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GENERAL

5. LITERATURA Y SOCIEDAD II
11/03/2011 ELENA GALLARDO PAÚLS 1 COMENTARIO

ESTRUCTURALISMO GENÉTICO Y SOCIOLOGÍA DE LA LITERATURA.


1. EL ESTRUCTURALISMO GENÉTICO DE L. Goldmann (1913-1970)
Durante la década de los sesenta, en Francia confluyeron las ideas marxistas con las
del existencialismo y el estructuralismo. En ese contexto, Lucien Goldmann, rumano
establecido en París, combina el estructuralismo con la crítica sociológica de Lukács,
para crear un método al que llamará estructuralismo genético. En Le Dieu
caché (1955), donde estudia a Pascal y Racine, y en Pour une sociologie du
roman (1964), donde analiza a Malraux y le nouvau roman, precisa este método en
el que toma de Lukáks conceptos como totalidad o estructura significante.
Según Goldmann, las clases sociales y las relaciones entre ellas ejercen un papel
determinante en la historia de la humanidad, de manera que los grupos sociales se
convierten en los verdaderos sujetos en la creación cultural. La función del crítico
literario será encontrar una homología de estructura que se establece entre la
ideología de un grupo social concreto y el pensamiento que se desarrolla en una obra
literaria (por ejemplo, Goldmann cree que hay una homología estructural entre las
tragedias de Racine y el jansenismo). La relación entre la obra literaria y la realidad
(o sea, entre la base y la superestructura) no es una relación de analogía, sino de co-
participación en la misma estructura, y esta relación no se refleja en el nivel de los
contenidos, sino en el de las estructuras.
En la literatura, además de la realidad y el texto hay que tener en cuenta al escritor.
El autor, a través del lenguaje, es capaz de crear una visión de mundo propia, es
decir, un universo que significa un conjunto coherente de problemas y respuestas, y
su misión es conseguir que dicha visión de mundo sea llevada al extremo y se
articule mediante una representación estructurada.
Si esa es la función del escritor, el crítico debe deducir de los propios textos la visión
del mundo y extrapolarla a una estructura más amplia que es posible identificar en
determinadas tendencias de un grupo social, es decir, el realismo es “la creación de
un mundo cuya estructura es análoga a la estructura esencial de la realidad social en
el seno de la cual la obra ha sido escrita”.(Goldmann, 1964).
Los motivos de la homología se relacionan con la sustitución en la realidad
capitalista del valor de uso por el valor de cambio: no se consumen los objeto por
sus cualidades intrínsecas, sino por su valor como fetiches (el fetichismo de la
mercancía señalado por Marx que, en el plano de la literatura, implicó un paso del
coeficiente de realidad del individuo al objeto); Goldman intenta demostrar que esa
homología existe entre la estructura de la novela clásica y la estructura del cambio
en la economía liberal, y que, además, hay paralelismos entre las evoluciones
posteriores.

1. Presupuestos del estructuralismo genético. La sociología estructuralista


genética establece cinco premisas:

Presupuestos del ESTRUCTURALISMO


GENÉTICO
2. Ejemplo de estudio estructuralista-genético: Un ejemplo de análisis desde la
perspectiva estructuralista-genética, sería el estudio Nouveau roman et
réalité, sobre la evolución de la novela, incluido en Pour une sociologie du
roman.(1964). Goldmann acepta que las novelas de Natalie Sarraute y Alain Robbe
Grillet son, como ellos afirman, realistas, frente a los críticos que ven en ellas simples
experimentos formales. Para él la novela está ligada a las estructuras de cambio, y
se relaciona directamente con la burguesía, pero eso no significa que sea la
expresión de su conciencia. Si las novelas delNouveau roman adoptan formas
diferentes de las del s.XIX es porque ha cambiado la realidad que tienen que
describir. Los cambios sociales que han conducido a un nuevo tipo de novelas
implican, incluso, cambios en el plano literario, como el cambio “de una desaparición
más o menos radical del personaje y de un reforzamiento correlativo no menos
considerable de la autonomía de los objetos” (1964).
Goldmann considera que esta “autonomía del objeto” puede ser explicada desde la
perspectiva de las estructuras económicas. Desde los estudios de Marx hasta la
aparición de la novela sin personaje pasa casi un siglo de transformaciones en las
que reside la base de la homología estructural entre la historia de las estructuras
reificadoras y la de las estructuras novelescas:

1. En las sociedades occidentales, productoras para el mercado, se produce


una reificación (la reificación se da cuando los valores naturales de uso
son sustituidos por los valores abstractos de cambio) como proceso
psicológico social permanente a lo largo de tres etapas sucesivas
(señaladas a continuación)
2. Hasta principios del s. XX la economía liberal mantiene aún la función
esencial del individuo en la vida económica y los objetos sólo tienen
importancia en su relación con él (novelas de Flaubert, Stendhal…en las
que se cuenta la historia de un individuo problemático).
3. A principios del s. XX y hasta 1945, el capitalismo entra en su etapa
imperialista y desaparece “la importancia esencial del individuo y de la
vida individual en el interior de las estructuras económicas” (1964), lo que
supone una “independización” creciente de los objetos. (Novelas en las
que se da una disolución del personaje, como las de Joyce, Kafka, Sartre,
Camus y, en su forma más radical, de Nathalie Sarraute).
4. Después de la II Guerra Mundial, con la intervención estatal de la
economía. Se generan mecanismos de regulación derivados del propio
mercado, de la ley de la oferta y la demanda. Los nuevos valores son los
de valor de cambio y precio (homo economicus), con lo que los objetos se
constituyen en realidades autónomas. El elemento cualitativo
desaparece tanto en la relación hombre-hombre como hombre-
naturaleza y aparece todo un universo autónomo de objetos (novelas de
A. Robbe-Grillet)

2. LITERATURA Y POLÍTICA
Es inevitable aludir al triunfo del partido bolchevique en la Revolución Soviética
(octubre de 1917) al estudiar esta etapa de la crítica literaria. Lenin y Trotski,
protagonistas de muchos acontecimientos políticos, adoptan posiciones sobre la
literatura determinadas por la necesidad de hacer del arte un arma al servicio de la
revolución. Se trata de la instrumentalización de la obra artística para usarla como
arma ideológica en la lucha de clases:”La literatura tiene que convertirse enana parte
de la causa general del proletariado” (Lenin, en La organización del Partido y la
literatura de partido, 1905)
2.1. Vladimir Lenin (1870-1924) y Leon Trotski (1879-1940) , cuestionan la
existencia de una literatura específica para obreros y el papel de la literatura como
arma revolucionaria. Lenin desaprueba una literatura exclusivamente destinada a
los obreros, que deben adquirir la cultura necesaria para leer e interpretar la
literatura a secas, o literatura para todos. Entre 1908 y 1911 dedicó unos estudios a
la obra de Tolstoi, defendiendo la obra de este escritor de gran autoridad popular
con fines revolucionarios: considera su obra desde el punto de vista del realismo,
como un espejo de la situación del campesinado en la revolución rusa de 1905. Es la
misma idea de Engels cuando defendía el valor literario de Balzac en el sentido de
que la obra realista es independiente de la ideología y los propósitos del autor (“las
intenciones objetivas de los escritores no siempre corresponden a la significación
objetiva de sus escritos”); para Lenin, Tolstoi ataca al capitalismo y facilita al pueblo
un mejor conocimiento de sus enemigos sociales. Para él el mejor arte es el arte
tradicional de tipo realista, en el que la literatura refleja y debe reflejar la realidad.
Trotski, por su parte, aunque reconoce las aportaciones de los formalistas los ataca
en Literatura y revolución, porque considera arrogante reducir el fenómeno poético
a la forma, al considerar la literatura como parte del conjunto general de otras
actividades sociales. Para Trotski el arte tiene su génesis en la sociedad y expresa
una determinada concepción del mundo. Por tanto, si se admite que cada clase
dominante crea su propia cultura, y, por otra parte, que con el triunfo del
proletariado la sociedad se encamina hacia una sociedad sin clases,
-el triunfo del proletariado implica la posibilidad de que aparezca y se
desarrolle un arte y una literatura proletarios,
– esta cultura nueva proletaria, como muestra la historia que ha ocurrido a todas las
culturas anteriores, exige tiempo y alcanza su cumbre justo en el momento
precedente a la decadencia política de esa clase,

-en un periodo de tiempo breve, de unas pocas décadas, se fija el papel histórico del
proletariado; ese período será de transición a una sociedad sin clases.

Por tanto, la nueva cultura no será una cultura de clase, sino, simplemente, una
cultura humana, luego “no sólo no hay una cultura proletaria, sino que nunca la
habrá” (Sobre arte y cultura, 1971). Trotski no considera las ideas de Engels sobre
la influencia de la ideología y la cultura (la superestructura) en la sociedad, y concibe
la literatura como una mera superestructura.
2.2. Antonio Gramsci (1891-1937), comunista italiano encarcelado por Mussolini,
escribió en fragmentos y cartas sus opiniones sobre la literatura. Cree que en la
literatura se encuentran las actitudes del autor ante la realidad.
Por otra parte, no encuentra una relación mecánica entre arte y política, sino que el
literato tiene que representar “lo que hay” en un cierto momento, de personal,
inconformista, ya que, aunque sus planteamientos son menos definidos que los del
hombre político, su obra, si es auténtica, reflejará de manera realista aquello que hay
en el entorno social.

De otro lado, Gramsci admite la posibilidad de utilizar viejos métodos en una crítica
literaria de carácter marxista.

2.3. Bertolt Brecht (1898-1956), fue un creador comprometido con la causa


revolucionaria y, a la vez, cercano al marxismo más evolucionado de la escuela de
Frankfurt (fue muy amigo de Walter Benjamin). Para él, la obra literaria no es
autónoma en la línea de Adorno y Marcuse, sino que está conectada con la realidad
histórica. La literatura es un arma fundamental en la lucha revolucionaria, en la
praxis transformadora de la realidad. Por eso, la literatura debe ser realista en
cuanto que motivada por la realidad. Para Brecht el realismo no supone una
“fotografía” de la realidad, sino el ejercicio de una acción crítica que resulta decisiva
sobre el entorno social.
Además, en esa función crítica, hay que tener en cuenta también la forma, ya que
“la descripción de un mundo en perpetua transformación exige sin cesar nuevos
modos de expresión” (Les arts et la révolution, 1970)
2.4. Mao Tse-tung (1893-1976) intervino en el foro de Yenán sobre arte y literatura
en 1942, donde reconoció el carácter instrumental del arte como mecanismo y arma
de la revolución. Para él no existe el arte por el arte, ni un arte que esté por encima
de las clases o al margen de la política o sea independiente de ella. Mao defiende dos
principios para valorar la obra de arte: el artístico y el político, siendo el segundo
el más importante ya que cuanto más reaccionario sea el contenido de una obra y
más elevada sea su calidad artística, tanto más fácil es que envenene al pueblo y
mayor razón existe para rechazarla (en lo que recuerda los planteamientos
platónicos de la necesidad de la censura poética)
2.5. Jean-Paul Sartre (1905-1980) se plantea el papel que desempeña el artista en
su existencia social, y enfoca el problema desde una perspectiva marxista. Su
obra ¿Qué es literatura? (1948), está estructurada en tres partes que abordan tres
cuestiones fundamentales:
– “¿Qué es escribir?”, Sartre señala la diferencia entre el arte de la palabra
(literatura) y las otras artes (pintura, escultura…), porque el escritor se las tiene que
ver con la significación de las palabras, que no tienen los colores ni la piedra. Luego,
Sartre distingue entre prosa, en que destaca el “imperio de los signos”, y poesía, que
se halla más próxima a otras artes como la pintura desde el momento en que el poeta
rehúsa utilizar el lenguaje y se refugia en una actitud poética “que considera las
palabras como cosas y no como signos”. Así, al poeta no se le exige un compromiso,
mientras que al ser utilitaria la prosa, el prosista toma partido: la palabra se
convierte en acción. Escribir es descubrir un aspecto del mundo y, por tanto,
cambiarlo. En la prosa es importante el estilo, pero lo es más el tema: la forma
siempre queda supeditada al contenido.
– “¿Por qué escribir?” Sartre dice que uno de los principales motivos de la creación
artística es la necesidad de hacernos sentir esenciales con relación al mundo, donde
lo importante es el lector. En la lectura se produce la síntesis de la percepción y de
la creación, se escribe para llamar al lector de modo que este colabore en la
existencia objetiva de la obra.
– “¿Para quién escribir?” Según este autor, aunque en teoría el escritor escribe
para toda la sociedad, como la sociedad está dividida en clases, el artista sólo se
dirige a unos hombres. De ahí el papel ideológico de la literatura en una determinada
sociedad. Y sólo en una sociedad utópica sin clases sería posible la toma de
conciencia de la literatura sobre ella misma.

3. SOCIOLOGÍA DE LA LITERATURA: ROBERT ESCARPIT (1918-2000)


La sociología de la literatura no se asocia a ninguna ideología determinada; se
parece a un estudio de mercado en cuanto que estudia la producción, distribución y
consumo de la literatura (los tres campos de la investigación sociológica en
literatura) en un medio social determinado. Poe ello los resultados de sus
investigaciones sirven a la crítica sociológica.
Robert Escarpit, con su Sociología de la literatura (19658 y revisada en 1968),
considera que estas investigaciones constituyen lo que llama una “sociología de la
literatura”. Enfoca el hecho literario desde tres puntos:
– Un libro es una publicación no periódica que contiene 49 páginas o más, (sigue la

definición de la UNESCO de 1964)


– La lectura, calculable mediante estadísticas.
– La literatura es “ toda lectura no funcional, es decir, la que satisface una necesidad
cultural no utilitaria” (1958).
Para la investigación sociológica en literatura se recurre sobre todo a la estadística,
pero los problemas empiezan con la definición del mismo término literatura.

Otros representantes de la crítica sociológica son:

– en EEUU está representada por Granville Hicksn Bernard Smith e, incluso, trabajos
de algunos períodos del New Criticism como los de Kenneth Burke.

-E.Auerbach destaca por su obra Mimesis: la realidad en la literatura (1942)


-En España son importantes los trabajos de Juan Ignacio Ferreras, con Fundamentos
de sociología de la literatura (1980)

Elena Gallardo Paúls


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