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UROLOGÍA FEMENINA

PROLAPSO DE ORGANOS PELVICOS


Se puede producir cuando el soporte normal de los órganos pélvicos esta crónicamente
sometido a aumentos en la presión intraabdominal o cuando un mecanismo deficiente de
soporte falla ante presiones intraabdominales normales.
CLASIFICACION DE LOS COMPONENTE DEL PROLAPSO DE ORGANOS
PELVICOS
0: No se muestra prolapso de órganos pelvicos
I: La porción más distal del prolapso está a más de 1cm por arriba del nivel del himen
II: La porción más distal del prolapso esta entre +-1cm medidos desde el nivel del himen
III: La porción más distal del prolapso está a + de 1cm por abajo del himen, pero no más de 2
cm
IV: La porción distal del prolapso está a más de 2 cm sobre el plano del himen.

CISTOCELE
Aparece cuando existe un descenso de la pared vaginal anterior. Generalmente causado por la
separación de las inserciones paravaginales de la fascia pubocervical en el arco tendineo, o
por desgarros de la fascia pubocervical, lo que provoca herniación de la vejiga.
SINTOMAS
Suelen ser mínimos a menos que la vejiga sobresalga hasta el introito o a través del mismo.
Incontinencia urinaria, síntomas miccionales irritativos (polaquiuria, urgencia y nicturia),
retención urinaria, molestias pélvicas (sensación de que algo sale por la vagina)
Se puede presentar tambien grandes cantidades de orina residual lo que lleva generalmente a
la presentación de infecciones urinarias a repetición.

DIVERTICULO URETRAL (URETROCELE)


Los prolapsos uretrales se consideran una patología relativamente infrecuente. Presentan un
patrón de edad bimodal, apareciendo en niñas prepuberales y en mujeres postmenopáusicas.
La causa podría ser congénita o adquirida.
Los prolapsos congénitos son consecuencia de una mucosa uretral excesivamente redundante
por un defecto del tejido colágeno de soporte a nivel de la submucosa.
Los prolapsos adquiridos se han relacionado con múltiples factores desencadenantes tales
como aumentos repentinos de presión abdominal (por pérdidas de adherencia entre la capa de
músculo liso longitudinal interna y circular externa), infecciones urinarias recidivantes,
traumatismos abdominopélvicos, quemaduras, malnutrición, déficits estrogénicos (mujeres
postmenopáusicas, ooforectomía, tras quimioterapia) o abusos sexuales
SINTOMAS
En niñas prepuberales los síntomas urinarios normalmente están ausentes y suelen ser
frecuentes los sangrados vaginales, motivo por el que solicitan asistencia médica. En mujeres
postmenopáusicas, en cambio, es mucho más frecuente la disuria, la urgencia y el aumento de
frecuencia miccional junto con la posibilidad de retención urinaria (grandes prolapsos que
produzcan estrangulación de la mucosa) y dispareunia. En casos de trombosis y necrosis, el
sangrado uretral y el dolor local serán los síntomas predominantes.

EXPLORACION FISICA
lesión carnosa, discretamente edematosa, con orificio central (a diferencia de la carúncula
uretral, en la que el orificio se encuentra en la zona superior)

TRATAMIENTO
NO QUIRURGICO
EJERCICIOS DE KEGEL
Pedirle a la paciente que trate de comprimir los músculos del piso pélvico como si tratara de
no orinar. Las contracciones o ejercicios de kegel deben convertirse en un hábito que se
realiza durante toda la vida. Se le pide a la paciente que efectúe una sesión de 10
contracciones musculares y cada una de ellas las sostenga durante 3 a 5 segundos y luego en
reposo durante 10 segundos. Cada serie debe repetirse 5 a 6 veces al día distribuidas en forma
equitativa.

DISPOSITIVOS MECANICOS
CONOS VAGINALES con pesos progresivos en grupos de cinco a nueve, idénticos en forma
y volumen, pero con incremento en su peso de 20 a 100 gramos cada vez. La paciente debe
contraer los músculos del peso pélvico para conservar los conos en su lugar. Los conos se
utilizan dos veces al día, cada una de 15 minutos. La mejoría se nota luego de 6 semanas.

QUIRURGICO
No debe operarse una paciente, que aún teniendo un prolapso de órganos pélvicos al examen
físico, no consulta por ello. Las pacientes en etapas I y II y que no son sintomáticas no
requieren ningún tratamiento, a excepción de los ejercicios de kegel; las pacientes en etapa II
y que son sintomáticas y las pacientes en etapa III y IV requieren tratamiento quirúrgico
adecuado.

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