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χάος, (khaos), traducido como caos que se utilizaba, antes el inicio del periodo presocrático, para denominar al abismo oscuro,
tenebroso y sin forma que habitaba en el universo antes de la creación del mundo la cual tenía también una asignación divina sin culto ni
personalidad, pero a la que se le adjudico la descendencia de Nyx, diosa de la noche y Erebo, dios de las tinieblas.
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Cosmos, proveniente de la palabra griega κόσμος (kósmos), cuya traducción podría leerse como orden, belleza, ornato, estética. Con
esta palabra los filósofos presocráticos denominaron al universo, considerado como un sistema complejo y ordenado el cual podían
apreciar al observar la belleza del cielo. Asociaban a las estrellas errantes con dioses, lo cual al día de hoy podemos apreciar en los
nombres de los planetas. Este κόσμος era totalmente opuesto al caos. Χάος.
Mientras que los milesios intentaron clasificar al origen dentro de un acontecimiento
singular, con un único origen, otros como Empédocles, con su teoría de los cuatro
elementos para el origen del cosmos o Anaxágoras con su teoría que afirmaba que todas
las cosas estarían conformadas por partículas elementales, denominadas “spermata”,
(semillas); recurrían a la pluralidad de acontecimientos y elementos. Así varios filósofos se
dedicaron al estudio de la materia y a tratar de resolver el problema de la causa motriz.
Respecto a que se gana o que se pierde:
Pienso que los dioses fueron concebidos por los hombres frente a la necesidad de
comunicar, de expresar, de impartir o justificar eventos de la naturaleza de los cuales no se
poseían conocimientos y estos fueron transmitidos culturalmente. La religión era
indiscutible, era siempre la última palabra, iba más allá de la comprensión humana. El
hombre perdió, en cuanto a que perdió las creencias religiosas tradicionales, perdió la
cultura, perdió ese hilo conector con su historia mitológica y su sociedad. Los filósofos no
apelaban a los dioses ni a sus genealogías, negando a la existencia de los dioses o
dejándola como irrelevante. Los filósofos que reconstruían mitos como explicación
argumentativa de sus teorías e invocaban alguna divinidad, como Platón, lo hicieron de
manera teológica, claramente distante a la de los creyentes.
En cuanto a lo que se ganó con este pensamiento argumentativo, diría que se ganó la
libertad de poder pensar e inteligir, es decir de poder plantearse e investigar con
respecto a todo lo que nos rodea, poder discernir lo que es de lo que no es, discernir la
verdad de los argumentos, la capacidad de hacernos preguntas cada vez más complejas y
ampliar nuestro nivel de conocimientos sobre los acontecimientos y de cómo reaccionar
frente a ellos, dejando de ser indolentes ante un supuesto fatídico desciño impartido por un
ser superior.
Platón parte de la pregunta ¿Qué es?, originando un nuevo método que promueve el
razonamiento, la búsqueda de argumentos, conceptos, etc., denominado luego como
dialogo filosófico. En caso de que dicha pregunta obtenga algún tipo de respuestas, se la
pasa a considerar una idea.
Con su teoría de las ideas, va a tratar de explicar cómo las realidades son captadas por el
pensamiento, como la multiplicidad que es objeto de sensaciones múltiples, puede ser
captada en una unidad, y esa unidad es la ἰδέα -idea.
Las ideas poseen una función conceptual, describe algo que es y una realidad
ontológica, que describe qué es. Esto se relaciona a la teoría del ser de Parménides de
Elea, pero Platón va a sumarle la noción causal de las cosas. Una de las propiedades
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αλήθεια (alētheia) vocablo de origen griego traducido como verdad, α= sin, λήθεια=ocultar. Lo que refiere a un desocultamiento o
develamiento del ser. El Lethes era el río, que según la mitología, los hombres al morir debían atravesar y en ese acto perdían sus
memorias. Con la aletheia se buscaba descubrir lo que había quedado cubierto, quitando el velo.
principales de la forma, es que no solo es un concepto, sino que es una realidad que
causa un atributo a quien la posee. La forma será lo verdadero, lo que permanece en los
diferentes.
Platón en el Fenón, un escrito ficticio, a través del diálogo del personaje Sócrates,
indica que podría evidenciarse algo de lo real, de las cosas existentes, desde la
participación del ser, dejando de lado las "perturbaciones" que puede ocasionar los
sentidos del cuerpo. Dirá que el saber se adquiere desde el alma y no desde los sentidos,
calificando al alma como algo eterno que aprehende la verdad y que se puede separar del
cuerpo cuando la divinidad así disponga. No será hasta después de la muerte, donde el
filosofo podrá desprenderse de la insensatez del cuerpo que no nos permite contemplar la
verdad, que podremos conocer todo lo puro y verdadero. Indicando que el resto de los
humanos, no filósofos, solo encuentran el placer de las cosas que están unidas al cuerpo.
Este conocimiento aprehendido por el alma inmortal mediante el dialogo filosófico,
pasará a nuestra próxima vida o reencarnación, por medio de los recuerdos. Es decir,
Platón en su teoría de la reminiscencia coloca un mito, donde dice que el conocer es
recordar lo que el alma ha aprendido antes, como una propuesta divina y fantasiosa, de
una teoría del conocimiento.
Bibliografía:
Aristoteles. (1980). Metafísica, por Valentín García Yebra, ed. Trilingüe, Editorial Gredos,
Madrid. España.
Burkert W. (2007). Religión griega, arcaica y clásica. Abada editores, Madrid. España.
Heráclito, Fragmentos.
Platón. (1987) Diálogos II, Gorgias, Menéxeno, Eutidemo, Menón, Crátilo. Editorial
Gredos, Madrid, España.
Platón. (1986) Diálogos III, Fedón, Banquete, Fedro. Editorial Gredos, Madrid, España.