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Para la primera situación (A) Se tiene en cuenta que el tratamiento de la modalidad de violencia
castigo generalmente es más difícil de llevar a cabo que el la violencia agresión a causa de la posición
defensiva, hostil o de rechazo de los sujetos que ejercen sobre otros. Los individuos en este grupo
sufren patologías graves de la conducta. En este caso se interviene usando las siguientes secuencias:
Integrar al regulador
El interiorizar el hecho de la existencia de instancias exteriores, funcionará como inhibidor del
acto violento, es decir el conocimiento del deber presentarse ante un tercero con autoridad (juez,
tribunal, familia...) como un culpable o responsable de un acto violento terminará por frenar el
mismo. Aunque los cambios provocados por esta estrategia pueden causar otros problemas
(odio a la familia cólera...) funciona para acabar la violencia y permitir un proceso terapéutico
más efectivo.
En caso de presentarse la situación "B", es decir, Si la alianza resulta imposible puesto que el
actor violento tras los primeros contactos se rehúsa al tratamiento o cualquier forma de seguimiento,
claramente sus actitudes resultan intratables, y por lo tanto es imposible de llegar a una alianza con él
se debe organizar una separación física, buscar la protección de la víctima y llevar a cabo con ella las
siguientes secuencias:
Otras terapias
Dado que en casos especiales la víctima presenta una alteración de la consciencia idéntica al
estado de trance, causada por una tiranía ritualizada mediada entre la perversión y la tortura, el
acercamiento terapéutico debe realizarse bajo otros enfoques donde se toma a la persona
castigada como eje primordial para superar la influencia de la violencia ejercida.
Son la modalidad más difícil de tratar y enmarcar en un proceso de cambio. Está marcado por la
experimentación de la violencia afectando el centro psíquico y emocional de la víctima,
experimentando sentimientos de injusticia, humillación, y odio hacia su persona. Generalmente ha
sufrido el abandono, y el actor de la violencia ejerce un poder discrecional y selectivo. Por lo regular
las secuelas son ampliamente observables en múltiples entornos de interacción social, especialmente en
aquellos que existe la presencia de una figura de autoridad.
Es una referencia válida para categorizar esta situación de castigo con simetría latente la
presencia de actitudes hostiles hacia las figuras de autoridad por parte del afectado, presentando una
rotunda negación al hecho de someterse nuevamente ante una de ellas, como podría serlo el mismo
terapeuta, algo que dificulta el proceso.
Canalizar su liderazgo
Situando al sujeto en una posición de poder, procurar en el la necesidad de responsabilidad que
conlleva dicha posición ante los más débiles.
La violencia - agresión es más la más fácil de identificar dado que los protagonistas son
conscientes de la situación.
La violencia entre adultos y niños, estos últimos la sufren pero permanece preservada su
identidad, el seguimiento se organiza con relativa facilidad, no siempre es necesario la denuncia
a la justicia y es posible cambiar la interacción.
En la violencia entre adultos ambos se ubican en la misma posición existencial, aquí uno de
ellos puede ganar la confrontación en el plano físico pero no necesariamente en el plano
psicológico o social.
Generalmente en esta violencia entre adultos uno está más cautivo del otro
En la violencia castigo se establece un consenso falaz en la desigualdad de la relación. El
terapeuta debe actuar con eficacia y precisión dada la tendencia hacia la gravedad de la
situación en caso de errores en el tratamiento.
En casos de violencia entre adultos y niños estos tienen graves problemas de identidad y sus
vidas corran peligro.
Los niños tienden a reflejar actitudes de víctimas e indignación en otros entornos. Presentando
una habilidad comunicativa pobre.
Resulta imprescindible la denuncia judicial y la intervención social, dado que sin la observación
exterior la situación permanece inmutable
En lo que respecta al tratamiento de los adolescentes que han sufrido la violencia castigo con
simetría latente que evolucionaron hacia la violencia agresión, estos se niegan a someterse ante
cualquier autoridad.
El trabajo de terapia debe ser realizado bajo un enfoque de empatía en todo momento.