REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
SAN JOAQUIN DE TURMERO- EDO. ARAGUA

Técnicas, intervenciones y protocolos de abordaje terapéutico dirigidas a

los trastornos de la adultez y adultez mayor

AUTORA
Victoria Alvarez
CI: 27.996.774

San Joaquín de Turmero, octubre 2023.

 Introducción

En el transcurso de la adultez y la adultez mayor, muchas personas

pueden enfrentar desafíos emocionales y de salud mental que afectan su
bienestar y calidad de vida. Es en este contexto que las técnicas,
intervenciones y protocolos de abordaje terapéutico se vuelven
fundamentales para promover el alivio de los trastornos y fomentar un
envejecimiento saludable.
El presente informe tiene como propósito examinar las diferentes técnicas,
intervenciones y protocolos de abordaje terapéutico dirigidos específicamente
a los trastornos de la adultez y adultez mayor. Estas intervenciones son
fundamentadas en una variedad de modelos teóricos, pero se prestará
especial atención en los enfoques cognitivo-conductual, dinámico, humanista,
Gestalt y existencialista e integrativo, el cual se ha mostrado eficaz en el
tratamiento de diversos trastornos en estas etapas de la vida.
A lo largo de este informe, se explorarán diversas técnicas terapéuticas
utilizadas, estas técnicas tienen como objetivo identificar y modificar los
pensamientos y comportamientos disfuncionales, así como fomentar el
cambio positivo en la forma en que las personas afrontan los desafíos de la
adultez y adultez mayor.
Además, se resaltará la importancia de adaptar estas técnicas a las
necesidades individuales de cada persona, considerando factores como la
edad, el contexto socio-cultural y las metas terapéuticas específicas.
Asimismo, se abordará la importancia de establecer una relación terapéutica
sólida y de confianza, que proporcione un espacio seguro para la exploración
y el cambio.
Modelo cognitivo conductual
En el modelo cognitivo-conductual, existen diversas técnicas,
intervenciones y protocolos de abordaje terapéutico dirigidas a los trastornos
de la adultez y adultez mayor. Estas técnicas se centran en identificar y
modificar los pensamientos negativos y los patrones de comportamiento
disfuncionales, fomentando así el cambio cognitivo y conductual. A
continuación, se presentan algunas de las intervenciones más comunes en
este enfoque terapéutico:
1. Reestructuración cognitiva: Esta técnica implica identificar y cuestionar
los pensamientos automáticos negativos y distorsionados que
contribuyen a los trastornos de la adultez y adultez mayor. A través de
la reestructuración cognitiva, se busca reemplazar estos pensamientos
por otros más realistas y adaptativos. El terapeuta puede utilizar
técnicas como el cuestionamiento socrático, el registro de
pensamientos y la búsqueda de evidencias para ayudar al individuo a
examinar y cambiar sus creencias limitantes.
2. Entrenamiento en habilidades sociales: Muchos trastornos en la
adultez y adultez mayor están relacionados con dificultades en las
interacciones sociales. El entrenamiento en habilidades sociales se
centra en mejorar las habilidades de comunicación, la empatía, la
resolución de problemas y la asertividad. Mediante el uso de técnicas
de modelado, ensayo conductual y retroalimentación, el terapeuta
ayuda al individuo a adquirir y practicar estas habilidades en
situaciones reales.
3. Técnicas de exposición: Para los trastornos de ansiedad, como el
trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de pánico, las
técnicas de exposición son efectivas. Estas técnicas implican exponer
gradualmente al individuo a las situaciones o estímulos que generan
ansiedad, permitiéndole experimentar la ansiedad de manera segura y
descubrir que sus temores son infundados o exagerados. Esto ayuda
a reducir la evitación y la respuesta de ansiedad, promoviendo la
adaptación y el bienestar.
4. Terapia de resolución de problemas: Esta intervención se enfoca en
enseñar al individuo habilidades efectivas para resolver problemas y
tomar decisiones. A través de la identificación y definición del
problema, la generación de alternativas, la evaluación de las
 consecuencias y la implementación de la solución elegida, el terapeuta
guía al individuo en el proceso de resolución de problemas.
5. Programas de prevención de recaídas: Para los trastornos crónicos,
como la depresión recurrente, se utilizan programas de prevención de
recaídas. Estos programas se centran en identificar los factores
desencadenantes de las recaídas y desarrollar estrategias de
afrontamiento efectivas. El terapeuta trabaja junto con el individuo
para establecer un plan de acción que incluya la identificación
temprana de los signos de recaída, el manejo de situaciones
estresantes y la búsqueda de apoyo adecuado.
Estas intervenciones pueden adaptarse según las necesidades
individuales y los trastornos específicos. Además, el terapeuta puede
combinar diferentes técnicas y enfoques según sea apropiado para cada
caso. El objetivo final es promover cambios cognitivos y conductuales que
mejoren la calidad de vida y el bienestar emocional en la adultez y adultez
mayor.

Modelo dinámico
En el modelo dinámico, también conocido como psicodinámico o
psicoanalítico, se utilizan técnicas, intervenciones y protocolos de abordaje
terapéutico específicos para tratar los trastornos de la adultez y adultez
mayor. Este enfoque se basa en la comprensión de los procesos
inconscientes y la influencia de la historia personal en la salud mental y
emocional de la persona. A continuación, se presentan algunas de las
intervenciones más comunes en este modelo terapéutico:
1. Psicoanálisis: El psicoanálisis es una forma de terapia que se centra
en explorar el inconsciente y los conflictos emocionales subyacentes
que pueden contribuir a los trastornos en la adultez y adultez mayor. A
través de la técnica de la asociación libre, el individuo se anima a
expresar libremente sus pensamientos, sentimientos y recuerdos,
permitiendo que los contenidos inconscientes emerjan y sean
analizados en conjunto con el terapeuta. Este proceso facilita la
comprensión de los patrones de pensamiento y comportamiento
arraigados, y promueve la resolución de conflictos internos.
2. Interpretación: En el modelo dinámico, la interpretación es una técnica
central. El terapeuta utiliza su conocimiento teórico y clínico para
 ofrecer interpretaciones de los pensamientos, emociones y
comportamientos del individuo. Estas interpretaciones buscan revelar
los significados ocultos y los motivos inconscientes que subyacen a
los trastornos, y ayudan al individuo a ganar una mayor comprensión
de sí mismo y de sus patrones repetitivos.
3. Transferencia y contratransferencia: En el modelo dinámico, se presta
especial atención a la relación terapéutica y a los fenómenos de
transferencia y contratransferencia. La transferencia se refiere a la
transferencia de sentimientos y expectativas inconscientes del
individuo hacia el terapeuta, y la contratransferencia se refiere a los
sentimientos y reacciones emocionales del terapeuta hacia el
individuo. Estos fenómenos son explorados y analizados en la terapia,
ya que pueden proporcionar información valiosa sobre los patrones
relacionales y los conflictos internos del individuo.
4. Análisis de los sueños: El análisis de los sueños es una técnica
utilizada en el modelo dinámico para acceder a los contenidos
inconscientes. Los sueños se consideran una expresión simbólica de
los deseos, conflictos y preocupaciones internas. El terapeuta trabaja
con el individuo para explorar y analizar los elementos simbólicos, las
emociones y las asociaciones relacionadas con los sueños, lo que
puede brindar información valiosa para comprender los trastornos y
sus raíces psicológicas.
Hay que hacer mención de que el modelo dinámico requiere una terapia
de largo plazo, ya que se centra en la exploración profunda de la psique y la
resolución de conflictos subyacentes. Además, se promueve la relación
terapéutica como un factor curativo y se enfatiza la importancia de transferir
los conocimientos y las ideas adquiridas en la terapia a la vida cotidiana del
individuo.

Modelo humanista
En el modelo humanista, también conocido como enfoque humanista-
existencial, se utilizan diversas técnicas, intervenciones y protocolos de
abordaje terapéutico dirigidos a los trastornos de la adultez y adultez mayor.
Este enfoque se centra en la importancia de la autenticidad, la
autorrealización y el crecimiento personal. A continuación, se presentan
algunas de las intervenciones más comunes en este modelo terapéutico:
1. Terapia centrada en el cliente: La terapia centrada en el cliente,
desarrollada por Carl Rogers, es una técnica central en el modelo
humanista. Se basa en la creencia de que cada persona tiene dentro
de sí los recursos necesarios para el crecimiento y la superación de
los desafíos. El terapeuta crea un ambiente cálido y empático,
brindando una aceptación incondicional al individuo y fomentando la
autorreflexión y la toma de conciencia. Esta técnica busca que la
persona se conecte con su propia experiencia interna y tome
decisiones basadas en su propia valía y potencial.
2. Escucha activa: La escucha activa es una técnica fundamental en el
modelo humanista. Implica prestar atención plena y empática a lo que
el individuo está comunicando verbal y no verbalmente. El terapeuta
muestra interés genuino, refleja y valida las emociones y
pensamientos del individuo, lo que fomenta una mayor comprensión
de sí mismo y la expresión de sus necesidades y preocupaciones.
3. Fomento de la autorrealización: En el enfoque humanista, se busca
fomentar la autorrealización y el crecimiento personal del individuo. El
terapeuta ayuda al individuo a explorar y desarrollar su potencial,
identificando sus valores, metas y motivaciones. Se trabajan aspectos
como la autenticidad, la conexión con los propios deseos y la toma de
decisiones basadas en la autorreferencia. Se promueve la
responsabilidad personal y la capacidad de vivir una vida significativa
y plena.
4. Técnicas expresivas y creativas: En el modelo humanista, se utilizan
técnicas expresivas y creativas, como la escritura terapéutica, el arte
terapia, la dramatización y la meditación, entre otras. Estas técnicas
permiten al individuo explorar y expresar sus emociones,
pensamientos y experiencias a través de medios no verbales. Se
fomenta la expresión auténtica y la conexión con el mundo interno, lo
que facilita la comprensión y resolución de los trastornos.
5. Enfoque existencial: En el modelo humanista, se presta atención al
enfoque existencial, que se centra en la búsqueda de sentido y
propósito en la vida. Se exploran temas como la libertad, la
responsabilidad, la mortalidad y la confrontación con la finitud. El
terapeuta ayuda al individuo a reflexionar sobre su existencia y a
tomar decisiones que estén alineadas con sus valores y metas
personales.
 Podemos destacar que el modelo humanista enfatiza la relación
terapéutica genuina y auténtica como un factor curativo en sí mismo. El
terapeuta actúa como un facilitador del crecimiento personal, brindando
apoyo y guía, pero siempre reconociendo la capacidad del individuo para
dirigir su propio proceso terapéutico.

Modelo Gestalt
En el modelo gestalt, se utilizan diversas técnicas, intervenciones y
protocolos de abordaje terapéutico dirigidos a los trastornos de la adultez y
adultez mayor. La terapia gestalt se centra en la conciencia del aquí y ahora,
la responsabilidad personal y la integración de los aspectos emocionales,
cognitivos y conductuales de la experiencia. A continuación, se presentan
algunas de las intervenciones más comunes en este modelo terapéutico:
1. Atención plena: La atención plena, o mindfulness, es una técnica
central en la terapia gestalt. Se trata de prestar atención consciente y
sin juicio al momento presente, a las sensaciones corporales,
emociones y pensamientos. El terapeuta guía al individuo para que se
conecte con su experiencia inmediata y tome conciencia de los
patrones y bloqueos que pueden estar presentes. La atención plena
permite una mayor autoconciencia y la posibilidad de hacer cambios
en el presente.
2. Diálogo interno: En la terapia gestalt, se presta atención al diálogo
interno del individuo, es decir, a los pensamientos y voces internas
que influyen en su experiencia. El terapeuta ayuda al individuo a
explorar y tomar conciencia de estos diálogos, identificando las voces
críticas y limitantes, y fomentando la integración y el diálogo
constructivo entre diferentes partes de la personalidad. El objetivo es
promover la autenticidad y la autoaceptación.
3. Trabajo con el cuerpo: En el modelo gestalt, se reconoce la
importancia del cuerpo en la experiencia humana. Se utilizan diversas
técnicas para que el individuo tome conciencia de las sensaciones
corporales, los gestos y las posturas, y se explore el significado
emocional y simbólico de estos aspectos. El terapeuta puede utilizar
técnicas como la escultura corporal, el movimiento expresivo y la
respiración consciente para facilitar la integración y la expresión de las
emociones.
 4. Técnica de la silla vacía: La técnica de la silla vacía es una
intervención ampliamente utilizada en la terapia gestalt. Se utiliza para
explorar y trabajar con aspectos no resueltos o conflictivos de la
personalidad. El individuo se sienta en una silla y asume el papel de
diferentes partes de sí mismo o de personas significativas en su vida.
A través del diálogo con estas "partes" o "personas", se facilita la toma
de conciencia, la expresión emocional y la integración de aspectos
fragmentados de la experiencia.
5. Experimentos y tareas terapéuticas: En la terapia gestalt, se utilizan
experimentos y tareas terapéuticas para ampliar la conciencia y
promover el cambio. Estas pueden incluir actividades como el registro
de sueños, la escritura terapéutica, el dibujo, la dramatización y la
exploración de roles. Estas actividades permiten al individuo explorar
diferentes perspectivas, desafiar patrones arraigados y experimentar
nuevas formas de ser y relacionarse.
Dicho modelo tiene enfoque en la experiencia directa y vivencial del
individuo en el momento presente. El terapeuta actúa como un facilitador que
ayuda al individuo a tomar conciencia, experimentar y asumir responsabilidad
sobre su propia experiencia y crecimiento personal.

Modelo existencialista
En el modelo existencialista, se utilizan diversas técnicas, intervenciones y
protocolos de abordaje terapéutico dirigidos a los trastornos de la adultez y
adultez mayor. Este enfoque se centra en la comprensión de la existencia
humana, el sentido de la vida y los desafíos inherentes a la condición
humana. A continuación, se presentan algunas de las intervenciones más
comunes en este modelo terapéutico:
1. Exploración del sentido de vida: En el enfoque existencialista, se
considera fundamental la exploración del sentido de vida y la
búsqueda de significado. El terapeuta ayuda al individuo a reflexionar
sobre sus valores, propósitos y metas personales, y a examinar cómo
se relacionan con su experiencia actual. Se trabaja en la identificación
y el fortalecimiento de fuentes de significado y en la comprensión de
los obstáculos que pueden surgir en el camino hacia una vida plena y
auténtica.
 2. Aceptación de la libertad y responsabilidad: En el modelo
existencialista, se enfatiza la libertad y la responsabilidad como
aspectos fundamentales de la condición humana. El terapeuta ayuda
al individuo a tomar conciencia de su capacidad para tomar decisiones
y asumir la responsabilidad de su propia vida. Se trabaja en la
identificación de las elecciones que ha realizado hasta el momento y
en la posibilidad de realizar nuevos caminos y acciones que sean
coherentes con los valores y metas personales.
3. Afrontamiento de la muerte y la finitud: La temática de la muerte y la
finitud es central en el enfoque existencialista. El terapeuta ayuda al
individuo a enfrentar la realidad de la muerte y a reflexionar sobre
cómo esta conciencia afecta su forma de vivir. Se exploran los miedos
y las preocupaciones relacionadas con la muerte y se trabaja en la
aceptación de la finitud como un estímulo para vivir de manera más
auténtica y significativa.
4. Diálogo filosófico: En el modelo existencialista, se utiliza el diálogo
filosófico como una herramienta terapéutica. El terapeuta puede invitar
al individuo a reflexionar sobre conceptos filosóficos relevantes, como
la libertad, la responsabilidad, la autenticidad y la existencia misma. A
través de este diálogo, se fomenta la exploración y el cuestionamiento
de las creencias y supuestos subyacentes, lo que puede conducir a
una mayor claridad y comprensión de la propia experiencia.
5. Vivencia emocional auténtica: En el enfoque existencialista, se valora
la importancia de experimentar y expresar las emociones de manera
auténtica. El terapeuta brinda un espacio seguro y empático para que
el individuo explore y exprese sus emociones sin juicio. Se fomenta la
aceptación y la integración de las emociones, lo que puede llevar a
una mayor congruencia y autenticidad en la vida del individuo.
Es importante destacar que el modelo existencialista se centra en la
experiencia subjetiva y la búsqueda de sentido en la vida. El terapeuta actúa
como un facilitador que proporciona apoyo, guía y un espacio reflexivo para
que el individuo explore y encuentre su propia verdad.

Modelo integrativo
En el modelo integrativo, se utilizan diversas técnicas, intervenciones y
protocolos de abordaje terapéutico dirigidos a los trastornos de la adultez y
adultez mayor. Este enfoque combina diferentes corrientes y enfoques
terapéuticos, aprovechando sus fortalezas y adaptándolos a las necesidades
individuales. A continuación, se presentan algunas de las intervenciones más
comunes en este modelo terapéutico:
1. Evaluación y formulación del caso: En el modelo integrativo, se realiza
una evaluación exhaustiva para comprender la historia, los síntomas y
los factores contextuales del individuo. Se utiliza una formulación del
caso, que integra diferentes perspectivas teóricas para desarrollar una
comprensión holística y personalizada del problema. Esto permite
diseñar un plan de tratamiento que combine las intervenciones más
adecuadas para el individuo.
2. Abordaje multimodal: En el enfoque integrativo, se utilizan múltiples
modalidades terapéuticas, como la terapia cognitivo-conductual, la
terapia psicodinámica, la terapia humanista y otras. Se adaptan y
combinan técnicas y enfoques de acuerdo con las necesidades del
individuo. Por ejemplo, se pueden utilizar técnicas cognitivas para
abordar patrones de pensamiento negativos, técnicas emocionales
para explorar y procesar las emociones subyacentes, y técnicas
conductuales para promover cambios en la conducta.
3. Enfoque centrado en la relación terapéutica: En el modelo integrativo,
se da importancia a la relación terapéutica como un factor curativo. El
terapeuta establece una alianza terapéutica sólida con el individuo,
brindando un ambiente seguro y de apoyo. Se fomenta la empatía, la
autenticidad y la aceptación incondicional por parte del terapeuta, lo
que ayuda al individuo a sentirse comprendido y respetado. La
relación terapéutica se utiliza como un medio para explorar y trabajar
los problemas subyacentes.
4. Intervenciones basadas en fortalezas: En el modelo integrativo, se
enfatiza la identificación y utilización de las fortalezas y recursos del
individuo. Se exploran los aspectos positivos de la personalidad, las
habilidades y los logros pasados para promover la resiliencia y el
crecimiento. Se utilizan técnicas como la reestructuración cognitiva
positiva, la visualización de metas y el fomento de actividades y
relaciones significativas que promuevan el bienestar general.
5. Enfoque de autocuidado y prevención: En el abordaje terapéutico de la
adultez y adultez mayor, el modelo integrativo pone énfasis en el
autocuidado y la prevención. Se trabaja en la identificación de factores
 de estrés y desencadenantes, y se promueven estrategias de
afrontamiento saludables. Se brinda educación sobre el manejo del
estrés, la importancia de un estilo de vida equilibrado, la nutrición
adecuada, el ejercicio físico y el mantenimiento de relaciones sociales
y de apoyo.
El modelo integrativo se adapta a las necesidades individuales,
combinando diferentes enfoques y técnicas para ofrecer un tratamiento
personalizado. El terapeuta es flexible y colaborativo, trabajando en estrecha
colaboración con el individuo para establecer metas terapéuticas y evaluar
regularmente el progreso.
 Conclusión

Al explorar las técnicas de intervención en los modelos de abordaje

terapéutico dirigidas a los trastornos de la adultez y adultez mayor en los
modelos cognitivo-conductual, dinámico, humanista, gestalt, existencialista e
integrativo, podemos apreciar la riqueza y diversidad de enfoques que
existen para ayudar a las personas en esta etapa de la vida.
Cada modelo terapéutico ofrece una perspectiva única y herramientas
específicas para abordar los desafíos y trastornos que pueden surgir en la
adultez y adultez mayor. El modelo cognitivo-conductual se centra en la
identificación y modificación de los pensamientos y comportamientos
disfuncionales, mientras que el modelo dinámico busca explorar los procesos
inconscientes y los conflictos internos.
El enfoque humanista destaca la importancia del crecimiento personal y la
autorrealización, mientras que el modelo gestalt se enfoca en la conciencia
del aquí y ahora y la integración de las partes de la persona. Por su parte, el
enfoque existencialista se centra en la búsqueda de sentido y la aceptación
de la finitud, y el modelo integrativo combina diferentes enfoques
terapéuticos para adaptarse a las necesidades individuales.
Al reflexionar sobre estas técnicas de intervención, podemos reconocer la
importancia de abordar la complejidad de la experiencia humana en la
adultez y adultez mayor. Cada persona es única y presenta desafíos y
necesidades específicas, por lo que contar con una variedad de enfoques
terapéuticos nos permite brindar un tratamiento personalizado y holístico. Es
crucial recordar que las técnicas de intervención son solo herramientas, y
que la relación terapéutica y el enfoque centrado en la persona son
fundamentales para el éxito del tratamiento. El terapeuta debe establecer una
conexión auténtica y empática con el cliente, adaptando las técnicas a su
situación individual y fomentando su participación activa en el proceso
terapéutico.
En última instancia, la efectividad de las técnicas de intervención radica
en su capacidad para ayudar a las personas a alcanzar una mayor
comprensión de sí mismas, promover cambios positivos y mejorar su
bienestar en la adultez y adultez mayor. Al combinar la experiencia y
sabiduría de cada modelo terapéutico, podemos ofrecer un enfoque integral y
enriquecedor para abordar los trastornos y promover el crecimiento personal
en esta etapa crucial de la vida.
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