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ANTOLOGÍA

HISTORIA DE LA SALVACIÓN
UNA LITERATURA

Texto tomado de : La Biblia, en términos familiares y sencillos, es la crea­


ción literaria de un pueblo, el antiguo Israel, y de un mo­
González, Ángel (1971)
vimiento religioso naciente, el cristianismo. En conceptos
«¿Qué es la biblia y cómo leerla?» más rigurosos, es el conjunto de libros que el judaísmo y
Editorial PPC/EDICABIL. Salamanca. la iglesia reconocieron como sagrados y por eso normati­
vos, o, lo que es equivalente, inspirados y canónicos.
De esta definición ceñida se dará cuenta más tarde. En­
cierra un juicio valorativo de carácter y de autoridad y una
limitación que deja al margen de su lista algunos libros
paralelos y análogos del tardío judaísmo y del naciente
cristianismo, los libros llamados exteriores o apócrifos.
El espacio de tiempo en que se gestó y configuró la li­
teratura bíblica es de unos doce siglos, desde el 1100 antes
hasta el 100 de nuestra era, un milenio de actividad crea­
dora de Israel y medio siglo del cristianismo.

EL NOMBRE

El término Biblia con el que la colección se vino a de­


signar encubre la pluralidad de libros señalada. Las len­
guas occidentales lo tomaron del latín, que había singula­
rizado el plural griego ta biblia, los libros. En griego biblos
denomina el material en que se escribe, el rollo, lo equi­
valente al papel. De ahí que pasara a significar el rollo es­
crito o el libro . El origen del término está en indudable
conexión con el nombre de la ciudad fenicia Byblos, puer­
to de tráfico del papiro egipcio, el material corriente usado
para escribir.

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El latín acunó el nombre Biblia para distinguir la lite­ Lo nuevo que para el judaísmo tendrá lugar en el futu­
ratura sagrada del judaísmo y del cristianismo, los libros ro próximo o remoto, para el Nuevo Testamento ha co­
santos, el libro más excelente, la sagrada Escritura . menzado ya . Está presente y en referencia a una persona
que estuvo a la vista en la historia, que está y que vendrá :
Jesús el Cristo. En él se ve la historia entera, hacia atrás
LITERATURA DEL JUDAÍSMO Y DEL CRISTIANISMO hasta el principio, y hacia adelante hasta el fin.
La Biblia judía no asume esta segunda parte ni se
hace solidaria de esa aplicación de los términos proféticos.
La doble paternidad a que se viene aludiendo-judaís­
La Biblia es sencillamente lo que se acaba de llamar Anti­
mo, cristianismo-da razón de la nomenclatura bipartita en
guo Testamento. Por el contrario, la Biblia cristiana se
que comúnmente se habla de la Biblia: Antiguo y Nuevo
integra de dos partes : la Biblia de Israel y el Nuevo Tes­
Testamento. El primero comprende la literatura sagrada de
tamento. Aquélla era para Jesús y sus discípulos la sa­
Israel; el segundo, la específica del naciente cristianismo.
grada Escritura. Este la vino a completar, después de la
Los nombres adolecen de cierta ambigüedad. Testamen­ era apostólica, en cuanto que fue reconocido como expre­
to corresponde al hebreo berit, que significa propiamente sión fiel del definitivo acontecimiento salvador.
pacto o alianza. En su paso por el griego, berit se transfor­ Las diversas iniciativas de escindir el Antiguo Testa·
mó en diazeke, que, más que alianza, es el testamento o la mento de la Biblia cristiana se han verificado perniciosas
herencia legada. Se tradujo así al latín y de aquí a las otras para el autoentenderse del cristianismo y de la iglesia . Es
lenguas, aun cuando comporte un empobrecimiento de la como un cortar la raíz o derruir la base. Se pierde algo
categoría bíblica alianza. esencial, que es su dinámica histórica. La iglesia ha corro­
Antigua y nueva alianza llaman los profetas Jeremías borado su sentir por la voz de los concilios, afirmando la
y Ezequiel a dos etapas o tiempos de la historia santa, uno idéntica autoridad del Antiguo y del Nuevo Testamento.
pasado que no alcanzó plena eficacia y otro futuro que va
a conocer acontecimientos decididamente salvadores.
A la luz de estos términos el acontecimiento cristiano LA BIBLIA EN PERSPECTIVA LITERARIA
se entiende y se explica como la nueva alianza, realización
de la palabra que habían dicho los profetas. «Este cáliz es Entre los varios puntos de vista desde que se puede
la nueva alianza de mi sangre, que va a ser derramada por enfocar la Biblia, destaca por su primariedad l literario.
vosotros» (Le 22, 20). La Biblia es un espécimen de la literatura universal. Cier­
Aplicados así, los calificativos antiguo y nuevo no tie­ to que no es esta faz primaria la que absorbió la atención
nen sólo sentido temporal, sino que comportan referencia en el pasado. Tanto era el peso de su sacralidad. Se la leyó,
recíproca y son valorativos. Afirman el binomio esperanza­ tradujo y estudió; fue transmitida escrupulosamente y se
realización, promesa-cumplimiento. En él se da por supues­ vivió de ella en actitud tan venerativa que no medió dis­
ta la continuidad de una misma historia santa que se inte­ tancia suficiente para contemplarla a nivel y en términos
gra en dos tiempos, el pasado y el futuro. El evangelio de de la literatura universal.
Mateo en el Nuevo Testamento traza intencionadamente el Fuera de algunos atisbos esporádicos de los siglos pa­
puente: la esperanza del reino mesiánico expresada por los sados, el estudio de la Biblia como literatura es iniciativa
profetas tiene en el acontecimiento cristiano su respuesta. de este siglo. La tarea es históricamente inseparable del

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nombre de Hermano Gunkel, con sus trabajos sobre los de leyes por las que se venía ya rigiendo la sociedad pre­
Salmos y el Génesis. En ellos se habla en términos de esté­ nacional, se comienza a cultivar la sabiduría y la lírica .
tica, de forma y tipos literarios, de génesis, de ambienta­ Los dos reinos separados de Judá e Israel, con sus res­
ción, de estructura. Después la ciencia bíblica cultivó ese pectivas instituciones, círculos de cultura y genios perso­
campo hasta lograr la imagen literaria completa de la Bi­ nales, producen obra propia. Vendrá luego a fundirse en
blia. No es sabio cerrar los ojos a esa perspectiva, aun el depósito común que sobrevivirá a los dos reinos. Los
cuando se busque en la Biblia dimensiones más significati­ últimos cincuenta años de Judá conocen grandes perso­
vas y profundas. nalidades creadoras, sobre todo de profetas.
La Biblia ha dejado de ser creación empírea, atempo­ El exilio, desconcertante y destructor, no es un tiem­
ral, desencarnada, para mostrarse fruto de la actividad crea­ po literariamente inactivo. Apega el alma del pueblo a su
dora humana, enraizada en situación, anclada en el tiem­ tradición sagrada y da el impulso a su configuración deci­
po. Es la voz de la existencia y el eco de los vaivenes del siva en libro escrito. En la época persa, con el entusiasmo
pueblo creador. Su crecimiento espaciado en más de un y la lucha difícil por la recuperación de la identidad, en­
milenio no es un dato sin relieve. La supone empapada de cuentran su figura firme muchos libros.
la vida del pueblo que la escribió.
Corrientes nuevas, creadoras, surcan la época helenís­
Se han podido individuar los pasos firmes en el creci­
tica; en ella cristaliza la literatura sapiencial y nace la apo­
miento de esta literatura ; se ha identificado, si no a sus
calíptica. El Nuevo Testamento es prácticamente todo él
autores, los círculos y ambientes que le dieron figura; se
fruto de la actividad inquieta del período apostólico, en la
conoce el proceso de su progresiva formación; se puede
segunda mitad del siglo primero de la era cristiana.
hablar de etapas de letargo y de etapas productivas. La
puesta en relieve de su humanidad no resta a su capacidad
de significación. Al contrario, el verdadero significado se
revela en la auténtica encarnación. Los GRANDES GÉNERO S

En criterios literarios, los muchos libros de la Biblia


PROCESO DE FORMACIÓN se reparten entre unos pocos grandes géneros, que englo­
ban numerosos géneros menores. No es del caso descen­
El germen de la literatura bíblica no se pierde en el der en este momento a la definición minuciosa de los mis­
tiempo mítico. Se le puede identificar en tradiciones orales, mos, pero es importante constatar que la Biblia está es­
que viven, circulan y crecen en el seno de una sociedad no­ crita en formas literarias conocidas en la literatura univer­
mádica, círculos de familias, clanes, santuarios de los pre­ sal. En algunas de ellas se acentúa su genio peculiar, y es
decesores de Israel. Sabemos algo de ello por rastreo ana­ el volumen que adquieren lo que da fisonomía propia al
lítico en lo que son ahora los libros de la Biblia. conjunto.
La monarquía davídico-salomónica, en el siglo diez an­ Lo géneros literarios son instituciones del lenguaje,
tes de nuestra era, acuna el verdadero nacimiento de la lite­ modos definidos de expresarse, de hablar y, sobre todo,
ratura. Es la conciencia nacional la que presta el suelo pro­ de escribir. Como cauces de expresión surgen y viven con
picio. En esa época culta surge la historiografía digna de la tradición oral, se definen por los contenidos que trans­
tal nombre, se editan los primeros códigos de normas y miten y por las situaciones y ambientes de que se hacen

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eco. Cuando la tradición pasa a ser literatura escrita, se nos libros y fragmentos del Antiguo Testamento y por
precisan, se desarrollan, se entrecruzan. uno del Nuevo, la apocalipsis de Juan.
Para entender cualquier literatura, y en el caso la bí­ La sabiduría es fruto de la experiencia y de la reflexión
blica, es decisivo distinguir los géneros literarios. Las in­ humana, en forma de sentencia, de dicho sabio o de poe­
tenciones y sentidos de un texto están confiadas a su for­ ma temático. Según sea la forma, se presenta en coleccio­
ma. El lector se pone en situación de entender un escrito nes o en libros de tesis. El Antiguo Testamento incluye un
cuando sabe de antemano si es la página de un tratado de grupo de libros sapienciales.
física, el capítulo de una novela, un soneto, un anuncio La lírica es el género poético que expresa el impacto
propagandístico, un panfleto partidista, político o rei­ producido o la vivencia despertada por una realidad en el
gioso. alma del poeta. La lírica bíblica es prácticamente toda re­
ligiosa. La tensión subjetiva la distingue de la poesía pro­
Los grandes géneros que agrupan los libros de la Biblia
fética y de la sapiencial. Está representada por tres libros
son la historiografía, la ley, la profecía, la apocalíptica, la
del Antiguo Testamento y por poemas diseminados a lo
sabiduría, la lírica y la carta.
largo de toda la Biblia.
La historiografía relata historia real o imaginaria, he­ La carta es una misiva dirigida por alguien a un des­
chos humanos y acontecimientos importantes en la exis­ tinatario a distancia. El destinatario puede ser un indivi­
tencia de una sociedad, para decir no sólo cómo fueron, duo o una colectividad. Se incluyen en la Biblia diversos
sino de qué modo fueron vividos y qué significaron. En tipos de cartas. Las más significativas son las dirigidas por
esta categoría se alista una gran parte del Antiguo y del un apóstol a sus comunidades. Estas constituyen una bue­
Nuevo Testamento. na parte del Nuevo Testamento.
La ley, o el género legístico colecciona las normas y Estos siete grandes géneros representan toda la Biblia.
costumbres, los principios, ordenanzas y preceptos, por El enfoque literario de la misma llama a detener la aten­
los que el pueblo autor se rigió en su historia. Fuera de ción sobre cada uno de estos géneros. Interesa, en particu­
algunas peculiaridades que la caracterizan, la ley bblica lar, su proceso genético y su caracterización.
tiene la forma de la legislación de otros pueblos. Está toda
encuadrada en la historia de Moisés; de aquí que se la de­
signe por su nombre ley mosaica. LA H ISTORIOGRAFÍA
La profecía es un génetQ especial, acuñad) en la sco­
logía del profeta que habla como mensajero. Se dirige como La historiografía es el género que predomina en la Bi­
vocero de Dios a un destinatario en forma alocutiva, con blia. El concepto debe entenderse en acepción amplia y
un oráculo o un corto discurso poético. Las colecciones elástica, sin el rigor exigido por la historiografía actual,
de estos dichos, junto con otros elementos añadidos, for­ si ha de abarcar todo lo que en la Biblia es relato. Incluye
man todo un bloque literario del Antiguo Testamento. desde la narración ordenada y fidedigna de acontecimien­
La apocalíptica es un género más singular y extraño, tos históricos reales hasta la ficción novelesca, pasando
que deriva de la profecía y de la sabiduría. Es relato de vi­ por toda la gama de géneros menores de relato.
siones y de sueños, revelación de acontecimientos ocultos La historiografía bíblica hinca sus hondas raíces en la
y próximo-futuros, en lenguaje simbólico. Aparte de nu­ tradición oral que recuerda suertes de familias y de clanes
merosos libros extrabíblicos, está representada por algu- seminómadas; adopta las conocidas formas poético-popu-

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lares que tienen su análogo en otras literaturas. Son los Historia propiamente dicha no se escribe mientras no
pequeños cantos épicos, los relatos míticos de aconteci­ existe el pueblo con conciencia nacional o la comunidad es­
mientos de nivel divino que ponen la base a la existencia tructurada, conocedora de su razón de ser y su destino.
humana, el cuento, la fábula, la saga, la leyenda . El pueblo hebreo la adquirió con la sedentarización y con
La leyenda es el tipo de relato que abunda más en la la monarquía, que unió las tribus separadas, consolidó la
tradición poética oral. Arranca de algo histórico, que lue­ posesión del suelo patrio, promovió la justicia a la luz de
go es llevado y traído, idealizado, actualizado por la ima­ una ley común y organizó un ejército.
ginación popular, para que guarde interés y diga algo a De la época de David y Salomón datan las primeras
los que lo transmiten. Versa sobre acontecimientos, perso­ obras historiográficas en los relatos sorprendentes de la
nas, lugares, cosas, realidades de órdenes diversos. Reviste ascensión y de la descendencia de David, y en la versión
con frecuencia carácter etiológico o da la razón de oríge­ más antigua de los orígenes del pueblo, la llamada histo­
nes y causas. ria jahvista. Es aquí donde se incorporan los materiales
De este material poético de la tradición oral toma da­ diversos de la tradición oral antigua, pero no azarosamen­
tos la historia, que no dispone de otras fuentes, o lo incor­ te, sino según un plan y con un tono definido. Adopta el
pora íntegro según viene trasmitido. En el libro del Gé­ esquema del credo histórico, que proclama la acción de
nesis está el paraíso de estos géneros. Su valor histórico Dios en los momentos decisivos del devenir del pueblo,
es vario; en cada caso debe medirlo la crítica histórica . y tiene sabor épico. Es el estrato más antiguo del Penta­
Aun cuando su valor en ese aspecto sea mínimo, ese mate­ teuco actual.
rial, arrancado al pequeño círculo creador, fue asumido en Con esas obras se abre camino el género historiográfi­
la historia nacional y en las grandes teologías de la histo­ co. Luego se incrementará con la reinterpretación y la ac­
ria, para cobrar en ellas una gran elocuencia . tualización de la historia ya referida y con versiones histo­
Además de estos géneros poéticos hay otros de carác­ riográficas de las etapas sucesivas, conforme el pueblo si­
ter menos popular, que representan el arte informativo in­ gue su curso. La historia contada por el yahvista tuvo otra
tencionado. Son de envergadura técnica y sabia, y preten­ versión paralela en el reino del Norte: la historia elohísta.
den comunicar saber histórico. Entre ellos están los diver­ La época monárquica o, más exactamente, el largo es­
sos tipos de listas genealógicas de personas y pueblos, los pacio que corre desde Moisés hasta el final de los dos rei­
elencos y relaciones de lugares, de ciudades de asilo, de nos, tuvo su historiador en el deuteronomista, un autor
villas fortificadas, de animales sacrificables, de mobiliario o una escuela que recogió todas las fuentes a su mano y
cúltico. También rezan aquí los relatos de sueños, las auto­ dio su versión según un plan bien definido del sentido de
biografías, los informes de vocación de un profeta, la re­ la historia. Comprende los libros del Deuteronomio, Josué,
ferencia pormenorizada de un acontecimiento con todo el Jueces, Samuel y Reyes. La historia antigua se volvió a
contorno histórico y, por supuesto, los anales de la corte, actualizar en el destierro por obra del escritor o escuela
que refieren por años los acontecimientos y realizaciones sacerdotal, y poco después todas esas versiones de los orí­
importantes. Estos géneros informativos no son precisa­ genes nacionales se fundieron, para dar como resultado el
mente populares; proceden de círculos bien definidos o de Pentateuco en su forma presente. El análisis literario da
instituciones, del mundo del profeta, del sacerdote, del sa­ razón de todo ese proceso, al ahondar en la compleja es­
bio, del cortesano. tructura y lenguaje de los libros escritos.

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Hacia el año 300, comienzo de la época helenística, hechos y dichos de Jesús, expresando sobre todo la reac­
se volvió a escribir la historia entera desde el punto de ción ante su impacto. Son la respuesta de los discípulos a
vista y a la luz de la situación de ese momento. Es la obra la figura de Jesús, reconocido como el Cristo. En otros tér­
llamada del Cronista, que comprende los libros de las Cró­ minos, son la proclamación de que Dios se presencia per­
nicas, Esdras y Nehemías. El autor bebe en la historia ya ceptiblemente en la historia e inaugura el tiempo de la libe­
escrita y usa fuentes inéditas. Tiene su propio plan, persi­ ración que para el futuro habían anunciado los profetas.
gue su objetivo y ofrece una nueva teología de la historia. La liberación mesiánica está ya ahí, presente. Esa es la
Se muestra libre ante sus fuentes y ante la versión recibi­ buena noticia.
da. No repara en modificarla, añadiendo y quitando, acen­ El evangelio único, consistente en la proclamación de
tuando y asombrando, para mostrar a sus destinatarios su la comunidad primera, cristalizó, al ponerse por escrito, en
propia imagen de la historia. varias formas, todas con el mismo contenido y tensión pro­
Aparte de estas versiones de conjunto o cuerpos histo­ clamativa. Cuatro de ellas fueron reconocidas como expre­
riográficos, el Antiguo Testamento contiene libros meno­ sión autorizada del evangelio único. La iglesia no las fun­
res que podríamos llamar episodios de historia, aunque, dió, sino que las retuvo diferenciadas. El plan de tres de
en parte, sean novelescos . Tales son los libros de Rut, To­ esas versiones es análogo. Puestas en columnas paralelas,
bías, Judit, Ester, Jonás y, de mayor categoría historio­ coinciden sustancialmente. Son los llamados, por eso, si­
gráfica, los libros de los Macabeos. Estos cuentan, en efec­ nópticos, Mateo, Marcos, Lucas. El cuarto evangelio tiene
to, la historia de todo un período: la heroica ruptura del estructura propia.
dominio helenístico y el episodio de independencia nacio­ El libro de los Hechos es también evangelio. Es la se­
nal con la dinastía asmonea. Capítulos narrativos se en­ gunda parte de la obra de Lucas. Se llama Hechos de los
cuentran, además, en el marco de otros géneros, en los apóstoles, refiriéndose, en particular, a Pedro y Pablo . El
libros proféticos y en los sapienciales. segundo es, en realidad, el personaje central. Cuenta so­
En el Nuevo Testamento tienen carácter de relato y bre su trabajo de misión, expansión de la buena nueva
quieren ser del género histórico los evangelios y los He­ hasta el corazón del mundo, que en aquel momento era
chos. No son, por supuesto, historia crítica, pero pertene­ Roma. No es historia inmanente: la expansión veloz del
cen a la categoría de la literatura narrativa. cristianismo es entendida como obra del espíritu de Dios.
Evangelio era la recompensa que se daba a la ofrenda
que se ofrecía por una buena noticia. Luego se llamó así
a la misma buena nueva. El término fue tomado de ese ni­ LA LEY
vel semántico para designar la buena noticia o el mensaje La ley no figura en la Biblia en libros independientes,
de liberación anunciado por Jesús de Nazaret y plasmado a la manera de los códigos legislativos antiguos o moder­
en su suerte; los apóstoles oyeron allí la palabra liberadora nos. Está concentrada en el Pentateuco, encuadrada en la
de Dios y la anunciaron. Su anuncio cristalizó más tarde en historia. El relato de esos libros versa sobre el origen de
libros, a los que se llamó con el mismo nombre, evangelios. Israel desde los remotos predecesores. La ley en ellos tie­
Los evangelios no son, aunque lo parezcan, biografía ne también sentido de versión de los orígenes, en cuanto
de Jesús de Nazaret. No ofrecen el verdadero encuadre que es la constitución que da al pueblo su ser.
histórico, ni la caracterización, ni la sucesión cronológica Los códigos de leyes no surgen de una vez y por arte
que pide la biografía. Refieren sobre la persona, sobre los de un legislador. Son resultado de coleccionamientos que

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recogen los principios, normas y decisiones, por los que se carencia de unidad, cuando no contradicciones. Todo ello
viene rigiendo una comunidad. La ley bíblica no es en señala y afirma el progresivo nacer de la ley y de sus códi­
ese respecto diferente. Comienza en la época mosaica o ya gos, las modificaciones, adaptaciones, crecimientos que de­
antes y acaba de redondearse en el siglo quinto o cuarto bió experimentar para ser norma viva de un pueblo.
de nuestra era. Indispensable para vivir en sociedad, debe Hay en la Biblia dos tipos de leyes marcadamente di­
tener su cuna en el seno de la sociedad seminomádica de ferentes por su forma: la apodíctica y la casuística. La pri­
los predecesores de Israel, para seguir luego creciendo y mera es prescriptiva o prohibitiva en tono absoluto («No
regulando la convivencia de unas tribus en vías de seden­ matarás»). Esa forma categórica par�ce reconocer mayor
tarización y la vida toda de un pueblo a lo largo de su sacralidad a su contenido. Aunque no exclusivo, ese estilo
historia. La ley crece con el pueblo que se rige por ella, de formulación es típico de la ley bíblica. La ley casuísti­
evoluciona al ritmo de su vaivén histórico y de su andan­ ca no tiene ese tono absoluto. Se imagina o pinta el caso
cia cultural. con un «SÍ» o un «cuando» («Cuando compres un escla­
En sus comienzos la ley no es otra cosa que el uso y vo», «Si dos hombres riñen») y legisla sobre él. Es el
costumbre establecida, la norma de comportamiento que mismo estilo del código de leyes de Hammurabi, para ci­
no se puede violar, la decisión tomada por el grupo con tar un código extrabíblico. Esta ley se aproxima también
fuerza obligante. Los códigos de leyes resultan del colec­ en el contenido al derecho general del mundo circundante.
cionamiento de esos principios de conducta. La ley bíblica El encuadre artificial de toda la ley en el Pentateuco
cubre los campos todos de la existencia, el religioso, el ci­ hace este bloque literario más complejo. No se le puede
vil y el penal. No es ajena ni en el contenido ni en la for­ definir como historia, cuando desde la mitad del Exodo
ma a las normas que están vigentes en toda el área cultu­ hasta el final del Deuteronomio predomina la ley. Parece
ral o a los diversos códigos antiguo-orientales. Si no de­ que el relato tuviera su razón de ser en servirle de encua­
pende de ellos en directo, sí a través de la cultura difun­ dre. De hecho, el conjunto representa la constitución de
.
�. Israel en la dimensión histórica y en la legislativa. Son
El análisis literario descubre en el Pentateuco diversos los libros más importantes de la Biblia judía.
códigos de leyes, que responden a otros tantos momentos Pero la ley se inserta directamente en la historia de
de coleccionamiento, y éstos, a su vez, impulsados desde Moisés y, más en concreto, en el episodio sinaítico. En el
una situación histórico-cultural. Se habla in distincto del Sinaí se centra el acontecimiento decisivo en el devenir
decálogo mosaico, del decálogo cúltico, del código de la del pueblo, la alianza. Referida a ella, la ley se define como
alianza, de la ley de santidad y del más amplio y hetero­ la carta de la alianza del pueblo de Dios. El aconteci­
géneo código sacerdotal, que abarca el saber de Jos sacer­ miento es el punto de partida, y la ley es el camino que
dotes, referente, sobre todo, a las cosas sagradas. Todo ello debe servir de guía . En el andar ese camino se decide cuál
constituye lo que vino a llamarse la torá o Ja ley de Moisés. es el pueblo de Dios. La historia será, en efecto, interpre­
Cada uno de los códigos que acabamos de mencionar tada a la luz de la alianza y de su ley. La historia de Israel
tiene, en cuanto a origen y formación, su peripecia. Dentro como pueblo de Dios es vista como la historia del funcio­
de algunos de ellos se de;cubren colecciones menores que namiento de la alianza. Aunque sea, pues, artificial, el en­
debieron preceder a la formación del código completo. cuadre es decisivo para entender el sentido teológico que
Otras veces acusan, igual en el contenido que en la forma, la ley tiene en la Biblia.

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LA PROFECÍA Los profetas mencionados no escribieron los libros que
están bajo sus nombres. El profeta no era un escritor, sino
La profecía representa uno de los géneros más carac­ un carismático que hablaba y hada, y eventualmente man­
terísticos de la literatura bíblica. No le es ciertamente ex­ daba escribir algunas de sus palabras. Hay en el libro de
clusivo, pues hay profetas y mensaje profético en los pue­ Jeremías algo de la suerte azarosa de un rollo que él había
blos vecinos de Israel y en pueblos distantes en tiempo dictado. El profeta interpreta, diagnostica, acusa, anuncia
y espacio. Pero no con ese volumen, continuidad e impor­ ruina o salvación, todo ello en palabra o en acción sim­
tancia. Entre las religiones de tipo profético o de revela­ bólica y siempre como mensajero del Dios de la alianza .
ción por mensajeros, quizá la más marcada es la hebrea . Los libros proféticos comienzan su historia en la pa­
De ahí el sólido eco en su literatura . labra que el profeta pronunció. Desde ahí hasta su for­
mación definitiva intervienen muchas manos: los discípu­
Profecía es el mensaje del profeta para su pueblo. La
los que recogen y transmiten la palabra, los colectores que
hegemonía de esta figura en la historia de Israel se tradu­
reúnen dichos sueltos, los redactores que les dan la forma
ce ya en el modo de representarse a sus predecesores en
última. Por supuesto, cada libro tiene su historia. Segu­
diálogo con Dios, al modo de los profetas. Se llama así, ni­
ramente ningún libro recoge todo ni tampoco sólo lo
velando términos sinónimos, a grandes personalidades de
que dijo el profeta . Algunos de sus nombres son, por lo
carismáticos que precedieron a los profetas llamados es­
demás, convencionales; otros son inidentificables e inda­
critores. La posteridad no coleccionó en libros especiales
tables; otros, en fin, son adoptados como padres para dar
sus palabras, quizá porque no había despertado todavfa
paternidad a palabras proféticas anónimas. El nombre de
ese interés. Este es fruto de reflexión y de experiencia.
Isaías cubre la obra al menos de tres profetas; y aun esos
Pero guardó la memoria de sus figuras en leyendas, en
tres no explicarían todo el material que hay en su libro.
las que se incrustan dichos sueltos y palabras en acción.
El análisis literario ha puesto al descubierto, por criterios
Lo que hicieron se vino a entender como palabra que
de contenido y de forma, la complejidad casi indomable
hubieran pronunciado. Esas leyendas forman parte de la
de los libros proféticos.
historia deuteronomista, y por eso llaman los judíos a ese
Hay tres suertes de material en estos libros: coleccio­
bloque «los profetas priores» .
nes de palabras, o discursos del profeta , relatos autobiográ­
En el Antiguo Testamento hay un bloque de libros ficos en boca del profeta, datos biográficos de otros sobre
que se llaman proféticos y que se atribuyen nominalmen­ él. En algunos de los profetas menores (y este calificativo
te a autores profetas. Se habla comúnmente de cuatro pro­ no se refiere a la personalidad, sino a la extensión del
fetas mayores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel) y de libro) recurre sólo el primer tipo.
doce menores (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, La forma característica del lenguaje profético es la
Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías), sentencia corta , el oráculo; eventualmente otras formas
aunque algunos se clasificarían mejor en otros géneros. acuñadas por el lenguaje literario, inspiradas en las múl­
Daniel y parte de otros libros son propiamente apocalip­ tiples situaciones de la vida diaria. La fórmula del mensa­
sis ; Jonás es el relato sobre el comportamiento de un pro­ jero, como el profeta se entiende, es: «Así dice Yahveh» .
feta. Fue en el siglo octavo a. C. cuando se despertó e] Y bajo esa autoridad está el anuncio que advierte y exhor­
interés por guardar las palabras proféticas que habrían ta, que amenaza y promete. Tiene forma poética, con la
de dar base a los libros. tensión particular que caracteriza al profeta. A veces el

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mensaje se traduce, más que en palabras, en acciones sim­ Muchos libros de los profetas recibieron en el trasiego
bólicas. Estas escenifican el anuncio, son palabras en ac­ material apocalíptico. La contaminación borra la línea di­
ción. visoria entre uno y otro bloque.
Los colectores y redactores de los dichos proféticos El punto central de enlace está en la expectación del
siguieron a veces criterios misteriosos de coleccionamien­ acontecimiento salvador . La escatología profética prome­
to. El lector exigente de orden cronológico o de secuencia te liberación en el futuro. La promesa despierta expecta­
lógica tropezará más de una vez con algo laberíntico. Y ción, pero la expectación se impacienta cuando la opresión
hasta el estilo del profeta sufre modificación. Lo que qui­ acosa y cierra los horizontes. Se tiene la impresión de que
zá fueron dichos sueltos, de ocasiones diversas, aparece la promesa se retarda en exceso, o que tal vez fracasa. No
en el libro como si fuera todo un discurso. hay, por lo demás, personalidades de mente luminosa, ca­
Los libros proféticos ocupan lugar preeminente des­ rismáticos que alumbren la tremenda oscuridad .
pués de la torah en el Antiguo Testamento. Este se vino En ese contexto brota la exuberante apocalíptica, anun­
a llamar, en expresión sintetizante, la ley y los profetas . ciando como inminente un evento espectacular liberador .
Recoge y extrema la expectación que habían despertado
los profetas; modifica la escatología con su gran carga de
LA APOCALÍPTICA impaciencia y de espectacularidad ; conmociona la teolo­
gía estática legalista-sacerdotal. A falta de personalidades
La apocalíptica (revelación) es un fenómeno sicológi­ de auténtica autoridad, los escritos apocalípticos se encu­
co, literario y teológico, propio de una situación histórica bren en el seudónimo.
muy tensa, aparentemente desesperada y forcejeando por La apocalíptica se toca, de otra parte, con la sabiduría .
una luz de esperanza. La apocalíptica judía brota en for­ El apocalipta es un erudito o un sabio, que se considera
ma plena, con expresión literaria, en el siglo segundo a . C., introducido en los misterios de la historia y en las oscuri­
en la opresión y persecución de Antíoco IV . Intenta abrir dades del futuro. Su lenguaje es también para iniciados,
un horizonte a esa situación ciega y tenebrosa, ofrecer un como el lenguaje gnóstico ; alude veladamente a situacio­
consuelo a la desesperanza, anunciando como inminente nes y personas del presente en rebuscados simbolismos;
un cambio espectacular que dará paso a una era nueva . El descubre el futuro en términos crípticos, cifrados. La apo­
cambio debe radicar en una irrupción potente de las uer­ calíptica es libresca . Sus autores no son predicadores ca­
zas celestes en el mundo del hombre, con la suspensión de rismáticos como lo eran los profetas. Son escritores de ga­
toda causalidad y eficacia intramundana . binete, con un estilo frío, artificial, marcado por su ca­
La literatura apocalíptica desborda con mucho las rácter exotérico y trascendentalista . No interpelan directa­
muestras que de ella hay en la Biblia . Un buen número de mente, sino que relatan visiones o sueños que ha tenido
escritos judíos en la tornante de la era cristiana represen­ el yo que habla o el él de quien se habla .
tan el género; los libros propios de la secta de Qumrán La cosmovisión apocalíptica es audaz; pretende abar­
son de tensión apocalíptica . En toda esa literatura, el gé­ car lo universal en dimensión de tiempo y de espacio. En­
nero se presenta en muy diversos matices. Un diseño rá­ foca la historia entera en ingeniosas síntesis y vistas de
pido sólo puede atender a los trazos más comunes. conjunto, la periodiza en tiempos expresados por símbo­
El fenómeno es propiamente un apéndice de la profe­ los de valoración peyorativa (bestias, minerales, metales).
cía y busca dignificarse con la autoridad de este género. La cosifica de tal manera que parece dominarla, tenerla

26 27
oyó por un ángel sobre las cosas que han de suceder. Hay
toda en su mano. Eso quiere decir que, en realidad, la his­ muchos elementos de la liturgia cristiana en su lenguaje.
toria no le interesa o le escapa . No le encuentra el sentido Pasajes apocalípticos y un trasfondo sordo de esa corrien­
que le vieron las grandes teologías de la historia. Cabalga te hay también en los Evangelios. A diferencia de las apo­
sobre ella para ir a clavar la atención en su punto final, calipsis judías, la cristiana contempla ya el presente como
cuando su curso normal se interrumpe para dar paso al es;aton iniciado; desde Cristo se está ya en el tiempo de­
mundo futuro. cisivo de la liberación.
El tránsito de los dos tiempos es el tema central de la
apocalíptica . En ese punto se decide la suerte de este mun­
do. Será de ineludible destrucción, para que se abra paso LA SABIDURÍA
a un mundo de otro orden. El categórico dualismo de lo
totalmente malo y lo totalmente bueno tiene aquí aspec­ La sabiduría es una forma de literatura que floreció
to temporal: el presente tiempo o eón es pernicioso y debe desde la remota antigüedad en todo el Oriente, concreta­
perecer enteramente; el eón futuro será todo luminoso; mente en Mesopotamia, Egipto y Canaán. La sabiduría bí­
en él está la salvación. La salvación no es viable en el blica se sitúa en este contexto.
mundo conocido; está en el escape hacia el mundo veni­ Desde la época de Salomón se comenzó a cultivar en
dero. Israel con carácter propio una sabiduría, que pretendía la
Agente de la colosal transmutación son las fuerzas ce­ altura de la floreciente entre las naciones conocidas. La le­
lestes, trascendentes. El hombre poco tiene que hacer. El yenda engrandece la figura del rey sabio y la posteridad
que pertenece al perverso mundo está avocado a perecer le atribuye poemas y libros sapienciales. El impulso desde
con las fuerzas del mal. El destinado a salvación la reci­ la corte promovió este género de literatura que vino a te­
birá del cielo, de donde los bienes proceden. Hay una ner su edad de oro en época tardía. Los círculos de los sa­
suerte de determinismo trascendente en toda la visión bios son una institución bien destacada en la historia de
apocalíptica . El momento de la transmutación está tam­ Israel.
bién previsto desde el cielo. El visionario lo contempla La sabiduría tiene su forma peculiar y sus temas pre­
desde su hondo saber y lo anuncia en cifras, en símbolos, feridos. Traduce una actitud característica ante la reali­
en signos. Perfora el tiempo empírico y penetra en el dad. No reclama como fuente la revelación profética ; no
porvenir del tiempo presente hasta el fin. Su interés está proclama como el credo; no contempla la realidad en di­
en el más allá. De ahí el desarrollo de la esperanza de mensión de historia, de la cual no se interesa; no se ocu­
ultratumba y del tema de la resurrección en la apocalíp­ pa de cosas específicamente religiosas ni del culto. Su
tica . De ahí también la personificación acentuada de las atención se detiene en plano en los quehaceres todos de la
fuerzas trascendentes en la angelología y la demonología. diaria existencia, pregunta por el orden y el sentido de
El mejor representante de la apocalíptica en el Anti­ las cosas, intenta domesticarlas, someterlas a control. El
guo Testamento es el libro de Daniel. Elementos signifi­ simple interrogante sobre ellas implica la intención de su
cados de este género hay también en varios libros proféti­ dominio racional. La sabiduría es fruto de la experiencia
cos, Isaías, Ezequiel, Joel, Zacarías, Malaquías. En el Nue­ y de la reflexión no sólo de un individuo, sino de genera­
vo Testamento está la apocalipsis joanea, libro de consola­ ciones o del hombre viviendo en sociedad. Se transmite de
ción para la iglesia perseguida en el reino de Domiciano. padres a hijos y se formula en sentencias, proverbios y poe-
El autor la define como la revelación de Dios que vio y
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mas. Por supuesto, aunque no directamente religiosa, su Los libros sapienciales son muy heterogéneos. Reco­
sentido religioso está en la base misma de la experiencia gen muchos estadios culturales, yuxtaponen contrarias
racional. maneras de pensar, presentan diversos aspectos de la rea­
lidad, se valen de múltiples formas de traducir conceptos
La forma primaria de la sabiduría es el m�sal, senten­ en lenguaje, abordan una temática sin límites.
cia, aforismo, proverbio, dicho corto y sustancioso; se alar­ Hay en la sabiduría planos marcadamente diferentes
ga en el aviso, en la reflexión, en la alegoría. Su propósito que se sobreponen y entrecruzan. Hay el plano puramen­
es transmitir una experiencia que sirva para guiarse en la te experimental y racional, que traduce un saber casi pro­
vida. Se dirige del anciano, del padre, del desengañado, al fano, aunque no rehúya el tema religioso. Hay el plano
joven, al hijo, al inexperimentado; o del maestro al dis­ más filosófico, que adopta el discurso amplio para tratar
cípulo. discursivamente el tema. Hay el plano teológico, que
Por su carácter y tono la sabiduría no es compulsoria, aborda desde la fe los grandes interrogantes de la exis­
autoritaria, aunque confiada en sí misma, sino que busca tencia humana . La sabiduría se viene a convertir en un
persuadir, se expone a la prueba, presenta a la considera­ sistema filosófico o teológico.
ción las diversas caras de la realidad. A veces acude al El bloque de libros sapienciales de la Biblia compren­
tono agudo, picante, irónico, mordiente. Versa sobre todas de los Proverbios, Job, Eclesiastés, Eclesiástico y Sabidu­
las realidades de la vida, se interesa de todas las situa­ ría. Parte son colecciones de sentencias, parte poemas
ciones, aborda temas importantes de la humana existen­ temáticos. Los más representativos de ambos géneros son
cia . Enseña a moverse en todas las eventuaiidades, a com­ respectivamente los Proverbios y Job.
portarse rectamente. Busca dar una cosmovisión que pue­ Los Proverbios se integran de colecciones de dichos
da servir para encontrar sentido en las cosas; guía para antiquísimos y de otras muy tardías. Entre todas repre­
acertar y tener éxito, para encontrar y adoptar la medida sentan los diversos planos antes aludidos. Las colecciones
justa en todo. integrantes están diferenciadas en el libro por los mismos
Tropieza forzosamente, como toda filosofía, con las títulos internos. Se hacen eco del progresivo proceso de
cuestiones fronterizas del misterio, con problemas filosó­ formación. Job es el típico libro de tesis ; la suya versa
fico-teológicos difíciles, como el mal, el sufrimiento, la sobre el tema del sufrimiento de los justos y sobre la jus­
retribución, la muerte, y entonces tiene que pasar de ticia de la retribución. Los últimos libros sapienciales son
la sentencia corta al discurso de tesis. Aquí están los gran­ creación de la época helenística y acusan el enfrentamiento
des poemas sapienciales junto a las colecciones de sen­ con la filosofía griega . Ecos de la corriente sapiencial se
tencias. oyen en otros libros de la Biblia, como en la historiogra­
Frente a la problemática mayor, la sabiduría pasa del fía y en los Salmos.
plano meramente experimental y racional al teológico, re­
curre abiertamente a la revelación en busca de la expli­
cación total de la realidad. De pura habilidad, de puro LA POESÍA LÍRICA
saber humano, la sabiduría se trasforma en concepto teo­
lógico y hasta se llega a personificar como hipóstasis di­ La lírica no requiere en este momento laboriosa de­
vina . Entonces se la debe entender como revelación, me­ finición en cuanto género, por lo familiar que es en la
diación celeste, providencia. literatura universal. Es la expresión del eco producido

30 31
En la Biblia hay tres libros enteros de poesía lírica:
por una realidad que se presencia n�mando al p�e�a. Es
. los Salmos ' las Lamentaciones y el Cantar de los cantares.
expresión literaria, para que se distmga de la lmca en
Contiene, además, numerosos cantos sueltos, himnos,
otras artes. El poeta es creador del lenguaje artístico que
poemas de tipo diverso, encuadrados en otros libros del
ha de traducir la vivencia poética. Creadores de ese len-
Antiguo y del Nuevo Testamento.
guaje son también los profetas y los sabios.
. El libro de los Salmos recoge poesía sagrada que sur­
La poesía consiste en una disciplina del lenguaJe por
. gió en más de un milenio. Los salmos más anti?uos se
la que se lo somete a medida. La medida produce un ntt�o .
tocan con la poesía cananea; los primeros salmistas se
que avecina el lenguaje literario al m: sical. Hay una �hs­
inspiraron allí. Los salmos más recientes se avecinan al
ciplina externa a la cual se debe el ritmo. Este consiste
. cristianismo hasta la sola distancia de dos siglos. El libro
en la poesía hebrea en la medida acentual, es decir, en la
de los Salmos no nació, pues, de una vez: es una co­
construcción de la frase con número determinado de sí­
lección.
labas acentuadas. La sucesión de hemistiquios o de ver­
Se desconoce a los autores de los salmos; son poesía
sos con esa medida acentual produce el lenguaje rítmico.
anónima. Cierto es que sus títulos mencionan varios nom­
La rima y otros recursos sonoros son en la poe.ía hebrea
bres particularmente el de David. Pero esos nombres no
menos esenciales.
Es, en cambio, esencial la disciplina interna de la for­

desc bren al verdadero autor; son nombres que patroci­
nan colecciones. El pueblo hizo suyos esos poemas que
mulación del pensamiento en dos momentos o en dos fra­
nadie sabe quién compuso, los adaptó a sus muchas situa­
ses paralelas. Es el paralelismo. El verso se estructura en
ciones, los transmitió en vivo, como la poesía popular,
dos emisiones paralelas (hemistiquios), que pueden ser
hasta darles la forma final en que hoy se muestran.
sinónimas o antitéticas. En un caso el segundo hemisti­
El libro está dividido en cinco partes; pero es una
quio completa la idea del primero con una frase sinónima
división artificial, posterior al coleccionamiento espon­
( «Los cielos refieren la gloria de Dios, - el firmamento
táneo. De colecciones anteriores más orgánicas hay indi­
anuncia las obras de sus manos», SI 19, 2 ) ; en el otro
cios suficientes en el libro. Este fue el resultado de la
con la presentación de lo opuesto ( «El Señor conoce el
suma de todas ellas.
camino del justo, - mientras va a perdición la senda del
La poesía sálmica es decididamente religiosa. Los sal­
impío», SI 1 , 6). Otras formas de paralelismo son menos
mos son poesía y oración. Por sus temas, tono, estructura
definidas. Este ritmo del pensamiento no es exclusivo de
y ambiente en que nacieron, se pueden clasificar en va­
la poesía hebrea, pero en ella es una constante.
rias categorías literario-oracionales. Las más caracteriza­
El lenguaje poético es distinto del prosaico no sólo
das son el himno y la súplica, individual o colectiva. Hay
por el ritmo, sino también por otras peculiaridades y re­
también salmos del género sapiencial y del profético.
cursos artísticos. Selecciona un vocabulario menos gasta­
Las Lamentaciones son cantos fúnebres sobre la ruina
do por el uso, más evocador e incisivo; se expresa con
de Jerusalén, destruida por los caldeos. Personifican la
menos términos, prescindiendo de la explicitación inne­
ciudad para hacer sentir al vivo su desgracia. A juzgar
cesaria; ordena los elementos de la frase de otro modo. por el tono desgarrado, debieron aparecer poco después
En una palabra, su gramática difiere de la del lenguaje en de la catástrofe.
prosa. La lengua hebrea tiene cualidades especiales para El Cantar de los cantares es poesía de amor de la pa­
la poesía, por su concisión, su concretismo y su senso­ reja humana. Surgió del coleccionamiento de cantos po-
rialismo.
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pulares, reelaborados con sumo refinamiento artístico. la diferencia que hay entre las cartas dirigidas a un indi­
El amor primario y juvenil que celebran esos poemas sir­ viduo o a una comunidad concreta y para ella, y las car­
vió para significar el amor divino-humano, en interpre­ tas que se destinan a un público más general e indeter­
tación alegórica y mística. minado (cartas circulares o encíclicas). Un ejemplo de ellas
serían las «cartas católicas ». Cierto es que las que en
principio iban destinadas en concreto circularon e inte­
LAS CARTAS resaron a otros; la Iglesia entera las reconoció y las guar­
dó como su patrimonio.
La carta es un género representado abundantemente Las cartas del Nuevo Testamento se agrupan bajo va­
en la literatura bíblica. Es una misiva escrita para un des­ rios títulos, que hablan de alguna particularidad común
tinatario a distancia. En los libros históricos se recogen del grupo. En el cuerpo paulino están las cartas primeras,
cartas dirigidas por alguien a un individuo o a una colec­ dirigidas a la Iglesia de Tesalónica, las cuatro grandes
tividad. Abundan las cartas de reyes y de personas im­ cartas de autenticidad paulina indiscutida ( romanos, co­
portantes, como puede serlo un profeta, Se guardaron, rintios, gálatas), las cartas de la cautividad (efesios, ili­
por supuesto, las que eran de mayor interés historio­ penses, colosenses, Filemón) y las cartas pastorales (Ti­
gráfico. Un autor pudo también, por conveniencias del moteo y Tito); las restantes son conocidas como cartas
desarrollo vivo de su tema, formular por su cuenta una católicas, y son las de Pedro, Juan, Santiago y Judas; la
carta que nunca había existido o presentarla en términos carta a los hebreos es anónima, aunque en la antigüedad
que no eran los originales. En la Apocalipsis del Nuevo fuera atribuida a Pablo.
Testamento (cap. 2-3 ) hay siete cartas del hijo del hombre
a las siete iglesias del Asia menor que representan toda El contenido de las cartas es siempre, en sustancia, el
la Iglesia. Mas que como cartas reales, se han de enten­ mensaje cristiano. Se presenta en varias formas, coexis­
der como un recurso expresivo del autor. tentes frecuentemente en una misma carta: anuncio del
Además de las cartas encuadradas en un contexto his­ mensaje, instrucción, exhortación, ecos de la liturgia.
toriográfico, hay en el Nuevo Testamento veintiún títulos Según ello no se pueden definir como cartas privadas
de libros del género epistolar. Constituyen el cuerpo en­ o correspondencia familiar. Son una forma de extensión
tero de los escritos de Pablo, suyos o de sus círculos, y del apostolado a distancia. Algunas son tratados en la for­
otros que llevan los nombres de Pedro, Juan, Santiago ma artificial de una carta ( así la carta a los hebreos sobre
y Judas. Los nombres no revelan en todos los casos los el sacerdocio de Cristo); otras desarrollan temas centra­
verdaderos autores de las cartas. les del mensaje cristiano ( romanos, corintios, gálatas). To­
La mitad del Nuevo Testamento es del género episto­ das se hacen eco y responden al acontecimiento salvador
lar. Se ha querido definir en nomenclatura precisa la na­ y representan una modalidad del trabajo misional. Llevan
turaleza de estas cartas, llamando carta a la misiva privada, precisamente en su estilo la marca de la misión y de la
familiar, no literaria; y epístola a la misiva solemne, te­ liturgia, y se dirigen a la situación de los destinatarios.
mática, literaria, destinada a una comunidad. El esquema estructural de las cartas neotestamenta­
Cartas privadas en el sentido estricto no tendrían ape­ rias es, en líneas generales, el de las cartas del mundo grie­
nas la muestra en el Nuevo Testamento. Pero la aludida go de aquel tiempo: saludo inicial con los nombres del
nomenclatura, tomada en sentido amplio, podría señalar que envía y del destinatario, gracias, objetivo central de

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la carta, saludo final y recuerdos. Las cartas de Pablo
están más cerca de la línea j udía, con el estilo del rabino meo prior al actual y del trasfondo arameo de otros libros.
que enseña. Pero no se atiene a ella estrictamente; en la En las tres lenguas bíblicas se han aclimatado términos de
carta mantiene su estilo personal de misionar. diverso origen.
La lengua es creada o adoptada por una sociedad rara
expresarse por ella. Esa sociedad la adapta y la marca con
LAS LENGUAS BÍBLICAS el sello de su genio. Al entenderse y hacerse entender por
sus recursos, le confía sus características patentes o secre­
La literatura bíblica nació en tres lenguas diferentes, tas . La lengua es objetivación de los signos comunes de
dos de ellas semíticas, el hebreo y el arameo, y una indo­ comunicación. Es institución constitutiva de una sociedad.
europea, el griego. Aquéllas están representadas en la Bi­ El individuo se bautiza para ella por la lengua común. En­
blia en la forma de su edad de oro; el griego es el del tra por ahí en las estructuras externas y mentales que cons­
período helenístico, cuando esa gran cultura se democra­ tituyen la comunidad. Los signos objetivados en la lengua
tizó en todo el Oriente. son subjetivizados, al ser apropiados por el individuo ; en­
El hebreo clásico que ha llegado a nosotros traduci­ tonces le sirven para traducir su personalidad. Pero, a la
do en literatura se sustancia prácticamente todo en los vez que apropia la objetivación, está también activo en
libros de la Biblia; el arameo y el griego, por el contrario, ella, contribuye a modificarla. Y así la lengua es un pro­
se despliegan en literaturas abundantes ; los libros bíbli­ ceso dialéctico de dar y recibir, entre la persona y la co­
cos representan tan sólo una fracción pequeña. Estas dos munidad.
lenguas en su expresión bíblica presentan modalidades La lengua traduce la cosmovisión particular del grupo
que las distinguen de las respectivas expresiones en lite­ que la usa, revela su sistema de pensamiento y de vida.
ratura extrabíblica. Responden al mundo concreto en que Las lenguas bíblicas encierran las estructuras íntimas del
vivieron, al ser vehículo de expresión de una comunidad pueblo y de los autores que en ellas se comunicaron. Son,
muy definida. Tienen su peculiar semántica, provocada por tanto, la puerta de acceso a su mundo, que se asoma al
en gran medida por la Biblia hebrea. exterior por esa misma puerta.
En hebreo están escritos la mayor parte de los libros
del Antiguo Testamento. El arameo tiene tan sólo unos ca­
pítulos de los libros de Esdras y de Daniel (Esd 4, 8-6, 1 8; EL H EBRE O
7 , 12-26; Dn 2, 4-7, 28; Jr 1 0 , 1 1 ), con expresiones o
vocablos sueltos en otros libros de ambos Testamentos . En El hebreo es una lengua semítica, perteneciente al gru­
griego se conservan los siete libros llamados deuterocanó­ po occidental, es decir, del Oriente más cercano. Es trilí­
nicos del Antiguo Testamento (Tobías, Judit, Baruc, Ecle­ tera! o de tres consonantes radicales, y sencilla de estruc­
siástico, Sabiduría y los dos de los Macabeos), así como tura. El grupo occidental abarca los subgrupos del norte
las adiciones, también deuterocanónicas, de los libros de y del sur, entre los que median desde época remota dife­
Ester y de Daniel. Se sabe que algunos de esos libros na­ rencias dialectales. Antes de venir los hebreos a esa geo­
cieron en hebreo o arameo; se han encontrado partes en grafía se escribían ya esas lenguas del grupo occidental en
su lengua original. En griego se escribió también el Nue­ el alfabeto cananeo-fenicio, que tiene veintidós letras con­
vo Testamento, si bien se puede hablar de n Mateo ara- sonantes; algunas de ellas se usaban un poco anárquica­
mente con función de vocales. En e1 subgrupo norte se
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37
usaba la escritura cuneiforme ; en el subgrupo sur, una es­ soretas quienes desde el siglo IV de la era cristiana em­
critura tendente al jeroglífico. prendieron esta tarea que duró varios siglos. Se destaca­
El hebreo es, según eso, una lengua afín al ugarítico, ron dos sistemas diferentes de vocalizar o puntuar, uno
al fenicio, al edomita, al moabita; las dos últimas tienen supralinear de los judíos de Babilonia, y el otro infralinear
pocos testigos. Probablemente resultó del subgrupo del de los masoretas de Tiberíades. Fue el segundo el que
Sur modificado por los arameos noroccidentales que la hi­ prevaleció.
cieron su lengua. El testigo documental más antiguo del
hebreo es el calendario de Guezer, del siglo X antes de
Cristo. Según él, se escribía (y así siempre) de derecha a EL ARAMEO
izquierda, en escritura continua, sin división de palabras,
lo cual dificulta su lectura. En ese momento el hebreo está El arameo abarca todo un grupo de dialectos semitas
todavía en trance de cristalización, sin fijación gramatical. afines al hebreo. Los arameos, de cuyo seno proceden los
Y es en ese estadio cuando los hebreos la adoptan. patriarcas, acusan su presencia en el segundo milenio an­
El nacimiento de la literatura en la época de David y tes de Cristo en toda el área mesopotámica, en Canaán y
Salomón promueve la fijación de la lengua y su enriqueci­ en el norte de Arabia. Inscripciones en arameo antiguo se
miento. No es fácil trazar en detalle esa evolución, al no encuentran en el norte de Siria desde el siglo X antes de
tener otros documentos que los bíblicos. A su luz parece Cristo en adelante. Los arameos toman el alfabeto cananeo­
que había diferencias dialectales entre el hebreo de Israel fenicio y desarrollan en él su propia lengua.
y el de Judá. En la época posexílica se ve el hebreo expues­
La preponderancia de los arameos en todo el Oriente
to a la presión de las culturas dominantes. El arameo se
y la sencillez de su lengua frente al asirio hacen que aqué­
expande como lengua hablada, hasta el punto de desplazar
lla tome papel de lengua oficial en las comunicaciones in­
el hebreo. El mismo pueblo de la Biblia llega a necesitar
ternacionales, y en esa función se la encuentra en la do­
que le traduzcan los libros de sus antepasados.
cumentación asiria y luego en la persa. Con ello se sale del
La afirmación de que el hebreo cesó enteramente como
área aramea para ser la lengua de la correspondencia ofi­
lengua hablada en Palestina tropieza con el fenómeno cu­
cial entre las cancillerías. Es lo que se ha venido a llamar
rioso de la lengua de la Misna, difícil de explicar como
«arameo imperial», conocido por toda la gente culta. Ese
mera lengua artificial y literaria. Tal vez en la tornante de
era el caso en Judá ya mucho antes de la muerte del hebreo
la era cristiana se hablaba en alguna región de Palestina
(II Re 1 8, 1 3-37).
un hebreo evolucionado que sería la base del misnaico.
En todo caso, el hebreo no tuvo interrupción decisiva como En la época persa es cuando la lengua aramea conoce
lengua literaria y de los sabios. su máxima expansión, también como lengua hablada. Hay
Cuando el hebreo cesó definitivamente como lengua documentación aramea en todas las regiones que fueron
hablada ante el arameo, y luego el griego, el latín y otras provincias del Imperio. Continúa todavía en apogeo en­
lenguas, hubo necesidad de preservar su recta pronuncia­ trando en la época helenística, hasta que fue suplantado en
ción, y para ello fue preciso vocalizar toda la literatura, su universalidad por el griego común. Según las regiones
escrita sólo en consonantes. Aparte algunos signos conso­ se multiplicó en dialectos, y así surgieron varios arameos,
nánticos usados ya como vocales, se idearon sistemas de algunos de los cuales están representados por traducciones
vocalización a base de puntos combinados. Fueron los ma- de la Biblia.

38 39
En Palestina prosperó el arameo occidental, que ue sión de otras lenguas, en especial semíticas, y una morfo­
la lengua hablada en la región hasta la conquista árabe. El logía muy simplificada. Cierto que con referencia al griego
árabe influenció algunas de sus modalidades, como el na­ clásico el koiné presenta en su calidad grados diversos,
bateo y el palmirense. Con abundante expresión literaria desde el abiertamente incorrecto hasta el más cuidado.
hay varias ramas arameas del tronco occidental. El arameo Koiné no quiere sólo decir común y popular, sino también
judío palestinense cuenta con los targumes y el talmud pa­ lengua extendida y universalizada.
lestino ; el samaritano ofrece, entre otros documentos, el En la lengua koiné hay escritos profanos, de diversos
targum del Pentateuco; el arameo cristiano sirio floreció autores griegos, y escritos cristianos, apócrifos y de los
en el gran centro cultural de Edesa y produjo la versión padres apostólicos; y hay también un gran número de pa­
de la Biblia llamada Peshitta. Posiblemente el arameo de piros e inscripciones. Con todo, la expresión literaria más
Palestina tuviera una variante dialectal en Galilea, y ésta masiva de esta lengua está en la Biblia griega y en el Nue­
habría sido la lengua materna de Jesús de Nazaret. Del vo Testamento . En ambos se encuentra la máxima varie­
tronco oriental del arameo, lengua del talmud babilónico, dad en calidad de lengua, desde la que se avecina a la ática
deriva el mandeo y el siríaco, que se habla hasta hoy en hasta la decididamente popular.
algunas aldeas. La Biblia griega es la versión de los Setenta ( LXX),
Los capítulos arameos de la Biblia que hemos mencio­ obra que realizaron los judíos de Alejandría para facilitar
nado están en arameo imperial. En el hebreo posexílico la comprensión del Antiguo Testamento a un público ju­
abundan los términos y giros arameos. En el Nuevo Testa­ dío o gentil que no conocía el hebreo . Comenzó por el
mento recurren expresiones del arameo hablado o colo­ Pentateuco en el siglo III a. C. y concluyó entrada ya la
quial y hay todo un sustrato arameo detrás del griego era cristiana. Al ser traducción de una literatura sagrada,
bíblico. no tiene toda la agilidad de una creación literaria libre.
Con todo, no se puede decir que sea hebraizante; al con­
trario, heleniza generalmente los conceptos. Es la obra
EL GRIEGO más extensa en el griego común. En el siglo II de la era
cristiana surgen otras traducciones de la Biblia hebrea al
El griego bíblico no es el mismo de la época clásica, griego, como son las de Aquila, Símaco y Teodoción.
anterior al 300 a. C. Pertenece al griego helenístico, que El Nuevo Testamento es también griego común, muy
va desde aquella fecha hasta el año 500 de la era cristia­ vario de calidad, igual que los Setenta, conforme a la cul­
na; le sigue el griego bizantino y después el moderno . tura literaria del que escribe y según la dependencia o li­
El griego helenístico es la lengua que se expande con bertad que pueda tener con respecto al fondo semita. Por
el imperio de Alejandro. Es una lengua universal que fun­ supuesto, el fondo semita es real. Los dichos de Jesús de­
de dialectos, pero que desciende de categoría, según el pa­ bieron ser traducidos del arameo hablado. Las citas del An­
trón del griego clásico. Este sobrevive, por supuesto, en tiguo Testamento siguen generalmente la traducción de
imitaciones literarias un tanto artificiales, en cuanto que los Setenta.
no corresponden a la lengua que se habla. El griego del Nuevo Testamento es en general más
El griego helenístico se distingue con el nombre de vivo que el de la versión alejandrina. Se encuentran en él
koiné, griego «común», del pueblo no letrado ni escola­ más de cuatro centenares de palabras que le son exclusi­
rizado. Presenta un vocabulario evolucionado bajo la pre- vas. Eso no quiere decir que sean forzosamente semitis-

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mos. Proceden del lenguaje no literario, pero griego. El rar el texto original o la versión más cercana a él. Esta es
descubrimiento del griego koiné permite esta explicación, la tarea de la ciencia de la crítica textual.
que previene de exagerar las peculiaridades de la lengua El estudioso de la Biblia dispone hoy, gracias a ]a la­
del Nuevo Testamento. En cuanto a calidad, no hay en el bor de esa ciencia, de ediciones críticas, que ofrecen un
Nuevo Testamento ningún libro tan clásico coio el deute­ texto sustancialmente fidedigno. Eso no quiere decir que
rocanónico de la Sabiduría. De los más áticos ::s Lucas; el la cuestión del texto esté ya zanjada para siempre. Subsis­
más popular e incorrecto es el de la Apocalipsis. Pablo te la posibilidad de encontrar testigos mejores, que superen
está en la línea de los oradores estoicos, correQto, pero de en calidad los existentes. La interpretación acucia a buscar
composición compleja y difícil. siempre nueva luz sobre un texto no convincente. La exé­
gesis es el insatisfecho escudriñador de un texto y el cons­
tante promotor de su mejora. Las ediciones críticas no
EL TEXTO DE LA BIBLIA ahorran al especialista la pregunta por el texto. Para com­
prenderlo basta un rápido diseño de la técnica y el arte de
El texto de la Biblia, pese a toda la lab)r realizada la crítica textual.
para asegurarse de él, suscita siempre interrogantes que no La historia de la transmisión del texto enfrenta con las
obtienen respuesta exhaustiva. La pregunta por su auten­ numerosísimas variantes que acusan los testigos, y trata
ticidad no es ociosa. Se plantea a propósito de cualquier de explicarlas. No son fruto del azar. Se deben a las con­
J ue �! ie f. TU má- uando se trata diciones innerentes a la labor de los copistas, a la natu­
de una literatura antigua en milenios y a la qu� se recono­ raleza del material de escritura y a otros condicionamien­
ce suma importancia. tos. Hay dos capítulos que engloban buena parte de las
Los textos primitivos de la Biblia, es decir, los autó­ causas de las variantes : el error del copista y el cambio
grafos de sus autores, no existen; se han perdido irreme­ intencionado del texto.
diablemente. Por supuesto, se hicieron copias de ellos. El error puede ser sensorial o sicológico : lectura in­
Las que han llegado hasta nosotros son copias tnuy dist an­ correcta del que copia, audición defectuosa del que escri­
tes de las nacidas directamente del texto primitivo. En el bre al dictado, lapso de pluma del que escribe una l>tra
azaroso camino que por esa vía de transmisión sigue un por otra, salto sobre palabras o Jíneas enteras que quedan
libro hay muchos peligros de seria corrupción. omitidas, copia repetida de lo mismo, incorporación al tex­
La transmisión de una literatura, como su treación, es to de una nota que alguien había puesto al margen. El
inseparable de la historia del pueblo creador y transmisor, cambio intencionado puede obedecer a presupuestos doc­
así como de su geografía, su cultura y del uso y valoración trinales, a la voluntad de hacer claro un texto difícil y a
que él haya hecho de ella. Todo influye en su �merte y ex­ otras razones. El material en que el escrito se transmite
plica en parte la fortuna de su conservación. puede deteriorarse, y el nuevo copista no encontrará en él
La historia de la literatura bíblica es rica en movimien­ la letra nítida.
to. Lo dan a ver los numerosos y variados tes tigos de su La crítica textual acumula todas las variantes, las cla­
texto original en miles de manuscritos, en versiones anti­ sifica, intenta explicarlas, las valora y decide cuál es la
guas, a su vez supeditadas al azar de la transmisión. A la mejor que puede retener el texto original . Para toda esa
vista de ese ingente material parece que se ofmsca el texto operación las variantes se agrupan en familias . La familia
primitivo; pero es él precisamente el que periite recupe- está constituida por la serie de manuscritos que presentan

42 43
El trabajo crítico y gramatical de los soferim da como
las mismas peculiaridades y que, por ello, deben de pro­ fruto un texto consonántico unificado de la Biblia hebrea.
ceder de un tronco común o de una recensión que se ha La supresión de todas las copias divergentes tiene venta­
multiplicado. Por supuesto, las variantes no afectan en blo­ jas claras. Zanja una situación de confusionismo textual e
que a la masa textual, sino sólo a términos concretos y a inaugura un estadio nuevo en la transmisión del texto. Deja
frases. A veces ni todos los testigos permiten reconstruir abierto el interrogante, a pesar de la escrupulosidad de la
el texto satisfactorio. Pero se ha venido a comprobar que labor, de si en esa eliminación no se perdería algo aprove­
las reconstrucciones hipotéticas, sin tradición escrita, son chable. De lo eliminado no queda quizá testigo alguno.
poco aconsejables . Muchas se han venido a demostrar apre­ Los manuscritos de Qumrán, sorprendentemente con­
suradas. firmadores del texto recibido, difieren, con todo, de él al­
Los criterios de análisis y búsqueda son de orden lin­ gunas veces. ¿ Son copia de una recensión diversa a la que
güístico y de orden del contenido. La crítica textual ha legaron los soferim? Algunas de esas variantes del texto
establecido sus reglas para decidir la elección. Parten del de Qumrán son claramente errores . Pero la cuestión reapa­
conocimiento de los errores mismos. Así, por ejemplo, es­ rece cuando sus variantes coinciden con las de la versión de
tablece que entre dos variantes es preferible la más difícil, los Setenta, ambos en contra del texto medieval. Y se
porque la tradición tiende a facilitar. plantea también a raíz de las peculiaridades de la versión
de los Setenta : ¿ tuvieron sus traductores a la vista una
recensión diversa de la de los soferim? Las variantes de los
ANTIGUO TESTAMENTO Setenta no parecen suponer una recensión diversa. Algu­
nas obedecen a la condición misma de una traducción, otras
El texto del Antiguo Testamento de original hebreo y a la mentalidad y preocupaciones particulares del judaís­
arameo tiene su edición crítica aceptada en la Biblia he­ mo alejandrino. Se la debe tomar, con todo, en serio, como
braica de R. Kittel. La edición reproduce una copia del testigo autorizado. Del texto consonántico unificado por los
año 1 008, una de las más antiguas que contienen todo el so/erim procede el texto actual.
Antiguo Testamento. Tanto la copia misma como el apa­ Después de los soferim vinieron los masoretas ( massora,
rato crítico que lleva al margen inferior representan una tradición), escuelas de trabajadores del texto de la Biblia,
ingente labor textual, cuyos comienzos se remontan al si­ desde el siglo V al X. Su escrupulosa labor textual se con­
glo I de la era cristiana. centró en los mejores manuscritos de su tiempo. Si los
Los primeros que abordaron sistemáticamente el pro­ soferim habían producido un texto consonántico unifica­
blema del texto de la Biblia fueron, a nuestro saber, los do, los masoretas dieron un texto vocalizado, tal como lo
soferim o escribas, en el siglo I y II. Trabajaban sobre el tenemos en la actualidad. La tarea masorética mira a la re­
texto consonántico ; la vocalización vendrá siglos más tar­ cuperación del texto auténtico, a su conservación y a su
de. En su día proliferaban copias de la Biblia con varian­ lectura. Este es el fin de la vocalización: muerto el hebreo
tes de dudosa fidelidad, y se vio necesario hacer una recen­ como lengua hablada, se olvidaría también el modo de pro­
sión que estableciera un buen texto y eliminara los restan­ nunciarla.
tes. Esa preocupación de establecer un texto único coincide Los masoretas no cambiaron el texto que habían reci­
y tiene relación con el estadio último de la fijación del bido. Expresaron sus dudas y aventuraron sus correccio­
canon judío, y está en todo ello un hombre conocido que nes en notas marginales. Se distinguen sus notas en varias
es el rabí Aquiba.
45
44
categorías: la masora parva al margen lateral, la masora NUEVO TESTAMENTO
magna en los márgenes superior e inferior de la página, la
masora finalis al fin de cada libro. El texto del Nuevo Testamento se ofrece hoy al estu­
dioso en ediciones críticas mayores (H. von Soden, Vo­
La vocalización de la Biblia realizada por los masoretas
gels ), que recogen el número inmenso de variantes que
adoptó dos sistemas: el bailónico y el palestinense suprali­
brinda la tradición, y en ediciones manejables, de reduci­
neares, y el tiberiano infralinear. Las vocales consisten en
do aparato crítico, como las de A. Merk, E. Nestle,
puntos que se escriben encima o debajo de las consonan­
J. M. Bover, etc.
tes; continúan también como vocales las consonantes débi­
Escrito originalmente en el frágil papiro, nada del t�x­
les que desde antiguo habían desempeñado esa función.
to autógrafo se ha podido conservar. Nos ha llegado en
Vocalizar y puntuar son, pues, sinónimos . El sistema de
copias más o menos cercanas a los originales. Las más
Tiberíades apareció más perfecto y se impuso. Se destacan
antiguas que contengan el texto íntegro del Nuevo Testa­
entre todas dos familias de masoretas : la de Ben-Neftalí y
mento datan del siglo IV. Anteriores a ésas hay copias
la de Ben-Aser. Entre ellas es la segunda la que se hace
fragmentarias. Aunque disten un tanto del texto original,
preferir. Con ello se logró la uniformidad en el texto voca­
se puede asegurar que el texto actual del Nuevo Testa­
lizado. En versiones antiguas se supone en ciertos casos una
mento es de los más seguros de toda la literatura de la
puntuación diversa que a veces es atendible.
antigüedad. La sacralidad reconocida ha rodeado ese texto
La cuestión textual desde aquí radica en decidir cuá­ de cuidados escrupulosos. La labor crítica en torno a él es
les son los manuscritos que mejor representan l trabajo casi inabarcable. Lo que no está críticamente asegurado es
de la familia Ben-Aser. El textus receptus o texto general­ sólo un mínimo.
mente aceptado de la Biblia hebrea se basaba en la edición El material que se ofrece al estudioso del texto es in­
del siglo XVI de Jacob Ben Hayyim, hecha sobre manus­ gente: cerca de tres mil manuscritos griegos, íntegros o
critos de los siglos XIII al XV. Estuvo en las primeras fragmentarios, millar y medio de leccionarios que tienen
ediciones de la Biblia Hebraica de Kittel. En la tercera fue pasajes sueltos tomados para el culto, numerosas citas en
sustituido por el códice de Leningrado del año 1 008, al que los escritos de los Padres. Los más antiguos datan del prin­
ya nos hemos referido. Le precede en antigüedid el códice cipio del siglo II. Unos están escritos en papiro y otros en
de Alepo, de principios del siglo X, que tal vez aparecerá pergamino. Se les conoce por siglas que simplifican la re­
un día a la base de la edición crítica del Antiguo Testa­ ferencia. Los más antiguos se designan con mayúsculas y
mento. se llaman unciales; los designados con minúsculas no van
El trabajo crítico toma como base uno de estos testigos más allá del siglo IX. Además de las variantes que ese ma­
cualificados del texto bíblico y prosigue desde él. Las edi­ terial ofrece, están las versiones antiguas al latín, al sirio,
ciones críticas ofrecen las variantes que pueden dar op­ al copto, que presentan las suyas.
ciones de una lectura mejor. Las antiguas traducciones La crítica textual ha recogido todos esos testigos, los
tienen también siempre algo que decir. Los nuevos textos ha ordenado, valorado, elegido, para reconstruir un texto
que de tanto en tanto ofrece la arqueología, como los de prácticamente igual al primitivo.
Qumrán de los siglos anterior y I de nuestra era, los más En la clasificación del material se han venido a distin­
antiguos hasta ahora encontrados, mantienen siempre en guir cuatro familias de textos, cada una de las cuales re­
vela la labor textual y la estimulan. presenta una forma distinta de tradición textual. No se ha

46 47
dilucidado por completo la cuestión del origen de cada una traducido es llevado a otras estructuras culturales, es leído
de ellas ni de sus influencias mutuas. Pero se han podido en otra clave, es actualizado. Los antiguos traductores son
comprobar sus respectivas cualidades. anónimos, personifican más la colectividad, reflejan en la
La técnica de la labor crítica establece que no es el traducción interpretativa sus tendencias e intereses. Es
número mayor de testigos en favor de una lectura lo que la condición para que lo traducido sea vivo, pero es tam­
decide sobre su autenticidad. Más que el número, pondera bién un condicionamiento que lo afecta.
el valor de los testigos y toma a su luz la decisión. Pero,
Las traducciones antiguas de la Biblia interesan hoy
aparte de los testigos, cuenta también la crítica interna, que
por dos capítulos. El primero coincide con la razón que
decide por criterios del contenido del texto en su contexto.
las motivó, que fue hacer la Biblia accesible; eso es para
Este método mixto toma en cuenta todos los motivos que
nosotros como una interpretación. El segundo, porque las
pueden hacer cabal la decisión.
traducciones son testigos de un texto anterior a las copias
Entre los muchos códices del Nuevo Testamento ha
que de él nos han llegado.
ganado el favor de la crítica, por su antigüedad ( siglo IV),
por su carácter neutral y por su concisión, el códice Vati­ Cierto es que la traducción, antes de prestar su servi­
cano. Procede de Alejandría y es el mejor representante, cio, abre un campo nuevo de trabajo. Hay que reconstruir
junto con el códice Sinaítico, también del siglo IV, de la su propia historia, asegurarse críticamente de la autenti­
familia B (ésta es la sigla de la familia y del códice) . No cidad del texto que la representa, valorar su calidad en
se le considera absolutamente sin defecto, pero sí el mejor cuanto traducción para, al fin, servirse de ella.
testigo del texto original. A base de él se han hecho las edi­ La traducción más antigua y más valiosa es la de la Bi­
ciones críticas, las cuales ofrecen, con todo, al exegeta otras blia hebrea al griego helenístico, la versión de los Setenta.
líneas de opción. Hay leyenda sobre ella en la carta de Aristeas. Sabemos
que la hicieron los judíos de Alejandría para uso de su
comunidad, que desconocía el hebreo, y para hacerla pe­
LAS VERS IONES DE LA BIBLIA
netrar en el mundo helenístico, la gran cultura universal
de aquel entonces. Esa fue también la Biblia usada por
Traducciones de la Biblia a otras lenguas comenzaron
los autores del Nuevo Testamento y por el cristianismo de
ya antes de que estuviera concluido el mismo Antiguo Tes­
habla griega.
tamento, en el siglo III antes de nuestra era. La actividad
de traducir no ha cesado hasta hoy y sigue haciendo acce­ Comenzó la traducción de los Setenta en el siglo III
sible esa literatura en las lenguas todas del mundo. Esta antes de Cristo, seguramente en forma oral en cuadro cúl­
es la razón decisiva de una traducción. La necesitan los tico. Indudablemente fue el Pentateuco el primero en tra­
lectores ya ganados, que no conocen la lengua original, y ducirse. Al final del siglo I I ( año 116) el prólogo del Ecle­
los lectores potenciales a los cuales se abre. Así pudo pe­ siástico sabe de la traducción de «la ley, los profetas y
netrar en las grandes culturas de la antigüedad y animar­ otros libros». La tarea exigirá desde ahí todavía largo tiem­
las, y está también presente en el mundo de hoy. po y colaboración de muchas manos. La traducción acusa
Vistas desde otro ángulo, las traducciones significan la pluralidad de autores en su varia calidad. Su valor como
para la Biblia vida y dinamismo. La lengua en que se tra­ testigo de la transmisión viva del Antiguo Testamento es
duce tiene su propio genio, el del pueblo que la habla. Lo muy considerable.

48 49
Andando el siglo lI surgieron otras traducciones de la
so y se hizo común; se la llamó Vulgata, divulgada. Esa
Biblia hebrea al griego : las de Aquila, Símaco y Teodo­
fue la Biblia que leyó el cristianismo occidental hasta la
ción, de diferente valor. Orígenes las reunió todas, junto
era de las versiones en las lenguas modenas.
con el texto hebreo en sus propios caracteres y transcrito
en letras griegas, en la gran obra de los Exapla. En la antigüedad hubo además otras versiones de la
Biblia a lenguas de menor rango: el sirio, el copto, el etió­
Si los judíos de la diáspora helenística se entendían pico, el armenio y el árabe. La Edad Media hizo ediciones
en griego, los de Mesopotamia y Palestina hablaban arameo. políglotas con las traducciones principales. Es famosa la
_
El hebreo había ido perdiendo pie desde la época persa. De complutense de Cisneros en 1 5 1 7 . Con un gran salto se
ahí la necesidad de acompañar la lectura sinagoga! de la
pasa desde ahí a las traducciones actuales en casi todas las
Biblia hebrea de una traducción al arameo, que sirviera a lenguas.
la vez de interpretación. Esto se hizo por largo tiempo en
forma oral, sin que se produjeran traducciones escritas.
Pero éstas habían de venir.
Resultante de esa actividad interpretativa fueron varios
targumes, como se llama a las traducciones arameas de la
Biblia. Al ser para instrucción y edificación, no eran pre­
cisamente literales, sino libres : la Biblia explicada al pue­
blo. El origen de los targumes escritos no se deja perseguir
más allá del siglo II de la era cristiana. Algunos ganaron
reconocimiento oficial, como el targum de Onquelos al
Pentateuco y el de Jonatán a los profetas. Su texto se fijó
en el siglo V. Fue como la explicación oficial judía de la
Biblia. Simultáneamente estuvieron en vigor otros targu­
mes judíos y el samaritano.
Con el dominio de Roma se expandió el latín, y la Bi­
blia entró también ( ahora incluido el Nuevo Testamento)
en esta nueva cultura universal. La primera traducción a
esta lengua se hizo ya en el siglo II, antes que nada en
las regiones periféricas del imperio. Es la versión que se
conoce como Vetus latina. Es traducción del griego, y
circuló, al parecer, simultáneamente en varias formas ; es
decir, no es una, sino varias traducciones.
Esa pluralidad de formas y su precaria calidad exigía
una traducción unificada y de probada garantía. Es lo que
hizo San Jerónimo con su sorprendente traducción de toda
la Biblia desde sus originales, con ayuda de expertos ju­
díos y de las versiones griegas. Esa obra ingente se impu-

50 51
UNA LITERATURA SAGRADA

La Biblia no es para sus creadores ni para los que se


consideran sus destinatarios simple literatura. Ese aspec­
to estuvo silenciado en retroscena hasta la era del estu­
dio científico. La Biblia es palabra escrita, con autoridad
divina. Se la lee y se la oye como Escritura santa, palabra
autorizada y normativa.
La fuerza de la palabra bíblica para sus oidores no es
del nivel de la energía que tiene todo lenguaje y toda lite­
ratura, sino de orden trascendente. Es la fuerza del espí­
ritu de Dios que se deja sentir por ella. Por eso se la per­
cibe creadora, eficaz para producir lo que significa. Provo­
ca decisión, señala camino, tiene poder de liberar. «Es una
fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree»
( Rom 1 , 16).
La aseveración más sencilla y a la vez más misteriosa
asienta que la Biblia es palabra de Dios o que está inspira­
da por su espíritu.
El término «inspiración» parece casual, pero es grave
y retador. Se ha hecho afirmar como realidad indiscutible, •

a la vez que ha provocado especulación teológica incansa­


ble y nunca satisfactoria.
Se deja captar mejor desde la constatación de la expe­
riencia que desde todas las explicaciones racionales. Con­
vence más la afirmación de los que viven de ella que la
aclaración de los que tratan de hacerla entender. Es una
realidad metahistórica que escapa a la verificación experi­
mental y al ejercicio de la pura razón fílosofante; se da a
percibir al hombre que tiene alerta todas sus antenas y se
deja sorprender por el misterio de las infinitudes que des­
bordan.

55
LA AUTOCOMPRENSIÓN BÍBLICA mensaje de una procedencia a un destino; concretamente,
lleva al hombre la palabra de Dios.
El dato sólido y la constatación de que la Biblia es pa­ Cuando el profeta refiere sus vivencias, cuando habla
labra de Dios, o que está inspirada por su espíritu, parte a otros y quiere autorizarse, cuando anuncia y proclama,
del mismo pueblo bíblico. Pertenece a la esencia de su ma­ alude siempre a un hontanar del que le viene la palabra.
nera de entenderse y aflora, por tanto, en todas las mani­ Se refiere a una experiencia de encuentro en el que medió
festaciones de su vida. La Biblia es el cabal exponente de la una palabra que él debía anunciar. Es ella misma la que
autocomprensión de ese pueblo, y es ella misma el testimo­ le fuerza a hacerlo. El tú en el encuentro era Dios, y como
nio de la palabra inspirada. El testimonio dado se verifica suya percibió la palabra que él anuncia. Su fórmula inde­
al resonar en el ánimo y en la existencia real de los cre­ fectible es : <�Así dice Yahveh».
yentes. Para describir de algún modo la misteriosa experiencia,
l profeta dice haber sentido como que la mano o el espíri­
Un escritor bíblico quiso definir la Biblia toda como tu de Dios venía sobre él. Después trata de aclararse a sí
palabra de Dios, y dijo así: «Repetidas veces y de muchas mismo lo que percibió en el encuentro, lo elabora de modo
maneras habló Dios en los tiempos pasados a nuestros pre­ que sea traducible en palabra, y luego lo anuncia. El pro­
decesores por medio de los profetas; en estos últimos tiem­ feta, al anunciar, insiste en fórmulas que proclaman su pro­
pos nos ha hablado por medio de su hijo» (Hbr 1, 1-2). cedencia. Sabe que es palabra de Dios, porque nació en el
La airmación audaz y categórica no se demora en ex­ encuentro. Los oyentes que reconocen al profeta la reciben
plicarse ni en justificarse. Es postulado básico, elemental, también prima facie como palabra de Dios, y como tal la
indiscutible para el que lo asienta. Entiende como pala­ escuchan, la buscan y la siguen, o la rehúyen y la temen.
bra de Dios igual la pronunciada por los profetas ( y por Quizá esa forma de experiencia y de vivencia sea el
ellos alude a todo el Antiguo Testamento), como la pro­ punto de partida de la proclamación de que la Biblia es pa­
nunciada por el hijo. Se puede intuir que en su intención labra de Dios. Ese modo de vivencia y esa suerte de lengua­
está el afirmar que es mejor mediador de la palabra el hijo je son comunes a todas las religiones de carácter profético,
que el mensajero. Por palabra del hijo no entiende sola­ es decir, las que se consideran reveladas por medio de
mente lo que dijo Jesús, sino lo que él fue y es. El punto mensajeros . La religión bíblica es profética por esencia.
central de la afirmación no está en proclamar que Dios ha­ La relación con Dios se traduce en palabra. Es relación
bló, sino en que habló última y preeminentemente por el dialogal. El hombre entiende que Dios toma la iniciativa y
hijo. Este es el tema de todo su escrito. El hecho de que que él tiene que responder. La Biblia es el eco de todo el
hablara es para él un presupuesto indiscutible. diálogo.
Por supuesto, la palabra es el medio de comunicación
entre los hombres; es creación humana. Pero la palabra que
media en el diálogo con Dios brota de un encuentro que
EL TESTIMONIO DEL PROFETA la hace a la vez divina. Así lo entiende el que tomó parte
en el diálogo, y eso es lo que afirma. El que mira desde
La categoría teológica «palabra de Dios» procede, indu­ fuera debe saber valorar esa afirmación como testimonio de
dablemente, del lenguaje profético. El profeta se entiende una realidad que no se somete a verificación, pero que no
sicológicamente como un mensajero que lleva palabra o por eso deja de ser realidad para el que la constata.

56 57
LA H ISTORIA COMO ALIANZA La historiografía es el eco de esa comprensión. Es el relato
proclamativo de la presencia activa de Dios en el curso de
El profeta como fenómeno y con su modo tan decidido la normal historia humana. Presencia experimentada como
de ser y de hablar sería ininteligible si no se le observara propósito de liberación del hombre en el mundo.
en su contexto. Pertenece, en efecto, a un pueblo que defi­ La alianza es promesa puesta en la historia, corriendo
ne su historia con el sencillo término alianza. Esta es una hacia su realización. Los acontecimientos que marcan el ca­
estructura socio-teológica por la que el pueblo se entiende mino hacia la meta hablan de la eficacia de la palabra que
y se explica a sí mismo y aclara su fisonomía religiosa. promete. En el Pentateuco constata el historiador paso a
Se la presenta en la Biblia como un acontecimiento; paso el cumplimiento de la promesa de tierra y de descen­
pero es, además, una categoría que coordina todos los acon­ dencia a Abraham. El tema de la historiografía es, en último
tecimientos de la historia y aclara su sentido. Se deja ver término, la encarnación de la palabra de Dios en los aconte­
que es un sentido decididamente religioso. La alianza es un cimientos. Ese es el punto de vista de los que la escribieron.
concepto clave de la teología bíblica de la historia.
La alianza es también ordenamiento de la vida en or­
El pueblo que se siente referido a Dios en términos de
den a la liberación. El ordenamiento está formulado en la
alianza conoce carismas y manifestaciones diversas del es­
palabra de la ley. Esta es el camino que guía dentro de la
píritu de Dios, que de esa manera se da a sentir presente.
alianza. Ella juzga el comportamiento del hombre en térmi­
Es la fuerza guerrera y el valor en los jueces, la sabiduría
nos de bendición o maldición, éxito o fracaso, vida o muer­
de gobierno en l rey, la penetración inteligente de los sa­
te. Desde su punto de vista, la liberación del hombre proce­
bios, la palabra inspirada en los profetas.
de conforme a esa dinámica. Según ello, la ley es compren­
El carisma es aliento, impulso, fuerza, vitalidad incre­
dida como palabra de Dios que guía al hombre hacia su
mentada, que sabe procede de Dios para animar a los res­
realización.
ponsables de la guía del pueblo y que también está en éste
para hacerle percibir quién es su guía en última instancia. La alianza enseña a mirar la historia humana como pro­
El profeta pertenece a ese contexto como el inspirado que pósito de liberación o de realización del hombre en el mun­
entiende el mensaje de Dios en las situaciones concretas de do. El que mira desde ella tiene a la vista el curso entero
la historia. La historia, a su vez, es leída por el profeta en de la existencia humana, desde el comienzo absoluto hasta
clave de mensaje y está por eso animada de presencia el fin. Es una totalidad sólo alcanzable para el que puede
de Dios : es palabra en acción. ver sub specie aeternitatis, desde el propósito de Dios. Es
La historia es entendida y vivida como realización de el que se manifestó a la experiencia religiosa del pueblo de
la palabra del profeta. La historiografía expresa esa convic­ la Biblia. Engloba el mundo todo bajo las dimensiones de
ción, señalando la palabra que precedió y preparó el acon­ creación y salvación.
tecimiento e interpretando éste como realización de la pa­ Los tiempos del hombre en la visión bíblica son etapas
labra. De ese modo hace ver cómo la palabra-fuerza divina del tiempo único, el del propósito de salvación. Este se va
en la historia-precede, acompaña y sigue al aconteci­ realizando progresivamente en ellos. Cada uno tiene sen­
miento, para anunciarlo, explicarlo y presentarlo como su tido a la vista de la totalidad. En ella convergen el pasado,
realización. el presente y el futuro. El esjaton se toca con el beresit, el
El pueblo de la Biblia entendió y vivió su propia histo­ final está ya presente en el principio como meta intencio­
ria como escenificación o encarnación de la palabra de Dios. nada.

58 59
La palabra es la fuerza creadora y salvadora que anima ficar como una hipóstasis divina. Los libros de los sabios
toda la historia vista así. En cada tiempo humano, parte del fueron reconocidos como una forma más de la palabra ins­
tiempo total, el hombre constata la fidelidad de la palabra pirada.
de Dios y su eficacia: vive de ella. Para el que ve así la
historia ésta es, efectivamente, palabra de Dios.
El profeta aviva en la situación concreta ese sentido EL NUEV O TESTAMENTO y su DATO
hondo de la historia. Refresca la memoria sobre lo que se
desplegó ya ante la vista y llama la atención sobre su con­ El autor antes citado dice que Dios habló de muchas
tinuidad en el presente y su proyección hasta el final. Re­ maneras a los padres. Ahí están las muchas formas de la
cuerda l ordenamiento sagrado de la ética mosaica, la ley palabra de Dios en el Antiguo Testamento. Y asegura tam­
esencial de la alianza, y a su luz, la juzga, acusa, llama; des­ bién que Dios habló últimamente por el hijo, como si ahí
cubre al que está bajo la fuerza maldiciente y urge a poner­ alcanzaran su cima los modos divinos de hablar. El hijo
se en el camino de la vida. Por él la palabra de Dios sigue es el verbo, la palabra de Dios, la encarnación más huma­
siendo fuerza en la historia. na y más divina de todas las formas de comunicación.
El Nuevo Testamento es la respuesta de los discípulos
de Jesús a lo que ellos entendieron como alocución de
ÜTRAS FORMAS DE LA PALABRA Dios en la persona y en la obra del maestro .
La iniciativa divina precedió (así lo cree percibir la
A lo que el pueblo bíblico percibe como palabra de experiencia), y la respuesta ante ella se hace portadora de
Dios a través de los profetas y en la dinámica de la historia su eco. Jesús tenía él mismo los rasgos fundamentales del
responde él directamente con la fe, y la fe tiene vías de ex­ profeta, mensajero de Dios. Los apóstoles fueron envia­
presión en l culto, en la oración, que deben traducir la ac­ dos con palabra de liberación. Mandato y palabra son re­
titud existencial ante la realidad cercana y última. Los sal­ conocidos como fuerza divina. Su evangelio o buena nue­
mos, la oración y todo lo que es expresión humana ante va tiene su centro en la referencia a Jesús en cuanto reco­
Dios son respuesta del hombre a la palabra que le ha inter­ nocido como el Cristo, es decir, el signo esperado de la
pelado. Son expresivas del encuentro, del diálogo y, por revelación de Dios salvador. El espíritu de Dios estaba
eso mismo, se entienden igualmente como palabra inspira­ con Jesús, y también, con sus discípulos. Hablan todos
da. Dios la animó con su presencia. movidos por él, y por eso su palabra es recibida como
Y hay todavía otra forma de palabra en la Biblia que inspirada, nacida de la presencia divina en el hombre.
parece abundar en puro humanismo. Es la sabiduría, pro­ Algunos de los autores del Nuevo Testamento afirma­
ducto de la experiencia, de la reflexión racional y del es­ ron el dato y pusieron en marcha el término de la Escritu­
fuerzo del hombre en torno a la realidad más cotidiana. Y ra «inspirada».
también esta forma de palabra es reconocida como animada «Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil
de la inspiración de Dios. Los libros que la representan se para enseñar y reprender, para corregir y educar en una
suman a la ley, a los profetas y a los salmos. Y es que toda vida recta» (II Tio 3, 1 5- 1 6 ) . «Pero ante todo tened pre­
la realidad humana y mundana se considera creación. El sente que ninguna profecía de la Escritura se puede in­
.
sabio reflexiona como creatura ante Dios. La sabiduría mis- terpretar por cuenta propia; porque nunca profecía alguna
ma se vino a revelar un don de Dios. Se la llegó a personi- ha venido por voluntad humana, sino que hombres moví-

60 61
dos por el espíritu santo han hablado de parte de Dios» bra de Dios. Se concentra en el término que pretende cap­
(l Pe 1 , 20-2 1 ). tar esa realidad vivida y proclamada: inspiración.
Esto es, en síntesis y en fórmulas pujantes lo que la La teología clásica monta en torno a ese concepto un
Biblia dice de sí misma, sin otra teoría ni otra explicación: tratado especulativo, y en él habla cada época con sus
el espíritu de Dios la ha inspirado y es palabra de Dios. propias categorías. Algunas de ellas no responden a la
El oráculo del profeta, la sentencia del juez, la prescrip­ mentalidad bíblica ni satisfacen tampoco al espíritu de hoy.
ción del legislador, la instrucción del sacerdote, la senten­ Objeto del tratado de la inspiración es la autoridad
cia del sabio, el anuncio de Jesús, la proclamación del divina de la Biblia. Es el misterio de la yunción de la tras­
apóstol y los acontecimientos y personas que fueron reco­ cendencia y la inmanencia en la palabra, y como misterio,
nocidos como signos de Dios son otras tantas formas de la inabarcable, inefable. La experiencia religiosa sabe de él;
palabra humana que se hicieron eco del encuentro del la pura razón no puede comprenderlo, ni explicarlo ade­
hombre con Dios. En la medida en que tienen capacidad cuadamente, ni siquiera demostrarlo. No se deduce de las
de traducirlo o, mejor, de referir hacia él, son la encarna­ formas literarias de la Biblia que retiene esa palabra, ni
ción de la palabra eterna e inefable, la palabra de Dios. tampoco del contenido que la palabra lleva. Hoy como
La palabra del hombre es, según el testimonio de la ayer sabe si la Biblia es palabra de Dios el que la oye como
Biblia, el punto de inserción de la trascendencia en la in­ tal, se siente interpelado y vive de ella. Hoy como ayer es
manencia y viceversa. Al ser la palabra el medio normal divagar sobre un concepto el intentar manipularlo como
de comunicación humana, el hombre de la religión revela­ pura objetivación.
da no encontró medio mejor para traducir el diálogo que Pero el intento teológico es legítimo, siempre que
mantiene el hombre religioso a nivel de hondura y ultima­ arranque inductivamente de la experiencia de esa realidad.
tividad. Esa palabra que está marcada en su mismo nacer Su objetividad se puede sólo establecer desde la vivencia
por las huellas de Dios es palabra de Dios. subjetiva. Desde ella se hizo la primera objetivación, al tra­
Palabra de Dios y palabra del hombre no son cosas ducir la experiencia. Esta tiene que estar siempre animan­
separables. La Biblia lleva el sello del hombre creador en do la objetivación para que sea algo vivo y real. Se trata
todos sus entresijos. Es tangible y analizable, igual que de una realidad viva que no se puede aprehender objeti­
todo lenguaje literario. Pero es también palabra divina, vizada y en quietud, sino en el dinamismo de su autoafir­
en cuanto que recoge el pálpito de la referencia del hom­ mación.
bre a Dios. Brota del encuentro y lo traduce, lo encarna. La explicación del hecho misterioso de la inspiración
Sin ella el encuentro y la referencia no tendrían expresión, ha conocido muchos intentos desde la época patrística. En
lo cual quiere decir que no tendrían verdadera realidad, ellos se ha asomado la filosofía dominante y la cosmovi­
pues ésta reside en la vivencia hecha consciente y expre­ sión de cada época, bien en categorías bíblicas reales o
sada. sólo nominales, bien en términos de la cultura occidental.

L\ REFLEXIÓN TEOLÓGICA SOBRE LA INSPIRACIÓN CATEGORÍAS USUALES

En pos del dato sólido de la autocomprensión del pue­ El término inspiración se usa en el lenguaje corriente
blo bíblico viene la reflexión teológica, queriendo expli­ en sentido profano, particularmente en referencia a la vena
car en qué se sustenta esa categoría misteriosa de la pala- poética. Es ése un campo secularizado que en un mamen-

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to tuvo cariz religioso-mítico : los dioses, las musas, eran plotó el concepto fecundo de la instrumentalidad. El autor
invocados para que inspiraran al poeta. Algo tiene que ver humano sería instrumento en la mano de Dios. El instru­
esa acepción del término con la inspiración escriturística. mento no es algo enteramente inerte y sin parte en la na­
En sentido religioso la inspiración alcanzaría también turaleza y categoría de la obra; tiene su parte en ella. Así
a otras religiones y sus sagradas literaturas, en especial las la tiene el escritor del que Dios se habría servido para
que son, como la bíblica, de tipo revelado. Desde los prin­ escribir un libro. Dios potenciaría incluso sus facultades
cipios bíblicos no se le podría negar valor a ese postulado. naturales para hacerle funcionar como instrumento más
Su legitimidad es patente a sus adictos, que lo ven desde realzado.
dentro. Con la inspiración bíblica sucede eso mismo. Imágenes concretas de instrumentalidad son tomadas
El intento de explicar la inspiración bíblica partió y de la experiencia del homo faver y del homo ludens: la
continuó en torno al concepto de autor: Dios, autor de la pluma que escribe, el instrumento musical, la mano que
Biblia. De la no teorizada afirmación, que es un postula­ ejecuta lo que le ordena el entendimiento. Y en cuanto
do en los escritos bíblicos, se pasó a la imagen específica a la asistencia divina elevante de la actividad humana, se
del autor literario. Parece bien legítimo, puesto que la Bi­ cree saber decir cuál es su influjo en el entender, en el
blia es literatura. La palabra inspirada tiene a Dios por querer y en el ejecutar. Los términos que a ese respecto
autor. Declaraciones solemnes y concilios corroboran la se manejan no son todos aceptados por la sicología actual.
afirmación; su explicación circula en las manos de las es­ Otras categorías tomistas que tuvieron plena vigencia
cuelas teológicas. ¿Cómo es Dios autor de la Biblia? y catalizaron mucha atención, como revelación profética
Las explicaciones teológicas dan un salto de legitimi­ y revelación escriturística, juicio teórico y práctico, inspi­
dad dudosa entre autoridad divina y autor literario. Los ración previa e inspiración consiguiente al libro escrito,
extremos no se adecuan. La especulación aterrizó en el resultan hoy inelocuentes. Se las deja mejor en silencio
término dictar. Dios habría dictado a los autores humanos como vía de escape de sus redes. Muchas de esas explica­
de la Biblia lo que debían escribir; ellos serían como ciones se mueven con imágenes y con analogías, que tal vez
amanuenses o como secretarios que escriben lo que re­ pueden orientar, pero que de hecho alejan de la realidad,
ciben. porque se toman desde lados que no tienen nada que decir,
Esa teoría acentúa de tal modo la actividad divina, que y se cosifica en ellas la realidad indominable.
el autor humano se diluye; le queda prácticamente una El conocimiento científico de la Biblia llamaría des­
pura actividad mecánica. No se les podría llamar autores varíos a muchas de esas especulaciones, desfasados a mu­
de sus libros. chos planteamientos. El estudio de los géneros literarios se
En la búsqueda de la parte que correspondería al autor prestó en momentos a aplicaciones tendenciosas; pero no
divino y al humano en la confección de un libro, vienen hay la menor duda de que significa la promoción del as­
a flote intuiciones peregrinas: que el contenido del libro pecto humano de la Biblia. La Biblia es creación literaria
es divino y la forma es humana; que la inspiración es ver­ y, como tal, exige un abordamiento sicológico a nivel del
bal y afecta palabra por palabra. Esas especulaciones agu­ artista del lenguaje. En el proceso creador hay etapas de
dizaron el intelecto en el pasado y tuvieron su razón; pero este orden: vivencia, contemplación, intuición, ejecución.
hoy no despiertan interés y se las ve mal planteadas. Los libros de la Biblia requieren también un más puja­
Para evitar la eliminación del autor humano en la Bi­ do enfoque sociológico: son expresión de vivencias de un
blia, la teología tomista, los grandes y los epígonos, ex- pueblo y de una comunidad. La personalidad de sus auto-

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res se debe apreciar en ese contexto colectivo. En los do­ ción de muchos y expresión de vivencia comunitaria, de
cumentos de la Iglesia se siguen escuchando las categorías corrientes, de círculos concretos, de escuelas de discípulos
clásicas. Desde hace algún tiempo y hasta el Vaticano II de una personalidad. La comunidad se reconoce en lo que
se busca poner el acento necesario en la actividad humana el libro expresa, vive en lo que está en él.
de los creadores de la Biblia, a la vez que se aventura me­ La cuestión del autor concreto es elusiva; el origen del
nos precisación en lo que quiere expresar la acción de libro es más complejo de cuanto supone la pregunta por
Dios. su autor. La imagen de éste, hecha según el patrón de la
cultura moderna occidental, quedó prácticamente destrui­
da por el conocimiento actual del origen de la Biblia. La
Los AUTORES DE LA BIBLIA mayor parte de las personalidades a quienes la posteridad
llamó autores, fueron más bien actores : hablaron' actua-
Para decir lo que es decible sobre la inspiración quizá ron y con ello dieron el impulso que condujo hacia el libro.
sobren términos de los que se han venido usando y huel­ Las teorías encaramadas sobre presupuestos inexactos ne­
guen también cuestiones que se han debatido con calor. La cesitan revisión.
sabiduría las va relegando al pasado. Sólo siguiendo los Escribir es sólo una etapa en el devenir de un libro.
caminos humanos por los que un libro vino a ser y pre­ Es una actividad relativamente pequeña, si se mira todo
guntando por lo que significó y significa, se puede encon­ el proceso que desemboca en el reconocimiento de un
trar orientación hacia Dios presente en él. libro como inspirado. ¡Cuántas personas en ese proceso!
El estudio histórico-crítico de los libros de la Biblia Por lo general, un libro tuvo ya vida previa a la exis­
plantea la cuestión del autor en términos menos persona­ tencia literaria. Fue el calor de la comunidad el que acunó
les que de pueblo y comunidad. El autor desconocido se sus contenidos ; fue la tradición oral la que le dio las for­
redescubre en éstos. Así, la pregunta sobre la inspiración mas iniciales. Ni el profeta ni el apóstol fueron propia­
se dirige más a la comunidad que al individuo y más al mente escritores. En conjunto, la literatura bíblica es
libro que al autor. Esa es, por lo demás, la idea bíblica: el creación del pueblo hebreo y de la comunidad cristiana.
hombre pasa, la palabra permanece. En ese contexto comunitario son muchos los que aportan
Los autores de los libros no nos son conocidos . La pos­ a la cristalización de un libro. ¿Quién es, entre todos ellos,
teridad hizo atribuciones arbitrarias que no se verifican. el que puede levantarse con el título de autor?
El autor no preocupó verdaderamente hasta que vino la La naturaleza de los libros es diversa, y no se puede
escolástica con el planteamiento doctrinal del autor lite­ establecer un proceso de formación valedero para todos.
rario. La importancia de saber sobre el autor concreto ra­ Es muy distinto el modo de nacer del Génesis y el de una
dica en lo que ello pueda aportar a la inteligencia de la carta de san Pablo. En la formación y transmisión de los
obra. Si no es conocido, es la obra misma la que tiene que Evangelios se distinguen estas fases: acontecimiento de la
hablar. persona de Jesús, tradición oral, predicación y catequesis,
Los libros de la Biblia no son como un libro de hoy, puesta por escrito en varias versiones, conservación, reco­
creación de un autor concreto y nominado. La mayor par­ nocimiento de autoridad, canonización y existencia ulte­
te de ellos son anónimos; otros llevan seudónimos que les rior en l seno de la Iglesia. Los evangelistas son autores,
dio la posteridad. Los libros son propiedad inalienable del pero sólo de una modalidad del Evangelio único, preexis­
pueblo, de la comunidad viviente v confesante. Son crea- tente ya.

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Y si el libro llega a ser lo que es por una actividad jetivación le da solidez para que la comunidad y sus miem­
creadora continuada, ¿quién es, entre los que participaron, bros en individuo se apoderen otra vez de ella, la subjeti­
la persona inspirada o en qué fase del libro puede hablar­ vicen o la apropien, y la vuelvan a hacer vida. Se da tal
se de inspiración? En el caso de los evangelios, ¿es lo que solidez y seguridad a la objetivación, porque es prerrequi­
Jesús de Nazaret hizo y dijo lo inspirado, o lo es lo que la sito para que sea válida. El que vuelve a apropiarla tiende
comunidad entendió de él, o lo que enseñaba el catequis­ a no reconocer la parte que él tiene en ella.
ta, o lo que escribió cada uno de los evangelistas? ¿Y qué
decir de los que reconocieron cuatro evangelios inspira­ LA AUTORIDAD DIVINA
dos, y de los que los transmitieron como autoritativos y de
los que los recibieron y viven hasta hoy de su mensaje? Inspiración es una imagen procedente del campo me­
Lo mismo que el concepto de autor se diluye en un teorológico, concretamente del viento que sopla, mueve,
pueblo y en una comunidad, así también la inspiración no anima, mientras permanece invisible. El proceso semánti­
se deja limitar a unos pocos escritores. Debe de extender­ co se haría muy convincente, recordando que el ruah he­
se a todo el cuadro vital en que el libro nace y en que el breo es el viento, el aliento vital, el espíritu que anima e
libro vive. inspira. Es el espíritu de Dios el que en la Biblia se dice
Ese amplio contexto no destruye la personalidad de anima al pueblo y a sus guías, al juez. al rey, al profeta.
individuos que contribuyeron de modo especial a la for­ Para hablar de una fuerza divina percibida en una encar­
mación de la literatura bíblica. Al contrario, la explica. nación se dice que el espíritu de Dios está allí. La autori­
Ellos son el exponente de la comunidad en donde surgen, dad divina de los libros de la Biblia se explica porque es­
y ésta se reconoce a sí misma en ellos. Si ellos se escon­ tán inspirados por el espíritu de Dios.
den es para que su voz sea a mejor título la voz de la co­ La categoría «autor» referida a Dios es una imagen,
munidad. El individuo es portavoz de su comunidad. Por un análogo inadecuado. Mientras se la tome sólo como
pálida imagen y se le pida que oriente hacia el misterio
grande que su personalidad pudiera ser, no reviste las pro­
piedades de individualismo que hoy pudiera tener la per­ de la autoridad divina de la Biblia, puede desempeñar váli­
damente su función. Si se la entiende literalmente y según
sona de un autor.
El individuo tiene sentido en su contexto. Cuando se el contenido que soporta en el lenguaje ordinario, y desde
destaca, se enfrenta o se contrapone, es para dirigirse a su ahí se la hace equivaler a la autoridad divina de la Biblia '
comunidad e impulsarla, para traer a su memoria el ordo se establece un tránsito falaz entre niveles diferentes. Es
en que ella misma vive. Si la comunidad no le reconociera la cosificación de una realidad desbordante, indominable.
como algo de sí misma, el individuo y su obra no hubie­ Los libros de la Biblia tienen autoridad divina porque
ran tenido relevancia. Si la comunidad no reconoce al Dios está en ellos. Está en ellos porque está con la huma­
profeta, nadie sabe que lo sea, pues él no podría demos­ nidad que allí se expresa, la comunidad y las personalida­
trarlo. des concretas que tuvieron parte mayor en la formación
La comunidad destinataria en una literatura que es del libro. El estar de Dios es el misterio de la presencia,
por definición autorizada y normativa, es inseparable del de la gracia, del carisma. ¿ Quién lo puede verificar? Los
libro destinado. Ella está ya en él en cuanto que el libro que hablan en la Biblia se sintieron encontrados por él
es expresión de vivencia comunitaria. Es la objetivación como liberador. La Biblia es el testimonio de ese encuen­
de su subjetividad, la exteriorización de su interior. La ob- tro, o la respuesta al Dios que se hace sentir presente. Es

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versión fiel de testigos que vivieron la historia como lu­ Los hijos de la fe del pueblo bíblico reciben en heren­
gar de manifestación del Dios que viene a liberar. Los cia una proclamación que hicieron sus antepasados, ani­
que hablan lo hacen con el espíritu de Dios que está en mados por el espíritu de Dios. El mismo espíritu de Dios
ellos. Su palabra está inspirada por esa presencia desbor­ que los anima a ellos es el que les permite reconocer la
dante; tiene autoridad divina. herencia y les impulsa a hacer la misma proclamación. Es­
La parte humana en el libro de autoridad divina es to­ tán también ellos inspirados por el espíritu de Dios, no
tal. Allí está todo lo que el hombre tiene para dar. Es el en orden a escribir un libro, pero sí en orden a reconocer­
humanum íntegro. La categoría «instrumento» lleva, como lo inspirado. Esto es sólo posible si el mismo espíritu de
la de «autor», fuera del punto justo. Deprecia la activi­ Dios sigue inspirando.
dad de los escritores bíblicos, enteramente responsables La inspiración de un libro abarca desde el primer re­
de su obra. Por supuesto, el hombre de la Biblia se entien­ moto autor hasta el último destinatario. La recepción del
de como creatura, y por ello está desde su raíz en refe- libro como inspirado es necesaria para que se pueda se­
) renda el Creador; se siente salvado, y está con ello confesan­ guir diciendo que lo está. Si se rompiera la continuidad,
i' do al salvador; se sabe desbordado por la presencia y por el dato de la inspiración sería irrecuperable, porque no es
¡ la amistad de Dios, y entonces es el espíritu de Di05 el una noción, sino una realidad viva. Porque lo es, la inspi­
que lo alienta. Lo alienta cuando está proclamando en es­ ración del libro se está haciendo en el que lo recibe anima­
crito su voluntad de liberar. ¿Qué puede añadir a eso el do por el espíritu de Dios. Es él el que continúa l diálo­
concepto de instrumentalidad? go que allí se empezó a sostener.
La Biblia es la exteriorización de la fe del pueblo y de La inspiración es inseparable de la Iglesia viva, de la
la comunidad que hablan en ella. Dios es el principio y comunidad de los hijos de la fe bíblica, porque es allí
la referencia de su fe, la fuente y la norma. La expresión donde se mantiene el diálogo con el Dios salvador. Y es
de la fe se hace normativa y tiene autoridad divina para allí donde la palabra sigue siendo lugar de encuentro y
todos los tiempos, para todos los hijos de esa misma fe. tiene autoridad. La inspiración reside en la vida de que
Son ellos los que pueden afirmar que esa exoresión de la los libros bíblicos dan fe y en la vida también de que hoy
e es palabra de Dios. El pueblo y la comunidad que dan dan fe los creyentes. El creyente en la Iglesia es el que
testimonio en la Biblia tienen su razón última de ser en puede afirmarla y sabe lo que es.
la fe que proclaman, es decir, en su modo de referencia al Hay otro término elocuente para señalar la presencia
Dios salvador. Es ella la que constituye la realidad hori­ de Dios en la palabra de la Biblia: encarnación. El lengua­
zontal, pueblo o comunidad. je teológico reserva con preferencia este término para ha­
La inspiración como modo de presencia de Dios no blar de la manifestación de Dios en la persona y obra de
reside en la materialidad de los libros, ni en su contenido, Jesús de Nazaret, manifestación que lo da a reconocer
ni en su forma. Reside en la vivencia v la vida que expre­ como el Cristo o el mediador esperado de la liberación.
san o que intentan traducir. La vida en el espíritu es la Pero hay toda una tradición teológico-bíblica que expresa
que inspira, a su vez, a los hijos de la fe. Cuando se habla esa realidad por la imagen de la palabra o del verbo, en
de la palabra, se quiere aludir a la vida que hay detrás de perfecta consonancia con el genio de la religión bíblica pro­
ella. Es allí donde se da la vunción divino-humana. La pa­ fética.
labra es testimonio de la vida. Lo que acontece aquí es la La manifestación de Dios es una encarnación, una tra­
realidad que la palabra quiere atestiguar. ducción en palabra humana y hasta en realidad de hom-

70 71
bre. La palabra, como el Cristo, es signo en que el hom­ de haber error de ningún orden. En fórmula positiva, la
bre se encuentra con Dios. Si no es en signos, no es posi­ aserción se podría pujar hasta decir que su verdad abarca
ble el encuentro. El signo orienta hacía el tú infinito, por­ los órdenes todos de la realidad.
que el hombre le ha percibido manifestándose en él. Es Una afirmación así de enfática se puede hacer desde
esa convergencia de manifestación y percepción la que es­ un punto de vista que mira únicamente a ponderar la auto­
tablece el signo. Y es en la palabra, en el verbo, campo ridad divina de la Biblia y olvida que su creador es el hom­
humano, donde se da el encuentro, según el testimonio de bre anclado en el tiempo. Pero ese punto de vista tan uni­
los hijos de la fe bíblica. La palabra de la Biblia tiene lateral puede conducir a malos entendidos y plantear pro­
autoridad divina, porque es encanación de Dios en el len­ blemas sin salida. Juega con una confusión peligrosa de ni­
guaje humano. veles.
La celosa pretensión se ha visto comprometida, en
efecto, en la era de las ciencias. Estas han puesto a la vis­
LA VERDAD DE LA BIBLIA ta inexactitudes, errores y contradicciones en todos los
campos que se pueden abordar con rigor y método cien­
En cuanto palabra de Dios, la palabra de la Biblia es tífico.
verdadera. Existen diferentes tip0s de verdad, como hay
realidades de órdenes diversos v modos varios de conoci­ Primero fue la cosmología y las ciencias naturales las
miento, todos correlativos. Así procede de hecho en la ex­ que acusaron su insatisfacción. Se supo aclarar, en actitud
periencia humana. Hay fo verdad del científico, la del his­ apologética, que los autores de la Biblia hablaban de las
toriador, la del filós0to, la del poeta, la del creyente. En realidades naturales según sus apariencias. Hablaban, por
unos casos, el C'nocimiento de la verdad es verificable, supuesto, desde su cosmovisión y desde sus conocimien­
demostrable, analizable empírica o lógicamente. El objeto tos, forzosamente corregibles, como lo son los mismos de
del ccmocirrnento es reductible. En otros, el obieto es su­ hoy. Lo que en definitiva quedó claro es que la verdad pro­
til, esc1pa a la manipulación; es irreductible, desbordante. pia de la Biblia en cuanto palabra autorizada no es del
Se le percibe, se le atisba, se le encuentra de tú a tú, desde orden científico. En él no podría llamársele inerrante.
un compromiso más subjetivo que envuelve toda la perso­ La defensa se cerró seguidamente en torno a la pre­
na. Cada conocer tiene su método, su rigor y su arte. Y tendida verdad histórica de los libros de la Biblia. El es­
conoce sus límites. tudio histórico-crítico vino a poner en evidencia que la
¿De qué orden es la verdad de la Biblia en cuanto Biblia no es historia crítica, como se la quiere hoy y que
Escritura santa o palabra de Dios? ¿ Qué suerte de reali­ contiene inexactitudes, fallos y errores en el orden de la
dad es la que está afirmada en su fondo? ¿ Por qué modo verdad histórica. Si por historia se entiende el relato fiel
de conocimiento se la puede alcanzar? de los acontecimientos que fueron y cómo fueron a la vis­
El postulado de la inspiración que proclama a Dios ta de todos sus testigos, la Biblia no tiene ahí su fuerte. Lo
autor de la palabra de la Biblia tiene una consecuencia que cuenta le interesa como expresión de vivencia, como
que se ha venido a expresar por un término traído y lle­ exteriorización de un sentido que vio sólo un pequeño
vado: la inerrancia. En virtud de esta propiedad, la pa­ grupo humano a la luz de su e. Aunque le es esencial la
trística, la teología escolástica, los documentos oficiales de dinámica de la historia, su verdad propia no es de ese
la Iglesia han repetido al unísono que en la Biblia no pue- orden.

72 73
El comienzo del estudio de la Biblia bajo l aspecto inmediatos ; pero no tienen garantizado un valor perma­
literario abrió horizontes nuevos a callejones sin salida. nente. La inerrancia no elimina limitaciones y errores en
Hubo quien aprovechó los traídos y llevados géneros lite­ lo que respecta a las ciencias, ni a la historia, ni a creen­
rarios como una clave mágica o un recurso siempre pronto cias, ni a concepciones teológicas, ni a costumbres. Pién­
para justificar y explicar los errores científicos, históricos sese en el sacrificio humano, en el herem, en la poligamia,
o lógicos. Ante una dificultad de ese orden, hay quien re­ en el rigor de ciertos preceptos sin concordancia con pos­
pite hasta hoy: Es un género literario. Como si eso fuera tulados básicos humanos . La Biblia misma corrige cosas
decir algo. En realidad, el reconocimiento y el estudio que pierden su sentido, puntos de vista caducos o errados.
de los géneros literarios sirven para algo más que para un La Biblia no es ciencia, ni historia, ni teología en todo
tendencioso empleo apologético, que por lo demás sería válida, ni manual de principios éticos todos de valor pe­
equívoco. Abren los ojos a la realidad de la Biblia como renne. Tiene de todo ello, pero limitado en validez como
obra literaria. todo lo humano. Pero aun si no tuviera error en esos ór­
Una observación más acertada limitó la inerrancia a denes, no consistiría en eso la verdad propia de la Biblia
cosas de e y costumbres. Pero aquí se imponen también en cuanto palabra de Dios . La suya es la verdad honda que
algunas matizaciones. Los contenidos de la fe buscan siem­ redime y libera. Lo aseguran los que se sienten por ella
pre expresión y se vierten en aserciones y en fórmulas más liberados.
o menos felices. Al contenido sólido se adhieren creencias,
concepciones y seguridades teológicas, que no guardan su
MATIZACIONES DE CONCEPTO
consistencia indefinidamente. Dentro de la Biblia misma
hay una continua corrección y actualización de lo que co­ Las categorías conceptuales son, a veces, peligrosas, en
rre como contenido de la fe. Es la actitud de fe expresada cuanto que Ilevan la atención hacia caminos que no eran de
en la Biblia la que tiene continuidad, y el saber de la mis­ recorrer. Tal es aquí el caso con los términos verdad, error,
ma sobre el Dios salvador. En ello es firme, verdadero, el inerrancia, tomados en la clave de la cultura occidental.
testimonio bíblico. Por verdad se entiende la adecuación entre el conocimiento
En cuanto a ética y costumbres, es también la Biblia y el objeto conocido, dando por supuesto que el objeto es
misma, en el curso de las etapas culturales v de los afina­ dominable y que el conocimiento puede abarcarlo. Es el
mientos de la reflexión humana que abarca, la que supera, talante de la clave racional-racionalista. Se le contrapone
corrige o reprueba lo que un día tuvo carta de valor. Nor­ el error, con poca flexibilidad para términos intermedios .
mador ético es la naturaleza interpretada por la cultura y Pero no es ése el punto adonde deberían conducirnos los
la sensibilidad moral humana promovida por la civiliza­ conceptos cuando queremos hablar de la verdad propia
ción. Los principios que se asientan como regla de conduc­ de la Biblia. De ahí tan inadecuados planteamientos.
ta vienen directa o indirectamente de allí. La exigencia En la mentalidad que acusan los autores de la Biblia
ética de la Biblia es firme y verdadera. Algunos de sus la verdad no consiste en el medirse y cubrirse del enten­
contenidos lo fueron y lo siguen siendo; pero no todos dimiento y el objeto. No es del orden especulativo, sino
ellos sin discriminación. del de la experiencia. Conocimiento es encuentro directo,
Todos los niveles de realidad y órdenes de verdad a experiencia íntima de cruce de realidades. La verdad no
que nos hemos referido representan aspectos de la litera­ se alcanza por posesión intelectual; se la vive en compro­
tura bíblica. Tienen valor innegable para los destinatarios miso y con participación de la persona humana íntegra. La

74 75
Biblia no expresa su verdad en formularios conceptuales; Verdad pertenece al mismo campo lingüístico que fide­
la comunica desde el contacto con las personas, los acon­ lidad. Son dos sinónimos. Dios es veraz, firme, constante,
tecimientos y las realidades diversas en sus niveles de hon­ fiel en el propósito y en la intención que ha dado a perci­
dura. Desde ahí anuncia, proclama, significados y senti­ bir. Es la experiencia religiosa la que sabe que no decep­
dos. Es necesario ponerse en esa clave para hablar de su ciona al que confía. La Biblia es el eco veraz y fiel de esa
verdad y de su inerrancia. intención y de lo que el hombre ha entendido como cami­

\.
La verdad de que aquí se habla tiene en un dicho de no de vida verdadera. Es decir, voz genuina y viva, por
Jesús dos sinónimos elocuentes: «Yo soy el camino, la ver- la que Dios habla y por la que el pueblo bíblico da testi­
dad, la vida» (Jn 14, 6). La verdad es el camino que con­ monio de él. Al que está abierto a escucharla, esa voz le
duce a la vida. La verdad es la vida, la vida es la verdad interpela, le anima, le guía hacia la liberación, que es la
y ambas son la liberación y el pleno lograrse del hombre realización cabal del hombre en la existencia.
en la existencia. La liberación es su camino a recorrer, y La verdad de que aquí se habla se puede seguir defi­
en eso está la vida y la verdad. niendo en los términos usuales de adecuación del conoci­
La verdad de que habla la Biblia es del orden de la miento y de la realidad. Pero no se trata de un conocimien­
liberación : es verdad que redime y salva. Son felices los to dominante ni de una realidad domesticable. Es cono­
términos del Vaticano II en la constitución Dei Verbum : cimiento hondo, del orden de la vivencia; no se lo puede
«Como todo lo que afirman los hagiógrafos o autores ins­ verificar por demostración empírica, sino por testimonio.
pirados lo afirma el Espíritu Santo, se sigue que los libros Y es la realidad honda, última, del orden de la liberación
sagrados enseñan sólida, fielmente y sin error la verdad en su sentido total; Dios está presente en ella y es término.
que Dios hizo consignar en dichos libros para nuestra sal­ La verdad aquí connotada es totalizante, en cuanto que
vación. se refiere a lo ultimativo; no en cuanto que se integre y
La liberación consiste en la superación de servidum­ sea la suma de las formas específicas de verdad antes alu­
bres. Estas son muy concretas y de muy diversos órdenes. didas; ni tampoco que dependa de ellas, ni que las garan­
Entre todas afectan de uno u otro modo a todos los hom­ tice. La Biblia no sustancia siquiera toda la verdad salva­
bres y declaran al hombre en condición de servidumbre. dora de una vez, puesto que ésta es dinámica y se está
Cada hombre que lucha por la liberación de una servidum­ sustanciando en cada hombre que está en el camino y en
bre concreta y cercana se suma a la lucha universal huma­ la búsqueda de la liberación. En la Biblia está el modelo
na por la liberación total. Esta tiene su cima en el absolu­ y el principio del camino de liberación que cada hombre
to. El hombre de fe la encuentra en Dios. El pueblo de la ha de recorrer. Pero en el principio está ya la fuerza y la
Biblia se encontró con un Dios que le acompaña en su norma de la liberación total.
lucha por la liberación; Dios tiene un nombre que habla Para hablar de la realidad de que la Biblia da testimo­
de él más que todos : salvador. nio verdadero, es inevitable el recurso al lenguaje huma­
La verdad de la Biblia es del orden de la liberación o no ordinario. Los diversos órdenes de realidad antes men­
salvación en sentido ultimativo : la que redime de todas cionados son los ingredientes del lenguaje. Por ellos se
las servidumbres y de la condición de servidumbre; la ver­ simboliza y se significa la realidad honda de la vivencia
dad que hace libres a los hijos de Dios. Inerrancia es un religiosa. Hay que tomarlos, por tanto, como signos de
término negativo y muy pobre. El mensaje de liberación ella; no preguntarles por la verdad específica que puede
de la Biblia no es sólo inerrante: es verdadero y fiel. garantizar su rigor metodológico, sino por la capacidad de

76 77
orientar hacia la realidad significada. Sí cumplen esa un­
ción, son medios válidos.
La Escritura dice que la palabra de Dios no falla, no
defrauda, se cumple, realiza lo que anuncia y significa. La
promesa se cumple. Pero el cumplimiento no está en la
UNA LITERATURA NORM ATIVA
materialización de lo que dice la palabra. Está en la vida
y en el sentido que crea con su significado. Su poder está
operante antes, en y después de cualquier materialización.
Los oyentes de la Palabra de Dios en la Biblia afirman
Se está cumpliendo en ese operar. La promesa de una tie­
el carácter sagrado de sus libros con un término que los
rra a los patriarcas da sentido a todos los que corrieron ca-
señala y los delimita: la canonicidad. Para distinguirlos

l
minos hacia su posesión, a los que la conquistaron y a los
de toda otra literatura se los llama canónicos. El término
que estuvieron en ella y la volvieron a perder. Lo impor­
no comporta sólo delimitación, sino que es afirmativo
tante es estar en el camino de la liberación con Dios por
de naturaleza y de autoridad. Son libros inspirados y, por
guía, compañía y hondura. El es el salvador que sigue
ello, norma de fe y de conducta. La canonicidad es la
guiando más allá de toda materialización. En cada realiza­
proclamación de su autoridad divina. Estos libros son
ción concreta hay totalidad porque la significa.
palabra de Dios, es decir, contenido de fe, fuente, guía
La verdad que salva es dinámica, viva. Se verifica en
y norma de vida para los que la escuchan, el judaísmo
la apropiación que de ella hace el hombre en cada momento
y la iglesia cristiana.
de la historia. La continuidad da razón a los que fueron,
a los que son y a los que vendrán. Es la misma verdad que
no es estática ni nunca acabada, sino que es vida que se
EL CANON O LISTA DE LIBROS SAGRADOS
vive.
El Antiguo Testamento es prehistoria permanente
Canon es un vocablo de mucho abolengo, con pasa­
del acontecimiento cristiano. Es inseparable de él porque
porte interlingüístico, familiar en el lenguaje del arte y
es parte de él. El Nuevo Testamento significa una cma
en el religioso. Es de origen semita. Qanu o qaneh signi­
en ese curso de la historia vista como historia de la libe­
fica caña en asirio y en hebreo. En griego toma sentidos
ración. Pero no anuncia un acontecimiento estático de
que van desde la misma concretez a lo abstracto: bastón
liberación. Ese acontecimiento continúa sucediendo en la
derecho, vara de medir, regla. Desde ahí evoluciona en
iglesia viva. Es su modelo permanente y dinámico. El que
dos líneas metafóricas : norma, modelo, en el lenguaje
siga dando vida asegura su verdad. De ésta da testimonio
del arte, el primero; lista, colección de libros, en el se­
el que vive de ella.
gundo. Las dos líneas se funden de algún modo, cuando
La iglesia es, por eso mismo, el criterio de interpre­
el término viene a designar una colección de libros acep­
tación de la verdad bíblica. La comunidad creyente y
tados como norma de vida. Canonicidad es la caracterís­
confesante la conoce, sabe de ella, porque es su misma
tica que define esos libros : los reconoce inspirados, sa­
vida. La interpretación auténtica resulta de la confron­
grados y autoritativos.
tación de la palabra de la Biblia con la vida, cuando ésta
Una suerte de canon, en acepción poco rigurosa, lo
! está abierta a la interpelación de aquélla. La verdad de
constituyen los escritos sagrados de cualquier religión
la Biblia es la verdad que salva, es el camino de la vida.

78
del libro, todas las literaturas sagradas. En particular con­
sideran canónicos sus libros oficiales las religiones de tipo ni ociosas, en este mismo momento, pues las razones de
revelado, el judaísmo, el mazdeísmo, el cristianismo, el la canonización son mucho menos que evidentes.
islam. En el presente vamos a referir el término concreta La historia de la formación del canon recuerda lo
y exclusivamente a los libros de la Biblia judía y cristiana, complejo y laborioso que fue el tomar decisiones válidas
dos religiones quizá más rigurosas en la cuestión de su para todos y de carácter definitivo. Hoy se está ante el
canon. hecho de que la lista viene dada por la iglesia y está re­
frendada por su autoridad. Pero la respuesta de hecho no
La Biblia es la colección de libros que el judaísmo y
acalla todavía la pregunta de principio.
la iglesia cristiana, por diviso, reconocieron como palabra
Cierto es que la pregunta de principio no puede en­
de Dios. Esa definición cuenta con un canon y alude a
contrar respuesta satisfactoria. Topa con el misterio que
una lista oficial delimitada. El reconocimiento del carác­
palpita en el mismo reconocimiento de los libros como
ter y del contenido de esos libros en las categorías que palabra de Dios. ¿ Qué teoría racional podría responder
acabamos de nombrar es lo que dio origen al canon. a su porqué?
El canon de los libros santos se formó paulatinamente Sin duda que lo mismo l judaísmo que la iglesia tu­
en un considerable lapso de tiempo; en él hubo momentos vieron sus criterios para decidir qué libros son los que
cruciales de toma de conciencia, en los que se explicitó tienen autoridad. Pero, o no son analizables hasta el fon­
la posición con respecto a esos libros. Fueron por lo ge­ do, o no son aplicados con rigor, o se apoyan en conver­
neral momentos de cierta crisis, cuando l confusionismo gencia de razones no siempre coherentes. En definitiva,
obliga a tomar decisiones categóricas. Entonces se desta­ no responden del todo a la pregunta por qué algunos li­
caron los libros que de hecho ejercían ya autoridad y se bros que están no se quedaron fuera y otros que se que­
ladearon otros que eran dudosos o representaban corrien­ daron no están dentro.
tes estimadas peligrosas. Si los libros son producto de un proceso largo en que
Hoy la lista de los libros que integran la Biblia está tomaron parte muchos, personalidades y colectividades,
completa y cerrada. Es una posesión indiscutida y pací­ así lo es también la formación del canon. Este no es el
fica de los herederos de la fe bíblica, adquirida hace mu­ fruto de asambleas de teólogos, ni de decisiones de con­
cho y seguramente incambiable. Generaciones pasadas de­ cilios. Lo es de una actividad comunitaria secular con el
sarrollaron febril actividad para adquirirla. Constataron, aliento de personalidades decisoras. Al fin tiene, cierto,
todo ello corroboración de decisiones conciliares.
discutieron, decidieron. Su decisión señala el límite rigu­
En el proceso largo se pueden destacar varios momen­
roso de los libros normativos.
tos. Primero es la experiencia de la manifestación divina
¿Por qué entraron en su lista estos libros y no otros en encuentro y la traducción de la misma en palabra es­
contemporáneos, aparentemente iguales o más ricos aún crita; ésta es reconocida por la fe como expresión fiel del
de contenido? ¿Por qué se dictaminó que con el escrito encuentro y como palabra de Dios. Ese es el presupuesto
del último apóstol se concluía el canon y no se iba a re­ ineludible para que el canon tenga razón de ser y conte­
conocer otros importantes libros posteriores? ¿Qué sig­ nido. Luego es el coleccionamiento progresivo de los es­
nifica todo ello? critos que suscitan reconocimiento de autoridad. Al fin
Estas cuestiones parecerán hoy bizantinas. Pero de se constituye el canon o la lista oficial de los escritos sa­
hecho fueron álgidas y, si se piensa bien, no son estériles grados.

82 83
El proceso comienza evidentemente en Israel con la
Biblia judía. Sus inicios se remontan a la époc� preexílica, se integra de tres partes, nominalmente la ley, los profe­
quizá en l siglo sexto a. C.; cobra luego un l�pulso e­
.
� tas y los escritos. Esta nomenclatura tripartita data del
siglo segundo antes de nuestra era; recurre por primera
cisivo al final del siglo quinto, con la restaurac1on religio­
f
sa del judaísmo bajo Esdras; vuelve a act v�rse al final vez en l prólogo del Eclesiástico (año 1 1 7 a. C.): «La
del siglo segundo a. C., para alcanzar practicamente �u ley, los profetas y los otros escritos de los antepasados».
Esa división y nomenclatura queda establecida en el ju­
fisonomía íntegra al final del siglo primero de la era cris­
tiana en el concilio de Yamne. Pocos libros del canon ju­ daísmo para hablar de los «libros santos» ( I Mac 1 2 , 9 ),
dío quedan desde ese momento fluctuantes, pendientes de y hay amplio eco de ella en los escritos de Flavio Josefa,
de Filón y en el Nuevo Testamento (Mt 5, 1 7 ; Le 24, 44 ;
decisión.
Act 28, 23).
Los escritos del Nuevo Testamento son primero con­
La secuencia de los tres términos-ley, profetas, escri­
siderados como clave del sentido del Antiguo Testamento.
tos-no obedece al azar; señala la prioridad autoritativa
En un segundo momento obtienen igual estima que él
y la consiguiente anterioridad de la canonización de la torá
en cuanto a autoridad. Finalmente son proclamados como
con respecto a los profetas, y de éstos, a los otros libros.
inspirados, Escritura santa igual que el Antiguo Testa­
La ley es la parte más sagrada de la Biblia judía; co­
mento.
rresponde al Pentateuco. Le siguen en sacralidad y en ca­
El proceso se extiende durante más de dos siglos. Co­
nonización los profetas, término en que se incluye a los
mienza con el coleccionamiento de las cartas paulinas; si­
«profetas priores» (libros de Josué, Jueces, Samuel y Re­
gue inmediatamente con los cuatro evangelios, para alar­
yes ) y a los «profetas posteriores» ( los libros proféti�os ).
garse considerablemente en la decisión final sobre los res­
El último grupo es el formado por los restantes escritos,
tantes escritos. Al fin del siglo segundo se había consoli­
cuya canonización fue muy lenta y tardía; quizá entre los
dado ya el grupo central de escritos del Nuevo Testamen­
to. La lista completa y cerrada no tiene promulgación has­

primeros del grupo están los salmos. Seg n la nom�ncla­
.
tura hebrea, la Biblia judía se integra de vemt1cuatro libros,
ta principios del siglo cuarto.
que forman los tres grupos. El contenido del primero es
Desde esa fecha continúa aún la discusión sobre el al­
la torá, instrucción, decisión, ley; el segundo es dabar, la
cance total de la Biblia cristiana. Están en discusión los
palabra profética; el tercero es sir y masal, canto y sen­
libros por eso llamados «deuterocanónicos», del segundo
tencia, o los libros poéticos y sapienciales.
canon o segundos en él. El concilio de Trento viene, por
fin, después de siglos, a zanjar esa cuestión, por lo que
respecta a la iglesia católica. Pero quedará abierta como
LA LEY
motivo de querella entre las Iglesias cristianas. Las gran­
des líneas y momentos de la formación del canon son fá­
Tal vez la primera expresión de la actitud venerativa
ciles de señalar; no así sus pormenores y criterios. ante un libro como sagrado, o al menos la primera de que

quedó amplia constancia, es la que se refiere al « ibro e �
LA BIBLIA JUDÍA. la ley», encontrado en el templo en tiempo de Josias ( ano
622 a. C . ) y base de su reforma religiosa ( cf II Re 22,
'.

La Biblia, como observábamos al principio, no es un 8-23, 3 ). El libro de que ahí se habla es, stn duda, el
concepto unívoco para judíos y cristianos. La Biblia judía núcleo fundamental del actual Deuteronomio. Se presenta
84 85
con la autoridad del nombre de Moisés, que es un profe­ ida, actualizada y encuadrada por la escuela sacerdotal,
ta (Dt 1 8 , 1 8 ) . Su palabra tiene, por eso, autoridad divi­ que dio la versión última de la constitución del pueblo de
na. Toda la ley será después atribuida al mismo Moisés, Dios. Esa fue la base de la autocomprensión del judaísmo
el fidedigno portavoz de la palabra de Dios para su pue­ posexílico y de las ramificaciones que tuvo ulteriormente:
blo en todo lo referente a su constitución. Seguramente la judaísmo palestinense, comunidad de las diásporas y los
actitud expresada ante el «libro de la ley» marca el prin­ samaritanos, que luego se separaron, llevándose como su
cipio del canon. Biblia el Pentateuco.
En los días y por impulso de Esdras el escriba ( segun­
da mitad del siglo quinto a. C . ) se hizo una lectura solem­
ne de la ley con sentido de renovación de la alianza (Neh 8 ) . Los PROFETAS
Por ley s e entiende en ese momento los diversos códigos
de leyes que contiene el Pentateuco actual. Al proclamar­ La palabra profética tiene por sí misma autocompren­
la oficialmente norma de fe y de vida, el judaísmo está ca­ sión autoridad divina. La tradición fue consecuente con
nonizando la primera parte de su Biblia. ese postulado, al destacar que incluso la torá viene de Dios
La ley está encuadrada en la historia mosaica, y más por mediación de un profeta, Moisés.
concretamente en el marco del acontecimiento sinaítico. Pero la palabra de los profetas vive por largo tiempo
Israel vertió su autocomprensión como pueblo de Dios en en la tradición oral; sólo una parte mínima se pone por
ese acontecimiento que funda la alianza. Ley y aconteci­ escrito en los días del profeta. De ahí que, sea cual fuere
miento aparecen fundidos. El Pentateuco entero es relato la autoridad que ejerciera, no podía ser canonizada como
de acontecimientos que hacen de marco a la ley. Aquéllos sagrada literatura antes de adquirir cuerpo literario. En
se refieren a los caminos de los predecesores de Israel des­ un principio se la ve intencionada para su momento histó­
de el origen hasta el Sinaí y hacia la posesión de una tie­ rico, y válida para él. El momento siguiente la sigue des­
rra. En el centro está la liberación de Egipto, que es la cubriendo; mira, efectivamente, hacia adelante, más allá.
cuna de Israel como pueblo liberado. Casi en la cima de Los discípulos de los profetas recogen y guardan sus
ese camino está la alianza sinaítica, que escenifica la cons­ palabras; luego se coleccionan; después surgen los libros,
titución formal del pueblo. El Pentateuco es, pues, la base con encuadres, actualizaciones y adiciones narrativas. Es,
histórico-teológica del pueblo bíblico, su norma de fe y sobre todo, en la época posexílica, que parece anodina,
de conducta. Eso es lo que fundamenta su canonización cuando los epígonos de los grandes profetas, y en particu­
y lo que ésta corrobora. lar los círculos apocalípticos, que hacen de la profecía la
El principio de autoridad estuvo ya presente en la mis­ base de sus visiones, provocan la aceptación plena de los
ma formación del Pentateuco. Precedió a su configuración libros proféticos. El pueblo, que se concentra en el tesoro
definitiva. Las tradiciones antiguas que incorpora habla­ de su literatura, descubre día a día su profundo signifi­
ban ya de la guía divina de los antepasados : eran la épica cado. Las palabras de los profetas se verifican fieles y con­
sagrada. El credo fundamental de Israel recogía en síntesis solidan así la esperanza de la liberación que anuncian. En
los grandes acontecimientos de liberación. Los primeros este marco se sitúa su canonización.
historiadores tomaron su esquema para escribir la teología Los llamados «profetas priores» ( historia deuterono­
de la historia. El «libro de la ley» sirvió de norma a la re­ mista) enlazan con el Pentateuco, y refieren Ja historia del
forma de Josías. Al fin toda esa tradición sagrada fue asu- pueblo desde la conquista de la tierra hasta el fin de la

86 87
monarquía. Si la historiografía pentatéuquica está anima­ los Salmos su representante. Abarca una serie de libros
da por la ley, la deuteronomista lo está por la palabra y que los judíos leían y estimaban y que proclamaron, al
la acción de los profetas preclásicos, desde Samuel a Elías, fin y por etapas, libros sagrados o canónicos.
y de los profetas «escritores»; aunque de éstos no hay Están en este bloque los libros poéticos, los sapiencia­
mucho eco en esos libros, corresponden a la época ahí les y algunos historiográficos. Nominalmente son los libros
historiografiada. de los Salmos, Proverbios, Job, la historia cronística ( Cró­
Los profetas preclásicos se adelantan al momento en nicas, Esdras, Nehemías) y los cinco «rollos» ( Cantar de
que se valora la palabra hasta el grado de recogerla en los Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester).
libros propios. La historia retiene, sin embargo, algunas
La tendida discusión en torno a algunos de ellos tar­
de sus palabras en contexto y recoge leyendas proféticas,
dó siglos en zanjarse. El concilio de Yamne, en la última
que son palabras en acción. El historiador deuteronomis­
década del siglo primero, trató de precisar definitivamen­
ta construye su teología de la historia a la luz del funcio­
te esta parte movediza del canon. Era un momento en
namiento de la palabra profética y de la palabra de la
que el judaísmo normativo, sobreviviente a la catástrofe
alianza. De ahí lo acertado de llamar a esta historia «pro­
de la destrucción y dispersión, debía definirse bien por la
fetas priores». Apareció como la versión final de la rela­
literatura sagrada para defender su identidad. No sabe­
ción del hombre con Dios en la historia y se la consideró
mos concretamente cuáles fueron sus decisiones por lo que
autorizada y normativa. Esa apreciación coincide con su
mira al canon, ni cuáles sus consecuencias inmediatas. En
canonización.
definitiva, el canon judío no se acabó de precisar antes
Los escritos proféticos representan un contrapunto
del siglo segundo de la era cristiana.
carismático y de tensión escatológica a la concepción de la
alianza en la versión sacerdotal. Se estima que la historia Este tercer bloque de libros supone la canonización de
les había dado la razón; se hacen populares; sus palabras la ley y de los profetas. La suya reclama también el postu­
fundamentan las esperanzas del futuro. Canonizados en el lado de la autoridad divina. La palabra del sir y del masal
siglo tercero y segundo a. C., son leídos como la torá en se alinea con la torá y con la palabra del profeta. Por lo
la sinagoga. Son Escritura santa. El Antiguo Testamento, demás, el bloque incluye libros de valor ético y devocional.
en designación rápida, se llamó «la ley y los profetas». Son expresión auténtica de la vida de la comunidad y tes­
tifican sobre las fuerzas nacionales y religiosas que la
animan.
Los ESCRITOS

La tradición judía designa con este término un hetero­ RAZONES Y CRITERIOS


géneo bloque de libros del Antiguo Testamento, que res­
ponde a los últimos estadios de la formación del canon. La razón ultimativa y complexiva de la formación del
Las referencias antiguas a este bloque, desde el prólogo canon es el reconocimiento de la palabra divina, norma­
del Eclesiástico hasta Flavio Josefo y el Nuevo Testamen­ dora, en los libros que vienen a integrarlo. Muchos libros
to, son siempre imprecisas, en el sentido de que no ofre­ paralelos gozaron de popularidad; se usaron para lectura,
cen nunca la lista de los mismos. Y es que la lista estuvo edificación e instrucción. Y, sin embargo, no se les reco­
durante siglos fluctuante. El Nuevo Testamento hace de noció carácter sagrado y valor normativo. Otros fueron

88 89
directamente rechazados con agresividad, porque movie­ análogo será después para el Nuevo Testamento la proce­
ron sospechas de heterodoxia, de laxitud, de sincretismo dencia apostólica.) Por eso los libros tardíos se atribuyen
y sectarismo. Si se observa la diversidad de tendencias, de a un autor antiguo que les confiera autoridad, como la que
corrientes, de teologías que el Antiguo Testamento supo daría Salomón al Cantar y al Eclesiastés.
integrar, esa sensibilidad aparece en extremo refinada. Pero Se puede decir que el canon es obra de la comunidad.
es reacción normal de autodefensa en momentos de particu­ A ella se debe la parte principal en la formación de los
lar peligro ante fuerzas desintegrantes. libros y también el reconocimiento de su carácter sagrado.
Razón, por tanto, más empírica de la formación del Y lo mismo que los libros son inseparables de ella, así lo
canon es la conservación de la propia identidad, una cate­ es ella de los libros: éstos son la expresión fiel de su vida
goría que se rige por la autocomprensión en las situacio­ y de su autoentenderse. Por eso se encuentra en ellos y los
nes decisivas de la historia. decide normativos. Para que sean norma viva, la interpre­
tación los sigue actualizando, guiada por el mismo espíri­
Aquí convergen razones de carácter diverso, naciona­ tu que está en la comunidad. Es, pues, el espíritu proféti­
listas, jurídicas y, por supuesto, religiosas. La tensión di­ co, vivo en la comunidad, el que requería que los libros
ferente de los libros del Antiguo Testamento da pie para fueran de la era profética.
destacar estas varias razones de la canonización. Una ra­
Además del canon del judaísmo normativo existen otros
zón llamativa que cabría destacar es la creencia en la
cánones. Los samaritanos, que se separaron en el siglo
fuerza de la palabra, a veces hasta l grado de la magia.
cuarto a. C. de la comunidad judía, mantuvieron como su
Este sería el caso de la actitud popular ante la palabra del
Biblia únicamente el Pentateuco. Por el contrario, los ju­
profeta. En definitiva, son muchas razones convergentes
díos de la diáspora helenística tuvieron criterios más abier­
las que, en concreto, promocionan el status de un libro
tos. Libros que procedían de Palestina y otros que sur­
como norma de fe y de conducta.
gieron en su medio fueron incorporados a la lista de los
La canonización representa una decisión de orden dog­ libros sagrados. Exponente de ello es la traducción de los
mático. Es un pronunciarse sobre valores y significados Setenta, que ignora la división tripartita de la Biblia e in­
trasempíricos. Se tiene que regir en su ultimidad por crite­ cluye más libros que el canon palestinense.
rios de fe. El Espíritu de Dios es la fuerza que impulsa El canon alejandrino, en contraposición con el pales­
para el reconocimiento de esa misma presencia del espíritu tinense, es el que suscita la cuestión de los libros deutero­
en los libros escritos. Por supuesto, el criterio ultimativo canónicos . Son libros que están en aquél, pero no en éste.
se traduce en motivos tangibles y, al menos parcialmente,
El Nuevo Testamento conoce la Biblia por la versión de
analizables a la luz de la historia. los Setenta, aunque directamente no cita ningún libro de
Dos criterios que nos podrían parecer superficiales, los deuterocanónicos. Los tiene, en cambio, la secta de
pero que de hecho cuentan, son la lengua y la antigüedad. Qumrán, junto con otros libros propios suyos. La iglesia
Los rabinos no incluyeron en el canon, al decidir la última cristiana usó la Biblia griega y se familiarizó con esos
parte de la Biblia, ningún libro no hebreo. Esto será prin­ libros. El concilio de Trento los definió inspirados, nor­
cipio de divergencia con respecto al canon cristiano. El cri­ mativos para los católicos, como palabra bíblica, mientras
terio de antigüedad quiere que los libros sagrados proce­ las iglesias de la reforma se afirmaban en el canon pales­
dan de la era profética. Esta concluiría en Esdras. (Criterio tinense.

90 9_1
realización. No son los criterios judíos los que la autori­
LA BIBLIA CRISTIANA
zan, sino su referencia al Cristo encarnado en Jesús de
Nazaret.
Biblia cristiana no es sólo el Nuevo Testamento sino

también el Antiguo. Ni histórica ni teológicamente s pue­
La Escritura es la historia de la revelación nueva de
Dios. Es releída toda en esa perspectiva y se la oye mos­
de hablar de otra manera. Los intentos repetidos en el
trar quién es Jesús el Cristo, cuál su suerte y cómo Dios
cristianismo de abandonar el Antiguo Testamento se han
libera a la humanidad por él. Una inspiración nueva del
demostrado perniciosos. El Nuevo Testamento perdería
espíritu de Dios mueve la audición de su palabra, y nace
su base, si se separa del Antiguo. En cuanto parte de la
así la Biblia cristiana de la Biblia judía.
Biblia cristiana el Antiguo Testamento tiene una carga
La relectura es creadora; lee lo que no había nadie
teológica distinta a la que le es propia como Biblia judía.
antes leído; pero es legítima, porque arranca de audición
nueva de la palabra de Dios. Los testigos del acontecimien­
EL ANTIGUO TESTAMENTO to cristiano ponen en ello la fuerza toda de su testimonio.
Esa actualización de la palabra de la Biblia arranca de la
Para Jesús y sus discípulos, hijos de Israel, la Escritu­
misma autocomprensión de la comunidad cristiana y por
ra santa es la común judía, el Antiguo Testamento. Cuan­
ello es la expresión auténtica de ésta.
do en el Nuevo Testamento se habla de las Escrituras la

referencia es a él. En él está la palabra de Dios, la hist ria
Del Antiguo Testamento sólo algunas líneas capitales
son tomadas y actualizadas en el Nuevo. No todos sm li­
de la salvación. Lo mismo que los judíos la leen en la sina­
bros son citados sistemáticamente, sino de paso y de manera
goga y la estudian, así se recomienda a los cristianos que
ocasional. Se lo menciona, cierto, en bloque: la ley de Moi­
lo hagan ( I Tim 4, 1 3 ; II Tim 3, 1 5 ) . Las categorías que
sés; la ley y los profetas; la ley, los profetas y los salmos.
hablan de la Biblia como palabra de Dios, como norma de
El problema concreto de los libros deuterocanónicos
fe y de vida, se refieren, en la boca de los primeros cris­
no se resuelve por el uso que de ellos hiciera el Nuevo
tianos, al Antiguo Testamento. De ahí vienen las nociones
Testamento: no se cita ninguno expresamente. Lo hacen,
y presupuesto necesario para que la versión autorizada del
en cambio, los padres apostólicos y luego los padres grie­
acontecimiento cristiano pueda, en su día, llamarse Nuevo
gos y latinos.
Testamento y venga a ser parte integrante de la Biblia cris­
Según la decisión tridentina, el Antiguo Testamento
tiana.
cristiano, o al menos católico, cuenta sobre el judío con
Cierto, para los primeros cristianos las Escrituras san­
los libros de Tobías, Judit, Baruc, Sabiduría, Eclesiástico,
tas comienzan a hablar en dimensiones nuevas. Las espe­
dos de los Macabeos y las adiciones de Daniel (Dn 3 , 24-
ranzas allí abiertas apuntan hacia algo concreto que es ya
90; 1 3 , 14) y de Ester (Est 1 1 , 2-16, 24). Totaliza así un
realidad. Y, a su vez, abre nuevas perspectivas de espe­
número de 45 ó 47 libros, según que Lamentaciones y
ranza. El acontecimiento cristiano ofrece a las antiguas
Baruc se unan o no con Jeremías.
promesas cumplimiento. A su luz se lee de nuevo toda la
Escritura y se actualiza, cargando los acentos en las dimen­
siones que pueden hablar de ese ahora. EL NUEV O TESTAMENTO
El Antiguo Testamento no es para los cristianos pura
La iglesia de los tres primeros siglos, además de la
herencia judía. Renace o es de nuevo descubierto como pa­
Escritura santa recibida, usó en la predicación, en la cate-
labra de Dios, porque se le oye ahora en eco poderoso de

92 93
quesis, en la liturgia, otros escritos, que se hacían también respuesta .de sus discípulos. Son escritos de proclamación,
eco de la historia de la salvación. Esos libros nuevos refe­ de enseñanza y de misión. No pretenden otra cosa que in­
rían el acontecimiento último, recapitulación y culmen de terpretar la Escritura a la luz del acontecimiento y cons­
todos los precedentes y de proyección directa hasta el es­ tatar que se cumple. Esta suerte de cumplimiento perte­
jaton, la realización total de la liberación humana. Eran nece a la historia santa de la Biblia.
los escritos de respuesta al acontecimiento cristiano. Su La norma para interpretar las Escrituras es Jesús re­
contenido : vida, enseñanza y acciones de Jesús, su muerte conocido como el Cristo. El es la nueva luz que las ilu­
y su resurrección, reacción provocada por esos aconteci­ mina, ofreciendo concretez de presente a la esperanza abier­
mientos y movimiento que iniciaron. ta. Con él son también norma los que fueron testigos del
En esos escritos los apóstoles y la comunidad cristiana acontecimiento cristiano y en la fuerza del espíritu de Dios
responden al impacto de la figura de Jesús y dan testimonio comprendieron su sentido. Cuando esa norma viva ya no
del significado que ellos vieron y vivieron: Dios había está, fueron normativos los escritos que dejaron. En la
elevado a Jesús y le había constituido Mesías-salvador; la formación del canon del Nuevo Testamento domina como
liberación esperada está ya en la historia. criterio el principio cristológico y el principio apostólico.
Esa proclamación signa el nacimiento de la iglesia.
La iglesia reconoce luego los escritos que dan testimonio
fiel del acontecimiento salvador y los proclama inspirados, EL PROCESO H ACIA EL CANON
de autoridad divina, normativos. Eso es el Nuevo Testa­
mento. Es la fuente, el fundamento y la norma de la igle­ Los primeros escritos del que había de ser el Nuevo
sia. En ella seguirá luego teniendo expresión viva la res­ Testamento son las cartas de Pablo, en la década del cin­
puesta al acontecimiento salvador. cuenta del siglo I. Aunque dirigidas a comunidades nomi­
El Nuevo Testamento se integra de 27 libros o escritos, nadas y concretas, contienen casi todas, aparte de la incum­
que surgieron en menos de un siglo desde la muerte de bencia particular de los destinatarios, desarrollos doctri­
Jesús, y que son la voz genuina del movimiento religioso nales que interesan a otras iglesias. Por consejo del mismo
a que él dio origen. Ni los autores de estos escritos ni sus apóstol (Col 4, 16), son enviadas de una iglesia a otra, in­
destinatarios inmediatos preveían que vendría a ser Escri­ tercambiadas, leídas en común y escrupulosamente con­
tura santa. La Escritura hablada del Mesías como promesa servadas.
y como esperanza. No había precedente de realización más En la segunda carta de Pedro ( II Pe 3 , 1 5s), al final
que en símbolos. Ahora el Mesías salvador está ya en la del siglo I, se habla de una colección de cartas paulinas
historia. Ante ello la Escritura cobra un sentido nuevo. para parangonarlas con las sagradas Escrituras. Esa colec­
Pero habrá, además, adición nueva a la misma. ción es probablemente obra de la iglesia de Corinto. El pa­
Los escritos del Nuevo Testamento tienen mucho de rangón comporta que se las considera ya como escritos
circunstancial, de casual. Pero todos presentan aspectos canónicos. Es el primer dato del canon del Nuevo Testa­
del acontecimiento salvador, bien sobre su sentido, bien mento. En éste no hay ninguna otra afirmación sobre la
sobre sus aplicaciones. No hay casi ninguno que no tenga canonicidad de los libros que lo integran.
alguna suerte de desarrollo doctrinal; y tienen todos su El siglo II es el que vio formarse el canon del Nuevo
mensaje. Su objeto es proclamar la liberación del hombre, Testamento, si no en su totalidad, sí en su mayor parte. Los
significada en la vida y en la enseñanza de Jesús y en la pormenores del proceso no son recuperables. Tampoco nos

95
94
haríamos aquí cuestión de ellos. En alguna medida coinci­ provocando reacciones defensivas. Son los escritos apócri­
de con la aceptación por todas las iglesias de escritos que fos, en buena parte portadores de corrientes gnósicas.
proceden o se dirigen a una de ellas. En la formación del canon se manifestaron tendencias
A la canonización de las cartas paulinas siguió la de los de dirección opuesta. En el siglo II Marción estableció cri­
cuatro evangelios. Son otras tantas versiones del único terios tan estrechos para la Biblia cristiana, que dejaba
evangelio, hechas en iglesias locales y destinadas a ellas. fuera de ella todo el Antiguo Testamento; llamaba escritos
No se sabe el lugar preciso de origen de ninguno de los cristianos al evangelio de Lucas y a diez cartas de Pablo.
cuatro. Pero hay razones para afirmar que el evangelio se­ El criterio era el contraste entre el Dios de la justicia y
gún Marcos tuvo origen en Roma; el de Mateo, en Siria; el Dios de la gracia. Otros, en cambio, apoyaban la inclu­
el de Lucas, en Grecia, y el de Juan, en Palestina. sión de otros evangelios que al fin no escaparon a la lista
Por las vías que fuere, propias de cada una, las cua­ de los apócrifos.
tro versiones saltaron de la comunidad particular, se die­ La viva reacción contra el gnosticismo fue una de las
ron a conocer y fueron recibidas por la gran iglesia como fuerzas que decidieron y aceleraron la formación del ca­
testimonio fiel del acontecimiento salvador. Se las leyó en non del Nuevo Testamento. La literatura cristiana gnóstica
la asamblea como Escritura santa. A mitad del siglo II el recientemente descubierta en Egipto presenta hoy en pers­
término «evangelio» que designaba la buena nueva procla­ pectivas nuevas la gran lucha que se debió librar en esa
mada comienza a designar los libros que la contienen. época entre la iglesia y el gnosticismo. Es sorprendente
A fines del siglo II el grueso del Nuevo Testamento la sensibilidad que supo discernir entre escritos auténticos
y escritos espúreos, cuando algunos de éstos recogen da­
estaba ya decidido, proclamado como Escritura. Quedaba
discusión en torno a algunos escritos, en particular las tos importantes sobre el acontecimiento cristiano, ofrecen
cartas de Santiago, Judas, la segunda de Pedro, la segun­ doctrina luminosa y tienen tantos otros aspectos de valor.
da y tercera de Juan, y también sobre la Apocalipsis y el En casos varios los criterios analíticos no explican la de­
libro de los Hechos. cisión y hay que remitirse al hecho establecido.
En la formación del canon está operante, más que n
Junto con esos escritos circulaban en el siglo II otros
cuerpo de teólogos, la sensibilidad religiosa de la iglesia
varios, que gozaron de gran aceptación y autoridad y eran
viva. Ella es la que reconoce unos escritos y rechaza otros.
leídos casi como Escritura. Entre ellos está la Didajé o
Lo llamativo pone en guardia, provoca actitud defensiva y
Doctrina de los doce apóstoles, las cartas de Bernabé, de
de rechazo. Es el mismo núcleo primero del cuerpo nor­
Clemente, de Ignacio, de Policarpo y el Pastor de Hermas,
mativo el que afinó el instinto de discrimen. El canon se
conocidos por la designación colectiva de padres apostóli­
hace, más que por adición de escritos a escritos, por elimi­
cos. Al fin la comunidad de las Iglesias no los incluyó en
nación de tantos que circulan.
la lista de los libros sagrados.
La lista de libros que forman el Nuevo Testamento
Pero había aún otros escritos, paralelos en su géne­ aparece en el siglo IV en documentos autorizados y ofi­
ro a los evangelios, a las cartas, a las apocalipsis, a los He­ ciales. La epístola pascual de Atanasio de Alejandría, del
chos, que pretendían saber más que los ya canonizados año 397, da la lista de escritos que tiene por sagrados la
sobre la vida de Jesús, en particular sobre etapas que és­ iglesia oriental. Son prácticamente todos los que forman
tos no desarrollaban, y sobre el misterio de Cristo ; qui­ el canon actual. Estuvieron en discusión hasta la última hora
zá por eso mismo pusieron en guardia a las comunidades, la Apocalipsis en la iglesia oriental y el libro de los Hechos

96 97
en la de Occidente, por no terminar de verse claro su ori­ yando el mismo criterio está el uso consolidado en la lec­
gen apostólico. tura comunitaria y litúrgica.
El sínodo de Hipona, del año 393, es la confirmación El origen apostólico es una cuestión histórica, que se
oficial del canon en la iglesia de Occidente. La Biblia es basa en el recuerdo del origen. Los títulos de los escritos
desde hí el Antiguo y el Nuevo Testamento. Ulteriores recogen ese recuerdo. En principio no andan lejos de la
declaraciones oficiales y conciliares sobre el canon son las realidad que se ha dejado verificar. Pero no todos son
del Papa Inocencio I en 405, el concilio de Florencia, el puntuales. Hay escritos de paternidad desconocida, aunque
1 44 1 , y finalmente Trento, en 1564. se hayan adherido al corpus paulino, al joaneo, o estén bajo
otros nombres. La apostolicidad se tiene que extender a
discípulos de los apóstoles.
CRITERIOS La armonía con la predicación apostólica se debe de
tomar en sentido un tanto amplio, pues hay en el Nuevo
La iglesia viva en un lapso de dos siglos constató y Testamento escritos de acento bien diverso. A o largo de la
decidió qué libros recogían fielmente el acontecimiento historia cristiana tuvieron lugar intentos de discusión so­
salvador y eran por ello inspirados, autorizados, normati­ bre la canonicidad de algunos libros. Un ejemplo elocuen­
vos. ¿Qué criterios la guiaron? te podía ser la carta de Santiago, que se ha antojado en
irreconciliable oposición con la teología paulina. El uso
El criterio fundamental, anterior y concomitante, es r
litúrgico no es tampoco puntual. Hubo diversas preferen­
Cristo, signo de Dios salvador, presente en la fe de sus
cias en las diferentes comunidades o iglesias. Fue el reco­
discípulos y de la iglesia viva. Los testigos de la signifi­
nocimiento de la gran Iglesia el que al fin decidió.
cación del acontecimiento, los apóstoles, son la norma vi­
Los criterios mencionados parecen rigurosamente ob­
viente de la recta fe cristiana. Los escritos que dejaron se
jetivos; pero de hecho no lo son. Son portadores de la fe
ven como la prolongación de ellos mismos; tienen la fuer-
y ésta es irreductible a pura objetivación. La actividad crea­
za del espíritu de Dios que los animaba a ellos. La iglesia
dora del canon converge de algún modo con la inspiración
posapostólica decidió, bajo la fuerza del mismo espíritu,
que anima la formación misma de los libros. Es un estadio
que los escritos apostólicos contenían la versión fiel de lo
del libro inspirado. El espíritu que anima a la iglesia co­
que aconteció y de su significado; eran la expresión cabal
necta con el que animó a los escritores.
de su propia fe, a la vez que base de ella. Hay un princi­

I
No son, pues, los libros mismos, por su contenido, por
pio cristológico, un principio apostólico y un principio ecle­
su forma, por su halo sacral, los que se imponen al reco­
sial en la formación del canon.
nocimiento. No es el genio religioso el que se autentifica
El reconocimiento de la inspiración fue más bien cosa a sí mismo, ni el carácter profético, ni el carácter apostóli­
de hecho, fruto más de inspiración que de razonamiento. co. Es el espíritu que anima la fe de la comunidad el que
La fe preside toda iniciativa y decisión. Pero la fe se se descubre a sí mismo en los libros, y desde ahí quedan
traduce en criterios tangibles. Estos se explicitan, sobre establecidos como su base y su norma.
todo, a propósito de los libros que están por algún tiem­ Es un postulado teológico que el canon bíblico se cie­
po en discusión. A mitad del siglo II se confirma como rra con el escrito del último apóstol. El Nuevo Testamen­
criterio el origen apostólico; variante del mismo es la to es creación de la era apostólica, y en él se cierra la Bi­
armonía de un escrito con la predicaión apostólica, y apo- blia. Si la Biblia es la palabra de Dios para los hombres,

98 99
¿quiere eso decir que Dios no habla ya, que su diálogo obedeciendo a la fe. La iglesia encuentra expresada en
con la humanidad se limitó a un tiempo de la historia? ¿Y ellos su fe y los establece como norma. Continuamente
qué decir de tantos escritos posteriores, que traducen la vi­ luego los apropia y los traduce en su vida. Por ellos co­
vencia del encuentro con Dios y que pueden tener más eco necta siempre de nuevo con la proclamación apostólica y
en el espíritu religioso que los libros de la Biblia? ¿Qué con Cristo.
significa esa delimitación categórica e inapelable de la Bi­ La autoridad de los libros tiene fundamento en la igle­
blia? sia; la autoridad de ésta se fundamenta en los libros. Este
La prueba de que el diálogo divino-humano de que la es el llamado círculo hermenéutico. Sería círculo vicioso,
Biblia es eco no ha cesado está en la audición actual de la si ambos no se autorizaran por la referencia a otro. Es, en
palabra bíblica y en la iglesia. Esa palabra sigue provocan­ efecto, la referencia a Cristo. El es el que está vivo en los
do diálogo y, al mismo tiempo, expresándolo. No es pala­ libros que hablan de El y en la iglesia, y en cuanto está,
bra del pasado, anclada en el tiempo. los autoriza a ambos. La fe cristiana es la que alimenta esa
La dinámica experiencia de encuentro y su traducción vida, y se alimenta de ella.
en otros libros no son algo entitativamente diverso de lo La iglesia es la intérprete autorizada de los libros des­
que la Biblia expresa. Quizá se pueden entender como eco de la luz de su fe. Pero el ser su intérprete no quiere decir
de la misma. En los escritos bíblicos está principia! y para­ que los domine, sino, al contrario, que escucha su reto
digmáticamente presentado el sentido del hombre en la como palabra viva de Cristo que la interpela. La iglesia ·

historia hasta su compleción. Y está dado el testimonio so­ se tiene que estar revisando siempre a su luz.
bre el encuentro con Dios como salvador. Eso es principio,
norma de fe y vida, historia de liberación que abarca hasta
el es;aton.
El acontecimiento de la liberación de signo cristiano
está fielmente traducido en el Nuevo Testamento. Eso es
lo que significa que el canon de libros sagrados, normati­
vos, se cierra con él. La iglesia viva encuentra sus formas
de expresión, formas condicionadas por la cultura y el tiem­
po. Pero lo principal y paradigmático para su autocom­
prensión está proclamado en la Biblia. No necesita estable­
cer otra fuente y otra norma, sino dejarse interpelar y
criticar por la palabra bíblica, que es dinámica y se revela
siempre bajo nuevas dimensiones. En esa revelación está
el espíritu de Dios que inspiró los libros de la Biblia.

CANON E IGLESIA

Queda ya repetidamente observado que es en el seno


de la iglesia en donde surge el Nuevo Testamento. No por
reflexión racional y acuerdo de teólogos, sino de hecho,

100 101
GILBERTO DA SILVA GORGULHO

Texto tomado de:


hermenéutica a partir de la categoría de la lucha de clases, lo que
Ellacuría, I., Sobrino, J., & Ignacio Ellacuría, J. S. (1994). haría del proceso hermenéutico un fermento corrosivo, reduccio­
«Mysterium liberationis: conceptos fundamentales de la nista y relativizador de la verdad cristiana:
teología de la liberación».
En esta perspectiva, se sustituye la ortodoxia como regla de la fe por la idea
Tomo I. Editorial Trotta. de ortopraxis, como criterio de verdad (X, 2).
La nueva interpretación alcanza así a todo el conjunto del misterio cristiano
(X, 13).

Los textos citados ponen de manifiesto la complejidad y


extensión de los problemas. Nuestra intención es limitada. No
HERMENEUTICA BIBLICA entraremos en todos los problemas 3• Indicaremos apenas la
dirección del esfuerzo para «comprender la vida fijada por escrito»
Gilberto da Silva Gorgulho (Dilthey) a partir de la praxis histórica de liberación de los pobres.

El problema de la hermenéutica bíblica en la teología de la


liberación puede plantearse a partir de dos textos significativos:
El primero arranca desde el principio de su reflexión. Señala la
necesidad de elaborar una cristología latinoamericana y apuntaba
al problema hermenéutico como una de las condiciones indispen­
sables para el desarrollo y maduración de la teología de la
liberación. Dice así:

La filosofía contemporánea trasladó el problema hermenéutico de textos de


otros tiempos al tratamiento de la realidad histórica actual. El texto
primordial se convirtió en nuestra realidad y, dentro de ella, en nuestra
praxis. Los exegetas continuaron, bastante tranquilamente, elaborando
hermenéuticas bíblicas. Revelaron, por otra parte, una frecuente insensibili­
dad tanto para los datos de las ciencias humanas como para las urgencias de
la praxis. La estrecha interdependencia entre su posición política ingenua, a
veces claramente reaccionaria, y sus principios hermenéuticos (como tam­
bién su noción de revelación) es un capítulo de la historia de la ideología
que está por escribirse 1•

El otro texto es de los últimos años. Es una llamada del


magisterio eclesiástico ordinario. Constituye una advertencia vehe­
mente para que no se haga de la hermenéutica un proceso
meramente subjetivo y relativizador de la realidad y de la verdad
de la fe revelada. Es un texto de la Sagrada Congregación para la
Doctrina de la Fe, que representa la primera Instrucción sobre la
teología de la liberación 2• Apunta al peligro de construir una

l. H. Assmann, Tentativa epistemológica de compreensao (texto mimeografiado), Sao


Paulo, 1971, pp. 67-69.
2. Instrucción sobre algunos aspectos de la teología de la liberación.

170
169
GILBERTO DA SILVA GORGULHO HERMENEUTICA BIBLICA

EL PROCESO HISTORICO DE LA LIBERACION 2. Gesta: el proceso de liberación

Tenemos ahora que entrar en lo que constituye el hilo conductor En el proceso de formación del pueblo es necesario poner en evi­
de una hermenéutica de la liberación en el Antiguo Testamento. dencia el fondo analítico de la liberación de los pobres dominados.
Nos limitaremos, claro está, a dejar constancia de sólo algunas
indicaciones alusivas a problemas tan complejos.
a) El éxodo y la tierra

El éxodo y el reparto de la tierra constituyen el centro y la base de


l. La historia de la liberación: gesta et verba la memoria de los pobres (Dt 26, 5-9) porque se trata de la
experiencia originante de la vida de un pueblo libre. A lo largo de
La hermenéutica del Antiguo Testamento es lectura de la historia a las generaciones sigue produciendo nuevos efectos y es el criterio
partir de la liberación de los pobres. Esto equivale a decir que se fundamental de la esperanza futura. Esta experiencia del éxodo
busca comprender la historia como un proceso de formación del como fuente de la constitución del pueblo se torna todavía más
pueblo solidario y libre. La liberación de los pobres es pasar de la clara por el cambio actual de la visión explicativa de los orígenes
dominación hacia un nuevo tipo de sociedad en la justicia y en la de «Israel» y del tipo de sociedad que formó en contraposición al
solidaridad activa y fraterna. Se trata de una lectura del proceso Estado dominador de Egipto y de las ciudades-Estado de Canaán.
histórico a partir del acto de amor que supera la dominación, la Para ello es necesario abandonar una visión culturalista del
división, el conflicto, el pecado y la muerte. proceso histórico (los orígenes de Israel serían el fruto del desa­
Este proceso es, por lo tanto, dialéctico. Es una tensión rrollo lineal de su vida de seminómadas, de su sedentarización
continua, y el hecho del éxodo es su fuente y dirección, de progresiva y de la formación de una sociedad imperfecta anterior a
generación en generación (Ex 3, 15). Israel es un pueblo formado la formación de un Estado monárquico centralizador) para expli­
por la alianza para una tarea común. Sus miembros fueron car los orígenes de Israel (patriarcas, éxodo, reparto de la tierra)
llamados a vivir como hermanos, iguales, sin dominadores. Es una mediante una visión sincrónica de un proceso conflictivo de
sociedad fundada en la liberación de las relaciones de dominación, cambio social en los niveles de la economía, la política y la
y en la construcción de una solidaridad activa. ideología 16•
Este proceso, entre tanto, está en una continua tensión hacia el Israel nació del proceso de formación de un nuevo sujeto
futuro. En cada etapa de la historia, la vida del pueblo está histórico, con una novedad social original, en el que participaron
17
amenazada e incluso destruida. Las etapas sociológicas -el varios grupos de poblaciones dominadas y marginadas • Contra
tribalismo, el Estado tributario, la comunidad restaurada- mani­ el sistema de dominación de Egipto y de las ciudades-Estado de
fiestan su tensión. La historia indica el fracaso de la liberación: Canaán surgió y se consolidó un movimiento de liberación de los
fracaso ya en los orígenes, en tierra de Canaán, en la formación y campesinos dominados y explotados. Este proceso culminó en la
consolidación del Estado monárquico-tributario y, finalmente, en formación de un nuevo tipo de sociedad tribal, basado en la unión
la restauración sacerdotal y farisea. De ahí nace la esperanza de de las tribus de Israel que creían en Y ahvé. Participaron también
que la vida verdadera del pueblo es una realidad escatológica: seminómadas, «hebreos» dominados y marginados y, principal­
acontecerá con la llegada del reino de Dios, la llegada del hombre mente, el grupo que se liberó de Egipto bajo el liderazgo de Moisés
nuevo. Esto sólo será posible por un don del Espíritu: es el éxodo y que tuvo influencia decisiva en este proceso de organización
radical de la vida según la ley hacia una vida en la luz y la fuerza social, igualitaria, sin dominación. Su fuerza básica era una fe
del Espíritu.
Esta tensión se realiza en el dinamismo unitario del aconteci­ 16. Esta visión sincrónica procede de los análisis de N. K. Gottwald (ver más arriba nota
miento y de la palabra (gesta et verba), en el cual se da la 11); M. Schwantes, «As tribos de Javé. Una experiéncia paradigmática»: REB 185 (1987), pp.
revelación del Dios que viene y comunica su vida al pueblo (cf. VD 103-119.
1-3). El objetivo de la interpretación de los textos, en el mismo 17. Cf. O Fxodo na memória popular, Petrópolis, 1988: este ensayo es un ejemplo de
cómo abordar el Exodo en la hermenéutica de la teología de la liberación (ver los artículos de
Espíritu que los inspiró, está en captar el sentido de este proceso a M. Schwantes, A. F. Anderson, C. Dreher, Sandro Galazzi). P. Richard, «El Exodo: La
partir de los pobres y de los oprimidos a fin de percibir cuál es el búsqueda de Dios en la lucha liberadora», en Cristianismo, lucha ideológica y racionalidad
proyecto de Dios en la historia (cf. DV 12; LG 9). socialista, Salamanca, 1975, pp. 67-82.

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GILBERTO DA SILVA GORGULHO HERMENEUTICA BIBLICA

religiosa nueva, diametralmente opuesta a la ideología de Egipto y b) El Estado y los profetas


de los reyes de Canaán, donde los dioses eran el cimiento
ideológico de la dominación y de la explotación de trabajadores La crítica profética al Estado tributario davídico-salomónico 20
sumisos a un Estado-ciudad. Las tribus liberadas ya no adoraban a señala el otro paso en el proceso de liberación del pueblo, en la
Baal, el dios del Estado dominador, sino a Yahvé, que se manifestó ambigüedad e idolatría de este Estado 21• La explotación y la
como fuente y apoyo de la liberación y del nuevo modelo social dominación se estructuran y el conflicto social se agudiza. El
(Ex 3). El nuevo pueblo se une y se organiza en el reparto de la Estado se impone y destruye la vida igualitaria y solidaria de los
tierra, sin explotación de un grupo por otro, apoyándose en su fe grupos sociales. De hecho la historia del Estado (en el norte y en el
en el Dios del Sinaí que se hace presente en las luchas y en la sur) adopta la evolución económica y política del régimen tributa­
organización ético-social de estas tribus que son su pueblo (Jue 5). rio, profundizando el conflicto entre la ciudad y el campo.
La importancia de la liberación del grupo de Egipto (Ex 1, 11; Instaura un proceso de pauperización y de dominación como
14, 5) radica en el hecho de haber experimentado más de cerca la atestiguan la protesta y la crítica de los profetas. El discernimiento
dominación del poder central (el Faraón) y de haberse convertido y la llamada al cambio se hacen a partir de la defensa del derecho
en el fermento catalizador y unificador de otros grupos que hacían de los pobres 22 y del rechazo de la idolatría estructural 23, tendien­
una experiencia semejante de liberación 18• Elemento decisivo de do, por otro lado, a mostrar las ambigüedades del Estado, a la vez
este grupo fue su experiencia en la península del Sinaí, donde la que la legitimidad de la dinastía davídica 24• La crítica profética es
tradición sitúa el origen de la manifestación de Y ahvé como una defensa y un rescate de la vida del pueblo, en el derecho y en
fundamento de una nueva conciencia ético-social, que se expresa la justicia, en la solidaridad y en «conocer a Dios»: Yahvé libera al
en el Decálogo (Ex 20, 1-17) y en las antiguas leyes tribales. Esta pueblo de la idolatría del Estado.
experiencia transmitida a las tribus de Canaán se convirtió en el La legitimidad de la realeza davídica inaugura una línea de
foco y en el apoyo ético de la unión nueva y de la tarea común. Lo vigilancia y de crítica positiva: el rey está al servicio del derecho y
interesante es que esta conciencia ética y sus normas no provienen de la justicia. Isaías, continuando la línea de la promesa y del
de un poder central del Estado; son la manifestación de un acto juramento de la dinastía davídica (2 Sam 7, 1-14; Is 6, 13; 9, 1, 1-7;
liberador de Y ahvé que está en la base de la nueva formación 11, 1-9), procura legitimar la dinastía mostrando la función del rey
social (Ex 20, 2). como liberador de los pobres.
Las tribus de Israel se consideraban como lo opuesto a los
Pero la línea profética constante surge de la resistencia y de la
Estados formados por las ciudades cananeas o como contrarias al
crítica al Estado. Tal resistencia explica el origen, la fuerza y la
Estado colonial de Egipto que además exigía su territorio. Su
función social del profetismo más radical 25• Como resultado, la
organización y proyecto social se basaban en el reparto de la
ambigüedad de la realeza ya fue percibida con agudeza por los
tierra, fuente de su trabajo, sin una tributación a una comunidad
campesinos que criticaron la primera tentativa de la constitución
superior. A este respecto es necesario resaltar el sentido profético
de un rey sobre las tribus (Jue 9, 15). La resistencia y la crítica
-y anti-estatal- de la descripción del reparto de la tierra en Jos
13-21: la tierra no pertenece a los reyes, sino que es repartida entre continuarán en los medios campesinos despojados y dominados
«las familias» liberadas. La liberación tiene como meta esta vida
nueva en una tierra sin dominación. La lucha por la tierra y el
reparto común de su posesión y de su producción son la base y el libro del Exodo en todos sus aspecros. Ahí el lector encontrará un ejemplo práctico de
apoyo de la vida de un pueblo libre. interpretación en la perspectiva de la teología de la liberación: Op. cit., pp. 13-102.
Esta experiencia de liberación, centro de la fe, se convierte en 20. Sobre la hermenéutica de los profetas y el Estado, cf. J. Pixley, «Las utopías
principales de la Biblia", en La esperanza en el presente de América latina, San José, 1983, pp.
el paradigma repetido, celebrado y transmitido de generación en
.l 13-330; M. Schwantes, Amós, Petrópolis, 1987; Id., «Profecía e Estado. Una proposta para a
generación. De ahí nació la narrativa oral, litúrgica y teológica del hermenéutica profética•» en Estudos teológicos, Sao Leopoldo, 1982, pp. 105-145.
Exodo, como pieza fundamental para el mantenimiento de la vida 21. Cf. P. Richard, «Nuestra lucha es contra los ídolos. Teología bíblica•» en ta lucha de
los dioses, San José, 1980, pp. 9-32.
del pueblo 19•
22. Cf. J. P. Miranda, Marx y la Biblia, Salamanca, 1975: el autor sugiere que el eje de
toda la tarea hermenéutica está en el sentido social y liberador del mispat: cf. pp. 166 ss.
18. Cf. M. Schwantes, «Hebreus no Egito. Anota�oes sobre a sutua�ao histórica», en 23. P. Richard, art. cit., nota 21.
Curso de Verio, Sao Paulo, 1988, pp. 61-68. 24. Cf. G. Gorgulho, «A promessa ao reí Davi .. : Vida Pastoral 130 (1986), pp. 9-15.
19. En el volumen del Curso de Veráo, 1988, citado se encuentra un amplio análisis del 25. Cf. M. Schwantes, «Profecía e Estado. Qual é a palavra dos profetas sobre o Estado? .. ,
l'l1 Templo e presenca, Sao Paulo, 1987, pp. 26-27.

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GILBERTO DA SILVA GORGULHO HERMENEUTICA BIBLICA

por el tributo y las cargas26• Tal crítica fue estimulada y articulada la justificación y de la vida de una gran descendencia28• Igualmen­
y, después, expresada literariamente, en los medios proféticos y te, durante el exilio de Babilonia, los judíos de Palestina, en torno
.
levíticos del campo. Su rechazo cristaliza en la figura y en la lucha a la ciudad de Masfa, hacen el proyecto de la restauración del
de Samuel: la ambigüedad del Estado tributario en sus niveles pueblo (Sal 89; Jer 30-31).
económico, polírico e ideológico destruye la vidél libre e igualitaria El proceso de restauración está orientado por Ageo y Zacarías
del pueblo (1 Sam 8, 12-14). ( 1-8)29• Se inicia un tiempo de restauración y de nueva dialéctica
La profecía más radical, ligada a los medios pobres y domina­ de cara al futuro. Por un lado hay un espíritu pragmático que
dos, aparece como defensa de los campesinos y del derecho de los restaura las comunidades de las aldeas en torno al templo y al
pobres, acusando la idolatría que se vuelve estructural (Am, Os, sumo sacerdote. Es la consolidación del poder sagrado, de la ley y
Miq 1-3). El Estado es idólatra y opresor de los pobres. Como tal del culto. En ello debía encontrar la comunidad su identidad y su
no tendrá futuro. Incluso será destruido (Am, Miq 2-3). El futuro proyecto bajo la dominación persa. Por otro lado, mientras tanto,
está en la liberación y en la vida del pueblo pobre (Sof, Jer). surge un movimiento de resistencia animado por un espíritu
Esta crítica fue asumida por la tradiciórt deuteronomista. profético (libertad del pueblo, vida en la fuerza del Espíritu). El
Cuando el Estado quedó destruido, se intentó 1nostrar las causas futuro está en las comunidades de los pobres temerosos de Dios (Is
de esta situación, y cuáles serían las perspectivas de futuro. De 61; Prov 3; Mal 3). La esperanza renace y se orienta hacia el
hecho, los deuteronomistas atestiguan que JosÍélS había intentado futuro.
lo imposible: estructurar un Estado que fuera una síntesis entre el Después del fracaso de Zorobabel, en quien Ageo y Zacarías
mosaísmo igualitario y el davidismo con la .utori1ad del rey, habían depositado la esperanza de restauración, resurge la espe­
siendo éste sencillamente el hermano del pueblo Y el fiel obediente ranza y el proyecto de restauración plena del futuro del puebl o.
.
a la ley de Y ah ve. Esta iniciativa no tuvo exito y e"i Estado davidt" co Los escribas, inluidos por h comun1dad de "!os po"bres, eh.boran b
caminó hacia la ruina. El deuteronomista hace el diagnóstico figura del David ideal, incorporación del pueblo de los pobres (cf.
mostrando que la raíz de la destrucción está en la idolatría del 2 Sam 23, 1-8), y releen las antiguas promesas en esta perspectiva.
Estado que quiso ocupar el lugar del mismo Dios y destruyó la Los salmos de los pobres y los salmos del «rey» son la prueba de
vida del pueblo. El futuro está en la vida del pueblo prudente que esta esperanza: serán comprendidos en una perspectiva colectiva
sabe discernir la llamada para escoger entre la vida o la muerte, y de elección de todo el pueblo de los pobres (cf. Sal 72; Sal 2).
que se sitúa en la obediencia al único absoluto que es Y ahvé, el Esta esperanza alcanza una expresión elevada en el momento
Dios de la vida 27• de las conquistas de Alejandro Magno. La esperanza de los pobres
resurge: el futuro no está en el militarismo conquistador; está en la
soberanía de los pobres. No está en el tipo de Estado de corte
e) La esperanza de los pobres salomónico; está en el pobre, en la incorporación de la comunidad
de los pobres, signo de la manifestación de la realeza universal del
La promesa al rey David fue la base de la esperanza y el criterio de Dios de la vida. Tal esperanza es anunciada por Zacarías (9-14),
la restauración del pueblo en los siglos de dominación bajo del que se puede afirmar que era el librito predilecto de Jesús de
Babilonia y bajo Persia. Los profetas se basaban en esa promesa Nazaret y de las comunidades cristianas primitivas 30• La esperanza
para proyectar el futuro del pueblo de Dios, libre y solidario. El del futuro se centra en la venida del reino de Dios, que traerá la
Segundo Isaías (Is 40-55) llega a la cumbre de la visión del futuro: resurrección para los que luchan por la justicia y por la libertad
el jucio de Dios contra la idolatría y la dominación se manifestará del pueblo de Dios (Dan 2, 12). Pues la sabiduría y soberanía del
en la liberación de los cautivos. El pueblo será el signo y e] Dios de la vida se manifiestan en la venida del hijo del hombre
testimonio de este Dios que quiere instaurar lo nuevo. Pero el (Dan 7), que reunirá al pueblo de los santos, liberados de los
camino de la restauración está en la pobreza del siervo de Y ahvé imperios bestiales.
que voluntariamente, como pobre por excelencia, será la fuente de

28. Cf. C. Mesters, A missio do povo oprimido, Petrópolis, 1980: una lectura de Is 40-55 a
26. Cf. Traba/hadar e traba/ha, Petrópolis, 1986: es una síntesis importante para la partir del sufrimiento de los pobres en América latina.
interpretación sociológica del Antiguo Testamento en la perspectiva del régimen tributario de 29. Cf. M. Schwantes, Ageu, Petrópolis, 1985.
producción. 30. Cf. G. Gorgulho, Zacarias. A vinda do messias pobre, Petrópolis, 1985, pp. 9-11 y
27. Cf. G. Gorgulho, «A liberta'io e a sabedoria»: EB 8 (1986), pp. 12-20. 1 l0-131 .

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GILBERTO DA SILVA GOR GULHO
HERMENEUTICA BIBLICA

3. Verba: la fuente de la liberación la justicia, de la solidaridad. Esto lleva a «conoce� a Dios»_ en la


vida de su pueblo. El anuncio del futuro, de la vemda del remo de
En este proceso, la presencia y acción del Dios de la vida se Dios, culmina como la esperanza de la soberanía de los pobres en
manifiesta en la fuerza de la Palabra. Esta se manifiesta como ley, la historia del pueblo, y hasta en la historia de los imperios (Zac 9,
profecía y sabiduría y su fuerza de liberación se manifiesta a partir 9 ss).
de los pobres. Es esta perspectiva la que nos lleva a aludir a
problemas vastos y complejos sobre el origen y contemdo de las
leyes, del mensaje profético y de la historia de la tradición c) La sabiduría
sapiencial.
La originalidad de la sabiduría proviene del discernimiento de los
valores básicos de la vida del trabajador: el trabajo libre, la
a) La ley palabra, el testimonio, el valor de la pobreza y el valor de la vida.
También la sabiduría, a partir de la defensa de los pobres, culmina
La originalidad de las leyes en Israel, incluso comparadas con la como disciplina que asegura la vida de los pobres (Prov 3). Toda la
tradición legislativa del Oriente Antiguo, viene del hecho de que tradición sapiencial es vista como búsqueda de la justicia y de la
no provienen del poder del Estado o del poder del rey que las pobreza, en cuyo centro está el Dios vivo, el liberador de los
impone a sus súbditos, sino de Y ahvé, que libera de la esclavitud pobres (Proverbios y Job) 31• Se identifica con la ley, y es un
(Ex 20, 2). discernimiento del valor del trabajo y de la justicia inmortal
Las leyes, en Israel, nacen a partir de una resistencia al poder (Eclesiástico, Eclesiastés, Sabiduría) 32•
estatal y están en función de la liberación de los pobres. S1 La fuerza de la Palabra como sabiduría es la fuente de la vida
buscáramos los grupos de cuya historia y resistencia dan prueba del pueblo para que viva del don de la Palabra que comunica el
las leyes, encontraríamos la «memoria de los pobres» y una Espíritu de la libertad y de la vida. Es criterio para construir la
historia oculta y de oposición, en lugar de una legislación que solidaridad del pueblo a partir de la justicia y de la pobreza, en su
fuera el fundamento de la dominación de los opresores. La ley, que dimensión profética (Prov 15, 33; 18, 12; 22, 4; Sof 2, 1-3). La
viene del acto liberador y de resistencia, manifiesta la voluntad del sabiduría de los pobres es la novedad que transforma e impulsa la
Dios de vida, de libertad y solidaridad igualitaria. marcha de la vida del pueblo hacia el futuro.
La ley es, entonces, comprendida en su motivación y función,
orientándose a la constitución del pueblo. Es la manifestación del
juicio de Dios a partir de la defensa del derecho de los pobres 111. JESUS Y LA LIBERTAD DEL PUEBLO
(Ex 22, 21-27). Es norma de la santidad, en el culto y en la relación
con el prójimo (Lev 19, l. 18). Es manifestación del amor de Dios El centro de la hermenéutica es la interpretación de la realidad y
que llama y conduce a la vida (Dt 5, 3; 30, 15-20). del sentido de la persona y de la misión liberadora de Jesús de
Nazaret. En el análisis de la praxis de Jesús nos fijaremos
únicamente en lo que se refiere a su relación con los pobres y con
b) La profecía la libertad del pueblo.

El espíritu de la profecía se sintentizó en la misma presentación de


la historia: es una crítica de la idolatría y una llamada constante a
la realización solidaria y fraterna de la vida del pueblo. La historia
de los reyes y de las naciones debe ser medida y orientada por la
31. Cf. A. F. Anderson, Os sábios na /uta do povo, Sio Paulo, 1987: Prov, en su forma
actividad profética. En la historia de los reyes aparecen en el ;tetual, está estructurado en torno al Dios Go'el de los pobres (23, 11), y la estructura del
centro la lucha y la fe proféticas de Elías, como luz para discernir conjunto se hace en torno a la búsqueda de la justicia y de la pobreza, según la influencia de Sof
el proceso histórico de la lucha por la justicia y por la fe en Y ahvé. 2, 1-3. El Dios Go'el es también el centro de la teología de Job (19, 25 ss). Cf. G. Gutiérrez,

Los tipos de profetas también se miden _por su origen y l l.1blar de Dios desde el sufrimiento del inocente, Lima, 1986.
32. Para una interpretación del Eclesiastés a partir del valor del trabajo, cf. A. F ·
compromiso en la defensa del derecho y de la vida de los pobres. \nderson, G. Gorgulho, op. cit., pp. 63-79; R. Fitzpatrick, «A resistentencia da verdade" EB 14
Su llamada a la conversión es búsqueda de vida, del derecho y de ( 1987), pp. 32-38.

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GILBERTO DA SILVA GORGULHO HERMENEUTICA BIBLICA

l. El evangelizador de los pobres El templo era la fuente centralizadora de la división del


trabajo, de la producción y de la acumulación, del sistema de
Jesús define su misión temporal dentro de los límites del antiguo comercio y de intercambio. Era el eje que mantenía y vehiculaba la
pueblo de Israel. Se manifiesta como el mensajero escatológico (Le dominación de un régimen esclavista en Palestina, y estructuraba
4, 16-21; Mt 15, 24). Viene a liberar y rehacer la vida del pueblo, la seguridad y la identidad del judaísmo en la herencia del antiguo
dominado y desfigurado por el sistema del templo y de la ley, en el sistema tributario. Más aún, el templo era el centro y fuente de la
contexto del poder y de los intereses del imperio romano. vida religiosa del pueblo.
Jesús muestra, entonces, que este templo se ha convertido en el
foco y el eje de la contradicción que destruye la vida del pueblo y
a) La misión en Israel su tarea: se convierte en el signo e instrumento de un sistema de
dominación y de muerte. La casa del Padre se transforma en una
Su misión se define por la liberación de los pobres. Es preciso cueva de ladrones.
comprender su evangelio a los pobres para ver cómo actuó en la Por esta razón se comprende por qué las palabras de Jesús
sociedad judía de cara a los factores económicos, sociales, políti­ sobre el futuro del templo fueron uno de los motivos de su
cos y religiosos. Pues vino a rescatar al pueblo en su identidad, sentencia de muerte. De hecho, la praxis histórica de Jesús en
misión y tarea. relación al Padre, al sistema de muerte, y al rescate de la libertad
De ahí la necesidad de insistir en la dimensión social de su del pueblo guarda relación con la función y el significado del
praxis y mensaje. Jesús no busca sólo la conversión aislada. Busca templo.
rehacer la vida del pueblo en la vida del reino de Dios. Esa
finalidad será conseguida después del drama de la cruz y por la
fuerza del Espíritu a partir de la resurrección y de la realización de e) La liberación de los pobres
su venida. De ahí la relación entre el jesús histórico y el Cristo de
la fe que se manifiesta y anima el testimonio del pueblo nuevo Jesús define la finalidad de su praxis y proyecto en relación a los
rescatado. pobres, afligidos y hambrientos (Le 6, 20 ss; Mt 5, 1-12) 34• Los
La hermenéutica se sirve, entonces, de la mediación de la pobres, los que sufren, los endemoniados y los pecadores según la
lectura sociológica de los evangelios y de los otros libros del ley, son la señal de contradicción y de destrucción de la vida y de
Nuevo Testamento 33• Es el proceso de des-codificación de sus la libertad del pueblo.
categorías, símbolos e imágenes, a fin de comprender el dinamis­ - Los pobres, vistos en una perspectiva profética, son los
mo de la vida social del pueblo en Palestina, dentro de un modo de destinatarios y la señal de la urgencia de la liberación. Su simple
producción característico, en el cual vivió Jesús, ejerció su ministe­ presencia es una llamada urgente al cambio y a la transformación
rio, murió en la cruz y se manifestó vivo a los grupos de discípulos radical de todo el sistema del templo, de la ley y de sus
seguidores suyos y proclamadores de su victoria y de su venida. mediaciones e instituciones (Me 2, 27; 3, 4).
Esta lectura se articula en torno a la función histórico-social del - Jesús fue un taumaturgo de tipo profético. Su praxis en
templo, de los pobres-endemoniados-pecadores, de la ley y de la avor de los que sufren es un hecho histórico que no se puede
esperanza de la venida del reino de Dios. Jesús rescata la vida y la negar. Las curaciones son la señal y el sentido de vida plena, en
praxis del pueblo (Me 10, 42-45). todos los niveles de la existencia humana, cono condición para la
vida colectiva de un pueblo.
- Jesús expulsó «espíritus inmundos» y demonios. También
b) La contradicción del templo .·stos son la señal de contradicción del sistema de muerte que
desintegra y destruye la vida de las personas. N. Lohfink presenta
Todo el sistema de producción y de reproducción de la vida del un camino sugestivo para la hermenéutica de los exorcismos en la

pueblo (en el sistema económico de la Palestina bajo la domina­ línea de la liberación:


ción romana), en el dinamismo del valor de uso y de intercambio,
estaba centralizado en el templo de Jerusalén.

33. Cf. nota 10. .l4. J. Dupont, jesús, Messias dos pobres, Messias pobre, Sao Paulo, 1983.

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GILBERTO DA SILVA GORGULHO HERMENEUTICA BIBLICA

René Girard ha demostado cómo una sociedad conserva, en último análisis, libertad plena e indica el sentido de su praxis que culmina con la
su cohesión a través del poder y, justamente cuando éste es al mismo tiempo muerte en cruz.
encubierto o inconsciente para las personas, se exterioriza a través de - Jesús es crucificado por hombres que hacen de la ley, que
diversas angustias y necesidades, en toda suerte de esquizofrenias, divisiones
recibieron de Dios, una señal opaca y el cimiento de su poder,
y posesiones que atormentan al individuo y, a través de él, a la comunidad.
seguridad y dominación, que es negación de la verdad, de la
Dependiendo del contexto cultural, aquéllas toman las más diversas formas.
En el tiempo de Jesús eran sobre todo los demonios los que, personificados,
justicia y del amor (Mt 23, 23).
atormentaban a los individuos. También esa figura se deshace en la - Jesús es sacrificado por las fuerzas del mal, que se esconden
proximidad de Jesús. La novedad se manifestó visiblemente, a través de esa a la sombra de esta ley: el pecado y la muerte. Pero la ley perder�1
transformación del mal escondido dentro de las estructuras sociales domi­ toda su legitimidad intrínseca en el acto de la muerte y de la
nantes y totalmente fuera del alcance de la libertad humana, en salvación y victoria de la cruz. La ley es sustituida por el amor al prójimo, raíz
en la normalidad del ser humano 35• de la vida y de la libertad. La ley y la autoridad se transforman en
servicio a la vida cuyas exigencias derivan del amor al prójimo. No
- La actitud de Jesús en relación a los «justos» según la ley y es un proyecto reducido a lo político. Sin embargo, la nueva praxis
a los pecadores muestra su praxis de liberación del pecado (Me 2, de este servicio de rescate suscita acción y mediaciones orientadas
10.17). La propia noción de pecado entrará en contradicción con a concretizar las relaciones sociales y la organización de la vida y
la ley. Jesús revela esta contradicción, muestra el sentido del de la libertad del pueblo que se libera de la ley, del pecado y de la
pecado y rescata a los pecadores para que puedan integrarse en la muerte. Pues la misión y la praxis de Jesús se comprenden en
nueva vida del pueblo liberado. El perdón de las deudas y de los función de la venida del reino de Dios. Este es su evangelio para
pecados es la nueva señal y fuerza de la praxis de este pueblo los pobres (Me 1, 14-15).
rescatado (Me 7, 20-23; Mt 18, 21-35).

2. El revelador del Padre


d) El servicio que rescata
La praxis y la cruz de Jesús no son un simple resultado del juego
La praxis de Jesús penetra en la raíz de la contradicción en que se inmanente de fuerzas sociales. Se explican en relación con la
encontraban el poder, la ley y sus mediaciones. El poder era justicia del reino de Dios y la vida y amor del Padre. Así, el sentido
mantenido por el imperio romano y por los sacerdotes y escribas, y el contenido de la praxis de Jesús están en la revelación y en la
que formaban los partidos y las tendencias dentro del judaísmo comunicación del Dios de la vida. La hermenéutica de la teología
(herodianos, saduceos, fariseos, esenios, zelotas, y el «bandolens­ de la liberación ha insistido por eso en la importancia del «Padre
mo»). Jesús no fue un zelota; fue más radical. Su praxis de nuestro» (en la versión de Lucas y de Mateo) para la comprensión
liberación no se equipara a los otros partidos y tendencias. Se de la praxis y del proyecto de Jesús. Igualmente se insiste en la
define en relación a la promesa de la misión del siervo de Y ahvé y importancia de Mt 11 como criterio de esa novedad. Especialmen­
del hijo del hombre: su praxis rescata de la contradicción de la ley, te Mt 11, 25-30 es el texto clave para la comprensión de la
restablece el sentido de la justicia y restituye al pueblo su tarea de manifestación del Dios de la vida a los pobres. Jon Sobrino llamó
libertad y de misión (Me 10, 45). la atención sobre este criterio hermenéutico fundamental:
El contexto de los conflictos de Jesús y, finalmente, de su
condena a muerte es la situación político-religiosa (Me 2-3, 6; Lo que pretendemos al analizar la realidad de Dios desde Jesús no es otra
Mt 12). Desvela y rompe la contradicción del viejo sistema y cosa que desentrañar qué significa «Jesús», «Dios es salvación». Se trata de
anuncia una nueva alianza en la línea profética (Mt 7; Mt 12, 1-8; comprender al mediador, Jesús de Nazaret, para comprender las mediacio­
15-16; 23). nes de la realidad de Dios. Estas son las que dan sentido último a la persona
Su mesianismo tiene un sentido nuevo y original. Entra y de Jesús y, a la inversa, para el creyente son el criterio último para discernir
sobre el verdadero Dios y recuperarlo de la idolatría de la muerte ... En el
profundiza en la esperanza de los pobres: es un proyecto de rescate
segundo sentido se debe considerar a Jesús como participante de la misma
de la vida corporal y de resurrección, en la perspectiva del reino de
realidad de Dios a la manera de hijo. Es la reflexión creyente. En esa
Dios y de la vida eterna. Su proyecto hace surgir un futuro de reflexión se capta y se acepta la normatividad fundamental del mediador y
sus mediaciones. De esta forma el Padre de Jesús, a través del camino del
35. N. Lohfink, Kirchen Triume, Freiburg, 1982, pp. 120-121. Hijo y en la historia que desencadena el Espíritu, se convierte en Dios ¡1ara

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GILBERTO DA SILVA GORGULHO HERMENEUTICA BIBLICA

nosotros. No se trata aquí solamente de saber quién era Dios para Jesús, de evangelización en la fuerza del Espíritu, en la práctica del amor al
la misma manera que se puede saber quién fue Dios para Moisés o Jeremías, prójimo, fija el sentido de la marcha del pueblo rescatado de cara
sino de saberse desde Jesús en la primigenia relación con el Padre, dentro de
al futuro 39• Y la práctica del amor al prójimo se manifiesta en
la cual se sabrá quién es Dios, en qué sentido es un Dios de vida, cómo se da
plenitud en la acción en favor de los pobres, de los hambrientos,
vida, qué relación existe entre dar vida y dar su propia vida, etc. . . 36•
según Mt 25, 15-46, que se convirtió en el símbolo y el eje de la
Este mismo autor abre perspectivas para la interpretación de hermenéutica de la teología de la liberación 40:
los conflictos y el sentido de la cruz, como el hecho fundamental
Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, desnudo o forastero, enfer­
de la liberación del pueblo y de su liberación definitiva 37•
mo o encarcelado y no te ayudamos?... En verdad os digo que siempre que
no lo hicisteis con alguno de estos más pequeños, que son mis hermanos,
conmigo no lo hicisteis. Y éstos irán al suplicio eterno y los buenos a la vida
3. El rescate del amor al prójimo eterna (Mt 25, 44-46).

El acto de liberación está en el rescate del amor al proJimO. El


mandamiento antiguo se transforma en la novedad de la vida y
libertad del pueblo. El mensaje y la posibilidad del amor al IV. LA NUEVA PRAXIS DE LA LIBERTAD
prójimo liberan de las ambigüedades de la ley y abren el camino
hacia la praxis de la nueva justicia (Mt 5, 43-44) 38• El proceso de liberación del pueblo llega a su punto álgido con la
Se trata, en primer lugar, de una liberación del esquema amigo­ libertad rescatada por Jesús de Nazaret. Comienza entonces la
enemigo, que rompe y destruye todas las estructuras de poder, de historia de la nueva praxis de la libertad en el seguimiento de
seguridad, de discriminación y de dominación al atacarlas en su Jesús.
raíz individual y social. La capacidad de amar al enemigo y El principio hermenéutico fundamental es, por tanto, la rela­
perdonar proporciona la medida de la libertad posible en una ción entre el Espíritu y la libertad. Es la Nueva Alianza de la
sociedad determinada. Pues las personas, como sujetos de relacio­ libertad del Espíritu (Gál 5; Rom 8, 2). Esta es la novedad: en
nes sociales, definen sus relaciones personales y sociales al definir Cristo, por el Espíritu, somos libres. El Señor es Espíritu, y donde
a sus amigos y enemigos. La liberación es, pues, una respuesta está el Espíritu, ahí está la libertad (2 Cor 3, 17). Se trata de un
siempre nueva y activa a la pregunta: «¿Quién es mi prójimo?». anuncio que transformará completamente la vida y dará una
Se trata, por tanto, de una liberación para la relación de nueva comprensión de la historia y una nueva orientación a la
hermano a hermano, pues todos somos hijos de un mismo Padre. acción humana. Así, la hermenéutica es fundamentalmente la
La práctica de la vida de hijos y de hermanos es la nueva comprensión de la nueva praxis de la libertad.
dimensión y perspectiva de la misión y del universalismo de la Este es el contenido de la nueva praxis de las comunidades
tarea del pueblo rescatado en su libertad para amar al prójimo. cristianas primitivas y de los textos que produjeron. Indicamos
Esta es la vida nueva en el Espíritu y la tarea de la evangeliza­ tres horizontes de interpretación más utilizados en la teología de la
ción que el discurso escatológico de Marcos resume en la perspec­ liberación: la libertad, la opción por los pobres, y la lucha contra
tiva de la esperanza de la venida del hijo del hombre. Pues el el imperialismo.
Espíritu es el don apocalíptico y escatológico para liberar y
rescatar la vida del pueblo dominado por los poderes del mundo.
Este poder se concretiza en el testimonio de los que creen y l. La libertad y el hombre nuevo
anuncian la praxis y la venida de Jesús antes del fin definitivo. La
San Pablo anunció el evangelio a los gentiles a partir de la
problemática del judaísmo. La novedad y el centro de su mensaje
36. J. Sobrino, «La aparición del Dios de vida en Jesús de Nazaret", en La lucha de los es la libertad: la fe en Cristo suscita la nueva libertad, y ésta
dioses, cit., pp. 79-121.
37. /bid., pp. 97-102, y pp. 107-108; V. Araya, op. cit., pp. 154-161; l. Ellacuría, «¿Por qué
muere Jesús y por qué lo matan?», en Varios, Temas para relexión teológica, Managua, 1982,
pp. 91-101. 39. G. Gorgulho-A. F. Anderson, O evangelho e a vida. Marcos, Sao Paulo, 1975, pp. 183-
38. G. Gorgulho-A. F. Anderson, A justi:a dos pobres. Mateus, Sao Paulo, 1981, pp. 52- 189.
75. 40. A justi:a dos pobres, cit., pp. 225-227.

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HERMENEUTICA BIBLICA
GILBERTO DA SILVA GORGULHO

de la reconciliación. Tema éste que fue especialmente desarrollado


produce el amor, la vida del hombre nuevo 41• Ahí se encuentra el
en Col y Ef, bajo la influencia del pensamiento paulino 44•
principio hermenéutico fundamental.
La novedad para judíos y gentiles es que la libertad viene por la
fe en Jesucristo. El nos liberó de la ley y de toda esclavitud. Pablo
2. La opción por los pobres
muestra que el paso de la idolatría al servicio del Dios de la vida
lleva a hacer real la voluntad de Dios en la libertad que suscita una
Los evangelios de Mateo y de Lucas nacerá? de la misión de los
existencia solidaria. La libertad produce la vida del pueblo nuevo
discípulos que ven la vida del pueblo a partir de los pobres como
(1 Tes).
portadore� de la novedad que transformará la sociedad y la
El conflicto radica en la tentación de volver a vivir en la
historia.
seguridad de la ley. Esto supondría continuar en la esclavitud de la
«carne», del «pecado» y de la «muerte». Pues la ley no tiene en sí el
principio intrínseco de la liberación y de la vida. Todos, judíos y
a) La Iglesia de los pobres
gentiles, están bajo la esclavitud y necesitan ser liberados. Este
conflicto es un desafío para vivir el evangelio de la libertad
M·iteo
' sitúa el anuncio de la presencia de Emmanuel como fuente
(Gál) 42• de la misión (Mt 1, 23; 28, 16-18). Los pobres discípulos son los
El discernimiento de la libertad se orienta hacia los fermentos y
depositarios y portadores proféticos de la sabiduría y del proyecto
las armas de la esclavitud que encubre la ley, por los que también de Jesús. La misión es la buena not1c1a a los pobres para formar la
ella se convierte en instrumento de pecado y de muerte. Es el
Iglesia de los pequeños. Ellos son el fermento y la fuerza de un
discernimiento positivo de la alianza de la libertad (Gál 4-5) y del
nuevo éxodo que Jesús inaugura.
proceso fundamental de a transformación de la historia que es la . .
Los pobres están en el inicio del evangel10 co� º segu1d�res de
«justificación» y la vida del hombre nuevo, la <<nueva criatura» .
Jesús-pobre y portadores de la novedad ��l E��mtu del remo de
(Rom; y 1 y 2 Cor). La libertad y el amor provienen del Espíritu
Dios. La vida en la pobreza real es 1� ent1f1cac10n c.º? el maestri
que justifica; y el justo es el hombre libre para amar al prójimo
pobre y manso en la totalidad de su vida y en su m1s10n. , Ah1, esta
en la realidad del hombre nuevo, el Israel de Dios (Gál 6, 2.8.16).
el fermento y la fuerza del seguimiento (M� 5-7). . .
La nueva praxis consiste esencialmente en andar de manera
Los pobres están en el centro del evangelio. Ellos son el entena
digna del evangelio de Cristo, el pobre que nos liberó. De ahí la
profético de la liberación del sistema de la ley . par� la nove�ad del
importancia de la cristología y de la praxis comunitaria en la carta
Espíritu. Ellos son los portadores de la sab1duna de Jesus que
a los Filipenses. Ahí busca cotinuamente la teología de la libera­
libera (Mt 11-12).
ción su inspiración y norma de reflexión. Pablo muestra igualmen­ , .
Están al final en el discurso escatolog1co
.
(Mt 25). La praxis en
te que esta nueva praxis inaugura un movimiento real de libera­
favor de los pob res es el criterio deci� ivo de la histori.a. Ahí se
ción de la sociedad: liberación de las personas y cambios de .
mide el valor y el sentido de la nueva 1ust1c1a y de la vida de los
estructuras que impiden la vida del hombre nuevo (Gál 3, 28). Es .
justos. El criterio está en la li� ertad que produce el �mor ef�ctivo
en esta perspectiva como la hermenéutica de la teología de la
en favor de los pequeños, y ah1 se da la vemda y ma111festac10n del
liberación ha enfocado el problema de la posición y de la actitud
juez de la historia. .
de Pablo frente a la esclavitud y los esclavos en el mundo greco­
La Iglesia de los pobres es, por tanto, el nuevo pueblo de Dios,
romano. Sobre este particular su posición en la carta a Filemón es
el sujeto de la novedad que libera. Jesús �eúne a este. pueblo,
iluminadora: va a la raíz del problema, indicando el fundamento compuesto de judíos y gentiles. Este i:uevo su1etci se co�st1tu �e por
cristiano que transformará las estructuras de la esclavitud 43•
la fe y por el seguimiento del camm? de Jesus. Ah1 . se vive la
La vida nueva está en la praxis de la comunidad, en la misión y
realidad nueva del amor y del perdon. Su fuerza viene de la
en el testimonio en el mundo. Esta nueva praxis toma la dimensión
soberanía del rey pobre (Mt 21, 5) que asume el cam.ino de la cruz.
Libera del viejo sistema de la ley y abre la perspectiva del futuro.
41 . J. Comblin, La libertad cristiana; Santander, 1979: el autor presenta principi�s
hermenéuticos básicos para una mterpretac10n de Pablo y Juan en la perspectiva de la teolog1a
de la liberación.
42. A. F. Anderson, «Ü evangelho da libertade»: EB 2 (1984), pp. 38-49.
44. J. Comblin, Teología da reconcilia:io: ideologia ou reforr:o da liberta¡ao, Petrópolis,
43. J. Comblin, Epístola aos Filipenses, Petrópolis, 1985; Id., «A mensagem da epístola de 1987.
S. Paulo a Filemon»: EB 2 ( 1 984), pp . .50-70.

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Revela el sentido de caminar en la historia (en la fe-esperanza y profética del Magnificat, la cristalización de la esperanza de los
amor), en la expectativa de su venida (cf. Mt 15, 52-25, 46) 45• pobres.

b) La liberación de los pobres 3. Testimonio frente al imperalismo

Lucas, en el evangelio y en Hechos, muestra que el evangelio es el A partir de Domiciano el imperialismo romano se impuso como
anuncio de la liberación de los pobres. Este es su tema central 46• ideología de dominación y de persecución, así como de diviniza­
En medio de la pax romana, el evangelio de los pobres es la ción del emperador. Esta nueva situación suscita la nueva perspec­
fuerza de la misión y de la vida de las comunidades. La liberación tiva del testimonio profético y de la libertad como ejes estructura­
de los pobres es el criterio para comprender la misión de Jesús y la dores del anuncio evangélico.
nueva praxis de la comunidad.
Lucas escribió antes del reinado de Domiciano, cuando todavía
se podía tener una visión del imperio, sin la estructuración de la a) El pueblo profético
ideología del imperialismo y de la persecución. En esta situación es
preciso emprender la misión como expansión del testimonio (Hech El Apocalipsis es el libro predilecto de las comunidades populares.
1, 8). Ahí encuentran ánimo para la lucha y criterio para interpretar la
Con todo, la división fundamental de la sociedad -«ricos y dominación y persecución, que continuamente sufren los pobres en
pobres»- penetró en la propia vida de las comunidades. De ahí el nuestra sociedad. Las comunidades penetran en el alma del lihro
sentido y el imperativo de la liberación de los pobres (Le 4, 16-21; que es revelación, testimonio y profecía (Ap 1, 1-6). Su finalidad es
6, 20 ss). Pobres y ricos viven en las mismas comunidades bajo la animar y mantener la praxis profética del pueblo nuevo: pueblo de
urgencia de esta llamada cuya medida viene de la propia praxis de sacerdotes, reyes y profetas. El sentido de la vida de la Iglesia en el
Jesús que inauguró el camino de los discípulos. imperio perseguidor viene de la necesidad de «profetizar todavía»
En Hech reflexiona sobre los problemas que surgían. Intenta (Ap 10-11). Es en el testimonio profético donde este pueblo
indicar la salida en dos perspectivas: encuentra su libertad viva.
- La vida en la «comunión»: la descripción de la comunidad El sentido de la Iglesia en la historia radica en el testimonio del
primitiva de Jerusalén sirve de base. Entre los cristianos ya no hay evangelio frente al imperialismo del Estado que destruye la vida
ninguno que pase necesidad porque los ricos viven en «comunión» del pueblo y se levanta como ídolo y caricatura de la Trinidad
con los pobres y comparten sus bienes con ellos. Esto es la señal santa. El testimonio contra el Estado y la idolatría imperial tiene
del reino de Jesús en la historia. como arma única la fuerza del evangelio. El juicio revela la
- La «distribución» de los bienes es concreta y efectiva. Esta mentira radical de la sociedad opresora y manifiesta el sentido de
distribución se hace por motivos de justicia (Le 3, 11-14; 12, 16- la realeza de Cristo. El testimonio entra en el proceso de la
21.33; 14, 14; 16, 19-31). En Hech el dinero está siempre asociado a liberación: liberación de la dominación, y liberación para la vida
la injusticia y al pecado. El dinero está hecho para ser dado a los en la Jerusalén celeste, en la comunión con el cordero inmolado 48•
necesitados: la única palabra de Jesús que se recuerda se refiere a
la ayuda a los pobres (Hech 20, 35). La riqueza es fruto de la
iniquidad y debe servir para formar «comunión» 47• b) La verdad que libera
En la comunidad de los cristianos nace un pueblo nuevo que
realiza la victoria sobre el dinero y la riqueza, según la perspectica El evangelio de Juan siguió y nació de la vida de las comunidades.
Recogió sus problemas y perspectivas. La vida y la lucha de estas
comunidades muestran que las categorías empleadas no son
45. A justi;a dos pobres, cit., pp. 145 ss. abstractas. Reflejan los problemas concretos de lucha, división y
46. J. Comblin, Evangelizar, Petrópolis, 1980, pp. 49-70. Para una interpretación de la
carta de Santiago en el mismo ambiente de ricos y pobres en las comunidades cristianas, cf. D.
J. Walker-L. Z. Konzen, «A vossa riqueza aprodreceu»: EB 11 (1986), pp. 110-122. 48. G. Gorgulho-A. F. Anderson, Nao tenham medo. Apocalipse, Sao Paulo, 1977; C.
47. L. l. J. Stadelmann, «Recursos audiovisuais nos Atas dos Apóstolos»: EB 3 (1984), pp. Mesters, O apocalipse de Sio foio, Texto mimeografiado), Sao Paulo, 1986; J. B. Stam, El
7 SS. Apocalipsis y el imperialismo, San José, 1985.

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búsqueda de soluciones 49• El contexto del evangelio de Juan está


dado en la lucha de los cristianos contra el imperialismo del
imperio. Juan intenta ir a las raíces más profundas de la libertad.
Su evangelio es la revelación de la verdad que libera 50•
El testimonio de Jesús es la revelación del mundo de la mentira
y revelación de la verdad definitiva. El testimonio suscita la fe y
ésta produce el amor. Y la vida en el amor lleva a actualizar el
testimonio del Espíritu que es dado para que el testimonio de los
discípulos continúe enfrentándose al mundo hostil. El testimonio
es la palabra de Jesús, en nombre de Dios, opuesta al mundo. Es el
testimonio de la vida, como luz y verdad.
La verdad libera. Es la realización del juicio definitivo. No se
hace según las apariencias (Jn 7, 24). Es la revelación de las
estructuras del mundo que se determinan por la mentira. Es la
revelación de la vida y de la unidad que encuentran su origen y fin
en Jesús en el seno del Padre, y en el testimonio que realizó en su
vida temporal para comunicar el Espíritu que es la verdad que
libera.
Así, la interpretación es fruto del Espíritu, y es interpretación
de la memoria que este Espíritu mantiene siempre viva y activa en
medio de los discípulos en busca de la vida y de la libertad.

49. R. E. Brown, A comunidade do discípulo amado, Sao Paulo, 1984.


50. A. F. Anderson, «Ü evangelho da verdade que liberta»: EB 14 (1987), pp. 51-63.

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