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El presente trabajo tiene como base uno de los diálogos escritos por Platón,

“Protágoras”. El mismo fue un filósofo griego, nacido en Atenas en el siglo V


a.C., seguidor de Sócrates, y es considerado una de las figuras más influyentes
del pensamiento filosófico en general.
Este diálogo presenta un debate que ocurre en el momento en que recién
comienzan a surgir los sofistas como profesionales de la educación, bajo la
democracia ateniense, primera democracia que había conocido el mundo y que
recién se había instaurado. Desde el ámbito educativo, buscaba formar lo que
denominaban “buenos ciudadanos”, seres capaces de expresar su opinión y
persuadir al otro, excelentes en la oratoria. En el diálogo se plantea el siguiente
problema: ¿qué enseñar? y ¿qué puedo conocer? Enfrentándose allí dos
ideologías opuestas, la de Protágoras, sofista, y la de Sócrates, filósofo. El
primero adoptaba al relativismo; corriente filosófica que considera que no hay
una verdad absoluta, ninguna verdad universalmente válida, y que niega la
posibilidad del conocimiento. Mientras que Sócrates, al dogmatismo; corriente
filosófica que da por hecho que existe la posibilidad y la realidad del contacto
entre sujeto y objeto, y considera al conocimiento como una capacidad del
individuo para interpretar a la realidad. Sócrates no cree que se pueda enseñar
la excelencia y Protágoras no cree que se pueda alcanzar el conocimiento
verdadero.
El sector educativo se encuentra en constante cambio, por lo que es casi
inevitable ponerse a pensar qué se debe enseñar y si se lo está haciendo de la
mejor forma. Actualmente, como estudiante de profesorado, también me hago
estos cuestionamientos que se hacían hace tantos siglos atrás. Qué es eso que
me están presentando como conocimiento y que luego tendré que trasmitir
como tal también, y cuáles de todos esos conocimientos que me presentan es
el verdadero. Un ejemplo de esto es que cada docente escoge en base a qué
autor trabajará ciertos conceptos, como por ejemplo el de oración subordinada,
y yo, como estudiante debo aprenderme cada uno de ellos, pero luego, ¿cuál
es el que debo transmitirles a mis estudiantes? ¿cómo puedo estar segura de
qué ese es el verdadero?
Al analizar la práctica educativa comienzo a cuestionarme cosas como: “¿qué
se está enseñando?”, “¿es un conocimiento absoluto?”, “¿hay o no hay un
conocimiento absoluto a enseñar?” “¿cómo saber si se está enseñando un
conocimiento verdadero?” y “en el caso de que no exista un conocimiento
verdadero, ¿qué enseñar?”.
Yo considero, al igual que Platón, que el conocimiento es posible y que para
que sea verdadero debe ser objetivo y universal. Y, que el docente debe
enseñar al estudiante a reflexionar para que él mismo pueda llegar a dicho
conocimiento.
¿Por qué coincido con Platón?
1ra razón: El conocimiento objetivo y universal
Platón sostiene que el objeto de estudio del conocimiento verdadero será lo
universal, las ideas. Y que nuestra alma tiene la capacidad para llegar al
mismo, simplemente debemos aprender a mirar en la dirección correcta. Y
bueno, ¿qué quiere decir con que es objetivo y universal? Hace referencia a
que el conocimiento verdadero debe
2da razón: La percepción no es conocimiento
Partiendo de que el conocimiento verdadero, para este filosofo, es objetivo y
universal, podemos decir que la percepción no es conocimiento. La percepción
cambia de un individuo a otro, un gran ejemplo es: si colocamos la figura “9”,
de gran tamaño, en el piso y luego pedimos a dos individuos que se posicionen
uno frente al otro, de forma vertical, uno estará viendo un 9 y el otro un 6.
Ambos estarían en lo correcto, desde la percepción, porque estarían confiando
en lo que ven. Sin embargo, no estaríamos frente a conocimientos verdaderos,
debido a que son afirmaciones cambiantes de individuo a individuo, no son
estables, y por este motivo no es algo que se puede conocer. La percepción
considerada como conocimiento verdadero provocaría que nuestro mundo se
convirtiera en algo bastante limitado, estaríamos conociendo solamente lo que
vemos o sentimos. Así mismo, no hay dudas de que es un instrumento que
puede ayudarnos a iniciar el camino hacia el conocimiento, mediante la misma
podemos reconocer un objeto y sus cualidades y desde ahí recurrir a la razón
para llegar al conocimiento verdadero.
3ra razón: El conocimiento es infalible
Según este filosofo, el conocimiento verdadero debe ser infalible. Esto es, debe

HASTA AQUÍ, ¿QUÉ ES CONOCER?


AHORA: ¿QUÉ ENSEÑAR?

4ta razón: tiene como objeto de estudio lo que es real, las ideas

Teniendo en cuenta todo lo mencionado anteriormente, desde mi rol como


futura docente de Idioma Español, pienso que no podría enseñar el contenido
de esta asignatura si considerara a la percepción como conocimiento porque
cada uno de ellos lo estaría construyendo desde lo que ve o siente y se haría
muy difícil el poder entendernos entre todos. La existencia de un conocimiento
universal facilita que podamos comunicarnos entre todos, por más que mi
idioma sea el español, si quiero comunicarme con un individuo que tiene como
idioma el inglés, por ejemplo, puedo hacerlo; esto porque existen reglas de la
gramática que son válidas para todos, todos podemos aprenderlas.

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