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Pensando las “buenas prácticas-buenas clases”

Escribimos entre comillas “buenas prácticas”, pues las miradas sobre cómo caracterizarlas son variables.
Son múltiples las perspectivas desde las cuales se aporta a la mejora de la enseñanza y los aprendizajes;
una alternativa se centra en poder contar con testimonios de “buenas clases” para que sean objeto de
intercambio y de crecimiento profesional de docentes y de escuelas.

¿Cómo caracterizar una buena clase?


Veamos algunos ejemplos en los que se caracteriza una buena clase en pocas palabras:

● “Una buena clase es una clase en la que el docente logró que el alumno sienta y vivencie que es
capaz de aprender”. (Jorge Fasce)
● “Una clase que invita a pensar a los alumnos es una buena clase”. (Alicia Camilloni)
Jorge Fasce, desde una mirada del aula, propone caracterizar “cuándo una clase es una buena clase”:
● Es aquella que tiene coherencia, con la planificación, con lo que se hizo y con lo que se va a hacer.
● Es aquella en la que los alumnos están activos y el docente también lo está.
● Debe haber consistencia entre los contenidos que hay que desarrollar y los objetivos planteados y,
a su vez, la metodología también debe ser consistente con los objetivos y con los contenidos.
● Debe tener relación con lo anterior en el sentido de que debe conectarse con los saberes previos
que poseen los alumnos y con la lógica de los contenidos que se han desarrollado previamente.
● Tiene que tener además un cierre “que abra”.
● El docente no debería decir nada que los alumnos puedan decir por sí mismos: todo lo que pueda
salir de los alumnos deberían expresarlo ellos.
● El docente no debería dar ninguna información que después no va a ser usada para algo.
Por su parte, Alicia Camilloni, desde una perspectiva centrada en el planeamiento, indica que una clase es
“un lapso establecido en el marco de un currículo y horario escolar en el cual el docente presenta una
secuencia de actividades destinadas a orientar a los alumnos a lograr buenos aprendizajes”. Destaca que
no existe un formato escrito de cómo tiene que ser una buena clase, que son parámetros muy subjetivos,
de acuerdo a los fines propios que tiene cada clase.

“Como tal, una clase, como unidad de tiempo puede ser atractiva y estimulante,
alentadora y sugerente, incentivadora y gratificante, perturbadora e inquietante, o puede
tener todos o algunos de los rasgos contrarios a los que mencionamos al generar en los
alumnos experiencias desagradables o, simplemente, indiferencia. Una clase tiene un ritmo
propio, marcado por las actividades, las participaciones de docente y alumnos y por

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los intercambios que entre ellos se establecen. Una excesiva velocidad en los tiempos
impuestos en las consignas de trabajo privilegia a algunos alumnos y deja atrás a otros”

Alicia Camilloni. Revista 12(ntes), Nº16, agosto 2007.


Cordialidad, interacciones amables, tolerancia ante el error, pérdida de miedo al ridículo, apertura de
pensamiento, respeto ante los modos de pensar diferentes, libertad de opinión, reconocimiento de logros
y aportes, promueven confianza y creatividad y un ambiente de alegría que no debe estar jamás ausente
en la clase.
Partiendo de estas primeras consideraciones resulta conveniente avanzar en el planteo de ciertas
características de una “buena clase” ya que servirán de insumo para orientar y acompañar las instancias de
observación entre pares previstas en los Ateneos Didácticos.
En este sentido, enumeramos algunas de las principales características que una buena clase debe
contemplar:
1. Estudiantes que hacen preguntas; buenas preguntas.
2. Las preguntas se valoran más que las respuestas.
3. Las ideas provienen de muchas fuentes.
4. Se usan una gran variedad de métodos didácticos y diferentes modelos de diseño de material.
5. Aulas inmersas en el "mundo real", en la comunidad.
6. Personalizamos el aprendizaje sirviéndonos de varios criterios.
7. Evaluación transparente, auténtica, no punitiva.
8. Los criterios de "éxito" son equilibrados y el alumnado los conoce.
9. Hábitos de aprendizaje en constante modelado.
10. Hay oportunidades para la práctica.

Acompañando en contexto: la co-observación


Durante las instancias de acompañamiento y asesoramiento propuestas en los Ateneos Didácticos, es
necesario desplegar acciones que permitan un seguimiento concreto que invite a los colegas a profundizar
en sus prácticas cotidianas y que posibilite sistematizar su saber pedagógico. Para ello la observación de
clases es un elemento crucial que permite avanzar en la reflexión de la tarea y, al mismo tiempo, posibilita
recoger evidencias para trabajar sobre las debilidades y fortalezas en los procesos de enseñanza.
Puesto que una clase forma parte de un conjunto de clases, de una secuencia o de un proyecto de trabajo
más amplio, en las que se aborda una misma temática o un mismo problema, al momento de buscar
testimonios la unidad de análisis sería necesariamente más amplia que una hora de clase. Implica tener en
cuenta el contexto en el que se desarrolla esa/s clase/s: quiénes son los alumnos, qué características tiene
la comunidad y la escuela, cuál es el perfil de los docentes, con qué recursos se cuenta, etc. Cuando la
unidad de análisis y las variables que hay que considerar se amplían, un conjunto de clases se constituye en
experiencia y, si las clases son buenas, la experiencia es significativa.

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En este sentido, proponemos la sistematización de las experiencias como un ejercicio reflexivo que
transforma los modos de representación que poseen los actores sobre ellas y que permite la construcción
de conocimiento pedagógico porque logra la recuperación y explicitación del saber por parte de los
docentes. Estimular la observación invita a dialogar y a construir juntos, desde la práctica pedagógica
acciones que permitan ajustar, enriquecer y actualizar la enseñanza concreta en los contextos educativos.
Además, esta observación permite rescatar los procesos de innovación que tienen lugar en las prácticas
pedagógicas, que con frecuencia no trascienden el aula porque los maestros y docentes generalmente no
reconocen en ellas una manifestación de su saber pedagógico.
La instancia de observación se organiza por medio de la co-observación de clases en grupos de tres
alumnos. Cuando uno de los alumnos del grupo implementa la secuencia didáctica desarrollada en el
Ateneo, los otros alumnos, en pareja, realizan la observación y registro de la clase.
En este sentido la figura del docente formador cobra relevancia, puesto que su
acompañamiento es central para promover el aprendizaje entre pares mediante acciones de
reflexión y retroalimentación permanente. Se reconoce como un movilizador de
potencialidades y acciones para lograr cambios y/o modificaciones al interior de las aulas. A
modo de ejemplo, ofrecemos algunos interrogantes que pueden servir como disparadores a la
hora de reflexionar en torno a posibles ejes de observación:
● ¿Cómo sabemos que el tema es pertinente para los alumnos, hay una conexión con algo
conocido por ellos y que los involucra?
● ¿Están los alumnos interactuando con ellos y con los docentes?

● ¿Están los alumnos haciendo preguntas adecuadas sobre cuestiones relevantes?


● Participación: ¿están todos los alumnos comprometidos? Si no lo están, ¿qué ocurre?
● ¿Son los objetivos de la clase visibles y adecuados para los alumnos?

● ¿Hay una conexión aparente entre los objetivos de aprendizaje y los


métodos/ejercicios?
● ¿Se da una devolución durante la clase?

● ¿Cómo se da la devolución y quién la da?

● ¿Se conversan los objetivos de aprendizaje y se hacen visibles?

Actividad de reflexión
A continuación se presenta una guía de observación de clases. A partir de los interrogantes enunciados les
proponemos construir un instrumento que permita registrar y sistematizar la información recogida.
Guía de observación de clases

1. ¿Son los objetivos de la clase visibles y claros para los alumnos?


2. ¿Se da a conocer a los estudiantes la estructura de la clase, actividades/experiencias de
aprendizaje, tiempos de trabajo para alcanzar dichos objetivos?

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3. ¿Se realiza un breve repaso de lo visto en la clase anterior y se descubre cuál es su conexión con el
aprendizaje de la clase actual?
4. ¿Se brinda una introducción breve de los conceptos, consignas, actividades, modo de trabajo para
que los alumnos puedan alcanzar los objetivos propuestos?
5. ¿Logran los alumnos sentirse motivados y comprometidos con la tarea a partir de la propuesta de
aprendizaje?
6. ¿Se crea un clima de clase, o contexto adecuado para el proceso de aprendizaje?
7. ¿Los alumnos pueden involucrar sentimientos positivos, “aprender es divertido”, curiosidad, etc.,
ante la propuesta didáctica?
8. ¿Se tienen en cuenta saberes previos, experiencias, motivaciones, necesidades de los alumnos?
9. ¿Se organizan actividades de enseñanza que contemplen estilos de aprendizaje diferentes?
10. ¿El docente manifiesta altas expectativas sobre el aprendizaje de los estudiantes?
11. ¿Se propone a los estudiantes resolver problemas de la realidad cotidiana?
12. ¿Se promueve que los alumnos realicen procedimientos alternativos para lograr los resultados?
13. ¿Se promueve el trabajo en equipo?

14. ¿Se utilizan recursos adecuados para los objetivos planteados?

15. ¿Se combinan conocimientos y habilidades de diferentes campos disciplinares?


16. ¿Los estudiantes interactúan entre ellos y con el docente?
17. ¿Los estudiantes realizan preguntas adecuadas sobre cuestiones relevantes?
18. ¿Se promueve el uso flexible de los espacios ofreciendo diferentes entornos de aprendizaje?
19. ¿Los estudiantes participan de la clase de manera comprometida? En caso que no lo estén, ¿qué
ocurre?
20. ¿Se organizan actividades permanentes de metacognición, reflexión sobre el proceso de
aprendizaje? ¿Se utilizan preguntas como: cuéntennos cómo lo pensaron, cuéntennos cómo lo
hicieron, cómo pueden resumir lo que sucedió en una frase, ubiquen del 1 al 5 el aprendizaje de
cada uno de ustedes?
21. ¿El docente evalúa o monitorea el trabajo que realizan los estudiantes durante la clase?
22. ¿Se promueve la retroalimentación entre pares y con el docente? ¿De qué manera se da la
retroalimentación?
23. ¿Se realiza un resumen de la clase?
24. ¿Participan los estudiantes del resumen de la clase realizado por el docente?
25. ¿Hay una conexión coherente entre los objetivos de aprendizaje, los métodos y las actividades?
26. ¿Se fomenta la reflexión sobre aciertos o dificultades encontrados en el proceso de aprendizaje?

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Recursos
Revista 12(ntes), Nº16, agosto 2007. Recuperado de:
http://es.calameo.com/read/0015063907ccfb6d40e99

Fasce, Jorge. Cuando una clase es una buena clase. Clubediba. Recuperado de:
http://club.ediba.com/esp/cuando-una-clase-es-una-buena-clase/
Camilloni, Alicia. (2010). Una buena clase. Profesorav. Recuperado de:
http://profesorav.blogspot.com.ar/2010/05/una -buena-clase.html

Coelho, Samuel. (2017). 10 características de una buena clase. Akdemia. Recuperado de:
https://www.akdemia.com/blog/caracteristicas -buena-clase
Autor/es: <Miriam López y Valeria Sagarzazu>

Cómo citar este texto:

López, Miriam y Sagarzazu, Valeria (2018). Clase 2: Las “buenas prácticas” pedagógicas. Trayecto de
formación para la coordinación de Ateneos Didácticos. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la
Nación.

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