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Un tipo de violencia que se puede encontrar es la violencia intrafamiliar. Tanto el padre como
la madre pueden ser los agresores y no siempre se sabe que está ocurriendo dentro de la
familia. Uno de los factores que influyen en que se produzca esta agresión es debido al
autoritarismo que posee la parte agresora contra la parte afectada. La persona con esta
característica desea imponerse sobre las demás, tener control sobre los demás. Esto se
manifiesta en la violencia de género de manera física, mediante golpes o empujones, y de
manera psicológica, mediante prohibiciones, insultos, denigraciones, entre otros, lo que
ocasiona que el autoestima de la víctima o su capacidad de toma de decisiones se vea
afectada.
Uno de los motivos por los cuales la violencia intrafamiliar se mantiene durante el tiempo, es
que se presenta una conformidad por parte de la víctima a los abusos a los que es sometida.
Esta conformidad se puede producir debido a una costumbre que se hace ser víctima de este
tipo de maltratos. También puede deberse a que el maltrato psicológico que recibe la víctima
se interioriza y esta cree que no merece otra cosa o considera real los insultos que recibe por
parte del agresor. La víctima puede llegar a considerar que si no está con su pareja, no podrá
conseguir que otra persona la ame y la acepte. También podría deberse a una situación de
supervivencia, por miedo a las represalias que podría conllevar el abandonar a su pareja,
decide quedarse y conformarse con la relación en la que se encuentra.
En el caso de la destructividad, Fromm toma a ésta como una manifestación cultural más que
como una pulsión, como Freud plantea en sus escritos. Es así que la agresividad adaptativa y
la destructividad como la fuerza negativa que se utiliza con la intención de generar un
"sentido" son dos caras diferentes de la moneda, la primera es una agresividad reactiva ante
una amenaza y la segunda más que nada una propensión a destruir, buscar tener el control
total y absoluto, lo cual lo convierte al último en un acontecimiento cultural que no
contribuye en absoluto a la supervivencia fisiológica del ser humano, pero que sin embargo
es importante para el funcionamiento mental de quien la utiliza pues es una de las fuerzas que
lo dominan y/o a su cultura.
En el caso de la violencia de género, la proporción de mujeres que pierde la vida a mano de
su pareja cuando pretende terminar su relación va en aumento desde el año 2000, y no es
necesario perder la vida para reconocerse como violencia. Existen distintos tipos de estas,
distintas formas de malos tratos tales como violencia psicológica, que puede ir desde insultos
hasta humillaciones, tratar de anular a la persona hasta hacerla sentir diminuta, hacerla sentir
que no vale nada, que no puede ser capaz de hacer nada y así afectar gravemente su
autoestima y autonomía; también violencia física, donde se dan daños físicos no accidentales
tales como golpes, quemaduras, heridas; por último también se puede presentar la violencia
sexual con el motivo de imponérsele a la mujer en contra de su voluntad intimidando, quizá
con penetración forzada, acto realmente repulsivo y condenable que se realiza por creer que
tienen derecho a controlar a su pareja en lo que hace, en sus pensamientos y sentimientos.
E. Fromm menciona que en las sociedades modernas los seres humanos ya debemos estar
gozando de la llamada libertad negativa, que nos separa de las brechas que alguna vez se
armaron para limitarnos, de los obstáculos que se nos atraviesan en el camino por las no
independencias de los países, las aún no revoluciones, la heteronormatividad, la xenofobia, el
chovinismo, etc. Lamentablemente no sabemos qué hacer con tanta libertad, queremos que
nos digan qué hacer con nuestra propia existencia, qué hacer con esta libertad tan ilimitada
que se nos fue dada así sin más.
Sin embargo, Fromm también plantea la existencia de otro tipo de libertad llamada la libertad
positiva, esta solo es lograda cuando el ser se libera de estas ataduras y logra relacionarse de
manera espontánea con los otros, cuando acepta y ve en las individualidades de los demás
algo especial y único. Además de todo esto, si también se busca conseguir la igualdad
material entre todos los individuos de alrededor.
En síntesis lo que se buscaría es una dualidad entre estas dos libertades, Fromm hace énfasis
en la educación como un mecanismo clave para el alcance de objetivos, pero que no solo se
busque la conformidad de la utilidad en la sociedad en la que se vive, sino el cambio de esta y
por ende la contribución para su transformación.
En el caso de las mujeres víctimas de violencia por su pareja constantemente estas presentan
baja autoestima, inseguridad, dependencia y a veces justifican la conducta de su agresor,
pudiendo ser las próximas víctimas de feminicidio por no denunciar prontamente. Si bien es
cierto esta dependencia emocional se crea a través de su pareja pues ataca su autoestima
haciéndola sentir menos, ejerciendo un falso poder sobre ella, haciendo que ella crea que lo
necesita, la libertad negativa y qué hacer con nuestra propia existencia es lo que
probablemente la mujer no sabe y no explotó desde niña tal vez por cómo se educó, por cómo
creció y ha ido formando sus creencias pensando que la única salida a todo era la pareja.
Como mujeres no podemos crecer creyendo esto, como sociedad estamos obligados a ser
generadores de cambio e informarnos e informar a quienes más lo requieran para así poder
transformar y mejorar el mundo en que vivimos, para así poder vivir en una verdadera
libertad igualitaria.
2. Plantee una solución, posible de ser realizada por profesionales de la salud mental
(alineada a los conceptos visto en la lectura).
Si bien la violencia puede darse en ambos géneros, según la ONU Mujeres (2018), hasta
el 70% de las mujeres de todo el mundo ha experimentado violencia física y/o sexual por
parte de un compañero sentimental durante su vida. En algunos casos, existen mujeres
que temen por su vida y, debido a eso, no llegan a denunciar al agresor. Sin embargo,
existen otros casos que, con ayuda de la autoridad, las mujeres lograron salir ilesas de ese
infierno en el que vivían.
Principalmente, la violencia de género es un tema que muchas veces es indiferente para las
personas, ya que suelen percibirlo como lejano a su realidad; sin embargo, todos en algún
momento podemos estar expuestos a experimentarlo. Por ello, la intervención que se
propondría desde el enfoque psicológico sería a partir de una charla abierta, en la cual se
expongan definiciones, tipos de violencia, ejemplos/casos, experiencias, entre otros, en los
cuales tanto víctimas como agresores identifiquen características o conductas suyas que van
relacionadas a este tipo de violencia.
De esta manera, el primer paso que se buscaría lograr sería que reconozcan en ellos mismos
la posición que están ocupando y que pueden haber profesionales a su servicio; por ejemplo,
psicólogos que se enfoquen directamente con las personas involucradas para tratar el tema del
maltrato, ya sea físico o mental. También, desde el aspecto legal, abogados, policías,
protección a sus familias y a ellos mismos, entre otras formas de brindarles seguridad.
Integrantes:
- Verónica Lazo
- Valeria Gavidia
- Álvaro Villamil
- Maria José Quiñonez