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Capital social
El capital social de una compañía anónima se encuentra conformado por la suma del total de las
aportaciones realizadas a la sociedad.
Explicado de una manera más sencilla, el capital social se encuentra compuesto por las cantidades
aportadas por todos los socios.
A diferencia de otras sociedades, como la sociedad limitada, las sumas de capital requeridas son
bastante elevadas, necesitando desembolsarse un total de 60.101,21 euros suscritos.
No obstante, como se verá más tarde, la aportación de esta cifra de capital se puede llegar a
posponer a un momento futuro.
Denominación social
Haciendo referencia al nombre con el que se encuentra inscrita la sociedad, esta debe constar
de un término que no estuviera registrado con anterioridad.
Asimismo, debe ir acompañado de las siglas S.A. o S.A.U., en el caso de que se estuviera ante
una Sociedad Anónima con un único socio.
Responsabilidad de los socios
La responsabilidad asumida por cada uno de los socios será proporcional al capital aportado.
Esto implica que si un socio aporta 4.000 euros, como mucho podrá perder esa cantidad, sin que
los acreedores puedan dirigirse contra su patrimonio personal.
Número de socios
A diferencia de otro tipo de sociedades, la sociedad anónima se puede constituir con la
presencia de un único socio.
No obstante, esto debe hacerse constar en la denominación, como vimos antes (S.A.U.), y en toda
la documentación, las facturas o los anuncios legales que se emitan.
Acciones y transmisibilidad
Como se explicó antes, el capital se encuentra dividido en acciones, de tal manera que a mayor
número de acciones, mayor será el valor del voto emitido, así como la proporción en el reparto
de dividendos.
No obstante, los estatutos de la sociedad podrán establecer un límite al número de votos por cada
accionista, por lo que se podrá alterar esta regla.
En lo que se refiere a la transmisibilidad de las acciones, en principio esta es libre. Esto implica,
que cualquier socio puede coger y sin consultar al resto transmitirlas a un tercero, en la conocida
como Bolsa de Valores.
No obstante, también puede limitarse esta transmisibilidad. Tal situación se da cuando los
estatutos expresan lo contrario, necesitando para ello el permiso de la junta general para su
transmisión.
De esta manera, surgen dos modelos de Sociedades Anónimas: la abierta y la cerrada.
Junta General
Es el órgano encargado de dar voz a todos los socios, en base al número de acciones que
posean. De esta manera, los votos de los socios mayoritarios tendrán una mayor importancia.
Por otro lado, las competencias de la junta general son muy amplias, siendo el órgano que
adopta las principales decisiones sobre el rumbo a seguir por la empresa. Entre estas, merece la
pena destacar a modo de resumen las siguientes:
Competencia para aprobar las cuentas anuales, así como la gestión social.
Realizar operaciones de aumento y reducción del capital social.
Aprobar la disolución o transformación de la sociedad.
Modificar los estatutos sociales.
Nombrar y cesar a los administradores sociales, así como los auditores de cuentas.
Destacar, por último, que existirán dos tipos de juntas generales: la ordinaria, que se reúne una
vez al año para aprobar las cuentas, y la extraordinaria, para el resto.
Órgano de Administración
Es el encargado de dirigir y organizar a la sociedad en su día a día, así como de
representarla, por lo que el buen funcionamiento de la sociedad dependerá en gran medida de
este órgano.
El órgano de administración se puede organizar en diversas formas, entre las que encontramos:
Un administrador único: formada por una única persona.
Dos administradores: los cuales pueden tomar decisiones de forma mancomunada, lo que implica
que tienen que alcanzar estas de común acuerdo.
Consejo de Administración: tiene un número variable entre 3 y 12 miembros y normalmente
representan a distintos grupos de accionistas. Utilizado en grandes compañías.
Es importante destacar que los componentes de este órgano podrán ser tanto personas
físicas como jurídicas, lo que implica que una asociación u otra sociedad mercantil podrían ser
miembros.
Por último, hay que tener en cuenta que los miembros de este órgano no necesitan ser accionistas
de la Sociedad Anónima. Se puede ceder el control de la sociedad a un tercero, aunque es poco
aconsejable.
Ventajas:
1. La responsabilidad frente a los acreedores es limitada, lo que pone a salvo su patrimonio personal
en caso de quiebra.
2. La transmisión de las acciones es libre, lo que facilita la incorporación de un amplio número de
inversores.
3. La Empresa Anónima da una imagen de ser un negocio serio y solvente, lo que facilita la entrada
de nuevo capital.
Inconvenientes:
1. El capital social mínimo exigido es realmente elevado, lo que la hace inaccesible para la mayoría
de emprendedores.
2. La gestión administrativa está llena de trabas y regímenes jurídicos complejos pensado para
grandes empresas y no para el resto.