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La flexibilización de la capacidad del Hospital de la

Costa del Sol

El Hospital Comarcal de la Costa del Sol se encuentra enclavado en el término


municipal de Marbella (sur de España), y presta servicio a toda la zona
costera circundante en un radio de aproximadamente 50 km. Como enclave
turístico de primera magnitud, los municipios a los que cubre el citado hospital
sufren de enormes picos y valles de población residente a lo largo del año.
Durante el verano, la cifra de residentes puede llegar a multiplicar muchas
veces la de invierno, e Incluso en este periodo podríamos distinguir entre la
temporada alta y la baja del golf, con nuevos picos de demanda en Navidades
y Semana Santa.

Estas profundas oscilaciones hacen que la capacidad del hospital deba ser
muy elástica" pues en verano sus instalaciones podrían llegar a saturarse
mientras que en invierno los costos de mantenimiento de una gran parte de
habitaciones desocupadas podrían desbordar las posibilidades económicas del
complejo.

En cualquier caso, y como servicio público que es, el hospital siempre ha de


garantizar sus servicios al nivel que la presencia de residentes no oriundos de
la zona exija a lo largo de todo el año. Por esta razón las instalaciones (y
particularmente el edificio) fueron diseñadas para albergar al mayor número
previsible de enfermos. Pero ello no significa que esa capacidad haya de estar
disponible durante todo el año, sino posiblemente durante los meses
veraniegos y otros periodos vacacionales.

La solución que la actual dirección del centro ha decidido aplicar es poco


habitual para este tipo de servicios públicos, y permite optimizar la capacidad
del hospital a lo largo de todo el año. Se trata de mantener una buena parte
del edificio en constante funcionamiento, pero dejando otra reservada tan sólo
para aquellas temporadas en que la demanda así lo aconseje. Cuando llega el
verano, por ejemplo, la dirección del hospital contrata a proveedores externos
el suministro de mobiliario y material sanitario para abastecer a esas
habitaciones, según el número de ellas que hayan de entrar en
funcionamiento en relación con la época del año. En cuanto la demanda
comienza a disminuir, el proveedor ha de ir retirando los elementos no
consumibles y los almacena para cuando sean de nuevo requeridos.

La respuesta dada al problema de la estacionalidad permite al hospital


disponer de la capacidad suficiente para atender a los picos de demanda, sin
por ello sobrecargarse con el costo que supondría mantener abiertas unas
determinadas zonas del edificio durante el resto del año. El proveedor disfruta
de unos ingresos por alquiler de equipo y suministro de material sanitario que
le permiten amortizar en poco tiempo el material adquirido y los costos de
almacenaje. La población puede estar segura de que, sea el momento del año
que sea, el hospital (uno de los mejor valorados de toda España en términos
de satisfacción de los clientes) va a poder atenderlos en las mejores
condiciones.

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