Valorar la afectividad

Afecto
Jean Laplanche- Jean Pontalis: término de la psicología alemana y que
designa todo estado afectivo, penoso o agradable, vago o preciso y que se
presenta en forma de una descarga masiva, como una tonalidad general.

Según Freud toda representación (idea) tiene un afecto asociado. El afecto es la

expresión cualitativa de la cantidad de energía pulsional y de sus variaciones.

Rolan Chemama: expresión emocional, que puede estar reprimida, desplazada

de los conflictos constitutivos de las personas.
La expresión de los sentimientos forma parte
de los derechos humanos. Es importante poder dar
lugar a nuestros propios procesos afectivos y
emocionales, de modo de poder compartirlos con
nuestro entorno, con colegas y apoyarnos
mutuamente para transitar estos tiempos de un
modo mancomunado.
Desde la ESI, reconocemos la afectividad
como un valor de las personas, un valor
identitario, que no se presenta disociado de los
pensamientos, de las ideas y de nuestra propia
historia.
El abordaje integral de la ESI forma parte de los sistemas
de cuidado, protección de derechos y promoción
de la salud (la escuela y todo espacio de salud son
lugares prioritarios).
La libertad de expresión supone poder manifestarnos
y a no sufrir discriminación ni violencia de ningún tipo
y por ninguna razón. Ahora bien, los afectos no son
solo un valor individual, sino que forma parte de los
vínculos y las relaciones, de la vida social,
imprescindibles para establecer el entramado del lazo
social y la empatía, por lo tanto, la afectividad es
también un valor comunitario.
Diferentes espacios laborales pueden contribuir –en el marco de la ESI– a
fortalecer las posibilidades de expresión, incorporando la dimensión
afectiva, brindando herramientas para que cada quien pueda identificar y
decir lo que le sucede y lo que siente. Este eje en un contexto de
pandemia, resultó ser un gran desafío.

Muchas y muchos de ustedes han logrado conocer más y manejar nuevas

tecnologías, encontrado nuevas formas de comunicarse. En ocasiones
pudieron compartir ideas y sentimientos de cómo se sentían atravesando
la cuarentena; o tal vez estuvieron en contacto con alguien acompañando
una situación en particular. Cualquiera de estas intervenciones, significó
sin dudas, un abordaje de la ESI desde el eje de la afectividad en la
escuelas y también en otros ámbitos.

La virtualidad, cuando ha sido posible,
generó en cada persona diversas sensaciones
y sentimientos, algunos conocidos y otros no
tanto, incluso sentimientos encontrados.
No tenemos antecedentes de haber vivido una
pandemia. Por lo tanto, es importante aceptar que
desconocemos muchas respuestas y que deberemos
construirlas con otras personas, grupalmente, con
colegas, con estudiantes y también en familia.
Este tiempo ha servido para identificar algunas
pautas a tener en cuenta en relación a la
afectividad y su implicancia en la tarea cotidiana,
y que se fue dando sobre la marcha, como ser: estar
atentas/os a la circulación de la palabra para que
todas/os tengan la posibilidad de expresar sus
puntos de vista incluyendo sus sentimientos; no
presionar si no hay deseo de participar pero
incentivarles a hacerlo; e identificar quienes no se
encuentran presentes en las actividades y planificar
estrategias de intervención.
Reconocernos en el lugar de nuestro saber y también
del “no saber” nos permitirá
desarrollar una escucha respetuosa de
la diversidad de situaciones y generar climas de
confianza que habiliten la posibilidad de poner
palabras las experiencias vividas en estos tiempos.
Las emociones forman parte de nuestra
constitución como personas y nos expresa
subjetivamente frente a lo que nos ocurre;
son las reacciones personales y corporales,
frente a situaciones, acontecimientos,
vivencias e ideas que pueden surgir desde
nuestro interior (sentimientos, recuerdos,
sensaciones) o de sucesos y experiencias
que provienen del exterior, del entorno.
Las emociones muchas veces nos
irrumpen, reconocerlas requiere un
proceso de elaboración y en muchas
ocasiones lleva un tiempo. La
racionalización es un proceso cognitivo
que se da a través del pensamiento y
este no necesariamente controla las
emociones.
 Desde la ESI no trabajamos en
La importancia de la el “control de las emociones”,
aludiendo a un supuesto
afectividad, aprendizaje de dominio
entendida desde un
individual y voluntarista, que la
enfoque amplio, no se
escuela debería enseñar. No se
reduce a lo emocional,
trata de la adecuación y
aunque lo incluye,
adaptación al malestar que nos
creemos necesario hacer
puede producir el entorno,
algunas distinciones y
como, por ejemplo, tener que
especialmente en este
soportar determinadas
contexto, ya que hay
situaciones injustas que podrían
diferentes enfoques
encubrir en realidad,
teóricos. inequidades y vulneraciones de
derechos, situaciones que
deberíamos poder visibilizar y
revelarnos para intervenir
pedagógicamente.
Tampoco la afectividad
La ESI es integral, desde
se relaciona con el
sus ejes conceptuales y
funcionamiento de las
también desde sus
emociones, “si funcionan
abordajes. La OMS en la
bien o funcionan mal”,
actualidad conceptualiza
este es un enfoque
la salud en un sentido
reduccionista de la
amplio y en el marco de
complejidad humana y
los derechos humanos e
mecanicista de la
incluye la afectividad.
subjetividad.
 El lenguaje, los tonos
de voz, la mirada cálida
y atenta, serán
puentes
fundamentales
Es fundamental volver a para llegar a quienes
enfatizar el valor de la nos rodean, familiares,
palabra para poder colegas, pacientes,
entre otros.
expresar ideas y
sentimientos que también
hemos vivido en este Comunicarnos
tiempo, para construir genuinamente implica
nuevas tramas simbólicas y la inclusión de la
fortalecernos también dimensión afectiva y
como comunidad forman parte de los
contenidos curriculares
obligatorios en todos
los niveles educativos.
 Frente a todos los interrogantes que
se nos presentan, hay algo de lo que
hay que estar seguras y seguros: no
es posible construir un proceso vital
significativo, si no se resignifica y
valora la dimensión
afectiva.

El desafío por delante será que

continuemos construyendo
nuestros espacios laborales,
familiares, escolares, que nos aloje
y que los afectos y continúe
dándonos la posibilidad de
“encontrarnos” entorno a la
expresión como base del lazo social.
 Consigna para el trabajo grupal

a) ¿Qué sentimientos y emociones les produjo ver estas escenas?

Registrarlas por escrito

b) ¿Qué situaciones se producen por la inhibición o negación de

algunos afectos y qué consecuencias observan?

c) ¿De qué manera se muestra la afectividad en lo personal y en

lo colectivo?