei pocler de los dioses sobre
cariti¡r rlc los ¡rasaclos hechos huuranos; 0 es establecer, córn- los hombres. No hay concieflcia de la acción humana ni del
¡rrcrrrlcr y cxplicar los hechos humanos;
? es un mirar hacia pasaclo, porque si se tienen los ojos puestos sólo cn 1o divino
cl lxrsado con una nrente clara v crítica, lo cual requiere un no ,se descul)re (lue lo humano es otro orden, sujeto a la tett-
discerninliento entre leyenda y verdad, y una conciencia cie los poraiidacl, ya que 1o divino es intemporal. Así, como dice Cas-
trcs conrponentes de la tenrporaiidacl, c1'tre en ei pens;a,niento sirer, en el rnito:
rnitico se encuentran funrlidos en una eternidad divina. t -,.
Para cornprender mejor esta forma de ver el pi,saCo a la que Iil pasado, el preseirte y el {uturo .se- hallan todavia fui,rdi-
se ha llamado lf,sic:ria. crec;ros riue es iinpcrt;rirte corirpararla tlosi forman una unidaá iiidiferenciada y un todo indiscri-
con el mito, ya que ia crritura nlaya J' las otras culturas meso- rrinado. iil tiernpo mítico no posee una éstructura defirrida;
atnericanas nunca abanrional'on esta fcrrna de explicacion cle su sigue siendo un "iiempo eterno." e
aprehensión dei cosmos y del hombre, sin c¡ue esto signifique
Iin cambio, cuando el relato del pasado pone el interés en
liue no ct¡ltivaran otras. l.¡s hechos <lel hombre y trata de asentar la verdad sobre ellos,
Iii mito puecle sei' consirlclado corno ci i,i'irnt:i i-ell;"ro his- se registra la fecha. en que se dio el acontecimiento, porclue hay
tórico, en tanto que e1t é1 se nar-ran y expiican acontccimie¡rtos ye una conciencia de1 devenir humano. Entonces se ha pasado
del pasado humano; pero no es histo:,-ia, er: sentido esiricto, ,le Ia leyencla mítica a la historiografía, ya se puede hablar de
porque no hay en é'l una preocupación por el pasado qlel lr::rn- l'ristoria, o sea, de un registro de los hechos como rcsuitado
bre cn cllanto tal, sinr: una preocupación por las fuerzas divi- de una inquisición, de una reflexión sobre el pasado humano'
nas, que trasminan torios ios aspectos rle ia vicl;r. lrrn cjernplo La historiogra{ia parece haberse clado en algunas culturas
es la coriccida narración del Diionio, anti¡;i-rc niito snine¡io antiguas, por ejernplo en Ia asiria, donde hay n¡ultitu'tr de textos
sue iue heredacio por ios hebreos e iucluido en Ia 1}iálicl; este qtle relatan la vi<ia y hazlrñas rle los rcyes, e inclttso saber¡os
mito relata, como bien sal;crnos, cómo los dioses, c l)io:;, cnvi¿¡- .Je ur, .ey que reunió en tlna gran bibliotec¡. todos los textos
ron un gran rliluvio a 1os hombres para castigar sr_t rnal cor1tpo1.- t¡re pudo encontrar para coirocer el pasado de su pueblo: Assur-
tamiento, y hoy sabcnros que se tra'.a rle un l:erhr-, real, gracias tranipal, el último rey asirio y tambii:rr el más culto' Pero al-
a las excavaciones arrlueológicas en Surneria, qLle rrloslra.rcn la gullos de ios actuales lilósc{os de ia historia que hemos con-
existencia de una gran inundación que -.ur¡ergió algunas alCeas, sultado alirr¡an qrre la historia sólo se ha dado en Ia civilización
hacia 4000 a.C. Los autcres del miro no muestran ningún inte- occitlental, a partir de los griegos, ya que las demás cuituras
rés en donstata¡ ia significación de este hecho natural para la rro inquirieron sobre el acontecer pretérito, no fueron cons-
cientes del pasaclo, el presente y el futuro, conlo tres mr)melltos
1R. G. Collingwood, Idca de la h,i.rtoria, 3? ed., tr:rd. Etlmrntlo y permanecieron sumidas en
diferenciaclos del devenir humano,
O'Gorman y Jorge Hcrnández Campos, Fo¡rtlo de Cuitt¡r.a Econórnica,
Ivléxico, 19óB (Sec, de Ol¡r:as de Filosofí:r), p. 19. una etapa religiosa. I(ahler, por ejernplo, nos dice:
5 I-I. I. iVIarrou, l.)e !a cuntmi"ssutce lt:sloriqye,
5a cd., E{itir¡ns du
Seuil, I'arís, 1966, p. 32. Entre las grandes culturas de nttestro planeta, nuestra civi-
0W. H. Walsb, Introducúón a la filo.rofía de la ltistorin, trar!. Iilo- lización oiiiclcntal es la itnica qtle ha proclucido historia,
rcntino lvf. Torner-; Sigto Veintiuno Ilditores, México, 1963. historia explicita v clistint¿trncntc humana. 10
FI. Dray, F-ilosofía de la hi.¡toria, trad. Molly K. Browu,
--rltr/illiamMéxico,
UTE_HA, 1965 (&fanuales Uteha, No 285/285r):
8 Ernst Cassirer, Antropolctgía
Este autor afirr¡a que el primer pueblo que hizo historia
*Fondo fitosófico, 2r erl., tra<I. ilugenio Imaz,
Ce Cultura Económica, México, l95l (Sec. rle Obras Je Filo- o ldem, p. 241.
sofía). 1o Erich Kahler, op. cil., pp. 29-30.

10
11
(lcrltro de la civilizaciirn occidcntal fuc el griego, ;,ean los primeros r¡"rcintluiricroll el1 su pasaclo, tluc srilo cllos y
:lorque fue qtle hicieron histori:r. I-a actitud
cl primero que se intcresó por el cambio, y ;il analizar el saber la civilización ctrgeuclraron
histórico de los grieqrrs señala que los hisioriadores.creían qne crítica e inquisitiva hacia el pasaclo rltie clc{ine a la historia
los acor¡tecir¡ie,tos se repetían, por 1o que ia indagación hisió- puecle tener variosS+;rclos y :r.ro<k-rs, tttro de los ctt:tlcs scría
rica era pragmática: conocían el pasado para vivii y actuar, § it q.t" potlría llanrarse "actitud cientí{ica" hacia ei pasado, en
vivir y actuar era estar de acuerdo ta que no sólo se da razón clel acontecer pretérito, sino que
.rn orcleri cósmicá.
dentro de la eterna recurrencia. "on también se da razón rlel propio tlttehacer rlel invcsiig:rclor, de
En verda<I, esta concepción era resultario cle rlna inrlagaciórr su método sistemático de investigación. Muchos fiitisofos actua-
acerca del pasadc, al r¡rre se claba un :ignificado espeáal, 1. les afirman qrle €rliti-e los griegos sólo Tucícliries trlvo ulla
estaba influida por la actitucl cientílica inic:aria por iales actitud cientifica porqlle pretende ¿]sentar la I'erdad objr:tiva
sistcmáticar¡ente y se da cuenta cle qtle su inc¡uisición repre-
cle
-1'Iileto. En verdad los griegos, especíiicanicnl,: Tucíqicles, hacen
historia como una nLlcva y distint;l creación h.,rnana que busca, senta'algo nuevo y <lecisivo; pero eilo no -'igflilica clue Heró-
couro «Jijo I-Icródoto: doto no haga historia, ni tanrpoco que en ctras culturas no iraya
preocupación histórica.
2u: n9 llcgre.;r ri(ir,¿urccclse con ci iicnrpo Ia rnemoria d( Tucídides condena a los listoriadr,r'es anteriorcs qtle cm-
ios i.reclros prihlico: rlc' los homlrres, ni u.,"rin, , or.úra.¿, lu, plean un lenguaje poótico Lror(i"1e es'tá desculrrlentlo algo nllevo'
grand-es
',, uraravill,¡s;rs hazairas, así cle lc¡s griegos .oÁo á.
1r influido por el pensamiento racional dc su época, llero rrosotros
1os bárl-r¡rros,
también h.*ot clescubierto algo uuevo: que ios relatos poéticos,
y r.r1le se hai,i. rie I,)-c hechos como ro hace Tucíciiires, quien incluyendo los n-ritos, no erall meras fábulas pafa di'ertir, silro
ciice: una manera simbólica de exprcsar la conciencia rlel cosmos y
la conciencia del hombre que tuvct el ¡nundo antigtto. ITemos
No er¡aría quicn r¡r.risiese e-xarninar las prucbas que he apor- creado una ¡tueva actiturl hacia el pasado y por cso no es váli-
ta<lo, adnliiicrido lr-ls hcchos tal corno Íos he r,árrado y no
co,ro ios muestran las brilrantes exageraciones de los pJetas. do en nuestra época afirmarr con Tucídides. ni corr nirlgún
tlne los arlornau i)ara engrandecerk.¡i, ni comc los historia- racionalismrr, que antes o al rnargcn de los griegr.is cl honlb¡e
dores rlue rnezclan la poesia en sus reiatos, y tienden mirs estuvo sumido cnla inconsciencia de sí misrno y rlcl rnttudo,
.
a lo agr.a<lable de oír que a la verar:iclatl. sin que por ello <iej.:mos cle.reconocer las yaliosas aportaciones
Tucidides es el prirner historiarlor qrre hace explícito lo que originales Ce los Jradres cle la cultura occirlcntal'
considera historia y la finali<lacl que ésta tenía como .orro.i- Óhucie Lévi-Strau§s, qtte ha demostrado qtle en los put'blos
miento humano: ia bírsquecla cle la verclad objetiva y racional prirnitivos existe.torlo un sistema de clasificacioues, rlc diferel-
acerca ciel pasado, uo s<'rlo tlc la propia ccmunidaá, sino cle iirciorre., que forrnan parte itrtegrante cle una taxonomía glcbal
to,las, para que ios hornbres comprenrian sn y dinámica; que ve quc rlagia y ciencia no son opuestas' sino
i:resente.
Por esta conciencia cle strs propias cap;rcidiriies de conoci_ io, ,no,Io, dá conocer, tlesiguales sólo en cLlanto a stts resul-
miento, se ha clicho que los griegos clescubrerr el carácter cien_ tados teéricos y prácticos' y que nos habla de una 1ógica y un
tífico del conocimiento humano; pero esto no significa que ellos verdadero afán áe- cnt'tociiuiento, más allá de las necesidades
utilitarias, eu ios pueblos salvajcs, nos dice:
He-ródoto, Lo' *mv libro.e de la. li.rtrria,2 vols., trad. Bartolomé
11
-^
Pou, Edit. Ibrria, Barceiona, 1963 (Col. Obrai Maestris), vol.
Primero, p. 4.
l, Libiá Nunca y en ninguno port", el 'salvaje" ha.siclo, sin la mcnor
{ 12Tucídides, Historia ile la guerra dutla, áse ser .áli,1o'apenas de la condición animat, e'tre-
. del peloponeso, 2 vols., trad.
Agustín Blánquez, Erlit. lheri.i, Bircelona, 1963 (bol. f:Lr", l¿u.rtári, eu¿á'toOo"io al imperió .Je sus necesir1ades y de sus .instin-
Ics, que demasiado a mengdo nos hemos complacldo en
,1

vol. r, Libro Primero, p. 15.

i? rl
ilnagina_r y, mucho menos, esa conciencia dorninatla por ta rica, simplernente tlniÍormanclo a sus creadores coll cl nourllre
afectividad y ahogada en la confusión y en la participaiión. ri
común de "tribus aborígenesl o "pueb'los miticos", cotrlo lo.
Así, si entre 1ol. pueblos rnás prinritivos se ha encontrado hace Kahler
que existe una actitud conscienle, iln rnirar r;rcional, con m(i- Y err reiación ya a los puel;los mesoauleiicanls, tatt distin-
yor razó¡ éstos deben haber existido en l¿rs grancles civiliza- tos <le la tradición occiclental, ¿ cómo ha de verse su a{ár.r por
ciones antiguas al margen cle Ia griega, por 1o que las afirmacio- I conservar el recuerdo del pasaclo, si ni siquiera es mencionado
nes <lel pensamiento conternporáneo ccci<ientai sobre los orí- t en la moderna filoiofía de la historia? León-Portilia, en su
genes de la historia entre los griegr:s nos llevan, más bien.
,
¡ indagación sobre la tonservación del pasado entre los nahuas'
a. pregunt;rrnos si en verdad todo afán por rcgistrar el pasaril l se ha cuestionarlo estas afirmaciones sobre el origen de ia his-
I
entre los pueblos no occidentales ca¡-ei:e rie algún grado de i toria y nos dice:
reflexión sobre é1, porque Eo se píiiece a1 griego; si rringúri I

otro pueblo, además del gricg,;. iiivo corrciencia del devenir;


I
I Para el investigaclor de las antigüedacles del Nuevo tr'fundo'
I esta conclusión'no puedr: pasar inadvertida' Si asume una
si no puetlen haberse dado otras {o¡-l-o¿,s rle conciencia riel i
l actitucl crítica, .,rmó .s de esperarse, ¿ tendrá por ello que
pasado, distintas rle ia griega, rl:pnas de consiclerarse i á.i..tlut .o-ó ,ro histórico, er sentido estricto, tal vez todos
i)cro I
historia, histi¡rico o literal cattcicttcia lti.stórica,ra y si err
s.Ll¡er los documentos que pueda reunir, provenierttes de los pue-
verda<l la conciericia histórica occirler:t¿ll h:r estaclo al margen blos que estudia? ¿ Deberá ver en - ellos sólo otra malreríI
de la rcligiosi<lad eir sus diversos rr)onrentos, por ejemplo, err de testimonio implñito, corrlo sorl los demás vestigics que
la época de la patrística. descubren los arqueólogos, pero no el reflejo de -uua .colr-
ciencia histórica verdaderamente digna de ese nonrllre i '"
Incluso, c¿¡be enfatizar que en la misrna civilización occiden-
tal, a partir de }Ieródoto, ha habic.lo varios grado,s y rnodos Más bien, la actitud crítica ha de consistir, como lo señal¿r
de conciencia histórica, porque la conciencia histórica es ella i-eón-Portilla, en preguntarse cuáles fueron los motivos que
rnisma histórica, o sea, que ha variarlo cle acnerdo con las llevaron al hombre mesoamericano a registrar su pasado, qttié-
difcrentes ópucas.
nes eran y qué propósitos tenían los que se ocupaban de esto'
,t jl;
Por tanto, creemos que el afirmar c¡ue sólo la civiiizacióo qué les interesaba rescatar del olvido, dentro cle qué r'narco ti
occidental ha hecho historia o lu tenido conciencia histórica
Je creencios realizaron su tarea, para saber si hay ell ellos
es una opinión anti-histórica, extremista y hasta etnocentrista,
una actitud inquisitiva y reflexiva, o sea' una conciencia his-
como ha dicho Miguel León-Portiila, porqrie ha desconocido
tórica, r: si se tiata de un simple registro de lo quc 5e rectlerda,
ia significación que pueclan tener otras fcrr¡ras cle recuerdo sin ningirn juicio acerca de ello.
del pasado, ajenas a la occidental, incltiso las ciue se apoyan érr
una idea ciclica del acontecer humano, serrrejante i" g.i.gn, Las <liversas fuentes que hemos consultado nos muestran
que los pueblos que integraron la cultura mesoamericana fue-
como es la maya. No creenros qne la preocupación" po.""f
in"
sado en otrai; civilizaciones pueda riescartarsc como no histó- ron pueblos profuntlamente religiosos; sus dioses, presentes elr
todr¡s los aspectos de la vida, influíarl en el destino cle los hom-
-
rs Claude Lévi-Strauss,
El peisumie*o sitlz-oje, tr¿d. Francisco Gcn- bres y fueron protagonistas de infinidad de leyendas mito-
zález. Aramburo, Fondo de bultura Econóu:iáa, México,
Breviarios, 173), p. 69.
fSóa iCá. lógicas. Pero estos mismos puebl<ls también elaboraron textos
Agyí el concepto de .,conciencia
histórica,, se está empleando en sobre el acontecer humano, de los qtle fueron protagonistas
un 'nsentido amplio y no en el sentido restriugi<lo y estri¿ta;;e;ú los grandes hombres clel pasado, y estos textos fueron utili-
rrco en el qu-e s§ €mplea para designar la nranera radicalmente
ñL;-
novetlosa
oe entender Ia histcria a partir de-Vico, Herder y, sobre todq
(Cf;. lfegel. - r: Migr.e! León-Po;tilla, i.a historw y los hisloriailo/e§ ¿tt ¿l Mérico
Cassirer, Dray, Marrou y Ni"oi,'O¡*, .itá¿rs.) anlrglc,lDiscurso «le ingreso al Colegio Nacional, 1971 (en prensa)'
t4 i5
mlluuu uuuu u ll u lt E-lrlrII lI lil lf 5 TIIITT

un registro tan éuidadoso del


za(los pxra confornrar el ser de la comunidad, en vistas al gante ha sido si puede hai:er
futuro; ¿córno podrírmos llamar a esta forma de identidad. pasado, un humanrsmo tan r:otable
y una conciencia tan clara
histórica' Es decir' que
co¡nunitaria y corrciencia dei pasado humano, en su relación il;;;;"rali'jad, ti; ;;" conciencia mostrar que existió una
colt cl prcsente y el futuro ? ¿ \o poclría stlgerir una conciencia en esta investigación "o'-f'opo""mos
histórica, ya quc, aclemirs, .los acontecirnientos registrados se señalada preocupació"
pot ti regist¡o de los acontecimientos
acompaiurn de la fecha en qr¡e ocurrieron ? pasados entre lo-s *'y"'
y anali2ar esta actividad en su esen-
tiempo y con el humanismo en
Como vcrernos, los textos rna1,as sobre el pasado, y los cial relación crjn la t"""i' del
go¿o de reflexión sobre el
textos nresoanrcricanos cn general. constituyen una narración el arte, para saber' t"ál il tf re¿lmente llamarlo
concisa y cohcrente sobre los grancles linajes y sus hechos pasado al que iltga ti t*f" y es válirlo
'i
sobresaiicntcs, y sobre los origenes de la comunidad, peregri- conciencia histórica'
naciones, guerras y {unclaciy':rr de ciudades. Para lograr esta
narració¡r concis¿r y coherente es evidente que se han selec-
cionado del va:to campc, de 1a rtxperiencia pasada los hechos
que se consideraron significativos, y esto implica ya una fc¡rma
de reflexión sol¡re el pasado, autlque las creadores de estos
textos no hayan llegir.do al grado de dar razón de su reflexión,
de su quehacer, corllo 1o hace Tucidides. Por tanto, creemos que
es váliclo considerar corno una modal:dad de conciencia his-
tórica, o si se t¡uiere, como un grado incipiente de historia,
al mero hecho cle eiaborar este tipo de textos, aunque el sen-
timiento religioso se halle presente en elios. O bien, ¿se trata
de una actividad que pertenezca a otro género, distinto del de
ia historia ?
Pero, ailemirs de los textos mismos, en un gmpo mesoame-
ricano: los aztecas, parece haber otrr-¡s indicios que expresan
una verdlidera actitr¡cl crítica q: reflexiva hacia el pasaCo, como
lo ha mostrado l,eón-Portilla, quien habla de una auténtica
conciencia histórica en este puebio. Esto significa que la his-
toria no es privilegio de ia cultura occidental, y significa tarn-
bién que otros grupcls rllesoamericanos, cún mayor o menor
grado de reflexión, pueden haber realizado historia, en sentido
estricto, de ttlra nianel'a original, como 1o hicieron los aztecas.
Nuestrr¡ interés está centrado en el grupo maya, y en este
caso partitular hernos encontrado que las inscripciones y có-
dices sobre el pasado se dieron en el nrarco de un señalado
humanismo en el arte y de una asombrosa sistematización
del devenir, basaela en un concepto ciclico, que ha sido llamada,
inclusive, "filosofía del tiempo" y que se ha considerado como
lb mgdular de esta cultura. por 1o que nuestra principal itrterro- +.

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I. EL CULTIVO DE LA HISTORIA
EN EL MUNDO MESOAMERICANO
:,
EL RECISTRO DEL ACT]NTECER PRETÉRI'IO

Desde los tiempos áe florecimiento de la cultura olmeca arqueo-


lógica (Preciásico superior) puede advertirse en l\[esoamérica
una preocupación por ei devenir y por clejar mernoria de los
personajes importantes para la comunidad, como parecen mos-
trarlo la invención de una escritura jeroglífica y de un sistema
calenclárico, y la elaboración cle esculturas humanas individua-
lizadas, como las enormes cabezas de La Venta y San Lorenzo.
El hecho de crear un sistema de fechar implica una conciencia
del devenir, un afán de situar.temporalmente los acontecimien-
tos, de hacer ordenado el cambio, aunque no sepamos si esos
registros, de los cuales el más antiguo es el de la estela C de
Tres Zapotes (31 a.C.), se refieren a acontecimientos histó-
iicos, a acontecirnientos astronómicos o a ambos. Y, por otra
parte, aunque podría pensarse que las cabezas expresan un con-
cepto religioso, como la antropomorfización de los rasgos del
jaguar, cada üna de ellas tiene una expresión individual, profun-
damente humana, por Io que creemos, eon Piña Chan, que "pare-
*ar cen retratar a importantes jugaclores de pelota o sacerdotes que
¡-,
nrerecieron se les inmortalizara en la piedra". 16
Corro el hacer retratos de los grandes hombres puede invo-
lucrar la idea de Ia continuación de valores humanos sociales,
religiosos y morales, encarnados en un hombre ilustre, y el
registrar una fecha puetle significar la necesidad de situar en la
sucesión temporal un acontecimiento humano, pensamos, que
entre los olmecas pudo haberse iniciado el interés mesoameri-
cano por conservar el recuerdo del pasado.
'roRomán Piña Chan, lJru oisión det Mérico prehispdnico, Instituto
UNAM, Méxi.o, 1967 (Serie de eulturas
de Invest¡gadcnes Históricaq
mesoamericanas, l), p. 5ó,

19
l¿s creaciones olmecas son heredadas clirectamente
por los jeroglíficos, como el simbolo del año, acornpañados de nurnera-
grupos de Oaxaca, cuyo principal centro cultural es Monte Al- les de puntos y barras, no hay inscripciones que parezcan regis-
báu. En este centro encontrarnos una evolución del calendario trar hechos dél pasado .-lel hombre, ni retratos de gobernantes,
y 'cle la escritura jeroglifica, y hay multiiu<i de inscripciones como si para el teotihuacano la trayectoria temporal del hombre
preclásicas que se han interpretado como registros de aconte. fuera algo poco trascendente ante la presente eternidad de 1o
ci¡nientos pasados" Dice Piña Chan:. divino.
Parece ser que el ieotihuacano se preocupa de sí mismo fun-
Hay jefoglíficos sin ni:merales y con valor simbóiico, entre damentaimente en el sentido religioso, es decir, en lelación con
.rto" rle iletloí como expresiones verba- los dioses y con su destino tlespués de la muerte, como 1o expre-
les.. " cerro o pue'rio, hacha. casa.. . telieves <ie g-uerreros
"ipi.t.ntaciones
con glifos á. .é,rqutti*, rei;resentados,con ei jeroglifico del san ias máscaras funerarias de piedras duras y la pintura mural
."rro" y un¡ cabezi l:l:nrani inr-ertidr. 17 de Tepantitla, que representa el Tlalocan; ahí aparecen los hom-
bres, realizados con gran dinamismo y vitalidad, semejantes a
Estai inscripciones revelan entre ios zapotecas un claro de arcilla "tipo retiito", llevando una vida cle.
l;r"s iiqr:rrillas
interés por dejar memoria e1e su pasado, Y €tr el periodo Clá- plaeer; pero esta pintura es una e:cepción en el arte teotihua-
sico se multiplican, extendiéndose también a los otros centros cano y no habla del devenir humano, sino de una vi<la a-histó-
y registrándoie la fecha en que ocurrió el hecho. Por ell'r, las rica, más allá elel tiempo.
inscripciones zapotecas del pericdo Clásico puerlen considerarse
No sabemos, realmente, si el teotihuacano llegó a tener un
corno el antecedente <le 1os irnportantes textos "históricos" mix-
interés por su pasado; Pero por su vínculo con las otias cultu-
tecas que se elaboraron en el periodo Posclásico y que contienen 'hl
+r. ras mesoamericanas clásicas eE posible que sí lo haya tenido,
datos importantes del neriodo anterior. {t¿
y, además, sí sabemos
aunque n«r lo encontremos nranifiesto,
Pero si es manifiesto que €n esta zona de l[esoamérica exis- "m
ffi gue su cultura fue la base de toda la cultura posterior en el
tió rrna. preocupación tr)or conservar el recuerdo del pasado en
'sj Altiplano Central, y que los representantes de ésta, los grupos
ei periodo Clásico, ocurre que en el Altiplano Central no en- r'i1':
nahuas, se afanaron notabletner,te por conservar el recuerdo
contramos suficientes datos que nos permitan asegtrrar 1o mismo' .

I:i del acontecer humano. ¿Heredaron esta preocupación de los


ilttrante ei periarlo Preclásico en el Altipiano se dio urr gran
teotihuacanos? ¿Ftreron influidos por los grupos del Sur? No
hunranismo: Ias figuritas de arcilla de muchos sitios, como Tla-
,& podemos responrler a estas interrogantes, ni es ésa nuestra in-
tilco, Zacatenco, El Arboiillo, Cuicuilco y Copiico muestran al ,d
s1 tención; por tanto, veremos enseguida las formas de conserva-
hombre err su vida cotidiana, err la alegría espontánea e inme-
ffi' ción del pasaCo en el periodo Posclásico entre los principales
diata «lel vivir, simple e infantil; pero ya en el periodo Clásico
gñ1pos de Mesoamérica, a excepción de los mayas, o sea, entre
se ha consolidado una religión donde el interés por ló propia- $l
mettte humano parece ocupar un lugar sec'.rndario, pues tn Teo-
,i'81. los nahuas, ios mixtecas, los zapotecas, los totonacas y los
r''&ii
tarascos, para saber si hay pr:sibilidades de llaurar "historia",
tihuacan, principal centro cultural de ese perio'Jo, encontramos i- en sentido estricto, a esas expresiones culturales.
que las representacigtres sobresalientes san de tipo religioso: hay
sobre todo sirnbolos esotéricos, dioses y grandes sacerdotes no
individualizados que les rinden culto, en un arte esquemático,
Lo ocuriclo en l{esoamérica durante el periodo Posclásico
es mucho más accesible a nuestro conocimiento gracias a los
muy intelectual, simbólico y hierático. Aunque hay figurillas
que tepresentan al hombre; aunque el simbolismc¡ en la pintura códices irrdígenas y a los textos hispánicos posteriores a la con-
quista, que constituyen la fuente principal de información sobre
puede ser el inicio de ,¡na escritura pictográfica, y hay algunos
esc periodo.fPcr ellos saber¡los que hubo una gran preocupa-
rr lden, pp. 97-98. ción por el acontecer humano entre los principales grupos m€so-

2$ 2l

, .r:1 .,.,,j. :-. t


ulr llUUtlIIl U ll¡ 11
muerte, sino tami¡ién la travectoria y el destirto de su pueblo'
americanos, que, de aiguna manera relacionados entre sí, rea-
y Sabemos que se trata de hecnos reales y no de leyen«las mito-
lizaron códices para registrar su historia consideraron el
lógicas, por la con.rpa¡ación entre varios códices, que nos mues-
conocimiento del.pasatlo corno algo cle esencial importancia en
la formación de sus jóvenes y en los actos sobresalientes de la
tri que se registr'ír la biografía de los misir-ios personajes, las
nrismas hazañas y 1as rnismas fechas, con'algunas variantes'
vida social e inrlividual, como pueden ser 'los nonrhramientos de
Así, Alfonso Caso, clue interpretó a'gunos de estos códices,
un nuevo cacique, las tro<las ,v los ritu-ales funerarios'
pr.,clo clarucs ia biografía completa tle go§ernantes sobresalien-
Entre las muchas y variatlas fuentes coloniales que están i., .o*o los llarrtrtlos B Venaclo "Gilrra de tigre" y 4 Viento
a nuestro alcance rlestacan ios textos de escritore:; indígenas "serpiente de iucgo"; etr la tercera Parte de lir interpietaciix
y mestizos que relatan i¿ ilistoria de sit pueblo, conlo las Analc'¡ del Bodley, Car;o nos dice:
d.e Cuauhti,tlon, Tezaz(:moc, Chimalpahin, Muñoz Camargo e
Lxtlilxóchitl; los lienzos v pianos greográ{icos indígenas rcali- Aun cuancio hay nruchos puntos dudosos en 1¿l traducción
zádos para asegurar'!a poses:ón de tierras, y los textos de escri- ,1* ta,.,.,ot i,t,-lio, a..",tro.l sitr embargo, clue ia lectrrra cle
tr-,res c-.iiañoles que intentan dar rtna visión general de la Nue- 1us gcnea',rgitrs estlL cesi siempre comprobada por.1o.q': n9s
va Esi.raña y otras provincias, o que muestran Ia trayectoria drccir otroi manilscritos. 1' tiene ei1 consecllenci¿r bastantc
segttriclarl. Is
histórica de algun4s provinc:ias en especial, como }-as Casas,
-forquernacla, Ácort*, I-Ierrera, Motolinía, Sahagún, Durán'
Sobre los textos acerca del pasado cle los nahttas, los zapote-
Vf cnilieta, la Relación cle Micl¡'oacán, La Rea, liscobar y Rurgoa' c:rs, los totonacas k-rs misrllos nlixtecas nos hablan amplia y
y
la trans- cietalladamente las fttentcs tlc los siglos xvI y xvrl' Por ellas
La forma más element¿rl cle recuerdo del pas:ido fue
sabemos que estos puelllos registraron su oiigen, sus tlr gra-
rnisión oral de padres a hijos, costumbre clue irajo consigo'
ciones y conqtlistas, 14. funrlación cle ciudadcs y los hechos de
seguramente pof una l1layor cc,¡rciencia de la importancia del
sus gobernant'rs. Ixtlilr<5cl',itl, por ejemplo, a{irr¡¿r:
pasado, la necesidad cie asentar en una forma más precisa los
hechos de la comunirletl y tle los granries homb¡es de1 pasado' y ticr.ren para cada -gérrcro sus escrito's, unos quc
Tenían
para lograr una transrnisión mis fiel de ellos' Así se crean trataba, de los :itrales lmtriéutlo por stt .rclen las cosas
los códices, donde se registraban .los acontecimiéntos no como quc' acaecían en cada año, coil clia. mes y- hora' Otros teni¿n
un relato, sino sirnplemente menciónando el hecho y la fecha de á ,,l .urgo las genealogías y <lescendencias cle los Reyes-y
sr-r acaecimiento. Señores y p.rrono, tlel-iirrajé, asentantlo Por ctlenta y tazót
: los que nacían: y borraban los que ntorian, corl l¿ mlsma
Sor, *rry pocos los cóclicei prehispánicos de conterricic¡ his- r 10
cuenta.
iorico que s" hasta hoy; pero ellos, y las varias .co-
"orru"rrr,-,
pias coitniales de antigutts códices, nos revelatr la Iorma peculiar iisto nos revela r¡re los nahu¿s'te¡ian una yerd¿lclcra {o{¡rl¿i
.:.i

áe iegistrar 1os acontecimientos rlel pasado, quizá <le todtls 1os sistemática rle registrar cl pasa{o, cle acuerdo con la sucesidln
grupos mesoamericanos. De lcs códices prelris¡ránicos destacan temporal; no se tralír del sirnple recuerdo de los hechos dcl
pof tT importancia- histórica los códices Ieixtecas, cotno el #Yi honilr.e confun<licios cr:n los mitos o vistos como manifestación
B'adley, el Nuttall, .el Seld,en' el Vindobonensis y el Colornbin'a del poder dc los dioscs, ell t1ll tiempo eterno, sino de una ver-
y Becher /, que contienen genealogias y hazañas de 1os caciques' ,*j
'fundación'de señorios y relaciones entre ellos cle carácter gue- rscóili¿e Botllcy, lnterprctación tle Alfonso caso, sociedad Mexicana
de Antropologia, México, 19ó0' p. 70.
trero, siernpre con el registro de fechas. Los hechos aparecen 10 Fernandó de Alva Ixtlilxóchlt!, Obras históricos, 2 vols', Publ'
:eónstatados'ceÍr tanta minuciosidad, que se pugde seguir ns sálo Alfredo .Chavero, i.liiora Nacionat, México, 1952, vol' rt, Prólog't,
.''iau'biografía''de un'pérsonaje,'desde su nacimiento hasta su p, 17.

,/1 i )i:r' i
.1 dura en la memoria de estos siglos la gtoria de las des-
ctadera disciplina, basada en una distinción entre
lo humano
cendencias de sus progenitores-, y repiten
en toscos caracte-
v lo divino, que les permitía hacer del pasado algo coherente ?itt'u'"tJoá de'muertos colores' 23
-y i.rlrr""t r". Áá¡iot
iu.ionut. Í'esta áisciplina no fue exclttsi'"a de un solo
de los lu-
grupo, sino de todos kls tlalluas, pues, habiando de Texcoco' Sobre los totonacas sabemos de su emigración"
fundaciones de
Ixtliixóchitl a{irma: gares que fueron ocupanclo, ias fechas de. las
parte de los gru-
Iiudades y las conquistas que padecieron -de
En la ciuclacl de 'ilezcuco estahan ios Archivos Reales de y nahuas del Altiplano; asimismo sabemos de una
todas las cos^, ,.f"riári, por haber sido la metrópoli de todas po, tolt..r,
sucesión de nueve reyes que supuestamente
2u gobernaron
las cierrcirs, usos y buenas costumhres.
ochenta años cada uno. La precisión de
los datos y las fechas
Los textos afirman que esta tradición nahua de escribir ,. ¿"¡" a que los escritores españoles, como lo expresa Torque-
sobre el p-asaclo riel hombre se inició en Tula, ei origen cul- elaborados por los mismos
ma«la, los io*u.on de los códices
tural. de los grupos nahuas, según ellos mismos' Clavijero es Pedro Már-
totrrnacas. Sobre la estructura cie estos códices
clice que:
tir de Anglería quien nos da una primera información:
l-os toltecas fueron en el Nuevo Milncl.¡ los primeros que se
sirvieron cle ia pintura para hacer hi-storia; a 1o menos no son muy.diferentes de los nr-restros
-g'nthot,'limas
l.os caracteres que usan
ienemos notici¿r ,1. irt . otla liación lrr practrcase antes de v consisten "" ¿u¿ot, y otros objetos dis-
ellos. "' ilil;;ií;;t;;*; éntre'nosotros v semejantes-a la es-
Iln la tradición que recoge Clavijero está de iiii',* üili;. ili;.
t"i tin'u' dibujan figuras d^' l"'l*:
por ro quE
este punto, y de aniááles, sobre todo de reyes y magnates'
acrierdo cou lo cltie sabemos hoy dei Altipiano Central, ya que es de creer que en estos escritoé.se-contienen las gestas de
no hay <1atos que ineliquen que 1os teotihuacanos elaboraran tou ott"putudos de cada reY " '24
códices, aunqllc esto no significa que no 1o hayan hecho'
diversos grupos
Y entrc los toltecas se señala a Huémac cofiIo uno de los iist;rs informaciones sobre los códices de los
mixtecas prehis-
principalcs protnotores cle ia colservación clel recuerdo dei no sólo se ven con{irmadas por los cóclices
por varios códices
pasado; Ixtlilxóchitl dice que pánicos que hemos mencionadá, sino también
casi todos después
nahuas y totonacas que fueron elaboraclos
Antes de n'rorir junió tod¿s las historias c¡ue.tenían los Tul- nahuas están la Tira de Ia a
tecas <lesde la ireacitin clei munclo cn arluel tiempo, y las de la Conquista. Entre los códices
hizo pintar en ttn liliro nruy grande, en donde cstaban. pln- Peregrinacíón, el Borbóni'co, el Aubin, el Menilocino'
el Cozcot- I
tadas'toclas stls peisccucioíe§ y trabajos, prosperidacles y ,in,Á Azcatitlan y el Mericanus, de los ctlales quizá uno t ; §
hen. t':.".--¿,§
buenos sucesos. e2 dos son de origen prehispánico; y de los totonacas
como el M¿-
Hay también innumeraltles rnenciones a los códices sobre daclo aiguno, .ódi... posteriores a la Conquista' 3§
ei pasaclo de los otros grupos mesoamericanos' Burgoa nos santla, el Cl'oi,conqwiqco v el Tona'yar"
habla cle ios códices zapotecas y mixtecas clue encontró en Iin cuanto a los tarascos, a quienes r¡uchos cronistas' como
carla pueblo; por ejemplo, cuando describe las costumbres irc dr'sti¡cíón' 2 vols '. Talle-
Gcográf
de Guaxolotitlan, dióe:
23 Fray Francisco dc Burgo:r. (Putilicaciones del Archivo
,", iiíi.or']. i, N*iár,"M¿"t.",'1934
xxvr), vol' rr'-p' 12'
20Idel¡, p.18. b;;;t;; i, Nación, vols' xxv v
:-iip.¿.á l,rartl. ¿" ¡ngi.tia,- Décod"is d:l.Nueoo Munilo' 2 '-dt':
21 Franciico Javier Ctavijero. Historia antigua de Mérico-, 2.r eó'
Edic. y PróI. Máriano Cuevas, Erlit. Porrúa, México, 1968 (Col' "Sepan tr"¿.Tültii-irtitirr., dJ".'-o't'¿i" por E-d-mundo o'Gormann' José
Porrúa Estraía de
...", 29), p. 247- Porrúa c Hijos, u¿*i.I"iboa- igiiliottt* .José
cuantos
Historia mexicana, Prime-á §tti",'i" conquisti' v¡)'
vol' r' pp' 425426' -
22 lxtlilxóchitl, op. cit., vol. r, p. 31.
25
24
UUlll¡UUllr IlüU¡
impor'
Ia Rea,26 ligan al grupo mexica, pero que más bien se rela- Otro <le los cronistas, Basalenclue, nos cla'un dato
cle regis-
cionan con pueblos del Perú,2s no ha;" muchos testimonios de tante que parece revelar una tradición prehispánica
del pueblo de Cl-raro'
que hayan elaborado códiees antes <le la Conquista, sino qrre 1a trar et'pasaao: al hablar de la fundación
pirinda' y
mayoría de las luentes niega su existencia. Beaumont, a qirien dice que sus habitautes eran matlaltzincas de lengua
sigue Espinosa, dice: refiere cómo lleg;rron ahí .

Tuvieron curiosidad los de México de conservar en sus pin- Y hernos de tratar ileste PueL¡lo crr gracia 9il y tt] f:*'
esta l'ro-
turas los nontbres y sucesión de sus reyes; en esto s/-'lo suvo se *a ¡'6¡serla dezir la causa dc stt vettt<la ¿r
excedieron a los taiascos, de t¡ttiene. ni entrc los indios sc
utiguo d,t tlt l-t]l:-''::
t;ir;i",i;'.,ri ."i.tit¿ scgírn urr- libro pr:imcros
tle..los
-tt'¿iti¿'j
que Llno bauttzaoos y
descubrieron tnemorias ili se hallan relaciones en los autorcs y nrartrot caracteres ';di;; l' que tenían' escri*ió
de la monarquia indiana . . . 27 que supo escrlvlr'
luego para quedarse ell memorla' -"
Y el autor de la Relación de ll'tichaacó.n afittna que le fue
difícil escribir porque no había libros. Pero esto no significa De cualquier manera, aun <lu<lanclo <le la existencia de códi-
ces sobre ei pasa,lo, po<lemos hablar cle una
preocupación por é1
que los tarascos no hubieran realizado códices, sino que éstos
nos hal¡lan de una
no se hallaron; c¡uizá tenga razón Escobar, quien afirrna tlue entre los tarascos, ya que todas las fuentes
los códices fuerort destruidos por los mismos indios a la entra- arraigada tradición o.r1 q"" pasaba de parires a hijos' v de
cle memoria los hechos
da de los españr:lcs; casi al principio de stt obra, este autor saceráotes especializarlo, et' 'p'e'der
asienta: sobresalier.rtes del Pasaclo.

Aquí se habían de numerar sLls reyes, copiar stts sucesiones, Iis, pues, nranifiesto clue los pueblos mesoamericanos qlle
referir sus hazañas, contar sus hechos, celebrar sus leyes hemos Lenci<.,naclo se afanaron por conservar
la memoria de stt l,¡
y narrar sus obras, pero casi todo falta porque faltó el cui- pasado y que poseyeron un considerable número de tcx"os en 't't:,"
áado en los arrtepasados, y ellos a la entrada de nuestros -inscribierorl
los hechos signi{icativos de su cornuni'lacl'
españotes scpultaron las men.rorias en su laguna, pues en 1o, q.r.
situánclolos en u11:] sucesirin ten-rporal y
11o en el eterno presen- ',irr
ella arrojaro¡t li.¡s mantas que eran sus papeles tejidos en que ,, :l
del pa-
contaban sus hechos; si no escritos con plunras conro las te mítico. Estos textos no habian <ie cualcluier suceso
demás nacioucs, piniados con plumas comb ningunos . . .
x8
rJe la comunidad' sino
sado, no hablan clel pasarlo en general
trascentlentes
Esta afirmacii»r no carece de lógica, pues si los códices eran ,ot"*arrt" dc aquellos hechos que se consitleraron
y que constituien un toclo cáherentc' IIry en ellos la- inter-
tan valiosos para los tarascos como para los dernás pueblos puesta en los hechcs
mesoamericanos, pueden haber decidrdo iricluso destruirlos para vención «le los dioses, pero la atención está
ello' no pueden
que no cayeran en manos de los invarores. lrumanos que afectaro,, a la comttnidacl Yl Pot
hace considerar a los
ser confundidos con los mitos' ]isto nos
2áFray Alonso de la Rea, Crónica de la ord,en de N. Seráfico P' .§. textos mesoatnericanos sollre pasaclo como una verdarlera
el
Francisco, Provincia de San Ped,ro y San Pablo de Mechaacón en la inquisición acerca
Nueoa España, Imprenta de J. R. Barbedillo y G., México, 1882, p' ?0'
historiogra{ía, o sea, como resultaclo de ttna
de reflexión'
26AFud, Ronríu¡ P'ña Chan, or1. c't., ¡t 2[!6. áá prriao. Ér, ,i u" quiere, una forma- primaria
no precisamente
27 Fray Pablo de Beaumont, Crónica de Michoacán, 3 vols., Publica-
una modalidad peculiar «le actitucl inquisitiva'
ciones del Archivo General de la Nación, Talleres Gráficos de la Nación, y racional del que busca la
fasatlo'
México, 1932, vol. n, p. 45.
un conocimiento oUjeiiuo
28 Fray Matías de Escobar, Am*icana Thebaída, aitas patrum de los
20Diego de Basalenque, Hisloria-ile la-prwineia de San Nicolds
religiosos lsremitaííos de N. P Scn Agustí* ile la Proztíncia tle Sar r'
Iviéxico' 186ó' vol' pp' 303
Nicol,ás Tolentko Ce LÍechoocán, Impr¡¡;ta Victoria, México, 1924, rotultiiíliori tip.á"iu.Jiii" v Comp',
9.23. y 305.

27
26
üUEEütr8Ü'EUÜTUtr üEü ü u-Ittt ü tüüü
verdad acerql de é1, como la obra del Tucídides, pero en el l'Iontezunta, vienclo el buen consejo de -Tlacaélei, acordó. de
grado en que es reflexión sobre el pasado, creemos que puerle iñ;;; y;táiiuJot tt."l, que se'llamaba Quauhcóatl, viejo
de muchci años . . .31
ser llamada historia, como la llamaron espontáneame¡te ios
cronistas españoles de los sigios xvl y xvrr, sin contraclecir 1o Entre los totonacas, ios "historiadores" eran tanrbién ancia-
que tradicionalrnente ha sido considerado como tal. nos experimeutaclos, como 1o a{irma Las Casas, quien men-
Sin embargo, no queremos afirmar la aparición de la historia ciona la existencia c1e personajes de edad avanzada que eran
en el mundo mesoamericano basándonos sóio en la existencia elegidos para relatar el Pasado:
de códices sobre el pasado, sino que preiendemos ver también
por
quiénes €rai1 y qué finalidades tenian los creadores de ellos, Cuando alguno n-roría elcgíasc otro. que. era estimado de
¡"ena v h"oncsta vida, no.- mozo, sino de sesenta o
para tratar cle conocer su concepto del pasado, dentro de su -septenta
ccncepto del rnunCo y de la vida, y saber si realmente tuvieron
;ñ;;;ítibr, rlue hobiese sido casado y entonces fuese -ya
nttrí eicribían por figuras, histoiias, y las daban a lo"
u¡rr. conciencia histórica. "i"á".
pontífices o paPas .. .32

En algunos lugares, los "hisioriadores" eran sacerdotes'


- Los "uISToRtADClriES" y LA 'rl(ANSff ISióN
I-a Relación de Michoocá.n aÍirma, a propósito de un capítulo
, DEL RECUEIiDO DI:L PASADO
deciicado a una parte de la vi<ia del gran rey Tariácuri:

Las fuentes h¡blan rfe los creadores de códices sobre el pa- Todo este capituio pasaclo tenía el .Cazonci en mucha reve-
sado, señalando esta labor co¡nr¡ un oficio especializado y de ;.;;ir;-h*íá Jt t"i..¿o!e gue savia esta historia que se.la
gran importancia en la vida cornurritaria. Los "historiadores" contasJ muchas ,".". y decia que este capitulo era-doctrina
eran hombres respetados clentro de la comunidad, como aquel rlelosSeiroresyqueeraavisoquehabíamanclado'Iarlacurl
Tequanitzin Chichimécatl Tecuhtli, del que habla Muñoz Ca-
á todos eilos.33
margo, q11e Por esta nrenciilt-t, velnos que entre los tarascos .había unos
sacertlotes que aprendían de memoria los hechos de su pasado'
Dejó menrc,ria de estas dos gucrras como hombre de fe y y que cactra sacer<lote aprendía algo distinto, qr:izi para lograr
c;édito; p<ir 1o que sus historias son celebradás y tctiiilas,
irrmortalizantlo la fama de sus antepasados, y eternizando una rnayor fidelidad a los hechos pasados' Por eso se nos ocurre
su memoria entre los vivos desde ios sigios pasados y pre- y
sentes. 30
Fray Diego Durán, LIis,oria ile las Inilias .ile lo Nucaa Españ,o
31
islas rle'tierri'finnc,2- vols., E<litora Nacional, México, 1967' vol' r'
p. 219.
Durán nos informa de un cargo es¡recial tientro del Esta<lo '" lCtrr"v Ba¡tolor,ó rle l-rs Cas:rs, Aprttogótica lústt¡ria sumuritr, cwrnto
o cielo y suelo .d'e'¡tas ticrras'
'i to, ,ri,*tidndcs, ilisptttsición, desc'ripción, iltancro
azteca para registrar el pasarJo, Io r¡rre nos mucstra ílue no dc z:iair e costrtntbre's
rc¡riblicu'e ,
,)ir¿¡r;o"tt ,r'ír,rnlir, ¡oticíus,
o,rrn;r* dcstas Iitlia.r iccitiannlcs y meridionales por Edmu,do
sólo eran los reyes quienes escribiati, corl'lc, se afirma cn otras "ar--tii, c*yo-intpcrio
fuentes, sino que tenían a su cergo ¿ pe¡sonas especi:ilizadas iturrá"ii-i'ii|rur* i h,, ,rves ile Castilla,. Édic' ptep"'ada
para ello, que ocupaban rln puesto oficial en el golrierno; dice óCni,,r.r, '2 r,,¡ls', Irrstitirto <le Invesiig:rci<¡nes Históricas' tINAM'
Durán:
Mt;t;;; ib6, (Serie de Historia«lores v Crortistas de Indias' 1)' vol'
t, p.22.
lt Rslación de las ceremonias, ritos, pobtación .y gobie-rno -ile.los
S0Diego Mufioz Camargo, Historia dc Tlarcala, publ. Alfrerlo Cha- inilios ile lulechuacán, hecha
'ii;;r-;-éobernadoí al lhno. Señor Don Antofic de Men6oia'
;, verq Edic. facsimi§ 1966; F-dit. Edmr:ndo Aviña Levy, Oiic, Tip. de ile esta Nwezta España, pM S' M' (?) G" Tip'
i : r la Srla. de Fomentq México, tg9¿, p, 69. ¿e eítonso Aragón, Morelia, 1903, p. 87'
co
-IlU E T*E-E tr EUE UTTTTUE
que quizá sean los tarascos a quienes se refiere Las Casas, sólo e! mundo humano, sino el mundo a nivel cósmico' Se trata
cuando, al hab'lar <le los textos "históricos" y del oficio de de Ia conciencia de Ia relación con el pasado' como sentido de
"historiaclor" en la Nueva España y otras provincias, dice: la vida clel hombre y su cosmos. Es por ello que el recuerdo
«lel pasarlo se registró sistemáticamente en textos. especificos' l!:
Iin algunas partes no usaban esta manera de escrebir, sino y qt'i" .r,o, textos fueron utilizaclos para una transmisión más
que llr n<¡tici¿¡ de las cosas antiguas venía de unos a otros, fiel de la historia.
dr: n-,¿iuu (11 nlano. Tenían en ello tal or<len para que no se
olvidaseu, ct¡nviene a saber que se instruian en las antigüe- La enseñanza de la historia entre''los oahuas se hacía me-
, dacles cuatro o cinco, o quizir m/ts, pr¡r lo que oficio de histo-- rliante un admirabie sistema educativo, que lra sirlo analiza<lo
riatlores usarhan, refiriénrlcrlcs tr-¡dos los géneros de cosas t1i',c con detenimiento por León-Portilla' Este investigador' des-
pcrtenecían a la historia, )r aquellas tomábanias aquellos en pués de hablar de las limitaciones de la escritura pictográfica l,
I ll1
la memo;ia y hacíanselas recitar, y si ei uno rle alguna cosa dice: ' ii
no se acordal.ra, los otros se la cnmendaban y acordaban' $4 ). fonética de los códices nahuas, ,ii,

Si la labor rlel registro tlcl pasado era inc'luso un oiicio Conscientes de esas limitaciones, tlesarrollaroo
un vérdadero
especializaclo entrc los pueblns mesoamericanos, ¿cuál era su de la escritura en s!1s códices' Como la ma-
linalicia¡l? ¿Qué r;ignifici; ¡;:rra i:l'os e1 pasado? "o*pi.á."to
voría de las cosas humanas, ese complemento fue resultado
L-ris ptieblos tuesoamericanos parecen haber considerado que á"-i, titt"t"otización de algo que ya existia desde los tiempos
.:1 pasalio no es :tlgo muerto, sino algo vivo y vigente en la n"tre los nahuai, io*o en muchos otros pueblos'
""tigrát.
habiá surgido de un modo espontáneo 1o 9!e ¡e conoce.colno
vicla presenie: lrr clave del presente y rlel futuro, descubriendo transmisi6n oral, cle padres * l-ti¡ot, a través cle generaciones' I ', ':ri
irsí e1 sentido dcl devenir propiamente humano; vieron que la Pr., bien, el compfemento cle la escritura náhuatl de los .:
identidad de un puebio como comunidad está en su t¡adición códices vino a t.ti realidacl, una sistematización de esa I ,"; I

¡'rl
]

v utlizaron la "lristoria" para conformar su futuro como na- i;;" espontánea "tt
cle transmisión oral' Fueron sus sabios
¡i

],tr, ,
'l
ción. Lc¡s textos <ie los inforr¡antes de Sahagún, al lrablarnos tlan¡,ati.ninte- quienes. . . implantaron en los centros \ i[.
de ios orígencs t1c los nahuas, rlicen rlue los sabios abandona-
-los
de eclucación ese sistema <lirigido f t;¡ar en la memoria de )ü:;
r'ou ']-amoanch¿rn llevánrlose los códices, 1o que ocasionó gran los estudiantes toda una serié de textos-comentarios de lo I IJ
'
angustia entre los qrle se clue<iaron: que estrba escrito en los códices.S0 ri ¡t¡

Así,laescrituraservíacomoíncliceoreferencia<lelrelato
¿Brillará el sol, annr,eceró,? rít-
sobre el pasarlo, que era aprenclido de memoria en cantos
1

t:
¿Cómo irán, cónto se establecerán los tnacehuales str
micos, y un hombre educado en esa forma tenia en su haber
[el pueblo]? ii
todo el conteniclo que no transmiten los escuetos cóclices' León'
ji
P orque
" ^" il' ;,,!,i",!í,i' oY j'1l,X(o, u*,,,,
¡
uo
ii, Portilla nos pone como ejemplo un bello cantar náhuatl:
t Yo canto las Pi'nturas clel libro,
Esto -.ignifica que el nahua fue consciente de que sin pa- lo ttoY d,esPlegando,
sado, sin tradiciotres, el mundo entero se viene abajo; y no soY cwal florido PaPagaYo'
hago hablar los cód'ices, '
$a Las Casas, op. cit., vol. tt, p, 505.
s¡ Códice Malrilense, fol. 191v. y l92r.i cita tomada de Miguel León' en el interior d,e la casa de las ltinturas'gl
Porülla, Los attliguos mericanos a traués ile sw crínicas 9 cantares i "scMiguél León-Portill4 Los antiguos tn¿*hano¡'.", P' 6t'
(reedición), Fondo de Cultura Económica, Méxicq 1968 (Col. Popular,
87 l¡lem.
88), p. 53.

31
30
preciándose de tratar en sus juntas y visitas de aquellas ma-
Las fuentes son bastante explícitas en este asunto. Herrera,
terias. ao
por ejemplo, afirma:
afán por registrar el pasado men-
Sr.¡bre los totonacas, cuyo
I como sus Figuras no eran tan suficientes, como nuestra cionan l-as.Casas de Angleria, nos dice el primero,
y X{ártir
escritura, no podían concordar puntualmente en las pa- después de dar la semblanza del "historiador":
labras, sino en lo substancial de los conceptos: pero usaban
aprender de coro, Arengas, Parlamentos y Cantares. Tenían y las daban a los pon-
una gran curiosidad, err que los Muchachos los tomasen de "jiopat historias,
Estos escrebían por figuras,
tífices o papas, 1' lot lo referían clespués en sus ser-
memr.rria, i para esto tenían Escuelas en que los Ancianos mones a1 pueblo. ao
enseñaban á l<¡s Mozos, estas cosas, q11e por tradición, se
han siempre conser.¡ado mui enteras , . . 38 , Así, al larlo de la eciucación religiosa que ei pueblo recibía de
parte de los sacerdotes, se <laba una eclucación sobre el pasado
En otros grllpos r¡esoamericanos encontrñmos que también áe h Lo mismo ocurria
comunidatl, para mantener su identidad.
se registraba e! pasado con ia finaiiriad cle ser transmitido a l:r con los tarascos, pues henlos encontrado varias tnenciones a
comuniclad. La "historia" de los mixtecas, que habla furrda- ciertas pláticas que hacía el sacerdote ma)'or sobre la vida
mentalmente eie hechos béiicos y de ia biografía de sus prota- de los antepasados, y que tenían el carácter de una especie de
gonistas, es, como l¿ ¡¿hua, una "historia" pragmática, es decir', lección; de ello cieducimos que entre los tarascos- el conoci-
parece r¡re fue pens:r<la pJra transmitir cierios icleales épicos miento del pasado era enseñado como guía para los actos esen-
que habían de per¡ietrrar el ser propio del pueblo mixteca: stt ciales de la vida individual y colectiva, como ocurría con los
carácter guerreÍo 1, conr¡uistador. Esto significa que los có- nahuas, los mixtecas y los totonacas.
dices eran también ulla especie de libros de texto que sóio regis-
Asi vemos que la transmisión del conocimiento clel pasado
trahan nornbres y techas, y que servíafi. para ayudar al maestrc
iba descle una enseñanza a ios jór'enes nobles en los centros
a revivir el pasado.
especializados para ello, hasta sermones o pláticas al pueblo, quc
El croniste Burgoa n<.¡s corrobora esta enseñanza de la his- loimatran prrie ,1e' las cerernonias religiosas' Pero aírn había
toria entre los grupos de Oaxaca, cuando refiere: uru form, más elemental cle etlrrcación sobre el pasarlo: la
alusión a los hechos rle los antepasados en ias ceremonias f¿rmi-
Entre la barbaridad cle estas nacioles se hallaron muchos liares.
libros a su rnodo, en hojas o telas de especiales cortezas de
Dice l{uñoz Camargo, en s.,.tlistoria de l-larcala, que cuando
árboles... donde todas sus historias escribian con unos
car¿Lcteres tan abreviados, que en una sola plana expresaban
una mujer paría
Irrgerr, sitio, provincia, año, mes y día, . . . y para esto a los
'hijos de los señores, y a los que escogían para su sacerdocit¡ Si era varón el recién nacido, entraba el saltrdador y decíale
que fuese bien nacido y venido al nrundo a padecer traba.¡os
enseñaban, e instruían desde su niñez haciéndoles decorar
aquellos caracteres y tomar de memoria las historias y de i *¿u.tii¿"¿es, y ¿lri ló traía ír la memoría los hcchos de sus
antepasados...{r
estos mesmos instrumentos he tenitlo en mis manosr y oidolos
explicar a algunos viejos con bastante aclmiración y solían F:nlaRelacióndeMíchoac¡itt'seafirmaqueenlasborlasel
poner estos papeles, o como tablas de cosmografia pegados
a lo largo de las salas de los señores, por grandeza y vanidad; Fray Francisco de Burgoa, Palestra histoliut, Talle¡es Gráficos
a0
¿e ru iücián, Mé*i.o, l9u ffubticaciones del Archivo General
de la
seAntonio de Herrera, Historia general ile los hechos ile los casle' Naciór¡, vol. xxrv), P. 210.
. 4o Las Casas, oi. cit., vol, u, P, 2?
llanos ex' lac islas, y tiera.firme ile el mar O€ceano, 5 vols., Tailereg .l
gráficos "Continental", Buenos Aires, 1945, vol. rr, p' !31. Muñoz Camargo. ol, ctt', 9, 149.

33
32

1,"
. )!i"
TT IITIT T T T U T U U T II II T ET_B Ü II T E U E H'IT_R E E
cle relieve las figuras centrales, al lado de importantes tlato'
padre del novio pronunciaba Lln discurso en el que sé incluían
estas patabras:
ques de otros señoríos nahuas. I-a guerra aparece como una
realización de los ideales tradicionales del pueblo, aquellos que
Porqúe solnos ); tenemos nuestra cepa aquí y aqui nos deja- cr:mplen a los antepasados:
qi¡
ron nuestros aritepasados los chichir¡ecas. . . entonces nonl- I
braba sus antepasados que habían moraclo a\li.az No os asuste la guerra'
fiores de escudo .son, PrínciPes.
Ycuando mo¡ía un cacique o algún perscnaje importante, Solant,ente con ellos se escribe, se da
recortlaban sus haz:añas -u* le erigían estatuas para memol'ia de la Abuela Y el Abuelo . -.aa
str granrleza. ilsia fue urla l:oflna urry común en lv{esoarnéric¿t
de ti-ansmitir ios ideales de la con:u¡ridarl; es 1a glorificación tin la obra de Durán vemos clararnente la conciencia del
'ri
:rzteca de la necesidad de pasar a la postericlacl para ejbmplo
I

personal cle los grandes hombres, {iue Ee inicia desde ios <f-
rlecirs, cue se cla ai iado dei nacionaiisi,ic de los aztecas, rltre de los hombres venideros, aunada al orgullo de sentirse miem-
encontramos en lo:i otros señoríos i¡ahitas, dcnde rnás que' Lln bro de la nación más importante del mundo; este orgullo era
nacicnalisrno se reiieja la inclivirlualiclad y la universaiidad del resultado cle haber arlquirido una identidad mediante un cui-
irumanista, )' liue s¿ manifiesta i¿i¡bién, muy señaladarnellte, dadoso manejo rle Ia "historia". Al ver Motecuhzoma los re-
entre los t¿rascos y entre los uixtecas, puebios de grandes tratos en pierJra que se habían hecho de él y de TlacaéleI,
guerreros. Ariemá.s de1 rec¡:nocimienio públicr-, de los hecht¡s dijo:
de los hombres sobresalientes, estos irechos se registrabiln en
Ios códices para ser transmitidos a ias generaciones futuras; lilermano Tiacaélel, contentádome an estas figuras, las cua-
por ello, la "historia" mesoamericana es fuudamentalmente "his- les serán memoria perpetua de nuestra grandeza, como te-
nemos memoria de Quitzalcóatl y de Topiltzin, de los cuales ,ir I

toria" de los gianrles linajes. está escrito que, cuando se fueron, dexaron -escutpidas sus ,r'!rl
IJn ejemplo de esta co,qtumbre cle engran<1,:cer a los gober- figuras en palos y en piedras, en quien adoran la gente I lt.,

.o*útt, y tob.nrot q,le e.an homtres como nosotros; llevé-
.

nantes es el discnr.:o que Xólotl, ei rey cbichimeca, clirige a st. I n.,'


;llt"
ai'
pueblo: monos nosotros estl gloria por delante. i ¡,
r, (l

Yo vivo (o de pensa- Las diversas formas de enseñanza del pasado que hemos
¡-ror rnejor <lecir) miiei:o, cercado
y Pasados
mientos tle acrecentar el llstadr:, que nris \¡I¿riores señalacio, que van aesde la simple transmisión oral de padres
rne elejaron, y no pcrmitir"que err rni acabe su Nombre; a hijos, hasta la'educación sistemática basada en textos, nos
:rntes hacerlos tan valerosos, ccn ei rnio, en tlue oióndose muestran qlle en los principales grupos mesoamericanos el re-
por el Mundo digan otrien fue rni I'aCre. y quc 1to era cuerdo del pasarlo llegó a constituirse en algo esencial para Ia
posible menos, sino clue dc tnl tronco, había de nacer una
comuniclad, no sólo porque le daba una identidad, sino porque
buena Rarna...aB
era moclelador del futuro. El pasado no se conservó por el
Y ent¡e los mexicas se unen el irieal guel'rero y el personaic mero afán de registrar los hechos para que na queden en
tlustre, comr) lo elipresan las Cant*s rle r¡trerreras, que refieren el oluido, como cliría Heródoto, sino con Ia finalidad práctica
poéticamente la actitr.rd dorninadoi'a dc este pueblo, poniendc, tle conformar el ser de la comunidad, y esto.parece significar

Relación d.e las ceremonias ... , p. 52.


a2 14 Cantares meticaios, en Angel Ma. Garibay, Poesía Ndhuotl, 3
Fray Juan de Torquemada, Monarqtia indiana, 4+ ed., 3 vols.,
48 vols., Instituto de Investigar:iones Históricas, IJNAM, l9ó4, 1f)ó5, 1968
Intr. Miguel León-Portilla, Edit. Por;ita, Niéxico, 1969 (Biblioteca {Fuentcs indígcnas de ta culiura n4huatl,4-6), vol tt, t^ Q,
Porrúa, 4l-43), vol. r, p, 41. ir Durán, 2i. cit., vol. r, P. 251'

'34 35

'.f,.,,tr,.,:
(ltle el l¡ombre mesoamericano tuvo una conciencia de la conti- . Desarrolló con
cómputos de tiempo-susun saber de salvación.
¡rtritl¡«t tcrnporal del hombre como fundamento de su;er, o sea, extrema precisión sistemas calendáricos y ahondó en su
u¡¡¡r co¡lcic¡¡cia <icl sentido propio del acaecer humano, que se pecuiiar iotn a de astrologia, siempre preocupado por cuan-
ao
th c¡r cl orrlcn de la -elación pasado, presente y futulo, aunque io acontecía o podia tuced.t et caia uno de los ciclos. "
Itirtgurr<.r rle los creadores de estos textos haya dicho expresa-
De este moclo, el hombre quedó sometirlo a las leyes clel
'l' ' ;l
r¡rc¡rtc (lue era consciente de dicha continuidad. Pero la nece- 't
sitlttl rlc dar al pueblo una forma de ser cimentada en su devenir universal; pero el hombre-prehispánico no se limitó I

p;rsatlo no sólo implica la diferenciación de los tres compo- a situar su propia trayectoria dentro de las leyes generales del
nentcs de la temporalidad, sino también el haher dotado al carnbio, entendidas religiosamente, sino que parece haber
pasrtlr., rle cierta significación, y esto sólo se logra con urur comprenrlido, en cierto modo, la esencial noveclad clel futuro
reflexión sobre ó1. humano o, dicho de otra manera, el carácter libre del acon-
Ahora bien, l;l captación del devenir humano y la creación tecer del hombre, quien puede cambiar, si se io propofle,
de un concepto acerca del pasado, implican, a su vez, una el destino que los diversos ciclos del tiempo traen para é1,
previa captación del devenir en general y un afán de cómpren- como lo muestra, fundamentalmente, la actitud de los aztecas,
derlo. Por eso en la idea que el hombre mesoamericano tuvo ent¡e los grupos mesoamericanos de los que hemos hablado
del <levenir parece estar la clave del significado que dio al en este capítulo.
pasado.
LA CONCIENCIA HISTóRICA DE LOS AZTECAS
LA CO¡],CtrPCTóX OTT, CAMBIO Y LA IIISTORIA
Creemos, como 1o henros expresado ya, que el hecho de afa-
El hombre se percata del caurbio de manera espontánea e narse por registrar el pasado, con la finalidad de darlo a cono-
innreriiata, y percibe, asimismo, que el devenir sigue un orden cer a las nuevas generaciones, implica ya una reflexión sobre
cíclico. Esto es manifiesto en las principales culturas meso- el acontecer hutnano y sobre los tres componentes del devenir,
americanas, que expresan su conciencia del devenir dentro del
por lo que se puede consicierar ccmo histo,'ia' Pero de los
marco de un concepto cíclico del acorrtecer universal, donde
aztecas conocemos datos sobre una peculiar actitud crítica
no sólo se repiten los días y las estaciones, sino el mundo hacia el pasado, qLle nos permite corroborar una verdadera
mismo que muere y renace. Así, Ias leyendas míticas hablan
conciencia histórica eu el mundo nresoamericano.
de cuatro grarrdes edades del universo a las que llaman Soles;
Las fuentes nos hablan de una gran reforma eu la ideolo-
grandes ciclos, regidos por distintos dioses, que habían termi-
gia y costumbres de los aztecas, llevada a cabo durante el go-
nado con un cataclismo para dar lugar a un nuevo mundo.
bierno de Itzcóatl y promovida por ei célebre consejero Tla-
Cada unc¡ de ios Solis se divi<tíi, a su vez, en periodos de
caélel. Esto se debió a que, al vencer a los tepanecas rle
tiempo cualificack¡s también religiosamente: como ia manifesta- Azcapotzalco, los aztecas procuraron definirse como gran
ción de una deitlad, que ejercía sus influencias en el mundo y nación dominadora, y esto requería, de actterdo con I¿r impor-
en. los hombres. Al repetirse cíclicamente los periodos volvian
tancia que entre los gruPos nahuas tenía el pasado, poseer
a producirse las mismas influencias <livinas, por lo que era una trayectoria única y excepcional. Así, crean nuevos textos
necesario conocer cuáles serían esas influencias para prev€r
donde, aparte de la tradición común de Chicomoztoc, men-
lo que ocurriría en el futuro. León-Portilla afirma que: cionan a Astlán como origen físico, y se deshacen cle las rela-
ciones antiguas sobre su pasatlo que, posiblemente, mostra-
Vitalmente persuadido de que así era el universo en el que
.:
le habia tocado cxistir, el hombre prehispánico hiio de los :::
l,1r;" .0león-Portilla, Lo historia y los hktoriailorcs... (p. la).
#
36 -"f.ti' 37
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E-rr u u--tr-u E u-uu-r üHtEr Üts8ts EEIE THEEET
ban al pueblo azteca como un grupo insiguificante entre los to de ese futuro granclioso qra,- lib-ra,r,"nte, prepararotr los
grupos nahuas. dirigentes del pueblo azteca?
Refieren los informantes de Sahagún que hasta la época de Basados en la creencia de la existencia de cuatro Soles ante-
Tlacaélel se conservaba la tradición nahua entre los aztecas, riores que habían termir:ado con urla caiástrofc, se uropttsieron
pero que en el reinado de Itzcóatl se decidió crear la nueva que el Quinto Sol, el SoL- de Movimiento, permaneciera vivo
versión: por ql mayor tiempo posible, alimentándolo con sangre hu-
mana. Es degr, asumieron la respor-rsabilidad de cambiar el
La historia era conservada, pero fue quemada cuan<Io reinó
Lzcóatl en México. Los señores mexicas, reunidos en con- destino c1:smico mediante su propia acción; detencr el cick'¡
sejo, dijeron: "No es necesa¡'io que la gente común conozca fatal del devenir y preservar así la vi.ia rle 1a humanidad entc-
lis pinturas; el gobierno será difamado y ellos esparcirán la ra, de la humanidad de 1os cuatro rumbos del universo. É'sta
falsedatl por toda la tierra, porque en ellas se guardan mu- fue la misión del pueblo azlecaT éste fue el fundar¡ento de su
chas me¡riiras. a?
actitud guerrera y dominadora, que 1o llevó a subyugar a mu-
Así, se clestruyen los antiguos textos y se crea la uueva his- chos de los pueblos de l{esoamérica.
torid. azteca,y para convedcer al pueblo cle esta nueva versión Miguel León-Portilla, que nos ha revelado la significación
del pasado y fundamentar el relato de la'peregrinación a par- del concepto azteca de Ia ñistoiia,-afirma:
tir de Aztlán, Motecuhzoma, el sucesor de Itzcóatl, decidió
enviar ernisarios a buscar las tierr¿ls originales, los cuales regre- Asi, en el marco de creencias de un universo cíclico, los
saron <liciendo que las habían errcontrado y que incluso habían aztácas introdujeron esencial novedad: la idea <le poder alar-
hablado con Coatlicue, madre del dios Huitzilopochtli.
gar indefenidamente las cuentas de años del sdl de movi-
ñriento. Con su reinterpretación del pasado tomaron 1a carga
Esto significa, en primer lugar, que el pueblo conocía bien de impedir que se cet.át, el ciclo de interacción de hombres
los ¡e'atos sobre e1 pasado y, en segundo lugar, que los gober- y dioses, el iapso del recuerdo posible, el tiempo único de lo . lt,
'que
nantes cc.,nsideraron clue tra modificación de Ia historia era una llamamos historia. Conscicntemente he empleado aqtrí el
buena mancra cle lograr la uriidarl del pueblo y su conciencia término de historia porquc consirlero que quiencs repensaron ' 1S.

su pasado para engrandecer su propia imagen y afirmar un lr.


de nación dominadora, requisitos indispensables para lograr los t,q.&
desiino, hiéieron di hecho crítica cle los antigttos relatos y
fines futuros que se proponían. La nueva historia azteca se crea
se plantearon cuestiones sul¡re la posible significación de
corro ejernplo de valores naciouales, es decir, con una finalidad éstos. aB

pragmática: que el azteca actíte para el engrandecimiento «Ie


su nación, apoyado en una clefinirla i<lenticlacl comunitaria. Es interesante hacer notar aquí cómo dos de los pueblos
Tlacaálel proÉura modificar la tradición sobre el pasarlo antiguos más interesados en su pasarlo, hebreos y aztecas, coin-
polque sabia qrre éste da forma al firturo; define y rlelinea el ciden err recrear su historia, en concebir una historia universal
futuro de su nación mediante una auténtica crítica, üna ver- y en considerarse "pueblos elegidos", los unos, para estable-
dadera reflexión sobre el significado de los antiguos relatos y cer el reino de Dios en la tierra, y los otros, para mantencr
con una clara conciencia de la interrelación pasado, presente la vida del universo, ni más ni menos. Iis posible que esto
y futuro en la vida del hombre. Pero ¿ cuál era el fundamen- se deba a que la conciencia del devenir hr¡mano implica, por
. a7 Fbrentine coder, General l-Iistory of the Things of New Spain, ella misma, conciencia de la propia responsabilidacl por el fu'
Fray Bernardino de Sahagún, 12 vols., translated from the Aztec into turo; es decir, que así como el hombre se sabe resultado de
lnglish, with notes by Charles E. Dibble and Arthur J. O. Anderson, pna trayectoria histórtca, sabe q1',e el futuro será resultado dq
School of American Research and The University of Utah, Santa Fe,
Nuevo Mé:iico; t950-1969i Book:I0,,'Part XI, p.:ló5. asLeón-Portilla, Lo historia y los historiaCores... (p. 19).

s8 39
II TTEI H-TTtrIE'IT'E*T_tsEEIE TÜT*TUEtr
'fezozómoc se sitúa aciui como un eslabón inás de la cadena
lo que él haga, independientemente de que este hombre se

sienta sujeto a 1o divino, o no; pues las creetrcias religiosas, histórica, se instituye en continuador de un ser histórico, en
como es bien patente en estos dos casos, no impirien al hombrc defrositario de una trarlicién, cuya. rnisión es continuarla y le-
garla a los rnexicanos futuros. . ,,rÍ
ser consciente de sí mismo y rlel sentido de sus propi:r.s accio- i:"LI
nes libres. ,,$
lSu) tal amonestación --añade- viene a acaecer que- nos
,i¿j;;";, fueron a legar a quienes, ahora vivimos, a.quienes I

La conciencia histórica del azteca es heredada por [os his- J.'.rl"t salimos, y ñ.rr',.u ie pertlerá, nunca se olvidará lo
toriadores indigena-" v mestizos pcsteriores a la Conquista' .iu"-r;n;"io" a haáer, lo que vinieron a asentar en su tintura'
Jr, ,,, .olor, su fama, su ienoml¡¡'e y ei recuerdo que.de ellos
guienes, aun dentro rlei nuevo orden ideoiógico que implantó nunür
t. ii"n", lot tiempos por venir-nunca se perderá,
la civiiización occide¡tal, se consideran como rlepositarios de la "t
r. árriáuta; siempre lo guardaremos nosotros '''
61

tradicién de mantener vivo el pasado, de manten¿r viva la iden-


tirJad de su puebio para que trascienda al fulttro. Procuran Así, sin dudar de la continuid¿d histórica y dotanrlo al pasa-
do de una transcendente significación, a pesar de participar
ya
asental', decir, dejar constatada su historia corno clave de la
continuidad de su nación, y esta actitud es' seguramente, la que de otras creencias tan disti¡tas a las de los aztecas, Tezozómoc
les transmitieron sus arrtepasados, de quienes no dudan. Dice asienta:
Chimalpahin:
Lo irán a decir, lo irán a nombrar, y quienes- (aún) vivirán'
qrrienes nacerán, los hijos de los nrexicanos, Ios hiJos de los
Estas historias antiguas, tradiciones antiguas de los linajes
tenochcas . . .52 ,i
reales que aquí se réfieren no son frivolidades, no son cosas
i*"gináclas ó fingidas. No se trata de ninguna fibula, sino
quelodos los datos han sido coteja<los unos con otros segun Porque ha hereclaclo la conciencia de que el acontecer httmano .q

üs más antiguas versiones de las-viejas y de los-viejos de la es nna interrelación <Ie pasatlo, preserlte y fttturo, y porque ha h'r
r ,ill
nobieza cle fzacualtiilan Tenenco, nuestras abuelas, ntlestros apren<licio a ver los relatos dcl oasaclo con una mirada inqui- Ir,.
pasados, ouestros primos, de quienes ao*qs Sus nietos y biz- sitiva, como lo hicieron sus ¡nayorcs. , {,;,

nietos. ao

Y Tezozímoc, al iniciar su crónica, afirrr'a que relatará el


origen y fundarnento de la ciudad de México colro 10 al'endió
de sus antepasados:

Asi lo vinieron a decir, asi lo vinieron a aseilial' en su relato,


y nos lo vinieron a dibrrjar en sus "pergaminos" los viejos y
ías viejas que eran nuestras abueias, nuc§tros abuelos " '
nuestros antePasados"' 60
{e Francisco de San Antón Muñón chimalpahin cuau!¡ttehrrrnilzin, Re-
A.*aquerrrecon' Paleogr' y tr-ad' por Silvia
taeioiii ori!]inales ile Chalco
Rendón, Fondo de Cultura Económica, México, 1965, P' 2t)'
60 Fernando de Alvarado Tezozómoc, Crónica lvtericáyotl, lrad'
Adrián Recinos, Instituto de Historia, en colaboració¡ co:r el lnstituto
ñacional de Antropología e tlistoria, lmprerrta Uriversitariq México,
67 lilem, D. 5,
w ldcm.
1949, p. 4. i¡
tii
4l
40' I
i
Ir
.*.
,iL
i.f.j
II. EL AFÁN MAYA POR MANTENER VIVO
. E,L RECUERDO DEL PASADO

PERIODO PRECLÁSICO

El Preclásico en zona rnaya es un periodo de estructura-


la
ción, en el cual no aparece todavia la curtura propiamentr::
maya, sino que se advierten características muy similares a las
de varios grupos de la Costa del Golfo y una fuerte influencia
olmeca.
En el área sur se realizaron estelas con fechas e inscrip-
ciones jeroglíficas, como la de El BaúI, cuya fecha dista
sólo
años de la de la estela C de Tres Zapotes ..'"':
uno.
".r"tás
(31 a.C.), y hay algunos relieves con los temas característicos
i" tot téú.u., .lá.ü., corno la gran estela de Padre Piedra' t'!r,,
Chiapas; pero todas estas obras no son sino antecedentes -del ii. '
,
',

estilo maya, por lo que se ha establecido un acuerdo en


fijar d'r
'lt¿ ' '

el inicio áe la cultuta maya propiamente dicha en el momento Ir'.'l


i ¡,.
de la aparición de estelas con- jeroglíficos mayas,
que se erigian 't,
{l
los
con f.ecuerrcia al final de diversos periodos, generahnente
de veinte años; de centros ceremoniales con templos
construidos
empleando la ialsa bóveda, y
de cerámica policroma de,esiilos
;;;rt. Estas creaciorr", *u,""" el inicio del periodo antigua'
Clásico'
q;; t; da al final del siglo rrr, ya que la fecha más
inscrita en la estela 29 de Tikal, corresponde a la fecha cris-
tiana de 292 d.C.

PERroDo clÁslco

para intentar conoc€r la cultura en general de los mayas


a.i p"rioao Clásico hemos de basarnos en la interpretación
A*iin"" del material arqueológico existente y en la apelación
i "tgun", fuentes escritas de lc¡s siglos xvr y xvr.qlt "9ii:'
de algún modo, con !a inte;pretaciórr arqueológica' Ello
"fAri,
4t
§e debe a, que los mayas desarrollaron en este periodo un tipo Syhanus Morley fue uuo de los mayistas'que más radical-
de escritura que rebasó el aspecto meramente pictográfico y mente negó la preocupación por el pasado entre los mayas,
que, por ello, no ha revelado [a clave de su clesciframiento. arlnque ailtes, en 1915, parecía estar seguro de ciue las inscrip-
Sin ernbargo, las investigaciones epigráficas han logrado ntu- ciones registraban ios heci-ros históricos. Se basaba para afirmar
chos avances en la interpretación de glifos y en ellas nos apo- esto en que casi todas las fechas se asocian a eventos €ontem-
yaremos, fundamentalmente, para saber si son los textos ma)as poráneos a la erección de las estelas, y, además, en que el
inscripciones que "tratan exclusivame¡rte del paso del tiempo, intervalo entre una y otra no registra ningún perioclo natúral
de datos sobre la Luna y el planeta Venus, de cálculos calen- y dejaron de erigirse rle pronto. A{irmó entonces:
dáricos y de asuntos de los dioses...", s3 o si "ha quedado
demostrado arnpliamente que existió una inscripción histórica, Ha sirio demostrado, más aliá de ioda duda, que la mayoría
de las fechas en los monumentos mayas se refiere al tiem-
en contra de la opinión de que sólo asuntos astronómicos y po de srr erección, de modo que las_inscripciones que eilos
¡sligiosos están tratados en los textos mayas",54 como lo presentan son históricas, dado que tienen registros contem-
afirman, respectivamente, Eric Thompson y Tatiana Proskou- poráneos rlr: diferentes ópocas. 5i
riakoff.
Pero después, en su obra Tlte Ancient ll[aya, publicada en
Récientbmente, la arqueología empezó a enfocar de una ma- 1946, Morley cambió de opinión y afirmó:
nera científica la posibilidad de que las inscripciones mayas
pudieran también referir acontecimientos del pasado humano. Las inscripciones mayas.. . no encierran en manera ¿lguna
Asi, Tatiana Proskouriakoff, Heinrich Berlin, David Kelley la glorificación tle uná persona . . ., corno. las inscripciones de
y Alberto Ruz han logrado descubrir que los mayas registraron Egipto, Asiria y Ilabilonia. ),o refieren historias de.conquis-
hechos humar¡os pretéritos como nacirnientos, matrimonios, as- taI reales ni registran los procesos de un imperio, ni elogian,
ni exaitan, gloiifican o engrandecen a nadie. ÚG
censiones al trono, conquistas y muertes, e inscril¡ieron nombres
de personas, de dinastías y de lugares, cambiando para nosotros Por su parte, Et'ic Thompson también negó la existencia de 1l

la imagen de un hombre preocupado sólo por el dei¡enir cósmico registros del pasado en los monumentos mayas, afirmanrlo que
[:
y por 1o riivino, por ia de un ho¡nbre preocupado también por éstos contenian sólo ter¡as científic«:s y religiosos. E'n 1954 it..
su propio ser histórico. publica The rise and lall of lvtaya Ciaílisaiiott, donde asegura: ¡!l

Antes de esta nueva actitud se había negado el contenido


histórico de las inscripciones rnayas, viéndolas sólo como mani- Hasta <londe se sabe, los textos jeroglificos del periodo Clá-
sico tratan enterameute del transctlrso del tienrpo y de asun-
fesiaciones de la religión y de la ciencia astronómica y cro-
tos astronómicos.. . No parece qtle se rciieri'tn cn modo
nológica de los mayas, y la investigación habia cerrado los ojos a'suno a Dersonas en lratticttlar. I)rc¡bal¡lemente en este Pe-
a otras posibilidades. Quizá en su admiración por las capa- riüdo ningún individuo es identificable por su glifo «le norn-
cidades cientí f icas de los mayas, la rnayor parte de los estu- bre...í7
diosos se olvidó de que un nrismo texto puede tener múltiples Y en su olra Maya Hierogtyphic uritirtg, publicada en 1960,
significaciones y que un mismo pueblo puede destacarse por reitera que las inscripciones no registraron hazailas de indivi-
<liversas inquietudes intelectuates. duos, sino que son enteramente registros impersonales de fechas
6s Eric Thompson, Gronilesa y ileeadencia d,e los moyas, trad. Lauro §ü Sylvanus G. Morley, An Introiluctíon b Arc Study of !h9 lrlala
José Z¡vala, Fourlo de Cultura Econónrica, México, 1959, p. 152. HieroilyPhs, Smithso¡rian lnstitrrtion, Bureau ol American Ethnology,
§{Tatiana Proskouriakof f,
Historical im¡rlicalions of a fotlern of Goveri¡ment prirrting office, Washington, 1915, p. 34.
Dates at Piedras Negras, Cuotemola, Sobretiro de "American Antiqui- 50 Morley, Lo ciülisaciót maya, 44 ed', traú Adrián Recino:, Fondo
ty'', vol. 25, nrim. 4, pp. 454475; The Society for American Archaa¡lo- de Cultura Económica, México, l9ó1, p. 293.
gy, Salt Lake Cit¡ L960, p.474. §r ThomDson, oD. cit,, p. 183.

44 43
U]IM EüEE ÜtsÜEÜ EE
Los Emblemas apaiecen en cláusulas, que sqn la vinculación
calendáric¿s y astronómicas y de asuntos religiosos. ó8 Sin em-
estrecha de dos o más glifos, y en muchas de ellas se ve relación
bargo, cuando se enteró de los trabajos de Tatiana Proskou" con katunes
ttociosos", o sea, con numerales que no parecen
riakoff, que interpretaba como registros de acontecimientos tener el signi{icado cronológico acostumlrado' Este glifo se
'históricos
las estelas de Piedras Negras, escribió en el pre- compone de un elemento principal, clue varía en cada ciudad,
facio a la segunda edición de Moya Hierogly\hic atriti'ng: .onto, grupos de afijos constantes: el llamado superfijo-Bez--
Como sus ideas e interpretaciones son todavía tentativas, y Ich y uÁ piefijo rlel grupo que Thompson llamó "acuático"
sus conclusiones pueden ser modilicadas antes-de _que.apa- figura 1).
Íezcan impresas, yo sólo puedo decir que las implicaciones ,Q¡¡,tos vssgos ¡x to! FtqarÉxas
de su trabajo son de la mayor importancia. Puede ser que B¿n - Í<x Arcquu peeri¿ot B eauro'acuAina"
ellas me conduzcan a revisar mi dpinión sobre la imperso-

ffi ffitrKffit
nalidad de los textos en los monurnentos mayas.6o
Finalmente, cn Ia última,obra de Thonrpson, titulada ltayc
Ilistory and Religion y que se editó en 1970, encontramos que q' w
interpreta algunas estelas como registros del pasado, al dar una ,(f(q rt¿
versión de Ia historia de los mayas de Potonchan. Dice, por
ejemplo: E¡rart*s
Dos glifos Cipacti, posible, o aun probablemente glifos _de
. nombre, están inscritos en 1a estela 3 de Seibal. Cipacti
'el fue
D ffi
l'"h-ar.'iá P^^q
nombre de ia familia reinante Putun er¡ Potonchan.60

Por ello, parece que Thompson ha rectificado su idea sobre


t^--\0i tv
v'.'')9 lo/ PA L ./ N q L' E
lrxnL
Ia carencia de registros del pasado entre los mayas. , 544 "::#. 7?9r4
1..1.
(l¡

ffi-. trl

ffi@
¡

El glifo Etnblema kT;-:{ ñY1¡a ll1.


,,
r f!l
i'1 ol
Con el propósito de buscar datos históricos en las inscrip-
\a_,
eut'aicvt
ciones mayas, Heinrich Berlin desctibrió que hay un glifo P.t l"DABi n É{nát
--//A rlcn i*t'x
f't67 7aóo
exclusivo de cada ciudad maya y lo llamó glifo Emblema; los
glifos Emblerna, dice Berlin ifutucact
Parecen referirse a algo estrechanrente vinculado a cada lu-
m
gar; podría tratarse, v. gr., del nombre mismo de la localidad,
de una tleidad tutelar, de una dinastía, etcétera.61
EsThompson, Maya llieroglyphic
University of
onitkg. An Introduction,
Oklahoma Press: Norman, 19é0, p. 15.
F ed.,
Frm 4L
r,r§
Eij
6sld,ern, p. v.
60Thompson, Maya History anil Religion, University of Oklahonrr. FIGURA 1.

Press; Norman, 1970, 9, 42. significar "el


91 Heinrich Berlin, El glifo "Emblem,l' cn lo.s inscripciones wayas, §egún Barthel, el superfijo Ben-Ich
cn Anlrofiolngía e Histeria de Guatemala, voi. xtu, núm. 2, ilfinisterio primero de adelante" o "el que está que podrían
, de Educación Púülica, IDAEH, Guatemala, 1961, p. 14.
\1 47
+6
Emblema doble, es decir, aparecen siempre dos glifos juntos:
corresponder al título de rango. En los prefijos del Emblema
siempre aparece un elemento de 1o precioso para el maya, como
I
el T562 y el T511; el primero es una varünte del glifo del
jade
cielo y ei segun<lo es el signo del noveno dia, disco de
I

un pectoral de concha o una placa de turquesa. Según Thompson el T560, rela-


i o "agla preciosa". Fll Emblema de Quiriguá es
son siempre del grupo acuático, pero Serer creyó que se trat¿
cionado con el inframundo (figura 1).
I

de una "corriente sanguinea". Barthel dice que de cuaiquier


Otro investigaclor que analiza los Emblemas, en su búsqueda
manera se trata de un "liquido precioso", pero que si este
liquido representa sangre "puede entenderse también genealér" de inscripciones sobre el pasado humano, es-..DaVid I(elley,
quien nos riice que hay Emblemas que no sí|uen las reglas
gicamente como 'sangre de origen' . " . tales 'elemento§ pre- 1

establecidas por Berlin, pues a veces aparece, en vez del pre-


ciosos' sinrbolizan a nuestro parecer al sucesor legítimo de
un linaje". 6? Como el gobierno era hereditario, puede refe- fijo acuíltico, uu signo fer¡enino (-Ir), que representa la cabeza
rirse al primogér,ito legítimo de linaje paterno; así, los pre- de una mujer con un rizo. Este signo se ha localizado varias
fijos del Ilmblema normal representarían "símbolos patrili- veces en lás glifos apelativt s cJe mujer; por ejemplo, en el
neales", y por el Bcn-Ich, que significa "el rlue está encima", cuarto 2 de Bonantpak, sobre las cabezas de las mujeres, como
prefijo del Ilmblenta de Yaxchilán (cuyo poderío político sobre
el Enrblenra se podría traducir como "estirpe elevada de per- -Bona*paL
se expresa de esta manera), que a su Yezva seguido
sonas".
Así, parece ser que el Emblema tuvo una función en ins- por el'Imir-peiie-Imir; éste es un grupo de glifos que fre-
cripciones dc acontecimientos humanos; seria como la expre- iuentemente sigue al Emblema, y que Kelley identifica
q
como

sión de la norma política de sucesión hereditaria en el go- título personal y no como parte del Emblema' Proskou-

hierno, dentro de la clase noble dominante. Y como además riakofl ,, inu.rtigación en Yaxchilán encontró que el
"r,
Imir-peine-Imir y el grupo de glifos Batab son opcionales'
de aparecer en casi todos los monumentos de una ciudad, a veces
y generalmente después de nombres de mujeres, sin
aparece el Emblema de ¡rna ciudad en otra, indica también la "p"r..",
relación entre las dos ciudades, quizá una relación de tipo cambiar nunca su posición al final de la cláusula nominal;
,|l
según Thompson, estos glifos significan "he dicho"'
político. ,.1
'r[
Este descubrirniento nos habl¿ ya de una noción de comu- ásí, co*o el Emblema puede presentarse de diversas ma- I{r,.
neras, Kelley dice: " i;'
nidad política, que se expresa en un nombre que la identifica.
y que nos permite asomarnos a la individualidad de cada ciudad Nosotros debemos concluir que a pesar de que no podem.cs
maya. El Emblema de Tikal es el T569: @ un nudo y gotas todavía determinar con seguridad la existencia de un ghto
de agua, que quizá sea un tocado. El de Copán es el T756a: ñ*Ú"*", excepto cuandd se cumplen las condiciones ex-
a ,eces reconocer un glifo Em-
la cabeza de un murciélago. En Palenque hay tres Emblemas: el l;;;;;t.n.iti", podem-o-s
uo
T570, hueso, el T793a, cabeza de animal, y una variante del blenla en otros contextos.
T1040, cráneo; parece ser que estos glifos de Palenque tenian EldescubrimientodelglifoEmbiemahasi<iodefun<lamental
funciones distintas: el 570 es el único representado en todo impoitancia en la investigacién del contenido histórico en las
Palenque y el que aparece en otras ciudades dominadas por inicripciones mayas <1e1 periodo Clásico, pues su. localización
ella. El de Piedras Negras es el T5B5c, una variante del Quin' indica, frecuentementa, una inscripción de acontecimientos hu:
conce , y puede ser piedra de sacrificio. En Yaxchilán hay un manos.
62Tlromas S. Barthel, El com¡tlejo "emblema", en Esluilios ile Culturo 0a David H. Kelley, Gtylthic et¡iilence for a ilyna¡tic seq-uence at Qui
Mayo, vol. vn, pp. 159-194, trad, Brigitte Boher de Lameiras, Scrninario
riguó, tt¿rrr¿lo, sobretiio de "American Antiquity", vol' 27, núm' 3'
de Cultura Maya, UNAM, México, 19ó8, p. 168. pp. 323-335, Salt Lake CitY, 1962.
03 Segírn la clasificación de
J. Eric S. Thompson, 4 catalog of Mo.ya 6ldem, p 327-
Hierogly¡hs. .
49
48
Glitos nominoles

En 1959 Berlin analizó los glifos del sarcófago de Palen-


que, y descubrió que muchos de ellos no soll religiosos
o astro-
nó*i.or, sino nombres de personas individuales' En la losa
qo"..rUt" el sarcófago hay una franja inferior con tres cabezas
meda-
litrmanas dentro de medaliones, y a ambos lados de cada
llón hay un glifo; en la franjá superior se repite el motivo'
Los glifos ¿e los medallones de los lados son idénticos entre
sí, páo los del centro difieren en el prelijo del
primer glifo
sarcófago aparecen- tam-
liiguta 2). En los cuatro soportes del
bién cabezas con sus ,"rp".tirot pares de glifos' En relació¡r
lori.*b, Beriin cree que hay una conexión entre cada tipo de
áb"ru y sus glifos .ár, los- puntos cardinales' pero descutrre
qu" glifos son <liferentes a los que aparecen en los códices
".to, los puntos cardinales; por
y otru, in'scripciones para designar.
más especifica
ianto, "puede tratarse de un caso de asociación Rt iu
y no de orden general".66 ¡r=-rrv9i
1 De esto deduce Berlin, apoyándose en et hecho de que la
r'Ys
.t
-sepulcro
irrscripciót cronológica del no es de Serie Inicial'
;i;t a* .o.."rpor,á" a trece iechas de Ruedas Calendáricas'
q11e
w
Los slifos que aparecen al lado de los personajes esculpidos
., iitu",-, para identificar a éstos por su.s -norx- I r rü,
lt
..r,
il

"l'tut.ófigo
bres. Estos ñismos nombres pueden aparecer en las
rnscrlp-
rlr
¡|i¡

;;;;;;;""1ógicás á.t tuttóf'go asociados a Ruedas Cal.en-


tlout ahora en saber
álri.u, mediante lin-§ulnron,'II- está
.i'rü"rii.r¿ á a"l' gi;iiiyc, i¿ Nati*iento? ¿ casamiento?
(fi- f\
;M;".;t"i tÓo"qr;í"i icomiüzo de reinado?, etc')o,
gura 1)
, Por su parte, Alberto Ruz ha realizado un amplio y proftlndo
estudio sóbre et Templo de las Iáscripcionetlut Y-"l.él ::t
dice que ya clesde el descubrirniento de la tumba había
afir-
I ----:--.-lv I
06Berlin, Glifos nominales en el sarcófago ile Palenquc' U.n 9ns911'
de la Uni-
,n Ho*ái¡dodeí, vol. ;; ;ú*. 10, Facultád-de Humanidades Guatemala,
b,i=ñqr1r . l"
;rrid"¡ á" s", c"rroJ áá Gu"ierr.,ala, Dpto. de Hisroria,
1959, p. 4.

l1'ff#l,3';.,fr'i.nru,,"r, Et rempto ite tas Ins*ipcidnes, Patciw,


Instituto Na¿ional ¿.'nril"e.lü"-'e HLtotiu, S'E"p, M¿xico'
1973
(Col. Científica, Arqueología, 7). FIGURA 2. l.ápida que cubre el sarcófago del Templo de las Ins-
cripciones, Palenque. Dibujo de Agustín Villagra'

io
mado que las inscripciones "lógicamente" deben constituir un
texto relativo al personaje enterrado, "texto que comprerrdiera
la fecha de su nacimiento y la de su muerte, asi como ¡'elación o
fechada de sus hazañas o de los principales acontecimientos
ocurridos ciuraute su gobierno". c0 En esia obra, Ruz corrobora
la tesis de Berlin sobre los glifos nominales dc! sarcófago' Pr

pero hace una nueva lectura cie las inscripciones llegando :r o


diferentes conc'lusiones que las de su predeceso¡', en lo que se
o
ái

refiere a Ias fechas.


Parte Rt¡z de la premisa de que la inscripción jeroglifica .l
.:
que roclea el canto de la lápida puede tratar de acontecimientos d r' i'
áe la historia de PalenQue Y, principalmente, de la vida del U
'o
i], i
personaje enterraclo, ya que la primera fecha de la inscripción' o
q
8 Ahau 13 Pof , va acompañarla del glifo de la "rana vol- E
o
teada" (o "rana virada"), que ha sido identificada como glifo ts
de nacimierrto por Proskouriakoff, de acuerdo con su inter- o

pretacióu de tas inscripciones de Piedras Negras; y la últirTia o


b0

iecha de la inscripcién, 13 Cimi 4 Par, dista de la "fecha


o
inicial" más o menos 40 años, edad mínima <le la posible cdad
de los restos óseos; por tanto, las fechas parecen indicar que o
si se trata de una inscripción sobre la vida del personaje' o
Según la interpretación de Ruz, el seí¡or habria nacido en
,o
o
654 d.C. y habría ascendido al trono a los 28 años, en 683 o
d.C., según tas fechas rlel lado Sur de la lápida; en el lado ad

Este hay fechas de acontecimientos ocurridos cuando el per- q


sonaje tendría de 14 a 32 años, y en el lado Norte hay otras
r(B

d
fechas que también caen dentro del lapso de la vida del señor
(f igura 3). o
' Sin .*butgo, Ia fecha acompañada de \a "rana volteada" (ü
o

no es Ia más antigua de la inscripción, hay otras que mar- bo


o
carian aconteci:nientos octtrridos ochenta y veinte años antes lr
o
de su nacimiento; éstas son interpretadas por Ruz como rela- .o
cionadas con los antepasados del personaje. Si tomamos er¡ o
cuenta las fuentes históricas de los -siglos xvl y xvrl' que nos o
hablan de la importancia que ei maya de linaje daba a sus ante- H

pasaelos, esta interpretación parece válida; Landa dice: r)

Que tienen mucha cuenta con saber el origen de sus lina-


ú
jét... y eso procuran saberlo de los sacerdotes, que es una u
ldem, p. ll?.
t\
,ao

52 53
I"'--II'III

dc stts cicttcias, y jáctanse muchn


?o
cle los varones señalados
que ha habido en sus linajes' o
d
a
Así, .el seíror de Palenque irien ¡-,udo nrandar inscribir en su (ü
&
lápida nombres o hechos de algunos antepasados ilustres.
Concretamente de la fecha de nacimiento, por ser la pri-
o
o
mera de la inscripción, y por estar acompañada del glifo de
la "rana volteada", Ruz desprende que o
H

El personaje se llamaria (Jarac Ahau (en maya yucateco-) (ú

a Íi'iiróh Ájau (en lengua chol, que es la que ha persistido o


'(,
en la región-de Palenqué), equivalente a B Ahau en el calen- o
dario ritual o tzolkin. Tl A.
o
É{
Se supone que Ia feclta que aparece en las inscripciones a! o
lado del glifo de la "rana virada" funcionó como nombre per- o
b0
sonal porque cn toda Mesoamérica dnrante el periodo Posclá- (ú
ro
sico la fecha de nacimiento fue el nombre rle la persona, )ra a
q
.n
que de ella dependía su destino. Además, Kel'ey afirma que
o
.(,
en las inscripciones mayas ciertas Ruedas Calendáricas también
funcionan como nombres personales. o

Por otra parte, Ruz coi¡rcide con Berlin en que las 10 @

t',li

figuras humanas que aparecen en los cuatro lados del sar- rl

it,l;
cófago, ernergiendo de signos Caban (tierra) son figuras his-


o
tóricas, por los distintos glifos asociados a ellas, que repre- {i; ¡t

sentan sus no¡¡bres, y porque están acompañadas del glifo
Emblema (figura 4). Algunos de estos glifos nominales pa- o

recerl encontrarse también en la faja cronológica que rodea r§


.o
&
el canto de la lápida, asociados a fechas de Ruedas Calen-
dáricas. o

k
Si esta lripótesis es correcta Ruz- existe una relación bo

histórica entre las fechas de -clice


la lápida y los personajes del
sarcófago, siendo éstos quizá parientes o antepasados del gran

señor enterrado en la cripta. T! o


¡c
o
7o Fray Diego de Landa, Relación ile las cosas ile Yucatán, 94 ed. k
F{
Introd. Angel Ma. Garibay, Edit. Porrúa, México, 1966 (BibtioteJ
.+
Porrúa, l3), p. 41.
?r Ruz, ol. cit., p. 218.
72 lilem, p. 222. c4

o
H
54 a*
Gtilos ttc dcción e historias iliná'sticas y la ha interpretado como el ascenso al troíro de un gober-
nante, lo cual parece ser muy claro. I)e acuerdo con las fechas
Los trabajos de Berlin sobre el descubrimiento del glifo que acompañan a cada t¡no de estos glifos, el de la rana, que
Iinrblema (1953) y sobre los glifos nominales del sarcófago está al laJo de la fecha más antigua, indicaría el nacimiento
de Palenque (1959) abrieron la puerta a la búsqueda de re- del personaie representado, y, por tanto, su nombre; y el de
gistros sol¡re el acontecer humano en las itrscripciones mayas' "dolor de muelas", el ascenso al trono.
gracias a ia cual se ha logrado comprobar que los mayas Después de esta prinrera estela se erigían monumentos cada
no fueron ajenos a su propia trayectoria histórica. hotún (cinco años) con otros motivos, quizá retratos del
Tatiana Proskouriakoff, interesada en el posib'e contenido gobernante y su familia, y con un glifo constante y uno variable
histórico de las inscripciones mayas, realizó investigaciones en (otros glifos de acción, corno el "glifo de captura"), lo que
Piedras Negras y en Yaxchitán, sin más antecedentes que una puede indicar un mismo sujeto relacionado con varios hechos
sugerencia superficial de Bowditch sobre la estela 1 de Yax- diferenies, o varios sujetos relacionados con un mismo hcchc,
chiián, a principios de siglo, y los descubrimientos de Berlin" como sugiere Berlin. Pero según Proskouriakoff, las estelas
Proskouriakoff llegó a sorprendentes conclusiones que seña- registran Ia vida de un solo personaje, pues la fecha de la
laron un nuevo camino de interpretación de las inscripciones última estela dista de Ia fecha cle nacimiento un lapso qrle -no
mayas, camino que han recorrido algunos investigadores como exce<le !a duración de uira vida humana. Tres grupos de estelas
Kelley y Ruz. en Piedras Negras marcan perioilos de 60, 64 y 56 años, segírn
En Piedras Negras observó, en primer lugar, que las ins- Proskouriakoff, pero según Rerlin, los periodos son de más
cripciones aparecen como conjuntos de registros independien- de 120 años, por lo que no podria tratarse de un solo personaje
tes, cada uno sobre cierto número de estelas relacionadas entre sino de varios.
sí y con el edificio frente al que están colocadas, y por el Independientemente del problema de las fechas, Berlin ana- I

análisis de estas fechas y los glifos que las acompañan con- Iiza tar¡bién los motivos rle las estelas y dice que no parccen .,I,

ciuyó que cada grupo registra la vida de un personaje. Todas registrarse fechas de nacimiento de hijos, porqrre segirn las li
l|'
las estelas de un grupo llevan una fecha y un glifo o cláusula fuerites del siglo xvl, particulal-merite Lan<la, no se sabía quión 'I

de acción (glifos que hacen la función de verbos), de los cuales heretlaría el trono; los reversos de algunas estelas representan r; tql
los de la primera estela siempre son los mismos: una rana mujeres, y Berlin asegura qire ptiederi ser las esposas dc los
volieada hacia arriba y una cabeza estilizada con un lienzo señores, pues una dc estas fechas coincide con una de las cle
amarrado alrededor del óvalo de la cara: glifo de "rana virada" la vida del señor: Ia prin,er-r de la mujer aparece después
y giifo de "dolor de muelas" ,("upended frog" y "toothache"\ de varias del hombre, lo que puede indicar matrimonio. En
(figura 5). uno de los grupos el matrimonio se hal¡ría efectuado cuan<Io
A las fechas asociadas a cada rtno de estos glifos Pros- él tenía veinte arios -v ella doce y mcdio. Esto lo vemos con-
kouriakoff las llamó "fecha inicial" (por ser la primera) firmado por Landa, quien dice: "Que antiguamente se casaban
y "fecha inaugural" (por corresponder a la dedicaciórr del de veinte años . . ." 73
Después de esta investigación, Prosl<ourial<off analizó las
monumento), respectivamente. El motivo de esta primera estela
inscripciones de Yaxchilán. Al principio del artículo en el que
tfe cacla grupo siempre es el mismo: un personaje con traje publica su investigación de estas inscripciohes nos dice:
ceremonial, sentado dentro de un nicho elevado qne, a su
vez, está rodeado por una banda de signos astronómicos ("mo- Mi objeto es ver cómo el contenido cle los reeistros «le yax-
tivo cósmicg"), y abajo de él unas huellas que ascienden desde chilán difiere del dc Piedras Negras y descubrir si la <¡rien-
la i¡ase; a esta representación la llamó "tnotivo ascensional" '. ?s Landa,'op. :it., p. 42.

56 s7
para aclarar ias lechas dc n¿dc/Nos 6L{FOS 0É ncciotv
tación histórica presta ay-Y-qa..
Vo*ir,;rt, q.re són *uy áifícitel de situar' ?a
Ilncontró que en Yaxchilán hay menos registros
de Serie Gsiro 9r' '-Dotrx. bg xuttasn
Ll¿¡iu ¡¡' ';o* vtRt'oA

ffiffi
los textos
Inicial, y como muchas estelas están casi destruidas'
en 1os clinteies' cuyas
-á, tácil*e.rte legibles se €ncuentran No
anotaciones son exclusivarxente rje Ruedas Calerrdáricas'
lrry estos clinteles gliÍos de "rana virada" ni de "riolor de
".,
muelas", como en Pierlras Negras, pero sí otros gli{os que su-
gieren el mismo signiíica<lo y que se reiacionan con los motivos
que se ltiro g; "anu4a"
! las fechas, a la vez glle van seguidos de otros glifos
han identificado como apelativos.
Así, Proskouriakoff encuentra un registro rnuy claro r1¡l n1-
cimiento y ascenso al trono de cierto 'gobernante, cuya cláusula
de iclentificación (analizacla tarrbién por Thompson y Berlin) r rrÍ
se caracteriza por la ¡rrescncia <lel glifo l'anlario "Pájaro-Ja-
guar" (<iintetes 2g,30 y 31). Otra cláusula contiene el glifo .t
itamadó "Escuclo-Jaguar" y está asociada con 1a fecha del as- aLifos NIMiNALES €N YAX.HILAN
censo <le "Pájaro-Jaguar". Por tanto, se trata de dos gober-
nantes principales en Yaxchilítn (figura 5)' "escuro -¿aottaa"
El gobernante sobresaliente, sobre todo pcr s1ls numerosas '

conquistas, fue "Escu¿c-.!i,grtar"; no se conoce ia fecha rle su


nacimiento ni la de stt ascetrsión al trono, lo que puede significar llt
'I
que fue un forastero usurt)arlor. Según ia serie de katunes Beru-
Ich que aparece, y qtle quizá indican su edad, <icl¡:ó nacer ¡ I ¡ttr
alrededor de 9.10.15.0.A $47 d.C.) " y vivir más o menos
FIGURA
90 años. Su glifo puerle ser nombre de linaje y, además, siem-
5.

pre están presentes dos o rnis giifos Embiemar que ptteclerr aparece el nombre del prisionero, que generalmente va incluido
in<licar pu"b'ot o clistritos sobre los que reinó "Escudo-Ja- en la cláusula apelativa cle su captor. Iil prisionero mírs desta-
guar". Después del lfmblema aparecen a veces grupos de giifos cado de "llscudo-Jaguar" ftte urt seiror llamado "Altrlt", ya
Im.ix- peine-Imir y Batab. que varias estelas habla¡r de é1, sobre todo el dintel 45, do¡rde
I-a mayoría de las estelas representan capturas de persona- se representa una batalla mtlv inrportante c¡ue la investigaclora
jes, y asociado a estas escenas de captura, o a re:ratos de hom- coll.lp¿ra cr.¡n la batalla rcpresenta<la en los frescos de llonam-
tres- arrnados, se presenta siempre un glifo al qtte Proskouria- palr. I'Iay una fecha muy distanciada rle la batalla para la
koff ha clenominado "glifo de captura" (figura 5), y tarnbión celebracirin rle la victoria, aunqtte también .puede tratarse de
la c<¡nsolidación tlel pocler de "Escudo-Jaguar" por el sacrificio
?4Proskouriakofl, llistorical f)ata in th.e inscri¡tions of Yorcltilán,
en Estadios de Cultura l[ayo, vol, lrr, pp' 149-167, Factrltad de ]-ilosofia de prisioneros cle gtrerra
'y Letras: Seminario ete Cultttra Maya, UNAM, 1963, p' 149'
?r Segírn la correlación Gr:odman-Martínez Hernández-Thompson;
Por otra ¡-iarte, hay n uchos registros distintos a los habitua-
les,o sea, sin el glifo llen-Ich; de ellos dice Proskouriakoff:
urd Morle¡ La cfuilimcíón mata, pp. 503-506.

59
58
La única explicación que puedo ofrecer es que el grupo mi- culturas, yparece haberse preocupado esencialmente por la
litar que tuvo el poder en Yaxchilárr en el periodó de esas 4dministración y la diplomacia y no por las conquistas, corno
prirneras conquistas no estaba familiarizado con las formas su predecesor. Muchos dinteles esculpidos durante su reinado
ilár;.as cJe registra, fechas históricas. Por otra pílrte, el ex- tratan de la distribución de honores y del establecimiento de
traño estilo de k¡s monumentos sugiere un origen extranjero. alianzas con miembros de importantes fanrilias, entre las que
¿Fue Escudo-Jaguar, entonces, un extranjero que usurpó destaca una, llamada por Proskouriakoff "Signo lunar".
el reino de Yaxchilán por una ocupación política o militar?
Este rey no sólo rindió homenaje a su directo antecesor
¿ Es eso por lo que no hay registros de su ascensién formal
al trono ? ?o "Escudo-Jaguar", sino que para demostrar los orígenes de su
familia hizo construir ulra estructura, la 22, que colocó junto
La relación más clara cie la vida de "Escudo-Jaguar" y sus a una dedicada a "Escudo-Jaguar". En esta estructura integró
expediciones militares está en la estructura 44; hay :rarias fe- algunos dinteles muy antiguos, y sobre la entrada principal
chas que registran los eventos, como la de la esteia 15, donr,le se pLrso uno nuevo donde parece explicar detalladan:ente su rela-
corrigen datos de la captura de "Ahau". La úitima fecha, 9.15. ción con un personaje ancestral, quizá uno de los fundadores
A.12.0 (741 d.C.) señala un momento en el que el rey tendría históricos o legendarios de la ciudad, que reinó en el katún ll,
90 años, pelo la inscripción es posterior, como varias otras, que aparece retratado en la estela 6, donde se conmernora el
¡or 1o quc es probable que el registro de sus hazairas fuera aniversario cle su ascensión al trono, y cLlyo nombre es también
irecho después de su muerte. Respecto de ésta, Proskouriakoff "Pájaro-Jaguar'1, por lo que Proskourialioff le llama "Pírjaro-
cree qrle ocurrió en 6 1r 12 Ya*kin, veintinueve años después Jaguar II". La investigadora afirma que no puede tratarse del
de Ia captura de un personaje llamado "CrLtz Kan". mismo rey, ya que "Pájaro-Jaguar" reinó en el hatún 16, y
"Iiscudo-Jaguar" aparece tarnbién en la esteia 11, que con- para distinguirlo llama a éste "Pájaro-Jaguar III, el Grande".
memora la ascensión del otro gran rey, "Pájaro-Jaguar", en De su reinado se menciona también un evento ocurrido tres
9. 16.1.A.0 Q52 d.c.). "Pájaro-Jaguar" subió al porler once años después de su ascensión, evento que está registrado en los
años después de la última fecha de "Escu<lo--|aguar". De ese dinteles B y 41; en ambos, la figura del rey está vestitla de
periodo no hay registros, por lo que puetle haber sido una época r-nanera semejante y porta un tocaclo de Tláloc; en el dintel 8
de conflictos en la que varios pretendientes aspiraron al trono. el rey, aconrpañado de un noble, captura a tln personaje, cuyo
Dice Proskouriakoff que quizá las grandes inscripciones que nombre es "Calavera enjoyada"; como en los registros de "lis-
re¿rlizó "Pájaro-Jaguar" para conmemorar su ascensión ai tro- cudo-Jaguar", la escena de captura se acompaña del "glifo de
no tnvieron por objeio probar su legitimidad, debido a la lucha captura" y el nombre del prisionero aparece incluido en la
por el poder. cláusula nominal de su captor.
En la estela 11 están registrados algtrnos eventos que prece- En los primeros años de su reinado, "Pájaro-Jaguar" hizo re-
den a la ascensión de "Pájaro-jaguar"; ia parte baja del monu- presentar a un niño, cuyo nombre incluye el nombre de "Escu-
mento representa u¡r acontecinriento que tuvo lugar el año ante- do-Jaguar". Proskouriakoff asegura que se trata del sucesor
rior: aparece "Pájaro-Jaguar" portando una máscara solar, de "Pájaro-Jaguar" y que fue un descendiente de "Escudo-
de pie frente a tres prisioneros arrodillados que simbolizan, Jaguar", por lo que le llama "Descentliente de EJ".
probablemente, pueblos sometidos. En la parte alta de la estela Entre los monumentos pertenecientes a su reinado están las
están los retratos de "Escudo-Jaguar" y de su esposa, lo que estelas 5 y 7. [n la 7 ,p"..." el nombre de'"Escudo-Jaguar"
puecle significar que "Pájaro-Jaguar" fue su sucesor. siguiendo al nombre de "Pájaro-Jaguar" y precediendo al de
"Pájaro-Jaguar" mandó construir numerosos edificios y es- '"Descendiente
de EJ", por lo que Prcskouriakoff cree qtle esta
estela conrnemora la ascensión tle "Descendiente de EJ". El
70 Proskouriakoff, Historical ílata.,., p.. 149.

60
6r
rey cs nombredo aqul captor de clos prisioneros, y Parece scr
y fechas que parecen apelativ«rs, que se reiliten en varios morlu-

que su reinado se caracterizó por numerosos conflictos,'por lo


mentos yque registran lapsos correspondientes a la posible
que no prestó importancia al arte y declinó rápi<lamente.
<luración.de vidas humanas. Ill grupo inrlica gencración, según
Kefiey, porqtle se relaciona con el dios K, Ah. Bolon. Tsacab,
Proskouriakoff hace un relato cronológico <le los reirtadcs y en maya yucateco tsocab qtriere decir generaciones o iinaje
de "Escudo-Jaguar", de "Pájaro-Jaguar" y de "I)escendiente de
materno. En cuanto a los gl fos que identifica como nominales,
EJ", mencionando los títulos que los reyes reciben y los monu-
se repiten en varios contextos, frecttentemente cerca o al final
mentos en los que están registradas sus hazafras, partien<lo de
de las inscripciones y generalmente antececlienrlo al gliio Ern-
la posible fecha ilel nacimiento de "Escttdo-Jaguar"' hasta la blema. A veces, otro grupc de glifos sigue al l}¡blenla, el lla-
destrucción de Yaxchilán, cerca de 9.19.0.0.0 (810 d.C.).
mado Im.ir-peine-lrnir, que constituye el final <1e la inscr'p-
Afirma la investigadora que la preponderancia de la cláusul¿'"
ción, por lo que Kelley supone que se ¡efiere o al Emblema
"Jaguar". en Yaxchilán indica que el gobierno iue fuertemer-rte
o al individuo designado por los glifos nominales preceder.rtes.
autocrático y que predominó un linaje perteneciente a un cLan
EI hecho de clue esils aparentes indicaciones tle fecha de
Ilamado "Jaguar".
nacimiento se repitan en otras series de monumentos' que mar-
Por otra parte, etr uso frecuente tlel tema "mujer con bulto" can un lapso semejante al de una vida httmana, le parece a
sugiere que la descenderrcia por línea fememina fue de primera Ke'ley más básico que el particular acompa-ñan,iento de g ifos
importancia para aclquirir el poder, así como los hechos guerre- que distingue las "fechas iniciales" y las "fechas inaugltra'es"
ros.
en Piedras Negr:rs. O sea q!le, aunqtle no se encuentrcn la
"rana virada" y el "clolor de muelas", "el modelo de repetición
Con base en los descubrimientos de Berlin y Proskouriakoff,
de fechas muestra similitud al <le Piedras Negras y ofrcce tttra
Davi«l I(el'ey realizó investigaciones en Quiriguá, intenthndo
aproximación a la deterrninación clc la historia dit-rástica"'
?7
establecer Ia historia rlinástica de sus reyes.
Kelicy confinna que existió algún tipo cle conex:ór lristó-
I{elley encontró q'-re los mayas de Quiriguá siguieron uu
rica entre Copírn y Quiriguá, ¿rlirmación (ltle se había h':cho
rnodelo de inscripción histórica semejante al de Piedras Negras,
antes, con l¡ase en fechas qtle sc repiten cn las clos ciuclarlcs'
'. I ,

.:
en cu3nto a Ia repetición de fechas en Llna serie de monumentos,
pero diferente en cttanto a los glifos asociados. O sea que, Una rle ellas es la fecha 9.15.6.11.6,6Cinú 4Zec, qtte está' , rqlt
registrada en la escalera jeroglífica de Copírn y en las estchs
como en Yaxchilán, rio se siguió en Quiriguá el misnro sistema
de inscripción histórica que encontramos en Piedras Negras, J, I. y E, en el zoomorfo G y posiblemente ett los zoomcrfos
por Io que parecería r¡ue así como hay estilos artísticos dis- O y P de Quirigr¡á. Asociada a esta fecha hay una cláttsttla
muy semejantc cn los difcrente s textos: contiene la cabcza
tintos en cada eiudad rrlaya, por su in«lependencia y libertad
cle un murciélago con el infijo l-laab, qve es cl principal cle-
creadora, también tuvieron ciertas formas peculiares de rcgis-
mento del giifo Emblerna tle Copán, pero sin el prefijo "acttá-
trar su pasado, aunqLle, como en el arte, con ciertos aspectJs
tico". Además, las estelas A y B de Copán, erigitles n-rás o
comurles que nos pernriten identificarlas como ln:lyas.
menos seis años antes, prescntan una cláusula similar, prece-
No encuentra Kelley en Quiriguá los glifos de accirin que dienclo al Emblema tle Co¡rírn, con el prefijo "acuático", se-
Prosliouriakoff identi{icó en Piedras Negras como glifos de guido a su vez rlel Imir-feine-lmie'.
nacirniento y de acceso al trono (la "rana virada" y el "rlolor
Todos estos datos sugieren que la cláusuli contiene los ape-
de muelas"); pero si un grupo de glifos que puede indicar lativos del gobernante representado en las estelas A y B de
generación, o sea, que puede tener la misma función que la
t'rana virada", porqne se encuentra entre una fecha cle Serie Copán, y que este gobernante es el mismo individuo al que

Inrcial que registra uu mo$lento del pasado, y series de glifos tzKelley, oP. ctt., pP. 323'324.

63
62,

)
uuuuu UUUUUU¡ Ullt trUUi IrlIEutlultffi1tl
abierto el camino para reconstruir la historia,de los mayas del
se refieren los glifos asociados a la fecha 6 Cimi 4 Ze c en Qrti- periodo Clásico y, con ello, lograr uira mejor comprensión
riguá. Cronológicamente esto tanrbién es factible, ya que la de sus expresiones espirituales. I
fecha rle las estelas A y B de C<ipán es sólo seis años más Hem s dedicado varias páginas a seiialar los principales re- ri
antigua qne la fecha 6Citni,4Zec. sultaclos de la epigrafía en su búsqueda de datos sobre la I
il
El glifo Enrblema cie Copán también aparece en otras cláusu- historia de los mayas c1ásicos porque consideramos de funda-
las en Quiriguá, en particular asociado a una que generalmente meutal importancia para nuestro tema el descubrir¡iento cle ins-
sigue a la fecha 9.L4.13.4.17, 12Caban 5 Kayab. Esta fecha, cripcioiies sobre e1 acontecer humano, ya que es el único dato
como la íCinti 4Zec, se repite en varios n-lonumentos, de lr'; positivo prehispánico de la inquietu,d nraya por registrar su
que Kellcy <ie.luce que todos ellos se refieren ai mismo indi- pasado. Además, por(lue estos descubrimientos constituyen una
vi<luo, ya que es muy seniejante al rlodek: de repetición de sólida base para considerar veraces las menciones que hacen
fechas en Piedras Negras" las fuerrtes posteriores a la Concluista de la existcncia de textos
La clírusula rlue l(eiley icicntifica con-ro apelativo dei rey de gue contenian la historia de los grupos mayas, diferenciados
Copán en Quirigr-rá es "Cie1o de dos piernas", y nos habla de los textos religiosos, astronómicos y astrológicos, como son
de una secuencia de monumentos que lo mencionan en dife- los tres códices que han llegado hasta nosotros.
rentes momentos de su vida; es decir, los nronumentos tlut:
registran su historia: en la cstela II el rey teila 27 años dc
e<lacJ; en laJ,32 airos; en la estela Ir,37 años; en la estela D, PERIODO POSCLÁSICO
42 aios; en la estela ii, 47 años; en las estelas A y C, 52
años; en el zoomorfo O,62 años, y la nruerte de este personaje En el periodo Posclásico encontramos una gran coincidencia
parece estar registrada en el zoomorfo G, ya que ahí aparece uu entre los registros de acontecimientos lristóricos de los niaya§
glifo de cabeza con un ojo cerraclo y el signo semejante a nues- y ios de otros pueblos nlesoamericanos, ya que se trata de un
tro signo de pcrcentaj e (%), característico de la muertc. periodo donde muchas ideas y creaciones culturales se hicieron
En el z.oonrorfo P aparece ya tln nllevo rey' a la edad dt' con'lunes, debido a la expansión nahua. Más o menos en el año
seis años, quizá el hijo de "Cielo de dos piernas", pero su 1 000 d.C., los toltecas de Tula arriban al área rnaya, y a
verdad,:ro sucesor, representado en los pancles ll' y 12, {ue partir de entonces las creaciones culturales presentan una nueva
un usurpador o un sucesor adoptivo, segirn la interpretación tonali«lad: adquieren el intelectualismo religioso y la sobriedad
de Tatiana Prcskourialioff. El tercer rey sí parece ser el hijo austera caracteristicas de la gente del Altiplano Central, como
' mayor de i'Cielo de dos piernas"; se le representa en la se advierte en el culto religioso, la arquitectura, la pintura y
estela 1 dentro de un nicho, corio a'los reyes de Piedras Nc- la escultura. Sin embargo, los mayas no pierden el espíritu
gras. Otro rey aparece representado en la estela I( y en la heredado de los mayas clásicos, sino que lo integran, dando
fachada norte de la estructura 1. lugar a una nueva forma de expresitin donde, al lado del con-
Todas estas representaciones llevan el Emblema de Qui- vencionalismo formal, del sometimiento a los dioses y del
riguá y en todas aparecen el Imir-peine-Im'ir y el glifo Ccon espíritu guerrero, se sigue dando la fantasía artística, Ia men-
(cielo), patronimico de la dinastía, según Kelley. talidad matemática, el afá¡r de orden y de medida, un lenguaje
enigmático y oscuro, lleno de poético simbolismo, y una emó-
Con las investigaciones de Proskouriakoff, Berlin, I(elley y tiva exaltación del hombre, como la qud encontramos en el
Ruz no sólo queda demostrado, según'parece, que los mayas
Popol Vulr.
tuvieron preucupación por su pasado, expresada en el registro
l; En las tradiciones sobre el pasado se da una curiosa mezcla
de nombres de lugares, personajes y dinastías, y de los hechos d¿ elementos mayas "puros", como ei predominio de la pre-
sobresalientes de los grandes gobernairtes, sino. que q-ueda
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dan nuevos clatos importantcs para collocer la, irrtcgracit'rtr clc
cisióncronoiógicaylapeculiarimportanciadadaaloslinajes
las dos culturas durante [a. Colonia.
riobles, y e'elnentos nahuas, como las i"rarraciones del origen
en un lugar remo:o, de siete tribus prir¡igenias, de peregrina-
Hay un tercer grupo de fuentes, constituido por l«ls trcs
códices mayas que sobrevivieron a 1a dcstrucción llevada a c¡Lbo
cioncs a iravés del agua y de un primer asentamiento en Tollan
o 'l'ula. por los fraites franciscanos en su a{án de "combatir la i<J,-¡la-
listas tradiciones han llegado hasta nosotros gracias a los iría". Estos códices son el Dresde, el Madrid' o Tro-Cortesiono
v el París o Peresiano, de contenido fundamentalmente religioso
te-xtos indígenas, escritos en lenguas mayances y caracteres
iatinos, Ce los cuales sobresalen por su impcrtancia el Popol
y astronómico, según las interpretaciones que se han hecho
hasta ahora, y Que revelan e1 carácter humanístico de estas
L"tit. v ic¡s [-ittros de Chilam Balam, y a los textos redactados
por fr:iiies, soldados y encomenderos españoles en los primeros creaciones, pues los cómputos astronól-nicos y los dioses siempre
siglos'de la Colonia. están en conexión con la vida humana en todos sus niveles.
Pero además, se ha dicho que hay indicios de registros de
Enire-las fuentes españolas teremos las que dan una visión
tipo hietórico, sobre todo en cl Peresiano, basándose en que
general de las Inclias o de varias Provincias, como Las Casas,
'J'orquerracia, Motolinia, Herrera, Cervantes de Salazar y la cacla página c:ontiene w kattin y aparece en el centro la deidad
..irar,te en el mismo, acompañada de un largo texto jeroglí-
Rek>:ión de los aiajes del I'ad,re Ponce (quizá cle Ciudad Real);
y ias que hablan particularmente de la cultura maya, como fico. Dice ThornPson:
T.,ancla, Palacio, Quijacla, l.ópez n'Iedel, Román y Zamora y
El anverso es un registro de 11 sucesivos finales de katún
las Relacione.r de Ytic:tttó,n, del siglo xvr; Fuentes y Guzmán,
(apro*imadamente 2Ó aios,7 200 dias), uno en cada página;
.,\venclañt¡, Sánchéz de Aguilar, Lizana, Cogolludo y Remesal, i"Éittto que fue usado en Yucatán al tiempo.de la conquista
del siglo xvrr, y Viiiagutierre y Xirnénez, del siglo xvtrr' esiañola ly casi seguramente po-r. muchos siglos-antes) como
arlmarin páta regisirar eventoi históricos y profecías, y paft
I

Ile estas fuentes, la más importante es, sin duda, la Relación de


Jas cosos d.e Ywcatárt cle F'ray Diego de Landa, tan '¡aliosa ánotar lai deidadles que reinaron sobre cada l<atún' y, proba-
78
para el conocir¡iento de [a cultura mava' como 10 es la obra blemente, ceremoniai apropiadas para ello'
del ¡,,adre Sahagún para el á¡ea nahua; ella es la que aporta
. Apoyándose en esto, y en
las menciones en las fuentes de ¡ltlr
mayor número de datos sobre ia antigua cultura maya, pues
.b¿i."i históricos, Thompson se inclina a pensar que el códice
Ia intención del ol.rispo fue dar a conocer, primor<{iahnente, la
París si tiene contenido histórico
historia y costumbres de los mayas, y no los hechos de la con-
quista o la fundación rle conventos o informaciones al rey <le Por su parte, Morley, basáñdose también en que el registro
lispaña sobre lo relativo a la organización de la Colonia, como de hatunei se empleaba para asentar hechos del pasado, dice
otras fuentes, sin que ello signilique qtle éstas no contengan oue aunque los tres códices existentes no registran la historia
también valiosos materiales para el conocimiento de la cultura ':hry funlarlento para creer que el Códex Peresianus.¡'uede
70
,a., parte al menos, de naturaleza histórica"'
maya. "t
Así, por comparación con los textos escritos con caracteres
Además <le la obra de Lancla, I'arias fuentes del siglo xvr
latinos, como los libros de Chilam Balarn, donde, usando los
están también escritas según informaciotles de los mismos in- I
perioclos cle veinte años se registran hechos del pasado, mez-
tiios y observaciones directas del autor, mientras que muchos {

.l"dot con profecías, se ptlede suponer qüe el códice 'parís


de los cronistas posteriores copian, más o menos textualmente,
contcnga tarnbién rnateriál histórico.
los datos cle las obras del siglo xvl, sobre todo de la de Landa, i,lri'
o reciben una información más desvirtuada por estar más ale- l* ?sThompson, Maya llierogtyphic"' Inlroduction, P' 25'
jados del momento de ia Conquista, auitque, por esto mismo, ?0 Morley, An Introiluction . j . , p. 33.
Itr
67
6 F:
Los códices sobre el pasado Segírn Mediz Bolio, en su traducciót del Chilam Balant
rle Chunwyel, yanalté significa Libros Sagrados; la palabra
Aunque no conozcamos más que tres códices mayas pre- viene de yanal (debajo) y té (árbol), y fueron llamados asi
hispáriicos, que no son precisamente registros de acontecimien- porque era costurnbre ritual que los libros sagrados, qtte se
tos pasados, la existencia de la preocupación maya por con- guardaban en los tempios, fueran llevados en ciertas épocas
. servar su l,istoria en inscripciones, cóclices y tradiciones orales a los bosques y colocados bajo ciertos árboles, donde se hacían
está mencionada en las fuentes posteriores a la conquista espa- ceremonias para evitar su destrucción.* Toz.zer, por slt parte,
ñoia y, gracias a ellas, podemos saber algo de los aconteci- opina que la palabra unalte es una tlesvirtuación de amalte, clue
¡¡li¿ntos del periodo Posclásico y de la forma nraya de conservar viene de la palabra uirl-ruatl ámatl, car la qtle se designaba el
el recuerdo del pasado. árbol del cual sacaban el papel para los códices. B
códices eran para los mayas algo más que el medio de
T os. A la llegada de los españotes, los mavas de Yucatán tenían
conseryar sus conocimientos y tradiciones; eran et símbolo ¡nuchos analtes o l-ibros Sagrados, que fueron vistos por va-
de todo lo sagrado y digno de re;peto, ia clave para com- rios de los qr-re se interesaron por escribir sobre 1as "antigüeda-
prender el espacio y el tiempo y para situarse en ellos, la des de los indios". Las menciones a estos códices aparecen en la
norma de vida y el principio de identidad de su ser comuni- mayoría de las fuentes; Landa, por ejemplo, nos dice: "{Jsaba
tario. también esta gente de ciertos caracteres o letras con las cuales
El anónimo escritor de la primera parte del Chilom Balam escribian en sus lil¡ros sus cosas antigtlas y sus ciencias."
8a

de Clrumayel nos da una idea sumamente expresiva de la sig- Pero no sólo en-Yucatán existian códices, también los había
nificación que sus códices tenían para el maya: en Guatemala, como lo atestiguan varias fuentes, entre ellas
la del padre Avendaño que, al relatar sus viajes a Tayasal, la
La Relación de ta explicación de la sabiduría de los Libros últirna ciudad maya en caer en manos de los españoles, des-
Sagrados, y del orden del caminar de las épocas, aquí se
sacaba, en estas tierras de Nitún-dzalá, Chactenwl, Tah cribe los códices que halló, comparándolos con los mexicarlos
Uaymil, Holt,ún ltzó, Chichimilá, para que se pudiera saber y afirmando que trataban de la cuenta de los días, meses y
la "carga" del paso de los Katunes. LIno por uno, cacia años, de las profecías y de las edades, así cor¡o de los ídolos I

Katún, ya fuera bueno, ya fuera malo, asi era escrito por y los sacerdotes. ss ;tt
Ios escrito¡es de lo sagrado . . . Es la palabra del Señor del Por las citas anteriores vemos cómo los asuntos tratados en I

tieio y de !a tierra, cl fuego encendido en el rostro clel Sol, los códices eran predominantemente religiosos e históricos; el
que vino de arriba, que ies fue clado. Así ellos saben el prin-
manuscrito Chi, que trata de las costumbres. de Mayapán,
cipio de la tierra, el ironco de nuestra ra?Á, y en el iecto
hablar de los escritores sagrados lo han. puesto en los sostiene que la escritura no se empteaba para cartas o asuntos
libros. 80
protincia de el ltzd,Z0 ed., Biblioteca "Goathemala" de la Soc, de Geo-
grafia e Historia, vol. rx, Guatemala, 1933, p. 274.
I-as fuentes llaman a los códice s analte o yanalté; por ejem- 82 Chila»t Balam dc Ch,unmyel, 1t. 9().
plo Villagutierre, irl relatar la respuesta de los embajadores 88 Alfred M. Tozzer, Landa'.r Reiaciór de lñ.e (osas de Yuctttdn. A

de Canel<, el cacigue <le ios itzáes del Petén, ante los españoles, tra*slation, Edit. with notes, iiepers of the Pcal-x¡cly l{useunr of Ame-
dice: "Que por los inclios del Tipú, y porque lo leía el rey rican Archaeology and Ethnology, vo!. x'rltr, l{arvard University, Cam-
bridge, Mass., 1941, p. 28.
en sus analtehes, tenían noticia de aquella provincia de Yu- 8a Landa, op. cit., pp. 104-105.
catán (que analtehes, ó historias, es una misma cosa." 81 86 Fray Andrés Avendaño y Loyola, Rek¡ción rl¿ lus tlos Entrtd,a.r que
hieé a Peten Ytm, en Ainsworth Mcans, Philip, Fli.rtory of the Spanish
8o El libro ile Chilam Bala¡n de Chumayel, trad. A¡tonio Mediz Bo- conEuest af Yucatan and of the ltacs, Papers of thc Peabody Museum
Iio, Edic. dcl "repertorio americanc", San José, l93O fi. 99. of A¡nerican Archaeology and Ethnology, vol. vlr, llarvar<i Univtrsity,
8r
Juan de Villagu:ierrt Soto-Mayor, ilistorila de io conqtirla de lo 1917, p" l4l.
68 69
Urra de las descripcir.¡nes más notables de los registros mayas
legales, ya que todo eso se arreglaba verbalmente, y
'Íozzer.
citando este manuscrito, añade que 1o que se escribía eran los sobre el pasado hurnano Ia <la Fuentes y Guzmán, quien no
hechos importantes del pasado, las vidas de los señores y sólo habla de los códices, sino también de las inscripciones
diversas sr¡hre la historia de los mayas, quizá aludiendo tam-
los pronósticos de los taumaturgos.86
Así, historia y religión estaban íntimamente ligarlas )' ambas I
i.
bién a las estelas que se lealizaron desde el periodo Clásico: ,l,l
constituían el fundamento de la vida para el maya, ya que r
I Con mírs o l1-reno:i r:uriosidad, en pergaminos de venado, en
eran la materia contenida en sus Libros Sagrados. Aunque I
rnantas, piedras y inaderos, pintaban, esculpían y tallaban
la tradición que recogieron los españoles adjudicaba la inven- I
los sucesos, y cosas memorables de su tiempo, y la cuenta
ción de 1a escritura y el calendario a Tutul>:iú, como 1o afirma rie tribuio r1e sus reyes, y los señores de su estirpe.. .88
ia mayoría de las Relsciones de Yucatá,n, también se la atri-
Dice que er los maderos, refiriéndose quizi a los dinte'les
t¡uían a un hombre hijo del dios Itzarnná, que llegír de Oriente
de los templ,rs, se narraba la vida de los reyes, basándose en la
encabezando a tos Itzáes, según la tradición. Cogolludo asienta:
cuenta de 52 años, y añadc:
Tengo por cierio fue el hombre, que entre ellos primcro Porque ofrece materia suficiente en 1o que escribían de la
inventó los caracteres que servían de letras a los indios. vida de sus Reyes, en que con admirable modo las narraban
porque a éste le llamaban también ltzamná, y le adoraban y se explicaban en suficientísir¡o grado, y siempre en lo
por Dios...8? - ! cápaz de ir-rs p'ergaminos y mantas, con tintas
estenbliclo
muy finas y pel'lnanentes, sin qtle en sus escritos pudiera
El ¡ecuerdo del pasado y los mitos se unifican en una sola hecharse rlenos circunstancia ninguna, puesto que declarando
tradición en manos de los guías de la comunidad, como ocurre el nombrc de la persona, también asentaban los años y la
con todos los grupos de Mesoamérica y cr:n culturas paralelas, duración de su reinado, sus batallas y triunfos, y su gobierno
donde ningún asper:tc de la vida se desliga de la religión. y disposición política. . . eo
,

Pero esto no quiere decir que entre los mayas, los nahuas y
Así pues, como coiuciden en asegurar muchas fuentes, los
otros pueblos no existieran códices especificamente destinados
a registrar el pasado. I-as fuentes parecen señalarnos esto' mayas se preocuparon por dejar registrado su pasadc', asen- '¡
tanclo los acontecimientos sobresalientes con la iecha cn que
pues hablan de códices "históricos" Ron¡án y Zamora, Sin' ,t
ocurrieron. Ilsto nos lleva a pregtur&rrnos quiénes erañ y qué fi-
I

clrez de Aguilar, Fuentes y Gtzmán, Las Casas, Burgoa, Cer-


nalidad tenían los que se ocuparon en mantener viva 1a memo-
vantes de Salazar, Ximénez, las Relaciones de Vwcatán, hechas
por los encomenderos, Palacio, Herrera, v.irios documentos ria del pasado, ya en una forma ordenada y sistemática, como
es la de realizar textos cronológicos sobre el acontecer humano.
relacionados con las informaciones del alcalde de Mérida Diego
de Quijada, Gómara y otros cronistas más, algunos de los
cuales asegrrran haber tenido dichos códices ei1 sus manos. Los "hístoriadorcs"
Las mismas fuentes indígenas posteriores a la Conqnista men-
Iil conocimiento y manejo cle los códices, es decir, la sabi-
-cionan textos destinados a registrar el pasado, por ejemplo,
{el Chi.lam Balum de Chwrnayel, que aiirma: "La relación dc la§8 duría, no estaba al alcance de todos, sino exclusivamente en
f historia de esta tierra, en su tiempo, se hacía en pinturas"" 80 Antorrio de Fuentes y Guzmin, Recarilaoión florida. Discurso his-

80 Gaspar Antonio Chi, Relación, en Lanilds Relacitin..., 1t. 231,


lorial y demostracíón natural, moteriol, tnil;tor y ¡»olítica del Rc,¡no de
Tozzer, op. cit., p. 28. Guatemala,3 vols., Próls. J. A. Villacorta, Ramón A. Salazar y Sinforo-
8? Fray Diego López Cogolludq Historio de 1lucaldn, 3a ed., 2 vols., so Aguilar, Biblioteca "Goathemala" de Ia Sociedad de Geografía e His-
Impr. Manuel Aldana Riras, Mérida, !867, p. 31ó. toria, vols. vr-vttr, Guatetnala,1932, vol. u, p. 108.
38 Chilom Balam ile Chwnayel, p. 53.
qo
ldent, p, llt.

70 71
uuullullutllr U U E lI tl ü tl E E Il U-U u' ll
rnanos de los sacerdotes. Éstos tenían la obligación de instruir otros oficios y oficiales que había eran lbs que tervlnn de
cronistas e historiadores. É,stos tenían noticia cle los orl-
a tos iniciados en el sacerdócio y a los caciques en el conoci- genes de todas las cosas, asi tocante a la religión y diosct
miento de la escritura y en el culto, por tanto, su misión era y cultu dellos, como de las fundacrones de ptreblos y ciu-
también educadora. Landa describe asi las obligaciones de los dades, cómo comcnzaron los reyes y señores y,sus señoríos,
sacerdotes: y modo de sus elecciones y sucesiones; de cuánto y cuáles
señores habían pasado; de sus oqra§ )¡ hazañas de hechos
pue las ciencias que enseñaban eran la cuenta de los meses, memorables buenos y malos; de los grandes hombres y bue-
áños y días, ias fiestas y ceremonias, la administración de uos y esforzados capitanes y valerosos, de las guerras que
sus sacramentos, los días y tiempos faiales, sLls maneras habían tenido y cómo en ellas se señalaron. Iteru, de las pri-
de adivinar, remedios para ios males, las antigüedades, leer meras costumbres de los que primero poblaron, y cómo se
y escribir co11 sus letrás que representabau lai escrituras. er mudaron después en bien o en mal, y todo aquello que per-
tenece a la historia, para que hobiese raz6n y memoria de
las cosas pasadas. 04
Todos los cronistas que hemos consultado nos hablan de ia
exclusividad de los libros sagrados, por ejernplo, Martín Palo-
Asegura que los libros que contenían todo esto fueron vistos
mar, en la Relacíón tle lfotu,l, dice: "Aunque tenían letras y por muchos religiosos, e incluso por él mismo, y alude a la
caracteres con que se er-rtendían... éstas no las enseñaban
destrucción que de ellos hicieron los frailes en Yucatán.
sino a los señores y a los sacerdotes." s2 Pero no sólo nos describe L¿s Casas los códices sobre el
Los sacerdotes en general eran llamadas Ah Kinoob, pero pasado con toda minuciosidad, sino que nos habla también del
tenían distintas actividadcs y no eran los mismos los que escri-
lugar social de sus creadores y de la instrucción que recibían
bían los códices y los que enseñaban su contenido. Los pri-
los que iban a dedicarse a esta ciencia:
meros eran los sumos sacerdotes, a quienes, por su oficio, las
fuentes llaman "cronistas" o "historiadores". Román y 7-amora Estos cronistas nunca faltaban porque este oficio de histo-
afirma: "Tenían estas gentes sus cronistas e historiadores, los ¡iador de padres a hijos se clerivaba y era oficio en la repú-
cr:ales escribían o ponían por memoria todas las cosas que blica mucho estimado. Siempre instruía este dos o tres her-
habían acaecido." ar Y las Casas señala que había sacerdotes manos o parientes de aquella familia en 1o que a las historias ¡1

tocaba y hacíalos ejercitar en ella mientras vivía, y a él ocu- i,¡f


especializados en la elaboración de los códices cuando describe
rrían cuando en algunos artículos y pasos historiales dudabarr,
el oIi"io de "historiador" en la Nueva España y otras Provin-
), no sólo aquellos nuevos historiadores, pero los reyes y se-
cias, a propósitc, de 1o que vio y escuchó entre los grupos ñores y sacerdotes, sobre las dudas que se.ofrecían cerca de
de Guatemala; inquirienrlo a los mayas sobre su origen, obtiene las cerimonias o preceptos de la religión y de las fiestas y
información soÍ.¡re los córiices, sus autores y su importancia, y de los dioses, y en cualesquier¿ cosas del gobierno antiguo
nos dice: y cosas pro{anas de cualidad, luego a éstos consultaban en
lo que a c¿da estado de los dichos tocaba.0s
Es de saber que en todas las repúblicas de aquellas grandes
tierras y reinos cle la Nueva Espaiia y las dernás, entre Otros cronistas, como Fuentes y Guzmán, nos corroboran
este cuidado enla formación de los que se dedicaban a escribir
ol Landa, or. cif., p. 15. sobre el pasado y sobre la religión entre los mayas, cuidado
sz Relación d,e Motu,l, en Relaciones histórico-gt:o11rtí.ficas tle las Pro-
aincios d,e Yucatón, Valladolid,, en Col, ile Dacu,nrer¡tas inéilitcs relatiuos
que se debía a que ambos eran modeladotes de la vida comll-
y
a! ilescubrimiento, conquista organización de los antiguas posesiones
españolas de llltranor,2a y 13, Establecimiento Tipográ-
Serie, vols. 11 riano Suárez Editor, Madrid, 1897 (Col. de libros raros o curiosos que
f,ico "Sucescres de Itivader:eyra", Madrid, 1898, 1900, vol. 13, p. 80 tratan de América, xrv y xr'), p. 67.
03 Fr¿y Jeróninra de Ro¡r¡ári y Zamora, Repúbtitc tie ldia*ldola- 04 Las Casas, op. cir., vol, u, p. 5&{.
trlas y gobierno en Mérico y Perú, antes ile lo coxqu,ista,2 vols., Victo' eú ldem, p. 505.

7Z 73
nitaria y de la acción política de los gobernantes. Pcr ello, sobre el pasado estaba exclusivamente en maños de los sacer-
los sumos sacerdotes eran las personas más respetadas de ia dotes y de los caciques, porque éstos eran los guías de la
sociedad, y los textos, su tesoro más valioso. Landa dice cuando comunidad; sin embargo, el pueblo no permanecía ajeno a estos
hal¡la del abandono de Mayapán: conocimientos, fiues al lado de la enseñanza en cuestiones ric
la religión, también recibía la de su historia. Román y Zamora
Que lo principal que (se) llevaron a sus tierras estos seño- nos ilustra sobre esto cuando, hablando de los sumos sacer-
iés que- desampaiaron M-ayapó,n fueron ios libros de sus dotes, nos dice:
ciencias, porque siempre fueron muy sujetos a ios consejos
de sus sacerclotes. s6
Estos, allende del principal cargo que tenían en las cosus
El hecho de que los textos sobre e1 pasado y los textos reli- de la religión, tenían por oficio escrebir en sus figuras y
giosos fueran escritos por ias mismas personas, y anrbos cons- caracteres las historias y hechos notables de sus Reyes y gen-
tituyeran lo más irnportante para la vida del rrraya, según sus te, y dábanlas a los pontífices rnayores, y después estos
porrtífices, predicando al pueblo, referían los hechos nota-
dirigentes, no signi{ica que no hubiera rrna diferenciación entre bles cle sus mayores. 08
los mitos y los hechos clel pasado hurnarro, como 1o prueba
no sólo el registrr: de fechas, que ya significa una conciencia Esto significa que los textos servían como aljcyo para ulla
del devenir, sino tanrbién el afán de clecir la verclad acerca transmisión oral del recuerdo del pasado, como ocurría entre
de lo acontecido. Fuentes y Guzmán, al hablar de los "histt¡- los nahuas y otros grupos rnesoamericanos, y que el conoci-
riadores", nos dice: miento del pasado llegaba a todas las clases sociales con l;r
finalidad, segrrramente, de hacer consciente al pueblo de stt
Y ellos no menos se esmeraban en asentar Ia '."erdad sin propia realidad histórica y c1e sus valores tradicionales..
adulteración, porque á cada término de siglo se hacía pú- Además de esta enseñanza de parte de los sa.cerdotes, el
blico lo escrito. y no convinienclo con la certeza de las cosas, conocimiento del pasado llegaba hasta el pucblo n-iediante las
quedaba tod¿l su generación infa.mada, y privada de los hr,-
nores públicos. 07 festividades religiosas, donde se hacían reJrrcs,entziciones tea-
trales con temas míticc¡s e históricos, conro las que vierorr los
O sea, que habia una especie de juicios públicos cada cin- españoles, ya que siguieron realizándose des¡-rués de la Con-
cuenta y dos años para revisar y aceptar o teehazar lo escrito quista.
por los que se dedicaban a registrar el pasado. En este lapsct, Estas representaciones nos recuerdan el origen del teatro en
los protagonistas de los hechos o los testigos presenciales po- Greci4, que consistió en represe¡taciones cantadas de las ha-
dían muy bien acordarse de 1o ocurrido y así corrol¡orar la 1. zañas de los héroes homéricos, en las fiestas dedicadas a Dio-
historia escrita. Este afán de veracidad, esta revisión de los nisios, y vinculadas a los relatos míticos de este dios. De manera
textos, nos habia ya de una actitud crítica" muy desarrollada semejante, el teatro ntaya fue rrna combinación de religión y de
entre los mayas, y nos permite ver sus códices sobre el pasado tradición histórica, puestas en acción con fines educativos.
como una verdadera historiografia, elaborada con los fines Cervantes de Salazar dice: "Cantaban en estos bailes, después
prácticos cle modelar la vida de la comunidad. de las alabanzas del demonio, ios hechos fuertes de sus ante-
pasados, llorando sus muertes . . .", n' y Sánchez de Aguilar
La enseñanza d,e la historia al pueblo
os Román y Zamora, op. cit., p. W,
Hemos visto córno la conservación y el manejo de los tentos 00 Francisco Cervantes de Salazar, Crónica ile la N*ato Esfaña, 3
vols., Est Fot" de Hauser y Menet, Talleres Gráficos dcl Museo Na-
9üLxnda, op, cii., pp,17-18. cional de Arqueología, Historia y Etnogr¿fí¿, Madrid'México, 1914-1Q3ó,
07 Fuentes y Guzmár\ ol. cit,, p. 112, vol. r, p.39.

74
u a 5J-Ü-J -.- r r r r r Lr r - - r -
ii

se desarrollaba una acción, es decir, obras con estructura dra- il


describe con más detalle estas festividades, revelándonos su
mática, como lo atestigua Fuentes y Guzmán relatando él asunto
l

estructura: "En su geniilidad y aora bailan y cantan al nso


de una obra de teatro quiché: el robo de dos jóvenes fue oca-
I

de los Mexicanos, y ienían y tienen su cantor principal, qtre


'i
I

siona una batalla. 103


ento¡ra y enseña lo que se ha de cantar... y le l1aman Holpop";
este cantor, equivaieute al corega del primitivo teatro griego, La obra teatral que conocemos, el Rabinal Achí, es heredera +
i
tenía a su cargo los instrumentos musicales y dirigía la repie-
de esa tradición, y narra, ya no como un simple canto, sino I
con estructttra clramática; un hecho histórico, para dar una
sentación. En ella, dice Sánchez de Aguilar, "cantan fábulas
enseñanza de tipo ruoral. Es un asunto sencillo: 1ln guerfero
y ani!gua11as"; y parece ser que había inciuso una caracteri-
quiché que hizo-dañr.¡ a los del pueblo cle Rabinal, es capturado'
zación en los que participaban, que quizá re¡,rresentaban dioses
interrogaclo muerto por los ofendidos. Esta obra se trans-
y
y ;lersorrajes históricos, ¡:ues Sánchez de .f,,grriiar concluye di- mitió oralmente por varias generaciones, hasta que uno de
riéndonos: "tenían y tienen farsantes, que representan fábulas, sus depositarios decidió escribirla, para asegura; su perviven-
.i", .,ñl dia ZB de oct*bre cle 1850, he transcrito el original
100
e historias antiguas".
El teatro maya !enía, además, sitios especiales para la re- cle este baile riel Tun, propiedad de nuestra ciudad de San
presentación, ya que Landa, al describir el edificio principal pablo de It-abinal, para dejar un recuerdo a mis descendientes,
de Chichén ltzá, asegura: que perdure siempre con ellos.-Así sea.-Bartolo Zis'"104
Él cütenido y el luidado en la conservación de este texto nos
'-lenía delante de la escalera norte, algo aparte, dos teatros comprueban el sentido formativo gue tenía el teatro maya, en
de cantería, pequeños, de cuatro escaieras. enlosados por cuanto al conocimiento del pasado'
arriba, en que dicen representaban las farsas y comedias para
solaz dei pueblo. lol Así pues, el registro de la historia entre los mayas tenía ,,,
la finalidad de conformar la vicla de la comunidad, de acuerdo ii ,¡
cr:n los valores estableciclos por los grandes hombres del pa-
Si el tema de estas representaciones era de tipo religicso
saclo. Por ello, podemos afirrlrar Qrle los rr¡ayas tuvieron una
I

e hisiórico, no tenía s<ilo el sentido de solazar al pueblo, como


conciencia cle la interrelación pasado, presente y
'futuro en t,'
<iice Landa, sino do.: etlttcarlo de una manera viva, de darle rlt
la virla humana, como los nahuas y otros pueblos mesoame-
conciencia cle perteuecer a una comunidad histórica. Es posible ricanos; conciencia que se manifestó también en la conquista
qr,re ei teatro en el ¡nundo maya constituyera una de las fc¡rmas
española, pues la enseñanza de la religión y de la historia
más comunes de Ia enseñan.-'x de la historia al pueblo (y de fue el puntal al que se aferraron los sacerdotes mayas ante
otros valores). Tozzer parece confirmarnos esto cuando, citando la introducción del cristianismo, para salvaguardar la identidad
el manuscrito C'lu, asegura que los mayas componían ciertos de su pueblo. Burgoa dice que los idólatras son los que "se
cantos, de acuerdo con la historia contenida en los texios, para conservan en sus pueblos, a la mala leche de los viejos, que
transmitirla al pueblo. r02 Un ejemplo de estcs cantos son ios' los persuaden a las supersticiones antiguas de sus antepasados,
Cqntares de Dzitbalchl, que recogen la tradición maya religiosa con rnillares de errores"' lo5 lffectivamente, en reuniones se-
ante la belleza. cretas, los sacerdotes seguían instruyendo al pueblo sobre sus
Pero no sólo existian cantares, sino también obras en las que
103 pus¡ts5 y Guzmán, op. cit., t. u, p. 388.
r0oPedro Sánchez de Aguilar, Informe contra idolorum anhores, F^ tot7ro¡ro iid.ígcna pr:ehiipániio. Rabinal Achí, ptól' Francisco lvfon-
qerde, uñAM, i4é*i.-o, 1gi5 (Biblioteca del estudiaite universitario,
G. Triay e Hijos, Mérida, 1937, p. 149.
lorLanda, op. cit., pp. 113-114. 7l), Prólogo, r,. xw.
lo2'ls22s¡, op" cit,, p.28. ibr g¡¡gi¿, Geogrófica ilescripción,.., t. rr, p' 318'
77
76
I

i Los caciques elnparentaban unos con otros; quando querían


trailiciones religiosas e históricas Y, por ello, no fue fácil a los
franciscanos "desterrar la idolatría" por medios pácíficos 1- i; casar algún hijo embiaban con Presentes, un Anciano, á
hubieron cle recurrir a la violencia. pedir la hija clel otro: éste hacia una larga relación de los
l{echos de los Pasados del Iisposo, i sus calidades.100

La tradición oral El hablar del linaje del contrayente tenía corno firralidad
asegurar la hidalguía, la nobleza cle los almehenoob, pues los
La realización de códices sobre el acontecer humano, su mayas, según Landa:
estudio y la enseñanza de su contenido no constituian la única
forma de conservar la historia entre los mayas, también había Tienen mucha cuenta con saber el origen de sus linajes . . .
una constante rememoración del pasado en la vida familiar, 1o y eso procuran saberlo de sus sacerdotes, que es una de sus
que nos mrrestra una arraigada tradición oral que pasaba de ciencial, y jáctanse mucho <le los varones señalados que ha
padres a hijos. Estas prácticas eran parte esercial de la vida habido en sus linajes.
del nraya, que 1o hacían consciente de pertenecer a una conlu-
En relación a esto, 'Íozzer clice que incluso ciertas familias
nidad cimentada en su pasado.
eran llamadas "el primer linaje" en las provincias donde go-
Las crónicas nos informan que, al margen de las enseñanzas
bernaban. 11o Esta necesidad cle manifestar su nobleza qviz^
clue los sacerdotes daba¡r al pueblo, los mayas recibían una for-
tenia fines prácticos de poderío, pero el hecho de recordar en
mación histórica, al lado de la formación moral que los padres
todos los aspectos importantes de la vi<la a los antepasados,
daban a sus hijos. trtoinán y Zamora dice:
signilica también el intento de afirrnar la identidad comunitaria.
Cuanto a honLai: al padre y a la madre, guardábanlo estre- Había tarnbién ta costumbre de engrandecer a los nobles que
chamente, como nosotros, porque los p«lres enseñaban y morían, haciendo en los entier¡os una relación de sus hazañas
'il
exhortaban con mucha eliligencia a los hijos que honrasen para que quedase mernoria de sus hechos, como ocurría entre
aI padre y a la madre, y á los Reyes y mayores de la los nahuas. Iil licenciadr> Palacio nos dice:
tierra. toc
: ti
Y Se enterraban en sus propias casas, asentados y vestidos
un indio le dio a Francisco Her-
Remesal asegura que
con todos sus bienes; y aquellas cuatro noches y días, su 1ti
nández noticia sobre la historia de sus antepasadcs, y que llorar era como a rnanera de mitote, cantaban sus hazañas
ai preguntar FIernánclez que cómo sabía esas cosas, el indio y linajes...111
"i'espondió, que los señr:res io enseñaban a sus hijos, y así
descendía de marc eü firano esta cloctrina". 10? Estas referencias 4 tas ceremonias familiares nos hablan cle
un cultivo del recuerdo del pasado que quizá s,ólo se <lio entre
En ias ceremorias farniliares también se hecía alusión a ios los alwehenoob. E,llo es explicable, ya que, en general, no
antepasados; Landa aice que en los banquetes de bodas "hacen todos los hechos de una comunidad son significati','os para ésta,
memoria de las cosas <ie sus antepaszdos", t08 y Herrera roe Herrera, o¡t, cit., vol. ur, p. 20.
asienta: uofe22s¡, op. cit., p. 98; Landa, op. cil., lt. 4l (aicl nota 17),
u1 p¿t¡qiq Relación hecha por e! Licenciado Palacio al Íley D. I;e-
1o6 Román y Zamarz, op. cit., p. 308. li|e II, en la que describe la frouincia de Guathnt¿la, las coshtmbres
i0? Fray Antonio de Remesal, Historia general d,e las Indias occíden- ile los inilios ! otra.c cosa¡ notable.r, cn Colección ile Dccume¡ttos iniilitos
talcs, y !>articalar d,e la gobernación ile Chiapa y Guatemala, 2 vols,, 2a relatiuos al ilescubrimiento, conquísta y organízación ile las antigtws po-
ed,, Biblioteca '.'Goathemala'' de la Soc. de Geografía e Historia, vols
Iv y r.', Guatemala, 1932, vol. r p. 353.
ro&lr¿nf¡¡ op. cit,, p. 38, r#::#W;ii;i#*ltffi:,
7e
sino solamente los que tienen una trascendencia, y para los pues para asegurar la veracidad de los textos se hacía uuir
mayas, en especial, los hechos trascendentes siempre encar- revisión pública de ellos, confrontándolos con la memoria de I

naban en hombres ilustres. Estos hombres, debido a Ia estra- los hechos pasados que conservaban quizá los testigos o los
tificación social cle los mayas, sólo podían ser los almehenoolt protagonistas de ellos. I

por ello, la "historia" maya es historia de los linajes nobles Por todo esto, creemos ver en el afán maya por registrar f

los acontecimientos pasados lo que se ha entendido por his- I

Todas las formas de conservación del pasado que hemos toria; pero para saber con mayor certeza si estos registros \

señalado nos expresan que descle el periodo Ciásico el maya son resultado de una verdadera inquisición en el pasado hu-
no fue ajeno a su propia trayectoria histó.rica, sino que se mano, si los mayas crearon un concepto de é1, si hay una real
afanó por dejar memoria de ella en una forma más precisa distincién entre el mito y la historia, y si el registro del pasado
y perdurable que la simple tradición oral que pasaba tle pa- se basó en una conciencia de la diferencia cualitativa del hom-
dres a hijos. La compleja escritura jeroglífica y los exactos bre frente al cosrnos, creemos que es necesario aún ver qué
caiendarios que desarrolló, a partir de la hercncia ohneca, le exprescr la representación humana en ei arte plástico y con
perrnitieron situar los acontecimientos humanos que consicleró qué finalidad desarrollaron su sistema cronológico y su ciencia
si¡4nificativos en el tiempo y en el espacio, dando así al devenir astronómica, ya que estas creaciones aparecen estrechamente
ilel hombre una coherencia y un orden racional que lo difere¡r- vinculadas a los registros de acontecimientos históricos.
ciaron de la leyenda mítica.
I-as inscripciones mayas no relatan cualquier suceso del
pasado, sino sólo las biografías y los hechos sobresalientes de
los hombres pertenecientes a los linajes itustres, los hombres
cuyas acciones afectaron la trayectoria histórica de la comu-
nidad. En sus códices, el maya relató tar¡bién el origen de su
pueblo, Ia funclación de ciudades, las guerras con otros gru-
pos, la organización de su gobierno y las catástrofes Ratural€s
I
que influyeron en la vida de la comunidad. O sea, que el maya r¡
hizo una selección de los hechos del acontecer humano gue
merecieron pasar a la posteridad para ejemplo de los hombres
venideros, lo cuai implica una verdadera reflexión sobre el
pasado.
I-os textos fueron elaborados por sacerdotes especializados
para ello, v tenían Ia finalidad <le recordar con exactitud y
veracidad los hechos pasados para ser dados a conocer al pue-
blo en forma oral: en discursos y representaciones dramáticas
que se llevaban a cabo en las festividades religiosas. Esto nos
habia de una conciencia de iclentidad comunitaria en los diri-
gentes del pueblo, que trataban de incuicar a todas las clases
sociales; de una finalidad práctica en el registro de los hechos
del pasado humano; pero tannbién nos habla de una conciencia
de la distinción entre la leyenda mítica y ia verdad histórica,

80 8l
-U*8

t'
l"

III. HOMBRE,, TIE,MPO E HISTORIA


EN EL MUNDO
YAYA
trl afán por mantener vivo el recuerdo del pasado no aparece
,n hecho aislado en el contexto cultural maya, sino en
"o*o
íntima vinculación con un señala«Jo humanismo cn la repre-
sentación plástica del hombre y una compleja
visión d-el de-
,.ri., .rniiticado religiosamente. Este virtculo se mani{iesta'
del área central' realizadas
sobre todo, en las obris escultóricas
áurante el perio«lo Clásico, doncle se rePresenta al hombre' en-

rnarcado pár los textos jeroglificos que hab'an de su pasado'


po, ,.pr.r.r-rtaciones astronómicas y por córnpu:os del tiempo'
del pe-
Pero también se manifiesta en los vestigios materiales
textos que fueron
rioclo Posclásico y en las copias de antiguos
por descendien-
realiza<tas en los primeros sigtos de la Colonia I

tes de los grandes linajes mayas'


-pcculiar
Por esa rel"citi" dc homl¡re, tiempo e historia' nos 'l
parece indispensable acercarnos a la concepción
del homlrre en li
del tiempo'
ias artes plasticas y a la significación de -la cierrcia Ir
códices sol¡re el pasado
fu". ,aro vienrlo ins in*c'Ipciones y es posible traiar de pro-
en el contexto en el que se presentan
fundizar en su verclatlero sentitlo y comprender
asimismo la
idea de la historia, como acontecer, que tuvo el
maya pre-
hispánico.

LA coNctrPc,u-;r antr cÁsrco


;H'::"lX^:"
La escultura aparece en lazona maya desde finalés del
periotlo I'rcclásicá, pero no es sino hlsta el siglo w d'C'
cuantl<¡ el arte *oyo, general, ernpieia a tornar un estilo
",,
propio, «liferenciánilose de toclo cuanto se hizo en Mesoamé-
,i.t So¡r. esta diferencia nos dice Alberto Ruz' al comparar
el arte maya con el azteca:
83
r r ll [[ffr'u r tt u r u f uuru-Tu Il m u
Sus nranifestaciones artísticas muestran que la religión no "la civilización maya realmente <lifercnciada se nos presenta
114
forma de etapas'
llegó entre ellos al frenesí de desesperación y cruelárd qu,, más como un mosaico de estilos que bajo
mar'eriales
caracteriza la de los mexlcanos. Un aire más apacibie' se § Mientras el hombre está más sujeto a necesidades
respi-a en el arte maya. ¿Mayor scnsibilidad delerminatla & inmetliatas, es me11os libre en 1o que a
creaciones espirituales
por el medio tropical, organización social menos rígida. reli- por eso, e1l el norte de Yucatán no encon-
se refiere; quizá
gión menos dogmática? Quizá tuvieron que concuirir estas cuanto a astronomía'
causas para que el maya pudiera conservarse mírs libre {rentc tramos la misma intensidad creativa en
que en el área
a lo divino y crear un arte más humano. La di{erencia más .J*prrto, calencláricos o innovaciones estéticas
decisiva entre la estética azteca y la nraya es justamente, en y por ello mismo, los mayas de Yucatán no expre-
ésta, una nrayor afirmación dei instint-o sobie ei intelecto. """,t"ft.., J arte ia gran preocupaciórt por 1o humar-ro quc
,nror,
de la vida sobre el símbolo. 1r2
arr.ortrr-o, e,-t el á'ia central, áontle 'ro es u¡r dias indis-
preclomina, sino el hombre' primero estereo-
Efectivamente, encontramos en el arle maya el reflejo fensable 1o que
;ü;,1, t aerpoa.-iuclividualizaclo' Y como pretendemos que por
rJc destacar
una vida más libre, más naturai, sin que esto signif'que quc y vemos
el maya no haya sido profunclamente religioso, como los otros
maya
l" i-pátt"t.ia cle1 hombre en el arte colectivo' entre otros
grupos mesoamericanos, con los que p:rrticipa de las mismas t" ti,"".i¿" geográfica y por su sentido
Yucatán no la expresaron
creencias. Pero dentro de su peculiaridad respecto de otros factores determinantes, los mayas «le
al área central' y
pueblos, que consistió cn un realismo, una libertad creadora tan ciaramente, 'olveremos nuestra mirada
durante el pe-
que llega al esteticismo, como 1o afirma Westheim, 1rB y un pri--oraiof*enie "1 arte escultórico realizado
nuestra investigación
,¡italismo, entre otras cualidades, el arte maya no es homo- riodo Clásico, rlejando también fuera de
encontraclo obras tan represetita-
géneo, sino que se diversifica en múltiples estilos qrle respontlen el área sur, donde no hemos
a los condicionarnientos de cada región y a la sensibiiidad tivas.
de cada grupo. Por ser más libre y más variado. encontramos En las a pesar de ]a variedad de
estelas riel área cerrtral,
mismo tema: un gran perso-
en el arte maya desde el goce de inventar una forma nueva estilos, encont¡artos siempre el gc-
tie po<ier' acompafiado
en cada estela y una expresión nueva en cada rostro, como naje, con stts atributos jerárquic<ls
á" cn ¿rctitucl de
ocurrió en el área central, hasta la sujeción obsesiva a Chaac. neralmentc po, pt"ol'o¡t' 'o"go .irrferior
humillados'
que se da en el norte de Yucatán (estilo Puuc). En este caso, sumisión, o de escla'os o prisioneros
tan al ho)o¿k úinic u "hombre ver-
advertimos que se trata de un arte que refleja una necesidad Se ha clicho qo"
"pt"'"" y que tenían por objeto
apremiarite de lluvia, donde se está respondiendo al condici<l- dadero", la cabeza dei poder político,
Pero' además' las estelas
namiento del medio geográfico; aquí se crea un canon artistico- i";;;;nt.r.t¿n ¿" tu tutta gobernante' el mundo y
en relación con
religioso propio, porque no existen normas estéticas preesta- expresan un concepto del f,ombre'
con el tiempo' como
bleeidas por un dogma rellgioso común a toda la cultura maya, el hombre misrno, que fue precisándose
progresivos'
que impidan al artista, o á la cornunidad, realizar su propia il;;; mostrarlo loi cambios estilísticos como
libertad creadora, de acuerdo con sus propias circunstancias En las estelas más antiguas el sacerdote se prescnta
que rasgos corre§-
vitales. el soberano iclealizado y clivinizado, por lo sus
Así, no se puede hablar de una evolución clel arte maya en ponclen siempre a la idea del soberan«: perfecto y los rostros
general, sino de una evolución regional, y, como afirma Ruz, áe lus cliversas estelas no se diferencian.entre
sí; los cuerpos
y estáticos, cargaclos de atributos de poder' En
112 Ruz, Uniztersalid,ail, singulariilai! y ,ort ,igiaot
Úu*".iúr, por ejemplo, encántramos la figura coll la
--
pluralidad ilel arte maya, en cabeza'
Méfj:len e!-grte,9, Instiruto Nacional de'Bellas Artes, 19Se p. tri.
1rl
_ P1u! Westheim, Arte antiguo C,e Mérico, 2+ eá., traá.' Mariana :
Frenk, Fondo de Cultura Económica, Méxicq 1963. 111 Rtz, ÍJniuersali'dad '", P' 14'

84
'8s
-U
E'ü E-trIl- E E E ü tr E ü-tl It¡ -Il ll U
las piernas y los pies de perfil, y el torso y los brazos de frente;
realización estótica, lo tlire in<lica Lirl lllayor domiirio dc la téciri-
ésta es Ia manera más sencilla cle representar la figura ¡u*ono,
ca, pero r¡ne tarnltión reilej;r uu canrl¡io nri'rs profttlltlo ctr l¿t
Ia qr:e surge espontáneamente y que encontramos en toclas las 11c L'q foruas pierden
conci.,lcio eiel honrl¡re (luc ttivo el ina.ya.
culturas antiguas; en relación con las figuras egipcias así re- jo bur<io se relin:i, las figr-rias hurnauas "sc hurlani-
su rigiclez,
presertadas, se dice que responden a la "ley tle la frontalidaci,'.
,a.", p.r., arlrltriercn tltcvirrriento, natlrralid'¿<l y expreiión, sollre
I{ás tarde, hacia 455, la figura humana aparece va de frente torlo en cuatio ciuclatlc-. ric la cuetrca clcl Ustu¡¿citita: Palencltte,
en Uaxactún y Tikal, modelo que se propagará y se seguirá
Pie<lras Ne;Iras, Yaichilán y Ilonanrpak.
.
"
siernpre en algunas ciudades corno Copán y
euiriguá, y sólo ¿Qué le ocurriri al rttava dcl siglo vlI? No poclemos
rnás que
a veces en las ciudades de la cuenca del usu,racinta. A pesa. cle de c1'rle el ho,rbre, el .lis*ro que habia
este cambio. Ias figuras son siempre torpes, pesadas y f.r.r.
,r.rl.,.r-, la iti,ótesis
siclo representado clura¡te siglos en las estc'las, co¡ro símbolo
de proporción, corno dice Morley, rru yu qrle no se ha dominado poder confcricici por los dioses, se cmancii:aba uu
hierático <lel
aún la técnica del arte escultórico. para situarse con stl dignidacl propia rlentro del
poco <le ellos
Pero, independientemente ciel dorninio técnico, y buscando una Lnive,so, cor,o algo distinto a él y, de algirn moclo, capaz
significación profrinda, vemos en ambos momentos una ima- de comprender su senticlo. l,{icntras qrre el hornbre orieutal, en
gen del honrbre absorbiclo por fuerzas religiosas, irrmerso en un alto grarlo tle civilizaci<in, ltuscó {unclirse con la nitturaleza,
cómputos calendáricos y astronómi.o., un" imagen sintética, como lo \¡emos cl1 la piniura chilra, en 1:r cloctrina taoísta y
como la del mito, donde ho'rbre y coslros, concebidos re,igiosa- en el hi¡rcluísrxo, por ejenlplo, el rrraya tiende a destacarse en
mente, no están plenarnente diferenciados. Sin embargo, es el ella, aunque amltcs la consi<lcren tlivina. L{ientras cFre cl orien-
hombre el que se representa, no los clioses; el hombre tratando tal incitó a Ia inaccrtin, a no pcllsar' a no tratar dc con.rprender'
de surgir, de definirse, por lo que poden:os inferir que el maya el maya ¡.,iensa, cotnprettrle y actúa alr"e los clioses para propi-
ya tfnía etltonces una idea de sí mismo como algo va ioso, ciarue r.rn L¡uen destino, sistctttatiza cl devenir para rnanejarlo'
aunque su valor consistiera en ser el deposi:ario del poder describe los astros y su rtovitniento para i'egtllar su propir
conferido por los dioses. Se trata cle una visión del hombre vicla. Iln sintesis, no se ¿inul;r ante lo tiivino, se crea su propio
como la qlle. parece haber tenide¡ el egipcio, cuyas representa- sitio.
ciones humanas son semejantes a las de los mayas, no sólo Esta hurrraniz¿cir'¡n e¡r cl arte maya es rrranificsta, por ejcmplo'
por la "ley de la frontalidad", sino por el hieratismo, la icieali- en los <lintelcs24,25 )'26 de !a estrttctura 23 dc Yaxchil'rn; en
zación del soberano y la irnportancia dada a los atributos de el bello taltlero mural Na 3 rlc la estrtlcttlra 0-13 cle I'icdras
poder. Negras'y en las estelas 12, 14 y 40 de la misma ciu<Iad; en
Entre estas estelas arcaicas, por decirlo así, están la 9 de los-pane'les y Ia estela I cle ]lonarnpak, entre mttchas otras
Uaxactún (328 cl.C.), la ¡lás rigida por ser cle las prirneras; obras ,le csta región. Pero sobre todo es marri{icsta etl el arte
Ia i de Tikal y la 5 de lJaxactirn, .rn po.o más naturales; la palencano y cn los sorprcn<lcntcs frescos de Bonampak' que
26 de Uaxactirn (445 rl.C.) y la 4 cle Tikal, cJonde la figu.,.a iogru.on un perfcclo ec¡uilitrrio de fonna y contenitlo'
-En
humana aparece ya de frente. Palenc¡ue cncontramos al hOr-nbre, en la grantlez:r httmrna
A finales del siglo vr, según muchos testimonios, se proclujo que da !a rc;rlización cspiritual; encontramos al hombre exl)resa-
un lapso de pasividad en la erección de estelas, que frie zuceclido do los homllres corlcretos, intliviclualeq, rltte fueron rctra-
por un nuevo auge de la cultura en general, iniciado "n
tados en la piedra y en el esttlco' Aquí, excepciotralmente' el
alrededor
de 650 d.C. El arte plástico pr"."rrto un gran cambio en la
ct,ár;/os- i trilés de .nr esctilftro, scbretiro <le los Anale.s tlcl In¡tintlo
116 Morley, Lu ci.uilización ,rraya ... tt ii-iilrti¡gacíones Estélicas, vol. rx, nirnr' 35, UNAM, México' 19óó'

86 87
misma perfec-
De los reiieves en piedra, realizados con'la
!ruluch uinic o el gran sacerdote, acompañatio tle sus sirb<1iios, que los estucos' nos
ción técnica y la misma expresividad
rro se representa en estelas o dinteles, como en otros sitio:¡. humano' el llamado Relieve
interesa destacar, por su '""iido
sino en lápidas y paneles de piedra y en esttlcos- Iil artista (figura 6) y las lápi-
.-
del palacio, e1 Relieve de lós Esclavos
palencano prefirió el estuco para retratar al homl¡re cltlizá. pcr1" XXI'
das del Escriba, el Orador y la clel Templo
que en éi le era rnás fácil modelar los infinitos matices expresi- r¡i

tos del rostro y el cuerpo httmanos, como 1o muestran los relie-


ves de los pilares del Palacio, ias cabezas de la 'lumba clel
Ternplo de las Inscripciones y las caras, obras notablcs por sll
expresión humana inclividual.
E¡r los relieves de ios pilares del Palacio los ctterpos de los
personajes se moCelan con una suave elegancia y sim¡ficiclaii,
reduciéndose a las líneas esenciales, pero con ttn es:pecial cuidrclcr
en la rdproducción natttralista de los rostros, las manos y los
pies, que expresan serenidad espiritual y vida iuterior, auuaclas
a una profunda captaciór, estética del cucrpo huurano. Adem/rs,
las figuras son siernpre dinárnicas; los personajcs están cn
actitudes vivas y naturales, dialogando, entregando t¡na ofrcnda
eu actitud respetuosa o recibiéndola con una grarl dignidacl.
Por todo esto, los lelieves significan una exaltación cle lo hu-
mano, pero, a la vez, están expresando al hornbre cn su indivi-
dualidacl, pues cada uno tiene distintos atributos, vestuario,
actitud, etcétera,1o que surgiere que se trata cle personajes rca'es-
Beatriz rle la Fucnte ha dicho, refirién<lose a los rclieves de la
Casa D:

Pudiera ser la descripción de mandatarios palcncanos y stts


tributarios o rtruizá la-representación de sacerdotes ciedicados .I

a diferentes aitividades y sus vasallos; en fin, sea cualtluie-


"'r¿ I
la historia que se narre si es probable que scan rePresefl- §

taciones couctétas y
reales que obr,iamenté corresponden al §
mismo tipo {ísico ideal, pero que se diferenciarl por §tis 3tru-
buciones y accesorios.. .117

Las esculturas en bulto realizadas en estuco exprcsan la misma


idea de lo humano que los relieves del Palacio; tanto las c¿rl¡czas
colocadas debajo del sarcéfago del Templo de las fnsc:ripciotics,
Iraletrque
como las caras halladas en otras construcciones, no son este- FIGURA 6' Relieve de los Esclavos'
reotipos del ideal del soberano, sino retratos de personajes
y el Relievede los Esclavos repre-
fuertemente caracterizados y elevados espiritualmente. El Relieve del Palacio
al tema y a la composición:
sentan escenas iguales, e"'cua"to
u?Beatriz de la Fuente, I.a escultura de Pale*que, Instituto de inves- a cuyos ladcs hay otros dos de
tigaciones Estéticas, UNAM, México, 1965, p. 115. un gran personaje '*o¿o,
89
88
'E U tf*lrlrSTr tr lr-E.lr 5 E-5-5-rr-E*5-r 5-5-5-5-5 U-tI Ur-Irf u¡ U
I
infcrior jerarquía que presentan una ofrenda. En el Relieve de ser representadas en el arte como la ftmción clel gollt:r"
rt'

de los E,sclavos el personaje central aparece sentado sobre las .*:.i nante.
r jii
espa'<ias de dos hombres encogidos, cuyos rasgos étnicos no
p'arece¡1 ser mayas, por lo que se le ha clado ese nombre. se ha
pensacio que amllos tableros se refieren a una ceremonia par- Pero el hecho cle dcscubrir la importancia y la diferencia
ticular, sobre la base de que en el Palacio hay otras dos escenas de lo humano no significó que el hombre se considerara en
que parecen hablar del misr¡o hecho: la de la Lápida oval Palenque cofio L1n ser des\¡incLilado de la naturalcza, sino clue
de la Casa E y Ia de la pintura de la galería Este. 1¡8 por.." haber siclo captaclo ell Lll1a peculiar y estrecha relación
Las lápidas del Escrilta y del Orador, que proceden del lado con clla. ltl niejor cjemplo <ie esa concepción dtl hombre es
Sur de la Torre del Palacio, pertenecen a la época de ma- la 'Iumb¿r ciel Templo rle las Inscripciones, realizada Para un
durez, al momento culminante de Ia escultura de Palenque, f;ran personaje que fue representado rcnacientlo
en forma de
según l3eatriz de la Fuente. Las dos representan a un per- Áai, y protegi(lo por el Sol y la lluvia; todos estos mr¡tivos
sonaje con un paño en e] brazo izquiertlo, un estandarte plegado tienen una piofur:da significación religiosa, pero se trata cle
en el derecho y una rodilla doblada. Se diferer-rcian en que el una religiosi(lad que no excluye la preocupación por el hombre
llscriba I'eva en la mano un objeto parecido a un estilete y por el sentido de su vicla, sino que armoniza con ella'
para escribir, rnientras que el Orador tiene la boca entre- En los relieves de los cuatro lados tlel sarcófago aparecen
abierta y un ademán en la mano que sugiere la acción de habiar. diez figuras hunranas, seis hor¡bres y cuatro lxujeres' que sur-
También el tipo físico es diferente: el Orador lleva b'gote gen, ca<la uno con una planta, de una faja forma<la por el
y no parece nraya; esta diferencia es mlly importante, pues itito Cattan, tierra (figura 4)' Esto, aunaclo al vínculo del
revela que no se trata de representaciones simbólicas de tos dos tombre con el maiz, el Sol y la lluvia, Parece expresar la idea
oficios, sino de retratos de un "escriba" y un "orador" deter- de que hombre y naturaleza constituyen una unirla«I, en la
minados que merecieron pasar a la posterrdad a través del cual participan también los astros: los veinte signos de los latlos
arte. Este y Oestc de la lápida correspondcn a los astros, cncalle-
Otra lápicla, la del Templo XXI, es muy semejante a las zarlos, etl el nortc cle la faia Iiste por el Kin, dia, y en el norte
anteriores en el ter¡a y la manera de representar al personaje, de la faja Oeste por el Ah,bal, noche. Ruz dice:
así como en las insignias y estandartes. Las tres lápidas tienen
jeroglificos no calendáricos, hecho que refuerza la in:erpre- Creemos que al enrnarcar escenas con fajas formadas por los
(lulcnes
tación que las considera retratos inclividuales. rto signos simlúlicos «le los astros, los artistas lllayas' o
Además, el caso de estas tres lápidas es dobtemente signi- loi dirigieron, deseaban dar a las csceflas una «lttrlcnstr¡tt
ficante del humanismo maya, pues no se trata de retratos del ;7;;i;": i".oi,lo. rlue la tierra y el cielo ft.¡rman una uni-
á^á, int.gtnr los aioutccimierrtoi históricos o simplerncnle
terrena'eJ en Ia infinidad espacial y en Ia etcrnl(lad dcl
gobernante, como ocurre en la rnayoría de los relieves clásicos
mayas, sino de personajes que parecen haberse dedicado a otras tiempo. 120

activida<les, tal vez de importancia esencial en la vida comu-


nitaria de los mayas, y que enrpezaban a considerarse tan dignas Iis dccir, que Para el maya el munclo parece ser un literal
universo: utr¿r uuidad cle lo diverso' ulla armonia en la que
118Ruz Lhtrillier, Alberto, Er¡,loracioncs arqueol§gicas en Palenquc
participan totlos los seres terrenales y cckstes'
(1949), Sobrctiro del torÍo rv, uirm. 32 de la Colección cle los Atales
del ln.tlituto Nacional de Antrofolo¡1ío e l-listoria 1949-1950, I¡rstih¡to [,] motivo cle la lápida se <]ivide en dos secciones; la inferior
Nacional de Antro¡nlogía e Historia, Sría. de Educaci<in Públior, Mé- representaria la muerte y Ia superior la vida; entre las dos
xico, 1952, p. 57. Beatriz de la Fueute, I-a escultwa de palenquc, g 140.
1r0 [s¿¡¡i¿ Ce la Fuente, illem, p. 134. 120 f{u2, Et Tgnrpto de las Inscripciones . -., pp' 222-223'

c)1
90
T¿ L ll ll II I'u ¡t I II ta t I'r r t r ll r r f r r t u ll u r
sino retratos cle dos pcr-
el hombre, atrapado en la muerte, como dice i{uz' estcrcoti¡ros del icieal clel soberarlo'
se encuentra
para mostrar sonajes fuertemente c""ttti"<los
y eletraclos espiritualnrcnte'
cayendo hacia atrás sobre ei monstruo de la tierra de la lápida y las otras obras
la F)11a,s, asi como la
qá ur ser clestinado a la muerte; Pero muerte llel'a '"pt"*'tntian y veneró a1 l'rombre
palencanas, nos clicen que el maya conoció
en sí",misma la vida, pues la faja inferior tanibién tienc
sigirr:s
t1*" clejara ¿s vens¡¿¡ a 1os

de vida: el So1, semillas, la estilización cle una concha'


qr-re como tal, sin que ""o"iig;itiqt"
significa agua, tierra,'diosa madre, nacimiento; hay también dioses.
uia probabie rrlazoÍc:- v un grano demaíz' En 1a faja superioi
do*i.ra un motivo cruciforme, identificatio con la planta cie Clásico en el área central
Pcro el arte plástico del periorlo
acompañado de eler¡entos asociacios al cielo' al So1 clel l-rombre comr) un ser
Á;, y no sólo nos muestra una conciencia inciiviclualiriad' sino
y a la lluvia (serpiente bicéfala); es decil', aparecen totlos los valioso clentro clel cosmos y valioso P?1 :"
,lgrrou de vida qui, además, se representan en toclo el
tenrplo' del hombre como ser iris-
que tambión sugiere u"u Jo'ltlt"cia
un quetzal, sirnbolo de la libert¡"d pc''r el- acontecer humano'
En lo alto de ia cruz se posa tórico, o sea, ""' f'"ot'pación
espiritual. O sea' que se expresa ciaramerrte ttna idea
sobre son los frescos de Br-'nampak'
[,1 principal ejemplo <]e eito
el destino del más ,11á, l, idea de un ciclo humano de mucrtc en un irecho sobresaliente
que retratan a hombres indivitluales
renacimiento, semejante al de la naturaieza, la idea
de ttna una magnífica narra-
y"resurrección de su pasaclo, por lo que constituyen
, qtizá" a una vida más elevada espirituaimente
.i¿" ¿. un acontecimiento histórico'pinturas es t1114 sublevación
Se ha riicho que el- tema rle
(figura 2). estas
Pero además de esta visión de lo humano, como algo que de canlpesino' "1"i*itt" * tu't^ gob"tt'ante' )'a cltle los
ven-
forma parte de la armonía cósmica y que por ello muere- y ataviatlos' mientras que los
'u
vence<lores up,ttttt'-Lmente pero
,"rrr..,i, tumba parece exoresarnos una conciencia de la di{e- cidos llevan el vestuario
propio <1e1 maya clel pucblo;
ia represen-
la magnitucl de
tambión se ha afirma,io q.r",
rencia cualitativa del hombre. Ruz l'ra dicho: áada
;;;i;", se trata un combate poiítico muy in'rporurntc'
<le
ctrartos q.tlt
El exceso de precauciones materiales para lograr un seprrl-
Las represcnt¡rciones tle los lrcs :""!:l']-t: ^::
ligadas entre s1:
cro indestructible y cterno, así como la
redundancra en. la
femplo de las I'inturas r1e Ilonampak -cstán ttna- celebración,
simbología protectára,' induce más a - pensar q.ue refl:]-1n en el orimero se ]racen los preparativos
pltra
la tremánda^preocupación de un.mo't:il todo podero:9' 1ul- iamilia' acompairarlos cle noblcs
que inseguro^ respeito a su destino final, que la actl:ud-^de <lesiacan<lo tt l'oto'i u'i';; ;;"
tres persouajes concretos
un ser que por su esencia strpiera de antemano que lo espe' }Is;i"*t entre los nobles apalecen otros cuartos' por 1o que
raba la divinización y la vida eterna.121 que volvemos a encr'¡ntr" t" lo'
históricos rcales' En el
creemos qLle se
el maya había sobre- la baiaila' <luc culmina con la re-
"'i^"á"-'"ttonaje1.
O sea que, .lejos de expresarnos qtle segundo cuarto '" ttn'"'"t'ia
valorizado al hombre, la tumba nos expresa que conocía al
presión; es urra #;; ¿;i;' i"" s*"¿in" to''o las batallas
hombre y su contingencia propia, al hornbre diferenciado, en
der* Ilíarta,qt" no"t-r^U"' e"
t"ln forma tan expresiva como
cierta forma, de la naturaleza y de los dioses. concreto (figura 7)' E'n el
la palabra, tle un liecho histórico
cgn una ficsta' en la que
Desde el punto de vista de su expresión plástica, sin.tomar tercer cuarto t" "*utiu la victoria-
ahora en cuenta el hecho de que parecen haberse registrado tlel J:rimer cttarto"
n"*.tpr" los mismos personajes
er", Áaya tle *'r,^ ,"p..,""tación.pic-
datos de la vida del señor enterrado en eila, la tumba entera por lo insólito
manifiesta que el hombre individual era valioso por é1 mismo:
"n-"i que se trata <le un hecho inusitado
tórica de ese tipo, se cree
para dar una enseñanza
las cabe2as de estuco colocadas debajo del sarcófago no son qtle los caciques qoitit'o" inmortalizar
al pueblo y Para ;;;; *e*o'iu de iu grandeza y dominio'
et ldem, p. 225.
93
n
-EUU
cribe la aparición clel l-rombre hecho de masa -de maí2, susti-
tuyenCo al soberbio y vánidoso honrbre de madera:

Ya el alba ,. .rpo..., la construcción se acal-ra. H-e aquí que


se vuelve visiblé el sostén, el nutridor, el hijo del alba, el
engendrado clel all¡¿r. lle aquí que se v^e^
12?
al hor¡bre, a la hu-
-irridad- .n.la superficie de la tierra.
/--i-
Parece que surgía el hombre real, consciente de sí mismo y
de los dioses; el hombre histórico, conscietrte de su propia
trayectoria temporal; el ser susceptible de elevación espiritual
destinado a la resurrucción en sus propias obras.

A propósito de esta conciencia del hombre en el arte Clásico


hcmos <le mencionar los estudios sobrc el arte maya realizatlos
d" pcrt Beatriz de la Fuente, en particular La escultu'ra d'e Pa-
'ñ' lenque y el artículo titulado La cottcienciu histórico entre los
'\.r.,.¡'.
niair,as cló,sicos a traaés tle su escultura.
-,:r'
¿./, I.a investigadora señala un primer periorlo en la escultura
#/ <lenomina "hierático mitológico" (610-667

FIGURA 7. Escena .,", .roi,;,"T;"2. del Temlto de los


f palencana al que
rI.C.) por la rigidez de las formas (posición axial) y el ca-
Frescos, rácte¡ mitico cle los temas. f)ice que los sacertlotes, "clotnina<los
por creencias mágicas aparecen rigidos, carentes <le movimierrto
Si csto es así, el templo cie Eonampak es un de los más valiosos y sujetos en su simetría al orclen cósmico ii:rp'-resto por la
testi¡noni<¡s de que la humanización del arte plír.stico maya religión". rzr Un segundo periodo sería el "<linámico natu-
res¡lon,!e a una visií¡n llel lioml¡¡e corrro ser histórico, y es
ralista" (667-692 d.C.) en el que "cl tema sufre un cambio
necesario relacicnarlo con otras escenas de batallas ejecutadas fundamental y riecisivo, del carácter rnitológico pasa al carz'rc-
en relieve que, colTro hemos visto, parecen representar hec]ros ter histórico aun cuanclo sin relegar por completo los accesorios
reales y concretos, ya que van aconrlrañad¿rs de inscripciones míticos". ¡24 Se basa para afirnrar esto en que las of renrlas
rJel prinrer periodo eran símbolos de agua, pro«luctores <le vida,
que verosimilmente relatan biografías de ios gi-an<lcs perso-
najes. v loas al Srrl, y en el segun<lo perio«lo se ofrecen tiaras de
turquesa, que son "ofrettdas de poclerío terrestre" y aparecen
figuras sojuzgaclas, como en el Tablero de los Esclavos del
Tin síntesis, Ias representaciones humanas del arte map rea- Pllacio. Afirrna que sotl retratos que mtlestran un "culto a la
liza«l¿s entre los siglos r,rr y rx e¡r el área central nos muestrar¡ personalidari", no I Ia categoría sacerdotal'
una coucepción del hombre como ul1 ser diferenciado de la n¿rtu-
raleza y de los dioses, arlnque estrechanteilte vincularlo a ellos; 122 F.l !íl)ro ilel consoio, trad. y notas tle Gt'otgt' Raynnttd,
^M' .I'
Gonzrllez tlc Iúenrloza y Miguel Angel Asturias' 2q ed', UNAM, l\[éxico,
el hombre situaclo en su propia dimensión, que es la dimcnsión 1950 (Bibliotcca dcl estudiante universitario, l), p' l0l'
-
histórica. Iisas figuras.. llena: de dinamismo y nattrralidatl, 123 Reatriz tic la Fuente, La escultura de Pale¡tque, 9, 156'
parecen repetirnos las palabras rJel Popol Vuh,, cuatdo des- 12a !fu¡1, p. 160.

95
94
EUU rulEIu ullErELuEIluüt¡
Fn el artículo sobre la conciencia histórica señala qtte el tecer hunratr6) entre Ios lnayas. Nos [asanlr:¡i l)ltra- afirnt¿rr
surgimiento cle esta conciencia es "el comienzo cle la victoria esto en el hecho cle que en las inscripciones sobre el pasaclo
1e5 E'lia ve siempre se entrelazan los datos sobre los acontecimientos hu-
de ía mentaliclad r¡,cionalista sobre Ia irracional"'
un "proceso cle transformación que va de la concepción mágicrr manos con datos as,tro¡rónticos, 1o que no se p'.terie píIsar por
a la concepción histórica del mundo. - '"
12{l
alto, porque nos remite a una peculiar concepción 'de la iris-
Ea estos estudios se ha logrado la captación profunda del toria que sólo puerle ser entendida con base en la significaciírn
concepto del hombre que creó el maya, y nosotros hemos de la ciencia del tiempo.
encorrtrrdo en ellos muchas luces para esta investigaciór:, pero Los investigadores que se l-ran aplicaclo a la labor de cles-
cfeelnos que la conciencia histórica no inrpiica necesariarnenie cubrir clatos históricos en las inscripciones no han profuntlizarlc.,
una rnentiliciad racionalista, y nos Parece c¡tte el maya no aban- en este hecho, quizá porque hasta hace doce años sólo se había
dsrió en ningún niomento la conce¡rción mágica del mundo' visto el aspecto astronómico negando el histórico, y era ner:e-
No creemos 1ue mogia y mito se opongan a racionalidad, sino sario descubrir que los mayas no fueron indiferentes a su
ql'te hemos encontra<lo la racionalidad del rnito y Ia religio- propia trayectoria lristórica' Tatiana Proskouriakoff nos clice
r1clutl ,1" la razón, tanto entre los mayas como entre otrc¡s en su artículo sobre Piedras Negras:
pueblos. Por ello, no vemos oposición entrc concepción má- J

gi., y .orr..pción histórica, sino que creemos qlrt la conciencia - El descubrimiento tle que las inscripciones de Piedras ldegras
ñirt,!.i.n, o sea, la reflexión st¡bre el acontecer humano, puede implican clatos históricos no significa que se rleba abandonar
-búsquecla
la de significaciones astronómicas. Es necesarir-¡
darse tanto en una mentaliclad mágica, como en una mentalidad interpreta-
racir:nalista.
deslindir los -la clentro del ploblema de
«los campos
ción cle fechas. Pero aproximación astronrimica tiene ya
El objeto de que nosotros hayarnos destacado la humani- un largo camino recorridq mientras que la. histórica jamás
zación progresiva de las representaciones humanas en el arte ha sidó iniciada. Quizá si hubiéramos invertido tanto tiempo
clásico de1 área central, que culminan co¡r el retrato del horn' , busca¡rdo «latos hlstóricos como el que ha sido cmpleado
para los cálculos lunares, y:r hubióramos porlirio ¡eunir .el
l¡¡e como tai y con escenas que narran hechos del pasado' ha
ir"tpo substancial cle hcchos de Ia estructura dinástica <lel
slclo señalar que el maya clásico tuvo una profunda concienci¿i "Viejo Imperio" maya. Seguramente l:i -solución final de las
clel hombre y ,t. to:trayectoria tempoial, que nos permite signiiicaciónes de los textos clepenclerá del desciframiento
l¡cf sus inscripciones y córlices sobre el pasado como verdadera dJ los jeroglificos, pero no <lebemos depen<ler sólo de eso,
historia. O ¿cabe pensar en ul1 hur':ranisrno tan señalado sin porque se puede enfrentar el problema por otros catninos, y
una conciencia histórica? ia aproximación histórica merece una consideración fervl-
rosa de nuestra parte.127
LA CIIIÑCIA DITI. TIIIMTO Y I./\ }IIS'|ORIA Pero la necesidad de cleslindar los dos campos en l¿r labor'
llasta ahora nos parece haber encontrado que la preocupa- de interpretación de fcchas, en la labor de interpretación his-
ción por el pasaclo entre los mayal puetle ser considerada tórica nos parece que se convierte en neccsidad de vincularlos,
como historir; p"ro creemos que una aproxirnación a la ciencia
ya que, según proponemos hipotéticamente, la historia para
del tiempo no sólo puecle darnos una co¡roboración de las el maya no es algo aparte de la arnronia astrat, sino que
conclusiones anteriores, sino que puede acercarnos a la com- forma parte de ella, lo cual explicaría la'connotación astro-
prensión del se¡rtido y el concepto de la historia (como acon- nómica de los textos sobre el pasado y la señalada función
práctica de la astronomía. Por ello creemr:s que el ver ambos
12ó ss¿t¡i¿ de la Fuentg La conrisrrca histórico.,,, p. 12. ' 1t7 Proskouriakof f, Ilistorkal implications . .., p. 475.
tzo lilem, p. S.

96 97
ruutlEuu U U U ü U U ll t U lt u u ll ll I E Il ll ll ll l¡. Il tl
pensamiento maya uo hay
Thompson h¿i a{irmado que en el
una preocupación por el homb¡e'
pr)r eso' sobre la altcración
conocimientos como dos aspectos inconexos quizá
traicionaría
concepto
el espíritu maya, por muy extraño qu-e parezca a nuestras ;;; ;i;i."ñ p.oáucí" en la vida irumana' segirn e1
mentes occidentales un tal concepto de la l-ristoria' n.,aya, el investigador nos rlice:
rle la
Entre las creaciones que distinguen al rnal'a dentro F-l fin que se buscaba en conocer.los f-?:t:::?"?:"" il*:,'^':T
y ;";;;;;, de carácter mundano;
cultura mesoamericana destacan sus conceptos matemáticos H J;e 'r'.tzit
astronómicos, quizá los más avanzaclos entrs las culturas
an- ri, :'j,\,u?t;,,";
''1-^ ma1;a cle
iJ.,
.l"
-"-'^ 'l' la eternidad
"*L*í¿'¿ riel ii.*pu
tiempr¡ fue'
[ue, en cambio,
cambio
<le una conciencia lL,:'1:[J';:i.'.r,i. il'' que
J": -,1I':. :::::1,5
tiguas. Estos conceptos fueron resultado
dJ devenir que Parece ser lo metlular de su cultura' El maya
;i;;f
"i-'i'"'ra i" a.'ri'ol'l^':":,':.t-'"''i',:
'Ji':,,;l'1;'"'p1li".r';;,,i;i
¿' ;;;;t" ;; ;i p:':9
:',1,1,
l'Xl i"'',,Í' ?iii,'i J'i,
captó el ca.ácter temporal clel cosmos, el devenir
rie todo cuanto
il XilX J""l' Ti#r;',ü :;áp""¿"' i1,''*3tiau'1.^ I-'::-
"" ^:tX .l ^ #..l'1',' "3
"*l
.*i.t., y trató de hacerlo comprensible ordenánciolo y regis- i,,,,r-" .tt. pu"bln ,. p'op"to atrev.itlam^errte
rc-pasar ese ca--
Así, desarrolló el uso
trándolá. clel cero y el valor posicional
,r',inc cn brsca cle aquel punto lnlclal"'"
á" to, slgnos más o menos mil años antes que los l-rindúes'
cottciirierolr cl ticrnpo
los primeios en el "Viejo rnundo" en llegar a estos
conceptos; Esto parece significar qrre los lllayas
casi exacta con que arranca de un pasarlo tat.r
registró el ciclo del Sol con una coincidencia corno L1n ininterrumpido clevenir
y Thompson que "lot
.i nn" Trópico; registró el perio<lo de lu¡ación las revolu- remoto cluc casi es eteruo; tlice 1Y1t
que el tiempo no tuvo pnn-
ciones sinóáicas de Venus; desarrolló todo un sistema Iru¡;rr-, llega<i<., a la conclusión de
calen'
dárico, siguiendo la irerencia olmeca; creó una fecha Era 130
cipio jamás".
;;;" ;r"á de partida para sus cálculos cronológicos " 4 Ahau una verdaclera cien-
Según esta visión, los mayas realizaron
SCwrulorÁ, que correspontle al 12 de agosto
de 3113 a'C" y se á" to*p'"'der el deven\t' quiz| a
cia especulatlva en 'o 'fe"
aplicó a ia- labor de calcular y registrar fechas mediante
uo solar' y de manera se-
p"irrl.'J" r, simple observ¿rción del ciclo
complica<lo sisterna llamaclo <le la "Cuenta larga" o que cl movimiento
"Serie tot'ot"t las in{luencias
cunrlaria buscaron
inicial" no sólo corno algo útii para la vicla humana material'
cósmico traía para Si esto fuera así' se podría decir
ai* pcr ttna conciencia más profunrla de la ternporalitlad' "l'¡o-U'"' conocimiento objetivo del
que ios mayas se entregaron al
como parece sugertrlo, muy particttlarmeute, la fecha 7 Altau
al
devenir cósmico lonscientes del devenir irttm:rno'
3 Pop, insc.rita en la estela D de Quiriguá, que, si la lectura 'i"-"t inmersos en una religiosidad
mismo tiempo que permanecían
qua ," ha tlaclo es correcta, registraria un dia situado cLlatro- donde el l-rombre se anula ante
los clioses' ¿-Pueden tl^ttt :.t:::
.i"rrtot rnillones de años hacia el pasado' haber una apertura
dos fenómenos simultánearnente? ¿Puecle
Eric Thompson, el investigaclor clue más se ha ocupaclo del y orden clel cambio' sin
racional, un a{írn ¿e sittematización el huma-
tema <iel tiempo, y que noi habla incluso de una "filosofía conciencia ¿et tlomi'e? ¿Qué
significan entonces
sistemírtico clel
del tiempo" entre los mayas; afirma: nismo clue expresa i^¡t*'ñn"ico"y el registro
Para los mayas el tiempo constituyó un motivo de interós Pasado?
esta cienci ia fric un mero afán
o¡,-tU"nt*. ÓacJa estela y ca<la altai se erigían para scñalar Cuanclo nos pregulltatnos si
el paso clel tiempo,,f Por elio-la-.cletlicación se lt¡tcí¡r ¿rl
ttn como tt d
tlesinteresado por algo tan ab¡tracto 11ll'1^l^.ll
jntereses.fl:"1""i:,i3:tt:;
á" "-u., p.rio¿o . . . FÍasta donrle llega nuestro cr'rnocirnicnto' los mayas llegaron a un nivel tle
los monumentos mayas con lnscrlPclones ' ' ' tratan exclusi- iI#ll?.off;;"i lu", lejos <le esto' toclo 1o relativo
al
varnente clel paso áát ti.*po, de tlatos sobre la I"una 1'
el
' olaneta Venui. tle cálculos'calendáricos y cle asuntos sobre
12E rzs I¿lem, pp. 154-155.
i"i Jint.t y los rituales implicitos en estos temas' wo llan, p. 155.
12e Thompson, Granileza y ilecailencia. ' ', o. lS2'

98
portador con
concepto de tienipo está en íntima relación con su leligión. Pero el tiempo no es el tránsiio de un solo
su carga, sino áe muchos portadores a
la vez' cada uno con su
y' su religión está en íntima relación con los hombres, como
laoso lorrespondiente: el cle ios baletunes'
el de los hatr'r'n'es'
toda religión. Despojados de su contexto, los cálculos crono-
y el de los htnes' que se armo-
lógicos y astronómicos de los mayas, que tal vez iueron lle- el de los tunes, el delos uinales
os portaclores del año son 1os
vados hasta u¡r extremo clonde el tiempo humano resulta insig- nizan para fijar una fecha' T

días con que éste comienza y sólo sorl


cuatro' que correspon-
nificante, pueden consi(lerarse como 1111a verdarera ciencia Ir
objetiva, segírn nuestro concepto occidental de ciencia; pero d.en a los cuatro rumbos áel universot
ko*' Mu'Iuc' 5'

Cawac; cada uno de ellos trae una


in{luencia benéfica o malé-
eso no significa que la actitud de sus creadores sea como la
ii.r; *i Kan signifíca 1a abun<lancia rle gran()s; -\'iulwc'
e1
rle un científico occi<lent:rl, por lo que es necesario verla cornr.,
iesultado de una particular visión del cosmos y de la vida agaa; Ir Y Cawac,
-'oi desastres'
que comparten todos los pueblos mesoamericanos, y que es ti"*po se concibe, así, como un orden' se racionaliza' se
es decir'
cualitativa y esencialmente distinta de la nuestra. h"." .o*prensible; pero también se antropomorfiz:l' los liom-
,áq;f"." il tottto-¿. hombre, pues pasa al rlominio
de
Como lo her¡os señalado en el capítulo t, los hombres meso- la vida de los
americanos conciilieron rln cosmos dinámico y divino, regido bres s1l conoclmlento sirve para regular
y
la me<licli en que es interreiación diná-
por una ley cíclica. El cosmos maya, en particular, es una hombres. El tiempo, en
cuali-
mica entre hombres y dioses, es tiempo
esencialmente
compleja combinación de tres-planos superpuestos y cuatro El
tativo, no un .orr."pio abstracto y deshumanizado'
mismo
"rufi¡bos" horizontales, simbolizados por colores, aves y ceibas los intentos de en-
en
cósmicas. Es un universo constituido por fuerzas divinas en Thompson dice que "fue precisamente
en conflicto que
constante interrelación y en constante movimiento, que ha exis- corrtra, la clave de todas estas influencias
de tantos ciclos del tiempo
tido varias veces consecutitas, siguiendo un orden cíclico. pr"r*f"" de los cliversos clioses descubrimientos
granrles
Dent¡o de cacla uno de estos grandes ciclos, llamados Soles, iorr¿" t* mayas alcanzaron sus más
intelectuales,,,
laz y León-Portilla afi¡ma que "ciencia pura
se prorlucen infinidad de ciclos menores: deidades que llegan
tienrpo' si se eliminara
"cargando" el tiempo, recorrerl un espacio y parten cuando sería el saber de los mayas acelca <lel
de él su absorbente conáotación religiosa
y 1o que hoy llama-
ilega su "cansancio", dejando la carga del tiempo a la siguiente 133
deidad. E,sto nos expresa un concepto de espacio dinamizado ríamos su aplicación astrológica"'
surgió de y1
o temporalizado, una unidad espacio-tiempo, por lo que el Por tanto, parece ser que ia ciencia del tiempo
su vida material'
tiempo es el universo mismo, en tanto que el universo es dina- originaria pr"o.rpu"il" po' "1 hombre'.I)or
en tanto que ésta .rie ¿"t"t*inada
por los clioses-tiempo' Nos
mismo. León-Portilla, que ha realizado ttna profunda y original que al. m-ry-a le
investigación sobre el tema del tiempo entre los mayas, nos parece anacrónico y abstracto suponer ]"t:t:t:
como si el d'evenir fuera
dice: ioU", qre es el devenir en si mismo'
parece haberle
algo ajeno a su propia existencia: Más bien
irr?"r"á¿o, primordiaimente, comprender
y precisar su propio
Para ellos el tiempo mismo fue la realidad primordial y sin planear su propio de-
límites, la deidad de los múltiples rostros, periodos o ciclos, sitio «lentro cle este .o,*o' dinimico'
que en jornadas alternantes y con la posibilidad de retornos venir.
el códice
en un ámbito que no alcanza término, comunican su carga De los tres cóclices prehispírnicos que conocemos'
a todos los planos y a todos los rumbos del universo. Br del maya' en
Dresde nos sugiere esta preocupación esencial
grandes cálculos
181fsf¡-pq¡1illa, Tiempo y realid.ad en el pensatniefito ,nala. Ensayo tarto qre en él encontramJs un ejemplo de los
de acercaruiento, próL.J. Eric S. Thompson, Apéndice de Alfonso Villa l82Thompson' Granileza 9 ileca'l.encia'''' p' 154'
Rojas, trnstituto de Investigaciones Históricas, UNAM, Méxicq 1968
(Serie rle culturas mesoamericanas, 2), p. 99. raef.irr-i'ot¡¡lla, Tiemlo-a realíilad" '', 0' 10'
101
100
astronómicos y cronológicos de los mayas, en relacirin con la
las feclras sók.¡ der¡tro dc un hatún (7200 <lías), sin tomar en
vida humana. Los astros aparecen antropoformizados, sobre cuenta el tiempo total. Cada 256 airos volvía el hatún de ui
todo de la página 47 a la 50 clel códice, ck¡nde se representan
nombre dado (que debiclo a la construcción de su calenclario
como guer-eros y personajes heridos, rc¿lizados con gran
sólo poclía terrninar en un día Ahau) trayenclo consigo las mis-
naturalismo. De la página 32a a la 39a, el códice representa
mas influencias divinas, por lo que los hechos ocurridos en el
escenas de pesca, sacrificio hutnano, preparación de comidas y
l¡atún anterior se repetirían. Pero como el hombre forma parte
bebidas, caida de llnvias, tortnentas, conjunción de planetas,
del cosmos, no sólo se repiten los hechos naturales, sino tam-
fertilización cle l;r tierra. por. aguas pluviales, e'tcétera' Esto
bién los acontecimientos humanos, las acciones c1e los ITombres.
nos muestra clue el ma1't b:rja los astrcs a su propio mundo,
quienes, corno to<lo, reciben la carga clivina del kattirt. Un ejem-
o cl:e elcva su munclo a itna repercusión astro-divina, y no que
plo es la conocida historia de los itzáes, que en los katunes B
se aleja <le si misrno para remontarse a los astros, como 1o
Ahau se veían obligados siempre a abandonar su residencia. Iaa
haria un científico occiclentai; nos muestra"que 1o que preocu-
Así la historia, o sea, el acontecer humano, se concibe como
paba al satrio may;r no era precisamente el conccimiento obje-
una trayectoria cíclica en la que el pasado retorna de acuerdo con
tivo <íe los astrcrs, sino Ia cuinprensión de los hechos naturales
el orden del tiempo, porque el lior,rbre no es tlna realidacl aisla-
que afecta'uat ia vida humana; es clecir, parece ser que el maya
da de las otras realidades dinámicas que constituyen el universo.
se afanó i)or cono(:er el ritmo de los astros y por computar el
Por tanto, los acontecimientos registrados en los textos e¡an
tiernpo con toda exactitud p:rra programa¡ las actividades bá-
la clave para prever el futuro, 1o cual explica el hecho de que.
sicas para ia vi,la, en e:speciai la agricultura, 1o cual corrobora
además del conocimiento del tiempo, la principal ocupación de
el carácter pr'áctico ,le los cor¡ocimientos astronómicos, pero a
los sacerdotes era estudiar sus antiguos textos para poder pre-
la vez nos revela que su vida práctica, material, concreta, no
decir el <lestino que el tiempo traia para el hombre. En los
era vivida dentro de Ia estrechez de sus propios límites, sino
Libros de Chilam Balant' se nos habla repetidas veces de est¡l
en apertura e integración con la totalidad del universo.
actividad de los sacerdotes mayas, por ejemplo:
Ahora bien, la preocupaciítn por la temporalidacl, que lo ller'ó
Se llaman profetas los sacerdotes Chilarn Bal¿trn y Xtlpén
a crear una tan asombrosa sistematización <lel devcnir, nos Nauat, prJrql¡e conocían los libros sagra<]os en los que .se
h¿rce inferir que el maya concibió también al hombre como un conoce él porvenir dc los FIun Ahatr, que fueron quita<los
13r'
ser teinporal. Pero, ¿qué clase de temporalidad era la que regía <lcl cerro de Clnqr-caa¿ cuanclo su porler sc vino a tierra'
la vida humana? ¿De qué manera quedó integrado el hombre, Otro texto dice: t
como ser histórico, al devenir universal ? ¿ Quedó inmerso indi- Lalrun Chablé erige Katún en el 10 Aha$ Katxin. .. Se
ferenciadamente dentro de este devenir cósmico? o ¿de alguna averigua 1o que dicen ios antiguos iibros... Se bt¡sca en cl
manera fue diferenciado? calenilario si-han llega<I<i las scñalcs del nrundo... r:16
. Creemos que la respucsta está en los textos rnayas poste- Y al describir las desgracias que vendrán en el año 4 Muiuc
riores a, la Conquista, clue revelan la ideología y costumbres de de un Katún 5 Ahau, dicen:
los mayas del periodo liosclásico, ya qLle ellos parecen expresar
que la visión mava de un cosmos dinámico y divino, en integra- Llorará Ku, Deidad, llorará el mundo; será cuando re-
cuerden sus linajes paternos sus linajes maternos y los tres
ción con ia vida humana, trajo consigo Ia explicación cle la
ts+ Et libro ile los libros de Chilam Balam, 4 ed., trad. Alfrcdo Ba-
vida histórica, la conciencia de la propia trayectoria temporal
rrera Vásquez y Silvia Rendón, Fondo de Cultura Económica, México,
del hombre. 19ó9 (Col. Popular, 42).
En el periodo Posclásico los mayas habían abandonado el t3óC6d,ice Pérez, trad. libre del ma;a al castellano por Ermito So-
sistema de fechar de la "Cuenta larga", prefirientlo registrar lís Alcaiá, Imprenta Oriente, Mérida, 1%9, p. 151.
18o ldeln, p. 165.

r02
103
I ll ll Utl-I-E t U U tl lt Il lt f ll I ü E lr tl I ll t I t ü ll ü U. ll ll
dobleces de katún pasarJos desde c¡tte murieron perdi<ios deidades, son ie1'es racionales, va que son cuantificables con
en los bosques y bajo las malezas por causa del poder del
'li
exacta precisión, ya que son comprensibles y manejables.
Sol según sus historias y tradiciones. Así ocurrirá en el ii':
Asi, ia historia es racional porque la ley cósmica garantiza
'año tnn, tsí aparecen los signos eu el libro
decimoctavo la iegaliclacl de ia existencia humana en el tiempo: la raciona-
de los siete linajes cltte vio el Ah l(in, Sacerdote-del-culto- lidad del tiempo universal {undame[ta la regularidacl con
solar, Chilarn l]¿lar¡r, I3rujo-intórprete, cuando leyó la rueda
de los katunes , . . liso fue lo que dedujo de los signos la que se produce la historia.
I
pintados en el iil:ro, segirn su entender . . . Allí vieron
cómo caería la carga según dijo el Chilam Balam... q1le
Con esta peculiar crrnce¡;ción del acontecer humano, en la i

caería utl aiur de I^eyertas y un solc pleito se oiría, según que el pasaCo se repite como los ciclos de llr naturaleza, los I

la explicación que dan los signos pintados. 137 mayas nos inducen a pensar que no advirtieron la diferencia
I
entre los tres corxponentes cle la temporalidad históric¿ resPec- i
De la época innrediatametrte anterior a la Conquista cono- to de la temporalidad rlei mundo, que consiste en la novedad t
I

cemos muchos hechos histó¡icos. precisamente porqtle estaban del futuro. Sin en.rbargo, ¿ qué sentido tenía la inquisi- I
registrados en los códices y sirvieron de base para interpre- ción en los antiguos textos? ¿Era sólo para saber fatalis- I

tar la llegada de los españoles; así, se explica el gobierno tamente qué traería cl mañana, de acuerdo con lo que ocurrió
*spairol con base en el dominio de los itzáes, el culto cris- en el pasa<io ?
ti¿i.rro con base en e1 culto de Kukuicán, etcétera. F-l Códtce Lejos rle esto, los texttts nos expresan también que el
I'iree asienta: "En los antigttos libros se nos enseña que cam- verdarlero sentiilo de 1a inquisición en el pasado, clel cono-
biará el mundo. Es la señal del Verdadero Dios la que cimiento de las leyes de los ]¿atunes para prever el fttturo,
llegó..."r4e era la posibilidacl de ¡-,repararse para recibirlo, aceptando
'['oclo esto l1os revela que se consignaban los acontecimien-
las buenas influencias y conjur;rndo y evitantlc¡ las malas.
tos ocurridos, registrando con exactitud la fechir de su acae- 1o cuai significa canr.biarlo, de algÚrn modo. Aqui encontra-
ci*riento, y que se llevaba un córnputo sistemático del tiempo, mos que yii interviene la libertad del hombre, que el maya
p;rra poder desprrés conocer el futuro que espcralla a 1a co- se percató rJe que mediante el conocimiento dei 1.'asatlo é1 pue-
nir-uridad. O sea, que había una" r'ercladera inquisición rle los de modelar su propio dcstino. mientras clue la naturaleza
acontecimientos oasados, una reflexión sobre su sentido, una no puecle conocer ni cambi¡rr cl suyo.
significación de los hechos. humanos, porque asi como se Después de haber inquirido en sus textos antiguos, los
l¡uscó la causa de todo ki que acontece, el sentido del devenir' sacerdotes hacían públicos sus pronósticos, aconsejando la
se buscó también la causa clel devenir humano, y esta csusa se mejor manera de actuar. Por ejemplo, en una profecía el sa-
encontró en el ca¡ácter ciclico de ia temporalidad cósmica, cerdr¡te exhorta al pueblo a lle'¡a¡' a las d,.¡¡lcellas a otro lugar,
en la interrelación necesaria de pasado, presente y futurc. rlada la carga del katún:
Esto siguifica que la historia no ftle concebida como algo
azaroso, ni tampoco como resultado de la acción de fuerzas IIn ninguna parte han tk:
-
er:tregarse las hijas rlc Cuchlrtm
incomprensibles, sino qtle se creó uua concepción racionill, Idzinil, I-Icrmandad-de -hcrman;rs-n'¡enores; sal'lrhrt cle esta
provincia, habrán de irse.. . porqtle va a ser el ticmpo en
una explicación del acontecer humano, dotando aI pasaclo que paran las tnozas rloncellas, las no- casadas, un dia tras
de un significado, con base en la creencia de que el rJcvenir Otr0,-13$
1
está sujeto a leyes necesarias. Porque aunque estas leyes
,t" re,,*{ cósmicas sean concebidas como el movimiento de múitiples Y en la profecía para el primer hat,ún ll
Ahau que se repite
tlespués rle la llegada de ios espairoles, ocurrida en e\ hatún
{ 1.s7 El libro de los libros. . . , p. 117'
§8 Códice Pérez, 9. 149. 8a EI libro de los Nbros..., p. 96
I

104 105
,&,r

anterior del mismo nombre, se recuerdan las desgracias ri,-'i lo que sería el concepto del pásaclo y el'sentido de la historia'
hatún anferior y se recouientla ai pueblo; Está ciencia ¿el tiempo no sólo tiene significación astr.n<i-
mica y religiosa, sino que, siencic' una "filosofía del tiempo"
Preparáos para soport;rr la carga de la r:rjseria rrue virr.., está expresándo la concepción que cl maya tiene de la histo-
a vuestros puebios pol'que este k;rtún que sc ¿isienta es ii¡r¡iin
de miseria, katírn de pleitos corr el diablo, pieitos en e1 1 l
ria: un fenómeno ¡acional. lista racionalidad se 'expresa en
Ahau. Lao que li.r historia, entenclicla como ei devenir propio de 1o huma-
rro, ,ro es sino una manifestación especifica del devenir uni-
Así, la función <le los s¿rcerdote-s, al dar sus pronóstico:. versal, el cual se mira como un orden riguroso que consiste
al llueblo. e1'a. acotlsejar le. mejor nlanera de actuar ante cl en juegos rle inte¡relación clinámica de los dioses-tiempo' que
destinn qne traía el l¿utú,u^ La.n<la nos dice que en el mes de .orrrtituy*tt una unida<l espacio-temporal determinable y cuan-
Uo Los sacerdotes se reunian, -.acaban sus libros y "hechc, tificable con plena exactitud.
esto abría el más <locto de 1os sacerdol.es un libro y minilxr Es <lecir, ti.*po es racional porque es determinable
los pronósticos de rquel año y los declaraba a los presentes.
"l
topográfica y cualitatlvamente, como clivrnidades diferenciadas
y predicábales un poco encomendán¡ioles los remedios". lal qrr" á.r"*p.ñan movimientos y funciones definidas e interre-
pue-
Ai ligar la historia humana a 1a vicl¿¡ cósniica en la icle;r ü.iorradas, y, a la vez, porque estas funciones también
cle que 1os acx.¡rrtecimicntos se repetían, el futuro se hace l'a den ser cleterminadas cuantitativamente con toda exactitud
cional pues pasa ai dorninio clei hombre, quien 1o puede trans- por los cálculos matemáticos y cronológicos, fundamental-
formar, con base en el <lesiino. Aquí es donde creerxos que mente porque el proceso temporal se entiende corno reitera-
se expresa la di{erenciación hombre-mundo, prles el hombre ción ciclica, repetición de lapsos'
es concebido corno el ser que posee la capacid:rd libre de orga- El movimiento histórico, entonces, está sometido al mis-
nizar su r.ida, sin dejar de pertenecer a 1a naturaleza, como mo rigor, está referi<lo a la mistna racionalidad de1 tiempo
si ¿tmbas cosas no se contrapusieran. sino que sc complemen- t<¡tal. Los momentos rie la historia se explican en
función de
tara.n dialécticamente. Se trata r:le liber:tad, enteuclitia como carsJas divinas cle los lapsos, y el proceso mismo de la historia
conciencia aciiva del ciestino, y¿i que el irr.,mbre may¿r rro per- se concibe tar¡bién ciclica y reiterativamente'
rxanece pasivo aute su conclición de parte integrante de un l'ero la historia no es sólo esta racionalidad cualificada re-
toclo cósmico, sino que pllede corrocerla y plani{icar su {ulu- ligiosamente, este orden rleterminable necesariamente y some-
ro, ordenando y registranclo el ,1e:r¡enir, investigando eü suli tiio a un¿r reiteración fatal, sino que, en tanto que el hombre
ir:xt<¡s. subre eI pasado. tiene acceso a su comprensión, puecle conocer su futuro'
y en
La preocupación por el tiernpo no e:; algo aparte <le la esto implicitamente se está expresan<lo la peculiaridad que el
hornbre: tendría: clar sentidcl a su llresente y prever su
prericupaciórt hisiórica, fiorque el irombrr: es ta¡n'oión <.ievenir, futuro'
clevenir integracio ai devenir cósmico, pero clerrenir quc es e inr:luso, con base en esta conciencia, modificarlo' '

susceptible de ser niodificado por la ar:tión c<¡nsc:icnte ), libre


del hc¡n:bre. I)e tock¡ esto podemos concluir tlue si la historia es un mirar
.Asi pues, ia ciencia del tiempo corrobr¡ra la existencia rlc refiexivo y critico hacia el pasarlo; si es crear i1n concepto
u¡ra conciencia histórica entre los mayas porqLle a travi:s ¿Icercadeél,sobrelabasecleunaiclentirlacicomttnitaria;sies
de ella no sólo se pone de manifiesto que hubo trna vertla- una conciencia del devenir humano' es decir, cle que la vicla
dera actitud inquisitiva y crítica hacia el pasaclo, sino tambií:r¡ d"J hombre es cambio creativo, resulta que los mayas tuvieron
r4o ldeffi, p. 69.
una ver<ladera conciencia histórica; que sus textos scbre el
1{1 ¡"r6u, op. cit., p. 92. aconteccr pretérito, en su intima vinculación con la con-

106 r07
I ÜUTE
cepción humanística del hombre. y con la ciencia del tiempo,
són una auténtica historiografía. Porque por su peculiar visión
,Iel cosmos como un eterno dina:rismo cíclico, cualitativo y ac-
tuante, racional y di.i'ino, al cual pertenece el hombre, se afa-
naron por comprender su propia trayectoria, por encontrar su
propio sitio, e inquirieron en su propio acontecer reflexio-
nando sobre él y crea.ndo un peculiar corrcepto del pasado, el lV. LA CONI'INUIDAD DE LA CONCiE,NCIA
presente y el futuro; se responsabilizai¡on cle preparar su por- I{ISTÓRICA EN I,OS HISTORIADORI,S MAYAS
venir registrando cuicladosarnente los aco¡rtecin:iento, y digni- POSTTjRIOR:I1S A LA CONQUISTA
íicaron ia in:agen del hombre con:o algo distinto a la natura-
ieza y a los ciioses pero nunca riesvinculado de ellos. En los capittrlos anteriores hemos apelado a las fuentes indi-
g.r,o, pori.riores a la Conquista para tratar de comprenrler el
ifan pot registrar el acontecer hnmant¡ en los mayas prehis-
parri.o., clel"que nos hablan las inscripciones realizadas des'Je
el pe.iodo Clásico y las fuentes espafiolas cle los siglos xvr
y
xvir. Alrc* analizaremos estos textos indígenas en tanto que
mavas pre-
herederos de la peculiar conciencia histórica rle los
hispánicos.

A la llegada de los españoles, los mayas debían de tener' si


había rrn iuitivo tan notable de ia historia, un conocimiento
los có-
nru1, completo cle su pasa'Jo; pero,- como-bien sabemos'
ai..r, qué eran el principal receptáculo de-la tradición' fueron
riestruitlos por supuestos rtquerim;t"1o5 'le l:r evangelización'
y muertos' preci-
I lo, ,u."ráotes fueron torturaclos, acosados
Dice Landa:
.samente por la fuerza <le esa tradiciixr'

I-Iallámosles gran número cle lil¡ros de estas sus


letras' y
,ro t.ñi"n .ái, crl que no hubiese superstición y fai-
"oii'u.
l"d^des del dernonio, se los quemamos 143 todos' lo cual sln-
ii"i"t . mara"illa y ies dio mucha pena'

Cogolluclo asienta, hablando del auto de fe de Mani'


enca-
Y
bezado por Landa:

Con el recelo de esta idolatría, hiza


juntar todos lcs libros
antiguos que los indios tenian' Y Por quitarles
;;;t"* se pu-
íoda ocasión y mémoria rle sus antiguos rttos: cuantos
públicamente el día del auto' y
,lieron hallar, se quemaron lag
á las vueltas .or. éilo, sus historias de sus antigüedades.

1a2!¿¡d¿, oü- cit., P. 105.


1a$ §6g6!!ud6' op- cit', pp' 498-499'

108
109
r rru-rT rrr r- r' rT-u:u u- uT- r*rfTI r STETE
ser destmirla Y, lríecisamente gracias a ella' n<¡sotros tenemos
Estd que tan escuetamente refie¡:e¡r loi frailes españoies, noticia «le su histori.a antigua, de sus mitos y de sus costum-
justificándose por la necesidad de cristianizar a los indios, fue irres; porque, po1' ui1 lacio, los "indios viejos" de los distintos
visto por éstos como la mayor trageciia, pues Ia desaparicióii pueblo.s comunicaro:r a los frailes españoles interesados en las
cle los códices y la persecución de los sacerdotes significaban :'antigiiedailes" lo que sabían respecto cle su pasatlo, general-
no sélo la pérdida de su identidad, sino también el desamparo ,nente aprenrlirlo rle memoria, Y, Por otra parte, porque algu-
ante el futuro, es decir, la pérdida de la posibilidad de prepÍi- nos de estos indios ciue aprendieron a escribir con el alfabeto
rarse para 1o que trajera la carga divina de los l¿atunes. latino, escribieron nuevos libros irasántlose en los viejos códices
Los evangelizadores sabían bien qtre la autoridad estatra en o en trarlicir-,nes orales.
los sacerdotes, guías tlel pueblo; por eso rlirigieron hacia ellcs l,a cultuia maya no nrurió con la couqui:'ta españr.lla, pues
sus ataques. Los sacerdotes desaparecieron y la. fuerza espiri- los rnayas constituian un pueblo por esencia conservadc¡r de
tual del pueblo maya se perdió. Dice el Chilam Balam de Chu,- su pasatlo y rle sus tradiciones, cor¡o lo demuestran estos ma-
mayel: I
yas cle linaje que se marcaron la obligilci«in de preservar su
herer,.ia cultural. Así surgieron valiosos textos colno el Popol
Nc había ya Lluenos sacerdotes que nos enseñarán. Este es Iluh y los Librr¡s de Cltilant, Bolaru, r¡ue contienell ulli} gran
el origen de la Silla del segundo tiempo. Y es también la riqueza <Ie detalles de la historia, religión y costumbres de los
causa de nuestra muerte. No teuíamos truenos sacerdotes,
no teniamos sabiduría, y al fin se perdió el valor y la rirayas prehispánicos.
vergüenza. Y todos fueron iguales . . . No había Alto Conoci- Lr:s cronistas españoles qrlc investigaron sobre l¿r ctlltura
miento, no había Sagrado Lenguaje, no había Di-¡ina Ense- maya mencionan colno fuentes estos firlevos textos históricos
ñanza en los sustitutos de los rlioscs que llegarou aquí. ¡Cas- ieligiosos escritos con la finaliclad cle continuar la tr;rrlición
irar al Sol ! Eso vinieron a hacer aquí los extranjeros. laa -1,
iriaya. I.'uentes y Guzmán, por ejemplo, habla de I'arios manus-
Estas palabras, llenas de amargura, nos muestran la tragedia critos quichi,s que utilizó para relatar la histo¡ia de <liversos
con la que vivió el maya la abolición de sus costumbres tradi- poblados, y rnerrciona el nor¡bre tle stls autorcs:
cionales, la pérdida <le su sabiduría y de su conexión con el
pasado, que significó la pér<lida de su identidad. El lamento En distint,ts r¡anuscritos cie los citacios, se lralla la pro¡;ia
noticia, y tradición de la certeza de st¡ linaje, que ".t *a-
del escritor maya nos recuerda las palabras de un mexica ante ,Ierrro dÉ los Calpules o {arrtilias nobles dtl puebl-o .de Sta'
!a caída de Tenochtitlan, que expresan tambiérr ia pérdida de la Catarina Istaguaián, escripto
-
cu. vcitrtc, y.ocry,foja^1 por
herencia histórica: un cacique clellos, l)on Francisco Garcío' Culel Ystt¡¡t-
purn -..'n"
Golpeá,barnos, en tanto, los muros de ad,obe,
y era nuestra herenci.a una red de aguieros. Estos manuscritos eran, por lo general, de carácter histórico
Can Los escud,os fue su resguardo, 1' daban furidamentalneute los nombres de los gobernantes,
-tal
pero ni con escud,as pued,e ser sostenida su soledad.la$ vez, segíin los antiguos modelos mayas <le escribir historia,
aünque e¡ icxlas las fuer¡tes inflíge¡as encorltremos influencias
Pero si los códices fueron destruiilos y los sacerdotes per-(e, cristianas.
guidos y muertos, la conciencia histórica del maya iro pucio l.6pez Cogollutlo y F:ray Francisco Ximénez tarnbión tuvie-
ron a la mano los i"*to, fnayas escritos' con car¿tcteres lati-
Chilarn Balam de Chumnyel, p. 35.
t41
Visión ile los oencidos. Relaciones inilígenas ile la conqdsto, trad.
146 nos, perc el segundo tuvo la suerte de encontrar el libro más
Angel Ma. Garibay, Introd., Selección ]¡ notas de lrdiguel León-por tilla,
UNAM, México. l9ó9 (Biblioteca del estudiante universitario, 81), t40 Fuentls v Guzn.ián, ot. cir., t' rr, p. 391.
p. 166.
111
dos ellos casi lo tienen de mernoria, y 140
descubri. que de aques-
importaate que conócemos sobre la tradición histórica y reli :nuchos
tot libtot tenían entre si '"
giosa de los quichés: el Popol Vuh. El padre Ximénez, fraile
dominico llegado a Guatemala en 1688, logró obtener de los El Popot Vtth es'i c.o¡.¡stituido por tres partes, dos de ellas
quichés el manuscrito, guardado cuidadosamente desde el siglo primera
de carácier religioso y vna de carátter histórico' La'
xvr, en que fue escrito, y gracias a su conocimiento de la le¡r- es la cosmogorrá qri.-f,é y el relato de la creación del hombre'
gua quiché rlescubri.i su talor y Io tradujo al castellano, in- hecho de mása cle maí2, después de varios ensayos
infructuo-
cluyéndolo en su obra ilistaria de la Proai.ncia de Satt' Vicent, sos por parte rie los clioses creadores; ' la segunda
es un
-bello
de Chicpa r Guatenwla. En ella dice que no l.ray cluda tle rlue relato mítico, ctlyos personajes principales son Ios semidioses
el manuscrito sea original, pnes "cotlozco que aquestas hi:;t''- y tréro*, cultur;ies i{unahpú e Ixbalanqué, quicnes' después
rias son sacadas y trasladadas de las que ellos tenían del tie¡n- i" ,.r..", a la muerte, se transforman en el Sol y la Luna' dey
po de su gerrtiliclad para conservar sus errores . , ." t47 listcr la tercera parte es una narración histórica sobre el origen
mismo parece decirnos el propio Poltol Vilt cuando asienta: los grupos tl- Guatemala, sus migraciones, la fundación
de sus
guerras que
ciu¿l¿es, los l.rechos de sus principales ::eyes, las
Iisto lo escribircmos ya clentro de la ley tle Dios, en el entre sí, y el engranclecimiento del grupo quiché al
tuvieron
Cristianismo; 1o sacaremos a la luz porque ya no se ve el dominar a los otros gruPos.
Poltoi Vu,h, así llamado, donde se veía claramente la venid:r
Otras obras imporántes de Guatemala son el Memori'al
dc
<1e[ otro lado del mar, la narración de nuestra oscuridad, y
se veía claramente la vida. Existía el libro original, escrito Sotolá. o Anales ie tos cahchiqueles y el Título d'e los señores

de Tototúcapd,n. La primera es muy semejante al Popol


V-uh'
antiguamente, pero su vista está oculta al investigador y al
pensador. ra8 del hombre'
aunque con menor valor literario; relata el origen
de masa de maiz, y, al igual que los quichés' los
cak-
la necesidad de trasladar a un len-
C) sea, que el escritor ve "roáo linajes' mencionan-
chiqueles dejan constatado el origen de sus
guaje escrito comprensible para todos, en el nuevo oriien, lo los de los diversos grtlpos q.tre
do io, nombres rle iniciadores
que estaha antes escrito ccn los caracteres que sólo tos sacer- Refieren las
llegaron a 'iula, Procedentes tle lugares míticos'
rlotes conocían, conel fin, posi'olemente, de que !a comunidacl
lnzañas cle lucha contra o'rros pueblos en su
peregrinación
quiclié no perdiera el contacto con su pasado. la funclación de sus ciuda-
hacia sus tierras cle asentamiento,
Ximénez nos ilustra tarnbién sobre !a forma cc¡mo lcgró con- etcétera' El relato habla de la
des, guerras contra los quichés,
seguir el manuscrito, dándonos, al mismo tienrpo, una icfor- la pero en
.o.rq,Ii.t, española y «le los hechos que sucedieron'
¡¡ación de la importancia que tenía el libro para la comunidad histórica' ya que se
esta parte pierde su importancia literaria e
quiché: del autor y
re<iuie a hechos que afectaron la vida personal 'que
trascendencia' La segunda obra es- un título
no tienen ninguna
Pero como fue con todo sigilo que conservó entre ellos con
de propieciad, pero en ella encontramos la historia del
pueblo
tanto secreto, que ni memoria se hacía entre los rninistros sobre
antiguos de tal cosa, e indagando yo aqueste puntc, estanrlo qui.fr¿, reduciJa a señalar los hechos más importantes'
linajes qui-
en el Curato de Santo Tomás Chichicastenango, hallé que todo los de carácter [Iuerrero, y el origen de los
era Doctrina que primero mamaban con Ia leche y que to- Arnbas obras méncionan los mismos hechos y a
los mis-
chés.
u? Fray Francisco Ximénez, Historia de la, Proz;incia de San Vicmlc mos reyes y ciudades que aparecen en el.Popol .Vuh'
lo que
de Chiapa y Gwtentala, 3 vols., Biblioteca "Goathen¡aia" de la Scc. de ,ro,
-Itray la autenticidad de los datos históricos'
Geografia e Historia, vols. t-ltt, Guatemala, 1929, vol. r, p. 54. también v,arias crónic¿s menores que, como las dos
".rÁfirrna an-
Ya pspsl V*h, Las ontigaas Historias del Quiché, 90 ed., trad., in-
trod. y notas Adrián Reclnos, Fondo de Cultura Econóriic4 México, '
l9ó8 (Col. Popular, 11)' P. 21.
l4o Ximénez, o0. cit., vol. r, P' 5'
113
tt2
la historia de los
teriores, hai-,lan de los hectros esenciales de in-
Adenrás de l«.rs libros mencionados, conocemos'r¡tras obras
grupcs de Gu¿temala. hecha
dígenas cle Yucatán, como el Cód'ice Pérez, recopilación
Todas estas obras íueron escritas con el mismo propósito de con-
po*r Pío Pérez, que contiene el Chi'law Balant' d'e ManL
que los antiguos códices: transmitir al pueblo el conocimiento
siclerable significario históric-<1, y otros escritos sobre varios
de la tradición y del pasado liistórico, mediante su lectura en
temas. v*.i Óódice de Calkiní, capital de la provincia
de los
festividades reiigiosas; por elio eran libros sagrados que per-
canules, qrre habla tlel linaje canul, de los límites v
extensión
tenecían a la comunidad y no a un indivi<luo. sus irombres ilustres y de ia conquista es-
de su teriitorio, de
Las obras fundamentales de Yucatán son los Libros d.e Cht- por varias relaciones sin orden c¡ono-
pañr:la; estít compuesto
lam, Balan¡ llamados así porque Chilam Balarn fue uno cle
iógi.o,' por trataise cle irna recopilacir'>n, Pero su lenguaje
es
1os sacerdotes mayas que predijeron la llegada cle los españo- Balatn; también era
*i, ,i*pl. y llano que el de los Chilunt'
les y l¿ impl4ntación del cristianismo, como se afirma en el y crónica d'e Chac-Xw'
un libro de la comuniclad.l-a Llistoria
Chitant. Balant, de Chu»ruyel. Al igual que las obras de Guate-
lub-Chen, rle I'ech Ah Nakuk, una historia de la Conquista
rnala rlue hemos mencionado, óstc¡s erau libros de la comuniclad,
escrita por un maya 'Je linaje' El tcxto histórico contenido
en
escritos para ser heredaclos de padres a hijos, con el fin de qlue fue utilizado como
la Proiattzo de Don Pabto Parbolom,
mantener la idcnticlad del prrebio rraya frente a la invasión de la del li-
probanza de méritos y servicios, y que es una historia
nueva ideok"rgía cristiana. Los libros no mantienen una unidad
,raje <le Pablo Paxbolom; el document<¡ original estaba. en
conr<r el Popoi Vwh y el lulentot'ial de Sololá, sino que cada
náiruatl y fue traducido al chontal por un sacerclote nativo'
uno de ellos está formado por diversos textos: sobre ritos y puru la probanza; menciona a los reyes de la región'
,leidades; cronologías sintéticas como las series de katu,nes; "r.ribi. Xiúes'
sus hechos y conquistas principales' Í-a' Probanza de los
fórmulas de iniciaci<in religiosar, como el Lenguaie de Zuyúa; de tierras y para pedir privile-
escrita puru ..t"bl.cer limites
textos astroiógicos y llroféticos, textos rnédic<ls, textos litera- gio, erptides para la familia Xiír, que se consideraba legitima
rios, profecias tle varios sacerdctes sobre la llegada de los un pequeño re-
[or..rtoru rlel pueblo cle Oxktttzcab; contiene
españoles, y textos históricos sobre ios principales grupo:. <le gistro histórico, en lengua maya y escritura europea' que cons-
Yucatán, con abundancia de datcs y fechas concretas. iot" árbol genealógiá <le la familia; al final l.ray un pái"rafo
Muchos de los textos de ios C/;i/snl Balwtt, provienen de ¿rn- "t
del auto'r, Juan Xiri, rloncle declara que en 1685 copió el texto
tiguos cantos aprendidos de n'iemoria '¡ transmitidos dc padre, <le un antiguo libro jeroglífico. Como los asuntos cubren lt¡s
a hijos, y los textos religiosos e his:óricos parecen haber sid,-r años de t5S¡ a 1545, el texto jeroglífico <lel rlue fueron toma-
copiados de los primitivos códices jeroglíficos por algunr:s in- dos fue escrito durante la conquista espairola y constituyc'-por
ciios que quisieron perpetuar su tradición. Estos nuevos li'Dros jeroglí-
estr:, ttna excepción, '1a que no se sabe de otros textos 160
fueron conservados cuidaclosanrente, siguiendo la antigua tra- ticos mayas escritcs i"tiré. de la llegada de los españoles'
dición maya dc consicierar sus iibros como aigo sagr"atlo, y tc
nían la funcién de ser leitlos en ciertas ocasiones pala instruit llntre la varieclad cle clatos que encontramos en los textc¡s
al pueblo, como ocurría en la época prehispánica con le¡s códi- históricos, hay algunos que parecen haber servido como puntos
ces. Cuando el texto se maltrataba era copiado por sus derrn- <le refere¡rci;i histórica para los iristoriadores mayas,
pues se
sitarios, y así fueron surgiendo cambios y añadiduras qu¿ menci()naü en toclos los textos, hacienclo girar alrededor de ellos
tlesvirtuaron su priruitivo carácter; sin embargo, estos te:ctos !a irist<lria cle cada región. Ilstos puntos dé referencia son: el
constituyen la fuente esencial para el conocimiento de los an- origen en Tuiírn o Tollan, tanto para los grupos de Guatemala
tiguos mayas de Yucatán, pues no se perdió la expresión del
espíritu que los creó. rro Ralplr L. The indias Backttrounil of -C.otcñal Yu:ato*, Car-
Roys,'Washington,
,,*gi* lnniitut¡on oi Washington, 1943, p' 91'

114 115

t
Ü II'E ü ts I ü I U tl tlr llr uE
como para los de Yucatán; la fundación de Chí lzmachi i' ei la ftrnclación de esta ciuda<I hablan -Popol L/uh,, 7a Historia
e\
Toto-
reinado de Cotuhá o Quicab, para los grupos cle Guate;:-i¿i:r. quíché de Don Juan. Torres, e\ !ítulo de los seííores de
v el establecimiento y gobierno de los itzáes en Chichén la menciona al relatar su
ltzá, nicapwt. y e\ Memoriat d,e Sototá, que
su emigración a Chakanputirn y su regreso a Chichén Iiz.;'i, ptopl, historia. Taml;ién hablan cle Ia fundación <le Chi 1z-
para los grupos de Yucatán. *^.iri y el reinaclo c1e Quicab las otras fuentes de'Guaternala'
po, 1o qoe no hay cludale que se trata de un hecho real y
de-
Todas las fuentes, o la mayoría de eilas, hablan de ia lle-
gada de las tribus a Tulán, procedentes de Oriente, ,v de stt .iri.,n á, la historia tle estos grupos, (lue no olvid{r ninguno
partida hacia el Sur, comprobándonos la llegacla de grupos nn- dc los cluc escril¡icron clespuós dc la Conr:luista'
huas a la zona maya, entre los que probablemente estaltan 1o:; I-os cal<chicltteles tienen su puntr: dc refereucia exclusivo'
Xiúes, procedentes de Tabasco, y la integración de las clos cul- que les sirve ic referencia cronológica, como una especie
de
turas durante el Posclásico. En el Popol Vuh enconttatnos fecha Era: la revolución en su ciuciad míLs importante, Ixim-
esta referencia: después de haberse creado a las cuatrc¡ prirneras
chée. llste irecho fue tan tleterminante en la historia cakchiquel,
parejas en Oriente, y de haberse multiplicado éstas, cuando que el autor de sus anales no cleja cle mencionarlo, incluso cuan-
aún no tenían dioses, recibieron Ia noticia de una ciudad y se áo habla de hechos posteriores a la conquista española' En
dirigieron a ella: "Así, pues, llegaron todos a Tulán' No era cambio, la Contluista es ¡e{ericla entre otros hechos de re-
posible contar los hombres que iiegaron; eran muchísimos y
lativa importancia, siguien<lo la continuidad del pueblo cakchi-
caminaron ordenadarnente." 1á1 Ya en Tulán recibieron a sus
quel, como si simplemente htrbier¿t sul¡ido un nuevc gobernante
dioses y se distinguieron las tres grandes familias quichés, los
al poder.
Quichés, los Tamub y los llocab. Entonces se diversificaron
sus lenguas y partieron hacia el Sur; dice el texto: "Alli tam- I

bién se separaron, algunos hubo que se fneron para el Orierr La.s rnigraciones <le los itzáes son los hechos sobresalientes
te, pero muchas se vinieron p&ra as[." 752 los itzáes se encuen-
<1e los grup,ts cie Yucatán' La historia de
Las Anales de los cokchiqueles mericionan este hecho atri- tra en 1os Chilam Ralam d,e Maní (Péres I), d'e Ti'zimín y de
buyendo a sus antecesores Gagavitz y Tactecauh la noticia de está in-
Cl'u,nnayel, y esta historia, así como la <le los Xiíres'
su origen. Estos dos homb¡es son para los cakchiquelcs la fuen- de Ba-
clui<la en el libro titulado Et libro tle los libros Ch'ilarn
te cle conocimienlo de su pasadc, los priineros maestlos y guias
latn, dande Alfredo Barrera Váscluez y Silvia Rendón han co-
de su comunidad. y la publi-
tejado y traducido los tres textos que la contienen
Los grupos de Yucatán también hablan de su origen-tn Tu-
.u., b"io el nombre de Crónica Matichu' Esta crónica describe
lán; en las Chilawe Balarn se dice: "I",a. tierra de donde vinie-
asi el establecinriento de los itzítes en Ctrricl'rón Itzá:
ron [es] Tulapau Chiconautlan. Cuatrc¡ katunes caminaron
hasta que llegaron aquí, eu compañía del caurlillo (Holórr) c1ue 'se descubrió
Chan Tepeu y sus acompañantes." 158 ó Ahau 19.1.0.0.A: 4i5'4557, fue
Para los mayas de Guatemala hay un hecho determi¡rante elr
Chi,chén ltzá " '

su pasado histórico: la fundación de Chí lzmachí (que se lta- 13 Ahau 19.4.0.A.0: 495-5141 se ordenaran las esteras
mó después Santa Clara de la Laguna), donde reinó Cotuhir Y se ocuPó Chichén " '
o Quicab, el más importante de los ¡Íobernantes quichés. De Diez aeintcnas de años reinaron' en Chichén ltzá y fue
abandonad,a.
t6L Polo!
r$fd¿ra p.
Lzuh, t. ll0. Tran.rcurri.eron trece dobleces de katú'n ldestle el des'
111.
- 1§8 Crónica Maticlw, en El tibrn ile las libros de Chilatn Balam, p. 36. cubrimiento de BakhalalJ'

116 Ú7
l¡ l¡ U rur'ts I t I I EI I t ü u ü ts I ts I U I ü U t¡-Ur l¡ U
la corlnotación religiosa
sin que esto signiíic1ue que se niegue
Y f*eron a establecerse en Chahanputít'tt' que impregna totlo pá'u*ie"!e maya' El autor del Cótlice
"t la verdad y 1o justo
Álíí wri.rroo su hogar los ltzáes, kotnbres religiosos't# de Call,iní, pot t¡""'pto, dice: "tr,tio--:t
tambión. No cs t"it"i i" false<lad"'
1ÚÚ y el Chilant' Balant'-
pasó todo' así
La crónica habla después del regreso a cl-richón ltzá de este de Cluurtoye¿ ofit*i' "Oerecharnente' tal árno
grupo, siempre registrando la fecha exacta de cada hecho' está escrito."
156
textos indígenas de ca-
Por ott'a parte, l<-rs áutóres rle estos
haber escrito para no- percler el
hemos mencionacio los irechos sobresalientes que ráctcr histtl'r,i,'t" ''';;fi;;
reiatan
si «¡ue el futuro no 1o perdiera
las fuentes in,Jígenas posteriores a la Concluista, no ha sido con contacto con slt p"t'ift' y para
con el presente, tal to'''á tl
habian aprerlclido cle stls padres'
ei interés de consiatar la veracidad dc sus <latos o de cotlocer
El autur Metnoriut de Solotá' asienta en su obra:
la historia de las diferentes regiones, sirro para ejernpliiicar del
ma\as'
el tipo rle narracií;n histórica qtle crean los historiadores ahora otte es muerto ¡hiio
morlelos de sus antecesores' los escri- Asi contahli rrri tliirrnto padrc y.ilecia cuanclo estaba hacien<lo
probablemente sigrriendo llts cosas qit" n'"
nos nrio ! escucha debes hacerlo como
el írrboi g""t"tá"gi"o"v''"'ll i"
iores ,le cócliccs. [-os frag,re'tos que hemos citado ulues- tligo
-crue genealogia'-'qr1:
tran córrlo la narración histórica cle los mayas de Yucatán es lo hacía rni patlie ' ' ' E'sta cs nuestra orlgen i:y 11o
.:"
mucho más escueta y más precisa, en cu¿rnto al cómputo
cro- perderá, l)or(luc nosotros.t?ll-tr"11o?rrnttestro
nológico, que la tle los grupos de Guatemala' Hay en los auto- tlrid"."*-ot a nuestros antepasados' r

de que su
,", i" bs-Cltilant. Balavn un inierés pretlominante err estabiecer
de las cró-
Y Nakuk Ah l'ech e:<presa también esta certeza
exactamente ias fechas, mientras qüe en los autores historia se perpetLlará en el futuro:
nicas de Guatemala predomina el interés uarrativo' Esto
ex-
la cumplidos lnt-:lt^":"t
presa que la historia, en su relación esencial con cicncia Y {ueron urttchos cltricrtesinfclrrnación
-miraron a sahcr' para qlle sean
en otte cuctrto .1.;i''; tll-mi
astronómica y calendárica, §e cultivó predominantemente nris.hijos' { p::..l"t^:*
el norte rle Yucatá[ du¡ante el periodo Posclásico, porqtle :til.:;'ilti;J^J"-".'i liuajc v porlugar la mt'eits aqui en la
vengan ¿tt'¿t'tu"* ;;;;'itig;
en el ár,:a central cesó la actividacl científica desde finales
tlel
i tierra. lrg
Clásico.YstrgierequelosgruposEla-\¡asdelasáreasce¡.itral ¡Je los linajes ya que'
y sur crearon otro estilo historiográfico en el Posclásico por- Los textos insisten en l:r grantleza
en las familias nobles donde
que quizá tecibieron la influencia de grupos no mayas' como como ltemos señalado ;;i";' ñt
estricto' Así' en la conserva-
los mixtecas, cuyos códices históricos están rnás cerca de las se cultivó la l'ristoria, en senticlo
y círdi- esti pue'sta la esperanza
crónicas inciigenas dt-. Guater"¡ala que las iuscripciones .i¿"-.i" esas familia s de almehenoob autor del restant'ento
¿J'io-'.orrtrruidad del ser del
maya. El
'- mayas PrehisPánicos.
ces
p.,-.' i",lipe".Jü"temente de las cliferencias formales etrtre t7\ce:
de los XPantsttY
las frrentes indígenas, nos interesa ante todo señalar en ellas $.ofs¡li¡¿ tia calhiní, r"¡sión Barrcra Vásrluez' Talleres
«le Alfrc<to
la l.rereircia ele la peculiar conciencia histórica del maya prchis- campeche' 1e57 (Biblioteca campe-
G.il;:'t'J; G"bt;;;; e'i"s'i'¿o'
pánico, 1--or 1o qtle Yeremos en seguicia 1o que lcs mismos at¡to- clran:r, 4),
-"'\ií P. 75'
itíi^i" llalaru de Clrunavel' rt' 30'
ie, ,li..i, respecto de la creación de stls textos' Ivlemorial a' sot,,i¿l"-Ál'ii'i'i'-lit-cakchioueles'
-E.on¿.ii", trad' introd' v
lvté1i1o, i950 (Bi-
167
En primer lugar, hay en la mayoría de estos mnyas de lina- notas A«trián Recinos, íl?¿á'ñ'érl,rr"
je la concienci, de la necesidad de apegarse a los hechos' cle ttlil".ü sá'i Ji'"L;t.';ú;" -indísena'
l l )'
*,
-!i ÍfJ -c n, ,,¿t".
corno octrrrió con lc'¡s historiadores preirispá-
la vcrdaci,
"";;Ñ;k;il 6¡ 'Rech, HistoÁa v i"rówca
",ii"lr.^i,, ile.,(
Talleres Grá-
clecir
dcl Dnto. cle Bibliotecas á"'i" ilJ
i:dututiór¡ Fúbli:a'
nicos, io c¡ue t1a a sus escritos un caráctet ¡ealrnente histórico, ;i.";li;il N"ció,, México, 1936' e' 27'

7r'4 Idom, pp. 37-38. 119

118
u
Este es el testamento de nuestros padres y-abuelos de nos- dan a entencler que así. como tradicionalmente se conocía el
otros los principales llamados Xpantzay, de nuestro naci- futuro por medio del pasado, así conocieron ellos el adveni-
. mierito y generación . . .
Este es el testamento que ncí éstá I miento del nuevo orden.
perdidoi q-ue siempre 1o han tenido lo-s principales que nos
Pero la expresión más elocuente de la herencia de una pe-
itge.tdia.or. y qué ,os dieron a luz' 1Úe

culiar concierrcia histórica de1 ma1'a prehispánico, que engendró


Y en una crónica de Guatemala titulada Gwerras cotnu'ttes d'c én sus descendientes el propósito y la fe de mantener 1a
continuidad histórica, por encima de hechos tan definitivos
qui,chés y cahchi,qweles, el autor declara:
como la implantación cle una nuel'a ideología, está en
el Ch'i'lant
el escritor intlígena nos muestra
Hemos contado nuestr¿ arscendencia, nosotros, los señort:s Balam d'e Chumantel, doncie
principales. Este es el pueblo de Hun Zannu y Hun Zaqti' tla conciencia del devenir y la imposibilidad de eludir el destino
qo"ol, o sea, el duende. Qle nt:nr:a decaiga la gloria de la cósmico, al lado de una profuncla conciencia de la significa-
estirpe del pueblo. Así dijeron nuestros abuelos y padres, ción de la Conquista y cle la pérciida del ser histórico del
maya'
1os ,iotriles, iakchiqueles, tukuchés y akajales',Cuatro nacio-
Con un alto sentido poético y una honda penetracir5n
asieuta:
rles que benditas siat pot siempre jamás' 1554 años' Que
no sé pierda esta relación...160
Toda luna, todo año, todo día, todo viento' camina y pasl
quietud'
con la finalidad de entender y también. 'Ilambién tocla sangre llega al lugar de-su
Y el registrar la historia como llega a su poder y i tu ' ' ' Medido estaba el
lron-o
preparar el futuro, como 1o hizo el maya prehispánico, con ,i"*p" qo. *i.r.on sobre ellos la teja. de 1as estrellas'
base en su concE)to cíclico del acontecer, se manifiesta en el á" áor¿","ii ielanrlo por e1los los contemplaban los. dioses'
hecho de que los historiadores incluyan los acontecimientos de los dioses que están aprisionados en -las estrellas' Eotonces
era bueno iodo y entánces fueron abatidos ' ' ' No
fue así
la Conquista dentro de sus propias cronologías y en relación cuando llegaron
con hechcs anteriores. En la Crónica Mo'ti'chu se refiere asi -r-qü. frid..otlás d,nttes -los españoles-
m!o"
la llegada de los esPañoles: Utot enseñaron el miedo; y vinieron a marchitar las
flires. Para que su {ior viuiesé, dañaron y sorbieron la
lB2
flor de los otros.
Asiruí.smo, aún no termifi,aba de contarse el 77 Ahau
1,11.17.0.A.0: 1539-15597-, cuan'Jo llegaron /os e'r-
Pero at misrno tiempo, cl escritr:r del Chiiam' Baiant' de ClnL'
iañoles, hombres arroiad,os '.. mayel ha hereda<lo la conciencia cle su capacidacl libre de mocle-
9 Ahau [11-J8.A.0.0: 1559-15797, carnenzó el cris-
tianisruo; .se aerificó el Bauti'sw,o.L8! lar el futuro, ya que se propone no perrriitir que muera el

ser del maya ante el cristianismo con esta obra que hereda a
Las profecíás de Chilam Balam, Napuc-tun, Nahau Pech, sus <lescerráientes. Hay en é1 una gr¿in esperanza en la vida
Ah Kuil-Chel y Natzin-yabun-chan, sobre la llegada de los futura; cla por cierto que su ser histórico persistirá, con toda
españoles y la implantación del cristianismo, así como otros su nobleza, gracias a este libro sagra<lo, que recoge la sabiclu-
muchos textos, nos ilustran sobre ia relación que estableciercn ría del pasado para que los hombres '¡enitleros entiendan sn
los mayas entre los hechos de la Conquista y su pasado. Nos presente y preparen su futuro, como lo hizo siempre el hombre
.ry"; ¿n por cierto que habrá hombres que entiendan y expli-
porque
t6e l6lan¡¿nto ile los Xpantzay, en Crónicas inilígenas ile G*úemala, que., el significado de la carga divina de los katunes'
trad. Adrián Recinos, Edit. Universitari4 Guatemala, 1957, p. 153.
r00Q¡¡s¡¡as comunes de ryichés y cahchiqteles, en Crónicas inilígenas á hombte maya seguirá sicntlo lo que fue:
de Guatemala- p. 149.
lot Crónica Matichu, P. 42. t@ Chilan Balan¡ tle Chumayel, P. 35'

t20
i2l
Esta es la memoria de las cosas que sucedieron y que liicie-
ron. Ya todo pasó. Ellos hablan con sus propias palatras
y así acaso no todo se entienda de su significado; pero dere-
chamente, tal como pasó todo, así .está escrito. Y será otr;r
v* rnlty bien explicado todo. Y tal vez no será malo. No es
malo todo cuanto está escrito. . . Verdacleramente muchcs
erao $§ "Verdaderos Hombres" . . . pero no está a ia vist;r
todo lo que hay dentro de esto, ni cuanto ha de ser expli- .. CONCi-USiONI1S
cado- Los que lo saben vienen del gran linaje de nosotros,
los hombres mayas. Es<¡s sabrán el significa<lo de lo qri,: esür investigación he¡nos intentaclo comprencler
la actit'lrd
C<.¡n
hay aquí cuando io lean. Y entonces lo verán y enton\rei para saber si se puede hablar de una
rlel ntaya ante su pasado,
lo explicarán y entonces serán claros los oscuros signr:s citl conciencie histórica .n puebio, segírn el concepto tradicio-
Iii¡tún. . . 1@ "tá tal una actitud
nal cle historia, que consiste en considerar como
un de él'
reflexiva y.ritica hacia el pasado, un crear concepto
histórica y una
con tlna áistinció' e.tre el n,'to ¡'.- ia realidad
con.ierci" rlel devenir, o sea, ti" la diferencia
entre pasado'

;;;;" y futuro. Si hemos partido <le la posibilidad de que


por la creencia de
el maya purlo tener conciencia histórica es
es privilegio rlel
,1rr" actitu<l no excluye la reiigiosidad ni
"r,n varios filósofos de la
hombre occidental, .orno ío han afirma<Io
que niegan a todo antiguo ante-
iri;;";, contemporáneos, -pueblo
rior o al margen <le los iriegos la capacidad de reflexión'

Nos hemos apoyado-sobre


en las fuentes arqueológicas f en l1
fue¡tes escritas la ctrltura maya' sin preterttler tll'l ana-
de las dificultades que
lisis exhaustivo de ellas y conscientes
las fuentes escritas cs
ofrece el asunto, ya que ia veracidad tle
reqttieren aú¡ la
tli,cctitit,le y los dcsJ,brirnicntos epigráficos
cle la escritura
con{irmación q.r" te' daria el rleicifta*iet'to
que unas fuentes corroboran
l
jeroglí{i"a. Sin ernbargo' creemos
cle la cultura maya col1
u tor- o,."u y que el u,álitit comparativo
{ las conclusiones saca-
ot.ru .dturo, ,rraro"'n"'icanas corrobora
dio en el contexto
rlas cle 1.".s fuentes, ya que la cultura maya
se
{
inconexa'
cultural cle Mesoamérica y no como una realitlad
1 cientí-
l)e los mayas se había destacatlo su gran capacidacl
t fica, gracias u lo it'arrollaro¡l notablemente la astronomía
","1
calen<láricos, pero se había negaclo
en ellos una
;;i;t:¿;prtos por la
preocupación por el acontecár hurnario' .:19 que]::tl]lil:
retle-
io cual^resultaba incompatible con el gran humanismo
ja el arte may" y to" lo función práctica de la astronomía;
cle glifot qu" se refieren a ciu-
tsaldem, pp.30 y 31. ir"ro . prrti, áel áesciframiento
r23
t2?

{
ñrI r TT55
presente, como ésta, determinará la Jutura' Descu-
a su vez,
rl;rrles determinadas, Ilamados glifos Emblema, la arqueoiogi::
depende
inició el camino de búsqueda de registros históricos en las ins- iri"ro, qu" t" identidad de un pueblo como comunidad
la historia co-
cr,ipciones jeroglíficas, y así se logré descubrir en los tcx+,u: á" ,, .orro.imiento <lel pasadof y así' cultivaron
*o ,.,, de sus.ciencias fundamentales y Se preocuparon por
cl¿lsicos registros de nombres Je lugares, de personajcs y tir.r
rie ella'
rlinastías; fechas de nacimiento, de ascensión al trono, tle ire- transmitirla, haciendo al pueblo consciente
manifiesta en la elaboración
chos ssbresalientes y de muerte de grandes personajes indivi- Esta concepción rle la historia es
duales, acnmpañadas de glifos cle acciirn que ias identific¡ur, <1e textos sobre el acontecer
humano' por personas especiali-
clemostrando que el maya sí se preocupó por dejar constata(Lr ,"a", prm ello; en la formación cuidatlc¡sa y sistemática de
pasado histórico por parte
su historia, entendida como historia de los grandes linajes.' los historiadores; en ta apelación al
la creación de ins-
de los gobernantes, po'u guiar al
Compara.ndo las expresiones mayas con las de otras cultu- pueblo.;,en
la historia; en re-
ras clásicas de Mesoamérica, encontramos que en la culturl titucion"es educativas clonde se transmitía
en dis-
.

za"poteca que, como la maya, es heredera muy directa rle las pr"t"",r.i""es cle tipo teatral con.temas. históricos;y en una
creaciones olmecas, hay también rnúltiples inscripciones qire lrrrot al pueblo sob'e 1' vi<la de los antepasados'
harr sirlo consideradas cr:ruo textos históricos, por lo que es tradición áral e, las ceremonias familiales'
a la conservación
eviciente que v;irios pueblos compartieron el interés por su pasa- Hemos hablaclo de historia at referirnos
rlo tlesde el periodo Clásico, inclusive, tal vez, Teotihuacan. mesoarnericano' conside-
del recuerdo det pasado en el munclo
humano como una
principal centro cultural del Altiplano Central en este periodo; rando los textos que hablan del acontecer
porque aunqu(: nc) se han hellado inscripciones jerogiíficas aunque los dioses estén pre-
verdadera historiografía' porque
sclbre el pasarir; que nos pernritan asegui-iu. que hubo una preo- humanos; porque estos
sentes se puso el sentido "" lás hechos
cupación histririca en el teotiiruacano, sabemos que estuvo rnuy o sea, que están situados
hechos están acompañados de fechas,
una conciencia del
relacionado cou los pueblos dei Sur durante su apogeo y que
en una sucesión ,"ñoá, lo que implica
coirstituye el fr.lnciar¡ento cultural de 1os pueblos nahuas, quie- devenir, y porque cualquier suceso del pasado'
nes sc afanaron nt¡tablemente por no perder la memoria de su "t"; 'egistró
,i"o qr"'r" seleccionaron a[uellos -hechos s"t t" :::t*::::l
expresa una lnqulsl-
pasado.
rig"iri.rtiuos para la comuniclad' 1o que
del hombre'
;'i:;; ;", ref'lexión sobre el acontecer pasado son realmen-
Iln el periodo Posclásico se produce un gran cambio cul- , Sin ernbargo, para corroborar que estos textos
y critica hacia cl pasa-
turai en tocla Mesoamérica y enconiramos una forma distinta te result¿do cle una actitutd inquiiitiva y en una
c1e registrar el pasa<lo, corno lo muestran las fuentes escritas ;;; uriu¿, en una conciencia de1 clevenir humano
hemos tomado en consi-
tine iremos consultado. Por principio, se da un cnltivo de la clistinción entre el *1i; t la historia'
que ellos se dan' es Cecir'
historia a nivel mesoamericano, es decir, que se manifiesta de deración .orrt**to iaeáógict: en el
"l del mundc'' y ai ta vicla' y la f inalidad esencial con
manera sernejante en los grupos más inrportantes de los clue .i.""."r,"
integran e..:ta cultura: el nahua, el mixteca, el zapoteca, el to- la clue Íuerotr esc¡'itos'
qt're está
tonaca, ei t¿r¡asco y ei maya.
Quizir a partir cle la observación cle la naturaleza'
como i1n
Podemos rlecir que todos estos pueblos, influiclos muy seña- t"ñ;; ;"; ^leyes ciclicas, el univerto..f:t" concebido como militi-
larl¡rmente por los nahuas, tuvieron un vínculo consciente ct;n eterno devenir cíciico, cualifica'rio reiigiosamente
^á.i¿ra"t
su pasado, al que consideraron como alg¡o .¿ivo Y vigente en su influencia e?r el mundo de los
p'f* que
"¡t'"tt' repiten' el hombre pretris-
sus viclas actuales. Se percataron, de algún modo, de que la hombres. Como estas influeucias se
con precisión lo
trayectoria histórica del hombre es una continuidad que no se oánico consideró qúe era necesario registrar
r".ii" determinatlo para prcver lo que ocrrrrir͡t
puede romper, de que los hechos del pasaclo determinan ia vida ffirrt,ü
124
r25
turE
cuando este ciclo se repitiese, y así se desarrolló la ciencia cr¡- 'lemplo cle las Insiripciones' mién'
nológica y astronómi.i 1.r, la que d'estacaron notablementé los , exaltación del hombre en el
tras que en los segundos se relató, con gran expresiviclad
y na-
mayas), al lado del registro sister.nático del pasado. plástica' un trecho
En esta idea cíclica del acontecer parece no haber conciencia turalismo, Y con una asombrosa perfección
histórico.
de la diferencia cualitativa del hornbre, clrle consiste en la no-
piásticas nos
vedad del futuro, pero en dos pueblos, al menos, aztecas y ma- ) lll estudio clel hornbre en las representaciones valioso
yas, es evidente que el sabio mesoamericano no se limit«': a hizo ver cltre el ma1'a consirleró al homt-'re individual
mundo y con
situar al hombre dentro de las leyes del nniverso, sirro quc por sí mismo, aunclue en esencial relación con el
fuc si
penetró, de algún modo, en la singurlaridacl <lel <lestino huruanr.¡, los ,lios,:s, por lo qtlc llllcstra inmetli¿rta interrogante
que consiste en su capacidad lit¡re y consciente cle estructurar pr*,t"r.iurr"'unhurnanislnotanmarcaclo'allarlr¡der-rrrrcgistro
su propia vida. ian cuiclacioso tlel pasarlo, sin una conciencia Lristórica'
S<¡bre esta base hemos tratado rle
penetrirr en la significa- §
Entre los aztecas, cc¡mo lo ha señalado Miguel Leóu-Porlilla, $

ción de la ciencia clel tiempo, clue los ma1'as.desarrollaron


como i
esta conciencia se manifestó en la, clestrucción tle los códices t
antiguos, llevada a cabo durante el gobierno de ltzcóatl, y en ,ing,ir, otro pueltio entre' las culturas anti3ual^;.1:-i-'L']tt:"?:
poste rtortls a ta
la creación de una nueva imagen de la trayectoria pasada dei fun"clamentalmente en las fuentes inrlígenas
<lc 1a finaliclarl
pueblo azteca, con la finalidad de dar a este pueblo una iden- Conquista, y hemcs encontrarlo ahí el testimonio
tidad de nación fuerte y dominadora, responsabilizada de una que ileró y^ a registrar su pasa<lo y. su conceptr¡ tlel acon-
^i ^
t"aa. hu*rro, 1o qua-,los ha corroborado que los
sacerclotes-
misión: impedir que se cerrara el ciclo del Sol de Movimiento, concicrrcia histórica'
mediante el sacrificio humano, para asegurar la pervivencia de astrónomos mayas tt¡vieron ttna verclaclera
por comprencier y re-
Ios hombres. Esto expresa una reflexión sobre los aconteci- Parece ser clue 1os mayas se afanaron
gistrar el tiempo no por un mero afán desinteresaclo y abstracto
mientos pasados y su influencia en el presente, y una conciencia
por un afán cle preci-
de que el hombre es capaz en cierta medi<la de modelar su fu- il" .oro.,". e1 áevenir en cuanto tal, sino
el invel de sus nc-
turo libremeute. sar y cle situar la virla clcl hombre, tanto cn
cesiáacles cotidianas, cor¡ro Ia agricttltura, col11o c'1 el invel
Y entre los mayas hemos encontrado, como primer indicio,
l',istóri.o: fijar con precisión loJ acontecimientr¡s' I:'sta nece-
que las inscripciones y códices sobre el pasado se presentan en itlea cíciica de la historia' sct'-ún
una íntima vinculación con representaciones plásticas del hom- -*idacl surgió por una peculiar
bre que reflejan un excepcional humanismo, y entrelazadas con
la cual, ü. ácontecimientos han de repetirse como los ciclos
<le la naturaleza, por lo r¡ue era necesario s¿rber qué
hallía
símbolos astronómicos y cómputos calen<láricos, por lo que ties-
ocurrido pnr" pr"l lo que bturriría' Asi, los sacerrlotes
hernos analizado la concepción del liombre en el arte plástico ",
un compl,:jo ii,t.-n calenrlárico que les Jrermitió
del periodo Clásicc¡ y Ia finalidad de la ciencia del tiempo. "rroll*ro,
registrar exactamente la fecha rle los acontecimientos' para des-
De nuestro acercarniento a las artes plásticas hemos con-
ptlés estu<liar minuciosame¡rte estos textos l-ristllricos y prePa-
cluido que los mayas parecen haberse interesado por el hombre
r¿rrsc pa.ra recibir el futuro.
desde el i¡ricio de su cultura, situándolo cada vez más en sn en lcls
propia dimensión dentro del cosmos, ya qtle llegaron a repre- I-a idea ciclica tle la historia, m:rnifiesta' sobre todo'
por qué las
sentailo con movimiento y naturalidad, con expresión profun- I-ibros de chilant, Balatn, nos ayucla a comprencler
único testirnonio
damente humana e, incluso, a hacer retratos individuales. Hemos inscripciones históricas clel peiioclo Clítsico'
se presen-
destacado el análisis del arte palencano y de los frescos de Bo- preliispánico del afán maya por registrar el pasadÓ'
nampak, porque en el primero se logró la más pura expresién i"r, o.o.pnfadas por cálculos calendáric<-'s y astronónricos y
por qué prerlominá el afán por precisar y sistematizar el
t'lem-
lrurnana en los relieves y escultr:ras en estuco, y la más grande
po; p".o, ala vez, estas inscripciones nos comprueban la vera-
t26 127
idea del hombre en
cidad de las fuentes coloniaies, cuando éstas rie reiieren ¡r ¡r y nunejable su {uturo' Hay una distintainterioridad en el pri-
elaboración de códices históricos, pues sólo collocenlc)s ¡rcs e1 ma-va 1- en el u't""'i;'''iá
;"" mayor.
interna'
códices mayas prehispánicos que no son precisamente de rr¡L- ier;i ,.na prefe,.ntiu'pot la realización espirittrrlprácticos
externa' afanes menos
turaleza histórica, según 1o que se ha pociido descif rar de e11,,.,s sobre la reaiización "tpiiii""f
que los de los aztcca' t"'"
j
pretlorrinancia de 1o inclividual
so-
En la actitud del ma1'a ante una historia que se repite nr..,
ot'o"""ii¿á-y otto
quizá
grario de libertad'
ble 1o colectivo;
hemos visto un mero fatalismo, una pasividad y una'snmi-.iirn ya que el maya nunca penso
mellos granclioso que e1 del azteca'
ante un destino inmutable, sino que parece haber ttna concieu- modificar las leles rlel cosmos'
cia de liherta,l, entendida como conciencia activ¿r llsl il6.-r{!rio, i,o"e';;;,oia accón pirede los textos pbsteriores a'la
'l'ambiÚu hemos aial\za<lo "'oio'
en la idea de que el conocimiento cle lo que el tiernpo de¡raraLri lerede¡os de la conciencia his-
para el hombre le permitía prepararse y hasta cambia.r en lcr Conquista, en tanto ;; ;*
posible su destino. Aunque esta actiturl maya esté cargada de t,''ü Ja' mov a p r eLi s]rl"*",- :::,1
-t']i:9: co T: i"['Lm'H.
cer histórico, asi como tiene semelanzas
religiosidad y de magicismo, creemos que expresa- uria pues las formas
"'elrla-
dera conciencia histérica, donde el pasaclo clel hombre, jr-rzgado
dores nahuas, también es pectlliar' .continúa no se des-
Ciásico: la historia
mayas iniciailas a"'au "f-p"tiodo
críticamente y dotado de un significado, se ve como algo vivt-r, a causa <lei concepto cíclico;
integraclo con el presente y el futuro; donde la historia se en-
vincula .e ,a ciencia astrlnómica,
«le la precisión cronológica'
tiende como un proceso ¡acional determinado por la raciona-
hay una marcacla p'"áo*i"u"ia
sobre toclo.r, fo'tt*io' áe Yucatán'
y se,hace explícita la ne-
lidad del cosmos, pero al mismo tiempo comprendido y rnaneja- el pasaclo para prevenir el futuro'
cesidad cle conocer la his-
do por el hombre. considerando que
Los historia«lores indígenas siguen.
Así, el concepto del hombre en el arte piástico del írrea 1o que eran ellos
toria es historia a" i"t !*"aes"linajes'.por
central realizado durante el periodo Clásico y la ciencia dcl ;tñ; pueblo'
la hacian liesar hasta el
rluiencs la cultivaban,
tiempo, en su profunda interrelación, nos permiten ver las ins- loi hechos del pasado'
oue la historia ., <1e
la his-
cripciones y códices sobre el pasado, en los que se buscó ftinda- mas notables <lel concepto de
'"ioti*'uer<ladera
mentalme¡rte constatar la verdad, como una verdadera historia,
Ytr ;: irt'.r*t*t't"'f
como expresión de una conciencia histórica origirral dentro t1e
;;;ir, ."*" i,rv "'ti guciótt, o.t' I"Ii.r':"""i
slempr(
yi::::1,, T"t", rt;ltl
de que lr:s historiar:lores asentaran
Mesoamérica, aunque conectada con la de los aztecas por una *,' quiz| en presencia de protagonistas
y,qu=e
1rúblicamcntc ""titot
concepciirn semejante clel mundo"
o testigos clc los ñJ;;' noary desmentir al historiador
con<ie.án<lolo a la';;;il
de su linaje- Es explicita también
v transmitirse a las
la iclea rle que la historia debía conservarse
En síntesis, l" .o.r"i"r,"ia histórica de aztecas y rilal.'as sc gcrrtrlr':iotlcs ltttttras ¡)ara qtle
no se ptrdiára la iclentidad del
r¡anifestó en la inquisición crítica del pasado hurn;¡tto con llr Je lu torrquista los sacerdotes
rnl)a; i)or tiij,'¿"t,i'¿'
¡;rel,,io su pásado.y su-tradición
finalidad ya no sólo de conocer el futuro, sino de conformario; sig.tiicron i,,struyenáo of p*fin 1o!1e
por ia violencta'
pero en tanto que los primeros Suzgan críticamente -qus texlos rr:lisiosa, lru't* qt'" i'"ron repriuriclos
y los transforman Para crear una uueva imagen de si trristnos, y
se atribuyen la misión de conservar la vida de', uuiverso, en general' 1Y".,ti
convi¡tiéndose, al amparo de esta misión, en el pueblo dorni- J)e csta investigación puede coneluiree, cie la religión
e., M"'ou*é'ii' "o se desliga t"ttto
nador por excelencia de Mesoamérica, los segundos exigen al la
historiador constatar sólo la verdad de lo ocurrido, mr:vidcs no 'istoriaconstituyen
v ambas t"'¿"*ut'to de la vida espiritual' no
!i "i ul" ue'¿n¿era conciencia histórica en
por un afán de grandeza, no por un afán de modificar el cos- il.1';iil';;;;;;;s;; ésta no es privilegio de una
tl
mos, sino simplemente por la necesidad de haccr comprensible los lxr¡nbres **ron,,""'it"'os' pues
rz9
128

I
(
. mentaliriad completamente racionalista, .que haya'dejado atrás
.la concepción religiosd y mágica «le1 mundo' Nosotros no cree-
*o, qrr. magia y mito se opongall a l'acionaliclad, ni que 1os
oueblás antiguos anteriores o al margen de los griegos halan
J"
i!
.ido irr.rt t.ientes de sí mismos como hombres' Por el contrario, T
t
es manifiesto que el hombre mesoame¡icaÍlo se percató dc sí
BIBI-]OGRAFiA 1

mismo y r1e su vida creativa, histórica, asi como se percató natt'tal '!'n.tot'yt d'e Las
Inclias' erl que ;
Ilistoria talc s' plart-
de la natu-,:aleza, reflexionando sobre ella y iogiando resultatlos
r7c,
Actrsra, Joseph el un|nt o s' mc I
pueblos ttt- sc tr at att los cosos
i"i"ít"-'i"a-'ciílo' lcyes y gobr'ettr'.o
I
as<¡rnbrc¡sc.¡s. Por tanto, puede afirmafse que estos "l ritos y cereruonias' I
aunqlle ésta haya t¿s 't onimalc' ¿¿lo''"ilos o'Gorman' Fondo t
vieron una verdadera conciencia histórica, rtc t'os inuios,2n ed., i9"
''L::;;;;';i'-ii'f ( si¡llott'a Americana' I
si<io cualitativa y esencialmente distinta de la nuestra occiden- lgeá--
dc cultura r'to'¿,n'"il''"ü:i;":" Il
tal que se inició en G¡ecia' Sñ rie Indias)'
ñ, Cronistas
2 vols'' .t
dc' OI;ras lústóricas'l9s2' !
Arv¡' Ixtr'rr'xócul'tt'' Fctt¡atltlo
o'iiii"'"-Ñ"iortal' Múxico' i
Publ. Alfredo ct'"'"Jol' Il
Feruanrlo', ci!"':!
Ar.v,rnroo Tezozó,voc,
^iilffi de llistorta' r#:{::::r1l'.Ji^!, t{
R."l"o', lnstituto Historia' Imprenta unt-
e 'en.
Instituto Nacional i'"'a"tté"ügía I
,.ttitutiu, México' 1949' Muntlo' 2 vols''
ANcr.nnÍe, p"¿'o Ue'ti'
de' Dócad'as 'dcl ^Nueuo o'Gorman'
cst*dio Por. Edmundo
tra.. Agustír, r¡i,#. ¿;rlo," José Porrúa
rosé porríra hij::: i{¿.;¡", P'in''ti' Scrie' La conquista'
tOO+ lnitrtioteca
'[.strada "
Historril''#;;;;;'
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oJil,,^ f
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quc lú,2é o Peten vtza',cn i):.':::;";',;-
of Yucatan ottd' oof tt u ltzas,
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"u"i" ,tiu,i sponish conqucst and Ethno-
Át"'itttt'- Archaeologv
of thc Peabo¿v lt"l'li' Ji
universitY' le17'
;iJ;",;:;;l'no'nu'á Tire
y Monrnv, s¡]1anus Griswold,
Bannen¡ VÁsguuz, Alfrerlo
"^,i)í.'ci,i'i¡,:l:"*il'lllllif*1ffi :.*l$:::"#:lr'ff
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FliitorY,

.H;,5n",,".r.;,f ,;r,Íi6',#r;iffJ:#:f ,1t


.vol' I ::,fi iiffi
culturo tnaYo,
meiras, Seminario
i" ::]::]:-y',,"i,),*^r*
Histotia.'!' lo de son Nicolús
Baser,nxqur, Diego de' n"'¡t¿;llo y ,p'::Comp'' México' 1866'
Tolertino,3 vols'' iip'
3 vols" Pul¡lica-
frav Pabto' Cróttica !' :(::!^:'Un'
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Cí,ttice Ai'ut""' t' 30' pp' 397-402'
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J

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v"::11',i:;'ü;;;;t'
,t

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7soz.
133
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Cx r,lrar-rrl}r ¡N Currunrr,uflu^N 11 z I \, Iira¡rcisco de Sarl Afltórl ]ILr' lnvestigaciorres a lraaés rtt¿s clrísicos
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141
140
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Presentación
.5
7
Introducción

L rr. cur,trvo DE LA TIISTORIA E§ EL }II;NDO ME'SO-


t9
AMERICANO

El regi^stro ilel acontecer pretéríto 19

Los "historiadores" y la transnt'ísión del recuerdo


28
d,el Pasado
I.o concepciótt tl'el catttbio y la ltistoria 36

I-a conciettcia histórica clc l'o'r a¡tecos 37

II. BL erÁN uev¡ PoR lrÁ¡i'rE\F'R vlvo EL RECUERDo


43
DEL PASADO
43
P*ioda frcclásico
43
Períod,o clásico
46
El glifo Emblema
50
Glifos nominales
56
Glifos «le acciór¡ e hi:'t'crias dinásticas
65
Perioilo Pasctó,sico
6B
Los códices sobre e'! Pasaclo
IL
Los "historiadores"
74
l¿ enseñanza cle la historia al puelrlo
78
I-a tradición oral
B3
III. rrorr,rrne, TIEMPo Ii ltrs'¡'oRrl ]lN 11i' fltiNDo I'IAYA
del área
La concepción d'el honúre er' cl atte clúsico
83
*ntral
96
Ls ciencia det tiewpo y la historia '

r43

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