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Desnutrición

La desnutrición no es sólo consecuencia de la escasez de alimentos, sino de una

combinación de muchos otros factores, como la carencia de proteínas, calorías y

micronutrientes, la presencia frecuente de enfermedades e infecciones, las

prácticas deficientes de cuidado y alimentación, la falta de servicios de salud

adecuados y la utilización de sistemas de agua y saneamiento insalubres.

El mayor peligro de una nutrición inadecuada no es inmediato. Más allá de la

inaceptable muerte de un niño/a por desnutrición están las consecuencias que le

acompañarán de por vida. Freno en el crecimiento, reducción de la capacidad

intelectual, propensión a contraer un mayor número de enfermedades…Son

algunos de los efectos a los que, a la larga, tendrá que hacer frente quien haya

padecido desnutrición en la infancia.

La desnutrición arranca, en ocasiones, durante el embarazo. Si la madre no se

alimenta correctamente y hay déficits en los componentes nutricionales, el feto no

crecerá de manera normal. Una vez que nazca, cuando el desarrollo físico y

mental puede ver limitado, si la leche no tiene la composición adecuada, los

riesgos de ser desnutrido/a aumentan.

El nuevo informe de Acción contra el Hambre, ‘Ayuda a la nutrición’ (Aid For

Nutrition, en su título original) indica que, de los 11.000 millones de dólares que se

necesitan anualmente para hacer frente a la desnutrición, únicamente se ha hecho

efectivo un 1% cada año entre 2005 y 2009.


Aunque en la actualidad el número de niños y niñas desnutridos es menor que

en el decenio de 1990, en el mundo en desarrollo unos 143 millones de niños

menores de cinco años -o uno de cada cuatro- tienen peso inferior al normal , y

sólo el 38% de los niños y niñas menores de seis meses son amamantados de

manera exclusiva.

La Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 reconoce el derecho de

todos los niños a disfrutar del más alto nivel posible de salud y, en especial,

contempla el derecho a una buena nutrición. Todos los gobiernos tienen la

responsabilidad jurídica de proteger esos derechos, y el cumplimiento de esta

obligación es para el bien de toda la sociedad. La desnutrición es tanto una causa

como una consecuencia de la pobreza.

La nutrición adecuada no es solo una cuestión de la infancia. Toda la sociedad se

beneficia de que las generaciones del futuro estén bien alimentadas. Las personas

que gozan de una niñez aprenderán con más facilidad, serán más productivas y,

por tanto, servirán al desarrollo de su sociedad. La nutrición y el bienestar de la

infancia son base de una sociedad productiva y sana.

Se llama desnutrición a un estado patológico de distintos grados de seriedad y de

distintas manifestaciones clínicas, causado por la asimilación deficiente de

alimentos ingeridos por el organismo.


La desnutrición puede ser causada por la mala ingestión o absorción de
nutrientes, también por una dieta inapropiada como hipocalórica o hipoproteica.
Tiene influencia en las condiciones sociales o psiquiátricos de los afectados.
Ocurre frecuentemente entre individuos de bajos recursos y principalmente en
niños de países subdesarrollados.
La diferencia entre esta y la malnutrición es que en la desnutrición existe una
deficiencia en la ingesta de calorías y proteínas, mientras que en
la malnutrición existe una deficiencia, exceso o desbalance en la ingesta de uno o
varios nutrientes que el cuerpo necesita (ejemplo: vitaminas, hierro, yodo, calorías,
entre otros).
En menores un cuadro clínico de desnutrición puede terminar en Kwashiorkor que
se da por insuficiencia proteica en la dieta o Marasmo que trae como resultado
flaqueza exagerada a falta de un déficit calórico total en la dieta.
En los niños la desnutrición puede comenzar incluso en el vientre materno. Las
consecuencias de la desnutrición infantil son:
Niños de baja estatura, pálidos, delgados, muy enfermizos y débiles, que tienen
problemas de aprendizaje y desarrollo intelectual. Mayores posibilidades de ser
obesos de adultos. Las madres desnutridas dan a luz niños desnutridos y las que
padecen anemia o descalcificación tienen más dificultades en el parto con niños
de bajo peso.[1]
Según Médicos Sin Fronteras,[2] cada año de 3 a 5 millones de niños menores de
seis años mueren de desnutrición.
Diferencia entre malnutrición y desnutrición

La desnutrición implica un déficit de nutrientes y consumo del tejido muscular.


La malnutrición es una categoría más amplia que la desnutrición, que incluye
también la deficiencia de algún nutriente, como falta de vitaminas o minerales.
Estas formas de malnutrición afectan al organismo, por ejemplo causando anemia
(falta de hierro) o afectando la formación y fortaleza de los huesos (falta de calcio
o de vitamina D). Pero sus efectos son más suaves y se trata simplemente
con suplementos dietarios o un cambio en la alimentación.
La desnutrición es la forma más severa de malnutrición. Implica un déficit general
de nutrientes y consumo del tejido muscular, que el cuerpo utiliza como alimento a
falta de otras fuentes.

Síntomas y detección
Los síntomas pueden variar de acuerdo a lo que causa la desnutrición, pero se
pueden mencionar síntomas generales como fatiga, mareo y pérdida de peso. Se
puede detectar mediante valoraciones nutricionales y análisis de sangre.[3]
En los niños con desnutrición se puede observar que no crecen, están tristes, no
juegan, no quieren comer, lloran con facilidad, y se enferman muy fácilmente.[4]En
medicina se puede detectar la malnutrición o la desnutrición midiendo la talla y el
peso y comparando estos con tablas de crecimiento, verificando si hay un desvío
de los valores normales de talla y peso para la edad dada del niño.
En 2006, la OMS difundió el nuevo Patrón de Crecimiento Infantil a nivel mundial.
Se considera que los niños que siguen el desarrollo dentro de este patrón tienen
un crecimiento normal para esa edad. Con este nuevo patrón se demuestra que
todos los niños del mundo tienen el mismo potencial para desarrollarse y que las
diferencias en el crecimiento hasta los cinco años de edad están relacionadas con
una adecuada nutrición, el tipo de alimentación, la atención sanitaria y el medio
ambiente, independientemente de los genes o región del planeta a la que
pertenece el niño.[5]
Una revisión sistemática a nivel mundial publicada en enero de 2016 en The
Lancet Diabetes & Endocrinology por Scherdel et al., concluye que actualmente
las prácticas que se llevan a cabo para controlar el ritmo de crecimiento de los
niños en la mayor parte de los países se basan en datos insuficientes, utilizando
métodos subóptimos, lo que conduce a la existencia de retrasos diagnósticos en
casos de trastornos de salud importantes, con consultas excesivas de niños sanos
con variaciones normales de crecimiento, todo lo cual produce elevados costes
sanitarios. Se necesitan posteriores estudios para poder estandarizar la práctica
del control de crecimiento y llegar a establecer un acuerdo internacional, y definir
cuándo un crecimiento es anormal, incluyendo la selección de tablas de
crecimiento adecuadas. No obstante, resulta importante que los clínicos tengan
presente que un algoritmo es un patrón de toma de decisiones que establece una
serie de compañeros, pero que en ningún caso debe sustituir el propio juicio
individual y la valoración clínica personal.[6]
Los programas de alimentación complementaria busca cerrar la brecha energética
originada por este problema, proporcionándoles a las personas alimentos y
bebidas con un alto nivel de energía, para ser consumidos junto con sus comidas
regulares. Una revisión sistemática de 32 estudios, la mayoría llevados a cabo en
países de ingresos bajos y medios, halló que la alimentación complementaria tiene
una incidencia pequeña en los resultados nutricionales. Esta es más eficaz en los
niños más pequeños y pobres, cuando se les proporcionan dichos alimentos en
guarderías o centros de alimentación en vez de que se los lleven a sus hogares;
cuando los alimentos complementarios proporcionan mayor energía; y cuando la
supervisión del programa es estricta. Asimismo, existe un efecto positivo en el
desarrollo psicomotor, aunque no hay evidencia clara sobre su efecto sobre el
desarrollo cognitivo. [7]

Desnutrición crónica
La desnutrición crónica en infantes, niños y adolescentes, es el retraso del
crecimiento esperado para una edad dada y reflejado en el peso y la talla del
menor. En este retraso en niños o adolescentes en fase de crecimiento, el cuerpo
retrasa su crecimiento ante la falta de nutrientes provocándole falencias que lo
afectaran en el futuro. Esta desnutrición puede ser moderada o severa de acuerdo
a la talla y peso que se registre.[8]
Como resultado la desnutrición crónica y anemia en menores de 0 a 3 años
producen deterioros en la capacidad física, intelectual, emocional y social de los
niños, también riesgos de contraer enfermedades por infección y de muerte. El
deterioro que produce genera dificultad de aprendizaje escolar, y detiene el
acceso del niño a una educación superior. De adulto trae limitaciones físicas e
intelectuales, obteniendo así dificultades de inserción laboral.[8]
Este tipo de desnutrición está muy ligado a la pobreza, y en condiciones
socioeconómicas muy desiguales la desnutrición crónica es mayor. Esto es,
cuanto más concentrada esta la riqueza en las clases ricas más concentrada esta
la desnutrición crónica en los hogares pobres.[9]
La desnutrición crónica también es un indicador socioeconómico. De acuerdo al
mapa interactivo del periodo 2006-2008 de la FAO sobre la desnutrición en el
mundo, las regiones más afectadas en mayor o menor medida por este flagelos
son: Latinoamérica,[10] África menos Sudáfrica, Medio Oriente, Asia con
excepción de Japón y Rusia, y Países de Oceanía menos Australia y Nueva
Zelanda.[11]

Causas

La causa más frecuente de la desnutrición es una mala alimentación, en la que el


cuerpo gasta más energía que la comida que consume. Existen patologías
médicas que pueden desencadenar una mala absorción o dificultades en la
alimentación causando así la desnutrición. O circunstancias sociales, ambientales
o económicas pueden arrastrar a las personas a una desnutrición. Estas causas;
pueden ser:

La desnutrición puede surgir cuando una persona no consume suficientes


nutrientes en sus comidas, o bien cuando no puede absorberlos. Las causas
pueden ser:

 Anorexia nerviosa. La anorexia es un desorden de la alimentación.


 Bulimia. Los vómitos provocados impiden al cuerpo absorber los nutrientes
necesarios.
 Disfagia. Es la dificultad para deglutir.
 Depresión y otras enfermedades mentales. La depresión puede causar una
disminución significativa del apetito.
 Cáncer y otras infecciones crónicas. Las enfermedades crónicas y la
medicación utilizada para tratarlas pueden causar pérdida de apetito y
dificultades para digerir. Dado que los ancianos son quienes más
frecuentemente sufren de enfermedades crónicas, son un grupo de riesgo.
 Adicciones. El abuso del alcohol o drogas puede llevar a saltearse comidas
por los mismos efectos de la sustancia adictiva o por falta de recursos
económicos.
 Enfermedades gastrointestinales. Las mismas impiden la correcta absorción
o asimilación de uno o varios nutrientes.
 Vómitos. Aunque una persona consuma suficientes nutrientes, si sufre de
vómitos por otras patologías, el organismo no llega a absorber los
nutrientes de la comida. Las enfermedades que pueden causar vómitos son
dengue, fiebre tifoidea, gripe y otros.
 Diarrea. La diarrea aguda, que dura unos pocos días, no puede causar
desnutrición. Por el contrario, la diarrea crónica, que dura más de cuatro
semanas, provoca la pérdida de minerales indispensables para la
supervivencia: cloruro, potasio y sodio.
 Diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2. Impiden la normal absorción de la glucosa.
 Parasitosis. El parásito consume la mayor parte de los nutrientes de la
comida.

Causas sociales de la desnutrición

La desnutrición puede no ser causada por factores que afectan a una sola
persona, sino factores que afectan a toda una población. Por ejemplo:

 Hambruna. Ocurre cuando en una zona geográfica amplia no existen


suficientes alimentos para distribuir en la población.
 Pobreza. Incluso en zonas donde existen suficientes recursos alimentarios,
determinados grupos o individuos pueden no tener los recursos económicos
para acceder a ellos.

Patologías médicas

 Anorexia nerviosa
 Bulimia
 Celiaquía
 Coma

 Depresión
 Diabetes mellitus
 Enfermedad gastrointestinal
 Vómitos constantes
 Diarreas

Circunstancias sociales

 Hambrunas: Pueden ser ocasionadas por, sequías, plagas, razones


políticas, guerras, o múltiples motivos.
 Pobreza: La pobreza es la principal causa de desnutrición en el mundo,
según la FAO para el año 2009 1.020 millones de personas sufrían de
hambre a nivel mundial y el mayor porcentaje de esta población vive en
países subdesarrollados.[12]

Entre algunas de las causas relacionadas con la pobreza encontramos el no


contar con dinero para comprar alimentos, una inadecuada distribución de los
alimentos en la familia, difícil acceso o escasos servicios de salud, interrupción de
la lactancia materna (destete) a edades muy tempranas, introducción tardía e
insuficiente de alimentos complementarios a la leche materna, infecciones
frecuentes: diarreicas y/o respiratorias e higiene inadecuada en alimentos.

Fisiopatología y cuadro médico

En un comienzo un individuo con un estado inicial de desnutrición al tener


su alimentación altamente limitada, sufre primeramente un gasto energético.
Gastándose rápidamente sus ATPs producidos por las mitocondrias luego
agotando la glucosa de los tejidos y la sangre producida por la liberación
de insulina.
Con el agotamiento de la glucosa, la próxima fuente de energía a ser utilizada es
el glucógeno almacenado en los músculos y en el hígado. Este es rápidamente
transformado en glucosa y ofrece un aporte razonable de energía. Su agotamiento
puede generar apatía, postración y hasta síncope —el cerebro al utilizar la glucosa
y cuerpos cetónicos, como forma de energía, sufre mucho cuando
hay hipoglucemia—. En seguida las grasas (triacilglicerol) son liberadas de las
reservas adiposas, y es dividida en ácido-graso más glicerol. El glicerol es
transportado al hígado a fin de producir glucosa. El ácido graso por medio de la
beta-oxidación forma cuerpos cetónicos que causan un aumento de la acidez en
sangre (el pH normal es de 7,4). La acumulación de cuerpos cetónicos en la
sangre puede llevar a un cuadro de cetonemia (ver cetosis), su progresión tiende a
evolucionar en un surgimiento de ceto-acidez (pH < 7,3) compensado por el
organismo con la liberación de bicarbonatos de la circulación.
La piel se hace más gruesa sin el tejido adiposo subcutáneo. En esta etapa
las proteínas de los músculos y del hígado son divididas en aminoácidos para que
por medio de la gluconeogénesis pasen a ser una nueva fuente de glucosa
(energía). En verdad el organismo puede usar varias sustancias del cuerpo como
fuente de energía. La grande perdida de masa muscular ocurre en las regiones
más próximas al esqueleto. La fuerza muscular es mínima y como consecuencia
sigue la muerte.
Consecuencia

Niños siendo pesados para medir la malnutrición en un campo de refugiados,


durante la crisis alimentaria en el Cuerno de África de 2011.
El corazón pierde masa muscular, así como otros músculos del cuerpo. En el
estado más avanzado hay una insuficiencia cardíaca y posterior muerte.
El Sistema inmune Se torna ineficiente. El cuerpo humano no puede producir
glóbulos blancos, y esto causa múltiples infecciones intestinales, respiratorias, y
otros acontecimientos. La duración de las enfermedades es mayor y el pronóstico
siempre peor que en individuos normales. La cicatrización se lentifica.
En la sangre es posible que ocurra un cuadro de anemia ferropénica relacionada
con la desnutrición.
En el tracto intestinal hay una menor secreción de HCL por el estómago, tornando
ese ambiente más favorable para la proliferación de bacterias.
El intestino disminuye su ritmo de peristáltico y su absorción de nutriente.
En la persona produce una disminución de su coeficiente intelectual,[13]
problemas de aprendizaje, de retención y memoria. En niños, menor crecimiento y
desarrollo físico y mental.

Prevenciones
Para prevenir la desnutrición infantil se debe:[1][4]
1. Lograr una buena alimentación variada y nutritiva que se base
en: cereales y tubérculos , verduras y frutas de temporada, leguminosas,
alimentos de origen animal (pollo, huevo, pescado, carne, leche o queso).
2. Una mujer se debe preparar para cuando sea madre, acumulando reservas de
micronutrientes y alimentarse bien.
3. Si una mujer esta embarazada: necesita tres comidas principales y dos entre-
comidas, variando los alimentos de buena calidad.
4. Los niños menores de 6 meses deben ser alimentados solo con leche materna.
5. Vigilar la talla y peso del niño es una forma de monitorear su crecimiento.
6. Preparar los alimentos con limpieza, lavar las manos antes de preparar la
comida o servirla y luego de ir al baño o cambiar el pañal puede evitar que el
infante se enferme.
7. Los niños enfermos deben continuar su alimentación, sin grasas, mucho líquido
y muchos cuidados. Luego de la enfermedad los niños recuperan su peso con
una buena alimentación.
8. Es muy importante acudir regularmente a un centro de salud durante
el embarazo, y controlar regularmente al niño con un pediatra y
un nutricionista, para evitar complicaciones, problemas de salud y prevenir la
desnutrición.
9. Tener una buena salud alimentaria con alimentos balanceados.

Si se detectan signos de desnutrición

Una vez realizada la evaluación integral del paciente, se podrán tener los
siguientes diagnósticos:

 Situación de riesgo.
 Desnutrición subclínica o marginal.
 Desnutrición clínica.

Se clasifica en:

 Zona Crítica.
 Leve.
 Moderada.
 Grave.

Síntomas de la desnutrición

La desnutrición en los bebés les provoca períodos de llanto e inactividad


alternados.

 Adultos:
o Considerable pérdida de peso
o Disminución de la masa corporal (índice de masa corporal por debajo
de 17)
o Debilidad muscular
o Cansancio generalizado
o Mayor vulnerabilidad a enfermedades de contagio
o Aumento de la irritabilidad
 Niños:
o Retraso en el crecimiento (peso y talla)
o Irritabilidad
 Bebés:
o Alternan períodos de llanto e inactividad
o Problemas de aprendizaje
o Atención dispersa
o Resequedad y descamación de la piel
o Vientre hinchado
Grados de desnutrición

La desnutrición grado 3 muestra un peso menor al 60 % de lo esperado para la


edad. 

 Grado 1. Peso corporal entre el 76 y 90 % del esperado para la edad del


niño y su altura. La velocidad de crecimiento y el desarrollo psicomotriz es
normal o su retraso es leve.
 Grado 2. Peso corporal entre 61 y 75 % del esperado para la edad. La
velocidad de crecimiento y el desarrollo psicomotriz tienen un retraso
moderado o severo.
 Grado 3. Peso corporal menor al 60 % de lo esperado para la edad. La
velocidad de crecimiento y el desarrollo psicomotriz se detienen. Peligro
inminente de muerte

Uno de los grandes problemas en los países en desarrollo es


la desnutrición infantil. La falta de acceso a los alimentos, las sequías, la pobreza
y muchos otros factores propician este problema.

 ¿Qué tipos de desnutrición existen?



Los tipos de desnutrición pueden agruparse de diferentes formas. Por
ejemplo, se pueden agrupar en función de las carencias que presenten las
personas que la padecen:

• Desnutrición calórica o marasmo. Este tipo de desnutrición se da en


personas que comen una cantidad de alimentos escasa, es decir, que no
comen todo lo que deberían. Provoca retrasos en el crecimiento de los
niños, pérdida de tejido graso y una delgadez muy elevada, que puede
incluso llegar a considerarse caquexia. Otras consecuencias son el
cansancio generalizado, el bajo rendimiento laboral o académico.
• Desnutrición proteica. La desnutrición proteica se da en aquellas
personas cuya dieta apenas contiene proteína y que se alimentan,
principalmente, de carbohidratos. Este tipo de desnutrición provoca una
menor resistencia del cuerpo a las infecciones, abombamiento abdominal,
alteraciones de la piel, problemas hepáticos…

La desnutrición también puede medirse en función de la relación entre el


peso y la talla:

1. Desnutrición aguda leve. Aquí el peso es normal para la edad de la


persona, pero su talla es inferior a lo que debería.
2. Desnutrición aguda moderada. Una persona con este tipo de desnutrición
pesa menos de lo que debería para su estatura.
3. Desnutrición aguda grave. En este caso, el peso está muy por debajo del
que debería (es inferior al 30% de lo que debería ser) y las funciones
corporales se ven alteradas. Se trata de una situación crítica, con un alto
riesgo de muerte para la persona que la padece.
4. Carencia de vitaminas y minerales. Cuando se da esta situación, la
persona no puede llevar a cabo tareas diarias normales debido al
cansancio, defensas bajas que favorecen la aparición de infecciones o tiene
dificultades para aprender.

La desnutrición crónica, uno de los peores tipos de desnutrición

La desnutrición crónica se debe, principalmente, a la falta de


nutrientes como la vitamina A, ácido fólico, yodo, proteínas o hierro; pero
también inciden otros factores, como por ejemplo la falta de acceso al agua
potable: esto provoca diarreas constantes que impiden una asimilación
correcta de los nutrientes, dificultando todavía más la nutrición de los niños
y niñas. Este tipo de desnutrición afecta a más de 160 millones de niños en
el mundo, de los cuales la inmensa mayoría —alrededor del 90%— viven
en África y Asia.

Los efectos de este tipo de desnutrición se muestran en el largo plazo:


principalmente, porque el niño o niña tiene un retraso de crecimiento, es
decir, que no ha alcanzado las medidas previstas para los menores de su
edad. Esto se produce cuando el cuerpo no recibe todos los nutrientes que
necesita especialmente durante los primeros dos años de vida y, también,
durante el embarazo. Es decir, que en la desnutrición crónica de niños y
niñas también afecta el nivel de nutrición de la madre.

Este periodo que incluye la gestación y los dos primeros años se conoce
como los “1000 días críticos para la vida”: durante esta etapa es cuando se
produce el desarrollo básico de niñas y niños y, por tanto, una buena
nutrición es crucial. Pasados los dos años, la desnutrición crónica puede
tener consecuencias irreversibles tanto a nivel físico como psicológico,
perpetuando así la desigualdad de las personas que la padecen.

El desarrollo físico de un niño afectado por desnutrición crónica se ve


alterado, como te comentábamos al principio, y provoca que su cuerpo no
alcance los estándares establecidos para su edad. Además, también causa
otros problemas como un sistema inmunológico más débil y más
propensión a desarrollar diferentes tipos de enfermedades.

De todos los tipos de desnutrición, la desnutrición crónica es la única que


tiene un regalo envenenado única y exclusivamente para las mujeres: las
consecuencias físicas son peores para las niñas que la padecen ya que, al
quedarse embarazadas, sus caderas son más pequeñas de lo habitual y
sufren complicaciones graves en el parto, que pueden provocar tanto su
muerte como la del bebé. Además, estas mujeres pueden padecer una
evolución uterina anormal y tener problemas tales como un menor flujo
sanguíneo que afecta a la placenta y al desarrollo del feto.

Como consecuencia, sus hijos pueden padecer problemas neurológicos o


intelectuales, y también tienen un alto índice de probabilidad de nacer con
un peso por debajo de lo normal. De este modo es como se perpetúa el
ciclo de la desnutrición crónica.

A nivel cognitivo, las consecuencias son todavía más graves: un niño o una
niña que padezca desnutrición crónica tendrá, casi con total seguridad,
menos competencias en el colegio que un compañero bien nutrido. Estos
niños y niñas tienen más dificultades para aprender a leer o a redactar, así
como para llevar a cabo cálculos numéricos. Como consecuencia, cuando
llegan a la edad adulta se ven condenados a cubrir puestos laborales
menos cualificados y peor pagados, perpetuando también el ciclo de la
pobreza La lucha contra la desnutrición, clave para los países en desarrollo

El primer paso para erradicar otros problemas consiste en poder garantizar


una nutrición correcta a la población. De esta manera, los países en vías de
desarrollo pueden disminuir lacras como las elevadas tasas de mortalidad
infantil en primer lugar, pero también pueden combatir el analfabetismo u
otros problemas enraizados en la sociedad. Contribuir a frenar los
diferentes tipos de desnutrición es contribuir al crecimiento de la sociedad y
de los países: un niño bien alimentado se convertirá en un adulto que podrá
ayudar a su comunidad a progresar.

La batalla contra la desnutrición debe darse desde diversos campos:


con formación para que las familias y, especialmente, las mujeres tomen
conciencia de la importancia de alimentar a sus hijos de forma adecuada ya
desde el embarazo; con mejores infraestructuras para garantizar el acceso
a agua potable; con mejores servicios sanitarios; con mejoras en el ámbito
agrícola para diversificar la dieta de estas personas. De esta manera,
millones de personas podrán tener acceso a un futuro mejor y adquirirán
posibilidades para escapar de la pobreza.

TRATAMIENTO DE CASOS MODERADOS


DE DESNUTRICIÓN:

1) Dieta: Se inicia con dieta líquida, luego blanda y pos


teriormente una dieta completa.
2) Infección. Si existe, se da tratamiento específico.
Estos pacientes se tratan en forma ambulatoria.

TRATAMIENTOS EN CASOS GRAVES:

1) Se ingresan inmediatamente al Centro de Salud.


2) Dieta: En forma similar a los casos moderados, pero
según la vía que el niño la tolere: taza, cuchara, son
da nasogástrica o venoclisis.
3) Rehidratación en casos necesarios.
4) Infección: Se aconseja administrar antibióticos. Ej.:
Penicilina por 5 ó 7 días.
5) Administración de minerales (hierro, magnesio, etc.),
vitaminas.
6) Parasitosis: Tratamiento específico una vez detecta
da por exámenes de laboratorio.

TRATAMIENTO ULTERIOR:

1) Educar a los padres


para que hagan el mejor viso de los alimentos que se consi-
guen en la localidad.
2) Administrar hierro por la vía oral.
3) Tratar las diversas infecciones, por leves que sean.
4) Bus-
car la colaboración y asistencia de autoridades locales o
funcionarios de servicio social, cuando ha habido una des-
organización del grupo familiar.

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