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Módulo I: Fundamentos Psicopedagógicos

de la Docencia Universitaria

CASO COGNITIVO DE PERRY

El desarrollo de la comprensión

Un estudiante llevando un montón de libros y corriendo a una clase universitaria


normalmente no podría ser comparado con, digamos, un monje budista meditando
en posición de loto contemplando la existencia, o con un practicante zen japonés
estudiando un koan, o incluso con un gran mago cabalístico llevando a cabo un
ritual, sin embargo, parece que estos estudiantes progresan mediante las mismas
cuatro etapas de desarrollo y todos buscan la iluminación.

Para aquellos interesados en el desarrollo mental, no es extraño leer acerca de


sistemas exóticos y religiosos que dicen conducirnos a la iluminación. Pero puede
que a quienes sostienen esos métodos les sorprenda que los estudiantes en la
educación tradicional siguen las mismas etapas buscando el mismo resultado.

Muchos sistemas se refieren a etapas de desarrollo y de iniciación, pero aquí me


estoy refiriendo a las 4 etapas propuestas por un psicólogo convencional, William
Perry, profesor de Educación en Harvard. Perry propuso que los estudiantes en la
educación superior pasan por una serie de etapas. Las 4 etapas a las que me refiero
aquí son una síntesis de sus 9 etapas. Estas cuatro fases se refieren
(aproximadamente) a cada uno de los 4 años de estudios universitarios bien
enseñados, en los que a los estudiantes se les anima a convertirse en
investigadores e innovadores, en lugar de limitarse a regurgitar hechos y teorías.

1. Dualismo
En la educación universitaria tradicional y en los estudios esotéricos y religiosos, los
estudiantes llegan, listos para sentarse en las rodillas de su profesor o gurú, y, con
ojos de asombro, esperan respuestas a los misterios (de la ciencia, el arte, o del
espíritu). Se encuentran en la primera etapa de Perry: Dualismo. Es decir, el
pensamiento es dual; sólo hay dos puntos de vista racional para una declaración:
está bien o mal. Sólo hay dos maneras de hacer algo: el camino correcto y el camino
equivocado. Sólo hay dos aspectos del juicio artístico: lo bello y lo feo. Y sólo hay
dos tipos de personas: las figuras de autoridad que conocen la verdad (como los
maestros, gurús y médicos), y otros, que no tienen nada que aportar. El estudiante
cree que el profesor conoce todas las respuestas y es quien da su veredicto sobre
lo bueno y malo, verdadero y falso, etc. Si bien los estudiantes pueden tener un
breve respiro, ya que el primer año se utiliza para consolidar sus conocimientos
previos, para el segundo año a más tardar, el sabio maestro o gurú comenzará a
desafiar las creencias y el conocimiento dualista del estudiante.

Los estudiantes esperan que se les enseñen conocimientos y habilidades que les
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darán confianza y seguridad. Esperan aprender las leyes del universo, pero
descubren que eso no es exactamente lo que van a aprender.

Un ejemplo de dualismo es el argumento central en "Language, Truth and Logic",


por el filósofo A.J. Ayer. En este libro, argumentó que todo conocimiento es
empírico. Todo lo demás –la religión, el arte– no tiene sentido. Es decir, hay dos
categorías: el conocimiento empírico y el sinsentido. La única forma de verdad, de
acuerdo con el libro, es mediante el método científico. Y todo lo demás –la teoría
literaria, la ética, el derecho– son una tontería insustancial. Sin embargo...

Si bien una primera lectura del libro nos puede dar una sensación temporal de
seguridad de que eso es evidentemente cierto, podríamos aplicar sus principios
para determinar qué material es digno de ser llamado conocimiento y qué es un
sinsentido. El lugar natural para comenzar a probar esta idea son los argumentos
del propio libro. Podemos preguntarnos, ¿en qué categoría se encuentran los
argumentos de este libro: son empíricos o no empíricos (y por tanto, sin sentido)?

¿Son empíricos? Por supuesto que no. Son filosóficos. Así que, por su propio
principio, el libro es una tontería. Y nuestra prueba dualista del conocimiento
también debe ser una tontería. Por lo tanto, tal vez existe un conocimiento que no
sea el conocimiento científico, después de todo. Lo que antes creíamos claramente
cierto, ahora creemos que es claramente falso. Estas contradicciones también se
producen en otros sistemas.

Por ejemplo, un estudiante budista puede anhelar la iluminación por encima de todo.
Pero aprende que en el budismo el apego y el deseo conducen al sufrimiento
humano. ¿Es, entonces, el deseo por la iluminación sólo otra manera de causar
sufrimiento? Estas contradicciones nos dejan confundidos, y desafían nuestro modo
de pensamiento dualista. En el Zen, esta confusión se promueve activamente con
el uso de los koans.

En el Zen hay una historia sobre un maestro llamado Dongshan Shouchu a quien
se le preguntó "¿Qué es Buda?" Como los monjes estaban hilando lino en ese
momento, les respondió: "Una madeja de lino". ¡Tal respuesta parece
completamente incongruente! Su tarea, como la nuestra, es desenredar la madeja
de lino, y comprender o trascender las contradicciones.

Cuando enfrenta contradicciones, ¿qué puede hacer un estudiante? Por supuesto,


puede rendirse y mantener la dualidad en el embotamiento de su mente.
Alternativamente, podría pasar a la segunda etapa.

2. Multiplicidad
Para ello, el estudiante debe abandonar la noción de que hay ideas correctas e
ideas equivocadas, y reconocer múltiples ideas. Además, el estudiante debe
renunciar a la idea de que los maestros y gurús son infalibles. Después de todo, si
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no hay ideas correctas, los maestros o gurús no puede saber qué está bien y qué
está mal. Dejan de ser maestros y gurús.

Esta etapa se denomina Multiplicidad. Se refiere a la creencia de que hay muchos


puntos de vista, todos igualmente válidos. Los estudiantes en esta etapa creen:

 Las ideas son múltiples, es decir, hay más que una idea válida.
 Una opinión es tan válida como cualquier otra.
 No hay unidad, sólo diversidad.

En esta etapa no hay normas. Los estudiantes están interesados en recopilar


críticas y múltiples puntos de vista, sin hacer ningún tipo de comparación. Aplican
la crítica a todo, pero sin una verdadera intención de buscar la verdad. Plantean
ideas y las apoyan para complacer a sus maestros (y obtener sus grados), sin
ningún tipo de creencia real en cualquiera de ellas. Al final, todo es una opinión. La
opinión de cada uno es tan buena y tan mala como cualquier otra. La opinión del
conserje es tan válida como la del profesor. En esta etapa, los alumnos desarrollan
una especie de liberalismo cuando asumen un hecho, una teoría o un punto de vista,
¡tan personal como elegir el sabor de un helado! Por esta razón, a esta etapa a
veces se le llama "Cornetto", o "fase de Baskin-Robbins (ambos se refieren a los
helados.) No hay verdades absolutas, por lo que no hay verdades (sólo vainilla,
fresa, y opciones infinitas, incluyendo el crujiente acaramelado).
Aquí la gente puede estar de acuerdo (y en desacuerdo) con cualquier cosa.
¡Incluso con teorías extrañas y raras! Los estudiantes están aún muy influenciados
por sus maestros y gurús. Pero aquí están cumpliendo con lo que los estudiantes
piensan que los profesores quieren de ellos. Esta es una etapa para rechazar el
dualismo y preparar al estudiante para un mayor desarrollo, ya sea en la educación
tradicional o esotérica.
En el budismo, el estudiante puede meditar sobre los pensamientos: cómo surgen,
cómo se desarrollan, y cómo se desechan. Las ideas empiezan a ser vistas no como
inherentemente existentes, sino permanentes. Esta es también la etapa de la
multiplicidad.

En la Multiplicidad (y en etapas posteriores) los estudiantes pueden ser perseguidos


por el fantasma del dualismo, en el que, si bien consideran que las ideas son
múltiples, se aferran a la esperanza de que algún día encontrarán una respuesta
verdadera.

Esta etapa hace que los estudiantes sean menos crédulos, porque han aprendido
que hay muchos puntos de vista diferentes. Sus ansias por una falsa certeza
disminuyen.

Cabe señalar que algunos tipos de relativismo moral y social son ejemplos de la
multiplicidad (no la siguiente etapa de Relativismo de Perry). En el relativismo social
o religioso, el estudiante cree que hay muchos tipos de conducta o bien, y varias
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religiones y creencias, todas igualmente dignas y verdaderas. Las creencias son


relativas a la sociedad en que vive la persona, etc. El estudiante cree que las
creencias son múltiples y ni buenas ni malas. Así que este "relativismo" es la etapa
de la multiplicidad. También hay una pluralidad de cosas y no una unidad.

El siguiente ejemplo ilustra la diferencia entre el dualismo y otras etapas.


Supongamos que un estudiante se le hace la pregunta: ¿Cuál de las siguientes es
la correcta?

1. 1+1=2
2. 1+1=10
3. 1+1=1

El dualismo puede responder a esta sencilla pregunta eligiendo la 1 como


respuesta. El estudiante más avanzado puede encontrar que la pregunta no tiene
respuesta: todas ellas son correctas.
3. Relativismo contextual
Después de la etapa Multiplicidad, donde el alumno cree que hay muchos puntos
de vista, cada uno de ellos tan bueno como el otro, comienza a aprender que, si
bien todas las teorías son iguales, algunas teorías son más iguales que otras.
Algunos puntos de vista no tienen sentido o son extremadamente débiles, mientras
que otros son más fuertes y otros más tienen una aplicación casi universal.

Perry llamó a esta tercera fase Relativismo Contextual. Las teorías y creencias no
son una mera opinión. Aunque no hay verdades absolutas, algunas ideas son
mejores que otras. Son más racionales. Tienen más alcance. Cuentan con más
sustento en la evidencia. En la etapa del relativismo los estudiantes tienen una
creencia mayor en el poder de algunas herramientas para encontrar la verdad. Por
ejemplo, la lógica, el método científico, la observación histórica, la aplicabilidad, la
estética, etc.
Son capaces de enumerar una serie de posibles respuestas a las preguntas, y
evaluarán los méritos relativos de estas. Pero aún tienden a hacer esto para
complacer a sus maestros.
4. Relativismo comprometido
A la etapa final se le llama Relativismo Comprometido. Los estudiantes se
comprometen a aprender la diversidad de opiniones y usar sus juicios y
evaluaciones para seleccionar las ideas adecuadas. Aprenden que hay muchos
recursos, pero no hay gurús. Pueden aprender de todos, pero algunas personas,
como los profesores y gurús, pueden contribuir más y ser mentores eficaces. Por
supuesto, la opinión de alguien que ha pasado años investigando un tema es más
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valiosa que la opinión de alguien que no lo ha hecho. Algunas guías son claramente
mejores que otras. Pero nada puede sustituir a la responsabilidad de decidir. Sin
embargo, para juzgar, se debe escuchar y aprender de todos los recursos
disponibles. Es decir, hay respeto por todas las teorías, pero ninguna credulidad
ingenua en alguna de ellas. La creencia es provisional, y se basa en buenas
razones, no sólo en las preferencias. Las personas en este nivel recuerdan cuando
eran dualistas, y por lo tanto muestran respeto por aquellos que todavía se
encuentran en otras etapas. En esta etapa se produce una nueva unidad.

El sacerdote escuchaba impaciente como el soldado le decía: "Padre, mentí para


dejar el partido. Irrumpí en la tienda de alimentos. Robé un poco de comida y un
guardia entró, luchamos y lo maté".
Más bien enojado el sacerdote lo interrumpió. "¡Deja la jactancia hijo, y dime algo
que hayas hecho mal!"
Así que incluso en la ética estricta, un acto que normalmente se consideraría sin
duda equivocado, no parece tan malo bajo algunas circunstancias.

A este nivel hay unidad, pero no unidad simple. El deseo por sobregeneralizar se
ve disminuido. Los principios valorados en un área no pueden ser aplicados
mecánicamente a otra. Un niño sabe que podemos lavar la ropa sucia en una
lavadora. También se pueden lavar las cortinas sucias en una lavadora. Incluso la
ropa deportiva sucia se puede lavar en la lavadora. Pero ¿qué pasa con un bebé
sucio? Incluso los niños pueden trazar una línea en la aplicación del principio de la
máquina de lavar a un bebé.
Incluso algunos poetas sueñan con el día en que podamos aplicar principios
científicos para resolver todos nuestros males. Y algunos científicos creen que los
principios éticos no tienen cabida en la ciencia.
Por ejemplo, en la teoría de la evolución, existe el principio de la "supervivencia del
más apto". Esto puede ser científicamente correcto. Es decir, correcto en el ámbito
de la ciencia. Pero aplicar este principio a la sociedad para producir una raza
superior, o para mejorar la salud de las naciones –aunque pueda (o no) ser
científicamente correcto– es, en términos de pensamiento, similar a poner al bebé
en la lavadora. Lo que a veces apropiado y correcto, a veces es inadecuado e
incorrecto. En el ámbito de la sociedad, la ética es más importante que, o tan
importante como la ciencia. En el cuarto nivel del desarrollo cognitivo, Relativismo
Comprometido, no se realiza una aplicación ciega de un principio "correcto" entre
uno y otro ámbito. Aquí la unidad es un punto de vista. Al mirar un experimento
científico podemos considerar que la ética es menos importante que el método
científico. Pero al mirar a la sociedad la ética es lo de importancia. No es
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incompatible tener en cuenta un principio correcto en un ámbito que esté


terriblemente equivocado en otro.
Más allá de estas etapas, el estudiante avanza a entender que la "verdad" y otros
conceptos existen, pero no de una manera simple. La verdad no siempre se puede
establecer o verbalizar con claridad. Sin embargo, a pesar de que hemos ido más
allá de las meras palabras, nuestra base de conocimientos es segura y racional.
Aquí podríamos hablar de manera más significativa del conocimiento como una
habilidad, y hablar de conocer (un proceso) y no de conocimiento. Si bien esto suena
místico, hay muchos ejemplos en donde podemos saber, pero no ser capaces de
articular claramente nuestro conocimiento. Por ejemplo, pocos o ninguno de
nosotros puede explicar claramente cómo nadar o cómo andar en una bicicleta. Y
las personas que tienen buena memoria para recordar facciones no pueden ser
capaces de decirnos precisamente cómo lo hacen para que podamos hacerlo
también. Sin embargo, a pesar de que claramente no se puede explicar cómo hacer
algo, podemos ser capaces de nadar, andar en bicicleta o tener una buena memoria.
Claramente podemos hacer estas cosas, aunque no las podamos explicar.

En resumen, hemos afirmado que en muchos sistemas, los estudiantes progresan


de la creencia ciega en los expertos, los hechos y teorías, a través de una etapa de
creer que todo conocimiento es igual, a los estadios donde se comparan una
multiplicidad de ideas, eligiendo las ideas que son más racionales, con mejor
soporte, etc. Tienen certeza sobre algunas cosas no porque hayan aceptado una
teoría, sino porque han evaluado las alternativas –tal vez en el proceso de la
creación de una nueva teoría propia– y han elegido la más adecuada. Y aun así,
mantienen sus mentes abiertas.

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