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CIUDADANO

JUEZ 1° DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE CONTROL DE LA


CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL PENAL DEL ESTADO FALCÓN, CON SEDE EN
PUNTO FIJO,
SU DESPACHO. –
ASUNTO: Solicitud de Pronunciamiento del Tribunal Primero de Control

Yo TREMONT MARIN, ANTONIO JOSE abogado en ejercicio, inscrito en el


Inpreabogado bajo el No. 229.687 domiciliado en el Sector el Oasis calle 25
número 874 del Municipio Los Taques , Estado Falcón, Correo electrónico:
ajtm16@gmail.com, número telefónico 0414-6188909, Defensor Privado del
Ciudadano , HECTOR RICARDO BRACHO MARTINEZ, venezolano, divorciado,
mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nº V-11.766.480., domiciliado en
Avenida Paseo Zulia, casa #41., Sector Cujicana de la Ciudad de Punto Fijo,
Municipio Carirubana del Estado Falcón, teléfono celular Nro. 0424-6269711.,
correo electrónico: hectorricardo2009@hotmail.com ante usted con el debido
respeto acudo con la finalidad de solicitarle Ciudadano Juez.De conformidad con
lo establecido en numeral 11., del artículo 127 del Código Orgánico Procesal
Penal, en concordancia con en al numeral 7., del artículo 111., ejusdem., y
numerales 2 y 4 del artículo 300., del mismo Código y literal c., del numeral 4., del
artículo 28 del mismo Código, y 26, 27, 49, 51 y 257 de la Constitución Nacional
de la República Bolivariana de Venezuela, procedo en este acto a solicitar
formalmente El Acto Conclusivo de la presente causa signada bajo el No. 1CO-
093-2019 , en los términos siguientes:

Cursada y Admitida la Querella por ante el Juzgado 1°de Control de Primera


Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Falcón,
con Sede En Punto Fijo, de la nomenclatura oficial de la Fiscalía Sexta del
Ministerio Público MP-150243-2019, en la que se identifican como partes:
Querellante: LINOSKA BEATRIZ MOLINA ALVAREZ, titular de la Cédula de
Identidad Nº 11.765.737; y Querellado: HECTOR RICARDO BRACHO
MARTINEZ, titular de la cédula de identidad Nº V-11.766.480.
En la siguientes fechas, 00/00/2021 y 00/00/2021. Se consignaron dos escritos de
solicitud del Acto conclusivo de los cuales fueron Ratificados, seguidos de este
por la omisión de pronunciamiento de este Tribunal Competente, Solicitud
motivada a que la siguiente querella no fue promovida conforme a la ley Y su
admisión infringe los derechos constitucionales , sin atender a su obligación
prevista los artículos 12 y 264 antes transcrito, ambos del Código Orgánico
Procesal Penal, cercena grotescamente el derecho a la Tutela Judicial Efectiva, y
viola flagrantemente el debido proceso consagrados en los artículos 26 y 49 de la
Constitución Nacional, al ordenar la investigación de hechos no tipificados en la
ley ya que el delito violencia patrimonial y económica requiere para su
configuración que los cónyuges estén legalmente separados, cuestión que no se
produjo en el caso.
La supuesta víctima en su querella denuncia la comisión del DELITO DE ESTAFA
CONTINUADA, pero del análisis de los pretendidos elementos de convicción que
se anexan a la querella es posible inferir que no se encuentra demostrado en
actas en contra de los ciudadanos querellados, como Coautores en el Delito de
estafa continuada, ni delito alguno, por cuanto los hechos denunciados no
constituyen delito debido a la ausencia de tipicidad, toda vez que la conducta
asumida por los presuntos denunciados, no está descrita en la ley como un ilícito
penal.
Cuando analizamos el delito de estafa nos encontramos que uno de los elementos
constitutivos de este delito es el engaño, logrando a través de artificios o medios
capaces de sorprender la buena fe de una persona, lo cual requiere que el dolo
sea anterior al engaño y a la ejecución de los medios o artificios empleados para
hacer incurrir a la víctima en error y de esta forma obtener un provecho injusto, en
el presente caso no hubo engaño o artificios, sólo una relación mercantil, una
obligación mercantil no satisfecha por uno de los querellados en este caso por
HECTOR BRACHO, de la empresa DISTRIBUIDORA SERVITODO C.A., de la
cual es accionista la querellante, y en virtud de lo cual alega su legitimación para
querellarse. Esto implica que el hecho u objeto del proceso no se realizó o no
puede atribuírsele al imputado, es decir, que la conducta desplegada por los
querellados, no constituye en ningún delito, por carecer el mismo de tipicidad,
desprendiéndose de dicha conducta, la no comisión de delito que originariamente
dio inicio a una investigación,
Con relación a este particular, considero necesario referir lo siguiente:
El artículo 462 del Código Penal (vigente para el momento de los hechos),
dispone lo siguiente:
"El que, con artificios o medios capaces de engañar o sorprender la buena fe de
otro, induciéndole en error, procure para sí o para otro un provecho injusto con
perjuicio ajeno, será penado con prisión de uno a cinco años".
Para Antón Oncea, es aquella conducta engañosa, con ánimo de lucro injusto,
propio o ajeno, que determinando un error en una o varias personas, les induce a
realizar un acto de disposición, que conlleva un perjuicio en su patrimonio o en el
de un tercero.
Para Soler, es una disposición patrimonial y perjudicial, realizada a través de un
error, al cual se ha llegado mediante ardides tendientes a obtener un indebido
beneficio
Pero la estafa se caracteriza por el dolo inicial o dolo al comienzo, o sea que es
anterior a la tenencia o recepción de la cosa.
El artificio en la estafa, es toda simulación o disimulación suficiente para llevar al
engaño, siendo necesaria una conducta activa desplegada para engañar a una
víctima, y en esto es necesario apreciar cada caso, pues puede suceder, que un
artificio utilizado en una oportunidad no sea eficazmente sólido, en relación a otras
probables víctimas.
De igual forma, la querellante alega que los hechos imputados constituyen delitos
continuados en el tiempo. En especial habla de estafa continuada. La figura del
delito continuado, encuentra consagración expresa en la Ley, específicamente, en
el artículo 99 del Código Penal, en los siguientes términos: “Se considerarán
como un solo hecho punible las varias violaciones de la misma disposición legal,
aunque hayan sido cometidas en diferentes fechas, siempre que se hayan
realizado con actos ejecutivos de la misma resolución…”.
Por su parte, la doctrina ha desarrollado criterios relacionados con dicha figura y al
respecto, a nivel nacional, Alberto Arteaga Sánchez opina “…De acuerdo a
nuestro código, para que se configure el delito continuado se requiere: a) La
pluralidad de violaciones o hechos o su repetición de manera tal que cada hecho
en sí constituye, como lo afirma Carrara, una perfecta violación de la ley penal …
b) La violación de la misma disposición legal, de manera tal que las diversas
acciones deben constituir cada una de ellas el mismo hecho delictivo … c) Que
tales violaciones se hayan realizado con actos ejecutivos de la misma resolución,
requisito de gran complejidad en su interpretación, con el cual nuestra ley exige,
para que opere la ficción del delito continuado, que los diversos hechos sean fruto
de la misma resolución y que aparezcan como unificados por tal resolución, esto
es, como las diversas etapas de un solo proyecto, plan o designio criminal …”
(Derecho Penal Venezolano. Parte General. Octava Edición. Caracas, 1997, pp.
268 y 269).

En primer Lugar se trata de irregularidades administrativas que no revisten


carácter penal si no de carácter Mercantil y si lo asumimos como abuso de la
confianza conyugal, el artículo 481 del Código Penal, contiene la excusa
absolutoria en la perpetración de delitos contra la propiedad entre cónyuges, que
impide la realización de ninguna diligencia en ese sentido. En este sentido es
necesario resaltar que la querellante expresa que actúa en su condición de
accionista de la empresa DISTRIBUIDORA SERVITODO C.A.”, aun cuando luego
hable de “abuso de la confianza conyugal”, con lo cual se genera una confusión
entre lo que son las sociedades de gananciales (Comunidad Conyugal) y las
sociedades de capital (Sociedades Mercantiles).

Es muy claro el artículo 481 antes mencionado al expresar lo siguiente: “En lo


que concierne a los hechos previstos en los Capítulos I, III, IV, y V del
presente Título, y en los artículos 473, en su parte primera, 475 y 478, no se
promoverá ninguna diligencia en contra del que haya cometido delito: 1) En
perjuicio del cónyuge no separado legalmente…”.
Se evidencia que, para la comisión de delitos contra la propiedad, se puede
ejercer la acción penal en contra del cónyuge, siempre y cuando estén
separados legalmente. En este caso para el momento en que se presenta la
querella no existía separación legal entre la querellante y el querellado, se
mantenía vigente el vínculo matrimonial. De esta unión se procreó una Hija de
Nombre LINOSKA CHIQUINQUIRÁ ,menor de edad según acta de nacimiento
del Registro Civil de la Parroquia Norte del Municipio Carirubana bajo el número
70 del año dos mil seis, la cual anexamos en la siguiente petición .ya que la hija
menor de edad desde su Nacimiento posee una condición especial de Parálisis
Cerebral Infantil tipo Cuadriplejia Espática , con Difusión motora de cuatro
miembros superior e inferior La siguiente hija menor de edad le pertenecen la
tercera parte de las acciones de la empresa DISTRIBUIDORA SERVITODO
COMPAÑÍA ANÓNIMA. Le hacemos saber Ciudadana Juez que por tal motivo de
la aplicación de las medidas preventivas de Secuestro de las propiedades de la
empresa ya identificada y de las medidas innominadas de inmovilización de las
Cuentas Bancarias se le ocasiono un Gran daño a la hija menor ya que debido a
esto no logra percibir ningún beneficio efectivo ni monetario para comprar sus
medicinas y sus alimentos ya que este es el medio de sustento de su padre el cual
es la persona querellada Seguido de este escrito anexamos acta de matrimonio
con la finalidad de demostrar que en el momento de la querella existía una unión
conyugal y se declare el siguiente acto conclusivo ya que es improcedente la
acción penal.
Con respecto a la ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR en el extenso escrito de
querella solo se atina a decir lo siguiente: “A los querellados les imputamos el
delito de “Asociación para delinquir” por constituir ellos una organización criminal
formada por TRES (3) personas que se concertaron para la comisión de los
delitos que se les imputan y que tenían por objeto sustraer, mediante artificios y
engaños, los montos dinerarios señalados y asi desbancar totalmente la
empresa.”. Salvo la indicación que se hace al vuelto del folio 2., en el punto III
DELITOS QUE SE LES IMPUTO A LOS QUERELLADOS, y lo que se acaba de
transcribir, no se vuelve a mencionar ni a explicar el delito, ni se realizó la relación
especificada de todas las circunstancias esenciales del hecho. Para que se
produzca la asociación para delinquir la Ley establece claramente que para ser
autor de este ilícito se debe pertenecer a un grupo de delincuencia que se
organice con la finalidad de ejecutar injustos penales. Y en el presente caso, no se
adjuntaron elementos de convicción, toda vez que no se demostró que los
imputados hayan estado organizados para ejecutar el delito de estafa, ni el de
violencia económica, y menos aún que lo practiquen con frecuencia, por lo que
desvirtúa la comisión de estos delitos primeramente imputados por la querellante.
Ninguno de esos extremos se encuentra en la querella.
Este tipo penal consiste en la agrupación de individuos, por cierto tiempo, con la
intención de cometer delitos y obtener, directa o indirectamente, un beneficio
económico o de cualquier índole para sí o para terceros. Según el Artículo Nº 37
de la Ley contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo:
“Quien forme parte de un grupo de delincuencia organizada, será penado o
penada por el solo hecho de la asociación con prisión de seis a diez años.”
(Énfasis propio) G.O. N° 39.912 del 30-04-2012.
En el delito de Asociación Para Delinquir, previsto y sancionado en el artículo 37
de la LOCDOFT, En primer término y para definir la conducta que ha de desplegar
el sujeto activo para la comisión de esta acción antijurídica, se debe determinar el
verbo o núcleo rector, por ser éste quien define la conducta típica, siendo el de
“formar”, toda vez que, como bien se ha establecido anteriormente, el delito se
castiga por el sólo hecho de pertenecer o formar parte de una organización
criminal de delincuencia organizada.
En cuanto al sujeto activo, o sujeto que realiza la actividad criminal, el legislador
al redactar el artículo en estudio no establece ninguna característica especial para
identificar al delincuente, verbigracia, funcionario público, policía, militar, etc., sino
que por el contrario, lo estableció de una forma indeterminada con la palabra
“Quien”, con lo cual debe entenderse, que cualquier persona que forme parte
de un grupo de delincuencia organizada, estará sujeto a la sanción allí prevista.
En relación al sujeto pasivo, o persona sobre la cual recae la acción antijurídica,
resulta necesario indicar que se refiere a la colectividad, aún y cuando no
aparece inmerso en la redacción del artículo, por cuanto ello se infiere de la
naturaleza misma del delito.
En lo que concierne al objeto material, o cosa sobre la cual recae directamente la
acción del sujeto activo, es de referirse que lo que se pretende proteger
directamente, es el derecho que tienen todos los ciudadanos de asociarse
para fines lícitos, como bien lo contempla el artículo 52 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, por cuanto toda, asociación con fines
distintos estará al margen de la ley.
Y por último, se tiene el objeto jurídico, el cual es el interés jurídicamente tutelado
por la ley, siendo éste el orden público.
Ciudadano juez, en definitiva para que se produzca la asociación para delinquir la
Ley establece claramente que para ser autor de este ilícito se debe pertenecer a
un grupo de delincuencia que se organice con la finalidad de ejecutar injustos
penales. Y en el presente caso, no se adjuntaron elementos de convicción, toda
vez que no se demostró que los imputados hayan estado organizados para
ejecutar el delito de estafa, ni el de violencia económica, y menos aún que lo
practiquen con frecuencia, por lo que desvirtúa la comisión de estos delitos
primeramente imputados por la querellante.
Ciudadano Juez, cuando se está en presencia de una conducta ejecutada por un
imputado le corresponde a las partes (Ministerio Publico, Defensa y Juez) verificar
si encuadra perfectamente en la norma sustantiva penal, vale decir si es típico.
Esto lo traigo a colación por cuanto en el delito de Asociación para delinquir tiene
parecidos con otras figuras, por lo que es una exigencia justa y ética, que se
efectué una adecuada interpretación, aplicar la hermenéutica jurídica, es decir
tomar la doctrina y la jurisprudencia patria para esclarecer si se da el tipo delictivo
o no.
Según la analogía Jurídica invocamos el siguiente extracto Jurisprudencial,
Recurso de Avocamiento según expediente- A21-17 sentencia 0058 de la
Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia de fecha: 19/07/2021
Ponente: Elsa Janeth Gómez Moreno en Materia Penal.

“En el caso bajo estudio, estos requisitos del fumus boni iuris y del periculum in
mora, no fueron tomados en cuenta por el Ministerio Público al solicitar las
medidas precautelativas, y menos aún por el Tribunal cuando las acordó, al no
cumplir con los presupuestos señalados en el artículo 242 del Código Orgánico
Procesal Penal, lo que generó la infracción del artículo 157 del Código Orgánico
Procesal Penal y por ende la vulneración a la Tutela Judicial Efectiva y al Debido
Proceso, consagrados en los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, lo que desdice significativamente la responsabilidad en
el desempeño del cargo que los mismos ocupan, y como consecuencia se ha
subvertido el orden procesal.
Visto lo antepuesto, concluye esta Sala, que el Ministerio Público (…), no cumplió
con su deber contenido en el artículo 285 numeral 3 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, esto es, ordenar y dirigir la investigación
penal de la perpetración de los hechos punibles para hacer constar su comisión,
toda vez que, al ejercer el monopolio de la acción penal, tenía la obligación, tal
como lo establece el artículo 11 del Código Orgánico Procesal Penal,  de realizar
una investigación exhaustiva con el objeto de la verificación del dicho y/o petitorio
de los denunciantes, por lo que, al no existir una investigación fundada por parte
del Ministerio Público, la Sala precisa que la solicitud formulada en fecha 11 de
diciembre de 2020, por parte de la ya tantas veces mencionada representación del
Ministerio Público, fue presentada  indebidamente, lo cual debió ser advertido por
el Juez en funciones de Control, incurriendo este es igual contravención, lo
que vulneró el derecho a la Tutela Judicial Efectiva y al Debido Proceso,
consagrados en los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, apreciándose de esta forma perturbaciones al
ordenamiento jurídico y a la imagen del Poder Judicial, por no dar cumplimiento al
deber de motivar sus fallos conforme con lo dispuesto en el artículo 157 del
Código Adjetivo Penal.
Por las razones antes expuestas, es por lo que esta Sala de Casación Penal del
Tribunal Supremo de Justicia, se avoca de oficio al conocimiento de la presente
causa, y en virtud de los vicios advertidos en detrimento de los derechos a la
tutela judicial efectiva y al debido proceso, consagrados en los artículos 26 y 49 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, declara procedente el
avocamiento y, en consecuencia de ello, de conformidad con lo establecido en el
artículo 109 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, declara la
NULIDAD ABSOLUTA de todas las actuaciones cumplidas en el presente
proceso a partir del 11 de diciembre de 2020, oportunidad en la cual la Fiscal (…)
solicitó el decreto de las medidas judiciales privativas de libertad (…) y, de las
medidas precautelativas relativas al secuestro de las bienhechurías y bienes
muebles (…), con la consecuente nulidad de todos actos posteriores al acto írrito.”

Extracto: “El avocamiento es una institución jurídica de carácter excepcional, que


le otorga al Tribunal Supremo de Justicia, en cada una de sus Salas, la facultad
de solicitar, en cualquier estado de la causa, el expediente de cuyo trámite esté
conociendo cualquier tribunal, independientemente de su jerarquía y especialidad
y, una vez recibido, resolver si asume directamente el conocimiento del caso o, en
su defecto, lo asigna a otro tribunal.
Asimismo, el avocamiento procede de oficio o a instancia de parte, solo cuando no
existe otro medio procesal capaz de restablecer la situación jurídica infringida, en
caso de graves desórdenes procesales o de escandalosas violaciones
al ordenamiento jurídico, que perjudiquen ostensiblemente la imagen del Poder
Judicial, la paz pública o la institucionalidad democrática; debiendo ser ejercido
con suma prudencia, lo cual está contemplado, tanto en el artículo 106 de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, transcrito en el capítulo referido a
la competencia, como en los artículos 107, 108 y 109 de la referida ley, (…)
En los extractos de la sentencia UP-SUPRA ya antes indicados se especifica muy
claro y preciso el siguiente análisis, en la cual se presentan una serie de vicios y
perdida de la Tutela judicial efectiva y debido proceso ya que el Ministerio Público
no tomo en cuenta los principales requisitos de fumus boni iuris y
del periculum in mora en la investigación aunado a esto se declara la Nulidad
de todas las actuaciones y de las medidas cautelares.
Restaurando así el ordenamiento Jurídico y restituyendo el amparo Constitucional.
Por otra parte no se aplicó los elementos respectivos para que se determine y
decrete las medidas de secuestro, mucho menos un análisis, siendo esto un
requisito esencial para que se lleve a cabo como lo es el periculum un mora el
fumus boni iuris, estableciendo una concatenación entre estos elementos de
convicción para saber si existe lesiones que afecten el patrimonio para así
garantizar los beneficios y resultas y no sea ilusoria sin una causa o motivo.
En otro sentido los elementos probatorios de convicción presentados por los
querellantes, como lo son las Lista de bienes exteriorizados sin facturas legales,
actas bancarias sin certificación ni sellos bancarios sin saber el medio en el cual
fueron sustraídos ya que son de índole privado, es posible inferir que se
encuentran en un marco Ilegal en el proceso produciéndose lo que se denomina
(El Fruto del Árbol Envenenado) ya que fueron obtenidos sin cumplir las
formalidades de ley, deben de ser desechados y declarados Nulos de toda nulidad
ya que vician todo el proceso porque no fueron demostrado mediante una
investigación real dirigida por el Ministerio Publico.es decir debió de ejercerse por
eslabones con cada uno de los de los elementos de tipo penal, derivando,
socavando, enervando lo que se pretende demostrar.
Sobre la actuación desplegada por el Ministerio Público, la Ley Orgánica del
Ministerio Público, en su artículo 16 establece, entre otras funciones las
siguientes:
1. Velar por el efectivo cumplimiento de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, (…)
2. Garantizar el debido proceso, la celeridad y buena marcha de la administración
de justicia, el respeto de los derechos y garantías constitucionales, (…)
3. Ordenar, dirigir y supervisar todo lo relacionado con la investigación y acción
penal; practicar por sí mismo (…), las actividades indagatorias para demostrar la
perpetración de los actos punibles; hacer constar su comisión con todas las
circunstancias que puedan influir en la calificación (…)
De modo que, el Ministerio Público en el presente caso omitió realizar las
actuaciones tendientes al esclarecimiento de los hechos, ni siquiera procurando un
eventual pronóstico de condena, lo cual no solo constata la temeridad de sus
actos, sino que además quebrantó el artículo 105 del Código Orgánico Procesal
Penal, que señala:
“…Las partes deben litigar con buena fe, (…)
Por consiguiente, es deber de la Sala ilustrar, que cuando el Ministerio Publico,
solicite ante el Tribunal Penal competente una orden de aprehensión, no basta
una narración indiferenciada de sucesos, se requiere que éstos sean narrados,
precisando claramente su relación con él o cada uno de los imputados, según
fuere el caso, lo que permitirá verificar cuál fue el hecho que cometió o
cometieron, así como también cuándo y cómo fue realizado, elementos éstos
relevantes a los efectos de establecer la calificación jurídica, los grados de
participación, circunstancias de agravación, grados de ejecución,
la prescripción de la acción penal, así como también la competencia y jurisdicción.
Ciudadano Fiscal, del examen de las actas que conforman el expediente, se
evidencia que en la causa en curso tiene plena aplicación el artículo 300.2 del
Código Orgánico Procesal Penal (anterior artículo 318.2), por cuanto los hechos
objeto de la denuncia no son típicos, en el sentido de que versan, en realidad,
sobre una disputa entre socios en una compañía anónima, específicamente sobre
supuestas irregularidades en el manejo de la sociedad mercantil, la cual debe
ventilarse ante los tribunales de la jurisdicción civil en la jurisdicción especial
mercantil.
Ciudadano Fiscal toda conducta humana y voluntaria (primer elemento del delito),
para alcanzar relevancia desde el punto de vista normativo, necesariamente debe
subsumirse en un tipo penal previsto en la legislación. La característica que resulta
de tal adecuación, es lo que se denomina tipicidad (segundo elemento del delito).
De lo contrario, se estará en presencia de un hecho atípico, y por ende, no
revestido de carácter penal. A esto último es lo que se refiere el numeral 2 del
artículo 300 del Código Orgánico Procesal Penal, que autoriza la procedencia del
sobreseimiento cuando “El hecho imputado no es típico…”. Esa es la razón válida
para adoptar dicha decisión, y por ende, para ponerle fin al proceso penal, como lo
es, como se indicó supra, la ausencia del elemento tipicidad, al circunscribirse los
hechos denunciados se circunscriben a una disputa atinente a la denuncia de
irregularidades administrativas según los hechos invocados en su escrito por la
querellante.
Por esta razón nos apegamos e invocamos la siguiente Sentencia N°. 1.676/2007,
del 3 de agosto de 2007, de la Sala Constitucional, con criterio vinculante, la cual
estableció un caso similar al aquí juzgado, que la causal de sobreseimiento
relativa a la ausencia de tipicidad (encerrada en el artículo 300.2 de la ley adjetiva
penal), se verifica, entre otros supuestos, cuando la controversia puede arreglarse
por conducto de mecanismos extra penales, como son los aportados, por ejemplo,
por el Derecho Civil, el Derecho Mercantil y el Derecho Administrativo.
En estos casos, es innecesaria la intervención penal, la cual, de suyo, es la última
ratio para la solución de los conflictos sociales. A tal efecto, la Sala estableció lo
siguiente:

“Esta actividad revisora desplegada por el Juez de Control, fue lo que le permitió a
éste arribar a la conclusión de que los hechos que motorizaron el ejercicio de la
acción penal no podían subsumirse en ninguna figura punible de nuestra
legislación penal, sino que, por el contrario, de lo que se trataba era de un mero
incumplimiento de obligaciones nacidas de un contrato, es decir, de un conflicto
extra penal cuya solución debía ventilarse en los juzgados mercantiles, como
en efecto la parte querellante había hecho, ya que fue, justamente, la vía
jurisdiccional mercantil la que primero transitó, en octubre de 2002, cuando solicitó
el cumplimiento del contrato de servicios profesionales ante el Juzgado Octavo de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y de Tránsito de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, tal como lo estableció esta Sala en sentencia
n° 2.935/2004, de 13 de diciembre.
Lo anterior no es otra cosa que la aplicación directa, por parte de esta Sala
Constitucional, del principio de intervención mínima del derecho penal y,
concretamente, del principio de subsidiariedad, en virtud del cual el derecho penal
ha de ser la última ratio, es decir, el último recurso que se debe emplear a falta de
otros mecanismos menos lesivos, como son los establecidos en el derecho civil,
en el derecho mercantil y en el derecho administrativo.
Debe afirmarse que el principio de intervención mínima se desprende del modelo
de Estado social consagrado en el artículo 2 del Texto Constitucional, siendo uno
de sus rasgos fundamentales la exigencia de necesidad social de la intervención
penal. Así, el derecho penal deja de ser necesario para resguardar a la sociedad
cuando esto último puede alcanzarse mediante otras vías, las cuales tendrán
preferencia en la medida en que sean menos lesivas para los derechos
individuales. En resumidas cuentas: en un Estado social al servicio de sus
ciudadanos, la intervención penal estará legitimada siempre y cuando sea
absolutamente necesaria para la protección de aquéllos, y esto se da cuando los
mecanismos extra penales no son suficientes para garantizar dicha protección.

Y con respecto al delito de VIOLENCIA PATRIMONIAL O ECONÓMICA, el


artículo 50 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre
de Violencia, establece: “El cónyuge separado legalmente o el concubino en
situación de separación de hecho debidamente comprobada, que sustraiga,
deteriore, destruya, distraiga, retenga, ordene el bloqueo de cuentas bancarias o
realice actos capaces de afectar la comunidad de bienes o el patrimonio propio de
la mujer, será sancionado con prisión de uno a tres años”. Como se puede leer la
norma establece como elemento normativo del tipo penal de violencia patrimonial,
el que los cónyuges para el período en el que se incurre en los hechos que
conforman el delito, se encuentren separados legalmente, y no se observa de
las actuaciones algo que permita presumir esa separación, por el contrario y así lo
admitió la querellante en su querella y lo demuestra con copia certificada de su
acta de matrimonio, en el período que se menciona en la querella se encontraban
legalmente casados, no legalmente separados, por ende el elemento normativo
que debe cumplirse conforme al principio de legalidad para la configuración del
delito de Violencia Patrimonial no resulta acreditado, mal pudo entonces la
querellante, acreditar el referido hecho punible y tampoco pudo el Juez de control
asumir el tipo delictivo, salvo que actuara con abuso de poder al cambiar manu
militari la condición de matrimonio por una de concubinato, como hizo y se puede
leer en el folio 116., del expediente en el que en el encabezamiento del último
párrafo que contiene ese folio señala: “Estableciendo además que les une, la
relación de parentesco por ser CONCUBINA de uno de los querellados
ciudadanos identificado como HECTOR RICARDO BRACHO MARTINEZ
(omissis) además de socios de la empresa DISTRIBUIDORA SERVITODO C.A.
(…)”.

Respecto al citado artículo 291 la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de


Justicia, mediante sentencia de fecha 13 de agosto de 2002, con Ponencia del
Magistrado P.R.R.H., expediente 01-1210, sostuvo:
…Como se puede observar del análisis de la norma que antes fue transcrita, la
finalidad de la misma es la salvaguarda de los derechos de las minorías
societarias, para cuyo fin, en caso de que a juicio del juez existan o no fundados
indicios sobre la veracidad de la denuncias (sic), la providencia judicial definitiva
está dirigida a acordar o no la convocatoria de una asamblea extraordinaria; de allí
que, según el autor L.I.Z., “la actuación del J. está limitada a resolver si procede o
no la convocatoria de la asamblea”, en la cual, en caso de que sea acordada, se
ventilará si, efectivamente, existen o no las irregularidades que sean denunciadas,
así como todo lo que se considere pertinente. Es decir, no le está dado al juez
pronunciarse sobre la existencia o no de las irregularidades, así como tampoco
imponer a la asamblea las medidas que se deben tomar, por cuanto ésta no es la
finalidad de la norma, la cual resguarda el derecho constitucional a la libre
asociación. Es por ello que, como no se trata de un juicio donde exista contención
o conflicto intersubjetivo de intereses, la decisión que se tome no es de condena,
constitutiva ni declarativa, sólo está destinada al otorgamiento de la posibilidad, a
los socios minoritarios, de la convocatoria de una asamblea extraordinaria en la
cual se ventilen sus denuncias; de allí que el Juez tenga facultades bien
limitadas.”
Del anterior criterio jurisprudencial, se debe inferir que el procedimiento por
irregularidades administrativas en sociedades mercantiles contenido en el artículo
291 del Código de Comercio, corresponde a la jurisdicción civil voluntaria o no
contenciosa.
En este punto también es importante considerar la Doctrina del Ministerio Público
sobre el Código Orgánico Procesal Penal (2003), en la que ha postulado lo
siguiente:
Aunado a lo señalado debe advertirse que por ser una fase procesal en ella
también interviene el órgano judicial, que atendiendo precisamente a su función,
adopta en ésta y en la intermedia, el nombre de juez de control. En tal sentido
dispone el Código Orgánico Procesal Penal: ´Artículo 106. Composición y
atribuciones. El control de la investigación y la fase intermedia estarán a cargo de
un tribunal unipersonal que se denominará tribunal de control…´. ´Artículo 282.
Control judicial. A los jueces de esta fase les corresponde controlar el
cumplimiento de los principios y garantías establecidos en este Código, en la
Constitución de la República, tratados, convenios o acuerdos internacionales
suscritos por la República; y practicar pruebas anticipadas, resolver excepciones,
peticiones de las partes y otorgar autorizaciones´. ´Artículo 532. Funciones
jurisdiccional. …/El Juez de control, durante las fases preparatoria e intermedia,
hará respetar las garantías procesales, decretará las medidas de coerción que
fueren pertinentes, realizará la audiencia preliminar, aprobará acuerdos
reparatorios y aplicará el procedimiento por admisión de los hechos´. Las citadas
normas evidencian el papel fundamental atribuido al juez en esta fase, cuya
función puede resumirse en la expresión ´hacer respetar las garantías procesales
´. Por otra parte, ha de tenerse presente que siendo la competencia materia de
orden público no puede dejar de observarse, que no es disponible por voluntad de
las partes. Ello resulta lógico, pues si aquella -la competencia- es la cualidad que
legitima a un órgano judicial para conocer de un determinado asunto, con
exclusión de los demás órganos judiciales, la misma por tanto no podría dejar de
observarse. A este respecto conviene citar lo señalado por Jorge Longa Sosa,
quien a referirse a esta materia, ha expresado: ´El interés global tutelado mediante
las normas sobre competencia jurisdiccional penal no es libremente disponible por
nadie, sólo puede disponer de él la voluntad soberana de la ley. Esta regla es
absoluta e indefectible respecto de la competencia por razón de la materia, que
representa una garantía sustancial de justicia; (Omissis). Así las cosas, afirmado
como ha sido: que esta etapa del proceso –fase preparatoria- al igual que las
demás es controlada por el órgano jurisdiccional, el cual está llamado a conocer
desde su inicio y no sólo a partir de la producción de un acto conclusivo; que
además la competencia es materia de orden público; y por último, que conforme a
lo establecido en el artículo 69 del Código Orgánico Procesal Penal, los actos
procesales efectuados ante un tribunal incompetente en razón de la materia serán
nulos;…” (La negrilla, el subrayado y la cursiva son míos)
Definido esto, tenemos que en fecha 18 de marzo de 2006, la Sala Plena del
Tribunal Supremo de Justicia mediante Resolución N° 2009-0006, modificó a
nivel nacional, las competencias de los juzgados para conocer de los
asuntos en materia Civil, Mercantil y Tránsito, estableciendo en su artículo 3
lo siguiente:
Los Juzgados de Municipio conocerán de forma exclusiva y excluyente de
todos los asuntos de jurisdicción voluntaria o no contenciosa en materia
civil, mercantil, familia sin que participen niños, niñas y adolescentes, según
las reglas ordinarias de la competencia por el territorio, y en cualquier otro
de semejante naturaleza. En consecuencia, quedan sin efecto las
competencias designadas por textos normativos preconstitucionales.
Quedando incólume las competencias que en materia de violencia contra la
mujer tienen atribuida.
Expresamente solicito el levantamiento de las medidas preventivas decretadas. Y
se dictamine el Sobreseimiento de la presente causa y se oficie al Tribunal Civil
Tercero de Municipio del Estado Falcón, de Punto Fijo
Es Justicia, en Punto Fijo a la fecha de su presentación,

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