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Comprensión y Redacción de Textos II

Ciclo 2022-marzo
Semana 13, sesión 1

Fuentes de información para el ejercicio de transferencia

Revisa las fuentes de información. Complementa tu comprensión del tema buscando otras confiables y
pertinentes.

Fuente 1
Cómo tratan los medios de comunicación la pandemia
https://www.youtube.com/watch?v=G4AypACtaXY (1:47)

Fuente 2
Los medios de comunicación y su credibilidad

Incluso semanas después de que la vida cotidiana se paró de pronto, se sigue sintiendo una sensación
extraña. Hay cosas que no se pueden experimentar directamente a través de nuestros sentidos. Esto es
también válido para el cambio climático como para la radiación nuclear, y más aún para una
pandemia. Estas cosas solo se pueden transmitir a través de la comunicación. Esto ya lo sabía el
sociólogo Niklas Luhmann. Nuestros conocimientos sobre el coronavirus también los extraemos de los
medios de comunicación. Cuando nuestras vidas cambian por completo de un día para otro, millones
de personas se quedan sin empleo, cientos de miles se enferman y miles mueren; todo ocurre fuera de
nuestro radio de experiencia, a menos que nosotros mismos o parientes cercanos se vean afectados. En
cambio, nos sentamos en nuestras casas, miramos imágenes de calles vacías y personas con
mascarillas. La experiencia sensorial se alimenta del pasillo del supermercado.

¿Con qué actitud enfrento la amenaza?


Por esta razón, los medios adquieren una relevancia enorme. No solo porque proporcionan
información sobre las cifras actuales y las restricciones que imponen nuestros Gobiernos a sus
ciudadanos, sino que hay mucho más en juego: se trata de la información que filtramos de los informes
y de las conversaciones con amigos y vecinos. Naturalmente, nuestra actitud hacia la pandemia
depende de nuestra situación individual. ¿Reaccionamos con miedo, pánico o sin preocupaciones?
¿Estamos deprimidos o tenemos la esperanza de poder lidiar con la situación?
Por lo tanto, no es sorprendente que el consumo de medios esté aumentando drásticamente. Los
medios de comunicación logran un récord de visitantes de sus ofertas en línea. Incluso la televisión
lineal está experimentando un renacimiento. Pero ¿podemos estar siempre seguros de que no hemos
caído en la desinformación? Noticias falsas, o bulos, como el que comer ajo protege contra la
infección, se propagan millones de veces a través de las redes sociales y los servicios de mensajería.
Es una especie de reproducción viral de tonterías peligrosas que, en el peor de los casos, puede costar
vidas humanas. Facebook y otras plataformas están tratando, como nunca lo habían hecho
anteriormente, de borrarlos, pero los encargados de verificar esos mensajes no pueden dominar la gran
masa de noticias falsas.

El renacimiento de los medios informativos tradicionales


En esta situación, muchas personas recurren a los proveedores de medios de comunicación
tradicionales. Un estudio publicado recientemente por Reuters, donde se entrevistó a personas en
Argentina, Alemania, Corea del Sur, España, Reino Unido y Estados Unidos, concluye que los grupos
mediáticos tienen una credibilidad significativamente mayor que las redes sociales. Al mismo tiempo,
las personas con bajo nivel educacional utilizan mucho menos dichas ofertas informativas y confían
más en las redes sociales y la mensajería. Según el estudio, la gente en general confía, sobre todo, en
expertos y representantes de las autoridades sanitarias, incluso más que en los medios tradicionales.

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¿Pero cómo se comunican con la población? Pues precisamente a través de los medios de
comunicación.
A partir de estas conclusiones, los periodistas tenemos una gran responsabilidad. Necesitamos filtrar la
información relevante y verdadera para usarla en nuestras noticias. Tenemos que separar la paja y el
trigo de la información, a veces contradictoria, proporcionada por virólogos, economistas y
autoproclamados expertos. Y, finalmente, tenemos que organizar todo esto de una manera
comprensible y atractiva. Este es el trabajo cotidiano, incluso en tiempos sin crisis. Sin embargo,
desde el brote de coronavirus, se debe procesar una sobreoferta de información con poco personal,
incluso si los colegas no se sientan juntos en sus redacciones, sino en sus casas. Además, muchos entes
informativos tienen problemas económicos, porque, por la crisis, no tienen ingresos publicitarios, y
muchos artículos y videos sobre el coronavirus están, sin embargo, disponibles de forma gratuita.
De esta manera, nos encontramos ante una situación en la que la oferta gratuita de medios
informativos es, por un lado, más importante que nunca, incluso en los Estados democráticos, donde
muchas empresas de medios tradicionales están luchando por sobrevivir.
Adaptado de Deutsche Welle (2020). Coronavirus: los medios de comunicación y su credibilidad. Recuperado de
https://www.dw.com/es/coronavirus-los-medios-de-comunicación-y-su-credibilidad/a-53167054

Fuente 3
El rol de los medios en la pandemia

El periodismo, a través de los medios de comunicación en el Perú, ha sido fundamental para informar
y dar claridad en un contexto de pandemia mundial por el SARS-CoV-2 (COVID-19), algo que todos
los ciudadanos hemos podido apreciar desde el cumplimiento de una estricta cuarentena obligatoria.
Sin embargo, también se ha criticado la falta de capacidad de los medios de comunicación para
reaccionar y estar a la altura para informar en este nuevo contexto del COVID-19. Antes de saltar a
conclusiones, es importante tener en cuenta el contexto en el que los periodistas desarrollan su trabajo
para enmarcar el análisis dentro de las limitaciones de las circunstancias.
El rol fundamental para la sociedad y la democracia que ejerce el periodismo a través de los medios de
comunicación está siendo amenazado por los problemas recurrentes que afectan a la industria desde
hace varias décadas. La imposibilidad de competir o adaptarse a los cambios tecnológicos, la caída en
las audiencias y la reducción de la inversión publicitaria son algunos de esos lastres. Circunstancias
nada favorables, además, para hacerle frente como gremio a un contexto en el que la información
científica y corroborada de calidad tiene la capacidad de salvar vidas o crear condiciones favorables
para la desinformación.
Si al ya debilitado contexto económico de los medios de comunicación se suma ahora una crisis
global, regional y local, podemos imaginar los grandes retos que se han presentado en este contexto
para ofrecer trabajo de calidad.

Periodismo y ciencia
Si bien el periodismo ha tratado de estar del lado de la salud de las personas, promoviendo
comportamientos positivos de cuidado e higiene personal, hay situaciones que ponen en riesgo la
capacidad de los medios de comunicación de influenciar positivamente en las acciones de las
personas. Una de ellas es la presencia de autoridades mundiales que lideran corrientes de
desinformación, la publicación de estudios no concluyentes por parte de la comunidad científica que
luego son simplificados en un titular, la difusión indiscriminada de noticias falsas mediante medios
digitales y las limitaciones del periodismo de investigación en su capacidad fiscalizadora de las
acciones del Estado.
Entre los líderes de opinión que adoptan la desinformación como estilo de comunicación destaca el
caso del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Durante la situación de emergencia, el
líder estadounidense ha abogado en reiteradas oportunidades a favor de la automedicación,
específicamente de la hidroxicloroquina, yendo en contra de las comunicaciones oficiales hechas
incluso por parte de las autoridades sanitarias de su propio país como la FDA. Este tipo de mensajes
engañosos y tendenciosos puestos en declaraciones de un líder de Estado generan corrientes de
desinformación que van en contra de los esfuerzos periodísticos y de organizaciones internacionales.

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Además, ha faltado capacidad técnica por parte de los profesionales de la comunicación para entender
cómo funcionan los ensayos clínicos y los estudios médicos realizados por los distintos países y
centros hospitalarios. En consecuencia, los descubrimientos de la comunidad científica, en muchas
oportunidades, fueron dados por ciertos cuando estos tenían resultados limitados o con muchas
condicionantes en su interpretación. La falta de consulta a opiniones de especialistas antes de publicar
información médica ha sido evidenciada en el contexto de la pandemia.
Otro aspecto a considerar es la dificultad del periodismo tradicional de competir contra la difusión de
información a través de redes sociales, compartidas de persona a persona. Resulta problemático para
cualquier medio de comunicación competir con hechos desapasionados frente a las cadenas de
desinformación que apelan a emociones fuertes como el pánico, miedo y la ira, y que son compartidas
por miembros de un mismo grupo social. En este punto, la información periodística siempre estará en
desventaja al no haber logrado adaptar nuevos mecanismos para competir en el plano tecnológico
contra corrientes de desinformación.
Adaptado de Puente, A. (2020). El rol de los medios en el Perú durante la pandemia. Recuperado de
https://www.kas.de/documents/269552/0/El+rol+de+los+medios+de+comunicación+en+el+Perú+durante+la+Pandemia.pdf/
d457a599-7f4a-99ca-3230-b8f4ec620bdd?version=1.0&t=1595436508362

Fuente 4
Los peruanos y los medios de comunicación

Ante una situación de emergencia en salud pública como la que ha suscitado la expansión del COVID-
19 en Perú, los peruanos han revalidado su confianza en los medios tradigitales (medios tradicionales
que se complementan con las nuevas tecnologías) como fuentes de información. Así lo demostró
Kantar IBOPE Media en un estudio que revela que las personas aumentaron su consumo de televisión,
confían en los canales masivos para mantenerse informados y están pendientes del avance de las
noticias sobre esta coyuntura incluso en redes sociales.
Durante el primer día de cuarentena, la audiencia televisiva incrementó en 49% —entre las 6 y 24
horas—, lo que significó que cada peruano pasó en promedio 5:51 horas frente a la TV, casi una hora
y media más que el lunes anterior. Unido a ello, el género de noticias contó con un 20% más de
televidentes desde que el presidente Vizcarra anunció el primer caso de coronavirus en Perú. “En
términos generales, las fake news han provocado un aumento de credibilidad de casi el 80% en estos
canales, porque, en un escenario de crisis, la gente necesita fuentes confiables para mantenerse
informada”, comentó Francisco Carvajal, CEO del Clúster Pacífico de Kantar IBOPE Media.
En este contexto, datos del estudio Target Group Index (TGI) de la misma compañía revelan que uno
de cada dos peruanos confía en la televisión y los periódicos para mantenerse informados. Asimismo,
al 85% de la población urbana les interesan las noticias nacionales y el 68% consume este contenido a
través de un programa televisivo, un 55% por los diarios y otro 25% en programas radiales. Además,
cuando se trata de informarse en general, la TV y los diarios (cerca del 70%) son las principales
fuentes y el internet (61%).
El aumento en el consumo de medios a partir del anuncio sobre los casos de coronavirus en Perú
también puede explicarse porque los peruanos son cada vez más conscientes sobre la importancia de
su salud y de informarse debidamente sobre la misma. En el último año, a través de casi todos los
medios tradigitales, aumentó el porcentaje de personas interesadas en temas relacionados al bienestar;
incluso el 73% de peruanos afirma que pagaría lo que fuera por su salud, cifra que se elevó en 10
puntos porcentuales entre el 2018 y 2019.
Las redes sociales también cumplen un rol en esta situación, pues actúan como altavoces de los
medios tradigitales. En el Perú, el 34% de personas accede a internet mientras ve TV y el 6% hacen
comentarios en plataformas sociales sobre los programas que está mirando. Además, entre el 6 y 16 de
marzo, se han realizado casi 658 mil comentarios en Facebook, Twitter e Instagram relacionados al
coronavirus.
Los medios tradigitales demuestran así que no solo son fuentes confiables de noticias, sino también
sobre información relacionada a la salud de las personas. “Estos canales están jugando un rol
fundamental en tiempos de emergencia de salud pública, pues brindan el ‘minuto a minuto’ sobre los
acontecimientos relacionados al coronavirus a través de todos los puntos de contacto con su audiencia,

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gracias a las múltiples plataformas y formatos de contenido que se ofrecen hoy en día”, añadió
Carvajal.

América-Retail (2020). Perú: Los peruanos revalidan su confianza en los medios tradigitales ante el Estado de Emergencia.
Recuperado de https://www.america-retail.com/peru/peru-los-peruanos-revalidan-su-confianza-en-los-medios-tradigitales-
ante-el-estado-de-emergencia/
Fuente 5
La credibilidad de los medios se estanca

La pandemia de coronavirus no solo ha expuesto a los gobiernos que han manejado la alerta sanitaria,
sino también a los medios de comunicación. A lo largo de estas semanas se ha observado incluso la
desafección de una parte de los ciudadanos hacia la prensa de sus países en un momento en el que la
necesidad de disponer de contenido veraz se ha convertido en un requisito esencial. Sin embargo, la
situación también ha dado cancha a la aparición de bulos (según la RAE, bulo es una “noticia falsa
propalada con algún fin”). Curiosamente, son las democracias liberales, donde la libertad de prensa
está reconocida y garantizada, donde la desconfianza es mayor.
En España, el 50% de la ciudadanía afirma confiar en el contenido que ofrecen los medios de
comunicación relacionado con la crisis del coronavirus; es decir, la mitad del país no se fía de la
información que se le suministra, según una encuesta realizada por el portal de datos YouGov entre el
5 y el 13 de mayo. Uno de los factores, a raíz de la fecha, puede hallarse en la riña política para
prolongar el estado de alarma y las críticas de una parte de la prensa en este sentido.
Sin embargo, si nos ceñimos en la aprobación del resto de democracias liberales a sus medios, España
solo quedaría por escaso margen por debajo de Alemania (54%), o de Australia (55%). Por el
contrario, países con una libertad de prensa consolidada en lo legal resultarían con bajos índices de
confianza. Es el caso de Estados Unidos, donde solo el 42% de la población considera veraces y
creíbles los contenidos de los que se informa en el país. Más bajos son los índices de Italia (38%),
Reino Unido (31%) o Francia (26%).
Lo más curioso es que son aquellos países donde la libertad de prensa está en entredicho, o ni siquiera
existe, donde la confianza en las informaciones —propaganda en muchos casos— goza de niveles más
altos. Así, la lista de YouGov aparece copada por Vietnam, donde el 89% de la ciudadanía asegura
creer lo que los medios cuentan. Le siguen otros como India (67%) y China (62%). Precisamente,
Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunció de forma reciente el caso chino, “donde la represión del
periodismo permitió que la epidemia se propagara, primero en Wuhan y, después, por el resto del
mundo”. La organización elevó ante la ONU una denuncia el pasado abril por las violaciones de la
libertad de expresión acometidas en varios países durante la pandemia y asegura que esas actitudes
“ponen en peligro la salud de las personas, tanto en su territorio como en el resto del mundo”.
La desconfianza en los medios de comunicación se produce en un momento en el que las noticias
falsas —fake news— han logrado una difusión más rápida que las verdaderas, lo que puede provocar
la contrariedad y el recelo de la ciudadanía. “La llegada de internet, y sobre todo de las redes sociales,
han propiciado la viralización rutinaria de este tipo de noticias y se ve gravemente agraviada por la
acción de los bots”, resume el estudio “Fake News: cómo afectan a las crisis de comunicación de
grandes corporaciones”, realizado por OBS Busines School.
Sin embargo, el estudio plantea que las noticias falsas no resultan tanto la causa de la pérdida de
credibilidad en los medios, sino como la crisis de confianza en las instituciones sociales. También
depende la temática que se trate, puesto que las noticias de calado político solo generan confianza en
el 33% de la audiencia en España, frente al 70% de lo que ocurre en Canadá o Alemania.

Crónica Global (2020). La credibilidad de los medios se estanca durante la crisis del coronavirus. Recuperado de
https://cronicaglobal.elespanol.com/vida/credibilidad-medios-durante-crisis-coronavirus_351270_102.html

Fuente 6
Las peligrosas mentiras de Willax TV durante la pandemia

En plena crisis sanitaria, mientras científicos y autoridades del mundo buscaban información precisa
para entender y combatir el nuevo coronavirus, Willax Televisión fue a contracorriente. El canal del

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empresario Erasmo Wong tiene un rosario de noticias falsas que pudo poner en riesgo la salud de los
peruanos. Estas son las más flagrantes.

Rey con Barba y mentiras

Una de las primeras arremetidas de Willax contra las vacunas -contra todas ellas- ocurrió en
noviembre pasado, cuando Rosa María Apaza, abogada y presidenta de la dudosa Organización
Médica Peruana de Investigación (OMPEI), dijo en el programa ‘Rey con Barba’ ¡que las vacunas
contra el Covid-19 convertirían a las personas en celulares! “No necesitamos ser médicos. El solo
hecho de pensar que nos van a inocular genes nuevos… eso no es vacunación. La vacunación no es
insertarte nuevos genes. La consecuencia [de esta vacuna] es infertilidad. Las de Pfizer vienen con
ARN mensajero, que nos van a introducir nanotecnología, nanopartículas. Es decir, aquí lo que
quieren [es] convertir a los humanos en celulares, quieren que sean controlados a través de un pequeño
chip”, dijo una delirante Apaza. Los conductores apenas amagaron con contradecirla. Pero Apaza
continuó con su exposición.
Un mes después, en el mismo programa, invitaron a un caserito de la casa: el veterinario Manolo
Fernández, dueño de Farvet. Fernández presentó un cuadro donde comparaba la vacuna y la
ivermectina, un antiparasitario al que, sin ningún sustento científico, se le atribuye el poder de
combatir y prevenir el Covid-19. ¿El ganador de ese supuesto versus presentado por Fernández? La
ivermectina. ¿La fuente de donde se sacó la información? Ninguna.
El Colegio Médico, ni corto ni perezoso, se apuró en hacerle el pare a ‘Rey con Barba’ y a Fernández:
“El Colegio Médico del Perú alerta a la comunidad sobre la falsedad de este tipo de comparaciones e
información carente de evidencia científica. ¡No se dejen engañar, luchemos juntos contra la
infodemia! ¡La desinformación también mata!”, publicó en su página de Facebook. Como si nada
hubiera pasado, Rey y Barba siguen haciendo de periodistas todas las semanas.

Butters y las fake news

Pero si queremos hablar de disparates, ahí está Phillip Butters. En enero de este año, en su programa
‘Combutters’, presentó la carta de una supuesta empresa llamada KPC Biotech que le ofrecía al Minsa
55 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca a precio de infarto. Eso sí, si quería acceder a la
oferta, el Estado tenía que apurarse y confirmar rápido. Pero la carta nunca obtuvo respuesta por parte
del gobierno. Indignado, Butters le exigía al Estado que compre las vacunas ya mismo. Por supuesto,
se trató de una puesta en escena del experiodista deportivo.

La denuncia que hizo Butters se propagó rápidamente y, en menos tiempo de lo que le tomó a Willax
difundir mentiras, varios usuarios de Twitter descubrieron que la empresa que ofrecía las vacunas
existía recién desde septiembre, es decir, solo cuatro meses antes de enviada la carta. Y para colmo: ni
siquiera tenía una página web. Pero el roche fue mayor cuando el Minsa dijo que la propia
AstraZeneca les había informado que no vendía vacunas a través de intermediarios y que “solo tiene
compromisos con los gobiernos de los países y organizaciones de salud internacionales”. Entonces,
¿de dónde KPC Biotech sacó 55 millones de vacunas?, ¿Butters se planteó esa pregunta o fue parte de
un intento de estafa?
Aunque también es muy proclive a las mentiras, Martín Vizcarra fue una de las víctimas de este
programa. Phillip Butters soltó el rumor de que estaba internado en una clínica porque, supuestamente,
se había contagiado de COVID. La desmentida no se hizo esperar y, al día siguiente, el propio
Vizcarra apareció en los medios rechazando tales afirmaciones. “Parece que el efecto del
distanciamiento ya generó alguna información falsa, hasta ya nos habían enfermado, que estábamos
internados en una clínica (…) Debemos tratar de dejar de lado este tipo de información. Nosotros
decíamos que si algo afecta más a la población, es este tipo de información falsa (…) este tipo de
información falsa [su supuesto contagio] se aclara rápido, pero hay otro tipo de informaciones que a
veces demora en aclarar y genera en la población ideas erróneas”, dijo Vizcarra.

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Ve tú a saber si es verdad

El caso más delicado fue protagonizado por Beto Ortiz, cuando en marzo pasado compartió los
resultados preliminares de un estudio de la Universidad Cayetano Heredia que supuestamente
revelaban que la eficacia de la vacuna Sinopharm era ínfima y que, por este motivo, inocularse con
esta era “prácticamente como inyectarse agua destilada”. Así lo dijeron el conductor del programa y
también Ernesto Bustamante, biólogo molecular de profesión. Invitado por Ortiz, este último señaló:
«La vacuna produce más COVID-19 que el placebo”.

La metida de pata fue tan grande que el Minsa tuvo que emitir un comunicado para evitar crear
confusión y desconfianza en la población. En él se aseguraba, con evidencia científica de otros países,
que la vacuna china tenía un 79.34%. Entre las aclaraciones del Minsa y las réplicas del programa, la
OMS finalmente aprobó el uso de emergencia de la vacuna de Sinopharm y las declaraciones de
Bustamante y Ortiz cayeron en saco roto. En mayo pasado, el organismo internacional le dio el visto
bueno basado en un estudio del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre inmunización
de este organismo. “Sobre la base de toda la evidencia disponible, la OMS recomienda la vacuna para
los adultos de 18 años o más, en dos dosis espaciadas entre tres y cuatro semanas. Se estimó que la
eficacia de la vacuna para evitar cuadros sintomáticos y hospitalizaciones era del 79% (para todos los
grupos de edad)”, afirma en el comunicado.

Para Juan More Bayona, experto en inmunología comparada, solo existen dos posibilidades respecto a
las constantes mentiras de Bustamante. “O desconoce enormemente las terminologías del informe y no
entiende lo que lee o tiene un propósito perverso de desinformar a la población”, dijo en el medio
Salud con Lupa.

El 28 de mayo, Ortiz volvió a arremeter contra la vacuna china diciendo que no servía porque una
veintena de médicos murieron por Covid a pesar de estar vacunados con las dos dosis de Sinopharm.
Sin embargo, según cifras recientes del Minsa, del total de 60 médicos fallecidos por Covid entre
febrero y junio de este año, 39 no se habían vacunado, 14 recibieron solo una dosis de la vacuna de
Sinopharm y 7 las dos dosis. “Eso [el bajo número de fallecidos] muestra que [la vacuna] tiene un
grado de protección alto, pero no existen vacunas perfectas”, explicó el vocero del Minsa, Arturo
Granados.

Si bien hay que considerar el pedido de los médicos de tener una tercera dosis, es importante aclarar
que el hecho de que haya fallecidos no implica que las vacunas no sirvan. Ninguna protege al 100% a
todas las personas que la reciben. Según un estudio del mismo Colegio Médico del Perú, en cambio,
dos semanas después de que los doctores recibieron la segunda dosis de Sinopharm hubo una caída en
la curva de muertes y hospitalizaciones.

Las fake news de Willax respecto a la vacuna de Sinopharm llegaron a tal nivel que la misma
Embajada China ha tenido que emitir, en más de una oportunidad, comunicados para desmentirlas y
pedir que dejen de desinformar y jugar con la salud de los peruano: “Sr. Ernesto Bustamante, es delito
privar el derecho a la salud y vida de la gente con desinformación y mentiras. Peor aún si es alguien
que se dedicaba a la medicina y ciencia. Es difamación acusar de corrupción a una empresa sin ningún
fundamento”. Pero hasta el día de hoy, no parece que los conductores o el mismo canal estén
arrepentidos de nada.

Sudaca. (2021). Recuperado de https://sudaca.pe/noticia/informes/las-peligrosas-mentiras-de-willax-tv-durante-la-pandemia/

Fuente 7
No hay derecho

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https://www.facebook.com/idlradio/videos/-esto-dijo-glatzer-tuesta-sobre-willax-tv/
2501450820151517/ (15:49)

Fuente 8
Percepción de miedo o exageración que transmiten los medios de comunicación en la población
peruana durante la pandemia de la COVID-19

http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-03002020000200001
Fuente 9
El ejercicio del poder a través de la construcción de la opinión pública

A lo largo de la historia, la comunicación y la información han constituido fuentes fundamentales de


poder y contrapoder, de dominación y de cambio social. Esto se debe a que la batalla más importante
que hoy se libra en la sociedad es la batalla por la opinión pública. La forma en que la gente piensa
determina el destino de las normas y valores sobre los que se construyen las sociedades. Aunque la
coerción y el miedo son fuentes decisivas para que los dominantes impongan su voluntad a los
dominados, pocos sistemas institucionales pueden durar demasiado si se basan de forma
preponderante en una represión aguda. Torturar cuerpos es menos efectivo que modelar mentes. Si la
mayoría de la gente piensa de forma contradictoria respecto a los valores y normas institucionalizados
en el Estado y consagrados a través de leyes y normas, al final, el sistema cambiará, aunque no
necesariamente para colmar las esperanzas de los agentes del cambio social. Pero el cambio llegará.
Tan solo tardará un poco y será a costa de sufrimiento, mucho sufrimiento.
Como la comunicación, y en especial la comunicación socializada, la que existe en el ámbito público
ofrece el apoyo para la producción social del significado, la batalla de la opinión de las personas se
juega en gran parte en los procesos de comunicación. Y esto es aún más aplicable a la sociedad en red,
que se caracteriza por la omnipresencia de redes de comunicación en un hipertexto multimodal. En
efecto, la actual transformación de la tecnología de la comunicación en la era digital amplía el alcance
de los medios de comunicación a todas las esferas de la vida social en una red que es a un tiempo
global y local, genérica y personalizada según un patrón siempre cambiante. Como resultado, las
relaciones de poder, es decir, las relaciones que constituyen los fundamentos de toda sociedad, además
de los procesos que desafían las relaciones de poder institucionalizadas, se determinan y deciden cada
vez más en el campo de la comunicación.
Entiendo el poder como la capacidad estructural del actor social para imponer su voluntad sobre
otro(s) actor(es) social(es). Todos los sistemas institucionales reflejan relaciones de poder. Por eso,
analizaré el proceso de formación de un contrapoder, que a mi entender es la capacidad de un actor
social de resistirse y desafiar a las relaciones de poder institucionalizadas. Efectivamente, las
relaciones de poder son por naturaleza conflictivas, del mismo modo que las sociedades son diversas y
contradictorias. Por lo tanto, la relación entre tecnología, comunicación y poder refleja valores e
intereses opuestos, y afecta a una pluralidad de actores sociales en conflicto. Tanto los periódicos
todopoderosos como los sujetos de los proyectos del contrapoder funcionan en la actualidad dentro de
una nueva estructura tecnológica: y esto tiene consecuencias en las formas, medios y metas de su
conflictiva práctica.
[Castells, M. (s. f.). Comunicación, poder y contrapoder en la sociedad. Adaptado de
http://www.psiaudiovisuales.com.ar/wp-content/uploads/Castells_Comunicacion-poder-y-contrapoder-en-la-sociedad-
red.pdf]

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