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Ciencias de la Educacion
Alumna: Marian Hernandez
Hernandez
APUNTES
PARCIAL 1
La epistemología de la educación es
la que trata sobre el conocimiento
dentro del proceso educativo, es
pues, una rama especifica de la
epistemología en general,
considerando que el termino aquella
ciencia que versa sobre el análisis
del conocimiento, especialmente en
lo que se refiere al conocimiento
científico, aquel que cuenta con un
objeto de estudio definido, con
métodos y recursos medibles, con estructuras de análisis y de generación de hipótesis.
Por lo tanto, la epistemología como tal, trata sobre cómo se da el conocimiento y qué
aspecto ayudan a incrementarlo. En función de ello, siempre ha existido la necesidad de
conocer la naturaleza del conocimiento, cómo se adquiere, cómo permanece y se vincula
con todos los demás aspectos de la vida. De tal manera, que la epistemología como
disciplina estudia la manera cómo se construye el saber y de los factores implicados en
su constitución, por eso es una ciencia que siempre está avanzado porque lo que es
válido como conocimiento, mañana puede ser diferente,
De tal manera, que la epistemología como teoría del conocimiento comienza con la
filosofía antigua donde se encuentran múltiples reflexiones epistemológicas
específicamente en Platón y Aristóteles, pero la teoría del conocimiento como disciplina
autónoma aparece por primera vez en la edad moderna, siendo su fundador el filósofo
inglés John Locke con la obra ensayo sobre entendimiento humano aparecida en el año
1690, que trata de la edad moderna y trata de un modo sistemático las cuestiones del
origen la esencia y la certeza del conocimiento humano. Sin embargo, como verdadero
fundador del conocimiento dentro de la filosofía continental se presenta Emmanuel Kant
con su obra maestra epistemológica “la crítica de la razón pura”, dejando entrever una
fundamentación crítica del conocimiento científico de la naturaleza. Desde la perspectiva
fenomenológica, la teoría del conocimiento viene a ser una explicación e interpretación
filosófica del conocimiento humano, que se entiende mejor cuando hay autor reflexión
sobre lo que se vive cuando, es decir, se busca aprehender la esencia general del
fenómeno concreto. El conocimiento se presenta como una relación entre estos dos
miembros, que permanecen en ella eternamente separados el uno del otro, el dualismo
de sujeto objeto pertenece a la esencia del conocimiento.
Estas posturas o modelos expeditos, permite acometer el hecho educativo desde las
diversas posturas epistémicas: la empírica, explica que el conocimiento se adquiere de
forma gradual, es decir, progresivo, de acuerdo al individuo, a través de los sentidos y el
sujeto es pasivo, todo lo adquiere del exterior; la relacionista, que señala que el sujeto
tiene conocimientos a priori, donde adquiere una función de mayor actividad, porque sus
estructuras mentales construyen el conocimiento constructivismo; y la dialéctica,
considera tanto al sujeto como al objeto como elementos en constante interacción, donde
el sujeto construye el conocimiento a través de su actividad, asimismo considera que el
conocimiento es continuo, progresivo y en constante evolución.
El desafío de forjar y desarrollar ese nuevo instrumental conceptual, con el fin de
comprender las nuevas formas de producción de conocimiento que han surgido en el
mundo, no sólo por el interés epistemológico de entenderlas, sino también por el interés
práctico y político de que sólo de esa manera se podrán diseñar las políticas adecuadas,
en educación, en ciencia, tecnología e innovación, que pueden encauzar a nuestro país
por el camino adecuado para llegar a ser un sociedad del conocimiento justa, democrática
y plural.
De acuerda esta exposición del autor, es importante buscar la manera de cómo producir
el conocimiento de forma significativa en los estudiantes, los enfoques antes señalados,
expresan de una manera acertada de cómo se produce el mismo, sin embargo en la
realidad, es el docente quien debe velar , estudiar, analizar y proponer alternativas,
métodos y técnicas para que ellos se adueñen de un conocimiento efectivo, de acuerdo
a los requerimientos del mundo de hoy, que sea contextualizado con los avances
científicos, tecnológicos y sociales que amerita el hombre y mujer de hoy, prepararlos
para que se enfrenten a un mundo cada día más competitivo y avanzado, donde hay
cabida para los mejores.
Implica formar al
estudiante en el
conocimiento e
internalización de los
valores 3.- Enseñar la
6.- Enseñar la
condición
comprensión El conocimiento no puede ni
humana
debe desligarse de lo humano
de la persona, sus
sentimientos, emociones,
afectividad, lo social.
4.- Enseñar la
5.- Enfrentar la
identidad
incertidumbre
terrenal: Implica que el conocimiento
Hay que educar para la debe servir para entender que
incertidumbre e el destino del planeta Tierra
inseguridad, para lo que no está en manos del hombre
se conoce
Estos siete saberes propuestos por Morín, reflejan el ideal de la epistemología, cuando
se señala que es una ciencia que busca constantemente implicar el conocimiento de
manera integral, desde lo cognitivo, pasando por lo afectivo, moral y social. Por lo tanto,
el docente debe considerar todos los factores emocionales, biológicos, económicos,
sociales y políticos que tienen influencia en el proceso educativo y a cada educando como
un ser con una compleja realidad interior y exterior que lo condiciona, con un cuerpo en
desarrollo que afecta su concentración, y centrar especial atención en la conexión del
estudiante como ser espiritual y social, que necesita conectarse con sus compañeros en
forma solidaria y cooperativa
Vivimos en una sociedad en que la ciencia y la
tecnología ocupan un lugar fundamental en el
sistema productivo y en la vida cotidiana en
general. Parece difícil comprender el mundo
moderno sin entender el papel que las mismas
cumplen. La población necesita de una cultura
científica y tecnológica para aproximarse y
comprender la complejidad y globalidad de la
realidad contemporánea, para adquirir
habilidades que le permitan desenvolverse en la
vida cotidiana y para relacionarse con su entorno, con el mundo del trabajo, de la
producción y del estudio. Las Ciencias de la Naturaleza se han incorporado en la vida
social de tal manera que se han convertido en clave esencial para interpretar y
comprender la cultura contemporánea.
Por lo tanto, ya no es posible reservar la cultura científica y tecnológica a una elite. La
sociedad ha tomado conciencia de la importancia de las ciencias y de su influencia en
temas como la salud, los recursos alimenticios y energéticos, la conservación del medio
ambiente, el transporte y los medios de comunicación, las condiciones que mejoran la
calidad de vida del ser humano. Es necesario que amplios sectores de la población, sin
distinciones, accedan al desafío y la satisfacción de entender el universo en que vivimos
y que puedan imaginar y construir, colectivamente, los mundos posibles.
Es importante acceder a los conocimientos científicos por muchas y múltiples razones,
pues como dice Claxton (1994) «importan en términos de la búsqueda de mejores
maneras de explorar el potencial de la naturaleza, sin dañarla y sin ahogar al planeta.
Importan en términos de la capacidad de la persona para introducirse en el mundo de la
Ciencia por placer y diversión. Importan porque las personas necesitan sentir que tienen
algún control sobre la selección y el mantenimiento de la tecnología que utilizan en sus
vidas ... e importan porque la Ciencia constituye una parte fundamental y en constante
cambio de nuestra cultura y porque sin una comprensión de sus rudimentos nadie se
puede considerar adecuadamente culto, como dijo C.P. Snow hace muchos años».
La adquisición de una metodología basada en el cuestionamiento científico, en el
reconocimiento de las propias limitaciones, en el juicio crítico y razonado, debe insertarse
en todo proyecto de desarrollo de la persona y colaborar en la formación de un ciudadano
capaz de tomar sus propias decisiones, ya que prepara y favorece una actitud crítica,
razonable. Como dice Gil (1996), «la influencia creciente de las ciencias y la tecnología,
su contribución a la transformación de nuestras concepciones y formas de vida, obligan
a considerar la introducción de una formación científica y tecnológica (indebidamente
minusvalorada) como un elemento clave de la cultura general de los futuros ciudadanos
y ciudadanas, que les prepare para la comprensión del mundo en que viven y para la
necesaria toma de decisiones».
Esta convicción nos conduce a reivindicar la incorporación de la educación científica a la
educación obligatoria. Pero esta reivindicación debe estar unida a un nuevo enfoque de
la enseñanza de las ciencias que permita asegurar una educación científica de calidad
con equidad, es decir, no reservada sólo a unos pocos. Debemos en primera instancia
reconocer que dicha enseñanza debe situarse en un enfoque más general de la
educación. Una educación que se comprometa a formar y preparar a todos para afrontar
su vida posterior. Cuando nuestros países optaron por una educación general obligatoria
de mayor duración, respondían a una necesidad ineludible, impuesta por las exigencias
de la vida social y política. Una sociedad democrática requiere un alto nivel de
participación, que sólo es posible si se les brinda a los ciudadanos la formación necesaria
para alcanzarla efectivamente.
La educación general debe evolucionar en función de las demandas de una sociedad
progresivamente compleja, que requiere para su funcionamiento un desarrollo intensivo
de las capacidades individuales que favorezcan la incorporación a procesos productivos
complejos y la flexibilidad mental necesaria para asumir distintos roles en una sociedad
dinámica. Además, la educación deberá procurar el desarrollo de una capacidad crítica y
creativa que permita incidir en la modificación de la realidad social.
No podemos ni debemos conformarnos con que sólo unos pocos alumnos se sientan
atraídos por las clases de ciencias mientras que la mayoría se aburren, les resulta difícil
y pierden el entusiasmo. Como bien señala Claxton, «sea cual sea el currículo y sea cual
sea su grado de pertinencia, algunos estudiantes lo seguirán mejor que otros. La cuestión
es que sea lo que sea lo que los estudiantes se lleven consigo, deberá ser
verdaderamente útil por derecho propio».
Nuestra preocupación se centra en cómo podemos
contribuir a desarrollar e incentivar en las personas la
capacidad para aprender. Indudablemente que no es
tarea única ni exclusiva de la enseñanza de las
ciencias, ni ella por sí sola podrá lograr cambios
significativos. Pero sí debemos cuestionarnos cómo
la enseñanza de las ciencias puede contribuir a que
los jóvenes adquieran los instrumentos y destrezas adecuados y pertinentes para
aprender y seguir aprendiendo, de manera que puedan conocer, interpretar y actuar en
el mundo que les toque vivir, donde lo único constante será el cambio. Por otra parte, ese
cambio se debe en gran parte al impacto del binomio ciencia-técnica. Esto nos conduce
a preguntarnos qué conocimientos, desde el punto de vista individual y social, le son
necesarios a cada individuo para administrar la vida cotidiana, enfrentarse e integrarse
de manera crítica y autónoma a ella y ser capaces de tomar decisiones.
Parece importante que niños y adolescentes tomen conciencia de la riqueza de las
implicaciones e impactos que tienen las
ciencias en la vida cotidiana. Por otro lado,
la enseñanza de las ciencias favorece en
niños y jóvenes el desarrollo de sus
capacidades de observación, análisis,
razonamiento, comunicación y
abstracción; permite que piensen y
elaboren su pensamiento de manera
autónoma. Además, construyendo su
cultura científica, ese niño-adolescente
desarrolla su personalidad individual y social. El aporte de las Ciencias de la Naturaleza
debería facilitar la aproximación de los alumnos a la realidad natural y contribuir a su
mejor integración en el medio social.
La adquisición de conceptos científicos es sin duda importante en la educación
obligatoria, pero no es la sola finalidad de esta enseñanza: además, debería ser capaz
de brindar a los niños-adolescentes conocimientos y herramientas que posean un
carácter social, para que adquieran seguridad en el momento de debatir ciertos temas de
actualidad. Asimismo, ha de introducirles en el valor funcional de la ciencia, capaz de
explicar fenómenos naturales cotidianos y dotarlos de los instrumentos necesarios para
indagar la realidad natural de manera objetiva, rigurosa y contrastada. Del mismo modo,
no debería disimularse el papel de instrumento de opresión que la ciencia puede adquirir
en determinadas situaciones: para enfrentar las mismas es necesario educar críticamente
a las nuevas generaciones.
La enseñanza de las Ciencias de la Naturaleza debe estimular, entre otros
aspectos:
la curiosidad frente a un fenómeno nuevo o a un problema inesperado
el interés por lo relativo al ambiente y su conservación
el espíritu de iniciativa y de tenacidad
la confianza de cada adolescente en sí mismo
la necesidad de cuidar de su propio cuerpo
el espíritu crítico, que supone no contentarse con una actitud pasiva frente a una
«verdad revelada e incuestionable»
la flexibilidad intelectual
el rigor metódico
la habilidad para manejar el cambio, para enfrentarse a situaciones cambiantes y
problemáticas
el aprecio del trabajo investigador en equipo
el respeto por las opiniones ajenas, la argumentación en la discusión de las ideas
y la adopción de posturas propias en un ambiente tolerante y democrático.
La importancia de la enseñanza de las ciencias en la sociedad actual es hoy plenamente
reconocida. Este reconocimiento, unido a la creciente preocupación por el fracaso en
lograr que los alumnos adquieran conocimientos científicos, ha conducido a proponer la
introducción de la enseñanza de las ciencias a edades más tempranas. Faltan, sin
embargo, propuestas de currículos sugerentes sobre todo para la enseñanza obligatoria,
que contribuyan al desarrollo de capacidades científicas y promuevan a la vez un afecto
y un gusto por su aprendizaje, sin distinción de sexos ni procedencias sociales.
Actualmente, la tendencia que en general se evidencia en los currículos científicos de la
educación obligatoria es la de incluir, simplificadas, las mismas propuestas de los cursos
superiores. Entendemos que es necesario establecer propuestas específicas que
contemplen las características especiales de los diferentes tramos etarios y establecer
para cada caso qué tipo de enseñanza de la ciencia es la que mejor se adapta al alumno,
en función de su edad, de sus intereses y respetando su realidad cultural.
Tradicionalmente, la educación primaria ha sido definida y se le han otorgado
características propias, como ha sucedido con la educación secundaria. No así el tramo
que cubre las edades de 11-14 años, que no ha sido objeto de definición propia sino en
función del tramo inferior o superior, según los distintos casos.
Parecería pertinente que, durante los primeros años de escolarización, de 6 a 11
aproximadamente, se favorecieran las actividades de carácter más espontáneo y
vivencial, respetando la forma de abordar los problemas en la vida cotidiana. De este
modo, además, se sería coherente con la evolución cultural de la humanidad.
Recordemos que la tecnología antecedió a la ciencia. Como dice Martínez (1996), «la
tecnología a menudo se ha anticipado a la ciencia, con frecuencia las cosas son hechas
sin un conocimiento preciso de cómo o por qué son hechas. La tecnología antigua
(primitiva, artesanal) es casi
exclusivamente de ese tipo». Es decir, que
la mayoría de las invenciones se apoyaban
en el conocimiento empírico.
Durante los siglos XVIII y XIX, el desarrollo
de maquinarias fue el producto de un
trabajo empírico. Es hacia la segunda mitad
del siglo XIX cuando la ciencia comienza a
estimular y a favorecer el crecimiento
tecnológico. En el siglo XX los avances
tecnológicos están íntimamente relacionados con los resultados de la investigación
científica.
La estrecha relación ciencia-tecnología debería realzarse en las propuestas educativas
respetando sus objetivos propios. La tecnología utiliza numerosos conceptos científicos,
que son reconceptualizados e integrados al contexto tecnológico. Desde el punto de vista
metodológico también la tecnología utiliza procedimientos semejantes a los utilizados por
la ciencia que, a su vez, recibe muchos aportes de la tecnología que no se limitan sólo a
los instrumentos y sistemas productivos, sino que involucran conocimientos teóricos y
metodológicos.
Así como históricamente se puede evidenciar que existe un primer período de aplicación
pre-científica de las leyes de la naturaleza a la tecnología, parecería coherente que los
primeros años de la educación primaria favorecieran una cierta «acumulación
experiencial pre-científica» —Gil (1996)—. Este período prepararía a los alumnos para
iniciar la enseñanza de las ciencias
Las ciencias naturales se focalizan en estudiar los
fenómenos naturales (naturaleza), mientras que
las ciencias humanas se centran en estudiar al
hombre (relación, conducta, comportamiento...).
Si bien el objeto de estudio de las ciencias
naturales es muy fundamentada, científica y
reconocida a nivel de la sociedad, podríamos
preguntarnos ¿Hasta qué punto las ciencias
humanas son consideradas menos científicas
porque su objeto de estudio es más complejo y
menos eficiente para la adquisición de conocimiento?
Las ciencias humanas no solo son aquellas ciencias o
disciplinas científicas que se ocupan de aspectos del
comportamiento y actividades de los seres humanos,
sino todo lo que envuelve al ser humano en su aspecto
individual y colectivo; mientras que las ciencias
naturales no estudian estos aspectos, sino que están
inmersas en los fenómenos de la naturaleza misma.
Lo cierto es que las ciencias humanas al tener un
objeto de estudio muy subjetivo y muy variable,
debemos preguntarnos si ¿la hace menos confiable?
para la adquisición reconocimiento. Mientras que las
ciencias naturales al ser más exactas, presentar
variables controladas y basarse en un método exclusivamente empírico, permite que
haya una mayor confiabilidad de los resultados y conocimiento, es por ello que se
considera más científica. Por ejemplo, un físico puede determinar qué es lo que va a
ocurrir si se calientan los metales, al igual que un químico con la mezcla de hidrogeno y
oxigeno (H2O); mientras que un sociólogo no cuenta con la misma capacidad de
predicción cuando se estudia una situación social. La sociedad tiende a adjudicar y
segmentar a las ciencias naturales como única ciencia, yaqué son más exactas, y no le
permite una oportunidad a las ciencias humanas para que se desarrollen como tal.
Las ciencias humanas es su concepto epistemológico este designa a un grupo de
ciencias cuyo objeto es el ser humano o los grupos humanos y su cultura. No es de
utilización muy generalizada, aunque está presente en algunas denominaciones
institucionales. Puede considerarse de alguna manera similar a conceptos poco utilizados
en la actualidad, como los de ciencias morales y ciencias políticas, o más utilizado de
humanidades. Es habitual agrupar a las ciencias humanas junto con el concepto de
ciencias sociales, de las que no tienen una distinción clara (historia, geografía, economía,
ciencia política, sociología, antropología, etc.); incluso en algunos casos se enumeran
con ellas disciplinas del entorno de las ciencias de la salud, como la psicología, o saberes
más generales, como la filosofía.
Las ciencias humanas, nos permite
estudiar al ser humano de manera
individual o colectiva a través de sus
interrelaciones con sus semejantes y
con el medio ambiente donde habita;
permitiéndonos entender por qué las
personas son cooperativas, orgullosas,
desarrolladoras, etc., y pudiendo ver
cómo avanza y que diferente es de otras
especies. Aportando así las ciencias
humanas a que el ser humano, pueda
conocer su antes, ahora y después de la
aplicación de las diversas conclusiones
que aporta esta ciencia para una vida
más comprendida, mejorada y de bien
para una sociedad.
Las ciencias humanas y sociales, son
aquellas que estudian al ser humano y su relación con la sociedad. Sus discursos se
entrecruzan y enlazan; por ello es costosa una diferenciación entre estas ramas del
conocimiento. No todas las disciplinas que estudian al hombre reclaman el carácter
científico, incluso dentro de aquellas que se catalogan como ciencias, existen pensadores
que no guían sus reflexiones con el método científico.
Sin embargo, el positivismo considera adecuado y necesario un estudio del ser humano
enmarcado en este método, tanto en su aspecto individual como colectivo, y es
básicamente esta corriente epistemológica la que exige y busca que los estudios sobre
el hombre alcancen el reconocimiento de ciencias, aun cuando varios autores critiquen
los aspectos fundamentales de esta corriente epistemológica y prefieran alejarse de la
denominación científica.
Las ciencias humanas pueden dar apariencias a ser menos científicas que las ciencias
naturales, ya que presentan una menor confiabilidad en sus métodos de estudio y
conclusiones pertinentes, pero hay que concluir en que ambas son ciencias, ninguna más
científica que la otra, cada una con sus propias limitantes, que el mayor beneficiado de
los resultados de las ciencias humanas, son los propios seres humanos.
Método: forma ordenada de proceder para llegar a un fin. Engloba el estudio de los
medios por los cuales se extiende el espíritu humano y ordena sus conocimientos.
Viéndolo así la ciencia es el conocimiento de unas conclusiones obtenidas a través de
principios.
Los elementos más importantes son:
Investigación
Experiencia
Posesos demostrativos
Establecimiento de principios.
Según Piaget en la epistemología se distinguen métodos
que ayudan a determinar las condiciones del
conocimiento para hacer una buena investigación.
Podemos decir que la ciencia puede estudiar su
estructura actual desde un punto de vista estático
(sincrónico) o por el contrario atiende a su formación y
desarrollo y en este caso sería diacrónica o evolutiva.
En el primer caso (sincrónico) utilizamos en análisis
directo y el en segundo el histórico critico que se interesa
por el estudio del pasado o de los elementos que han
contribuido al establecimiento de la ciencia. La
epistemología enérgica se relaciona con el histórico
crítico porque busca una explicación causal de la
estructura intelectual del niño a través de su proceso de
formación, así la psico génesis se complementa con la socia genética.
Método de análisis directo:
usado para verificar
problemas formales y
materiales, mediante el
análisis reflexivo, utilizando la
experiencia y a deducción de
hechos.
Método Psicogenético:
se vale de los aportes Método formalizante: se
de la psicología su hace análisis directo de los
conocimientos para
importancia es como determinar condiciones
es que el sujeto formales y su relación con la
organiza esa experiencia.
experiencia.
MÉTODOS
La epistemología es esta
rama de la filosofía que
revoluciona los procesos
en los cuales vamos
adquiriendo nuevos
conocimientos. Apoyada
del conocimiento
científico en cuanto a
conceptos, métodos y leyes.