Está en la página 1de 6

Nombre

Daulin Marchena

Materia

Derecho civil

Matricula

17-7615

Facilitador/a

Aracelis Paulino

Tema

Fecha

6/10/2018
1) Investigue y elabore un ensayo, tomando en cuenta los siguientes
aspectos.

a) Definición de matrimonio y las formalidades para su celebración;


b) Matrimonio con comunidad de bienes y con separación de bienes y sus
requisitos.
c) Los elementos constitutivos de la unión marital de hecho y la base
legal que lo reconoce.
d) Las sanciones aplicables al incumplimiento de las condiciones de
forma o de fondo del matrimonio.

El artículo 55 de la ley 659 sobre actas del estado civil indica: El matrimonio es
una institución civil, que se origina en el contrato celebrado entre un hombre y
una mujer que han dado libre consentimiento para casarse, y que son capaces,
según la ley, para verificar este acto.
El matrimonio es un acto civil y la primera condición para su celebración es el
consentimiento, por lo tanto no existe matrimonio sin este, ni cuando dicho
consentimiento este viciado.
El matrimonio es un acto solemne, y como tal debe cumplir con ciertas
formalidades: el matrimonio debe celebrarse públicamente, ante el funcionario
competente, con las formalidades legales, en la común en que tenga su
domicilio uno de los contrayentes; para determinar el domicilio se toma en
cuenta el tiempo de residencia en el lugar, que debe ser de por lo menos, seis
meses continuos.
Los funcionarios competentes para la celebración del matrimonio son los
oficiales del estado civil, los cuales son los únicos que tienen la facultad para
celebrar el matrimonio de acuerdo con esta ley.
Las parejas que desean contraer matrimonio deberán presentar previamente al
oficial del estado civil correspondiente a las pruebas referentes a sus edades,
además deben manifestar por escrito, mediante una declaración jurada, que
son libres para contraer matrimonio, que dichos contrayentes están en libertad
de contraer matrimonio, que tienen capacidad legal y que están provisto del
certificado prenupcial de salud, si fuera necesario.
Consentimiento libre de los esposos, es decir, que éstos expresen su voluntad
sin vicios, ya que cuando el consentimiento es viciado por el error, el dolo o la
violencia, no puede surtir efectos válidos. No existe matrimonio sin
consentimiento ni cuando dicho consentimiento esté viciado.
Además, los cónyuges deben ser personas capaces, es decir, estar en plena
facultad mental. Las personas incapaces son los menores de edad y los
interdictos.
Otro requisito para la celebración del matrimonio es que sea solemnizado de
manera pública, por un Oficial de Estado Civil, que es la autoridad competente.
Pero no basta con que sea dicho oficial, sino que este debe actuar dentro de la
jurisdicción que le corresponde, es decir, un Oficial del Estado Civil de la
común en que tenga su domicilio uno de los contrayentes.
Para probar su capacidad de contraer matrimonio, las parejas deben presentar
previamente al Oficial de Estado Civil correspondiente los documentos que
indiquen sus edades, también deben expresar, mediante un acto de
declaración jurada, que son libres para contraer matrimonio, que tienen
capacidad legal y en caso de ser necesario, que están previstos del certificado
prenupcial de salud.
El Oficial del Estado Civil deberá realizar ciertas publicaciones antes de
proceder a la celebración del matrimonio. Lo anunciará por medio de un edicto
o proclama que se fijará en lugar visible, de la Oficialía del Estado Civil.
Dentro de los tres días, y antes de proceder al matrimonio, el Oficial del Estado
Civil emitirá una certificación en que conste la fecha y la forma en que el edicto
o proclama se publicó. Transcurridos los tres días contados a partir de la fecha
en que se hizo la publicación del edicto o proclama, el Oficial del Estado Civil
procederá a la celebración del matrimonio. Sin embargo el Oficial del Estado
Civil podrá celebrar el matrimonio dentro del año siguiente a la publicación.
Pero si transcurre el plazo de un año, luego de la publicación del edicto sin que
se haya hecho la celebración del matrimonio, deberá hacerse nueva
publicación del edicto.
Luego de dar cumplimiento a dichas formalidades el Oficial del Estado Civil
correspondiente procederá a la celebración del matrimonio públicamente, en
presencia de los testigos requeridos al efecto. Declarará que los contrayentes
quedan unidos en matrimonio y dará lectura al acta que levantará.
Los testigos del matrimonio deben ser al menos dos y deben estar presentes
en la celebración del matrimonio. Estos deben ser mayores de edad y saber
firmar.
Separación de bienes: Cada cónyuge conserva bajo dominio individual todo su
patrimonio habido y por obtener, además de mantener la administración, el
goce y la libre disposición de sus bienes.
La mujer debe contribuir con una proporción de sus rentas o ganancias para
que el esposo pueda sufragar los gastos o cargas económicas de la casa o de
la familia.
“La separación de bienes no es lo mismo que la existencia separada de dos
patrimonios, como la que puede existir entre concubinos. Es un verdadero
régimen matrimonial, al cual se aplican las obligaciones personales de las
personas casadas (obligaciones de fidelidad, socorro y asistencia, deber de
cohabitación, selección de la residencia familiar) y las reglas económicas del
régimen primario expresadas en los artículos 217 y siguientes del Código Civil.”
Ha sido muy notable cómo en los últimos años se ha incrementado el número
de matrimonios que decide elegir el régimen de separación de bienes, dejando
claro que pertenecen a cada cónyuge los bienes que tuvieran antes del
matrimonio, así como los que adquieran una vez celebrado el matrimonio por
cualquier título. Este régimen se traduce en que lo que yo compro con mi
dinero es mío, lo pongo a mi nombre y si nos divorciamos no se repartirán mis
bienes entre los dos; y lo que tú compres es tuyo y podrás hacer lo que quieras
con ello. Ello no desaprueba que si los esposos deciden compartir algún bien,
no lo puedan hacer. Cada cónyuge responderá de sus deudas, salvo las que se
hayan contraído para el sostenimiento de la familia.
Contrariamente a lo que sucede en el régimen de la comunidad de bienes, el
de separación no contiene, en principio, masa común, ni durante el matrimonio
ni en el momento de su disolución. Este régimen, busca sabiamente una forma
de esquivar las consecuencias que se derivan de la comunidad de bienes que,
como se sabe, debilita en cierto modo el derecho de propiedad, por lo cual se
instauró este régimen de separación que tiende fundamentalmente a proteger
el patrimonio de cada uno de los esposos.
Sin embargo, con el régimen de la comunidad de bienes: El esposo pasa a ser
el jefe de la sociedad y es el único que puede administrar los bienes que la
integran, pero para cualquier operación relativa a los bienes conyugales,
necesita de la autorización de la mujer. Son parte del matrimonio los bienes
adquiridos durante y antes de contraer el vínculo. Si se termina el matrimonio,
se liquidan los bienes quedando cada uno con la mitad.
La iglesia nos invita a creer que “El amor de los esposos exige, por su misma
naturaleza, la unidad y la indisolubilidad de la comunidad de personas que
abarca la vida entera de los esposos: De manera que ya no son dos sino una
sola carne”. “Están llamados a crecer continuamente en su comunión a través
de la fidelidad cotidiana a la promesa matrimonial de la recíproca donación
total”. Esta comunión humana es confirmada, purificada y perfeccionada por la
comunión en Jesucristo dada mediante el sacramento del Matrimonio. Se
profundiza por la vida de la fe común y por la Eucaristía recibida en común.
Las bienaventuranzas nos colocan ante opciones decisivas con respecto a los
bienes terrenales; purifican nuestro corazón para enseñarnos a amar a Dios,
por sobre todas las cosas. Por lo que, Pecado… es faltar al amor verdadero
para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos
bienes.
Es importante tomar en cuenta que el problema del dinero para las parejas no
lo constituye la carencia o exceso del mismo, sino la mala administración que
lleven de él. La falta de compromiso con la pareja al no tomar los bienes
monetarios como un bien “nuestro” sino algo que permanece siendo individual,
y que cada quien aporta solo lo que le toca es otro de los principales
obstáculos que la pareja enfrenta en el manejo del dinero.
Para una sana economía familiar es importante llevar a cabo una buena
planeación por parte de ambos cónyuges. Se deben sentar a dialogar sobre los
planes y proyectos que desean cumplir, sean estos personales, en pareja, a
corto, mediano o largo plazo. Este diálogo llevará a concluir que los proyectos
que en un principio son personales pasan a ser también parte de lo nuestro y
se convierten en planes de la pareja.
Con esta información se puede hacer un fondo común que constituirá los
bienes con que la pareja cuenta. Este fondo común será el que deben
administrar de la mejor forma para que al final el dinero no sea un problema en
su relación. Para la administración y ejecución de este presupuesto es vital la
vivencia de valores a través de actitudes como el diálogo, la disciplina y el
compromiso de ambos esposos.
En nuestro país, se había hecho mención a la unión libre o al concubinato, pero
nunca con la intención de reconocerle efectos jurídicos.
El legislador con la Ley 54 de 1990, acepta la existencia de las uniones
maritales de hecho y el consiguiente reconocimiento de la sociedad patrimonial
entre quienes la conforman en las circunstancias en ellas previstas.
El artículo 1 de la Ley 54 de 1990 prescribe: “a partir de la vigencia de la
presente ley y para todos los efectos civiles, se denomina unión marital de
hecho, la formada entre un hombre y una mujer, que sin estar casados, hacen
una comunidad de vida permanente y singular”
La Unión Marital de esta manera definida por la ley, es fuente de la familia
extramatrimonial, que tutela también la constitución política de 1991 en su
artículo 42 inc.1.
El artículo 268 del anteproyecto de Código Civil de la República Dominicana
dispone: “se denomina unión marital de hecho a la formada por un hombre y
una mujer; aptos para contraer matrimonio, sostenida durante un mínimo de
dos años en condiciones de singularidad, estabilidad y notoriedad pública”.
De lo anterior se deduce que los elementos constitutivos de la unión marital de
hecho serían:
 Que la unión sea entre un hombre y una mujer.
 Aptitud para contraer matrimonio.
 Que tenga una duración mínima de dos años.
 Que sea en condición de singularidad.
 Que sea una relación estable.
 Que sea de notoriedad pública.
El matrimonio que no cumple con los requisitos de fondo y de forma
establecidos en la ley es nulo. Es importante recordar que el matrimonio es un
acto solemne y como tal exige algunas condiciones indispensables para su
validez.
Además, existen algunas sanciones aplicables al oficial encargado que no
cumpla con los requisitos exigidos por la ley 659 sobre actas del estado civil.
Al respecto, el artículo 62, numeral 1 de la indicada ley, se refiere a las penas
por no archivar, y establece: el funcionario que hubiere autorizado matrimonio
según las prescripciones de esta ley que dejare de cumplir los dispuestos
sobre la inscripción de los certificados y pruebas de matrimonio, será juzgado
correccionalmente por el tribunal de primera instancia, y si fuera culpable, se le
impondrá una multa de cien pesos (100.00), o prisión de uno a tres meses.
Es importante destacar que las sumas referentes a las multas son irrisorias,
tomando en cuenta la devaluación actual del peso dominicano.
El numeral 2 del mismo artículo sanciona las falsedades, al disponer: las
falsedades esenciales a estos actos, cometidos por el funcionario que hubiera
autorizado un matrimonio, se castigaran como falsedades en documentos
públicos, según lo preceptuado por los artículos 145, 146, 147 y 148 del código
penal común.
Respecto a la falsedad o el engaño que realice alguno de los contrayentes al
Oficial del Estado Civil correspondiente, a sabiendas de que existen causas de
impedimento matrimonial, el numeral 4 del indicado artículo 62 expresa:
“El contrayente sabiendo que en su persona existen una o varias de las causas
de impedimento para la celebración del matrimonio consiguiere engañar al
funcionario que deba autorizar el matrimonio, será castigado en la siguiente
forma:
a) Si el matrimonio no hubiere llegado a efectuarse, la tentativa se castigará
con una pena de uno a dos años de prisión correccional;
b) Si el matrimonio se hubiera celebrado, con penas de trabajos públicos de
a diez años;
c) Estas penas no se aplicarán al cónyuge que resultare inocente en el
delito.

También podría gustarte