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3. Cómo hacer un proyecto de investigación

Uno de los atolladeros recurrentes en los diferentes ámbitos de la academia que yo he


encontrado entre condiscípulos, alumnos, maestros y compañeros de oficio, así como en la vida
profesional de varios especialistas dentro de las ciencias naturales, humanísticas y sociales es el
de elaborar un proyecto de investigación. Quizá muchos lectores sepan bien cómo presentarlo o
la cuestión les parezca obvia y sin interés; ellos pueden pasar a otra cosa de inmediato. Estas
líneas están dirigidas a quienes se inician en el ámbito de las pesquisas científicas, o bien, a
quienes desean elaborar un proyecto de investigación, de trabajo o para una acción particular
con el fin de clarificar sus ideas respecto a cómo programarlo e iniciarlo. El intento puede tener
como objetivo realizar una tesis, cubrir una plaza de trabajo o, también, realizar un trabajo de otra
índole como un proyecto comunitario, un programa de acción cívica, político o productivo a nivel
profesional. La propuesta pretende servir a todos los interesados sin distinción, aunque en
particular va dirigida a quienes emprenden algún trabajo dentro de la ciencia.

Un proyecto de investigación científica es un plan de acción, programado con fines


específicos para desentrañar, explicar e incidir en un proceso o fenómeno natural o social.
La investigación en su conjunto se divide en cuatro etapas: a. su diseño, planteamiento y
enunciado, b. la formulación del programa de trabajo, c. el levantamiento de datos por consulta y
experimentación y, d. la presentación o comunicación de resultados. En estas líneas me limitaré a
desarrollar los primeros dos pasos que corresponden a la elaboración del proyecto de
investigación.

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Una versión previa fue publicada en Tloque Nahuaque. Revista de estudiantes de etnohistoria, No. 9: 21-
39, ENAH, México, 1999. La presentación final de estas líneas debe mucho a los comentarios minuciosos
que hizo el Dr. Alfredo López Austin, así como a varias sugerencias que hicieron antes los Dres. Eduardo
Menéndez y Mario Ruz. La idea me surgió a lo largo de pláticas y clases con mis alumnos o con mis
compañeros del Area III, aunque los errores sean de mi exclusiva responsabilidad. La referencia a Umberto
Eco se encuentra en su Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de investigación, estudio y
escritura, Gedisa Editorial, México 1989 [1977] (Colección Libertad y Cambio. Serie Práctica). La cita de
Enrique Florescano la tomé de su artículo “Los estudios económicos sobre el México Antiguo”, en Juan
Manuel Pérez Zevallos y José Antonio Pérez Gollán, comps., La etnohistoria en Mesoamérica y los Andes,
77—93, INAH, México, 1987 (Textos básicos y Manuales).
Esta versión, una vez modificada con respecto a la anterior, está publicada en el libro de mi autoría Ética,
compromiso y metodología: el fundamento de las ciencias sociales: 83-113, CIESAS, México, 2008
(Publicaciones de la Casa Chata).
Un proyecto de trabajo científico tiene por fuerza, una base de supuestos o postulados que el
autor admite, sea de manera consciente o inconsciente, como punto de partida y que presupone
como ciertos para entender, explicar o resolver una interrogante o un fenómeno. Dichos
supuestos o proposiciones —aunque se supongan verdaderos en un principio— estarán sujetos
a corroboración y cuestionamiento constantes a través del cotejo y comparación con datos
empíricos que sustenten la interpretación; las proposiciones enmarcan o acotan la búsqueda y
obtención del cuerpo de datos. Tanto la formulación, el programa de trabajo, los supuestos y el
marco interpretativo deben corresponderse y guardar una lógica interna coherente para que
faciliten el proceso completo de investigación y en verdad contribuyan al entendimiento del
fenómeno que se intenta explicar.

Existen diversos caminos para resolver un problema. No obstante, el llamado “método científico”,
que es el principal pilar en que descansa la ciencia y el saber científico, exige que una vez
enunciados sus pasos, condiciones y secuencia, dicho camino pueda ser recorrido por otras
personas quienes al seguirlo al pie de la letra podrán probar, corregir o negar los resultados
obtenidos. Esta postura académica admite que el método lo mismo que la teoría pueden ser
estáticos, lo cual es desde luego falso. Mas por ahora, no se analizarán este tipo de cuestiones
que se abordarán en el capítulo 5, en que se trata el levantamiento de datos en el campo. La
interpretación que devela la causalidad de los hechos se nombra teoría, cuya fortaleza radica en
su parsimonia; es decir, su certeza aumenta a medida que con menos elementos explica mayor
número de casos. Esta manera de acercarse a la realidad ha probado ser útil para desentrañar la
causalidad de hechos y fenómenos, sobre todo los del orden natural.

Las anteriores son consideraciones que deben tenerse en cuenta al iniciar un proyecto de
investigación y que deben quedar plasmadas en algún medio que permita su comunicación para
poder ser valorado; en general, este medio de información ha sido la palabra escrita. El avance
en la informática permite vislumbrar campos y medios muchos más variados a través de los
cuales se presentan ya propuestas, planes y proyectos, que sin embargo, no cambiarán la
sustancia de los supuestos ni de los resultados. En otras palabras, con el cine, la video casetera,
los medios de computación, etcétera, cambia la forma pero no el contenido en la planeación del
trabajo, la transmisión y la presentación de resultados de la investigación científica; o sea, la
manera de hacer ciencia. Por consiguiente, los puntos de que se compondrá un proyecto de
investigación, primer paso dentro de esta vereda para acercarnos a la realidad, serán más o

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menos los mismos.

El modelo de proyecto que aquí se presenta está elaborado con base en los criterios que por
consenso parecen ser los rubros necesarios que por norma se piden y se cubren cuando se
presenta un esquema de trabajo, al menos en cuanto a su aspecto formal. Sin embargo, en lo
fundamental, su formulación —y por lo mismo su inclusión en el esquema que enseguida se
presenta— responde a que son los pasos lógicos que permiten llevar a cabo una tarea de
indagación hasta su término; es decir, sirven de secuencia para programar, realizar y concluir un
proyecto de investigación o de trabajo si se apega uno a los enunciados. Los puntos que se
indican en el segundo apartado de este escrito son los que todo proyecto de investigación debe
contener como elementos mínimos desde el inicio del proceso de experimentación, estudio,
coordinación u organización que involucre a una o varias personas en un objetivo común. Entre
más claro se presente el diseño de los mismos será mejor, tanto porque su claridad permite llevar
a cabo una secuencia específica de tareas como porque tendrá mayores posibilidades de que
sea aprobado, de conseguir financiamiento y de que quienes lo realizarán logren avanzar sea en
la esfera científica o en las tareas específicas que el plan de acción implique.

Para hacer de esta propuesta de orientación un texto didáctico y sencillo, junto a la explicación de
cuáles puntos y cómo llenarlos, se intercalarán recomendaciones prácticas sobre la teoría y el
método con un ejemplo: la investigación acerca del papel que juega la célula en la aparición de la
vida, que pueden ayudar a entender estas sugerencias. Con toda deliberación evité tomar un
ejemplo del orden antropológico para hacerlo más general, pero sí quiero hacer algunas
referencias a un tema histórico social para que tampoco se sienta tan lejano. Escogí en este caso
la configuración de las clases sociales en Los altos de Jalisco durante la rebelión cristera, para
dar una idea de lo que debe entenderse por acotamiento en un tema tan amplio. Recuérdese que
las propuestas son modelos, ejemplos que pretenden facilitar la planeación del trabajo intelectual
dentro de las ciencias en general, de las humanidades en particular, y que no son de manera
alguna camisas de fuerza ni hormas de zapato.

Estas líneas no pueden sustituir las obras y escritos existentes sobre metodología y técnicas de
investigación que junto con los siguientes capítulos deben leerse para profundizar en el punto. En
este capítulo sólo se presenta un esquema sencillo para que el interesado se aclare por donde va
a iniciar su trabajo de investigación, elabore su programación de actividades y tenga una idea

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más cabal de si su intención es factible o no o, bien, para que tenga presentes algunos de los
escollos a los que se enfrentará mientras desarrolle sus labores. Se pretende que la propuesta
esté al alcance de cualquier persona, sea que cuente o no con experiencia en investigación.

Los proyectos hipotéticos permitirán que cada interesado pueda transpolar a sus tareas propias
las dudas a que se enfrenta este investigador imaginario en las suyas; con sustituir el título y
pensar en los diálogos, comentarios y discusiones que ha sostenido con sus profesores,
compañeros o alumnos, es seguro que los mismos le resultarán ilustrativos al lector. Por ejemplo,
en lugar de vacuolas, rebeliones o movimientos religiosos agrarios aparecerán los conceptos de
identidad, de estratificación social, de injusticia, migración, doble jornada o los pertenecientes al
problema que se escoja.

Es común que al inicio de una investigación se encuentre uno un tanto confuso o perdido; esto es
normal puesto que en un proyecto nunca se sabe con toda certeza a dónde se va a llegar. Si el
fin se conociera no habría necesidad de emprender tarea alguna de investigación al respecto. Se
puede suponer el rumbo bajo cierto margen de certidumbre que podríamos hacer equivaler a
cierto poder de predicción, aunque en este aspecto, las humanidades en su desarrollo actual y
por la naturaleza irrepetible de los hechos sociales están en desventaja frente a las disciplinas
exactas. Con todo, también estas manejan sus propios grados de incertidumbre.

Entendido lo anterior, volvamos al objetivo del escrito: cómo elaborar un proyecto de


investigación. En principio, como sugerencias prácticas, evite:

• Que el proyecto sea demasiado ambicioso e inviable. Es decir, plantear temas tan amplios que
para resolverlos requieran de una enorme experiencia, de muchísimo tiempo, de una bibliografía
o de una fuente de datos inaccesibles, de recursos financieros y humanos más allá de los que se
dispone o de un problema irresoluble,
• Presentar el proyecto como si fuera un artículo, un avance de investigación o un curriculum
vitae.
• Plantear una cuestión obvia,
• Pensar que es el único que sabe e investiga sobre la materia,
• Desconocer a los autores relevantes a su tema o ponerles siempre un pero. Es decir, hay que
revisar siquiera la que en el medio se considera como la bibliografía básica o pertinente,

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• Desesperarse si de plano no tiene la menor idea de cómo iniciar lo que quiere hacer, excepto si
en verdad no lo quiere hacer. No se desaliente ni se menosprecie ni se compadezca; todos los
investigadores han pasado por momentos semejantes,
• Pensar en trabajar de manera aislada e individual. En lo posible, trate de establecer labores de
equipo, y
• No calcular las posibilidades reales de usted y de su equipo.

Junto a lo anterior, es importante aclarar en uno mismo la multitud de interrogantes, inquietudes e


ilusiones que no pueden agruparse o desecharse por igual. Es de suma importancia discernir
sobre ellas.

Para el director, asesor, etcétera: Si alguien acepta orientar a la persona que presentará el
proyecto, debe ser trasmitiéndole sus propias experiencias como investigador/a, de manera breve
y sustancial; sin atiborres, desánimo u optimismo fuera de lugar. Ambas partes, el orientador y el
joven investigador deben escuchar las inquietudes, sugerencias y argumentos con mucha
atención. Las indicaciones del orientador deben ser dirigidas para que le ayuden al educando a
precisar las ideas que va a plantear; es probable que el problema lo sepa con certeza, sólo que
como en todo buen principiante, puede estar demasiado confuso. A menudo, los orientadores
aceptan dirigir una investigación o una tesis por razones extra académicas. Ello conduce a no
prestar oídos o la debida atención a los postulantes. A hacerles cualquier comentario sólo por
salir del paso. A conducirlos por caminos triviales o trillados o, bien, lo que es más grave, a
utilizarlos como mera mano de obra sin propiciar su formación. Si establece el compromiso,
manténgalo o, si no, de manera honesta no lo acepte.

En este sentido, o sea, la transmisión de la experiencia, la razón científica se funda en los


siguientes principios: 1) Ser constructivo y riguroso, sin complacencias, en la crítica y en la
autocrítica. 2) Pugnar porque los comunicados sean claros y precisos. 3) Honestidad para
aceptar con humildad cuando no se sabe y acudir a quien pueda ayudar. 4) No imponer los
prejuicios, los supuestos ni las teorías a los datos empíricos. 5) Remitir al orientado a lecturas y
textos que le ayuden a centrar el problema, no que le vayan a dispersar por algún otro interés, y
6) Cerrar la boca cuando no se tenga que decir.

Por otro lado, el ámbito de las ciencias sociales se presta para aventurar hipótesis sin

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fundamento ni conocimiento de causa. Si no se conoce el campo de investigación que se va a
efectuar o con dificultad sabe lo que son las mitocondrias o, dentro de las humanidades, la
identidad nacional, el modelo vertical de Murra sobre el aprovechamiento de pisos ecológicos o el
Modo de Producción Asiático, aunque recuerde haber leído algo en uno de sus libros de texto,
mejor deje que otros hagan el ridículo. A fin de cuentas, en todos lados se cuecen habas.

Para llegar a ser un profesional en el campo de la ciencia, algunas de las cualidades básicas son
la paciencia, la dedicación, la imaginación y el saber escuchar, pero al mismo tiempo, saber
discernir a quién o a quiénes escuchar. Cuidado en confundir charlatanería con sapiencia.

II

Los puntos contemplados en esta propuesta son:

* 1. Título,
* 2. Antecedentes,
* a. Planteamiento del problema.
* b. Importancia y justificación del proyecto.
* 3. Objetivos,
+ 4. Marco teórico y metodología,
+ a. Conceptos básicos.
* b. Hipótesis.
* c. Método.
º 5. Avances preliminares,
* 6. Calendario de tareas o cronograma,
* 7. Requerimientos y recursos necesarios,
º 8. Observaciones,
* 9. Bibliografía,
+ 10. Síntesis,
* 11. Situación personal.

Es evidente que de acuerdo a la naturaleza y a la condición del trabajo que se va a emprender,


los puntos incluidos pueden cambiar un tanto. A mi entender, los marcados con asterisco (*) son
obligatorios o de otra manera quedará coja la propuesta; pero sobre todo, si falta alguno de ellos
se carecerá de una secuencia lógica, una estrategia clara para avanzar o se dificultará

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sobremanera encontrar la resolución. En otras palabras, son los pasos mínimos que debe seguir
cualquier tipo de proyecto. Entre los trabajos de carácter académico (tesis, ayudantías de
investigación, plazas, concursos, etcétera), se deben añadir los marcados con la cruz (+) y
aquellos con el símbolo de grado (º) serían los optativos. Para hacerlo más ágil e ilustrativo,
entreverados en el primer ejemplo, van algunos comentarios que se pretende sirvan a un
proyecto cualquiera (en el segundo se omiten los comentarios). Piense que suceden entre un
interlocutor —maestro, amigo, director de tesis, asesor, lector, profesor o simplemente colega— y
la atribulada persona que lo quiere elaborar.

[Ejemplo de proyecto de investigación].

1. (Título:) La vida: el papel de la célula en la herencia


Iglesia y estado. La configuración de las clases en los Altos de Jalisco
a partir de la rebelión cristera
Proyecto de investigación.
Por X. Z. Y.

El título debe reflejar de manera precisa y contundente el contenido de la investigación; es decir,


debe ser descriptivo y sustancioso, no críptico. Los subtítulos son un auxilio del que no se
debe abusar; deben ser breves y concisos. No se usen nombres que espanten al lector. Es
bueno procurar que el título sea llamativo, simple y claro. Así como el proyecto es el boleto que
fundamentará la importancia y apoyo de la pesquisa, el título lo es para atraer a las personas a
leerlo. En buena medida, el título anuncia no sólo el tema sino también da una idea, así sea vaga
o temprana, de cuáles son los conceptos básicos o, inclusive, de las técnicas que se van a
utilizar. Con leer el título, un investigador con experiencia puede predecir, casi con toda certeza,
la viabilidad de la propuesta, su importancia, su pertinencia y el impacto que tendrá la
investigación propuesta. De allí, entonces, que deba ser lo más preciso y claro.

2. Antecedentes. ¿Qué es lo que hay que estudiar?, ¿qué precedentes hay avanzados sobre el
tema?, ¿por qué es relevante investigarlo?, ¿qué es lo que ya se da por conocido? En este
apartado se debe sustentar la importancia de realizar el plan diseñado y los beneficios o
resultados que acarreará el resolver sus incógnitas. De la forma en que se presente el croquis
dependerán en mucho los apoyos que reciba, tanto humanos como materiales. En pocas
palabras, en este apartado usted debe hacer un recuento de lo que sabe (como óptimo: lo que se
sabe a nivel general) sobre el punto y apuntar hacia lo que se podría resolver del o de los

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problemas con su entendimiento. Mejor aún es confrontar lo que los diversos autores han dicho
acerca del problema o del tema. Y, de nuevo, tenga en cuenta que existe una cantidad de
bibliografía escrita, incluso si usted no la encuentra o no la conoce. Puede ser que se escribió en
otra parte del mundo, en otra época o desde enfoques distintos; su obligación y gusto será
conocer los antecedentes y ser capaz de confrontarlos.

Ejemplo

El objetivo de este proyecto es estudiar la vida y el papel que jugó la célula en su conformación,
aspecto central para entender cómo se transmite la herencia, porque hasta ahora, ya sabemos,
bueno, más o menos sabemos que moléculas muy semejantes a las cadenas del ADN
empezaron a aglutinarse reproduciendo los códigos de la información. Pero la pregunta central es
cómo surgieron las primeras estructuras que después integraron la célula. Es decir, no se sabe
cuándo apareció el núcleo, las vacuolas, qué papel jugaron todas juntas en la conformación de la
vida. Se ha dicho que ninguno, o también se ha dicho que sólo sirven de contenedor o de filtro al
código genético. Sin embargo, mientras que no investiguemos la forma en que se crearon los
primeros organismos unicelulares no podremos hacer afirmaciones en uno u otro sentido.

Espere. En este apartado no se debe empezar con los objetivos sino que lo único que se pide es
que se fundamente de manera sensata: a. ¿Por qué es importante iniciar y terminar una
investigación sobre lo que usted plantea?, y b. ¿Cuál o cuáles han sido los avances, los
hechos o las líneas más significativas que ya se han trabajado acerca de lo que se va a
desarrollar? Enfatice con argumentos sólidos y palpables por qué hay que resolver lo que se
planea llevar a cabo sin importar quién lo haga y marque los aciertos y los errores que pueden
alterar los resultados.

Es evidente que en el transcurso de la propuesta se demostrará, o al menos se tratará de


hacerlo, que quien lo propone es el equipo ideal o la persona idónea para efectuar las tareas que
conlleva no porque se sabe a dónde va a llegar la investigación sino porque: a. Conoce la
historia, los avances y resultados de lo que se ha hecho dentro de ese campo si se trata de un
plan de acción cívico, social o político o, si es el caso de un experimento científico, de cómo
avanza la investigación respectiva (es mejor contar con cierta experiencia y obra previas sobre el
punto), b. porque dicha persona o grupo de personas poseen el mejor método para arribar a las

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conclusiones y c. porque están dispuestos a partírsela trabajando y continuar adelante.

Como eje central, junto a los antecedentes académicos e históricos y los argumentos más
relevantes de la polémica, es necesario incluir en este apartado: a. El planteamiento claro del
problema, y b. La importancia del tema. Hay que destacar la relación que estos puntos tienen
con la problemática de la disciplina, de las ciencias en general o, mejor aún, con la situación por
la que atraviesa la sociedad en que se piensa investigar. Es mejor que la propuesta sea sencilla y
visionaria pero al mismo tiempo analítica para contemplar con honestidad y objetividad si es de
verdadera importancia más allá del interés que despierta en quien la propone a nivel personal. Si
no está convencido que se cubren estos requisitos mejor olvide el asunto y busque otro tema de
investigación.

No sólo hay que enumerar a los autores y corrientes que representan. Se deben confrontar sus
planteamientos; hay que reconocer y cuestionar sus alcances y procedimientos, justipreciar
aportaciones y fallas hasta donde sea posible. Confrontar argumentos, opiniones y metodología
no tiene por qué hacerse entre autores cuyos planteamientos o resultados sean excluyentes o
contradictorios. Se puede hacer un recuento de los pasos más significativos y la secuencia en
que se presentaron. Quizá estos sean pasos pequeños, poco espectaculares. Lo que importa es
mostrar la relevancia del –y cierta familiaridad con– el problema o el tema por investigar.

El problema que se escoja será parte de la proyección profesional hacia el futuro. Así que se
debe proceder con mucho cuidado. Si se plantea resolver uno trivial, la búsqueda científica no
pasará de ese nivel. Es decir, se perderá el tiempo y el interesado no se formará como
investigador o investigadora. En el lado opuesto, tampoco pretenda ser “más profundo o sesudo”
de lo que su capacidad personal le permita. En el buen sentido, hay que tener ambición: plantee
las interrogantes del programa acorde a las necesidades apremiantes del entorno ambiental y
social en una dimensión manejable de acuerdo a las posibilidades, apoyos y recursos. Al acotar
un tema o un problema se puede aportar más conocimiento que un recorrido general por los
procesos que han pasado y la investigación se torna más manejable pues se sabe con toda
claridad qué es lo que se busca o se buscará en las bibliotecas, los archivos y el trabajo de
campo o de laboratorio. Además, junto con lo que se incluirá, también se establece la frontera de
lo que quedará excluido (para otras orientaciones en ese sentido, véase Eco, 1989: 27-37).
Nosotros sigamos con el

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Ejemplo

—¿Dentro del campo de la aparición de la vida, cuál es la incógnita que vas a investigar?

—El origen de la vida y la célula para ver cómo se originó la transmisión de los caracteres
hereditarios.

Sí; la herencia de la vida en función de la célula es el tema de estudio. Lo que ahora se pregunta
es diferente. Dentro de esa gran temática que comprende a la aparición de la vida y a la
transmisión de los caracteres hereditarios existen numerosos puntos oscuros como pueden ser la
afinidad de enlace entre los aminoácidos, su secuencia en los cromosomas de la especie, su
reproducción, su colocación en el trenzado de los genes, etcétera. Lo que ahora debe quedar
claro es el problema central; decir con toda claridad cuál de los miles que existen alrededor de la
transmisión genética es el que se piensa investigar; cuál de todos ellos es el que se quiere
contribuir a resolver.

Aunque para uno puede ser claro lo que pasa en la duplicación de los códigos que reproducen la
información genética o que la vida no aparece nada más porque sí, sino que tiene que haber una
explicación lógica que hasta ahora desconocemos, no es suficiente para plantear un problema; ni
aún como seguimiento de un proceso: al plantear describir la duplicación de los códigos
genéticos, se podría pensar que ello es plantear un problema. Sin embargo, no es así, porque
como forma de conocimiento este proceso es interesante pero todavía no se formula una
interrogante.

Alerta: Investigar un proceso no es plantear, aunque pueda contribuir a resolver, un problema.


Porque dentro de ese proceso, hay todavía muchísimas incógnitas, de las cuales se debe hacer
explícita alguna para empezar a cercar el proceso que se va a desentrañar. Hay que ser explícito
sin entrar en detalles superfluos ni aledaños. De igual manera, es mejor esbozar la problemática
de manera breve, enfatizando en su importancia. Tal vez hacerlo en forma de pregunta puede
ayudar a clarificarla. Por ejemplo: ¿son los componentes de las cadenas nucleares semejantes o
diferentes en todas las formas de vida?, ¿qué pasa cuando uno de los aminoácidos altera su
carga iónica?, ¿existen otras formas posibles de combinación?, ¿sobre qué otros elementos se

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podría basar la reproducción de las cadenas genéticas? Según sea la pertinencia de las
interrogantes, se podrán definir las actividades de manera más o menos adecuada.

Para el caso de la rebelión cristera, en el tema sobre la composición de las nuevas clases
sociales, habría que preguntarnos, por ejemplo, ¿cuál fue el desarrollo de la propiedad agraria y
la composición familiar desde algún tiempo atrás?, ¿qué relaciones se pueden establecer entre la
propiedad privada y la ideología conservadora de esa sociedad?, ¿jugaron o no algún papel el
conocimiento o el manejo de la información oficial; aparte del poder y de la propiedad agraria?,
¿qué otras bases pueden tener las clases sociales de la región?, ¿qué papel jugó la iglesia
católica como institución en la guerra cristera?, ¿por qué tuvo tantas repercusiones en esa región
y no en otras como Tabasco o Campeche?

3. Objetivos. ¿Qué se pretende?, ¿para qué se va a investigar?, ¿qué se persigue al responder


las interrogantes planteadas en el proyecto de trabajo?, ¿qué se quiere o se supone que se va
encontrar?

Una vez en claro el problema que se desea investigar, se deben hacer explícitos los objetivos que
se persiguen; es decir, señalar la meta a que se desea o se supone llegar. Este campo es muy
vasto porque en él se combinan desde los intereses puramente personales hasta los que nacen
del quehacer científico, del compromiso social o de los contratos laborales, en los que quienes
establecen los objetivos no son quienes realizan el plan y las tareas propuestas. De cualquier
manera, hay que establecerlos de forma clara. Con este punto es con el que se puede poner
medida a la ambición y al mismo tiempo, suplir o al menos aminorar la falta de visión y
experiencia.

Existen dos niveles y tres tiempos para fijar los objetivos. Los dos niveles son el general y el
específico y los tres lapsos son a corto, mediano y largo plazo; se pueden tener un objetivo muy
general y por otro lado, alguno muy específico. Es claro que ambos niveles deben ser acordes y
congruentes. Lo mismo se debe hacer en cuanto a los objetivos a corto, mediano y largo plazo.
De hecho, ya de cerca vista esta cuestión, en realidad lo que hay es una línea general en que se
enmarca la investigación y los diferentes objetivos se ubican en las etapas en las que se divida la
misma.

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Ejemplo

¿Cuál es el objetivo al estudiar la aparición de la vida? O, en el otro caso: ¿para qué estudiar la
estratificación social en una determinada región y por qué ligada a una institución religiosa?

Si se contesta que el objetivo es “saber cómo desaparece el caos primario. Desentrañar el orden
que implica la reproducción biológica porque es importante para conocer el proceso en que se
funda la vida de nuestro planeta” o, en el otro caso, profundizar en las relaciones que se han
dado entre la historia mexicana (así sea con el análisis de un evento particular en una región
determinada) y la iglesia católica, los efectos de la producción económica en la organización
familiar; la estructura agraria en la ideología católica alteña con su individualismo y rechazo a la
propiedad social, habría enseguida que precisar:

¿Qué se persigue al conocer cómo y por qué aparecen los códigos genéticos o el impacto de la
revolución cristera en la estratificación regional?, ¿es sólo el deseo de conocimiento?, ¿presentar
una tesis?, ¿ganar dinero?, ¿resolver una inquietud?

Muy válidos como objetivos personales; pero ya que en cualquier caso se realizará el mismo
esfuerzo, también es posible pensar en cómo se puede contribuir ya sea al acervo científico de la
disciplina, a la metodología o al trayecto de la acción que se va a desempeñar. De esa forma se
obtiene el grado y se hace una aportación según la importancia real de lo que se investigue
dentro del propio tiempo social.

En esta etapa se trata de fundamentar con la mayor cantidad de información los argumentos que
se esgrimen como verdaderos. No debe existir confusión al respecto. ¿Cómo establecer un
objetivo importante, viable y acorde a la capacidad de quien o quienes lo trazan? En el análisis de
estos tres puntos está la respuesta. Una buena advertencia es buscar que el objetivo sea preciso
e implique un esfuerzo sistemático que sobrepase la disposición pero no el ánimo; que implique
un reto que sea a la vez del completo interés de quien lo inicia. Otra, es la de dedicar a diario un
tiempo razonable, sistemática, metódicamente para resolverlo.

Una de las críticas frecuentes que se hacen a quienes trabajan dentro de las ciencias sociales es
que los resultados de estas tienen poca o ninguna aplicación, por lo que en general los primeros

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recortes presupuestales se sufren dentro de estas disciplinas. Los mismos científicos sociales
han interiorizado esta imagen, de manera que son los que presentan los proyectos con
presupuestos más modestos. Cambie esta imagen. Los objetivos pueden ser amplios, el grupo
puede incluir a un equipo numeroso y proponer diversos resultados. Es más bien el impacto del
proyecto lo que podrá lograr los apoyos financieros, humanos y de infraestructura en la medida
que sea viable, recuperable y trascendente. Es decir, mientras el proyecto tenga interés para
resolver los grandes problemas nacionales y sea visto, aunque sea en parte, como una
mercancía (intelectual, pero al fin mercancía) al mismo tiempo que sus resultados puedan llegar a
sectores amplios de la sociedad, es casi seguro que conseguirá lo que se requiere para llevarlo a
cabo. Por supuesto, sobra decirlo, no hay que correr antes de aprender a andar.

En cuanto a su impacto, los aspectos sociales son al menos tan importantes como resolver las
cuestiones técnicas. De hecho, en países como México, para resolver la corrupción, la pobreza y
la miseria son más frecuentes las limitaciones sociales que las técnicas. Tan sólo con pensar en
la corrupción que nos ahoga, la incapacidad de los políticos y su cínica verborrea, el dominio
férreo que se ejerce en contra de campesinos y obreros, la ferocidad de los cacicazgos
regionales, la innecesaria presencia del ejército o su tamaño exagerado frente a nuestros vecinos
inmediatos, la ausencia de una verdadera democracia, justicia y libertad o la falta de organización
de los ciudadanos se puede ilustrar el argumento. No es que se descarte la importancia de otros
problemas como los bajos rendimientos agrícolas, la erosión de la tierra, las epidemias o la
contaminación ambiental, lo que se argumenta es que varios de estos últimos no tendrían cabida
o no serían tan graves de tener resueltos los primeros. En pocas palabras, si las investigaciones
sociales tienen tan poco impacto en la solución de problemas concretos ello no se debe a que
carezcan de importancia sino a la naturaleza misma de los problemas cuya solución es social y
no técnica, además de que el impacto de la investigación social siempre será a más largo plazo.

4. Marco teórico y metodología. ¿Cuáles son los presupuestos que se suponen ciertos para
interpretar el fenómeno que nos ocupa?, ¿cuáles son los conceptos básicos (el mínimo de ellos)
de que parte quien planea la pesquisa?, ¿qué suposiciones explican el recorrido y cuál es el
camino más corto?, ¿por qué y cómo hay que recorrer ese camino?

Aunque su comprensión es sencilla, éste es quizá el apartado más arduo para un aprendiz o
inclusive oficial de investigador. El marco teórico es el conjunto de premisas o principios

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producto de un proceso comprobable y la forma en que se relacionan entre sí para
explicar con menos elementos mayor cantidad de variables dentro de la complejidad de un
fenómeno o de una serie parecida de ellos. La metodología es el conjunto de normas,
técnicas y elementos que en concordancia con las premisas el investigador o cualquier
otro debe aplicar para llegar a los mismos resultados (véase también el siguiente capítulo).

Desconozco las razones por las que elaborar este inciso se dificulte más de lo razonable en este
oficio; tal vez es porque implica una decisión más allá del libre albedrío y porque tales principios
quedan enmarcados en una teoría científica o bien son el embrión de una nueva. Pero también
en gran medida, es por las dificultades derivadas de nuestros prejuicios académicos, ideológicos,
políticos y religiosos, además de la ignorancia, con los que hemos aprendido a acercarnos e
interpretar la realidad, el mundo y el cosmos que nos rodean.

Hay que enfatizar en que el marco teórico y la metodología; es decir, los conceptos básicos,
las hipótesis y el método conforman una unidad dentro del proceso de análisis. Es imposible
separarlos porque se implican entre sí. Sin embargo, el error más común es hacerlos
incompatibles. En otras palabras, se aceptan los principios lógicos de una teoría y se toman
método y conceptos de otra u otras cuyos principios se contraponen o se excluyen entre sí.
Sobre este punto también existe una amplia bibliografía.

Ejemplo

¿Cuál sería el marco teórico y cuál el método para un estudio sobre la aparición de la vida en
nuestro planeta y la manera en que se integró a la célula? O en el segundo ejemplo, ¿cuáles
serían las premisas y cuáles las variables más amplias para explicar las relaciones entre
ideologías religiosas y propiedad agraria?

Primer caso. Se puede decir que mientras no se conoció el mecanismo de la herencia se


pensaba que los microorganismos se multiplicaban por generación espontánea. En los
organismos superiores se creía que los rasgos heredados se trasmitían a través de la sangre;
aún hoy día ésta es una creencia generalizada. Fue hasta el siglo pasado con los experimentos
de Mendel que se supuso que debería haber, dentro de los seres vivos, partículas con la
información heredable. Enseguida, el descubrimiento de los cromosomas condujo a experimentar

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con organismos unicelulares para entender los mecanismos de duplicación en lo que se piensa
que pudo ser el caldo original y reproducir las condiciones en que se cree aparecieron las
primeras cadenas genéticas.

Comentario. El anterior es el desarrollo del conocimiento sobre los mecanismos de la herencia.


Pero ¿cuál es la teoría con la que se piensa abordar el problema? Y si no se tiene una teoría al
menos hay que señalar las ideas sobre los principios lógicos que pueden ayudar a desentrañarlo.
Una teoría sobre la transmisión de la vida tiene que incluir una explicación congruente sobre la
conformación de las cadenas genéticas, cómo aparecieron y por qué, cuál fue su evolución
desde los primeros rudimentos hasta los organismos multicelulares, explicar casos que
involucren diferencias y semejanzas entre diversos tipos de vida. Es decir, el marco teórico
incluye las variables que nos ayudan a construir una explicación del fenómeno por estudiar a
través de relacionar los conceptos básicos, los axiomas, la red lógica en que se debieran
correlacionar esas variables y la argumentación del porqué de esa manera y no de otra alguna.
Tarea nada fácil. Por lo mismo, es una necesidad el ser cuidadoso al querer explicar el problema
central: tan preciso como se pueda, sin perder de vista el marco general que le da sentido.

En este apartado, El marco teórico y la metodología, es necesario especificar (detallar,


desmenuzar, hilar fino con) los puntos que lo componen: a. Los conceptos básicos —generales
y particulares, b. Las hipótesis y c. El método o procedimiento ordenado de pasos por el que
nuestros supuestos caminarán para hacer derivar y sostener las conclusiones. En breve, con
estos tres puntos hay que sustentar el cómo hacer para que siempre que se acepten tales
principios y que se siga un determinado procedimiento se obtenga idéntico producto en el sentido
de la lógica matemática. Aclarar cómo hacer para que cualquier persona pueda comprobarlos por
sí misma. Para este ejemplo, de dónde se parte, cuáles son los elementos que participan, qué
reactivos, qué combinación de los mismos, qué mezclas se deben emplear; qué técnicas usar;
qué sucede entre ellos cuando se mezclan, por qué, etcétera. En otras palabras, las medidas de
la cancha, los jugadores que participan y las reglas del juego en cuestión según explica el Dr.
Arturo Fregoso Urbina. En todos los casos es importante enunciar los principios lógicos que
permiten interpretar el fenómeno o proceso que se lleva a cabo.

a. Los conceptos básicos. Para el ejemplo, es necesario definir lo que se entiende por vida,
célula y transmisión genética o herencia o, en el otro ejemplo, lo que queremos decir cuando se

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habla de clase, propiedad agraria, rebelión e ideología religiosa, como los conceptos básicos que
se dan por válidos. No es sólo por el afán de polemizar, sino de clarificar. El debate público sobre
el aborto es un ejemplo que demuestra lo indispensable de establecer estas precisiones pues
como sabemos, lo que para algunos es vida ya, para otros es apenas la mórula; los derechos de
la madre y del feto, la cuestión del albedrío, etcétera. Los conceptos básicos son los
contenidos expresados en las palabras claves de la propuesta que especifican el sentido en el
que serán usados así sea necesario modificarlos después por la experimentación o por el mayor
conocimiento de ellos.

b. Hipótesis. Este rubro es de hecho parte del cuerpo teórico en que se ampara el programa de
labores por realizar. Hipótesis son los supuestos que orientan el trabajo intelectual en
búsqueda de respuestas. Una forma de verlas es pensarlas como el conjunto de ideas que se
intuyen como explicativas de lo que pasaría a ciertos elementos que “...bajo tales premisas,
aplicadas en una secuencia determinada de pasos, pasan por un proceso de manera que
podemos lograr ciertas formas de predicción sobre su forma final”. Una vez comprobadas, pasan
a ser los planteamientos teóricos, la tesis.

Como recomendación, piense en enunciar las proposiciones de forma entendible y sencilla. Es


conveniente plantearlas en el esquema de la lógica formal: si se hace tal, entonces pasará cual.
Si X, entonces Y; X ===> Y, que se lee X implica a Y. Puede llegarse a ellas en forma de
preguntas que tengan cierta base: —“¿Qué pasaría si...?”; —“Yo supongo que...” No es para
abrumarse; se pueden hacer algunos ejercicios con el ejemplo: ¿Cómo supone que empezó la
vida? Supongo que bajo una atmósfera en donde existieran al menos nitrógeno, oxígeno,
carbono e hidrógeno ¿Qué otros elementos aparte del carbono pueden servir como núcleos en
las cadenas de moléculas orgánicas?, ¿qué tipo de cadenas conformarían?, ¿cómo supone que
se conformaría un tipo de vida en donde no fuera el carbono el esqueleto de las moléculas
orgánicas? En el caso de la rebelión cristera: ¿Cómo lograron los curas alteños que los
rancheros les creyeran que el gobierno federal representaba al anticristo cuando los soldados de
uno y otro bando provenían de la misma clase o hasta de las mismas familias?, ¿qué papel
jugaron las mujeres?, ¿De dónde provenían los líderes regionales?, ¿Qué peso específico tenían
los párrocos locales dado que de allí surgieron casi el 90 por ciento de los que ahora se
consideran como mártires?, ¿a cambio de qué?

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c. El Método. En principio, no existe un método único, al estilo de las varas mágicas o la lámpara
de Aladino que resuelva los diversos y numerosos obstáculos a los que se enfrentará quien opte
por el trabajo científico. De las estrategias de investigación que presenta cada teoría se deberá
ser capaz de discernir; es decir, tomar o desechar explicaciones e instrumentos en función de la
solidez de su cuerpo teórico y de la objetividad en la interpretación de la realidad. En forma breve,
método es el trayecto o secuencia ordenada de pasos que explican cómo obtener
determinados productos al fin de un proceso natural o social, o en otras palabras, la
estrategia del equipo para jugar. La metodología es la suma de este aspecto más las reglas
aceptadas al emprender dicho juego.

Entre las ciencias que cuentan con la posibilidad de repetir un evento en condiciones de
laboratorio no se encuentran la antropología ni la historia. Los procesos sociales son irrepetibles
aunque también existe un estrecho margen de experimentación social, mal empleada sobre todo
en cuanto a probar la destructividad humana. Lo anterior, modifica la manera de acercamiento de
la disciplina a la realidad, como de las disciplinas sociales en general. Uno de los que más han
redituado para el caso, es el método histórico comparativo, aunque también es evidente la
falsedad de que la historia permite a la humanidad no repetir errores.

5. Resultados. Llegó la hora de los compromisos. ¿Qué se va a entregar al final del trabajo? En
este apartado se sugiere incluir: a. los avances obtenidos y que se obtendrán en el transcurso de
las labores propuestas, b. los frutos que los autores entregarán al terminar cada etapa. Lo
anterior permite tener una idea tanto propia como externa de la viabilidad de la propuesta.

Hay que proceder con mucha cautela y, sobre todo, hay que ser realistas; los compromisos
deben ser acordes al tiempo, apoyo y recursos que se piden: no prometer las perlas de la virgen,
pero tampoco hacerlo a cuentagotas. Hay que calcular el tiempo y la capacidad laboral,
inventariar los recursos con los que se contará, comparar y demostrar que se conoce lo que, con
ellos, otros han hecho al respecto; programarlos sobre el tiempo que cubra el calendario de
actividades. Sopesar la estabilidad emotiva y las condiciones personales; a fin de cuentas, éste
es un renglón de peso porque al culminar el proyecto, uno mismo y los demás podrán contar con
algo concreto y tangible; pero quizá más importante, el autor verá que sí es capaz de llevar a
cabo una programación hasta su fase final... aunque sólo sea una etapa de lo que se dedicará el
resto de sus días. Pero ojo, lo importante es que se habrá alcanzado una —ésa— meta con la

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posibilidad de reprogramar las actividades hacia el futuro.

Otro de los dolores de cabeza de los investigadores en general, es lo laborioso en predecir los
resultados y cuándo se arribará a conclusiones definitivas. Para las ciencias medicas se calcula
que en 5 ó 10 años se tendrá una vacuna contra el SIDA; se lleva tiempo y recursos investigando
sobre el cáncer y no existen aún formas adecuadas para su erradicación. Por otro lado, aunque
la investigación es un proceso, ha habido momentos en los que por diversas razones surgen
soluciones simultáneas en diferentes lugares del mundo, de forma inesperada. Para los oficios y
las artes, se afirma que es indispensable contar con la inspiración para producir más que una
secuencia de notas musicales agradables al oído, o más que una mera aventura visual en pintura
y cine, por ejemplo. Sin embargo, también es cierto que no es necesario que, mientras más pase
el tiempo, se produzcan mejores obras como indica la trayectoria de la pintura, la escultura y la
música.

Con las ciencias sociales y las humanidades, se pisa otro terreno. Por un lado, porque la
incidencia sustancial de estos conocimientos, que modifican o alteran a la sociedad son casi
imposibles de palpar, si no es a largo plazo; en general, cuando ya no viven quienes enunciaron
las teorías ni sus contemporáneos. Por el otro, porque las investigaciones que se entregan no
siempre reflejan la verdadera importancia del trabajo intelectual, o porque no sirven o porque no
son apreciadas en su momento, sean programas cívicos, artículos, reportes o libros. Pero bueno,
bajo estos supuestos tenemos que operar.

Con riesgo de caer en la arbitrariedad, teniendo en mente que estas líneas están dirigidas a
principiantes, se harán las siguientes propuestas para ayudar a calcular el tiempo. Se considera
que el investigador en turno parte de cero o casi.

Una primera evaluación, en 6 meses.

Un artículo de calidad, en medio año.

Una tesis de licenciatura, en un año y medio, considerando al menos 8 meses de trabajo de


campo o archivo.

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Una tesis de maestría con entre 8 y 12 meses para la recopilación de datos en el campo o en
archivo, más un mínimo de 2 artículos, en 2 años.

Una tesis de doctorado con 10 a 18 meses de campo, en que el autor también incluya la
formación de gente en proyecto colectivo, su tesis y al menos 3 artículos de alta calidad del
responsable y doctorante, en un máximo de 3 años.

Un libro excelente, entre 3 y 5 años... y así, por el estilo.

Estos plazos son para facilitar el planeamiento del autor, no para las instituciones que de seguro
tienen su propios plazos. Estoy pensando en que estima y respeta a su persona y por lo mismo,
también respeta su trabajo y su tiempo de ocio.

6. Calendario de tareas o cronograma. ¿Qué tanto se conoce a sí misma(o)? Aquí tiene la


oportunidad de profundizar en ello.

En este punto, se programarán las actividades laborales futuras en el corto, mediano y largo
plazo. Puesto que se hace por etapas, es recomendable que cada una contemple un mínimo de
6 meses y un máximo de 1 año, así se tenga la aprobación para más tiempo. Es indispensable
apegarse de manera férrea a las tareas que el programa implique. Para ser un buen investigador
social, se tiene que mantener una autodisciplina como en cualesquier otros oficios que se quieran
dominar, así sean sólo un medio de vida. Si es con el fin de ganar dinero, mejor dedicarse al
comercio, al narcotráfico, a la albañilería, a manejar un taxi, a la política o a la especulación
bursátil, pues cualquiera de tales oficios le dejará de seguro más ganancias.

Un consejo práctico es, como decía el doctor Palerm, calcular que por cada unidad de tiempo en
la recopilación de datos (de fuentes originales, se entiende; es decir, de campo o de archivo) hay
que programar alrededor del doble de tiempo de gabinete para su análisis y redacción final.

Una ayuda gráfica de suma importancia tanto para quien propone como para quien aprobará el
proyecto es llenar un cuadro, calendario de trabajo o cronograma, en el que en la primera
columna especifique las actividades y se cruce con una X los espacios correspondientes de los
meses en que se realizarán. Asimismo, marcar las fechas y el tipo de producto que se entregará.

101
Ejemplo

CRONOGRAMA

E F M A M J J A S O N D E F

Actividades
________________________________________________________________
Revisión de bibliografía
básica X X X
________________________________________________________________
Experimentación X X X X
________________________________________________________________
Análisis y redacción X X X X X X X
________________________________________________________________
Resultados* P A T
________________________________________________________________
* P = Proyecto; A = Artículo; T = Borrador de Tesis, etcétera.

7. Requerimientos y recursos necesarios. Sin duda este es un supuesto obvio; tan obvio, que
con frecuencia se olvida incluirlo. En muchos proyectos se contemplan las tareas personales y
después se espera que los requerimientos los provea el cielo o bien que se solucionarán sobre la
marcha. No se debe cometer este error. Hay que programar: ¿Qué recursos humanos,
materiales y económicos se requieren para llevar a cabo sus metas?, ¿cuáles son
indispensables, cuáles prescindibles y cuáles negociables? Es importante adecuar las exigencias
a los resultados. Es mejor ser razonable: pedir lo justo; no exigir más, pero tampoco conformarse
con menos.

8. Observaciones. Este apartado es para completar la información con datos que se consideren
relevantes para la feliz ejecución de la obra, tales como ubicarla en el tiempo y en el espacio.
Enfatizar en cuáles serán las fuentes principales de información o cuál es en esencia el tipo de
trabajo o la naturaleza del equipo que solicita la aprobación del proyecto. Al menos se deberán

102
incluir estos tres puntos si es que no se han hecho explícitas hasta aquí. También se puede
aprovechar este rubro para indicar otra información o cuestiones pertinentes para su ejecución.
Incluya las personas (cómo se distribuirán las tareas) y las instituciones que participarán y
copatrocinarán los trabajos, así como el reparto de los créditos que se otorgarán a cada una. En
la situación actual, en que cada día es más difícil conseguir fondos para hacer investigación, es
importante que sus proyectos sean financiados por diferentes instituciones, fundaciones,
universidades, etcétera. Por lo mismo es importante que demuestre su viabilidad, ya que la
misma será la que consiga los diferentes apoyos.

9. Bibliografía. Este punto es para enlistar la bibliografía básica; las obras más polémicas, las
más importantes, las más cercanas al tema que se va a desarrollar. Más que agotar los textos
existentes, es preferible una selección, la del autor, que ayude a completar el panorama de la
investigación. Mencionar las obras con las que se piensa dialogar, polemizar o discutir; pero no
extenderse más allá de lo necesario.

10. Síntesis o Abstract. En no más de un párrafo, hacer un resumen claro y preciso del proyecto
de investigación. Señalar los aspectos importantes e interesantes; indicar lo que puede aportar,
así como los recursos que requiere. Mostrar en fin, el poder de síntesis y la capacidad de
vendedor. Ser profesional y mejor tener presente que de no ser el único, es muy probable que
sea este punto el primero que se lea.

11. Situación personal. Ubique su persona en el entorno social; esta reflexión es indispensable
y de suma importancia. Haga un profundo análisis, honesto y claro, para ubicar aspiraciones,
historia personal e incluso sentimientos y emociones dentro de su entorno histórico y social
aunque tenga claro que ello no irá por escrito. Es un error generalizado separar la vida privada de
la profesional, pero también es un error frecuente no darle a cada esfera su ámbito propio. Si
bien hay que mantener la intimidad fuera del orden y de la opinión o del chisme públicos, como
entes íntegros que somos es importante relacionar una y otra de manera estrecha e indisociable.
De hecho, este punto debiera figurar después del título. Sin embargo, como pertenece al ámbito
de la vida privada, sólo debe contemplarlo para beneficio propio.

III
Algunos consejos prácticos.

103
1. La extensión de un proyecto de investigación se debe calcular entre 6 y 10 cuartillas, que no
se alargue ni sea telegráfico. Debe ser sustancioso, coherente y viable. No se trata de un
informe, de un avance de investigación ni de un artículo sino de un plan de acción, de un
programa delimitado de trabajo con una orientación teórica bajo ciertos postulados. Es común ver
“proyectos de investigación” de 25, 30 o hasta 70 cuartillas en los que se confunde avances de
investigación con planeación de la investigación. Como si la cantidad sustituyera la programación.
Tremendo error. Un avance es eso: un adelanto de cómo va la investigación mientras que un
proyecto nos habla de lo que se tiene en mente para proceder de principio a fin de esa
investigación. Esta confusión, a veces propiciada por las mismas instituciones o por el o la
directora de tesis, tiene una consecuencia casi inmediata que es la que siguiente.

2. Se aspira a ser investigadores, no proyectistas. Con frecuencia, se encuentran personas


atoradas, tan preocupados por su “proyecto de investigación” que no son capaces de empezar la
investigación misma, de aclarar sus ideas al respecto y menos de avanzar en su trabajo concreto.
Cualquiera puede pensar en casos de personas a quienes les tomó un año o más el prepararlo,
tiempo suficiente para haber terminado la primera etapa de una investigación seria, casi, pues, la
tesis misma. Tenga siempre presente que un proyecto es una guía que se puede modificar en
cualquiera de sus etapas y que de seguro se modificará en función del desarrollo de la
investigación. Así que no escriba un “anteproyecto”; mejor, de una vez, redacte su proyecto
porque ambos funcionan igual. Eso sí: cuanto más preciso sea, más se facilitarán las labores
posteriores. Considere su proyecto el equivalente de un bosquejo arquitectónico, un esbozo de
pintura, un guión cinematográfico o un apunte de dibujo que permite recordar la idea original. La
forma y el contenido de la obra final dependerá en mucho del desarrollo de la misma.

3. Consultar una enciclopedia antes de abordar el tema elegido y un buen diccionario al


momento de redactar el proyecto es un paso indispensable. También con frecuencia, los
estudiantes tienen una fuerte renuencia a utilizar diccionarios o enciclopedias, como si fuera algo
vergonzoso. En este sentido, es aconsejable no tener reticencias. Una buena enciclopedia
proporciona la información mínima necesaria de manera rápida, concentrada y tan amplia como
se quiera. Sólo después de haberlos consultado, es pertinente buscar la bibliografía mínima para
redactar el proyecto. Un diccionario es una herramienta de trabajo que nos lleva a precisar el
sentido de las palabras que usamos, a no adjudicar a otros autores cosas que no dicen, a ampliar

104
el vocabulario, etcétera. Junto al diccionario, al momento de redactar hay que tener otro de
sinónimos y antónimos para no repetir la misma palabra, cuestión tan común cuando ya uno se
encuentra saturado del tema, problema o conceptos que se manejan durante la investigación.

4. Durante su desarrollo, es importante hacerle caso a la intuición; ejercitar la imaginación.


Optar en principio por las respuestas sencillas para luego confrontarlas a múltiples ejemplos.
Decirle no a la sofistificación y a los temas que están de moda ayudará a la resolución del
problema. Se puede tener la seguridad que por el lado de los rodeos no se va a encontrar la
solución. Tampoco por el lado de la acumulación acrítica de datos ni de la especulación teórica
sustentada en datos empíricos escasos. En breve, hay que tratar de obtener un equilibrio entre
un buen cúmulo de datos, su interpretación teórica y el propio sentido de orientación en ese mar
que es la creación científica.

5. No hay que esperar a “escribir la obra magna o si no, no escribo”. No. Mejor pensar en
productos parciales: ponencias o artículos —tal vez presentarlos en encuentros, congresos u
otros foros si se trata de proyectos comunitarios o cívicos—, sería lo más sencillo. No por
cuestiones de productivismo, sino para ir cercando el problema central o para desatorarse en uno
de tantos cuellos de botella con los que se topará. Escribir por etapas es un remedio tan eficaz,
que sólo se apreciará con el tiempo. Las consecuencias de esperar hasta la obra magna, se trate
de un programa de acción social o para elaborar una tesis o libro, conduce por un lado al
empantanamiento, al atiborramiento de datos o bien, a que una vez terminada la trayectoria
académica (licenciatura, maestría y doctorado), los investigadores pierdan las motivaciones para
escribir, situación que en Latinoamérica se traduce en el hecho común de que una vez que se
doctoró, así sea más o menos joven, el profesionista se pase del lado de los improductivos.

6. Recuerde: la naturaleza es compleja pero no se explica con razonamientos retorcidos ni


truculentos a pesar de que sea más fantástica que nuestra imaginación. Son la observación y el
entendimiento humano los que pasan por esos embrollos. Con frecuencia inaudita, las soluciones
están enfrente y les damos la vuelta. Cuesta más observar, analizar y entender lo más cercano
(por ejemplo, ver lo que pasa con las relaciones emotivas y se entenderá el argumento) que
aquello que está lejos.

7. Siempre que se pueda, hay que trabajar en equipo, con gente no sólo de la propia disciplina

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sino de otras ramas del conocimiento. Sin embargo, para realmente participar en una
investigación colectiva, los miembros deben hacerlo desde la misma concepción del proyecto. De
otra manera se convertirá en ayudante, o investigador adjunto, lo que no es malo en sí, sino
diferente a hacer una investigación colectiva.

8. Por último, pero como principio de estas sugerencias, téngase presente que si el
interesado/a(s) no trabaja(n) en ello, no se adelantará en el programa de actividades: ni su ángel
de la guarda, ni sus amigos, familia o pareja, ni sus compañeros, su gurú, su mejor amigo o
amiga, ni su profesor, a pesar de su interés, le resolverán esta cuestión. Una condición de todo el
proceso es dedicar un tiempo decoroso diario al trabajo, excepto en el día que se acostumbre
descansar. De otra manera no se verá el final y con seguridad, el o los participantes se
desesperarán antes de terminar. Como señala Florescano, “...sin rigor, disciplina y erudición no
es posible producir conocimientos científicos que verdaderamente transformen nuestra
conciencia del pasado y creen una perspectiva nueva para el porvenir”. Por otro lado, no hay que
obsesionarse ni dejarse absorber por el trabajo; es decir, no hay que vivir para trabajar sino
trabajar para vivir. Si al lector le gusta la investigación, debe considerarla como una actividad de
tiempo repleto a la que tendrá que dedicar ocho o más horas diarias como cualquier otro
profesión u oficio.

Los incentivos tendrá que buscarlos dentro de su persona; yo sólo he tratado de allanarle el
camino.

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