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(DES CHAMPS) VIOLENCIA FAMILIAR (paradigma sistémico)

Hipótesis de base: en las familias de transacción violenta existirían secuencias repetitivas bajo la forma de un feedback
positivo y que esto producía finalmente la emergencia de la violencia en el sistema familiar.
Trabajo realizado: muestreo de familias donde la violencia había sido ejercida entre niños y adultos, o entre adultos
mismos (sin ningún límite de cultura, patologías o tipo de violencia), y en las que la violencia salía del marco íntimo de la
familia y tomaba estado público: juez, algún hospital, policía. La atención estuvo centrada en los fenómenos
comunicacionales.
Propuesta: detectar las secuencias repetitivas que llevaban a una amplificación y a una escalada. Posteriormente se
podría modificar el orden de esas secuencias.
La salud: no es el triunfo de la razón sobre la locura, sino que es el equilibrio entre la locura y la razón.  La salud mental
está mucho más dada por el equilibrio existente en permanencia entre pulsiones o ideas absolutamente negativas,
destructivas, tales como el odio, la muerte, etc., en equilibrio al mismo tiempo con ideas más positivas.
Cuando trabajamos con nuestros clientes, tenemos claro que la verdadera locura es creer que puede existir la ausencia
de locura. La verdadera locura sería querer evitar todo sentimiento de locura, o sea, uno está más próximo de la locura
cuando quiere realmente vivir solamente con la razón y cuando está aceptando que la salud está justamente en este
equilibrio, entre estos dos polos. 
Prevención de la violencia: pasaría por una educación de la responsabilidad, una aceptación implícita que la salud
mental es un equilibrio inestable entre la razón y la locura. La responsabilidad, no anula los aspectos más psicóticos o
más primitivos de la persona, sino que simplemente hace hincapié en la obligación social del sujeto a controlar estos
aspectos.
Dos tipos de violencia:
 La violencia agresiva o simétrica: es un tipo de relación entre dos seres o entre dos grupos de seres que están en
igualdad de competición, de simetría, de rivalidad, y esto se puede ver tanto entre una madre y su hijo, o entre dos
adultos. Una madre y su hijo pueden estar como dos niños, peleándose o pueden ser dos adultos. O sea, el niño se
comporta como si fuera un adulto, se ha apropiado de la posición adulto. Hay una escalada, y desemboca en
agresiones golpes, en la que el que tiene más fuerza corporal hace daño al otro, pero en la que fundamentalmente,
el otro existe y lucha como un igual con el otro. Inmediatamente después hay una tendencia a reparar al que ha sido
lesionado. El que ha sido lesionado se deja tratar y curar o reparar por el otro, y durante un cierto tiempo se
establece una tregua.
 La violencia de tipo castigo: se trata de dos seres que están en una posición totalmente desigual, en la que uno se
define como superior y el otro es definido como inferior, y este último puede, eventualmente, aceptar que es
realmente inferior. La desigualdad es evidente y flagrante. Uno se arroga el derecho de aplicar castigos al otro con
objetivos variados. Se trata de un tipo de violencia que podríamos asociar con la tortura, en la que uno considera al
otro infrahumano y entonces se lo somete a este tipo de tratamientos. Es una violencia más secreta y oculta y las
consecuencias y las secuelas son mucho más graves. Se produce una destrucción de la identidad, que toca niveles
de profundidad mucho más graves que las secuelas de otro tipo de violencia en las que, a pesar de los golpes, el
otro es reconocido como existiendo en una posición igualitaria.
Flash: son aquellos comportamientos que cuando se producen provocan, gatillan la violencia: ciertas miradas, una
manera de encogerse, una manera de no responder a los requerimientos de otros, una manera de hablar, de temblor de
la voz, es una manera de encogerse, una manera de seguir llorando. Si una mujer no responde a los gritos del marido, él
lo interpretará como una manera de provocarlo y entonces esto lo justificará para entrar en la etapa del acto violento.
Generalmente son constantes y uno puede objetivarlos cuando estudia detenidamente las secuencias.
Ni víctima ni victimarios: interacción. Para poder analizar estos fenómenos, tuvimos que hacer un esfuerzo para no
utilizar palabras que condicionaban una posición mental. Víctima y victimario, nos llevaban de manera directa a una
comprensión lineal, causal, y nuestra pretensión era intentar una comprensión mucho más ida y vuelta.
Queríamos introducir la idea de que aquellos que son parte de la interacción, son activos, unos y otros, inclusive en el
caso de que algunos, en este tipo de relación, paguen con su propio cuerpo las consecuencias.
¿Hay salidas o no hay salidas? En la mayoría de los casos existen salidas que evitan la emergencia del acto violento. Si el
acto violento aparece es porque estas salidas han estado cerradas, entonces nos interesamos en saber cuáles son esas
salidas, y comprendiendo estas alternativas, intentamos utilizarlas reintroduciéndolas corno funciones. Generalmente
podíamos comprender el acto violento como un mensaje no verbal de "normalización del otro". Cuando aparece en el
espíritu de aquel que va a agredir, como no aceptación del otro tal cual es, aparece como una manera de borrar, de
cambiar, de eliminar de la realidad algo que aparece como no conforme a su propia realidad, que no encaja con la visión
que él mismo tiene de la realidad y de lo que él otro, en esa realidad, debería ser. Esto nos permite entender ciertos
actos en los que el sujeto estima que su propio sistema de creencias, que su propia manera de ver y comprender el
mundo, y de verse a sí mismo en el mundo, está amenazado, y tiene que "normalizar la realidad", normalizar la familia,
para que esta realidad no se vuelva amenazante. A partir de su creencia estaría justificado su acto.

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