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Asignatura:

Filosofía 1

Profesor:
Manuel Del Rosario

Nombre:
Franklin Demanche Delizon

Sección:
Hum- 070-10

Matricula:
2019-0831
INTRODUCCION

En este tema vamos a hablar de la escuela socrática, la cual surgió


a partir de la muerte de Sócrates que, si bien no llegó a fundar su
propia escuela, su filosofía dio lugar a la formación de distintas
escuelas, y cada una de ellas, recogían diferentes teorías del
maestro. Sin escribir nada, el griego deja un legado de valor
incalculable a la cultura occidental. Con el diálogo como método
de enseñanza, Sócrates compartió su sabiduría con todo aquel que
quisiera escucharle.

Sin formar una escuela en el sentido propio de la palabra, dio origen


a escuelas múltiples y muy diferentes entre sí, en relación con la
manera de apreciar la enseñanza del maestro, y en relación también
con el carácter y circunstancias especiales de sus oyentes. Algunos
de estos eran de avanzada edad, y vinieron a su escuela con
opiniones y convicciones científicas formadas ya de antemano,
como Cherefón, Antístenes y Gritón
ESCUELA SOCRATICA

A la muerte de Sócrates sus discípulos se dispersaron y algunos de


ellos fundaron escuelas filosóficas. Ninguna de ellas representa el
genuino pensamiento de Sócrates, sino que desarrollan con
autonomía algunos de los temas cuyo tratamiento iniciara el
maestro a lo que agregarían numerosos elementos tomados de los
sofistas e incluso de los filósofos presocráticos.

No obstante, es preciso añadir que ninguna de las escuelas que se


fundaron con el paso de los años, reflejan ni representan el genuino
pensamiento de Sócrates, pues desarrollan algunos de los temas
tratados por este maestro con suma independencia, momento en el
que llegan a añadir un número indeterminado de aspectos y
elementos de otras corrientes, entre ellas los propios presocráticos
o los sofistas.

Está centrada en Sócrates y su enseñanza oral. Al morir deja una


doble línea de pensamiento, las escuelas socráticas menores y
mayores.

Sócrates: Como no dejo nada escrito y por qué sus alumnos le


atribuían todos sus aportes a él, que en algunos casos se
contradecían, se hizo imposible saber exactamente su figura
histórica. Se centra en la naturaleza y realidad del hombre, por su
esencia. El hombre es su alma, ya que esta le diferencia de las otras
cosas. Entiende por alma la razón y la sede de actividad pensante y
ético. El alma es la personalidad intelectual y moral.

El método socrático podría comenzar con una pregunta del


interrogador, por ejemplo «¿Qué es la Justicia?». Entonces el que
responde da su definición concebida. Seguidamente el interrogador
realiza una o más preguntas que llevan al que responde a decir algo
contradictorio con su primera respuesta.
LOS SOFISTAS

A mediados del siglo V a.C Atenas está en la cumbre de su vida


artística: Ictinus y Calícrates diseñan y construyen el Partenón.
Fidias esculpe sus frisos. Píndaro escribe sus últimas odas. Sócrates
presenta Antígona y Edipo Rey. Atenas, además, ha llegado al
máximo de su democracia: se gobierna a sí misma en asamblea de
todos sus ciudadanos varones adultos; cualquiera puede ser electo
para cualquier posición; Pericles ha introducido el pago a los
jurados para que los pobres puedan ocupar esos puestos; hay
puestos públicos a los que no se llega por elección sino por sorteo.

Los sofistas eran viajeros, conocían diferentes culturas, totalmente


distintas a la griega. Por eso se plantearon problemas referidos a las
costumbres y las leyes. ¿Son las costumbres y leyes un simple
acuerdo, una convención, o son naturales? Así surgió la idea de
relativismo. La verdad era lo que opinase la mayoría, por lo que
pasaron de enseñar "sabiduría" a oratoria. La opinión como criterio
de verdad, ya que afirmaban que la verdad objetiva no existía,
postura criticada por contemporáneos como Sócrates.

Entre los sofistas se destacaron ciertos personajes como Protágoras


y Gorgias considerados como los padres del relativismo y
escepticismo:

Protágoras (485-411 a. C) apareció en el diálogo Teeteto de


Platón, donde se menciona la frase "El hombre es la medida de
todas las cosas, de las que son en cuanto que son y de las que no
son en cuanto que no son". Tal expresión habla de que la ley
(nomos) es una convención y por esto puede ser cambiada según el
interés de cada comunidad humana, mencionando que los únicos
jueces en los que hay que creer son los hombres por mayoría.

Gorgias (483-375 a. C) fue un defensor del escepticismo


totalmente. Este escribió sobre la naturaleza o el no ser,
mencionando tres frases: "Nada existe", "Si existiese no se podría
conocer" y "Si se pudiese conocer no se podría comunicar". Las
mismas se convirtieron en un ataque directo para Parménides de
Elea, como el "Nada existe" contra "El ser es y no puede no ser".
LA IDEA DEL DEVENIR
El concepto de devenir tiene distintas acepciones. En primer lugar,
es sinónimo de convertirse en algo o llegar a ser y se utiliza como
un cultismo. Por otro lado, devenir equivale a suceder o acontecer
y tiene relación con el paso del tiempo y sus consecuencias.
La idea de devenir alude al proceso por el cual algo se convierte en
otra cosa. En este sentido, en metafísica lo que no cambia es
conocido como el ser y, en contraposición, existe lo cambiante, es
decir, lo que deviene en otra cosa. Esto implica que el devenir como
idea expresa las distintas formas de llegar a ser algo.
En filosofía se habla del problema del devenir, lo que equivale al
problema del cambio. En otras palabras, desde la filosofía se ha
buscado una explicación que permita comprender por qué las cosas
cambian, lo que en ocasiones ha sido llamado como principio del
cambio.
Los filósofos jonios consideraban que había que comprender lo que
permanece dentro de lo que está cambiando, de lo que deviene. Los
pitagóricos entendieron que lo cambiante y lo diverso del devenir
es expresable a través de las matemáticas. Heráclito identificaba la
realidad con el devenir, puesto que todo cambia y nada permanece.
En cambio, Parménides decía que el cambio es aparente, ya que la
idea de ser implica racionalmente la ausencia de cambio (si algo
deja de ser lógicamente no es y lo que no es carece de sentido). El
problema del devenir como cuestión filosófica ha recorrido la
historia del pensamiento desde los griegos hasta el presente.
En la actualidad el problema del devenir continúa debatiéndose.
Hay filósofos que sostienen que comprender el devenir equivale a
entender la propia vida. En este sentido, todo lo humano se
transforma y cambia, lo que significa que todo está sujeto al
devenir: la existencia humana, la historia, el lenguaje, la cultura o
las ideas.
HERÁCLITO
Este filósofo presocrático afirmaba que el fundamento de todo está
en el cambio incesante.
El ente deviene y las cosas se transforman en un proceso continuo
de nacimiento y destrucción que afecta a objetos, animales y seres
humanos. “Todo fluye, somos y no somos”, era el lema básico de
Heráclito de Éfeso, también conocido como Heráclito el “Oscuro”.
El pensador griego creía que el mundo experimenta un proceso de
continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. Dentro del
cambio incesante de las cosas, Heráclito postula que existe una
unidad o principio eterno encarnado por el fuego. Pero esta llama
crepitante es una metáfora que se refiere al movimiento y cambio
constante en el que se encuentra sumido el ser humano y el mundo.
Estilo críptico. Sus ideas reproducen la ambigüedad y la confusión
de la realidad. Diógenes Laercio le atribuyó un libro titulado Sobre
la naturaleza, que estaba estructurado en tres partes: Cosmológica,
Política y Teológica, pero apenas aporta unos fragmentos del
pensamiento perdido del filósofo griego. Algunas de sus geniales
sentencias han llegado a nuestros días a través de escritores griegos
y romanos posteriores. ¿Realmente conocemos cuál era el mundo
interior de ese personaje al que los antiguos llamaron el “Oscuro"?
Al menos tenemos la esencia de su pensamiento. “Todo cambia y
todo pasa”, lo que nos recuerda vagamente el famoso poema de
Antonio Machado. Todo ese fluir está regido por una ley que el
pensador denominaba “logos”, que no sólo rige el devenir del
mundo, sino que nos indica el camino a seguir, aunque la mayoría
de nosotros “no sabemos escuchar ni hablar”.
El lamento de Heráclito. Según este pensador, la mayoría de las
personas vivía relegada a su propio mundo, ajena a la realidad del
cambio continuo, del fluir constante de las cosas y de ellos mismos.
Los hombres, sordos y ciegos, se olvidaban de su condición de
mortales. Heráclito no despreciaba el uso de los sentidos. De hecho,
los consideraba indispensables para comprender la realidad.
PARMÉNIDES
Mantenía que los fenómenos de la naturaleza son sólo aparentes y
debidos, en esencia, al error humano; parecen existir, pero no
tienen entidad real.
Sostenía también que la realidad, “Ser verdadero”, no es conocida
por los sentidos, sino que sólo se puede encontrar en la razón. Esta
creencia le convirtió en un precursor del idealismo de Platón.
La teoría de Parménides de que el ser no puede originarse del no
ser, y que el ser ni surge ni desaparece, fue aplicada a la materia
por sus sucesores Empédocles y Demócrito, que a su vez la
convirtieron en el fundamento de su explicación materialista del
Universo.
La importancia filosófica de Parménides es enorme. El
descubrimiento del ser como objetivo fundamental del
pensamiento marca un hito en la historia, inaugura una nueva
manera de filosofar. Según Ferrater Mora, la filosofía de
Parménides representa “una de las pocas posiciones metafísicas
radicales que se han dado en la historia del pensamiento filosófico
de Occidente”.
Por otra parte, la obra de Parménides divide la filosofía de la
naturaleza presocrática en dos períodos bien definidos: el de los
sistemas monistas anteriores a él, y el de los sistemas pluralistas
posteriores a él.
Se suele presentar la filosofía de Parménides en oposición a la de
Heráclito: para éste, todo fluye, todo está en movimiento
permanente, de modo que, parafraseando su conocido fragmento,
nadie puede bañarse dos veces en el mismo río; para Parménides,
por el contrario, todo está en reposo, el ser es inmóvil e inmutable.
Ambos, sin embargo, coinciden, en que la razón, y no los sentidos,
es la fuente del conocimiento verdadero.
CONCLUSION

Según todo lo trabajado podemos ver las principales características


de la escuela Socrática, la cual no fue fundada por Sócrates, sino
por sus seguidores, incluyendo a los Sofistas quienes son los padres
del relativismo y escepticismo, la idea del Devenir que alude al
proceso por el cual algo se convierte en otra cosa y el Ser Heráclito
que afirmaba que el fundamento de todo está en el cambio
incesante y Parménides que según su teoría el ser no puede
originarse del no ser, y que el ser ni surge ni desaparece.

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