Introduccion
La enfermedad COVID-19 la produce un nuevo tipo de coronavirus que puede
afectar a las personas y se ha detectado por primera vez en diciembre de 2019 en
la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Actualmente no hay ninguna
vacuna para prevenir el COVID-19. La mejor manera de prevenir la infección es
reducir el riesgo de exposición al virus. Aún se desconoce mucho sobre el virus,
como la cantidad de personas que tienen infecciones muy leves o no presentan
síntomas pero pueden transmitir el virus. En este momento, es difícil entender la
dimensión precisa del brote.
esta situación, aparece de forma súbita COVID-19. Una primera reflexión en este
contexto extraordinario es que se está demostrando la conexión entre la estructura
de edades, significativamente los mayores de 70 años, y la pandemia en
cualquiera de sus dimensiones medibles (afectados, ingresados en hospital y en
UCI y fallecidos). En primer lugar, las poblaciones envejecidas son una
consecuencia del desarrollado de países, con estructuras sanitarias consolidadas,
por lo que COVID-19 tiene unas repercusiones sanitarias, económicas, sociales,
etc., en esto podemos ver afectaciones como lo presenta morin en su teoría de la
inteligencia ciega es una nueva amenaza, una nueva ignorancia ligada al
desarrollo miso de la ciencia lo cual lleva al progreso ciego e incontrolado del
conocimiento (Edgar Morin 1998.)
También valorado por otros actores, como los medios de comunicación y las
organizaciones civiles. Es habitual encontrar referencias de prensa en las que se
describe esta fase de la intervención de una forma no siempre ajustada a la
situación que se está tratando (el ingreso de personas mayores en situación
crítica), a las condiciones de presión sobre el sistema sanitario en situaciones
excepcionales y a las dificultades de tomar decisiones momentáneas ajustadas a
entornos muy específicos por personal médico sometido a estrés Y en este
sentido, las organizaciones de la sociedad civil reclaman una posición ética, de
respeto a los derechos de las personas, en este conflicto, aportando como
solución la mejora de los recursos y condiciones del sistema sanitario. Esta
solución se plantea en un escenario a más largo plazo, muy alejado de la urgencia
que reclama la resolución de la situación actual.
Otro fenómeno es que uando se atraviesan situaciones como la actual, se tiende a
señalar a algún grupo, ya sea racial, nacional o religioso, como responsable de los
acontecimientos. Esa actitud es discriminatoria, injusta, genera estigma y
exclusión, y causa un sufrimiento innecesario. la actual pandemia de Covid-19
está probablemente suponiendo uno de los mayores desafíos a los que los
profesionales sanitarios se hayan podido enfrentar a lo largo de su carrera. Tanto
a nivel nacional como internacional, voces expertas coinciden en señalar que el
estrés laboral, el riesgo de contagio y la falta de medios adecuados tanto
materiales como humanos para la lucha contra el virus