La terapia familiar aplicada a situaciones especiales
En este capitulo se hablará de la elaboración de planes de tratamiento para familias
que se ven afectadas por dos de los problemas más serios y críticos que golpean la humanidad de estos tiempos: Violencia y consumo y adicción de drogas. En ambas situaciones los métodos de la terapia familiar probado su utilidad. 9.1 La violencia y sus distintas formas: La violencia es un fenómeno que afecta a la sociedad, de forma general, y de manera especial a la familia. Hay varias manifestaciones de la violencia y como resultado de la gran diversidad de expresiones se hace necesario clasificarla para comprender mejor su abordaje. Violencia de género: Nos referimos a todas las formas mediante las cuales se intenta perpetuar el sistema de jerarquías impuesto por la cultura patriarcal. Esta violencia se expresa a través de conductas y actitudes basadas en un sistema de creencias sexista y hetero centrista, que tiende a acentuar las diferencias apoyadas en los estereotipos de género, conservando las estructuras de dominio que se derivan de ellos. La violencia de género adopta formas muy variadas tanto en el ámbito público como en los contextos privados. Ejemplo: la discriminación a la mujer en distintos niveles (político, institucional, laboral, etc.). Violencia intrafamiliar: Son todas las formas de abuso de poder que se desarrollan en el contesto de las relaciones familiares y que ocasionan diversos niveles de daño a las victimas de esos abusos. La violencia intrafamiliar tiene 2 vertientes: una está basada en el género y la otra basada en la generación. Violencia doméstica: Es una de las formas de violencia de género. La que tiene lugar en el espacio doméstico. De ese modo, se asocia con una relación de noviazgo, una relación de pareja, con o sin convivencia, o los vínculos con exparejas. 9.2 Terapia familiar en casos de violencia de género, violencia intrafamiliar y violencia doméstica. La terapia familiar es un método de tratamiento que se apoya en el marco conceptual sistemático. Recientemente han surgido debates sobre la efectividad de un proceso de intervención basado en las premisas de los principios sistémicos, en el entiende de que los mismos pueden desresponsabilizar al agresor de las consecuencias de sus acciones. esta postura ha sido muy reforzada por varios autores entre los cuales se encuentran Corsi, Echeburria, Enrique y Paz del Corral y Vera Patricia Yagupsky, quienes postulan por programas dirigidos a los hombres agresores y a las mujeres agredidas por separado. Para Corsi, la relación de abuso es definida como aquella forma de interacción que, enmarcada en un contexto de desequilibrio de poder que incluye conductas donde las partes que por acción o por omisión ocasionan daño físico y/o psicológico a otro miembro de la familia. Una postura más flexible es la que defiende María Cristina Ravazzola en su libro “historias infames: los maltratos en las relaciones”. La referida autora plantea que no comparte la posición rígidamente negativa de no incluir al victimario, sino que hay que examinar y resolver lo que en cada caso y en cada etapa del tratamiento conviene hacer. Por su parte Reynaldo Perrone y Martine Nannini plantean varias para misas fundamentales sobre la violencia, de clara inclinación sistémica: La primera premisa define la violencia no como un fenómeno individual sino como un fenómeno internacional que solo puede explicarse en un contexto relacional en vez de intrapsíquico y que es el resultado de un proceso de comunicación particular entre 2 o más personas. La segunda premisa plantea que todos los que participan en una interacción se hallan implicados, y son por tanto responsables está el punto de vista internacional. La tercera premisa establece que un individuo no es violento en sí, sino que más bien su violencia aparece según el contexto o la modalidad de interacción en que está inmerso. 9.3 Comprensión sistémica de la violencia intrafamiliar. El principio de causalidad circular puede aplicarse para el entendimiento y comprensión de la violencia familiar. modelo circular es una cadena de acontecimientos cuyos elementos son interdependientes. Perrone Y Nannini plantean que la violencia familiar es el resultado de secuencias de mensajes repetitivos intercambiados entre varios protagonistas. esta premisa sistémica permite comprender las pautas repetitivas de acciones violentas en un sistema familiar determinado. Basados en esta forma sistémica de comprensión de la violencia intrafamiliar, los terapeutas partidarios de este enfoque pueden ayudar a las familias con la aplicación de varias estrategias para romper la secuencia o intercambios de conductas basadas en la violencia y construir a partir de ahí formas de interacción más armoniosa. 9.4 Plan de tratamiento para casos de violencia intrafamiliar. Basados en los dos enfoques presentados hasta el momento el sistémico y la violencia como expresión de necesidad de control y poder sobre los temas, se presentan algunas ideas generales sobre la forma de intervención en estos casos. Establecer una adecuada relación terapéutica con los miembros de la familia. algunos autores sugieren que se haga un trabajo por separado con el agresor y que es contraproducente juntarlo con la persona agredida. En cambio, Ravazzola presenta una postura más flexible y entiende que la integración del abusador en el proceso terapéutico puede ser valiosa. en ambos enfoques es necesaria una base relacional entre el terapeuta y la o las personas entrevistadas. Definición del problema Definir con los presentes de la forma operativa y más clara posible las conductas violentas. Dentro de estas conductas a definir se encuentran: Expresiones de rabia que incluyen amenazas, rupturas de objetos, violación de los espacios de los demás o renuncia al conversar con algún integrante de la familia. Intimidación o coerción que violen los derechos de algún integrante de la familia. Expresión de rabia que pueda ser percibida por algún miembro de la familia como irrespetuosa o amenazante. Etcétera. Establecimiento metas Estas metas deben establecerse junto con la familia y por lo regular se relacionan con las siguientes áreas: Comunicarse con respeto y consideración. Reconocer los indicadores que funcionan como disparadores de la escalada de violencia como primer paso para el control de esta. Estar en contacto con sentimientos de dolor y ser capaz de expresarlos, pero igualmente de forma apropiada más que a través de arrebatos de violencia. Lograr que los miembros de la familia se apoyan unos con otros cuando 1 está expresando dolor y vulnerabilidad. Reconocer que hay varios niveles de expresión de rabia e identificar cuándo y cómo intervenir para evitar las explosiones. Etc. Objetivos: Mostrar entendimiento de la violencia como un método que debe ser sustituido. Entender que la violencia es una forma aprendida de enfrentar los conflictos y problemas que puede ser sustituida por mecanismos alternativos más productivos. Cada integrante de la familia identifica los efectos destructivos que la conducta violenta ha producido en cada 1 de los miembros de la familia. Recordar algún incidente en el cual la estrategia empleada por algún integrante de la familia para enfrentar la violencia ha sido mal entendida. Identificar varias pistas que contribuyan a detectar a tiempo el proceso de escalamiento que lleva a la violencia. Establecer un acuerdo verbal para no valerse de la violencia como un mecanismo de intimidación y manipulación. Reportar sobre el desarrollo exitoso de la sensibilidad hacia los sentimientos de rabia y los precursores de estos. Etc. Intervenciones terapéuticas: Verificar la noción de que el enojo es un sentimiento necesario y útil que puede ser aprovechado y reconocido como señal de que hay un problema presente. Revisar algunos usos positivos del enojo. Educar a la familia en la necesidad de controlar la rabia y presentar el autocontrol como un método de expresar los sentimientos en orden a obtener logros positivos. Lograr que cada miembro de la familia describa como sus respectivas expresiones de rabia son contraproducentes para sí mismo y los demás integrantes de la familia. Invitar a cada miembro de la familia a participar de forma voluntaria y explicare ejemplos de cómo su rabia ha sido malinterpretada. Discutir un método para instruir un sistema de apoyo familiar que ayude a cada integrante a controlar su propio nivel de violencia. Discutir el dilema que representa el hecho de que cada miembro de la familia necesita expresar su rabia mientras tiene la dificultad para expresarla de forma adecuada. Explorare con cada integrante de la familia las 3 principales razones que tienen para enojarse. Defina con claridad algunos ejemplos de comportamiento asertivo, no asertivo y expresiones violentas e invite a cada miembro de la familia que reporte ejemplos particulares de cada aspecto para demostrar la comprensión de estos conceptos. Resalte cómo la violencia es controlada en la calle y sin embargo se ha tornado incontrolable en la casa, indicando de esta forma que la capacidad para controlarla está presente. Enseñar a los integrantes de la familia cómo identificar las señales cognitivas, afectivas, conductuales y fisiológicas del enojo. Enfóquese tanto en las señales verbales como no verbales. Revise con la familia los resultados de la aplicación de las diferentes técnicas. Refuerza los éxitos y reoriente los fracasos. Aplica el ejercicio de simular una pelea con un bate de goma para medir el nivel de intensidad del enojo de cada 1 de los miembros de la familia. Etc.