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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ESTE

Tarea 4, de la Unidad IV: Ideas filosóficas.

Filosofía I

Materia

Orlyn Magdalis Abreu Regalado (2021-3590)

Estudiante

Lic. Manuel del Rosario

Facilitador

Febrero/2022
Introducción

Durante la elaboración de este documento se estará destacando las principales características


de la escuela Socrática, incluyendo a los Sofistas y la idea del Devenir y del Ser. Heráclito y
Parménides.

Al momento de la condena a muerte de Sócrates, sus discípulos fundaron escuelas filosóficas


diferentes, ninguna de ellas representa el genuino pensamiento de Sócrates sino que
desarrollan con autonomía algunos de los temas cuyo tratamiento iniciara el maestro a lo que
agregarían numerosos elementos tomados de los sofistas e incluso de los filósofos
presocráticos.

Entre todas ellas destaca la Academia de Platón, que expresa su pensamiento en boca de su
maestro Sócrates. Otras escuelas importantes fueron la escuela Cirenaica, la escuela Cínica o la
escuela de Megara.

En cuando a la idea del devenir y el ser de Heráclito y Parménides, podemos definirlas para
introducir estas ideologías; el devenir en filosofía, es la posibilidad de cambio en una cosa que
tiene ser, que existe; En cuanto al ser es la noción filosófica que designa a la naturaleza, la
materia, el mundo exterior, la realidad objetiva, a diferencia de la conciencia, el pensamiento,
las sensaciones.
Ideas Filosóficas

Las Escuelas Socráticas

En el año 399, tras la muerte de Sócrates sus discípulos deciden tomar su rumbo y algunos de
ellos fundaron escuelas filosóficas. Ninguna de ellas representaba el pensamiento de Sócrates
dichamente; sino que desarrollan con autonomía algunos de los temas cuyo tratamiento iniciara
el maestro a lo que agregarían numerosos elementos tomados de los sofistas e incluso de los
filósofos presocráticos.

La Academia de Platón.

Se desarrollan en La Academia, los aspectos científicos y psicológicos de la doctrina socrática.


Platón elabora su propia doctrina de las Ideas a partir de la búsqueda socrática de la definición
y el concepto. E inspirándose también en Pitágoras profundizará el tema del alma. Es sin lugar
a dudas la más importante de todas las escuelas, abordando una amplia gama de aspectos,
desde la psicología a la política, si bien es cierto que la finalidad de su obra es principalmente
política.

Su famosa Teoría de las Ideas, defiende la existencia de dos mundos muy distintos entre sí: el
mundo inteligible, el mundo de las ideas, el único verdadero y que solo puede conocerse a
través de la razón, y el mundo sensible, copia del primero, es el mundo físico, el de los objetos
y no es más que apariencia. A este último se accede a través de los sentidos y no es más que
una imitación de las ideas. El mundo inteligible es el único verdadero. Es mundo físico es, por
tanto, falso. Además, habla de un alma, en el que ya se encuentran contenidas las ideas, y que
tras la muerte, se separa del cuerpo y regresa al mundo inteligible, del que salió.

Su Teoría de las Ideas será de gran influencia en el cristianismo, sirviendo de base teórica al
mismo. Igualmente influye, junto a su discípulo Aristóteles en el pensamiento medieval, y en
concreto, en el pensamiento de San Agustín.

La Escuela Cínica (Escuela de Antístenes (discípulo de Gorgias y luego de Sócrates)

Antístenes Rechazó la teoría platónica de las Ideas y defendió una petica de la autosuficiencia e
independencia. Propagó también el ideal de la vida natural y el cosmopolitismo, rechazando la
existencia del estado y la familia y afirmó que para el sabio no hay patria, ni leyes, ni familia, ni
diferencias de clases.

Diógenes de Sínope fue el más claro exponente de la actitud de los cínicos: atacó los
convencionalismos sociales, buscó lo natural en la vida de los animales, los pueblos bárbaros y
fue absolutamente independiente.

La escuela cínica, con diversas idas y venidas que la llevaron en algún momento a confundirse
con el estoicismo, perduró hasta la caída del Imperio Romano.
La escuela de Megara - Euclides de Megara

Euclides de Megara fue el fundador de otra de las escuelas socráticas. Se trata de una escuela
continuadora de la filosofía eleática y va a defender la teoría de que Dios y el Bien son una y la
misma cosa, y reduce también las virtudes humanas a una, si bien se encontraban bajo
distintos nombres.

Estilpon, uno de los continuadores de Sócrates, atacó la doctrina platónica de las Ideas,
afirmando que sólo existe lo singular actual y negando la existencia de los géneros y las
especies universales. Su ética influirá en la aparición del estoicismo, puesto que aparentemente
Zenón de Citio fue discípulo suyo.

La escuela Cirene - Aristipo de Cirene

Esta escuela socrática fue fundada por Aristipo de Cirene, discípulo de Protágoras y después de
Sócrates, y afirman que todo conocimiento procede de los sentidos, siendo el sujeto el único
fundamento del mismo. Por lo tanto, el conocimiento es subjetivo, igual que la moral. Así, la
conducta humana, su moralidad, no dependerá de normas o leyes objetivas, sino en la
búsqueda de sensaciones positivas o placenteras (hedonismo) para cada individuo. Como su
primer maestro, defendía un relativismo moral, que el segundo negaría, en favor de un
intelectualismo moral.

Esta escuela se caracterizó por la ideología de que no hay más fuente de conocimiento que la
sensación y ésta solo posee un valor subjetivo (relativismo de Protágoras). La sensación es
pues, la única guía del hombre. El fin de toda moral es el de buscar sensaciones agradables,
actuales y principalmente corporales. La razón, sin embargo (y aquí se observa el sello de
Sócrates) debe dirigir al hombre en la elección de tales placeres. Por su rechazo a todo tipo de
convencionalismo social, la escuela de Cirene está bastante cerca de la escuela cínica.

La idea del Devenir y del Ser. Heráclito y Parménides.

El sentido del ser emerge en el contraste entre el ser y la nada. Nuestro protagonista se remite
a la oposición suprema o por antonomasia, aquella en la que los dos opuestos nada tienen en
común. La absoluta nada, el absoluto no-ser no encuentra un lugar dentro de los límites del
Todo, del Ser. Parménides permite a la filosofía pensar aquello que al mito no le había sido
posible: el criterio sobre cuya base se excluye irrevocablemente que más allá de los límites del
Todo haya algo. Más allá del Todo nada existe, porque el Todo es el Ser, y más allá del Ser no
hay nada; al contrario que Parménides, que pensaba que el Ser es uno e indivisible, Heráclito
pone su atención sobre el carácter asombroso de la realidad en lo que a su diversidad se
refiere. El fluir continuo de todo lo concreto y el cambio constante son condiciones
fundamentales de la experiencia sensible humana. Ahora bien, esta aparente discordancia que
se nos da ante nosotros incansablemente, este contraste que nos causa desazón, trae a la vez
un principio de concordancia y unidad entre todo lo existente. Como Heráclito asegura en el
fragmento 51, “los hombres ignoran que lo divergente está de acuerdo consigo mismo. Es una
armonía de tensiones opuestas, como la del arco y la lira”.
Nos topamos así en Parménides con un llamativo reparo hacia la noción de devenir. En el
mismo momento en que el sentido del Ser sale a la luz, aparece a la vez la necesidad, la
Verdad. Todo aquel que preste sus oídos generosamente a la Verdad, sabrá de modo inmediato
que el Ser es y que además se hace imposible que no sea. Si nos atrevemos a decir del Ser que
no es, se afirma a la vez con ello que el Ser es no-ser: un absurdo que la misma Verdad
prohíbe mencionar. Parménides explica que aquella vía “que afirma que el Ser es y el No-Ser no
es, significa la vía de la persuasión, puesto que acompaña a la Verdad”.

El aparente devenir de la naturaleza solo responde a opiniones desencaminadas de los


humanos. Parménides asegura, abriendo un debate que Sartre recogerá decenas de siglos más
tarde al hilo del problema de la libertad, que la existencia de lo múltiple o del devenir ha de ser
negada, en tanto que implica la identificación del ser y de la nada. Es la engañosa opinión la
que nos sugiere que todo se crea y desaparece, pero el Ser es increado, imperecedero, inmóvil
e ilimitado. En frase célebre de Parménides, “todo está lleno de Ser”. Las palabras “nacer” y
“perecer” solo adquieren sentido en el lenguaje humano.
Conclusión

Podemos llegar a la conclusión de las escuelas socráticas fueron creadas por los discípulos de
Sócrates y cada una de estas tenían su propio pensar y filosofar; partiendo del pensar de
Sócrates pero cada escuela poseía su propia ideología, algunas diferían en sus pensares y todas
tenían ideologías diferentes.

Heráclito afirmaba que todo cambia, que el universo permanecía en constante movimiento, que
este era dinámico; por el contrario Parménides refutaba este pensar, ya que este creía que esto
era imposible; cabe destacar que los griegos utilizaban la misma palabra definir cambio o
movimiento, para ellos esos dos términos significaban lo mismo.

Heráclito aseguraba que el conocimiento no era posible; ya que el ser estaba siendo sometido a
diferentes cambios constantemente, en cambio Parménides creía que el movimiento y el cambio
eran imposible debido que este afirmaba “El ser, es y el no-ser, no es”

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