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ARTICULOS

David Hume
A mediados del siglo XVIII, David Hume sostuvo que el conocimiento humano se compone
de impresiones sensibles y de ideas, que se forman a partir de los datos de los sentidos.

30 DE OCTUBRE DE 2009 - 09:10

No podemos ir, pues, más allá de lo que nos aportan los sentidos, y la existencia y
verdad de las ideas resultan injustificables para nosotros. Con esto, rompió
definitivamente con la tradición metafísica occidental.Lic. Miguel Meaurio Coronel

Afirmó que, dado que de las proposiciones o verdades de hecho no pueden deducirse
los mandatos o recomendaciones morales, en definitiva, los valores y las normas
morales se basan únicamente en el sentimiento y no en la razón.

Escribió que la metafísica no ha sido nunca ciencia, sino un vano deseo de penetrar en
lo impenetrable, cuando no la obra astuta de la superstición, de las angustias y
prejuicios de la religión. Dijo que para liquidar de una vez para siempre las
inabordables cuestiones metafísicas, es preciso inquirir seriamente en la naturaleza
del entendimiento humano, realizar un análisis detenido y exacto de su poder, límites
y capacidad.

-La ontología de Hume es empirista y atomista: las percepciones son unidades simples,
distintas, diferenciadas, pues solo así son distinguibles. Distingue dos tipos únicos de
percepciones y escribe: "Todo el mundo admitirá sin reparos que hay una diferencia
considerable entre las percepciones de la mente cuando un hombre siente el dolor y
cuando con posterioridad evoca esta sensación o la anticipa en su imaginación: una
distinción semejante afecta a todas las percepciones de la mente".

ANTIMETAFÍSICA

Al cortar la metafísica occidental que venía desde Heráclito, hasta Leibnitz, Hume
inició el movimiento que llevó a las modernas filosofías antimetafísicas. Su empirismo
fue la fuente de la que se alimentaron las futuras corrientes del psicologismo y el
escepticismo.

En este contexto, investigó el ámbito moral humano mediante la observación y la

experimentación, tal como lo hiciera Newton con el mundo físico. Se opuso a la
metafísica porque no le reconocía carácter científico y le reprochaba ser el fruto de la
vanidad humana, la cual, dijo, pretendió llegar a conocer objetos que le son imposibles
de alcanzar, incluyendo la superstición, que domina al hombre mediante miedos y
prejuicios religiosos.

Señaló que los elementos básicos con los que opera la mente son las percepciones. Las
ideas son copias de las impresiones. Por ello, para averiguar el valor y el significado de
una idea, debemos remontarnos a la impresión que le dio origen.

Al respecto afirmó también que el efecto es totalmente diferente de la causa y, en

consecuencia, jamás podrá ser descubierto en aquella: Ejemplificó escribiendo que el
movimiento de la segunda bola de billar es cabalmente distinto del movimiento de la
primera, "ni hay aquí nada en una de ellas que envuelva la más mínima referencia a la
otra". Esta crítica de la causalidad no recae solo sobre la filosofía clásica, incluida la
cartesiana, sino que se proyecta también sobre la propia física newtoniana.

LÍMITE DE LA MENTE

Sostiene Hume, que el pensamiento del hombre resulta ilimitado. Puede unir formas y
apariencias incongruentes, conducirnos incluso más allá del universo y concebir lo que
nunca se ha visto u oído contar. Nada, salvo lo que implica contradicción absoluta,
parece estar más allá del poder del pensamiento. Sin embargo, un examen más
detenido muestra que todo ese poder creativo de la mente se reduce a la facultad de
mezclar, trasponer, aumentar o disminuir los materiales suministrados por los
sentidos.

Hume mezcla filosofía y psicología, lo que acentúa su escepticismo, que se descubre en

su manera de encarar el mundo material, haciendo desaparecer la distinción entre
nuestro pensamiento y el mundo, e insinuando que la realidad estará para siempre
fuera de nuestro alcance.

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