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La palabra alimentos proviene del vocablo latino, alimentum ab-alere, que quiere decir
nutrir, alimentar. En sentido recto significa las cosas que sirven para sustentar el cuerpo, y
en el lenguaje jurídico se utiliza para asignar lo que se le provee a una persona para
atender a su subsistencia.
Entre otras consecuencias, el derecho a la vida lleva consigo la necesidad de la persona de
ser mantenida, cuando se encuentra en una situación en la que no pueda proveer por si
misma su sustento. Se trata del llamando derecho de alimentos, que el Código Civil
configura como una consecuencia de determinado tipo de parentesco.
Los alimentos consisten en el derecho que tiene una persona denominada alimentista
(acreedora de los alimentos) a reclamar de otra a la que le une un vínculo de parentesco y
llamada alimentante (deudora de alimentos) lo necesario para satisfacer sus necesidades
vitales.
Se califica de alimentista la obligación impuesta a una persona de suministrar a otra
persona los socorros necesarios para la vida. Los alimentos constituyen la obligación de los
padres de alimentar a sus hijos menores e incapacitados nace con independencia de la
situación de necesidad de los mismos, ya que esta presunción no admite prueba en contra
(iuris et de iure), en razón de su minoría o incapacidad.
Es precisamente la anterior situación de hijos protegidos (menores e incapaces) la que
determina el nacimiento de la obligación, y por ello es independiente del ejercicio y aun
de titularidad de la patria potestad. Igualmente, los hijos sujetos a la patria potestad
tienen preferencia absoluta en relación con los demás parientes a la prestación de
alimentos por sus padres.
Interpretando que la obligación alimenticia comprende todo lo indispensable para el
sustento del alimentista, es decir, que en el concepto alimentos se encuentra
comprendido todo lo necesario para el desarrollo integral de la persona:
a) comida,
b) vestido,
c) hogar,
d) medicina,
e) instrucción
f) y educación.
TRATADOS DE MONTEVIDEO DE DERECHO CIVIL INTERNACIONAL DE 1889 Y DE 1940
carecen de regulación específica de los alimentos como categoría autónoma. No
obstante, ambos contienen normas cuyo ámbito de aplicación puede extenderse a las
obligaciones alimentarias. En su marco regulador, las obligaciones alimentarias entre
cónyuges pueden calificarse como relaciones personales (artículos 12 del Tratado de 1889
y 14 del Tratado de 1940, respectivamente), y no como relaciones patrimoniales, toda vez
que, a su ratio, el derecho alimentario es independiente al régimen patrimonial a que se
someta el matrimonio. Además, en sus disposiciones, el derecho alimentario no puede ser
objeto de un régimen convencional, propio de quienes celebraron capitulaciones
matrimoniales, ni puede permanecer petrificado por la ley del primer domicilio
matrimonial. Para estos tratados internacionales, las obligaciones alimentarias entre
cónyuges se rigen por la ley del domicilio conyugal. Este criterio también se utiliza para
determinar la jurisdicción internacional, según los artículos 62 y 59 de 1889 y 1940,
respectivamente.
Artículo 1
La presente Convención tiene como objeto la determinación del derecho aplicable a las
obligaciones alimentarias, así como a la competencia y a la cooperación procesal
internacional, cuando el acreedor de alimentos tenga su domicilio o residencia habitual en
un Estado Parte y el deudor de alimentos tenga su domicilio o residencia habitual, bienes
o ingresos en otro Estado Parte.
Los Estados podrán declarar al suscribir, ratificar o adherir a esta Convención que la
restringen a las obligaciones alimentarias respecto de menores.
Artículo 2
Artículo 3
Los Estados al momento de sucribir, ratificar o adherir a la presente Convención, así como
con posterioridad a la vigencia de la misma, podrán declarar que esta Convención se
aplicará a las obligaciones alimentarias en favor de otros acreedores; asimismo, podrán
declarar el grado de parentesco u otros vínculos legales que determinen la calidad de
acreedor y deudor de alimentos en sus respectivas legislaciones.
Artículo 4
Toda persona tiene derecho a recibir alimentos, sin distinción de nacionalidad, raza, sexo,
religión, filiación, origen o situación migratoria, o cualquier otra forma de discriminación.
Artículo 5
DERECHO APLICABLE
Artículo 6
a. El ordenamiento jurídico del Estado del domicilio o de la residencia habitual del
acreedor;
b. El ordenamiento jurídico del Estado del domicilio o de la residencia habitual del
deudor.
Artículo 7
Serán regidas por el derecho aplicable de conformidad con el Artículo 6 las siguientes
materias:
a. El monto del crédito alimentario y los plazos y condiciones para hacerlo efectivo;
c. Las demás condiciones requeridas para el ejercicio del derecho de alimentos.
Artículo 8
b. El juez o autoridad del Estado del domicilio o de la residencia habitual del deudor, o
c. El juez o autoridad del Estado con el cual el deudor tenga vínculos personales tales
como: posesión de bienes, percepción de ingresos, u obtención de beneficios
económicos.
Artículo 9
Artículo 10
Los alimentos deben ser proporcionales tanto a la necesidad del alimentario, como a la
capacidad económica del alimentante.
Artículo 11
a. Que el juez o autoridad que dictó la sentencia haya tenido competencia en esfera
internacional de conformidad con los Artículos 8 y 9 de esta Convención para conocer y
juzgar el asunto;
b. Que la sentencia y los documentos anexos que fueren necesarios según la presente
Convención, estén debidamente traducidos al idioma oficial del Estado donde deban surtir
efecto;
d. Que la sentencia y los documentos anexos vengan revestidos de las formalidades
externas necesarias para que sean considerados auténticos en el Estado de donde
proceden;
e. Que el demandado haya sido notificado o emplazado en debida forma legal de modo
sustancialmente equivalente a la aceptada por la ley del Estado donde la sentencia deba
surtir efecto;
g. Que tengan el carácter de firme en el Estado en que fueron dictadas. En caso de que
existiere apelación de la sentencia ésta no tendrá efecto suspensivo.
Artículo 12
b. Copia auténtica de las piezas necesarias para acreditar que se ha dado cumplimiento a
los incisos e) y f) del artículo 11, y
c. Copia auténtica del auto que declare que la sentencia tiene el carácter de firme o que
ha sido apelada.
Artículo 13
El control de los requisitos anteriores corresponderá directamente al juez que deba
conocer de la ejecución, quien actuará en forma sumaria, con audiencia de la parte
obligada, mediante citación personal y con vista al Ministerio Público, sin entrar en la
revisión del fondo del asunto. En caso de que la resolución fuere apelable, el recurso no
suspenderá las medidas provisionales ni el cobro y ejecución que estuvieren en vigor.
Artículo 14
El beneficio de probeza declarado en favor del acreedor en el Estado Parte donde hubiere
ejercido su reclamación, será reconocido en el Estado Parte donde se hiciere efectivo el
reconocimiento o la ejecución. Los Estados Parte se comprometen a prestar asistencia
judicial gratuita a las personas que gocen del beneficio de pobreza.
Artículo 15
Artículo 16
Artículo 17
Artículo 18
Los Estados podrán declarar al suscribir, ratificar o adherir a esta Convención, que será su
derecho procesal el que regulará la competencia de los tribunales y el procedimiento de
reconocimiento de la sentencia extranjera.
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 19
Artículo 20
Las disposiciones de esta Convención no podrán ser interpretadas de modo que restrinjan
los derechos que el acreedor de alimentos tenga conforme a la ley del foro.
Artículo 22
DISPOSICIONES FINALES
Artículo 23
Artículo 24
La presente Convención quedará abierta a la adhesión de cualquier otro Estado. Los
instrumentos de adhesión se depositarán en la Secretaría General de la Organización de
los Estados Americanos.
Artículo 26
Artículo 27
Los Estados Parte que tengan dos o más unidades territoriales en las que rijan distintos
sistemas jurídicos relacionados con cuestiones tratadas en la presente Convención,
podrán declarar, en el momento de la firma, ratificación o adhesión, que la Convención se
aplicará a todas sus unidades territoriales o solamente a una o más de ellas.
Artículo 28
b. Cualquier referencia a la Ley del Estado del domicilio o de la residencia habitual
contempla la Ley de la unidad territorial en la que el menor tiene su residencia habitual.
Artículo 29
Entre los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos que fueren
Partes de esta Convención y de las Convenciones de La Haya del 2 de octubre de 1973
sobre Reconocimiento y Eficacia de Sentencias relacionadas con Obligaciones Alimentarias
para Menores y sobre la Ley Aplicable a Obligaciones Alimentarias, regirá la presente
Convención.
Sin embargo, los Estados Parte podrán convenir entre ellos de forma bilateral la
aplicación prioritaria de las citadas Convenciones de La Haya del 2 de octubre de 1973.
Artículo 30
La presente Convención no restringirá las disposiciones de convenciones que sobre esta
misma materia hubieran sido suscritas, o que se suscribieren en el futuro en forma
bilateral o multilateral por los Estados Partes, ni las prácticas más favorables que dichos
Estados pudieren observar en la materia.
Artículo 31
La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha en que haya
sido depositado el segundo instrumento de ratificación.
Para cada Estado que ratifique la Convención o se adhiera a ella después de haber sido
depositado el segundo instrumento de ratificación, la Convención entrará en vigor el
trigésimo día a partir de la fecha en que tal Estado haya depositado su instrumento de
ratificación o adhesión.
Artículo 32
La presente Convención regirá indefinidamente, pero cualquiera de los Estados Parte
podrá denunciarla. El instrumento de denuncia será depositado en la Secretaría General
de la Organización de los Estados Americanos. Transcurrido un año, contado a partir de la
fecha de depósito del instrumento de denuncia, la Convención cesará en sus efectos para
el Estado denunciante, quedando subsistente para los demás Estados Parte.
Artículo 33
En conclusión cabe apreciar dos elementos que comparte el tratamiento legislativo de las
obligaciones de alimentos con otras cuestiones del derecho de familia internacional. En
primer lugar, las soluciones de las normas de derecho internacional privado en materia de
obligaciones de alimentos derivadas de una relación familiar se orientan hacia la
protección de la parte más endeble y requerida de tutela jurídica, o sea, el acreedor
alimentario. En segundo lugar, la intervención de los poderes públicos, con el fin de dar
cobertura y solución a posibles situaciones de desatención económica, se refuerza
mediante el mecanismo de cooperación administrativa de autoridades centrales, y,
materialmente, con el establecimiento de un fondo de garantía del pago de alimentos. En
el ámbito latinoamericano se aprecia un marco convencional diverso y anticuado en
cuanto a la regulación jurídica de las obligaciones alimentarias internacionales: coexisten
simultáneamente instrumentos de codificación del derecho internacional privado con
tratados internacionales del sistema regional interamericano. Los Tratados de Montevideo
de Derecho Civil Internacional de 1889 y 1940, el Código de Derecho Internacional Privado
o Código Bustamante de 1928 y los diferentes instrumentos jurídicos internacionales
emanados de las conferencias interamericanas de derecho internacional privado,
conforman un entorno convencional regional extremadamente difuso y poco adecuado a
la realidad y necesidades regionales.
BIBLIOGRAFÍA
Opertti Badán, Didier, Exposición de Motivos del Proyecto de Convención interamericana sobre
conflictos de leyes en materia de alimentos para menores, Montevideo, Instituto Interamericano
del Niño de la Organización de Estados Americanos, 1988