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DE INDEPENDENCIA”
Portada……………………………………………………………………………pág. 1.
Dedicatoria……………………………………………………………...………...pág. 2.
Introducción……………………………………………………………………… pág. 3.
II
Marco teórico
1. Adolescencia y Trastornos
1.1 El estilo de vida en los adolescentes
1.2 Trastornos Psicológicos en adolescente
1.2.1 Trastornos del sueño
1.2.2 La depresión
1.2.3 Dependencia de la tecnología
1.3 Trastornos Alimenticios en adolescente
1.3.1 Anorexia
1.3.2 Bulimia
1.3.3 Ansiedad
1.4 Factores para los trastornos
1.4.1 Factores para los trastornos psicológicos
1.4.2 Factores para los trastornos alimenticios
2. Efectos de la pandemia en los adolescentes
2.1 Efectos Psicológicos
2.2 Efectos Alimenticios
III
Conclusiones
Referencias
Anexos
Dedicatoria
Elliot (citado en Ramos, 2010) establece que los estilos de vida adolescentes pueden
condicionar en gran medida los estilos de vida adultos. Este mismo autor considerada la
adolescencia como la etapa evolutiva más adecuada para intentar evitar la adopción de
estilos de vida no saludables y, en caso de que se hayan iniciado de forma experimental,
intentar modificarlos antes de que se establezcan de forma definitiva. Al tiempo que ha
ido creciendo el interés en estas últimas décadas por la temática de los estilos de vida y
su relación con la salud, los expertos están cada vez más concienciados de la necesidad
de aportar una imagen realista sobre este asunto. En este sentido, G. R. Adams (citado
en Ramos, 2010) explica que, más allá de algunas oscilaciones en las estimaciones, los
datos apuntan a que alrededor del 20% de los adolescentes en cada generación tiene
serios problemas y pueden ser clasificados como disfuncionales. Pero lo que este autor
subraya es que alrededor del 80% de los adolescentes tiene estilos de vida adecuados
para su salud. Es Fernández. J. (2016) quien recalca la importancia que tiene un estilo
de vida saludable siendo este un componente clave para el óptimo desarrollo del
individuo, físico y psicosocial. Puesto que los elevados niveles de sedentarismo,
obesidad, malnutrición y consumo de sustancias nocivas, han motivado que la
promoción de un estilo de vida activo y saludable se constituya como uno de los retos
de la sociedad actual. Asimismo, la adolescencia se traduce en numerosos cambios
físicos, psicológicos y cognitivos, y durante ésta, el interés de los jóvenes por
experimentar nuevas sensaciones puede provocar amenazas a la salud o riesgos al
bienestar social, por lo que se va a convertir en una etapa primordial para la adquisición
de hábitos de vida saludables. Por otro lado, no solamente recae la responsabilidad
sobre los adolescentes, ya que, en muchos casos, son el resultado de las prácticas
desarrolladas en su entorno más cercano. Por otra parte, Rodríguez, J. (2017). Enfoca su
idea de adolescencia a "Los múltiples cambios y retos a los que deben hacer frente los
adolescentes (por ejemplo, la mayor independencia y autonomía de los adultos, la
relación más íntima e interdependiente con los iguales y el mayor número de situaciones
en las que deben tomar decisiones por ellos mismos) facilitan que a menudo tengan que
tomar decisiones acerca de si se implican o no en conductas que van a tener
implicaciones para su salud (por ejemplo, si fuman, beben alcohol o mantienen
relaciones sexuales con o sin protección).
Solari. F (2015), nos indica que el sueño es proceso fisiológico imperioso para el
organismo. Pero durante la adolescencia, es un período aún más importante por tratarse
de cambios fisiológicos donde se produce de forma más abundante una serie de
alteraciones en este proceso, entre los importantes factores encontramos el cambio de
hábito y la regulación de las normas sociales; y entre sus consecuencias principales
están el desarrollo de trastornos en el aprendizaje, en la conducta y hormonalmente.
Para Cayuela. C (2016), la principal causa del porque esto ocurre en los adolescentes es
por una mala higiene de sueño. Indicó que, en la adolescencia, el consumo de tabaco,
cafeína o alcohol son unos causantes muy importantes y negativos sobre el tener un
buen sueño. También que la desorganización y el estrés en su entorno familiar sumado a
un patrón de sueño alterado en los padres afecta negativamente al sueño de sus hijos.
Consecuentemente si el adolescente no duerme correctamente, a sus horas indicadas y
completas, despertará irritable o le costará despertarse, Todo lo mencionado trae
consigo efectos negativos en sus vidas. Es por ello que es importante detectarlo y actuar
a tiempo.
1.2.2 La Depresión
Yanhari, K. (2020), menciona que el tiempo de uso de las redes sociales de búsquedas
sobre salud creció exponencialmente pasando de 2 a 8 horas diarias, a su vez las
plataformas y aplicaciones tuvieron un alza en sus índices, Netflix tuvo un incremento
de un 48 %, mientras que YouTube e Instagram tuvieron un aumento de 52 minutos por
cada usuario; teniendo como resultado un incremento de 2 horas con 49 minutos más
que el tiempo que solía utilizarse las redes sociales antes del Covid. Lo cual se puede
apoyar con lo descrito por Tolentino, D. (2021), quien indica que con la llegada del
Covid, las redes sociales tuvieron un incremento de actividad notable; un ejemplo del
incremento es el crecimiento frenético en Tik Tok a inicios de la pandemia,
demostrando como muchas personas pueden volverse dependientes de consumir o
generar contenido de las redes sociales, dejando de lado otros aspectos de la vida; el
público que utiliza más estos medios oscilan entre las edades de 10 y 18 años, puesto
que la adolescencia es una etapa de inestabilidad y curiosidad de encontrar nuevos
interese. Por otra parte, Bausa, A. (2020) afirma que con la llegada del Covid – 19, la
tecnología ha sido de gran ayuda al buscar formas de afrontar la nueva realidad, en la
cual el contacto con las demás personas se ve privado casi en su totalidad, es por ello
que la tecnología cumple la función de un intermediario en diversas actividades como el
estudio o el trabajo. Acto que se ve reflejado en lo mencionado por Heredia, E (2020),
quien muestra a la tecnología que solía ser parte de la rutina, se ha convertido en una
dependencia de los gobiernos, organizaciones e incluso la salud mental; las redes y apps
han logrado que la población pueda adaptarse al nuevo estilo de vida, a su vez las redes
se han convertido en una de las mayores fuentes de información.
Kids Health (2019), denomina a los trastornos alimenticios como los problemas que se
pueden dar en la alimentación, perjudicando la salud del sujeto, también presenta
alteración en sus emociones y su forma de relacionarse, existen distintos tipos de
trastornos alimenticios, siendo la anorexia y la bulimia los más comunes; la anorexia
pueden considerarse opuestos pero con el mismo fin; la anorexia consiste en la
prohibición de alimento, mientras que por su parte la bulimia se caracteriza por
atracones de comida para luego inducir el vómito. Mientras que Trujillo (2020),
describe a los trastornos alimenticios como enfermedades de tipo emocional que se
muestran claramente en personas con inquietudes obsesivas por su apariencia física.
Hay varios tipos de trastornos alimenticios como por ejemplo la anorexia y la bulimia,
que inquietan en su mayoría a los adolescentes. Con la llegada del Covid, se han
empeorado más estos trastornos ya sea por el estrés originado en casa, relacionado con
problemas emocionales, económicas o sociales, o por la ansiedad que se da por el
confinamiento a su vez la nutricionista nos habla sobre otro artículo en la misma revista
donde reveló que hay tres riesgos importantes en el aumento de los síntomas de bulimia
y anorexia, uno de ellos es el aislamiento social provocado por la pandemia pues con
esto se limitó las actividades diarias ya que afecta las forma en que ellos comen, su
actividad física y los patrones del sueño. La parte social es otro de los factores que
contribuyen a que las personas se vean afectadas, ya que para ellos en la mayoría de
casos es necesario un grupo de apoyo, familiar y de amigos y al no tenerlos cerca
pueden tener recaídas y aumento los comportamientos de las enfermedades. Según
informo Mayo Clinic. (2018), estos trastornos son problemas graves que afectan
negativamente tanto a la salud, como a las emociones y consecuentemente a la
capacidad de sobresalir en las áreas más importantes sus vidas. Los trastornos más
comunes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, y el trastorno alimentario
compulsivo. También agregó que la mayoría de los trastornos de la alimentación se
identifican cuando los afectados suelen fijarse de forma extremista en su peso, en su
cuerpo y lo que consume, causando las conductas alimentarias peligrosas. Las
consecuencias que este puede causar son daños en el corazón, el aparato digestivo, los
huesos, los dientes y la boca, y derivar en otras enfermedades.
1.3.1 Anorexia
Rivera, K. (2020) hace total énfasis en las redes sociales en general son uno de los
métodos de distracción para los individuos en tiempo de pandemia, este también es un
factor de riesgo para las personas que sufren de estos trastornos, pues el ver personas
más delgadas o estereotipos en estas redes puede llegar a afectarlos, nos aclara que
personas que aconsejan a las diferentes audiencias que no tienen ningún tipo de
conocimiento sobre nutrición. Y, por último, el miedo al contagio, ya que no se saben
qué alimentos pueden llevar al virus a sus hogares al consumirlos; a su vez muestra un
aspecto de la situación dando algunos datos de un artículo publicado en la revista
Internacional de Trastornos alimentarios en junio del 2020, realizado por el doctor
Watson, en el cual se entrevistaron 1021 pacientes con trastornos alimenticios en
Estados Unidos y Holanda, se demostró que en Estados Unidos un 60% de los pacientes
con anorexia reportaron un aumento en la limitación y miedo de conseguir alimentos
que no eran consistente con su plan de alimentación; los pacientes con bulimia, por su
parte, reportaron un 30% en Estados Unidos y un 15% de Holanda reportaron tener un
aumento de ansiedad generalizada.
1.3.2 Bulimia
Som (2020), muestra que la bulimia nerviosa, se trata de niños, adolescentes y adultos
con un alto nivel de riesgo. Por una parte, por su estado físico, que les puede hacer más
sensibles a la enfermedad y, por otra, por las dificultades asociadas al confinamiento:
inseguridad, ansiedad, falta de control, aburrimiento, aislamiento o pérdida de rutinas.
Diferentes profesionales de las Unidades de TCA en España coinciden en relatar el
aumento de casos que llegan a estas unidades, muchos de ellos graves, y que no han
sido atendidos desde la atención primaria, por la dificultad de acceso a los dispositivos
comunitarios durante el confinamiento y por cierto miedo al contagio. Según lo
mencionado por Oliver (2020), basado en el estudio realizado por la Dra. Graell quien
ha destacado en su intervención cómo ha afectado la COVID-19 a niños y adolescentes,
especialmente aquellos vulnerables, así como a sus familias, que están afrontando
además situaciones sociales y económicas difíciles que están marcando también el
modelo parental. La psiquiatra ha querido remarcar la influencia que han tenido las
redes sociales en la población juvenil con síntomas de anorexia nerviosa, bulimia,
especialmente con la explosión de contenidos para realizar ejercicio en casa y comida
saludable que, para estas personas ha sido un elemento desencadenante de su situación.
1.3.3 Ansiedad
OMS (2006), menciona que aún no se conocen al cien por ciento las causas de una gran
cantidad de los trastornos mentales, se infiere que dependen de una mezcla de factores
psicológicos, biológicos y sociales, problemas familiares en el hogar como la separación
de los padres, enfermedades cerebrales, situaciones o hechos estresantes, trastornos que
pueden ser hereditarios o genéticos. La UNICEF (2011), informó que las causas más
comunes, de padecer de un trastorno mental en los adolescentes, son los malos tratos
que se le dio o que aún se le da, la pobreza ya que causa preocupaciones en el hogar, la
violencia en la familia como cuando desde pequeño ve que sus padres discuten o pelean
fuertemente, la escuela que es donde nos formamos y muchas veces ocurre el bullying y
en el vecindario que hace un papel parecido a la del colegio; la exclusión social que
muchas veces lleva a la depresión. La Como se mencionó antes el aspecto de la
violencia marital o violencia familiar, también aumentan la situación de que los
adolescentes tengan un mayor riesgo de padecer un tipo de trastornos psicológico, del
mismo modo sucede cuando están expuestos a las alteraciones sociales y a la angustia
psicológica que acompañan a estos conflictos, también los desastres naturales y otras
crisis humanitarias, que talvez el adolescente no lo perciba, pero indirectamente también
le afecta. Mientras que la OMS (2020), menciona que los causantes para afectar la salud
mental de los adolescentes son variados y se dan en distintos momentos. Nos dice que a
más cantidad existente de los factores de riesgo que causen este tipo trastorno a los que
están aventurados los adolescentes, tendrá una mayor posibilidad que sus consecuencias
sean aún mucho más graves. Los factores que contribuyen a el padecimiento de estos
trastornos durante la adolescencia principalmente son: la presión por encajar con sus
compañeros (en un grupo social) para no sentirse excluido, la exploración de la
identidad sexual ya que en esta etapa están en busca de experimentar y conocerse a sí
mismos y un mayor acceso y uso de la tecnología donde la principal consecuencia es el
cyberbullying. También lo causa la influencia de los medios de comunicación y las
normas que les son impuestas como en lo que debe ser y cómo comportarse según su
género, donde estas pueden exacerbar la discrepancia entre la realidad en la que vive el
adolescente y sus percepciones o aspiraciones con respecto a su futuro. Otras
influencias importantes para el empeoramiento de la salud mental y consecuentemente
padecer de un trastorno en los adolescentes serían los factores de cómo es su vida
doméstica y las relaciones con sus compañeros. Principalmente los malos tratos e
intimidación y los problemas socioeconómicos también son considerados como factores
influyentes. Al ser los niños y los adolescentes especialmente los más fáciles de
manipular mentalmente, por los que los vuelve vulnerables a la violencia sexual, ya que
este tiene lógicamente claras consecuencias que son perjudiciales sobre la salud mental.
Los adolescentes tienden a correr un mayor riesgo de padecer trastornos en su salud
mental a causa de sus condiciones de vida o de situaciones de discriminación, exclusión,
o falta de acceso a servicios y apoyo de calidad. Entre ellos se encuentran los
adolescentes que viven en lugares donde hay inestabilidad o se presta ayuda
humanitaria; los que padecen enfermedades crónicas, los que son autistas, discapacidad
intelectual y otros problemas neurológicos; las embarazadas y los padres adolescentes
ya que no están preparados para cargar con este tipo de consecuencias o en matrimonios
precoces y/o forzados que comúnmente terminan muy mal; los huérfanos por lo que
ellos en la mayoría de los hogares donde residen no reciben el amor que a su edad
necesitan, y los que forman parte de minorías de perfil étnico o sexual donde por ser
diferentes son discriminados y excluidos.
Martin, M. (2020) nos dice que La adolescencia puede ser una etapa complicada para
los mismos adolescentes y los padres que son tutores de menores, y la epidemia del
coronavirus (COVID-19) la puede hacer todavía más difícil. Los cambios en tu rutina y
el encierro te obligan a adaptarte a formas diferentes de emplear tu tiempo y muy aparte
del riesgo de muerte que hay al contagiarse toda la familia. Las escuelas han cerrado, se
han cancelado eventos, los amigos están en sus casas y nadie puede salir como era antes
y eso provoca frustración para todos al ver que la vida no es como antes lo era.
Los estudios que se realizaron en china revelaron que la salud mental de los jóvenes
universitarios está siendo afectada principalmente por las medidas de prevención como
lo es el aislamiento social. Los principales problemas con relación al COVID-19 son
económicos, pero también tiene efectos en las vidas cotidianas y el ámbito académico
de todos los jóvenes. Estudios realizados en China revelan que la salud mental de los
jóvenes de nivel universitario se ve afectada de manera significativa al enfrentarse a la
pandemia de la COVID-19. Los principales estresores relacionados con la COVID-19
son económicos, efectos sobre la vida cotidiana y retrasos académicos, que se asocian
de manera positiva con los síntomas de ansiedad en estudiantes universitarios chinos
durante la pandemia (Cao et al., 2020). También, los hallazgos recogidos en estudiantes
universitarios en China indicaron que el 0.9% de los encuestados experimentaron
ansiedad severa, 2.7% ansiedad moderada y 21.3% ansiedad leve. Además, vivir en
áreas urbanas (OR = 0.810, IC 95% = 0.709 - 0.925), estabilidad de ingresos familiares
(OR = 0.726, IC 95% = 0.645 - 0.817) y vivir con los padres (OR = 0.752, IC 95% =
0.596 - 0.950) fueron factores protectores contra la ansiedad; mientras que, contar con
familia o contactos infectados con la COVID-19 fue un factor de riesgo para
incrementar la ansiedad de los estudiantes universitarios (OR = 3.007, IC 95% = 2.377 -
3.804; Cao et al., 2020).
Sin embargo, al ser una problemática mundial, el Covid ha ocasionado estragos en todo
el mundo ejemplo de esto, es Cataluña, reportando en el mes de febrero del 2020 un
incremento del 81% de intentos de suicidios por parte de adolescentes a diferencia de lo
que se logró registrar en el año 2019, la nueva rutina a la que se vieron sometidos los
adolescentes ha ocasionado que se vean a sí mismos como prisioneros, siendo que en
muchos hogares el aislamiento social obligatorio ha aumentado los niveles de tensión
intrafamiliar, rompiendo de este modo la fina capa de calma que encontraban los
adolescentes en sus hogares, teniendo una visión de estos como un lugar del que escapar
y no de un refugio. Palao, D (2021)
Martínez, et al (2020) Por causa de las cancelaciones de los exámenes finales, del cierre
de las escuelas, el poder ingresar a una universidad han generado una serie de efectos
perjudiciales a los adolescentes y jóvenes, debido a esto en marzo de 2020 en Hong
Kong se realizó una encuesta a 757 estudiantes, donde más del 20% de ellos
respondieron que sus niveles de estrés estaban en la escala más alta de la puntuación,
que era de 10 de 10.
A causa del aislamiento los adolescentes alcanzan a sentirse limitados en su vida social,
y aislados de sus amistades, afrontando las decepciones de no poder pasar un tiempo de
calidad de manera libre y segura; también se presentaron índices de sensaciones de
irritabilidad, cambios en sus pesos corporales o en el correcto horario de sueño,
pensamientos pesimistas, y problemas en el hogar.
Capitulo III
Conclusiones: