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INTRODUCCION

La motivación de las sentencias es, verdaderamente, una garantía grande de justicia, cuando

mediante ella se consigue reproducir exactamente, como en un croquis topográfico, el

itinerario lógico que el juez ha recorrido para llegar a su conclusión; en tal caso, si la

conclusión es equivocada, se puede fácilmente determinar, a través de la motivación, en

qué etapa de su camino perdió el juez la orientación

Con el advenimiento del Estado constitucional de derecho, el paradigma del sistema de

justicia muta de la legalidad a la constitucionalidad. Este nuevo paradigma, a diferencia del

Estado legal de derecho, impone como condición de legitimidad y validez de las decisiones

judiciales que éstas deben estar justificadas materialmente.

Como manifestación de este cambio paradigmático, nuestra Constitución Política, en el

artículo 139, inciso 5), consagra como garantía de la función jurisdiccional «la motivación

escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los decretos de mero

trámite»; precisando que el juez debe argumentar expresamente de la ley aplicable y los

fundamentos de hecho que las justifican fácticamente.

Esta disposición constitucional ha sido interpretada por el Tribunal Constitucional,

habiendo delimitado el contenido esencial del derecho fundamental a la motivación de las

resoluciones judiciales, como también ha desarrollado los supuestos de afectación al

mismo.
MARCO TEORICO

La motivación de las resoluciones judiciales configura un derecho fundamental de todo

justiciable y, como tal,  “importa que los jueces, al resolver las causas, expresen las razones

o justificaciones objetivas que los llevan a tomar una determinada decisión.

Según Calamandrei (1960):

“Esas razones, (…) deben provenir no sólo del ordenamiento jurídico vigente y

aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en el trámite

del proceso”. (p.128)

De allí que se predique que “el derecho a la debida motivación de las resoluciones

judiciales es una garantía del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las

resoluciones no se encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en

datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se derivan del caso.

Según Atienza (2005):

“Por tanto, “(…) la motivación debida (…) es un derecho fundamental, que forma

parte del contenido esencial del derecho a la tutela procesal efectiva. El derecho a la

motivación debida constituye una garantía fundamental en los supuestos en que con

la decisión emitida se afecta de manera negativa la esfera o situación jurídica de las

personas. Así, toda decisión que carezca de una motivación adecuada, suficiente y

congruente, constituirá una decisión arbitraria y, en consecuencia, será

inconstitucional” (p.111)
Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos la motivación «es la exteriorización

de la justificación razonada que permite llegar a una conclusión.

El deber de motivar las resoluciones es una garantía vinculada con la correcta

administración de justicia, que protege el derecho de los ciudadanos a ser juzgados por las

razones que el Derecho suministra, y otorga credibilidad a las decisiones jurídicas en el

marco de una sociedad democrática (…). En este sentido, la argumentación de un fallo

(…) debe permitir conocer cuáles fueron los hechos, motivos y normas en que se basó la

autoridad para tomar su decisión, a fin de descartar cualquier indicio de arbitrariedad.

Asimismo, la motivación demuestra a las partes que éstas han sido oídas y, en aquellos

casos en que las decisiones son recurribles, les proporciona la posibilidad de criticar la

resolución y lograr un nuevo examen de la cuestión ante las instancias superiores. Por

todo ello, el deber de motivación es una de las “debidas garantías” incluidas en el artículo

8.1 para salvaguardar el derecho a un debido proceso»

En el ámbito de la doctrina constitucional, Colomer (2003): señala que “La exigencia de

motivación ha de contener una justificación fundada en derecho, es decir que no solo sea

fruto de una aplicación racional del sistema de fuentes del ordenamiento, sino que además

dicha motivación no suponga vulneración de derechos fundamentales”. (p.171)

Sin embargo, el deber de motivación que viene impuesto por la Constitución no significa

que los jueces estén obligados a contestar todas las alegaciones que las partes postulen,

menos garantiza una determinada extensión argumentativa como presupuesto de validez de

la decisión judicial. El contenido del deber de motivación que la Constitución garantiza

reconoce, por un lado, el derecho del justiciable a conocer las razones de orden jurídico y
fáctico que han orientado y justificado el sentido de la decisión; por otro, el deber del juez

de emitir juicios de valor racionales sobre la controversia sometida a su conocimiento y

decisión, En efecto, el Tribunal Constitucional español ha resaltado que:

«(…) el deber de motivación de las resoluciones judiciales no autoriza a exigir un

razonamiento jurídico exhaustivo y pormenorizado de todos los aspectos y perspectivas

que las partes puedan tener de la cuestión que se decide o, lo que es lo mismo, no existe un

derecho del justiciable a una determinada extensión de la motivación  judicial, sino que

deben considerarse suficientemente motivadas aquellas resoluciones judiciales que

contengan, en primer lugar, los elementos y razones de juicio que permitan conocer cuáles

han sido los criterios jurídicos esenciales fundamentadores de la decisión, es decir, la

ratio decidendi que ha determinado aquella, y, en segundo lugar, una fundamentación en

derecho»

Similar posición ha sido asumida por el Tribunal constitucional peruano, al sostener que:

«La Constitución no garantiza una determinada extensión de la motivación, por lo que su

contenido esencial se respeta siempre que exista fundamentación jurídica, congruencia

entre lo pedido y lo resuelto y, por sí misma, exprese una suficiente justificación de la

decisión adoptada, aun si esta es breve o concisa (…) Tampoco garantiza que, de manera

pormenorizada, todas las alegaciones que las partes puedan formular dentro del proceso

sean objeto de un pronunciamiento expreso y detallado. En materia penal, el derecho en

referencia garantiza que la decisión expresada en el fallo sea consecuencia de una

deducción razonable de los hechos del caso, las pruebas aportadas y la valoración jurídica

de ellas en la resolución de la controversia. En suma, garantiza que el razonamiento


empleado guarde relación y sea proporcionado y congruente con el problema que al juez

penal corresponde resolver»

Contenido esencial.

El Tribunal Constitucional  ha indicado que el contenido esencial del derecho a la

motivación de las resoluciones está constituido o conformado por:

a) Fundamentación jurídica, lo que supone que se exprese no solo la norma aplicable al

caso, sino que también se explique y   justifique por qué el hecho investigado se encuentra

enmarcado en los supuestos que la norma prevé;

b) congruencia entre lo pedido y lo resuelto; y,

c) que por sí misma exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada, aun

cuando esta sea sucinta.

Afectación al contenido esencial.

El Tribunal Constitucional ha precisado que se afecta el contenido esencial del derecho a la

motivación judicial cuando la decisión se encuentra en alguno de los siguientes supuestos:

a) ausencia de motivación

b) Deficiente justificación interna de la decisión

c) Motivación aparente

d) Motivación insuficiente

e) Deficiente justificación externa de las premisas

f) Motivación sustancialmente incongruente


Vicios de motivación

A continuación, damos cuenta de los vicios que el Tribunal Constitucional ha desarrollado

y concretizado como supuestos fácticos de afectación o lesión al contenido esencial del

derecho de motivación de las resoluciones judiciales y que han sido previamente

enunciados.

Ausencia de motivación

Se presenta cuando no fluye explicación sustancial alguna por parte del juzgador respecto a

la controversia. Este vicio implica que:

a) El juez no exterioriza ninguna razón que sustente lo decidido;

b) el juez no explica cómo ha determinado las premisas jurídicas y fácticas,

c) no permite conocer el porqué de la decisión judicial.

Deficiente justificación interna de la decisión

El Tribunal Constitucional ha precisado que forma parte del contenido esencial del derecho

a la motivación de las resoluciones judiciales que la  inferencia se deduzca de las premisas

definidas por el Juez, así como también que el  razonamiento sea narrativamente coherente.

En este sentido, se afecta el contenido esencial del derecho indicado cuando se presentan el

supuesto de «invalidez de la inferencia» o «incoherencia narrativa». Así pues:

1. La invalidez de la inferencia se produce cuando ésta no se deduce de las premisas [fácticas

y jurídicas] que establece previamente el juez.

2. En tanto, habrá incoherencia narrativa, cuando el discurso es absolutamente confuso,

incapaz de transmitir, de modo coherente, las razones en las que se apoya la decisión.
Por tanto, en el análisis de la motivación interna, de lo que se trata es de verificar si la

formulación de la inferencia o la construcción del razonamiento judicial es válido, desde la

perspectiva de la ciencia de la lógica. En tal sentido, corresponde determinar, cuando se

trata de un silogismo deductivo, si la conclusión se deriva de las premisas [mayor y menor],

como sostiene Alliste (2001), o, si la conclusión general se formula a partir del enlace de

las premisas particulares.

Conviene precisar que el fundamento de una decisión es una norma general de la que

aquélla es un caso de aplicación. Entre el fundamento (norma general) hay una relación

lógica, no causal. Una decisión fundada es aquella que se deduce lógicamente de una norma

general (en conjunción con otras proposiciones fácticas y, a veces, también analíticas); es

decir, constituye una inferencia o razonamiento lógicamente valido. Por tanto, para

identificar si la motivación interna de la resolución satisface el estándar constitucional, se

debe analizar los argumentos utilizados en la decisión, a fin de verificar su corrección

lógica entre las premisas y la conclusión, así como su coherencia narrativa.

Motivación aparente

Según Atienza (2005):

“Una resolución es aparente cuando,  si bien contiene argumentos de derecho o de

hecho que “justifican” la decisión del juzgador, éstos no resultan pertinentes para tal

efecto, sino que son falsos, simulados o inapropiados,  en la medida que en

realidad no son idóneos para adoptar dicha decisión” (p.109)

Es decir, se pretende cumplir formalmente con el mandato de motivación, alegando frases

que, en el fondo, carecen de correspondencia fáctica o jurídica. En efecto, se presenta como

actos jurisdiccionales prima facie fundados, pero que, si no nos detenemos en lo que es el


caparazón de los mismos, sino que procuramos adentrarnos en la racionalidad y

razonabilidad de la fundamentación, descubriremos que en verdad no tienen fundamento

Así, bajo una primera observación, se puede advertir razones que supuestamente sustentan

la decisión, pero en realidad no se condicen con las circunstancias comprobadas de la

causa, de acuerdo al derecho aplicable al caso. En otros términos, una decisión judicial será

aparente cuando está fundada en juicios dogmáticos de modo que impiden conocer cuál es

el íter del razonamiento, pues son adjetivaciones que pueden revelar un estado anímico,

pero no son explicaciones de cómo se llegó a ellos. Por tanto, se está ante una motivación

aparente, cuando ésta es sofística.

La motivación es sofística debido a que disfraza u oculta el contenido de lo acontecido en el

proceso, describiendo enunciados fácticos que no fueron postulados, pruebas que no han

sido incorporadas o actuadas o desarrolla fórmulas argumentativas vacías de contenido; es

decir, cuando la justificación no es otra cosa que una construcción argumentativa vacua.

Así pues, calzan dentro de este vicio, por ejemplo, cuando el juez afirma que, del análisis

de toda la prueba actuada en el plenario, se colige que se ha enervado o no la presunción de

inocencia del imputado, sin decir por qué sí o por qué no; cuando refiere que el caso

propuesto se encuadra en el supuesto fáctico que abstractamente describe la disposición

normativa, sin indicar cómo es que se subsume el caso en particular.

Motivación sustancialmente incongruente

La congruencia procesal garantiza que el juez, al momento de decidir la pretensión puesta

en su conocimiento, no omita, altere o se exceda en la definición de las peticiones incoadas;

puesto que el derecho a la debida motivación obliga a los órganos judiciales a resolver las

pretensiones de las partes de manera congruente con los términos en que vengan
planteadas. Por tanto, la incongruencia se presenta cuando el juez omite pronunciarse sobre

las pretensiones de las partes o lo hace desviando, modificando o alterando el debate

procesal. El primer supuesto se conoce como incongruencia omisiva; en tanto la segunda,

como incongruencia activa.

Motivación insuficiente

Una resolución judicial es insuficiente cuando presenta problemas de gradualidad; contiene

motivación, pero no en el nivel adecuado o requerido. Es decir, no se cumple ni con el

mínimo de motivación exigible atendiendo a las razones de hecho o de derecho

indispensables para asumir que la decisión está debidamente motivada.

No se trata de dar respuestas a cada una de las pretensiones planteadas, sino que la

insuficiencia resultará relevante desde una perspectiva cuando la “insuficiencia” de

fundamentos, resulta manifiesta a la luz de lo que en sustancia se está decidiendo y según el

baremo o estándar jurídico aplicable en cada caso.  En efecto, de modo contrario, se

sostiene que la decisión judicial será suficiente cuando contenga los elementos necesarios

de validez que justifiquen el mínimo de razonamiento exigible para que la resolución

judicial sea conforme a las funciones propias de la exigencia constitucional y legalmente

garantizada de motivación.

En este sentido, conviene precisar que la suficiencia de la motivación de la decisión

judicial, en tanto concepto jurídico indeterminado, no debe ser apreciada apriorísticamente

o en abstracto, sino a la luz de las características de cada caso particular. Así pues, la

suficiencia se mide por la adquisición del conocimiento por las partes de la ratio

decidendi. La suficiencia no se identifica, en consecuencia, con una motivación exhaustiva

que dé respuesta a todas las alegaciones argumentativas esgrimidas en el proceso, así sean
impertinentes o irrelevantes para la decisión asumida. De igual modo tampoco excluye la

posible de economía de razonamientos ni que éstos sean escuetos.

Deficiente justificación externa de las premisas

La justificación externa, conocida también como justificación material de las premisas,

significa que los enunciados formulados por el juez deben tener respaldo tanto en el

derecho como en el contenido fáctico que fluye de la prueba actuada.

En este sentido, la formulación del enunciado jurídico [premisa mayor], como regla para la

solución del caso, debe provenir del ordenamiento jurídico vigente. En tanto que el

enunciado fáctico [premisa menor] debe reflejar el contenido probatorio producido durante

la actuación de la prueba. Por tanto, la justificación material o justificación externa no es

otra cosa que la explicitación de las razones del contenido de la premisa normativa (premisa

mayor) como de la premisa fáctica (premisa menor)

En esta perspectiva, una resolución judicial estará materialmente justificada cuando el juez

exterioriza razones que demuestran que cada premisa es cierta, correcta y ostenta

fundamento racional. En este sentido, el control de la motivación externa permite

identificar la deficiente o insuficiente justificación de la construcción de las premisas; lo

que obliga al juez a ser exhaustivo en la fundamentación de su decisión y no agotar el

razonamiento en una argumentación puramente formal


SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. N° 02462-2011-PHC/TC, LIMA

Se trata del recurso de agravio constitucional interpuesto por don Ángel Benito Audante

Gutiérrez contra la resolución expedida por la Cuarta Sala Penal Especializada para

Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró

improcedente la demanda de autos.

El objeto de la demanda es que se declare nulas la sentencia de fecha 7 de marzo del 2008,

expedida por la Segunda Sala Penal para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior

de Justicia de Lima Norte, y la sentencia de fecha 11 de diciembre del 2008, expedida por

la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, y se realice un

nuevo juicio oral con otro colegiado. Se alega vulneración de los derechos del beneficiado

al debido proceso, a la debida motivación de las resoluciones judiciales y a la libertad

individual.

Doña Ivon Salhuana Villanueva interpone demanda de hábeas corpus a favor de su esposo

don Ángel Benito Audante Gutiérrez contra los integrantes de la Segunda Sala Penal para

Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, señores

Condori Fernández, Quiroz Salazar y Portilla Rodríguez, y contra los integrantes de la Sala
Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, señores Lecaros

Cornejo, Ponce de Mier, Vinatea Medina, Pariona Pastrana y Zecenarro Mateus, por

vulneración de los derechos al debido proceso, a la debida motivación de las resoluciones

judiciales y a la libertad individual.

La recurrente señala que por sentencia de fecha 7 de marzo de 2008 el favorecido fue

condenado por el delito contra la libertad personal, secuestro agravado, y delitos contra la

tranquilidad pública, contra la paz pública y asociación ilícita para delinquir a veinte años

de pena privativa de la libertad, decisión que fue confirmada por sentencia de fecha 11 de

diciembre del 2008.Asimismo señala que ambas sentencias no se encuentran debidamente

motivadas puesto que en ninguna de ellas se señala cuál es el hecho que determina que se

trate de un secuestro agravado y tampoco se ha determinado la participación del favorecido

ni el supuesto papel que habría desempeñado en el secuestro. Asimismo añade que respecto

al delito de asociación ilícita para delinquir no se ha establecido la permanencia de la

organización criminal en el tiempo, que constituye un requisito fundamental para el

mencionado delito. Luego de ello:

- El Procurador Público adjunto para los asuntos constitucionales del Poder Judicial

al contestar la demanda señala que esta debe ser declarada improcedente porque se

pretende cuestionar lo decidido en un proceso penal conforme a ley.

- L declaración del favorecido que manifiesta que fue involucrado por la sindicación

de dos señoritas que posteriormente fueron absueltas y que se pretendió involucrar a

su esposa. Asimismo refiere que se le imputó el delito de secuestro agravado porque

la agraviada (proceso penal) sería empresaria pero en ninguna parte del expediente

se señaló esta condición.


- El Cuarto Juzgado Especializado en lo Penal de Lima, con fecha 13 de agosto de

2010, declamó improcedente la demanda por considerar que lo que se pretende es

un examen de las pruebas que determinaron la responsabilidad penal del favorecido

y que las sentencias cuestionadas sí se encuentra fundamentadas en el considerando

decimonoveno de la sentencia de primer grado y en el punto tercero de la ejecutoria

suprema.

- La Cuarta Sala Penal Especializada para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte

Superior de Justiciable Lima confirmó la demanda estimando que el delito de

asociación ilícita para -delinquir es explicado en el considerando decimonoveno de

la sentencia de primera instancia, y/respecto al delito de secuestro, consideró que la

agravante correspondía al inciso 4 del artículo 152° del Código Penal.

En el caso de autos en el considerando décimo segundo de la sentencia de fecha 7 de marzo

del 2008, se expresan los fundamentos por los que se encontró responsabilidad en don

Ángel Benito Audante Gutiérrez (la declaración del favorecido asumiendo participación en

el secuestro, el reconocimiento documental de otros coprocesados, la descripción y detalle

pormenorizado de los actos realizados para la ejecución del secuestro y la realización del

mismo). Asimismo se señala que en un principio quiso acogerse a la ley de colaboración

eficaz, iniciándose dicho trámite aunque posteriormente cambia de versión.

Ante esto, el Colegiado considera que la sentencia de primera instancia se encuentra

debidamente motivada respecto de la participación del favorecido en el delito imputado.En

el considerando cuarto de la sentencia confirmatoria de fecha 11 de diciembre del 2008 , se

expone que de la propia declaración del favorecido se acredita que tuvo participación en el
«levante» de la agraviada (en el secuestro); asimismo que dio información respecto de los

otros coprocesados que participaron en el secuestro. Por consiguiente este Colegiado

considera que sí se encuentra debidamente motivada la sentencia de segunda instancia

respecto de la participación del favorecido en el delito imputado.

 Por todo lo expuesto este Tribunal considera que la agravante imputada al favorecido se

encuentra suficientemente motivada pues conforme se aprecia de los considerandos de la

sentencia condenatoria, el delito de secuestro fue realizado por un grupo de personas -entre

ellas el favorecido- y para perpetrar el mencionado delito tuvo información respecto al

entorno social y económico de la familia de la agraviada.

Ahora bien, respecto al delito contra la tranquilidad pública, contra la paz pública,

asociación ilícita para delinquir

En el considerando decimonoveno se establece la motivación respecto a la imputación del

delito de asociación ilícita para delinquir, precisándose que el favorecido así como sus

coprocesados en la realización del delito de secuestro han demostrado actuar dentro de un

plan global criminal, existiendo jerarquía de mando.

 En consecuencia resulta de aplicación el artículo 2°, a contrario sensu, del Código Procesal

Constitucional.. por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional declaro infundada la

demanda porque no se ha acreditado la vulneración de los derechos al debido proceso, a la

debida motivación de las resoluciones judiciales y a la libertad individual.


CONCLUSIONES

- El derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, en tanto derecho

fundamental, no solo garantiza al justiciable obtener una respuesta jurisdiccional

expresa y explícita con relación a la pretensión sometida a decisión judicial, sino

que permite el ejercicio de los demás derechos procesales como el de defensa y el

de pluralidad de instancias.

- La dimensión objetiva del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales

impone al juez el deber de explicitar las razones jurídicas y fácticas de la decisión

adoptada.

- La delimitación del contenido esencial del derecho a la motivación de las

resoluciones judiciales permite determinar cuándo una decisión judicial está o no

justificada
BIBLIOGRAFIA

- Atienza, M. (2005) Las Razones del Derecho- Teorías de la Argumentación

jurídica. Segunda Reimpresión, 2005. Universidad Nacional Autónoma de México-

UNAM- Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, pp. 4 y ss.

- ALLISTE SANTOS, T (2001). La Motivación de las Resoluciones judiciales.

Editorial Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales S.A. Madrid, p. 164

- CALAMANDREI, Piero. (1960). Proceso y democracia. Traducción de Héctor Fix

Zamudio. Buenos Aires: Editorial Ejea. Pág. 115.

- COLOMER HERNÁNDEZ, Ignacio. “La motivación de las sentencias. Sus

exigencias constitucionales y legales”.  Tirant lo Blanch, Valencia, 2003. Pág. 269.


.Como lo ha precisado este Tribunal el contenido del derecho a la motivación de las

resoluciones judiciales exige que exista: 

a) Fundamentación jurídica que no implica a sola mención de las normas a aplicar al caso,

sino la explicación y justificación de por qué tal caso se encuentra dentro de los supuestos

que contemplan tales normas.

 b) Congruencia entre lo pedido y lo resuelto, que implica la manifestación de los

argumentos que expresarán la conformidad entre los pronunciamientos del fallo y las

pretensiones formuladas por las partes; y asimismo reclama. 

c) Que por sí misma exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada, aun si esta

es breve o concisa, o se presenta el supuesto de motivación por remisión (Cfr. Exp. N°

4348-2005-PA/TC).

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