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Sociología de la literatura

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La sociología de la literatura es un método de estudio de las obras literarias de los


llamados trascendentes, es decir, aquellos que analizan las obras en virtud de una clave
interpretativa que está más allá de la configuración lingüística del texto.

La sociología de la literatura, en concreto, establece conclusiones que parten de la


consideración de la literatura como realidad, fenómeno o institución social, en tanto que
relaciona las obras literarias y sus creadores, la sociedad y el momento histórico en que
nacen, y la orientación política que las inspira.

 Existe otro término, sociocrítica, que, aunque en origen no es sinónimo de


sociología de la literatura, ha terminado con el tiempo por referirse, aunque de
forma más restringida, al mismo ámbito de estudio. La sociocrítica fue una
disciplina surgida dentro de la Nouvelle Critique francesa, y buscaba
distanciarse de la estética marxista tradicional a través del uso de principios
metodológicos propios de la Semiótica, la Neorretórica y la Hermenéutica. En
este sentido, la sociocrítica se concentra exclusivamente en las estructuras
textuales y su relación con la sociedad (en sentido lato), a diferencia de la
sociología de la literatura que aborda también todo el proceso de producción,
distribución, reedición y recepción de las obras.

Contenido

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 1 Introducción
 2 El marxismo y los estudios literarios
o 2.1 Lukács

[editar] Introducción

La necesidad de integrar los hechos literarios en la historia de las sociedades humanas


es un descubrimiento casi contemporáneo de los inicios de la ciencia histórica tal y
como se entendía a finales del siglo XVIII, es decir, requiere tener en cuenta la obra de
Vico, Schlegel, Schiller, Madame de Staël y desde luego Hegel. La obra de Madame de
Staël, De la littérature considérée dans ses rapports avec les institutions sociales (1800)
es una referencia obligada para trazar una historia de las relaciones entre literatura y
sociedad.
Son diversas las relaciones que se pueden establecer entre literatura y sociedad, aunque
básicamente se reducen a dos: el análisis puede pretender ilustrar la sociedad utilizando
el texto literario como un documento de época o establecer conclusiones acerca de la
obra basadas, en último término, en las relaciones que se presumen entre las estructuras
literarias y las sociales. Normalmente, esta segunda línea se adscribe filosóficamente al
ámbito del marxismo.

La sociocrítica se interesa por la procedencia y condición social de los autores, así


como por sus ideas políticas y sociales como ciudadanos y su grado de integración en el
proceso social; se interesa también por el grado de dependencia de los escritores
respecto de la clase dominadora o las fuentes económicas que le permitían subsistir, y la
necesidad de trazar una historia del autor en la sociedad.

El estudio de la base económica de la literatura y de la condición social del escritor


aparece unido al conocimiento del público al que se dirige y del cual depende
económicamente. También se estudia dentro de la sociocrítica el papel desempeñado
por instituciones sociales y asociaciones como el salón, el café, la academia y la
universidad, y, desde luego, el papel del Estado y su intervención en el apoyo o en la
prohibición de la lectura, su control mediante la censura o quema de libros.

[editar] El marxismo y los estudios literarios


La crítica literaria marxista se ha consagrado a explicar la influencia de razones
económicas en la literatura y a señalar cómo esta debía ayudar en el camino hacia el
socialismo. Sus figuras más relevantes son Gramsci, Lukács, Goldmann, Adorno,
Althusser, Williams, Macherey y Galvano della Volpe, que, aunque se diferencian entre
sí de forma notable, comparten la misma preocupación por los problemas generales de
una teoría del arte: el juicio estético debe relacionarse con el mundo social e histórico,
que proporciona la matriz de las significaciones. El valor estético no puede ser
aprehendido sino en relación con la dimensión social del texto.

El precepto del realismo socialista según el cual la literatura debería reflejar la realidad
y mostrar ciertas actitudes políticas, está profundamente arraigado en la crítica marxista.
Esta teoría es uno de los argumentos con los que la crítica marxista hizo frente a las
teorías formalistas. La idea de que el arte es reflejo de la estructura social aparece en
numerosos textos marxistas y recibió su mejor formulación en las obras de Lúkacs.

[editar] Lukács

Cuando un crítico marxista analiza la literatura, parte de la convicción de que no se


dedica a materias de opinión, sino a una realidad que es fruto de condicionantes
políticos y sociales objetivos. Lo esencial de la práctica lukácsiana, por ejemplo, es el
estudio detenido de un texto literario a la luz de cuestiones sociales de largo alcance. El
punto de arranque es el escritor, una obra concreta, y a partir de aquí la argumentación
del crítico húngaro se desplaza a niveles muy superiores mediante divagaciones muy
complejas. La categoría esencial en el pensamiento de Lukács es la de totalidad, que
resulta también esencial en Goldmann.
Lukács considera que el novelista no debería renunciar a la totalidad como perspectiva,
pues solo en este caso la obra artística supone no ya un reflejo del mundo sino su
descubrimiento y su conocimiento. En este sentido, la verdadera literatura refleja la
realidad, es decir, las objetivas circunstancias históricas y sociales anteriores a su
representación artística. Cualquier obra literaria verdadera salta por encima de estilos o
temas para presentar al lector una visión totalizadora de la realidad.

Para Lukács y para una parte del pensamiento marxista, el realismo determina el valor
de las obras artísticas. El artista debe tender a la creación de obras que reflejen la
realidad tal y como las concebía la ciencia del socialismo.

La forma que toma la obra debe ser aquella que con mayor inmediatez permita acceder
al contenido, no debe funcionar como obstáculo, no debe servir de distracción de la
realidad que cuente el autor. El escritor debe aspirar a la máxima transparencia y no
deformar los objetos que represente. Desde este punto de vista, el ideal sería que no
existiera forma, lo que supondría identificar o superponer ambos planos: el mundo y la
literatura.

 Esta página fue modificada por última vez el 10 feb 2011, a las 01:07.
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