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Silvia Guillermo
silvia.guillermo@uns.edu.ar
Gabriela Salinas
gabriela.salinas@uns.edu.ar
Universidad Nacional del Sur, Escuela Normal Superior
Eje temático 1
Introducción
En el presente trabajo nos centramos en la narrativa que toma el formato de un diario,
técnica de registro y reflexión que cada alumna realiza durante las inserciones en los
jardines.
Las prácticas y las residencias pedagógicas de la carrera del Profesorado de Educación
Inicial de la Universidad Nacional del Sur se han enriquecido en los últimos tiempos a
través de dispositivos de formación, que buscan viabilizar una mayor articulación e
interpelación entre la teoría y la práctica y la construcción de conocimientos de las
alumnas para el futuro desempeño del rol docente.
Los dispositivos de formación son valiosos en la medida que posibiliten el análisis y
reflexión de las prácticas realizadas, poniendo en tensión las teorías referenciales y las
propuestas desarrolladas en el contexto institucional y áulico.
Las narrativas como dispositivo, específicamente el diario de formación, facilitan a las
alumnas expresar lo observado y vivenciado que haya resultado significativo en el
contexto escolar. El poder volcarlo a la escritura, su posterior lectura y reescritura brinda
la oportunidad de recuperar y repensar los sentimientos, temores, aciertos, dudas,
interrogantes o desaciertos ocurridos durante las Prácticas y la Residencia.
Este estilo de abordar el trayecto anual de la Práctica Docente III y la Práctica docente IV
permite trabajar de una forma más flexible, transversal y espiralada las distintas
situaciones ocurridas durante el año, cuyas experiencias son luego compartidas en un
espacio de mayor participación. Así, lo pensado se problematiza, se enriquece y se
potencia con el diálogo e intercambio permanente que se produce en la clase junto al
grupo de pares y las docentes de la institución formadora.
Prácticas y Residencia
El plan de estudios vigente considera a las prácticas y residencias como eje vertebrador
de la formación por lo que las prácticas tienen carácter gradual y progresivo. Los
contenidos de estos espacios definen ejes y núcleos temáticos para cada uno de los cuatro
años de cursado de la carrera.
En la Práctica Docente III se procura que las estudiantes se inserten en las instituciones
escolares partiendo del análisis del contexto social y experimenten la educación en su
dimensión de práctica social. Por esta razón, es necesario que amplíen sus aproximaciones
al jardín que no se limita a su intervención en las salas.
En el marco de este plan de estudios, se entiende por intervención docente al conjunto de
las experiencias que los estudiantes deben asumir durante el transcurso de 3er año, en el
cual se insertarán durante un período prolongado y en un turno completo para asumir,
paulatinamente, las actividades que supone la práctica docente en una institución
educativa del nivel.
Con este objetivo la materia se organiza en tres ejes:
• La institución educativa y la sala.
• La planificación como herramienta del trabajo docente. Vinculaciones intra e inter
áreas.
• El rol docente: construcción y desarrollo.
El diario de formación
En palabras de Anijovich “un dispositivo de formación docente es un modo particular de
organizar la experiencia formativa con el propósito de generar situaciones experimentales
para que los sujetos que participan en él se modifiquen a través de la interacción consigo
mismos y/o con otros, adaptándose a situaciones cambiantes, apropiándose de saberes
nuevos, desarrollando disposiciones y construyendo capacidades para la acción.”
El sentido de construir un diario de práctica como memoria narrativa tiene la intención
de recuperar lo hecho, lo pensado y lo vivido desde una mirada subjetiva. El diálogo
permanente sobre la propia experiencia de enseñar, las experiencias de otros, la vida
cotidiana en las salas, las teorías de la educación y la escritura a través de la escritura del
diario de formación posibilitarán la integración del conocimiento y las prácticas de
enseñanza, favoreciendo el análisis y la reflexión de las mismas; ello no es otra cosa que
hacer un camino de explicitación y enriquecimiento conceptual y problematizar la
formación.
En las cátedras de Práctica Docente III y IV se utiliza el diario para que las alumnas tomen
nota de las observaciones que realizan al contexto, a la institución y a la docente
coformadora que las recibe en su sala para que lleven a cabo sus prácticas. También tiene
como finalidad llevar un registro diferido de sus clases anotando lo que sucedió en ellas,
además de posibles reflexiones, autocríticas y otras cuestiones a tener en cuenta para
mejorar. En palabra de una de las futuras docentes:
Mi cuaderno de prácticas me acompañó durante este período de inserciones en el cual
pude registrar de manera continua. Es un momento en el cual uno se pone a pensar sobre
la teoría que leyó y estudió y si lo implementó en las prácticas. Si logro realizar un tejido
entre teoría y práctica. (Tatiana, alumna de Práctica III.)
Respecto a las narrativas Bruner (l997) opina que es uno de los modos básicos de
representación. Cuando relatamos aspectos de nuestra propia vida, solemos hacerlo
como vehículo para tomar distancia de los hechos, y convertir nuestra experiencia en
objeto de investigación. Para este autor la narrativa permite entender la vida como un
texto que nos contamos a nosotros mismos o a otros. De esta forma, estas narrativas son
significativas para quienes las producen, al contar acerca de lo que se hizo, pueda tener
en sí mismo un componente formador o reflexivo al sacar a la luz lo vivido, alejar al
protagonista de la situación experimentada percibiendo una situación distinta y dar
cuenta ante otros de lo que hizo y cómo lo hizo.
Ferry (2008) también encuentra en la narrativa un buen dispositivo para iniciar esta
trayectoria, pensada a manera de espacio de trabajo. Teniendo en cuenta estos autores,
en clases se propuso a las alumnas un trabajo de análisis sobre los diarios de formación
que se dio en distintas etapas. En un primer momento se les propuso trabajar en pareja
los registros con el objetivo de reflexionar, analizar y comentar con su par acerca de
aquellas situaciones áulicas que pensaron interesantes escribir, teniendo en cuenta la
construcción del propio rol problematizando la biografía escolar y la propia práctica.
Algunas de las reflexiones que surgieron de esta propuesta.
Durante las semanas de inserción pudimos enriquecer nuestros saberes y conocimientos
y gracias a la buena predisposición desde el comienzo por parte del docente de la sala,
ya sea brindándonos la carpeta con las planificaciones como así también diversos
recursos… (Melisa y Gimena, alumnas de Práctica III.) Como se puede observar estas
alumnas destacan como positivo este periodo de observación en la inserción a la clase
debido que les permitió construir de forma paulatina las actividades propias que van a
formar parte de su futuro quehacer como docente.
En el mismo sentido, otras estudiantes rescatan como sumamente efectivo también este
periodo, porque el compartir las actividades que se desarrollan en el contexto áulico, tanto
desde la observación como desde la práctica les posibilitó sentirse más seguras y crear
vínculos afectivos con los alumnos, aspecto fundamental para propiciar la enseñanza y
afirmar que solo se aprende a enseñar enseñando y en contacto con el grupo de alumno.
“Consideramos que tuvimos buena relación con el grupo de alumnos rápidamente y eso
nos dio confianza y seguridad. Si bien llevar a cabo las prácticas fue complejo, las
realizamos desde nuestro punto de vista, de manera exitosa” (Guada y Micaela, Práctica
III). Comprender el desempeño de los practicantes y residentes nos lleva a la necesidad
de superar la tensión teoría práctica: Durante la etapa de formación inicial, desde los
diferentes espacios curriculares han internalizado ciertas pautas y criterios de desempeño
que se corresponden con el rol que asumirán en un futuro, con el deber ser, pero una cosa
es aprender cómo deben enseñar tal contenido o actuar en determinada situación y otra
es estar en la clase ejerciendo el rol, con alumnos concretos y antes situaciones
particulares.
El contexto áulico remite a un escenario complejo, que las alumnas van apropiándose
paulatinamente. Sanjurjo expresa: “…la situación de residencia presentas algunas
ventajas para observar procesos meta cognitivos. Las características de la práctica docente
en general y de la residencia en particular- complejidad, simultaneidad, diversidad,
singularidad, requieren de intervenciones donde se ponen en juego las propias
estrategias”i. Es en este escenario, espacio de la práctica docente, donde la futura docente
se encuentra en un principio como ajeno, pero que con el transcurrir de los días y con el
reconocimiento que alumnos y maestros le brindan, comienzan a sentirse más cómodo y
a identificarse no solo con el espacio físico y con el grupo sino con el propio rol docente.
“Si bien el diario es un documento personal, y en este sentido toma dar cuenta de aspectos
íntimos que su autor tiene derecho a resguardar para sí mismo, es interesante pedir a los
autores de diarios de formación que elijan algunos pasajes para leer en voz alta con un
tutor o grupos de pares” (Anijovich, 2009, p. 115). De este modo, la escritura del diario
de clase permite volver a mirar las prácticas pasadas a partir de su lectura y relectura con
la pareja pedagógica y con el grupo, lo que favorece un compromiso con la práctica futura
y un proceso que contribuye a reflexionar sobre la construcción del rol docente.
Algunas reflexiones
Desde la Cátedra tomamos lo propuesto por Elena Achilli (1996) cuando caracteriza a la
práctica docente como “el trabajo que el maestro desarrolla cotidianamente en
determinadas condiciones socio históricas e institucionales las que adquieren sentido,
tanto social como para el propio maestro. La misma autora define práctica pedagógica
asimilándola a la práctica de la enseñanza como…” aquella que se despliega en el
contexto del aula en la que se pone de manifiesto una determinada relación maestro-
conocimiento-alumno, centrada en el enseñar y aprender”.
Partimos caracterizando las prácticas como prácticas sociales complejas. Existe una
multideterminación que opera simultáneamente en el ejercicio docente. Las políticas
educativas, la situación social, la dinámica institucional, las prescripciones curriculares,
las características del alumnado y de los equipos de trabajo, las particularidades de la
comunidad en la que la escuela está inserta, la disponibilidad de recursos, la
infraestructura y la propia formación profesional constituyen un entramado complejo,
fuente de ricas posibilidades para el ejercicio profesional y, a la vez, generador de
interferencias, conflictos, incertidumbres, tensiones y contradicciones.
En este marco, el docente desarrolla su trabajo y toma decisiones sólo comprensibles
desde una mirada pluridimensional que incluye lo político, lo ético, lo social, lo
institucional y lo pedagógico, entre otras dimensiones.
“La enseñanza es una actividad compleja, que se desarrolla en escenarios singulares,
claramente determinada por el contexto, con resultados siempre en gran parte
imprevisibles y cargada de conflictos de valor que requieren opciones éticas y
políticas…el docente interviene en un medio ecológico complejo (Doyle, 1977/90), el
centro y el aula; un escenario psicosocial vivo y cambiante, definido por la interacción
simultánea de múltiples factores y condiciones” (Ángel Pérez Gómez).
La práctica, cuando hace referencia a la formación docente, en general, se identifica con
la preparación en los institutos de formación. Sin embargo hoy sabemos que la formación
docente se constituye en varias instancias previas y posteriores a la formación de grado. .
Por eso, el trabajar el espacio de la Práctica con alumnos que están aprendiendo a
desempeñarse en el rol docente no es una tarea sencilla la cual genera tensiones y el
replantearse día a día cuestiones que hacen a la incertidumbre y la inmediatez que se viven
en la sala.
Por eso tomamos palabras de Perrenoud quien resume de manera muy clara algunas
características del enseñante principiante:
• Un principiante se encuentra entre dos identidades, abandona su papel de estudiante
pendiente de examen para introducirse en el de un profesional responsable de sus
decisiones.
• El estrés, la angustia, diferentes miedos cuando no momentos de pánico, adquieren una
importancia destacada, que disminuirá con la experiencia y la confianza.
• El principiante necesita mucha energía, tiempo y concentración para resolver los
problemas que el practicante experimentado controla como una rutina más.
• Su gestión del tiempo (de preparación, de corrección, de trabajo en clase, etc.) no es
muy segura, lo que le provoca a menudo desequilibrios y por lo tanto, fatiga y tensión.
• Se encuentra entre la espada y la pared, ante la duda de seguir los modelos aprendidos
durante su formación inicial y las fórmulas más pragmáticas vigentes en el ámbito
profesional.
• No establece el distanciamiento suficiente entre su papel y las situaciones.
Trabajar sobre el proceso de construcción subjetiva y social del trabajo docente, los
impactos formativos, las dimensiones no racionales de las prácticas, hace necesario
recuperar el concepto de “habitus” profesional (Bourdieu, 1991; Perrenoud, 2006),
entendiendo por tal los esquemas adquiridos en la historia incorporada puestos en acto en
las prácticas cotidianas. Son organizadores de la acción, lo que controla la acción
pedagógica a través de diversos mecanismos, da cuenta de esquemas de percepción,
decisión y acción que movilizan débilmente el pensamiento racional. Estos esquemas se
caracterizan porque no son fácilmente verbalizables, pueden estar en la base de la
actuación de manera inconsciente, tienen una propiedad selectiva, se expresan con una
relativa certeza en sus afirmaciones, son económicos y poco complejos y son resistentes
a los cambios. Bourdieu (1991) entiende el habitus como la gramática generativa de las
prácticas, como el sistema de disposiciones duraderas, producto de todas las experiencias
pasadas, que se pueden transponer analógicamente para resolver otros problemas y asumir
tareas enormemente diferenciadas, ya que constituyen una matriz de percepciones,
apreciaciones, acciones. El habitus profesional actúa como mediador entre los saberes y
las situaciones que exigen una acción, ya que la acción pedagógica, signada por un alto
grado de imprevisibilidad e incertidumbre, no siempre se apoya en los conocimientos
teóricos, sino que recurre a formas internalizadas. La revisión de esos esquemas
internalizados posibilita la construcción de una práctica más coherente con los propios
principios y con teorías a las que se adhiere. La revisión del habitus y la construcción de
nuevos esquemas de pensamiento y de acción no resulta tarea sencilla y no se logra solo
con prescripciones o con el acceso a nuevas teorías. Es necesaria la construcción de
dispositivos específicos y su utilización sistemática.
Cabe aclarar que en esta ponencia desarrollamos uno de los dispositivos de formación: el
diario, aunque también trabajamos otros como: la observación participante, la entrevista,
la biografía escolar, la pareja pedagógica, grupos de reflexión, tutorías individuales
presenciales y virtuales, antes, durante y después de las clases prácticas en las
instituciones de nivel Inicial, el taller, en forma separada para realizar un análisis más
profundo. Pensamos que los dispositivos impactan en la formación docente cuando se
articulan, cuando se entrelazan.
Los dispositivos resultan valiosos cuando se lleva a cabo una tarea de análisis y
acompañamiento que supere la simple catarsis o las opiniones a veces, crueles y
superficiales. Conceptualmente favorece la comprensión de situaciones relacionadas con
el cambio y con la intervención. Forman así una trama donde cada uno aporta desde su
especificidad y los mismos se potencian cuando se relacionan en torno al mismo propósito
las prácticas reflexivas como núcleo de la identidad y de la formación docente.
Los diarios facilitan que las estudiantes se hagan conscientes del compromiso docente a
medida que avanzan y se preguntan el porqué de sus actuaciones y su incidencia en el
aprendizaje de los niños y niñas de los cuales se sienten responsables.
Los diarios como estrategia de enseñanza reflexiva constituyen una herramienta
motivadora en cuanto genera procesos de pensamiento de alto nivel, tales como la
creatividad y la toma de decisiones. Así, es frecuente que la escritura de los diarios les
ayude a comprenderse en la acción y discutir sobre la dilemática relación teoría-práctica.
De allí, que se reconoce como un instrumento valioso, aun cuando, paradójicamente se
insiste en el costo de los mismos, específicamente por el tiempo prolongado que se emplea
en elaborarlos.
Finalmente, también los diarios desencadenan procesos reflexivos y críticos en las
estudiantes
Como expresamos en este trabajo, a través del diario, de otros dispositivos formación y
del acompañamiento a las alumnas practicantes intentamos ofrecer un marco de
contención y reflexión propicio para revisar modelos de desempeño adquiridos
inconscientemente a lo largo de la biografía escolar, enfrentar el impacto de la práctica
con niveles de ansiedad controlados, y propiciar un inicio en la profesión que permita el
ingreso al ejercicio creativo y comprometido de la docencia. Somos conscientes de los
obstáculos propios de la situación de práctica y residencia, marcados por la interacción
entre diferentes actores e instituciones.
Bibliografía
• Achilli, Elena (1996) La práctica docente: una interpretación desde los saberes del maestro.
Cuadernos de Formación Docente: Universidad Nacional de Rosario.
• Anijovich, R. (2009) Transitar la formación pedagógica. Dispositivos y estrategias. Buenos
Aires: Paidós.
• Alliaud, A.; Duschatzky, L. (1992) Maestros: formación práctica y transformación escolar.
Buenos Aires: Mino y Dávila.
• Bruner, Jerome (1997) La educación, puerta de la cultura. Madrid: Visor.
• Davini, C. (1995) La formación docente en cuestión: política y pedagogía. Buenos Aires: Paidós.
• Davini, C. (2015) La formación en la práctica docente. Buenos Aires: Paidós.
• Diker, G.; Terigi, F. (1997) La formación de maestros y profesores: hoja de ruta. Buenos Aires:
Paidós.
• Ferry, Gilles (2008) Pedagogía de la formación. Buenos Aires: Novedades Educativas.
• Gimeno Sacristán, J y Pérez Gómez, A. (1995) Comprender y transformar la enseñanza.
España: Morata.
• Perrenoud, P. (2006) Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. España: Grao.
• Sanjurjo, L (2002) La formación práctica de los docentes; reflexión y acción en el aula. Rosario:
Homo Sapiens.