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UNIVERSIDAD CATOLICA LOS ANGELES DE CHIMBOTE

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

DERECHO COMERCIAL I

ORÍGENES, EVOLUCIÓN Y TEORÍAS DEL COMERCIO

PLASENCIA CHINCHAY, MOISES

VII CICLO

CHIMBOTE – PERÚ

2020
INDICE GENERAL

Título Pág. 05
Justificación Pág. 05
Objetivos: General y Específicos Pág. 05
Marco Teórico/conceptual Pág. 06
Principios y reglas básicas de la ley general de sociedades. Pág. 06
Formas societarias reguladas en la LGS Pág. 06
La sociedad Pág. 06
Ámbito de aplicación de la ley Pág. 06
Modalidades de constitución Pág. 07
Pluralidad de socios Pág. 07
El acto constitutivo: la escritura Pág. 08
La personalidad jurídica Pág. 09
Actos anteriores a la inscripción registral Pág. 09
Convenios entre socios y terceros Pág. 10
El nombre societario: denominación y razón social Pág. 10
Reserva de preferencia registral Pág. 10
El objeto social Pág. 11
La representación societaria Pág. 11
Actos sin vinculación societaria Pág. 11
Nombramientos, poderes e inscripciones Pág. 11
Derecho a solicitar inscripciones Pág. 12
Plazo para inscripción registral Pág. 12
Duración de la sociedad Pág. 12
Domicilio de la sociedad Pág. 13
Sucursales Pág. 13
Los aportes societarios Pág. 13
El patrimonio social Pág. 14
Beneficios y pérdidas societarias Pág. 14
Utilidades Pág. 15
Publicaciones Pág. 15

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Plazos Pág. 15
Emisión de títulos y documentos Pág. 16
Arbitraje y conciliación Pág. 16
El contrato de sociedad Pág. 16
Convenios entre socios y terceros. Pág. 18
La Sociedad Anónima en la doctrina y la legislación, la modificación del
estatuto, aumento y reducción del capital y otras formas societarias. Pág. 26
Órganos de la sociedad Pág. 26
Administración de la Sociedad, Órganos Sociales Pág. 26
Junta General de Accionistas. Concepto Pág. 27
Competencia de la Junta General de Accionistas Pág. 27
Convocatoria a la Junta. Requisitos Pág. 27
Normas Generales sobre el Quórum Pág. 29
Derecho de Información de los Accionistas Pág. 30
Directorio. Concepto: Pág. 30
Calidad de Miembro del Directorio Pág. 31
Elección Pág. 32
Adopción de Acuerdos Pág. 33
Ejercicio del Cargo Pág. 34
Obligaciones Pág. 34
Delegación Pág. 34
Responsabilidad Pág. 34
Gerencia. Concepto Pág. 36
Designación Pág. 36
Atribuciones Pág. 36
Modificación del estatuto de la sociedad anónima Pág. 37
Generalidades Pág. 37
Requisitos para la modificación del estatuto Pág. 38
Derecho de separación del accionista concedido por modificación
del estatuto Pág. 40
Aumento del capital de la sociedad anónima Pág. 43
Generalidades Pág. 43

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Modalidades del aumento del capital Pág. 44
Modificación automática del capital y del valor nominal
de las Acciones Pág. 46
Aumento de capital con aportes no dinerarios Pág. 50
Aumento de capital por capitalización de créditos Pág. 51
La reducción del capital en la sociedad anónima. Generalidades Pág. 52
Requisitos de la reducción del capital Pág. 53
Modalidades de la reducción del capital Pág. 54
Plazo para la ejecución del acuerdo de reducción del capital Pág. 56
Reducción obligatoria del capital por pérdidas Pág. 59
Conclusiones Pág. 59
Referencias Bibliográficas Pág. 60

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I. TITULO

LAS SOCIEDADES. - CONSIDERACIONES GENERALES

II. JUSTIFICACION

Desde sus orígenes en el siglo XI y XII, el derecho comercial ha estado


implicado en un permanente proceso de expansión a tal punto que, hoy en
día, aquel derecho creado por y para comerciantes se aplica a la inmensa
mayoría de operaciones económicas en las cuales estamos todos
necesariamente involucrados en un mundo globalizado, caracterizado por el
respeto a la iniciativa privada en el marco del sistema capitalista.

El Perú cuenta en la actualidad con una importante norma que consagra los
lineamientos jurídicos de las sociedades, la Ley Nº 26887 Ley General de
Sociedades, vigente desde el año 1998, y con algunas modificaciones, es un
conglomerado de reglas jurídicas que forman parte del ordenamiento
comercial buscando como fin mediato un comportamiento formal y adecuado
de las diversas formas societarias.

La Nueva Ley General de Sociedades a diferencia de la anterior Ley de


Sociedades Mercantiles, consagra importantes y novísimos institutos y reglas
para un mejor manejo societario. Las principales reglas que son las
estructuras básicas de todas las formas societarias reguladas en la Ley 26887,
se encuentran en el Libro Primero (artículos del 1º al 49º).

La Ley General de Sociedades en el presente año ha cumplido 20 años desde


su entrada en vigencia, oportunidad que se presta para efectuar un balance y
análisis de los cambios efectuados a la anterior norma.

III. OBJETIVOS

III.1 GENERAL

Conocer y comprender las consideraciones generales de las sociedades

III.2 ESPECIFICOS

a) Identifica y describe los Principios y reglas básicas de la ley general


de sociedades.
b) Describe el contrato de sociedad, los convenios entre socios y
terceros.
c) Describe el convenio entre socios y terceros.
d) Describe a las diferentes formas de sociedad

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IV. MARCO TEORICO/ CONCEPTUAL

El Perú cuenta en la actualidad con una importante norma que consagra los
lineamientos jurídicos de las sociedades, la Ley Nº 26887 -Ley General de
Sociedades-, vigente desde el año 1998, y con algunas modificaciones, es un
conglomerado de reglas jurídicas que forman parte del ordenamiento
comercial buscando como fin mediato un comportamiento formal y adecuado
de las diversas formas societarias.

La Nueva Ley General de Sociedades en adelante LGS a diferencia de la


anterior Ley de Sociedades Mercantiles, consagra importantes y novísimos
institutos y reglas para un mejor manejo societario.

Las principales reglas que son la estructura básica de todas las formas
societarias reguladas en la Ley 26887, se encuentran en el Libro Primero
(artículos del 1º al 49º).

V. TITULOS CONCEPTOS

5.1. Principios y reglas básicas de la ley general de sociedades.

5.1.1. FORMAS SOCIETARIAS REGULADAS EN LA LGS

La LGS, integra en su contenido el desarrollo de los caracteres relevantes de


cada una de las formas societarias que se encuentran vigentes en el Perú: La
Sociedad Anónima (en sus tres modalidades: Sociedad Anónima, Sociedad
Anónima Cerrada y Sociedad Anónima Abierta), La Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada, La Sociedad Colectiva, La Sociedad en
Comandita (en sus dos modalidades: Sociedad en Comandita por Acciones y
Sociedad en Comandita Simple) y la Sociedad Civil (en sus dos modalidades:
Sociedad Civil Ordinaria y Sociedad Civil de Responsabilidad Limitada).

5.1.2. LA SOCIEDAD

Según la LGS la sociedad se encuentra constituida por aportes de bienes o


servicios para el ejercicio en común de actividades económicas que realizarán
los socios. La LGS no refiere una definición expresa de "sociedad", sin
embargo, debemos señalar que la sociedad debe distinguirse entre el acto
constitutivo que la crea de la organización implícita que surge de la misma;
en ese contexto, la sociedad resulta ser un contrato con prestaciones
plurilaterales autónomas, es decir, cada una de las partes (socios) que
interviene en la creación de la sociedad se obliga a determinada prestación
(dar o hacer) que no es otra cosa que los aportes societarios, pero a su vez,
estas obligaciones no son frente a cada uno de los socios sino son autónomas,
hacia el nuevo ente que se crea (la sociedad), por lo que si uno de los socios
incumple su obligación los demás socios no podrán resolver el contrato.

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5.1.3. AMBITO DE APLICACIÓN DE LA LEY

La LGS señala que toda sociedad debe adoptar alguna de las formas previstas
en la citada norma. Las sociedades sujetas a un régimen legal especial son
reguladas supletoriamente por las disposiciones de la presente ley. La
comunidad de bienes, en cualquiera de sus formas, se regula por las
disposiciones pertinentes del Código Civil.

5.1.4. MODALIDADES DE CONSTITUCIÓN

Existen dos clases de Constitución de sociedades: Constitución Simultánea y


Constitución Sucesiva.

La constitución simultánea de sociedades, es la "regla general" aplicable a


todas las formas societarias reguladas en la LGS (sociedad anónima, sociedad
colectiva, sociedades en comandita, sociedad comercial de responsabilidad
limitada y sociedades civiles). Se le denomina así porque las fases que se
desarrollan para crear una sociedad se realizan de manera continua e
inmediata, sólo requiriendo la voluntad de los socios.

Estas 3 fases que se realizan continua e inmediatamente por la voluntad de los


socios son:

1) El pacto social (acuerdos privados que van desarrollando los socios y


se inserta en el Libro de Actas),
2) La Escritura Pública, que viene a ser la formalidad realizada por el
Notario Público, a fin de que el pacto social se convierta en un
instrumento público y válido.
3) La Inscripción Registral, porque a partir de aquí la sociedad recién
adquiere personería jurídica, es decir, es sujeta de derechos y
obligaciones.

La constitución sucesiva de sociedades, es la "excepción a la regla general"


atendiendo a que sólo le es aplicable a una sola forma societaria: La Sociedad
Anónima Abierta - SAA. Se le denomina constitución sucesiva porque las
fases que se desarrollan para crear ésta forma societaria se realizan de manera
discontinua, es decir, para que se realice la siguiente fase se debe
necesariamente esperar a que la anterior se produzca, además de que no sólo
requiere la voluntad de los socios sino de terceros.

La Constitución Sucesiva, también es conocida como Constitución por Oferta


a Terceros, y se desarrolla conforme al Programa de Fundación otorgada por
los socios fundadores.

Sus etapas son:


a) Programa de Constitución.
b) Suscripción de Acciones.
c) Asamblea de Suscriptores.
d) Otorgamiento de Escritura Pública.

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5.1.5. PLURALIDAD DE SOCIOS
La sociedad se constituye cuando menos por dos (2) socios, que pueden ser
personas naturales o jurídicas.

La LGS, es clara en señalar que para constituir una sociedad se requiere como
mínimo la participación de 2 socios.

Asimismo, refiere que estos socios pueden tener la calidad de persona natural
(cualquier persona que conforme a las normas del derecho civil se encuentre
apto para adquirir derechos y obligaciones) o persona jurídica (que son
aquellas que se constituyen desde su inscripción en el registro público, y
están reguladas por: Ley General de Sociedades, el Código Civil y Leyes
especiales.

Pérdida de la pluralidad de socios. En el supuesto que la sociedad perdiera


el mínimo de socios, cuenta con un plazo perentorio de 6 meses para
reconstituirlo, es decir, buscar otro socio que ingrese a la sociedad y cumpla
con la exigencia legal. De no cumplirse con reponer el mínimo de socios, la
sociedad se disuelve de pleno derecho o de manera automática, sin necesidad
de un acto administrativo o resolución que lo declare.

Inexigibilidad de la Pluralidad de socios. La pluralidad de socios no es


exigible cuando el único socio es el Estado y en otros casos señalados por la
ley.

Si el Estado a través de cualquiera de sus poderes u organismos públicos


decide constituir una sociedad no requiere del concurso de otro socio, basta
con su única participación.

Otros casos señalados por la ley, se refiere, por ejemplo, a las constituciones
de empresas subsidiarias por parte de las empresas del sistema financiero y de
seguros a las cuales no se les exige la pluralidad de accionistas, conforme lo
establece la Ley Nº 26702.

5.1.6. EL ACTO CONSTITUTIVO: LA ESCRITURA

La sociedad se constituye por Escritura Pública, en la que está contenido el


pacto social, que incluye el estatuto. Para cualquier modificación de éstos se
requiere la misma formalidad.

La Escritura Pública es el instrumento público otorgado por el Notario


Público mediante el cual se le otorga legalidad y validez a los actos
celebrados por los particulares, en este caso mediante la escritura Pública se
está validando el pacto social que se encuentra transcrito en el libro de actas
de la sociedad y formalizado en la minuta de constitución societaria.

El Pacto Social, es el documento originario que contiene la identificación de


los socios fundadores, la manifestación de voluntad de los socios de constituir
una sociedad, el monto del capital social suscrito y su forma de pago, los

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datos de identificación de los primeros administradores de la sociedad y el
estatuto.
Una vez inscrita la escritura pública de constitución, la nulidad del pacto
social sólo puede ser declarada:

1) Por incapacidad o por ausencia de consentimiento válido de un número de


socios fundadores que determine que la sociedad no cuente con la
pluralidad de socios requerida por la ley.
2) Por constituir su objeto alguna actividad contraria a las leyes que
interesan al orden público o a las buenas costumbres; sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 410.
3) Por contener estipulaciones contrarias a normas legales imperativas u
omitir consignar aquellas que la ley exige.
4) Por omisión de la forma obligatoria prescrita.

No obstante, lo indicado en el artículo anterior, la nulidad del pacto social no


puede ser declarada:

1) Cuando la causa de ella ha sido eliminada por efecto de una modificación


del pacto social o del estatuto realizada con las formalidades exigidas por
la ley.
2) Cuando las estipulaciones omitidas pueden ser suplidas por normas
legales vigentes y aquéllas no han sido condición esencial para la
celebración del pacto social o del estatuto, de modo que éstos pueden
subsistir sin ellas.

El Estatuto, es la parte del pacto social que tiene la condición de la "norma


principal" de la sociedad. Contiene los datos relevantes de la sociedad tales
como: la denominación o razón social, domicilio y duración de la sociedad, el
objeto social, la descripción del capital social, la administración de la
sociedad (directorio y gerencia), reglas para modificar el estatuto, aprobar
balances, aplicación de utilidades, disolución, liquidación y extinción de la
sociedad.

En la escritura pública de constitución se nombra a los primeros


administradores, de acuerdo con las características de cada forma societaria.

Los actos referidos en el párrafo anterior se inscriben obligatoriamente en el


Registro del domicilio de la sociedad.

Cuando el pacto social no se hubiese elevado a escritura pública, cualquier


socio puede demandar su otorgamiento por el proceso sumarísimo.

5.1.7. LA PERSONALIDAD JURÍDICA

La sociedad adquiere personalidad jurídica desde su inscripción en el


Registro y la mantiene hasta que se inscribe su extinción.

5.1.8. ACTOS ANTERIORES A LA INSCRIPCIÓN REGISTRAL

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La validez de los actos celebrados en nombre de la sociedad antes de su
inscripción en el Registro está condicionada a la inscripción y a que sean
ratificados por la sociedad dentro de los tres meses siguientes. Si se omite o
retarda el cumplimiento de estos requisitos, quienes hayan celebrado actos en
nombre de la sociedad responden personal, ilimitada y solidariamente frente a
aquéllos con quienes hayan contratado y frente a terceros.

5.1.9. CONVENIOS ENTRE SOCIOS Y TERCEROS

Son válidos ante la sociedad y le son exigibles en todo cuanto le sea


concerniente, los convenios entre socios o entre éstos y terceros, a partir del
momento en que le sean debidamente comunicados.

Si hubiera contradicción entre alguna estipulación de dichos convenios y el


pacto social o el estatuto, prevalecerán estos últimos, sin perjuicio de la
relación que pudiera establecer el convenio entre quienes lo celebraron.

5.1.10. EL NOMBRE SOCIETARIO: DENOMINACIÓN Y RAZÓN


SOCIAL

La sociedad tiene una denominación o una razón social, según corresponda a


su forma societaria. En el primer caso puede utilizar, además, un nombre
abreviado.

No se puede adoptar una denominación completa o abreviada o una razón


social igual o semejante a la de otra sociedad preexistente, salvo cuando se
demuestre legitimidad para ello.

Esta prohibición no tiene en cuenta la forma social.

No se puede adoptar una denominación completa o abreviada o una razón


social que contenga nombres de organismos o instituciones públicas o signos
distintivos protegidos por derechos de propiedad industrial o elementos
protegidos por derechos de autor, salvo que se demuestre estar legitimado
para ello.

El Registro no inscribe a la sociedad que adopta una denominación completa


o abreviada o una razón social igual a la de otra sociedad preexistente. En los
demás casos previstos en los párrafos anteriores los afectados tienen derecho
a demandar la modificación de la denominación o razón social por el proceso
sumarísimo ante el juez del domicilio de la sociedad que haya infringido la
prohibición.

La razón social puede conservar el nombre del socio separado o fallecido, si


el socio separado o los sucesores del socio fallecido consienten en ello. En
este último caso, la razón social debe indicar esta circunstancia. Los que no
perteneciendo a la sociedad consienten la inclusión de su nombre en la razón
social quedan sujetos a responsabilidad solidaria, sin perjuicio de la
responsabilidad penal si a ello hubiere lugar.

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5.1.11. RESERVA DE PREFERENCIA REGISTRAL

Cualquiera que participe en la constitución de una sociedad, o la sociedad


cuando modifique su pacto social o estatuto para cambiar su denominación,
completa o abreviada, o su razón social, tiene derecho a protegerlos con
reserva de preferencia registral por un plazo de treinta días, vencido el cual
ésta caduca de pleno derecho.

No se puede adoptar una razón social o una denominación, completa o


abreviada, igual o semejante a aquella que esté gozando del derecho de
reserva de preferencia registral.

5.1.12. EL OBJETO SOCIAL

La sociedad circunscribe sus actividades a aquellos negocios u operaciones


lícitos cuya descripción detallada constituye su objeto social. Se entienden
incluidos en el objeto social los actos relacionados con el mismo que
coadyuven a la realización de sus fines, aunque no estén expresamente
indicados en el pacto social o en el estatuto.

La sociedad no puede tener por objeto desarrollar actividades que la ley


atribuye con carácter exclusivo a otras entidades o personas.

5.1.13. LA REPRESENTACIÓN SOCIETARIA

La sociedad está obligada hacia aquellos con quienes ha contratado y frente a


terceros de buena fe por los actos de sus representantes celebrados dentro de
los límites de las facultades que les haya conferido, aunque tales actos
comprometan a la sociedad a negocios u operaciones no comprendidos dentro
de su objeto social.

Los socios o administradores, según sea el caso, responden frente a la


sociedad por los daños y perjuicios que ésta haya experimentado como
consecuencia de acuerdos adoptados con su voto y en virtud de los cuales se
pudiera haber autorizado la celebración de actos que extralimitan su objeto
social y que la obligan frente a co-contratantes y terceros de buena fe, sin
perjuicio de la responsabilidad penal que pudiese corresponderles.

La buena fe del tercero no se perjudica por la inscripción del pacto social.

5.1.14. ACTOS SIN VINCULACIÓN SOCIETARIA

Quienes no están autorizados para ejercer la representación de la sociedad no


la obligan con sus actos, aunque los celebren en nombre de ella.
La responsabilidad civil o penal por tales actos recae exclusivamente sobre
sus autores.

5.1.15. NOMBRAMIENTOS, PODERES E INSCRIPCIONES

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El nombramiento de los representantes de la sociedad (tengan la calidad de
órganos societarios, administradores, liquidadores, etc.) se pueden realizar de
las siguientes formas:
a) Manifestación Expresa de la voluntad, que significa que aquel
designado como representante de la sociedad para desempeñar
cualquier cargo, debe necesariamente expresar su voluntad de manera
indubitable, sin presunciones ni supuestos. Puede expresarlo por
medios verbales o escritos.
b) Manifestación Tácita de la voluntad, que significa que aquel
designado como representante de la sociedad, si bien no ha expresado
en forma verbal o escrita su aceptación; sin embargo, realiza actos que
demuestran o infieren que su conducta está referida indubitablemente
a la aceptación del cargo.

El nombramiento, revocación, renuncia o sustitución de cualquiera de los


representantes o apoderados de la sociedad se inscriben necesariamente (requisito de
validez) en la Oficina Registral donde se ubica el domicilio de la sociedad.

Una copia del acta de sesión o junta en la cual se han tomado cualquiera de las
decisiones citadas anteriormente, debe ser legalizada notarialmente (certificación
notarial) a efectos de que se verifique la decisión válida de la sociedad.
Inmediatamente con la copia del acta legalizada se procede a solicitar su inscripción
en la oficina registral.

Inscrito el nombramiento, revocación, renuncia o sustitución de cualquiera de los


representantes o apoderados de la sociedad en la Oficina Registral del domicilio de la
sociedad, éste tendrá un alcance general, es decir, el ejercicio del cargo o
representación se puede realizar en cualquier parte del territorio nacional.

La representación puede ser legal y procesal. Para el caso de las sociedades la


representación legal la detenta por excelencia la gerencia. La representación procesal
involucra tener facultades para enfrentar un proceso judicial, pudiendo ser éstas de
carácter general (facultad absoluta) o especial (facultad específica). La LGS señala
que los gerentes y administradores gozan de ambas facultades, es decir:

a) Facultades generales
La representación judicial confiere al representante las atribuciones y
potestades generales que corresponden al representado, salvo aquellas para
las que la ley exige facultades expresas. La representación se entiende
otorgada para todo el proceso, incluso para la ejecución de la sentencia y el
cobro de costas y costos, legitimando al representante para su intervención en
el proceso y realización de todos los actos del mismo, salvo aquellos que
requieran la intervención personal y directa del representado. (Artículo 74º
del Código Procesal Civil)

b) Facultades especiales
Se requiere el otorgamiento de facultades especiales para realizar todos los
actos de disposición de derechos sustantivos y para demandar, reconvenir,
contestar demandas y reconvenciones, desistirse del proceso y de la
pretensión, allanarse a la pretensión, conciliar, transigir, someter a arbitraje

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las pretensiones controvertidas en el proceso, sustituir o delegar la
representación procesal y para los demás actos que exprese la ley.

El otorgamiento de facultades especiales se rige por el principio de


literalidad. No se presume la existencia de facultades especiales no conferidas
explícitamente. (Artículo 75º del Código Procesal Civil)

5.1.16. DERECHO A SOLICITAR INSCRIPCIONES

Cualquier socio o tercero con legítimo interés puede demandar judicialmente,


por el proceso sumarísimo, el otorgamiento de la escritura pública o solicitar
la inscripción de aquellos acuerdos que requieran estas formalidades y cuya
inscripción no hubiese sido solicitada al Registro dentro de los plazos
señalados en el artículo siguiente.

Toda persona cuyo nombramiento ha sido inscrito tiene derecho a que el


Registro inscriba su renuncia mediante solicitud con firma notarialmente
legalizada, acompañada de copia de la carta de renuncia con constancia
notarial de haber sido entregada a la sociedad.

5.1.17. PLAZO PARA INSCRIPCIÓN REGISTRAL

El pacto social y el estatuto deben ser presentados al Registro para su


inscripción en un plazo de treinta días contados a partir de la fecha de
otorgamiento de la escritura pública.

La inscripción de los demás actos o acuerdos de la sociedad, sea que


requieran o no el otorgamiento de escritura pública, debe solicitarse al
Registro en un plazo de treinta días contados a partir de la fecha de
realización del acto o de aprobación del acta en la que conste el acuerdo
respectivo.

Toda persona puede ampararse en los actos y acuerdos a que se refiere este
artículo para todo lo que le favorezca, aun cuando no se haya producido su
inscripción.

Los otorgantes o administradores, según sea el caso, responden


solidariamente por los daños y perjuicios que ocasionen como consecuencia
de la mora en que incurran en el otorgamiento de las escrituras públicas u
otros instrumentos requeridos o en las gestiones necesarias para la inscripción
oportuna de los actos y acuerdos mencionados en el artículo 16.

5.1.18. DURACIÓN DE LA SOCIEDAD

La duración de la sociedad puede ser por plazo determinado o indeterminado.


Salvo que sea prorrogado con anterioridad, vencido el plazo determinado la
sociedad se disuelve de pleno derecho.

5.1.19. DOMICILIO DE LA SOCIEDAD

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El domicilio de la sociedad es el lugar, señalado en el estatuto, donde
desarrolla alguna de sus actividades principales o donde instala su
administración.

En caso de discordancia entre el domicilio de la sociedad que aparece en el


Registro y el que efectivamente ha fijado, se puede considerar cualquiera de
ellos.
La sociedad constituida en el Perú tiene su domicilio en territorio peruano,
salvo cuando su objeto social se desarrolle en el extranjero y fije su domicilio
fuera del país.

5.1.20. SUCURSALES

Salvo estipulación expresa en contrario del pacto social o del estatuto, la


sociedad constituida en el Perú, cualquiera fuese el lugar de su domicilio,
puede establecer sucursales u oficinas en otros lugares del país o en el
extranjero.

La sociedad constituida y con domicilio en el extranjero que desarrolle


habitualmente actividades en el Perú puede establecer sucursal u oficinas en
el país y fijar domicilio en territorio peruano para los actos que practique en
el país. De no hacerlo, se le presume domiciliada en Lima.

5.1.21. LOS APORTES SOCIETARIOS

Cada socio está obligado frente a la sociedad por lo que se haya


comprometido a aportar al capital. Contra el socio moroso la sociedad puede
exigir el cumplimiento de la obligación mediante el proceso ejecutivo o
excluir a dicho socio por el proceso sumarísimo.

El aporte transfiere en propiedad a la sociedad el bien aportado, salvo que se


estipule que se hace a otro título, en cuyo caso la sociedad adquiere sólo el
derecho transferido a su favor por el socio aportante.

El aporte de bienes no dinerarios se reputa efectuado al momento de


otorgarse la escritura pública.

Los aportes en dinero se desembolsan en la oportunidad y condiciones


estipuladas en el pacto social. El aporte que figura pagado al constituirse la
sociedad o al aumentarse el capital debe estar depositado, a nombre de la
sociedad, en una empresa bancaria o financiera del sistema financiero
nacional al momento de otorgarse la escritura pública correspondiente.

La entrega de bienes inmuebles aportados a la sociedad se reputa efectuada al


otorgarse la escritura pública en la que conste el aporte.

La entrega de bienes muebles aportados a la sociedad debe quedar


completada a más tardar al otorgarse la escritura pública de constitución o de
aumento de capital, según sea el caso.

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Si el pacto social admite que el socio aportante entregue como aporte títulos
valores o documentos de crédito a su cargo, el aporte no se considera
efectuado hasta que el respectivo título o documento sea íntegramente
pagado.
Si el pacto social contempla que el aporte esté representado por títulos
valores o documentos de crédito en los que el obligado principal no es el
socio aportante, el aporte se entenderá cumplido con la transferencia de los
respectivos títulos o documentos, con el endoso de los respectivos títulos
valores o documentos y sin perjuicio de la responsabilidad solidaria prevista
en la ley.

En la escritura pública donde conste el aporte de bienes o de derechos de


crédito, debe insertarse un informe de valorización en el que se describen los
bienes o derechos objeto del aporte, los criterios empleados para su valuación
y su respectivo valor.

El aportante asume ante la sociedad la obligación de saneamiento del bien


aportado.

Si el aporte consiste en un conjunto de bienes que se transfiere a la sociedad


como un solo bloque patrimonial, unidad económica o fondo empresarial, el
aportante está obligado al saneamiento del conjunto y de cada uno de los
bienes que lo integran.

Si el aporte consiste en la cesión de un derecho, la responsabilidad del


aportante se limita al valor atribuido al derecho cedido, pero está obligado a
garantizar su existencia, exigibilidad y la solvencia del deudor en la
oportunidad en que se realizó el aporte.

El riesgo del bien aportado en propiedad es de cargo de la sociedad desde que


se verifica su entrega.

El riesgo del bien aportado en uso o usufructo recae sobre el socio que realiza
el aporte, perdiendo la sociedad el derecho a exigir la sustitución del bien.
La pérdida del aporte ocurrida antes de su entrega a la sociedad produce los
siguientes efectos:

1. Si se trata de un bien cierto o individualizado, la obligación del socio


aportante se resuelve y la sociedad queda liberada de la contraprestación.
El socio aportante queda obligado a indemnizar a la sociedad en el caso
que la pérdida del bien le fuese imputable.
2. Si se trata de un bien incierto, el aportante no queda liberado de su
obligación.
3. Si se trata de un bien a ser aportado en uso o usufructo, el aportante puede
optar por sustituirlo con otro que preste a la sociedad el mismo beneficio.
La sociedad queda obligada a aceptar el bien sustituto salvo que el bien
perdido fuese el objeto que se había propuesto explotar. En este último
caso, el socio aportante queda obligado a indemnizar a la sociedad si la
pérdida del bien le fuese imputable.

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5.1.22. EL PATRIMONIO SOCIAL

El patrimonio social está formado por los aportes de los socios, y éste
responde por las obligaciones que contraiga la sociedad, sin perjuicio de la
responsabilidad personal de los socios en aquellas formas societarias que así
lo contemplan.

5.1.23. BENEFICIOS Y PÉRDIDAS SOCIETARIAS


La distribución de beneficios a los socios se realiza en proporción a sus
aportes al capital. Sin embargo, el pacto social o el estatuto pueden fijar otras
proporciones o formas distintas de distribución de los beneficios.

Todos los socios deben asumir la proporción de las pérdidas de la sociedad


que se fije en el pacto social o el estatuto. Sólo puede exceptuarse de esta
obligación a los socios que aportan únicamente servicios. A falta de pacto
expreso, las pérdidas son asumidas en la misma proporción que los
beneficios.
Está prohibido que el pacto social excluya a determinados socios de las
utilidades o los exonere de toda responsabilidad por las pérdidas, salvo en
este último caso, por lo indicado en el párrafo anterior.

5.1.24. UTILIDADES

La distribución de utilidades sólo puede hacerse en mérito de los estados


financieros preparados al cierre de un período determinado o la fecha de corte
en circunstancias especiales que acuerde el directorio. Las sumas que se
repartan no pueden exceder del monto de las utilidades que se obtengan.

Si se ha perdido una parte del capital no se distribuye utilidades hasta que el


capital sea reintegrado o sea reducido en la cantidad correspondiente.

Tanto la sociedad como sus acreedores pueden repetir por cualquier


distribución de utilidades hecha en contravención con este artículo, contra los
socios que las hayan recibido, o exigir su reembolso a los administradores
que las hubiesen pagado. Estos últimos son solidariamente responsables.

Sin embargo, los socios que hubiesen actuado de buena fe estarán obligados
sólo a compensar las utilidades recibidas con las que les correspondan en los
ejercicios siguientes, o con la cuota de liquidación que pueda tocarles.

5.1.25. PUBLICACIONES

Las publicaciones a que se refiere esta ley serán hechas en el periódico del
lugar del domicilio de la sociedad encargado de la inserción de los avisos
judiciales.

Las sociedades con domicilio en las provincias de Lima y Callao harán las
publicaciones cuando menos en el Diario Oficial El Peruano y en uno de los
diarios de mayor circulación de Lima o del Callao, según sea el caso.

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La falta de la publicación, dentro del plazo exigido por la ley, de los avisos
sobre determinados acuerdos societarios en protección de los derechos de los
socios o de terceros, prorroga los plazos que la ley confiere a éstos para el
ejercicio de sus derechos, hasta que se cumpla con realizar la publicación.

5.1.26. PLAZOS

Los plazos contenidos en la LGS se computan con arreglo al Código Civil,


salvo estipulación distinta.
El artículo 183º del Código Civil, dispone que el plazo se computa de acuerdo
al calendario gregoriano, conforme a las siguientes reglas:
1) El plazo señalado por días se computa por días naturales, salvo que la
ley o el acto jurídico establezcan que se haga por días hábiles.
2) El plazo señalado por meses se cumple en el mes del vencimiento y en
el día de éste correspondiente a la fecha del mes inicial. Si en el mes
de vencimiento falta tal día, el plazo se cumple el último día de dicho
mes.
3) El plazo señalado por años se rige por las reglas establecidas en el
inciso 2.
4) El plazo excluye el día inicial e incluye el día del vencimiento.
5) Plazo cuyo último día sea inhábil, vence el primer día hábil siguiente

5.1.27. EMISIÓN DE TÍTULOS Y DOCUMENTOS

Las copias certificadas a que se refiere esta ley pueden ser expedidas
mediante fotocopias autenticadas por notario o por el administrador o gerente
de la sociedad, según el caso, con las responsabilidades de Ley.

Las copias certificadas para los actos que requieran inscripción deberán ser
certificadas por notario.

Para la emisión de los títulos y documentos a que se refiere esta ley, se puede
utilizar, en lugar de firmas autógrafas, medios mecánicos o electrónicos de
seguridad.

5.1.28. ARBITRAJE Y CONCILIACIÓN

No procede interponer las acciones judiciales contempladas en esta ley o en


las de aplicación supletoria a ésta cuando exista convenio arbitral obligatorio
contenido en el pacto social o en el estatuto que someta a esta jurisdicción
resolver las discrepancias que se susciten.

Esta norma es de aplicación, a la sociedad, a los socios o administradores aun


cuando al momento de suscitarse la controversia hubiesen dejado de serlo y a
los terceros que al contratar con la sociedad se sometan a la cláusula arbitral.
El estatuto también puede contemplar el uso de mecanismos de conciliación
extrajudicial tales como la Conciliación, el Arbitraje, etc.

5.2. El contrato de sociedad, los convenios entre socios y terceros.

17
El contrato de sociedad.

A juicio de León Batardón, “se designa con el nombre de sociedad (…) una
agrupación de dos o más personas que dirigen sus esfuerzos hacia un fin común,
según un convenio preestablecido entre las mismas” (LEÓN BATARDÓN,
1970: 3).

Codera Martín dice del concepto de sociedad lo siguiente:

“… contrato consensual en virtud del cual dos o más personas, denominadas


socios, se obligan a poner en común dinero, bienes o industria, con ánimo de
partir entre si las ganancias (…).

Tiene carácter plurilateral y no se agota en el momento de su celebración, pues


perdura a través del tiempo, pudiendo unirse a él nuevos componentes (socios) o
separarse cumpliendo ciertos requisitos.

La característica más destaca de este contrato es que:

“otorga a la entidad que se constituye (sociedad) personalidad jurídica propia,


independientemente de cada uno de los componentes (socios) …” (MARTÍN,
1982: 253).

Según Argeri, la sociedad, en su noción comercial, “... es el contrato mediante el


cual dos o más personas ejercitan en común una actividad comercial de
producción de bienes o servicios, o intermediando en la circulación de bienes, en
el transporte, seguros, etc., acordando distribuirse las utilidades y pérdidas en
proporción al resultado de las negociaciones, según el convenio y en su defecto
aplicando la ley” (ARGERI, 1982: 363)

Al respecto, Rodríguez Rodríguez señala que “... el contrato de sociedad como


contrato asociativo y de organización, no coloca a unos partícipes frente a otros,
sino que al ser coincidentes y no contrapuestos los intereses de todos, sus
respectivas declaraciones de voluntad ofrecen contenido análogo y siguen la
misma dirección; al propio tiempo que sus prestaciones, aun pudiendo tener
valor económico distinto, son cualitativamente iguales y no van dirigidas a
proporcionar a nadie el goce inmediato de las mismas, sino a fundirse entre sí
para proporcionar a todos los socios las ventajas que resulten de la buena
utilización del fondo común (RODRIGUEZ RODRIGUEZ; (citado por SOTO
ÁLVAREZ, 1994: 95)

A decir de Ascarelli, el contrato de sociedad o asociativo o de organización se


caracteriza por lo siguiente:

18
a) Es un contrato plurilateral en el sentido de que cada socio entra en relaciones
jurídicas con todos los demás, considerados en conjunto como entidad y con
cada uno de ellos en particular (...).
b) Es un contrato atípico, es decir las obligaciones que crea no están tipificadas a
través de formas previamente determinadas (...). En la sociedad cada socio
puede obligarse en forma muy variada y distinta, comprendiendo generalmente
prestaciones mixtas: de dar, hacer y no hacer.
c) Finalmente, en la sociedad, como contrato de organización, las partes no solo
tienen el deber (...), sino también el derecho de cumplir sus respectivas
prestaciones, ya que únicamente así se podrá cumplir el fin social
(ASCARELLI; (citado por SOTO ÁLVAREZ, 1994: 95).

Lo relativo a las sociedades comerciales se encuentra regulado, principalmente,


en la Ley General de Sociedades (Ley N° 26887, del 05-12-1997). En el artículo
1 de la referida Ley se precisa que quienes constituyen la sociedad convienen en
aportar bienes o servicios para el ejercicio de actividades económicas en común.

La nueva Ley en su artículo 8º les reconoce plena validez a los convenios


suscritos entre socios o entre éstos y terceros, a partir del momento que les sean
debidamente comunicados a la sociedad, siendo por tanto exigibles en todo
cuanto le sea concerniente. Señala también que, si hubiera contradicción entre
alguna estipulación de dichos convenios y el pacto social o el Estatuto,
prevalecerán éstos últimos, sin perjuicio de la relación que pudiera establecer el
convenio entre quienes lo celebraron.

Estas disposiciones constituyen una importante innovación de la Ley por cuanto


hacen obligatorias los llamados convenios parasociales o extrasocietarios,
adoptándose con ello la misma posición que las modernas legislaciones
europeas, con lo cual en el fondo se están beneficiando a las propias sociedades
si es que tales estipulaciones de los convenios privados les son de utilidad,
reconociéndose además el pleno valor de la autonomía de la voluntad.

Respecto específicamente a las acciones de las sociedades anónimas, debe


señalarse que en el artículo 101º de la nueva Ley se establece que las
limitaciones a la libre transmisibilidad de las acciones son obligatorias para la
sociedad cuando estén contempladas en el pacto social, en el Estatuto o se
originen en convenios entre accionistas y terceros, que hayan sido notificados a
la sociedad.

Tales limitaciones se deberán inscribir en la matrícula de acciones y en los


respectivos certificados. Ahora bien, cuando la Ley se refiere a las limitaciones
que se originen en el convenio, se está refiriendo a los universalmente conocidos
como convenios de sindicación de acciones, relacionados con el ejercicio de un
derecho de preferencia dentro de grupos de accionistas y que con la Ley 16123
eran simples convenios privados frente a los cuales la sociedad no se sentía
involucrada. Con la nueva Ley, hay un reconocimiento real de la validez y
eficacia de estos convenios, obligándose a la sociedad que los haga respetar.
19
Finalmente, en el tema de los convenios, es importante señalar que, tratándose
de sociedades anónimas abiertas, por disposición específica del artículo 254º de
la nueva Ley, en estas sociedades anónimas especiales no se reconoce los pactos
de los accionistas que contengan limitaciones, restricciones o preferencias
vinculadas a la negociación o libre transmisibilidad de las acciones, aun cuando
se notifiquen o se inscriban en la sociedad, pero ésta, es una excepción a la regla.

CONVENIO ENTRE SOCIOS Y TERCEROS

Hoy en día la evolución y el dinamismo del mercado ha hecho que las empresas
se adapten a nuevos cambios, necesarios para un buen desarrollo corporativo.
Para esto, no sólo se necesita una buena organización interna de la empresa sino
también, se necesitan mecanismos que puedan ser usados para agilizar
operaciones a través de creaciones o modificaciones de nuevas relaciones tanto
de carácter jurídico como administrativo sin que esto significa que para las
empresas un gasto inútil de tiempo y dinero, y que se encuentren dentro de un
marco jurídico permitido. Ante este escenario, los Convenios de Accionistas
nacen como una alternativa a través de los cuales se tranzan negociaciones en
torno a la empresa, siendo éstos gestados entre los mismos socios o entre éstos y
terceros.

En tal sentido, el presente trabajo tiene como objetivo ofrecer un acercamiento


de los llamados Convenios Parasocietarios e identificar cuáles son sus
principales deficiencias en cuanto a su regulación actual en la Ley General de
Sociedades.

Ayudados de la regulación a nivel internacional, propondremos ciertas


reformas que a nuestro juicio creemos necesarias por una correcta y efectiva
aplicación de los convenios de accionistas.

MARCO CONCEPTUAL

Los Convenios de Accionistas son acuerdos celebrados entre los socios o entre
estos y terceros con el propósito de regular la relación que mantienen con la
sociedad o la organización y funcionamiento de la misma.

De esta manera, los Convenios de Accionistas regulan los intereses de los


accionistas, que en un primer momento fueron plasmados en el Estatuto y que,
con el paso del tiempo, van evolucionando y en ciertas situaciones modifican o
profundizan las relaciones que se establecieron en él.

En nuestra legislación, se distingue dos tipos de convenios: Los Convenios


Societarios o Sociales y los Convenios Para societarios o Parasociales.

Los Convenios Societarios. - son aquellos Convenios que se encuentran


contenidos en el Estatuto Social por voluntad de los propios accionistas que los
20
obligan entre sí y para con la sociedad. Dichos convenios están regulados en el
artículo 55° de la Ley General de Sociedades (en adelante LGS) inciso b.

Los Convenios Parasocietarios.- son aquellos acuerdos establecidos entre los


accionistas o entre éstos y terceros, haciéndolos exigibles a partir de una debida
comunicación a la sociedad.

Dichos acuerdos se encuentran fuera del Estatuto de la sociedad, por lo que su


contenido puede versar sobre todas las materias (Sindicato de Accionistas y
Meros pactos), incluyendo aquellas que traten sobre acciones y ejercicios de los
derechos inherentes a ellas (materias que no podían incluir los Convenios
Societarios).

Respecto del contenido de los convenios, éste puede ser muy diverso pues los
intereses de los accionistas dependen de cómo se va suscitando el tracto sucesivo
de la sociedad; es decir, de la vida societaria que se desarrolla en el día a día, ya
que se pueden crear infinidad de situaciones que no se encuentren precisadas en
el Estatuto o que genere un cambio en las necesidades de sus protagonistas.
A pesar de la diversidad de situaciones que se pueden presentar en los
convenios, la Doctrina especializada en la materia ha distinguido dos clases de
Convenio de Accionistas según su contenido: Sindicatos de Acciones y Meros
pactos entre accionistas.

En primer lugar, se encuentran los sindicatos de acciones, los cuales son


manifestaciones de los accionistas en querer afectar sus acciones a través de
acuerdos internos que los vinculen y como consecuencia, generen obligaciones
de hacer o no hacer en actuaciones coordinadas de acuerdo a lo pactado.

Ahora bien, la Sindicación de Acciones puede dividirse en dos tipos, los cuales
son: El Sindicato de Voto o de Mando y El Sindicato de Bloqueo.

a) El Sindicato de Voto: Son aquellos que tienen como finalidad establecer un


parámetro respecto a la emisión de votos con el fin de orientar dicho acto de
voluntad en la junta general de accionistas a sus propios intereses o el de
alguna agrupación a la que pertenezcan. Es así como este tipo de sindicato
permite que, por ejemplo, se mantenga las mayorías necesarias en las Juntas
para ejercer el voto a favor o en contra de un tema que previamente ya se
discutió en su agrupación.

b) El Sindicato de Bloqueo: La idea central de este Sindicato es comprometerse


a no transferir sus acciones o a someterlas a determinadas limitaciones entre
los accionistas contratantes.

En segundo lugar, encontramos a los Meros Pactos entre Accionistas los cuales
establecen obligaciones específicas, concretas, entendibles al común de los
accionistas, de tal manera que sus premisas resulten claras y precisas para que
posteriormente no surja alguna duda que cause controversias.
21
Se diferencia de los sindicatos de accionistas en que no se necesita una
formalidad compleja o una determinada forma organizativa, puesto que, al
tratarse de asuntos en concreto, se crea de una manera más simple. Asimismo,
dichos pactos pueden versar de diferentes asuntos que no excluyen a los asuntos
incluidos en los sindicatos de votos ni a los incluidos en los sindicatos de
bloque.

CONVENIOS PARASOCIETARIOS Estos tipos de convenios se encuentran


regulados en el artículo 8° de la LGS: “Artículo 8.- Convenios entre socios o
entre éstos y terceros. Son válidos ante la sociedad y le son exigibles en todo
cuanto le sea concerniente, los convenios entre socios o entre éstos y terceros, a
partir del momento en que le sean debidamente comunicados.

Si hubiera contradicción entre alguna estipulación de dichos convenios y el


pacto social o el estatuto, prevalecerán estos últimos, sin perjuicio de la relación
que pudiera establecer el convenio entre quienes lo celebraron”.

Entre sus principales características tenemos:

a. Una de las principales e innovadoras características de los Convenios


Parasocietarios es que son convenios que crean nuevas relaciones jurídicas
distintas a las ya establecidas en el Estatuto de cada sociedad. Estas nuevas
relaciones, son exigibles y válidas para los accionistas, terceros y para la
propia sociedad, quien velará por su cumplimiento una vez que se hayan
constatado los requisitos legales.

b. Se establece como condición de validez de los Convenios Parasocietarios que


sean debidamente comunicados a la sociedad. Se cumple este requisito
cuando el convenio se encuentre anotado en el libro de Matrícula de Acciones
según lo dispuesto por el artículo 92º de la LGS.

c. Los Convenios Parasocietarios para que puedan ser válidos y exigibles, no


deben contradecir el Pacto Social ni el Estatuto pues si así lo hicieren,
prevalecerán estos últimos. Claro está que el Estatuto, definido por Doris
Palmadera como “El reglamento interno de la sociedad, integrado por un
conjunto de normas particulares de cumplimiento obligatorio relativas a la
organización y funcionamiento de la sociedad, la forma en que los socios
ejercen sus derechos y cumplen sus obligaciones y la realización de las
actividades económicas que constituyen el objeto social”; debe preferirse ante
una eventual contradicción con el Convenio Parasocietario. Sería
contraproducente pensar que en una sociedad puedan existir dos o más
mandatos legales que rijan el curso de la sociedad ya que provocaría una
incertidumbre entre los accionistas a tal punto de generar un caos y no saber
que norma seguir en el curso normal de la sociedad.

22
d. En lo referido al contenido de los Convenios Parasocietarios, como ya
señaláramos líneas arriba, pueden versar sobre limitaciones, restricciones o
preferencias en los derechos inherentes a las acciones, que es el contenido
más utilizado, puesto que los Convenios Societarios no pueden contener
dichas disposiciones. Sin embargo, nada quita que los Convenios
Parasocietarios puedan contener materias diferentes a los Sindicatos de
Acciones como disposiciones referidas a la organización de la sociedad o
decisiones que no afecten algún derecho sobre las acciones.

CONVENIOS SOCIETARIOS: CLASIFICACIÓN

A fin de entender las implicancias de la celebración de los Convenios, se pueden


establecer las siguientes clasificaciones principales:

A) Convenios que integran o “derogan” la regulación Estatutaria

La celebración de todo Convenio busca integrar o “derogar” la normativa estatutaria.

En el primer caso, se busca regular situaciones no contempladas en contrato de sociedad


o especificar con mayor detalle diversas situaciones contempladas en dicho instrumento.
Bajo esta función, el Convenio se presenta como un complemento de las estipulaciones
señaladas en el contrato de sociedad, las cuales, en caso no estar en contra de lo
establecido en dicho instrumento sirve para conseguir un contrato de sociedad menos
incompleto. Este tipo de convenios son bastante usuales en operaciones de fusiones y
adquisiciones ya que permiten a las partes poder ajustar el convenio a sus necesidades,
ampliando el campo de la regulación estatutaria o yendo en contra de la misma.

El segundo caso es más complicado que el anterior, ya que las partes establecen una
regulación abiertamente en contra de lo señalado en el Estatuto Social. En este caso,
resulta problemático determinar si ante aquello las estipulaciones del Convenio que
recaigan en dicha situación son “nulas” por contravenir al Estatuto o son inoponibles a
la Sociedad. Y en el primer caso, hay que ver si lo regulado en el Estatuto, a su vez, se
refiere a una norma de carácter imperativo o no en la Ley General de Sociedades.

Al respecto, el segundo párrafo del artículo 8 de la Ley General de Sociedades establece


que “(si) hubiera contradicción entre alguna estipulación de dichos convenios y el pacto
social o el estatuto, prevalecerán estos últimos, sin perjuicio de la relación que pudiera
establecer el convenio entre quienes lo celebraron.” Al respecto, dos temas:

a) Nótese que esta disposición presupone la validez del Convenio bajo las directrices
generales del ordenamiento jurídico. La referida disposición no es más que una de las
manifestaciones de la mayor rigidez que existe intra muros de la Sociedad o, en otros
términos, la mayor libertad que exista fuera de la organización societaria.

Aquello lo menciono debido a que, como se recordará, en aquellos casos en los que un
“acuerdo societario” negocio jurídico destinado a insertarse en la organización
intrasocietaria fuera “contrario” al Estatuto o el Pacto social, el remedio establecido
para el mismo no sería la inoponibilidad, como en el caso del artículo 8 de la Ley

23
General de Sociedades, sino (a) la nulidad, en aquellas sociedades que no fueran la
sociedad anónima, o (b) la impugnabilidad, en aquellos casos en los que nos
encontremos ante una sociedad anónima (Navarrete Pérez, 2008), según lo señalado en
los artículos 38, 139 y 150 de la Ley General de Sociedades.

b) Por otro lado, dicha prevalencia se entiende, desde luego, bajo el supuesto de que lo
dispuesto en el Convenio no sea nulo por sí mismo, ya que la Ley General de
Sociedades no eximen al Convenio de cumplir con el parámetro de licitud que debe
respetar todo negocio jurídico.

Convenio celebrado por todos o algunos socios

Otra clasificación importante en lo que a los Convenios se refiere es aquella referida al


número de socios que intervienen en el Convenio. En tal sentido, los efectos (u
oponibilidad) de los que puede gozar un Convenio no serán los mismos en aquellos
casos en los que intervengan todos los socios, y por ende exista una identidad subjetiva
plena o total entre las partes del Convenio y los socios de la Sociedad, o en la que
intervengan sólo algunos de aquellos (mayores detalles de este tema me los reservo para
otra entrada planteando de manera genérica el tema en esta entrada).

Aquí debe tenerse en cuenta que los socios no forman una nueva persona jurídica o
sujeto de derecho con la celebración del Convenio, incluso en aquella situación en la
que exista una identidad subjetiva plena entre los socios de la Sociedad en cuestión y las
partes del Convenio. Al respecto, hay que tomar en cuenta que las reglas que rigen el
Convenio son las propias del Derecho de los Contratos, en el sentido de que las
modificaciones al Convenio, por ejemplo, deben, en principio, ser acordadas por todos
los intervinientes del mismo.

a) El Convenio entre todos los socios, tal como su nombre lo indica, involucra a todos
aquellos titulares de accione o participaciones en la Sociedad al momento de la
celebración del mismo. La suscripción de aquel será frecuente en Sociedades en las que
la composición accionaria se encuentra concentrada en manos de pocas personas, ya sea
en típicas sociedades familiares o en sociedades en las que a pesar de no existir dichos
vínculos los socios son pocos. El hecho de ser pocos los socios reduce los costos de
búsqueda, negociación y celebración del Convenio.

La celebración de éste tipo de Convenio es usual en las operaciones de private equity en


las que un inversionista estratégico, como un Fondo de Inversión, por ejemplo, destina
recursos a la compra de una participación relevante dentro del capital social que irá más
allá del 51 % de las acciones o participaciones de la Sociedad. En dicho caso, lo usual
es celebrar un convenio con los demás socios que no vendieron y permanecieron en la
sociedad.

En el caso peruano, y en general, en el ámbito de los países de la tradición jurídica del


civil law, serán los acuerdos de todos los socios los que tendrán mayor relevancia en la
práctica societaria, debido a la estructura concentrada de la propiedad de las Sociedades
en los países de nuestra tradición jurídica (La Porta, 1999)

En este caso, la total identidad entre partes del contrato de sociedad y el Convenio
Societario, permite despejar cualquier duda respecto de la función de complemento que

24
tiene este último negocio del primero. “Los pactos parasociales de todos los socios que
complementan el contrato social en sentido estricto son de gran transcendencia, pues de
no acordarse el contenido de tales pactos, las partes probablemente no entrarían en la
relación societaria. Sería absurdo por parte de los socios poner dinero, sin condiciones,
en manos de la gestión de otros, por eso, lo que hacen es clarificar los aspectos crítico
de la futura relación societaria con carácter previo a la decisión de invertir dinero en el
negocio.” (Sáez Lacave, marzo 2009)

Ahora bien, aquellos convenios parasociales en los cuales existe la posibilidad de que
todos los socios puedan intervenir parten del supuesto de la existencia de un número
reducido de los mismos a fin de que los costos de búsqueda y de celebración no sean tan
elevados que hagan que el Convenio no se celebre.

b) En el segundo caso, es decir, en aquellas Sociedades en las que sean muchos los
socios, el Convenio se celebrará, generalmente, entre algunos de los socios debido a la
dificultad de poder reunir a todos o al hecho de que en éstos casos las relaciones entre
los mismos no se asemejan a las de las sociedades con estructura de propiedad
concentrada.

Ahora, es verdad que los pactos parasociales pueden ser celebrados sin la necesidad de
la intervención de todos los socios o entre alguno o algunos de éstos y terceros, sin
embargo, considero que dichos convenios no tienen la vocación ni la aptitud, a pesar de
la eficacia que les pueda reconocer la Ley General de Sociedades, para completar el
contrato de sociedad debido a que sus intervinientes no son todos los socios, y, por
ende, no son todas las partes del contrato de sociedad. En este caso, queda la duda de los
alcances que pueda tener un convenio societario en el cual no hayan intervenido todos
los socios o en el que hayan intervenido algunos de aquellos y un tercero, ya que podría
resultar atentatorio contra el interés de los socios no intervinientes. En cualquier caso, se
debería buscar la manera de coordinar dicho convenio societario con el estatuto social, y
en caso de duda privilegiar éste último documento al ser la norma fundamental dentro
del andamiaje societario.

Tal como señala María Isabel SÁEZ LACAVE, aunque en ambos casos nos
encontremos ante convenios extraestatutarios, el dato más importante no es tanto su
forma sino la función económica que los mismos pretenden cumplir. En tal sentido, “a
diferencia fundamental estriba en que los acuerdos de todos los accionistas son en
sustancia complemento del contrato social tal y como se recoge en los estatutos, de tal
manera que juntos –pactos más estatutos- conforman desde una óptica económica, un
contrato -más- completo de sociedad.” (Sáez Lacave, Los pactos parasociales de todos
los socios en el Derecho Español, en InDret, Revista para el análisis de Derecho, marzo
2009)

Convenios con intervención de terceros

También vinculados con el tema de los efectos están los Convenios en los que además
de intervenir los socios se produce la intervención de algún tercero, los cuales han sido
incluidos por el legislador bajo la misma denominación de “convenios societarios”. En
mi opinión en estos casos, a efectos de dotar de oponibilidad y exigibilidad frente a los
derechos y obligaciones, y en general respecto de cualquier situación jurídica subjetiva
que surja del convenio, se deben recurrir a los mecanismos civiles para la atribución de

25
situaciones jurídicas a favor de terceros (contrato a favor de tercero y cesión de
derechos) o a cargo de terceros (promesa de la obligación u hecho de un tercero).
Además, debe recordarse que a pesar de que intervenga alguno de los socios, éste no
podrá, por su sola declaración obligar a los demás socios, salvo en los términos ya
señalados, o comprometer a la Sociedad misma, a pesar de que pueda ser el accionista
mayoritario, siendo en tales casos, tanto los socios como la Sociedad terceros a los que
no le son oponibles los efectos de los acuerdos con el o los terceros.

Los Convenios o Pactos de voto

Por su parte, los pactos de voto son más típicos de sociedades de accionariado difundido
en la cual se busca o ejercer el control de la sociedad o defenderse de los abusos de la
mayoría. En el caso de los sindicatos de voto, por demás, la especie más conocida de los
Convenios, éstos pueden estructurarse a través de lo siguiente:

a. La delegación del voto a favor de algún tercero o uno de los accionistas,


a fin de que vote de una manera predeterminada (incluyendo el voto
negativo y la abstención).
b. La constitución de un órgano que se encargará de determinar
ocasionalmente el sentido de la votación, regido por criterios de
unanimidad o mayorías o, incluso.

c. La transferencia temporal de las acciones a favor de algún tercero a


efectos de que pueda ejercer el derecho de voto en un sentido
determinado, lo cual se conoce en el common law como voting trusts.
d. Los socios pactan restricciones a la transferencia de las acciones a
efectos de que nuevos socios no ingresen dentro de la Sociedad y el
grupo del sindicato se cohesiones.

Tipologías o funciones de los Convenios Societarios

Tradicionalmente los Convenios eran celebrados con la función de formar los


denominados sindicatos “de mando” o “de bloqueo” (Gutiérrez Camacho, 2010).
(Caamaño, 2011)

Sin embargo, en la actualidad, dichas funciones se han visto sobrepasadas por las
nuevas funciones que cumplen los Convenios en la realidad societaria. Nuevas
funciones que se ven incrementadas día a día y que se derivan de las necesidades
prácticas de los hombres de negocios, para usar la expresión de GARRIGUES, a lo
largo del planeta, y que encuentran su sustento jurídico normativo en el principio de la
autonomía privada.

a. Así, por ejemplo, un Convenio puede regular el funcionamiento de los


órganos de la Sociedad, tales como la Junta, el Directorio y la Gerencia.
En tal sentido, se podrán, (a) establecer quórums y mayorías diversas a
las establecidas en el Estatuto.

b. Especificar los deberes fiduciarios de los socios mayoritarios frente a los


minoritarios, o los administradores frente a los socios.

26
c. Detallar obligaciones de la Gerencia en cuanto a reportes de gestión u
operaciones con vinculados, entre otros aspectos.

Adicionalmente, puede regular determinados compromisos de entrada, tales como


inversiones específicas, aumento de capital, no competencia, transferencia de activos o
tecnología, régimen de prestaciones accesorias, entre otros. En tal sentido, los
Convenios pueden servir para establecer obligaciones a favor de la Sociedad o reforzar
la estructura patrimonial de la empresa. En el primer caso los socios pueden
comprometerse a desarrollar determinadas actividades a favor de la Sociedad superando
de tal modo la limitación de no aportar “servicios” en los casos de sociedades de
capitales, por ejemplo. Podría también darse el caso que a través de dichos pactos los
socios amplíen el ámbito de su responsabilidad frente a los acreedores de la Sociedad de
modo tal de dar mayor seguridad a los financiadores, ya sea a través del cumplimiento
“en lugar” de la Sociedad o el cumplimiento directo. Asimismo, cabe la posibilidad de
que se establezcan compromisos de emitir el voto de determinada manera a fin de no
perjudicar a los acreedores como en el caso de conversión de obligaciones, por ejemplo.

Además, se pueden incluir compromisos de permanencia tales como limitación a la


transferencia de acciones o participaciones, derechos de preferencia en la transferencia,
confidencialidad, política de dividendos, entre otras.

Finalmente, se pueden establecer compromisos de salida, tales como mecanismos de


salida a través de opciones explícitas como derechos opciones de venta o compra,
opciones implícitas como derechos de tagalong, dragalong, buysell, esquema de
valorización de acciones, participaciones o cuotas en caso de venta, separación o
exclusión.

En general, el único límite de los Convenios está dado por aquellos vinculados a la
autonomía privada. En nuestro ordenamiento las cláusulas de preferencia para la
adquisición de acciones o participaciones vienen ya dadas por la Ley General de
Sociedades para la Sociedad Anónima Cerrada y la Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada, sin que dichas cláusulas no puedan ser incluidas en los
Convenios para sociedades como la sociedad anónima que no tiene por defecto dicho
tipo de cláusulas pero que por su configuración accionaria en nuestro país puede
justificar dicha regulación.

Una consideración importante en el caso de adquisición de acciones a través de


opciones es el referido al precio de transferencia de las mismas, sobre todo si se tiene en
cuenta que, en sociedades cerradas, no existe un “valor de mercado” de las mismas
(Schneeman, 2010). En estos casos, podrá establecerse un precio determinado que podrá
actualizarse periódicamente, vincular el precio al valor en libros de la Sociedad, algún
indicador financiero (EBITDA) o el mejor precio que un tercero esté dispuesto a ofrecer
por las mismas, entre otras fórmulas.

No obstante lo anterior, la multiplicidad de funciones para las que pueden ser utilizados
los Convenios no impide realizar una consideración unitaria de la figura, ya sea desde el
punto de vista de su función económica (Bologna, 2009), o desde una óptica
estrictamente jurídica, colocándolo como un ordenamiento paralelo al Pacto Social

27
(Bologna, I patti parasociali nel diritto internazionale privato (Les pactes d’actionnaires
en droit international privé), Tesi di dottorato, Universitá degli studi di Padova, 2009, p.
24., 2009).

5.3. La Sociedad Anónima en la doctrina y la legislación, la


modificación del estatuto, aumento y reducción del capital y otras formas
societarias.

5.3.1. ORGANOS DE LA SOCIEDAD


Administración de la Sociedad, Órganos Sociales
Una característica de la Sociedad Anónima consiste en el mecanismo de división de poderes
entre los diferentes órganos sociales, con la finalidad común de administrar de manera eficiente
el negocio social.
La Ley General de Sociedades establece que la Sociedad Anónima contará con los siguientes
órganos sociales:

a) Junta General de Accionistas: Es el órgano social encargado de tomar las decisiones


correspondientes para la buena marcha del negocio social.
b) Directorio: La función principal del Directorio consiste en la administración de la Sociedad,
por ésta razón se reúne con relativa frecuencia al igual que la Junta de Accionistas.
c) Gerencia: Es el órgano ejecutivo de la sociedad, con facultades de representarla ante
terceros.
En el caso de las sociedades anónimas cerradas el directorio es facultativo, así el artículo 247º
de la Ley General de Sociedades, establece que: “En el pacto social o en el Estatuto de la
Sociedad se podrá establecer que la sociedad no tiene Directorio.
Cuando se determine la no existencia del Directorio, todas las funciones establecidas en la Ley
para éste órgano societario serán ejercidas por el Gerente General”.
Junta General de Accionistas.
Concepto
La Junta de Accionistas es el órgano que decide la marcha de las actividades de la sociedad. Los
accionistas reunidos en la Junta General adoptan una serie de acuerdos, que expresan la
voluntad social.
La Ley de Sociedades regula de manera estricta los requisitos y formalidades que debe cumplir
la Junta General de accionistas para ser considerada como tal, de lo contrario sería una simple
reunión de personas, cuyos acuerdos no forman la voluntad de la Sociedad Anónima.
La Ley General de Sociedades elabora un concepto de Junta General de accionistas, tal como lo
establece el artículo 111º:
Competencia de la Junta General de Accionistas
La ley actual señala que la Junta General de accionistas se le considera como una junta única
que se debe reunir por lo menos una vez al año para tratar los siguientes asuntos:

28
a. Debe decidir de manera obligatoria los asuntos que señalan los incisos 1º) y 2º)
del artículo 114º de la Nueva Ley General de Sociedades.
b. Si los accionistas lo consideran necesario la Junta debe decidir acerca de los
temas que establecen los incisos: 3), 4) y 5) del artículo 114º y los del artículo
115º, en la junta obligatoria anual o en cualquier momento del año los temas
que establece el artículo 115º si los accionistas lo consideran necesario y en
cualquier momento del año.
c. Los temas que debe decidir la Junta obligatoria anual son similares a los que
trataban la Junta general Ordinaria con las siguientes diferencias:
 El consejo de vigilancia como órgano social no ha sido tomado en cuenta por la nueva
Ley General de Sociedades, en consecuencia, la junta no está obligada a elegir sus
miembros.
 La Nueva Ley General de Sociedades establece que la Junta General de Accionistas
puede designar auditores externos cuando corresponda, o delegar en el Directorio tal
designación.
Convocatoria a la Junta.
Requisitos
La convocatoria es un requisito formal e instituible para constituir válidamente la junta general
de accionistas. En otras palabras, si no existe convocatoria, no existe junta y la reunión de
accionistas no pasa de ser una simple reunión de personas cuyas decisiones no vinculan a la
sociedad.
La ley exige que la convocatoria cumpla con una serie de requisitos y formalidades tales como:
a) El Directorio es el órgano social encargado de convocar a la Junta General de Accionistas
cuando lo considere necesario y de manera obligatoria cuando lo ordena la ley o el estatuto.
En caso de directorio facultativo, debe convocar a la Junta el Gerente General.
Se debe tener en cuenta que la ley prevé la posibilidad de convocatoria a Junta, debido a la
solicitud de un número de accionistas que representen cuando menos el 20% de las acciones
suscritas con derecho a voto.
En éste caso el Directorio debe publicar el aviso de convocatoria dentro de los quince días
siguientes a la recepción de la solicitud respectiva, la cual debe indicar los asuntos que los
solicitantes se propongan tratar, la Junta General debe convocarse para su celebración dentro de
un plazo de 15 días de la fecha de publicación de la convocatoria. Si el directorio no convoca a
la Junta pueden solicitar al Juez de la sede de la sociedad que ordene la convocatoria por el
proceso no contencioso.
En el caso que el Juez ampare la solicitud ordena la convocatoria indicando la siguiente
información:
 El lugar, día y hora de la reunión.
 Objeto de la reunión.
 El nombre de la persona que presidirá.
 El nombre del Notario que dará fe de los acuerdos.
 La convocatoria a la Junta General de Accionistas debe publicarse.

a) El aviso de convocatoria debe publicarse con una anticipación no menor de 10 días


de la fecha fijada para su celebración en los siguientes casos:

- Celebración de la Junta obligatoria anual.

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- Juntas de accionistas previstas en el Estatuto.
En los demás casos, las juntas de accionistas que se celebren en cualquier momento del año y
que no se encuentren previstos en el Estatuto, el aviso de convocatoria debe publicarse con una
anticipación no menor de 3 días.
b) El aviso de convocatoria debe contener la siguiente información:

– El lugar, día y hora de la celebración de la Junta General, en primera convocatoria, y en


caso de prever la celebración de una segunda convocatoria, ésta se lleva a cabo no
menos de 3 ni más de 10 días después de la primera.
– Los asuntos que tratarán en la junta de accionistas. En éste caso la ley establece que a la
Junta General no puede tratar asuntos distintos a los señalados en el aviso de
convocatoria.
Derecho de concurrencia a la Junta General de Accionistas
De acuerdo con la Ley General de Sociedades, pueden asistir a la Junta, todas las personas que a
criterio de los accionistas o el Directorio puedan contribuir al debate, con la finalidad de llegar a
la mejor solución. Sin embargo, únicamente los titulares de acciones con derecho a voto pueden
ejercer éste derecho.
Así el artículo 121º de la Ley General de Sociedades establece lo siguiente:
Pueden asistir a la Junta General y ejercer sus derechos, los titulares de las acciones con derecho
a voto que figuren inscritas a su nombre en la matrícula de acciones, con una anticipación no
menor de dos días al de la celebración de la Junta General.
Los directores y el Gerente general que no sean accionistas pueden asistir a la Junta general con
voz, pero sin voto.
Por otra parte, la Ley General de Sociedades establece que los accionistas no están obligados a
asistir personalmente a la Junta General, ya que pueden designar un apoderado que lo represente
Normas Generales sobre el Quórum
De acuerdo a la Ley General de Sociedades, la Junta General de Accionistas es presidida por el
Presidente del Directorio y el Gerente General actúa como Secretario, a menos que el Estatuto
disponga la designación de otra persona.
En ausencia o impedimentos de éstos, la junta designa entre los concurrentes a las personas que
desempeñarán tales funciones.
Quórum simple y calificado
El Quórum es el número mínimo de acciones suscritas con derecho a voto, cuyos titulares o
representantes, concurran a la Junta, para que ésta se considere instalada válidamente de
acuerdo a la Ley General de Sociedades.
El quórum puede ser de dos clases:
a) Quórum simple: La Junta se considera instalada válidamente en primera convocatoria
cuando se encuentre representado, al menos, el 50% de las acciones suscritas con
derecho a voto.
En segunda convocatoria, será suficiente la concurrencia de cualquier número de acciones
suscritas con derecho a voto.

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b) Quórum Calificado: En éste caso la Junta se considera instalada válidamente en
primera convocatoria, cuando se encuentre representado, al menos, los 2/3 de las
acciones suscritas con derecho a voto.
En segunda convocatoria, basta la concurrencia de al menos 3/5 partes de las acciones suscritas
con derecho a voto.
Adopción de Acuerdos
De acuerdo a la Ley General de Sociedades, los acuerdos en la Junta General de Accionistas se
adoptan por mayoría.
Sin embargo, al igual que en el caso del quórum, existen dos clases de mayorías g que considera
la Ley.
a) Mayoría simple: En éste caso los acuerdos se adoptan con el voto favorable de la mayoría
absoluta de las acciones suscritas con derecho a voto representadas en la Junta.
b) Mayoría calificada: En éste caso los acuerdos se adoptan por un número de acciones que
represente cuando menos, la mayoría absoluta de las acciones suscritas con derecho a voto.
Finalmente, se debe tener en cuenta que el Estatuto puede establecer quórum y mayorías
superiores a los señalados, pero nunca inferiores.
Derecho de Información de los Accionistas
Desde el día de publicación del aviso de convocatoria, toda información que la sociedad
disponga respecto de los asuntos que figuran en la agenda, debe ponerse a disposición de los
accionistas.
Este requisito es fundamental, ya que se tomarán decisiones que beneficien a la Sociedad y a los
accionistas de manera individual, en la medida que éstos pueden acceder a toda información
relevante acerca de los asuntos que se van a discutir.
Asimismo, las personas con derecho a asistir con voz, pero sin voto deben poseer la misma
información, con la finalidad de contribuir al debate y llegar a la mejor solución.
5.3.2. DIRECTORIO
Directorio.
Concepto:
El Directorio es un órgano social que forma parte de la estructura jurídica de la sociedad
anónima, cuyo objetivo es la administración eficiente del negocio social; por ésta razón, su
organización particular, así como el ejercicio de sus funciones son estrictamente regulados por
la Ley General de Sociedades, de ésta manera se busca proteger los intereses de la sociedad y de
los accionistas.
El Directorio se reúne con mucha frecuencia para tomar acuerdos importantes de manera rápida
y eficaz con la finalidad de resolver los problemas que se presentan de manera cotidiana; en
consecuencia, es de vital importancia para la sociedad y los accionistas que los Directores
ejerzan su cargo con honestidad y transparencia.
Sin embargo, una sociedad Anónima que cuente con un número mínimo de socios, puede no
tener Directorio, ya que la Junta de Accionistas ejerce un control directo sobre la administración
del negocio social:

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Cuando se determina la no existencia del directorio todas las funciones para éste órgano
societario serán ejercidas por el Gerente General.
Directorio,
Organización
Número de Miembros: De acuerdo con el artículo 153º de la Ley General de Sociedades, el
Directorio es un “órgano colegiado”, ya que tiene un número plural de miembros que en ningún
caso puede ser inferior a 3. Sobre éste aspecto, el número de Directores se elige bajo cualquiera
de las siguientes modalidades:
Número Fijo:
Los fundadores en la constitución social, establecen un número preciso de miembros que
formarán parte del Directorio, de ésta manera la Junta de accionistas no podrá elegir un número
superior o inferior de los miembros.
Número Variable
En éste caso se establece un tope, ya sea mínimo o máximo en el número de Directores que
elijan. Existen tres maneras de establecer éstos topes:
- Número mínimo de Directores.
- Número máximo de Directores.
- Se establece un tope mínimo y máximo.
En todos éstos casos, la Junta General debe decidir el número de Directores que va a elegir,
antes de proceder a la designación, tal como lo establece el artículo 155º de la Ley General de
Sociedades.
Por otro lado, la ley establece que se puede establecer en el Estatuto la obligación de elegir
Directores suplentes, dicha elección se puede cumplir de dos maneras:
- Eligiendo un número fijo de Directores suplentes.
- Eligiendo uno o más miembros suplentes para cada Directorio Titular.
Calidad de Miembro del Directorio
Requisitos
La Ley General de Sociedades, establece que los miembros del Directorio deben cumplir con
los siguientes requisitos:
a) El cargo de Director recae sobre personas naturales.
b) No es necesario ser accionista para ser director, a menos que el Estatuto disponga lo
contrario.
c) El cargo de Director, sea titular o suplente o alterno, es personal, salvo que en el
Estatuto autorice la representación.
Impedimentos
El artículo 161º establece que las siguientes personas no pueden ser miembros del Directorio:
a) Los incapaces.
b) Los quebrados.
c) Los que por razón de cargo o funciones están impedidos de ejercer el comercio.

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d) Los Funcionarios y servidores públicos, que presten servicios en entidades públicas
cuyas funciones estuvieran directamente vinculadas al sector económico en el que la
sociedad desarrolla su actividad empresarial, salvo que representen la participación del
Estado en dichas Sociedades.
e) Los que tengan pleito pendiente con la sociedad en calidad de demandantes o estén
sujetos a acción social de responsabilidad iniciada por la Sociedad y los que estén
impedidos por mandato de una medida cautelar dictada por la autoridad judicial o
arbitral.
f) Los que sean Directores, administradores, representantes legales o apoderados de
Sociedades o socios de Sociedades de personas que tuvieran en forma permanente
intereses opuestos a los de la sociedad o que personalmente tengan con ella oposición
permanente.
En éste conjunto de circunstancias impiden a una persona natural formar parte del Directorio,
trata de evitar un especial conflicto de intereses entre el Directorio y la Sociedad, que
finalmente le ocasiona un perjuicio grave, por ejemplo, es fácil suponer que una persona al
desempeñar el cargo de Director de dos sociedades con intereses contra puestos, perjudicará a
una de ellas en cualquier momento, por ésta razón el artículo 180º de la Ley General de
Sociedades complementa el artículo 161º ya que prohíbe a los Directores de manera expresa;
adoptar acuerdos que favorezcan sus intereses personales en perjuicio de la sociedad.
El Director que contravenga las disposiciones de éste artículo es responsable de los daños y
perjuicio que cause a la Sociedad y pueda ser removido por el Directorio o por la Junta General
a propuesta de cualquier accionista o Director.
Finalmente, el artículo 162º de la ley establece que las personas que cumplan con cualquiera de
los impedimentos señalados anteriormente, no pueden aceptar el cargo y en todo caso deben
renunciar inmediatamente si sobreviene el impedimento, de lo contrario responden por los
daños y perjuicios que sufra la sociedad y serán removidos de inmediato por la Junta General.
Vacancia y Duración del Directorio:
De acuerdo a la Ley General de Sociedades el cargo de Director vaca por fallecimiento,
renuncia, remoción o por incurrir en algunos causales de impedimento señalados por la Ley o el
Estatuto.
Se debe tener en cuenta que el cargo de Director debe tener un plazo determinado, ya que, de
acuerdo con la Ley General de Sociedades, la duración del directorio tiene un plazo de mínimo
de 1 año y máximo de 3. tal como lo dispone el artículo 163º de la Ley.
Por otro lado, si se produce la vacancia de uno o más Directores antes de finalizar su período, y
no existe suplentes en ese momento; el directorio puede nombrar a los reemplazantes con la
finalidad de completar el número que establece el Estatuto, o el que decida la Junta de
Accionistas en su caso; hasta finalizar el período correspondiente.
Finalmente, en caso de que se produzca vacancia de Directores, en un número que no permita la
reunión válida del directorio, los miembros hábiles que restan asumirán de manera provisional
la administración. Sin embargo, la ley establece que, en éstos casos, deberán convocar de
inmediato a la Junta General de accionistas para que elija un nuevo Directorio.
En el caso que no se lleva a cabo ésta convocatoria el Gerente debe convocar a la Junta y si pese
a ello la convocatoria no se lleva a cabo dentro de los tres días siguientes, cualquier accionista
puede solicitar al Juez que la ordene, por el proceso sumarísimo.

Elección

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De acuerdo con la Ley General de Sociedades, el Directorio es un órgano colegiado
elegido por la Junta General. Sin embargo, la elección de sus miembros, es un
procedimiento cuyos requisitos y formalidades se encuentran regulados de manera
estricta en la ley, con la finalidad de garantizar la representación de los accionistas
minoritarios en el Directorio.
El procedimiento de elección es el siguiente:
- Cada acción da derecho a tantos votos como Directores deben elegirse.
- Cada votante puede acumular sus votos a favor de una sola persona o
distribuirlos en varios de los candidatos.
- Ejercerán el cargo de Directores, quienes obtengan el número mayor de votos.
- Si dos personas obtienen igual número de votos y no pueden formar parte del
Directorio todas, ya que exceden del número establecido en el estatuto, se decide
por sorteo quienes serán los Directores.
- Si existen diversas clases reacciones con derecho a elegir un número
determinado de directores, se llamean a cabo votaciones separadas en juntas
especiales de los accionistas que representen a cada una de dichas clases de
acciones; sin embargo, cada votación se hará con el sistema de participación de
la minoría.
Así el artículo 153º de la Ley General de Sociedades establece lo siguiente:
El Directorio es un órgano colegiado elegido por la Junta General.
Cuando uno o más clases de acciones tengan derecho a elegir un determinado número
de directores, se hará en junta especial”.
Finalmente, el artículo 164º de la ley establece que éste sistema de elección no es
aplicable en los siguientes casos:
– Cuando el estatuto establezca un sistema diferente de elección, siempre y cuando
la representación de la minoría no resulte inferior.
– Cuando los Directores sean elegidos por unanimidad.
Convocatoria y Reglas de Quórum.
De acuerdo con la Ley General de Sociedades, el Presidente del Directorio debe
convocar al directorio en los plazos u oportunidades que señale el estatuto y cada vez
que lo juzgue necesario para el interés social, o cuando lo solicite cualquier director o el
gerente general. Si el presidente no efectúa la convocatoria dentro de los diez días
siguientes o en la oportunidad prevista en la solicitud, la convocatoria lo hará cualquiera
de los directores.
La convocatoria se efectúa en la forma que señale el estatuto y, en su defecto, mediante
esquelas con cargo de recepción, y con una anticipación no menor de tres días a la fecha
señalada para la reunión. La convocatoria debe expresar claramente el lugar, día y hora
de la reunión y los asuntos a tratar; empero, cualquier director puede someter a la
consideración del directorio los asuntos de interés para la sociedad. Se puede prescindir
de la convocatoria cuando se reúnen todos los Directores y acuerdan por unanimidad
sesionar y los asuntos que se van a discutir.

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Respecto al quórum, el artículo 168º de la Ley General de Sociedades establece lo
siguiente:
El quórum del Directorio es la mitad más uno de sus miembros. Si el número inmediato
superior al de la mitad de aquel.
El Estatuto puede señalar un quórum mayor en forma general o para determinados
asuntos, pero no es válida la disposición que exija la concurrencia de todos los
Directores.
Adopción de Acuerdos
La adopción de acuerdos se encuentra establecido en el artículo 169 de la ley” Cada
director tiene derecho a un voto. Los acuerdos del directorio se adoptan por mayoría
absoluta de votos de los directores participantes. El estatuto puede establecer mayoría
más altas. Si el estatuto no dispone de otra manera, en caso d empate decide quien
preside la sesión.
Las resoluciones tomadas fuera de sesión de directorio, por unanimidad de sus
miembros, tienen la misma validez que si hubieran sido adoptadas en sesión siempre
que se confirmen por escrito.
El estatuto puede prever la realización de sesiones no presenciales, a través de medios
escritos, electrónicos, o de otra naturaleza que permitan la comunicación y garanticen la
autencidad del acuerdo. Cualquier director puede oponerse a que se utilice este
procedimiento y exigir la realización de una sesión presencial.
Actas
Al igual que la Junta General de Accionistas, los acuerdos del Directorio deben constar
por escrito en unos documentos denominados actas que se recogen en un libro, en hojas
sueltas o en cualquier forma permitida por la ley.
El acta es un documento formal, en consecuencia, su elaboración y contendido son
regulados por la Ley General de Sociedades.
La información obligatoria que debe contener dicho documento se encuentra establecida
en el artículo 170º de la ley.
Ejercicio del Cargo
Obligaciones
De acuerdo con la ley General de Sociedades, los miembros del Directorio deben
desempeñar el cargo con la “diligencia de un ordenado comerciante y de un
representante leal”. Esto quiere decir que, los Directores deben cumplir con sus
obligaciones con la cautela o diligencia que tendría cualquier persona dedicada a una
actividad lucrativa, como si estuviera resguardando sus propios intereses.
En éste sentido las principales obligaciones de los miembros del Directorio, se
encuentran establecidas en el artículo 171º, 172º, 173º, 175º y 176ºde la ley.
Delegación

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El Directorio debe respetar los requisitos con la finalidad de delegar sus funciones:
a) El Directorio puede nombrar a uno o más Directores para resolver
determinados actos.
b) La delegación permanente de alguna facultad del Directorio y la designación
de los miembros, requiere del voto favorable de los 2/3 partes de los
miembros del Directorio.
c) Para la inscripción basta con la copia certificada de la parte pertinente del
acta.
d) Existen ciertas funciones que no se pueden delegar como la rendición de
cuantas y la representación de Estados Financieros a la Junta General.
e) Es responsabilidad del Directorio el cumplimiento de los acuerdos de la
Junta General, salvo disposición en contrario del Estatuto.
Responsabilidad
La Ley General de Sociedades establece un conjunto de reglas que establecen de
manera precisa cuáles son las obligaciones del Directorio y el límite e
incompatibilidades en el ejercicio de sus funciones, de ésta manera se crea un sistema
especial de responsabilidad que permite fiscalizar la labor de los miembros del
Directorio en un período determinado.
La ley establece reglas precisas para la celebración de los contratos entre el Directorio y
la sociedad; en caso de incumplimiento responden de manera solidaria ante la Sociedad
y los terceros acreedores por los contratos, créditos, préstamos o garantías celebrados
con infracción a sus normas.
En éste sentido la Ley General de Sociedades establece las siguientes reglas:
a. El Directorio sólo puede celebrar con la sociedad contratos que versen
sobre aquellas operaciones que normalmente realice la sociedad con
terceros.
b. Los contratos se concretan de acuerdo a las condiciones del mercado.
c. La sociedad sólo puede conceder crédito o préstamos a los Directores u
otorgar garantías g a su favor cuando se trate de operaciones que
normalmente celebren con terceros.
d. Si no reúnen éstos requisitos los contratos de préstamos, crédito o
garantía pueden celebrarse con el acuerdo previo del Directorio g tomado
con el voto de al menos dos tercios de sus miembros.
e. Estas reglas se aplican de manera adicional a los Directores de empresas
vinculadas y a los cónyuges, descendientes, ascendientes y parientes
dentro del tercer grado de consanguinidad o segundo de afinidad de los
Directores de la Sociedad.
La responsabilidad de los miembros del Directorio la decide el poder judicial, que actúa
a solicitud de la Junta general de accionistas o de un grupo de socios cuando
corresponda, de acuerdo a Ley. En éste sentido la Ley General de Sociedades regula un
mecanismo particular destinado a entablar una demanda contra los directores que
incurran en responsabilidad.

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De acuerdo con el artículo 181º la pretensión social de la responsabilidad se promueve
contra cualquier Director por parte del Junta General de Accionistas; un grupo de
accionistas, o un solo accionista cumpliendo con las siguientes condiciones
a) Acuerdo de la Junta General de Accionistas: La Junta puede adoptar este
acuerdo, aunque la sociedad se encuentre en liquidación.

- El acuerdo puede ser adoptado, aunque no haya sido materia de convocatoria.

b) Acuerdo de un grupo de Accionistas:

– Los accionistas deben representar por los menos un tercio del capital
social.
– La demanda debe comprender las responsabilidades a favor de la
sociedad y no el interés particular de los demandantes.
– Los demandantes no debieron aprobar con anterioridad un acuerdo en la
Junta de Accionistas, en el sentido de no proceder contra los Directores.

c) Demanda por parte cualquier accionista:

– Debe transcurrir tres meses desde que la Junta decidió iniciar la


pretensión social de responsabilidad y no se interponga la demanda.

d) Demanda por parte de acreedores


– Su pretensión debe dirigirse a reconstituir el patrimonio neto.
– La acción no debió ser ejercida por la sociedad o sus accionistas.
– El acto realizado por los Directores debe amenazar gravemente la
garantía de los créditos.
Sin embargo, la Ley establece que, en caso de un perjuicio directo de sus intereses,
corresponde a los accionistas la pretensión de indemnización; así el artículo 182º
establece lo siguiente:
“...Quedan a salvo las pretensiones de indemnización que puedan corresponder a los
socios y a los terceros o por actos de los Directores que lesionen directamente los
intereses de aquellos. No se considerará lesión directa la que se refiere a daños causados
a la sociedad, aunque ello entrañe como consecuencia daño al accionista”.
Finalmente, la Ley establece que la demanda en la vía civil contra los Directores no
enerva la responsabilidad penal que pueda corresponderla. La responsabilidad civil de
los directores caduca a los 2 años de la fecha de la adopción del acuerdo o la realización
del acto que originó el daño, sin perjuicio de la responsabilidad penal.
GERENCIA
Concepto:
De acuerdo con la Ley General de Sociedades la Administración de la sociedad está a
cargo del Directorio y de uno o más Gerentes, salvo el caso del Directorio Facultativo.

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La diferencia fundamental entre el Directorio y la Gerencia consiste en que ésta última
es el órgano de representación de la sociedad, como lo establece el artículo 14º de la
Ley de Sociedades.
La Gerencia y el Directorio se rigen por las mismas reglas, aunque es posible advertir
algunas diferencias tales como:
Designación:
A diferencia del Directorio la Gerencia no es un órgano colegiado; ya que la sociedad
puede contar con un solo gerente.
- El Directorio designa al Gerente o los Gerentes, salvo que el estatuto reserve
ésta facultad a la Junta General.
Atribuciones:
De acuerdo a la Ley General de Sociedades se presume que el Gerente por el sólo
mérito de su nombramiento goza de las siguientes atribuciones:
- Celebrar y ejecutar los actos y contratos ordinarios correspondientes al objeto
social.
- Representar a la sociedad, con las facultades generales y especiales previstas en
el Código Procesal Civil.
- Asistir con voz, pero sin voto, a las sesiones del Directorio, salvo que éste
acuerde sesionar de manera reservada.
- Asistir con voz, pero sin voto, a las sesiones de la Junta General, salvo que la
Junta acuerde lo contrario.
- Expedir constancia y certificaciones respecto del contenido de los libros y
registros de la Sociedad.
- Actuar como secretario de las Juntas de Accionistas y del Directorio.
Impedimentos: En éste aspecto se aplican las reglas para el caso del Directorio.
Responsabilidad
Básicamente se aplican las reglas semejantes a las del Directorio, sin embargo, en el
caso de la Gerencia la Ley General de Sociedades establece un conjunto de obligaciones
que debe cumplir el Gerente, de lo contrario, será responsable por el perjuicio que
ocasione a la sociedad, los accionistas y terceros, así la Ley señala que el gerente es
particularmente responsable por:
a) La existencia, regularidad y veracidad de los sistemas de contabilidad,
los libros que la ley ordena llevar a la sociedad y los demás libros y
registros que debe llevar un ordenado comerciante.
b) El establecimiento y mantenimiento de una estructura de control interno
diseñada para prever una seguridad razonable de que los activos de la
sociedad están protegidos, y que todas las operaciones son efectuadas de
acuerdo con autorizaciones establecidas y son registradas
apropiadamente.
c) La veracidad de las informaciones que proporcione al directorio y a la
Junta General.

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d) El ocultamiento de las irregularidades que observe en las actividades de
la sociedad.
e) La conservación de los fondos sociales s nombre de la Sociedad.
f) El empleo de los recursos sociales en negocios distintos del objeto de la
sociedad.
g) La veracidad de las constancias y certificaciones que expida respecto del
contenido de los libros y registro en la sociedad.
h) Cumplir en la forma y oportunidad que establece la ley con el derecho de
información de los accionistas.
i) El cumplimiento de la ley, el estatuto y los acuerdos de la Junta General
y del Directorio.
Finalmente, la Ley General de Sociedades establece que las pretensiones civiles contra
el gerente no enervan la responsabilidad penal que pueda corresponderle.
La responsabilidad civil del gerente caduca a los dos años del acto realizado u omitido
por éste. (artículos 177º, 178º, 183º y 184º de la ley).
MODIFICACIÓN DEL ESTATUTO DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA
Generalidades
“... El Estatuto original, que (...) es parte de la escritura pública de constitución social,
es un texto ordenado de artículos o cláusulas, algunas de las cuales o todas, podrían
modificarse si a lo largo de la existencia de la sociedad no se ajustan o no se adecúan a
las actividades económicas que pretende realizar la sociedad y al propio desarrollo y
evolución del patrimonio social, lo que conlleva la necesaria modificación parcial o
total del Estatuto, según sea el caso” (HUNDSKOPF, 1994).
“... Toda alteración de los estatutos, ya afecte su fondo, ya afecte solamente su
redacción, tiene el concepto legal de modificación estatutaria y queda sometida a la
observancia de los requisitos que impone la ley” (ARRIGUES, URIA, & citados por
ELIAS LAROZA, 1998)
Lo concerniente a la modificación del estatuto de la sociedad anónima se encuentra
regulado en el Título I “Modificación del estatuto” de la Sección Quinta “Modificación
del estatuto, aumento y reducción del capital” del Libro Segundo “Sociedad anónima”
de la Ley General de Sociedades; en los arts. 198 al 200.
Requisitos para la modificación del estatuto
Es requisito primigenio de la modificación del estatuto de la sociedad anónima el hecho
de que sea acordada tal modificación por la junta general de accionistas, máximo órgano
de dicha clase de sociedad (art. 198, primer párrafo, de la L.G.S.).
El artículo 198 de la Ley General de Sociedades señala, además, que para cualquier
modificación del estatuto se requiere:
1. Expresar en la convocatoria de la junta general, con claridad y precisión los
asuntos cuya modificación se someterá a la junta.

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2. Que el acuerdo se adopte de conformidad con los artículos 126 y 127 de la Ley
General de Sociedades, dejando a salvo lo establecido en el artículo 120 de la
citada ley.
El artículo 126 de la Ley General de Sociedades trata sobre el quorum calificado en la
junta general de accionistas, y señala:
A) Que es necesaria, en primera convocatoria, cuando menos, la concurrencia de
dos tercios de las acciones suscritas con derecho a voto para que la junta general
adopte válidamente acuerdos relacionados con los asuntos mencionados en los
incisos 2, 3, 4, 5 y 7 del artículo 115 de la referida ley, vale decir, de los
siguientes asuntos:
a) la modificación del estatuto;
b) el aumento del capital social;
c) la reducción del capital social;
d) la emisión de obligaciones;
e) la enajenación, en un solo acto, de activos cuyo valor contable exceda el cincuenta
por ciento del capital de la sociedad;
f) la transformación de la sociedad;
g) la fusión de la sociedad;
h) la escisión de la sociedad;
i) la reorganización de la sociedad;
j) la disolución de la sociedad; y
k) la liquidación de la sociedad;

B) Que, en segunda convocatoria, basta la concurrencia de, al menos, tres quintas


partes de las acciones suscritas con derecho a voto. Por su parte, el artículo 127
de la Ley General de Sociedades versa sobre la adopción de acuerdos en la junta
general de accionistas, y prescribe lo siguiente: A. los acuerdos se adoptan con
el voto favorable de la mayoría absoluta de las acciones suscritas con derecho a
voto representadas en la Junta.

C) Cuando se trata de los asuntos mencionados en el artículo 126 de la Ley General


de Sociedades (asuntos citados precedentemente) se requiere que el acuerdo se
adopte por un número de acciones que represente, cuando menos, la mayoría
absoluta de acciones suscritas con derecho a voto.

D) El estatuto puede establecer quorum y mayorías superiores a los señalado en este


artículo (art. 127 de la L.G.S.) y en los artículos 125 y 126 de la Ley General de
Sociedades, pero nunca inferiores. El artículo 125 de la referida Ley versa sobre
el quorum simple en la junta general de accionistas y establece:

A. Que, salvo lo previsto en el artículo 126 de la Ley General de Sociedades


(numeral referido al quorum calificado en la junta general de accionistas
y visto líneas arriba), la junta general de accionistas quedará válidamente
constituida en primera convocatoria cuando se encuentre representado,

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cuando menos, el cincuenta por ciento de las acciones suscritas con
derecho a voto;
B. Que, en segunda convocatoria, será suficiente la concurrencia de
cualquier número de acciones suscritas con derecho a voto; y
C. Que en todo caso podrá llevarse a cabo la junta general de accionistas,
aun cuando las acciones representadas en ella pertenezcan a un solo
titular. Finalmente, el artículo 120 de la Ley General de Sociedades,
enunciado en el inciso 2 del artículo 198 de dicha ley, trata sobre la junta
universal de accionistas y dispone que, sin perjuicio de lo prescrito en los
artículos precedentes (es decir, los siguientes arts. de la L.G.S.: art. 116
referido a los requisitos de la convocatoria a junta general, art. 117,
referido a la convocatoria a junta general a solicitud de los accionistas,
art. 118 referido a los requisitos de la segunda convocatoria a junta
general, y art. 119 referido a la convocatoria a junta general dispuesta
judicial o notarialmente), la junta general de accionistas se entiende
convocada y válidamente constituida para tratar sobre cualquier asunto y
tomar los acuerdos correspondientes, siempre que se encuentren
presentes accionistas que representen la totalidad de las acciones
suscritas con derecho a voto y acepten por unanimidad la celebración de
la junta y los asuntos que en ella se proponga tratar.
Con los mismos requisitos (enunciados en los incisos 1 y 2 del art. 198 de la L.G.S.) la
junta general de accionistas se encuentra facultada legalmente para acordar la
delegación, en el directorio o la gerencia, de la facultad de modificar determinados
artículos en términos y circunstancias expresamente señaladas (art. 198, último párrafo,
de la L.G.S.).
Alcances de la modificación del estatuto

Lo relativo a los alcances de la modificación del estatuto de la sociedad anónima es


materia de tratamiento legal en el artículo 199 de la Ley General de Sociedades, que
dispone lo siguiente:
Ninguna modificación del estatuto puede imponer a los accionistas nuevas obligaciones
de carácter económico, salvo para aquellos que hayan dejado constancia expresa de su
aceptación en la junta general o que lo hagan posteriormente de manera indubitable.
La junta general puede acordar, aunque el estatuto no lo haya previsto, la creación de
diversas clases de acciones o la conversión de acciones ordinarias en preferenciales.

Derecho de separación del accionista concedido por modificación del estatuto

Mediante el ejercicio del derecho de separación, llamado también derecho de receso, “..,
el accionista individual que esté en contra de un acuerdo de la asamblea que,
modificando las escrituras sociales o causa fundamental del pacto social, agrave o
modifique sustancialmente su situación dentro de la sociedad o el giro de la empresa de
la que es titular, tiene el derecho de solicitar su separación o receso de la sociedad

41
mediante la entrega de sus acciones, a cambio de la parte que le corresponda en el
patrimonio de la compañía” (GUTIÉRREZ FALLA, 1988)

Según Zunino, “... se define el derecho de receso, con ligeras variantes propias de cada
interpretación, como la facultad de renunciar, con reembolso del valor de sus acciones,
que asiste a los accionistas disidentes o ausentes ante determinadas resoluciones de las
mayorías. La referencia a los accionistas y a las acciones revela por lo pronto la
antedicha particularidad de este derecho de receso, vinculado específica e
históricamente con las sociedades de capital; pero su aplicabilidad en mayor o menor
medida, tanto a las SRL como a las propias sociedades de personas (...), nos hace
concordar con quienes prefieren reemplazar, en el concepto antes mencionado, dichos
términos por los más amplios de ‘socios’ y ‘participación social” (ZUNINO, 1984)

Mascheroni dice del derecho de separación del socio o derecho de receso que “... debe
ser entendido como la facultad o el derecho de los socios disidentes y ausentes para
separarse de la sociedad cuando esta, por medio de sus órganos competentes, adopta una
resolución de tal naturaleza que al alterar profundamente sus situaciones les confiere
derecho a exigir el reembolso de sus participaciones sociales” (MASCHERONI, 1993).
Dicho autor pone de relieve que «... el derecho de receso se conforma mediante una
declaración unilateral de voluntad que debe considerarse vinculante y potencialmente
rescisoria de la relación contractual societaria, pues debe perfeccionarse mediante el
conocimiento de dicha declaración por la sociedad destinataria, concluyéndose así el
acto jurídico de receso, que deberá tenerse por completo pero sujeto a la condición
suspensiva (...) consistente en la facultad de la asamblea de dejar sin efecto la decisión
que provocara el ejercicio del receso y producir consecuentemente la inoperatividad de
aquella declaración de voluntad de socio” (MASCHERONI, 174, 1993).

El derecho de separación del accionista a causa de la modificación del estatuto de la


sociedad anónima se encuentra normado en el artículo 200 de la Ley General de
Sociedades, en estos términos:

La adopción de los acuerdos que se indican a continuación, concede el derecho a


separarse de la sociedad:

1. El cambio del objeto social


2. El traslado del domicilio al extranjero
3. La creación de limitaciones a la transmisibilidad de las acciones o la
modificación de las existentes
4. En los demás casos que lo establezca la ley o el estatuto.

Solo pueden ejercer el derecho de separación los accionistas que en la junta hubiesen
hecho constar en acta su oposición al acuerdo, los ausentes, los que hayan sido
ilegítimamente privados de emitir su voto y los titulares de acciones sin derecho a voto.

Aquellos acuerdos que den lugar al derecho de separación deben ser publicados por la
sociedad, por una sola vez, dentro de los diez días siguientes a su adopción, salvo
aquellos casos en que la ley señale otro requisito de publicación.

42
El derecho de separación se ejerce mediante carta notarial entregada a la sociedad hasta
el décimo día siguiente a la fecha de publicación del aviso a que alude el acápite
anterior.

Las acciones de quienes hagan uso del derecho de separación se reembolsan al valor que
acuerden el accionista y la sociedad. De no haber acuerdo, las acciones que tengan
cotización en Bolsa se reembolsarán al valor de su cotización media ponderada del
último semestre. Si no tuvieran cotización, al valor en libros al último día del mes
anterior al de la fecha del ejercicio del derecho de separación. El valor en libros es el
que resulte de dividir el patrimonio neto entre el número total de acciones.

El valor fijado acordado no podrá ser superior al que resulte de aplicar la valuación que
corresponde según lo indicado en el párrafo anterior.

La sociedad debe efectuar el reembolso del valor de las acciones en un plazo, que no
excederá de dos meses contados a partir de la fecha del ejercicio del derecho de
separación. La sociedad pagará los intereses compensatorios devengados entre la fecha
del ejercicio del derecho de separación y el día del pago, los mismos que serán
calculados utilizando la tasa más alta permitida por ley para los créditos entre personas
ajenas al sistema financiero. Vencido dicho plazo, el importe del reembolso devengará
adicionalmente intereses moratorios.

Si el reembolso indicado en el párrafo anterior pusiese en peligro la estabilidad de la


empresa o la sociedad no estuviese en posibilidad de realizarlo, se efectuará en los
plazos y forma de pago que determine el juez a solicitud de esta, por el proceso
sumarísimo.

Es nulo todo pacto que excluya el derecho de separación o haga más gravoso su
ejercicio».

Finalmente, como se ha podido observar del texto del artículo 200 penúltimo párrafo de
la Ley General de Sociedades, la pretensión de reembolso del valor de las acciones (en
caso de ejercer el accionista su derecho de separación de la sociedad y ponerse en
peligro la estabilidad de la empresa o en caso de que esta no estuviese en posibilidad de
realizar tal reembolso) se sustancia en vía de proceso sumarísimo, cuyo trámite es como
se explica a continuación:

Una vez presentada la demanda, el Juez la califica, pudiendo declarar su inadmisibilidad


o improcedencia, con arreglo a lo dispuesto en los artículos 426 y 427 del Código
Procesal Civil (que versan sobre la inadmisibilidad e improcedencia de la demanda, en
ese orden), respectivamente (art. 551 primer párrafo del C.P.C.).

Si (el Juez) declara inadmisible la demanda, concederá al demandante tres días para que
subsane la omisión o defecto, bajo apercibimiento de archivar el expediente. Esta
resolución es inimpugnable (art. 551 segundo párrafo del C.P.C.).

Si (el Juez) declara improcedente la demanda, ordenará la devolución de los anexos


presentados (art. 551 in fine del C.P.C.).

43
Al admitir la demanda, el Juez concederá al demandado cinco días para que la conteste
(art. 554 primer párrafo del C.P.C.).

Contestada la demanda o transcurrido el plazo para hacerlo, el Juez fijará fecha para la
audiencia (única) de saneamiento, pruebas y sentencia, la que deberá realizarse dentro
de los diez días siguientes de contestada la demanda o de transcurrido el plazo para
hacerlo, bajo responsabilidad (art. 554 segundo párrafo del C.P.C.). Puntualizamos que,
a tenor del artículo 557 del Código Procesal Civil, la referida audiencia única se regula
supletoriamente por lo dispuesto en dicho Código para la audiencia de pruebas (arts.
202 al 211 del C.P.C.).

Al iniciar la audiencia, y de haberse deducido excepciones o defensas previas (que,


dicho sea de paso, se interponen al contestarse la demanda, permitiéndose tan solo los
medios probatorios de actuación inmediata: art. 552 del C.P.C.), el Juez ordenará al
demandante que las absuelva, luego de lo cual se actuarán los medios probatorios
pertinentes a ellas (parte pertinente del primer párrafo del art. 555 del C.P.C.).

Concluida la actuación de los medios probatorios pertinentes a las excepciones o


defensas previas que se hubieren deducido, si encuentra infundadas aquéllas, el Juez
declarará saneado el proceso (art. 555 parte pertinente del primer párrafo del C.P.C.).

Seguidamente, el Juez, con la intervención de las partes, fijará los puntos controvertidos
y determinará los que van a ser materia de prueba (art. 555 parte pertinente del primer
párrafo del C.P.C.).

A continuación, rechazará los medios probatorios que considere inadmisibles o


improcedentes y dispondrá la actuación de los referidos a las cuestiones probatorias
(tachas u oposiciones) que se susciten (debiéndose destacar que las tachas u oposiciones
solo se acreditan con medios probatorios de actuación inmediata, lo que ocurrirá durante
la audiencia única: art. 553 del C.P.C.), resolviéndolas de inmediato (art. 555 segundo
párrafo del C.P.C.).

Actuados los medios probatorios referentes a la cuestión de fondo, el Juez concederá la


palabra a los Abogados que así lo soliciten (parte inicial del penúltimo párrafo del art.
555 del C.P.C.).

Luego de haber hecho uso de la palabra los Abogados de las partes, el Juez expedirá
sentencia. Excepcionalmente, puede reservar su decisión por un plazo que no excederá
de diez días contados desde la conclusión de la audiencia (ello según el penúltimo y
último párrafos del art. 555 del C.P.C.).

La sentencia es apelable con efecto suspensivo (sujetándose el trámite de la referida


apelación con efecto suspensivo a lo dispuesto en el art. 376 del C.P.C., conforme lo
ordena el art. 558 del C.P.C.), dentro de tercer día de notificada, ocurriendo lo propio
con la resolución citada en el último párrafo del artículo 551 del Código Procesal Civil
(cuál es la resolución que declara improcedente la demanda) y con la resolución que
declara fundada una excepción o defensa previa. Las demás resoluciones son solo
apelables durante la audiencia, sin efecto suspensivo y con la calidad de diferidas,
siendo de aplicación el artículo 369 del Código Procesal Civil (que versa precisamente

44
sobre la apelación diferida) en lo que respecta a su trámite. Así lo determina el artículo
556 del Código Procesal Civil.

Conforme se desprende de los artículos 548 y 476 del Código Procesal Civil, es
aplicable al proceso sumarísimo, en forma supletoria, la normatividad contemplada en
la Sección Cuarta del indicado Código, la misma que se refiere a la postulación del
proceso.

Además, según se colige del texto del artículo 559 del Código Procesal Civil, en el
proceso sumarísimo resultan improcedentes:

1. La reconvención.
2. Los informes sobre hechos.

AUMENTO DEL CAPITAL DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA

Generalidades

El aumento de capital es el “... acto mediante el cual, con ajuste a la ley y a los estatutos
societarios, una empresa social comercial aumenta su capital societario. Esto puede
lograrse por distintos procedimientos:

a) Mediante nuevos aportes de los socios o de terceros que integrarán, según el tipo
societario, la misma u otra sociedad.
b) Por capitalización de reservas.
c) Por conversión de obligaciones en acciones.
d) Por emisión de acciones; etcétera. De conformidad con la naturaleza de la sociedad y
los estatutos, la procedencia del aumento condiciona a la voluntad de los socios o
accionistas, sin perjuicio, en su caso, del “derecho de receso”. (ARGERI, 44, 1982).

Lo concerniente al aumento de capital de la sociedad anónima se encuentra regulado en


el Título II “Aumento del capital” de la Sección Quinta “Modificación del estatuto,
aumento y reducción del capital” del Libro Segundo “Sociedad anónima” de la Ley
General de Sociedades, en los arts. 201 al 214.

Requisitos para el aumento del capital

La Ley General de Sociedades, en su artículo 201, prescribe que el aumento de capital


se acuerda por la junta general de accionistas cumpliendo los requisitos establecidos
para la modificación del estatuto, consta en escritura pública y se inscribe en el Registro
respectivo. En consecuencia, debe tenerse presente lo dispuesto en el artículo 198 de la
mencionada ley, numeral que trata sobre los requisitos de la modificación del estatuto
de este modo:

“La modificación del estatuto se acuerda por junta general.

Para cualquier modificación del estatuto se requiere:

1. Expresar en la convocatoria de la junta general, con claridad y precisión, los


asuntos cuya modificación se someterá a la junta.

45
2. Que el acuerdo se adopte de conformidad con los artículos 126 y 127, dejando a
salvo lo establecido en el artículo 120. (El art. 126 de la L.G.S. trata acerca del
quorum calificado para la adopción de acuerdos en la junta general de accionistas.
El art. 127 de la L.G.S. versa sobre la adopción de acuerdos en la junta general de
accionistas. Finalmente, el art. 120 de la L.G.S. norma lo atinente a la junta
universal de accionistas).

Con los mismos requisitos la junta general puede acordar delegar en el directorio o la
gerencia la facultad de modificar determinados artículos en términos y circunstancias
expresamente señaladas».

Por último, en relación a los requisitos exigióles para el aumento de capital, debe
tenerse en consideración que, conforme lo dispone el artículo 204 de la Ley General de
Sociedades, para el aumento de capital por nuevos aportes o por la capitalización de
créditos contra la sociedad es requisito previo que la totalidad de las acciones suscritas,
cualquiera sea la clase a la que pertenezcan, estén totalmente pagadas. No será exigióle
este requisito cuando existan dividendos a cargo de accionistas morosos contra quienes
esté en proceso la sociedad y en los otros casos que prevé esta ley.

Modalidades del aumento del capital

En relación al tema, Hundskopf apunta que las formas (o modalidades) de aumento del
capital son las siguientes: “... Nuevos aportes, ya sea de los propios accionistas o de
terceros, en oferta cerrada o en oferta pública, capitalización de utilidades propiamente
dichas, capitalización de reservas, que si bien se constituyen a base de utilidades,
implican una afectación de ellas hacia un fin específico, futuro y cierto, capitalización
de los excedentes de revaluación de activos fijos si no hubieren pérdidas contra las
cuales se deba aplicar tales excedentes, conversión de obligaciones en acciones
comprendiéndose dentro del concepto de obligaciones (...) todo tipo de deudas de la
sociedad frente a terceros acreedores, y por último el aumento de capital como resultado
de una fusión por absorción...” (HUNDSKOPF, Tomo II: 100, 1994)

Por su parte, Alegría refiere que:

“... El capital, como cifra ideal e invariable, puede ser aumentado como tal
cuando las necesidades de la sociedad así lo aconsejan.

Normalmente se tratará de alguna de estas situaciones:

a) Aporte de nuevos bienes a la empresa, ya sea por los accionistas


anteriores, ya por nuevos que así quedarán incorporados a ella. Debe
advertirse que existen otras formas de incorporar bienes al patrimonio
societario:
b) La emisión de obligaciones o debentures (...), la compra directa por la
sociedad.

Necesidad de adecuar el patrimonio real, generalmente elevado, a las cifras nominales


de capital. Cuando las distancias son grandes resulta conveniente acortarlas
aproximando la cifra de capital al patrimonio real para evitar elevados impuestos y

46
poder, a su vez, dar mayor envergadura a la empresa. Puede ocurrir por revaluación del
activo o por capitalización de las reservas.

Solución de problemas pasajeros de iliquidez, mediante la entrega de nuevas acciones


de la sociedad a los acreedores sociales en pago de sus créditos, o a los accionistas por
sus dividendos. La sociedad se beneficia, pues todo su potencial económico sigue
invertido en lo que le reditúa económicamente y le sirve para cumplir su objeto”
(ALEGRÍA, 47, 1963).

El aumento de capital de la sociedad anónima reviste ciertas modalidades que se


encuentran contempladas en el artículo 202 de la Ley General de Sociedades, según el
cual dicho aumento de capital puede originarse en:

a. Nuevos aportes.
b. La capitalización de créditos contra la sociedad, incluyendo la
conversión de obligaciones en acciones.
c. La capitalización de utilidades.
d. La capitalización de reservas.

Al respecto, Alegría hace estas precisiones:

“... Como toda reserva se expresa en el pasivo y tiene su contrapartida en el activo en la


mayor cantidad de bienes de los cuales la sociedad es titular, esa función puede
cumplirse igualmente convirtiéndola en capital. Esto no produce perjuicio, en principio,
a la sociedad ni a terceros, sino que beneficia a los accionistas, pues permite que en el
título se incluya el valor de la reserva, cosa imposible mientras esta permanece como
tal, a pesar de tratarse de un valor efectivamente incorporado por el partícipe a la
sociedad” (ALEGRÍA, 47, 1963).

“... Sin embargo, esa capitalización puede tener efectos en el régimen de mayorías, que
puede ser alterado y hasta variado...” (ALEGRÍA, 47, 1963).

“La capitalización, por el contrario, no produce efectos directos sobre el patrimonio, que
se mantiene invariado, pues no existe incorporación ni salida de bienes” (ALEGRÍA,
47, 1963).

La capitalización de beneficios.
A. La capitalización de primas de capital.
B. La capitalización de excedentes de revaluación.
C. Los demás casos previstos en la ley.

Efectos del aumento del capital

El aumento de capital de la sociedad anónima acarrea alguno de los siguientes efectos


(indicados en el art. 203 de la L.G.S.):

La creación de nuevas acciones.


El incremento del valor nominal de las acciones existentes.

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Modificación automática del capital y del valor nominal de las Acciones

Por excepción, cuando por mandato de la ley deba modificarse la cifra del capital, esta y
el valor nominal de las acciones quedará modificados de pleno derecho con la
aprobación por la junta general de los estados financieros que reflejen tal modificación
de la cifra del capital sin alterar la participación de cada accionista. La junta general
puede resolver que, en lugar de modificar el valor nominal de las acciones, se emitan o
cancelen acciones a prorrata por el monto que represente la modificación de la cifra del
capital. Para la inscripción de la modificación basta la copia certificada del acta
correspondiente. Así lo establece el artículo 205 de la Ley General de Sociedades.

Delegación para aumentar el capital

De acuerdo a lo normado en el artículo 206 de la Ley General de Sociedades, la junta


general puede delegar en el directorio la facultad de:

A. Señalar la oportunidad en que se debe realizar un aumento de capital acordado


por la junta general. El acuerdo debe establecer los términos y condiciones del
aumento que pueden ser determinados por el directorio.
B. Acordar uno o varios aumentos de capital hasta una determinada suma mediante
nuevos aportes o capitalización de créditos contra la sociedad, en un plazo
máximo de cinco años, en las oportunidades, los montos, condiciones, según el
procedimiento que el directorio decida, sin previa consulta a la junta general. La
autorización no podrá exceder del monto del capital social pagado vigente en la
oportunidad en que se haya acordado la delegación.

La delegación en el directorio para aumentar el capital de la sociedad anónima no puede


figurar en forma alguna en el balance mientras el directorio no acuerde el aumento de
capital y este se realice. Ello se colige de la parte final del artículo 206 de la Ley
General de Sociedades.

Derecho de suscripción preferente por el aumento del capital

“El fundamento del derecho de suscripción preferente es que permite al accionista


conservar su porcentaje de tenencia de acciones de la sociedad, con lo cual conserva
también su posición o peso dentro de la misma.

Además, el ejercicio de determinados derechos está sujeto por la Ley a la tenencia de un


determinado porcentaje de acciones, con lo cual, si este disminuye, el accionista pierde
la posibilidad de ejercicio de derechos que muchas veces son fundamentales”
(LAROZA, 1998)

“Por otra parte, el accionista detenta también un derecho al mayor valor del patrimonio
neto que puede tener la sociedad al momento del aumento del capital. Si no suscribiera
un porcentaje igual de las nuevas acciones, perdería parte de ese valor económico. Por
otro lado, este derecho económico determina que, si el accionista no tiene recursos para
la suscripción de las nuevas acciones que le corresponden, puede transferir a terceros su
derecho de suscripción preferente, recuperando de esta manera, en todo o en parte, el
valor que de otra manera habría perdido” (LAROZA, Primer Volúmen: 411, 1988)

48
El derecho de suscripción preferente por el aumento de capital de la sociedad anónima
se halla regulado en el artículo 207 de la Ley General de Sociedades, según el cual:

En el aumento de capital por nuevos aportes, los accionistas tienen derecho preferencial
para suscribir, a prorrata de su participación accionaria, las acciones que se creen. Este
derecho es transferible en la forma establecida en la presente ley.

No pueden ejercer este derecho los accionistas que se encuentren en mora en el pago de
los dividendos pasivos, y sus acciones no se computarán para establecer la prorrata de
participación en el derecho de preferencia.

No existe derecho de suscripción preferente en el aumento de capital por conversión de


obligaciones en acciones, en los casos de los artículos 103 y 259 de la Ley General de
Sociedades ni en los casos de reorganización de sociedades establecidos en dicha ley.

El artículo 103 de la Ley General de Sociedades norma la opción para suscribir acciones
y señala:

a. Que cuando lo establezca la escritura pública de constitución o lo acuerde la junta


general con el voto favorable de accionistas que representen la totalidad de las
acciones suscritas con derecho a voto, la sociedad puede otorgar a terceros o a ciertos
accionistas la opción de suscribir nuevas acciones en determinados plazos, términos
y condiciones;

b. Que el plazo de la opción no excede de dos años; y

c. Que, salvo que los términos de la opción así lo establezcan, su otorgamiento no


impide que durante su vigencia la sociedad acuerde aumentos de capital, la creación
de acciones en cartera o la emisión de obligaciones convertibles en acciones.

Por su parte, el artículo 259 de la Ley General de Sociedades regula el aumento de


capital en la sociedad anónima abierta, estableciendo lo siguiente:

En el aumento de capital por nuevos aportes a la sociedad anónima abierta se podrá


establecer que los accionistas no tienen derecho preferente para suscribir las acciones
que se creen siempre que se cumplan los siguientes requisitos:

1) Que el acuerdo haya sido adoptado en la forma y con el quorum que


corresponda, conforme a lo establecido en el artículo 257 [art. 257 de la L.G.S.,
que trata precisamente sobre el quorum y mayoría para adoptar acuerdos en la
junta general de accionistas] y que además cuente con el voto de no menos del
cuarenta por ciento de las acciones suscritas con derecho de voto; y,
2) Que el aumento no esté destinado, directa o indirectamente, a mejorar la
posición accionaria de alguno de los accionistas.

Excepcionalmente, se podrá adoptar el acuerdo con un número de votos menor al


indicado en el inciso 1. anterior, siempre que las acciones a crearse vayan a ser objeto
de oferta pública.

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En lo que atañe al ejercicio del derecho de preferencia para suscribir nuevas acciones
con motivo del aumento de capital por nuevos aportes, el artículo 208 de la Ley General
de Sociedades dispone lo siguiente:

El derecho de preferencia se ejerce en por lo menos dos ruedas. En la primera, el


accionista tiene derecho a suscribir las nuevas acciones, a prorrata de sus tenencias a la
fecha que se establezca en el acuerdo. Si quedan acciones sin suscribir, quienes han
intervenido en la primera rueda pueden suscribir, en segunda rueda, las acciones
restantes a prorrata de su participación accionaria, considerando en ella las acciones que
hubieran suscrito en la primera rueda.

La junta general o, en su caso, el directorio, establecen el procedimiento que debe


seguirse para el caso que queden acciones sin suscribir luego de terminada la segunda
rueda.

Salvo acuerdo unánime adoptado por la totalidad de los accionistas de la sociedad, el


plazo para el ejercicio del derecho de preferencia, en primera rueda, no será inferior a
diez días, contado a partir de la fecha del aviso que deberá publicarse al efecto o de una
fecha posterior que al efecto se consigne en dicho aviso. El plazo para la segunda rueda,
y las siguientes si las hubiere, se establece por la junta general no pudiendo, en ningún
caso, cada rueda ser menor a tres días.

La sociedad está obligada a proporcionar a los suscriptores en forma oportuna la


información correspondiente a cada rueda.

En lo que respecta al certificado de suscripción preferente de nuevas acciones con


motivo del aumento de capital por nuevos aportes, cabe señalar que ello está regulado
en el artículo 209 de la Ley General de Sociedades de esta manera:

El derecho de suscripción preferente se incorpora en un título denominado certificado


de suscripción preferente o mediante anotación en cuenta, ambos libremente
transferibles, total o parcialmente, que confiere a su titular el derecho preferente a la
suscripción de las nuevas acciones en las oportunidades, el monto, condiciones y
procedimiento establecidos por la junta general o, en su caso, por el directorio.

Lo dispuesto en el párrafo anterior no será aplicable cuando por acuerdo adoptado por la
totalidad de los accionistas de la sociedad, por disposición estatutaria o por convenio
entre accionistas debidamente registrado en la sociedad, se restrinja la libre
transferencia del derecho de suscripción preferente.

El certificado de suscripción preferente, o en su caso las anotaciones en cuenta, deben


estar disponibles para sus titulares dentro de los quince días útiles siguientes a la fecha
en que se adoptó el acuerdo de aumento de capital. En el aviso (para ejercer el derecho
de preferencia) que se menciona en el artículo 208 de la L.G.S. (numeral citado
precedentemente) se indicará la fecha en que están a disposición de los accionistas.

Las anotaciones en cuenta tienen la información que se señala, en la forma que disponga
la legislación especial sobre la materia.

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Los mecanismos y formalidades para la transferencia de los certificados de suscripción
preferente se establecerán en el acuerdo que dispone su emisión.

Los tenedores de certificados de suscripción preferente que participaron en la primera


rueda tendrán derecho a hacerlo en la segunda y en las posteriores si las hubiere,
considerándose en cada una de ellas el monto de las acciones que han suscrito en
ejercicio del derecho de suscripción preferente que han adquirido, así como las que
corresponderían a la tenencia del accionista que les transfirió el derecho.

Finalmente, en relación al tema tratado en este punto, el artículo 210 de la Ley General
de Sociedades precisa que la suscripción de acciones consta en un recibo extendido por
duplicado y en la forma que señala el artículo 59 de la Ley General de Sociedades,
numeral referido a la suscripción y desembolso del capital en la sociedad anónima
constituida por oferta a terceros, y conforme al cual la suscripción de acciones no puede
modificar las condiciones del programa y se realiza en el plazo establecido en éste y
debe constar en un certificado extendido por duplicado (debiendo serle entregado al
suscriptor un ejemplar de dicho certificado) con la firma del representante de la empresa
bancaria o financiera receptora de la suscripción, en el que se exprese cuando menos:

1. La denominación de la sociedad.
2. La identificación y el domicilio del suscriptor.
3. El número de acciones que suscribe y la clase de ellas, en su caso.
4. El monto pagado por el suscriptor conforme establezca el programa de
constitución.
5. La fecha y la firma del suscriptor o su representante.

Publicidad del aumento del capital

Lo relativo a la publicidad del aumento de capital de la sociedad anónima es materia de


tratamiento legal en el artículo 211 de la Ley General de Sociedades, el cual dispone lo
siguiente:

La junta general o, en su caso, el directorio, establece las oportunidades, monto,


condiciones y procedimiento para el aumento del capital, todo lo que debe publicarse
mediante un aviso.

El aviso no es necesario cuando el aumento del capital ha sido acordado en junta


general universal y la sociedad no tenga emitidas acciones suscritas sin derecho a voto.

Oferta a terceros de las nuevas acciones en el aumento del capital

En lo que concierne a la oferta a terceros de las nuevas acciones en el aumento de


capital de la sociedad anónima, el artículo 212 de la Ley General de Sociedades
preceptúa que cuando las nuevas acciones son materia de oferta a terceros, la sociedad
redacta y pone a disposición de los interesados el programa de aumento de capital,
programa que debe contener lo siguiente:

1. La denominación, objeto, domicilio y capital de la sociedad, así como los datos


relativos a su inscripción en el registro.

51
2. El valor nominal de las acciones, las clases de estas, si las hubiere, con mención
de las preferencias que les correspondan.
3. la forma de ejercitar el derecho de suscripción preferente que corresponde a los
accionistas, salvo cuando resulte de aplicación lo dispuesto en el artículo 259 de la
ley general de sociedades (numeral que versa sobre el aumento de capital sin
derecho preferente en la sociedad anónima abierta), en cuyo caso se hará expresa
referencia a esta circunstancia.
4. Los estados financieros de los dos últimos ejercicios anuales con el informe de
auditores externos independientes, salvo que la sociedad se hubiera constituido
dentro de dicho período.
5. Importe total de las obligaciones emitidas por la sociedad, individualizando las
que pueden ser convertidas en acciones, y las modalidades de cada emisión.
6. El monto del aumento de capital; la clase de acciones a emitirse; y en caso de
acciones preferenciales, las diferencias atribuidas a estas.
7. Otros asuntos o información que la sociedad considere importantes.

Cuando la oferta a terceros tenga la condición legal de oferta pública le es aplicable la


legislación especial que regula la materia y, en consecuencia, no se aplicará lo señalado
en las líneas precedentes. Ello se colige de la parte final del artículo 212 de la Ley
General de Sociedades.

Aumento de capital con aportes no dinerarios

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 213° primer párrafo de la Ley General


de Sociedades, al aumento de capital con aportes no dinerarios le son aplicables las
disposiciones generales correspondientes a este tipo de aportes y, en cuanto sean
pertinentes, las de aumentos de capital por aportes dinerarios. En consecuencia, respecto
de los aportes no dinerarios, debe tenerse presente, principalmente, lo dispuesto en los
artículos 22, 25, 26 y 27 de la Ley General de Sociedades, que establecen lo siguiente:

El aporte de bienes no dinerarios se reputa efectuado al momento de otorgarse la


escritura pública (art. 22, parte final, de la L.G.S.).

La entrega de bienes inmuebles aportados a la sociedad se reputa efectuada al otorgarse


la escritura pública en la que conste el aporte. La entrega de bienes muebles aportados a
la sociedad debe quedar completada a más tardar al otorgarse la escritura pública de
constitución o de aumento de capital, según sea el caso (art. 25 de la L.G.S.).

Si el pacto social admite que el socio aportante entregue como aporte títulos valores o
documentos de crédito a su cargo, el aporte no se considera efectuado hasta que el
respectivo título o documento sea íntegramente pagado (art. 26, primer párrafo, de la
L.G.S.).

Si el pacto social contempla que el aporte esté representado por títulos valores o
documentos de crédito en los que el obligado principal no es el socio aportante, el
aporte se entenderá cumplido con la transferencia de los respectivos títulos o
documentos, con el endoso de los respectivos títulos valores o documentos y sin
perjuicio de la responsabilidad solidaria prevista en la ley (art. 26, in fine, de la L.G.S.).

52
En la escritura pública donde conste el aporte de bienes o de derechos de crédito, debe
insertarse un informe de valorización en el que se describen los bienes o derechos objeto
del aporte, los criterios empleados para su valuación y su respectivo valor (art. 27 de la
L.G.S.).

Con arreglo a lo previsto en el segundo párrafo del artículo 213 de la Ley General de
Sociedades, el acuerdo de aumento de capital con aportes no dinerarios debe reconocer
el derecho de realizar aportes dinerarios por un monto que permita a todos los
accionistas ejercer su derecho de suscripción preferente para mantener la proporción
que tienen en el capital.

Cuando el acuerdo de aumento de capital contemple recibir aportes no dinerarios se


deberá indicar el nombre del aportante y el informe de valorización referido en el
artículo 27 de la Ley General de Sociedades (informe en el que, reiteramos, debe
describirse: 1. los bienes o derechos objeto del aporte; 2. los criterios empleados para su
valuación; y 3. el valor de los bienes u objetos materia del aporte). Así lo establece la
parte final del artículo 213 de la Ley General de Sociedades.

Aumento de capital por capitalización de créditos

En principio, como se señalará con anterioridad, el aumento de capital de la sociedad


anónima puede originarse, entre otras modalidades, en la capitalización de créditos
contra la sociedad, incluyendo la conversión de obligaciones en acciones, conforme se
colige del inciso 2 del artículo 202 de la Ley General de Sociedades.

Ahora bien, el artículo 214 de la Ley General de Sociedades precisa en su primer


párrafo que cuando el aumento de capital se realice mediante la capitalización de
créditos contra la sociedad se deberá contar con un informe del directorio que sustente
la conveniencia de recibir tales aportes. Es de aplicación en este caso lo dispuesto en el
segundo párrafo del artículo 213 de la Ley General de Sociedades, según el cual el
acuerdo de aumento de capital con aportes no dinerarios debe reconocer el derecho de
realizar aportes dinerarios por un monto que permita a todos los accionistas ejercer su
derecho de suscripción preferente para mantener la proporción que tienen en el capital.

En la parte final del artículo 214 de la Ley General de Sociedades se indica que cuando
el aumento de capital se realice por conversión de obligaciones en acciones (una de las
formas de capitalización de créditos contra la sociedad) y ella haya sido prevista, se
aplican los términos de la emisión. Si la conversión de obligaciones en acciones no ha
sido prevista, el aumento de capital se efectúa en los términos y condiciones convenidos
con los obligacionistas.

LA REDUCCIÓN DEL CAPITAL EN LA SOCIEDAD ANÓNIMA

Generalidades

La reducción del capital social “... significa disminuir la cifra del capital nominal que
figura en los estatutos en virtud de una resolución de asamblea extraordinaria. Los
motivos pueden ser varios; pero generalmente se procura mediante dicha operación
adecuar la cifra de capital con la realidad patrimonial de la sociedad, a fin,
principalmente, de evitar el engaño de terceros” (FARIÑA, 1979)

53
Hundskopf afirma que son causales de la reducción del capital las siguientes: “... En
primer lugar la reducción de capital que se deriva de una valorización excesiva de los
aportes no dinerarios (...); en segundo lugar la reducción de capital, que se tiene que
hacer para anidar las acciones de los socios morosos en el pago de sus dividendos
pasivos, cuando no es posible enajenarlas a favor de los accionistas o de terceros (...); en
tercer lugar la reducción de capital que (...) se debe llevar a cabo cuando la sociedad
adquiere sus propias acciones con cargo a capital social, únicamente para amortizarlas;
dicha reducción implica la anulación posterior de las acciones. En cuarto lugar, la causal
de reducción obligatoria por efecto de las pérdidas si hubiere transcurrido un ejercicio
sin haberse superado, (...) y por último, la reducción de capital voluntaria, mal
denominada devolución de aportes y que implica compensar a los accionistas con el
contravalor de las acciones ya sea en dinero o con la adjudicación de activos de la
sociedad” (HUNDSKOPF, Tomo II: 100, 1994).

Sobre el particular, León Batardón expresa que varias circunstancias diferentes pueden
hacer necesaria una reducción del capital:

1. El capital es demasiado elevado con relación a la importancia de los negocios.


2. La sociedad ha sufrido una importante pérdida, que quiere amortizar.
3. La sociedad comprueba que su activo ha sufrido una notable depreciación.
4. La sociedad quiere reducir a su valor real aportaciones cuya estimación inicial fue
exagerada. (BATARDÓN, 1970).

Para Alegría, la reducción del capital puede obedecer a varias causas, a saber:

a) Exceso de patrimonio. Cuando el patrimonio societario es mayor al requerido


por la explotación, puede ser conveniente o necesario limitarlo devolviéndolo a
sus aportantes, para lo cual se reduce el capital y se amortizan las acciones que
lo representan. No indica esta causa deficiencia de conducción societaria. La
reducción beneficia a los accionistas, que así pueden destinar estos fondos a
otras inversiones en que pueden ser útiles.
b) Pérdidas. Indica deficiencia económica. Generalmente se impone la reducción
del capital para evitar que el agotamiento del patrimonio produzca la disolución
de la sociedad (...).
c) Depuración del activo. Ocurre cuando diversos bienes de la sociedad pierden el
valor que tienen asignado. Para asignarles el verdadero se impone la reducción
del capital para hacerlo acercar al patrimonio (...).
d) Liquidación parcial de la sociedad. Cuando un grupo de accionistas, por
cualquier causa, decide retirarse de la sociedad, es posible que los restantes
prefieran liquidarla parcialmente para reintegrarles el valor de su participación
mediante la venta de algunos bienes u otros procedimientos. En este caso sus
acciones son anuladas y se reduce el monto del capital.
e) Conversión de acciones preferidas en debentures. No produce disminución
patrimonial.
f) Caducidad de certificados de acciones. Cuando acciones suscritas no son
integradas, puede decidirse su cancelación, para lo cual se reduce el capital hasta

54
su valor. Pero si después de la cancelación se efectúan nuevas emisiones, no se
produce reducción alguna.
g) Defecto de suscripción. La sociedad que no logra suscribir todo su capital,
decide reducirlo hasta lo suscrito.
h) Recepción de acciones de la sociedad en pago de créditos. Ciertos incobrables
solo pueden ser superados recibiendo la sociedad sus propias acciones. (...)
Debe reducirse el capital proporcionalmente. En esta reducción la sociedad no
devuelve aportes sino que solo cancela créditos en su favor, lo que tiene el
mismo sentido económico.
i) Conversión de capital oro a papel. Puede suceder que ocurran diferencias de
cotización del valor oro que obliguen a reducir el capital, cuando se lo vuelca a
papel.
j) Pago de ventas de propiedades de la sociedad con acciones. Sería una variante
de h, estipulada directamente al pactarse la enajenación. La reducción del capital
es imperiosa, porque de lo contrario la operación sería prohibida (...).
k) Ejercicio del derecho de receso (...). Si las acciones no son inmediatamente
suscritas otra vez, debe reducirse el capital” (ALEGRÍA, 51-52, 1963)

Lo concerniente a la reducción del capital de la sociedad anónima se encuentra regulado


en el Título III “Reducción del capital” de la Sección Quinta “Modificación del estatuto,
aumento y reducción del capital” del Libro Segundo “Sociedad anónima” de la Ley
General de Sociedades, en los arts. 215 al 220.

Requisitos de la reducción del capital

Tal como lo indica el artículo 215 de la Ley General de Sociedades, la reducción del
capital de la sociedad anónima se acuerda por junta general de accionistas, cumpliendo
los requisitos establecidos para la modificación del estatuto, consta en escritura pública
y se inscribe en el Registro. En consecuencia, debe tenerse presente lo dispuesto en el
artículo 198 de la mencionada ley, numeral que versa acerca de los requisitos de la
modificación del estatuto de este modo:

La modificación del estatuto se acuerda por junta general.


Para cualquier modificación del estatuto se requiere:

1. Expresar en la convocatoria de la junta general, con claridad y precisión, los


asuntos cuya modificación se someterá a la junta.
2. Que el acuerdo se adopte de conformidad con los artículos 126 y 127, dejando a
salvo lo establecido en el artículo 120. (El art. 126 de la L.G.S. trata acerca del
quorum calificado para la adopción de acuerdos en la junta general de accionistas.
El art. 127 de la L.G.S. versa sobre la adopción de acuerdos en la junta general de
accionistas. Finalmente, el art. 120 de la L.G.S. norma lo atinente a la junta
universal de accionistas).

Con los mismos requisitos, la junta general puede acordar delegar en el directorio o
la gerencia la facultad de modificar determinados artículos en términos y
circunstancias expresamente señaladas”.

Por último, en relación a los requisitos de la reducción del capital debe tenerse
presente lo normado en el artículo 217 de la Ley General de Sociedades, precepto

55
legal que regula las formalidades exigibles para la realización de la reducción del
capital de la sociedad anónima, en estos términos:

El acuerdo de reducción del capital, debe expresar la cifra en que se reduce el


capital, la forma cómo se realiza, los recursos con cargo a los cuales se efectúa y el
procedimiento mediante el cual se lleva a cabo.

La reducción debe afectar a todos los accionistas a prorrata de su participación en el


capital sin modificar su porcentaje accionario o por sorteo que se debe aplicar por
igual a todos los accionistas. Cuando se acuerde una afectación distinta, ella debe
ser decidida por unanimidad de las acciones suscritas con derecho a voto.

El acuerdo de reducción debe publicarse por tres veces con intervalos de cinco días.

Modalidades de la reducción del capital

Según Alegría, la reducción del capital puede llevarse a la práctica mediante los medios
que describe a continuación:

a) Restitución del activo. Cuando se devuelven por su valor sumas del activo social
(...).
b) Liberación de aportes no integrados. (...) lleva implícita la reducción del valor
nominal de la acción, lo que trae dificultades cuando no reúne las condiciones
exigidas (...).
c) Pérdida de parte del valor integrado y del valor nominal de cada acción. (...) Es
forzoso en casos en que no pueda recurrirse a otra solución por pérdidas.
d) Reducción del número de acciones. (...) Debe respetar el derecho de igualdad de
los accionistas. En tales casos se aconseja el sorteo, o, estatutariamente
considerada, la amortización por números o series de las acciones.
En estos casos (que se presentan cuando la reducción del capital se da por
agotamiento patrimonial natural) se suelen entregar a las acciones amortizadas
títulos o bonos de disfrute o de goce que permiten el ejercicio de derechos
sociales y cobro de dividendos sin tener derecho a capital.
e) Canje de acciones por número inferior. Es una variante de la anterior. Se entrega
una cantidad de acciones nuevas, en proporción a la cantidad de acciones
anteriores. Presenta problemas de fracciones que pueden resolverse mediante
previsión estatutaria o en el acto de decidir la disminución, por analogía con la
emisión de nuevas acciones (ALEGRÍA, 51-52, 1963).

La reducción del capital de la sociedad anónima, la misma que determina la


amortización de las acciones emitidas o la disminución del valor nominal de ellas, se
realiza mediante las siguientes modalidades (previstas en el art. 216 de la L.G.S.):

1. La entrega a sus titulares del valor nominal amortizado.


2. La entrega a sus titulares del importe correspondiente a su participación en el
patrimonio neto de la sociedad.
3. La condonación de dividendos pasivos.
4. El restablecimiento del equilibrio entre el capital social y el patrimonio neto
disminuidos por consecuencia de pérdidas.
5. Otros medios específicamente establecidos al acordar la reducción del capital.

56
Beaumont Callirgos, acerca de las modalidades de reducción del capital previstas en el
artículo 216 de la ley societaria, enseña que:

“... La reducción del capital determínala amortización de acciones emitidas, es decir, su


cancelación o anulación; o la disminución del valor nominal de ellas.

No cabe otra opción: (...) o se inhabilitan y suprimen un conjunto de acciones, a


prorrata, quitándole a cada accionista un número de ellas, o sin inutilizarlas, se reduce
su valor nominal.

Plazo para la ejecución del acuerdo de reducción del capital

Lo relativo al plazo para la ejecución del acuerdo de reducción del capital de la sociedad
anónima se halla normado en el artículo 218 de la Ley General de Sociedades, que
preceptúa lo siguiente:

La reducción podrá ejecutarse de inmediato cuando tenga por finalidad restablecer el


equilibrio entre el capital y el patrimonio neto o cualquier otro que no importe
devolución de aportes ni exención de deudas a los accionistas.

Cuando la reducción del capital importe devolución de aportes o la exención de


dividendos pasivos o de cualquier otra cantidad adeudada por razón de los aportes, ella
solo puede llevarse a cabo luego de treinta días de la última publicación del aviso a que
se refiere el artículo 217 de la Ley General de Sociedades (según el cual el acuerdo de
reducción del capital debe publicarse por tres veces con intervalos de cinco días).

Si se efectúa la devolución o condonación señaladas en el párrafo anterior antes del


vencimiento del referido plazo, dicha entrega no será oponible al acreedor y los
directores serán solidariamente responsables con la sociedad frente al acreedor que
ejerce el derecho de oposición a que se refiere el artículo 219 de la Ley General de
Sociedades.

Derecho de oposición a la reducción del capital

Lo que atañe al derecho de oposición a la reducción del capital de la sociedad anónima


se halla regulado en el artículo 219 de la Ley General de Sociedades, que reproducimos
a continuación:

El acreedor de la sociedad, aun cuando su crédito esté sujeto a condición o a plazo, tiene
derecho de oponerse a la ejecución del acuerdo de reducción del capital si su crédito no
se encuentra adecuadamente garantizado.

El ejercicio del derecho de oposición caduca en el plazo de treinta días de la fecha de la


última publicación de los avisos a que se refiere el artículo 217 (de la L.G.S., numeral
que señala en su último párrafo que el acuerdo de reducción del capital debe publicarse
por tres veces con intervalos de cinco días]. Es válida la oposición hecha conjuntamente
por dos o más acreedores; si se plantean separadamente se deben acumular ante el juez
que conoció la primera oposición.

57
La oposición se tramita por el proceso sumarísimo, suspendiéndose la ejecución del
acuerdo hasta que la sociedad pague los créditos o los garantice a satisfacción del juez,
quien procede a dictar la medida cautelar correspondiente. Igualmente, la reducción del
capital podrá ejecutarse tan pronto se notifique al acreedor que una entidad sujeta al
control de la Superintendencia de Banca y Seguros, ha constituido fianza solidaria a
favor de la sociedad por el importe de su crédito, intereses, comisiones y demás
componentes de la deuda y por el plazo que sea necesario para que caduque la
pretensión de exigir su cumplimiento.

Como se indicara anteriormente, la oposición al acuerdo de reducción del capital de la


sociedad anónima se tramita en vía de proceso sumarísimo (art. 219, in fine, de la
L.G.S.).

Pues bien, a manera de ilustración señalamos que el proceso sumarísimo se tramita de


esta manera:

Una vez presentada la demanda, el Juez la califica, pudiendo declarar su inadmisibilidad


o improcedencia, con arreglo a lo dispuesto en los artículos 426 y 427 del Código
Procesal Civil (que versan sobre la inadmisibilidad e improcedencia de la demanda, en
ese orden), respectivamente (art. 551-primer párrafo-del C.P.C.).

Si (el Juez) declara inadmisible la demanda, concederá al demandante tres días para que
subsane la omisión o defecto, bajo apercibimiento de archivar el expediente. Esta
resolución es inimpugnable (art. 551-segundo párrafo-del C.P.C.).

Si (el Juez) declara improcedente la demanda, ordenará la devolución de los anexos


presentados (art. 551-in fine-del C.P.C.).

Al admitir la demanda, el Juez concederá al demandado cinco días para que la conteste
(art. 554-primer párrafo-del C.P.C.).

Contestada la demanda o transcurrido el plazo para hacerlo, el Juez fijará fecha para la
audiencia (única) de saneamiento, pruebas y sentencia, la que deberá realizarse dentro
de los diez días siguientes de contestada la demanda o de transcurrido el plazo para
hacerlo, bajo responsabilidad (art. 554-segundo párrafo-del C.P.C.). Puntualizamos que,
a tenor del artículo 557 del Código Procesal Civil, la referida audiencia única se regula
supletoriamente por lo dispuesto en dicho Código para la audiencia de pruebas (arts.
202 al 211 del C.P.C.).

Al iniciar la audiencia, y de haberse deducido excepciones o defensas previas (que,


dicho sea de paso, se interponen al contestarse la demanda, permitiéndose tan sólo los
medios probatorios de actuación inmediata: art. 552 del C.P.C.), el Juez ordenará al
demandante que las absuelva, luego de lo cual se actuarán los medios probatorios
pertinentes a ellas (parte pertinente del primer párrafo del art. 555 del C.P.C.).

Concluida la actuación de los medios probatorios pertinentes a las excepciones o


defensas previas que se hubieren deducido, si encuentra infundadas aquéllas, el Juez
declarará saneado el proceso (art. 555-parte pertinente del primer párrafo-del C.P.C.).

58
Seguidamente, el Juez, con la intervención de las partes, fijará los puntos controvertidos
y determinará los que van a ser materia de prueba (art. 555-parte pertinente del primer
párrafo-del C.P.C.).

A continuación, rechazará los medios probatorios que considere inadmisibles o


improcedentes y dispondrá la actuación de los referidos a las cuestiones probatorias
(tachas u oposiciones) que se susciten (debiéndose destacar que las tachas u oposiciones
sólo se acreditan con medios probatorios de actuación inmediata, lo que ocurrirá durante
la audiencia única: art. 553 del C.P.C.), resolviéndolas de inmediato (art. 555-segundo-
párrafo del C.P.C.).

Actuados los medios probatorios referentes a la cuestión de fondo, el Juez concederá la


palabra a los Abogados que así lo soliciten (parte inicial del penúltimo párrafo del art.
555 del C.P.C.).

Luego de haber hecho uso de la palabra los Abogados de las partes, el Juez expedirá
sentencia. Excepcionalmente, puede reservar su decisión por un plazo que no excederá
de diez días contados desde la conclusión de la audiencia (ello según el penúltimo y
último párrafos del art. 555 del C.P.C.).

La sentencia es apelable con efecto suspensivo (sujetándose el trámite de la referida


apelación con efecto suspensivo a lo dispuesto en el art. 376 del C.P.C., conforme lo
ordena el art. 558 del C.P.C.), dentro de tercer día de notificada, ocurriendo lo propio
con la resolución citada en el último párrafo del artículo 551 del Código Procesal Civil
(cual es la resolución que declara improcedente la demanda) y con la resolución que
declara fundada una excepción o defensa previa. Las demás resoluciones son sólo
apelables durante la audiencia, sin efecto suspensivo y con la calidad de diferidas,
siendo de aplicación el artículo 369 del Código Procesal Civil (que versa precisamente
sobre la apelación diferida) en lo que respecta a su trámite. Así lo determina el artículo
556 del Código Procesal Civil.

No podemos dejar de mencionar que, conforme se desprende de los artículos 548 y 476
del Código Procesal Civil, es aplicable al proceso sumarísimo, en forma supletoria, la
normatividad contemplada en la Sección Cuarta del indicado Código, la misma que se
refiere a la postulación del proceso.

Además, según se colige del texto del artículo 559 del Código Procesal Civil, en el
proceso sumarísimo resultan improcedentes:

1. La reconvención.
2. Los informes sobre hechos.

Reducción obligatoria del capital por pérdidas

Con arreglo a lo previsto en el artículo 220 de la Ley General de Sociedades, numeral


que trata sobre la reducción obligatoria del capital de la sociedad anónima por pérdidas,
la referida reducción del capital tendrá carácter obligatorio cuando las pérdidas hayan
disminuido el capital en más del cincuenta por ciento y hubiese transcurrido un ejercicio
sin haber sido superado. La aludida regla sobre la obligatoriedad de la reducción del
capital tiene ciertas excepciones, cuales son las siguientes.

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 Que se cuente con reservas legales
 Que se cuente con reservas de libre disposición
 Que se realicen nuevos aportes
 Que los accionistas asuman la pérdida, en cuantía que compense el desmedro.

CONCLUSIONES

Las sociedades son un grupo de personas (a partir de dos o más llamados socios) que se
unen para obligarse a contribuir (con recursos como el dinero o esfuerzo como el
trabajo) en un objetivo para obtener un fin en común.
Cualquier persona puede participar en la constitución de una sociedad siempre y cuando
ésta tenga la capacidad de goce y de ejercicio, esté en pleno uso de sus facultades
mentales (que no tenga ningún vicio o una enfermedad que lo incapacite) y que haya
licitud en el objeto o fin que se persigue.
La sociedad nace cuando se levanta un acta constitutiva frente a un notario público que
haga válido todo el proceso así esta sociedad se adquiere personalidad jurídica y al
mismo tiempo derechos y obligaciones distintas de las personas físicas que la
conforman.
En cuanto a la clasificación de las sociedades también existen varias clasificaciones
como de acuerdo a su tipo de capital (variable, contable o social) y constitución en la
que la Ley General de Sociedades reconoce seis tipos y son las que hemos mencionado
anteriormente: Sociedad en Nombre Colectivo, en Comandita Simple, de
Responsabilidad Limitada, Anónima, en Comandita por Acciones y Cooperativa.
Para finalizar una sociedad generalmente se dedica al comercio y la forma en la que
dicha sociedad termina es de acuerdo a lo que se dicta en la ley o en el acta constitutiva,
ya sea porque se venció el periodo de tiempo, que los socios estén de acuerdo en
disolver la sociedad y liquidarla (convertir todos los activos en efectivo y pagar el
pasivo que son las deudas) o porque no funcionó y se fue a la bancarrota.

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