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Definición
Art. 472 C.C. Según nuestro Código Civil “se entiende por alimentos lo que es indispensable
para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica, según la situación y posibilidades de
la familia.
Además, es importante tener en cuenta que el derecho alimentario posee las siguientes
características: es personal, intransmisible, irrenunciable, intransigible, incompensable,
imprescriptible e inembargable.
Art. 473 C.C. “El mayor de dieciocho años solo tiene derecho a alimentos cuando no se
encuentre en aptitud de atender a su subsistencia por causas de incapacidad física o mental
debidamente comprobadas.
Si la causa que lo redujo a ese estado fue su propia inmoralidad, solo podrá exigir lo
estrictamente necesario para subsistir.
Con lo citado anteriormente, es fundamental considerar que una persona mayor de 18 años se
considera legalmente capaz. No obstante, la disposición de este artículo está diseñada para
proteger a aquellos hijos que aún no han alcanzado la capacidad para sostenerse
económicamente por sí mismos. En este contexto, se brinda ayuda basada en la relación
paternofilial, maternofilial o consanguínea. Esta medida se considera acertada y ha generado un
considerable cuerpo de jurisprudencia.
Dicha propuesta me parece idónea ya que protege tanto al alimentista como al progenitor.
1. Los cónyuges
2. Los ascendientes y descendientes
3. Los hermanos
Esta disposición establece la presencia de una relación obligacional alimentaria mutua entre
cónyuges, ascendientes, descendientes y hermanos. En esta relación, cada parte puede ser
acreedora alimentaria respecto a las demás si se encuentran en un estado de necesidad (deudores
alimentarios) o si tienen el deber jurídico de cumplir con dicha obligación alimentaria.
Se extiende la obligación a todos los parientes en línea recta siguiendo el orden establecido en
el artículo 475; en el caso de los descendientes debe diferenciarse la unilateral que es regulada
en el CNA de la obligación recíproca que es regulada en el artículo presente.
Todos los hijos tienen los mismos derechos, por lo que en el caso de que sean niños o
adolescentes sus padres están obligados a educarlos y alimentarios, incluso a pesar de estar
suspendidos o perder la patria potestad. Cabe mencionar que, subsiste la obligación entre los 18
hasta 28 años de edad si estudian una profesión u oficio con éxito. En caso de no hacerla,
únicamente tienen derecho si son solteros y están incapacitados física o mentalmente de
subsistir por sí mismos o su cónyuge no puede dárselos, recudiéndose los alimentos a los
necesarios en caso de que su propia inmoralidad los redujo a este estado, es indigno o
desheredado.
Por otra parte, los ascendientes tienen el derecho a recibir alimentos adecuados, incluso si,
debido a su propia inmoralidad, son incapaces física o mentalmente de mantenerse. Este
derecho se fundamenta en la obligación moral de tolerancia y consideración que los
descendientes tienen hacia ellos. Esta norma diferencia a los ascendientes de otros acreedores
alimentarios como cónyuges, descendientes y hermanos, a quienes se les limita la provisión de
alimentos a lo estrictamente necesario cuando se encuentran en una situación similar. No
obstante, en casos de indignidad o desheredación, se restringen los alimentos de los
ascendientes a lo estrictamente esencial.
Los alimentos, cuando sean dos o más los obligados a darlos, se prestan en el orden
siguiente:
1. Por el cónyuge
2. Por los descendientes
3. Por los ascendientes
4. Por los hermanos
“Los alimentos se regulan por el juez en proporción a las necesidades de quien los pide y a
las posibilidades del que debe darlos, atendiendo además a las circunstancias personales de
ambos, especialmente a las obligaciones a que se halle sujeto el deudor.
No es necesario investigar rigurosamente el monto de los ingresos del que debe prestar los
alimentos”
Los presupuestos legales de la obligación de alimentos son tres: uno subjetivo, constituido por
la existencia del vínculo familiar, caracterizado por su carácter y vocación de permanencia,
mientras los otros dos de carácter objetivo, el estado de necesidad del acreedor y la
disponibilidad económica de la obligación pueden variar con el tiempo.
En el marco de nuestra legislación civil, el artículo 481 establece que la regulación de los
alimentos debe ser llevada a cabo por el juez, considerando tanto las necesidades del alimentista
como las posibilidades económicas de la persona encargada de proporcionarlos. De esta manera,
nuestro Código reconoce una de las características menos debatidas y más ampliamente
aceptadas por la doctrina civil en relación con el derecho de alimentos, que consiste en la
proporcionalidad entre los elementos objetivos de la obligación.
Al establecer la pensión de alimentos, es esencial tener en cuenta los ingresos del alimentante.
Además, es relevante considerar que la necesidad del alimentista no se limita únicamente a lo
estrictamente necesario para sobrevivir, sino que abarca un concepto subjetivo más amplio,
incluyendo aspectos relacionados con el bienestar general. En consecuencia, se puede concluir
que el límite real para fijar la pensión de alimentos está determinado por las posibilidades
económicas del alimentante, ya que esta evaluación debe ser proporcional y realista en función
de su capacidad económica.
Extinción de la obligación
“La obligación de prestar alimentos se extingue por muerte del obligado o del alimentista, sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 728 C.C.
En caso de muerte del alimentista, sus herederos están obligados a pagar los gastos
funerarios”.
El presente articulo siente el principio de la intransmisibilidad mortis causa del derecho y de la
obligación de alimentos.
En realidad, se refiere a un acreedor alimentario que tiene el derecho de exigir una pensión de
alimentos al hombre con el cual mantuvo relaciones sexuales durante la época de la concepción.
La ley es la que establece la obligación alimentaria, ya que no se cumplen los requisitos
subjetivos y objetivos para el surgimiento de la obligación legal de alimentos.