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Actividad 16 – Enfoques clínicos: técnicas de intervención.

Presentado por: 

Steffany Castillo
Wendy Ibáñez
Jhon Pertuz

Tutor:

Teresa De Jesús González La Torre

Facultad de psicología

Psicología clínica

2-Mayo-2021

VII SEMESTRE

Barranquilla – Atlántico

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CONTENIDO

 Introducción.

 Enfoques clínicos: técnicas de intervención.

 Cognitivo conductual.

 Psicoanalítico.

 Humanista.

 Sistémico.

 Existencialista.

 Conclusión.

 Referencias Bibliográficas.

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INTRODUCCIÓN.

Entre las

INTRODUCCIÓN.

Para construir recomendaciones técnicas para la intervención psicológica, es

preciso hacer algunas consideraciones teóricas sobre la psicología, la

práctica clínica, el trabajo diagnóstico, y finalmente, sobre la teoría de la

técnica de intervención psicológica que se realiza en una institución médica

que atiende eventos y padecimientos físicos.

La psicología clínica posee, desde sus orígenes, el interés por el estudio del

comportamiento, tanto normal como anormal. Esto ha influido en la

búsqueda de aquellos elementos que permitan establecer un diagnóstico,

realizar intervenciones o establecer las acciones que posibiliten la prevención

de los padecimientos mentales.

En consecuencia, se han propuesto modelos comprensivos del

funcionamiento psicológico, tanto normal como anormal; se han diseñado

métodos de psicodiagnóstico, con base en propuestas teóricas; y, se han

generado modelos de intervención con técnicas que contribuyen a mejorar el

estado emocional y comportamental de la persona que experimenta algún

desajuste en su psiquismo.

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TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN DESDE EL ENFOQUE COGNITIVO

CONDUCTUAL.

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El enfoque cognitivo-conductual es uno de los más eficaces, y tiene

diferentes formas de aplicación.

Se trabaja sobre la herencia dejada por el conductismo, aplicando y

adaptando numerosas técnicas propias de esta corriente con el fin de que la

modificación conductual no sea algo mecánico y temporal sino que provoque

un cambio en el modo de percibir la realidad y la existencia de problemas en

los pacientes. Se tienen en cuenta aspectos como el procesamiento de la

información, los mecanismos de afrontamiento, el auto concepto y

autoestima u otras variables como las habilidades, creencias y actitudes

respecto al mundo.

A través de los métodos derivados de este enfoque se tratan muy diversos

problemas mentales desde un punto de vista validado por la ciencia y

centrado en la problemática actual, trabajando a partir de los síntomas

presentes para obtener una mejoría en la calidad de vida del paciente y un

alivio de su malestar.

Dentro del paradigma cognitivo-conductual son múltiples los tratamientos,

terapias y técnicas que pueden utilizarse de cara a producir una mejoría al

paciente. Muchas de ellas son técnicas surgidas del conductismo a las cuales

se les han añadido elementos cognitivos.

Técnicas de exposición.

Este tipo de técnicas son empleadas especialmente en los casos de fobias y

trastornos de ansiedad y control de los impulsos. Se basan en confrontar al

paciente al estímulo temido o generador de ansiedad hasta que ésta se

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reduzca, de manera que pueda aprender a gestionar su conducta ante él a la

vez que a nivel cognitivo reestructura los procesos de pensamiento que le

hacen sentir malestar ante dicho estímulo o situación.

En general, se procede a hacer entre paciente y terapeuta una jerarquía de

estímulos temidos, de manera que este pueda ir poco a poco acercándose y

exponiéndose a ellos paulatinamente. La velocidad de aproximación puede

variar enormemente según el paciente se sienta más o menos capaz de hacer

frente a lo temido.

Las técnicas de exposición pueden aplicarse de muy diversa manera, tanto en

vivo como en imaginación e incluso es posible aprovechar las posibilidades

tecnológicas para aplicar exposición a través de realidad virtual.

Desensibilización sistemática.

Si bien el procedimiento aplicado en la desensibilización sistemática es

semejante al de la exposición, ya que en él se establece también una

jerarquía de estímulos ansiógenos a los que el paciente va a exponerse, se

diferencia de las técnicas anteriores en el hecho de que previamente se ha

entrenado al paciente en la realización de respuestas incompatibles con la

ansiedad.

Así, se busca reducir la ansiedad y la evitación de situaciones y estímulos

mediante la realización de conductas que eviten que esta aparezca, y con el

tiempo provocar un contra condicionamiento que se termine generalizando.

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Diferentes variantes de esta técnica son las escenificaciones emotivas

(aplicada especialmente con niños y empleando un contexto agradable en

que poco a poco se introducen los estímulos), la imaginación emotiva (en

que se usan imágenes mentales positivas que eviten en lo posible la

ansiedad) o la desensibilización por contacto (en que el terapeuta ejercería de

modelo para enseñar cómo actuar).

Técnica de la flecha ascendente.

Esta técnica resulta básica en el tratamiento de la mayor parte de trastornos

psíquicos, formando parte de casi todas las técnicas cognitivo-conductuales.

Se basa en la modificación de los esquemas de pensamiento del paciente a

través de diversos métodos, identificando los propios patrones de

pensamiento y su influencia sobre la vida del paciente y generando junto al

paciente alternativas cognitivas más adaptativas y funcionales.

Esto se consigue acerca de una serie de preguntas que buscan explorar el

porqué de cada respuesta que se da ante temas que resultan importantes o

significativos para la persona, y que tienen que ver con su motivo de

consulta. Así, se va preguntando por el significado de esas ideas y

pensamientos, hasta que se llega a un punto en el que la persona se enfrenta a

dudas como: "¿por qué he dado por supuesto que soy así?", "¿Por qué

motivo me he estado comportando de esta manera?", "¿Por qué le doy tanta

importancia a aquella vivencia?".

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Se trata de una técnica que se utiliza en el marco de la reestructuración

cognitiva, un método muy usado para modificar patrones de pensamiento, y

que tiene como objetivo permitir que los pacientes se desprendan de

creencias irracionales y limitantes, para adoptar otras más adaptativas.

Así pues, se modifican creencias, actitudes y puntos de vista, todo ello con el

objetivo de hacer que la persona pase a interpretar las cosas de otro modo,

por un lado, y se plantee diferentes objetivos y expectativas, por el otro.

Estas modificaciones tienen el poder de hacer que aparezcan nuevos hábitos

y que desaparezcan esas rutinas que son poco útiles o generadoras de

malestar. De esta manera, se propicia que sea la propia persona la que se

involucre en contextos, iniciativas, tareas con potencial terapéutico, y a las

que no se habría expuesto en el caso de haber conservado el viejo sistema de

creencias.

Técnicas de modelado.

El modelado es un tipo de técnica en la que un individuo realiza una

conducta o interactúa en una situación con el objetivo de que el paciente

observe y aprenda una manera de actuar concreta de manera que sea capaz

de imitarlo. Se busca que el observador modifique su conducta y/o

pensamiento y dotarle de herramientas para afrontar determinadas

situaciones.

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Existen diferentes variantes según el observador deba o no replicar la

conducta, el modelo domine desde el inicio de realizar la conducta deseada o

tenga recursos semejantes al paciente de modo que se vaya haciendo una

aproximación al objetivo, el número de personas que actúan como modelo o

si el modelado se realiza en vivo o a través de otros medios como la

imaginación o la tecnología.

Inoculación de estrés.

Esta técnica se basa en la preparación del sujeto de cara a hacer frente a

posibles situaciones de estrés. En ella se pretende en primer lugar ayudar al

paciente a entender cómo le puede afectar el estrés y cómo puede hacerle

frente, para posteriormente enseñarle diferentes técnicas cognitivas y

conductuales como las otras aquí reflejadas y finalmente hacer que las

practique en situaciones controladas que permitan su generalización a la vida

cotidiana.

El objetivo es que la persona se acostumbre a afrontar las situaciones

estresantes de manera racional, sin quedar bloqueada por sus emociones.

Así, la inoculación de estrés es una especia de entrenamiento psicológico que

modifica nuestras predisposiciones de reacción ante las situaciones

estresantes, permitiendo que adoptemos un patrón de comportamiento más

adecuado y que no nos haga caer en la profecía auto cumplida (en este caso,

al estrés por la previsión del estrés).

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Entrenamiento en auto instrucciones.

Creado por Meichenbaum, el entrenamiento en auto instrucciones se basa en

el papel de éstas sobre la conducta. Se trata de las instrucciones que con las

que guiamos nuestra propia conducta indicando qué y cómo vamos a hacer

algo, las cuales están teñidas por las expectativas hacia los resultados a

obtener o a la propia eficacia.

Determinadas problemáticas tales como una baja autoestima o percepción de

autoeficacia pueden producir que la conducta se vea perjudicada y no pueda

realizarse con éxito e incluso evitarse. Con esta técnica se pretende ayudar al

individuo a que sea capaz de generar auto verbalizaciones internas correctas,

realistas y que le permitan llevar a cabo las acciones que desea realizar.

El proceso pasa porque en primer lugar el terapeuta realice un modelado de

la acción a realizar indicando los pasos en voz alta. Posteriormente el

paciente llevará a cabo dicha acción a partir de las instrucciones que irá

recitando el terapeuta. A continuación se procederá a que sea el propio

paciente quien se auto instruya en voz alta, para luego repetir el proceso en

voz baja y finalmente mediante habla subvocal, interiorizada.

Esta técnica puede emplearse por sí misma, si bien es frecuente que se

incorpore como parte de otras terapias dedicadas al tratamiento de diferentes

trastornos como la depresión o la ansiedad.

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Entrenamiento en resolución de problemas.

El entrenamiento en resolución de problemas es un tipo de tratamiento

cognitivo-conductual a través del cual se pretende ayudar a los sujetos a

hacer frente a determinadas situaciones que por sí mismos no son capaces de

solucionar.

En este tipo de técnica se trabajan aspectos como la orientación hacia el

problema en cuestión, la formulación del problema, la generación de

posibles alternativas para solucionarlo, la toma de una decisión respecto a la

más apropiada y la verificación de sus resultados. En resumidas cuentas, se

trata de saber enfocar las situaciones complicadas del modo más constructivo

posible, sin dejarse llevar por los miedos y la ansiedad.

Técnicas operantes para la modificación de conductas.

Si bien de origen conductista, este tipo de técnicas forman parte también del

repertorio cognitivo-conductual. A través de este tipo de técnicas se trata

fundamentalmente de provocar una modificación en la conducta a través de

la estimulación.

Permiten tanto motivar y contribuir a aprender nuevas conductas como a

reducirlas o modificarlas mediante la aplicación de refuerzos o castigos.

Dentro de las técnicas operantes podemos encontrar el moldeamiento y el

encadenamiento para potenciar conductas adaptativas, el reforzamiento

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diferencial para reducir conductas o cambiarlas por otras y la saciación, el

tiempo fuero o la sobre corrección como manera de modificar o extinguir las

conductas.

Técnicas de autocontrol.

La habilidad de autogestión es un elemento fundamental que nos permite ser

autónomos y adaptarnos al medio que nos rodea, mantener nuestra conducta

y pensamientos estables a pesar de las circunstancias y/o ser capaz de

modificarlas cuando es necesario. Sin embargo muchas personas tienen

dificultades en adecuar su conducta, expectativas o forma de pensar a la

realidad de una forma adaptativa, con lo que pueden producirse diferentes

trastornos.

Así pues, las técnicas de autocontrol son utilizadas para facilitar el

aprendizaje de patrones de conducta en las que la impulsividad se vea

aplacada por la consideración de las consecuencias futuras que ciertas

acciones pueden acarrear.

Realizar un entrenamiento que fortalezca las habilidades de autocontrol, tal

como se consigue con la terapia de autocontrol de Rehm, puede servir para

controlar problemas de diversa índole como los producidos en procesos

depresivos y ansiosos.

Técnicas de relajación y de respiración.

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La activación física y psíquica es un elemento de gran importancia a la hora

de explicar problemas tales como la ansiedad y el estrés. El sufrimiento que

provoca la presencia de problemas y dificultades puede en parte ser reducida

por técnicas de relajación, aprendiendo a partir de ellas a gestionar las

sensaciones corporales de manera que también pueda ayudarse a gestionar la

mente.

Dentro de este grupo encontramos la relajación progresiva de Jacobson, el

entrenamiento autógeno de Schultz o las técnicas de respiración.

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN DESDE EL ENFOQUE

PSICOANALÍTICO.

El psicoanálisis o psicología profunda, es una teoría psicológica que concede

una importancia decisiva a la permanencia en el subconsciente de los

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impulsos instintivos reprimidos por la conciencia. Es un método de

tratamiento de algunas enfermedades mentales. Se basa en el análisis de los

conflictos sexuales inconscientes que se originan en la niñez.

El psicoanálisis sostiene que los impulsos instintivos que son reprimidos por

la conciencia permanecen en el inconsciente y afectan al sujeto.

Según Freud, la asociación libre era la regla fundamental del psicoanálisis;

se trata de una técnica que consiste en que el paciente exprese, durante las

sesiones de terapia, todas sus ideas, emociones, pensamientos

En el proceso terapéutico el inicio de la psicoterapia está determinado por el

terapeuta ya que el en el encuadre determina si decide trabajar con el

paciente y este se puede establecer en la primera o segunda sesión. Cabe

señalar que la relación terapéutica es asimétrica porque se inicia en la

demanda del cliente y se centra en sus necesidades.

El encuadre en los años 40 en base a la teoría de Freudiana que delimito los

lineamientos que se deben regir en dicho proceso para establecer las pautas

que se deben seguir en el tratamiento:

Honorarios: monto.

Horario: día, hora y duración de la sesión.

Especificar los tiempos de vacaciones, días inhábiles con anticipación.

Lugar.

Es fundamental aclarar que quién va hablar será el paciente y el terapeuta

sólo escuchará y en ocasiones preguntará o pedirá hable más acerca de algún

punto.

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Control de las faltas, ya que en ocasiones son mecanismos de defensa.

Flexibilidad en cuanto a congresos o situaciones del paciente o terapeuta.

El arte de preguntar en la terapia consiste en llevar al paciente pausada y

gradualmente a un terreno que ha temido afrontar. Uno de los retos más

importantes que el terapeuta afronta es encontrar un camino a la experiencia

del conflicto, es decir, encontrar puntos débiles en el blindaje defensivo esto

es sin ser acusador ya que esta es la clave para un análisis efectivo y

terapéutico.

Los elementos esenciales de toda psicoterapia son:

El cliente

Psicoterapeuta

La relación terapéutica

Proceso Psicoterapéutico

Estos elementos crea una serie de contactos circunscritos, más o menos

estructurados entre la persona que sufre y la que cura.

APLICACIÓN

Ávila (1990) ha señalado las distintas acepciones que el término

<<proceso>> puede tener cuando se aplica a la psicoterapia:

Los procedimientos técnicos e instrumentales que se desarrollan en el

transcurso de la psicoterapia y su disposición secuencial del paciente para

satisfactoriamente a la resolución del problema.

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El análisis de lo que sucede, a nivel fenomenológico, en la relación

terapéutica. En la cual por medio de la asociación libremente flotante se lleva

a cabo la recopilación de ciertos hechos significativos de las sesiones para

llegar a una construcción del problema.

Los mecanismos que actúan y producen el cambio terapéutico. Esto sucede

cuando el paciente se da cuenta por si mismo sobre el mecanismo de

resistencia que hay ante dicha situación. la confrontación que hace el

terapeuta hacia el paciente hace que tenga conciencia del problema para que

surja un cambio.

Para la realización de un proceso psicoterapéutico se tiene que tener una

secuencia y una alianza establecidas entre el cliente y terapeuta, la cuál

consta de tres fases que se tienen que llevar a cabo un proceso satisfactorio:

Fase inicial: su objetivo es la evaluación de la demanda del paciente y la

decisión sobre el tratamiento, en el encuadre de trabajo adecuado, según la

orientación terapéutica elegida.

Fase media: es el tratamiento propiamente dicho. Durante esta fase el

terapeuta se centra en los principales subprocesos terapéuticos y en la

aplicación de los recursos técnicos indicados.

Fase final: o de disolución de las relaciones terapéuticas, a partir de la

estimación sobre los objetivos terapéuticos y los cambios que se han

realizado. Se evalúan entonces la situación actual y el desarrollo del proceso

y se elaboran una posterior estrategia de seguimiento.

Su aplicación en la vida diaria puede llevar a procesos tanto de larga

duración o corta y esta a su vez varía de un paciente a otro ya que las

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resistencias que cada paciente tiene son diferentes y pueden favorecer o

entorpecer el proceso psicoanalítico. El proceso psicoanalítico no tiene un fin

establecido.

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN DESDE EL ENFOQUE HUMANISTA.

Terapia existencial.

La Psicoterapia Existencial se basa en la creencia fundamental de que cada

uno experimenta el conflicto intrapsíquico debido a su interacción con

ciertas condiciones inherentes a la existencia humana como son las paradojas

y dilemas. La teoría reconoce al menos cuatro paradojas existenciales

primarias:

La libertad y la responsabilidad asociada

La muerte

El aislamiento

La falta de significado

Un enfrentamiento con alguna de las condiciones antes mencionadas, llena a

un individuo con un tipo de temor comúnmente conocido como ansiedad

existencial. Esta ansiedad se cree que reduce la conciencia física,

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psicológica, social y espiritual de una persona, lo que puede llevar a

consecuencias significativas a largo plazo.

Por ejemplo, el hecho de que cada uno de nosotros y cada uno de nuestros

seres queridos tienen que morir en algún momento desconocido, puede ser

una fuente de profunda ansiedad, y esto nos puede tentar a hacer caso omiso

de la realidad y la necesidad de la muerte en la existencia humana. Mediante

la reducción de la conciencia de la muerte, sin embargo, podemos dejar de

tomar decisiones que realmente puede proteger o incluso enriquecer nuestras

vidas. En el otro extremo del espectro, las personas que están demasiado

preocupadas por el hecho de que la muerte es inevitable, pueden desembocar

en un estado de neurosis o psicosis.

La clave, según la Psicoterapia Existencial, es lograr un equilibrio entre ser

consciente de la muerte sin ser abrumado por ella. Las personas que

mantienen un equilibrio saludable se encuentran motivadas a tomar

decisiones que pueden tener un impacto positivo en sus vidas, así como en la

vida de sus seres queridos. En esencia, la realidad de la muerte nos anima a

aprovechar al máximo las oportunidades y atesorar las cosas que tenemos.

Al igual que la muerte, la amenaza de aislamiento, la falta de sentido de vida

percibida y la pesada responsabilidad de la toma de decisiones que afectan la

vida, pueden ser una fuente de ansiedad existencial aguda. De acuerdo con

las teorías de la Terapia Existencial, la manera en que un individuo procesa

estos conflictos internos y las subsiguientes decisiones determinará en última

instancia la vida actual de ese individuo y las circunstancias futuras.

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Terapia Gestalt.

Fundamentalmente, la Terapia Gestalt trabaja para enseñar a los clientes a

definir lo que realmente está siendo experimentado, en lugar de lo que es

meramente una interpretación de los acontecimientos. Aquellos que se

beneficien de la Terapia Gestalt, emprenderán una exploración sobre todos

sus pensamientos, sentimientos, conductas, creencias y valores para fomentar

el conocimiento de cómo interpretan y responden a eventos en su ambiente.

Esto les da la oportunidad de identificar opciones, patrones de

comportamiento y los obstáculos que están afectando su salud y bienestar, y

que les impiden alcanzar su pleno potencial.

En el desarrollo de este proceso terapéutico se suelen incluir una serie de

técnicas expresivas y creativas experimentos, desarrollados en colaboración

entre el terapeuta y el cliente. Estos serán apropiados para el cliente y sus

problemas específicos. A continuación se presentan algunos de los métodos

más comunes que se utilizan:

Juego de rol: El juego de roles puede ayudar a las personas a experimentar

diferentes sensaciones y emociones y comprender mejor cómo se presentan y

de este modo organizarse.

La técnica de ‘silla vacía’: La técnica de la silla abierta implica dos sillas y

juego de roles, y puede dar lugar a escenas emocionales. El cliente se sienta

frente a una silla vacía y debe imaginar a alguien (por lo general a sí mismo /

a sí misma o partes de él o ella) en ella. A continuación, se comunican con

este ser imaginario, haciendo preguntas y comprometiéndose con lo que

representan. A continuación, se deben cambiar las sillas en donde se sientan

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físicamente. La conversación continúa, pero el cliente invierte los papeles.

Esta técnica tiene como objetivo permitir a los participantes localicen un

sentimiento específico o una parte de su personalidad que tenían ‘repudiado’

o trataben de ignorar. Esto les ayuda a aceptar y reconocer las polaridades

que existen en los conflictos en todo el mundo.

Diálogo: Un terapeuta Gestalt necesitará que el cliente participe en un

diálogo significativo y auténtico con el fin de orientarlos en una particular

forma de comportarse o pensar. Esto puede ir más allá de la simple discusión

de formas creativas más de expresión como la danza, el canto o la risa.

Discusión de los sueños: Los sueños juegan un papel importante en la

Terapia Gestalt, ya que pueden ayudar a las personas a entender los aspectos

espontáneos de sí mismos.

Atención al lenguaje corporal: A lo largo de la terapia, un terapeuta Gestalt

se concentrará en el lenguaje corporal, que se considera un indicador sutil de

emociones intensas. Cuando se dio cuenta de lenguaje corporal específica, el

terapeuta puede pedir al cliente que exagere estos movimientos o

comportamientos. Esto se utiliza para intensificar la emoción unida al

comportamiento y poner de relieve un significado interno. Por ejemplo, un

cliente puede estar mostrando signos de puños apretados o fruncir el ceño, a

la que el terapeuta puede pedir algo a lo largo de las líneas de: «¿Qué estás

diciendo con este movimiento‽

Terapia de las necesidades humanas.

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El enfoque de las Necesidades Humanas se centra en el presente y mira a

soluciones prácticas a los problemas emocionales. A través de la discusión y

diversas técnicas utilizadas por el terapeuta, la Terapia tiene como objetivo

establecer qué necesidad o necesidades no se están cumpliendo, por qué no

se están cumpliendo y cómo esto se puede cambiar.

El terapeuta debe adaptar las soluciones para cada individuo en función de

sus experiencias y preocupaciones personales. Se cree que es útil para una

variedad de diferentes temas, incluyendo la ansiedad, la depresión, manejo

de la ira, la adicción y dificultades de relación.

La teoría de la expectativa de cumplimiento de los sueños.

El objetivo de nuestros sueños es un tema muy debatido en el mundo de la

psicología, y por supuesto forma parte del enfoque Centrada en el Cliente,

Joe Griffin ha esbozado una teoría en este sentido. Esta teoría, conocida

como la teoría del cumplimiento de las expectativas de los sueños, sugiere

que el propósito de nuestros sueños es que nos permita llevar a cabo las

expectativas emocionales insatisfechas.

La teoría de los sueños sugiere que nuestros sueños son representaciones

metafóricas de impulsos no cumplidos. Hay tres puntos clave dentro de la

teoría:

Los sueños son traducciones metafóricas de las expectativas que tenemos

cuando estamos despiertos.

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Cualquier expectativa causada por la activación emocional sobre la que no se

actúa, se transforma en sueños.

Soñar funciona para desactivar la excitación emocional, completando el

patrón expectativa metafórica.

Dentro la Terapia de las Necesidades Humanas, su terapeuta puede

preguntarle acerca de sus sueños, pues las metáforas a menudo tienen valor

terapéutico. A través de sus sueños, su terapeuta puede ser capaz de ayudarle

a entender lo que es preocupante emocionalmente con más detalle.

Terapia centrada en el cliente.

El terapeuta tiene la comprensión empática del cliente y su marco interno de

referencia, y sabe comunicar esta experiencia con el cliente.

El cliente reconoce que el terapeuta tiene la consideración positiva e

incondicional hacia él y una comprensión de sus dificultades.

De estos, los tres siguientes son conocidos como las condiciones principales

o núcleos:

La congruencia – el terapeuta debe ser completamente genuino.

Consideración positiva incondicional, el terapeuta no debe ser crítico frente a

la valoración del cliente.

Empatía – el terapeuta debe esforzarse por comprender la experiencia del

cliente. Una variedad de factores pueden afectar la capacidad de un

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individuo para florecer, incluyendo baja autoestima, falta de confianza en sí

mismo y falta de apertura a nuevas experiencias.

El enfoque centrado en la persona reconoce que las relaciones de entorno

social y personales de un individuo puede tener un gran impacto en él, por lo

que la terapia se ofrece en un entorno neutro y confortable, donde el cliente

puede sentirse a gusto, auténtico y abierto a aprender sobre sí mismo. De esta

manera, el enfoque ofrece a los individuos la oportunidad de contrarrestar las

experiencias anteriores que afectaron las condiciones de la pena (las

circunstancias en que nos aprueba o desaprueba de nosotros mismos).

Otros cambios relacionados que pueden ser cultivados de esta terapia

incluyen:

Acercar posiciones entre lo que idealiza el cliente y la realidad de un

individuo.

Una mejor comprensión de sí mismo y la conciencia.

Disminución de la actitud defensiva, la inseguridad y la culpa.

Una mayor capacidad de confiar en uno mismo.

Relaciones más sanas.

Mejora de la auto-expresión.

En general, un sano sentido del cambio.

La teoría detrás de la Terapia Centrada en el Cliente.

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En la mayoría de enfoques psicoterapéuticos, el terapeuta y sus

observaciones se consideran ‘expertos’. El enfoque centrado en el cliente se

aleja de esta idea y en su lugar confía en que los seres humanos tienen una

tendencia innata a encontrar el cumplimiento de sus propias potencialidades

personales. Al facilitar esto, un terapeuta centrado en la persona ayuda al

cliente a reconocer su propia capacidad de auto-sanación y crecimiento

personal.

Otro factor clave en esta teoría es la noción de auto-concepto. El

autoconcepto se refiere al conjunto organizado y coherente de creencias y

percepciones que un individuo tiene acerca de sí mismo. Estos forman un

componente central de la experiencia total de una persona e influyen en su

percepción del mundo. Esta terapia de asesoramiento centrada en la persona

de reconoce que el autoconcepto de un individuo puede llegar a ser

desplazada si se esfuerzan demasiado o es muy difícil de encajar y ser

aceptado por los que les rodean.

Debido a que los seres humanos desean generalmente la consideración

positiva de los demás, a menudo les es más fácil personas intentar encajar a

toda costa. Intentar ser cualquier otra cosa, o diferentes, los pondría en riesgo

de perder la consideración positiva de los demás.

Con el tiempo, la identidad de una persona, sus juicios personales,

significados y experiencias, puede llegar a ser desplazados por los ideales de

los demás. Es por esta razón que el asesoramiento centrado en la persona

tiene como objetivo ayudar a las personas a autor realizarse y lograr un

verdadero crecimiento personal. Esto se cultiva a través de la provisión de un

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ambiente de apoyo donde los clientes pueden fortalecer y ampliar su propia

identidad y comienzan a separarse de sus nociones desarrolladas de cómo

deben ser.

Psicología transpersonal.

La Psicología Transpersonal se basa en gran medida de la naturaleza de la

relación terapéutica entre el terapeuta y el cliente. En primer lugar, el

terapeuta debe asumir el papel de un igual a su cliente y debe estar

completamente conectado en el nivel de la conciencia pura, y compartir la

misma experiencia que su cliente hace en terapia. Esta conciencia

compartida asegura que la empatía y la comprensión pueden llevarse a cabo

junto postura exigente y analítica del terapeuta.

Fundamentalmente, sin embargo, el modo primario a un terapeuta debe

adoptar al encontrarse con su cliente es una actitud de apertura mental, de

respeto, con inocencia y asombro, como si todo lo que se dice en la terapia y

el pensamiento fuera completamente nuevo. En última instancia, el cliente y

el terapeuta aspiran a estar presente, auténtica y consciente dentro de sí

mismos, lo que garantiza una relación terapéutica ideal y configuración que

le ayudará a facilitar la curación y el crecimiento continuo.

Algunos de los métodos comúnmente utilizados en la Psicología

Transpersonal incluyen:

El conocimiento del cuerpo y el movimiento

Escritura de diario

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Trabajo de respiración

Sanación del niño interior

Visualización guiada

Meditación

Terapia del yoga

Establecimiento de metas

El trabajo soñado

Entrenamiento asertivo

Gestalt

La terapia de regresión

El desarrollo de la imaginación y la intuición

Obra de arte simbólico.

Terapia experiencial.

Las terapias experienciales han desarrollado gracias a los modelos

humanistas existenciales. Estos enfoques como los que provienen de la

tradición fenomenológica existencial europea y los que partieron del

fenómeno americano de la psicología humanista.

Estos modelos agrupan una serie de enfoques:

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De evolución diferenciada, aunque paralela.

Que se influyen mutuamente, pero cada enfoque salvaguarda muy

claramente su identidad y diferenciación respecto a los otros.

Su desarrollo es más técnico -Buscamos claramente respuestas prácticas de

intervención- que teórico -no les interesa elaborar una megateoria

psicológica sobre el funcionamiento humano.

Los modelos experienciales surgieron de la necesidad de construir una

psicología a partir del estudio del trabajo con la persona sana, y no desde las

personas con neurosis graves o psicosis.

Los modelos experienciales proponen dejar de pensar en términos de

enfermedad, tanto si está presente como futura, para pasar a concebir la vida

en términos de una actualización o realización de potenciales

biopsicosociales.

Así, la actitud humanista concibe al hombre como capaz de una conducta

equilibrada de una manera espontánea que lo lleva hacia la plenitud, el

desarrollo, la libertad, la independencia y la plena realización.

Características de las terapias experienciales.

Los modelos experienciales dan una visión del hombre como ser único y

diferente, dotado de un proyecto y en busca de significados que den cierta

trascendencia en su vida.

Dentro del movimiento humanista hay un enfoque importante, es el análisis

transaccional de E. Berna, que tuvo un gran desarrollo y muchas aplicaciones

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los años setenta y ochenta con el análisis del guión de vida, de juegos y de

transacciones.

Este enfoque consta de cinco niveles de análisis:

El análisis estructural, que se basa en la conceptualización de los tres estados

del yo (padre, adulto, niño), intenta que el cliente detecte sus estados del yo

predominante y la dinámica interna entre sí.

El análisis de transacciones, que se ocupa del estudio de la comunicación y

el intercambio de mensajes desde el estado del yo de un sujeto a otro, lo que

permite entender ciertos tipos de fracasos comunicacionales.

El análisis de juegos, que comprende el estudio de las transacciones ocultas

destinadas a manipular a los demás.

El análisis de guiones, que pretende el estudio de las pautas de

comportamiento más arraigadas, relacionadas con una especie de

programación paterna que se da en la infancia.

El análisis de desarrollo (similar al psicoanalítico), que se centra en la

identificación de los mensajes programadores paternos.

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Podemos destacar como enfoques más significativos de los modelos

experienciales los siguientes:

La psicoterapia centrada en el cliente, de Carl Rogers.

La psicoterapia gestáltica, de Fritz Perls.

El psicodrama, de Moreno.

Las terapias corporales y energéticas.

La gran importancia que dan a la emoción como elemento esencial para

trabajar terapéuticamente es una de las características que definen los

modelos experienciales. De hecho utilizan muchos recursos técnicos para

evocarla, ya que consideran que sólo hay un cambio estable y duradero en el

funcionamiento de una persona si la intervención (cognitiva, conductual o

emocional) activa de alguna manera esquemas emocionales. Para ello, en la

situación de laboratorio que es la terapia de experimentos perceptivo

experienciales crean, ponen en marcha la emoción y ayudan a reestructurar

comporta mentalmente, cognitivamente, emocionalmente y relacionalmente

la vivencia de las experiencias, lo que da más flexibilidad y libertad en la

persona.

Los modelos experienciales dan mucho valor a la experiencia y todo lo que

la acompaña, percepción, sensación, emoción, cognición y conducta, y

conceden a diferencia de otros modelos que tienen más en cuenta los

pensamientos y la conducta, la misma importancia a todos estos elementos.

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Las terapias experienciales son modalidades de intervención que pretenden

potenciar en las personas la capacidad de decidir libre y responsablemente

quiénes son y cómo se posicionan ante la realidad, sin que el pasado, el

futuro, las normas o las expectativas interfieran en la decisión.

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN DESDE EL ENFOQUE SISTÉMICO.

El enfoque sistémico constituye un modelo explicativo, heurístico y de

evaluación familiar, que también sirve para fundamentar la intervención

familiar, cuya eficacia valida empíricamente el modelo teórico.

Al considerar a la familia como un sistema, hemos de considerarla como un

conjunto con una identidad propia y diferenciada del entorno, con su propia

dinámica interna que autorregula su continuo proceso de cambio.

La familia, aparece inmersa en la cultura, razón por la cual, la sintonía o

divergencia de los valores familiares respecto a la cultura circundante es otro

factor de apoyo o de riesgo familiar. Pero dado que el entorno es cambiante,

vemos cómo los cambios sociales del entorno demandan que la familia

cambie y que encuentre nuevas repuestas a los problemas planteados. Las

relaciones con otros sistemas circundantes –mesosistema- facilita la

comprensión del funcionamiento de la familia y permite conocer otras

fuentes de recursos reales o potenciales.

30
Otras características de los sistemas naturales y sociales tales como apertura,

orientación a metas, homeostasis y autorregulación, son también relevantes

en el modelo familiar, por lo que hemos tratado de exponer el significado

preciso y contextualizado que estos términos tienen para el sistema familiar.

Pertenecemos a la familia desde siempre y nuestra pertenencia real o

simbólica se mantiene, casi podemos decir, durante toda la vida. La

precocidad y duración de la experiencia, aunque no lo determinen, van a

marcar nuestro proceso de desarrollo infantil, juvenil y adulto. No sabemos

de ningún sistema cuya influencia en el desarrollo sea tan alta.

Aunque los vínculos que están en la bases del sistema familiar son

biológicos, sabemos que también hay vínculos legales y económicos, pero

sobre todo hemos visto que las relaciones que surgen en el seno de la familia

son multidimensionales. Entre sus miembros se teje una compleja red de

intercambios de carácter circular que tiende a perpetuarse. Son intercambios

complejos, verbales y no verbales, cargados de emociones, siendo la

intensidad y pluralidad de emociones familiares una de las características

específicas del sistema. Las emociones son explicitas e implícitas,

constructivas y destructivas, conscientes e inconscientes, aceptables y

reprobables, lo que incrementa la dificultad para conocer a la familia desde

fuera y desde dentro, y dificulta el propósito científico de hacer previsiones

razonables sobre su funcionamiento a medio y largo plazo.

A pesar de la complejidad del sistema familiar, y precisamente por esa

complejidad, la Teoría General de Sistemas nos ofrece un modelo útil para

explicar tanto el funcionamiento de las familias normativas como el de las

31
nuevas familias, ofreciendo además una estructura que nos permite integrar

el conocimiento que aportan otros modelos teóricos, lo que ratifica su

carácter interdisciplinar e integrador.

Intervención.

Establecimiento de límites.

Un claro establecimiento de los límites en las relaciones intrafamiliares aleja

al sistema de dos posibles problemas, por una parte evita la intrincación y

por otro lado la desvinculación de alguno de los miembros.

Representación.

Consiste en una puesta en escena de determinados guiones previamente

estudiados por el asesor familiar, de cuya representación van a surgir los

patrones disfuncionales instaurados en la familia, con el fin de hacerlos

explícitos, cuestionarlos y rechazarlos como solución habitual.

Desequilibrio.

Debe dotar de una mayor autoridad, aunque tan sólo sea provisional, a uno

de los componentes de la unidad familiar, con el fin de hacer el sistema más

estable y funcional para todos. Cuando los adultos han perdido poder a costa

del que ganan los hijos menores o adolescentes, es necesario romper ese

equilibrio.

32
Reencuadre.

Es la aportación del experto familiar en el diagnóstico de la situación,

ofreciendo una nueva visión de la realidad, de forma que se puedan ver o

experimentar nuevos tipos de interacción más enriquecedores para cada uno

de los miembros y para todo el sistema, ayudando así a una nueva

reconstrucción personal del sistema. Cuando cada miembro de la familia

tiene una idea diferente de lo que significa amor, o de lo que significa apoyo

mutuo, es necesario conocer las percepciones de todos y hasta ofrecer una

nueva percepción del amor y el apoyo existentes o deseados.

Búsqueda de competencia.

Con esta técnica lo que se pretende es activar y generar recursos en los

componentes de la familia, ya que el incremento de los recursos personales

puede tener una proyección intrafamiliar y a su vez una mejora en la calidad

global del sistema. El asesor familiar debe hacer visibles y poner en acción

los recursos existentes y cuando hay carencia de los recursos necesarios debe

estimular su adquisición.

Variaciones de intensidad.

Es evidente que en muchas ocasiones las familias disfuncionales presentan

una resistencia al cambio, para vencer dicha resistencia se incrementaría la

intensidad de los mensajes emitidos por el asesor familiar. La variación de

33
intensidad se asocia a técnicas de escenificación de comportamientos

habituales unida a nuevas puestas en escena que hagan más visibles los

elementos esenciales.

La paradoja.

En esta técnica el terapeuta no trata de modificar abierta ni directamente el

sistema, sino que lo apoya, respeta la lógica afectiva interna con que se

desenvuelve, forzando a la familia a argumentar contra las demandas de

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN DESDE EL ENFOQUE

EXISTENCIALISTA.

El enfoque existencialista es un tipo de dinámica de psicoterapia que puede

ayudarnos a mantenernos en contacto con estas preguntas y las

preocupaciones primordiales que con frecuencia subyacen muchos de

nuestros conflictos, ansiedades y motivos. Estas preocupaciones primordiales

incluyen:

Concientización de nuestro limitado periodo de vida.

Nuestra libertad para tomar decisiones.

Concientización de nuestra existencia como personas (individualidad).

La amenaza de la intrascendencia.

34
La terapia existencial proviene de una rama de la filosofía conocida como

existencialismo, que examina el significado de la existencia. Se puede

determinar el origen en el último siglo y en el trabajo de los filósofos

Kierkegaard y Nietzche. Otros existencialistas famosos incluyen Viktor

Frankl, Rollo May, Jean Paul Sarte e Irvin Yalom.

La terapia existencial se basa en el entendimiento de que cada persona es la

creadora de su propia vida y tiene la libertad de elegir cómo responder a cada

momento de la existencia. En el enfoque existencial, la terapeuta busca

entender cómo el paciente experimenta la vida desde su único punto de vista.

Este enfoque se dirige a las causas más que a los síntomas de los problemas

psicológicos y no sigue los procedimientos que se prescriben estrictamente.

Con frecuencia, la terapia existencial se enfoca en los siguientes problemas:

Aumentar de la conciencia de sí mismo y de la vida auténtica:

Con frecuencia, las personas evitan escucharse ellas mismas y sus

necesidades y deseos reales; en lugar de ello toman decisiones que se basan

en las influencias de la sociedad, familia y coetáneos. A veces esto da como

resultado conflictos dolorosos en el interior, infelicidad y sentimientos de

impotencia. En la terapia existencial, el reto es ayudar a que la persona

encuentre su "autoridad interior" y llegue a ser más sincero consigo mismo y

auténtico en las decisiones que toma.

Tomando la responsabilidad de las decisiones:

35
Los terapeutas existenciales ayudan a las personas a volverse más

conscientes de sus decisiones, su libertad para tomar decisiones y las

consecuencias de sus acciones. Este tipo de terapia ayuda a que la gente

desarrolle un mejor sentido de cómo son los "autores" de sus vidas.

Encontrando el significado personal:

Con frecuencia los terapeutas existenciales creen que el vacío e

intrascendencia son problemas dominantes en la sociedad moderna, que

llevan a la desesperación, a muchas enfermedades psicológicas y actividades

destructivas. Los terapeutas ayudan a las personas a descubrir el significado

de sus vidas (incluyendo el significado proveniente de las experiencias y

crisis dolorosas) a través de la reflexión personal y acción posterior. El

terapeuta pondrá atención a las emociones, creencia y talentos de la persona.

Se le alienta a la persona a encontrar sus propios significados y verdades.

Sobrellevando la ansiedad:

Todas las personas comparten ciertas ansiedades conscientes o

inconscientes: Los valores y objetivos personales no siempre son bien

definidos. En el transcurso de las diferentes etapas de la vida, con frecuencia

las personas experimentan un aturdimiento y ansiedad dolorosos de no saber

cuál es la dirección que deben seguir. Los terapeutas existenciales pueden

ayudar a las personas a examinar las raíces de sus ansiedades y aprender

cómo sobrellevarlas mejor.

36
Viviendo en el presente:

El terapeuta ayuda a la persona a entender que vivimos en el presente: que

todo pasa y nada dura para siempre. El objetivo es hacer que la persona crea

que debe experimentar la vida en este preciso momento y que debe vivir con

más plenitud cada momento.

El beneficio de la terapia: existencial es que ayuda a las personas a clarificar

y elegir cómo vivir en formas diferentes y en última instancia llevar vidas

más ricas y más significativas.

La intervención desde este tipo de terapia.

A continuación procedemos a describir cuáles son los objetivos que se

persiguen desde esta forma de psicoterapia, y las fases de las que consta

(cuyo objeto es satisfacer estas metas fundamentales). Se concluirá esta

sección mostrando las técnicas de uso común, que en realidad son posturas

de orden filosófico sobre la propia vida.

1. Objetivos.

La terapia existencial persigue tres propósitos básicos, a saber: restablecer la

confianza en quienes hubieran podido perderla, expandir el modo en el que

la persona percibe su propia vida o el mundo que le rodea y determinar un

objetivo que sea personalmente significativo.

37
Se trata de la búsqueda de una posición en la vida y de una dirección por

asumir, una suerte de mapa y brújula que estimule la habilidad de explorar

los límites de la propia forma de ser y de estar. En definitiva, determinar

aquello que nos hace auténticos.

2. Etapas.

El proceso de intervención, dirigido a movilizar cambios basados en los

objetivos reseñados, son también tres: el contacto inicial, la fase de trabajo y

la finalización. Pasamos a describir cada uno de ellos.

El contacto inicial con el cliente pretende forjar el rapport, esto es, el lazo

terapéutico sobre el que se construirá la intervención desde este momento en

adelante. Esta alianza se ha de basar en la escucha activa y la aceptación de

la experiencia ajena, así como en la búsqueda de un consenso sobre cómo

evolucionarán las sesiones (periodicidad, objetivos significativos, etc.). Se

asume que la respuesta está dentro del cliente, por lo que el terapeuta se

limitará a acompañarle indagando en asuntos anclados al presente mediante

una relación horizontal y simétrica.

En la fase de trabajo empieza a profundizarse más en la historia del cliente,

en todo aquello que le preocupa o le atenaza. La exploración se lleva a cabo

siguiendo las cuatro esferas de lo humano, y que definen lo complejo de su

realidad (sobre las que ya se indagó en una sección precedente). En este

momento es en el que se abordan los objetivos principales del modelo:

detección de puntos fuertes y débiles, definición de los valores, examen del

38
vínculo que nos une a las personas más importantes, refuerzo de la

autonomía y construcción de un proyecto de vida.

La parte final del tratamiento ejemplifica una de las tareas que el cliente

habrá de aceptar en cuanto a la propia vida: que todo lo que se emprende

tiene un inicio y una conclusión. A este punto se llegará tras un tiempo

variable de trabajo conjunto, que en su mayor parte dependerá del modo en

el que evolucione la experiencia interna de la persona. Con todo se pretende

el regreso hacia la cotidianidad, pero asumiendo una nueva visión del papel

que se interpreta en el escenario del día a día.

3. Técnicas.

Las técnicas terapéuticas que se utilizan en el contexto de la terapia

existencialista se basan en sus raíces filosóficas originales, que parten de la

fenomenología y el constructivismo para oponerse diametralmente al modo

tradicional desde el que se entiende el proceso de salud y enfermedad. Es por

ello que huye de todo lo relacionado con diagnósticos o estereotipos, puesto

que atentarían contra la meta esencial de hallar un significado propio para la

vida y la identidad. Seguidamente planteamos los tres métodos principales.

El primero de ellos es el epoché, un concepto que procede de la filosofía

existencial y en el que se resume uno de los fundamentos de la terapia:

aproximarse a todos los momentos de la vida como si fueran nuevos,

asumiendo una actitud de aprendiz capaz de maravillarse ante el presente que

se despliega. Adicionalmente, se persigue la inhibición del juicio y la

39
dilución de las expectativas, una mirada desnuda ante el riesgo y la fortuna

que el destino alberga en su seno, lo que facilita la toma de decisiones y la

capacidad de arriesgarse a ser aquello que se desea ser.

La descripción es la segunda de las técnicas. En este caso se persigue hacer

un análisis de tipo exploratorio, y no explicativo, que permita el

conocimiento sobre las cosas sin caer en la categorización. Con ello se

pretende fomentar la curiosidad sobre uno mismo y las relaciones sociales,

pues ambas constituyen la esencia de lo que realmente se es desde una

perspectiva existencialista. Es por esto que el terapeuta no se basa en

objetivos inamovibles al iniciarse la intervención, sino que estos van

cambiando y adaptándose al cliente a medida que transcurre el tiempo.

El tercer y último procedimiento se basa en la horizontalización, a través de

la cual se evita reproducir la jerarquía de poder que ostentaba el psiquiatra en

la díada médico-paciente del momento histórico en que nació la propuesta de

intervención.

Las relaciones que se basan en esta posición (de igual a igual) permiten la

rápida identificación del cliente con la figura y el rol del clínico, animándolo

a expresar su verdad en un contexto de terapia que huye deliberadamente de

los enjuiciamientos y de la crítica.

40
Así, a través de una relación psicólogo-paciente que pone énfasis en la

honestidad y en la necesidad de abrirse a la hora de comunicar lo que se

siente y el problema por el que se va a consulta, la terapia existencial tiene la

subjetividad del individuo como el aspecto en el que el proceso terapéutico

debe incidir.

CONCLUSIÓN.

41
En este escrito se argumenta la necesidad de replantear la visión diagnóstica

de los fenómenos emocionales que son producto de un evento, situación y/o

enfermedad, ya que las categorías diagnósticas existentes no parecen resultar

del todo útiles en la comprensión de lo que experimenta el paciente, además

de en ocasiones convertirse en un obstáculo importante para indicar una

terapéutica específica que alivie las manifestaciones y además permita

cumplir con los objetivos que tienen tanto paciente como institución para la

solución de la condición de salud por la cual está siendo intervenido.

Con tal fin se introduce el concepto de malestar psicológico y se hace una

propuesta metodológica de intervención psicológica, revisando sus alcances

y limitaciones en el campo del trabajo institucional, en particular, en la

atención de la salud reproductiva.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

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clínica. México: McGraw-Hill.

42
Ruiz, F. M. Á., Díaz, G. M. I., & Villalobos, C. A. (2012). Manual de

técnicas de intervención cognitiva conductuales. Bilbao, ES: Editorial

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Pérez, Á. M., Fernández, R. C., & Fernández, H. J. R. (2013). Guía de

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- Ediciones Pirámide. Recuperado de

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Borda, M. (2011). Tratamiento cognitivo-conductual en un caso de fobia a la

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Recuperado de: https://www.uv.es/jugar2/Enfoque%20Sistemico.pdf

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