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Mijail Bajtín:

Recorrido teórico y propuestas fundamentales.

Alicia Poderti
CONICET

La obra de Mijaíl Bajtín (1895-1975) ofrece como constante más marcada la consideración
de la actividad literaria como una enunciación concreta, enmarcada en un diálogo social
ininterrumpido. Este enfoque ubica al lenguaje dentro de una actividad ideológica y dentro
de una actividad sígnica, semiologizando así el mundo social todo. El planteo de la
necesidad de un análisis socio-ideológico de las formas del lenguaje sitúa a Bajtín, desde un
comienzo, en la vereda opuesta de los formalistas, contemporáneos a él. Los trabajos de su
primera etapa revisten la estructura de constante polémica con la escuela rusa.

El corpus de textos atribuidos a Bajtín, admite varias lecturas que se corresponden con tres
etapas bien delimitadas. Altamirano y Sarlo (1983), marcan dos etapas en la obra de Bajtín.
Nos parece oportuno analizar una tercera: la de la indagación de los intertextos de la
cultura, los trabajos extraviados, compendiados en Estética de la creación verbal, y la
reintepretación de los principios teóricos de Bajtín que han realizado otros críticos
contemporáneos. La referencia al corpus "atribuido" a Bajtín, nos conecta con la
problemática de la proliferación de seudónimos, noms de guerre, textos comunes y textos
atribuidos a Bachtin-Medvedev-Voloshinov (Cfr. Altamirano y Sarlo, 1983: 39).

El primer Bajtín: la literatura como práctica social.


La literatura se define a partir de la ideología y en ella. Forman parte de esa etapa trabajos
de la década del '20: El método formal y ensayos sobre teoría del lenguaje. La propuesta de
Bajtín constituye un nuevo enfoque sobre las relaciones literatura-sociedad. La literatura
para de ser "producto" a ser producción". La literatura como producto se explicaba a partir
de condiciones de producción externas a la actividad literaria misma: las clases, la
economía, la historia. Concebida como producción, en cambio, la literatura asume su
carácter social como rasgo interno, que califica a la actividad literaria, a los medios de
producción textual y a las ideologías literarias con que la literatura es producida.

Para Bajtín el hecho literario es una forma ideológica y por lo tanto es reflejo lingüístico de
las ideologías sociales. De allí que los puntos centrales de su teoría giren, en esta etapa,
alrededor de dos conceptos "sujeto" y "reflejo", sobre los que posteriormente Kristeva
actualizará su lectura. El "sujeto social" produce, trabajando con los "objetos ideológicos"
un discurso sobre la realidad, a la vez que "refleja" lo social en la literatura.

Además, las ideologías sociales se transforman en génesis de ese sujeto, intersectándose en


lo que Bajtín llama "ambiente ideológico". La ideología es el material de la literatura, y el
contenido de la literatura es la representación de las esferas ideológicas (ética, ciencia,
política, religión). Es en este contexto en el que Bajtín trabaja con los conceptos de
"ideologema" y de "evaluación social".
El "ideologema" es la representación, en la ideología de un sujeto, de una práctica, de una
experiencia, de un sentimiento social. Los contenidos de las representaciones literarias son
ideologemas, y la vida social no puede pasar a la literatura sin la intermediación de estas
unidades discursivas.

Hay dos tipos de ideologemas: el artístico y el social (aunque ambos son eminentemente
sociales) que confluyen en el texto literario, orientándolo en determinada dirección. El
lenguaje, por su carácter social orienta el texto, pero esta superación de lo material (el
lenguaje) reviste un carácter inmanente: el artista se libera del lenguaje sin negarlo.

La "evaluación social"comprende, por un lado, la lengua, y por otro, la actividad del escritor
frente a su material.

"En cada palabra de la lengua, el escritor encuentra las huellas de la historia y de la


sociedad, las marcas de los usos sociales y, también, de los olvidos, el gasto por el
uso y por el desuso. Cada una de esas marcas ofrece una resistencia cuando la
palabra se incorpora al texto literario: es la resistencia de los significados sociales,
de las formas en que el lenguaje es vivido y trabajado por la comunidad o por un
sector de ella. Todos los elementos de la lengua se ordenan según un sistema de
evaluaciones sociales. Un acto de habla es comprensible en relación con una
evaluación social, que lo orienta en el mundo ideológico"... (Altamirano y Sarlo,
1983: 38).

El segundo Bajtín: teoría del discurso narrativo.


La segunda etapa de Bajtín se identifica con la teorización acerca del discurso narrativo,
expuesta en el libro sobre Dostoievski (1986) y algunos trabajos escritos entre los años '30
y '40. Esta teoría del discurso narrativo se convierte, en el marco de la sociocrítica francesa,
en teoría para todo texto literario.

La teoría de los géneros es central en este enfoque de Bajtín, mientras que las corrientes y
las escuelas literarias pasan a un segundo plano. Desde el punto de vista lingüístico lo que
diferencia a la novela de los demás géneros, según Bajtín, es la representación del discurso
de uno o varios locutores y no la representación de la acción. La novela representa "el
mundo ideológico del otro".

La concepción de la novela como expresión de la conciencia galileana del lenguaje es


fundamental: no se puede hablar de los otros desde un centro lingüístico, sino que la
representación del otro es, justamente, la representación de su lenguaje. Esto encadena la
afirmación de que los dialectos sociales son inseparables de la ideología, pero también las
prácticas sociales son inseparables del lenguaje.

Bajtín caracteriza la novela como producto de la conciencia de lenguas diferentes


(plurivocidad). la estilización representa un lenguaje desde la perspectiva del otro, y puede
llegar al nivel de la parodia cuando se introduce el lenguaje del otro con una perspectiva
ideológico-estilística que pondría de manifiesto su "falsedad, o al menos, una evaluación
social diferente entre la parodia y el lenguaje parodiado (para Bajtín no todo texto que sea
escrito a partir de los procedimientos o los contenidos de otros es un texto paródico).
Las citas y los géneros intercalados tienen, para Bajtín, distintas funciones constructivas en
el texto y significan la relativización de los límites entre géneros. La originalidad de la
novela reside en la sobreimpresión de un discurso sobre otro, de un plano lingüístico sobre
otro, conformando dos discursos ideológicos. La teoría de la intertextualidad está implícita
aquí y Bajtín se convierte no en "precursor", sino en "sociocrítico de pleno derecho"
(Altamirano y Sarlo, 1983: 43).

La teoría del "cronotopo" introduce las coordenadas del tiempo y el espacio en la


representación artística del mundo (Bajtín, 1985). De la intersección de las variables del
tiempo y del espacio histórico surge la serie literaria cuya función constructiva se reconoce
en las características de un conjunto de textos que poseen determinados elementos
dominantes. Cada época asimila diferentes cronotopos, de acuerdo a la composición de su
serie social (Bajtín, 1989). En este marco Bajtín dirige su interés a las cuestiones de los
destinos históricos de la palabra en diversas esferas de la cultura y de los profundos
orígenes históricos de la imagen literaria.

El tercer Bajtín: la indagación en los intertextos de la cultura.


En La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento (1987), el estudio del carnaval y
la idea de la carnavalización de la literatura son centrales. Aquí Bajtín observa como en el
contexto de la obra de Francois Rabelais la cultura cómica popular emerge y se enfrenta
con la cultura oficial -la cultura de la Iglesia, de los ritos corteses y de la sociedad feudal con
sus mitos y costumbres. Ambas conviven, mezcladas pero no diluídas, entrecruzándose y
oponiéndose en todos los niveles.

La cultura popular se localiza en un ámbito espacial bien definido: la plaza pública, y tiene
un protagonista social también específico: el pueblo. El hombre es considerado en su faceta
corporal (dando relevancia a la "mitad inferior" del cuerpo), y no como ser espiritual, tal
como era concebido en el mundo gótico. Durante el carnaval la plaza, espacio privilegiado
por la vida cotidiana, se transforma en el centro del mundo, en el lugar donde es posible la
inversión del orden instaurado por la oficialidad, los espectadores se convierten en actores
y viceversa, a la vez que las conductas sociales y lingüísticas se liberan del marco de
prohibiciones estatuido (Bajtín, 1987).

Acerca de la visión carnavalesca del mundo, Belleau (1986) realiza un estudio sobre los
alcances modernos de esta propuesta bajtiniana (Cfr. Poderti, 1991). La propuesta de
Belleau, en este caso, supera el enfoque de la tematización para trabajar en el nivel de la
textualización del sentido:

"La carnavalización designa la inscripción de la cultura popular, entendida como


visión global del mundo, en la literatura llamada culta. La carnavalización supone,
simultáneamente, un proceso y un producto. En tanto fenómeno de textualización
(también de transcodificación), habría que encararla en las obras literarias no como
representación, sino como estructuración" (1986).

Los diferentes regímenes de antagonismo, implantados por la visión carnavalesca, según


Belleau, son los siguientes:

1) el que comprende el sistema interno de oposiciones y permutaciones de tipo binario: lo


inferior del cuerpo por lo superior de éste, la muerte por la vida, la injuria por la alabanza.
2) El segundo régimen opone el discurso ambivalente de la cultura carnavalesca popular
al discurso unilateral de la cultura llamada "oficial" por Bajtín.
3) En tercer lugar el régimen que supone la transposición textual de los dos primeros, en
tanto hay "un sistema semiológico cuyo fiador extratextual es un discurso social ya
saturado por los lenguajes del carnaval" (Belleau, 1986: 3).

Desde la década del '50 hasta principios del '70 Bajtín produce material relacionado con los
temas de su estética de la creación verbal: los géneros del discurso, el problema del texto, el
enunciado como objeto de una especial disciplina filológica que Bajtín ha denominado
"metalingüística" y -especialmente fundamentado en estos trabajos tardíos- el problema del
autor.

Estos trabajos "extraviados" son compendiados por primera vez en Estética de la creación
verbal y tienen la estructura de apuntes con vistas a un trabajo más extenso. Esta
característica los constituye en valioso material de laboratorio que nos revela, además de
los contenidos, la cuidadosa urdimbre del trabajo científico.

Entre otros críticos, Lotman y Kristeva han leído a Bajtín, explicándolo, retraduciéndolo y
finalmente, incorporándolo a su propio sistema. Todo lo que en el texto hay de significativo,
dice Lotman casi parafraseando a Bajtín, pertenece a las estructuras extratextuales cuya
significación está organizada como código. La perspectiva, definida por la evaluación social,
selecciona en el conjunto de los textos culturales los elementos que se incorporan a la obra
literaria. Cada sociedad produce un modelo cultural, en cuyo interior los textos literarios se
orientan, coincidiendo o divergiendo respecto de él. Las formulaciones de la semiótica
soviética, en la línea de la Escuela de Tartú y de Yuri Lotman, retoman gran parte de los
conceptos de Bajtín, como el de la imposibilidad de trazar, en el dominio de la cultura, una
distinción clara entre "expresión" y "contenido" (Cfr. Fokkema e Ibsch, 1984).

La lectura kristeviana de Bajtin recoloca al postformalismo en el espacio de la problemática


semiótica. Kristeva construye, a partir de la tesis de Bajtín, un modelo teórico de la
literatura que debe ser inscripto, si se lo quiere comprender del todo, en el marxismo
estructuralista. La semiologización del mundo social, en primer lugar, y la afirmación de la
intertextualidad como definición de la práctica propiamente literaria, en segundo, son las
líneas maestras del planteo de Kristeva. Como presupuesto de ambas hipótesis, hay un
conjunto de proposiciones sobre el sujeto productor de literatura (en adelante el "autor"
entre comillas) reintroducido como significante del discurso literario (Cfr. Altamirano y
Sarlo, 1983).

"Autor" y "destinatario" son pensados como meras funciones discursivas, como efectos de
esa producción de significados protagonizada por el Texto. Al definir el "estatuto de la
palabra" Kristeva lee a Bajtín según una clave futura: su propio concepto de la
intertextualidad. Para Kristeva el descubrimiento más importante de Bajtín sería que:

"Todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es absorción y


transformación de otro texto. En el lugar de la noción de intersubjetividad se
establece la intertextualidad, y el lenguaje poético se lee, por lo menos, como doble."
(1981).
En Kristeva están, al mismo tiempo las preocupaciones teóricas del postformalismo ruso,
de la semiótica soviética, de la lingüística (de Chomsky al Saussure de los Anagramas),
procesados a través de la ideología filosófica estructuralista. De este conjunto de
incitaciones, las sociocrítica francesa conservará las marcas, las vacilaciones y, en especial,
la oposición radical a la idea de la literatura como mera representación, punto desde donde
la sociocrítica se desliza hacia la afirmación lisa y llana de que la literatura no representa
(Cfr. Altamirano y Sarlo, 1983).

Bibliografía (Mijaíl Bajtín: Intertextualidad, polifonía, dialogismo y carnavalización).

ALTAMIRANO, Carlos y SARLO, Beatriz


1983 Literatura/Sociedad, Bs. As.: Hachette.

BAJTÍN, Mijaíl
1982 "Contribución a la metodología de los estudios literarios", en Revista Texto Crítico,
México: Universidad Veracruzana, Centro de Investigaciones lingüístico-literarias,
N 24-25 (trad. Desiderio Navarro, 1940-74).

1982 "Aprovechar más audazmente las posibilidades", en Revista Texto Crítico, México:
Universidad Veracruzana, Centro de Investigaciones lingüístico-literarias, N 24-25
(trad. Desiderio Navarro, 1970).

1985 Estética de la creación verbal, México: Siglo XXI.

1986 Problemas de la poética de Dostoievski, México: Fondo de Cultura Económica.

1987 La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, Madrid: Alianza.

1989 Teoría y estética de la novela, Madrid: Taurus.

BELLEAU, André
1986 "¿Ha muerto el discurso del carnaval?", Rosario: Cátedra Análisis y Crítica II de la
Universidad Nacional de Rosario.

FOKKEMA e IBSCH
1984 Teorías de la literatura del siglo XX, Madrid: Taurus.

KRISINSKY, Wladimir
1986 "Bajtín y la cuestión de la ideología", Rosario: Cátedra Análisis y Crítica II de la
Universidad Nacional de Rosario.

KRISTEVA, Julia
1981 Semiótica, Madrid: Fundamentos (Tomos I y II).

LOTMAN, Yuri y Escuela de Tartú


1979 Semiótica de la cultura, Madrid: Cátedra.

MALKUZYNSKI, M. Pierrette
1986 "Crítica de la (sin) razón polifónica", Rosario: Cátedra Análisis y Crítica de la
Universidad Nacional de Rosario.

PODERTI, Alicia
1988 "Del antiformalismo a la teoría de la intertextualidad", en Antología de la Cátedra
"Teoría y Análisis del Texto Literario II", Facultad de Humanidades: UNSA.

1991 La cultura popular en la escritura de Carlos H. Aparicio, Salta: Fundación Banco del
Noroeste.

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