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ASIGNATURA REUMATOLOGÍA
Las causas de hiperuricemia pueden ser primarias (altos niveles de purinas); secundarias
(alguna otra enfermedad) y aquellas que no se deben a una enfermedad como el consumo de
alcohol o la ingesta de grandes cantidades de carne o mariscos.
Aumento en la producción de ácido úrico por la degradación de purinas; los niveles aumentan
porque los riñones no pueden eliminar eficientemente el ácido úrico de la sangre.
Muerte celular por ciertos cánceres o agentes quimioterapéuticos “por lo general se debe a la
quimioterapia, pero los niveles altos de ácido úrico pueden aparecer antes de iniciar la
quimioterapia; después de la quimioterapia, por lo general existe una gran destrucción celular,
hasta aparecer el síndrome de lisis tumoral.
Enfermedad renal: porque el riñón no es capaz de eliminar el ácido úrico del organismo.
Medicamentos
Factores de riesgo:
Génesis de la gota
Se da principalmente en hombres.
Los alimentos ricos en purinas como la carne, los productos marinos, los guisantes, las habas,
las lentejas y las bebidas alcohólicas como el vino y la cerveza: tienen comportamiento
diferente con respecto al incremento de los niveles de ácido úrico y desencadenar gota.
-Recaídas de psoriasis
-Infección
-Trauma
-Inicio quimioterapia
Función renal: Incluso tras una larga evolución la función renal no suele alterarse de forma
significativa, pero cuando esta se deteriora suele ser atribuible a alguna enfermedad asociada
como hipertensión, diabetes mellitus, dislipidemia o arteriosclerosis.
Litiasis renal: Los enfermos con gota padecen con más frecuencia, litiasis renal por cálculos de
ácido úrico, donde una mayor síntesis de purinas, responsable de la hiperuricemia en un grupo
minoritario de casos, seguido del aumento de la excreción urinaria de uratos, es el factor más
importante.
Nefropatía úrica aguda: Sin relación con la gota, se debe a un depósito masivo de cristales de
ácido úrico en los túbulos excretores renales como consecuencia de un aporte masivo de ácido
úrico al riñón.
La gota se manifiesta por lesiones subcutáneas llamadas tofos, cuya distribución topográfica
más común involucra hélix, olécranon y ligamentos periarticulares, así como dermis y tejido
subcutáneo de manos, pies y codos.
Los signos y síntomas de la gota casi siempre ocurren de forma repentina y, a menudo, por la
noche. Estos son algunos de ellos:
Dolor articular intenso. Por lo general, la gota afecta la articulación grande del dedo gordo del
pie, pero puede ocurrir en cualquier articulación. Otras articulaciones que con frecuencia se
ven afectadas son los tobillos, las rodillas, los codos, las muñecas y los dedos de las manos. Es
probable que el dolor sea más grave dentro de las primeras 4 a 12 horas después de que inicia.
Molestia persistente. Después de que el dolor más intenso desaparece, es posible que un poco
de molestia articular quede, la cual puede durar algunos días o semanas. Es probable que los
ataques posteriores duren más tiempo y afecten más articulaciones.
Inflamación y enrojecimiento. Las articulaciones afectadas se hinchan, se vuelven sensibles, se
calientan y enrojecen. Amplitud de movimiento limitada. A medida que la gota avanza, es
posible que no puedas mover las articulaciones con normalidad.
Niveles Séricos de Ácido Úrico: Se usa para comprobar hiperuricemia en sangre. Esta prueba
no es muy fiable debido a que los niveles séricos de ácido úrico pueden estar normales.
Reactantes de Fase Aguda: Pueden aparecer elevadas las VSG, PCR o fibrinógeno. Hay que
tener en cuenta que en los brotes hiperagudos la VSG o la PCR pueden no ser
significativamente altas.
Acido Úrico en Orina: El análisis del ácido úrico en orina de 24 h es útil para evaluar la
etiología de la hiperuricemia en los pacientes con gota. Un ácido úrico urinario > 800 mg/24 h
ind0ica un incremento en la síntesis de ácido úrico y, por tanto, un aumento de la excreción
renal.
RX Simple
CRÓNICA: En la gota tofácea crónica los principales rasgos radiológicos son: nódulos densos
de los tofos articulares o periarticulares, depósitos de urato monosódico en las partes
cartilaginosas, espacio articular estrecho en la enfermedad avanzada, erosiones óseas
características, osteopenia periarticular ausente y el hueso proliferante puede visualizarse como
espículas irregulares y depósitos calcificados de urato monosódico que penetran en el hueso y
se pueden confundir en casos severos con infartos óseos
Ultrasonido: Las principales indicaciones del ultrasonido (US) en las artritis inducidas por
cristales son sinovitis y derrame, diferenciación entre la sinovitis activa y la inactiva, estudio
del cartílago, descripción de las erosiones y osteofitos, evaluación de tendones y en el
diagnóstico diferencial con otras artritis.
GOTA AGUDA
La terapia para la crisis aguda son los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), colchicina,
glucocorticoides orales, intramusculares e intraarticulares.
- AINE: se deben usar en dosis máximas permitidas, al menos por 5 a 7 días y con esto
se logra resolución de la crisis aguda en más del 90% de casos.
- Colchicina: excelente para el proceso inflamatorio, tiene una buena tolerancia en dosis,
se usa en dosis de 0,6 mg 3 veces al dia, no se debe utilizar si la tasa de filtración
glomerular es menor de 10 ml/min y la dosis se debe disminuir a la mitad si la filtración
es menor a 50 ml/min, tampoco se recomienda en presencia de alteración de la función
hepática.
- Corticoides
- Dieta
GOTA CRÓNICA
Este trastorno no provoca ningún tipo de molestia, sin embargo, en algunas ocasiones produce
dolor persistente en la articulación afectada, pero no como consecuencia de la calcificación
articular (que no duele), mas bien se produce un tipo particular de artrosis. Ademas hinchazón
articular con intenso dolor, calor y dificultad para mover la articulación, estas manifestaciones
tienen un gran parecido con los producidos por la gota, por ello también se ha denominado
ataques de seudogota (falsa gota).
Causas
En más del 90% de las personas que tienen condrocalcinosis no se detecta ninguna causa que
justifique este trastorno. En personas jóvenes este depósito suele ser debido a algún tipo de
enfermedad metabólica. Sin embargo, en personas mayores es el resultado de la edad avanzada
sin que se conozca exactamente el motivo.
Esta enfermedad suele tener un curso crónico y se asocia a otras entidades como la diabetes
mellitus, hipertensión arterial, hiperparatiroidismo, hiperuricemia y con mayor frecuencia a la
osteoartrosis.
Tipos de presentación:
• Seudoosteoartrosis
• Seudoartritis reumatoide
• Seudoespondiloartritis anquilosante
• Seudoneuroartropatia neurogénica
Manifestaciones clínicas: el inicio es de forma súbita con dolor, fiebre, aumento del volumen
de la articulación, duración de 1 a 2 semanas.
Control de la inflamación
La mayor parte de los pacientes necesitan tratamiento sólo durante el episodio agudo de artritis.
No hay estudios especialmente dirigidos al respecto, pero los fármacos más empleados son los
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los glucocorticoides. La infiltración intraarticular
con GCC de depósito (Ej. acetónido de triamcinolona) permite un control rápido y seguro del
ataque. En algunos pacientes, sobre todo en aquellos con inflamación poliarticular, el uso de
GCC de depósito por vía intramuscular puede resultar eficaz.
Aquellos pacientes con formas de artritis persistente o muy recurrente, son candidatos a
tratamiento de mantenimiento. Los AINE y la colchicina se emplean de forma extensa en la
práctica clínica, con buenos resultados. A diferencia del tratamiento del episodio agudo, los
AINE como mantenimiento se emplean a dosis algo inferiores (por ejemplo, naproxeno 250–
500mg/d, indometacina 25mg/d o meloxicam 7,5mg/d). Los inhibidores de la ciclooxigenasa
2 (ICOX-2) estarían indicados en pacientes con antecedentes de gastropatía o riesgo de
sangrado, pero no han sido estudiados de forma directa. La colchicina se emplea a dosis bajas
(entre 0,5–2mg/d), con excelentes resultados y buena tolerancia. Se puede intentar el
tratamiento a días alternos en pacientes intolerantes. El uso prolongado de GCC debe ser
evitado por sus efectos adversos asociados.
El MTX es un fármaco útil en formas refractarias de artritis por PFC, Los antipalúdicos (como
la hidroxicloroquina) han sido también empleados en la artritis por PFC, además que
recientemente se han comunicado casos aislados donde se muestra la utilidad del inhibidor de
la interleucina 1 (IL-1), anakinra, en formas refractarias de enfermedad por PFC. Su uso se
justifica por la relación de esta citoquina en el proceso inflamatorio desencadenado por los
cristales.
En resumen, ante la imposibilidad actual de eliminar los cristales de PFC del LS, el objetivo
del tratamiento de la enfermedad por cristales de PFC continúa siendo el control de la
inflamación, empleando los AINE, la colchicina y los GCC para tal fin, con buenos resultados.
En los casos refractarios o intolerantes, vale la pena recurrir al MTX o a los antipalúdicos,
aunque su eficacia debería ser confirmada en estudios prospectivos y controlados de mayor
calidad.
BIBLIOGRAFIA
https://www.medigraphic.com/pdfs/correo/ccm-2020/ccm201o.pdf
https://empendium.com/manualmibe/chapter/B34.II.16.15.
https://www.ser.es/wp-content/uploads/2015/09/GPCGota13.pdf
https://www.elsevier.es/es-revista-seminarios-fundacion-espanola-reumatologia-274-articulo-
tratamiento-enfermedad-por-cristales-pirofosfato-S1577356610000497