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Estudio de Campo de las Bibliotecas Escolares en España, realizado por la Fundación Germán Sánchez
Ruipérez y el Instituo Idea. Disponible en línea.
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La biblioteca escolar tiene una serie de funciones bien conocidas que la distinguen
del resto de bibliotecas a las que los ciudadanos pueden acceder. Estos objetivos
fueron señalados en el manifiesto de la UNESCO a favor de la biblioteca escolar:
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 79
1.3.1. La biblioteca escolar debe prestar su apoyo a todas las áreas del currículo
Esto se traduce en la existencia de documentos que posibiliten la consulta de fuentes
diversas ya que el docente y el libro de texto no pueden ser los únicos vehículos de
transmisión de información. Por tanto, los documentos a disposición de los alumnos
en la biblioteca escolar, para cumplir con este objetivo general, deben:
1.3.3. La biblioteca escolar debe facilitar el encuentro con la lectura y las obras
de creación humanas
Desarrollar el gusto estético, las habilidades necesarias para leer de forma compren-
siva, expresarse correctamente, producir escritos de calidad, son competencia de
todas las áreas y deben ser reforzadas en y desde la biblioteca escolar. De este modo,
es posible para un alumno recibir asesoramiento sobre lecturas, autores, novedades
en la biblioteca, formar parte de grupos de lectores que puedan compartir y difundir
lecturas, acudir a presentaciones de libros y novedades... El servicio de préstamo de
documentos facilita todas estas funciones y la biblioteca podrá contribuir a la forma-
ción del lector.
Los estándares y pautas nos dan orientaciones que nos permiten evaluar las caracte-
rísticas más apropiadas para llevar a cabo las funciones propias de una biblioteca
escolar. Para evaluar una colección, es necesario utilizar una serie de criterios:
estado y para cumplir con sus objetivos, será necesaria la revisión contínua de
los fondos.
b) Volúmenes por alumno. En este punto, los estándares se aproximan entre los
10 que propone la IFLA o los 12 que propone el Documento marco del Minis-
terio2. Se determina, lógicamente, dividiendo el número total de documentos
disponibles en el centro escolar entre el número de alumnos de ese mismo
centro.
c) Cantidad. Los estándares de cantidad se refieren al número de documentos
mínimo que debe haber en una biblioteca escolar para poder cumplir de modo
adecuado con sus objetivos. Sirve especialmente en los centros pequeños, en
los que aplicar un número de volúmenes por alumno resultaría insuficiente
para garantizar la variedad y suficiencia de la colección. La IFLA fija el nú-
mero mínimo en 2.500 volúmenes.
En todo caso, el objetivo no debe ser alcanzar un gran número de volúmenes, sino
conseguir que la colección esté equilibrada en su oferta de libros de ficción y de
información y, dentro de estos, que cubran de forma adecuada todas las áreas
curriculares. El equipo de la biblioteca, formado por profesorado de los diversos
ciclos, departamentos y materias, deberá de colaborar o pedir asesoramiento para
lograr este objetivo.
1. «La colección inicial debería contar con 12 volúmenes por alumno, incluyen-
do libros de ficción, materiales audiovisuales, obras de referencia, publica-
2
Ver nota nº 3.
3
Documento marco: La biblioteca escolar en el contexto de la Reforma Educativa (1995). Madrid, Ministerio
de Educación y Ciencia. (Colección Educar en una Sociedad de Información. Serie Monografías, nº 1). Tam-
bién disponible en La mejor colección (ver bibliografía).
82 CRISTINA AMEIJEIRAS SÁIZ
4
En línea: Pertenece a la Serie Azul de Blitz publicado por el Gobierno de Navarra.
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 83
– Atender todas las necesidades del currículum, y las diversas formas de apren-
dizaje del alumnado.
– Tener buena calidad tanto en contenidos como en presentación
– Atender las solicitudes del equipo directivo, otros profesores, padres y estu-
diantes.
– Estar adaptados, en la medida de lo posible, a las edades, ámbito geográfico y
social, niveles y estilos de aprendizaje de los estudiantes.
– Contemplar diversidad de intereses lectores, habilidades y niveles de desarro-
llo de los estudiantes en el uso de la biblioteca escolar.
– Ser relevantes para los estudiantes, es decir, deben reflejar la sociedad actual,
abordar los problemas, actitudes e ideales de la sociedad en su conjunto, com-
prender la pluralidad de la sociedad y la importancia de la contribución a la
evolución de las civilizaciones por parte de las mujeres y de los grupos étnicos
minoritarios.
– Ofrecer calidad literaria
– Integrar materiales atractivos y duraderos: el formato debe ser lo bastante re-
sistente como para soportar un uso intensivo
– Actualidad y relevancia de la información
– Incluir recursos de relevancia histórica, artística y literaria. Esto incluye las
colecciones de recursos de acceso remoto.
5
Muchos de estos documentos también están ya disponibles en Internet, pero tal vez el centro pueda recopilar
entre los alumnos colecciones de este tipo. Un ejemplo en Internet sobre Vigo: http://www.vigoenfotos.com
h_postales_ah_1.html. Otro ejemplo: la empresa Foto Blanco tiene una buena colección de postales antiguas
sobre la ciudad de A Coruña:
http://www.fotos-coruna.com/fotos-antiguas-coruna/1-5-5-2.htm.
6
Por ejemplo, pueden adquirirse maquetas en papel de edificios de todos los países del mundo en: http://
papel3d.com/tienda/arquitectura-mundo-espa%C3%B1a-c-79_80.html (a buenos precios)
7
Si deseas ampliar información sobre este recurso didáctico (realización, búsquedas de webquest existentes
realizadas por profesores, puedes consultar el siguiente tutorial de Manuel Area Moreira: http://webpages.ull.es/
users/manarea/udtic/3actividades.htm [revisado: 5-8-2007]
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 85
Las obras que proporcionan información directa más importantes y conocidas son:
Entre los libros merecen destacarse, además de las obras de consulta o referencia los
libros de lectura para las distintas edades, de información en general, etc.
a) Libros para que niñas y niños los manipulen libremente. Aquí están inclui-
dos los libros sorpresa con desplegables, ventanas, solapas manipulables... y
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los libros en los que las ilustraciones tienen gran importancia. Deben reunir
una serie de características físicas y de contenido:
– Ser resistentes y atractivos.
– Tener cubiertas y hojas gruesas y redondeadas en las esquinas para evitar
cortes.
– No ser excesivamente gruesos o grandes para facilitar su manipulación y
colocación en los expositores de la biblioteca.
– Variedad de propuestas. Los niños pequeños aprecian los libros por sus
colores vivos o suaves, escuchan las narraciones de los mayores, la lectura
de rimas, manipulan los libros que incorporan sonidos, aprenden a manejar
los libros pasando las páginas, interpretando sus imágenes...;
– El libro como objeto afectivo: primera aproximación de orden físico: im-
porta tocar, oler, manipular, disfrutar de cuentos que incluyen texturas dife-
rentes;
– El color es muy importante. Puede ser el protagonista de la historia, puede
reforzar o apoyar el texto, sirve para identificar en una nueva página a los
personajes ya conocidos...
– Los primeros libros para los pequeños deberían representar objetos o perso-
najes completos, que resaltaran del fondo, con líneas definidas y sin que
haya un exceso de figuras o personajes.
– El texto, cuando existe, se limita a unas cuantas palabras. Se acostumbrarán
a que es el texto el que nos trasmite la información principal.
– Es importante seleccionar diferentes tipos de ilustración siempre que man-
tengan un alto nivel de calidad.
8
Citado en MOLINA, S. (1991) Psicopedagogía de la lectura. Madrid, CEPE.
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 87
más lejos de su alcance. La temática puede ser variada: por una parte, adivi-
nanzas, poesía, cuentos, por otra: naturaleza, vida en común, arte, costum-
bres... Según Richaudeau9, las obras que han sido concebidas para ser escu-
chadas deben reunir una serie de características:
– Que el texto (o la imagen) sea lo más significativo posible para el receptor.
– Que la longitud de la frase esté adaptada al nivel cultural del receptor.
– Que los términos más importantes se encuentren al comienzo de cada frase.
– No existan pantallas lingüísticas (fórmulas intercaladas), a no ser que sean
breves.
– No empleen por sistema la repetición y la redundancia, habida cuenta del
rápido deterioro de nuestros recuerdos inmediatos.
Las obras de ficción12: cuentos, novelas, relatos, leyendas, poesía, teatro, comic,
etc. ya sean clásicos, populares o modernos. No es fácil seleccionar obras literarias
para niños y jóvenes y acertar siempre. Los criterios de selección no son tan claros
como para otros tipos de documento, que se ajustan más a ciertos esquemas. Formar
el gusto estético, diversificar los temas pensando en la colección de la biblioteca
escolar, debería de ser tarea de equipo. Contrastar ideas, opiniones, participar en
debates sobre textos literarios, es esencial para fomentar ambas cosas.
A pesar de todo lo dicho, debemos atender a una serie de criterios objetivos:
9
RICHAUDEAU, F. (1980) Les Sciences de l’écrit (Reliure inconnue), citado en: MOLINA, S. (1981). Ver
bibliografía.
10
Puede verse una selección comentada de ellos en la página web de Luis Daniel González, autor de «Guía de
clásicos de la Literatura Infantil y juvenil» y «Bienvenidos a la Fiesta» http://www.bienvenidosalafiesta.com/
11
Por ejemplo, las obras del gran ilustrador Roberto Innocenti, ganador del Premio Andersen 2008: http://
www.bienvenidosalafiesta.com/index.php?mod=Indices&acc=VerFicha&autId=00000001C1
Algunas de sus obras: «La historia de Erika» o «Rosa Blanca». Por cierto que la primera de las obras citadas
sirve también para ilustrar una webquest sobre el Holocausto. Se puede ver en: http://www.fornies.net/interpeques/
trabajos/webquestholocausto/holocausto0.htm
12
Ver tema correspondiente dedicado a la literatura infantil y juvenil.
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Libros de conocimientos15
(Libros documentales, monografías, ensayos, etc.). Tratan de presentar la informa-
ción de forma objetiva. Contribuyen a la difusión del conocimiento en los diversos
ámbitos del saber. Se complementan frecuentemente con índices, glosarios, crono-
logías, textos más amplios que amplían informaciones. En general, son el tipo de
texto más parecido visual y organizativamente a los documentos web. Abarcan tan-
tos temas diferentes que su presencia y utilización en la biblioteca escolar es obliga-
da tanto para aquellos que amplían o refuerzan la información sobre aspectos
curriculares, como también los que pretenden estimular la curiosidad del lector so-
bre los temas más variados (inventos, deportes, los barcos, los edificios antiguos por
dentro, animales prehistóricos, etc.).
Publicaciones periódicas
Son aquellas que aparecen regularmente, normalmente a períodos de tiempo fijos:
diarios, periódicos o revistas. No son muy numerosas para el público infantil y juve-
nil, pero las hay para todas las edades y pueden encontrase, además de las de infor-
mación general, otras especializadas en temas diversos: naturaleza, música, moda,
13
Véase: MORA VILLAREJO, Luisa. Selección de fondos: libros de ficción. En: La biblioteca escolar, dere-
cho irrenunciable (Ver bibliografía). Por cierto que, a propósito de la necesidad de leer mucho, dice la autora en
este texto: «Más o menos después de analizar un centenar de lecturas comienza a desarrollarse el olfato que
ayuda a valorar el conjunto de libros y a predecir, dentro de cierto margen, la calidad de cada uno».
14
Por ejemplo, Emigrantes, de Shaun Tau, o Yossel de Joe Kubert, dos destacadas novelas gráficas, o Barrio
Lejano, dentro de la estética manga, de Jiro Taniguchi; muy detalladas en su descripción del mundo antiguo,
como las obras protagonizadas por el personaje Álix, de Jacques Martin, otras que contemplan temas relaciona-
dos con el terrorismo, como Sin la sombra de las Torres, de Art Spiegelman; la guerra y sus efectos, en obras
como Maus, de Art Spiegelman o Hiroshima, de Keiji Nakazawa (ver: http://www.guiadelcomic.com/comics/
hiroshima.htm) o las relacionadas con la Guerra de los Balcanes de autores como Hermann, Tomaz Lavric, Joe
Sacco o Alek Sandar Zograf).
15
Véase tema dedicado a los libros de información y conocimientos, de Luisa Mora Villarejo.
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 89
Otros materiales
Junto a los documentos elaborados en la propia biblioteca, puede ser de gran utilidad
centralizar en la biblioteca escolar los materiales elaborados por los profesores o
alumnos en diferentes soportes. Los recortes, folletos y catálogos también pueden
formar parte de la colección, así como maquetas y reproducciones, globos terráqueos,
16
Pueden encontrarse muchísimas recopilatorios en Internet. Ejemplos: enlaces a diarios de todo el mundo:
http://www.prensaescrita.com/ Todos los diarios de Galicia: http://www.prensaescrita.com/galicia.php
17
Muchas publicaciones en papel se pueden también consultar electrónicamente. Puede verse un listado en:
http://www.fuhem.es/portal/areas/paz/EDUCA/mmccedu.htm o también en: http://semilla-cultural.iespana.es/
revistas/index.htm (revisados: 11-08-07)
18
Véase, por ejemplo, http://www.revistaeducacion.mec.es/enlaces.htm
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19
Por citar sólo un ejemplo de los muchos que hay, véase el banco de imágenes del Ministerio de Educación,
organizado por temas relacionados con las áreas y materias del currículum escolar:
http://recursos.cnice.mec.es/bancoimagenes2/buscador/index.php
20
Por ejemplo: Archive’s Moving Images, donde se pueden encontrar una gran cantidad de películas, archivos
de imágenes animadas y videos http://www.archive.org/details/movies Es miembro de la ALA (American Library
Association) y cuenta con la colaboración de instituciones como la Library of Congress o el Instituto Smithsonian
http://www.archive.org/web/collaborations.php#Smithsonian
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 91
21
Para más información sobre este tema se puede consultar: Rubio Lacoba, María «Otras fuentes en internet».
En: Galdón, Gabriel (coord.) (2002) Teoría y práctica de la documentación informativa. Barcelona, Ariel, 207-
219. La autora contrapone la idea de Internet como fuente inagotable con la de que «no es fuente todo lo que
cuelga en la red». También se puede leer el artículo de Valeria Bardi, Mónica Perazzo, Mónica Ruiz y Graciela
Sosisky. Disponible en línea: Cómo evaluar sitios y recursos educativos en Internet
22
De los libros de texto a los materiales didácticos web. En: La Biblioteca: un mundo de recursos para el
aprendizaje. (opus cit.)
23
Curso de introducción sobre el proceso de elaboración, desarrollo y evaluación de unidades y experiencias
educativas con tecnologías en las aulas, dirigido al profesorado de educación infantil, primaria y secundaria
http://webpages.ull.es/users/manarea/udtic/index.htm
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 93
PROFES.net Es el portal web de una editorial privada de libros de texto, SM, pero
se puede encontrar cosas interesantes para la práctica docente. Materiales para Edu-
cación Infantil, Primaria y Secundaria.
EDUCARED Portal creado por la Fundación Telefónica para docentes.
EDUTEKA Portal educativo de una fundación latinoamericana llamada Piedrahita
con numerosos recursos y documentos sobre uso de las TIC en la educación
AULABLOGS Blog o diario educativo que ofrece mucha información y permite
leer los blogs de otros docentes o crear un diario en la Red
MAESTROTECA. Uno de los portales pioneros en español sobre webs educativos.
Es un directorio con muchos enlaces clasificados temáticamente.
No conviene olvidar, en esta selección de recursos digitales, aquellos dedicados a
las necesidades educativas especiales. Hay una buena selección de los mismos, por
ejemplo, en Pekegifs24.
b) Software educativo
Se trata de programas destinados al profesorado (tanto para el apoyo a la labor es-
trictamente docente como orientados a la gestión y al control de instituciones educa-
tivas: gestión de alumnos, profesores, asignaturas, horarios, matrículas, etc.) como a
los alumnos o los padres. Según Perè Marquès25 los buenos software educativos
reúnen las siguientes características:
– Facilidad de uso e instalación.
– Versatilidad (adaptación a varios contextos: distintos entornos, diferentes es-
trategias didácticas y tipos de usuarios; que sean programables, que sean abier-
tos, que incluyan herramientas de evaluación).
– Calidad del entorno audiovisual y en los contenidos (información correcta,
textos sin faltas...)
– Buena navegación y facilidad de interacción
– Originalidad y uso de tecnología avanzada
– Adecuación a los usuarios y a su ritmo de trabajo, capacidad de motivación
– Utilización de potentes recursos didácticos para facilitar los aprendizajes
– Fomento de la iniciativa y el autoaprendizaje
– Deben facilitar aprendizajes significativos y transferibles.
24
http://www.maestroteca.com/browse.php3?cat=14
25
Marqués también propone una ficha de evaluación de estos recursos. Se puede consultar en la página web:
http://www.xtec.es/~pmarques/edusoft.htm Otro artículo interesante: URBINA RAMÍREZ, S. Programas
multimedia para niños. ¿Cuáles escoger? Disponible en: http://gte.uib.es/publicacions/articulos/calvia2002.pdf
Y una página web con mucha información, sobre el tema: http://www.superkids.com/
26
(Ver bibliografía).
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27
http://www.edu.xunta.es/biblioteca/
28
http://www.fundaciongsr.es/catalogos/dosframes.htm
29
http://www.opacmeiga.rbgalicia.org/coleccions/Menu.htm
30
http://www.ourizoazul.org/Biblioteca/Biblioteca.htm Otras secciones son: Club de lectura, en el que los
lectores pueden enviar sus opiniones sobre los libros recomendados y compartirlas. O lagarto pintado reco-
menda. Cada trimestre se seleccionan nuevas lecturas en gallego por edades. Os nosos creadores e creadoras.
Biobliografía de autres gallegos. Premios. Información sobre concursos literarios. Guías de lectura.
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31
(Se ofrece únicamente una pequeña selección).
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 97
Es conveniente que alumnos y profesores tengan libre acceso a la mayor parte de los
fondos. Para ello es indispensable que las estanterías estén abiertas y bien señaliza-
das, facilitando el uso y la localización de los materiales. Los armarios cerrados no
permiten el acceso directo a los fondos ni promueven la actitud responsable y la
autonomía del alumnado en la utilización de los recursos bibliotecarios.
2.5. El expurgo
2.5.1. Definición
El expurgo es una operación bibliotecaria de mantenimiento de las colecciones que
consiste en seleccionar aquellos ejemplares que por diversas razones no deben se-
guir formando parte de la colección en las mismas condiciones que anteriormente.
Unos conocimientos cada vez más diversificados, la abundancia de la producción
impresa, una correcta gestión de los medios y la insuficiencia de los locales, obligan
a una revisión continuada de los fondos y a su renovación. Se considera que una
biblioteca está completa cuando sus estanterías están llenas en un 85% de su capaci-
32
En cuanto a la definición, características y funciones de los recursos de aprendizaje en el medio digital, se
puede consultar: MARZAL, M.A. (2006) «Biblioteca escolar como CRA: Alfabetización en información y
aprendizaje para la sociedad del conocimiento» en La Biblioteca: un mundo de recursos para el aprendizaje.
Dirección editorial: Miguel Angel Marzal García-Quismondo. Coordinación: Laura Beatriz Andreu Lorenzo.
Madrid: Secretaría General de Educación, 11-52.
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 99
– Tal vez nos equivoquemos y tiremos libros que tienen valor. En caso de
dudas, ante libros que puedan tener valor, es posible visitar o consultar en
librerías de anticuario de la localidad o también en Internet33.
Debido a que el expurgo es una de las prácticas en las que hay mayor controversia,
es importante definir cuidadosamente en cada biblioteca escolar, los criterios que
han de regirla con el fin de mantener la colección en óptimas condiciones y de mini-
mizar los problemas derivados de los juicios subjetivos o apresurados. Por el contra-
rio, facilitará una mayor transparencia del proceso, ahorrará tiempo y contribuirá a
sistematizarlo como práctica.
• Los documentos que no son adecuados para una biblioteca tienen un coste:
automatización, revisión, reparación, almacenamiento, falta de uso de los mis-
mos... Unas estanterías llenas impiden la incorporación de nuevos documen-
tos, dificultan la consulta y pueden dar la falsa impresión de que no es necesa-
rio adquirir nuevos títulos.
• Ganancia de espacio y de tiempo para el usuario y para el personal.
• Mejora del aspecto general, especialmente al retirar los documentos deteriora-
dos o rotos.
• Actualización de los fondos, fiabilidad de la información.
• La revisión anual de los fondos con vistas al expurgo proporciona informa-
ción sobre los documentos de la colección (necesidades en reparaciones y
encuadernación, robos y desapariciones, lagunas, obsolescencias...)
La bibliografía sobre el tema señala, con bastante unanimidad, una serie de criterios
que hay que tener en cuenta a la hora de realizar el expurgo:
33
Por ejemplo, se pueden encontrar miles de referencias de libros antiguos en páginas como: http://
www.iberlibro.com/ y también: http://www.librerosdeviejo.com/
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 101
3. Bibliografía
ÁLVAREZ, M., COBOS, L., ARMAS, Z. (1995) «La organización de los centros documentales y
de recursos culturales en la Enseñanza secundaria», en SIMPOSIO Canario sobre Bibliotecas
Escolares y animación a la lectura. Canarias, Viceconsejería de Cultura y Deportes, 153-185.
BERNABEU, N., ILLESCAS, M.J., MIRET, I., SELGAS, J., DEL RÍO, M. J. (1996) La biblio-
teca escolar en el contexto de la reforma educativa. Documento marco. Madrid, Ministerio de
Educación y Ciencia.
102 CRISTINA AMEIJEIRAS SÁIZ
CRA, MINEDUC Ministerio de Educación de Chile (1998) Centro de Recursos para el Aprendi-
zaje ¿Cómo usarlo? Propuesta para el diseño de un Programa de Uso del CRA basado en el
Currículum [en línea]: <http://www.bibliotecas-cra.cl/docs/recursos/ComoUsarlo.pdf> [Consul-
ta: 21.06.2007].
COLOMER, T. (1998) La formación del lector literario. Narrativa infantil y juvenil actual. Fun-
dación Germán Sánchez Ruipérez. Índice e introducción disponibles en: http://www.
fundaciongsr.es/pdfs/fll.pdf
COMES, G. (2003) Lectura y libros para alumnos con necesidades educativas especiales. Barce-
lona, Ediciones CEAC.
Los fondos de la biblioteca escolar y los planes de lectura del centro (2005) Blitz, colección
Bibliotecas Escolares. Serie Azul. Gobierno de Navarra. Departamento de Educación.
GARCÍA GUERRERO, J. (2001) «La biblioteca escolar. Por su pausada integración en la prác-
tica en y en el currículo» Educación y Biblioteca, 125: 49-56. Madrid. En línea: http://www.
juntadeandalucia.es/averroes/~sptmalaga/m45b102/media/docum/FD09Pausada.pdf JORDI, C.
(1998) Guía práctica de la biblioteca escolar. Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
GARRALÓN, A. (2001) «El mundo en sus manos: algunas orientaciones para elegir libros docu-
mentales» Cuatrogatos revista de literatura infantil n° 6, abril-junio. En línea: http://cuatrogatos.
org/6anagarralon.html [revisado el 28/08/2007]
Hacia la Biblioteca Escolar como Centro de Recursos para la Enseñanza y el Aprendizaje. Refe-
rencias conceptuales para la articulación de actuaciones de transformación de la biblioteca
escolar en CREA
5. CRITERIOS Y RECURSOS PARA LA FORMACIÓN DE LA COLECCIÓN 103
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~sptmalaga/m45b102/media/docum/Concepto%
20BECREA.pdf [Consultado el: 4-08-2007]
PÉREZ LÓPEZ, A. (2002) «La evaluación de las colecciones: métodos y modelos», Documenta-
ción de las Ciencias de la Información, 25: 321-360. En línea: http://www.ugr.es/~aperez/doc/
Evaluacion_Colecciones.pdf [Consultado el 31/07/2007]
RODRÍGUEZ, M.J. (2006) «Las bases de datos como recurso y fuente de información para la
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Desarrollo de las Bibliotecas Escolares. Consejería de Educación y Ciencia. Delegación Provin-
cial de Málaga.
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ción y Pedagogía, 188: 32-38. Disponible en línea: http://webpages.ull.es/users/manarea/Docu-
mentos/sitiosweb.pdf [revisado el: 4-8-2007].
ELOY, G. (1996) «Désherbage des documents dans les CDI» Inter CDI 142, juillet-août: 7-10.
«El expurgo, una tarea más en la biblioteca», en Absysnet.com. En línea [consultado el 11-05-
2007] http://www.absysnet.com/tema/tema29.html
«Ideas para una operación de expurgo en las bibliotecas públicas», en Travesía. El Portal en
Internet de las Bibliotecas Públicas. Ideas para bibliotecarios. En línea [consultado el 11-05-
2007] http://travesia.mcu.es/expurgo.asp
Fecha: 26/12/08
Introducción: el concepto de gestión de la colección
Por todos es sabido que una biblioteca tiene como función primordial
proporcionar la información requerida por sus usuarios en el momento preciso.
Un elemento importantísimo para poder ofrecer esa información solicitada es
justamente la colección. Cuando nos referimos a la colección estamos
incluyendo todos los materiales que forman parte de la misma, en cualquier
formato o soporte, y que contienen información susceptible de ser registrada,
recuperada y ofrecida a un usuario. Por otro lado, cuando hablamos de “gestión
de la colección” nos referimos a un proceso de análisis, evaluación y
planificación para formar, incrementar y mantener una colección en una
biblioteca, centro de documentación o en cualquier institución que provea
servicios de información.
1
Rebiun asume en sus “Normas y directrices para bibliotecas universitarias y
científicas” (2ª ed., 1999) la definición de “gestión de colecciones” como un
concepto más amplio y, a su vez, comprensivo del de “desarrollo de las
colecciones”.
2
El documento escrito del Programa de gestión de la colección es la forma en
que las bibliotecas pueden establecer las necesidades a corto y largo plazo de
la comunidad a la que atienden y, al mismo tiempo, servir para informar y
proteger:
3
la biblioteca, los intereses y necesidades de los usuarios, y el impacto de
acuerdos cooperativos.
La selección
Se parte de la idea que toda colección bibliográfica es, por definición,
incompleta: resulta imposible tenerlo todo. Limitaciones de todo tipo
4
(económicas, de personal, espaciales, etc.) y el crecimiento exponencial y
diversificación de la oferta de recursos informativos hacen de la colección
completa un sueño inalcanzable. Por lo tanto, es necesario seleccionar, una
tarea que no es tan sencilla como a primera vista parece.
• El presupuesto
• El tipo de biblioteca y tipo de usuarios
• Los avances y novedades según el área de conocimiento
• El entorno informativo en el que se halla inmersa la biblioteca (por ej. si
forma parte de una red de bibliotecas: préstamo interbibliotecario)
Libros a examen
5
Fuentes bibliográficas
• Bibliografías nacionales
• Bibliografías selectivas
• Otros: catálogos colectivos o de otras bibliotecas; bibliografías críticas
o reseñas de libros tanto formales como las recogidas por las revistas
especializadas o las secciones de crítica de los periódicos de información
general (suplementos culturales); guías académicas; bibliografías de
cursos; desideratas y peticiones concretas de usuarios, etc.
6
de 10 por personal de investigación; 1 título de publicación periódica cada 3
usuarios.
• Tipo de publicación
• Cobertura temática, cronológica y geográfica
• Presentación física (diseño, encuadernación, etc.)
• Contenido intelectual: prestigio del autor, elementos constitutivos,
organización del contenido, actualización, originalidad, etc.
• Utilidad para la organización
• Valor futuro
El expurgo
7
colección. Se trata, por lo tanto, de un proceso importante en la gestión de la
colección que debe recibir una atención similar a la de la selección.
8
La primera gran diferencia que se detecta es que los responsables de la
selección de este tipo de productos, además de aplicar los conocimientos
especializados para la selección, también deben comprender la tecnología que
hace que el material esté disponible así como tener capacidades en las
cuestiones jurídicas y de negociación de las licencias de este material. Es muy
difícil separar todas esas funciones y, por lo tanto, estos responsables deben
reunir todas esas habilidades, algo que no es habitual en un entorno de
adquisición de documentos impresos. Es necesario que el bibliotecario sepa
algo más que el simple contenido del recurso electrónico. Aspectos de la
licencia con frecuencia condicionan el acceso y la utilización de un recurso:
definición de los usuarios autorizados, accesos simultáneos, limitaciones del
uso del contenido, etc.
Además, los productos electrónicos se suelen caracterizar cada vez más por su
carácter multidisciplinar, lo que puede requerir la intervención de varios
expertos en su selección. Suele ser necesaria la experiencia en contenido de
múltiples selectores para la toma de decisión sobre la adquisición del acceso a
EBSCOhost EJS o a SAGE Journals Online, por ejemplo, productos que
abarcan múltiples disciplinas, aunque ciertamente no todas en el mismo grado.
Esta necesidad de un enfoque multidisciplinar se complica cuando se trata de
adquisiciones consorciadas con precios relativamente bajos que guían las
decisiones de selección y requieren respuestas rápidas, anulando un normal
proceso de selección. Sin lugar a dudas, la selección de material electrónico en
la biblioteca requiere una interacción entre adquisiciones, responsables de la
gestión de la colección y selectores, servicio de informática y servicios de
referencia que nunca se había dado en el entorno de material impreso. Se
requiere:
9
adquirir colectivamente para reducir costes, y la necesidad de realizar compras
cooperativas por razones políticas. Resulta evidente que la compra
consorciada está teniendo un impacto importante en la gestión y desarrollo de
la colección y en la función de selección en las bibliotecas, reduciendo costes e
incrementando enormemente el tamaño de la colección, ampliado la cantidad
de información a disposición de sus usuarios sobre todo en las bibliotecas más
pequeñas, las grandes beneficiadas por este modelo de adquisición.
10
Adquisición
La adquisición es el acto en virtud del cual la biblioteca incorpora a su colección
las obras previamente seleccionadas. Supone el abastecimiento de la colección
bibliográfica, una de las actividades más importantes de la biblioteca puesto
que está dirigida a cubrir las necesidades de información de los usuarios en
tiempo, forma y calidad.
Durante mucho tiempo las adquisiciones han sido consideradas como una
mera rutina administrativa consistente en efectuar los pedidos, reclamarlos y
tramitar las facturas. Esta consideración ha hecho que las adquisiciones hayan
sido gestionadas por personal administrativo perteneciente a la biblioteca o por
departamentos económicos ajenos a la misma, como los servicios económicos
de la institución. Hoy por hoy las adquisiciones deben ser consideradas como
un proceso bibliotecario fundamental y, por lo tanto, gestionadas y/o dirigidas
por bibliotecarios. La mentalidad sobre las tareas de adquisición están
cambiando, y se detecta cierta aproximación entre las funciones de adquisición
y catalogación con el objetivo de simplificar los flujos de trabajo, aprovechar
todas las habilidades del personal en la materia, acelerar los plazos de
procesamiento, asegurar la integridad física y la coherencia conceptual de la
colección (sin hacer distinción entre formatos), facilitar el acceso a la
información. Como muestra de esta tendencia podemos señalar la culminación
en otoño de 2008 de la fusión de los departamentos de adquisición y
catalogación de la Library of Congress en una nueva división denominada
“Bibliographic Access Directorate” (ABA).
Sistemas de adquisición
11
• La compra directa puede tener como ventaja la rapidez e incluso mejor
precio, pero exige un trabajo adicional de gestión del presupuesto, pedido
y facturación que no conviene ignorar.
12
Compra consorciada: este tipo de compra, que puede ser puntual o
sistemática, se sitúa en el ámbito de la información electrónica: bases de
datos, revistas y libros. Las compras conjuntas significan que diferentes
bibliotecas compran en un mismo acto un mismo recurso (o, para ser más
precisos, los derechos a acceder a un mismo recurso), algo que es
posible gracias a que el recurso puede ser consultado simultáneamente
por diferentes usuarios desde sitios diferentes. Los productores de
información han visto en las compras conjuntas un instrumento para
estabilizar o ampliar sus mercados y han creado mecanismos atractivos
para hacerlas factibles. El más notable a efectos de las colecciones ha
sido el del acceso cruzado y el del acceso a paquetes enteros de las
revistas de una editorial.
13
Depósitos: son donaciones por un tiempo determinado de un fondo o
colección. Presentan una serie de requisitos que se formalizan en un
acuerdo sobre la custodia, utilización e instalación de los fondos en la
biblioteca depositaria, pero manteniendo el depositante la propiedad de la
colección en todo momento. Transcurrido el tiempo se procede a una
renegociación para una posible permanencia o devolución de los fondos.
Los motivos típicos por los que se llevan a cabo este tipo de donaciones
son la carencia de espacios y locales adecuados o la falta de personal
especializado por parte del donante, que al mismo tiempo desea fomentar
el uso de su colección.
14
noviembre del 2004 en Berlín y recientemente en Tenerife, se ha puesto de
manifiesto el interés general de todos los miembros sobre este tema, se ha
elaborado una encuesta de recogida de datos entre los participantes de la
red para conocer la situación y las aspiraciones de cada uno al respecto y se
está en proceso de tabulación de los resultados para emprender una mayor
cooperación interbibliotecaria.
Automatización de la adquisiciones
15
los datos en cada sistema y menor coste administrativo, fácil archivo, más
ecológico, reduce los tiempos de las respuestas comerciales, etc.
Evaluación de la colección
La American Library Association (ALA) ha definido la evaluación de la colección
como el conjunto de estudios y operaciones que la biblioteca lleva a cabo para
comprobar hasta qué punto la colección que ofrece responde a las
necesidades de sus principales grupos de usuarios. Esta definición pone el
acento, más que en el valor de las colecciones en sí mismas, en su
funcionalidad, entendida como el mayor o menor grado de adecuación a las
necesidades de unos usuarios cuyos requerimientos de información tenemos
previamente estudiados. La evaluación de la colección, pues, tiene que ver con
todos los elementos que configuran la información (materias, soportes, lengua,
etc.), puesto que todos ellos influyen en la capacidad de responder o no a una
determinada necesidad de información; asimismo tiene que ver con las
características de cada documento concreto (contenido, edad, presentación,
formato, etc.), pues cada uno de esos elementos introduce aspectos que
matizan su utilidad y conveniencia reales para los usuarios.
Por supuesto, todos somos conscientes de que, hoy día, ninguna biblioteca va
a conseguir atender las necesidades de información de sus usuarios
limitándose a la colección propia: en realidad, desde antiguo las bibliotecas se
han preocupado de proporcionar acceso a los documentos de otras
colecciones, primero por la vía del préstamo interbibliotecario y,
posteriormente, con las metodologías de obtención de documentos, o de
sustitutos del documento, que la tecnología de cada momento iba haciendo
posible utilizar. En la actualidad, la existencia de publicaciones electrónicas, por
un lado, y las posibilidades que, para las bibliotecas individuales, ha supuesto
la creación de consorcios y otros entes de cooperación, por otro, permiten dar
nuevos pasos en la puesta a disposición de nuestros usuarios de una colección
16
híbrida cada vez más "universal". La cantidad y calidad de los recursos
compartidos y el esfuerzo que las instituciones realizan en este sentido hacen
más y más necesaria una evaluación que garantice la optimización de los
costes y el máximo rendimiento para todos.
17
dependen las bibliotecas (publicados, generalmente, en memorias anuales) y,
por otro, la información obtenida por la propia biblioteca como resultado, tanto
de la observación reiterada del comportamiento de los usuarios, como de los
usos contabilizados por los sistemas.
Todos esos datos servirán a la biblioteca para poder dibujar con la máxima
precisión un cuadro de las características generales tanto de los usuarios
potenciales en su conjunto como del colectivo (más reducido) de usuarios
reales que habitualmente utilizan nuestros servicios, así como para poder
definir qué información usa cada uno y para qué fines.
18
Métodos para la evaluación de colecciones
Por otra parte, entre los métodos que se prefieren estudiar el uso que se hace
de las colecciones, los que tienen mayor aceptación por parte de los expertos
son:
19
preestablecido encarecería y dilataría enormemente el trabajo de evaluación.
Esa hipotética no disponibilidad de listas bibliográficas adecuadas es uno de
los posibles inconvenientes, así como también lo son el solapamiento de las
listas existentes y su rápida obsolescencia. Otros problemas que a menudo
acompañan a este tipo de listas, y que hay que prever, porque podrían
afectar a la calidad de nuestra evaluación, son la falta de globalidad y los
sesgos ideológicos, culturales, lingüísticos, etc., muchas veces debidos al
punto de vista del autor, a su cultura o incluso a su filiación política. Una
variante de esta metodología es el sistema conocido como Conspectus. Este
método, desarrollado en Estados Unidos por el WLN/RLG y comercializado
actualmente por la OCLC como una funcionalidad integrada en su nuevo
producto WorldCat Collection Analysis (WCA, Análisis de Colecciones
WorldCat), compara a partir de la clasificación (LCC, Dewey y NLMC) las
diferentes partes de la colección con listas previamente establecidas, cuyo
contenido ha sido validado como representativo de la documentación que,
sobre una materia determinada, ha de poseer una biblioteca que pretenda la
exhaustividad.
20
un abanico que iría desde las dimensiones de ésta y su tasa de crecimiento
(global o por materias, soportes, etc.) hasta aspectos económicos, como
pueden ser la evolución y reparto de los gastos para la adquisición de
fondos, pasando por el porcentaje de solapamientos entre colecciones,
aspecto especialmente interesante cuando lo que se pretende es establecer
acuerdos de cooperación para una mejor rentabilización de los recursos.
Entre las ventajas del uso de las estadísticas para evaluación de
colecciones, no es la menor el nivel de disponibilidad de los datos: las
bibliotecas recogen estadísticas desde siempre, con mayor o menor
puntualidad, lo cual supone encontrarnos con un potencial de información
nada desdeñable, siempre que esta información se haya recogido siguiendo
un modelo uniforme acordado para todas las bibliotecas de un sistema, país,
etc. No obstante, existen algunos inconvenientes posibles que, en general,
derivarían de la posibilidad de que se produzcan incorrecciones en la
recogida de datos que incidan en la calidad de los resultados finales y, en
segundo lugar, de las dificultades de comparación entre los datos de los
diferentes centros.
21
normas nos proporcionan un estándar considerado internacionalmente
como adecuado, cuyo cumplimiento garantiza, en consecuencia, un nivel
de "homogabilidad" altamente deseable tanto por las bibliotecas como por
las instituciones que las patrocinan.
a) Estudio del préstamo: Este sistema analiza los datos del préstamo de la
colección, ya sea completa o bien por partes, combinándolos con criterios
como la materia, el grupo de usuarios, la fecha de publicación, etc., con la
única limitación de la capacidad estadística del módulo de préstamo del
SIGB. De esta manera es posible obtener la tasa de préstamos de una
materia determinada, o bien la actividad de préstamo de un determinado
segmento de usuarios, o la curva de préstamos de las distintas obras según
su fecha de publicación, etc. La utilidad del método es excelente a la hora de
identificar las partes de la colección menos utilizadas (sea por materias,
soportes, etc.), así como para describir modelos de uso para esas áreas (por
ejemplo, épocas del año en que "salen" determinadas obras), y para
identificar grupos de usuarios preferentes para partes de una colección;
22
incluso puede aplicarse con finalidades de selección, para formar una
colección que satisfaga las necesidades más frecuentes. Siempre que el tipo
de fondos nos permita pensar que su uso en préstamo es lo suficientemente
representativo del total de usos, las ventajas del método son evidentes,
pues, aparte de la facilidad de obtención de los datos y de su interpretación,
posibilita la realización de una amplia gama de estudios sectoriales. No
obstante, el método no está exento de inconvenientes. Una de las
principales limitaciones de ese tipo de estudios es, precisamente, el hecho
de ser exclusivamente aplicables a los fondos de préstamo de las
bibliotecas, y no a toda su colección ni a las otras actividades que se pueden
desarrollar con los documentos (consulta, reprografía, etc.), de manera que
quedan excluidas de él todas las colecciones o partes de colecciones no
prestables, así como las obras objeto de préstamo restringido, a menos que
se elaborase para éstas un baremo especial. Otro inconveniente es que el
método no contempla el uso frustrado, al no poder contabilizar como
préstamos las demandas de documentos que ya se encuentren prestados y,
por tanto, sean momentáneamente inaccesibles para otro lector. Una
variante de los estudios de préstamo nos la ofrece el indicador que Roswitha
Poll et al. Measuring quality (1996) definen como “uso de la colección por
materias” (indicador nº 5). En el caso de ese indicador, se considera que “el
uso viene dado por el número de préstamos, y no se tienen en cuenta otras
formas de uso como el uso interno”; los datos del préstamo se combinan con
los de materia de los documentos prestados con la intención de dilucidar “si
la distribución de recursos de la biblioteca y la política de adquisiciones se
adecuan a la demanda de los usuarios. La biblioteca identifica si invierte el
presupuesto en las monografías y en las áreas temáticas apropiadas”.
b) Estudio del uso o consulta in situ de los documentos: Con este método se
recogen y analizan datos sobre la utilización del fondo en las salas de la
biblioteca. Al igual que en el caso del préstamo, esos datos podemos
combinarlos después con materia, soporte, grupo de usuarios o partes de la
colección, con las limitaciones comentadas anteriormente. De lo que queda
dicho se deduce que este método es siempre complementario del anterior
(pues toda colección susceptible de préstamo lo es también de uso en sala),
y sustitutivo en los casos de fondos excluidos de préstamo. En cuanto a sus
aplicaciones, son en buena parte las mismas que tienen los estudios de
préstamo. La mayor dificultad presentada por este método surge del hecho
de que la mayoría de colecciones están en libre acceso, y no se dispone de
una estadística fiable de usos al no quedar éstos registrados. Para recoger
esos datos se han utilizado sistemas muy diversos: desde un simple contaje
o marcación (manual o automatizado) en el momento de la recolocación en
los estantes hasta el registro de usos por parte del mismo usuario en una
hoja ad hoc, pasando por la observación no invasiva, por las entrevistas o
por una combinación de varios de ellos. Cualquiera de estos sistemas tiene
23
ventajas e inconvenientes. La recolocación por el personal es lo habitual en
nuestras bibliotecas, y sería lógico su aprovechamiento para finalidades de
contaje: sin embargo, si esa recolocación no se hace de manera continua (lo
que muy pocas bibliotecas pueden permitirse), no podemos asegurar que
cada vez que un documento es guardado debamos contar un solo uso, pues
puede haber sido tomado del carro, o de la mesa, y vuelto a dejar allí en
diversas ocasiones por distintos usuarios; por otra parte, la larga ausencia
del estante sin justificación puede provocar un considerable uso frustrado,
buena parte del cual es no se puede contabilizar.
24
parte a evaluar (materia, soporte, tipo de usuario, etc.) y, segundo, una
muestra de los períodos concretos de tiempo en los que se llevará a cabo la
búsqueda en los estantes. Generalmente, se toma como medida base un
año natural para que el estudio no se vea afectado por los cambios
estacionales; en los días y horas señalados, con regularidad sistemática, se
tomará nota de la presencia o ausencia de cada documento seleccionado en
el muestreo. Cada ausencia es ponderada: se comprobará si es debida a
préstamo o bien a consulta en sala, reprografía u otros usos, y cada una de
las ausencias por préstamo deberá recibir un valor superior, que suele
calcularse proporcionalmente al número de días de la modalidad de
préstamo correspondiente. Se calculará después la media de días al año en
que cada tipo de documento (si se hizo un estudio global de la colección)
está ausente de la estantería, y se verá qué porcentaje de ellos tiene una
media mayor o menor, extrapolándose después las conclusiones de la
muestra al con-junto de los documentos que configuran el universo
estudiado. Este método difiere en sus objetivos de los estudios de
disponibilidad. En efecto: mientras éstos últimos persiguen averiguar qué
nivel de éxito tiene el usuario en la búsqueda de documentos (donde pueden
influir muchos factores), el estudio de la rotación sólo pretende evaluar el
grado de utilización de cada documento. Por lo que respecta a sus
aplicaciones, aparte de la evaluación de la colección, es de utilidad para
tomar decisiones respecto a compras de duplicados, difusión de los fondos
menos utilizados que se consideren todavía válidos, colocaciones
alternativas, retirada, etc. Relacionando los datos de rotación con los costes
del documento, podemos también obtener una valiosa información sobre su
nivel de coste-eficacia.
25
estudio de las estadísticas de préstamo interbibliotecario separadamente:
por un lado, nuestras peticiones a otros centros; por otro, nuestro suministro
en respuesta a peticiones externas. En el primer caso, deduciremos
necesidades y potencial de cooperación; en el segundo, los datos obtenidos
serán emparentables con los de los estudios de préstamo y tendrán la
misma función. En cualquiera de las dos situaciones podemos combinar con
la materia, con títulos concretos (generalmente de revista), con autores, tipos
de fondo, etc. La principal ventaja de este método es la disponibilidad de los
datos, su repetición periódica y su comparabilidad. Si bien los datos
estadísticos pueden ser difíciles o ambiguos en su interpretación, partimos
siempre de la cómoda seguridad de tratar con documentos por los cuales
sabemos positivamente que los usuarios se han interesado. Además, en
algunos tipos de bibliotecas, cruzando estos datos con los de personas,
departamentos científicos, etc., podemos deducir nuevas necesidades, por
ejemplo por cambios en las líneas de investigación, nuevos programas, etc.
que no se nos hubieran comunicado, y así adelantarnos a futuras demandas.
26
a qué coste, pues la satisfacción dependerá de esos factores
combinados.
De lo dicho puede deducirse fácilmente que son los estudios de uso y los de
satisfacción los que nos serán más útiles para finalidades de evaluación. Así
pues, se trata de una metodología compleja que esconde en sí diferentes
posibilidades. El método de encuesta presenta tantas posibilidades que
resulta aplicable a todo tipo de bibliotecas, tanto para evaluar la eficacia de
la colección como para resolver problemas en segmentos específicos de la
misma, para definir grupos de usuarios o para detectar necesidades mal
resueltas, cambios de tendencias, etc. De hecho, una encuesta no es otra
cosa que la recogida sistemática de información sobre unos determinados
ítems, independientemente de cuál sea la técnica de recogida. La principal
ventaja de este grupo de métodos reside en la calidad y pertinencia de la
información recogida, que permite ir mucho más allá de lo que indicarían los
simples datos estadísticos. Además, posibilita apreciar el nivel de éxito de la
colección y tiene el valor añadido de contribuir a potenciar una buena
relación con los usuarios (siempre que se esté dispuesto a realizar las
mejoras que se revelen necesarias en el estudio: si no es posible hacerlo,
quizá pueda ser, incluso, contraproducente el pasar una encuesta). Por otra
parte, con las encuestas se puede también contribuir a la formación de los
usuarios, pues permiten introducir de soslayo algunas informaciones que les
ayuden a comprender el alcance de los servicios o que ayuden a la
biblioteca a detectar puntos débiles en esa formación tan necesaria al ver
sus reacciones. Así pues, las ventajas de las encuestas van más allá de los
datos puramente cuantitativos, pues al mismo tiempo proporcionan el feed-
back más directo del usuario.
27
obtener el valor subjetivo que para ellos tienen las publicaciones que posee
la biblioteca. Este segundo sistema, sobre ser menos prolijo, permite ajustar
mejor la relevancia de la colección para los usuarios. En realidad, tomando
como referencia la lista de revistas que más citan los usuarios sería posible
establecer una especie de ranking de valoraciones de lo que tiene la
biblioteca, y también de lo que no tiene y que los usuarios obtienen por otras
vías (préstamo interbibliotecario, contactos personales, etc.), títulos estos
cuya adquisición o acceso habría que estudiar. Por el contrario, aquellas
revistas que poseemos y que no son citadas por los usuarios podrían ser
revistas menos apreciadas, o bien no tan relevantes para sus
especialidades.
BIBLIOGRAFÍA
Vall Casas, Aurora. "Esporgar : per què, com i quan". En: BiD: textos
universitaris de biblioteconomia i documentació, núm. 16. (juny 2006)
28
Criterios de selección para recursos digitales
0.1. Resumen
En el actual ambiente tecnológico, varios de los factores prevalecientes para
la toma de decisiones en la formación de colecciones en las bibliotecas universi-
tarias están cambiando. En este contexto, se abordan diversos fenómenos involu-
crados con el proceso de selección ocasionados por el advenimiento de los recur-
sos digitales. Se reflexiona sobre el papel que deben jugar los responsables de
tomar decisiones relacionadas con materiales impresos y recursos digitales en la
biblioteca universitaria. Finalmente, se presentan una serie de criterios para eva-
luar y seleccionar recursos basados en Web. (Autor)
Palabras clave: Bibliotecas universitarias. Selección. Recursos digitales.
0.2. Abstract
In the current technological environment, several factors affecting decision
taking in collection development for university libraries are changing quickly.
Such factors involving digital resources and related to the selection processes are
analysed. The role of those responsible for deciding about printed and digital
resources acquisition is considered. Finally, a criteria set for evaluating and
selecting web-based resources is presented. (Author)
Keywords: University libraries. Seleccion. Digital resources.
1. Introducción
El objetivo de las bibliotecas académicas es apoyar la enseñanza, el aprendi-
zaje, la academia, la investigación y cubrir otras necesidades de información de
sus profesores, estudiantes, investigadores y asociados, de manera efectiva y efi-
ciente. En la actualidad, las bibliotecas académicas, principalmente, se enfrentan
al crecimiento de la oferta de la información con costos crecientes que afectan, en
ocasiones, a los limitados recursos presupuestales con que cuentan para realizar
sus adquisiciones. A esto hay que aunar el propio auge de los diversos medios
electrónico/digitales que, si bien permiten una mayor cobertura, diseminación,
2. El proceso de selección
La práctica de la selección de recursos es una de las funciones mas antiguas
y fundamentales del desarrollo de colecciones, ya que a través de ella se ha garan-
tizado el control de calidad de los materiales que han ingresado a la biblioteca. El
concepto de selección se define como el proceso que permite evaluar la calidad,
importancia y/o utilidad del contenido de los recursos, con el objeto de que éstos
respondan de forma adecuada a las necesidades y demandas de información que
tiene la comunidad a la cual la biblioteca debe atender (Negrete, 1999, p. 57).
En la actualidad, la selección de recursos exige un mayor compromiso pro-
fesional por parte de los responsables en la toma de decisiones debido, entro otros
aspectos, “[…] al crecimiento exponencial de la información en línea, a la exis-
tencia de una tipología documental múltiple, a la inestabilidad debida a continuas
actualizaciones que conlleva su disponibilidad temporal, y al requerimiento de
confiabilidad” (Garduño, 2001). Con el advenimiento de los recursos de infor-
mación digital, las prácticas de la selección se han ampliado al introducir nuevos
cambios. Ahora se tiene que escoger entre formatos, identificar que está disponi-
ble, analizar costos, tener un entendimiento de licencias, derechos de autor y
otros aspectos legales, interpretar las implicaciones del servicio, y preparar el
equipo y las facilidades (Jenkins y Morley, 1999, p. 115). Ahora, más que nunca,
el proceso de selección requiere de criterios apropiados, claros y consistentes que
ayuden a los responsables a tomar de decisiones adecuadas para ingresar mate-
riales a la biblioteca, pero también para tomar decisiones sobre recursos digitales
que permitan el acceso, recuperación y uso de la información digital.
El proceso de selección no parte de una metodología específica que pueda
generalizarse a todo tipo de biblioteca o a las de un mismo tipo, ya que depende
de los objetivos de cada una de ellas y de su organización interna; de las tenden-
cias de desarrollo que emita la institución de la que depende; de la tasa de creci-
miento de su comunidad; del presupuesto asignado, de su infraestructura tecno-
lógica y del elemento humano que hace operable este proceso. El crecimiento de
la información y su representación en una diversidad de formatos, influye en las
formas tradicionales de llevar a cabo la selección de recursos. Esta se complica
por la dificultad de normalizar este proceso, dado que involucra una serie de deci-
siones que podrían no ser válidas para todo tipo de recursos. Por ello, se hace
indispensable contar con criterios de selección claramente definidos que permi-
tan dar juicios de valor que sean lo más objetivos y coherentes posible. Se debe
buscar formar colecciones equilibradas con los mejores recursos impresos y con
los mejores recursos digitales, lo que requerirá un trabajo responsable y efectivo
para responder a los intereses de los usuarios de la biblioteca. Los responsables
de la selección deben tomar en cuenta aspectos como los siguientes:
5. Colecciones de valor añadido con ligas a recursos Web que están organi-
zados de una manera orientada a los usuarios de una biblioteca.
6. Recursos electrónicos que se obtienen a través del Web, que pueden ser
gratuitos o no, tales como: bases de datos bibliográficas, de texto com-
pleto o de imágenes (Kovacs y Elkordy, 2000, p. 336).
Conforme se populariza el recurso digital a través del Web, se necesita con-
juntar bibliotecólogos, documentalistas, profesionales de la información, espe-
cialistas en cómputo e ingenieros, no solo para realizar una adecuada selección
de recursos, sino también para seleccionar otras herramientas que faciliten la des-
cripción y recuperación de esos recursos digitales.
Ahora, debemos ajustar la mayor parte de nuestras prácticas profesionales y
operaciones diarias para manejar los recursos electrónico/digitales con una faci-
lidad igual o mayor que como lo hemos realizado con recursos impresos.
3. Criterios de selección
Tradicionalmente, los criterios que se han aplicado para seleccionar materia-
les impresos son, entre otros: autoridad del autor, importancia del tema, cobertu-
ra, actualidad de la información, nivel de tratamiento, estilo, formato y costo.
Ahora nos preguntamos ¿éstos criterios siguen prevaleciendo o habría que cam-
biarlos o complementarlos? La revisión de los trabajos de Codina, Kovacs, White
y Crawford permitió resumir criterios para evaluar y seleccionar recursos basa-
dos en Web. Bajo cada criterio se señalan una serie de preguntas o cuestiona-
mientos que el evaluador deberá responder (Codina, 2000, p. 29-3; Kovacs,
2000, p. 345-347; White y Crawford, 1997, p. 53-57).
Contenido: ¿Posee un valor o interés intrínseco? La información que se pre-
senta en el sitio ¿está tratada con el cuidado y rigor adecuados al contenido? La
información ¿es útil en el formato que se presenta? ¿La información está en un
lenguaje apropiado y con una profundidad accesible para la población a la que se
dirige? ¿Posee un adecuado grado de cobertura de la información, de acuerdo al
tema tratado? ¿Las fuentes citadas están documentadas?
Autoria: ¿El recurso dispone de título y fecha de publicación? ¿Contiene
indicaciones claras y explícitas sobre la autoría y/o responsabilidad intelectual
del recurso? ¿Hay una autoridad claramente identificada como responsable de su
mantenimiento? ¿Existen indicios de que el recurso está creado, producido o edi-
tado por una institución u organismo de reconocido prestigio en su campo? ¿Se
incluye texto explicativo del contenido de la Web?
Actualidad: ¿La actualización es una prioridad importante? ¿Se actualiza la
información regularmente? ¿Se muestra claramente la fecha en que la fuente fué
actualizada por última vez? ¿Se anotan las fechas de las revisiones de las ligas
externas?
Facilidad de uso: ¿El sitio está accesible para usuarios con necesidades espe-
ciales? ¿Es claro cómo navegar a través de las páginas del recurso? ¿El sitio está
bien organizado a lo largo de líneas lógicas? ¿Tiene un mapa de sitio? ¿Estan los
botones o ítems de menús claramente etiquetados y de manera útil? Si el sitio usa
“frames”, ¿están aplicados de manera significativa que ayude a la navegación?
¿Hay un alto porcentaje de ligas muertas o inactivas interna o externamente? ¿La
recuperación de información se hace a través de búsqueda por palabras o frases?
¿Es posible utilizar operadores booleanos? ¿Es posible utilizar otros operadores?
¿Existen ayudas y sistemas de recuperación de información adicionales? ¿Ha
sido rápida la descarga de la página? ¿Qué hace excesivo el tiempo de descarga?
Presentación: ¿La información está presentada clara y lógicamente en un for-
mato útil para la audiencia a la que va dirigida? ¿Posee el recurso un sumario gene-
ral que representa su contenido global? ¿La interfaz es clara y fácil de usar? ¿Los
elementos navegacionales son claramente identificados? , ¿Las ligas a otras pági-
nas son fáciles de encontrar? ¿Cómo aparece el sitio en el “browser” (s)? ¿Esta dis-
ponible la versión de “sólo texto” en el sitio? ¿Sería difícil para los usuarios con
incapacidades o necesidades especiales usar el sitio? (problemas potenciales: el
tipo de letra pequeño, poco uso de espacio en blanco, frames, falta de color de con-
traste entre elementos, etc. ) ¿Contiene el recurso algún tipo de índice temático,
cronológico, alfabético, de nombres, etc.? ¿Se usan siempre los mismos códigos
textuales e icónicos para representar las mismas funciones, acciones o datos?
Interactividad: ¿Se puedan plantear preguntas, sugerencias o enviar mensa-
jes al administrador del sitio? ¿Se puede realizar alguna clase de actividad o tran-
sacciones? ¿Permite descargar software o ficheros gráficos? ¿Contiene enlaces
externos la Web? ¿Los enlaces han sido evaluados?
Apropiado: ¿Se aprovecha el recurso por las características únicas del
medio? ¿Hay alguna otra obra impresa o no impresa que presente la información
de mejor manera que la que tiene en este sitio? ¿El sitio contiene información
digital que pueda ser usada en otras aplicaciones o formatos? (por ejemplo: grá-
ficas, estadísticas, texto, software, presentaciones, etc. ) ¿El recurso está disponi-
ble en otros formatos, por ejemplo, una contraparte impresa para revistas?
¿Cuáles son las capacidades de búsqueda para la información en el sitio? (texto
completo indizado, archivos PDF que no son recuperables) ¿Están disponibles
gráficas y texto completo para los artículos? ¿El contenido necesita ser actualiza-
do frecuentemente? ¿Qué hace a este recurso útil en formato electrónico? ¿Por
qué no usarlo en formato impreso? ¿Hay alguna oferta para adquirir ambos? ¿Es
una opción realista recomendarlo en este formato? ¿La comunidad usuaria pre-
fiere usar una versión electrónica o impresa? ¿Cuántos usuarios potenciales exis-
ten para este recurso?
Aunado a los criterios apuntados, habría que considerar dos aspectos impor-
tantes: equipo, presupuesto y espacio, es decir: ¿La biblioteca cuenta con el equipo
apropiado para utilizar la versión electrónica/digital? ¿La biblioteca tiene el presu-
puesto para adquirir el equipo necesario? ¿Existe el espacio suficiente para todo el
equipo necesario y para todos los usuarios que van a consultar ésos recursos?
Finalmente, habría que apuntar que los principios del desarrollo de coleccio-
nes impresas, no cambian radicalmente con las nuevas tecnologías de publica-
ción, pero los métodos, los criterios y las prácticas en la selección deben ser ajus-
tadas para incorporar recursos electrónico/digitales en los servicios que se
ofrecen o se ofrecerán en las bibliotecas universitarias o especializadas.
INTRODUCCIÓN.
CONTEXTO.
Desde hace algunos años, el modelo educativo del Tecnológico de Monterrey ha rotado
a la implementación y consolidación del trabajo colaborativo, del aprendizaje basado en
problemas, del aprendizaje orientado a proyectos, del estudio de casos, así como del
aprendizaje-servicio, como técnicas y métodos privilegiados para centrar la educación
en el estudiante y no en el profesor (Martín Pérez, 2002).
Esto, aunado a la profusión del uso de laptops y cursos en plataforma Blackboard, ha
llevado a los usuarios a una cultura muy definida, una cultura digital, la que genera un
entorno a la que la Biblioteca se ha ido adaptando de manera progresiva, utilizando la
tecnología como valor agregado para sus servicios, no como un enemigo.
Eso ha conducido al desarrollo privilegiado de una Biblioteca Digital con cerca de 60
bases de datos entre locales y del Sistema de Bibliotecas del Tecnológico de Monterrey
en su conjunto, la compra de miles de libros electrónicos, la consolidación de un
catálogo con diversas funcionalidades para los usuarios (renovación de material en
línea, apartado de material prestado y solicitud automática de material de otros Campus,
entre otras).
Con estos y otros métodos, se puede recolectar información clave para la satisfacción
de las necesidades de los usuarios.
Esto se refuerza desde hace varios años por la presencia de un vínculo más estrecho con
la academia mediante un enlace directo con los departamentos, a través de los llamados
bibliógrafos, bibliotecarios a los que se asigna el seguimiento en particular de una
unidad académica específica.
ADQUISICIONES.
Las adquisiciones de recursos se realiza casi sin restricciones, más que las impuestas
por las políticas propias y las políticas de desarrollo de colecciones vigentes en las
bibliotecas del Tecnológico de Monterrey desde febrero de 2007
(http://biblioteca.itesm.mx/millennium/manuales/Politica_Desarrollo_Colecciones.pdf).
De este modo, pocas son las solicitudes rechazadas, y en buena parte lo son porque el
material solicitado ya existe en la Biblioteca.
Para evitar esto y dar mayor difusión al material que se compra en biblioteca, se ha
implementado desde hace varios años la posibilidad de visualizar esas adquisiciones
recientes a través del Portal de Biblioteca, sin mucho costo, pues es una transferencia
semiautomática desde el sistema Millennium hacia la mencionada página.
Las adquisiciones se tramitan en un proceso continuo todo el año, pero la tendencia es
otorgar mayor peso y energía a los períodos previos al inicio de los cursos semestrales,
ya sea a partir de junio, ya se a partir de noviembre. De este modo, las adquisiciones van
siguiendo el ritmo de los períodos académicos, pero sin interrumpir su operativa todo el
año, lo que lleva a adquirir entre 10 y 12 mil obras al año (incluyendo materiales
especiales).
Para ello se cuenta con un equipo directo de 4 personas, más 5 en catalogación, 2 en
desarrollo de colecciones, 2 en publicaciones periódicas y 4 en el taller de
encuadernación.
PRESUPUESTO.
LAS DIFICULTADES.
Con el panorama antes descrito, parecería contarse con los recursos financieros,
humanos, tecnológicos, infraestructura, etc., necesarios para hacer frente a una tarea de
enorme magnitud e importancia para la vida académica del Campus.
Sin embargo, existen poderosas áreas de oportunidad:
REFERENCIAS.