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CUADITRNO 11
MERCEDITS DE LA GARZA
kriet Cuademos
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CoonplNaclóN or HuMlNrolnss
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Director: Albe¡n kuz Lhuilliu Ti MÉxrco, 1975
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PRESENTACTi¡II
DR @ 1975, Universidad Nacional Autónoma de México Parecía entottces que los ffiayas lrubieran tenido tal obsesión
CiuCad Univeisiiaria. México 20, D. F. por el paso d'cl tioi¡to qae se ded'icaron a esculpir cientx de
que con'
D¡nrccróx GeNen¡r DE PuBLrcAcroNEs estelas, tableros, ahares y dinteles, sin más Pro\ósito
/
Itnpreso y hecho e¡ México
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rrrr--r-rrrr Ü.T-I=ÜII IIT ITI ÜTÜEE T TYUI Ü
ría siglos rttas tard.e , 'ti,no ?'roltorcion«rles la posibilidad de tro' vida humana material' Según tat moCo <1e valoración de la i1
t'
de las 'fechas y
furJe conjru'or la reltetición de las desgracias pasadas. realidad cultural *oy", to'ibase en la lectura q'.
-,i ,
gráficas han mostrado que en los textos mayas hay tarnbiérr a una íorma de ver ei pasado. Por ello creeÍnos que es neces¿l'
no¡nbres de personajes y de dinastías; nombres de lugares, r-. rio cletenerse primero eu rlna brevc consicleración rlel signific:rclo
¡;lifos de acción que indican nacimiento, muerte y conquista. de este concepto y, sobre esta base, analizar el interés por el
al lado de fechas cui<iadosamente registradas v de representa- pasa.<jo cntre los ¡nayas, para sabcr si se trata realuretttc tlt
cic¡nes humanas individualizadas. Además, i;rs fuentes españolas historia.
de los siglos inmediatos a la conquista coinciden en afirmar l.a palabra historia viene del verbo grrego ltistoreo, clue sig'
qrre los mayas cultivaron el recuerdo del pasado de diversa".
nifica investigar, irrqr.ririr, ex;.irnirtar, oi-isct'r,;u-. irreguntar, tlar
¡naneras, desde la simple tradición oral hasta la elaboració¡¡
cticn'¡a cle aquello (lr1c se h¡i escrrcl¡a,lo. v fuc ;,iiic;r,.la ¡or T'Tcrri-
<ie códices e inscripciones dotrcle asentaron los hechos sobre-
rloto, con el scniirlo de "narración escrita ace¡ca dc 1r: incltri-
saiientes de su comunidad y de sus gratiies hornbres; estar
afirmaciones se corroboran con ios textos inriígenas posteriores
rido", a su propia actitrrrl hacia el pasado. 1 Destle crtonces,
a la conqrrista que habian dei pasa_clo, los cuales ¡ro tiener¡ sólo la l¡istoria se ha deÍiuido como dcscripción o investigacirirr del
un significado astrológico, sino que constituven tarnbi4;r un in- pasado del hornbre. Pero tambión se habla de historia cotro el
tento de ma¡rtener viva la memoria de ios grandes linajes m?]yas, corjunto rle los hechos pretéritos, por 1o (ti:c es inlport:rirtc:
nutriéndose en los antiguos relatos sobre el pasaclo, y scn here- recr:rtlai' la elemental e inrlispensable dislincit';n entre "iristoiir"
deros de Ia forrna cle concebiric c¡-rc tuviercrn los antiguos ma- ccrmo historiografia o investigación <iel acont:cer pa-sado del
yas, según 1o ina:riíiis+.¿tn sris propios autores. hol¡bre e historia como el acontecer mismo, que sería ia mani-
festación de la libertacl crcarlora clel i.ronrbre en su c:rmlrir¡
. Todo esto significa que los sacer¡lotes-astrórro¡nos mayas¡
tenrporal. 2 Lo c¡ue aquí nos intcresa señ;rl;rr es el significado
lejos de ignorar su 1:r.opio pasado con-rc comunidad, se pr"ó.r-
paron simultáneamenf.e del devenir cósrnict¡ y del devenir hu- qtle se ha d;rtlo al térr¡ino "historia" en el primer senticlo, o sea,
rnano, dentro .Je un contexto peculiar de creencias tlue los clis- como investigación del pasado, para poder distinguiria riel mero
ting,¡g corno una clrltura original. recuerdo tk:i pasarlo, clnc no inrplica una actitLld cs1>er:iril antc
Pero tan¡bié¡r encontramos que estc interés por el pasado é1, sino que sc rlcbe a la función natural rle la rne¡noria, con lzr
no fue exclusivo de los mayas, sino que es nrrc rle los rasgr:s finaliclarl cie sli.rcr crirrio llanrar ,-1 recucrdo rlcl pasaclo entrc
más notables de las principales i:trlturas mt:st::rrnericarrr. los mayas.
necesario no olviclar clue la cultura maya participa cou ellas
/a,
\rarios pcnsarlores contemltorhneos hzn dicho r¡ue la historia
de uira nrisma de situarse ante ei mundo, á se,, de una ha de parrir dc una previa cr:nciencia del hombre coil1o scr
ideoiogía comír'',lanera
qrle iros pern:itc har¡,lar ,.re rma curtura mesn- comu¡ritario, de una idcnticlail'conrunal, y que srlrge cuando
americana, integrarJa por diversos núcleos con sL¡ propia identi-
ulra mcnte consciente comprende la coherencia de los aconte-
dad, que responde a los co¡rclicionamientos ¿e ."¿" región y
cin¡ientc.¡s htimanos en conexión y les da un significado. 3 Por
al ciesenvolvimiento libre de cacla comuniclad.
Así pues, estamcs ante el hecho de rlue los mayas, en su t l-i<lrlle-& Scolt, Greel¡-Lngli.rlt I-eticr,tn, 9rt ed., Clarendr.rn Prcss,
contexto culturai mesoamericano, tuvieron un marcado interés 0xfo«I, Londres, 1968.
I Cfr. Eduardo Nicol, La idea del hon¡bre, Centro dc E,stud'os
por avivar el recuerdo del pasado de su comunidad; pero nos Filosóficos de la Universirlarl Nacional rlc Ir{i.xico, Erlit. Stylo, \{óxico,
falta saber el porrlué de ese interés, qué significaba para ellos 1946. Malafi.tico rle la arl,rc.tión, Fonrlo de Cultura liconrirrrica, Móxi-
el pasado, pues aunque nosotros, como rrriembros de la tracli cq 1957. l-listoriri.sn,o y eri.rtcnriali.stno. l.n'lcml,orolidu¡l dal Sr y la
ción cultural q*e se irrició e. Grecia, espo,táneamente lo rarón, 2? erl. corregida, Iidit. Tecnos, Madrirl, l9ó0. los princiltio.r ile
ila- la cíeycia, Fondo rle Cultura Econ<inrica, Il'Iéxico, l9ó5 (Sec. Obras
mamos historia, sabemos que estamos ante una realidad de Filosofía).
distinta sErich K:rhler, iQué c.s la h.i.ttoria?, trad. Juan Aln:ela, F,nrlo
de la nucstra, de aqrella que inventó el término para referirse rte
Cultura Económica, México, 19óó (Col, Breviarios, 187).
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tilnto, "e$ un tipo «le irrvcstigaciórr o inquisiciórr"; I "es cl vida co¡nunitaria, ni en señalar la {echa en quc ocurrió, Porque
rrl¡u¡cirrritnto «Jci pasarJo humano"; ü es la narracirin o exllli- sólo ven en é1 la rnanifestación dei pocler de los dioses sobre
cariti¡r rlc los ¡rasaclos hechos huuranos; 0 es establecer, córn- los hombres. No hay concieflcia de la acción humana ni del
¡rrcrrrlcr y cxplicar los hechos humanos;
? es un mirar hacia pasaclo, porque si se tienen los ojos puestos sólo cn 1o divino
cl lxrsado con una nrente clara v crítica, lo cual requiere un no ,se descul)re (lue lo humano es otro orden, sujeto a la tett-
discerninliento entre leyenda y verdad, y una conciencia cie los poraiidacl, ya que 1o divino es intemporal. Así, como dice Cas-
trcs conrponentes de la tenrporaiidacl, c1'tre en ei pens;a,niento sirer, en el rnito:
rnitico se encuentran funrlidos en una eternidad divina. t -,.
Para cornprender mejor esta forma de ver el pi,saCo a la que Iil pasado, el preseirte y el {uturo .se- hallan todavia fui,rdi-
se ha llamado lf,sic:ria. crec;ros riue es iinpcrt;rirte corirpararla tlosi forman una unidaá iiidiferenciada y un todo indiscri-
con el mito, ya que ia crritura nlaya J' las otras culturas meso- rrinado. iil tiernpo mítico no posee una éstructura defirrida;
atnericanas nunca abanrional'on esta fcrrna de explicacion cle su sigue siendo un "iiempo eterno." e
aprehensión dei cosmos y del hombre, sin c¡ue esto signifique
Iin cambio, cuando el relato del pasado pone el interés en
liue no ct¡ltivaran otras. l.¡s hechos <lel hombre y trata de asentar la verdad sobre ellos,
Iii mito puecle sei' consirlclado corno ci i,i'irnt:i i-ell;"ro his- se registra la fecha. en que se dio el acontecimiento, porclue hay
tórico, en tanto que e1t é1 se nar-ran y expiican acontccimie¡rtos ye una conciencia de1 devenir humano. Entonces se ha pasado
del pasado humano; pero no es histo:,-ia, er: sentido esiricto, ,le Ia leyencla mítica a la historiografía, ya se puede hablar de
porque no hay en é'l una preocupación por el pasado qlel lr::rn- l'ristoria, o sea, de un registro de los hechos como rcsuitado
bre cn cllanto tal, sinr: una preocupación por las fuerzas divi- de una inquisición, de una reflexión sobre el pasado humano'
nas, que trasminan torios ios aspectos rle ia vicl;r. lrrn cjernplo La historiogra{ia parece haberse clado en algunas culturas
es la coriccida narración del Diionio, anti¡;i-rc niito snine¡io antiguas, por ejernplo en Ia asiria, donde hay n¡ultitu'tr de textos
sue iue heredacio por ios hebreos e iucluido en Ia 1}iálicl; este qtle relatan la vi<ia y hazlrñas rle los rcyes, e inclttso saber¡os
mito relata, como bien sal;crnos, cómo los dioses, c l)io:;, cnvi¿¡- .Je ur, .ey que reunió en tlna gran bibliotec¡. todos los textos
ron un gran rliluvio a 1os hombres para castigar sr_t rnal cor1tpo1.- t¡re pudo encontrar para coirocer el pasado de su pueblo: Assur-
tamiento, y hoy sabcnros que se tra'.a rle un l:erhr-, real, gracias tranipal, el último rey asirio y tambii:rr el más culto' Pero al-
a las excavaciones arrlueológicas en Surneria, qLle rrloslra.rcn la gullos de ios actuales lilósc{os de ia historia que hemos con-
existencia de una gran inundación que -.ur¡ergió algunas alCeas, sultado alirr¡an qrre la historia sólo se ha dado en Ia civilización
hacia 4000 a.C. Los autcres del miro no muestran ningún inte- occitlental, a partir de los griegos, ya que las demás cuituras
rés en donstata¡ ia significación de este hecho natural para la rro inquirieron sobre el acontecer pretérito, no fueron cons-
cientes del pasaclo, el presente y el futuro, conlo tres mr)melltos
1R. G. Collingwood, Idca de la h,i.rtoria, 3? ed., tr:rd. Etlmrntlo y permanecieron sumidas en
diferenciaclos del devenir humano,
O'Gorman y Jorge Hcrnández Campos, Fo¡rtlo de Cuitt¡r.a Econórnica,
Ivléxico, 19óB (Sec, de Ol¡r:as de Filosofí:r), p. 19. una etapa religiosa. I(ahler, por ejernplo, nos dice:
5 I-I. I. iVIarrou, l.)e !a cuntmi"ssutce lt:sloriqye,
5a cd., E{itir¡ns du
Seuil, I'arís, 1966, p. 32. Entre las grandes culturas de nttestro planeta, nuestra civi-
0W. H. Walsb, Introducúón a la filo.rofía de la ltistorin, trar!. Iilo- lización oiiiclcntal es la itnica qtle ha proclucido historia,
rcntino lvf. Torner-; Sigto Veintiuno Ilditores, México, 1963. historia explicita v clistint¿trncntc humana. 10
FI. Dray, F-ilosofía de la hi.¡toria, trad. Molly K. Browu,
--rltr/illiamMéxico,
UTE_HA, 1965 (&fanuales Uteha, No 285/285r):
8 Ernst Cassirer, Antropolctgía
Este autor afirr¡a que el primer pueblo que hizo historia
*Fondo fitosófico, 2r erl., tra<I. ilugenio Imaz,
Ce Cultura Económica, México, l95l (Sec. rle Obras Je Filo- o ldem, p. 241.
sofía). 1o Erich Kahler, op. cil., pp. 29-30.
10
11
(lcrltro de la civilizaciirn occidcntal fuc el griego, ;,ean los primeros r¡"rcintluiricroll el1 su pasaclo, tluc srilo cllos y
:lorque fue qtle hicieron histori:r. I-a actitud
cl primero que se intcresó por el cambio, y ;il analizar el saber la civilización ctrgeuclraron
histórico de los grieqrrs señala que los hisioriadores.creían qne crítica e inquisitiva hacia el pasaclo rltie clc{ine a la historia
los acor¡tecir¡ie,tos se repetían, por 1o que ia indagación hisió- puecle tener variosS+;rclos y :r.ro<k-rs, tttro de los ctt:tlcs scría
rica era pragmática: conocían el pasado para vivii y actuar, § it q.t" potlría llanrarse "actitud cientí{ica" hacia ei pasado, en
vivir y actuar era estar de acuerdo ta que no sólo se da razón clel acontecer pretérito, sino que
.rn orcleri cósmicá.
dentro de la eterna recurrencia. "on también se da razón rlel propio tlttehacer rlel invcsiig:rclor, de
En verda<I, esta concepción era resultario cle rlna inrlagaciórr su método sistemático de investigación. Muchos fiitisofos actua-
acerca del pasadc, al r¡rre se claba un :ignificado espeáal, 1. les afirman qrle €rliti-e los griegos sólo Tucícliries trlvo ulla
estaba influida por la actitucl cientílica inic:aria por iales actitud cientifica porqlle pretende ¿]sentar la I'erdad objr:tiva
sistcmáticar¡ente y se da cuenta cle qtle su inc¡uisición repre-
cle
-1'Iileto. En verdad los griegos, especíiicanicnl,: Tucíqicles, hacen
historia como una nLlcva y distint;l creación h.,rnana que busca, senta'algo nuevo y <lecisivo; pero eilo no -'igflilica clue Heró-
couro «Jijo I-Icródoto: doto no haga historia, ni tanrpoco que en ctras culturas no iraya
preocupación histórica.
2u: n9 llcgre.;r ri(ir,¿urccclse con ci iicnrpo Ia rnemoria d( Tucídides condena a los listoriadr,r'es anteriorcs qtle cm-
ios i.reclros prihlico: rlc' los homlrres, ni u.,"rin, , or.úra.¿, lu, plean un lenguaje poótico Lror(i"1e es'tá desculrrlentlo algo nllevo'
grand-es
',, uraravill,¡s;rs hazairas, así cle lc¡s griegos .oÁo á.
1r influido por el pensamiento racional dc su época, llero rrosotros
1os bárl-r¡rros,
también h.*ot clescubierto algo uuevo: que ios relatos poéticos,
y r.r1le se hai,i. rie I,)-c hechos como ro hace Tucíciiires, quien incluyendo los n-ritos, no erall meras fábulas pafa di'ertir, silro
ciice: una manera simbólica de exprcsar la conciencia rlel cosmos y
la conciencia del hombre que tuvct el ¡nundo antigtto. ITemos
No er¡aría quicn r¡r.risiese e-xarninar las prucbas que he apor- creado una ¡tueva actiturl hacia el pasado y por cso no es váli-
ta<lo, adnliiicrido lr-ls hcchos tal corno Íos he r,árrado y no
co,ro ios muestran las brilrantes exageraciones de los pJetas. do en nuestra época afirmarr con Tucídides. ni corr nirlgún
tlne los arlornau i)ara engrandecerk.¡i, ni comc los historia- racionalismrr, que antes o al rnargcn de los griegr.is cl honlb¡e
dores rlue rnezclan la poesia en sus reiatos, y tienden mirs estuvo sumido cnla inconsciencia de sí misrno y rlcl rnttudo,
.
a lo agr.a<lable de oír que a la verar:iclatl. sin que por ello <iej.:mos cle.reconocer las yaliosas aportaciones
Tucidides es el prirner historiarlor qrre hace explícito lo que originales Ce los Jradres cle la cultura occirlcntal'
considera historia y la finali<lacl que ésta tenía como .orro.i- Óhucie Lévi-Strau§s, qtte ha demostrado qtle en los put'blos
miento humano: ia bírsquecla cle la verclad objetiva y racional prirnitivos existe.torlo un sistema de clasificacioues, rlc diferel-
acerca ciel pasado, uo s<'rlo tlc la propia ccmunidaá, sino cle iirciorre., que forrnan parte itrtegrante cle una taxonomía glcbal
to,las, para que ios hornbres comprenrian sn y dinámica; que ve quc rlagia y ciencia no son opuestas' sino
i:resente.
Por esta conciencia cle strs propias cap;rcidiriies de conoci_ io, ,no,Io, dá conocer, tlesiguales sólo en cLlanto a stts resul-
miento, se ha clicho que los griegos clescubrerr el carácter cien_ tados teéricos y prácticos' y que nos habla de una 1ógica y un
tífico del conocimiento humano; pero esto no significa que ellos verdadero afán áe- cnt'tociiuiento, más allá de las necesidades
utilitarias, eu ios pueblos salvajcs, nos dice:
He-ródoto, Lo' *mv libro.e de la. li.rtrria,2 vols., trad. Bartolomé
11
-^
Pou, Edit. Ibrria, Barceiona, 1963 (Col. Obrai Maestris), vol.
Primero, p. 4.
l, Libiá Nunca y en ninguno port", el 'salvaje" ha.siclo, sin la mcnor
{ 12Tucídides, Historia ile la guerra dutla, áse ser .áli,1o'apenas de la condición animat, e'tre-
. del peloponeso, 2 vols., trad.
Agustín Blánquez, Erlit. lheri.i, Bircelona, 1963 (bol. f:Lr", l¿u.rtári, eu¿á'toOo"io al imperió .Je sus necesir1ades y de sus .instin-
Ics, que demasiado a mengdo nos hemos complacldo en
,1
i? rl
ilnagina_r y, mucho menos, esa conciencia dorninatla por ta rica, simplernente tlniÍormanclo a sus creadores coll cl nourllre
afectividad y ahogada en la confusión y en la participaiión. ri
común de "tribus aborígenesl o "pueb'los miticos", cotrlo lo.
Así, si entre 1ol. pueblos rnás prinritivos se ha encontrado hace Kahler
que existe una actitud conscienle, iln rnirar r;rcional, con m(i- Y err reiación ya a los puel;los mesoauleiicanls, tatt distin-
yor razó¡ éstos deben haber existido en l¿rs grancles civiliza- tos <le la tradición occiclental, ¿ cómo ha de verse su a{ár.r por
ciones antiguas al margen cle Ia griega, por 1o que las afirmacio- I conservar el recuerdo del pasaclo, si ni siquiera es mencionado
nes <lel pensamiento conternporáneo ccci<ientai sobre los orí- t en la moderna filoiofía de la historia? León-Portilia, en su
genes de la historia entre los griegr:s nos llevan, más bien.
,
¡ indagación sobre la tonservación del pasado entre los nahuas'
a. pregunt;rrnos si en verdad todo afán por rcgistrar el pasaril l se ha cuestionarlo estas afirmaciones sobre el origen de ia his-
I
entre los pueblos no occidentales ca¡-ei:e rie algún grado de i toria y nos dice:
reflexión sobre é1, porque Eo se píiiece a1 griego; si rringúri I
16
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I. EL CULTIVO DE LA HISTORIA
EN EL MUNDO MESOAMERICANO
:,
EL RECISTRO DEL ACT]NTECER PRETÉRI'IO
19
l¿s creaciones olmecas son heredadas clirectamente
por los jeroglíficos, como el simbolo del año, acornpañados de nurnera-
grupos de Oaxaca, cuyo principal centro cultural es Monte Al- les de puntos y barras, no hay inscripciones que parezcan regis-
báu. En este centro encontrarnos una evolución del calendario trar hechos dél pasado .-lel hombre, ni retratos de gobernantes,
y 'cle la escritura jeroglifica, y hay multiiu<i de inscripciones como si para el teotihuacano la trayectoria temporal del hombre
preclásicas que se han interpretado como registros de aconte. fuera algo poco trascendente ante la presente eternidad de 1o
ci¡nientos pasados" Dice Piña Chan:. divino.
Parece ser que el ieotihuacano se preocupa de sí mismo fun-
Hay jefoglíficos sin ni:merales y con valor simbóiico, entre damentaimente en el sentido religioso, es decir, en lelación con
.rto" rle iletloí como expresiones verba- los dioses y con su destino tlespués de la muerte, como 1o expre-
les.. " cerro o pue'rio, hacha. casa.. . telieves <ie g-uerreros
"ipi.t.ntaciones
con glifos á. .é,rqutti*, rei;resentados,con ei jeroglifico del san ias máscaras funerarias de piedras duras y la pintura mural
."rro" y un¡ cabezi l:l:nrani inr-ertidr. 17 de Tepantitla, que representa el Tlalocan; ahí aparecen los hom-
bres, realizados con gran dinamismo y vitalidad, semejantes a
Estai inscripciones revelan entre ios zapotecas un claro de arcilla "tipo retiito", llevando una vida cle.
l;r"s iiqr:rrillas
interés por dejar memoria e1e su pasado, Y €tr el periodo Clá- plaeer; pero esta pintura es una e:cepción en el arte teotihua-
sico se multiplican, extendiéndose también a los otros centros cano y no habla del devenir humano, sino de una vi<la a-histó-
y registrándoie la fecha en que ocurrió el hecho. Por ell'r, las rica, más allá elel tiempo.
inscripciones zapotecas del pericdo Clásico puerlen considerarse
No sabemos, realmente, si el teotihuacano llegó a tener un
corno el antecedente <le 1os irnportantes textos "históricos" mix-
interés por su pasado; Pero por su vínculo con las otias cultu-
tecas que se elaboraron en el periodo Posclásico y que contienen 'hl
+r. ras mesoamericanas clásicas eE posible que sí lo haya tenido,
datos importantes del neriodo anterior. {t¿
y, además, sí sabemos
aunque n«r lo encontremos nranifiesto,
Pero si es manifiesto que €n esta zona de l[esoamérica exis- "m
ffi gue su cultura fue la base de toda la cultura posterior en el
tió rrna. preocupación tr)or conservar el recuerdo del pasado en
'sj Altiplano Central, y que los representantes de ésta, los grupos
ei periodo Clásico, ocurre que en el Altiplano Central no en- r'i1':
nahuas, se afanaron notabletner,te por conservar el recuerdo
contramos suficientes datos que nos permitan asegtrrar 1o mismo' .
2$ 2l
áe iegistrar 1os acontecimientos rlel pasado, quizá <le todtls 1os sistemática rle registrar cl pasa{o, cle acuerdo con la sucesidln
grupos mesoamericanos. De lcs códices prelris¡ránicos destacan temporal; no se tralír del sirnple recuerdo de los hechos dcl
pof tT importancia- histórica los códices Ieixtecas, cotno el #Yi honilr.e confun<licios cr:n los mitos o vistos como manifestación
B'adley, el Nuttall, .el Seld,en' el Vindobonensis y el Colornbin'a del poder dc los dioscs, ell t1ll tiempo eterno, sino de una ver-
y Becher /, que contienen genealogias y hazañas de 1os caciques' ,*j
'fundación'de señorios y relaciones entre ellos cle carácter gue- rscóili¿e Botllcy, lnterprctación tle Alfonso caso, sociedad Mexicana
de Antropologia, México, 19ó0' p. 70.
trero, siernpre con el registro de fechas. Los hechos aparecen 10 Fernandó de Alva Ixtlilxóchlt!, Obras históricos, 2 vols', Publ'
:eónstatados'ceÍr tanta minuciosidad, que se pugde seguir ns sálo Alfredo .Chavero, i.liiora Nacionat, México, 1952, vol' rt, Prólog't,
.''iau'biografía''de un'pérsonaje,'desde su nacimiento hasta su p, 17.
,/1 i )i:r' i
.1 dura en la memoria de estos siglos la gtoria de las des-
ctadera disciplina, basada en una distinción entre
lo humano
cendencias de sus progenitores-, y repiten
en toscos caracte-
v lo divino, que les permitía hacer del pasado algo coherente ?itt'u'"tJoá de'muertos colores' 23
-y i.rlrr""t r". Áá¡iot
iu.ionut. Í'esta áisciplina no fue exclttsi'"a de un solo
de los lu-
grupo, sino de todos kls tlalluas, pues, habiando de Texcoco' Sobre los totonacas sabemos de su emigración"
fundaciones de
Ixtliixóchitl a{irma: gares que fueron ocupanclo, ias fechas de. las
parte de los gru-
Iiudades y las conquistas que padecieron -de
En la ciuclacl de 'ilezcuco estahan ios Archivos Reales de y nahuas del Altiplano; asimismo sabemos de una
todas las cos^, ,.f"riári, por haber sido la metrópoli de todas po, tolt..r,
sucesión de nueve reyes que supuestamente
2u gobernaron
las cierrcirs, usos y buenas costumhres.
ochenta años cada uno. La precisión de
los datos y las fechas
Los textos afirman que esta tradición nahua de escribir ,. ¿"¡" a que los escritores españoles, como lo expresa Torque-
sobre el p-asaclo riel hombre se inició en Tula, ei origen cul- elaborados por los mismos
ma«la, los io*u.on de los códices
tural. de los grupos nahuas, según ellos mismos' Clavijero es Pedro Már-
totrrnacas. Sobre la estructura cie estos códices
clice que:
tir de Anglería quien nos da una primera información:
l-os toltecas fueron en el Nuevo Milncl.¡ los primeros que se
sirvieron cle ia pintura para hacer hi-storia; a 1o menos no son muy.diferentes de los nr-restros
-g'nthot,'limas
l.os caracteres que usan
ienemos notici¿r ,1. irt . otla liación lrr practrcase antes de v consisten "" ¿u¿ot, y otros objetos dis-
ellos. "' ilil;;ií;;t;;*; éntre'nosotros v semejantes-a la es-
Iln la tradición que recoge Clavijero está de iiii',* üili;. ili;.
t"i tin'u' dibujan figuras d^' l"'l*:
por ro quE
este punto, y de aniááles, sobre todo de reyes y magnates'
acrierdo cou lo cltie sabemos hoy dei Altipiano Central, ya que es de creer que en estos escritoé.se-contienen las gestas de
no hay <1atos que ineliquen que 1os teotihuacanos elaboraran tou ott"putudos de cada reY " '24
códices, aunqllc esto no significa que no 1o hayan hecho'
diversos grupos
Y entrc los toltecas se señala a Huémac cofiIo uno de los iist;rs informaciones sobre los códices de los
mixtecas prehis-
principalcs protnotores cle ia colservación clel recuerdo dei no sólo se ven con{irmadas por los cóclices
por varios códices
pasado; Ixtlilxóchitl dice que pánicos que hemos mencionadá, sino también
casi todos después
nahuas y totonacas que fueron elaboraclos
Antes de n'rorir junió tod¿s las historias c¡ue.tenían los Tul- nahuas están la Tira de Ia a
tecas <lesde la ireacitin clei munclo cn arluel tiempo, y las de la Conquista. Entre los códices
hizo pintar en ttn liliro nruy grande, en donde cstaban. pln- Peregrinacíón, el Borbóni'co, el Aubin, el Menilocino'
el Cozcot- I
tadas'toclas stls peisccucioíe§ y trabajos, prosperidacles y ,in,Á Azcatitlan y el Mericanus, de los ctlales quizá uno t ; §
hen. t':.".--¿,§
buenos sucesos. e2 dos son de origen prehispánico; y de los totonacas
como el M¿-
Hay también innumeraltles rnenciones a los códices sobre daclo aiguno, .ódi... posteriores a la Conquista' 3§
ei pasaclo de los otros grupos mesoamericanos' Burgoa nos santla, el Cl'oi,conqwiqco v el Tona'yar"
habla cle ios códices zapotecas y mixtecas clue encontró en Iin cuanto a los tarascos, a quienes r¡uchos cronistas' como
carla pueblo; por ejemplo, cuando describe las costumbres irc dr'sti¡cíón' 2 vols '. Talle-
Gcográf
de Guaxolotitlan, dióe:
23 Fray Francisco dc Burgo:r. (Putilicaciones del Archivo
,", iiíi.or']. i, N*iár,"M¿"t.",'1934
xxvr), vol' rr'-p' 12'
20Idel¡, p.18. b;;;t;; i, Nación, vols' xxv v
:-iip.¿.á l,rartl. ¿" ¡ngi.tia,- Décod"is d:l.Nueoo Munilo' 2 '-dt':
21 Franciico Javier Ctavijero. Historia antigua de Mérico-, 2.r eó'
Edic. y PróI. Máriano Cuevas, Erlit. Porrúa, México, 1968 (Col' "Sepan tr"¿.Tültii-irtitirr., dJ".'-o't'¿i" por E-d-mundo o'Gormann' José
Porrúa Estraía de
...", 29), p. 247- Porrúa c Hijos, u¿*i.I"iboa- igiiliottt* .José
cuantos
Historia mexicana, Prime-á §tti",'i" conquisti' v¡)'
vol' r' pp' 425426' -
22 lxtlilxóchitl, op. cit., vol. r, p. 31.
25
24
UUlll¡UUllr IlüU¡
impor'
Ia Rea,26 ligan al grupo mexica, pero que más bien se rela- Otro <le los cronistas, Basalenclue, nos cla'un dato
cle regis-
cionan con pueblos del Perú,2s no ha;" muchos testimonios de tante que parece revelar una tradición prehispánica
del pueblo de Cl-raro'
que hayan elaborado códiees antes <le la Conquista, sino qrre 1a trar et'pasaao: al hablar de la fundación
pirinda' y
mayoría de las luentes niega su existencia. Beaumont, a qirien dice que sus habitautes eran matlaltzincas de lengua
sigue Espinosa, dice: refiere cómo lleg;rron ahí .
Tuvieron curiosidad los de México de conservar en sus pin- Y hernos de tratar ileste PueL¡lo crr gracia 9il y tt] f:*'
esta l'ro-
turas los nontbres y sucesión de sus reyes; en esto s/-'lo suvo se *a ¡'6¡serla dezir la causa dc stt vettt<la ¿r
excedieron a los taiascos, de t¡ttiene. ni entrc los indios sc
utiguo d,t tlt l-t]l:-''::
t;ir;i",i;'.,ri ."i.tit¿ scgírn urr- libro pr:imcros
tle..los
-tt'¿iti¿'j
que Llno bauttzaoos y
descubrieron tnemorias ili se hallan relaciones en los autorcs y nrartrot caracteres ';di;; l' que tenían' escri*ió
de la monarquia indiana . . . 27 que supo escrlvlr'
luego para quedarse ell memorla' -"
Y el autor de la Relación de ll'tichaacó.n afittna que le fue
difícil escribir porque no había libros. Pero esto no significa De cualquier manera, aun <lu<lanclo <le la existencia de códi-
ces sobre ei pasa,lo, po<lemos hablar cle una
preocupación por é1
que los tarascos no hubieran realizado códices, sino que éstos
nos hal¡lan de una
no se hallaron; c¡uizá tenga razón Escobar, quien afirrna tlue entre los tarascos, ya que todas las fuentes
los códices fuerort destruidos por los mismos indios a la entra- arraigada tradición o.r1 q"" pasaba de parires a hijos' v de
cle memoria los hechos
da de los españr:lcs; casi al principio de stt obra, este autor saceráotes especializarlo, et' 'p'e'der
asienta: sobresalier.rtes del Pasaclo.
Aquí se habían de numerar sLls reyes, copiar stts sucesiones, Iis, pues, nranifiesto clue los pueblos mesoamericanos qlle
referir sus hazañas, contar sus hechos, celebrar sus leyes hemos Lenci<.,naclo se afanaron por conservar
la memoria de stt l,¡
y narrar sus obras, pero casi todo falta porque faltó el cui- pasado y que poseyeron un considerable número de tcx"os en 't't:,"
áado en los arrtepasados, y ellos a la entrada de nuestros -inscribierorl
los hechos signi{icativos de su cornuni'lacl'
españotes scpultaron las men.rorias en su laguna, pues en 1o, q.r.
situánclolos en u11:] sucesirin ten-rporal y
11o en el eterno presen- ',irr
ella arrojaro¡t li.¡s mantas que eran sus papeles tejidos en que ,, :l
del pa-
contaban sus hechos; si no escritos con plunras conro las te mítico. Estos textos no habian <ie cualcluier suceso
demás nacioucs, piniados con plumas comb ningunos . . .
x8
rJe la comunidad' sino
sado, no hablan clel pasarlo en general
trascentlentes
Esta afirmacii»r no carece de lógica, pues si los códices eran ,ot"*arrt" dc aquellos hechos que se consitleraron
y que constituien un toclo cáherentc' IIry en ellos la- inter-
tan valiosos para los tarascos como para los dernás pueblos puesta en los hechcs
mesoamericanos, pueden haber decidrdo iricluso destruirlos para vención «le los dioses, pero la atención está
ello' no pueden
que no cayeran en manos de los invarores. lrumanos que afectaro,, a la comttnidacl Yl Pot
hace considerar a los
ser confundidos con los mitos' ]isto nos
2áFray Alonso de la Rea, Crónica de la ord,en de N. Seráfico P' .§. textos mesoatnericanos sollre pasaclo como una verdarlera
el
Francisco, Provincia de San Ped,ro y San Pablo de Mechaacón en la inquisición acerca
Nueoa España, Imprenta de J. R. Barbedillo y G., México, 1882, p' ?0'
historiogra{ía, o sea, como resultaclo de ttna
de reflexión'
26AFud, Ronríu¡ P'ña Chan, or1. c't., ¡t 2[!6. áá prriao. Ér, ,i u" quiere, una forma- primaria
no precisamente
27 Fray Pablo de Beaumont, Crónica de Michoacán, 3 vols., Publica-
una modalidad peculiar «le actitucl inquisitiva'
ciones del Archivo General de la Nación, Talleres Gráficos de la Nación, y racional del que busca la
fasatlo'
México, 1932, vol. n, p. 45.
un conocimiento oUjeiiuo
28 Fray Matías de Escobar, Am*icana Thebaída, aitas patrum de los
20Diego de Basalenque, Hisloria-ile la-prwineia de San Nicolds
religiosos lsremitaííos de N. P Scn Agustí* ile la Proztíncia tle Sar r'
Iviéxico' 186ó' vol' pp' 303
Nicol,ás Tolentko Ce LÍechoocán, Impr¡¡;ta Victoria, México, 1924, rotultiiíliori tip.á"iu.Jiii" v Comp',
9.23. y 305.
27
26
üUEEütr8Ü'EUÜTUtr üEü ü u-Ittt ü tüüü
verdad acerql de é1, como la obra del Tucídides, pero en el l'Iontezunta, vienclo el buen consejo de -Tlacaélei, acordó. de
grado en que es reflexión sobre el pasado, creemos que puerle iñ;;; y;táiiuJot tt."l, que se'llamaba Quauhcóatl, viejo
de muchci años . . .31
ser llamada historia, como la llamaron espontáneame¡te ios
cronistas españoles de los sigios xvl y xvrr, sin contraclecir 1o Entre los totonacas, ios "historiadores" eran tanrbién ancia-
que tradicionalrnente ha sido considerado como tal. nos experimeutaclos, como 1o a{irma Las Casas, quien men-
Sin embargo, no queremos afirmar la aparición de la historia ciona la existencia c1e personajes de edad avanzada que eran
en el mundo mesoamericano basándonos sóio en la existencia elegidos para relatar el Pasado:
de códices sobre el pasado, sino que preiendemos ver también
por
quiénes €rai1 y qué finalidades tenian los creadores de ellos, Cuando alguno n-roría elcgíasc otro. que. era estimado de
¡"ena v h"oncsta vida, no.- mozo, sino de sesenta o
para tratar cle conocer su concepto del pasado, dentro de su -septenta
ccncepto del rnunCo y de la vida, y saber si realmente tuvieron
;ñ;;;ítibr, rlue hobiese sido casado y entonces fuese -ya
nttrí eicribían por figuras, histoiias, y las daban a lo"
u¡rr. conciencia histórica. "i"á".
pontífices o paPas .. .32
Las fuentes h¡blan rfe los creadores de códices sobre el pa- Todo este capituio pasaclo tenía el .Cazonci en mucha reve-
sado, señalando esta labor co¡nr¡ un oficio especializado y de ;.;;ir;-h*íá Jt t"i..¿o!e gue savia esta historia que se.la
gran importancia en la vida cornurritaria. Los "historiadores" contasJ muchas ,".". y decia que este capitulo era-doctrina
eran hombres respetados clentro de la comunidad, como aquel rlelosSeiroresyqueeraavisoquehabíamanclado'Iarlacurl
Tequanitzin Chichimécatl Tecuhtli, del que habla Muñoz Ca-
á todos eilos.33
margo, q11e Por esta nrenciilt-t, velnos que entre los tarascos .había unos
sacertlotes que aprendían de memoria los hechos de su pasado'
Dejó menrc,ria de estas dos gucrras como hombre de fe y y que cactra sacer<lote aprendía algo distinto, qr:izi para lograr
c;édito; p<ir 1o que sus historias son celebradás y tctiiilas,
irrmortalizantlo la fama de sus antepasados, y eternizando una rnayor fidelidad a los hechos pasados' Por eso se nos ocurre
su memoria entre los vivos desde ios sigios pasados y pre- y
sentes. 30
Fray Diego Durán, LIis,oria ile las Inilias .ile lo Nucaa Españ,o
31
islas rle'tierri'finnc,2- vols., E<litora Nacional, México, 1967' vol' r'
p. 219.
Durán nos informa de un cargo es¡recial tientro del Esta<lo '" lCtrr"v Ba¡tolor,ó rle l-rs Cas:rs, Aprttogótica lústt¡ria sumuritr, cwrnto
o cielo y suelo .d'e'¡tas ticrras'
'i to, ,ri,*tidndcs, ilisptttsición, desc'ripción, iltancro
azteca para registrar el pasarJo, Io r¡rre nos mucstra ílue no dc z:iair e costrtntbre's
rc¡riblicu'e ,
,)ir¿¡r;o"tt ,r'ír,rnlir, ¡oticíus,
o,rrn;r* dcstas Iitlia.r iccitiannlcs y meridionales por Edmu,do
sólo eran los reyes quienes escribiati, corl'lc, se afirma cn otras "ar--tii, c*yo-intpcrio
fuentes, sino que tenían a su cergo ¿ pe¡sonas especi:ilizadas iturrá"ii-i'ii|rur* i h,, ,rves ile Castilla,. Édic' ptep"'ada
para ello, que ocupaban rln puesto oficial en el golrierno; dice óCni,,r.r, '2 r,,¡ls', Irrstitirto <le Invesiig:rci<¡nes Históricas' tINAM'
Durán:
Mt;t;;; ib6, (Serie de Historia«lores v Crortistas de Indias' 1)' vol'
t, p.22.
lt Rslación de las ceremonias, ritos, pobtación .y gobie-rno -ile.los
S0Diego Mufioz Camargo, Historia dc Tlarcala, publ. Alfrerlo Cha- inilios ile lulechuacán, hecha
'ii;;r-;-éobernadoí al lhno. Señor Don Antofic de Men6oia'
;, verq Edic. facsimi§ 1966; F-dit. Edmr:ndo Aviña Levy, Oiic, Tip. de ile esta Nwezta España, pM S' M' (?) G" Tip'
i : r la Srla. de Fomentq México, tg9¿, p, 69. ¿e eítonso Aragón, Morelia, 1903, p. 87'
co
-IlU E T*E-E tr EUE UTTTTUE
que quizá sean los tarascos a quienes se refiere Las Casas, sólo e! mundo humano, sino el mundo a nivel cósmico' Se trata
cuando, al hab'lar <le los textos "históricos" y del oficio de de Ia conciencia de Ia relación con el pasado' como sentido de
"historiaclor" en la Nueva España y otras provincias, dice: la vida clel hombre y su cosmos. Es por ello que el recuerdo
«lel pasarlo se registró sistemáticamente en textos. especificos' l!:
Iin algunas partes no usaban esta manera de escrebir, sino y qt'i" .r,o, textos fueron utilizaclos para una transmisión más
que llr n<¡tici¿¡ de las cosas antiguas venía de unos a otros, fiel de la historia.
dr: n-,¿iuu (11 nlano. Tenían en ello tal or<len para que no se
olvidaseu, ct¡nviene a saber que se instruian en las antigüe- La enseñanza de la historia entre''los oahuas se hacía me-
, dacles cuatro o cinco, o quizir m/ts, pr¡r lo que oficio de histo-- rliante un admirabie sistema educativo, que lra sirlo analiza<lo
riatlores usarhan, refiriénrlcrlcs tr-¡dos los géneros de cosas t1i',c con detenimiento por León-Portilla' Este investigador' des-
pcrtenecían a la historia, )r aquellas tomábanias aquellos en pués de hablar de las limitaciones de la escritura pictográfica l,
I ll1
la memo;ia y hacíanselas recitar, y si ei uno rle alguna cosa dice: ' ii
no se acordal.ra, los otros se la cnmendaban y acordaban' $4 ). fonética de los códices nahuas, ,ii,
Si la labor rlel registro tlcl pasado era inc'luso un oiicio Conscientes de esas limitaciones, tlesarrollaroo
un vérdadero
especializaclo entrc los pueblns mesoamericanos, ¿cuál era su de la escritura en s!1s códices' Como la ma-
linalicia¡l? ¿Qué r;ignifici; ¡;:rra i:l'os e1 pasado? "o*pi.á."to
voría de las cosas humanas, ese complemento fue resultado
L-ris ptieblos tuesoamericanos parecen haber considerado que á"-i, titt"t"otización de algo que ya existia desde los tiempos
.:1 pasalio no es :tlgo muerto, sino algo vivo y vigente en la n"tre los nahuai, io*o en muchos otros pueblos'
""tigrát.
habiá surgido de un modo espontáneo 1o 9!e ¡e conoce.colno
vicla presenie: lrr clave del presente y rlel futuro, descubriendo transmisi6n oral, cle padres * l-ti¡ot, a través cle generaciones' I ', ':ri
irsí e1 sentido dcl devenir propiamente humano; vieron que la Pr., bien, el compfemento cle la escritura náhuatl de los .:
identidad de un puebio como comunidad está en su t¡adición códices vino a t.ti realidacl, una sistematización de esa I ,"; I
¡'rl
]
v utlizaron la "lristoria" para conformar su futuro como na- i;;" espontánea "tt
cle transmisión oral' Fueron sus sabios
¡i
],tr, ,
'l
ción. Lc¡s textos <ie los inforr¡antes de Sahagún, al lrablarnos tlan¡,ati.ninte- quienes. . . implantaron en los centros \ i[.
de ios orígencs t1c los nahuas, rlicen rlue los sabios abandona-
-los
de eclucación ese sistema <lirigido f t;¡ar en la memoria de )ü:;
r'ou ']-amoanch¿rn llevánrlose los códices, 1o que ocasionó gran los estudiantes toda una serié de textos-comentarios de lo I IJ
'
angustia entre los qrle se clue<iaron: que estrba escrito en los códices.S0 ri ¡t¡
Así,laescrituraservíacomoíncliceoreferencia<lelrelato
¿Brillará el sol, annr,eceró,? rít-
sobre el pasarlo, que era aprenclido de memoria en cantos
1
t:
¿Cómo irán, cónto se establecerán los tnacehuales str
micos, y un hombre educado en esa forma tenia en su haber
[el pueblo]? ii
todo el conteniclo que no transmiten los escuetos cóclices' León'
ji
P orque
" ^" il' ;,,!,i",!í,i' oY j'1l,X(o, u*,,,,
¡
uo
ii, Portilla nos pone como ejemplo un bello cantar náhuatl:
t Yo canto las Pi'nturas clel libro,
Esto -.ignifica que el nahua fue consciente de que sin pa- lo ttoY d,esPlegando,
sado, sin tradiciotres, el mundo entero se viene abajo; y no soY cwal florido PaPagaYo'
hago hablar los cód'ices, '
$a Las Casas, op. cit., vol. tt, p, 505.
s¡ Códice Malrilense, fol. 191v. y l92r.i cita tomada de Miguel León' en el interior d,e la casa de las ltinturas'gl
Porülla, Los attliguos mericanos a traués ile sw crínicas 9 cantares i "scMiguél León-Portill4 Los antiguos tn¿*hano¡'.", P' 6t'
(reedición), Fondo de Cultura Económica, Méxicq 1968 (Col. Popular,
87 l¡lem.
88), p. 53.
31
30
preciándose de tratar en sus juntas y visitas de aquellas ma-
Las fuentes son bastante explícitas en este asunto. Herrera,
terias. ao
por ejemplo, afirma:
afán por registrar el pasado men-
Sr.¡bre los totonacas, cuyo
I como sus Figuras no eran tan suficientes, como nuestra cionan l-as.Casas de Angleria, nos dice el primero,
y X{ártir
escritura, no podían concordar puntualmente en las pa- después de dar la semblanza del "historiador":
labras, sino en lo substancial de los conceptos: pero usaban
aprender de coro, Arengas, Parlamentos y Cantares. Tenían y las daban a los pon-
una gran curiosidad, err que los Muchachos los tomasen de "jiopat historias,
Estos escrebían por figuras,
tífices o papas, 1' lot lo referían clespués en sus ser-
memr.rria, i para esto tenían Escuelas en que los Ancianos mones a1 pueblo. ao
enseñaban á l<¡s Mozos, estas cosas, q11e por tradición, se
han siempre conser.¡ado mui enteras , . . 38 , Así, al larlo de la eciucación religiosa que ei pueblo recibía de
parte de los sacerdotes, se <laba una eclucación sobre el pasado
En otros grllpos r¡esoamericanos encontrñmos que también áe h Lo mismo ocurria
comunidatl, para mantener su identidad.
se registraba e! pasado con ia finaiiriad cle ser transmitido a l:r con los tarascos, pues henlos encontrado varias tnenciones a
comuniclad. La "historia" de los mixtecas, que habla furrda- ciertas pláticas que hacía el sacerdote ma)'or sobre la vida
mentalmente eie hechos béiicos y de ia biografía de sus prota- de los antepasados, y que tenían el carácter de una especie de
gonistas, es, como l¿ ¡¿hua, una "historia" pragmática, es decir', lección; de ello cieducimos que entre los tarascos- el conoci-
parece r¡re fue pens:r<la pJra transmitir cierios icleales épicos miento del pasado era enseñado como guía para los actos esen-
que habían de per¡ietrrar el ser propio del pueblo mixteca: stt ciales de la vida individual y colectiva, como ocurría con los
carácter guerreÍo 1, conr¡uistador. Esto significa que los có- nahuas, los mixtecas y los totonacas.
dices eran también ulla especie de libros de texto que sóio regis-
Asi vemos que la transmisión del conocimiento clel pasado
trahan nornbres y techas, y que servíafi. para ayudar al maestrc
iba descle una enseñanza a ios jór'enes nobles en los centros
a revivir el pasado.
especializados para ello, hasta sermones o pláticas al pueblo, quc
El croniste Burgoa n<.¡s corrobora esta enseñanza de la his- loimatran prrie ,1e' las cerernonias religiosas' Pero aírn había
toria entre los grupos de Oaxaca, cuando refiere: uru form, más elemental cle etlrrcación sobre el pasarlo: la
alusión a los hechos rle los antepasados en ias ceremonias f¿rmi-
Entre la barbaridad cle estas nacioles se hallaron muchos liares.
libros a su rnodo, en hojas o telas de especiales cortezas de
Dice l{uñoz Camargo, en s.,.tlistoria de l-larcala, que cuando
árboles... donde todas sus historias escribian con unos
car¿Lcteres tan abreviados, que en una sola plana expresaban
una mujer paría
Irrgerr, sitio, provincia, año, mes y día, . . . y para esto a los
'hijos de los señores, y a los que escogían para su sacerdocit¡ Si era varón el recién nacido, entraba el saltrdador y decíale
que fuese bien nacido y venido al nrundo a padecer traba.¡os
enseñaban, e instruían desde su niñez haciéndoles decorar
aquellos caracteres y tomar de memoria las historias y de i *¿u.tii¿"¿es, y ¿lri ló traía ír la memoría los hcchos de sus
antepasados...{r
estos mesmos instrumentos he tenitlo en mis manosr y oidolos
explicar a algunos viejos con bastante aclmiración y solían F:nlaRelacióndeMíchoac¡itt'seafirmaqueenlasborlasel
poner estos papeles, o como tablas de cosmografia pegados
a lo largo de las salas de los señores, por grandeza y vanidad; Fray Francisco de Burgoa, Palestra histoliut, Talle¡es Gráficos
a0
¿e ru iücián, Mé*i.o, l9u ffubticaciones del Archivo General
de la
seAntonio de Herrera, Historia general ile los hechos ile los casle' Naciór¡, vol. xxrv), P. 210.
. 4o Las Casas, oi. cit., vol, u, P, 2?
llanos ex' lac islas, y tiera.firme ile el mar O€ceano, 5 vols., Tailereg .l
gráficos "Continental", Buenos Aires, 1945, vol. rr, p' !31. Muñoz Camargo. ol, ctt', 9, 149.
33
32
1,"
. )!i"
TT IITIT T T T U T U U T II II T ET_B Ü II T E U E H'IT_R E E
cle relieve las figuras centrales, al lado de importantes tlato'
padre del novio pronunciaba Lln discurso en el que sé incluían
estas patabras:
ques de otros señoríos nahuas. I-a guerra aparece como una
realización de los ideales tradicionales del pueblo, aquellos que
Porqúe solnos ); tenemos nuestra cepa aquí y aqui nos deja- cr:mplen a los antepasados:
qi¡
ron nuestros aritepasados los chichir¡ecas. . . entonces nonl- I
braba sus antepasados que habían moraclo a\li.az No os asuste la guerra'
fiores de escudo .son, PrínciPes.
Ycuando mo¡ía un cacique o algún perscnaje importante, Solant,ente con ellos se escribe, se da
recortlaban sus haz:añas -u* le erigían estatuas para memol'ia de la Abuela Y el Abuelo . -.aa
str granrleza. ilsia fue urla l:oflna urry común en lv{esoarnéric¿t
de ti-ansmitir ios ideales de la con:u¡ridarl; es 1a glorificación tin la obra de Durán vemos clararnente la conciencia del
'ri
:rzteca de la necesidad de pasar a la postericlacl para ejbmplo
I
personal cle los grandes hombres, {iue Ee inicia desde ios <f-
rlecirs, cue se cla ai iado dei nacionaiisi,ic de los aztecas, rltre de los hombres venideros, aunada al orgullo de sentirse miem-
encontramos en lo:i otros señoríos i¡ahitas, dcnde rnás que' Lln bro de la nación más importante del mundo; este orgullo era
nacicnalisrno se reiieja la inclivirlualiclad y la universaiidad del resultado cle haber arlquirido una identidad mediante un cui-
irumanista, )' liue s¿ manifiesta i¿i¡bién, muy señaladarnellte, dadoso manejo rle Ia "historia". Al ver Motecuhzoma los re-
entre los t¿rascos y entre los uixtecas, puebios de grandes tratos en pierJra que se habían hecho de él y de TlacaéleI,
guerreros. Ariemá.s de1 rec¡:nocimienio públicr-, de los hecht¡s dijo:
de los hombres sobresalientes, estos irechos se registrabiln en
Ios códices para ser transmitidos a ias generaciones futuras; lilermano Tiacaélel, contentádome an estas figuras, las cua-
por ello, la "historia" mesoamericana es fuudamentalmente "his- les serán memoria perpetua de nuestra grandeza, como te-
nemos memoria de Quitzalcóatl y de Topiltzin, de los cuales ,ir I
toria" de los gianrles linajes. está escrito que, cuando se fueron, dexaron -escutpidas sus ,r'!rl
IJn ejemplo de esta co,qtumbre cle engran<1,:cer a los gober- figuras en palos y en piedras, en quien adoran la gente I lt.,
lñ
.o*útt, y tob.nrot q,le e.an homtres como nosotros; llevé-
.
Yo vivo (o de pensa- Las diversas formas de enseñanza del pasado que hemos
¡-ror rnejor <lecir) miiei:o, cercado
y Pasados
mientos tle acrecentar el llstadr:, que nris \¡I¿riores señalacio, que van aesde la simple transmisión oral de padres
rne elejaron, y no pcrmitir"que err rni acabe su Nombre; a hijos, hasta la'educación sistemática basada en textos, nos
:rntes hacerlos tan valerosos, ccn ei rnio, en tlue oióndose muestran qlle en los principales grupos mesoamericanos el re-
por el Mundo digan otrien fue rni I'aCre. y quc 1to era cuerdo del pasarlo llegó a constituirse en algo esencial para Ia
posible menos, sino clue dc tnl tronco, había de nacer una
comuniclad, no sólo porque le daba una identidad, sino porque
buena Rarna...aB
era moclelador del futuro. El pasado no se conservó por el
Y ent¡e los mexicas se unen el irieal guel'rero y el personaic mero afán de registrar los hechos para que na queden en
tlustre, comr) lo elipresan las Cant*s rle r¡trerreras, que refieren el oluido, como cliría Heródoto, sino con Ia finalidad práctica
poéticamente la actitr.rd dorninadoi'a dc este pueblo, poniendc, tle conformar el ser de la comunidad, y esto.parece significar
'34 35
'.f,.,,tr,.,:
(ltle el l¡ombre mesoamericano tuvo una conciencia de la conti- . Desarrolló con
cómputos de tiempo-susun saber de salvación.
¡rtritl¡«t tcrnporal del hombre como fundamento de su;er, o sea, extrema precisión sistemas calendáricos y ahondó en su
u¡¡¡r co¡lcic¡¡cia <icl sentido propio del acaecer humano, que se pecuiiar iotn a de astrologia, siempre preocupado por cuan-
ao
th c¡r cl orrlcn de la -elación pasado, presente y futulo, aunque io acontecía o podia tuced.t et caia uno de los ciclos. "
Itirtgurr<.r rle los creadores de estos textos haya dicho expresa-
De este moclo, el hombre quedó sometirlo a las leyes clel
'l' ' ;l
r¡rc¡rtc (lue era consciente de dicha continuidad. Pero la nece- 't
sitlttl rlc dar al pueblo una forma de ser cimentada en su devenir universal; pero el hombre-prehispánico no se limitó I
p;rsatlo no sólo implica la diferenciación de los tres compo- a situar su propia trayectoria dentro de las leyes generales del
nentcs de la temporalidad, sino también el haher dotado al carnbio, entendidas religiosamente, sino que parece haber
pasrtlr., rle cierta significación, y esto sólo se logra con urur comprenrlido, en cierto modo, la esencial noveclad clel futuro
reflexión sobre ó1. humano o, dicho de otra manera, el carácter libre del acon-
Ahora bien, l;l captación del devenir humano y la creación tecer del hombre, quien puede cambiar, si se io propofle,
de un concepto acerca del pasado, implican, a su vez, una el destino que los diversos ciclos del tiempo traen para é1,
previa captación del devenir en general y un afán de cómpren- como lo muestra, fundamentalmente, la actitud de los aztecas,
derlo. Por eso en la idea que el hombre mesoamericano tuvo ent¡e los grupos mesoamericanos de los que hemos hablado
del <levenir parece estar la clave del significado que dio al en este capítulo.
pasado.
LA CONCIENCIA HISTóRICA DE LOS AZTECAS
LA CO¡],CtrPCTóX OTT, CAMBIO Y LA IIISTORIA
Creemos, como 1o henros expresado ya, que el hecho de afa-
El hombre se percata del caurbio de manera espontánea e narse por registrar el pasado, con la finalidad de darlo a cono-
innreriiata, y percibe, asimismo, que el devenir sigue un orden cer a las nuevas generaciones, implica ya una reflexión sobre
cíclico. Esto es manifiesto en las principales culturas meso- el acontecer hutnano y sobre los tres componentes del devenir,
americanas, que expresan su conciencia del devenir dentro del
por lo que se puede consicierar ccmo histo,'ia' Pero de los
marco de un concepto cíclico del acorrtecer universal, donde
aztecas conocemos datos sobre una peculiar actitud crítica
no sólo se repiten los días y las estaciones, sino el mundo hacia el pasado, qLle nos permite corroborar una verdadera
mismo que muere y renace. Así, Ias leyendas míticas hablan
conciencia histórica eu el mundo nresoamericano.
de cuatro grarrdes edades del universo a las que llaman Soles;
Las fuentes nos hablan de una gran reforma eu la ideolo-
grandes ciclos, regidos por distintos dioses, que habían termi-
gia y costumbres de los aztecas, llevada a cabo durante el go-
nado con un cataclismo para dar lugar a un nuevo mundo.
bierno de Itzcóatl y promovida por ei célebre consejero Tla-
Cada unc¡ de ios Solis se divi<tíi, a su vez, en periodos de
caélel. Esto se debió a que, al vencer a los tepanecas rle
tiempo cualificack¡s también religiosamente: como ia manifesta- Azcapotzalco, los aztecas procuraron definirse como gran
ción de una deitlad, que ejercía sus influencias en el mundo y nación dominadora, y esto requería, de actterdo con I¿r impor-
en. los hombres. Al repetirse cíclicamente los periodos volvian
tancia que entre los gruPos nahuas tenía el pasado, poseer
a producirse las mismas influencias <livinas, por lo que era una trayectoria única y excepcional. Así, crean nuevos textos
necesario conocer cuáles serían esas influencias para prev€r
donde, aparte de la tradición común de Chicomoztoc, men-
lo que ocurriría en el futuro. León-Portilla afirma que: cionan a Astlán como origen físico, y se deshacen cle las rela-
ciones antiguas sobre su pasatlo que, posiblemente, mostra-
Vitalmente persuadido de que así era el universo en el que
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le habia tocado cxistir, el hombre prehispánico hiio de los :::
l,1r;" .0león-Portilla, Lo historia y los hktoriailorcs... (p. la).
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ban al pueblo azteca como un grupo insiguificante entre los to de ese futuro granclioso qra,- lib-ra,r,"nte, prepararotr los
grupos nahuas. dirigentes del pueblo azteca?
Refieren los informantes de Sahagún que hasta la época de Basados en la creencia de la existencia de cuatro Soles ante-
Tlacaélel se conservaba la tradición nahua entre los aztecas, riores que habían termir:ado con urla caiástrofc, se uropttsieron
pero que en el reinado de Itzcóatl se decidió crear la nueva que el Quinto Sol, el SoL- de Movimiento, permaneciera vivo
versión: por ql mayor tiempo posible, alimentándolo con sangre hu-
mana. Es degr, asumieron la respor-rsabilidad de cambiar el
La historia era conservada, pero fue quemada cuan<Io reinó
Lzcóatl en México. Los señores mexicas, reunidos en con- destino c1:smico mediante su propia acción; detencr el cick'¡
sejo, dijeron: "No es necesa¡'io que la gente común conozca fatal del devenir y preservar así la vi.ia rle 1a humanidad entc-
lis pinturas; el gobierno será difamado y ellos esparcirán la ra, de la humanidad de 1os cuatro rumbos del universo. É'sta
falsedatl por toda la tierra, porque en ellas se guardan mu- fue la misión del pueblo azlecaT éste fue el fundar¡ento de su
chas me¡riiras. a?
actitud guerrera y dominadora, que 1o llevó a subyugar a mu-
Así, se clestruyen los antiguos textos y se crea la uueva his- chos de los pueblos de l{esoamérica.
torid. azteca,y para convedcer al pueblo cle esta nueva versión Miguel León-Portilla, que nos ha revelado la significación
del pasado y fundamentar el relato de la'peregrinación a par- del concepto azteca de Ia ñistoiia,-afirma:
tir de Aztlán, Motecuhzoma, el sucesor de Itzcóatl, decidió
enviar ernisarios a buscar las tierr¿ls originales, los cuales regre- Asi, en el marco de creencias de un universo cíclico, los
saron <liciendo que las habían errcontrado y que incluso habían aztácas introdujeron esencial novedad: la idea <le poder alar-
hablado con Coatlicue, madre del dios Huitzilopochtli.
gar indefenidamente las cuentas de años del sdl de movi-
ñriento. Con su reinterpretación del pasado tomaron 1a carga
Esto significa, en primer lugar, que el pueblo conocía bien de impedir que se cet.át, el ciclo de interacción de hombres
los ¡e'atos sobre e1 pasado y, en segundo lugar, que los gober- y dioses, el iapso del recuerdo posible, el tiempo único de lo . lt,
'que
nantes cc.,nsideraron clue tra modificación de Ia historia era una llamamos historia. Conscicntemente he empleado aqtrí el
buena mancra cle lograr la uriidarl del pueblo y su conciencia término de historia porquc consirlero que quiencs repensaron ' 1S.
s8 39
II TTEI H-TTtrIE'IT'E*T_tsEEIE TÜT*TUEtr
'fezozómoc se sitúa aciui como un eslabón inás de la cadena
lo que él haga, independientemente de que este hombre se
sienta sujeto a 1o divino, o no; pues las creetrcias religiosas, histórica, se instituye en continuador de un ser histórico, en
como es bien patente en estos dos casos, no impirien al hombrc defrositario de una trarlicién, cuya. rnisión es continuarla y le-
garla a los rnexicanos futuros. . ,,rÍ
ser consciente de sí mismo y rlel sentido de sus propi:r.s accio- i:"LI
nes libres. ,,$
lSu) tal amonestación --añade- viene a acaecer que- nos
,i¿j;;";, fueron a legar a quienes, ahora vivimos, a.quienes I
La conciencia histórica del azteca es heredada por [os his- J.'.rl"t salimos, y ñ.rr',.u ie pertlerá, nunca se olvidará lo
toriadores indigena-" v mestizos pcsteriores a la Conquista' .iu"-r;n;"io" a haáer, lo que vinieron a asentar en su tintura'
Jr, ,,, .olor, su fama, su ienoml¡¡'e y ei recuerdo que.de ellos
guienes, aun dentro rlei nuevo orden ideoiógico que implantó nunür
t. ii"n", lot tiempos por venir-nunca se perderá,
la civiiización occide¡tal, se consideran como rlepositarios de la "t
r. árriáuta; siempre lo guardaremos nosotros '''
61
üs más antiguas versiones de las-viejas y de los-viejos de la es nna interrelación <Ie pasatlo, preserlte y fttturo, y porque ha h'r
r ,ill
nobieza cle fzacualtiilan Tenenco, nuestras abuelas, ntlestros apren<licio a ver los relatos dcl oasaclo con una mirada inqui- Ir,.
pasados, ouestros primos, de quienes ao*qs Sus nietos y biz- sitiva, como lo hicieron sus ¡nayorcs. , {,;,
nietos. ao
PERIODO PRECLÁSICO
PERroDo clÁslco
la imagen de un hombre preocupado sólo por el dei¡enir cósmico registros del pasado en los monumentos mayas, afirmanrlo que
[:
y por 1o riivino, por ia de un ho¡nbre preocupado también por éstos contenian sólo ter¡as científic«:s y religiosos. E'n 1954 it..
su propio ser histórico. publica The rise and lall of lvtaya Ciaílisaiiott, donde asegura: ¡!l
44 43
U]IM EüEE ÜtsÜEÜ EE
Los Emblemas apaiecen en cláusulas, que sqn la vinculación
calendáric¿s y astronómicas y de asuntos religiosos. ó8 Sin em-
estrecha de dos o más glifos, y en muchas de ellas se ve relación
bargo, cuando se enteró de los trabajos de Tatiana Proskou" con katunes
ttociosos", o sea, con numerales que no parecen
riakoff, que interpretaba como registros de acontecimientos tener el signi{icado cronológico acostumlrado' Este glifo se
'históricos
las estelas de Piedras Negras, escribió en el pre- compone de un elemento principal, clue varía en cada ciudad,
facio a la segunda edición de Moya Hierogly\hic atriti'ng: .onto, grupos de afijos constantes: el llamado superfijo-Bez--
Como sus ideas e interpretaciones son todavía tentativas, y Ich y uÁ piefijo rlel grupo que Thompson llamó "acuático"
sus conclusiones pueden ser modilicadas antes-de _que.apa- figura 1).
Íezcan impresas, yo sólo puedo decir que las implicaciones ,Q¡¡,tos vssgos ¡x to! FtqarÉxas
de su trabajo son de la mayor importancia. Puede ser que B¿n - Í<x Arcquu peeri¿ot B eauro'acuAina"
ellas me conduzcan a revisar mi dpinión sobre la imperso-
ffi ffitrKffit
nalidad de los textos en los monurnentos mayas.6o
Finalmente, cn Ia última,obra de Thonrpson, titulada ltayc
Ilistory and Religion y que se editó en 1970, encontramos que q' w
interpreta algunas estelas como registros del pasado, al dar una ,(f(q rt¿
versión de Ia historia de los mayas de Potonchan. Dice, por
ejemplo: E¡rart*s
Dos glifos Cipacti, posible, o aun probablemente glifos _de
. nombre, están inscritos en 1a estela 3 de Seibal. Cipacti
'el fue
D ffi
l'"h-ar.'iá P^^q
nombre de ia familia reinante Putun er¡ Potonchan.60
ffi-. trl
ffi@
¡
sión de la norma política de sucesión hereditaria en el go- título personal y no como parte del Emblema' Proskou-
hierno, dentro de la clase noble dominante. Y como además riakofl ,, inu.rtigación en Yaxchilán encontró que el
"r,
Imir-peine-Imir y el grupo de glifos Batab son opcionales'
de aparecer en casi todos los monumentos de una ciudad, a veces
y generalmente después de nombres de mujeres, sin
aparece el Emblema de ¡rna ciudad en otra, indica también la "p"r..",
relación entre las dos ciudades, quizá una relación de tipo cambiar nunca su posición al final de la cláusula nominal;
,|l
según Thompson, estos glifos significan "he dicho"'
político. ,.1
'r[
Este descubrirniento nos habl¿ ya de una noción de comu- ásí, co*o el Emblema puede presentarse de diversas ma- I{r,.
neras, Kelley dice: " i;'
nidad política, que se expresa en un nombre que la identifica.
y que nos permite asomarnos a la individualidad de cada ciudad Nosotros debemos concluir que a pesar de que no podem.cs
maya. El Emblema de Tikal es el T569: @ un nudo y gotas todavía determinar con seguridad la existencia de un ghto
de agua, que quizá sea un tocado. El de Copán es el T756a: ñ*Ú"*", excepto cuandd se cumplen las condiciones ex-
a ,eces reconocer un glifo Em-
la cabeza de un murciélago. En Palenque hay tres Emblemas: el l;;;;;t.n.iti", podem-o-s
uo
T570, hueso, el T793a, cabeza de animal, y una variante del blenla en otros contextos.
T1040, cráneo; parece ser que estos glifos de Palenque tenian EldescubrimientodelglifoEmbiemahasi<iodefun<lamental
funciones distintas: el 570 es el único representado en todo impoitancia en la investigacién del contenido histórico en las
Palenque y el que aparece en otras ciudades dominadas por inicripciones mayas <1e1 periodo Clásico, pues su. localización
ella. El de Piedras Negras es el T5B5c, una variante del Quin' indica, frecuentementa, una inscripción de acontecimientos hu:
conce , y puede ser piedra de sacrificio. En Yaxchilán hay un manos.
62Tlromas S. Barthel, El com¡tlejo "emblema", en Esluilios ile Culturo 0a David H. Kelley, Gtylthic et¡iilence for a ilyna¡tic seq-uence at Qui
Mayo, vol. vn, pp. 159-194, trad, Brigitte Boher de Lameiras, Scrninario
riguó, tt¿rrr¿lo, sobretiio de "American Antiquity", vol' 27, núm' 3'
de Cultura Maya, UNAM, México, 19ó8, p. 168. pp. 323-335, Salt Lake CitY, 1962.
03 Segírn la clasificación de
J. Eric S. Thompson, 4 catalog of Mo.ya 6ldem, p 327-
Hierogly¡hs. .
49
48
Glitos nominoles
"l'tut.ófigo
bres. Estos ñismos nombres pueden aparecer en las
rnscrlp-
rlr
¡|i¡
io
mado que las inscripciones "lógicamente" deben constituir un
texto relativo al personaje enterrado, "texto que comprerrdiera
la fecha de su nacimiento y la de su muerte, asi como ¡'elación o
fechada de sus hazañas o de los principales acontecimientos
ocurridos ciuraute su gobierno". c0 En esia obra, Ruz corrobora
la tesis de Berlin sobre los glifos nominales dc! sarcófago' Pr
d
fechas que también caen dentro del lapso de la vida del señor
(f igura 3). o
' Sin .*butgo, Ia fecha acompañada de \a "rana volteada" (ü
o
52 53
I"'--II'III
it,l;
cófago, ernergiendo de signos Caban (tierra) son figuras his-
<ú
aú
o
tóricas, por los distintos glifos asociados a ellas, que repre- {i; ¡t
(ú
sentan sus no¡¡bres, y porque están acompañadas del glifo
Emblema (figura 4). Algunos de estos glifos nominales pa- o
o
H
54 a*
Gtilos ttc dcción e historias iliná'sticas y la ha interpretado como el ascenso al troíro de un gober-
nante, lo cual parece ser muy claro. I)e acuerdo con las fechas
Los trabajos de Berlin sobre el descubrimiento del glifo que acompañan a cada t¡no de estos glifos, el de la rana, que
Iinrblema (1953) y sobre los glifos nominales del sarcófago está al laJo de la fecha más antigua, indicaría el nacimiento
de Palenque (1959) abrieron la puerta a la búsqueda de re- del personaie representado, y, por tanto, su nombre; y el de
gistros sol¡re el acontecer humano en las itrscripciones mayas' "dolor de muelas", el ascenso al trono.
gracias a ia cual se ha logrado comprobar que los mayas Después de esta prinrera estela se erigían monumentos cada
no fueron ajenos a su propia trayectoria histórica. hotún (cinco años) con otros motivos, quizá retratos del
Tatiana Proskouriakoff, interesada en el posib'e contenido gobernante y su familia, y con un glifo constante y uno variable
histórico de las inscripciones mayas, realizó investigaciones en (otros glifos de acción, corno el "glifo de captura"), lo que
Piedras Negras y en Yaxchitán, sin más antecedentes que una puede indicar un mismo sujeto relacionado con varios hechos
sugerencia superficial de Bowditch sobre la estela 1 de Yax- diferenies, o varios sujetos relacionados con un mismo hcchc,
chiián, a principios de siglo, y los descubrimientos de Berlin" como sugiere Berlin. Pero según Proskouriakoff, las estelas
Proskouriakoff llegó a sorprendentes conclusiones que seña- registran Ia vida de un solo personaje, pues la fecha de la
laron un nuevo camino de interpretación de las inscripciones última estela dista de Ia fecha cle nacimiento un lapso qrle -no
mayas, camino que han recorrido algunos investigadores como exce<le !a duración de uira vida humana. Tres grupos de estelas
Kelley y Ruz. en Piedras Negras marcan perioilos de 60, 64 y 56 años, segírn
En Piedras Negras observó, en primer lugar, que las ins- Proskouriakoff, pero según Rerlin, los periodos son de más
cripciones aparecen como conjuntos de registros independien- de 120 años, por lo que no podria tratarse de un solo personaje
tes, cada uno sobre cierto número de estelas relacionadas entre sino de varios.
sí y con el edificio frente al que están colocadas, y por el Independientemente del problema de las fechas, Berlin ana- I
análisis de estas fechas y los glifos que las acompañan con- Iiza tar¡bién los motivos rle las estelas y dice que no parccen .,I,
ciuyó que cada grupo registra la vida de un personaje. Todas registrarse fechas de nacimiento de hijos, porqrre segirn las li
l|'
las estelas de un grupo llevan una fecha y un glifo o cláusula fuerites del siglo xvl, particulal-merite Lan<la, no se sabía quión 'I
de acción (glifos que hacen la función de verbos), de los cuales heretlaría el trono; los reversos de algunas estelas representan r; tql
los de la primera estela siempre son los mismos: una rana mujeres, y Berlin asegura qire ptiederi ser las esposas dc los
volieada hacia arriba y una cabeza estilizada con un lienzo señores, pues una dc estas fechas coincide con una de las cle
amarrado alrededor del óvalo de la cara: glifo de "rana virada" la vida del señor: Ia prin,er-r de la mujer aparece después
y giifo de "dolor de muelas" ,("upended frog" y "toothache"\ de varias del hombre, lo que puede indicar matrimonio. En
(figura 5). uno de los grupos el matrimonio se hal¡ría efectuado cuan<Io
A las fechas asociadas a cada rtno de estos glifos Pros- él tenía veinte arios -v ella doce y mcdio. Esto lo vemos con-
kouriakoff las llamó "fecha inicial" (por ser la primera) firmado por Landa, quien dice: "Que antiguamente se casaban
y "fecha inaugural" (por corresponder a la dedicaciórr del de veinte años . . ." 73
Después de esta investigación, Prosl<ourial<off analizó las
monumento), respectivamente. El motivo de esta primera estela
inscripciones de Yaxchilán. Al principio del artículo en el que
tfe cacla grupo siempre es el mismo: un personaje con traje publica su investigación de estas inscripciohes nos dice:
ceremonial, sentado dentro de un nicho elevado qne, a su
vez, está rodeado por una banda de signos astronómicos ("mo- Mi objeto es ver cómo el contenido cle los reeistros «le yax-
tivo cósmicg"), y abajo de él unas huellas que ascienden desde chilán difiere del dc Piedras Negras y descubrir si la <¡rien-
la i¡ase; a esta representación la llamó "tnotivo ascensional" '. ?s Landa,'op. :it., p. 42.
56 s7
para aclarar ias lechas dc n¿dc/Nos 6L{FOS 0É ncciotv
tación histórica presta ay-Y-qa..
Vo*ir,;rt, q.re són *uy áifícitel de situar' ?a
Ilncontró que en Yaxchilán hay menos registros
de Serie Gsiro 9r' '-Dotrx. bg xuttasn
Ll¿¡iu ¡¡' ';o* vtRt'oA
ffiffi
los textos
Inicial, y como muchas estelas están casi destruidas'
en 1os clinteies' cuyas
-á, tácil*e.rte legibles se €ncuentran No
anotaciones son exclusivarxente rje Ruedas Calerrdáricas'
lrry estos clinteles gliÍos de "rana virada" ni de "riolor de
".,
muelas", como en Pierlras Negras, pero sí otros gli{os que su-
gieren el mismo signiíica<lo y que se reiacionan con los motivos
que se ltiro g; "anu4a"
! las fechas, a la vez glle van seguidos de otros glifos
han identificado como apelativos.
Así, Proskouriakoff encuentra un registro rnuy claro r1¡l n1-
cimiento y ascenso al trono de cierto 'gobernante, cuya cláusula
de iclentificación (analizacla tarrbién por Thompson y Berlin) r rrÍ
se caracteriza por la ¡rrescncia <lel glifo l'anlario "Pájaro-Ja-
guar" (<iintetes 2g,30 y 31). Otra cláusula contiene el glifo .t
itamadó "Escuclo-Jaguar" y está asociada con 1a fecha del as- aLifos NIMiNALES €N YAX.HILAN
censo <le "Pájaro-Jaguar". Por tanto, se trata de dos gober-
nantes principales en Yaxchilítn (figura 5)' "escuro -¿aottaa"
El gobernante sobresaliente, sobre todo pcr s1ls numerosas '
pre están presentes dos o rnis giifos Embiemar que ptteclerr aparece el nombre del prisionero, que generalmente va incluido
in<licar pu"b'ot o clistritos sobre los que reinó "Escudo-Ja- en la cláusula apelativa cle su captor. Iil prisionero mírs desta-
guar". Después del lfmblema aparecen a veces grupos de giifos cado de "llscudo-Jaguar" ftte urt seiror llamado "Altrlt", ya
Im.ix- peine-Imir y Batab. que varias estelas habla¡r de é1, sobre todo el dintel 45, do¡rde
I-a mayoría de las estelas representan capturas de persona- se representa una batalla mtlv inrportante c¡ue la investigaclora
jes, y asociado a estas escenas de captura, o a re:ratos de hom- coll.lp¿ra cr.¡n la batalla rcpresenta<la en los frescos de llonam-
tres- arrnados, se presenta siempre un glifo al qtte Proskouria- palr. I'Iay una fecha muy distanciada rle la batalla para la
koff ha clenominado "glifo de captura" (figura 5), y tarnbión celebracirin rle la victoria, aunqtte también .puede tratarse de
la c<¡nsolidación tlel pocler de "Escudo-Jaguar" por el sacrificio
?4Proskouriakofl, llistorical f)ata in th.e inscri¡tions of Yorcltilán,
en Estadios de Cultura l[ayo, vol, lrr, pp' 149-167, Factrltad de ]-ilosofia de prisioneros cle gtrerra
'y Letras: Seminario ete Cultttra Maya, UNAM, 1963, p' 149'
?r Segírn la correlación Gr:odman-Martínez Hernández-Thompson;
Por otra ¡-iarte, hay n uchos registros distintos a los habitua-
les,o sea, sin el glifo llen-Ich; de ellos dice Proskouriakoff:
urd Morle¡ La cfuilimcíón mata, pp. 503-506.
59
58
La única explicación que puedo ofrecer es que el grupo mi- culturas, yparece haberse preocupado esencialmente por la
litar que tuvo el poder en Yaxchilárr en el periodó de esas 4dministración y la diplomacia y no por las conquistas, corno
prirneras conquistas no estaba familiarizado con las formas su predecesor. Muchos dinteles esculpidos durante su reinado
ilár;.as cJe registra, fechas históricas. Por otra pílrte, el ex- tratan de la distribución de honores y del establecimiento de
traño estilo de k¡s monumentos sugiere un origen extranjero. alianzas con miembros de importantes fanrilias, entre las que
¿Fue Escudo-Jaguar, entonces, un extranjero que usurpó destaca una, llamada por Proskouriakoff "Signo lunar".
el reino de Yaxchilán por una ocupación política o militar?
Este rey no sólo rindió homenaje a su directo antecesor
¿ Es eso por lo que no hay registros de su ascensién formal
al trono ? ?o "Escudo-Jaguar", sino que para demostrar los orígenes de su
familia hizo construir ulra estructura, la 22, que colocó junto
La relación más clara cie la vida de "Escudo-Jaguar" y sus a una dedicada a "Escudo-Jaguar". En esta estructura integró
expediciones militares está en la estructura 44; hay :rarias fe- algunos dinteles muy antiguos, y sobre la entrada principal
chas que registran los eventos, como la de la esteia 15, donr,le se pLrso uno nuevo donde parece explicar detalladan:ente su rela-
corrigen datos de la captura de "Ahau". La úitima fecha, 9.15. ción con un personaje ancestral, quizá uno de los fundadores
A.12.0 (741 d.C.) señala un momento en el que el rey tendría históricos o legendarios de la ciudad, que reinó en el katún ll,
90 años, pelo la inscripción es posterior, como varias otras, que aparece retratado en la estela 6, donde se conmernora el
¡or 1o quc es probable que el registro de sus hazairas fuera aniversario cle su ascensión al trono, y cLlyo nombre es también
irecho después de su muerte. Respecto de ésta, Proskouriakoff "Pájaro-Jaguar'1, por lo que Proskourialioff le llama "Pírjaro-
cree qrle ocurrió en 6 1r 12 Ya*kin, veintinueve años después Jaguar II". La investigadora afirma que no puede tratarse del
de Ia captura de un personaje llamado "CrLtz Kan". mismo rey, ya que "Pájaro-Jaguar" reinó en el hatún 16, y
"Iiscudo-Jaguar" aparece tarnbién en la esteia 11, que con- para distinguirlo llama a éste "Pájaro-Jaguar III, el Grande".
memora la ascensión del otro gran rey, "Pájaro-Jaguar", en De su reinado se menciona también un evento ocurrido tres
9. 16.1.A.0 Q52 d.c.). "Pájaro-Jaguar" subió al porler once años después de su ascensión, evento que está registrado en los
años después de la última fecha de "Escu<lo--|aguar". De ese dinteles B y 41; en ambos, la figura del rey está vestitla de
periodo no hay registros, por lo que puetle haber sido una época r-nanera semejante y porta un tocaclo de Tláloc; en el dintel 8
de conflictos en la que varios pretendientes aspiraron al trono. el rey, aconrpañado de un noble, captura a tln personaje, cuyo
Dice Proskouriakoff que quizá las grandes inscripciones que nombre es "Calavera enjoyada"; como en los registros de "lis-
re¿rlizó "Pájaro-Jaguar" para conmemorar su ascensión ai tro- cudo-Jaguar", la escena de captura se acompaña del "glifo de
no tnvieron por objeio probar su legitimidad, debido a la lucha captura" y el nombre del prisionero aparece incluido en la
por el poder. cláusula nominal de su captor.
En la estela 11 están registrados algtrnos eventos que prece- En los primeros años de su reinado, "Pájaro-Jaguar" hizo re-
den a la ascensión de "Pájaro-jaguar"; ia parte baja del monu- presentar a un niño, cuyo nombre incluye el nombre de "Escu-
mento representa u¡r acontecinriento que tuvo lugar el año ante- do-Jaguar". Proskouriakoff asegura que se trata del sucesor
rior: aparece "Pájaro-Jaguar" portando una máscara solar, de "Pájaro-Jaguar" y que fue un descendiente de "Escudo-
de pie frente a tres prisioneros arrodillados que simbolizan, Jaguar", por lo que le llama "Descentliente de EJ".
probablemente, pueblos sometidos. En la parte alta de la estela Entre los monumentos pertenecientes a su reinado están las
están los retratos de "Escudo-Jaguar" y de su esposa, lo que estelas 5 y 7. [n la 7 ,p"..." el nombre de'"Escudo-Jaguar"
puecle significar que "Pájaro-Jaguar" fue su sucesor. siguiendo al nombre de "Pájaro-Jaguar" y precediendo al de
"Pájaro-Jaguar" mandó construir numerosos edificios y es- '"Descendiente
de EJ", por lo que Prcskouriakoff cree qtle esta
estela conrnemora la ascensión tle "Descendiente de EJ". El
70 Proskouriakoff, Historical ílata.,., p.. 149.
60
6r
rey cs nombredo aqul captor de clos prisioneros, y Parece scr
y fechas que parecen apelativ«rs, que se reiliten en varios morlu-
.:
en cu3nto a Ia repetición de fechas en Llna serie de monumentos,
pero diferente en cttanto a los glifos asociados. O sea que, Una rle ellas es la fecha 9.15.6.11.6,6Cinú 4Zec, qtte está' , rqlt
registrada en la escalera jeroglífica de Copírn y en las estchs
como en Yaxchilán, rio se siguió en Quiriguá el misnro sistema
de inscripción histórica que encontramos en Piedras Negras, J, I. y E, en el zoomorfo G y posiblemente ett los zoomcrfos
por Io que parecería r¡ue así como hay estilos artísticos dis- O y P de Quirigr¡á. Asociada a esta fecha hay una cláttsttla
muy semejantc cn los difcrente s textos: contiene la cabcza
tintos en cada eiudad rrlaya, por su in«lependencia y libertad
cle un murciélago con el infijo l-laab, qve es cl principal cle-
creadora, también tuvieron ciertas formas peculiares de rcgis-
mento del giifo Emblerna tle Copán, pero sin el prefijo "acttá-
trar su pasado, aunqLle, como en el arte, con ciertos aspectJs
tico". Además, las estelas A y B de Copán, erigitles n-rás o
comurles que nos pernriten identificarlas como ln:lyas.
menos seis años antes, prescntan una cláusula similar, prece-
No encuentra Kelley en Quiriguá los glifos de accirin que dienclo al Emblema tle Co¡rírn, con el prefijo "acuático", se-
Prosliouriakoff identi{icó en Piedras Negras como glifos de guido a su vez rlel Imir-feine-lmie'.
nacirniento y de acceso al trono (la "rana virada" y el "rlolor
Todos estos datos sugieren que la cláusuli contiene los ape-
de muelas"); pero si un grupo de glifos que puede indicar lativos del gobernante representado en las estelas A y B de
generación, o sea, que puede tener la misma función que la
t'rana virada", porqne se encuentra entre una fecha cle Serie Copán, y que este gobernante es el mismo individuo al que
Inrcial que registra uu mo$lento del pasado, y series de glifos tzKelley, oP. ctt., pP. 323'324.
63
62,
)
uuuuu UUUUUU¡ Ullt trUUi IrlIEutlultffi1tl
abierto el camino para reconstruir la historia,de los mayas del
se refieren los glifos asociados a la fecha 6 Cimi 4 Ze c en Qrti- periodo Clásico y, con ello, lograr uira mejor comprensión
riguá. Cronológicamente esto tanrbién es factible, ya que la de sus expresiones espirituales. I
fecha rle las estelas A y B de C<ipán es sólo seis años más Hem s dedicado varias páginas a seiialar los principales re- ri
antigua qne la fecha 6Citni,4Zec. sultaclos de la epigrafía en su búsqueda de datos sobre la I
il
El glifo Enrblema cie Copán también aparece en otras cláusu- historia de los mayas c1ásicos porque consideramos de funda-
las en Quiriguá, en particular asociado a una que generalmente meutal importancia para nuestro tema el descubrir¡iento cle ins-
sigue a la fecha 9.L4.13.4.17, 12Caban 5 Kayab. Esta fecha, cripcioiies sobre e1 acontecer humano, ya que es el único dato
como la íCinti 4Zec, se repite en varios n-lonumentos, de lr'; positivo prehispánico de la inquietu,d nraya por registrar su
que Kellcy <ie.luce que todos ellos se refieren ai mismo indi- pasado. Además, por(lue estos descubrimientos constituyen una
vi<luo, ya que es muy seniejante al rlodek: de repetición de sólida base para considerar veraces las menciones que hacen
fechas en Piedras Negras" las fuerrtes posteriores a la Concluista de la existcncia de textos
La clírusula rlue l(eiley icicntifica con-ro apelativo dei rey de gue contenian la historia de los grupos mayas, diferenciados
Copán en Quirigr-rá es "Cie1o de dos piernas", y nos habla de los textos religiosos, astronómicos y astrológicos, como son
de una secuencia de monumentos que lo mencionan en dife- los tres códices que han llegado hasta nosotros.
rentes momentos de su vida; es decir, los nronumentos tlut:
registran su historia: en la cstela II el rey teila 27 años dc
e<lacJ; en laJ,32 airos; en la estela Ir,37 años; en la estela D, PERIODO POSCLÁSICO
42 aios; en la estela ii, 47 años; en las estelas A y C, 52
años; en el zoomorfo O,62 años, y la nruerte de este personaje En el periodo Posclásico encontramos una gran coincidencia
parece estar registrada en el zoomorfo G, ya que ahí aparece uu entre los registros de acontecimientos lristóricos de los niaya§
glifo de cabeza con un ojo cerraclo y el signo semejante a nues- y ios de otros pueblos nlesoamericanos, ya que se trata de un
tro signo de pcrcentaj e (%), característico de la muertc. periodo donde muchas ideas y creaciones culturales se hicieron
En el z.oonrorfo P aparece ya tln nllevo rey' a la edad dt' con'lunes, debido a la expansión nahua. Más o menos en el año
seis años, quizá el hijo de "Cielo de dos piernas", pero su 1 000 d.C., los toltecas de Tula arriban al área rnaya, y a
verdad,:ro sucesor, representado en los pancles ll' y 12, {ue partir de entonces las creaciones culturales presentan una nueva
un usurpador o un sucesor adoptivo, segirn la interpretación tonali«lad: adquieren el intelectualismo religioso y la sobriedad
de Tatiana Prcskourialioff. El tercer rey sí parece ser el hijo austera caracteristicas de la gente del Altiplano Central, como
' mayor de i'Cielo de dos piernas"; se le representa en la se advierte en el culto religioso, la arquitectura, la pintura y
estela 1 dentro de un nicho, corio a'los reyes de Piedras Nc- la escultura. Sin embargo, los mayas no pierden el espíritu
gras. Otro rey aparece representado en la estela I( y en la heredado de los mayas clásicos, sino que lo integran, dando
fachada norte de la estructura 1. lugar a una nueva forma de expresitin donde, al lado del con-
Todas estas representaciones llevan el Emblema de Qui- vencionalismo formal, del sometimiento a los dioses y del
riguá y en todas aparecen el Imir-peine-Im'ir y el glifo Ccon espíritu guerrero, se sigue dando la fantasía artística, Ia men-
(cielo), patronimico de la dinastía, según Kelley. talidad matemática, el afá¡r de orden y de medida, un lenguaje
enigmático y oscuro, lleno de poético simbolismo, y una emó-
Con las investigaciones de Proskouriakoff, Berlin, I(elley y tiva exaltación del hombre, como la qud encontramos en el
Ruz no sólo queda demostrado, según'parece, que los mayas
Popol Vulr.
tuvieron preucupación por su pasado, expresada en el registro
l; En las tradiciones sobre el pasado se da una curiosa mezcla
de nombres de lugares, personajes y dinastías, y de los hechos d¿ elementos mayas "puros", como ei predominio de la pre-
sobresalientes de los grandes gobernairtes, sino. que q-ueda
;f.
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dan nuevos clatos importantcs para collocer la, irrtcgracit'rtr clc
cisióncronoiógicaylapeculiarimportanciadadaaloslinajes
las dos culturas durante [a. Colonia.
riobles, y e'elnentos nahuas, como las i"rarraciones del origen
en un lugar remo:o, de siete tribus prir¡igenias, de peregrina-
Hay un tercer grupo de fuentes, constituido por l«ls trcs
códices mayas que sobrevivieron a 1a dcstrucción llevada a c¡Lbo
cioncs a iravés del agua y de un primer asentamiento en Tollan
o 'l'ula. por los fraites franciscanos en su a{án de "combatir la i<J,-¡la-
listas tradiciones han llegado hasta nosotros gracias a los iría". Estos códices son el Dresde, el Madrid' o Tro-Cortesiono
v el París o Peresiano, de contenido fundamentalmente religioso
te-xtos indígenas, escritos en lenguas mayances y caracteres
iatinos, Ce los cuales sobresalen por su impcrtancia el Popol
y astronómico, según las interpretaciones que se han hecho
hasta ahora, y Que revelan e1 carácter humanístico de estas
L"tit. v ic¡s [-ittros de Chilam Balam, y a los textos redactados
por fr:iiies, soldados y encomenderos españoles en los primeros creaciones, pues los cómputos astronól-nicos y los dioses siempre
siglos'de la Colonia. están en conexión con la vida humana en todos sus niveles.
Pero además, se ha dicho que hay indicios de registros de
Enire-las fuentes españolas teremos las que dan una visión
tipo hietórico, sobre todo en cl Peresiano, basándose en que
general de las Inclias o de varias Provincias, como Las Casas,
'J'orquerracia, Motolinia, Herrera, Cervantes de Salazar y la cacla página c:ontiene w kattin y aparece en el centro la deidad
..irar,te en el mismo, acompañada de un largo texto jeroglí-
Rek>:ión de los aiajes del I'ad,re Ponce (quizá cle Ciudad Real);
y ias que hablan particularmente de la cultura maya, como fico. Dice ThornPson:
T.,ancla, Palacio, Quijacla, l.ópez n'Iedel, Román y Zamora y
El anverso es un registro de 11 sucesivos finales de katún
las Relacione.r de Ytic:tttó,n, del siglo xvr; Fuentes y Guzmán,
(apro*imadamente 2Ó aios,7 200 dias), uno en cada página;
.,\venclañt¡, Sánchéz de Aguilar, Lizana, Cogolludo y Remesal, i"Éittto que fue usado en Yucatán al tiempo.de la conquista
del siglo xvrr, y Viiiagutierre y Xirnénez, del siglo xvtrr' esiañola ly casi seguramente po-r. muchos siglos-antes) como
arlmarin páta regisirar eventoi históricos y profecías, y paft
I
de Clrumayel nos da una idea sumamente expresiva de la sig- Pero no sólo en-Yucatán existian códices, también los había
nificación que sus códices tenían para el maya: en Guatemala, como lo atestiguan varias fuentes, entre ellas
la del padre Avendaño que, al relatar sus viajes a Tayasal, la
La Relación de ta explicación de la sabiduría de los Libros últirna ciudad maya en caer en manos de los españoles, des-
Sagrados, y del orden del caminar de las épocas, aquí se
sacaba, en estas tierras de Nitún-dzalá, Chactenwl, Tah cribe los códices que halló, comparándolos con los mexicarlos
Uaymil, Holt,ún ltzó, Chichimilá, para que se pudiera saber y afirmando que trataban de la cuenta de los días, meses y
la "carga" del paso de los Katunes. LIno por uno, cacia años, de las profecías y de las edades, así cor¡o de los ídolos I
Katún, ya fuera bueno, ya fuera malo, asi era escrito por y los sacerdotes. ss ;tt
Ios escrito¡es de lo sagrado . . . Es la palabra del Señor del Por las citas anteriores vemos cómo los asuntos tratados en I
tieio y de !a tierra, cl fuego encendido en el rostro clel Sol, los códices eran predominantemente religiosos e históricos; el
que vino de arriba, que ies fue clado. Así ellos saben el prin-
manuscrito Chi, que trata de las costumbres. de Mayapán,
cipio de la tierra, el ironco de nuestra ra?Á, y en el iecto
hablar de los escritores sagrados lo han. puesto en los sostiene que la escritura no se empteaba para cartas o asuntos
libros. 80
protincia de el ltzd,Z0 ed., Biblioteca "Goathemala" de la Soc, de Geo-
grafia e Historia, vol. rx, Guatemala, 1933, p. 274.
I-as fuentes llaman a los códice s analte o yanalté; por ejem- 82 Chila»t Balam dc Ch,unmyel, 1t. 9().
plo Villagutierre, irl relatar la respuesta de los embajadores 88 Alfred M. Tozzer, Landa'.r Reiaciór de lñ.e (osas de Yuctttdn. A
de Canel<, el cacigue <le ios itzáes del Petén, ante los españoles, tra*slation, Edit. with notes, iiepers of the Pcal-x¡cly l{useunr of Ame-
dice: "Que por los inclios del Tipú, y porque lo leía el rey rican Archaeology and Ethnology, vo!. x'rltr, l{arvard University, Cam-
bridge, Mass., 1941, p. 28.
en sus analtehes, tenían noticia de aquella provincia de Yu- 8a Landa, op. cit., pp. 104-105.
catán (que analtehes, ó historias, es una misma cosa." 81 86 Fray Andrés Avendaño y Loyola, Rek¡ción rl¿ lus tlos Entrtd,a.r que
hieé a Peten Ytm, en Ainsworth Mcans, Philip, Fli.rtory of the Spanish
8o El libro ile Chilam Bala¡n de Chumayel, trad. A¡tonio Mediz Bo- conEuest af Yucatan and of the ltacs, Papers of thc Peabody Museum
Iio, Edic. dcl "repertorio americanc", San José, l93O fi. 99. of A¡nerican Archaeology and Ethnology, vol. vlr, llarvar<i Univtrsity,
8r
Juan de Villagu:ierrt Soto-Mayor, ilistorila de io conqtirla de lo 1917, p" l4l.
68 69
Urra de las descripcir.¡nes más notables de los registros mayas
legales, ya que todo eso se arreglaba verbalmente, y
'Íozzer.
citando este manuscrito, añade que 1o que se escribía eran los sobre el pasado hurnano Ia <la Fuentes y Guzmán, quien no
hechos importantes del pasado, las vidas de los señores y sólo habla de los códices, sino también de las inscripciones
diversas sr¡hre la historia de los mayas, quizá aludiendo tam-
los pronósticos de los taumaturgos.86
Así, historia y religión estaban íntimamente ligarlas )' ambas I
i.
bién a las estelas que se lealizaron desde el periodo Clásico: ,l,l
constituían el fundamento de la vida para el maya, ya que r
I Con mírs o l1-reno:i r:uriosidad, en pergaminos de venado, en
eran la materia contenida en sus Libros Sagrados. Aunque I
rnantas, piedras y inaderos, pintaban, esculpían y tallaban
la tradición que recogieron los españoles adjudicaba la inven- I
los sucesos, y cosas memorables de su tiempo, y la cuenta
ción de 1a escritura y el calendario a Tutul>:iú, como 1o afirma rie tribuio r1e sus reyes, y los señores de su estirpe.. .88
ia mayoría de las Relsciones de Yucatá,n, también se la atri-
Dice que er los maderos, refiriéndose quizi a los dinte'les
t¡uían a un hombre hijo del dios Itzarnná, que llegír de Oriente
de los templ,rs, se narraba la vida de los reyes, basándose en la
encabezando a tos Itzáes, según la tradición. Cogolludo asienta:
cuenta de 52 años, y añadc:
Tengo por cierio fue el hombre, que entre ellos primcro Porque ofrece materia suficiente en 1o que escribían de la
inventó los caracteres que servían de letras a los indios. vida de sus Reyes, en que con admirable modo las narraban
porque a éste le llamaban también ltzamná, y le adoraban y se explicaban en suficientísir¡o grado, y siempre en lo
por Dios...8? - ! cápaz de ir-rs p'ergaminos y mantas, con tintas
estenbliclo
muy finas y pel'lnanentes, sin qtle en sus escritos pudiera
El ¡ecuerdo del pasado y los mitos se unifican en una sola hecharse rlenos circunstancia ninguna, puesto que declarando
tradición en manos de los guías de la comunidad, como ocurre el nombrc de la persona, también asentaban los años y la
con todos los grupos de Mesoamérica y cr:n culturas paralelas, duración de su reinado, sus batallas y triunfos, y su gobierno
donde ningún asper:tc de la vida se desliga de la religión. y disposición política. . . eo
,
Pero esto no quiere decir que entre los mayas, los nahuas y
Así pues, como coiuciden en asegurar muchas fuentes, los
otros pueblos no existieran códices especificamente destinados
a registrar el pasado. I-as fuentes parecen señalarnos esto' mayas se preocuparon por dejar registrado su pasadc', asen- '¡
tanclo los acontecimientos sobresalientes con la iecha cn que
pues hablan de códices "históricos" Ron¡án y Zamora, Sin' ,t
ocurrieron. Ilsto nos lleva a pregtur&rrnos quiénes erañ y qué fi-
I
70 71
uuullullutllr U U E lI tl ü tl E E Il U-U u' ll
rnanos de los sacerdotes. Éstos tenían la obligación de instruir otros oficios y oficiales que había eran lbs que tervlnn de
cronistas e historiadores. É,stos tenían noticia cle los orl-
a tos iniciados en el sacerdócio y a los caciques en el conoci- genes de todas las cosas, asi tocante a la religión y diosct
miento de la escritura y en el culto, por tanto, su misión era y cultu dellos, como de las fundacrones de ptreblos y ciu-
también educadora. Landa describe asi las obligaciones de los dades, cómo comcnzaron los reyes y señores y,sus señoríos,
sacerdotes: y modo de sus elecciones y sucesiones; de cuánto y cuáles
señores habían pasado; de sus oqra§ )¡ hazañas de hechos
pue las ciencias que enseñaban eran la cuenta de los meses, memorables buenos y malos; de los grandes hombres y bue-
áños y días, ias fiestas y ceremonias, la administración de uos y esforzados capitanes y valerosos, de las guerras que
sus sacramentos, los días y tiempos faiales, sLls maneras habían tenido y cómo en ellas se señalaron. Iteru, de las pri-
de adivinar, remedios para ios males, las antigüedades, leer meras costumbres de los que primero poblaron, y cómo se
y escribir co11 sus letrás que representabau lai escrituras. er mudaron después en bien o en mal, y todo aquello que per-
tenece a la historia, para que hobiese raz6n y memoria de
las cosas pasadas. 04
Todos los cronistas que hemos consultado nos hablan de ia
exclusividad de los libros sagrados, por ejernplo, Martín Palo-
Asegura que los libros que contenían todo esto fueron vistos
mar, en la Relacíón tle lfotu,l, dice: "Aunque tenían letras y por muchos religiosos, e incluso por él mismo, y alude a la
caracteres con que se er-rtendían... éstas no las enseñaban
destrucción que de ellos hicieron los frailes en Yucatán.
sino a los señores y a los sacerdotes." s2 Pero no sólo nos describe L¿s Casas los códices sobre el
Los sacerdotes en general eran llamadas Ah Kinoob, pero pasado con toda minuciosidad, sino que nos habla también del
tenían distintas actividadcs y no eran los mismos los que escri-
lugar social de sus creadores y de la instrucción que recibían
bían los códices y los que enseñaban su contenido. Los pri-
los que iban a dedicarse a esta ciencia:
meros eran los sumos sacerdotes, a quienes, por su oficio, las
fuentes llaman "cronistas" o "historiadores". Román y 7-amora Estos cronistas nunca faltaban porque este oficio de histo-
afirma: "Tenían estas gentes sus cronistas e historiadores, los ¡iador de padres a hijos se clerivaba y era oficio en la repú-
cr:ales escribían o ponían por memoria todas las cosas que blica mucho estimado. Siempre instruía este dos o tres her-
habían acaecido." ar Y las Casas señala que había sacerdotes manos o parientes de aquella familia en 1o que a las historias ¡1
7Z 73
nitaria y de la acción política de los gobernantes. Pcr ello, sobre el pasado estaba exclusivamente en maños de los sacer-
los sumos sacerdotes eran las personas más respetadas de ia dotes y de los caciques, porque éstos eran los guías de la
sociedad, y los textos, su tesoro más valioso. Landa dice cuando comunidad; sin embargo, el pueblo no permanecía ajeno a estos
hal¡la del abandono de Mayapán: conocimientos, fiues al lado de la enseñanza en cuestiones ric
la religión, también recibía la de su historia. Román y Zamora
Que lo principal que (se) llevaron a sus tierras estos seño- nos ilustra sobre esto cuando, hablando de los sumos sacer-
iés que- desampaiaron M-ayapó,n fueron ios libros de sus dotes, nos dice:
ciencias, porque siempre fueron muy sujetos a ios consejos
de sus sacerclotes. s6
Estos, allende del principal cargo que tenían en las cosus
El hecho de que los textos sobre e1 pasado y los textos reli- de la religión, tenían por oficio escrebir en sus figuras y
giosos fueran escritos por ias mismas personas, y anrbos cons- caracteres las historias y hechos notables de sus Reyes y gen-
tituyeran lo más irnportante para la vida del rrraya, según sus te, y dábanlas a los pontífices rnayores, y después estos
porrtífices, predicando al pueblo, referían los hechos nota-
dirigentes, no signi{ica que no hubiera rrna diferenciación entre bles cle sus mayores. 08
los mitos y los hechos clel pasado hurnarro, como 1o prueba
no sólo el registrr: de fechas, que ya significa una conciencia Esto significa que los textos servían como aljcyo para ulla
del devenir, sino tanrbién el afán de clecir la verclad acerca transmisión oral del recuerdo del pasado, como ocurría entre
de lo acontecido. Fuentes y Guzmán, al hablar de los "histt¡- los nahuas y otros grupos rnesoamericanos, y que el conoci-
riadores", nos dice: miento del pasado llegaba a todas las clases sociales con l;r
finalidad, segrrramente, de hacer consciente al pueblo de stt
Y ellos no menos se esmeraban en asentar Ia '."erdad sin propia realidad histórica y c1e sus valores tradicionales..
adulteración, porque á cada término de siglo se hacía pú- Además de esta enseñanza de parte de los sa.cerdotes, el
blico lo escrito. y no convinienclo con la certeza de las cosas, conocimiento del pasado llegaba hasta el pucblo n-iediante las
quedaba tod¿l su generación infa.mada, y privada de los hr,-
nores públicos. 07 festividades religiosas, donde se hacían reJrrcs,entziciones tea-
trales con temas míticc¡s e históricos, conro las que vierorr los
O sea, que habia una especie de juicios públicos cada cin- españoles, ya que siguieron realizándose des¡-rués de la Con-
cuenta y dos años para revisar y aceptar o teehazar lo escrito quista.
por los que se dedicaban a registrar el pasado. En este lapsct, Estas representaciones nos recuerdan el origen del teatro en
los protagonistas de los hechos o los testigos presenciales po- Greci4, que consistió en represe¡taciones cantadas de las ha-
dían muy bien acordarse de 1o ocurrido y así corrol¡orar la 1. zañas de los héroes homéricos, en las fiestas dedicadas a Dio-
historia escrita. Este afán de veracidad, esta revisión de los nisios, y vinculadas a los relatos míticos de este dios. De manera
textos, nos habia ya de una actitud crítica" muy desarrollada semejante, el teatro ntaya fue rrna combinación de religión y de
entre los mayas, y nos permite ver sus códices sobre el pasado tradición histórica, puestas en acción con fines educativos.
como una verdadera historiografia, elaborada con los fines Cervantes de Salazar dice: "Cantaban en estos bailes, después
prácticos cle modelar la vida de la comunidad. de las alabanzas del demonio, ios hechos fuertes de sus ante-
pasados, llorando sus muertes . . .", n' y Sánchez de Aguilar
La enseñanza d,e la historia al pueblo
os Román y Zamora, op. cit., p. W,
Hemos visto córno la conservación y el manejo de los tentos 00 Francisco Cervantes de Salazar, Crónica ile la N*ato Esfaña, 3
vols., Est Fot" de Hauser y Menet, Talleres Gráficos dcl Museo Na-
9üLxnda, op, cii., pp,17-18. cional de Arqueología, Historia y Etnogr¿fí¿, Madrid'México, 1914-1Q3ó,
07 Fuentes y Guzmár\ ol. cit,, p. 112, vol. r, p.39.
74
u a 5J-Ü-J -.- r r r r r Lr r - - r -
ii
La tradición oral El hablar del linaje del contrayente tenía corno firralidad
asegurar la hidalguía, la nobleza cle los almehenoob, pues los
La realización de códices sobre el acontecer humano, su mayas, según Landa:
estudio y la enseñanza de su contenido no constituian la única
forma de conservar la historia entre los mayas, también había Tienen mucha cuenta con saber el origen de sus linajes . . .
una constante rememoración del pasado en la vida familiar, 1o y eso procuran saberlo de sus sacerdotes, que es una de sus
que nos mrrestra una arraigada tradición oral que pasaba de ciencial, y jáctanse mucho <le los varones señalados que ha
padres a hijos. Estas prácticas eran parte esercial de la vida habido en sus linajes.
del nraya, que 1o hacían consciente de pertenecer a una conlu-
En relación a esto, 'Íozzer clice que incluso ciertas familias
nidad cimentada en su pasado.
eran llamadas "el primer linaje" en las provincias donde go-
Las crónicas nos informan que, al margen de las enseñanzas
bernaban. 11o Esta necesidad cle manifestar su nobleza qviz^
clue los sacerdotes daba¡r al pueblo, los mayas recibían una for-
tenia fines prácticos de poderío, pero el hecho de recordar en
mación histórica, al lado de la formación moral que los padres
todos los aspectos importantes de la vi<la a los antepasados,
daban a sus hijos. trtoinán y Zamora dice:
signilica también el intento de afirrnar la identidad comunitaria.
Cuanto a honLai: al padre y a la madre, guardábanlo estre- Había tarnbién ta costumbre de engrandecer a los nobles que
chamente, como nosotros, porque los p«lres enseñaban y morían, haciendo en los entier¡os una relación de sus hazañas
'il
exhortaban con mucha eliligencia a los hijos que honrasen para que quedase mernoria de sus hechos, como ocurría entre
aI padre y a la madre, y á los Reyes y mayores de la los nahuas. Iil licenciadr> Palacio nos dice:
tierra. toc
: ti
Y Se enterraban en sus propias casas, asentados y vestidos
un indio le dio a Francisco Her-
Remesal asegura que
con todos sus bienes; y aquellas cuatro noches y días, su 1ti
nández noticia sobre la historia de sus antepasadcs, y que llorar era como a rnanera de mitote, cantaban sus hazañas
ai preguntar FIernánclez que cómo sabía esas cosas, el indio y linajes...111
"i'espondió, que los señr:res io enseñaban a sus hijos, y así
descendía de marc eü firano esta cloctrina". 10? Estas referencias 4 tas ceremonias familiares nos hablan cle
un cultivo del recuerdo del pasado que quizá s,ólo se <lio entre
En ias ceremorias farniliares también se hecía alusión a ios los alwehenoob. E,llo es explicable, ya que, en general, no
antepasados; Landa aice que en los banquetes de bodas "hacen todos los hechos de una comunidad son significati','os para ésta,
memoria de las cosas <ie sus antepaszdos", t08 y Herrera roe Herrera, o¡t, cit., vol. ur, p. 20.
asienta: uofe22s¡, op. cit., p. 98; Landa, op. cil., lt. 4l (aicl nota 17),
u1 p¿t¡qiq Relación hecha por e! Licenciado Palacio al Íley D. I;e-
1o6 Román y Zamarz, op. cit., p. 308. li|e II, en la que describe la frouincia de Guathnt¿la, las coshtmbres
i0? Fray Antonio de Remesal, Historia general d,e las Indias occíden- ile los inilios ! otra.c cosa¡ notable.r, cn Colección ile Dccume¡ttos iniilitos
talcs, y !>articalar d,e la gobernación ile Chiapa y Guatemala, 2 vols,, 2a relatiuos al ilescubrimiento, conquísta y organízación ile las antigtws po-
ed,, Biblioteca '.'Goathemala'' de la Soc. de Geografía e Historia, vols
Iv y r.', Guatemala, 1932, vol. r p. 353.
ro&lr¿nf¡¡ op. cit,, p. 38, r#::#W;ii;i#*ltffi:,
7e
sino solamente los que tienen una trascendencia, y para los pues para asegurar la veracidad de los textos se hacía uuir
mayas, en especial, los hechos trascendentes siempre encar- revisión pública de ellos, confrontándolos con la memoria de I
naban en hombres ilustres. Estos hombres, debido a Ia estra- los hechos pasados que conservaban quizá los testigos o los
tificación social cle los mayas, sólo podían ser los almehenoolt protagonistas de ellos. I
por ello, la "historia" maya es historia de los linajes nobles Por todo esto, creemos ver en el afán maya por registrar f
Todas las formas de conservación del pasado que hemos toria; pero para saber con mayor certeza si estos registros \
señalado nos expresan que descle el periodo Ciásico el maya son resultado de una verdadera inquisición en el pasado hu-
no fue ajeno a su propia trayectoria histó.rica, sino que se mano, si los mayas crearon un concepto de é1, si hay una real
afanó por dejar memoria de ella en una forma más precisa distincién entre el mito y la historia, y si el registro del pasado
y perdurable que la simple tradición oral que pasaba tle pa- se basó en una conciencia de la diferencia cualitativa del hom-
dres a hijos. La compleja escritura jeroglífica y los exactos bre frente al cosrnos, creemos que es necesario aún ver qué
caiendarios que desarrolló, a partir de la hercncia ohneca, le exprescr la representación humana en ei arte plástico y con
perrnitieron situar los acontecimientos humanos que consicleró qué finalidad desarrollaron su sistema cronológico y su ciencia
si¡4nificativos en el tiempo y en el espacio, dando así al devenir astronómica, ya que estas creaciones aparecen estrechamente
ilel hombre una coherencia y un orden racional que lo difere¡r- vinculadas a los registros de acontecimientos históricos.
ciaron de la leyenda mítica.
I-as inscripciones mayas no relatan cualquier suceso del
pasado, sino sólo las biografías y los hechos sobresalientes de
los hombres pertenecientes a los linajes itustres, los hombres
cuyas acciones afectaron la trayectoria histórica de la comu-
nidad. En sus códices, el maya relató tar¡bién el origen de su
pueblo, Ia funclación de ciudades, las guerras con otros gru-
pos, la organización de su gobierno y las catástrofes Ratural€s
I
que influyeron en la vida de la comunidad. O sea, que el maya r¡
hizo una selección de los hechos del acontecer humano gue
merecieron pasar a la posteridad para ejemplo de los hombres
venideros, lo cuai implica una verdadera reflexión sobre el
pasado.
I-os textos fueron elaborados por sacerdotes especializados
para ello, v tenían Ia finalidad <le recordar con exactitud y
veracidad los hechos pasados para ser dados a conocer al pue-
blo en forma oral: en discursos y representaciones dramáticas
que se llevaban a cabo en las festividades religiosas. Esto nos
habia de una conciencia de iclentidad comunitaria en los diri-
gentes del pueblo, que trataban de incuicar a todas las clases
sociales; de una finalidad práctica en el registro de los hechos
del pasado humano; pero tannbién nos habla de una conciencia
de la distinción entre la leyenda mítica y ia verdad histórica,
80 8l
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E'ü E-trIl- E E E ü tr E ü-tl It¡ -Il ll U
las piernas y los pies de perfil, y el torso y los brazos de frente;
realización estótica, lo tlire in<lica Lirl lllayor domiirio dc la téciri-
ésta es Ia manera más sencilla cle representar la figura ¡u*ono,
ca, pero r¡ne tarnltión reilej;r uu canrl¡io nri'rs profttlltlo ctr l¿t
Ia qr:e surge espontáneamente y que encontramos en toclas las 11c L'q foruas pierden
conci.,lcio eiel honrl¡re (luc ttivo el ina.ya.
culturas antiguas; en relación con las figuras egipcias así re- jo bur<io se relin:i, las figr-rias hurnauas "sc hurlani-
su rigiclez,
presertadas, se dice que responden a la "ley tle la frontalidaci,'.
,a.", p.r., arlrltriercn tltcvirrriento, natlrralid'¿<l y expreiión, sollre
I{ás tarde, hacia 455, la figura humana aparece va de frente torlo en cuatio ciuclatlc-. ric la cuetrca clcl Ustu¡¿citita: Palencltte,
en Uaxactún y Tikal, modelo que se propagará y se seguirá
Pie<lras Ne;Iras, Yaichilán y Ilonanrpak.
.
"
siernpre en algunas ciudades corno Copán y
euiriguá, y sólo ¿Qué le ocurriri al rttava dcl siglo vlI? No poclemos
rnás que
a veces en las ciudades de la cuenca del usu,racinta. A pesa. cle de c1'rle el ho,rbre, el .lis*ro que habia
este cambio. Ias figuras son siempre torpes, pesadas y f.r.r.
,r.rl.,.r-, la iti,ótesis
siclo representado clura¡te siglos en las estc'las, co¡ro símbolo
de proporción, corno dice Morley, rru yu qrle no se ha dominado poder confcricici por los dioses, se cmancii:aba uu
hierático <lel
aún la técnica del arte escultórico. para situarse con stl dignidacl propia rlentro del
poco <le ellos
Pero, independientemente ciel dorninio técnico, y buscando una Lnive,so, cor,o algo distinto a él y, de algirn moclo, capaz
significación profrinda, vemos en ambos momentos una ima- de comprender su senticlo. l,{icntras qrre el hornbre orieutal, en
gen del honrbre absorbiclo por fuerzas religiosas, irrmerso en un alto grarlo tle civilizaci<in, ltuscó {unclirse con la nitturaleza,
cómputos calendáricos y astronómi.o., un" imagen sintética, como lo \¡emos cl1 la piniura chilra, en 1:r cloctrina taoísta y
como la del mito, donde ho'rbre y coslros, concebidos re,igiosa- en el hi¡rcluísrxo, por ejenlplo, el rrraya tiende a destacarse en
mente, no están plenarnente diferenciados. Sin embargo, es el ella, aunque amltcs la consi<lcren tlivina. L{ientras cFre cl orien-
hombre el que se representa, no los clioses; el hombre tratando tal incitó a Ia inaccrtin, a no pcllsar' a no tratar dc con.rprender'
de surgir, de definirse, por lo que poden:os inferir que el maya el maya ¡.,iensa, cotnprettrle y actúa alr"e los clioses para propi-
ya tfnía etltonces una idea de sí mismo como algo va ioso, ciarue r.rn L¡uen destino, sistctttatiza cl devenir para rnanejarlo'
aunque su valor consistiera en ser el deposi:ario del poder describe los astros y su rtovitniento para i'egtllar su propir
conferido por los dioses. Se trata cle una visión del hombre vicla. Iln sintesis, no se ¿inul;r ante lo tiivino, se crea su propio
como la qlle. parece haber tenide¡ el egipcio, cuyas representa- sitio.
ciones humanas son semejantes a las de los mayas, no sólo Esta hurrraniz¿cir'¡n e¡r cl arte maya es rrranificsta, por ejcmplo'
por la "ley de la frontalidad", sino por el hieratismo, la icieali- en los <lintelcs24,25 )'26 de !a estrttctura 23 dc Yaxchil'rn; en
zación del soberano y la irnportancia dada a los atributos de el bello taltlero mural Na 3 rlc la estrtlcttlra 0-13 cle I'icdras
poder. Negras'y en las estelas 12, 14 y 40 de la misma ciu<Iad; en
Entre estas estelas arcaicas, por decirlo así, están la 9 de los-pane'les y Ia estela I cle ]lonarnpak, entre mttchas otras
Uaxactún (328 cl.C.), la ¡lás rigida por ser cle las prirneras; obras ,le csta región. Pero sobre todo es marri{icsta etl el arte
Ia i de Tikal y la 5 de lJaxactirn, .rn po.o más naturales; la palencano y cn los sorprcn<lcntcs frescos de Bonampak' que
26 de Uaxactirn (445 rl.C.) y la 4 cle Tikal, cJonde la figu.,.a iogru.on un perfcclo ec¡uilitrrio de fonna y contenitlo'
-En
humana aparece ya de frente. Palenc¡ue cncontramos al hOr-nbre, en la grantlez:r httmrna
A finales del siglo vr, según muchos testimonios, se proclujo que da !a rc;rlización cspiritual; encontramos al hombre exl)resa-
un lapso de pasividad en la erección de estelas, que frie zuceclido do los homllres corlcretos, intliviclualeq, rltte fueron rctra-
por un nuevo auge de la cultura en general, iniciado "n
tados en la piedra y en el esttlco' Aquí, excepciotralmente' el
alrededor
de 650 d.C. El arte plástico pr"."rrto un gran cambio en la
ct,ár;/os- i trilés de .nr esctilftro, scbretiro <le los Anale.s tlcl In¡tintlo
116 Morley, Lu ci.uilización ,rraya ... tt ii-iilrti¡gacíones Estélicas, vol. rx, nirnr' 35, UNAM, México' 19óó'
86 87
misma perfec-
De los reiieves en piedra, realizados con'la
!ruluch uinic o el gran sacerdote, acompañatio tle sus sirb<1iios, que los estucos' nos
ción técnica y la misma expresividad
rro se representa en estelas o dinteles, como en otros sitio:¡. humano' el llamado Relieve
interesa destacar, por su '""iido
sino en lápidas y paneles de piedra y en esttlcos- Iil artista (figura 6) y las lápi-
.-
del palacio, e1 Relieve de lós Esclavos
palencano prefirió el estuco para retratar al homl¡re cltlizá. pcr1" XXI'
das del Escriba, el Orador y la clel Templo
que en éi le era rnás fácil modelar los infinitos matices expresi- r¡i
taciones couctétas y
reales que obr,iamenté corresponden al §
mismo tipo {ísico ideal, pero que se diferenciarl por §tis 3tru-
buciones y accesorios.. .117
de los E,sclavos el personaje central aparece sentado sobre las .*:.i nante.
r jii
espa'<ias de dos hombres encogidos, cuyos rasgos étnicos no
p'arece¡1 ser mayas, por lo que se le ha clado ese nombre. se ha
pensacio que amllos tableros se refieren a una ceremonia par- Pero el hecho cle dcscubrir la importancia y la diferencia
ticular, sobre la base de que en el Palacio hay otras dos escenas de lo humano no significó que el hombre se considerara en
que parecen hablar del misr¡o hecho: la de la Lápida oval Palenque cofio L1n ser des\¡incLilado de la naturalcza, sino clue
de la Casa E y Ia de la pintura de la galería Este. 1¡8 por.." haber siclo captaclo ell Lll1a peculiar y estrecha relación
Las lápidas del Escrilta y del Orador, que proceden del lado con clla. ltl niejor cjemplo <ie esa concepción dtl hombre es
Sur de la Torre del Palacio, pertenecen a la época de ma- la 'Iumb¿r ciel Templo rle las Inscripciones, realizada Para un
durez, al momento culminante de Ia escultura de Palenque, f;ran personaje que fue representado rcnacientlo
en forma de
según l3eatriz de la Fuente. Las dos representan a un per- Áai, y protegi(lo por el Sol y la lluvia; todos estos mr¡tivos
sonaje con un paño en e] brazo izquiertlo, un estandarte plegado tienen una piofur:da significación religiosa, pero se trata cle
en el derecho y una rodilla doblada. Se diferer-rcian en que el una religiosi(lad que no excluye la preocupación por el hombre
llscriba I'eva en la mano un objeto parecido a un estilete y por el sentido de su vicla, sino que armoniza con ella'
para escribir, rnientras que el Orador tiene la boca entre- En los relieves de los cuatro lados tlel sarcófago aparecen
abierta y un ademán en la mano que sugiere la acción de habiar. diez figuras hunranas, seis hor¡bres y cuatro lxujeres' que sur-
También el tipo físico es diferente: el Orador lleva b'gote gen, ca<la uno con una planta, de una faja forma<la por el
y no parece nraya; esta diferencia es mlly importante, pues itito Cattan, tierra (figura 4)' Esto, aunaclo al vínculo del
revela que no se trata de representaciones simbólicas de tos dos tombre con el maiz, el Sol y la lluvia, Parece expresar la idea
oficios, sino de retratos de un "escriba" y un "orador" deter- de que hombre y naturaleza constituyen una unirla«I, en la
minados que merecieron pasar a la posterrdad a través del cual participan también los astros: los veinte signos de los latlos
arte. Este y Oestc de la lápida correspondcn a los astros, cncalle-
Otra lápicla, la del Templo XXI, es muy semejante a las zarlos, etl el nortc cle la faia Iiste por el Kin, dia, y en el norte
anteriores en el ter¡a y la manera de representar al personaje, de la faja Oeste por el Ah,bal, noche. Ruz dice:
así como en las insignias y estandartes. Las tres lápidas tienen
jeroglificos no calendáricos, hecho que refuerza la in:erpre- Creemos que al enrnarcar escenas con fajas formadas por los
(lulcnes
tación que las considera retratos inclividuales. rto signos simlúlicos «le los astros, los artistas lllayas' o
Además, el caso de estas tres lápidas es dobtemente signi- loi dirigieron, deseaban dar a las csceflas una «lttrlcnstr¡tt
ficante del humanismo maya, pues no se trata de retratos del ;7;;i;": i".oi,lo. rlue la tierra y el cielo ft.¡rman una uni-
á^á, int.gtnr los aioutccimierrtoi históricos o simplerncnle
terrena'eJ en Ia infinidad espacial y en Ia etcrnl(lad dcl
gobernante, como ocurre en la rnayoría de los relieves clásicos
mayas, sino de personajes que parecen haberse dedicado a otras tiempo. 120
c)1
90
T¿ L ll ll II I'u ¡t I II ta t I'r r t r ll r r f r r t u ll u r
sino retratos cle dos pcr-
el hombre, atrapado en la muerte, como dice i{uz' estcrcoti¡ros del icieal clel soberarlo'
se encuentra
para mostrar sonajes fuertemente c""ttti"<los
y eletraclos espiritualnrcnte'
cayendo hacia atrás sobre ei monstruo de la tierra de la lápida y las otras obras
la F)11a,s, asi como la
qá ur ser clestinado a la muerte; Pero muerte llel'a '"pt"*'tntian y veneró a1 l'rombre
palencanas, nos clicen que el maya conoció
en sí",misma la vida, pues la faja inferior tanibién tienc
sigirr:s
t1*" clejara ¿s vens¡¿¡ a 1os
95
94
EUU rulEIu ullErELuEIluüt¡
Fn el artículo sobre la conciencia histórica señala qtte el tecer hunratr6) entre Ios lnayas. Nos [asanlr:¡i l)ltra- afirnt¿rr
surgimiento cle esta conciencia es "el comienzo cle la victoria esto en el hecho cle que en las inscripciones sobre el pasaclo
1e5 E'lia ve siempre se entrelazan los datos sobre los acontecimientos hu-
de ía mentaliclad r¡,cionalista sobre Ia irracional"'
un "proceso cle transformación que va de la concepción mágicrr manos con datos as,tro¡rónticos, 1o que no se p'.terie píIsar por
a la concepción histórica del mundo. - '"
12{l
alto, porque nos remite a una peculiar concepción 'de la iris-
Ea estos estudios se ha logrado la captación profunda del toria que sólo puerle ser entendida con base en la significaciírn
concepto del hombre que creó el maya, y nosotros hemos de la ciencia del tiempo.
encorrtrrdo en ellos muchas luces para esta investigaciór:, pero Los investigadores que se l-ran aplicaclo a la labor de cles-
cfeelnos que la conciencia histórica no inrpiica necesariarnenie cubrir clatos históricos en las inscripciones no han profuntlizarlc.,
una rnentiliciad racionalista, y nos Parece c¡tte el maya no aban- en este hecho, quizá porque hasta hace doce años sólo se había
dsrió en ningún niomento la conce¡rción mágica del mundo' visto el aspecto astronómico negando el histórico, y era ner:e-
No creemos 1ue mogia y mito se opongan a racionalidad, sino sario descubrir que los mayas no fueron indiferentes a su
ql'te hemos encontra<lo la racionalidad del rnito y Ia religio- propia trayectoria lristórica' Tatiana Proskouriakoff nos clice
r1clutl ,1" la razón, tanto entre los mayas como entre otrc¡s en su artículo sobre Piedras Negras:
pueblos. Por ello, no vemos oposición entrc concepción má- J
gi., y .orr..pción histórica, sino que creemos qlrt la conciencia - El descubrimiento tle que las inscripciones de Piedras ldegras
ñirt,!.i.n, o sea, la reflexión st¡bre el acontecer humano, puede implican clatos históricos no significa que se rleba abandonar
-búsquecla
la de significaciones astronómicas. Es necesarir-¡
darse tanto en una mentaliclad mágica, como en una mentalidad interpreta-
racir:nalista.
deslindir los -la clentro del ploblema de
«los campos
ción cle fechas. Pero aproximación astronrimica tiene ya
El objeto de que nosotros hayarnos destacado la humani- un largo camino recorridq mientras que la. histórica jamás
zación progresiva de las representaciones humanas en el arte ha sidó iniciada. Quizá si hubiéramos invertido tanto tiempo
clásico de1 área central, que culminan co¡r el retrato del horn' , busca¡rdo «latos hlstóricos como el que ha sido cmpleado
para los cálculos lunares, y:r hubióramos porlirio ¡eunir .el
l¡¡e como tai y con escenas que narran hechos del pasado' ha
ir"tpo substancial cle hcchos de Ia estructura dinástica <lel
slclo señalar que el maya clásico tuvo una profunda concienci¿i "Viejo Imperio" maya. Seguramente l:i -solución final de las
clel hombre y ,t. to:trayectoria tempoial, que nos permite signiiicaciónes de los textos clepenclerá del desciframiento
l¡cf sus inscripciones y córlices sobre el pasado como verdadera dJ los jeroglificos, pero no <lebemos depen<ler sólo de eso,
historia. O ¿cabe pensar en ul1 hur':ranisrno tan señalado sin porque se puede enfrentar el problema por otros catninos, y
una conciencia histórica? ia aproximación histórica merece una consideración fervl-
rosa de nuestra parte.127
LA CIIIÑCIA DITI. TIIIMTO Y I./\ }IIS'|ORIA Pero la necesidad de cleslindar los dos campos en l¿r labor'
llasta ahora nos parece haber encontrado que la preocupa- de interpretación de fcchas, en la labor de interpretación his-
ción por el pasaclo entre los mayal puetle ser considerada tórica nos parece que se convierte en neccsidad de vincularlos,
como historir; p"ro creemos que una aproxirnación a la ciencia
ya que, según proponemos hipotéticamente, la historia para
del tiempo no sólo puecle darnos una co¡roboración de las el maya no es algo aparte de la arnronia astrat, sino que
conclusiones anteriores, sino que puede acercarnos a la com- forma parte de ella, lo cual explicaría la'connotación astro-
prensión del se¡rtido y el concepto de la historia (como acon- nómica de los textos sobre el pasado y la señalada función
práctica de la astronomía. Por ello creemr:s que el ver ambos
12ó ss¿t¡i¿ de la Fuentg La conrisrrca histórico.,,, p. 12. ' 1t7 Proskouriakof f, Ilistorkal implications . .., p. 475.
tzo lilem, p. S.
96 97
ruutlEuu U U U ü U U ll t U lt u u ll ll I E Il ll ll ll l¡. Il tl
pensamiento maya uo hay
Thompson h¿i a{irmado que en el
una preocupación por el homb¡e'
pr)r eso' sobre la altcración
conocimientos como dos aspectos inconexos quizá
traicionaría
concepto
el espíritu maya, por muy extraño qu-e parezca a nuestras ;;; ;i;i."ñ p.oáucí" en la vida irumana' segirn e1
mentes occidentales un tal concepto de la l-ristoria' n.,aya, el investigador nos rlice:
rle la
Entre las creaciones que distinguen al rnal'a dentro F-l fin que se buscaba en conocer.los f-?:t:::?"?:"" il*:,'^':T
y ;";;;;;, de carácter mundano;
cultura mesoamericana destacan sus conceptos matemáticos H J;e 'r'.tzit
astronómicos, quizá los más avanzaclos entrs las culturas
an- ri, :'j,\,u?t;,,";
''1-^ ma1;a cle
iJ.,
.l"
-"-'^ 'l' la eternidad
"*L*í¿'¿ riel ii.*pu
tiempr¡ fue'
[ue, en cambio,
cambio
<le una conciencia lL,:'1:[J';:i.'.r,i. il'' que
J": -,1I':. :::::1,5
tiguas. Estos conceptos fueron resultado
dJ devenir que Parece ser lo metlular de su cultura' El maya
;i;;f
"i-'i'"'ra i" a.'ri'ol'l^':":,':.t-'"''i',:
'Ji':,,;l'1;'"'p1li".r';;,,i;i
¿' ;;;;t" ;; ;i p:':9
:',1,1,
l'Xl i"'',,Í' ?iii,'i J'i,
captó el ca.ácter temporal clel cosmos, el devenir
rie todo cuanto
il XilX J""l' Ti#r;',ü :;áp""¿"' i1,''*3tiau'1.^ I-'::-
"" ^:tX .l ^ #..l'1',' "3
"*l
.*i.t., y trató de hacerlo comprensible ordenánciolo y regis- i,,,,r-" .tt. pu"bln ,. p'op"to atrev.itlam^errte
rc-pasar ese ca--
Así, desarrolló el uso
trándolá. clel cero y el valor posicional
,r',inc cn brsca cle aquel punto lnlclal"'"
á" to, slgnos más o menos mil años antes que los l-rindúes'
cottciirierolr cl ticrnpo
los primeios en el "Viejo rnundo" en llegar a estos
conceptos; Esto parece significar qrre los lllayas
casi exacta con que arranca de un pasarlo tat.r
registró el ciclo del Sol con una coincidencia corno L1n ininterrumpido clevenir
y Thompson que "lot
.i nn" Trópico; registró el perio<lo de lu¡ación las revolu- remoto cluc casi es eteruo; tlice 1Y1t
que el tiempo no tuvo pnn-
ciones sinóáicas de Venus; desarrolló todo un sistema Iru¡;rr-, llega<i<., a la conclusión de
calen'
dárico, siguiendo la irerencia olmeca; creó una fecha Era 130
cipio jamás".
;;;" ;r"á de partida para sus cálculos cronológicos " 4 Ahau una verdaclera cien-
Según esta visión, los mayas realizaron
SCwrulorÁ, que correspontle al 12 de agosto
de 3113 a'C" y se á" to*p'"'der el deven\t' quiz| a
cia especulatlva en 'o 'fe"
aplicó a ia- labor de calcular y registrar fechas mediante
uo solar' y de manera se-
p"irrl.'J" r, simple observ¿rción del ciclo
complica<lo sisterna llamaclo <le la "Cuenta larga" o que cl movimiento
"Serie tot'ot"t las in{luencias
cunrlaria buscaron
inicial" no sólo corno algo útii para la vicla humana material'
cósmico traía para Si esto fuera así' se podría decir
ai* pcr ttna conciencia más profunrla de la ternporalitlad' "l'¡o-U'"' conocimiento objetivo del
que ios mayas se entregaron al
como parece sugertrlo, muy particttlarmeute, la fecha 7 Altau
al
devenir cósmico lonscientes del devenir irttm:rno'
3 Pop, insc.rita en la estela D de Quiriguá, que, si la lectura 'i"-"t inmersos en una religiosidad
mismo tiempo que permanecían
qua ," ha tlaclo es correcta, registraria un dia situado cLlatro- donde el l-rombre se anula ante
los clioses' ¿-Pueden tl^ttt :.t:::
.i"rrtot rnillones de años hacia el pasado' haber una apertura
dos fenómenos simultánearnente? ¿Puecle
Eric Thompson, el investigaclor clue más se ha ocupaclo del y orden clel cambio' sin
racional, un a{írn ¿e sittematización el huma-
tema <iel tiempo, y que noi habla incluso de una "filosofía conciencia ¿et tlomi'e? ¿Qué
significan entonces
sistemírtico clel
del tiempo" entre los mayas; afirma: nismo clue expresa i^¡t*'ñn"ico"y el registro
Para los mayas el tiempo constituyó un motivo de interós Pasado?
esta cienci ia fric un mero afán
o¡,-tU"nt*. ÓacJa estela y ca<la altai se erigían para scñalar Cuanclo nos pregulltatnos si
el paso clel tiempo,,f Por elio-la-.cletlicación se lt¡tcí¡r ¿rl
ttn como tt d
tlesinteresado por algo tan ab¡tracto 11ll'1^l^.ll
jntereses.fl:"1""i:,i3:tt:;
á" "-u., p.rio¿o . . . FÍasta donrle llega nuestro cr'rnocirnicnto' los mayas llegaron a un nivel tle
los monumentos mayas con lnscrlPclones ' ' ' tratan exclusi- iI#ll?.off;;"i lu", lejos <le esto' toclo 1o relativo
al
varnente clel paso áát ti.*po, de tlatos sobre la I"una 1'
el
' olaneta Venui. tle cálculos'calendáricos y cle asuntos sobre
12E rzs I¿lem, pp. 154-155.
i"i Jint.t y los rituales implicitos en estos temas' wo llan, p. 155.
12e Thompson, Granileza y ilecailencia. ' ', o. lS2'
98
portador con
concepto de tienipo está en íntima relación con su leligión. Pero el tiempo no es el tránsiio de un solo
su carga, sino áe muchos portadores a
la vez' cada uno con su
y' su religión está en íntima relación con los hombres, como
laoso lorrespondiente: el cle ios baletunes'
el de los hatr'r'n'es'
toda religión. Despojados de su contexto, los cálculos crono-
y el de los htnes' que se armo-
lógicos y astronómicos de los mayas, que tal vez iueron lle- el de los tunes, el delos uinales
os portaclores del año son 1os
vados hasta u¡r extremo clonde el tiempo humano resulta insig- nizan para fijar una fecha' T
r02
103
I ll ll Utl-I-E t U U tl lt Il lt f ll I ü E lr tl I ll t I t ü ll ü U. ll ll
dobleces de katún pasarJos desde c¡tte murieron perdi<ios deidades, son ie1'es racionales, va que son cuantificables con
en los bosques y bajo las malezas por causa del poder del
'li
exacta precisión, ya que son comprensibles y manejables.
Sol según sus historias y tradiciones. Así ocurrirá en el ii':
Asi, ia historia es racional porque la ley cósmica garantiza
'año tnn, tsí aparecen los signos eu el libro
decimoctavo la iegaliclacl de ia existencia humana en el tiempo: la raciona-
de los siete linajes cltte vio el Ah l(in, Sacerdote-del-culto- lidad del tiempo universal {undame[ta la regularidacl con
solar, Chilarn l]¿lar¡r, I3rujo-intórprete, cuando leyó la rueda
de los katunes , . . liso fue lo que dedujo de los signos la que se produce la historia.
I
pintados en el iil:ro, segirn su entender . . . Allí vieron
cómo caería la carga según dijo el Chilam Balam... q1le
Con esta peculiar crrnce¡;ción del acontecer humano, en la i
caería utl aiur de I^eyertas y un solc pleito se oiría, según que el pasaCo se repite como los ciclos de llr naturaleza, los I
la explicación que dan los signos pintados. 137 mayas nos inducen a pensar que no advirtieron la diferencia
I
entre los tres corxponentes cle la temporalidad históric¿ resPec- i
De la época innrediatametrte anterior a la Conquista cono- to de la temporalidad rlei mundo, que consiste en la novedad t
I
cemos muchos hechos histó¡icos. precisamente porqtle estaban del futuro. Sin en.rbargo, ¿ qué sentido tenía la inquisi- I
registrados en los códices y sirvieron de base para interpre- ción en los antiguos textos? ¿Era sólo para saber fatalis- I
tar la llegada de los españoles; así, se explica el gobierno tamente qué traería cl mañana, de acuerdo con lo que ocurrió
*spairol con base en el dominio de los itzáes, el culto cris- en el pasa<io ?
ti¿i.rro con base en e1 culto de Kukuicán, etcétera. F-l Códtce Lejos rle esto, los texttts nos expresan también que el
I'iree asienta: "En los antigttos libros se nos enseña que cam- verdarlero sentiilo de 1a inquisición en el pasado, clel cono-
biará el mundo. Es la señal del Verdadero Dios la que cimiento de las leyes de los ]¿atunes para prever el fttturo,
llegó..."r4e era la posibilidacl de ¡-,repararse para recibirlo, aceptando
'['oclo esto l1os revela que se consignaban los acontecimien-
las buenas influencias y conjur;rndo y evitantlc¡ las malas.
tos ocurridos, registrando con exactitud la fechir de su acae- 1o cuai significa canr.biarlo, de algÚrn modo. Aqui encontra-
ci*riento, y que se llevaba un córnputo sistemático del tiempo, mos que yii interviene la libertad del hombre, que el maya
p;rra poder desprrés conocer el futuro que espcralla a 1a co- se percató rJe que mediante el conocimiento dei 1.'asatlo é1 pue-
nir-uridad. O sea, que había una" r'ercladera inquisición rle los de modelar su propio dcstino. mientras clue la naturaleza
acontecimientos oasados, una reflexión sobre su sentido, una no puecle conocer ni cambi¡rr cl suyo.
significación de los hechos. humanos, porque asi como se Después de haber inquirido en sus textos antiguos, los
l¡uscó la causa de todo ki que acontece, el sentido del devenir' sacerdotes hacían públicos sus pronósticos, aconsejando la
se buscó también la causa clel devenir humano, y esta csusa se mejor manera de actuar. Por ejemplo, en una profecía el sa-
encontró en el ca¡ácter ciclico de ia temporalidad cósmica, cerdr¡te exhorta al pueblo a lle'¡a¡' a las d,.¡¡lcellas a otro lugar,
en la interrelación necesaria de pasado, presente y futurc. rlada la carga del katún:
Esto siguifica que la historia no ftle concebida como algo
azaroso, ni tampoco como resultado de la acción de fuerzas IIn ninguna parte han tk:
-
er:tregarse las hijas rlc Cuchlrtm
incomprensibles, sino qtle se creó uua concepción racionill, Idzinil, I-Icrmandad-de -hcrman;rs-n'¡enores; sal'lrhrt cle esta
provincia, habrán de irse.. . porqtle va a ser el ticmpo en
una explicación del acontecer humano, dotando aI pasaclo que paran las tnozas rloncellas, las no- casadas, un dia tras
de un significado, con base en la creencia de que el rJcvenir Otr0,-13$
1
está sujeto a leyes necesarias. Porque aunque estas leyes
,t" re,,*{ cósmicas sean concebidas como el movimiento de múitiples Y en la profecía para el primer hat,ún ll
Ahau que se repite
tlespués rle la llegada de ios espairoles, ocurrida en e\ hatún
{ 1.s7 El libro de los libros. . . , p. 117'
§8 Códice Pérez, 9. 149. 8a EI libro de los Nbros..., p. 96
I
104 105
,&,r
anterior del mismo nombre, se recuerdan las desgracias ri,-'i lo que sería el concepto del pásaclo y el'sentido de la historia'
hatún anferior y se recouientla ai pueblo; Está ciencia ¿el tiempo no sólo tiene significación astr.n<i-
mica y religiosa, sino que, siencic' una "filosofía del tiempo"
Preparáos para soport;rr la carga de la r:rjseria rrue virr.., está expresándo la concepción que cl maya tiene de la histo-
a vuestros puebios pol'que este k;rtún que sc ¿isienta es ii¡r¡iin
de miseria, katírn de pleitos corr el diablo, pieitos en e1 1 l
ria: un fenómeno ¡acional. lista racionalidad se 'expresa en
Ahau. Lao que li.r historia, entenclicla como ei devenir propio de 1o huma-
rro, ,ro es sino una manifestación especifica del devenir uni-
Así, la función <le los s¿rcerdote-s, al dar sus pronóstico:. versal, el cual se mira como un orden riguroso que consiste
al llueblo. e1'a. acotlsejar le. mejor nlanera de actuar ante cl en juegos rle inte¡relación clinámica de los dioses-tiempo' que
destinn qne traía el l¿utú,u^ La.n<la nos dice que en el mes de .orrrtituy*tt una unida<l espacio-temporal determinable y cuan-
Uo Los sacerdotes se reunian, -.acaban sus libros y "hechc, tificable con plena exactitud.
esto abría el más <locto de 1os sacerdol.es un libro y minilxr Es <lecir, ti.*po es racional porque es determinable
los pronósticos de rquel año y los declaraba a los presentes.
"l
topográfica y cualitatlvamente, como clivrnidades diferenciadas
y predicábales un poco encomendán¡ioles los remedios". lal qrr" á.r"*p.ñan movimientos y funciones definidas e interre-
pue-
Ai ligar la historia humana a 1a vicl¿¡ cósniica en la icle;r ü.iorradas, y, a la vez, porque estas funciones también
cle que 1os acx.¡rrtecimicntos se repetían, el futuro se hace l'a den ser cleterminadas cuantitativamente con toda exactitud
cional pues pasa ai dorninio clei hombre, quien 1o puede trans- por los cálculos matemáticos y cronológicos, fundamental-
formar, con base en el <lesiino. Aquí es donde creerxos que mente porque el proceso temporal se entiende corno reitera-
se expresa la di{erenciación hombre-mundo, prles el hombre ción ciclica, repetición de lapsos'
es concebido corno el ser que posee la capacid:rd libre de orga- El movimiento histórico, entonces, está sometido al mis-
nizar su r.ida, sin dejar de pertenecer a 1a naturaleza, como mo rigor, está referi<lo a la mistna racionalidad de1 tiempo
si ¿tmbas cosas no se contrapusieran. sino que sc complemen- t<¡tal. Los momentos rie la historia se explican en
función de
tara.n dialécticamente. Se trata r:le liber:tad, enteuclitia como carsJas divinas cle los lapsos, y el proceso mismo de la historia
conciencia aciiva del ciestino, y¿i que el irr.,mbre may¿r rro per- se concibe tar¡bién ciclica y reiterativamente'
rxanece pasivo aute su conclición de parte integrante de un l'ero la historia no es sólo esta racionalidad cualificada re-
toclo cósmico, sino que pllede corrocerla y plani{icar su {ulu- ligiosamente, este orden rleterminable necesariamente y some-
ro, ordenando y registranclo el ,1e:r¡enir, investigando eü suli tiio a un¿r reiteración fatal, sino que, en tanto que el hombre
ir:xt<¡s. subre eI pasado. tiene acceso a su comprensión, puecle conocer su futuro'
y en
La preocupación por el tiernpo no e:; algo aparte <le la esto implicitamente se está expresan<lo la peculiaridad que el
hornbre: tendría: clar sentidcl a su llresente y prever su
prericupaciórt hisiórica, fiorque el irombrr: es ta¡n'oión <.ievenir, futuro'
clevenir integracio ai devenir cósmico, pero clerrenir quc es e inr:luso, con base en esta conciencia, modificarlo' '
106 r07
I ÜUTE
cepción humanística del hombre. y con la ciencia del tiempo,
són una auténtica historiografía. Porque por su peculiar visión
,Iel cosmos como un eterno dina:rismo cíclico, cualitativo y ac-
tuante, racional y di.i'ino, al cual pertenece el hombre, se afa-
naron por comprender su propia trayectoria, por encontrar su
propio sitio, e inquirieron en su propio acontecer reflexio-
nando sobre él y crea.ndo un peculiar corrcepto del pasado, el lV. LA CONI'INUIDAD DE LA CONCiE,NCIA
presente y el futuro; se responsabilizai¡on cle preparar su por- I{ISTÓRICA EN I,OS HISTORIADORI,S MAYAS
venir registrando cuicladosarnente los aco¡rtecin:iento, y digni- POSTTjRIOR:I1S A LA CONQUISTA
íicaron ia in:agen del hombre con:o algo distinto a la natura-
ieza y a los ciioses pero nunca riesvinculado de ellos. En los capittrlos anteriores hemos apelado a las fuentes indi-
g.r,o, pori.riores a la Conquista para tratar de comprenrler el
ifan pot registrar el acontecer hnmant¡ en los mayas prehis-
parri.o., clel"que nos hablan las inscripciones realizadas des'Je
el pe.iodo Clásico y las fuentes espafiolas cle los siglos xvr
y
xvir. Alrc* analizaremos estos textos indígenas en tanto que
mavas pre-
herederos de la peculiar conciencia histórica rle los
hispánicos.
108
109
r rru-rT rrr r- r' rT-u:u u- uT- r*rfTI r STETE
ser destmirla Y, lríecisamente gracias a ella' n<¡sotros tenemos
Estd que tan escuetamente refie¡:e¡r loi frailes españoies, noticia «le su histori.a antigua, de sus mitos y de sus costum-
justificándose por la necesidad de cristianizar a los indios, fue irres; porque, po1' ui1 lacio, los "indios viejos" de los distintos
visto por éstos como la mayor trageciia, pues Ia desaparicióii pueblo.s comunicaro:r a los frailes españoles interesados en las
cle los códices y la persecución de los sacerdotes significaban :'antigiiedailes" lo que sabían respecto cle su pasatlo, general-
no sélo la pérdida de su identidad, sino también el desamparo ,nente aprenrlirlo rle memoria, Y, Por otra parte, porque algu-
ante el futuro, es decir, la pérdida de la posibilidad de prepÍi- nos de estos indios ciue aprendieron a escribir con el alfabeto
rarse para 1o que trajera la carga divina de los l¿atunes. latino, escribieron nuevos libros irasántlose en los viejos códices
Los evangelizadores sabían bien qtre la autoridad estatra en o en trarlicir-,nes orales.
los sacerdotes, guías tlel pueblo; por eso rlirigieron hacia ellcs l,a cultuia maya no nrurió con la couqui:'ta españr.lla, pues
sus ataques. Los sacerdotes desaparecieron y la. fuerza espiri- los rnayas constituian un pueblo por esencia conservadc¡r de
tual del pueblo maya se perdió. Dice el Chilam Balam de Chu,- su pasatlo y rle sus tradiciones, cor¡o lo demuestran estos ma-
mayel: I
yas cle linaje que se marcaron la obligilci«in de preservar su
herer,.ia cultural. Así surgieron valiosos textos colno el Popol
Nc había ya Lluenos sacerdotes que nos enseñarán. Este es Iluh y los Librr¡s de Cltilant, Bolaru, r¡ue contienell ulli} gran
el origen de la Silla del segundo tiempo. Y es también la riqueza <Ie detalles de la historia, religión y costumbres de los
causa de nuestra muerte. No teuíamos truenos sacerdotes,
no teniamos sabiduría, y al fin se perdió el valor y la rirayas prehispánicos.
vergüenza. Y todos fueron iguales . . . No había Alto Conoci- Lr:s cronistas españoles qrlc investigaron sobre l¿r ctlltura
miento, no había Sagrado Lenguaje, no había Di-¡ina Ense- maya mencionan colno fuentes estos firlevos textos históricos
ñanza en los sustitutos de los rlioscs que llegarou aquí. ¡Cas- ieligiosos escritos con la finaliclad cle continuar la tr;rrlición
irar al Sol ! Eso vinieron a hacer aquí los extranjeros. laa -1,
iriaya. I.'uentes y Guzmán, por ejemplo, habla de I'arios manus-
Estas palabras, llenas de amargura, nos muestran la tragedia critos quichi,s que utilizó para relatar la histo¡ia de <liversos
con la que vivió el maya la abolición de sus costumbres tradi- poblados, y rnerrciona el nor¡bre tle stls autorcs:
cionales, la pérdida <le su sabiduría y de su conexión con el
pasado, que significó la pér<lida de su identidad. El lamento En distint,ts r¡anuscritos cie los citacios, se lralla la pro¡;ia
noticia, y tradición de la certeza de st¡ linaje, que ".t *a-
del escritor maya nos recuerda las palabras de un mexica ante ,Ierrro dÉ los Calpules o {arrtilias nobles dtl puebl-o .de Sta'
!a caída de Tenochtitlan, que expresan tambiérr ia pérdida de la Catarina Istaguaián, escripto
-
cu. vcitrtc, y.ocry,foja^1 por
herencia histórica: un cacique clellos, l)on Francisco Garcío' Culel Ystt¡¡t-
purn -..'n"
Golpeá,barnos, en tanto, los muros de ad,obe,
y era nuestra herenci.a una red de aguieros. Estos manuscritos eran, por lo general, de carácter histórico
Can Los escud,os fue su resguardo, 1' daban furidamentalneute los nombres de los gobernantes,
-tal
pero ni con escud,as pued,e ser sostenida su soledad.la$ vez, segíin los antiguos modelos mayas <le escribir historia,
aünque e¡ icxlas las fuer¡tes inflíge¡as encorltremos influencias
Pero si los códices fueron destruiilos y los sacerdotes per-(e, cristianas.
guidos y muertos, la conciencia histórica del maya iro pucio l.6pez Cogollutlo y F:ray Francisco Ximénez tarnbión tuvie-
ron a la mano los i"*to, fnayas escritos' con car¿tcteres lati-
Chilarn Balam de Chumnyel, p. 35.
t41
Visión ile los oencidos. Relaciones inilígenas ile la conqdsto, trad.
146 nos, perc el segundo tuvo la suerte de encontrar el libro más
Angel Ma. Garibay, Introd., Selección ]¡ notas de lrdiguel León-por tilla,
UNAM, México. l9ó9 (Biblioteca del estudiante universitario, 81), t40 Fuentls v Guzn.ián, ot. cir., t' rr, p. 391.
p. 166.
111
dos ellos casi lo tienen de mernoria, y 140
descubri. que de aques-
importaate que conócemos sobre la tradición histórica y reli :nuchos
tot libtot tenían entre si '"
giosa de los quichés: el Popol Vuh. El padre Ximénez, fraile
dominico llegado a Guatemala en 1688, logró obtener de los El Popot Vtth es'i c.o¡.¡stituido por tres partes, dos de ellas
quichés el manuscrito, guardado cuidadosamente desde el siglo primera
de carácier religioso y vna de carátter histórico' La'
xvr, en que fue escrito, y gracias a su conocimiento de la le¡r- es la cosmogorrá qri.-f,é y el relato de la creación del hombre'
gua quiché rlescubri.i su talor y Io tradujo al castellano, in- hecho de mása cle maí2, después de varios ensayos
infructuo-
cluyéndolo en su obra ilistaria de la Proai.ncia de Satt' Vicent, sos por parte rie los clioses creadores; ' la segunda
es un
-bello
de Chicpa r Guatenwla. En ella dice que no l.ray cluda tle rlue relato mítico, ctlyos personajes principales son Ios semidioses
el manuscrito sea original, pnes "cotlozco que aquestas hi:;t''- y tréro*, cultur;ies i{unahpú e Ixbalanqué, quicnes' después
rias son sacadas y trasladadas de las que ellos tenían del tie¡n- i" ,.r..", a la muerte, se transforman en el Sol y la Luna' dey
po de su gerrtiliclad para conservar sus errores . , ." t47 listcr la tercera parte es una narración histórica sobre el origen
mismo parece decirnos el propio Poltol Vilt cuando asienta: los grupos tl- Guatemala, sus migraciones, la fundación
de sus
guerras que
ciu¿l¿es, los l.rechos de sus principales ::eyes, las
Iisto lo escribircmos ya clentro de la ley tle Dios, en el entre sí, y el engranclecimiento del grupo quiché al
tuvieron
Cristianismo; 1o sacaremos a la luz porque ya no se ve el dominar a los otros gruPos.
Poltoi Vu,h, así llamado, donde se veía claramente la venid:r
Otras obras imporántes de Guatemala son el Memori'al
dc
<1e[ otro lado del mar, la narración de nuestra oscuridad, y
se veía claramente la vida. Existía el libro original, escrito Sotolá. o Anales ie tos cahchiqueles y el Título d'e los señores
114 115
t
Ü II'E ü ts I ü I U tl tlr llr uE
como para los de Yucatán; la fundación de Chí lzmachi i' ei la ftrnclación de esta ciuda<I hablan -Popol L/uh,, 7a Historia
e\
Toto-
reinado de Cotuhá o Quicab, para los grupos cle Guate;:-i¿i:r. quíché de Don Juan. Torres, e\ !ítulo de los seííores de
v el establecimiento y gobierno de los itzáes en Chichén la menciona al relatar su
ltzá, nicapwt. y e\ Memoriat d,e Sototá, que
su emigración a Chakanputirn y su regreso a Chichén Iiz.;'i, ptopl, historia. Taml;ién hablan cle Ia fundación <le Chi 1z-
para los grupos de Yucatán. *^.iri y el reinaclo c1e Quicab las otras fuentes de'Guaternala'
po, 1o qoe no hay cludale que se trata de un hecho real y
de-
Todas las fuentes, o la mayoría de eilas, hablan de ia lle-
gada de las tribus a Tulán, procedentes de Oriente, ,v de stt .iri.,n á, la historia tle estos grupos, (lue no olvid{r ninguno
partida hacia el Sur, comprobándonos la llegacla de grupos nn- dc los cluc escril¡icron clespuós dc la Conr:luista'
huas a la zona maya, entre los que probablemente estaltan 1o:; I-os cal<chicltteles tienen su puntr: dc refereucia exclusivo'
Xiúes, procedentes de Tabasco, y la integración de las clos cul- que les sirve ic referencia cronológica, como una especie
de
turas durante el Posclásico. En el Popol Vuh enconttatnos fecha Era: la revolución en su ciuciad míLs importante, Ixim-
esta referencia: después de haberse creado a las cuatrc¡ prirneras
chée. llste irecho fue tan tleterminante en la historia cakchiquel,
parejas en Oriente, y de haberse multiplicado éstas, cuando que el autor de sus anales no cleja cle mencionarlo, incluso cuan-
aún no tenían dioses, recibieron Ia noticia de una ciudad y se áo habla de hechos posteriores a la conquista española' En
dirigieron a ella: "Así, pues, llegaron todos a Tulán' No era cambio, la Contluista es ¡e{ericla entre otros hechos de re-
posible contar los hombres que iiegaron; eran muchísimos y
lativa importancia, siguien<lo la continuidad del pueblo cakchi-
caminaron ordenadarnente." 1á1 Ya en Tulán recibieron a sus
quel, como si simplemente htrbier¿t sul¡ido un nuevc gobernante
dioses y se distinguieron las tres grandes familias quichés, los
al poder.
Quichés, los Tamub y los llocab. Entonces se diversificaron
sus lenguas y partieron hacia el Sur; dice el texto: "Alli tam- I
bién se separaron, algunos hubo que se fneron para el Orierr La.s rnigraciones <le los itzáes son los hechos sobresalientes
te, pero muchas se vinieron p&ra as[." 752 los itzáes se encuen-
<1e los grup,ts cie Yucatán' La historia de
Las Anales de los cokchiqueles mericionan este hecho atri- tra en 1os Chilam Ralam d,e Maní (Péres I), d'e Ti'zimín y de
buyendo a sus antecesores Gagavitz y Tactecauh la noticia de está in-
Cl'u,nnayel, y esta historia, así como la <le los Xiíres'
su origen. Estos dos homb¡es son para los cakchiquelcs la fuen- de Ba-
clui<la en el libro titulado Et libro tle los libros Ch'ilarn
te cle conocimienlo de su pasadc, los priineros maestlos y guias
latn, dande Alfredo Barrera Váscluez y Silvia Rendón han co-
de su comunidad. y la publi-
tejado y traducido los tres textos que la contienen
Los grupos de Yucatán también hablan de su origen-tn Tu-
.u., b"io el nombre de Crónica Matichu' Esta crónica describe
lán; en las Chilawe Balarn se dice: "I",a. tierra de donde vinie-
asi el establecinriento de los itzítes en Ctrricl'rón Itzá:
ron [es] Tulapau Chiconautlan. Cuatrc¡ katunes caminaron
hasta que llegaron aquí, eu compañía del caurlillo (Holórr) c1ue 'se descubrió
Chan Tepeu y sus acompañantes." 158 ó Ahau 19.1.0.0.A: 4i5'4557, fue
Para los mayas de Guatemala hay un hecho determi¡rante elr
Chi,chén ltzá " '
su pasado histórico: la fundación de Chí lzmachí (que se lta- 13 Ahau 19.4.0.A.0: 495-5141 se ordenaran las esteras
mó después Santa Clara de la Laguna), donde reinó Cotuhir Y se ocuPó Chichén " '
o Quicab, el más importante de los ¡Íobernantes quichés. De Diez aeintcnas de años reinaron' en Chichén ltzá y fue
abandonad,a.
t6L Polo!
r$fd¿ra p.
Lzuh, t. ll0. Tran.rcurri.eron trece dobleces de katú'n ldestle el des'
111.
- 1§8 Crónica Maticlw, en El tibrn ile las libros de Chilatn Balam, p. 36. cubrimiento de BakhalalJ'
116 Ú7
l¡ l¡ U rur'ts I t I I EI I t ü u ü ts I ts I U I ü U t¡-Ur l¡ U
la corlnotación religiosa
sin que esto signiíic1ue que se niegue
Y f*eron a establecerse en Chahanputít'tt' que impregna totlo pá'u*ie"!e maya' El autor del Cótlice
"t la verdad y 1o justo
Álíí wri.rroo su hogar los ltzáes, kotnbres religiosos't# de Call,iní, pot t¡""'pto, dice: "tr,tio--:t
tambión. No cs t"it"i i" false<lad"'
1ÚÚ y el Chilant' Balant'-
pasó todo' así
La crónica habla después del regreso a cl-richón ltzá de este de Cluurtoye¿ ofit*i' "Oerecharnente' tal árno
grupo, siempre registrando la fecha exacta de cada hecho' está escrito."
156
textos indígenas de ca-
Por ott'a parte, l<-rs áutóres rle estos
haber escrito para no- percler el
hemos mencionacio los irechos sobresalientes que ráctcr histtl'r,i,'t" ''';;fi;;
reiatan
si «¡ue el futuro no 1o perdiera
las fuentes in,Jígenas posteriores a la Concluista, no ha sido con contacto con slt p"t'ift' y para
con el presente, tal to'''á tl
habian aprerlclido cle stls padres'
ei interés de consiatar la veracidad dc sus <latos o de cotlocer
El autur Metnoriut de Solotá' asienta en su obra:
la historia de las diferentes regiones, sirro para ejernpliiicar del
ma\as'
el tipo rle narracií;n histórica qtle crean los historiadores ahora otte es muerto ¡hiio
morlelos de sus antecesores' los escri- Asi contahli rrri tliirrnto padrc y.ilecia cuanclo estaba hacien<lo
probablemente sigrriendo llts cosas qit" n'"
nos nrio ! escucha debes hacerlo como
el írrboi g""t"tá"gi"o"v''"'ll i"
iores ,le cócliccs. [-os frag,re'tos que hemos citado ulues- tligo
-crue genealogia'-'qr1:
tran córrlo la narración histórica cle los mayas de Yucatán es lo hacía rni patlie ' ' ' E'sta cs nuestra orlgen i:y 11o
.:"
mucho más escueta y más precisa, en cu¿rnto al cómputo
cro- perderá, l)or(luc nosotros.t?ll-tr"11o?rrnttestro
nológico, que la tle los grupos de Guatemala' Hay en los auto- tlrid"."*-ot a nuestros antepasados' r
de que su
,", i" bs-Cltilant. Balavn un inierés pretlominante err estabiecer
de las cró-
Y Nakuk Ah l'ech e:<presa también esta certeza
exactamente ias fechas, mientras qüe en los autores historia se perpetLlará en el futuro:
nicas de Guatemala predomina el interés uarrativo' Esto
ex-
la cumplidos lnt-:lt^":"t
presa que la historia, en su relación esencial con cicncia Y {ueron urttchos cltricrtesinfclrrnación
-miraron a sahcr' para qlle sean
en otte cuctrto .1.;i''; tll-mi
astronómica y calendárica, §e cultivó predominantemente nris.hijos' { p::..l"t^:*
el norte rle Yucatá[ du¡ante el periodo Posclásico, porqtle :til.:;'ilti;J^J"-".'i liuajc v porlugar la mt'eits aqui en la
vengan ¿tt'¿t'tu"* ;;;;'itig;
en el ár,:a central cesó la actividacl científica desde finales
tlel
i tierra. lrg
Clásico.YstrgierequelosgruposEla-\¡asdelasáreasce¡.itral ¡Je los linajes ya que'
y sur crearon otro estilo historiográfico en el Posclásico por- Los textos insisten en l:r grantleza
en las familias nobles donde
que quizá tecibieron la influencia de grupos no mayas' como como ltemos señalado ;;i";' ñt
estricto' Así' en la conserva-
los mixtecas, cuyos códices históricos están rnás cerca de las se cultivó la l'ristoria, en senticlo
y círdi- esti pue'sta la esperanza
crónicas inciigenas dt-. Guater"¡ala que las iuscripciones .i¿"-.i" esas familia s de almehenoob autor del restant'ento
¿J'io-'.orrtrruidad del ser del
maya. El
'- mayas PrehisPánicos.
ces
p.,-.' i",lipe".Jü"temente de las cliferencias formales etrtre t7\ce:
de los XPantsttY
las frrentes indígenas, nos interesa ante todo señalar en ellas $.ofs¡li¡¿ tia calhiní, r"¡sión Barrcra Vásrluez' Talleres
«le Alfrc<to
la l.rereircia ele la peculiar conciencia histórica del maya prchis- campeche' 1e57 (Biblioteca campe-
G.il;:'t'J; G"bt;;;; e'i"s'i'¿o'
pánico, 1--or 1o qtle Yeremos en seguicia 1o que lcs mismos at¡to- clran:r, 4),
-"'\ií P. 75'
itíi^i" llalaru de Clrunavel' rt' 30'
ie, ,li..i, respecto de la creación de stls textos' Ivlemorial a' sot,,i¿l"-Ál'ii'i'i'-lit-cakchioueles'
-E.on¿.ii", trad' introd' v
lvté1i1o, i950 (Bi-
167
En primer lugar, hay en la mayoría de estos mnyas de lina- notas A«trián Recinos, íl?¿á'ñ'érl,rr"
je la concienci, de la necesidad de apegarse a los hechos' cle ttlil".ü sá'i Ji'"L;t.';ú;" -indísena'
l l )'
*,
-!i ÍfJ -c n, ,,¿t".
corno octrrrió con lc'¡s historiadores preirispá-
la vcrdaci,
"";;Ñ;k;il 6¡ 'Rech, HistoÁa v i"rówca
",ii"lr.^i,, ile.,(
Talleres Grá-
clecir
dcl Dnto. cle Bibliotecas á"'i" ilJ
i:dututiór¡ Fúbli:a'
nicos, io c¡ue t1a a sus escritos un caráctet ¡ealrnente histórico, ;i.";li;il N"ció,, México, 1936' e' 27'
118
u
Este es el testamento de nuestros padres y-abuelos de nos- dan a entencler que así. como tradicionalmente se conocía el
otros los principales llamados Xpantzay, de nuestro naci- futuro por medio del pasado, así conocieron ellos el adveni-
. mierito y generación . . .
Este es el testamento que ncí éstá I miento del nuevo orden.
perdidoi q-ue siempre 1o han tenido lo-s principales que nos
Pero la expresión más elocuente de la herencia de una pe-
itge.tdia.or. y qué ,os dieron a luz' 1Úe
ser del maya ante el cristianismo con esta obra que hereda a
Las profecíás de Chilam Balam, Napuc-tun, Nahau Pech, sus <lescerráientes. Hay en é1 una gr¿in esperanza en la vida
Ah Kuil-Chel y Natzin-yabun-chan, sobre la llegada de los futura; cla por cierto que su ser histórico persistirá, con toda
españoles y la implantación del cristianismo, así como otros su nobleza, gracias a este libro sagra<lo, que recoge la sabiclu-
muchos textos, nos ilustran sobre ia relación que estableciercn ría del pasado para que los hombres '¡enitleros entiendan sn
los mayas entre los hechos de la Conquista y su pasado. Nos presente y preparen su futuro, como lo hizo siempre el hombre
.ry"; ¿n por cierto que habrá hombres que entiendan y expli-
porque
t6e l6lan¡¿nto ile los Xpantzay, en Crónicas inilígenas ile G*úemala, que., el significado de la carga divina de los katunes'
trad. Adrián Recinos, Edit. Universitari4 Guatemala, 1957, p. 153.
r00Q¡¡s¡¡as comunes de ryichés y cahchiqteles, en Crónicas inilígenas á hombte maya seguirá sicntlo lo que fue:
de Guatemala- p. 149.
lot Crónica Matichu, P. 42. t@ Chilan Balan¡ tle Chumayel, P. 35'
t20
i2l
Esta es la memoria de las cosas que sucedieron y que liicie-
ron. Ya todo pasó. Ellos hablan con sus propias palatras
y así acaso no todo se entienda de su significado; pero dere-
chamente, tal como pasó todo, así .está escrito. Y será otr;r
v* rnlty bien explicado todo. Y tal vez no será malo. No es
malo todo cuanto está escrito. . . Verdacleramente muchcs
erao $§ "Verdaderos Hombres" . . . pero no está a ia vist;r
todo lo que hay dentro de esto, ni cuanto ha de ser expli- .. CONCi-USiONI1S
cado- Los que lo saben vienen del gran linaje de nosotros,
los hombres mayas. Es<¡s sabrán el significa<lo de lo qri,: esür investigación he¡nos intentaclo comprencler
la actit'lrd
C<.¡n
hay aquí cuando io lean. Y entonces lo verán y enton\rei para saber si se puede hablar de una
rlel ntaya ante su pasado,
lo explicarán y entonces serán claros los oscuros signr:s citl conciencie histórica .n puebio, segírn el concepto tradicio-
Iii¡tún. . . 1@ "tá tal una actitud
nal cle historia, que consiste en considerar como
un de él'
reflexiva y.ritica hacia el pasado, un crear concepto
histórica y una
con tlna áistinció' e.tre el n,'to ¡'.- ia realidad
con.ierci" rlel devenir, o sea, ti" la diferencia
entre pasado'
{
ñrI r TT55
presente, como ésta, determinará la Jutura' Descu-
a su vez,
rl;rrles determinadas, Ilamados glifos Emblema, la arqueoiogi::
depende
inició el camino de búsqueda de registros históricos en las ins- iri"ro, qu" t" identidad de un pueblo como comunidad
la historia co-
cr,ipciones jeroglíficas, y así se logré descubrir en los tcx+,u: á" ,, .orro.imiento <lel pasadof y así' cultivaron
*o ,.,, de sus.ciencias fundamentales y Se preocuparon por
cl¿lsicos registros de nombres Je lugares, de personajcs y tir.r
rie ella'
rlinastías; fechas de nacimiento, de ascensión al trono, tle ire- transmitirla, haciendo al pueblo consciente
manifiesta en la elaboración
chos ssbresalientes y de muerte de grandes personajes indivi- Esta concepción rle la historia es
duales, acnmpañadas de glifos cle acciirn que ias identific¡ur, <1e textos sobre el acontecer
humano' por personas especiali-
clemostrando que el maya sí se preocupó por dejar constata(Lr ,"a", prm ello; en la formación cuidatlc¡sa y sistemática de
pasado histórico por parte
su historia, entendida como historia de los grandes linajes.' los historiadores; en ta apelación al
la creación de ins-
de los gobernantes, po'u guiar al
Compara.ndo las expresiones mayas con las de otras cultu- pueblo.;,en
la historia; en re-
ras clásicas de Mesoamérica, encontramos que en la culturl titucion"es educativas clonde se transmitía
en dis-
.
za"poteca que, como la maya, es heredera muy directa rle las pr"t"",r.i""es cle tipo teatral con.temas. históricos;y en una
creaciones olmecas, hay también rnúltiples inscripciones qire lrrrot al pueblo sob'e 1' vi<la de los antepasados'
harr sirlo consideradas cr:ruo textos históricos, por lo que es tradición áral e, las ceremonias familiales'
a la conservación
eviciente que v;irios pueblos compartieron el interés por su pasa- Hemos hablaclo de historia at referirnos
rlo tlesde el periodo Clásico, inclusive, tal vez, Teotihuacan. mesoarnericano' conside-
del recuerdo det pasado en el munclo
humano como una
principal centro cultural del Altiplano Central en este periodo; rando los textos que hablan del acontecer
porque aunqu(: nc) se han hellado inscripciones jerogiíficas aunque los dioses estén pre-
verdadera historiografía' porque
sclbre el pasarir; que nos pernritan asegui-iu. que hubo una preo- humanos; porque estos
sentes se puso el sentido "" lás hechos
cupación histririca en el teotiiruacano, sabemos que estuvo rnuy o sea, que están situados
hechos están acompañados de fechas,
una conciencia del
relacionado cou los pueblos dei Sur durante su apogeo y que
en una sucesión ,"ñoá, lo que implica
coirstituye el fr.lnciar¡ento cultural de 1os pueblos nahuas, quie- devenir, y porque cualquier suceso del pasado'
nes sc afanaron nt¡tablemente por no perder la memoria de su "t"; 'egistró
,i"o qr"'r" seleccionaron a[uellos -hechos s"t t" :::t*::::l
expresa una lnqulsl-
pasado.
rig"iri.rtiuos para la comuniclad' 1o que
del hombre'
;'i:;; ;", ref'lexión sobre el acontecer pasado son realmen-
Iln el periodo Posclásico se produce un gran cambio cul- , Sin ernbargo, para corroborar que estos textos
y critica hacia cl pasa-
turai en tocla Mesoamérica y enconiramos una forma distinta te result¿do cle una actitutd inquiiitiva y en una
c1e registrar el pasa<lo, corno lo muestran las fuentes escritas ;;; uriu¿, en una conciencia de1 clevenir humano
hemos tomado en consi-
tine iremos consultado. Por principio, se da un cnltivo de la clistinción entre el *1i; t la historia'
que ellos se dan' es Cecir'
historia a nivel mesoamericano, es decir, que se manifiesta de deración .orrt**to iaeáógict: en el
"l del mundc'' y ai ta vicla' y la f inalidad esencial con
manera sernejante en los grupos más inrportantes de los clue .i.""."r,"
integran e..:ta cultura: el nahua, el mixteca, el zapoteca, el to- la clue Íuerotr esc¡'itos'
qt're está
tonaca, ei t¿r¡asco y ei maya.
Quizir a partir cle la observación cle la naturaleza'
como i1n
Podemos rlecir que todos estos pueblos, influiclos muy seña- t"ñ;; ;"; ^leyes ciclicas, el univerto..f:t" concebido como militi-
larl¡rmente por los nahuas, tuvieron un vínculo consciente ct;n eterno devenir cíciico, cualifica'rio reiigiosamente
^á.i¿ra"t
su pasado, al que consideraron como alg¡o .¿ivo Y vigente en su influencia e?r el mundo de los
p'f* que
"¡t'"tt' repiten' el hombre pretris-
sus viclas actuales. Se percataron, de algún modo, de que la hombres. Como estas influeucias se
con precisión lo
trayectoria histórica del hombre es una continuidad que no se oánico consideró qúe era necesario registrar
r".ii" determinatlo para prcver lo que ocrrrrir͡t
puede romper, de que los hechos del pasaclo determinan ia vida ffirrt,ü
124
r25
turE
cuando este ciclo se repitiese, y así se desarrolló la ciencia cr¡- 'lemplo cle las Insiripciones' mién'
nológica y astronómi.i 1.r, la que d'estacaron notablementé los , exaltación del hombre en el
tras que en los segundos se relató, con gran expresiviclad
y na-
mayas), al lado del registro sister.nático del pasado. plástica' un trecho
En esta idea cíclica del acontecer parece no haber conciencia turalismo, Y con una asombrosa perfección
histórico.
de la diferencia cualitativa del hornbre, clrle consiste en la no-
piásticas nos
vedad del futuro, pero en dos pueblos, al menos, aztecas y ma- ) lll estudio clel hornbre en las representaciones valioso
yas, es evidente que el sabio mesoamericano no se limit«': a hizo ver cltre el ma1'a consirleró al homt-'re individual
mundo y con
situar al hombre dentro de las leyes del nniverso, sirro quc por sí mismo, aunclue en esencial relación con el
fuc si
penetró, de algún modo, en la singurlaridacl <lel <lestino huruanr.¡, los ,lios,:s, por lo qtlc llllcstra inmetli¿rta interrogante
que consiste en su capacidad lit¡re y consciente cle estructurar pr*,t"r.iurr"'unhurnanislnotanmarcaclo'allarlr¡der-rrrrcgistro
su propia vida. ian cuiclacioso tlel pasarlo, sin una conciencia Lristórica'
S<¡bre esta base hemos tratado rle
penetrirr en la significa- §
Entre los aztecas, cc¡mo lo ha señalado Miguel Leóu-Porlilla, $
I
(
. mentaliriad completamente racionalista, .que haya'dejado atrás
.la concepción religiosd y mágica «le1 mundo' Nosotros no cree-
*o, qrr. magia y mito se opongall a l'acionaliclad, ni que 1os
oueblás antiguos anteriores o al margen de los griegos halan
J"
i!
.ido irr.rt t.ientes de sí mismos como hombres' Por el contrario, T
t
es manifiesto que el hombre mesoame¡icaÍlo se percató dc sí
BIBI-]OGRAFiA 1
mismo y r1e su vida creativa, histórica, asi como se percató natt'tal '!'n.tot'yt d'e Las
Inclias' erl que ;
Ilistoria talc s' plart-
de la natu-,:aleza, reflexionando sobre ella y iogiando resultatlos
r7c,
Actrsra, Joseph el un|nt o s' mc I
pueblos ttt- sc tr at att los cosos
i"i"ít"-'i"a-'ciílo' lcyes y gobr'ettr'.o
I
as<¡rnbrc¡sc.¡s. Por tanto, puede afirmafse que estos "l ritos y cereruonias' I
aunqlle ésta haya t¿s 't onimalc' ¿¿lo''"ilos o'Gorman' Fondo t
vieron una verdadera conciencia histórica, rtc t'os inuios,2n ed., i9"
''L::;;;;';i'-ii'f ( si¡llott'a Americana' I
si<io cualitativa y esencialmente distinta de la nuestra occiden- lgeá--
dc cultura r'to'¿,n'"il''"ü:i;":" Il
tal que se inició en G¡ecia' Sñ rie Indias)'
ñ, Cronistas
2 vols'' .t
dc' OI;ras lústóricas'l9s2' !
Arv¡' Ixtr'rr'xócul'tt'' Fctt¡atltlo
o'iiii"'"-Ñ"iortal' Múxico' i
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