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Este derecho puede ser ejercido por todos los accionistas de la sociedad, excepto por los
accionistas que se encuentran en mora. Por ende, en caso haya accionistas morosos, proceso de
suscripción de nuevas acciones debe realizarse en por lo menos dos ruedas, en caso queden
acciones sin suscribir. En esa situación, los accionistas que suscribieron en la primera rueda tienen
derecho a suscribir en la segunda, en proporción a su porcentaje actual, las acciones restantes.
En esas circunstancias, el DSP puede no solo no ser ejercido, sino que también puede ser
transferido a los otros accionistas o a un tercero ajeno a la sociedad. Por ende, su naturaleza es
facultativa y no obligatoria.
Por un lado, el derecho de adquisición preferente (en adelante, DAP) es el derecho que tiene todo
accionista de adquirir las acciones que deseen vender otros accionistas de la sociedad.
Usualmente este derecho es utilizado por las sociedades de personas para limitar el ingreso de
terceros a la sociedad, por lo que funciona como un filtro para que las acciones se queden dentro
de la sociedad y no sean vendidas a terceros ajenos a la misma.
Por otro lado, el DSP funciona como un amortiguador que impide que, ante un aumento de capital
y emisión de nuevas acciones, el accionista vea reducido su porcentaje de participación, ya que le
permite suscribir nuevas acciones para mantenerlo.
En tal sentido, mientras que en el DAP el objeto son acciones previamente creadas, emitidas y
suscritas, en el DSP el objeto son acciones de nueva emisión. Además, el DSP es transversal a
todos los tipos de Sociedades Anónimas, mientras que el DAP es común, sino obligatorio, en las
Sociedades Anónimas Cerradas (SAC) y facultativo en la Sociedades Anónimas Ordinarias (SA). Por
ende, no estaríamos frente a una superposición de derechos, en la medida que nos encontramos
con dos derechos diferentes.
Aunque, como hemos visto, esta exclusión del Derecho debe ser acordada por la Junta
General, ésta puede autorizar a los administradores de la sociedad para que tomen ellos la
decisión de la ampliación con esta exclusión, con los límites y garantías que acabamos de ver.
Un inversor compró acciones de Banco de X por valor de 12.020,24 €) con fecha de 04/04/1997.
Durante el periodo impositivo 2004 realizó las siguientes operaciones:
Solución
Imaginemos que una sociedad tiene 1.000 acciones, valoradas cada una en 10 euros. Así, el capital
de esta sociedad será de 10.000 euros. Supongamos que un socio posee el 5% del capital (50
acciones a 10 euros). Acto seguido la compañía decide ampliar capital por valor de 5.000 euros.
Primeramente, el socio tendrá el derecho a mantener su actual cuota. Esto es, el socio podría
hacerse inicialmente con el 5% de la ampliación (250 euros). En consecuencia, la participación final
sería de 750€ (75 acciones a 10 euros), representando así una participación del 5% final (sobre un
capital ampliado de 15.000€).
¿Por qué existe el derecho de suscripción preferente?
Control y correlación de las cuotas constante: La primera es que, aun habiendo una
ampliación, el control y la correlación de cuotas de participación se mantengan igual. De
esta forma, permaneciendo el control entre los actuales accionistas e impidiendo, así, que
accionistas externos puedan hacerse con el control de una sociedad. Por ello, esta, así
como otras medidas, se considera una de las medidas conservadoras en el ámbito
mercantil.
‘Premiar’ a los accionistas que estaban antes: Otra razón es que, cuando se produzca una
ampliación, los accionistas actuales no queden relegados a un segundo plano y puedan
perder margen de maniobra.
La sociedad anónima, con las características actuales, surgen en el siglo XVIII cuando el capitalismo
comienza a imponerse como modo definido de producción. Durante el periodo anterior solo se
deban formar jurídicas que van a constituirse los precedentes de la sociedad anónima, y que van a
servir para la formulación teórica de la misma.
Podemos resumir el tema indicando que en cuanto al origen de la sociedad anónima, se conocen
dos causes históricos diversos. El cause italiano donde aparece esta forma societaria como
consecuencia de las relaciones entre el estado y sus acreedores, el cause holandés que es
precisamente el que ubica su origen ligado al comercio con las indias orientales y occidentales.
Según el tratadista español Joaquín Garrigues, son tres los periodos a través de los cuales
evoluciona la sociedad anónima, los que se agrupan en tres sistemas.
Sistema de concesiones reales. En este sistema las sociedades dependían absolutamente del
estado y existían dentro de ella desigualdad de derechos, constituían filiales del estado, pudiendo
este intervenir constantemente en la vida de la sociedad. El concepto de limitación de
responsabilidad por el aporte efectuado legalmente aparece recién con el código francés de 1807.
Sistema de disposición normativas; libera a las sociedades de a concesión previa por el estado y lo
somete a las diversas normas coactivas vigentes para su constitución y funcionamiento. Al tratar
sobre la Sociedad Anónima, Joaquín Garrigues expresa que esta modalidad societaria que actúa
bajo una forma jurídica, cuya vigencia hace de tres siglos, comprende los más heterogéneos
elementos y las más contradictorias tendencias, se ha adaptado a los fines mas dispares, especie
de Perpetum Mobile, sigue viviendo y ha salido vigorosa de los múltiples conflictos que en su
estructura cada día plantea la economía moderna. Diversos autores, han venido señalando la
necesidad de una reforma de la sociedad anónima, ya que la evolución y transformación de la
misma, ha determinado la caducidad de un ordenamiento unitario de la sociedad anónima, siendo
difícil conciliar el derecho con su estatuto jurídico.
En la Sociedad Anónima del siglo XIX, se constituye la junta general como órgano soberano de la
sociedad en la que participan todos los accionistas en virtud de la regla una acción un voto. Se
consagra en este periodo, que es conocido como el de la regulación normativa, el estatus de
accionistas, en el cual el derecho de voto aparece como un derecho esencial. Convirtiéndose en
una suerte de entidad que capta ahorro publico.
Si yo soy el apoderado de una empresa y quiero contratar los servicios de una empresa de
alimentación y tengo poder, pero tengo poder que me han dado la sociedad pero no esta inscrito
en registro público, solo tengo el acta de poder para firmar todo tipo de contrato ( ojo no esta
inscrito ese poder) ese poder que si tengo pero que no esta inscrito, es valido para celebrar el
contrato? O necesita estar inscrito en el registro publico
Es válido siempre y cuando ese contrato que se haya realizado con el poder, se ha ratificado por la
persona jurídica que tenga su título registrado en los registro públicos dentro del plazo de los 3
meses como indica el articulo 77 del código civil,